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Fe er ie con ) swe — y | [irae ae de> ay urgencia_ + er ~_ Estrat s gias*del sujeto, ET Tiempos de urgencia Estrategias del sujeto, estrategias del analista Inés Sotelo (Compitadora) indice Punto de Hegada, punto de partida Sotelo, Inés {Por qué una préctica profesional? aPor qué Clinica de Ja wrgencia? Sotelo, Inés I. Respuestas a los tiempos de urgencia La ungencia y el tiempo. Bandini, Silvia La urgencia generalizada. Respuestas del psicoandlisis en las instituciones Belaga, Guillermo ‘Piempos de urgencia en las institueiones.. Campolongo, Diana La fuente pulsional de la misoginia en le cultura, Delgado, Osvaldo Notas sobre Ja urgencia en CENARESO. Gonaéilez, José Luis Acontecimiento y Ciencia Leserre, Lucas La huella de Jos actuales miedos sexuales: enenentros y deseneuentros con wm resultado terapéntico en pacientes que conviven con el virus de HIV y seronegative ws Motta, Carlos Gustavo 19 33. aL 49 69 Estrotegine del syjct, cxtrateniay del onal La wepencia sexual de Ia actualidad Naparstek, Fabién La wrgencia subjetive Seldes, Ricardo Lo que no Nlega al divs Zack, Oscar TT, La invencion de wn lugar La jnvencién de un Jgar para la vrgencia Sotelo, Inés Equipo de urgencias subjetivas.. “Arellano, F; Vaschetto, B; Solari, R: Penecino, 1; Leserre, Ly Inrazdbal, Faraoni, J., Bureau, Ménica Bi] analista interviniendo en In ciudad Camaly, Daniela Le constrnccitin de un espacio, Coronel, Marta Respuestas institueionales a la urgencia ‘CGrasnich, Naney (Colaboradores: 8. Davel, ¥. Fonio, B. Gera, 8, Bugiero, C. San Marti, ©, Alcoaz y N. Herman.) ‘Un trabajo en Ta agencia. .asrnsmnmnener Rojas, M. Alejandra ‘La guavdia, wn lugar posible San Miguel, Tomasa Hacer algo con 280 .. Zabalza, Sergio 19 189 145 _Tiempos de_vrgeneia. Exteategian del sujete, os III. BI psicoanalista en la institucion 4Qué justifica un psicoandlisis en la institucién? Sotelo, Inés 15 “Un dia de loewa”, 161 Avellano, Florencia Psicoanélisis: un problema para Ja toxicomanta : 167 Galante, Dario Acerca de Ja urgencia eu las “entrevistas preliminares’ 173 Hermann, Nilda De la urgencia a Je filiaci6n nnn 179 Hojman, Lorena Estrategias del analista. La urgencia, wna respuesta... 185 Sassaroli, Silvia Cuando la estrategia del sujeto revela Ja pulsién de muerte. : e189. Schussler, Estela El psicoanalista en la instituciém Psiqnidtrica.. 2198 Sobel, Gustavo Bl uso de los dispositivos frente a una urgencia vue 198 Soto, Adriana IV. Testimonios de la practica ‘Testimonios de la préctica.. oe anu 206 Sotelo Inés Estrategias del onslista: Meter la pata Sere) Buchanan, Verénica ro Tiempos de urgencin, Pstrategios el enelo, strates. del 1 goce cinico. Nigenbaum, Mariana ‘rom cevea que quem Perelli, Verénica Punto de llegada, punto de partida Recuerdo, alcohol y olvido Ruiz, Eliana BE] sujeto en la urgencia, Sette, Maria Rosa ‘Y. Otxas respuestas a los tiempos de urgencia COtras respuestas a los tiempos de urgencia Sotelo, Inés Muesten fotogrifica, Los autores won. feonos: gde qué estaré hecho ef matiana? Un cortomeiraje de Carlos Gustavo Motta Presentacion del Coro. oe : Los autores ... Tustractones: *Padee, jno ves ie estoy ardienido”, par Inés Sotelo, 1. “Sin titulo”, por Luz Mango, 17 ou : “Nios”, por Andrés Sanches Nogueiva, 25. “Sua eomibra y 1o material”, por Mavia Teresa Cuetl, 95. “Elespejo" i “cide”, por Roberto FBvre, 153, Inés Sotalo ; “Sin titulo", por Mario Pevre, 203. | Altar callejero", por Romina Moschella, 281 “Bin titulo", por Lorena Hojman, 241 Punto de llegada, punto de partida Re libro tiene para nosotros, los docentes de Ia Préeti ea Profesional, Clinica de la Ungencia, um enorme valor. Las I Jornadas realizadas en abril del presente aio “Tiempos de Urgencia: estrategias del sujeto, estrategias del analista” fueron €1 motor que yruso en marcha este proyeeto. La mumerosa coneurrencia, la cantidad y variedad de traba- jos de excelente nivel, la originalidad de Jas propuestas y los efectos que seguimos corroborando nos alenté a realizar esta primera publicacién. Es un trabajo colectivo. Es un panto de legada de una anhelada aspiracién que desile hace afios tenemos quienes participamos de esta par- ticular modalidad de transmisién de la clinica desde la pors- pectiva de la orientacién lacaniana, ‘Hemos ido realizando wr trabajo sostenido de articula- cién tedrico-clinico; ubicando cada vez, en cada institucién, en cada caso, el lugar del analista en Ta urgencia de los tiem- Pos que corren, en la perspectiva del debate contemporéneo de eémo la época vive Ja pulsién. Quiero destacar el valioso aporte, permanente, de cada docente con quienes he constituide y consolidado un equipo sostenide por la transferencia de trabajo; en nombre de to: dos qniero mencionar a Rosana Kuperszmit y Claudia Spinelli, que estén desde los inicios asi como a Silvina Ceha- Nos, Karina De Dominicis, Pablo Szternberg, Daniel Coppola, Lorena Reisis, Adriana Gonzélez, Gustavo Bonilla, Nicolas Touloupas, Carolina Préspero, Mexcedes Cavalletti, Ruth Akselrad, Jerénimo Daffonchio, Mirta 14. iempow de argonein,Hstrtegiog de culo, catering del alist Perbovell, Maviana Canevayi, Mariana Raimond, Gustave Slatopelsky, Jorge Pose, Silvia Pvotla, Flavin Dias, Viviana Qui tela, Maria Fernaida Gamalio, Ricardo Maldonado, Patricia Selnwartz, Pablo Feméndez, Luciana Muriago, Vanina Nielson, Maria Moya) Montero, Elvira Lamborghini, Silvia Seareella, Marian Gentile, Aviel Faleoff, Marta Del Citto, Leonel Tesler, sbriel Damenicucci, Mariela Vigil, Cecilia Fava, Alejandro Montiel, qne se han ido incorporanclo paniatinamente. Tista pablienci6n cuenta con las elaboraciones de muchos de ellos: Daniela Camaly y Estela Schussler que sostiencn dems su prictica clinica en las gnardias de los Hospitales ao la Cindad ‘Tomasa San Miguel quien ha transitado las urgencias en sn veconvido institucional como residente y hoy sostiene su apuesta de transmisiéa en la Universidad y como supervise ra clinica en el hospital. ‘Gustavo Sobel que con sn vasto recorrido clinico apor~ ta la perspectiva particular de la urgencia en las institu ciones privadas. : Silvia Sassaroli con su constante compromiso con Ia ely nica y.con Ja Universidad. Lorena Hojman, que habiendo sido alumna de Ia mate via, ocupa hoy el lugar de docente transunitiendo su préctica del psicoandlisis que sostiene en el Coxnar. TB) valioso y original aporte de eseritura de Sergio dabalea ‘Adriana Soto con su tarea sostenida en e} Hospital de San Isidro ‘De este servicio quiero destacar a ou jefe, Guillermo Belaga, wn amigo con quien recorri el desafio de ta jefatura de residencia en el Pifiero y las primevas preguntas acerca del lugar del analista on las urgencins. Hoy nos aporta su trabajo tedrico y abre cotidianamente las puertas para que los estudiantes ingresen a la clinica en un Servicio gue da cuenta de a eficacia del psicoandlisis. Contamos con variados aportes de San Isidro: Nilda Her mann, Nancy Crasnich con su singular trabajo en los talle- res, el equipo de urgencias del cual han escrito: Bmilio Vaschetto, Florencia Arellano; Ménica Bureau, Evangelina Punto de Hegadto, punte de partida Invazabal, Jorge Faraoni, Laeas Leserve, Ignacio Penecino y Ratil Solari; trabajo con ellos en ¢} espacio de contral donde Ia clinica nos intervoga ‘A Patxicia Corwzza y a Viviana Loponte que habiendo sida de las primeras ahumnas de In préctica hoy sostienen la trans- misiGn posibilitando también day forma, con pocos recursos, a proyectos ambiciosos. Quiexo destacar In partieipacién comprometida y funda- mental de quienes ademAs de sus trabajos tedricos, han he- cho posible esta publicacién renpiendo los shateriales, corti giendo estilos, disehando: Valeria Mazzia, Lucas Leserse, Marta Coronel, Veréniea Perelli y Alejandra Rojas, a ella le debo el impulso que aporté para plasmar éste y muchos otros proyectos a lo largo de los aio El profimdo agrndecimiento a las instituciones asistencia. tes, a sus divectores y coluboradores que abren generosaunente las puertas de su prictica haciendo posible esta apuosta de for macién, que si bien “desordena” las aulas y Ios hospitales, re- ameva con el aire fresco que los estudiantes imprimen. Un agradecimiento especial a todos aquellos analistas ‘que desde 1996 han contribuido con sus aportes epistémicos ‘a enriquecer nuestra propnesta a través de clases, comenta- ios, ponencias, permitiéndonos repensar nuestra posicién en Ja clinica y en la transmnisién, Eu este bro pavticularmente a Silvia Baudini y a Oscar Zack. A Osvalda Delgado y Fabian Naparstek con quienes comparto esta apmesta permanente del psicoandlisis en la Universidad. ‘A Ricardo Seles quien, en ol Lams, trabajé eon um gra- po de analistas en la investigacién de la urgeneia y hoy diri ge PAUSA, una institucién dedicada al tratamiento psicoa- nalitico de las urgencias subjetivas ‘A José Luis GonaAlez que nos permite imaginar las con- sectiencias de la presencia de un analista en una institucién, Cenanuso, destinada a la asistencia de une elfniea de tan com- plicados ribetes como es Ja de las adiceiones, ‘A Carlos Gustavo Motta, que ha aportado un riguroso trabajo sobre la problemética del HIV y nos ha provocado y sorprendido con Ja presentacién de su cortometraje. 16 Tiempos de urgonsia. Fatategln del sul, estemtenion ded amis A Dario Galante que desde hace atios colabora y envi ‘quece nuestra propnesta Un agradecimiento especial a Diana Campolongo can quien comparta la amistad, ¢] profundo interés por el psi coandlisis, Ia pasién por la clinica, ‘Prabajamos durante 2xu- chos aiios en ef hospital Piero, alli contintia con su com promiso decidido, ‘A Eliana Ruiz, Mariana Nisenbaum, Maria Rosa Sette y Verinica Buchanan, que han dado un gran paso aportando su experiencia y st perspectiva como estudiantes, ‘A todos aquellos que en Ins dornadas acercaron sus aportes desde otros lenguajes a quienes dedicamos ol apar- tado 5° del libyo. Alas autoridades de Ja facultad, al Consojo directivo, a la Decana Saxa Slapak eon enya gestién se ha avanzado y pxo- fundizado en el desarrollo de Ins Précticas, espacio de forma cid fandamental que legitima y fortalece la presencia de los psigdlogos en los aistintos Ambitos de insereién profesional. Al Secretario de Extonsién Universitaria Jorge Biglieri que ha trabajado en Ja firma de convenios que posibiliten In rotacion de alunos. Aleditor, Juan Carlos Esquivel por hacer posible esta pu- blicacitin, Y fundamentalmente a los estudiantes gue a lo largo de estos aflos recrean nuestro trabajo cou su mirada, interro- gantes, cuestionamientos, siempre nuevos. Presencia que orienta y pone en causa nuestro deseo por In transmisién del psicoandlisis y transforma cada dia en un punto de partida Inés Sotelo 2005 éPor qué una Practica Profesional? éPor qué Clinica de la urgencia? "Sin titulo” Luz Mango &Por qué una Practica Profesional? éPor qué Clinica de la urgencia? Inés Sotelo® ib Practica Profesional forma parte del Plan de estudios de la carrora de Psicologia de ta Universidad de Bue. nos Aires, Es una materia obligatoria con una variada gama de pro- puostas pedagdaicas que responden a las diversas orienta- ciones de Ja carrera; Trabajo, Forense, Educaciin, Comuni- taria, Clinica En el marco del Area Clinica, dicto desde 1996 “Clinica de Ja Urgencia” La propuesta surgié desde mi Ingar de I Residentes en ¢l Hospital Pifiero (1990-1995), En el aio 1990 se abria la Residencia de Psieélogos en cinco hospitales dependientes de Ia Municipalidad de la Cin dad de Buenos Aires, hoy Gobierno de Ja Ciudad: Los psicélogos que accedieran a estos cargos deberian rotar por diferentes equipos del Servicio de Psicopatologia de hospital, asi como por Centros de Salud del Area Progra matica; el contrato inclufa una guardia de 24 horas. ‘uctora de *Psicommlista. Miembro de la Asociacién Mundial de Psicosdlisi y de la ecuela dela Orientacién Lacuniann. Profesora a cargo dela Pricticn Profe- sional Clinica de Ia Urgencin, Facultad do Pricelagis. UBA, Supervisors clinica en el Bquipa de Adultos del Hospital Argorih en Ie Residencia de] Hospital Evita y en el Equipe de Urgenciae del Hospital de San Isidro (onisoteleapeisba.n), E EET SEE 1a Tiempos de nngencia, Hstrtegias del puflo, esraters deb aolis ‘Los psicélogos, en su mayorfa egresados de Ja UBA, con una formacién yun interés fmndanentalmente ligado al psi coandlisis, cuestionaban firmemente su incorporacién en un Ingar eminentemente médico ‘La contingoncia institucional condyjo a ecapar dichos es pacios en los que la urgencia aparece en sus diversas mou Jidades clinicas. ‘Durante osos aitos fixe necesavio inventayse wn lugar, expita Iiear Jas experiencias de otros analistas en Jas guardias, armar controles y cursos especificos, pensar las (ctieas pertinentes fen la guavdia a la Juz de wna politien distinta a ln médica. ‘Tacticn, estrategia y politica del analista en Ja coywn- tura de emergencia que este dispositive asistencial po bilita desplegar ‘Jacques-Alain Miller, en su curso actual ‘Piezas de repues- to) inédito, divé en su primer clase que 6) ensefia a titulo de anartir del psicoandlisis, agregando que 3a posicién de mértir es aquella a la que se lega cuando wno tiene una pasion. Tnclair a los alunos en estos espacios puso en jucgo la pasion por Ja clinica, sin a cual es muy dificil sostener Ja prictica en las instiinciones y 1a pasion por la transmisién ‘que transforman ol recorrido con los aluomnos ent wn printer encuentro con las instituciones, con Jos sujetos que pade- cen, con los sintomas. ‘En el reencuentro con antiguos alunmos es frecue! euchax que la experiencia de Ix pasantia, o Practica Profe- sional, marea un antes y un después en Ja formacién y en Ja posicién ante la clinica Qué han encontrado en esta modalidad de materia tan particular? Han encontrado uma inversién de la légica universitaria en Ja cual go lee y se reproduce con mayor o menor actitud ‘exitica, Ja palabra con garautia de autores y profesores. En Clinica de la Urgencia, el texto fundamental seré el el paciente y es a partir de alli que los alumnos se pondrén fa trabajar para leer dicho texto, para entender Ja légica de Ta ante es: 1, Miller, Jueques-Alain, Pteesdétacheé. Ours0 2098-2008, Inéiite, sotstincan rnc och _Inés Sotelo: éPor qué uaa pictiva proferianel? dor qué Cliuien institucién y de las otras disefplinas que y isciplinas que intervienony, pera eon {eecinar informes e Historias Ciniea, consti ence, y wl vor a Tos textos para axticwlar teévicamvente Ja observa Exic Laurent Aird en Ciudades natiticas:® srvacién, Jas exinas forman vn testo ein faa prearci el tcain dened; hy nee test, oon rg de dae stop ser da ado, Un texte avo podrd surge te esta present silencio en las margenes del texto, . ate BI abandonay el lugar fimdamentalnente tedvico que nuestra carrera tenia y empezar a pensar nuestro lugar en Ja guardia, la admisién, le interconsnlta, ha provocado inte: resantes movinrientos en muestios alummos. Profundos exes tionamientos acorea do Ja salud, la enfermedad, Ta locura, el encierro, la inimputabilidad, la responsabilidad, las terapéu- ticas, 105 firmacos, el psicomélisis, la psiquiatria, tomazon otra dimensién cuzmdo no sélo eran palabras de Foucault, Fred, Lacan sino la desgarradora realidad del sujeto al que al oe centrevistaba a as pasantias fueron ereciendo, mejormdo sus propues- ee co que en poco tiempo ocuparian como concuurrentes 0 resi dentes Se ha yilgndo et emtacto det con nina, soi dele cue ye acme doen ue pei Han encontrado también institueiones ai fe Glgs alse ei laieuad eta Fie se oot Sus cuestionamientos, sus ideales. Espacio imprescindible donde los pacientes Ilegan a transitar sus wrgencins, espacio que con sus aleances y limites conduce a los estudiantes a pensar el lugar del snalista previo a la transferencia, previo ‘ala instalacién de Sujeto Supuesto Saber, pero operando de odo tal que esa urgencia se ponga a decir, que algo del gri- to se transforme en Tlamado. 2. Laurent Bye. “Ciuasdes Analiticas” en Ciudad Anal a ‘ Analiticas, Tres Haches, SITE aes ‘ag_tiompos de ongenela, Estratgion del sole, extention de) analite ica eotidiana preestable: AIK analistas decididos sostionen sv Pi mente, inventando sin estindares ni programas n* Gtico, y dispuestos a lograr ine cidtos pero eon todo el torvenciones eficaces ‘Ge han encontrado también con las presentaciones clini cas a través de las formas sintométicas de la époens ob sult tmienta Iramano estractarado como um mensaje, como dice Baie Laurent, la Tetva viva pero donde las modalidades més Greenentes son el acting oud, ¢] pasaje al acto, las adieciones, srorexias, raptara de Jos laz0s, clinica de Tos tiempos del Gio que no existe, ciniea de los desamazrados, de Tos inele Siheables; eintoma que habla de wma marca de goce y alli la jntervencién a veces tnica del analista apuntando a dejar wna mnarea dinigiéndose al sujeto de manera inolvidablo. ‘Tansitamos wna époce signada por la clinica de la medi cacién, Jo enal cambia la perspectiva semiotégiea. Vemos ex: fendevse cundvos psicopatalégices caracterizados por wn sit toma: anorexia-balimia, pamico, depresién, ansiedad, tras: tomos absesivo-compulsives. Tic Laurent! sefialard gue gintoma invade las normas del campo social, constituyendo dam “estilo de vida", asegurando que el DSM pone en sx higar Jos sintomas como nuevas normas de Jo viviente, como mo- dos de gozar. “Si los sintomas son modos de gozar, se S86 fran unos a otros, puesto que no hay sentida comin a Jos sin- tomas” y el psicoandlisis sefiala que el inconseiente estrne tarado como un lenguaje se constraye como equfvoco siem- pre sometido a Ja imposibilidad de hacerlo unfveco Fin las practicas diversas en las que los alwmnos han par ticinado, se ha ido ubicando que Ja diversidad de abordajes no depende de profesiones o de profesionales, sino que la forma en que Is wxgencia del sujeto se aloje, ol diagndstico, él tiempo que se ofvece, las intervenciones que se decidan, 4, Laurent Bric. “Phuvalizweién actual de las elinicas y oriontacin hacia et vamos en Paicoandlsis y Salud Mental, Tres Hashes, Buenos Aires, 2000. erent Brie, "La extensiin del sintorza hoy’, en Pstcoandiss y Sale Men tal Tres Haclea, Buenes Aires, 2000. | Inds Sotelo: aor qué una précticu proferional? ear qué clinica. 