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1039 cjencia es un epifendmeno de los procesos fi- siolégicos. Estos procesos pueden tener lugar sin Ja conciencia. Se podria proscribir, pues, se completo la nocién de conciencia, y de- clarar que no la hay, 0 que no constituye nin- Sin fendmeno. Sin embargo, puesto que de Sigun modo la conciencia «aparecen, es decir, ge «tiene conciencia» de estados neurofisiols- sicos, se concluye que la conciencia no es.un fendmeno, pero no es tampoco un «completo no fenémeno», es un sobrefendmeno o epife- nomeno. El fendmeno ejerce influencia sobre la conciencia, pero ésta no puede ejercer la menor influencia sobre el fenémeno. La nocidn de «epifenémeno» se ha apli- cado a otros aspectos de la (supuesta) activi- dad psiquica, por ejemplo, a la conciencia de libertad. Se ha afirmado que la conciencia de libertad y, con ello, la propia libertad, es un epifendmeno. Declarar que es un fend- meno —o una realidad— es consecuencia de una ilusién. Cuando se examina la «causa» de la conciencia de libertad, se descubre que es un encadenamiento causal, Por la dificultad de precisar conceptual- mente lo que se califica de «epifenémeno» se usaron a veces metéforas; una de las que mas circuld es la de «fosforescencia». Bergson se opuso a la idea de la con- ciencia, y también de la libertad como epi- fenémenos, o meras «fosforescencias», y traté de mostrar que esta idea surge tinica- mente cuando no se presta suficiente aten- cién a una descripcién empfrica de los pro- cesos psiquicos. Lo que puede lamarse «epifenomenismo> es un aspecto del reduc- cionismo. EPIFILOSOFIA. Véase PERIFILOSOFIA. EPIQUEREMA, émyeipnua (epijerema, epijeirema). Segin Aristételes (Top., VIL, 1], 162 a 16), el epiquerema es un razona- miento (silogismo) dialéctico, a diferencia del filosofema (VEASE) 0 razonamiento demostra- tivo, del sofisma (VEASE) 0 razonamiento eris- tico y del aporema (VEASE) 0 razonamiento dialéctico de contradiccién. Derivado del verbo Emzerpéu = «atacar, el epiquerema es un razonamiento compacto o breve, donde ge- neralmente la premisa mayor, y a veces inclu- sive la premisa mayor y la menor, van acom- pafiadas de lo que se estima prueba de la pre- misa. Asi, «Los sees humanos piensan, por que poseen un sistema nervioso central; los turcos son seres humanos; por tanto, los tur- cos piensan» es un ejemplo de epiquerema. EPISTEME Ha sido comin clasificar el epiquerema entre los Ilamados silogismos compuestos (véase SILOGISMO). EPISILOGISMO. Véase SILOGISMO. EPISTEME. Michel Foucault ha llamado episteme, y también «campo epistemol6gico», a la estructura subyacente y, con ello, incons- ciente, que delimita el campo del conoci- miento, los modos como los objetos son per cibidos, agrupados, definidos. La episteme no es una creacién humana; es mds bien el «lu- gar» en el cual el hombre queda instalado y desde el cual conoce y acttia de acuerdo con las resultantes reglas estructurales de la epis- teme. El estudio de una episteme no es por ello una historia. No es ni historia global. ni historia de las ideas, sino arqueologia (véase). No puede hablarse de continuidad entre diversas epistemes y por ello no puede hablarse tampoco de una historia de episte- mes. De hecho, no hay tampoco continuidad ©, en todo caso, progreso histérico dentro de una episteme. Las ciencias humanas modernas no han constituido, segtin Foucault, la episteme moderna: «es mds bien la disposicién gene- ral de la episteme lo que da su lugar, llama e instaura (las ciencias humanas) permi- tiendo constituirse al hombre como su ob- jeto» (Les mots et les choses. Une archéo- logie des sciences humaines, 1966, pagina 376). Asf, en el mismo sentido en que la gramatica y la historia natural formaban parte de la episteme clasica (la episteme de la cultura occidental que se inauguré hacia mediados del siglo xvii), las ciencias huma- nas forman parte de la episteme moderna, «la que, a comienzos del siglo xix, marca el umbral de nuestra modernidad» (op. cit., pag. 13). La episteme moderna ha dibujado inclusive el perfil del hombre como «el que hace su propia historia», pero el «hacer su propia historia» es algo inscrito en el 4m- bito de una episteme. Asf pues, no es, en re- alidad, el hombre el que hace su propia his- toria, sino que la episteme hace tal hombre (que de este modo deja de hacer, literal- mente, 0 absolutamente, su propia historia). El «fin del hombre» de que ha hablado Fou- cault es simplemente el fin de una episteme en la que el hombre ha aparecido como si fuese el principal objeto del conocimiento. La nocién de episteme puede ser conside- rada como una noci6n estructural —como uno de los aspectos que puede asumir la idea EPISTEMICO de estructura tal como ha sido elaborada por los estructuralistas—. En todo caso, parece constituirse como una estructura profunda, «inconsciente», «no humana», no producida ni por las acciones individuales ni siquiera por supuestas acciones colectivas de hombres. A la vez, una episteme es discontinua con res- pecto a otras. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, en Foucault, lo que importa més en la episteme no son supuestas conexiones internas que obedezcan a una especie de ar- monja preestablecida; importan sobre todo las discontinuidades, las rupturas, la ausencia to- tal de un centro y una como «dispersion». Cémo puede hablarse, si puede efectivamente hablarse, de una unidad de la episteme, es asunto poco claro. Tal vez no hay semejante «unidad»; acaso lo que hay son, como Fou- cault apunta, series de series. Por eso la epis- teme se distingue no solamente de una «con- cepcién del mundo y de la vida» 0 de una «vi- sién» —aun si no es la concepcién o la visién de nadie en particular—, sino también de un sistema estructural de reglas. En todo caso, si hay reglas, éstas no determinan la serie de se- ries, sino a la inversa; las reglas surgen del «cuadro» que, como el de Ja imagen de la te- levisién, est4 formado de series discontinuas. La episteme puede ser considerada asi como una estructura aun mds «profunda» y «subya- cente» que todas las estructuras. Hay ciertas analogias entre la nocién de episteme y la de paradigma (en algunos de los sentidos que se han dado a este término en el curso de los debates centrados en torno a las ideas de Thomas S. Kuhn). Algunos sostienen que, lo mismo que el concepto de paradigma, el de episteme plantea el problema de su com- parabilidad con otras epistemes (sea una com- parabilidad global o una comparabilidad de algunos de sus elementos («series» en Fou- cault; términos tedricos en las ciencias natu- rales) con elementos de otras epistemes). A ello se agrega el problema de la sucesién de epistemes. En una de las primeras fases de la concepcién de paradigma en Kuhn se ha ape- lado a la aparicién y proliferacién de anoma- lias. No existe tal recurso para una episteme, Por otro lado, estos problemas han de ser para Foucault otros tantos seudo-problemas. No en vano no se trata de historia, sino de «arqueo- logia», y no en vano se destaca la completa des-ceniralizacién de la episteme, las rupturas y las discontinuidades. Los criticos de Fou- cault y los de la «simple» nocién de para- digma arguyen, en cambio, que subsiste un problema, y es el de la posible inteligibilidad de aquello de que se habla, aun cuando aque: Ho de que se habla sea a la vez, si no primaz riamente, aquello en virtud de lo cual se dice esto es, se produce el discurso (VEASE) 0 ed enunciado (VEAS EPISTEMICO. Puede usarse ‘epistémicd? en sustitucién de ‘epistemoldgico’. ‘Episté: mico’ significa entonces «relativo al conocis miento» (véase CONOCIMIENTO; EPISTEM| LoGfa). Puede emplearse asimismo “episté: mico’ para caracterizar cierto tipo de cuestioz nes y ciertas nociones que se plantean y usan respectivamente cuando se estudian ex: — presiones que envuelven actitudes proposicio. nales, Ejemplos son: a sabe que p, a cree que p, donde ‘a’ se lee ‘alguien’, ‘una persona’, ‘un sujeto’, ‘un sujeto cognoscente’, ‘un sujeto que cree’, etc., y ‘p’ es simbolo de una pri posicion. (1) y (2) pueden considerarse como proposiciones o sentencias. Pueden conside- rarse asimismo como enunciados (véase ENUNCIADO). Si se quiere poner de relieve que (1) y 2) no se refieren a las expresiones co: - rrespondientes, cabe usar «casi comillas» («ngulos» 0 «signos angulares») 0 dobles comillas, tales como 5 a sabe que p > (3) a cree que p 7 (4) 9 bien: «a sabe que p» + (5) «a cree que p» © respectivamente. Se llama a veces «légica epistémica» a la que se ocupa de enunciados de conoci- miento o de creencia, de los que (3) y (4) 0 (5) y (6) son ejemplos. El término “episté- mico’ puede usarse como término general, que englobe lo que designa el vocablo ‘do- xdstico’ (véase DOXA, DOXAL. DOXASTICO, DOXICO), o bien pucde usarse para tratar uni- camente enunciados ejemplificados en (3) y (5), dejando ‘doxastico” para enunciados ejemplificados en (4) y (6). Cuando hay pa- ralelismo completo entre argumentos con- cernientes a enunciados que incluyen expre= nes del tipo ‘... sabe que...” y enunciados que incliiyed expresiones del tipo *...cree que... nd hay inconveniente en usar para

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