Sunteți pe pagina 1din 88

EL EVANGELIO

Y LA
VIDA
PRODUCTIVA
MANUAL DEL
MAESTRO
Religión 150
EL EVANGELIO Y LA VIDA PRODUCTIVA
MANUAL DEL MAESTRO
Religión 150

Preparado por el
Sistema Educativo de la Iglesia

Publicado por
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Salt Lake City, Utah, E.U.A.
Envíe sus comentarios y correcciones, incluso los errores tipográficos, a:
CES Curriculum, 50 E. North Temple Street, Floor 8, Salt Lake City, UT 84150-2772 USA.
Correo electrónico: ces-manuals@ldschurch.org

© 2004 por Intellectual Reserve, Inc.


Todos los derechos reservados
Impreso en los Estados Unidos de América

Aprobación del inglés: 8/03


Aprobación de la traducción: 8/03

Traducción de The Gospel and the Productive Life Teacher Manual


Spanish
III

ÍNDICE
Introducción al manual del maestro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . v
1 El plan de salvación para los hijos de nuestro Padre Celestial . . . . . . . . . . . . . 1
2 La guía del Espíritu . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
3 El establecer metas y el administrar el tiempo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
4 La administración prudente de los recursos económicos . . . . . . . . . . . . . . . . 15
5 La fe en Jesucristo nos brinda poder para proveer para nosotros
mismos y para los demás . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
6 El proveer para uno mismo, para la familia y para otras personas . . . . . . . . . 27
7 El reconocer y cultivar los talentos y las aptitudes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
8 Cada uno de nosotros puede ayudar a edificar el reino de Dios
sobre la tierra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
9 El ser autosuficiente a la manera del Señor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
10 Buscar el aprendizaje por medio del estudio y de la fe . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
11 Elegir y ser una compañera o un compañero eterno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52
12 El observar las leyes de salud física. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59
13 “Estas cosas te servirán de experiencia” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65
14 Honremos los convenios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70
15 Prestémonos servicio los unos a los otros. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75
V

INTRODUCCIÓN AL MANUAL
DEL MAESTRO
Este curso está diseñado para ayudar a los alumnos a mejorar su vida temporal y
espiritual mediante la obediencia al consejo inspirado. Aprenderán que el conoci-
miento de las verdades espirituales impartido en el plan de salvación de nuestro
Padre Celestial puede ayudarles en sus desafíos terrenales. A medida que apliquen
los principios del Evangelio al aspecto temporal de la vida, lograrán entender la
necesidad de formarse y prepararse para contar con un empleo que les permita
atender tanto sus necesidades como las de su familia. Dicha mejora, basada en los
principios del Evangelio, les permitirá cumplir con su objetivo en la vida terrenal y
aumentar su capacidad de servir al Señor y a Sus hijos.
Emplee este material durante la preparación de su presentación en el salón de cla-
ses. Cada capítulo consta de las siguientes secciones:
• “Introducción”: Reseña general del objeto de la lección y su valor para los
alumnos.
• “Principios para comprender”: Sección donde se enumeran los principios bási-
cos a impartir.
• “Sugerencias para la enseñanza”: Sección con ideas para la enseñanza de cada
principio.
• “Sugerencias de asignaciones para los alumnos”: Sección de actividades para que
los alumnos realicen fuera del aula. Reflejan las expectativas del curso (es decir,
lo que los alumnos deben ser capaces de hacer como resultado del curso).
Seleccione las sugerencias que desee emplear en el salón de clases. El icono ( )
señala el comienzo de una sugerencia para la enseñanza que se puede utilizar inde-
pendientemente de las demás. Algunas sugerencias para la enseñanza incluyen de-
claraciones de Autoridades Generales que no se hallan en el manual del alumno;
éstas constituyen un material adicional que los maestros pueden compartir durante
la lección y se hallan sombreadas para que sean más fáciles de reconocer. Emplee o
modifique las sugerencias para la enseñanza para que se amolden a las necesidades
de los alumnos y a su estilo de enseñanza. En caso necesario, incorpore otras ideas
para respaldar la lección o el principio que se enseña. Durante la clase, conceda a
sus alumnos la oportunidad de encontrar, explicar y testificar sobre las doctrinas y
los principios en cada lección.
El manual del alumno (artículo 36599 002) está disponible para su uso junto con el
del maestro. Cada capítulo del manual del alumno contiene las siguientes secciones:
• “Introducción”.
• “Principios para comprender”: Sección donde se enumera cada principio del ca-
pítulo.
• “Citas y pasajes corroborativos” de cada principio de la lección, incluidas las ci-
tas de las enseñanzas de los profetas y los apóstoles de los últimos días y otros
líderes de la Iglesia.

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


VI INTRODUCCIÓN AL MANUAL DEL MAESTRO

• “Aplicación y ejemplos”: Sección que presenta situaciones hipotéticas con sus


correspondientes preguntas.
• “Resumen analítico”: Sección que incluye preguntas adicionales para ayudar a
los alumnos a comprender y aplicar los principios.
• “Notas e impresiones”: Sección donde los alumnos pueden anotar sus reflexio-
nes y responder a las preguntas.

FINALIZACIÓN DEL CURSO


El curso “El Evangelio y la vida productiva” tiene una duración de un semestre.
Consta de 15 clases de 100 minutos, o de 30 clases de 50 minutos. En la opción de
30 clases necesitará determinar dónde dividir cada capítulo para poder impartir dos
lecciones.
Todo alumno que desee obtener crédito para instituto deberá asistir, como míni-
mo, al 75 por ciento de las clases.

CÓMO PREPARAR LAS LECCIONES


La enseñanza eficaz requiere que usted decida qué enseñar y cómo hacerlo (véase
La enseñanza del Evangelio: Manual para los maestros y los líderes del SEI, 2001, artícu-
lo 34829 002). Al estudiar el material de la lección, determine las doctrinas y los
principios que considera importantes para sus alumnos, siendo sensible a las impre-
siones del Espíritu (esto es qué debe enseñar). A continuación, seleccione una idea
para la enseñanza, o una actividad de aprendizaje para cada uno de esos principios
y doctrinas. Incluya puntos tomados de “Un énfasis actualizado de la enseñanza pa-
ra el Sistema Educativo de la Iglesia” (esto es cómo debe enseñar). Al preparar y pre-
sentar cada lección, considere las siguientes preguntas y sugerencias:
• ¿Qué harán los alumnos durante la lección? Emplee métodos y actividades que
fomenten la participación del alumnado.
• ¿Cómo puedo contribuir para mantener el interés de mis alumnos? A fin de man-
tener el interés de los alumnos, cambie con frecuencia el método de enseñanza.
• ¿Qué reflexiones, soluciones o comportamientos pueden resultar de esta lec-
ción? Ayude a los alumnos a aplicar las doctrinas y los principios del Evangelio
a sus vidas.
• Siga la inspiración del Espíritu en todo lo que diga y haga. Ayude a los alumnos
a entender que deben pedir por el Espíritu y vivir de tal modo que lo inviten a
estar con ellos al participar en la clase.
• Haga preguntas y proponga temas que fomenten el análisis en el aula y que edi-
fiquen la fe (véase D. y C. 38:23; 43:8; 88:77–80, 122; véase también La enseñan-
za del Evangelio: Manual, págs. 40–41). A fin de motivar las respuestas de los
alumnos, evite responder usted mismo sus propias preguntas. Concédales tiempo
para pensar y llegar a conclusiones por sí mismos. Présteles atención y muestre
interés por sus comentarios.
• Comparta su testimonio e invite a sus alumnos a compartir el de ellos.
• Tenga fe en Dios y en el poder de Su palabra para suscitar el interés de sus alum-
nos y bendecirlos (véase 2 Nefi 32:3; Alma 31:5). Confíe en los alumnos y en la
habilidad del Señor para ayudarle a ser un maestro de éxito.

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


1

1 EL PLAN DE SALVACIÓN PARA LOS


HIJOS DE NUESTRO PADRE
CELESTIAL
INTRODUCCIÓN
Con frecuencia sus alumnos se en-
frentan a las falsas filosofías del
mundo respecto al objeto de su exis-
tencia. Al enseñar el plan de salva-
La ciudad eterna, por D. Keith Larson.

ción, ayude a aclarar el propósito


de la vida terrenal y cómo el plan
de nuestro Padre Celestial brinda
dirección y sentido a nuestra vida.
Al entender el plan de salvación sus
alumnos comprenderán que las tri-
bulaciones, la dicha, el trabajo, el
estudio y la fortaleza física desempeñan una parte importante de la experiencia co-
tidiana. Al seguir el ejemplo del Salvador somos más felices y capaces de bendecir
la vida de nuestra familia y de aquéllos a quienes servimos.
Principios para comprender
• Nuestro Padre Celestial preparó un plan de salvación, el cual nos enseña de
dónde vinimos, por qué estamos aquí y a dónde vamos después de la vida.
• Al comprender el lugar que ocupamos en el plan de salvación, cultivamos nues-
tra fe y encontramos gozo en un mundo en el que se cometen muchas injusti-
cias.
• Podemos valernos de nuestro conocimiento del plan de salvación para afrontar
mejor nuestros desafíos terrenales.

SUGERENCIAS PARA LA ENSEÑANZA


Nuestro Padre Celestial preparó un plan de salvación, el cual nos enseña de
dónde vinimos, por qué estamos aquí y a dónde vamos después de la vida
terrenal.
Pregunte si algún alumno puede citar Moisés 1:39 (Dominio de las Escrituras).
Si hubiera alguno, concédale la oportunidad de hacerlo y luego pida a toda la
clase que recite el versículo una o dos veces. Pida a un alumno que explique el
significado que este pasaje tiene para él.
Escriba El Plan en la pizarra y debajo anote las siguientes referencias de las
Escrituras sin las frases entre paréntesis:
• 2 Nefi 9:6 (“El misericordioso designio del gran Creador”)
• 2 Nefi 9:13 (“El plan de nuestro Dios”)

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


2 EL P L A N D E S A LVA C I Ó N P A R A L O S H I J O S D E N U E S T R O PA D R E C E L E S T I A L

• Alma 24:14 (“El plan de salvación”)


• Alma 34:16 (“El gran y eterno plan de redención”)
• Alma 42:16 (“El plan de felicidad”)
Pida a los alumnos que lean estos versículos para encontrar y marcar (o subrayar)
algunos de los nombres del plan de nuestro Padre Celestial para Sus hijos y ayú-
deles a descubrir que esos nombres describen los propósitos del Padre Celestial
para nosotros.
Escriba en la pizarra las tres frases siguientes que señalan las tres etapas de la
existencia: vida preterrenal, vida terrenal y vida después de la muerte. Pida a los
alumnos que compartan sus conocimientos de cada fase del plan de nuestro
Padre Celestial y remítalos a los pasajes de las Escrituras y a las declaraciones
de los profetas, según sea necesario, para ayudarles a entender los siguientes
conceptos:
La vida preterrenal
• Nuestro Padre Celestial es un ser celestial con un cuerpo glorificado de carne y
huesos (véase D. y C. 130:22 [Dominio de las Escrituras: D. y C. 130:22–23]).
Él es el Padre de nuestros espíritus (véase Romanos 8:16–17; Hebreos 12:9).
Vivimos con Él como hijos espirituales (véase Abraham 3:22–23 [Dominio de
las Escrituras]).
En “La Familia: Una proclamación para el mundo”, la Primera Presidencia y
el Quórum de los Doce Apóstoles declararon:

“Todos los seres humanos, hombres y mujeres, son creados a imagen de


Dios. Cada uno es un amado hijo o hija espiritual de padres celestiales
y, como tal, cada uno tiene una naturaleza y un destino divinos...
“En la vida premortal, los hijos y las hijas espirituales de Dios lo cono-
cieron y lo adoraron como su Padre Eterno, y aceptaron Su plan por el
cual obtendrían un cuerpo físico y ganarían experiencias terrenales para
progresar hacia la perfección y finalmente cumplir su destino divino
como herederos de la vida eterna” (Liahona, octubre de 2004, pág. 48).