23 Aepender’n de In concepoiin de-sujeto, de sintoma, de eu asi como de la posicién de quien reetba dicha mrgeneia Se haan encontrado finalmente can sus propias wee con tas do las insitiones, de os profesionales y lan en: 8 y transitarlas a través del propio andlisis y #) contro opt pliant emustda por esta pasiinsostenida jarante alls por cada docente qne ha participato y parties a de linea do la Urpencia” desde tas antes y Teste las Insitucine, asi como por totas aquellos que con sue oe es clinicos y epistémicos enriquecen mmestro recor por sobre todo por los alummos enya presencia campromet da orienta y eausa nvostro trabajo a sss ii ie |. Respuestas a los tiempos de urgencia “Nifios” Andrés Sanchez Nogueira La urgencia y el tiempo Silvia Baudini* TVD intezesscrtttece uns sean gu trata de des rrollar entye la urgencin y el tiempo. Voy a referirme a la urgencia en psicoandlisis, es decir la wrgencia una vex que se inclaye en el discurso analitico. En tanto el sujeto de Ja urgeneia le habla a um analista, La urgencia necesita tiempo Es necesario diferenciar la emergencia de la urgencia. La primera no da tiempo o bien se velaciona con un modo del tiempo que es el de la cronologia. Hs la emergencia donde lo que esté en juego es lo fisico: mm abdomen agudo, una crisis cardiaca, un edema agndo de pulmén, un paro respiratorio, etc, Es la emergencia médica, actualmente cara a los televi- dentes, pues In serie ER ya leva once temporadas. ‘También tenemos la emengencia psiquidtrica. Los cuadros de excitacién psicomotri, Ins crisis psicéticas agudas con zies- go para el sujeto y para tm tercero, los pasajes al acto, ete. En antbos casos, fisica © psiquiétiica, opera el saber mé- dico, la vespuesta inmediata y quien presenta la emergencia es un sujeto pasivo del actor médico. A lo sumo, se lo consul- ta para salvar la responsabilidad legal. *Médicn psiquiatra y pslcomatiste, AMB de In Eseuela de lo Orientnciin Lnemiana. Mienbve de la Acociceion Mundial de Psiconnélisis Supervisora do a residencia del Hospital Alvear y Torn, Supervisors del Ares de Talle: ree del Hospital de San Isidro. Docente de Contre de Relisbilitaeién Social (CENARESO). @baudini@s 28 Tiewpos de uegeneta, Ralrateginy del sujet, estraoias del amass La wigencia subjetiva es otva cosa, La wngencia no es we gente on el sentido del tiempo crneligicn, sino de una evé: tica del tiempo. Tomo este sintagma de 1m seminario que iera Jaques-Alnin Miller en Bahia y que fie publicado ex un libro que Teva ese titulo por Tres aches ‘Un caso urgente Una mujer que atraviesa por mn exis manaca con fo gas exotémmnas, se presenta muy tranquila en mi consult: oy me dice: “Soy ama de casa”. Yo habia escuchado wnas posas horas antes el elnto desgarrado del mavide quien re feria tres meses de una situacién gravisima en que In pr conte deambulaba con fugas erotémanas de allo riesgo, con total abandono de su casa y de sus 3 hijas, In menor de ape- nas 2 altos. A pesar de ello y sabiendo que habia habido una intemacién forzadn fracasedo, dito esporar aque consi deraba gue Ja indicacién era la internacién psiquidtri “onGracicla Brodsky en na presentacién publicada en Let Carta de ta Bseueia Nro. 122, sobxe La erica det tempo, se pregunta: {Qué principis nos autorizan a hacer ese uso de tiempo quo no es coun con ews el flempo que hacen otros Peicoamalisas de otra avientacin” Y responde: "la tibido so instala en el tiempo y es a partir deta aferenca entre lo fuga cidad del sujeto y la densidad del objeto a como se produce 1a diferencia entze logica y exdtica del tiempo. La idea de Ia exo ca del tiempo supone -agroga Graciela Brodsky fendmeno gue puede considevarse un fenémeno clinico: es el hecho de que el tiempo afecta el cucrps'? Entences se trata para nos0- tvos analistas de Ja orientacién lacaniana de wn enerpo afects do por ol tiempo, y dena erdlca que inclave el objeto a Volviendo al easo, durante el fin de semana se produce un episodio delirante hipocondrieco. Ya en la tervexa entrevista ‘i 3 Alves, Tes Haches 1, Miller, A. (2001) La erica del tempo, Buenos Ai Hachon 2. Brodsky, G., "La erética del tiempo” en La Carta de lu Bscuela Ni 122, pagina & Silvie Holdin: ta wryensia y ef timp 29 viene any confundida y desorientada, no podia encomtyar ef consuillorio, Ha tonido relaciones sexuales con ttn taxista que conoce en ta ealle y ya han hecho planes para vivir juntos y Gon sus hijas, Pero también dice que el alma de wna amiga Brostituta asesinada pocos meses antes de su crisis, se ha metido en su enexpo y que quiere apoderarse de su maride. A Ja siguiente entrevista Inego de ma experiencia deli. rante que afeeta su cuerpo, ane pide que la.intemne, aceedo, ‘Vemos en este caso cémo en ia légica maniaca que habi- taba el tiempo del sujeto, un tiempo de futuro veloz, en cier. to modo instantineo, comienzn a aparecer la relacién con ¢] objeto, una velacién mortifera ahora percibida de modo delirante, que se pone en cruz y permite abrir un espacio para In operacién analitica. La demanda de ponor un freno a ina pulsién de muerte acelerada, viene det sujeto on tanto la er fica del tiempo afecta al cuerpo. (Sentia que estaba mmerta y trataba desesperadamente de mover piernas y bravos que no le respondian). Esperar, con el riesgo que comportaba, fuo la apnesta. Una espera con cierto eélewlo que operé alli donde las medidas més extremas habian fracasado. Efectos-eficacia-resultados Los hechos recientes de episodios catastuéficas en la ci Gad de Buenas Aives han demostrado el ugar que tiene hoy Ia Aancién psi. Estar allf donde el tranma se produce, en el instan. te. Sin dejar espacio para que ninguna demanda se produsca Bn su texto “Disemso a los eatélicos", J. Lacan habla de formas livianas de sugestién, que tienen efecto y que pueden encon- trav interesantes aplicaciones en el campo del conformismo, Inchuso de la explotacién social. Lo que acrecienta la impoten. cia a medida que se ponen en marcha dichos efectos. Entonces €l hombre se encuentra en ima impotencia cada vex, mayor ara encontrar sx propio deseo y vive en tna angustia que vuelve cada vez mas estrecha lo que se podrfamos llamar su oportunidad de invencién.t 8. Lacan, J, (2008) Le triomphe de ta réligion, Por, Seu 4 aEOT estates del anata {30 Tcmoe de genein Haag del ee ranma se verificat Lo que Miller Nama el eataplasma del ¢rau hoy en aestra cotidianeidad La progresiva disohacign de In 9 Thecho que la frncién de Ia terapia sea cada ail done ates estaba ln pra del méicg Que eso no se detenga, volver a xm rapidn restitncisn del entado anterior, es Ja que anima esa préctica de 1a urge cin frente al ran ro tanbign es cierto que si hay wm Togar donde ge Ye fica que hay efectos teraputicos en psieoamlisis es en 6) taniinto do la wngencin subjetiva. Pues isola entrada eno Geuttag analitico produce wa efecto terapéntico, Por efennie UMnelguaunienta de ls estados de panic, saciones de Smguatia, oa postesgacién de pasnjos nl acto, Son efectos. Oe Fapeutioos Snmediatos de a entrada om ol dscusgo onal, ‘Millor cit wm caso de su eliica en wna clase del 18 de abs dae 1988, de an curso Del Sinfonia al fantasma y retorno, clase Ge Teva por titulo “Los efectos torapéutics de Ia experienc! tice” y que tiene wn apartado sobre In Ungencio subjetive RRelata quo wn hombre vi a verlo eon ideas suiidas y uns semana después le disente el precio de las entrevistas, ¥ regumta jcamo conduc a ese svickla a poner prin Primun vivere en evidencia? ae i efocio tarapéutico es wn sestablecinionte 36 fe sneostasis, Lo que no es poco en casos en que le pérdide 0616 ra os de ies eed a trabajo. {Pero es suficiente, des- ha edicina en la cient la vee mas presente, da restitucién am Ingar donde se veri aso que menciono on este trabajo, fe el punto de vista del psicoanilisis’ : Por ello debemos diferenciar efectos y resultados 0 ps ls, ‘Tengo la tarea de conducir Ia organizacion de} “egimns> Bnewentro Americano. Y Ia Comision de Oxganizacién ds 1 ‘cho Emcuentro invité a 13 colegas de la AMP a esponect una pregunta: {Qué es para usted wn resultado ferapente en psicoandlisis?* Bn esas respuestas empe yencia entre efectos y resultados terap a aclavarse para mi Ta dife 4. Publicadas on la plgina WEB del Segundo Encuentro Americans, epee eee eee eee a area iiesonnessionceseennini — etre Silbio Holdinis Jr urgoneta y ef Hiempo 3 Por ejemplo tomo Ia respuesta de X. Usané que dice que hay dos efectos Lerapéuticos duvante un andlisis. El primero se obtiene por a veinteggracién de lo traumati: co en el disemrso inconseionte del sujeto, y surge de la transfe. rencia, Pero se pregunta: {son estrictamente analiticos? J.-6. Miller en Ia clase antes citada, dice que cunndo se preguntan cual es el agente terapéutico en la experiencia analitica; decir que es la transferencia, le parece, totalmente insuficiente pues os degradaria a una especie de placebo psi- coanalitico. Bs decir, comeide con Esqué en que ese aspecto ae la transferencia no es el que el psicoandlisis promueve. Recuerden que Lacan decin que ia transferencia otarga po: der a condicién de no usarlo. El sogundo efecto terapéutico, no est ligado a la suposi- cién de saber, sino a Ia pérdida de sentido que la interpreta- cién del analista, al revés del incnseiente, produce. Y es aqui donde uhiea las consecuencias éticas para el suijeto. Por iitimo el resultado, dice, es el sinthome, es decir el sftitoma desabonado del aparato seméntico del inconscien. te. Lo incurable, Miller también ubiea el sfntoma como aque- lo que no se reduce solo aun efecto seméntico, recordemos que la reintegracién de lo tranmtico en cl inconsciente per- mite aportar um sentido, el sintoma no sélo es un mensaje invertido del Otvo, tal cual era el punto de partida de Lacan en el Discnrso de Roma y el fundamento de sn optimismo psicosnalitico, En e] sintoma hay wn goce inchuido. Por ello no sélo hay que poner en juego e! efecto, semntico o de ver- Gad del inconsciente, también ost el producto que no res- onde 2 las mismas Jeyes que el efecto. Freud lo descuibre con la reaccién terapéutica negativa y el masoquismo primordial. La RTN dice Miller-no es el revés de Ja reaccién terapSutica positiva, sino el descubrimiento de que hay algo, wn gove, que no responde a los efectos semanticos. Bien tomemos esto: E) primer efecto terapéutico es lo que podsfamos Hamar el adormecimiento del sentido incons- ciente, y vemos que la pregunta de Miller la retoma Esqué, qué es lo gue hace que un efecto sea analitico. La respuesta es las consecuencias éticas para tm sujeto. ¥ esa ética siem- pre esté ligada a la responsabilidad sobre el goce. 4 2_"Ternpos de urgencin, Fatraters del wast, esestegiag del apaligs Ubicar el brruma como wn acontecimiento por fuera de Ia responsabilidad, un hecho externe que sume al snijeto en Ta pexplejidad y no avanzar en Jo que hay de responsabilidad singular de hacer con ese trauma es lo que deja sina, el sujeto queda entonees primaria aun on la form €) efecto del lado de la catap! entyampado en wna forma de la demanda mi Otro que tiene y que debe resaveirlo de lo que le ha pasado. HE. Laurent dice en su texto “Hijos del trauma”, publicado ex La wrgencia generatizada: "Proponemos no ceder al atrac: tivo falsamente explicito de los modelos cuantitativos, sino considerar que es siempre cuestion de un sujeto, de su inv conseicnte, de lo que para é1 las palabras quieren decix”.* De olvo modo, esas grandes categorias andnimas, los traumatizados, quedan suspendidos en relacién con In de manda en st vextiente legal, hor difimdida hasta el punto que muchas veces la accién médica se ve paralizada por el temor 8 los juicios. Miller hace un recorvido por Ia Jengua francesa para whi car el término plainte (queja) en su vertiente juridica (plaintip, y cémo cada sxjoto de la queja es un demandante en el sentido legal del término. 'Y bien Ia eficacia del psicoandlisis, ew resultado no pac: de desconacer 1m sujeto responsable de su goce o con Freud de Jo gue hay en él de pulsién de muerte. El resultado entonces es aquello que no puede curarse es la yeducciéin maxima del sintoma a To que tiene de mas singulax Por supnesto no es esto To que se logra en wma atencién en crisis, cuando reeibimos al sujeto de Ja uxgencia, pero eso debe estar en el horizonte del analista. S6lo hay psicoanli- sis aplicado a la terapéntica si el horizonte del analista es la Escuela como lo que produce analistas. El producto final entonces es wn analista, 5. Laurent, B, (2004) "Hijo del trasna” en La urgenci generatizada, Belaga, G,, (comp }, Buenos Aires, Grama, p. 29. La urgencia generalizada. Las respuestas del psicoanilisis en las instituciones Guillermo A. Belaga* 4. Introduceién Fen eis jomatas me propengo vetexiona sve la pre tica del psicoanslisis en el ambito de la instituciones en Te époea actval, tomando como problema un fendmeno muevo que dimos en Hamar: le urgencia generalizada, que comprende las “mgencias subjetivas” (a evisis) y aspectos de a tradicional emergencia psiquiatrica Esta entidad clinica y politica esté en eorrespondencia con un nuevo régimen social, producto de un mundo trans formado por la ciencia y In globalizaciém econémica, earacto- rizado por In caida de las tradiciones, Situacién ante la cual el psicoanélisis debe reponsar su standard en tanto ahora se relaciona a ima sociedad que dejé de vivir bajo el mito del padre edipico, bajo ese modo en que se inscribia la prohibi- cidn al goce, stamos ante un padve motemo que no puede asegurar ni decidir sobre la distribucién del mismo de ma nora conveniente, donde las familias ya no cuentan con el Otro de In Ley de antatio FRE i SA Tlempas de wurgeneio, Estratesiat del sujet, csteatgioe del anatita Rsto implica, trastadado a la clinica cotidiana, que ya no aya nada que constitaya uma barrera, que esté en Ia posi cidn de lo prohibico. Algo se desarvotla sin encontrar limi tes, por ejemplo el consumo, pero también la preeariedad del snjeto, y con esto el miedo que organiza Ja vida catidiana, Al respecto, encontramos autores no vineulados divee tamente a lo psi” que también ilustyan esta sitmacién conio Anthony Giddens, que dice que el nnevo orden sociad domi nado por la tecnocultura o In tecnoestructura produce dos efectos: mmo que vivimos en un mundo de “incertidumbre fabricada", que penetra todos los Ambitos de In vida; y otro en que como consecuencia del fin de} orden tradicional pa: triareal, se da ¢] fendmeno de Ia caida de los guiones gru. pales (las clases sociales, la familia pequefia, el papel de las mujeres, ol de los hombyes) que orientaban y situaban al sujeto en identificaciones sociales estables. In conse. cuencia, ahora el individuo tiene que hacevse cargo cada vou mas de su propia definicién, de xe-afirmarse en modos de satisfaccién “auténomos". Al respecto, vemos como estos fenémenos se pueden constatar on la practica: Ja "incertidumbre fabricada” esta en el relato de los pedidos de atencién ligados a Jo contin: gente, al acontecimiento, a la urgencia. Mientras que el se- gundo se deduce de lo que Hamariamos los “delirios de iden. tidad”, expresados en el “yo soy toxicémane’, “yo soy ano: réxico”, “yo soy normal’, ete. Enel caso de la patologia del trauma gue es Ja que nos interesa en estas jomadas, existen varios campos de estudio a lo largo de Ia historia. En principio Ja misma fae investiga. da a partir de las neurosis de guerra, luego se agregé el fe- némeno traumatico de los campos de concentracién nazis, y finalmente Ja “patologia civil del tranma” origmada en las megalépolis del siglo XX. En relacin a este Gltimo campo, Paul Virilio las ha defi nido como “Ciudad pinico”, De esta manera, este arquitecto francés analiza como la ciudad occidental dejé de ser un lu- gar de lo politico, de Ia efvitas. Describiendo que la desregu Jacién y la desreslizacién han penetxado en la misma, y se ha operado una inversién: Ja ciudad, que alguna ver fue el eorazén Guillem A. Helago: Lat urgenie generntivada de la eivitizacién, se ha vuelto ol acidn, se ha vuelto el corazén de In desestretu raciin de Ja hnutamidad a Bn restmien, existe mma patologin 6 2 patologi propia de las: mogalipo lis donde se mezcla cualquier tipo de catastrofe técnica, de accidente individual 0 colectivo, con ba agresién individwal ln violencia urbana, la agresion sexnal‘el tesxovismo, ele, Peso es Snsaxuridad soci, no e8 solamente un fend ‘meno sociolégico. De hecho hia sido elevada, y: esto es lo nue vo, al plano de Ia elinica, 8 — 'stamos ante un fenémeno que busca su teadwecis . usca su teaduecién en el plano cientifico, que se encnentra en la interfay entre la des cripeién cientifiea del mmdo y wn fendmeno enltural que ia excede, 6 decir, la inmersign del sujeto en In sociedad. __Histo ceurre porque frente al vacio subjetivo, donde ya no existe un ideal conmiin que iguale a los sujetos, Ia ciencia pasa a ser distumso que da mn abrechansent, sensi, iseayso de Ia cienefa aparece como wm punto de capité 0 decapitén, como el Nombre del Padre, avanzando en la descripeién progea mada de cada uno de nosotros ~desde Ia programacién gend tiea hasta la programacin del entorno, pasando por el ed. culo cada vex ms preciso de los riesgos posibles-, hace exis. tir una causalidad determinista universal, Bs tma nueva manera de forinalar la newrosis de destino freudiana, Entonces el mmdo toma Ia apariencia de wm “programa de compuiaciOn”. Y es en la medida que esta cansalidad toma consistencia, que surge el eseéndalo del trauma: lo contin fente como fo imposible de prograinar. 1 trauma es lo que escapa a toda a, atin mn a a toda programacién, atin mas todo lo que no es programable deviene trauma {ith #8 ariba a definicimes que propician Ia considera. cién de wma nueva clinica producto de la ampliaei andmeno traumitico — ‘La “urgencia generalizada”, habla de un traumatismo, tanto en nivel de lo coletve como en el deo sigulay, don. le encontxamos una impotencia del diseurso a la hort leer el acontecimiento a Al respecto frente a esta ia com @ a esta impotencia comin surgen dos Jecturas posibles: una el posi-traumatic stress disorder ~"Pras. torno de Hstrés Postranmético de los manuales estadisticos 4.6 Tiempos he vegoneia, Pstratggias del sujet, estrategian del anatist epidemiolésgicos, e} manual americano DSA TV y el manual truopeo ICD-10, que intentan reduciy e] rawma a wm funda jnento biclégico universal, transcultural; es una respuesta {que ayyunta a la pura homogeneiracién de los snjetos. Hin cam. bio, el psicoandlisis sostiene que la veaccién frente al tau matisme es muy particular, que se debe escuchar la singw Javsiad de cada uno, y qué por lo tanto no hay wn teat miento estandar de los efectos de un Orxuma. Ademés, no por ser un sobreviviente, no por haber estado snvelucrado fon na catéstrofe ya se es nin traumatizado, Debe haber Ia. gay pava que cada sujeto aprés coup defma su trauma 2. La singularidad de los casos BI psicoanalista, como dice B. Laurent, se define por su deseo de hacer suxgir la particularidad de cada cual, on el seno de Io que es vivido por todos. Nos detendremos, siguien do su intorvencién en Madvid donde comenta luego del aten tndo texrorista wna serie de casos, en el presentado por mes tra colega Araceli Fuentes. In el mismo, a posteriari ol trau niatismo toma In forma del abatiniento de wn swjeto por si culpabilidad: “enlpabilidad referida a To que pudo hacer y no hizo (..) no 2 detuvo a ayudar a Jos heridos”. Tau hugay de eso Sgalié despavorido de la estacién de Atocha”, Mientras co rria despavorido, este sujeto en su buida se cruzé con wn hombre que tenia la cara ensangrentada, y’ otro estaba thre. do en ol suelo en una posioién que recuerda al Cristo yacien te. Asi, Jos sintomas clisicos del trauma surgen por la noche con una posadilla que se le repite: “el momento de la explo- sién y la imagen de] hombre-Cristo yaciente", Asociando qve se reprocha no haber podide estar a Ia altura del diseurso religioso “que le habia sido transmitide por su padre”, un padve todo amor, un padre que le enseiié que habia que por ner Ja otra mojilla, Bl no pudo estar a Ja altura de ese man- dato, y por lo tanto el trauma surge desde donde es mirado, en este caso desde el Ideal del yo *Pero, en ol momento en que Jo real inrumpe, su respuesta de lida muestya que no se identifica con el Cristo yaciente Guillerne 4. lslaga: La nrgensie genwrulbrada 37 de su sueio, no se iMentifica con aguel que sacrifieé su vida por os hombres, no puso la ota mejilla, Nis bien ) acontecinien. to le Heva stibitamente a reconocer en é1 Jos poderes del oti, Como cenclusién de esta vitieta, el analista deduce de Jos dichos del paciente la Igica de su posicidn, que es Ia com traria a wna posicién idealizante. Asimistho, se demuest cémo en la cura, la responsabilidad dol sujeto pasé en un primer tiempo por reconocer el odio que se habia desperta- do en él a raia del trauma, “wn odio desconocido hasta enton- ces", Frente a lo xeal del trauma, la Yamada al padre que seria todo amor no tiene respuesta. I] sujeto sigue angustia: do; y esa angustia es um intento de suplencia por la via del sentido religioso que fracasa, Finalmente, como ensefianza queda en el horizonte del recorrido la orientacion seguida por la analista, escuchar decir ese odio y mantener abiexta Ja via para que wn dia pueda emerger el cardcter propio de Ia vergiienza en la subjetivacién de su ser 3. La diferencia de