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INTRODUCCIN
1. La corona de justicia.
a. guirnalda, smbolo de victoria.
b. carcter recto.
- Pablo recibir todos los privilegios que Dios ha
preparado para los que aceptan esa salvacin hasta el fin
de su vida, pues fue justificado por la fe en Jess.
c. Dios ha prometido la vida eterna a todos los que pelean
la buena batalla y terminan su carrera, por fe.
2. El juez justo.
a. Jesucristo, quien juzgar a los vivos y a los muertos en
su manifestacin.
b. El plan de salvacin tena el propsito de salvar a los
pecadores y de vindicar el carcter y la sabidura de
Dios.
c. Aunque Pablo estaba siendo juzgado injustamente por
jueces terrenales, confiaba en que Dios lo juzgara con
justicia.
3. Regalo a los que aman la venida de Jess.
a. Un amor gape. Este vocablo indica mucho ms que un
simple impulso. Implica que toda la vida, cada aspecto
del pensamiento y de la accin, se orientan teniendo en
cuenta a la persona amada.
b. La gozosa perspectiva del segundo advenimiento
determina el uso que da el cristiano a su tiempo y
dinero, afecta su eleccin de amigos, y proporciona un
poderoso incentivo para eliminar defectos del carcter y
para llegar a ser ms semejante a Cristo.
Conclusin
la necesidad del cristiano convertido deberia ser, amor por la obra
del evangelio. As como Pablo debemos tratar muy en serio estas
tres declaraciones que caracterizan a un verdadero seguidor de
cristo. Lo que la iglesia necesita en estos das de peligro es un
ejrcito de obreros que, como Pablo, se hayan educado para ser
tiles, tengan una experiencia profunda en las cosas de Dios y
estn llenos de fervor y celo (Hap, 242).
Llamado:
El apstol contemplaba el gran ms all, no con temor e
incertidumbre, sino con gozosa esperanza y anhelosa
expectacin. Al llegar al paraje del martirio, no vio la espada del
verdugo ni la tierra que iba a absorber su sangre, sino que a
travs del sereno cielo de aquel da estival, miraba el trono del
Eterno (Hap, 244). Tenemos como mandato hacer crecer la obra
de evangelio predicando a tiempo y fuera de tiempo, Dios
necesita obreros para su via, aceptemos su llamado y vistmonos
de la armadura de Dios para vencer, crecer y llegar victoriosos
hasta la Patria Celestial.