• Nuestro Padre Celestial nos enseñó Su plan de salvación (véase D. y C. 138:56),


el cual nos permitió venir a la tierra para obtener un cuerpo y aprender a ser
obedientes (véase Abraham 3:24–26).
• El plan requería un Salvador y Redentor; nuestro Padre Celestial preorde-
nó a Jesucristo para ser nuestro Salvador y Redentor (véase Moisés 4:2;
Abraham 3:27).
• Nos regocija el hecho de comenzar a entender el plan de nuestro Padre
Celestial. (Véase Job 38:4–7. Los profetas de esta dispensación nos han ense-
ñado que el versículo 7 alude al gozo que sentimos en nuestro estado preterre-
nal cuando aceptamos el plan de salvación; por ejemplo, véase la declaración
del élder Richard G. Scott, en la página 1 del manual del alumno.)
• Satanás se rebeló contra el plan de nuestro Padre Celestial y ofreció un plan
alternativo que limitaría nuestro albedrío. Él y sus seguidores fueron expulsa-
dos. (Véase Apocalipsis 12:7–11; D. y C. 29:36; 76:25–27; Moisés 4:1, 3–4.)

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


EL P L A N D E S A LVA C I Ó N P A R A L O S H I J O S D E N U E S T R O PA D R E C E L E S T I A L 3

La vida terrenal
• Guardar nuestro “primer estado” consistió en ser fieles durante la vida pre-
terrenal; nuestro “segundo estado” comenzó con la vida terrenal (véase
Abraham 3:26).
• Por causa de la caída de Adán y Eva, nacemos en la vida terrenal en un esta-
do caído. La Caída y nuestra condición de mortales son partes necesarias del
plan. (Véase 2 Nefi 2:22–25 [Dominio de las Escrituras, 2 Nefi 2:25]; D. y C.
29:40; Moisés 5:10–11.)
• Jesucristo nos redimió de la Caída. Sin Su expiación no podríamos resucitar y
viviríamos eternamente con Satanás como espíritus en un estado de miseria.
(Véase 2 Nefi 2:26; 9:6–10.)
• Las experiencias de la vida terrenal nos permiten valernos del albedrío para
tomar decisiones y experimentar sus consecuencias (véase 2 Nefi 2:11–13, 27;
Alma 34:32–34 [Dominio de las Escrituras]; D. y C. 58:27–28 [Dominio de las
Escrituras, D. y C. 58:26–27]).
• Formar familias eternas e instruirlas es uno de los propósitos del plan de sal-
vación (véase D. y C. 93:40; 131:1–4 [Dominio de las Escrituras]; 138:47–48;
Moisés 2:28).
• Cualquier conocimiento e inteligencia que obtengamos en esta vida median-
te nuestra diligencia y obediencia se levantará con nosotros en la resurrec-
ción (véase D. y C. 130:18–19 [Dominio de las Escrituras]).
La vida después de la muerte
• Al morir, nuestro espíritu va al mundo de los espíritus para aguardar la
resurrección. Allí seguimos aprendiendo. (Véase Alma 40:11–14; D. y C.
138:10–22.)
• El Señor nos juzgará según la vida que hayamos llevado y según los deseos
de nuestro corazón (véase Juan 5:22, 30; Alma 41:3; D. y C. 137:9 [Dominio
de las Escrituras, D. y C. 137:7–10]).
• Los que sigan el plan de nuestro Padre Celestial volverán a vivir como Él en
Su presencia (véase D. y C. 76:92–96; 93:16–20).
Invite a los alumnos a analizar las siguientes preguntas:
• ¿Por qué cada una de estas tres fases de nuestra existencia es importante para
llegar a ser como nuestro Padre Celestial?
• ¿De qué modo el hecho de saber que ustedes son hijos o hijas de Dios les
ayuda a entender su potencial divino?
• ¿Qué cualidades espirituales nos ayudan a ser más como nuestro Padre
Celestial? (Fe, obediencia, humildad, etc.)
• ¿Cuáles serán los resultados si seguimos el plan de nuestro Padre Celestial?
(Seremos como Él, recibiremos plenitud de gozo, etc.)

Al comprender el lugar que ocupamos en el plan de salvación, cultivamos


nuestra fe y encontramos gozo en un mundo en el que se cometen muchas
injusticias.
Invite a los alumnos a leer los siguientes pasajes de las Escrituras y a explicar
por qué vivir de acuerdo con el plan de Dios nos brinda felicidad:

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


4 EL P L A N D E S A LVA C I Ó N P A R A L O S H I J O S D E N U E S T R O PA D R E C E L E S T I A L

• 2 Nefi 2:25 (Dominio de las Escrituras.)


• Mosíah 2:41
• Alma 19:6
Explique que, aunque nuestra vida se ciña al gran plan de salvación, hay mo-
mentos de la vida terrenal que pueden resultar muy difíciles e incluir grandes
pruebas. Sin embargo, debemos recordar que nuestro Padre Celestial desea que
seamos dichosos y tengamos paz al observar Sus mandamientos.
Invite a los alumnos a nombrar algunas obras de teatro que hayan visto o leído,
de más de un acto, y pregunte:
• ¿Por qué es importante saber qué sucedió en el primer acto de una obra de
tres actos?
• ¿Qué confusión provocaría desconocer nuestra existencia preterrenal y no
saber quiénes somos ni cuál es nuestro potencial eterno?
Comparta la siguiente descripción que el presidente Boyd K. Packer, Presidente
en Funciones del Quórum de los Doce Apóstoles, dio cuando comparó el plan
de salvación a “una gran obra de tres actos”:

“El primer acto se llama la ‘Vida preterrenal’. Las Escrituras la describen


como nuestro primer estado (véase Judas 1:6; Abraham 3:26, 28). El se-
gundo acto, desde el nacimiento hasta el momento de la resurrección, es
el ‘Segundo estado’; y el tercer acto se llama ‘La vida después de la muerte’
o ‘La vida eterna’.
“En el estado terrenal somos como actores que entran en el teatro justo
cuando se levanta el telón para dar comienzo al segundo acto, habiéndo-
nos perdido el primero. El espectáculo consta de muchos argumentos y tra-
mas que se mezclan entre sí, lo que hace que sea difícil darse cuenta de
quién se relaciona con quién y qué se relaciona con qué, quiénes son los
héroes y quiénes los villanos. Se complica aun más debido a que no somos
simplemente espectadores, ¡somos parte del elenco, estamos sobre el esce-
nario, en medio de toda la acción!
“Como parte del plan eterno, el recuerdo de nuestra vida preterrenal, o sea, el
primer acto, está cubierto por un velo. Debido a que entramos en la vida te-
rrenal al comienzo del segundo acto, sin recordar nada del primero, no es de
extrañar que sea difícil comprender qué está pasando” (The Play and the Plan,
[discurso dirigido a jóvenes adultos el 7 de mayo de 1995], pág. 2).

Pregunte:
• ¿Por qué el hecho de haber olvidado el “ primer acto” (nuestra vida preterre-
nal) requiere que ejerzamos fe en el Señor?
• ¿De qué modo saber que vinimos a la tierra como parte de un plan divino
nos ayuda cuando la vida se torna difícil?
Comparta las palabras del presidente Packer:

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


EL P L A N D E S A LVA C I Ó N P A R A L O S H I J O S D E N U E S T R O PA D R E C E L E S T I A L 5

“A veces nos preguntamos: Si el plan es en realidad el gran plan de felici-


dad, ¿por qué debemos luchar para encontrar su plenitud en esta vida?
“Si ustedes esperan encontrar sólo una vida buena, paz y felicidad comple-
ta durante el segundo acto, no hay duda de que van a salir defraudados.
Entenderán poco de lo que sucede y del porqué se permite que las cosas
sean como son.
“¡Recuerden! La frase: ‘Y vivieron felices para siempre’ nunca se escribe pa-
ra el segundo acto. Esa frase pertenece al tercer acto, cuando los misterios
se han resuelto y todo se pone en orden...
“Mientras no tengan una perspectiva amplia de la naturaleza eterna de esta
grandiosa obra, no podrán entender las desigualdades de la vida. ¡Algunos
nacen con tan poco mientras que otros con tanto! Algunos nacen en la po-
breza, con incapacidades, con dolor, con sufrimiento. Hay quienes mueren
prematuramente, incluso niños inocentes. Están las fuerzas implacables y
brutales de la naturaleza y la crueldad del hombre para con el hombre….
“No piensen que Dios causa intencionalmente eso que, para cumplir con
sus propósitos, permite que suceda. Cuando conozcan el plan y el propósi-
to en su totalidad, aun esas cosas serán manifestaciones de un Padre
Celestial amoroso” (The Play and the Plan, pág. 2).

Repase las palabras del presidente Packer: “Mientras no tengan una perspectiva
amplia de la naturaleza eterna de esta grandiosa obra, no podrán entender las
desigualdades de la vida”. Pregunte a los alumnos cómo se valdrían de su co-
nocimiento del plan de salvación para contestar las siguientes preguntas y co-
mentarios:
• Mi padre falleció antes de que yo tuviera edad suficiente para conocerlo.
¿Volveré a verlo?
• Tengo un amigo que hace toda clase de cosas malas y parece perfectamente
feliz. ¿Por qué debo obedecer los mandamientos de Dios?
• Mi prometido y yo acordamos no tener hijos — son una gran carga financie-
ra y emocional. Seremos más felices sin una familia.