los sujetos y 1a homogeneizacién biolégica del estrés Asi como encontrames diferencias en cada una de las re- acciones de los sujetos frente al traumatismo, éstas se vuel- ven a encontrar en las reacciones colectivas a una experien- cia traumatica masiva. Cuestién que intenta borrar la referencia que se hace a un estrés biolégico que vendria a inscribirse en un cor- tocircuito con el Olxo de Ta civilizacién, Intento que He- varia a definir una suerte de estdndar de la reaccién del organismo afectado. La reaccién frente al traumatismo colectivo es muy parti: cular. Es a la vex simbilica y panica, como se deduce —por ejeni- plo- de los atentados terroristas en Nueva York y Madrid. Entonces, partiendo de las manifestaciones en la calle, de las multitudes compactas que ocuparon las plazas y las avenidas de Madrid y de Espafia, que forman parte de Ja cul- tura espajiola, Ja cultura de Ja calle, de las manifestaciones de los afios treinta, de la costumbre de salir a pasear. Se 11 Tiempos de nngensia,Uisleatenian det sujet, extaegios del anatita puede decir que cl drelo espaial es masive y exteriorizade. En este sentida, se puede realizar ana Jectura similar con Jo que ha ocurvido con In tragedia de “Cromagnon”. Aqui, se adopta la forma de las grandes movilizaciones de fines del 2001, y también las que ocxrrievon con ta eaida de Ia dictadu- ya, porque ais alld del componente politico, no hay que per der de vista de que se trata de wna forma de dnelo colective. Por otro lada, no se puede decir que Nueva York no haya conocido jamas manifestaciones de solidaridad en masa. Po- demos referimas a las manifestaciones que en 2002, siguie- yon al breakdown de electricidad, al apagén que sumergia a. Ja motvépoli en Ia oseuridad y Je impuso la inmovilidad. No obstante, la'reaccion al estrés posterior al 11 de setiembre se diferencia profimdamente de esto. Fue muy soxpronden- te asistir al proceso de individuacién que jmediatamente pasé a primer plano. A los muertos en snasa venia a respon- der una desmasificaciin, mos nombres precisos, los testi monios de los parientes, Ins velas colgadas a lo largo de las vallas del ground zero 0 on la verja de la iglesia de Sam Pa. lo, tan cercana. BI duclo en masa en este caso se afirmé como individual ¢ interior, avnque faera espectacular ‘Asimismd, mas allé de esta dimensiéy simbélien, Ibo ama manifestsclén panica, y el suxgimiento del mimero como objeto: niimero de neoyarkinos tomades de uno en wno, mit mero de espaioles inmediatamente eunidos y convocados por el acontecimiento traumitico. Manifestaciones de una emocién, de un afecto, de wn objeto pulsional Ess justamonte esta politica de la emocién, signiendo la tradicién freudiana, que Paul Virilio denomina como mani- festacién pimica, La misme embaraza a los intéxpretes y per tuvba las categorias politicas mediante las cuales se las in- tenta comprender. De esta manera, el acontecimiento y su aleance exceden los comentarios que intentan dar cuenta de 41, y se ve eéino los comentadares politicos y Tas “clases par lantes” en general, intentan reducir el sinsentido producido por este acontecimiento; pero el hecho resiste, verdadero agujera en el diccurso politico en general En suma, una conelasién a la que arriba B, Laurent, es gue el horror es “tranmatismo” en un sentido clinico -tanto sgioipesiwoscen nature cts GuiBlermn A, Belags tur aryeneie generabieader 39 en el nivel de lo eolectivo como en el de to singular en medida on que se trata de mmertos, deh ee dejar seenolas fisicas y psiguicas, pero, también en la iedida en aque erea un agujero en el diseurso com, rma iampotencia Aol discmso ala hora de Jeex e} aconteciniente : 4. Conclusién Entonces para finalizar, hablawos de wna “urgencia sub. jetiva” como mova eategoria clinica, en tanto sw presencia ya no es la urgencia como fenémeno estudiado elasicamente en las mannales de psiqaiatrfa 0 en los trabajos tradicionales de psicoandlisis, sino como una forme elinica, como muevo sin toma, més emparentado al ‘malvivir” del que habla J.-C. Milner para diferenciarlo de la psicopatologia tradicional, Pero, también abarea wn aspecto de la més eonocida y tradicional “urgencia psiquidtriea”, en donde el clinico se eneventya inmerso en esto verdadero agujero on el ais curso, enfrentado a lo indecidible, sin tener ya"una elinien yun contexto seguro, Situacién en Ia cual surge la tenta. Gién de recunrir al diseurso jusfdico y/o at diseurso algo itmico provisto por In Hamada medicina basada en la evi- dencia, y en donde el psiconnélisis en cambio, puede pro poner ota manexa de decidir, otra teorta de la decision para 4 terapouta y el psiquiatra Tiempos de la urgencia en las instituciones . Diana Campolongo* 4. Saber y transmisi6n 1 npetito en nosotros nes e2 vane, deseamos saber que nsto, {ros iqoranos. ¥ si logrames leantor esto en x plenitud, he Dbremos de wcceder ala decta jgnovancia. Pheswiada podvd yrds perfectamente sucederlo al hombre que estar sumassente inte vesado en le dactrina, que se deseubra dactisino en la misma Sgnorencia que lees propia, Y uno sev tanto més doeto, cuanto 32 fepa a {mismo més ignorante, Nicole do Cuse, Libve J, "Lo mixino absolute”, siglo XV, Nioolis de Cusa se apoya en Sécrates cuando éste afirma que de lo tinico que esta seguro es de que nada sabe. El psiconnélisis retoma este concepto de docta ignoran- cia, Lacan lo hace especialmente en uma serie de charlas en el Hospital de Sainte Aune en 1971, conocidas como “Bl sa ber del psicoanalista”, donde se dirige, o por lo menos pre tende hacerlo, a los residentes del asilo. Evoca abi los arios en que él mismo era no de esos residentes y dice: cl grado de ignoroncia apasionada que reinaba en Ia sala de guava de Sainte Anne, debo decir que es inevocable. ‘*Paicomnatista. Médiea UBA. Bspecialisis en peiguiatria. Miembro de In Eseuieln dela Orientacisn Lacuniana. Coordinadera de Docenciae bivestige: ‘iin del Servicio ce Psicopatologia del Heapital P. Piero, Miembro de la Sociedad Argentine de Pricepetologia de lo Asociacién Medica Argentina (earmpolonge@iibertelcom.t) | | 42 ‘iowpos de wegonsia, frabegin del sujet estratening del sai Imorancia apasionada entonces, como algo que animaba a aquellos que fenian por funcién, fimdanentalmente, va que se Gataba de In sala de guardia, atendey las urgencins Me pareeié que esta valoracién de Lacan, con relacién a Ja ignorancia desta privileginba hundamentalmente el pur to que creo de mayor tensién pava un analista que es Ia ne cosidad de dar respuesta, esto es: responday a }e demanda. Es en este sentido que Eric Laurent planted en el Congre: so de Salud Mental que es necesario responder a In deman da, pero desplaxindola B} saber, en el enso que nos seviala Lacan, no es el saber ex Ta vertiente del conotimiento, sino el saber que no se sabe, conto Ingar de lo iinposible de saber, y no come impotencia. No se trata de una filla en el saber, sina de wn saber eu falta, de wn no hay, que provoea el deseo (del amalista, del sujeto). ‘A partir de pensar el lugar de los analistas en Jas nrgem cias me interesaba sehalar como wn hecho suuy importante, dado el émbito en el que es posible esta conversacién, Ia ar ticulaciém entre Ia Universidad y el hospital Por el lado de Freud, snbemos que subrayé Ia perspectiva ae lo imposible: de enseiiar, de gobeimar, de psicoanalizar. Y es aqui donde el efecto de decepeién que muchas veces ‘ocumve en el practicante, tiene que ver con ese no saber, com Ja dificultad dingnéstiea, con los problemas buvoerAticos, con Ja bitsquedla imposible de un saber hacer La decepcién con relacidn a Jo que no se aprende del psi coanélisis, es coincidente con el fracaso de todo anélisis ideal, ya que se trata de leer al inconseiente no como mma cost miuerta, como una significacién ya hecba, sino con la rcen: tnacién de lo no sabido, avanzando inchiso en lo sabido hacia Jono sabido, al igal que procedemos en la cura analitica ‘Asi, podemos ser contemporineos, dice Eric Lanrent, si no repetimos lo ya bien sabido, sino que nos divigimos cada vez a un punte candente de no saber. Ir de lo sabido, 8 lo no sabido como en. el dispositive analitico. Podemos decir que hoy, un punto candente, y wa proble- ‘ma crucial para el psicoandlisis es el de las uxgencias, algo que nos ocupa cotidianamente en el ambito de las institucte nes y fuera de ellas, en el Ambito privado. Diana Compotongor Tiempos de la urgenetu en les fnstineiones 4:3 Entonces, si uno ensefia al borde de su ignorancia, incha ye el desconccimiento como tal, enande la ensefanza inclu ye esto, entonces es efieaz, sino es sélo una explicitacién, Esto articula transmisién y enseianza y ubica lo que Ia: mamos experiencia de un modo nmy espeeifico que implica a cada tno, cada ver, Encontramos ya en Avistételes, en el Libro I de Ja Meta: fisica que la experiencia es el eonocimiento de cada caso in- dividual, y que €l médico no cura a un hombre, a no ser accidentalmente, sino a Calias, a Sdcrates oa cualquier otro de los que de este node se nombran. __ Volver a resaltar Jo ya tantas veces repetido en psicoa: néllisis del caso por cago, no me parece excesivo, ya que es en Ja urgencia cuanto mas puede ponerse en evidencia este prin- cipio del psicoandlisis que lo diferencia de las psicoterapins ¥ de los protocolos de la medicina teenolégica. Bs en las wr- gencias donde lo que se pide es una ripida respuesta a un acontecimiento que desboraé la organizacién de un sujeto, sea éste neurético o psicdtico. A partir de esta que decfamos, al ser invitada a las jomnadas de la Pasantia Clinica de la Urgencia, la pre. gunta que me imaging: {Cémo intervenimos en las urgen- cias? Me quedé més del lado de Ins intenciones y no de las consocuencins, éstas iiltimas més propias de la ética aol psicoanilisis; asi entonces se desplaza esa pregunta hacia otra: {Qué efectos se producen a partir de las inter- venciones de los analistas en las urgencias? ¢Qué efectos en los que piden en la urgencia?, Y también entre aquellos otros que realizan otras pricticas en el hospital, siendo ademas en el que ejerzo mi practica um ospital general. 2, Intervenciones psicoanalitieas Blogimos el término intervenciéa pero adjetivandola con el de psicoanalitica que ofrece Ia orientacién, que indica que no es una intervencién sin consecuencias sobre lo dicho. 14_Tiompos do vigencin.Hsrategion del sujte, eslatepiag del analists No se trata en absolute de Ia inexistencia de efectos de sugestion (lo vemos con claridad en las psicosis), mi de ix en contra del sentido por estindar; estas intervenciones pue: den ser eficnces, siempre que no se haga de ello wna moral, una diveccién de coneiencia, Planteamos la intervencién analitiea en sentido amplio “interveniy es tomar parte en un asunto”, y esto indica la implicacién de} analista. Bl analista no queda por fuera de su acto, a diferencia del médico de la tecnociencia expropia- do hoy de su propia prictiea, foreluido como operador, en tanto responde a protocolos ya establecidos, Nuestro campo de intervencién en el Ambito del hospital presenta wna estructura de enjambre, donde se despliegan xna profusién de problemas y tensiones entre las distintas ticas que habitan Ja institueién, Siondo que la ética del psicoandlisis se orienta por ol deseo del analista, éste es un vector ético de ta division sub: jetiva, siendo, como decfamos, una étien de las consecuen- ias y no de las intenciones En las wrgencias el “factor tiempo" se hace esencial: la pause, le espera, hacen contrapunto con et campo médico donde en la urgencia “el tiempo es a0”. En Introduccién al métoda psicoanalitieo Miller comenta zm caso gue se presenta como wrgencis, planteando tres tiem: pas que fueron necesarios para que se formalisara tna deman- da, Se trata de alguien que pide uma entrevista como uxgencia, en ol primer tiempo se produce um efecto de alivio por Ia ama- da misma, al entrar en contacto con otro supuesto capaz de responder, luego el mismo Miller le pide, al finalizar ese en- exentro que pense y vuelva la semana préxima, sin cobrazle la entrevista. En la entrevista siguiente, este hombre le dice que al salir habia pensado en lamar para amular ese encuentro, Miller lo despide a los tres minutos, cobréndole txes veces el precio de una “sesién cara”. A la salida del segundo encuen- ‘xo el hombve llama para volver al dia siguiente. Bste pedido en tres tiempos produce asf una puesta en forma de la deman: da y una responsabilidad que queda de} lado del sujeto. ‘Me parecié muy ilustrativo con relacién a una manera de responder que posibilite un pedido, mas alld de la urgencia. Dione Cnimpotongo: Tiempos de to vrgeneia ev tos insitueiones 4.5 Asi lag intervenciones analiticas en las wgentias pueden po sibilitar a partir de un intervalo, el tiempo necesario para que se establezea alguna demanda. De alli que es necesavio ubicar la responsabilidad det an- alista y ahora si, las condiciones de posibilidad de que esto aconievca en el ambito del haspital Ei limite de las intervenciones del analista puede estar dado: por e) discmaso analitico mismo, en ante incluye la imposibilidad Yégiea; por Ia estructura y disposicién de aquol gue pide en la urgencia y su responsabilidad, como wn mo: mento de reclificacién subjetiva; pero también por las condi ciones que impone el hospital a las maniobras-intervencio. nes que considere el analista Entiendo la pregunta reiteradamente formulada de si es posible ol psicoandlisis en el hospital como un sintoma inhe rente a una prietica marginal al discurso médieo, Evoco aquiuna cita de Freud de tm articulo de 1917, “Una Gificultad del psicoandlisis’ Hoxemos constas; desde hnego, que no nos referimos a wa dif cuitad intelectual, «algo que haga incomprensible, para el lector oeloyente, el pscoandisis, sino a una diieltad alectiva a alen ‘gue enajena al psicoanlisis los sentimien(os del oyeute ol oe {or inclinindose a no interesanse por él a no datle exéito. Y, evidentemente, ambos drones de difiuliad prodtwen la mieann conseeuentia. Alguien gue no ve on simpatia sufiente una cosa, 10 Ia comprenderi tampoco ficilmente Recordarin ustedes que el afio pasado el Ministro de Salud, hizo una serie de declaraciones que pusieron en cues. tidn Ja presencia de los lacanianos y psicoanalistas en los hospitates. Hs asi que esta cita de Freud, me parecié may apropiada ya que pone en evidencia que es via la transferen. Cia, ese afecto que menciona Frend lo que hace posible que la presencia del anelista haga oxistir al inconsviente, Efectivamente, se traia de Ja presencia y se trata del psi- coanalista, es decir, la transferencia sin la eual, el psicoand. Hsis no es posible. Que un psicoanalista y un paciente se on. cuentren, en el Ambito del hospital se sostiene del deseo del analista. “No hay accién lacaniana ni acto psicoanalitico si el agente no est4 animado por un deseo”, 416 ‘Tiempos sie uigencia, Eslatepias del cto, trata del malin Psicoandlisis aplieado y psicoandlisis en extensién El psicoandlisis en el hospital, es un tema auupliamente diseutido pero a mi entender no cerrado, Responde a la Is grica de su extvatersitorialidad a la medicina, Esta altima, su préctica, sw campo de accién, se encuentra hey amena: zadla por la industria del juicio, por sw entrada en In Leono- ciencia, el meveado y por Ja difnsién de In informacion mé- ica, factores todos que resintieron wn lazo fundamental que hace al eampo médico: Ia relacién médico-paciente. No obstante, el hospital es como instituci6n, en el imagi- nario comin, el lugar de la asistencia de los enfermos, el Jugar desde ef que se espera la curacién, el alivio, el velver al statu quo anterior. Con xelacién a este hecho, entendemos que el psicoand- isis no es algo dado de pox si, instalado como un antomatén ‘gue opera a partir de un saber exterior al dispositivo, El psi coandlisis nos convoca a estar preocupados por él en nues- tra época, a hacernos preguntas a no agotarlo en respuestas estandarizables, cerradas, respuestas para todos. Hace wos aiios, en um congzeso de Psiquiatria, alguien Je pregunté a German Garefa, que daba tma conferencis s0- bre Lacan y la Psiquiatria, “ZQué tiene para ofrecer un psi coandtisis?”. A lo que contesté: "Eso habria que pregunidr- selo a cctda uno de Ios que se anatizan", no habria una res- pnesta mejor para aquellos que pretenden estandarizar los efectos logrados en las curas analiticas. ¥ esto no tiene que ver con el final de andlisis, porque de eso no hay nada en un hospital, el hospital siempre es un Ingar de paso, es un Io- gar donde es necesario responder a Ia demanda, En el hospital se trata siempre del psicoandlisis aplicado a Ja terapéutica, donde la apuesta es a favor del biendecir en la palabra, pero que no excluye une serie importante de recursos: los frmacos, le interconsulta, las intervenciones judiciales, otc Bs en la Proposicién del 9 de octubre de 1967 sobre el analista de la Escuela, donde Lacan introduce el tema de la extensién del psicoandlisis, que entendemos como Ia zela- cién al “Otro social’, alii Lacan plantea topolégicamente Jo exterior en lo mas interior, que es Ja Escuela Diana, Campotongor Hempur de kr wrysnety en foe intituctonce 47 Tag extension desigma ima serie de objetos qne caen um eoncepto, bajo una referencia Es lo que tione que ver con Jos intereses, con ln investi gacién, con In ideologia del psicoandlisis, y con Ia relacién a Ia Cindad, donde estén los hospitales. AUi, psicoanalistas Formadas 0 en formacién son los articnladores entre psicoa: nilisis en intencién, coma analizantes, y psicomalisis en extensién, en tanto transmiten su prictica a pacientes, mi dicos, ¥ otros campos de lo social BI hospital es una institueién: con normas, regins, pero no todo est esevito, no esta escrito que no haya psicoanatis tas (0 todavia), es ahi donde esta el psicoamalista, devenido psiedlogo o médico para la formalizacién institucional BI psicoanalista es un lugar y: ajo sélo hay analista a condicién de guarday tn lazo con el psi comnalisis, La fuente pulsional de la misoginia en la cultura Osvaldo Delgado” 1. El Estado Nacional Miségino Lt consolidacién en la Argentina del Hstado burgués de nacién neocclonizada, se produce hacia finales del siglo pasado. Este proceso implies la emergoncia de um poderoso anti- clericalisme sostenido por los higienistas. Bl periodo abaveé semi el historiador Jorge Saléis desde 1880 a 1904, A partir de ese momento los positivistas argentinos comienzan a vi- sualizar a 1a Iglesia Catélica como una fuerza potente para estabibizar aquello que la modernizacién descarrilaba La base de esa nueva comunign ideolégion entre elericales y anticlericales eva la de oposicién al aborto que daba a la mu Jer el mismo control sobre st euerpo que tenia e hombre Para el pedagogo ¢ higienista Bialet Massé, ese avreglo era una inmoral restriceién, que le permitia a la mujer tener Ja plena libertad de ocupar Jos trabajos de los hombres en los talleres, Es en ese perfodo cuando comienza a aparecer *Puicoanalista, Profesor Adjunta Regula de Psiconnélisis Preud. Faeultad do Peicologia.UBA Profesor de lo Prictien Profesional y de Investigaciin “Hospital de din. probleméticns elinieas contermporineas. Analista Mem. bbro de In Recuela de la Orientacién Lacuniana. Miembro de In Asociceisn Mundial de Palecanatisis, oswdelgcindad.con.a), ae Bel 9 Bstrategiog del aajoi, eatrateg 50. ‘Tionpos de wegencia, Palate on el pais Ia denominacién “tercer sexo”, Hste nombre era mcia Hbertavia aplieado a las mujeres de teudencia berts ae Pitts la época en que Dung publica sts enatvo cue tos th mds “Vine te de a eatin otras aecione reivindieacién del varén ar €1texsro de lls lina de ta veiindiasign del var ar rentino, jugado on a metamenfosis del "Gallina Perio e al “Guapo Peralta’, el cuaxto y wtimo leva por titulo “La el “Gna perfidia Femenina’. pivios tres personajes masculinos do este altima evento, eoneluyen diciendo: ple observe que los intolectua. Somos tres intelectuales y he obseavado qu a Jes tienen wma msarendisima propensién hacia las mujeres histéricas y avin hacia Ja peor clase de histérieas: hacia las insensibles y perversas. Bn 1910, Monserior De Andyen o:ganiza lo que foe Ta mado: “la gran concentracién nacional mageulina’, que es: tuvo destinada a contraponerse a la manifestacién anar fists mujeres devommadas del tecer se" parca vinculadas a Jos movimientos marquistas, siendo conside. Tatas como nntho mas plgnse qe le obres por 8 poder de seduccién y sugestién. Esta mujer libertaria “aso- cia? a la tuba, le imprime um aspect terrible, porque en tales ciscunstancias, piete mds pronto que el hombre to Gos los instintos dulces y amables, que son la ténica de su alma, Illa arengan 9 In gent, ta inflam con sus inopre- caciones inesperndas, en In plaza, en la cole, hasta oe ‘pito de la Iglesia (Multitudes argentinas, : Bae Mercante, pedagogo y evminélogo infantil | publica en 1905 su texto “El fetiglemo y el weaning en os interme dos femenines”. Meveante, especialinado en In educncién fo- aonina,utiig “I tepresentacin Iitesarin de a mujer cono flo dol mil suestrtable y etic”, Bstas mons Tana “fotichistas” y “adoratrices de talismanes’, son las que colo: can adomos de metales sobre sn enerpo (ares, collares, ete.) ¥ transforman su cuexpo santo en dbjeto. Por su parte las esta aiantes quo Tegan a In Universidad, so asoean con otra me 08 y con grupos dle obreras y obreros secialistas y anavquista: Orsaldo Rego; a Juenteputsionet de ty misaginia en te euliore 4 Bs justamente 1904, el aio que marca el actexdo cle. cal-anticlerical positivista, en la medida que el 1° de mayo de ese ano es cuando en las manifestaciones aparecen me) titudes de mujeres, amultitud Hamada por el socidlogo Ra. nos Mejia “prostitnta y eobarde" Bl estado moderno neocolonial que se afirmaba en la Ar- gentina de principios del siglo XX tenia ubicado el peligro amenazante a su consolidacién en ef triptico: inmigrantes. snujeres-amarquistas Para intelectuales que en términos de Gramsci Ha maremos organicos de ese estado, “el cuerpo de la mujer enigma seguia encubierto por una purulenta superficie de metales que cifiéndelo lo oculta y lo transformaha en objeto, adorne y/o fetiche", (Salessi). 