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El autor destaca, entre otro elementos, el hecho de no existir registro alguno de la presencia de Bernal Díaz durante las campañas militares de Cortés, echando por tierra la posibilidad de que conociera hasta los más mínimos detalles de la vida del conquistador. Tras discutir con cierta prolijidad estos elementos de análisis, el antropólogo e historiador concluye que el verdadero autor de la famosa obra clásica fue el propio Hernán Cortés, motivado principalmente por su exacerbado sentido de la trascendencia histórica y apoyado por una muy amplia cultura personal así como un profundo conocimiento de su época y teniendo cabal conciencia de la importancia de la epopeya que le tocó vivir y encabezar.2
Titlu original
Historia Verdadera de la Conquista de Mexico. Duverger Cronica de La Eternidad.PDF
El autor destaca, entre otro elementos, el hecho de no existir registro alguno de la presencia de Bernal Díaz durante las campañas militares de Cortés, echando por tierra la posibilidad de que conociera hasta los más mínimos detalles de la vida del conquistador. Tras discutir con cierta prolijidad estos elementos de análisis, el antropólogo e historiador concluye que el verdadero autor de la famosa obra clásica fue el propio Hernán Cortés, motivado principalmente por su exacerbado sentido de la trascendencia histórica y apoyado por una muy amplia cultura personal así como un profundo conocimiento de su época y teniendo cabal conciencia de la importancia de la epopeya que le tocó vivir y encabezar.2
El autor destaca, entre otro elementos, el hecho de no existir registro alguno de la presencia de Bernal Díaz durante las campañas militares de Cortés, echando por tierra la posibilidad de que conociera hasta los más mínimos detalles de la vida del conquistador. Tras discutir con cierta prolijidad estos elementos de análisis, el antropólogo e historiador concluye que el verdadero autor de la famosa obra clásica fue el propio Hernán Cortés, motivado principalmente por su exacerbado sentido de la trascendencia histórica y apoyado por una muy amplia cultura personal así como un profundo conocimiento de su época y teniendo cabal conciencia de la importancia de la epopeya que le tocó vivir y encabezar.2