Podemos valernos de nuestro conocimiento del plan de salvación para


afrontar mejor nuestros desafíos terrenales.
Ayude a los alumnos a entender que desarrollamos talentos y habilidades en la
vida preterrenal y que el conocimiento de esa etapa de nuestra existencia debe-
ría motivarnos a proseguir con fe y desarrollar nuestros talentos y habilidades
en la vida terrenal. A fin de ayudarles a entender estos principios, comparta las
siguientes declaraciones de Autoridades Generales y analicen las preguntas.
En la vida preterrenal desarrollamos talentos y habilidades.
El élder Bruce R. McConkie, que integró el Quórum de los Doce Apóstoles,
declaró:

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


6 EL P L A N D E S A LVA C I Ó N P A R A L O S H I J O S D E N U E S T R O PA D R E C E L E S T I A L

“En esa vida anterior, en esa existencia preterrenal, en esa preexistencia,


cultivamos varias aptitudes y talentos. Unos los cultivaron en un campo y
otros en otro. El más importante de todos fue el de la espiritualidad: la ap-
titud, el talento y la capacidad de reconocer la verdad” (Making Our Calling
and Election Sure, Brigham Young University Speeches of the Year, 25 de
marzo de 1969, págs. 5–6).

Pregunte:
• ¿Por qué creen que el de la espiritualidad es “el más importante de todos” los
campos?
• ¿De qué modo podría la espiritualidad influir en nuestra capacidad para en-
tender el conocimiento temporal?
El conocimiento de la vida preterrenal debería motivarnos a proseguir con fe y a desar-
rollar nuestros talentos y habilidades en esta vida.
Invite a que los alumnos mencionen varios desafíos temporales típicos de esta
vida (por ejemplo: encontrar empleo, tener dinero suficiente para cubrir las ne-
cesidades básicas, gozar de buena salud o entender las pruebas).
El élder Neal A. Maxwell, miembro del Quórum de los Doce Apóstoles, enseñó:

“Acceder a entrar en este segundo estado fue, por tanto, como acceder de
antemano a un anestésico del olvido. Los médicos no quitan el anestésico
a un paciente en medio de lo previamente autorizado para preguntarle, de
nuevo, si se debe continuar. Consentimos en venir aquí a pasar por ciertas
experiencias bajo determinadas condiciones” (en Conference Report, octubre
de 1985, pág. 21).

Pregunte:
• ¿De qué modo el conocimiento de que estuvieron dispuestos en la vida pre-
terrenal a someterse a ciertas condiciones en la tierra influye en cómo acep-
tan los problemas y se enfrentan a ellos?
• ¿Cómo puede el saber que desarrollamos varios talentos y habilidades en la
vida preterrenal, motivarnos a desarrollarlos también en esta vida?

SUGERENCIAS DE ASIGNACIONES PARA LOS ALUMNOS


 Inste a los alumnos a explicar el plan de salvación a sus familiares en la lección
de una noche de hogar.
 Invite a los alumnos a escribir en sus manuales las respuestas a las siguientes
preguntas:
• ¿De qué modo el mejorar nuestra educación y habilidades laborales puede
ayudarnos a cumplir con nuestro objetivo en la vida terrenal?
• ¿De qué modo obtener una mayor formación y preparación podría bendecir
a nuestra familia y a otras personas tanto espiritual como temporalmente?

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


7

2 LA GUÍA DEL ESPÍRITU


INTRODUCCIÓN
Debido a que hay muchas voces falsas que desean
captar nuestra atención, necesitamos reconocer la reve-
lación personal que procede de Dios. Nuestra adecuada
preparación para recibir el Espíritu es esencial para la
comunicación espiritual. El Espíritu Santo nos brinda
consuelo, paz y guía en cuestiones tanto temporales
como espirituales. Ayude a sus alumnos a entender la
función del Espíritu Santo y a cómo reconocer sus im-
presiones. Al aprender a reconocer y seguir la guía del
Espíritu, evitaremos aquellas cosas que son una pérdida
de tiempo o de poca importancia.

PRINCIPIOS PARA COMPRENDER


• El Espíritu Santo puede brindarnos consuelo, paz y guía.
• La guía del Espíritu Santo está al alcance de todos los miembros dignos de la
Iglesia.
• La oración es un medio para recibir la guía del Espíritu.

SUGERENCIAS PARA LA ENSEÑANZA


El Espíritu Santo puede brindarnos consuelo, paz y guía.
Reparta entre los alumnos los siguientes pasajes de las Escrituras y pídales que
los lean y compartan con la clase lo que enseñan sobre el Espíritu Santo. En la
pizarra anote las respuestas bajo el título Funciones del Espíritu Santo.
• Juan 14:26
• Juan 16:13
• Romanos 5:5
• 2 Nefi 31:17
• 2 Nefi 31:18
• Doctrina y convenios 6:15
Invite a los alumnos a compartir una experiencia personal que ilustre una de las
funciones del Espíritu Santo.
Lea con los alumnos 2 Nefi 32:5 y escriba en la pizarra: “El Espíritu Santo... os
mostrará todas las cosas que debéis hacer” (2 Nefi 32:5). Conceda un minuto a los
alumnos para que memoricen la frase y la referencia, y a continuación bórrela de
la pizarra y pida que dos o tres voluntarios reciten la frase y citen la referencia.

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


8 LA GUÍA DEL ESPÍRITU

Pida que los alumnos anoten en la sección “Notas e impresiones” de su manual,


tres o cuatro de las decisiones más importantes que afrontan en la vida. Lea
Doctrina y Convenios 90:24 y pídales que resuman lo que deben hacer para
recibir ayuda del Espíritu del Señor en cada una de las decisiones anotadas.
Comparta la siguiente declaración del élder Joseph B. Wirthlin, del Quórum de
los Doce Apóstoles:

“[El Espíritu Santo] es revelador y maestro, y da conocimiento a nuestro es-


píritu con mucha más certeza de lo que lo harían los sentidos naturales; Él
nos guía en todas las decisiones que tomamos y nunca nos engañará ni
desviará. Es un consolador que da paz a nuestras almas en tiempos de ne-
cesidad” (véase “Raíces profundas”, Liahona, enero de 1995, pág. 86).

Pregunte: ¿Qué dijo el élder Wirthlin sobre la certeza de la información que po-
demos recibir del Espíritu Santo?

La guía del Espíritu Santo está al alcance de todos los miembros dignos de la
Iglesia.
Comparta la siguiente enseñanza:

“El poder del Espíritu Santo puede descender sobre una persona antes del
bautismo y dar testimonio de que el evangelio es verdadero, pero el dere-
cho de tener, cuando se es digno, la compañía constante del Espíritu Santo
es un don que se puede recibir solamente mediante la imposición de ma-
nos de un poseedor del Sacerdocio de Melquisedec y después de haber reci-
bido el bautismo autorizado en la verdadera Iglesia de Jesucristo” (“Espíritu
Santo”, Guía para el Estudio de las Escrituras, pág. 67).

Pregunte: ¿Cuál es la clave para disfrutar de la compañía constante del Espíritu


Santo? (Dignidad.)
Invite a los alumnos a leer la cita del élder Henry B. Eyring en la página 8 del
manual del alumno.
Pregunte: ¿Qué podemos hacer para ser dignos de la influencia del Espíritu
Santo?
Pida a un alumno que lea los dos últimos párrafos de la cita del élder Joseph B.
Wirthlin en las páginas 8–9 del manual del alumno y entonces pregunte:
• Según el élder Wirthlin, ¿qué puede obstaculizar la influencia del Espíritu Santo
en nuestra vida?
• ¿Qué han descubierto que deben hacer con regularidad para invitar al Espíritu?
(Posibles respuestas: llevar una vida recta, estudiar las Escrituras, orar, seguir a
los profetas vivientes, observar los convenios bautismales, ser caritativos y disci-
plinar nuestros pensamientos. Invite a los alumnos a anotar las respuestas en la
pizarra e ínsteles a explicar la importancia de cada sugerencia según la expon-
gan. Anímeles a tomar notas del análisis en la sección “Notas e impresiones” de
sus respectivos manuales.

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


LA GUÍA DEL ESPÍRITU 9

La oración es un medio para recibir la guía del Espíritu.


Si utilizó la última pregunta de la sugerencia para la enseñanza anterior, tal vez
desee remitir a los alumnos a la lista de prácticas que sugirieron para invitar al
Espíritu en sus vidas. Lea con ellos la cita del presidente James E. Faust en la
página 9 del manual del alumno y pregunte:
• ¿Qué práctica destacó el presidente Faust en los puntos tercero y cuarto?
• ¿Se encontraba la oración en su lista de acciones que invitan al Espíritu? ¿Por
qué o por qué no?
Pida a un alumno que lea la siguiente cita del presidente Heber J. Grant:

“En cuanto el hombre deja de rogar a Dios que le dé Su Espíritu y Su guía,


comienza a apartarse de Él y de Sus obras. Cuando los hombres dejan de
orar a Dios para pedirle que les dé Su Espíritu, confían en su propio razo-
namiento y gradualmente pierden el Espíritu de Dios, del mismo modo
que si unos amigos íntimos nunca se escriben ni se visitan, llegan a ser
extraños el uno para el otro. Todos debemos suplicar a Dios en oración
que nunca nos deje solos sin Su Espíritu ni por un momento, para que
nos ayude a oponer resistencia al pecado y a la tentación” (en Conference
Report, octubre de 1944, pág. 9).

Pregunte: ¿Por qué la oración es importante para la persona que desea la guía
del Espíritu?
Comparta la siguiente cita del presidente Ezra Taft Benson sobre la relación que
existe entre la oración y el Espíritu. Cuando lea el consejo de este profeta, invite
a los alumnos a escuchar cada pregunta que formula y a pensar en cómo la con-
testarían.

“Cuando oran, cuando hablan con su Padre Celestial, ¿realmente le men-


cionan todos sus problemas? ¿Le mencionan sus sentimientos, dudas, incer-
tidumbres, gozos, sus deseos más recónditos? ¿O es la oración simplemente
una expresión mecánica, con las mismas palabras y frases? ¿Realmente refle-
xionan en lo que quieren decir? ¿Dedican tiempo a prestar atención a la
inspiración del Espíritu? Las respuestas a nuestras oraciones suelen recibirse
sin palabras, de una forma que sólo podemos discernir mediante nuestros
sentimientos más recónditos. Les digo que pueden conocer la voluntad de
Dios respecto a ustedes si dedican tiempo a orar y escuchar” (véase “A ‘la
nueva generación’ ”, Liahona, febrero de 1978, pág. 40).

(Nota: La siguiente sugerencia para la enseñanza recalca el valor de aprender a


escuchar al Espíritu para poder reconocer la respuesta del Señor a nuestras ora-
ciones. Dado el tamaño de la sugerencia, podría ocuparle la mayoría del tiem-
po de clase. El consejo del élder Richard G. Scott es particularmente adecuado
para los jóvenes adultos, ya que se acercan a muchas encrucijadas en las que se
enfrentan a decisiones con un efecto perdurable en sus vidas y en la de sus fu-
turas familias. Ayude a sus alumnos a desarrollar confianza para reconocer las
respuestas del Señor a sus oraciones a fin de que cada día se tornen a Él con
humildad.)