2, La fuente pulsional Las diferentes formulaciones de Freud, en relacién a Jo femienino las podemos ordenar, segin mi criteria, on tres grandes conjunt El primero de ellos, estaria compuesto por las tres “sa- Hidas’: inhibicién 0 neurosis, complejo de masculinidad y equivalencia pene-nifio, Conjunto este, ordenado por la Vogica falica, Bl sogunde conjunto, estarfa marcado por el denomina- do masoquismo femenino, entendiende esto como una moda, idad de satistaccién pulsional. Vale aqui la aclaracién que este “femenino” en sus textos es solamente lo que podriamos llamar wma equivalencia sma. sinaria, ya que en ninguno de los textos freudianos donde so aborda explicitamente lo femenino, hay una artiealacién ma. soquismo-femineidad. Por dltimo, un tercer eonjanto suma al primero y al segundo, agrupando actividad y pasividad, falta de inseripeién del érgano genital femenino y meta sexual Este conjunto intenta articular la meta de satisfaccién con la polaridad falo-castracién. Gon este preliminar, va- mos a abordar el texto “Bl tabi de la virginidad”, texto que Jvategiay del sujto, eatratogis del wnat 52 Tiempos de wipers considero princeps en relacién a lo gue en este escrite abordamos. a a eel tabs de Ia virginidad” fue ido eiscamente a] met ea. que Lacan, en ol eaptulo V del semnavio SVU, sia respuesta histéviea hacia el poseedor del fate: “esta herida (astracién) no puede compensarse por In setae 1b que #1 orcedar (At feo) tendrin al apni pr ol conte rio, su presencia Ja reaviva, In presenein de aguello cuya ‘hoxanza causa la herida” ; ener término clave de esa Tectura es: hostilidad. Poso In hostilidad on of mismo texto freudiana tiene diferentes ni veles conceptuiales. ee cee hostil a la desflo- racién. Este corresponde a Ia reivindicacién falica, El se- gordo, noma a i hostiidad como ma aribucén masci- lina a la ajenidad de la mujex, Modalidad de obturacion de Ingor de enigma. 8 en nivel Lerooro, refine tanto al ejrccio del deseo no ve ductile a Ja domand de feta, como a a necesaria eas tunen dl partenre maszuinn paral posiiita del amor Bl enarto nivel, of que ms nos intresa pave el esas Tio que estamos lineiendo, nombra lo hostil directamente en relacién a la fuente pulsional. NeNipate nivel, os wn eorte fundamental del texto y ha sido descuidado por el post freudismo. Diee Freud: ‘Una segunda expticacién prescinde igualmente de lo ie (prescinde de la logica fiilica), pero tiene wa proyeecion mn Sho nds iver na qe © primitive ty Tali’) es presa de un apronte angustiado que lo acec] a le cots leno asters nse, ent ‘in pamaiien doen ep deena de angus, ee apronteangontiads, somo sd eon apo intend en tas as nici viene lgin no da loa, qe coven algo tor meer, no compendi,ominoso (Util) i sxpresin on ol “Proyecto sto “host halla su primera expresién en el “Proyer en relacién a la vivencia de dolor que deja como resto una cantidad denominada afecto. Osvaldo Pelgsde: La fuente pulsional e la nisoginia cu ta enltwa $3) Por lo tanto, e] apronte angustiads ae los varones ante Jo femenino como hostil, tal como es sitnado en “El talnt de Ja virginidad“, nombra Ja dimensién de lo veal pulsional en Suego en ese encuentro, 3. Lo femenino en el capital ismo tardio La época actual del capitalismo tardio, época de la ea. da de los ideales, de la dectinacién de la imago paterna, de Ja casi desaparicién del rol del estado y de wna desautori, zacién de Jo femenino en Ia cultura en términos frendianos Desautorizacién desde los varones y desde las mujeres. bs tas titimas a partir del efecto combinado de sus Iuchas vei. vindicativas (que tienen su origen en la Argentina, tal como fue abordado en el primer apartado de este eseriig), y de Ia iucorporacién masiva al mercado (fmdamentalmente a par tir de finales de Ja @écada del 60) por la exigencia de nev. nulacién de la plusvalia de la etapa neoliberal, se hallan eapturadas en la encrucijada que Lacan aborda en el capi. tulo VI del semanaxio XX, cuando juega con In sigla M. LF (mds allf del falo y movimiento de ibevacién femenina) Encrucijada que es abordada por Miller en Ja tereera conferencia del texto “EI hueso de un andlisis", del si Buiente modo: ‘La conquista de los derechos de la mujer se traducen por una dificultad del ado del anor. Hntonces, a desvelorizacin Gel ssuor, la promocién del fantasma y es0s fendmenos estén peineipalmente situados del lado masculino, Entonces seria necosatio que las mujeres despertasen de la buena manera, ‘que no sori la misma manera que la de los hounbres Este despertar, sogiin mi criterio, es equivalente a lo que Zivek Nama “necesitad de suspender el espacio nen. tral de la ley‘, Tomar partido desde la izquierda, implica una suspen sidn de la ética, que apela a tna universalidad por yeni. La universalidad, en In medida que se escinde en wna falsa uni. versalidad “concreta" y en una “demanda real“ que marea lo aaa 5eh_‘Thempos de urge, Fatratesiag def eta, etrsteginn del. analisia lidad, permite que en nombre de sw conereto, imposible de la univer nama se yrueda cu jonay el orden univers Asi, on este gosto de identificacién con el reafirma pateticamente (y so identifies con} el panto de a én inhexente al arden conereto pasiti excepeidn-exelusiim inboxente al ord vo, el “ubyeeto", en tanto nico punto de universalidad verdadera, que contyadiee In wniversalidad conereta exis toute (Zizek) Lo exchtido, se constituye en el sintoma del “paraise liberal". L.o exchsido marea el horizonte mismo para el psi coandlisis en tanto el lugar del resto, del desecho de la “sw: sodicha humanidad’, a partir de que su apuesta es no ceder el horror de la castyacién. : om oro tanto la misoginia en lo cultura, haciéndose poder, implica wna respneste moral a lo “hostil*, El psi- coandlisis por su parte, asegurando la dimensién ética de su orientacién por lo veal, abe uma perspectiva di- versa gla palsién de muerte Bibliografia Freud 8., Més allé del principio del placer, Buenos Aires, morrortu, 1988. 1.8 La prevalencia del a sobre el significante, sobre los ideates, sobre of Nombre del Padre. En este sentido creo que también se protende wna sexualidad sin vesto, Como decia antes, el encuentro entre Jos sexos se ve asi altevado, Por un lado Ia ausencia de se. duccién. La sadueeién es siempre un rodeo al acto sexual, 1o ue difevencia muy bien al hombre del animal. En etologgia se estudia cémo el animal accode al otro sexo ditectamente y sin vueltas. Hay que tener en cnenta que el pavoneo no es seduccién, El pavoneo son movimientos meciniens preet mninados por la especie que desencadenan reaceiones preci. sas en el partenaize que los ve. Hn el hombre In especie no da por sentado el tipo de partenaite (ya hay ahi un rodee) y tampoco cémo acceder. Cada mo se las tiene que arreglay y la seduecién se ubica en ese impas. La seduecion se juega sobre la base de no saber Jo que quiere el otro, Sobre la base de posibles equivocos, Les leo la definicién de seduccién que da el diccionario: “hacer caer en un error o pecado, seducir wna mujer (tentar, In fentacién es Ja contvapartida de algo 2.Miler, J.A. (2004), Gonferencia Comandatuba, p. 8. 2, Laurent, E. (2004), “La societé du symptome", en Quarto 78, revae de Veeole dela Cause Freudienne, Bruselas, p. 8 4 Lacan, d. (1991), Psicoundtieis,Radiofoniay Televisidn, Rdtorial Amagra: ‘na, Barcelona, yp. 25-26, & Laurent, B, (2004), "La aociednd de) sintoms, en Revista Lacanian de Peicoundilisis Nro, 2, HOL, Buenos Aives, 105, $2 Tiempos de urgencia, Usteategias del sujcte, exlrategion det amuliata seducir a wm testigo, Cav. rrahibido), Sobornar, earrompe tivay.encanten” Se ve que Ta ptien dle advert plea tratar de toreer um deseo, de hacer que In otxa persona s sienta atraida, Lo que a mi gnsto desaparece cada vex mis es Ja seduccién como pritetica (amdamentalmente el babar para renquisar, I moss pala o versa) Aor se va al ra no dortarentev deforma impersonal. A su vor ae Aueidn preisabu de agin toque peesonal, algo singular 7 anism, sabemos que hay formas prototipicamente mascol nas y' femeninas, que x su ver. desaparecen, porque hay una tendencia hacia lo unisex. La sednecién precisa de lo que se esconde, de To que vn a pasar, de lo que no se ve. En et emput je al goce del consumo se pide wn gace iumediato, efimexo pava seguir con més consumo, Ahora todo es visto ¥ most = do, fa vida es un reality que no permite dejar resto algano al costade. No hay tiempo pava ef rodeo, no hay tiempo para quedarse dando vueltas y no poder consumir. EY sexo apare ce como un objeto mas de consmmo. Mas que como posibili- dad de wa encuentro con otro, Me estoy refiriendo a Ia sexna- lidad maniaca de la que hablé antes y lo tomo de lo que 7 Her plantea cuando habla de “la supresién del Instre dal ob jeto a”0 lp que Frexid Hamaba Ia “adhesividad de ta libido’ En el hombre se puede elegir um partenaire que sea hetero- sexual x homo, hasta también un objeto fetiche. Una vez. que se.clige es lo més fijo que existe. La pulsién no tiene sa oie to predeterminade por la especie, pero una vez instalado objeto en el faniasma es lo mas fje que hay. Diganle a wa fetichista que cambie de zapato. En la neurosis, segin Freud, encontramos “la condicién fetichista”. Es el ejemplo axe aunestra muy bien la fibula det principe y la Cenicienta, 5) principe busca Ia nnajer que encaje en el zapato, en ol — El amor hace creer que el zapato y esa mujer estan hed heal ‘no par ol oto, La estructura muestra que el zapato estat dosde antes y que muchas mujeres pueden encajar alli. Bs- tas formas fijas sexuales también estén cambiando en la ac- tualidad. La falta de ese ontenamiento hace que haya muchos 6. Miller, 5.8. (2008/8) Clase 20, Indita, Fabia Naporsiek; Lac argensia sexual fe actwobided By Aiolescentes que estén desorientads, gue sionten que en lo ave respecta al sexo paten de cera “asi lo deta tur anal sante~. Baste auadizanie no sabia Jo quo lo gustaba haste ny prminy (Seid estos travestis, homosexuaes, heterosesnaten Cur), Como sino tuviera ningsina directia previa, Inn elag aria de ‘eero", Rate joven que parlia de cero, a ini gus era un nclacificable sexual. Hi & no hace de punto de capitén singular (como condi Gion Fetichista 0 erdtica), sino que hoy se trata del fetichis, mo do la mereancia genevalizada que depende del meron do, Se ve que la oposicién es entre quever mas goce de ty {lloverdose de In fiesta actual, donde imposibte is nothing a qe singuloridad del-sintoma, La tivanid actual del 0s vg Brania deslignda de ta singnlaridad (por eso Miller Ja The ina Granfa), La tirania como un modo de romper com Jag pnkslaridades. Por osto misino el psiconnétisis men se Hlevé bien con las tivanins, Bric Laurent diee o la trends del attoverdose o las singulavidades. Bien, a esta serccit ded manfeca, desorientada y que pretende no tener resto, esa To que lamto Ja urgencia sexual de la época Defino asi a Ia urgencia como una posicién que intenta esconocer lo imposible, buscando va, en una prisa apremian feck Mesto, un goce total. Las estrategias del sujeto (como figura en el titulo de esta jomada) implican 9 la selida cn Ie ‘eladad del autoerotisme, o la salida del pasaje al acte aon de so busca un parienaire sin lazo social y finalmente ls de Presién de Tos que so sienten excluidos. Frente a esta situs Gién, Milley nmestra que hay dos apciones bien mercedes dese el psicoandlisis (esd Ins estrateysins del analista cone dice Ja sogunda parte del titulo de la jomnads), O x0 sostiens ue “eso marcha” 0 lo contrario: “Bso fracasa”. El psicoanly Bs gue piensa que “eso marcha” finalinente desconoce a lo ineduetible del trauma y lo singular, La préctica lacanions Gel “Bsa fracasa” hay que inventarta. Bn todo caso, se tints Go incluic en In urgencia a Jo imposible a lo que fravasa,e ia decision subjetiva. Finalmente, es incluir en ef apromio dad ho 8610 que quiero, pero lo quiero va", un impas que pera {a ese tiempo minimo para la inrapeiin del enjeto, Ie eel Pemniite que cada uno pueda toparse con su forma de lo ian. Posible, con su propio trammaa, La urgencia subjetiva Ricardo Seldes* p= decir algo sobre la urgencia subjetiva haré un brevisi mo rodeo El trauma hoy tiene buena prensa. Hay acontecimientos desgraciados, naturales 0 no, colectivos o individuales que son catalogados en forma automética como traumaticos. No se espera conocer los efectos sobre sus actores, sino que se actila de acuerdo a ostadisticas que ponen a las personas, y su subjetividad en el campo de una cmva de Gauss. A esos hechos luego se les otorga wm sentido fijo, los sujetos son nombrados generalmente como vietimas o como scbrovivien. tes y se les propone inyeetar um tratamiento tipo. Freud pen. saba en el trauma como un hecho sin sentido para el snjeto, al que Tuego él mismo podria atribuitle uno, pasando pre. viamente por ua decir que Ie permitiera unix, construir alguna significacién, propia, a Jo sucedido, Cuando se deseuenta que el acontecimiente es trawmético, el Amo lo inyecta de sentido y anos eneontramos ante el paroxismo de la urgencia del Otro Imaginemos el hoxror que se podia provocar en los me- dios de difusién, cosa que no harfamos, ei sedialéramos lo que el psicoandlisis ha descubierto: que la zeaccién a una catas- ‘wole depende de la estructura de cada uno, Que las neurosis pueden mejorar en tiempos de guerra o de catistyofe, que esos mismos acontecimientos pueden provocar delirios, inchiso ‘*Psigomvalista, AME de ja Bseuoln de la Orientacié Liemniana, Miembro de In Asociacién Mundial de Psicoaniisis. Director de PAUSA (Psiccanil sis aplieado a las Urgencias subjetivas de Ia octualidad), (icurdoseldespfibertel com an) 86 Tiempos de urpancia, Eatatenios det auleto,estategios del analiata desencadenay wna psicosis, pero en los sujetos que habitan esa esirachua, O que también hay pesversos y que el ncon tecimiento catastréfico pnede satistneer el sadismo o el ma soquismo atin de los mas exigentes. Que en definitiva a nivel de la pulsién somos todas sAicos. Por supuesto que existen hechos que a nivel de la sociedad y de los derechos humanos deben ser repudindos calectivamente, hechos que en la his toria se han develade hovroroses. Hablamos de la actualidad, o Jo que se Hama la sociedad de hoy, que es segin Uhich Beck wna sociedad de riesgo, Esta califieacién viene diveetamente de la economia y se api ca a valorar aquello que escapa a la cuantificacién. Hs ries 050 Jo que no se puede medir eon los medios que se dispo nen. El trauma es el cubnen de Jo que escapa a Jo numeral, por ello es que cada ver. ms se lo qniere enlazar a funciones biolégicas ligadas al miedo, o sus derivades como el terror, y dopendientes de una zona precisa del cuerpo como la aig dala, Desde Ja biologia numerable, se pretende encontrar las dosificaciones quimicas que compensen a los individuos pava que accedan al estado de folicidad supuestamente buseado. De esia manera, paradojal, intento sefialar que en cam: bio, cuando hablames de wrgencia subjetiva es el cardcter singular el gue se debe encontrar en In demanda de quien nos consulta y el goce que se capta a partir de ella PAUSA es un centro asistencial, creado por Ia BOL y el JOBA, una institucién sin fines de Iucxo que sale a In feria de las psicoterapias con una oferta diferente, Atendemos en forma inmediata, sin listas de espera, los asos en los que la demanda es perentoria, cuando se pre- sentifice para wna persona el tiempo en e] que algo en sn vida se ha modificado profundamente, produciéndole um su- frimiento intolerable. ‘Tenemos varias definiciones para dae sabre lo que eonside ramos la urgencia subjetiva, poro lo esencial es tomarla desde un posicionamiento tal como Ia que ha planteado Lacan, Mien tras dure un rastro de lo que hemos instaurado, habré psicoa- nalista para responder a ciorlas urgencias subjetivas. Nuestro dispositivo que incluya wn equipo compuesto por psicoanalistas y psiquiatras de la oriontacién lacaniana, se La urgencia subjotiva basa en la experiencia vealizada en el Hospital de Lanits dwvante casi 3 aiios a finales de los 80, Inventamos un equipo de trabajo diwyno, sin guardins, que propone tratay de ine. aiato y en equipo, esas situaciones de crisis en donde la an. gustia es deshordante: Momentos en donde la accién susti tuye al decir, La apuesta por nna PAUSA en ese momento temporal de prisa, implica la institneién de wn nuevo tiem: po libidinal, cuya condicién es qne ese estado se dirija a uno, ©. un equipo, y no & todo el mundo, Es wna definicién que seliala ima maniobra para dar cabida al deseo que se escon: de por ejemplo, detrés de um acting out, y euya velaciéa al pasaje al acto, qué es uma manera de salir de Ja indetormina: cién. subjetiva, es por todas conocida Las urgencias de hoy implican qne los modos de gozar de Jos sujetos pueden ir en cortocireuito con e} incensciente, es decir que no se precisa de 6] para gozar. Las adieciones son el caso mas evidente. También hay maneras que tienen los suje- tos de aliviarse de su angustia de castzacién, Jas llamadas co- munidades de goce, en dande se encuentra ima identificacion de reemplazo que alivia del vacfo que implica la no eseritura a nivel del inconeiente acerea de Ja relacién sexual. Sabemos emo estas respuestas sustittivas terminan fracasando, Proponemos entonees para las mgencias subjetivas de la actnatidad un discusso distinto, que es el que ha inventado el psicoandlisis, una modalidad diferente de vérselas con el goce. El discurso analftico pone en cuestién el goce que prociza el inconscionte ya que éste segrega