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


10 LA GUÍA DEL ESPÍRITU

Antes de comenzar la clase tal vez desee escribir en la pizarra las dos o tres pri-
meras preguntas de los subtítulos del discurso del élder Richard G. Scott en una
Conferencia General (vea el manual del alumno, páginas 10–13. Pregunte a los
alumnos si alguna vez han meditado sobre esas preguntas.
Válgase de las palabras del élder Scott como recurso para responder las diez pre-
guntas de los subtítulos que se insertan en el discurso que aparece en el manual
del alumno. Tal vez desee dividir en grupos a los alumnos y asignarle a cada
uno la búsqueda de respuestas a una o varias de las preguntas. Invite a los gru-
pos a compartir con el resto de la clase lo aprendido. A medida que avancen por
las preguntas, agréguelas a las que ya están en la pizarra.

SUGERENCIAS DE ASIGNACIONES PARA LOS ALUMNOS


 Pida a los alumnos que repasen la sección “Aplicación y ejemplos” del manual
del alumno y respondan a las preguntas que aparecen allí.
 Invite a los alumnos a meditar en cómo pueden invitar al Espíritu en su vida.
Pídales que anoten sus pensamientos en la sección “Notas e impresiones” de sus
manuales.

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


11

3 EL ESTABLECER METAS Y EL
ADMINISTRAR EL TIEMPO
INTRODUCCIÓN
A muchas personas les cuesta ponerse metas y
administrar su tiempo con eficacia. Ayude a
sus alumnos a entender de qué modo el esta-
blecimiento de metas y la prudente adminis-
tración del tiempo pueden mejorar sus vidas y
permitirles servir mejor a otras personas.

PRINCIPIOS PARA COMPRENDER


• El fijarnos metas que merezcan la pena nos brinda una dirección a seguir.
• Debemos fijar metas en diferentes aspectos de nuestra vida.
• La buena administración de nuestro tiempo nos ofrece control sobre nuestra
vida para prestar así servicio más eficaz.

SUGERENCIAS PARA LA ENSEÑANZA


El fijarnos metas que merezcan la pena nos brinda una dirección a seguir.
Comparta la siguiente anotación del diario de un granjero:
“Decidí segar heno. Empecé a colocar el arnés a los caballos y vi que estaba roto.
Lo llevé al granero para repararlo y me fijé en que había unos sacos vacíos tirados
alrededor. Los sacos me recordaron que había papas (patatas) en la bodega a las
que había que quitarles los brotes. Fui a la bodega y me di cuenta de que le hacía
falta un buen barrido. Regresé a la casa por una escoba y vi que la caja de la leña
estaba vacía. Al ir a la leñera me di cuenta de que teníamos varios pollitos enfer-
mos; tenían tan mal aspecto que decidí ir por un medicamento. Como se había
terminado, subí al auto y me dirigí al veterinario. Mientras iba de camino, me
quedé sin gasolina”.
Pregunte:
• ¿Qué desvió al granjero de cumplir con su meta de segar el heno?
• ¿Por qué a veces nos comportamos como el granjero?
• ¿Qué es una meta?
• ¿Por qué es importante permanecer centrados en una meta?
• ¿Por qué es importante fijarse metas?
• ¿Cómo alcanzamos las metas?

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


12 EL E S TA B L E C E R M E TA S Y E L A D M I N I S T R A R E L T I E M P O

Comparta los siguientes conceptos que pueden resultar útiles para aprender có-
mo establecer metas que valgan la pena:
• Una meta es un logro anticipado.
• El valor de una meta nos ayuda a determinar su prioridad.
• Priorizar metas significa ponerlas en un orden deseado.
• Un calendario nos ayuda a programar todo lo que necesitamos hacer.
La mayoría de la gente de éxito se fija metas. Fijarnos metas nos ayuda a plani-
ficar y brinda dirección a nuestra vida.
Escriba en la pizarra: Metas a largo plazo, Metas a medio plazo, Metas a corto plazo
y Tareas diarias. Pregunte:
• ¿Qué es para ustedes una meta a largo plazo?
• ¿Qué es para ustedes una meta a medio plazo?
• ¿Qué es para ustedes una meta a corto plazo?
• ¿Cuáles son algunos ejemplos de tareas diarias?
Anote las respuestas bajo los encabezamientos correspondientes en la pizarra
(vea los ejemplos de la gráfica).

Metas a largo plazo Aumentar mi capacitación para


progresar en mi empleo.
Ser digno de la exaltación y de lle-
gar a ser como mi Padre Celestial.

Metas a medio plazo Completar un año de cursos dirigi-


dos a obtener un título o certifica-
ción académica.
Recibir las ordenanzas del templo.
Servir en el reino

Metas a corto plazo Matricularme en un semestre o tri-


mestre de clases dirigidas a obte-
ner un título o una certificación
académica y completarlo.
Pagar los diezmos y las ofrendas
con regularidad.
Ser fiel maestro orientador o maes-
tra visitante todos los meses.

Tareas diarias Completar las asignaciones de mi


clase siguiente.
Leer las Escrituras cada mañana
durante 30 minutos.
Orar por la mañana y por la noche.

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


EL E S TA B L E C E R M E TA S Y E L A D M I N I S T R A R E L T I E M P O 13

Pregunte:
• ¿Por qué una lista de “Tareas diarias” resulta útil para alcanzar las metas?
• ¿Por qué sería importante repasar las tareas diarias en relación con las metas
a largo plazo?
• ¿Cómo pueden las metas a corto plazo ayudarnos a alcanzar metas académi-
cas y espirituales a largo plazo?
• ¿Cómo se relacionan entre sí las metas a largo, medio y corto plazo y las ta-
reas diarias?
Se dice que una meta que no está escrita es un mero deseo. Ayude a los alum-
nos a entender que escribir las metas puede ayudarlos a recordar sus objetivos y
alcanzarlos.
Lea el siguiente consejo del élder Franklin D. Richards, por entonces Ayudante
del Quórum de los Doce Apóstoles:

“Los objetivos y las metas no sólo deberían valer la pena, sino que tienen
que ser realistas y constituirse en un incentivo para el trabajo eficaz. Así,
establecer objetivos realistas y alcanzarlos se convierte en una parte impor-
tante del gran proceso del progreso eterno” (en Conference Report, octubre
de 1969, pág. 123).

Pregunte: ¿Cómo se puede determinar si una meta es realista?

Debemos fijar metas en diferentes aspectos de nuestra vida.


Invite a dos alumnos a acercarse a la pizarra. Pida que uno escriba temporal y el
otro espiritual. Pida a un tercer alumno que lea en voz alta el relato que aparece
en el manual del alumno (págs. 18–19) sobre el joven John Widtsoe, como lo
relata el élder G. Homer Durham. Pida a los alumnos que están ante la pizarra
que anoten las metas de John Widtsoe bajo temporal o espiritual.
Pregúnteles en qué categoría (temporal o espiritual) pondrían lo siguiente: servi-
cio a la Iglesia, servicio social, familia, formación académica, proyección laboral,
obra misional, finanzas, historia familiar, ejercicio físico, tiempo libre.
Invítelos a sugerir metas específicas que serían adecuadas para cada elemento
de la lista anterior (por ejemplo: para historia familiar sería enviar un nombre
para realizar por él la obra del templo; para finanzas podría ser elaborar un pre-
supuesto).

La buena administración de nuestro tiempo nos ofrece control sobre nuestra


vida para prestar así servicio más eficaz.
Comenten las siguientes preguntas:
• ¿Cuántos de ustedes desean disponer de más tiempo cada día? ¿Por qué?
• ¿Por qué perdemos el control de nuestro tiempo?
Escriba en la pizarra: Logramos el control de nuestra vida al lograr controlar nuestro
tiempo.
Pregunte: ¿Por qué es importante dirigir activamente el curso de nuestra vida en
vez de dejar que las cosas sucedan de por sí?

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


14 EL E S TA B L E C E R M E TA S Y E L A D M I N I S T R A R E L T I E M P O

Lean juntos Doctrina y Convenios 60:13.


Pregunte: ¿Por qué es importante no desperdiciar nuestro tiempo?
Comparta la siguiente declaración del élder M. Russell Ballard, del Quórum de
los Doce Apóstoles. En una lista de cosas sencillas que los jóvenes pueden hacer
para conservarse “limpios, puros y valientes”, mencionó:

“Limitar la cantidad de tiempo que dediquen a jugar juegos en la compu-


tadora. La cantidad de puntos que logren en un minuto en un juego de
computadora no tendrá efecto alguno en su capacidad para ser un buen
misionero” (“La generación más grandiosa de misioneros”, Liahona, no-
viembre de 2002, pág. 48).

Pregunte:
• ¿Qué principio enseñan las palabras del élder Ballard?
• ¿En qué cosas solemos malgastar el tiempo?
• ¿Qué actitudes llevan a perder el tiempo?
• ¿Cómo pueden los inventos modernos ayudar a ahorrar tiempo o a mal-
gastarlo?
La planificación es una de las mejores herramientas que tenemos para administrar
el tiempo. Alguien dijo: Planifique el trabajo y trabaje según el plan. Planificar
nos permite traer los eventos futuros hasta el presente para hacer algo ahora
respecto a ellos.
Escriba en la pizarra las siguientes reglas básicas para una planificación eficaz.
(Este modelo puede adaptarse para acomodar las metas a medio y largo plazo,
así como las de carácter semanal, mensual o anual.)
1. Hacer una lista de todo lo que se necesita hacer hoy.
2. Asignar un valor a cada elemento (por ejemplo: A = vital, B = importante,
C = algún valor, D = pérdida de tiempo).
3. Hacer primero todo lo de la categoría A, luego lo de la B, etc.
Pida a los alumnos que lean la sección “Aplicación y ejemplos” en sus manuales
(pág. 20).
Lea las palabras de los presidentes Thomas S. Monson y Gordon B. Hinckley
que aparecen en el manual del alumno (págs. 19–20). Pida a los alumnos que
busquen y resuman sus consejos sobre el establecimiento de prioridades y anó-
telos en la pizarra.

SUGERENCIAS DE ASIGNACIONES PARA LOS ALUMNOS


 Asigne a los alumnos que dediquen algún tiempo de la semana próxima a sentarse
en un lugar tranquilo y a escribir las metas de su vida; luego deberán describir lo
que deben hacer durante los próximos cinco años, durante el próximo año, du-
rante los próximos seis meses y durante la semana entrante para avanzar hacia la
consecución de una de esas metas de su vida. Invítelos a escribir un párrafo sobre
cada meta para su vida, describiendo lo que significa para ellos. Pueden hacerlo en
la sección “Notas e impresiones” de sus respectivos manuales.