permanentemente sentidos. En 0 ¢] mncansciente es estructuralmente homélogo al Amo. El psicoandlisis propone su reverso, que ol sujoto pueda producir sus propios significantes amo, que pueda confrontarse a Ja causa de su padecimiento, que en ese padecimiento hay goce, sin des- conocer que en esta nueva oferta hay también un modo de gozar. No solamente lo tenemos en cuenta sino que hacemos de 41 um problema, es un capitulo interesante en Ia formacién Gol analista y se ve en las diferentes maneras de abordar la subjetividad det terapeuta, segrin las diversas Kneas psicoa- naliticas de las que se trate, El psicoandlisis puede aplicarse a aquellas urgencias en Jas que el sujeto no puede sostener ain una demanda, porque RB Tiempom de urgoncin, Fattatexioy del sujet, esteateian det apatista ir. Ofivcen con las va: est mais en la dimensién del hacer que del a asistencia inmediata te da la posibilidad de cupiay Niables que trae, aquello que lo ha swnido en la desespera cidn, lo ha dejado perplejo, agobindo e inchiso deseorazona- do. $i una demanda puede articularse, linbrd higar para ma aueva decision. Se trata de una clinica que puede hacer un uso diferente de In tansforencia, sostenida en los princi pios que Ja sustentan como tal, para adaplarse en forma bre ve y precisa a las nuevas maneras de presentarse el sufii- miento para el sujeto de hoy. Atender « Ia urgencia subjetiva no implica que ante la inzupetin de to veal, cuando lo soportable deviene imposible ae soportay, se trate do taponario ni con acciones pseudo. veparatorias ni con una terapia palabrera, ni que cualquier traumatismio se deba disolver de inmediata para yetomar al punto de partida, Si sélo se le otorga canfianza al sentido, y Ja intencién es evacnar 26 real, las eonsecuencias para el su Jeto que no puede responsabilisarse por su condieién de tal, es un reforzamiente de si inevinidad e incluso un redobla. miento de su posicién de objeto de goce. Mas el retoro de un Uno cada vex mas eruel La mas impresionante de Ins contraindicaciones, inclu. sive en le Urgencia Subjetiva, es para nosotros el hecho de poder captar a tiempo cuando el ejexeicio texapéutico de Ta palabra no hace bien, fondamentalmente cuando se charla para despreciar la peste que implica el inconsciente, Para nosotros, quo no pretendemos curar de la wgeneia a nadie, el mejor signo de un cambio, es cuando captamos que el su. ieto puede enfermar del inconsctente en tanta se trata de Ja manera en Ia que un pasaje al acto pueda transformarse en un acto fallido, Proponemos para comenzar con el trabajo sobre la ur. Gencia subjetiva, adoptar las palabras de Sécrates a un discipulo tacitwmno: foquere fe videam, Habla si quieres que te conozea, Lo que no llega al divan rE un reportaje concedido a ta Revista N del 19 de febrero del 2005, Evie Lawwent ubica algunas coordenadas res- pecto a los nuevos desafios que el psicoanlisis y los psicoa nalistas debemos enfrentar en los tiempos actnales, en los tiompos de Ja Namade hipermodemidad A partir de su lectura podemos captar eémo Jas nuevas probleméticas que se manifiestan en la actualidad, van de. terminando una modificacién snstancial a muestra practica Bsto hace que nos ocupemos de fenémenos, acontecimientos ¥ problematicas que nos exam ajenas, apenas 20 0 30 ailos. airs. Las modificaciones en el campo de lo politico, Jo euleu ral, 10 cientifico, fueron determinande que los analistas nos ‘tansformemos en wn objeto mAs duictil, més malenble, mas al aleance de todos. Objeto til no solo para responder a las lamadas nuevas angustias y mevos sintomas (anorexia, buli anit, adieciones, ataques de péniico, ete.) sino también para que podamos aportar alguna respuesta a las tragedias que —vi- niendo del campo de lo social irrumpen on Ja subjetividad ‘moderna creando asi nuevas causas para el suftimiento sub Jetivo y constitayendo una ‘nueva inseguridad social"? Es asi como las grandes catastrofes de los altimos afios (tales como la destruccién de Jas Torres Gemelas, el mons- truoso atentado en la estacién ferroviaria de Atocha, y, entre {Peicoanalista, AMI de la Escuela de Ie Orientscién Lacoiana. Miembro {te 1a Asociacidn Mundial de Peicoanslisis. Prosidente 2003-2004 de Iu Hs wale de le Orientacién Lacmnioma (zachéjuenet eos a), 2 Lenrent 2, (2004) "Hijos del trournn”en La wrgencia generetizad, Beluga, G. (comp. Buones Aires, Grama 20 Tiempos de unyencia, Estateyias det sujoto, estvatay dl aise nosatvos, los atentados a la Eambajada de Israel y a la Amis, © incluso la tragedia on la disco Repiibtica de Cromagnon), pusievon al deseubierto no solo Ia fragitidad de los siste: mnas de euidada, prevencién v proteccién que lode estado inodeme deberia prover, sino también la insuficiencia de og recursos sanitarios para actuar en un tiempo de urgen. cia (signado por la abrupta ruptura del sentido) Esta descripeién fenoménica inaugura una categoria cli nica que pone de manifiesto cémo los snjetos quem expues: (os a cualguier forma de intrusién de la violencia. De esie modo se consolida e} ascenso de lo traumético a una nueva catego: via clinica, signada por la desproteccién del sujeto ante esta existencia; es una mmeva forma de manifestaciéa de lo real. Ustos aconiecimientos trawmaticos, estas contingencias entastréficas no calealadas ni programadas, excoden win sim- ple Iectura sociolégica, y se constituyen en nuevos fendm nos que'nos empujan y n0s conducen a wa renavacién de los paradigmas clasicos de Ja préctica analitica. Trauma y w~ gencia se van constituyendo asf on nuevos significantes amo. Como contrapartida se encuentra la aspivacién de la ciencia que en tanta que deseripcidn programada decada wna de nosotsos desde Ia programacién genética hnsta la programacién del entomo, pasando por el efleulo cada vez mids precisa de los viespos posibles-, hace existir wia cansalidad progeamada, Y es a medida en que esta causalidad toma consistencin, que surge el esefnialo del trauma que, él, escapa a toa progra: ‘macién, Todo Jo que no es programable deviene trauna.” EX psicoandilisis se opone de manera rotumda a In con- cepeién programada del sufrimiento subjetivo a la que aspi ra la ciencia moderna. Nosotros sostenemos una consideracién del trauma sol: @aria con la referencia freudiana que plantea que Ia expre- sién traumticn “Ia aplicamos a wna vivencia que en un breve lapso pxovoca ‘on vida animica vn exceco tal en la intonsidad de estima 2. Laurent, B, Tbid, p. 24 Ossar Zack! bay que mo Hague of divin 3 que su tramitacién o finiquitacién por las vias babituales normales fracasa, de donde por foerea resultan trastomes \waderas para Ja economia enesgética’.® mo se puede captar, el estatuto de lo traumétien no esta dado por la dimensién fenoméniea de wn hecho que de. cide acerea de wna vivencia, sino por la cualidad quo puede fener de impactar sorpresivamente de manera singular en la subjetividad. El trauma se caracteriza yor producir tin excese de goce, para Io cual el sujeto carece de los signifiean- tes que lo harian simbolizable, es decir, es un goce imposible de dialectizar. Se constituye asf en wn real que eseapa al de cix, ua eal para Jo cual el fantasma se muestra impotente para cumplir su faneién, no aleanza a velarto. EL trauma como acontecimiento, esa Agua de la contingen- cia, es la figara de Ja irupcidn de lo xeal sobre Ins representa: ciones simbélicas que tenia ese sujeto hasta ese momento, Algo inumpe y es lo que se Naina usualmente la angustia mas gencralizada, la angustia traumitica,* A partiv de esias consideraciones se imangura una tarea para Jos analistas: la de buscar, encontrar ¢ inventar nuevos recursos pava tratar de responder a las transformaciones que Jo muevo va produciendo tanto a nivel del dolor emiocional, signado por la contingencia, como aquél que responde a las variables ands articuladas al malestar actual. Los efectos de los accntecimientos traumaticos que desen- cadenan sitvaciones de urgencia también nos Negan a los ana- listas. videntemente no Tegan al divin pero si Negan a noso. ‘os, es sin lugar a dudas para demandar tna eseucha y un uso Aiferente de Ta palabra. Bi analista se distingue en qne hace de una funcién que es comin a todos Jos hombres un uso que no esta al aleanice de todo el mundo cuando porta la palabra’, 3. Freud, S, (1976) "Conferencin 18: La fijscién el trauma, Yo inconseiente” ch Obras Completes, tomo XVI, Buenos Aires, Amorrort. 4, Baloga, C0004) "Presentacidn” en La urgencia Generalinida, op cit,p. 16. 6, Lacan, (2008) “Variantes de le Cura Tipo" en Zeertoe 1, México, Siglo 30H, p 397 Tews de vigeneio, Hateaeias del sujet, extrtegise det satin Dicho de otva forma: las prublemAtions que nonecesaviamente Hogan al divén también som enestiones que ataien a los psicoa nalislas que no se refugian en la nostalgia de las épocas pasa das ni on los significantes amo de Ja tradicién psicomaliticn Abora bien, las wigenicias, los traumas, no solo son el ofve io de causas clavamente instituidas, de causas que provienen de catastrofes perfoctamente ubicables; también tenemos Io que Hamanios wngencias subjetivas, aya enusa es ignoradn, Inespeeifica, y que son aquellas con las que habitualnente nos vemos concernidas en tanto analistas. 4De qué myencia se trata en estos casos? { actuar allf el analista? Es evidente que se trata de sujetos que xecién admiten pro- forix una demanda ceando despierian en el limite, es decit euan- @o se encuentran de Heno en wna situacién que los desborda Asi, se bratar’ de un desencadenamiento psicético, de la emer: gencia de wi sentimiento de angustia que se vuelve insoporta ble para ¢] sujeto, de mia sobredosis de drogas (permitidas o prohibidas), de casos de anorexia en las cuales se pone en ries- 60 Ia vida dol sujeto, de intentos manifiestos de suicidio, etc Pero qné es To que determina gue un sujeto legue a esa situacién? {Onét serd el rasyo subjetivo que lo eondiciona, que lo ‘conpuija al borde de la desesperacién? $i bien desde muestra pers pectiva no es pertinente dar respaiestas universiles, es posible ubicar un atributo que les es comin. Los que llegan a estas si: tuaciones de ungencia son sujetas que se caracterizan por re- chara una saludable preseupacién por si mismos, por insta. Javse bien on el mal del goce que los invade, son sujetos sostoni- dos en identificaciones que condiciman esta earacteristica Dicho de otxa forma, suele tratarse de sujetos que a tra- és de la uxgencia se presentan al Oiro, como uma forme de conminarlo a encontrar wna salida a su malestar, Es una ma. neva de tratar de obtener una respuesta, signada por la puisa, sin haber transitado por la pregnta previa que davia forma a una demanda que lo implique subjetivamonte. Frente a estas situaciones, la respuesta del psicomalista se distingue claramente de la del psiguiatra cognitivista, alli donde Ja Psiquiatria encuentra su orientacién diagnéstica a partir del DSM IV, y Ja terapéutica en el uso del medicamento ‘smo deberd sear Zack: Lo que nn Hoge al dive 98 ‘que lmsea acallay el padecimiento (que supane qué la extineién die los sintomas sexi el signo de su resolueién), La Psiquiatrin, on esta perspectiva, es la respuesta que se oferta a partir de wm saber adguiride de un para todos que busca eliminar la singu- Jvidad del sujeto, Por el contravio, el psicoandlisis le ofextand al suftiente In apertura de wn espacio que posibilite el desplie gue de la cadena significante, que abra un tiempo no encorseta: ao por Ia prisa, que posibilite In emergencia del sujato dividido (8), que permita la interrogacién por sms sintomas, que permi ta visualizay el camino para la rectificacién subjetiva, que pue da comenzay’a constatar que si hien el pasado condiciona, de- pendesé de 6 impodir que el mismo se convierta en condena. Ha sido wn esfuerzo de Lacan el de insistiv, conforme al pensamicnto freudiano, en que los sujetos advienen al mundo contaminados por el muro del Ienguaje: May, ea cl horde del sistema del Jeaguaie, wn cierto numero de fendmenos clinicos denominados den categoria real, Pero ‘esos fendmenos son a Ja vex el horde y el corazén de ese sistema, sequin una topologia que no es simplemente de in terior y exterior. 1 trauma, Ia alueinacién, le experiencia de gove perverso, son fendmenos que tocan a To veal. El new ritico también pasa a través do momentos de angustia que Te dam la idea de eos fendmenos.® Nuestra porspectiva nos indica claramente que se trata de una cuestién que siempre compromete al sujeto, a sus palabras, a sus dichos, a sus formas de goce, a sus sintomas En suma: se trata siempre de sn inconseiente, Hay que resistiy a la tentacién de: inseribir a los sujetos traumatizados en grandes categorias anénimas, sino encontrar con ellos sit paxticularidad, y no para aislarlos de los otvos, no para enfermarlog en una par- tioularidad, sino porque no se ptiede volver a aprender al Otro sino encontrandose como sujeto.? Cabe subrayar que le orientacién que proponemos desde cl psicoanalisis se desprende de considerar que de lo que se 6. Bi. 1, p28 1. i, p95, 94 Tiempos de wineneia. Estrategan dol sete, esteateyias dol online tuata es de instanrar ta dimensidn del sintoma como la brit jula qne nos orienta para ubiear el goce que encierea, Hs lo que Namamas orientacién por to real Posibilitando e} despliegue de la cadena significante po- dvemos constatar st onlenamiento en ef discwnso que fe con viene, a saber: el discurso analitico. En esta perspectiva el psicomnalista es el que deber hacerse defensor de Ia particu Iaridad de cada sujeto, es el que debor’ recordarle a la civ lizacién que cada uno en su goee es un ser tinico irrepetible y por ende resistente a cualguior universalizacién. La ameva ubicacin que debomos adoptar es In del analista ciudada: io, segtin la feliz expresion de Eric Laurent, que se caracte- viva por cambiar su posicién de ser un “especialista cn Ja dosidentificaciin” a ser wn analista que participa, un analista sensible alas for- mas de segregacidn, nn malista capaz de entender exil fe su funcién y cual le comesponde ahora. Issel que sabe parti cipar con su decir silencioso, decir silencioso distinto de! Jeneio, 2 decir sitenciosa implica tomar pastido de mancra activa, gilenciny In dinéimica de grupos que roden a cualquier congastizacion social? Es a partir de esta perspectiva que, para responder a las problematicas que nos plantea la hipermoderidad, debemos ofertar ¢l boncficio indudable que es posible esperar del psi- coanalisis de orientacién lacaniana. Se trata de saber hacerse una condueta frente a la ireup: cién desencadenada del goce, se trata de saber decir que no, al insoportable malestar de la eivilinacién actual. Se trata, finaluonte, de generar las condiciones para que el sujeto se haga responsable de aquello que le toca y elige vivir. ‘Se admita o no, Ios tiempos actuales nos desafian a sos- tener una renovacién constante en la practica analitica. 8, Laurent, E, (2006) "El analistacindadena" en Peicoanliss y Salud Mon tal, Buono’ Aires, Tees Haches, pp, 114-218, ll, La invencién de un lugar “La sombra y lo material” Maria Teresa Cuello La invencién de un tugar para la urgencia Inés Sotelo 180 de diciembre de 2004, el péinico atraviesa la ciudad: | un espantaso ineendio ext un recital costar 1a vida do muchos jévenes, y transformard In vide de nruchos otros: fa : miliares, amigos, vecinos, asf como In de quienes estuvieron © pocivian haber estado esa noche alli, Jacques Lacm nos ensefia gne todo hecho, es un hecho de discurso, y esto signifien que los acontecimientas y sus conse- eutencias, reqnieren ima lectura de los mismos y una respuesta, Comenzaré hablando de uma de las respnestas: El “Servi. i cio de Asistencia a los damnificados del siniestro del 30 de & diciembre de 2004 ‘Repitblica de Cromagnon”. Este espacio fie ima respuesta; uma invenciéa, un dispo- ‘ sitivo para alojar la ungencia de cada sujeto que se acercara, : Puncioné desde principios de enero hasta ¢l 81 de ene: yo en In Facultad de Derecho, y allf trabajamos en forma conjunta la Facultad de Dexecho y la de Psicologia de la Universidad de Buenos Aires y el Colegio Puiblico de Abo. gados de la Capital Federal Este espacio recibié la consulta de muchas personas di- voota o indirectamente afectadas por estos sucesos, La Secretaria de Extensién Universitaria de Derecho con: vos a Ia Secretaria de Bxteusién Universitaria de Psicolo- sia y ante el ofrecimiento de “Clinica de In Urgencia” a la Facultad, se nos propone incorporarnos al dispositive de asistencia juridica, ‘Al aceptar, el primer paso fue disear un programa que ean: siderara objetivos, estrategias y recursos, ya que ante situa- ciones de urgencia y ante lo imprevisible de las modalidades Clinicas que coneurrivian, era findamental un sistema de redes de asistencia y derivacién inmedinta, en caso de que éste se requiriera 98 Tiempos de vegencia, Estrateyias det auto, estigtoyias del analsta Pi propyama presentado por Ia facultad de derecho pro: ponfa in formacién de un consultovio juvidico gratuite, para informax a Jos interesados sobre los mecanismos legales dis: ponibles asi como la oferta del Patrocinio Jurfilico Gratuite de Ja Facultad de Dexechio para quienes earezcan de recursos. Desde el equipo de profesionales perteneeientes a in Practica Profesional Clinica de In Urgencia de la Racultad de Psicologia de la Universidad de Buenos Aires, se oftece xia ovientacién psicelégica cuando se lo requiriera. Desde Clinica de Ja Urgencia, se presenté un programa 8 partir de los siguientes objetivo ~Constituir un equipo de profesionsles de Salnd Mental para realizar entrevistas diagndstiens y de orientacién, dirigi das_a los consultmtes afectados por el siniestro. ~Participay en las entrevistas de consulta, —Intervenir en Jas sitnaciones de urgencin que pudiesen su coderse en el transeurso de la consulta juvidica. ~Evaluar riesgo para si o para terceros. -Conducir entrevistas con el objetivo de alojar Ins wrgencins y oxientar a Ios sujetos consultantes. —Bvaluar en cada caso la pertinencia de dar por conehéda Ia consulta 0 derivar a algiin efector de la red asistencial del Gobiemo de Ia Ciudad de Buenos Aires y/o de la Provin- cia de Buenos Aires ~Propiciar el trabajo en equipo interdisciplinaric, En primer lugar se constituyé wn equipo integrado por psi eSlogos y médivos dacentes de Ja céteda Clinica de la Ungencia, EI horavio de atencién de 4 horas era diaviamente cu. ierto por dos psiedlogos y un psiqniatra, quien xealizaba una guardia telefénice pasiva y a quien se le podria consultar en caso de una emergencia psiquidtrica. Se contaba con comunicacién telefiinica con. el Servicio de Salud Mental del Hospital de Clinicas, donde se derivarian Jos pacientes en caso de que se evaluara, en algin caso, la necesidad de internacin 0 medicacién immediate. Se constituyé una red de comunicacién entre los prof sionales participantes, con el informe diario a modo de pase sci Ange Sotct La inveneién down tegar pare ke urgencia 99 de guandia, Dicho informe eva a su ver clevado al Secretario de Extensiin Universitaria de tn Facutiad de Psicologia, El promedio de consuitas diavias fue de tres consultan. tes, que en realidad se multiplienba porque en la mayoria de los easos venian acompatiados por familiares y amigos, La entrevista era realirada en forma conjunta con las das abogadas participantes. Se entrevistaha a todas los que se acercaban a la consulta, El motivo de consulta inicial eva de tipo juritico; derechos, acciones legales posibles, tiempos, ete. Luego aparecinn otvos emergentes: angustia, sintomas, calpa, responsabilidad ‘La entrevista conjunta del inicio daba ngar a que apare- cieran situaciones de urgencia no sélo en aguel que estavo en el recital sino también on familiares y amigos, indirecta. mente afectados En algunos casos, ol psicélogo realizaba en el momento, una segunda