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


15

4 LA ADMINISTRACIÓN PRUDENTE
DE LOS RECURSOS ECONÓMICOS
INTRODUCCIÓN
Muchas personas se preocupan de sus finanzas; les
inquieta disponer de recursos económicos suficientes
para proveer para sí mismas y para sus familias; otras
tal vez no comprenden la importancia de ser hon-
radas en sus tratos financieros porque ven que hay
quienes parecen prosperar siendo deshonestos. Ayude
a sus alumnos a entender la importancia de pagar
los diezmos y las ofrendas, cómo evitar las deudas y
ahorrar para el futuro, la necesidad de ser honrados
en las cuestiones financieras y cómo trabajar juntos
como familia para presupuestar sus recursos. Cuando
observamos fielmente los mandamientos del Señor,
prosperamos en la tierra (véase 1 Nefi 2:20). Esta
promesa no se refiere únicamente a los bienes mate-
riales, sino también a las bendiciones personales y familiares.

PRINCIPIOS PARA COMPRENDER


• El pago de los diezmos y de las ofrendas nos brinda bendiciones.
• El evitar las deudas innecesarias y el ahorrar para el futuro nos ayuda a mante-
nernos libres del cautiverio económico.
• El ser honrados en nuestros asuntos financieros demuestra nuestra integridad
personal.
• El dialogar en familia nos ayuda a decidir cómo utilizar nuestros recursos eco-
nómicos.

SUGERENCIAS PARA LA ENSEÑANZA


El pago de los diezmos y de las ofrendas nos brinda bendiciones.
El pago del diezmo debería ser la prioridad principal de nuestra administración
financiera. Comparta el siguiente relato del presidente Joseph F. Smith:

“Mi madre era viuda y tenía que mantener una familia numerosa. Una pri-
mavera, al abrir nuestro depósito subterráneo de papas (patatas), mandó a
sus hijos a preparar una carga con las mejores papas, las cuales llevó a la
oficina de diezmos. Las papas escaseaban en esa temporada. Yo era un niño
pequeño en aquella época y conduje el tiro de caballos. Al llegar a la entra-
da de la oficina de diezmos, y cuando estaba listo para descargar las papas,

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


16 LA ADMINISTRACIÓN PRUDENTE DE LOS RECURSOS ECONÓMICOS

salió uno de los secretarios, el cual dijo a mi madre: ‘Hermana Smith, es


una vergüenza que usted tenga que pagar el diezmo’... Reprendió a mi ma-
dre por pagar el diezmo, y la llamó de todo menos de sabia y prudente; y
dijo que había quienes, siendo fuertes y aptos para trabajar, recibían el sus-
tento de la oficina de diezmos. Mi madre se volvió a él con cierto disgusto
y le dijo: ‘William, debería avergonzarse. ¿Quiere usted negarme una ben-
dición? Si no pagara mi diezmo, sería de esperar que el Señor me retuviera
Sus bendiciones. Pago el diezmo no sólo porque es una ley de Dios, sino
porque a cambio espero una bendición. Al observar éste y otros manda-
mientos, espero prosperar y poder proveer para mi familia’ ” (en Conference
Report, abril de 1900, pág. 48).

Pregunte: ¿Qué lecciones aprendemos de la madre del presidente Smith sobre la


importancia de pagar el diezmo?
Pida a los alumnos que lean la declaración del presidente Gordon B. Hinckley
en la página 24 del manual del alumno, que comienza así: “No digo...”.
Pregunte: ¿En qué formas puede bendecirnos el Señor, aparte del incremento de
riqueza, cuando pagamos fielmente nuestros diezmos y ofrendas?
Explique que cuando pagamos el diezmo demostramos nuestra fe, amor y com-
promiso al Señor. Los fondos del diezmo son controlados cuidadosamente por
la Primera Presidencia y se emplean para la edificación del reino de Dios en la
tierra (véase D. y C. 120).
Muestre a los alumnos la moneda de menor valor actualmente en circulación.
Pregunte: ¿Qué valor puede tener una moneda tan pequeña para el Señor?
Durante Su ministerio terrenal, el Señor se fijó en una viuda que pagaba una
ofrenda. Pida a los alumnos que lean Lucas 21:1–4. Explique que una blanca era
la moneda de menor valor de la época de Jesús.
Pregunte:
• ¿Qué significa que los ricos dieran “de lo que les sobra” pero la viuda diera
“todo el sustento que tenía”?
• ¿Por qué la actitud al dar es más importante para Dios que la cantidad?
Comparta el siguiente caso práctico:
Esteban comenzó unos estudios. Tenía un empleo de media jornada y no tenía
deudas de las que preocuparse. Sin embargo, al cobrar el sueldo se dio cuenta de
que no tendría dinero suficiente para pagar el alquiler y además pagar el diezmo.
Pregunte: ¿Qué consejo le darían a Esteban?
Ayude a los alumnos a entender que pagamos el diezmo porque tenemos fe, no
porque tengamos dinero (véase la cita del élder Joseph B. Wirthlin en el manual
del alumno, pág. 24).
Pida a un alumno que lea la cita del presidente James E. Faust en la página 24
de sus manuales.

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


LA ADMINISTRACIÓN PRUDENTE DE LOS RECURSOS ECONÓMICOS 17

Lea con los alumnos Malaquías 3:8–12 (Dominio de las Escrituras, Malaquías
3:8–10) y pregunte:
• ¿Qué creen que significa “abriré las ventanas de los cielos”? (Las respuestas
podrían incluir bendiciones tanto temporales como espirituales.)
• ¿Consideran el diezmo como una dádiva a Dios o como el pago de una deu-
da? ¿Por qué?
Comparta el siguiente consejo del élder Jeffrey R. Holland, del Quórum de los
Doce Apóstoles:

Paguen su diezmo y ofrendas por honestidad e integridad, porque pertene-


cen a Dios...
“El pago del diezmo no es una pequeña dádiva que otorgamos a Dios cari-
tativamente, sino que es el pago de una deuda” (véase “Como huerto de
riego”, Liahona, enero de 2002, pág. 39).

Pregunte:
• ¿Cómo podemos ser bendecidos espiritualmente al pagar el diezmo?
• ¿Quién o qué creen que es el “devorador” que se menciona en Malaquías 3:11?
Explique que el devorador puede ser un obstáculo en nuestra vida que tiende
a consumir nuestros recursos, como un accidente que genere muchos gastos,
problemas de salud o nuestra actitud respecto a los gastos. En ocasiones, el de-
vorador es reprendido por las consecuencias de nuestros actos. El Señor puede
enseñarnos cómo evitar o superar esos retos.
Pregunte: ¿Cómo nos prepara el pago del diezmo para la Segunda Venida de
Jesucristo? (Pida a los alumnos que lean D. y C. 64:23 [Dominio de las
Escrituras] para hallar la respuesta.)
Comparta las dos citas siguientes y pida a los alumnos que señalen las bendi-
ciones que recibieron aquellos que pagaron el diezmo y por qué muchas de esas
bendiciones son más preciadas que el dinero.
El élder Heber J. Grant, por entonces miembro del Quórum de los Doce Apóstoles,
testificó:

“Doy testimonio, y sé que este testimonio es verdadero, de que los hom-


bres y las mujeres que hayan sido totalmente honrados con Dios, que ha-
yan pagado su diezmo... testifican a todo el mundo de las bendiciones que
han recibido de Dios como cumplimiento de esta ley y que Él les ha dado
sabiduría por la cual han podido utilizar los restantes nueve décimos, y
éstos han sido de mayor valor para ellos y han logrado más con ellos que
lo que hubieran logrado si no hubiesen sido honrados con el Señor” (en
Conference Report, abril de 1912, pág. 30).

El presidente N. Eldon Tanner, que fue consejero de la Primera Presidencia,


enseñó:

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


18 LA ADMINISTRACIÓN PRUDENTE DE LOS RECURSOS ECONÓMICOS

“El pago del diezmo es un mandamiento con promesa. Si lo obedecemos, se


nos promete que prosperaremos en la tierra. Esa prosperidad es más que los
bienes materiales: puede incluir el disfrutar de buena salud y agudeza men-
tal. Incluye la solidaridad familiar y el aumento espiritual” (en “Constancy
amid change”, Ensign, noviembre de 1979, pág. 81).

Invite a uno o dos alumnos a compartir su experiencia con el pago del diezmo y
cómo este mandamiento ha fortalecido su fe en el Salvador.

El evitar las deudas innecesarias y el ahorrar para el futuro nos ayuda a


mantenernos libres del cautiverio económico.
Escriba en la pizarra: ¿Cómo pueden las deudas limitar nuestra libertad?
Divida la clase en cuatro grupos y asigne a cada grupo una de las primeras cua-
tro citas de Autoridades Generales de la sección “El evitar las deudas innecesa-
rias...” de las páginas 24–25 del manual del alumno. Pida a cada grupo que
busque el punto principal de su cita.
Después de que los grupos hayan analizado las citas, pida a un representante
de cada grupo que salga al frente de la clase para realizar una mesa redonda.
Formule las siguientes preguntas a los alumnos de la mesa redonda y pídales
que se remitan, cuando sea posible, a las citas de sus manuales:
• ¿Cuáles son algunos de los buenos hábitos financieros que deberíamos desa-
rrollar?
• ¿Qué significa “ser moderados con nuestros gastos”?
• ¿Por qué es fácil contraer deudas y difícil salir de ellas?
• ¿Qué se entiende por deudas aceptables?
• ¿Cómo pueden las deudas limitar nuestra libertad?
Pida a los alumnos que lean Doctrina y Convenios 104:78–80 y luego anote en
la pizarra los principios y el consejo del Señor respecto a las deudas. Pregunte:
• ¿Por qué creen que éste es un consejo importante sobre cómo sobreponerse a
las deudas?
• ¿Cómo pueden ayudarles estos versículos a evitar contraer deudas?
Comparta la siguiente cita del presidente Heber J. Grant:

“Si hay algo que da paz y tranquilidad al corazón humano, y a la familia,


es el vivir dentro de lo que nuestros ingresos nos permitan, y si hay algo
que resulta difícil, desalentador y descorazonador es tener deudas y obliga-
ciones que no se pueden satisfacer” (Gospel Standards, compilación de
G. Homer Durham, 1969, pág. 111).

Pida a los alumnos que consulten, en el manual del alumno (página 25), el
calendario de eliminación de deudas y que lean la explicación previa del élder
Marvin J. Ashton. Pídales que en el calendario anoten que cuando la deuda 1 se
pagó en julio, el pago mensual de la deuda saldada se sumó a los pagos de la

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


LA ADMINISTRACIÓN PRUDENTE DE LOS RECURSOS ECONÓMICOS 19

deuda 2 a fin de saldarla antes de tiempo. Pida a los alumnos que expliquen el
modelo que se repite en el resto de la gráfica.