entrevista en forma individnal; es decir sin los profesionales abogados Se evalud la peligrosidad para sf y para terceros; Ja gra: vedad del caso, los recursos del consultante, le contencién familiar y social. Se recomendaba contimar con la consulta psicolégica ini- ciadn o solicitar ua entrevista a través de su obra social w hospital palieo. ‘A modo de conclusién poitemos afirmar que se logré cons- tituir el Equipo y trabajar en forma muy coordmada, inter Aisciplnariamente, psicélogos, abogados y médicos, Se realizaron las entrevistas a todos los consultantes y se logré resclverlas adecuadamente caso por caso. Los psiedlogos allf presentes, psicomalistas, participa. ron de las entrevistas oftecidas a quienes se acercaban espe. vando alguna vespnesta que, en principio, parecia limitarse a evestiones de tipo legal A medida que transeurvian los dias y la urgencia médica iba encaminéndose, otras wgencias aparectan en la escena, 100 Tiempos do wrgencia, Ustratepice del anole, estraegiae del nalts _ nié es Ja urgencia? La ungencia tiene distintas dimensiones tal como estos acontecimientas Jo indican: las ligadas a Ja gravedad del caso: salir vivo del Ingar, eurarse las heridas, recuperar el equilibria en el everpo. Las urgencias de orden social y juridico: gqne derechos ten 0? {Quién se haré yesponsable de To acontecido segtin Ia ley? Y la dimensién psiquica de la urgencia; aquella que no necesariamente apavece en forma inmediata y que est vin. culada con Ja forma particular en que cl espanto aleanad a cada persona, tma por una En el Hospital de Sainte Anne, en Francia, el Dr. Jacques Lacan decia que Ja urgencia es lo imposible de sopartar para un sujeto al que nada divierte. En la vida, que hasta ef momento transcurria con dolo- ves, problemas y alegrias cotidianos con los que esa perso- na se las arreglaba mas 0 menos bien, se produce un suceso que la transforma, La gran ola que inesperadamente, un Afa soleado, 20 inun- da todo arrasando con Io que encuentra a su paso, es una bue- na metéfora de est vivencia subjetiva de la urgencia; aparece en la vida y en el relato de quienes Ta padecen como wn antes y wm después, como aquello que ha quebrado la vida, la ha ‘transformado, fractwado, produciendo muchas veces wn su- feimiento insoportable. Quiebre de Ia homeostasis con que la vida transcurria produciendo transformaciones en la relacién con los otros, con Ia familia, con e) trabajo, con el propio cuerpo. Ruptura que conduce al sujeto desde la inhibicién a la impulsividad que puede conducirlo poner en riesgo su vida 0 la de otras. La ungencia se manifiesta en una variada presentacién sintomética: angustias, miedos, fobias, insommnio, pesadillas, oscilaciones bruscas del estado de énimo, inritabitidad, au. sencias, amnesia, pérdida de referencias y en casos més gra- ves desencadenamiento 0 desestabilizacién psicética Las consultas que en un inicio estaban vinculadas con €) asesoramiento legal, cobran a los largo de las entrevistas —{sés Soel: Ja invenin de un lugar pare de wrgencio 101 otra dimension; indn apareciende aise dimensin: iin apareciende otras angustin, otras La culpa por haberle permitidlo a un hijo asitin,e two del lugar como pra, lo inexplicable de bs anger tes del hijo, ta eceptacis de wn tratamiento pscolegien La disminucién respiratoria; que tuego de unos elias transfor ahogo nacturn, ef insomnio y la impos lad de dormir en te propia habitacién ya quepertate eee lal de dormir on te propia habitatén ya que perturba im Familiares y amigos acompaiando a quien refer st del cnimo, difcuttodes en la atencisin, A lo lango de la entire ‘een cadla uno de ios acompattantes se hand evidente le nace, ad imperiosa de hablar; de eomenzar a poner en walehng aaquelto que se presenta como por fuera de a palabra, Esa salida, ese recital que debia ser ma fiesta, ve trans: forma en tragedia, en un acontocimiento traumatico que tojy a cada sujeto frente al heron d EI trauma tiene dos vertien! © proceso y acon zuma sino dos vertiontes: come proceso y come los episodios del 20 de diciemie se presentan somo algo nesperaco, sorpresivo y que lleva a las personas direones indivectomente afectadas més alld de los limites tolotiog Brie Laurent en el avtculo “Hijos del trauuna”™ habland ae tn extensién de In clinica del trauma; extensin do los traces de quer, de los campos de concentzacién, agrogemos denne wilz, Bscuela de Mecfnica de In Armada, mnliptiencién te hg siniestos; 1 llamo paologia civil del trauma; lista do pot fos mezcla catastrofe téonica, accidente individual « cen, Vo, agresién individual o atentado, guersa y vilaciin Todo aquél que esa noche suftié de tin dramatico acon tceimiento comin a muchos, lo padece en forma tinier on, etusiva, particular singular y esa es la perspective dase la que el psicoanslisis aborda el modo de intervene Ut sieomnstii aords of mo a intervene X Laurent, Ere (204) “js del trauma en La wrgenia Grama, Bucnos Aires, pégina 27, : “ — eat bien 10 Temps de gimencia. Fstrlegias del sujet, esteateas det aati Desde los primeras afios del siglo XX en los que Sig- mund Frend desarrolla I teorfa de? trauma hasta hoy he mos pasado por guerras, catastrofes, campos de concent cin, Laurent dirt que hemos aprendido mmchias casas en relneién a lo trawmatice: Que las sindromes de repeticién asi como los trastonios dopresivos y fébicos, aparecen en altos porcentajes de los he- vidos y afectados y que pueden aparecer también en los nifios Al trawuna como proceso, que es del orden de lo interno y que time que ver con Ia condicin misma de todo ser hablante y de estar en la cultina; Je sale al encuentro en. algamos mo- mentos cruciales de la vida el acontecimiento traumitico que invumpe inesperadamente en la vida de alguien pudiendo des ‘encadenar la sintomatologia de Ia que habldbanos La presentacién clinica de las ungencias requieve habi talmente de intorvenciones répidas y eficaces; especialmen: te enando esta en riesgo la vida de esa persona o Ja de terce: vos: contencién farmacoldgica, procedimientos segiin proto: calos médicos, internacién Atin fraténdose de uma consulta por fuera de los pardme- tos de Ja gravedad, el sujeto suele vivirla con la imperiosa nevesidad de que eso termine ya Es entonces que el psicoanalista, ademés de acompaitar y conducir muchas veces hacia estas intervenciones de emer fencia, frente a la prisa por concluir con el suftimiento, in troduce 1m tiempo para comprender; propone wa pausa que le permita al paciente hacer suyo este sufrimiento, Estos acontecimientos exterioves asi como la ixrupeién sintomatica que aparecen como extraiios comienzan a subje- tivarse; apavecen las preguntas propias en velacién a lo acon- tecido. El ahogo comionaa a ligarse con otras experiencias de ahogo en la vida. La culpa apavece en cada uno con su partieularidad: en haber ido al recital sin permiso, o en salir del Ingar sin sacar @ otras viotimas, 0 en haber dado permiso para ir, 0 en no haber ido esa noche para acompaitar al amigo que murié o en el estar entre los que se salvé. 2, Leguil, Frangti, Reflexiones sobre ln urgencia’, en: La Urgencia, Zl ps ‘coanatist en ia prctin hospitalara, Vergara, Baenoe Alves, pp. 23-28. Ings Soleo: to ineenein de un lugar pura fe usgencia 10g, Y ta lista es interminable, en eada sujeto surgirin sus pro. pios interrogantes, sus propias angustias, sus propias asociaci. nes en Jas que se enlaran las dos dimensiones de lo traumatica En sus “Reflexiones sobre la urgencia"? trabajo de investi fgacién scbve el tema realizada par psiconnalistas en el Hospital Evita de Lanits, Frangois Legmil diva que ea esa, a veces tinica entrevista, el analista intentaré que el sujeio sustituya e) sent miento do ser victima de los sintomas, de las angustins, de) in- somnio, de la ausiedad, de Ins voces, por wm apropiarse de ellos, ‘hacerlos suyos, averignande que comexién tiene esto consigo mis. io, con su historia, con su pasado y su presente, eon su interioy Toda consulta, especialmente en las urgoncing, contie- ne la ilusion de volver al estado anterior, sin embargo, bien sabemos que después de estos acontecimientos, ya nada sera como antes. El analista se ofrece para que el paciente ponga a deciv su sufrimiento, para que intente poneale sentido a eso que se presenta como sin sentido; pero no un sentido cualquiera, ni un sentido comtin, sino un sentido particular, tinico, propio, sentido destinado a perderse. Alli no habré programas preestablecidos para todos los que padecen de esos sintomas sino que se tratari de uma de invencién particular; trabajo en el que ese sujeto deberd in- ventar su vida a pattir de este momento, con lo que perdio y con Jo que le quedé. Jacques-Alain Miller dir que Tamar al analista sorpren- dedor de Jo real, “porque aquello cuya forma original os trau- matismo, es lo real"? y es en el espacio del interval que el analista sorprende las emergencias fugaces de lo real. Bn “La Ungencia Generalizada’, Guillermo Belaga* dard wna referencia del arquitecto francés Paul Virilio, quien defi- nird a Ja ciudad occidental como ciudad panico, transforma ciéa de la antigna ciudad anvurallada que protegia a sus habi- tantes de lo peligros exteriores y que hoy se ha glabatizado. 48. Milley, Jacquer-Aluin, "De la corprase al enigma Las Inelosificables de la Chinis Pscoanattia, Paidéa, Buenos Aires, 1999, pp.17 a 28, 4 Belaga, Guillermo, "Presontacidn’ en Le urgencia generaliznda, La pratt ‘wen el hospital, Grama, Benos Aives, 2004, p. 16. 104 tiempos de_wigoneio. Hstrabegas del shieto,estrategias del amine Por Ja tecnologia, las vedes, Ia velocidad, la informacién doja. mos de pextenecer virtuahnente a una cindad para ubicarnos bajo esa modalidad en cualquier higar del mundo. La ciudad «que alguna vex fine el corazén de la civilizacin se ha vuelto el corazén de la desestructmacion de la humanidad, Virilio se preguntaré, en su articulo “Lo que advienc", acerca del lugar del sanitarismo en la época de la guerra del todos contra todos Me interesa pensar et gar del psicoandlisis; « lugar del psicomnalisia en la cindad; en esta eiudad, que nos ate- morivai robos, secuestros, desaparecidos, violaciones y en la que se inscribe Io traumético para cada sujoto. Desde la materia Clinica de la Urgencia, 300 alunmos Por allo realizan sns précticas en diversos dmbitos hospita lavios @ institucionales donde ta wrgencia emerge; la con- ceptualizacién de Jo observado permite ubiear las respues- tas del psicoanAlisis a esta problemética, verificando que no sobran los psicoanalistas y por el contrario, tenemos anicho por decir y por hacer alli Evie Lanzent proponie intentar wna interveneién inolvi- able ya que muchas veces sélo se tratant de wna tinica entre vista, esto es posibilitar que el paciente despliegne su padeci aniento, sus miedos, sus culpas y a partir de sw xesponsabili- aad Imsque alguna manera de reconducir Ja vida por sende. x08 soportables ligados al desea mas alld del exceso de suri mniento que hoy se presenta como sin limites y sin final. El Servicio de Asistencia* también fue una invencidn: abogados y psicoanalistas ofteciendo um espacio conjunto en el que cada uno posibilitaba a los sujetos ubicar Jos puntos de urgencia: jurfdicos en un caso, subjetivos en el otro; in- vencién que reconducia por los caminos para que esa wxgen- cia se pusiera a trabajar. “EL Equipo de Asistencia estuvo integradopor inée Sotelo, Guillermo Belago, Daniele Camaly, Daniel Coppola, Gerénine Dalfonchio, Verdnica Perells Marian Roimondi, Lorena Reisis, Alejensya Rojas, Silvia Sassareli, Adin ta Soto, Patricin Schwartz y Nicolés Pouloupas, Equipo de urgencias subjetivas " Arellano, M. Bureau, E, Irvazibal, J. Faraoni, L, Leserre, 1. Penecino, R. Solari. Coordinador 7 presente trabajo tiene por objetivo el ser an testimo. nio acerea de la priictica del psicoandlisis, comp modali, dad particular, en el émbito del Hospitel Municipal de San Isidvo, institueién que posee las caracteristicas de un hon pital general y polivalente. Es decir que recepta las demon, das de una poblacién numerosa y heterogénea, en cuante al modo de presentacién, Conocemos el auge de epidomias tales como los tras- tomnos de pénico, las conductas impulsivas, los trastomnos adaptatives. En fin, situaciones en apariencia desbordane tes que nos impulsen a un trabajo teérico y clinico en pos de situar el orden verdadero de lo que Hamamos urgen, cias subjetivas. La prosentacién asi, en plural, respondo al hecho de considerar que hay tantas urgencias como su, jetos conminados a ellas. El primer encuentro con los pacientes puede tener lugar gn ¢l dmbito de Jos consultorios extemnos o en la guardia, aunque basicamente acudinos al sitio donde emerja la crisis (en el dmbito de In interconsutta, del consultorio de otva es petialidad o aiin en el hall del hospital), Son personas que han Negado por sus propios medios ~los merios~o bien tral {los por sus familiares de mato espontineo; en ofvos casos, legen por clandlicacién de los dispositivos del primer nivel de stencién. Estos modos de la legada propician la recepeién Sak fuertoresintegran el equipo de urgenéias subjetivas del Hosptsl de 106 Tiempos de urpencia, Estrategias del sijety extategios det snl de pedidos inieiates sin wna interpretacién previa, Nos xofe- rimos al hecho de que cuando um paciente es catalogado de “mental” y on situacién de urgencia es devivada ama guardia psiquifitsien, eso ya conforma um sentido previo instalado en Ia realidad efectiva dol suftionte y/o de su entarno. Proferimas, por tanto, hacer ma lectura de esa realidad efectiva, tal como se manifiesta cada vex, para permitirnos un acexcamiiento 2 hechos elinicos que son propios de una Gpoea, que no castalmente E, Laurent. y J. A. Miller Ilnma: ron "Ia épaca del Otro que uo existe”, A diferencia de 1a clinica psiquidtriea, donde el algorit ‘mo decisional es la convencién a seguir, Jos principios en los que se orienta myestra préctica se fumdamentan en el esfucrz0 por dar una respuesta al “mal vivi':* wn mas alld de la en fermedad mental o el trastomo. Eatego, Ia creacién de un dispositive singular donde se pnedan verificay los efectos de sujeto e investigar aquello gue queda como opevacién entre el saber previo (de In coxa} y lo real do In experiencia. El binomio que articula esta experiencia lo sintetizamos de Ia siguiente manera: se intenta situar ese fragmento de rei Iidad efectiva con el que se presenta un paciente o quienes lo vodean, y se trata de dirigir una acciém para obtener un efecto subjetivo ya sea en el paciente, su entorno o entre ambos. Précticamente toda la constelacidn de fenémenos que apa: recen en la wrgencia subjetiva pueden reducirse a dos drde- nes clinicos emplazados en la estructura, fendmenos clini cos que no engaiian: la certeza y la angustia La certeza, situada en su castado mas enigmético como son los fenémenos de significacién personal, de xenopatia (exteanjeriddad 0 extrafieza) en el eaexpo 0 en el pensamiento y la perplejidad misma. Bs decir fendmenos predelirantes. *Tol es el término que tomumes de J.C. Milner bajo el titulo "BI gran secrelo dels ideologia dela ovaluecisn’,publicade en Le Nourel Ane N° 2, Aciembre de 2008, Fauipo de urgencias subjesivas det Hospital de Son fsidve 103 La angustia, como acontecimiento, como trauma y sus ver siones: el pinico, el vértigo ~entre otros que presentift can la pérdida de la topogratia imaginaria que organiza al snjoto en una eindad \ su ver, estos dos fenémenos conforman en la urgencia subjetiva una clinica correlativa, tanto para neurosis come pava psicosis, En una, por ka presentificacién del enigma del deseo Gel Otro; en la ota, debido a la emergencia del Otro gece De tal manera que orientados por lo veal, es que participa. mio en Ia predduceién de wn sentido, ahi donde supenemos wn sujeto que padece de la ausencie de referencias; proponiéndole un us0 del tiempo y del espacio dende, en preséiicia, seamos Jos destinatarios del despliegue de la’ danza significante. E] equipo est integrado por psiedlogos y psiquiatras y um trabajador social. De hmes a viernes fancioua a partir de res. ponsables para cada dia, El seguimiento, tanto para los pa cientes gue quedan internadas como para los que son recita- dos en forma ambulatoria, es realizado por los responsables de cada dia. Lo que se transmite es Ia légica de las interven. sioues, mediante la comunicacién verbal entre ios itegran- tes del equipo. Esta modalidad permite sostener las caoxde- nadas del caso entre lo multiple @el grupo) y el no (del esti Jo), hasta que la transferencia se instale, lo cual configura el fin de la urgencia subjetiva ‘Sin embargo, cabe destacar que todo el trabajo es uma clini- ca bajo transferencia de los profesionales con el psicoandlisis. Es asi que Ja tarea del equipo de urgencias subjetivas se divige a cualquier sitio dentro de la institueién desde donde se lo convoque. “Estar ahf’, donde se manifiesta el paroxis- ‘mo, la desorientacién en la accién o el estupor, incluso de nuestros colegas médicos. Los casos M es ma joven que fue Nevada a la guardia por su madre yel marido de ésta, Presentaba un cuadro de perplejidad, pro: fusién alucinatoria y agresividad, Esto dltimo estaba dirigido 108 Tiempos de orgencin. Fatnaeglas del suet, estrtegias dst onolista hacia sx madre y I paveja, a quienes seitalaba como respon- sables por st suftimiento le consiguiante intemnacién. Re- fiexe que el hombre la inswita y le dice asquevosidades euam flo nadie puede eseucharlo ni verlo y que su madre lo con- siente porque él es quien trae el dinovo a la ensa Notamos que en este caso particular In dincronia del se fvhmniento, que implicaba Ia votaciéu de los profesionales del equipo, obstaculizaba la prodnectén de wn Inzo transferen, cial, Se le conmanica entonces, el nombre del psiquiatra y del Psiedlogo que se haxian cargo del tratamiento, $i bien ya los conoefa, se los nombra frente a ella de este modo. También se le explicité esta indicacién a In familia. La trabajadora social organizé ana reunién con los tres integrantes de la familia de Men la cual también participé el terapeuta desig- nado. Este encuentro resulté til para conocer cuestiones relacionadas @ la organizacién familiar, informa sobre el Padecimiento de M, y paralelamente, sostener ciertas indi- caciones hacia Ja paciente que propicien la toma de distan- Gia respecto de Ins discusiones Una vez que M es dada de alta de la guardia inicia Ins entrevistas individuales armando wn Ingo de amistad tanto con el psiquiatra como con cl analista. Las entrevistas fue von orientando @ Ma que la venta de jabones que ella misma clabora que le permitan disminuir Ja dependencin econémi- ca que tiene ereada con Ja pareja de su madre. A su vex, se pndo verificar que los temas Tigados a la belleza ~y tomados miméticamente de la madve. Je proveen de un cuerpo y la alejan de Jas injurias del ambiente familiar, el cual se vuelve extratio e inquietante. Sergio salié del Tribunal de Familia y se dirigié direc- tamente al HMSI. Se entrevisté con una psicdloga y esta convoré a un médico clinica. ste lo escuché, conversé con 6] ¥ le recets un ansidlitico. Sergio no pensé que su mujer Tega- via tan lejos, Jusio ahora que habia decidido cambiar y desde hacia varios meses su actitud vespecto de ella y de sua hijas era otra. Sin embargo ella decidia separarse, Al dia siguiente ingresé por guardia con una intoxieacin medicamentosa. Ha- bbia tomado {odos los comprimides con la intencién de terminar _Hawino de uiyencias subjtivas del Hospital de Sn isha 109 con el problema, pero finalmente terminando con todo, So. mos convocados desde la guardin y durante tres dias tos integrantes del equipo fueron variando, mientras que Ja V6gica de las intervenciones siguié siendo Ia misma. Bl snjeto en wa primer encuentro habia enuneiado “al final, cuando peor estaba ~refiriéndose a sus salidas nocturnas~ exa cuando mejor estaba ~en relacion a su partenaire” Se decidid sostener la légica de este sintagma, variando Ymicamente los portavoces de! mismo, Hiicia el cuarto dia wn integrante se acerca, con Ja mismia légica y Sexgio dice: “Es Ta primera vex que escucho algo asi. Cxco que no voy a olvidarme de este ni de usted”, Sergio fue dado de alta de la internneién y vecibié on ese momento un horario para entrovistarse al dia siguiente con el profesional que habia individualizado. Contimia en trata- miento con wna frecuencia semanel. El analista interviniendo en la Ciudad Daniela Camaly” Proponemes ne inesribiy « los snstos tranmatizndas en ramdes categorias animes, sino intentar encontrar en cellos a particularided” rie Laurent: Fijos del trauma 1 presente trabajo es wna reflexién sobre Ia tarea desa- rrotlada, en conjanto con abogadas de la Facultad de De recho de la UBA, durante ef mes de enero de 2005, para asis. tir a Tos damnificados por Ia tragedia de Cromagnén. La magnitnd del evento traumético devino en urgencia social. HI “empuje a hacer” se tradujo en Ia ereacién de un sinmimero de dispositivos asistenciales qne se les ofevtaron 1 los dammifieados en una suerte de respuesta masiva ¢ jn- diseriminada frente al trauma generalizado, El desafio diario para quienes conformamos el equipo fue: cémo intervenir al interior de wn dispositive “ereado para todos” atendiendo a los nodos particulares y singulares de tramitacién del trauma. Como hacer de ese espacio um Ingar para alojar lo subjetivo, Intervenir en la urgencia implica ir a contrapelo det ideal que empuia a Ia restitucifn del bienestar perdido, implica no consentir ningiim intento por evitar, aca- Nar o estandarizar lo trammatico, Implica hacerle lugar al tran- ma como inevitable y ofrecerse alli como soporte y causa del vecorrido que cada sujeto realice para su tramitacién, *Psicdtoga de Guardio del Hospital General de Agnes "Dr. Alves’. Do conte dela Pritt Profesional "Cina dela Urgencia" Falla de Pavol. fin UBA, Inepronte del Bauipo de Atencién Donna Peguiiien y Psiolica Prngrainda en Sitvackin de Gris Diecin de Sutad Mental G.GBA Ganicamaiy@otnl com) 112 Temps de urgenei, #strte Bs preciso veeorday que.10 hay que quitarle @ uno sn parti ccularidad para mezelarlo oon tavlos on lo wniversal, por al grim humaniariemo o por cualquier obra motivacién.” Recorte clinica F tine 17 afios y Nega a la consulta (en la Facultad de Derecho de la UBA) acompaitado por su made, su hermano y su novia, Comenta haber estado en Cromingiion e} ia de la twagedia y haber podide salir del Ingar sin ningtin tipo de lesion que requiriera asistencia médica posterior. "Me sal ‘vé, dice. EB] motivo de consulta inicial se centra en el pedido de nsesoxamionto legal para lograr el otorgamiento de wn subsidio. Las abogadas lo orientan y le brindan informacion sobre los pasos a segnix. Las preguntas acerca de lo legal parecen terminadas y la entrevista amaga con finalizax, pero F, de vepente, empieza a hacer referencia a ia aparicién, Ine go del evento traumatico, de wna serie de sintomas que él “no entiende”. Dice que no puede dormir bien; que esti irvi- table y que “salta por cualquier cosa”, que no puede sostener su atencién en actividades que antes realizaba; que el re- euerdo del episodio traumitico irrumpe intempestivamente intemwmpiendo las actividades que desarrolla; y que 60. dx mo varia brascamente pudiendo pasar del bienestar al Nan- to. Su madre eseucha y asiente con la eabera, F dice estar \sustado” por esto que le pasa y no saber cémo hacer para jolver a ser el que era”. Comentario Algo ha quebrado la homeostasis en que le vida de Fy de su gropo familiar transemmria, Algo del orden de la contingencia introduce Ja Bigura del trauma como acontecimiento. Irrupeién, 1, Lauwent, B, (2000), "El anasto cindadaso’ en Peicoandiliss y Sait Men. ‘tal, Busenos Aives, Tres Hlaches. Daniela Camaly: # anaisia intervinienda en fa Ciudad encuentro con lo real que desborda Ins expacidades simbé. Ticas de respuesta del sujeto. Exeeso que, en su imposibili dad de ser Lramitade, se inscribe ex el cuerpo bajo la forma de manifestaciones saméticas aisladas, aseménticas y ea. rentes de sentido, Bl significante aislado, enrente de efectos de significa ciéa, el que impide Ja movilidad del sujeto, es la letra Bs puvo signifieante que no signifien nada'y que no se divige a nadie.# E2 susto es la primera respuesta de wn suijeto que ha per- ido sus certidumbres. F hace tm pedido: que alguien lo de vuelva a su estado anterior Hay um primer efecto que se desprende de nuestra presencia. star allf, dispuestos a alojar lo subjetivo, permite ua primera direccionalided: que quien consul: ta tenga a quien divigir su sufrimiento mas profunéo. La presencia de profesionales del Ambito psi en las consul tas permitié “atender”, en el sentido de “hacer lugar’, a ese plus que se filtraba excediendo Ja consulta estricta- niente juridica. Psicoanalistas atendiendo on la ciudad, como guardianes de los subjetivo, abriendo un espacio ¥ wn tiempo, para que cl malestar pueda desplegarse, In- troducimos un “tiempo en presencia”, tiempo del seme Jante, que permite la reinstalacién del tiempo del senti da, Nos ofrecemos como destinatarios y proponemos al sujeto el tmico trabajo posible, el de Ja palabra Si bien se esté solo en esa carrera tras a verdad, si bien no se es tados cuando se toca lo verdadero, ninguno sin embar- 40 lo toca si no es por los otro.® ‘La segunda intervencién estuvo ligada a la construccién de wn primer sentido para los sintomas: el sefialamiento de 2. (1988) Autores varios, (gmapo de investigacién Hospital Beta), Za Urgen- cia. Bl psicoonalista en la préetica hespitalaria, Ricardo Vergava Ediciones, Bucnos Aires. 58, Lacan, J: (1991) El tiempo igicoy el sserto dea certchumbre mnticipada Unnmmevo safisme”, en Brerifos Buenos Aires, Siglo X¥I, 1993, 114 “Tiempos de orgencia, Eatratesine del seta, setting, dob analsty Jos mismas son “su” modo particwlay de responder frente al trauma, Se opera agué una primera ligazén de esas marcas corporales, al ponerlas en relacién al evento traumitico y a sn propia subjetividad. Primer inlento por hacer entrar a Ja Jebra inmévil, que orada el cxerpo, en un encadenamien- to simbélico. Fijacién de um primer sentido que permite ua primer anudamiente subjetivo. Los sintomas coxporales, que aparecen desprovistos de significacién y como aquello que abre un interrogate, son sitmadas como “su” respuesta y en tanto tal Ie concieme y lo implica, Hs este primer abrocha: Iniento del sujeto al sentido subjetivo de sus smtomas lo que abre Ja posibilidad de que un nuevo tienmo comience. El sujeto aleanza una verdad que va a ser sometida a la prueba de la duda, pero que na podria verifienr si no la al cancase primero on Ia cortiduobre.* Acompafiamos al sujeto en el camino que va desde el sin- toma corporal como onigma al siitoma corporal como res. puesta que entratia um sentido subjetive que haba que deve- lar, Cuando este movimiento se lagra, el tratamiento amu atorio se impone coma el paso siguiente, necesario e inevita- ble. Nos abstenemos de tranquilizar al snjeto apelando a Ie “normalizacién”. Respuestas del estilo: “esto que le pasa es normal y les pasa a todos”, homogeneizan a los sujetos en ca: tegorins estindar impidiendo reseatar Ix particularidad que se juega on Ja respuesta individual frente al trauma. El analista... ha de ayudar a smpediv que en nombre de la univorsalided.. eeolvide la pastieulavidad de cada wna ® Asi, en la mayoria de los casos, el enigma seméntico que esconde la respuesta sintomatica empuja, casi inevitablemen- te, al pedido de tratamiento que, desprendido del registro de la “prescripeién”, es el punto de legada en el tratamion. to de In urgencia. La texcera intervencién consistid, enton- ces, on ofrecerle a F. la posibilidad de realizar un tratamiento 4, Lacan, 3.09. et 5. Limurent, Bop. eit Daniela Comaly: fi onutita iuteruiniendo ou la Ciudad 445 ambulatorio que permita desentraiiar el sentido de las mar cas corporates. Kvitamos consentiy li demanda desesperada del sujeto de “volver a ser el de antes" y en su higar le propo- nemos recorrer el camino de los vericuetos de su decix, para que con é se invente wna nueva versién de su historia cause. da por el tranmatisino, ‘Tras wa trauma hay que volver a reinventar al Otro, y 60 no e8 posible sina a partir de la particuldvidad... por - que no se puede volver a aprehender al Otro sino encom: trandose camo Sujeto.® 6. Laurent, B,(2004) jos del Trauma”, en La Urgencia Gencralicudc, Bas. nos Aires, Grain, La admision. La construccién de un espacio Marta Coronel” La Institucion, Fi os sitios aos hubo dos acontetimientos ave pro ihujeron wna marea significative en el Hospital Contral de San Isidvo. Por un lado la crisis politico-econémica de nuestro pais, con wn momento de eclosién, diciembre de 2001, y por otro la esperada mudanza edilicia, que no fue wn suce- 0 banal para Ja commmidad, debido a que se trataba de un proyecto que comenzé en Ia década del 60 y que por diferen- tes motivos fue postergando su ojecucién. Era de suponerse que ante hechos de semejante enver: gadura se ocasionaran cambios en la poblacién que concu ria al hospital y on la institucidn misma, La ateneién de pacientes se incrementé considerablemen- te, respecta de Jos pacientes que regularmente consuleaban, acidiendo quienes no podian acceder a ma abra social como resultado de la pérdida del trabajo que los dejaba en una situacién de desprotecciéa, Al mismo tiempo emergieron los, ideales relacionados al "Hospital nuevo", expectativas, que se habfan ido gestando durante aos. La Salud Piiblica expresando el ideal normativo de la asis- tencia, cuyo objetivo es el de propiciar el bienestar general, *Psicoanalista. Intogvante del Servicio de Salva Mentel del Hospital Cen: tal de Son Isidro. Docente de la Prictioa Profesional “Oliniea de la Ungen: cia”, (martecfagmailcom). SORA 118 Tiempos de wimenei, Tstrateyias de saleto, etrtenion del onaliste garantizando la exracién de los enfermas, iatentaba satisfa cer las demandas ofertando nn Taga de ateneidn para todos, sin advertiy que el sistema de salud traspasaba sus pasibilt dades, presentando mn estado de emergencia, Los profesiouales que Hevaban adelante Jas taxeas de atencion de pacientes inmersos, taiabién, en la coynntara nacional comenzaban a suirir sintomas de agotamiento emo cional. Ante la imposibilidad de abstraerse del contexto, fentiendo que este pexiodo estuvo signado en apreciar cl lugar de la Institueién, sobre tods, cuando se debe respon der n Ja urgencia, entendiéndola como una “nueva cates ria clinica”, un producto de la época, donde se pierdon Tas yoferencias conocidas. : Siguiendo las palabras de Brie Laurent en el libro “Psi- comnélisis y Salud Mental’ Querer inslituciones particulares no es guexer un area re servada mis, una nueva segregacién, es querer que en enda, ‘espacio constituido por una determinacién institucional nos orientemos en lo que respecta al sultimiente psiquico, hacia Ja existeneia de la cadena inconsciente, Inella del fracaso propio de eada wmo, y'no hacia la identificacién comin" E) empo actual se caracteriza por Ja incertidumbre y la falta de sostén, dejando a los individuos en wn estado de desvalimiento. Cada uno, segrin su estructura y posibilida- des encuentra una respuesta frente a las contingencias de Ja vida, pudiendo también quedar sumidos en el sin senti- doy os alli, cuando consultan, esperando que ante la rupiu va con la que su vida transcurria, se les restituya su uni dad, €l lugar perdido. ‘La lectuna que se le den a los acontecimientos de la cul tura, a Jas nuevas formas del malestar, mostrar el modo en como se implemente el tratamiento: se tender a restable- cer néipidamente el estado de bienestar antevior o se tratard de escuchar en los signos de 1a época y aliviar o} suftimien- to, haciendo surgir al sujeto. Tal como dice Miller: 4, Lenvent, E, (2000) Peteoandlisis y Salud Mental, Buenos Aires, Tres aches. Marta Coronel: La adioisiin, ba ounstrucetinn de we espaeiy 119 el acontecimionto, cualquiera sea si fueraa, cumini sea Ia soxpresa que pueda provoenr, enando wo toma an oco mas de distancia, aparece sitado en nna estructista © inseripto en ma proceso ® HL Psicoanalisis se diferencia de otras terapias que uni ican los sintomas en categorias cliniens determinadas: wn trastomo se compone de varios signos que “hablan” por el paciente, clasificdndoselos sein los manuales de In version americana (DSM 1¥) 0 ta eurapea (CIE 10), y sept estos paréynetros se nomina a la persona aquejada éon una enfer- medad, Se los evahia y engloba dentxo de un trastorne tipico ae la que segiin las estadisticas sufren determinados por centajes, pero se olvidan que en lo universal de esos sinto: mas hay un sujeto que padece de lo propio Frente a este probleina, los profesimales que compone- mos el equipo de Salnd Mental, nos pregimtamas cémo res ponder a este quiebre social, dado que los efectos de este proceso también se encuentran en la eliniea, donde el sujeto queda sin explicacién ante su padecimiento, no puede nove- Jar Jo que le pasa y por ello permanece mudo o mostrando wi cuerpo suftiente. Maques de pénico, llanto inmotivado, ideas de suicidio, insonmio, mutismo, son algumos de los nombres con los que se responde al malestar de la época, En algunas ocasiones estos enadros son acompatiados por mn dospliegue de actos que ponen en riesgo sus vidas o las @el entorno, caracterizindose por sex vividas como ajenos, como si hubieran irrumpido en su cotidiqneidad repentina- mente, sin tiempo de implicarse en Jos mismos. Seguimos dos ejes: el sujeto construye al Otro via la pa- Jabra, por lo tanto al hablar le permitimos que construya un espacio, ¥ como el tiempo es el del Otro, al oftecer un lugar para Ta escucha, se descentra al sujeto de Ja urgencia. En Ja actnalidad el uso del férmaco es un comin en las consultas que recibimos desde otras especialidades, pacien- tes que son medicados porque ante los primeros signos de mal funcionamiento, se le otorga wna solucién rapida. 2, Milley, J, (2005), "La practice dele esoudha y aus argumentos?,en Revista Lacanian de Psisoandilisis, BOL, N*2, Buenos Aires, 120 Tiempos de vigencia, strategias del sujto, estrategias del snatisty En nuestro servicio convinimos que ante In angustia de un paciente Ia madicacién no debe ser la respuesta in mediata, haciendo uso de In misma, sélo, en caso de exce- vo sufrimiento psiquico, con e} objetivo de dax higar a Ta palabra on el espacio terapéutico y apuntando a que se desplioguen nuevas vias y 20 propiciando que palabra se transforme en un “eataplasina de sentido”, Como dice Guillerma Belaga: fen e) trabajo de Ja wagencia, en su comienzo, el paciente ‘iene como sujeto expuesto en sn singularidad, pateciendo de lo universal y quien lo vecepciona apuesta al sentido, a 18 construcein del Otro. Asi, 25 bien se hace hablar, se produ corms inseripeién en el Otro, ¢s ln ealina que enconiramos al poco tiempo de inieiada incluso la primera entrevista. Tis que el xeconocimiento det Dire produce um sentido, Sin embargo, el analista no apuuta a cualquier sentide, apunta al sentido ibidinal.® Frente a la urgeneia, la admisién adquixié wn nuevo cavdcter que va més all de un dispositive universal de atencién para ir transforméndose en xn espacio diario que recibe a los pacientes que se presentan. Lo hesios pensa do como un proceso de asistencia, reswltando en si mismo um tratamiento del padecimiento. Si bien, anteriormente algunos terapeutas implementaban una serie de entrevis: tas, estaba mas ligado al establecimiento de un diagndstico presuntivo que permitiera una mejor devivacién para el tra- tamiento, que a la decisién de hacer de ese espacio un en- cuentro con atro, que lo aloje y transforme lo general de la realidad actual en una pregunta que lo represente. A partir de un fragmento clinico de una serie de entre- vistas de admisién intento a que pueda leerse que no hay umiversal frente al trauma, sino que hay que propiciar la particularidad de cada uno. 8, Belaga, G. (eompilader), (2004), Lo Urgencia Generalizada, Buenas Aires, Saeessee eae TEEeE eee ee Marte Coronet: La amusion, br consiruewiGn de wn espacio 324 Primer momento R concusre al Hospital de San Isidro derivado desde Guardia porque mamifiesta wna serie de problemas en sw cuerpo, Se desvancee, sufre palpitaciones, sensacion de alogo, alteraciones del suena, néuseas y dolor en el térax, can miedo a perder la vida, sin embargo, no hay signos de compromiso orginico en este cuadro por lo tanto se lo de viva Salud Monta Tiene alrededor de 40 aftos, esti casado y tiene wn hijo adoleseente. ‘Al hablar se va tranquilizando y puede contar que esté pasando por wn momento terrible que no se quiere levantar, que quicre morizse. Dice que muchas veces piensa pavadas: “Cuando voy en Ja ruta, tengo ganas de pegar mn volantezo ¥ que todo termine de una vez”. Este acto no pasa de ser una idea, pero la pulsién de muerte se manifiesta de otras maneras: Fuma en exceso, no tiene cuidado alguno paxa con sn cuerpo, aquejado por dia ‘betes, colesterol alto y una erapcién en la piel que empeora ante situaciones de desequilibrio emocional, Desde muy joven trabaj6 en uma empresa de transpor: tes, y con el tiempo pudo comprar 1mos dannibus con los cua les realizaban viajes contratados al interior del pais. A cau- sa de la crisis econémica, fueron eanceléndose los viajes y por lo tanto fie quedando sin trabajo. A esta pérdida, se le sumaba una denda que habia contrafda con motivo de mejo- yar sus vehicules y acceder a un crecimiento comercial. Durante muchos afios habia sofiado con la ampliacién de su negocio, babla depositado itusiones en este proyecto ala espera de genevar un bienestar econémico que lo ubi- caria como wn triunfador ate los ojos de quienes lo vodea- ban. Ante la esida de este “suefio” permanecia impotente, sintiéndose solo ante los problemas. El otro foco de sw angustia lo remitia a un juicio que wn empleado Je habfa hecho y por el cual pagaba mensualmen- te wna indemnizacién, Este reclamo lo habia desubicado, diciendo que él se consideraba “un buen patréa y que ahor lo trataban como un trapo de piso”, La imagen que él ten 122 Tiempos de nrgencin, Hstoteyias doh sujet estrateging del anaista de si mismo y con Ja cual se presentaba ante los demas, hha sido tocada No muestra interés en continuar hablando de lo que Te pasa y cnando el enadya de angustia cede abandona Ins entrevistas, Segundo momento Un nuevo episodio lo trae @ R hasta el Hospital, s6lo que esta vez hace un recovrido diferente: no pasa por guazdia sino que se presenta en Ia admisién esponténeamente. Un acontecimiento ha servido como causa de su consti ta, Relata que su hijo estaba mirando wnas fotografias de las ‘iltimas vacaciones en familia y fo conveca a mizay ma de elas. R no puede reconccerse on estas imagenes. Dice: “Tave ‘uv escalofrio cuando me vi on la fota, no era mi cara. No e yo. Por eso estoy acd a ver si puedo salit” Evidentemente la sorpresa que produjo esa imagen To ha conmovido; si bien la angustia Io'acompafiaba desde hacia meses, es en ese momento cuando se precipita y surge la wrgencia de la consulta y et encuentro eon ese imagen, sacu: de al sujeto haciendo tambalear su consistencia yoica, por eso busca ayuda, En las entrevistas relatard que ante esa foto se prodhjo en € una especie de desvanecimionto, Su estabilidad se desmorona y ya no puode saber quien Jo mira desde esa imagen, como s se tratara de un extrafio. Bs lo Unheimlich, que segiin las tradueciones puede leexse como "Lo ominoso” 0 “La siniestvo”. Lo familiar que se ha vuelto inguieiante, porque lo inquietante no es lo que tiene de extraiio sino lo que tiene de familiar, siendo el mis- mo de antes