El ser honrados en nuestros asuntos financieros demuestra nuestra integridad


personal.
En la pizarra escriba la palabra honrado y pida que los alumnos expliquen su sig-
nificado.
Pregunte: ¿Cómo afecta la honradez a nuestra relación con otras personas, co-
mo nuestros padres, nuestros cónyuges, nuestros compañeros de trabajo y nues-
tros amigos?
Explique que ser honrado con los demás refleja nuestra manera de seguir al
Señor. El Señor nos ha llamado Su pueblo del convenio porque estamos dispues-
tos a hacer convenios con Él y observarlos. Nos ha mandado que seamos honra-
dos con Él y con nuestro prójimo. Comparta la siguiente experiencia del élder
James E. Faust, entonces miembro del Quórum de los Doce Apóstoles:

“Mientras servía como Supervisor de Área en Sudamérica, en Montevideo,


Uruguay, tuve una de las experiencias más inolvidables. Quería cambiar
algún dinero, puesto que en esa época vivía en Brasil; así que el hermano
Carlos Pratt me llevó a un banco en el centro de Montevideo y allí me
presentó a un empleado que me dijo que me cambiaría mil dólares. Yo no
disponía de tanto dinero en efectivo, sólo de un cheque girado desde un
banco de Salt Lake City. Nunca había hecho transacción alguna con ellos,
nunca nos habíamos visto, ni cabía esperar que nos volviéramos a ver.
Ellos no tenían modo alguno de verificar si yo tenía mil dólares deposita-
dos en el banco donde tenía mi cuenta. Sin embargo, aceptaron mi cheque
sin reparo alguno, basándose simplemente en el hecho de que yo era mor-
món y de que en ocasiones anteriores habían tratado con otros mormones.
Francamente, me sentí agradecido y satisfecho por su confianza” (véase “A
éstos haré mis gobernantes”, Liahona, febrero de 1981, pág. 36).

Pregunte:
• ¿Afecta la honradez a alguien más, además de a nosotros, por el hecho de ser
miembros de la Iglesia?
• ¿De qué manera la falta de honradez es una forma de egoísmo?
Invite a los alumnos a compartir experiencias que ejemplifiquen la honradez en
asuntos financieros.
Comparta la siguiente declaración del presidente N. Eldon Tanner:

“El ideal de la integridad jamás pasará de moda, y se aplica a todo lo que


hacemos. Como líderes y miembros de la Iglesia debemos dar el ejemplo
perfecto de integridad” (véase “La administración financiera”, Liahona,
enero de 1980, pág. 152).

Pregunte: ¿Por qué creen que la honradez personal es uno de los requisitos para
obtener una recomendación para el templo?

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


20 LA ADMINISTRACIÓN PRUDENTE DE LOS RECURSOS ECONÓMICOS

El diálogo como familia nos ayuda a decidir cómo utilizar nuestros recursos
económicos.
Trace tres columnas en la pizarra y titúlelas Padre, Madre y Otros familiares.
Mientras estudian la siguiente declaración de la Primera Presidencia y del
Quórum de los Doce Apóstoles, pida a los alumnos que identifiquen las expec-
tativas y que las anoten en la categoría correspondiente:

“Por designio divino, el padre debe presidir sobre la familia con amor y rec-
titud y tiene la responsabilidad de protegerla y de proveerle las cosas nece-
sarias de la vida. La responsabilidad primordial de la madre es criar a los
hijos. En estas responsabilidades sagradas, el padre y la madre, como igua-
les, están obligados a ayudarse mutuamente. Las incapacidades físicas, la
muerte u otras circunstancias pueden requerir una adaptación individual.
Otros familiares deben ayudar cuando sea necesario” (“La Familia: Una pro-
clamación para el mundo”, Liahona, octubre de 1998, pág. 24).

Explique que en el aspecto de proveer las cosas necesarias de la vida sería útil
contar con un plan de ingresos y gastos. Dicho plan recibe el nombre de presu-
puesto.
Pregunte: ¿Por qué es importante que ambos cónyuges participen en la elabora-
ción del presupuesto familiar?
Lea el siguiente consejo del élder Marvin J. Ashton, antiguo miembro del
Quórum de los Doce Apóstoles, y pida a los alumnos que busquen más ideas
para agregar a las listas de la pizarra.

“La administración del dinero en el hogar entre el esposo y la esposa debe


hacerse de común acuerdo, con ambas partes contando con voz y voto...
“La administración de las finanzas familiares debe hacerse de mutuo acuer-
do entre marido y mujer y con una actitud de franqueza y confianza. El
control del dinero por parte de uno de los cónyuges es una fuente de po-
der y autoridad que, además de ser inapropiado, genera desigualdad en el
matrimonio. Por otro lado, si uno de los cónyuges se retira por completo
de la administración económica de la familia, incurre en la abdicación de
una responsabilidad imperante” (One for the Money: Guide to Family Finance,
folleto, 1992, págs. 2–3).

SUGERENCIAS DE ASIGNACIONES PARA LOS ALUMNOS


 Pida que los alumnos consulten el presupuesto de la página 31 de sus manua-
les. Explique que, independientemente de la cuantía de sus ingresos, pueden
beneficiarse aprendiendo a presupuestar sus recursos. Un presupuesto nos per-
mite planificar y evaluar el dinero que recibimos y el que gastamos. Invite a los
alumnos a preparar un presupuesto estimativo con la hoja de sus manuales.
Ejemplifique este proceso creando en la pizarra un presupuesto con datos ilus-
trativos en cada columna. Inste a los alumnos a preservar la confidencialidad de
sus presupuestos.

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


LA ADMINISTRACIÓN PRUDENTE DE LOS RECURSOS ECONÓMICOS 21

Como “Ingreso”, pida a los alumnos que anoten los ingresos que esperan recibir
durante un mes en la columna “Planeado”. Aquí podría incluirse el dinero pro-
cedente de diversas fuentes, tales como empleos, cuentas de ahorro o becas.
Como “Gastos”, pida a los alumnos que, en la columna “Planeados”, anoten los
desembolsos que esperan realizar. Invítelos a incluir las donaciones a la Iglesia y
los ahorros para necesidades futuras, o para casos de emergencia.
Ínstelos a llevar un registro de sus ingresos reales de un mes y a escribirlos en la
columna “Real”. Además, pídales que lleven un registro de sus gastos reales du-
rante el mismo mes para saber cuánto gastan. Ésta será una asignación difícil
que requerirá que ellos lleven un registro diario y quizás contar con más espacio
que el dispuesto en la hoja de presupuesto del manual del alumno. Tal vez de-
seen llevar detalladas las cantidades en una hoja aparte y luego utilizar la hoja
del presupuesto de sus manuales para resumir sus ingresos y gastos a fin de mes.
Al final del mes, los alumnos deben comparar sus gastos con sus ingresos. Una
vez hallado el total real de ingresos y gastos, podrán determinar cuánto necesi-
tan realmente cada mes y qué gastos es necesario reducir. Por elaborar un presu-
puesto prudente se entiende equilibrar los ingresos y los gastos y gastar menos
de lo que se gana. (Tal vez desee preparar en la pizarra un presupuesto tipo con
ejemplos de ingresos y gastos habituales en su localidad.)

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


22

5 LA FE EN JESUCRISTO NOS BRINDA


PODER PARA PROVEER PARA
NOSOTROS MISMOS Y PARA LOS
DEMÁS
INTRODUCCIÓN
La fe en Jesucristo es un principio de poder y acción
que nos sirve de orientación para mejorar nuestra vi-
da y ayudar a los demás. Ayude a sus alumnos a en-
tender que al ejercer fe en Cristo y estar inmersos en
mejorar su situación en la vida, el Señor los ayudará
a proveer para sus necesidades físicas y espirituales.

PRINCIPIOS PARA COMPRENDER


• La fe en el Señor Jesucristo nos da poder para pro-
gresar espiritualmente y atender los asuntos tem-
porales.
• El Señor prometió que Él ayudará a proveer lo necesario.
• El Señor no nos mandará en todas las cosas. Debemos estar anhelosamente con-
sagrados a hacer mucho bien.
• Cuando fielmente acudamos al Señor, Él nos ayudará a comprender el modo de
mejorar nuestra vida y del ayudar a los demás.

SUGERENCIAS PARA LA ENSEÑANZA


La fe en el Señor Jesucristo nos da poder para progresar espiritualmente y
atender los asuntos temporales.
Pregunte si algún alumno puede citar Proverbios 3:5–6 (Dominio de las
Escrituras). Si hubiera alguno, concédale la oportunidad de hacerlo; luego
pida que todo el grupo lo recite al unísono una o dos veces.
Pregunte:
• ¿Qué creen que significa “fíate de Jehová de todo tu corazón”?
• ¿El hecho de confiar en el Señor minimiza la necesidad de desarrollar nues-
tro entendimiento? ¿Por qué?
Escriba en la pizarra La fe es un principio de poder y pregunte a los alumnos qué
creen que significa.
Comparta la siguiente declaración del élder Bruce R. McConkie, antiguo miem-
bro del Quórum de los Doce Apóstoles:

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


LA FE EN JESUCRISTO N O S B R I N D A P O D E R PA R A P R O V E E R PA R A N O S O T R O S M I S M O S Y PA R A L O S D E M Á S 23

“En su verdadero significado, la fe es más que la causa por la que los hom-
bres y los ángeles obran. También es un principio de poder. La fe es poder,
y allí donde hay poder, hay fe; y si no hay poder, no hay fe. Así, José
Smith dice: ‘La fe no es sólo un principio de acción, sino de poder en to-
dos los seres inteligentes, tanto en el cielo como en la tierra’. La fe se apli-
ca a todas las esferas. Todos los seres inteligentes (sean dioses, ángeles,
espíritus u hombres) operan por su poder” (A New Witness for the Articles
of Faith, 1985, pág. 164).

Pregunte:
• ¿Qué ejemplos hay en las Escrituras que muestren que la fe es poder? (Por
ejemplo: véase Éter 12:7–22.)
• ¿Cómo contribuyen estos ejemplos a incrementar su comprensión de la fe?
Invite a los alumnos a compartir algunas experiencias en las que la fe ha bende-
cido sus vidas.
Lea la siguiente explicación sobre la fe:

“Tener fe en Jesucristo significa confiar en Él tan plenamente que obedece-


mos cualquier cosa que nos mande. Sin obediencia no hay fe. De igual
manera, solamente cuando hay fe existe una obediencia verdadera. Al depo-
sitar nuestra fe en Jesucristo, nos convertimos en Sus discípulos obedientes
y nuestro Padre Celestial perdonará nuestros pecados y nos preparará para
que regresemos junto a Él” (Principios del Evangelio, 2000, pág. 118).

Pregunte:
• ¿Qué les enseña esto sobre cómo incrementar su fe?
• ¿En qué formas un mayor grado de fe puede darles poder para mejorar sus
circunstancias temporales?
En la parte superior de la pizarra escriba las siguientes palabras: Educación,
Empleo y Familia.
Pregunte: ¿Cómo el aumentar nuestra fe en Jesucristo puede ayudarnos a mejo-
rar en cada una de estas áreas?
Anote en la pizarra las respuestas de los alumnos. (Ayúdelos a entender que,
al obedecer los mandamientos de Dios, logramos una mayor abundancia del
Espíritu en nuestra vida para guiarnos en las cuestiones temporales. El Señor
puede darnos oportunidades de aprender y mejorar nuestras destrezas, talentos
y habilidades.)
Pida a los alumnos que en la sección “Notas e impresiones” de sus manuales es-
criban un breve párrafo sobre cómo consideran que la fe y la obediencia les per-
miten mejorar tanto espiritual como temporalmente. Invítelos a compartir lo
que hayan escrito.
Testifique que, a medida que se esfuercen por vivir el Evangelio al máximo de
su capacidad, el Señor los bendecirá tanto en lo espiritual como en lo temporal.

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


24 LA FE EN JESUCRISTO N O S B R I N D A P O D E R PA R A P R O V E E R PA R A N O S O T R O S M I S M O S Y PA R A L O S D E M Á S

El Señor prometió que Él ayudará a proveer lo necesario.


Escriba en la pizarra: Orar por ayuda en lo espiritual y lo temporal. Bajo ese título,
y en una sola columna, anote los siguientes pasajes de las Escrituras:
• Alma 34:20
• Alma 34:21
• Alma 34:22
• Alma 34:23
• Alma 34:24
• Alma 34:25
• Alma 34:26
Pida a los alumnos que lean cada versículo y mencionen una aplicación actual
de los mismos. Invítelos a anotar en sus manuales aquello por lo que les gusta-
ría orar durante las próximas semanas.
Muestre láminas de la tierra y algunos animales (si dispone de ellas, emplee las
láminas número 100, “Creación—Criaturas vivientes”, y 600, “El mundo”, de
Las bellas artes del Evangelio, artículo 34735 002). Lean juntos Doctrina y
Convenios 104:14–18 y pregunte:
• ¿Qué nos enseñan estos versículos sobre la relación entre el Señor y la tierra?
• ¿Qué nos enseñan sobre la capacidad del Señor para proveer para Sus hijos?
• ¿Qué responsabilidad tenemos para ser merecedores de la ayuda del Señor?
Invite a dos o tres alumnos a compartir ejemplos personales de cuando la fe
más las obras los llevaron a recibir bendiciones, tales como empleo u oportuni-
dades de formación.

El Señor no nos mandará en todas las cosas. Debemos estar anhelosamente


consagrados a hacer mucho bien.
Invite a los alumnos a pensar en la última vez que hicieron una buena obra por
alguien sin que se les pidiera. Entonces pregunte:
• ¿Por qué lo hicieron?
• ¿Cómo se sintieron después?
Pídales que escriban, con sus propias palabras, la enseñanza de Doctrina y
Convenios 58:26–27 (Dominio de las Escrituras) e invite a dos o tres a leer lo
que hayan escrito.
Pregunte:
• ¿Qué significa estar “anhelosamente consagrados”?
• ¿Cuáles son algunas causas buenas que pueden ser fuentes de bendiciones
para ustedes, sus familias u otras personas?
• ¿En qué buenas causas temporales están trabajando?
Remítase a la cita del élder Bruce R. McConkie en la página 34 del manual
del alumno.
Pregunte: ¿Qué pautas darían ustedes para determinar el equilibrio entre nuestra
fe y nuestras obras?

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


LA FE EN JESUCRISTO N O S B R I N D A P O D E R PA R A P R O V E E R PA R A N O S O T R O S M I S M O S Y PA R A L O S D E M Á S 25

Recuerde a los alumnos que en los primeros días de la Restauración, el Señor


dio permiso a Oliver Cowdery para traducir las planchas de oro. Lean juntos
Doctrina y Convenios 9:7–8.
Pregunte:
• Según la primera mitad del versículo 8, en vez de limitarse a pedir ayuda al
Señor, ¿qué más debió haber hecho Oliver Cowdery?
• ¿Qué podemos aprender de la experiencia de Oliver Cowdery al buscar la
ayuda del Señor?

Cuando fielmente acudamos al Señor, Él nos ayudará a comprender el modo


de mejorar nuestra vida y ayudar a los demás.
Comparta la siguiente declaración del élder Joseph B. Wirthlin, miembro del
Quórum de los Doce Apóstoles, la cual ilustra la compasión del Señor por las
demás personas:

“Resulta fácil imaginar las piernas deformes del hombre inválido de naci-
miento o las lágrimas en el rostro de la viuda que sigue el cadáver de su
único hijo al ser llevado a la tumba. Veo la mirada vacía del hambriento,
las manos trémulas de los enfermos, la voz suplicante de los condenados,
la mirada desconsolada de los marginados. Todos ellos acuden al hombre
solitario, al hombre sin riquezas, sin hogar, sin posición social.
“Veo a este hombre, al Hijo del Dios viviente, mirar a cada uno de ellos
con infinita compasión. Con el toque de Su santa mano, lleva consuelo al
abatido, salud al enfermo, liberación al condenado. Con una palabra, el
hombre muerto se levanta del féretro y la viuda abraza al hijo que ha vuel-
to a la vida” (“El programa inspirado de bienestar de la Iglesia”, Liahona,
julio de 1999, pág. 89).

Pregunte: ¿Qué evidencia ven ustedes en la Iglesia que indique que el Señor se
preocupa hoy por nuestras necesidades temporales?
Emplee las preguntas del “Resumen analítico” de la página 37 del manual del
alumno para comentar en el aula.
El presidente Gordon B. Hinckley explicó el principio sobre el que se basa el
Fondo Perpetuo para la Educación. Pida a los alumnos que lean su primera de-
claración en la página 35 de sus manuales y que busquen cómo el Fondo
Perpetuo para la Educación puede bendecir sus vidas y las de otras personas.

SUGERENCIAS DE ASIGNACIONES PARA LOS ALUMNOS


 Invite a los alumnos a entrevistar a una o dos personas de su vecindario que
hayan mejorado en sus estudios o en su profesión al recibir capacitación adi-
cional. Los alumnos deben escribir un pequeño texto sobre cada persona entre-
vistada donde se resuma el progreso de esa persona desde que terminó sus
estudios y cómo cambió su capacidad para ayudar a otras personas, tanto den-
tro como fuera de la Iglesia.

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


26 LA FE EN JESUCRISTO N O S B R I N D A P O D E R PA R A P R O V E E R PA R A N O S O T R O S M I S M O S Y PA R A L O S D E M Á S

 Analice con los alumnos diversas maneras concretas de cómo el recibir una for-
mación y tener un empleo bien retribuido puede mejorar su capacidad de servir
en la Iglesia del Señor y de atender a sus familias.
 Analicen qué relación hay entre el uso del tiempo y el principio de estar anhe-
losamente consagrados a causas buenas.

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


27

6 EL PROVEER PARA UNO MISMO,


PARA LA FAMILIA Y PARA OTRAS
PERSONAS
INTRODUCCIÓN
Las responsabilidades temporales están
relacionadas con el crecimiento espiritual.
Por ejemplo, existe una relación entre
guardar los mandamientos de Dios y
proveer económicamente para nuestras
familias. Ayude a sus alumnos a aprender
a identificar las prioridades y fijarse metas
dignas. El Señor puede ayudarnos a cumplir
con las responsabilidades que tenemos con
nuestros seres queridos al trazar y ejecutar
planes con los que mejorar nuestra situación temporal.

PRINCIPIOS PARA COMPRENDER


• Lo temporal y lo espiritual están relacionados.
• Nuestras prioridades deben reflejar los principios del Evangelio.
• El padre tiene la responsabilidad de proteger a su familia y de proveerle las cosas
necesarias de la vida. La responsabilidad primordial de la madre es criar a los hijos.

SUGERENCIAS PARA LA ENSEÑANZA


Lo temporal y lo espiritual están relacionados.
Escriba temporal en la pizarra y pregunte a los alumnos el significado de esta
palabra. Tal vez desee compartir con ellos la definición que aparece en un dic-
cionario. Ayúdeles a entender que está relacionado con el tiempo, la vida terre-
nal y con inquietudes seculares más que con lo espiritual o lo sagrado.
Pregunte:
• ¿Qué mandamientos hay que parezcan tener una naturaleza temporal?
(Anote las respuestas en la pizarra.)
• ¿Por qué esos mandamientos parecen más temporales que espirituales?
• ¿Por qué no es exacto creer que lo que hacemos los domingos es espiritual,
mientras que lo que hacemos el resto de la semana sólo es temporal?
Lean juntos Doctrina y Convenios 29:34–35 y analicen de qué modo los manda-
mientos anotados en la pizarra afectan tanto al aspecto temporal como al espiri-
tual de nuestra vida.

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


28 EL P R O V E E R PA R A U N O M I S M O , PA R A L A FA M I L I A Y PA R A O T R A S P E R S O N A S

Comparta la siguiente enseñanza del presidente George Q. Cannon, antiguo


consejero de la Primera Presidencia:

“El plan de salvación abarca todo lo que pertenece a los hombres en la car-
ne sobre la tierra. En la mente de Dios no existe diferencia entre lo espiri-
tual y lo temporal. Emplea este último término en las revelaciones que nos
dirige porque así Él se adapta a nuestra condición y manera de ver las co-
sas, pero para Él no hay distinción entre lo temporal y lo espiritual.
“No hay diferencia entre la salvación espiritual... y la temporal. Nuestro
cuerpo es tan preciado para Dios como lo es nuestro espíritu... Dios da re-
velaciones para la salvación temporal de Sus hijos, es decir, la salvación de
sus cuerpos, y éstas son tan importantes como las revelaciones dirigidas a
sus espíritus” (Gospel Truth: Discourses and Writings of President George Q.
Cannon, selección de Jerreld L. Newquist, 2 volúmenes, 1957–1974, 2:310).

Pregunte:
• ¿Cómo contribuyen nuestros talentos espirituales a nuestras necesidades
temporales o materiales?
• ¿Qué relación hay entre ganarse la vida y nuestro crecimiento espiritual?

Nuestras prioridades deben reflejar los principios del Evangelio.


Comparta el ejemplo siguiente:
Un ex misionero recién regresado de la misión tenía dificultades para encontrar
empleo, aunque finalmente halló dos ofertas laborales. El trabajo mejor pagado
requería que trabajase los domingos. Razonó así: “Sé que ir a la iglesia es impor-
tante, pero esta oferta es muy buena. Aunque tenga que trabajar los domingos,
temo que si no acepto el empleo, jamás podré hacer frente a mis responsabilida-
des económicas”.
Pregunte: ¿Qué importantes principios del Evangelio debió considerar esta per-
sona? (Anote las respuestas en la pizarra.)
Pida a los alumnos que lean Mateo 22:36–39 y pregúnteles qué enseña este
pasaje sobre las prioridades.
Repase con los alumnos las palabras del élder Russell M. Nelson en la página 41
de sus manuales.
Pregunte:
• ¿Cómo pueden las prioridades correctas ser una protección para nosotros?
• ¿Cómo se asumen interiormente las buenas prioridades?
Explique que, puesto que Dios está interesado tanto en nuestro bienestar tem-
poral como en el espiritual, Él nos ayudará en ambos aspectos de nuestra vida
en tanto hagamos de Él nuestra prioridad principal.