pero eambiado, Qué es lo que ha cambiado en é1, es In pregunta que voy tratando de poner a trabajar Dice: “No hay ugar donde esté cémodo, me siento menos que todos, tan poea cosa. Se me desmorona todo” La idea de matarse se impone todo el tiempo. Marta Coronel: La adwisiin. La eeustruccidn de wn espocin 12% Realizo una interconstlta con Psiquiatyia para evaluar su estado depresivo, el psiquiaira Je veceta una medicncidn porti niente, pero, come el paciente se muesten reticente a tomar Ja, el efecto esperado no se prostuce Como estrategia lo cito en consultorios extemes todos Tos dias que concur a} hospital. Dice sentiyse mejor cuando sale de la consulta y apuesto a ello, a pesitr que su discuso es my pobre, girando sobre toro en las decisiones exvéneas en el tema de los negocios realizados. Todavia se encuentra muy angus tindo, con insomnio y malestar general Siguiendo esta Iinea pareceria tratarse de un caso més de los tantos que han suftido por los cambios de muestra pais donde han caido los ideales de seguridad. Durante muchos ailos huché por conseguir un capital de trabajo y es estafado. Sin embargo, algo en su decir me eva a escuchar que él es. taba ubicado como estafador y es por ello que mis interven- ciones apuntan a conmover ese lugar ‘Trae wn hecho sucedido en el verano, cuando sus padre estahan de vacaciones y 61 usd un dinevo que tenin el padre para pagar unas cuentas. Si bien, repuso el dinero, en su inte rior qued6 como wn Indra, porque ns6 algo ajeno sin permiso. A partir de aqui comienza a desplogarse In historia de su infancia, su lugar en ta familia, ia relacién eon sv padre y los ideales que él le ha transmitido. Se inaugura wn tiempo nuevo, en el que pueda ir encon- teindose en los laberintos de su decix ee La Red de Talleres* Naney Crasnich~ Ee talleres fueron creades por el doctor Guiller mo Belaga, Jefe del Servicio de Salud Mental del Hos- pital Central de San Isidro en e! aio 1996, dando respuesta ala demanda de atencién a pacientes, para quienes et trata- mniento psiquidtrico y farmacolégico resultaba insuficiente y que ademas presentaban difienltades para sostener wm tra- tamiento psicoterapéutico. Recordamos que se trata de un hospital general, sin internacién psiquidtriea, En la actual dad el control esta a cargo de Silvia Baudini, La Red es 1m dispositive de talleras destinado a pacientes ambulatorias del Servicio de Salud Mental del Hospital Cen. tral de San Isidro, quienes, més allé del diagndstico estructn- ral, presentan trastomos en la capacidad para vineularse con otros, Permanecen aislndos, de moda que requieren alli tipo de intorvencién que favorezea Ia produceién del lazo social En su inicio, el dispositive contaba con tres talleres, Ac- tualmente funcionan siete: Artesanfas, Juego de palabras (consistente en lectura de diaries v confeccién de un perié- dico mural que se exhibe en la sala de espera del servicio), Recreacién (donde se practican juegos de mesa), Musica, Expresién corporal, Plistica y Letras, *Redactora: N, Cresnich. Colabevadores: 8. Davel, V. Fonio, B. Gera, B Rugier, C. San Martin, ©. Alcoaz y N. Herman, Li. en Psicologia (UBA). Coordinadora de La Red. Tolleres el Servicio de Schad Mental del Hospital de Sao Isidro. (neresnieh@yahoo.com ex) 126 ‘Tiempos de_urgencia. stateyias del sulotn, eteatepian del anatita Cada taller se desarrolla en una reunién semana, de aproxi nudamente una hora y media de duvacién, Estas reuniones son grupales v la coardinacién ests a cargo de psicdlogos de orientacién psicoanalitica lacaniana y formados en la activi aad especifica de cada caso. Los talleres no son wm pasatiempo No nos erienta e] aspecto oeupacional ni el Iaboral. No son las babilidades tas que defnen Ja incoxporacién do un paciente a cada taller. No se trata de resccializacién masiva orientada por el sentido comin, tampoco de control social La Red practica la politica det uno por uno. Para ello el dispositive cuenta con na instancin de admision (una o varias entvevistas), que permite evalnar Ia pertinencia de la deriva. cién y la posibilidad del sujeto y del dispositive de zealizar la ineorporacién, Queda dicho, entonces, que la inclusién de wn pacien: te en Jos talleres no es automatica y cuando se produce, no es dofinitiva. Dado que, en general, el paciente no demanda, el trabajo con el profesional derivador permite orientar un pedido que muchas veces es inespecifico y desorientado, El dispositivo se ha dado sus instrwmentos para orien: tary evaluar esa demanda, mediante la admisién y el traba. jo continuo con los texapeutas de cada pacionte, quienes, fre cuenteniente, participan de os controles. Contanios, en nuestzo trabajo cotidiano con estos instr: zmentos, que es preciso afinar cada vez y lentamente maneje. mos con mayor destveza, Nos servimos de ellos para estimar Jos alcances y los Kmites del dispositive. Momentos de una préctica #1 coordinadoy atraviesa la sala de espera, los pacien- s, en su mayoria psicéticos, Megan temprano, conversan entre ellos, Sahudan al coordinador y se saludan entre sf con un beso. Cuando ingresan al consultorio donde se realiza cl taller, comienzan las tareas de organizacién de la actividad. Cada Naney Ceasnich: Lat red de talleres Ly uno elige (smchas veces se lo ayuda a olen) wma tarea: adniv Jos armavies, distribwir los materiales, preparar el mate Bssta escena se repite, eon pequenias vaviantes, en el ini cio de cada uno Ae los talleres, y muestra el establecimiento de wna rutina que os efecto de wn largo tiempo de trabajo Las taveas, mininias, van engarzando una seouencia or- aenada de detalles. Esta secuencia inchuye el NO. Bn ge neral, no se pinta antes de lijar, Jas eauciones tiene un ritmo, uma velocidad. Se establece un tiompo con wn NO, quo obstacubina la in mediatez, la precipitacién, y permite otra erética del ties. po, qe hace posible abordar ta clinica Beto eonsiste en inscribir ciertas pautas propias de cada taller que fimdan una legalidad orientada por el hacer eon- exeta, Se propone un cierto ritmo, un corte en el tiempo, como intento de regulacién frente a lo amenazanie e intrusive del modo en que se presents el Otro. Por esta via, algo se agujerea del Otxo TODO. Se extrae algo de Ja consistencia del Otxo, que lo volvia amenazante. Citaremos algunos parrafos do ‘La erdtica del tiempo’ de J. A. Miller Podemos sitnar esta experiencia del tiempo con nnestras categoria, y hasta hacer un paralelo temporal entre Ia ma: nia y la melancotia, [La mania en sentido psiquidtsico esta enmaxeada por la precipitacién. Como siel sujeto viviera wn presente demasis- do estrecho on relacién com Jo que él tiene para decir; mien- fas que el melancilico vive wn presente demasiado largo. Poidemos decir que el melaneélico, en sentida estricto, esté maneado por un tiempo que xelroacti. (..) para él, el tiempo vva del futuro al pasado, para él el fatiro pasa continua y rp damente para el pasado. sto es lo que da al melancélico ese sentimiento especial de detencién.(.) ‘Asi, si el melanedlico tiene waa tendencia a vivir en et pasado, el maniaco vive wn fatto velas, un fulnme en cierte ‘manera, instantaneo.? 1. Miller, J. A. La erdtice del tiempo y otras textos, Buenos Aires, Trex Haches, 2001 128 Tiempos de nigencia, Fstrategios del sujet, exttatean, deb analista Dos casos Aldo Vega al Servicio despuds de una internacién elfwiea en el mismo hospital, a conseenencia de haberse arrojade desde un puente. Se trata de un paciente que logrard In esta bilizacién sin intemnacién psiquiatrica En ua comienzo, el Otra materno se presenta amena: zante. El sujoto, sin recursos para dialectizar la oposi- cin que Ia madye representa, rende, como ‘nica salida, al pasaje al acto, Esto muestra el caracter de cevteza que @a potencia a lo amenazante. Inicia tratamiento psiquidtrico ambulatorio y mas tarde, entrevistas con wn terapeuta, Al cabo de algunos meses es derivado por su psiguiatra a La Red de Talleres Se incluye en el taller do Plistica y alli elige erayones y trabaja colo, en um rineén, Durante el primer tiempo, se mantenfa aisiado y silen- cios0, casi mutista Su negativismo hacfa muy diffe! cualguier intorvenci6 Durante los primeros meses falta nmucho. Tiene dificultades para salir de su casa La coordinadoa del taller seftala su capacidad y lo nom: bra especialista en evayones, subrayando su habilidad en el uso del material. Después de algunos meses, Aldo comienz: a acercarse a sus compafieros, hace comentarios sobre los Aibujos que produce, que, progresivamonte, se hacen mis ricos: Al pexsonaje solitario de sus trabajos, jimto a una casa en el campo, se agregan otvas personas y alguna casa més. Bl paciente sigue encontrando fuerte oposicién de su ma- are, en particular para asistir a los talleres. Lo comenta y, orientado por los coordinadores y por sw terapeuta, negocia con ella: se ocupa de algunas tareas domésticas y ademés lle- #8 al hospital caminando, més de sesenta cuadras, para no gastar dinero en pasaje. A cambio, la madre lo molesta menos. Aldo comienza a delinear su lugar en el dispositivo, se ccupa de distribuir los materiales y va constituyéndose on wa suerte de advninistrador, Estos materiales son para Plistica, aquellos para Miisica, otro de los talleres en que participa, None Crash: ka red de talleres 199 En Ia medida en que el paciente lopra negociar can Ja figura amenazante, se verifica uma disminucién de) aisla- miento y ma mayor (olerancia 1 Ia presencia de los olvos y del Otro matemno, Su agar de Administrador le permite introdueir ana minima contabilidad en lo ‘sin mite’ de la psicoais. sta contabilidad tiene el estatnto de un orden, que produce el alivio del sujeto. : Recientemente, Aldo acepté participar de una presenta- cién de enfermos, donde dio testimonio de esta construccién, Norma también concurre a) taller de Miisica por deri vaciin do su psiquiatva, No tiene tratamiento psicoterapéu- tico individual. Cuando ingresé al taller no hablaba, se la veia desaxreglada, con la mixada perdida. Siempre vestida de gris 0 de negxo, y con una constante expresién de dolor Falta a algunas veuniones de taller y luego dice que no Je alcanza el tiempo para hacer les trabajos de Ja casa, que siempre se le hace tarde. Manifiesta su temor de que su hijo se vaya, porque ella fiumé y a él no le gusta que lo haga. Piensa que ese dia el hijo se va ir de su casa. La coordina. dova pregunta ‘geémo es su hijo’, Norma dice que la cuida miucho. Se le responde: ‘creo que entonces no se va ix de su. ‘casa sn decixselo antes’. Advierte, alli, que su hijo no sabe aque fumé, el Otro no Jo sabe todo. La paciente se calma y poco a poco comienza a hablar de Jas cosas que Ja preocupan. Entre ellas, sus dificultades con los horarios. Recibe sugerencias de sus compatieros: “Si es por tomar la medicacién, tracla en el bolsillo” o “Decile a ta hijo que la comida va a estar un poco més tarde”, Norma comienza a concurrir més tranquila. Se queda hasta al final de Ja actividad y Iuego pide autorizacién para asistir a otro taller, que se realiza a continuacién. Contemporaneamente, es nombrada recolectora de imé genes on el Taller ‘Juego de palabras’, donde se confec- ciona un periédico mural con los articulos y fotos que los pacientes recortan... La coordinadora observa; ‘cuando est usted, hay imagenes. Imagenes de colores’. Por pri- mera vex. Novma mira y sonzie, 1140 Tiempo de argancin. stratepiag del aueto, ettategins danas ecto fisico. Be sonrisa La paciente cambia notablemente sm viste con sumo enidado, se maquilla y recibe. con wma los comentarios sobre este cambio. : ue invitada al espacio presentacién de enfermos y acepté con gusto. AIK testimonié sobre ef efecto vivifiendor que tuvo para ella Ja participacién en Jos talleres. Un didlogo Norma toma.un mate tras otro. Progunta ansiosa: —;jHay otro mate? ‘Aldo, el cebador, responde: —jMomentito! Reflexiones sobre la préctica Apelamos a la metéfora del cristal, utilizada por Miller para pensar Ins facetas de un dispositive complejo, como wna red de talleres, y sus efectos, Este trabajo en red, abarca, no s6lo a los talleres sino a Jas instancias de tratamiento en juego en cada caso: psicoterapia, psiquiatria, medicacién, dispositive de presentacién de enfermos, acompatiamiento terapéutico, intervencién del Servicio Social, ete, Bil verdadero baiio transferencial que vecibe el paciente, posibilita el establecimionto de varias fomciones fundamen- tales para el sujeto psicético (como es el caso de los pacien- tes que se mencicnan). 1) Por un Jado, provee de una rutina, Coordenadas, pun tos on una recta que se ubican a mode de obstaculo, ha- ciondo posible ubicar un antes y un después y sostener Ja diacronia Como dice Miller en 1 fa erética del tiempo! A diferencia del espacio enclidiano, en el espacio ibidinal ‘encontramas un obstficulo en ese camino. (..) Sabemos que hhay una estrecha velacién entre a existencia de un obstact 0 y la constituciin del abjeto como objeto de deseo. (..) No Naney Cramnili ha rou de enlloves age cesamos de hablar de lo ibidinnl en térmtinos espaeinles| pero en realidad se (rata de ama erética del tiempo.” Norma inventa un tiempo, orientada por la coordimado. ra, quien, interrorindola y sosteniendo sus dichos, sav. ciona que Ja palabra no es La Cosa, “su hijo no se va ir sin decirselo antes” Ademzs, en los talleres, se posibilita e] encuentro con un ‘administrador", que propone cierto ritmo, cievia pausa a Jn yueda de mate y asi se puede sustraer algo al goce del Otro, que se aligera y pacifica al sujeto, 2) Por otra parte, el coordinador, ubicado en el lugar del se- cretavio del alieuado, se hace testigo que suscribe, acusa yecibo de Jas snarcas que el snjeto no puede inseribin. B] encuadre sostenido de wm dispositive, insevio en una instituciéa gue impone sus limites, es tomado, mAs all de Ta norma administrative, como un sustrato que haga posible Ia subjetivacién, Son las reglas, las constantes de una ratina que inchaye Ja dimensién buvverdtiea pero no se agota en ella, las que posibilitan wn ortlen de negociacién, eon el Otro y con los otros. Esto hace lazo, desde la singularidad de cada cons- truccién, articulando Significante y Goce: lo que Hamamos, el aparato del sintoma. La posibilidad de ese lazo produce un efecto de vivificacién, Finalnente, podemos decir que el trabajo en los talleres bre la via de la construceidn de un Semblante, que alivia de Ja obscomidad del objeto melaneéticn y del lenguaje de érga- no esquizofirénico. Del mismo modo, el dispositive ha mostrado sus Kimi: tes en Ia incorporacién de lo paranoico, asi como de pa- cientes descompensados o que representen un riesgo para sf 0 para otros 2.Op.cit.en B | i | Un trabajo en la urgencia Maria Alejandra Rojas* Fisome: viviendo tiempos de cambios vertiginosoa, en ws mundo glebalizado que tiende a homogeneivar ya jin formativar Ie vida, 11 20 de diciembre de 2004 se incendiaba wiia disco en el bamrio de Once de la Capital Fedeval Retorno siniestro de otvas tragedins no aclaradas, B) in fendio de In disco en zona Narte hiace 10 arias, los atentados a Ja Eambojnda de Isvaely a la AMIA, 01 20 de diciomibve do 200%, Meollo de corrupeién en las instituciones por ef cual vo desdibujan las atrocidades que se intentan encubvir utiligan, do el paso del tiempo, Este tiempo caractevizado por la vuptura de lagos sociae Jes, autoorotismo, naveisisimos e indiferencin es el caldo de ullivo apropiado pava que sueeda aquello de To que después nos horvorizamos, Aquello que nos empecinamos en olvidar vuelve cada ver, Aauello que no fue nominado insiste mas allé del tiempo, veclamando wna inseripeidn, Buenos Aires estaba en situacién de ungencia, Ungencia como lo que lama a una pronta reselucién, Una uigeneia de unos que on minutos se transformé en la urgencia de muchos. Ruptura de la homeostasis en la que se desavrollaba la vida do snimeticante del psicomnélisis, Docente de le Prictica Profesional Clinica de Ja Urgencia Faculead de Peiologia UB, (aslejandrarejasaotinail com). [iit 8. MRecuert, rpeticisn y elaboracién’, Obes Completas, Maid, Ldpes Ballesteros, 1981 1:b4 Timor de urpencia Ustntgias del set, oats de sainta Ja ciudad, en pocas hovas se vieron exeedidos los organismos institucionales disponibles Desorganizacién y confusion que geners diversas res: puesta como el panico y el impnlso generalizado a “hacer algo”, comenzaron a surgiv ofvecimientos variados de todo lipo y en todas diveeciones. En este coutexto, los docentes de In Prictica Profesional “Clinica de Ja Urgencia” fhimos convocados por la coordina- dora, Inés Sotelo, para participar de wn programa ideado por Ja Facultad de Derecho de In UBA y el Colegio de Abogados dee la Capital Federal a desarvellarse on enero de 2005. El cbjetiva de} mismo eva brindar asesoramiento juvidico a las victimas y familiares del sniestro “Repttblica Cromagnon’. Los responsables del armado del programa considera- ron necesatia Ja presencia de mn psie6lago en las consultas juvidicas partiendo de la hipétesis que la situacién tan re- ciente y dramética lo ameritaba por las consecuencias que hablar det tema podian provecar Pensamos en dar una respuesta desde ¢l marco tedrico del psicoaitdlisis como fandamento de una préctica elinica, sostenida én wna ética, aquella gue da lugar a Ja particula- vidad subjetiva mo responder? En la urgencia Ja dimensién temporal aparece en pri- mer plano y debemos sefialar algunas diferencias para ubicar muestra posicién. Por Jo general se 1a vineula al acto médico, Hn lo que respecta al campo de la salud mental y a partir, especial- mente, de los psicoférmacos esté asociada a la psiquiateia. Es necesario esclarecer cémo se piensa Ja urgencia ya que el modo en que se la concibe tiene consecuencias en el accionar, ‘La urgencia médica apunta a eliminar Ia dimensién del tiempo operando de inmediato sobre el acontecimiento. Bl psicoandlisis opera a partir de poder situar un suje- to, por este motive toda urgencia es pensada como urgencia 1: Un trabajo de nogen subjetiva. Lo que nos importa es que alli s sujeto que no es el tiempo cronolégico, Pensamos nuestro Ingar como aquel que supone la prisa y a su vez wna escansién, una pausa para que en la urgencia “otro tiempo légico sea respetado”.? En el libro La wrgencia generalizada” G. Belaga? des Ma el concepto de wngencia como una nueva categorin clinica, como hecho clinieo ¢ institucional relacionada con Ja época en que vivimos. Verifica que lo que se ationde en las institueio nes diariamente es “Ia ungencia", quedando en lista de espe. ya el resto de Jas consultas, al menos en el ambito publico. Diferencia dos vertientes del trauma que nos permiten situarnos en relacién a Io planteado: ja un tiempo del Lo tranmitico por estructura: el trauma inaugurado por ol enguaje, trauma en tanto hablantes, como lo que resiste a lo simbélico. Lo traumético como acontecimiento: Como lo contingente, lo imprevisto. Inrupeién de lo real sobre las representa ciones simbélicas que un sujeto tenfa hasia ese momento. éQuién consulta en la urgencia? El que consulta viene expuesto on Ia singularidad de su suftimiento “padeciendo de lo universal”. En primera instancia, quien lo recibe apuesta a que se produzea, con su relato, un decir que le concierna. Una pro: @uocién de sentido que de alguma manera Jo ligue al Otro, es necesario enmarcar la angustia para que ol sujeto pueda re- ordenar sus coordenadas imaginario-simbélicas. Pero el acto analitico implica un més alld del sentido y #50 es tener en cuenta Ja vertiente del trauma como proceso, aquello que se evidencia en el quiebre imaginario. 2LLeguil, P.,"Reflexiones scbrelewrgencia’, en La Unni: Elpsteonanalista en fa Prdction Hospitalaria, Buenos Aires, Vergara, 1989. 2 Helags, G.,en La Urgencia Genesaticade, Buenos Aires, Grams, 2004 B.Ider, cits “ENS

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