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


EL P R O V E E R PA R A U N O M I S M O , PA R A L A FA M I L I A Y PA R A O T R A S P E R S O N A S 29

Comparta el siguiente consejo del presidente Ezra Taft Benson:

“Debemos poner a Dios en el lugar de preeminencia sobre todo lo demás


de nuestra vida. Él debe estar primero, tal como Él mismo lo declara en el
primero de Sus Diez Mandamientos: ‘No tendrás dioses ajenos delante de
mí’ (Éxodo 20:3).
“Cuando damos a Dios el lugar de preferencia, todos los demás aspectos de
nuestra vida pasan a tener la posición que les corresponde o, de lo contra-
rio, dejan de tener valor. Nuestro amor por el Señor dirigirá nuestros afec-
tos, la forma en que empleemos nuestro tiempo, los intereses que tengamos
y el orden de prioridad que demos a las cosas.
“Debemos poner a Dios por delante de todos los demás en todo lo que
hagamos.
“Si alguien quiere casarse con ustedes pero no en el templo, ¿a quién se es-
forzarán por complacer, a Dios o a un ser humano? Si ustedes insisten en
que sólo se casarán en el templo, agradarán al Señor y bendecirán a la otra
persona. ¿Por qué? Porque esa persona estará dispuesta a esforzarse por ser
digna de ir al templo, lo cual sería una bendición; o, de lo contrario, se ale-
jará, lo cual también sería una bendición porque ninguno de los dos que-
rría estar unido al otro ‘en yugo desigual’ (véase 2 Corintios 6: 14).
“Deben ser dignos de ir al templo. Entonces sabrán que no hay nadie con
quien valga la pena casarse fuera de la casa del Señor. Cualquier persona
que realmente merezca la pena se preparará a fin de casarse en el templo.
“Cuando damos prioridad al primer mandamiento, somos una bendición
para nuestros semejantes ...
“Dios nos ama; el diablo nos odia. Dios quiere que obtengamos la plenitud
del gozo que Él tiene. El diablo quiere que seamos desgraciados y misera-
bles como él. Dios nos da mandamientos para bendecirnos. El diablo quie-
re hacernos quebrantar esos mandamientos para maldecirnos” (véase “El
Señor en primer lugar”, Liahona, julio de 1988, págs. 4–6).

Pida a los alumnos que citen ejemplos de qué cosas dejarían fuera de sus vidas
si pusieran a Dios en primer lugar.
Pídales que anoten en la sección “Notas e impresiones” de sus manuales tres de
las decisiones que saben que van a tomar en breve. Pídales que describan cómo
las prioridades adecuadas afectarán cada decisión.

El padre tiene la responsabilidad de proteger a su familia y proveerle las cosas


necesarias de la vida. La responsabilidad primordial de la madre es criar a
los hijos.
Pida a los alumnos que supongan que hay personas que consideran que no son
responsables de proveer para sí mismas y sus familias ni cuidar de ellas, sino
que creen que son los demás quienes debieran hacerlo.
Lean juntos Doctrina y Convenios 42:42 y 56:17, y entonces pregunte: ¿Por qué
creen que la autosuficiencia es un principio importante del Evangelio?
Escriba en la pizarra: Responsabilidades del padre y Responsabilidades de la madre.

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


30 EL P R O V E E R PA R A U N O M I S M O , PA R A L A FA M I L I A Y PA R A O T R A S P E R S O N A S

Divida la clase en tres grupos. Pida al primer grupo que estudie el consejo del
presidente Gordon B. Hinckley en la página 41 del manual del alumno y pida
al segundo que estudie la declaración de la Primera Presidencia y del Quórum
de los Doce Apóstoles extraída de la proclamación sobre la familia, así como la
enseñanza del presidente Spencer W. Kimball de las páginas 41–42 del mismo
manual. Pida al tercer grupo que estudie las palabras del élder Bruce R.
McConkie en la página 42, también del manual del alumno.
Sugiera que un representante de cada grupo anote en la pizarra las responsabili-
dades del padre y de la madre, tal como se enseñan en sus correspondientes
asignaciones.
Pregunte:
• ¿En qué difieren, generalmente, las responsabilidades del padre de las de la
madre?
• De las responsabilidades anotadas en la pizarra, ¿cuáles comparten ambos?
Lea la siguiente declaración del presidente Gordon B. Hinckley:

“Hace algunos años, el presidente Benson dio un mensaje a las mujeres de


la Iglesia, instándolas a dejar sus empleos para dar mas atención a los hi-
jos. Yo apoyo esa posición.
“Sin embargo, reconozco, al igual que él lo reconoció, que hay mujeres (de
hecho, hay muchas) que tienen que trabajar para atender las necesidades
de su familia. A ustedes les digo: Hagan lo mejor que puedan. Confío en
que si están trabajando durante jornadas enteras, lo estén haciendo para
cumplir con las responsabilidades básicas del hogar y no para darse gustos
y hasta lujos materiales. El deber mayor de toda mujer es el de amar a sus
hijos, enseñarles, animarlos y guiarlos hacia la rectitud y la verdad.
Ninguna otra persona puede sustituirla adecuadamente.
“Es casi imposible ser ama de casa todo el día y al mismo tiempo trabajar
fuera de casa jornadas enteras. Me consta que muchas de ustedes se enfren-
tan con decisiones difíciles en cuanto a esto. Les repito: Hagan lo mejor
que puedan. Ustedes conocen sus circunstancias y sé que están profunda-
mente interesadas en el bienestar de sus hijos. Cada una de ustedes tiene
un obispo que las aconsejará y las ayudará. Si sienten la necesidad de ha-
blar con una mujer comprensiva, no vacilen en ponerse en contacto con
su presidenta de la Sociedad de Socorro” (“Las mujeres de la Iglesia”,
Liahona, enero de 1997, págs. 77–78).

SUGERENCIAS DE ASIGNACIONES PARA LOS ALUMNOS


 Pida a los alumnos que contesten las siguientes preguntas en la sección “Notas e
impresiones” de sus manuales:
• ¿Qué creen que significa ser un buen proveedor?
• ¿En qué se diferencian el papel del padre del de la madre como proveedores?
¿Qué provee cada uno?
• ¿Qué están haciendo para ser buenos proveedores para ustedes mismos y
para su familia?

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


31

7 EL RECONOCER Y CULTIVAR LOS


TALENTOS Y LAS APTITUDES
INTRODUCCIÓN
Venimos a la tierra con combinaciones particulares
de talentos y aptitudes que ampliamos durante nues-
tra experiencia en la mortalidad. Sin embargo, el
temor y las dudas han impedido que algunas per-
sonas comprendan todo el potencial de sus talentos
y aptitudes. Ayude a sus alumnos a aprender a re-
conocer sus talentos y aptitudes personales, y a reafir-
marse en desarrollarlos mediante la dedicación, la
determinación y el trabajo duro. Los talentos y las
aptitudes de los miembros de la Iglesia son reservas
de bendiciones si están dispuestos a compartirlos.

PRINCIPIOS PARA COMPRENDER


• Debido al desarrollo que adquirimos en la vida preterrenal, cada uno de noso-
tros vino a la tierra con una combinación única de talentos y aptitudes.
• Cuando confiamos en el Espíritu, el Señor nos ayuda a reconocer y cultivar
nuestros talentos y aptitudes.
• El Señor nos ayudará a vencer nuestras dudas y temores a medida que busque-
mos Su ayuda para cultivar nuestros talentos y aptitudes.
• El desarrollo de nuestros talentos y aptitudes requiere un esfuerzo individual.

SUGERENCIAS PARA LA ENSEÑANZA


Debido al desarrollo que adquirimos en la vida preterrenal, cada uno de
nosotros vino a la tierra con una combinación única de talentos y aptitudes.
Pida a los alumnos que nombren a algunas personas talentosas y con aptitudes,
y anote las respuestas en la pizarra. Entonces pregunte:
• ¿Cuánto tiempo se requiere para desarrollar aptitudes como las de estas per-
sonas?
• ¿Cómo se pueden emplear los talentos y las aptitudes para beneficiar a otras
personas?
• ¿Por qué algunas personas parecen haber nacido con determinados talentos y
aptitudes?
Comparta la siguiente enseñanza del élder Bruce R. McConkie, quien fuera
miembro del Quórum de los Doce Apóstoles:

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


32 EL R E C O N O C E R Y C U L T I VA R L O S T A L E N T O S Y L A S A P T I T U D E S

“Cada persona viene a esta vida investida con aquellos talentos y destrezas
que su vida preterrenal le dio derecho a recibir. En la preexistencia, me-
diante la obediencia a la ley, unos reciben un talento y otros reciben otro,
y todos traen consigo a esta vida los talentos y las aptitudes allí adquiridos.
(Abraham 3:22–23.)“ (Doctrinal New Testament Commentary, 3 volúmenes,
1966–1973, 1:688).

Pregunte a los alumnos:


• ¿Por qué es importante desarrollar los talentos que trajimos con nosotros de
la vida preterrenal?
• ¿Cómo podrían nuestros talentos ayudarnos a decidir qué tipo de empleo
buscar?
• ¿De qué manera podemos utilizar esos talentos en nuestros empleos?
• ¿Cómo utilizar esos talentos para criar una familia?
• ¿Qué talentos resultarían particularmente útiles para una madre que está
criando a sus hijos?

Cuando confiamos en el Espíritu, el Señor nos ayuda a reconocer y cultivar


nuestros talentos y aptitudes.
Pregunte: ¿Cómo podemos reconocer nuestros talentos y aptitudes? Respuestas
posibles:
• Reconocer qué es lo que podemos hacer bien.
• Preguntar a otras personas, a los padres o a los amigos, qué talentos creen
que tenemos.
• Someternos a un examen de evaluación de intereses o aptitudes, que es habi-
tual en las escuelas y los centros de empleo.
• Aprender acerca de diversas aptitudes o talentos mediante la lectura, la obser-
vación o conversando con otras personas.
• Dedicarnos a algunas áreas de interés con la ayuda de personas facultadas en
ellas y que pueden impartir consejos y sugerencias.
• Orar para recibir la guía del Señor.
• Leer con espíritu de oración nuestras bendiciones patriarcales.
• Dedicar el tiempo libre a examinar y desarrollar aptitudes útiles.
Invite a los alumnos a anotar algunos de sus talentos en la sección “Notas e im-
presiones” de sus manuales y a describir cómo piensan desarrollarlos.
Pídales que nombren a una persona con muchas aptitudes o talentos en los as-
pectos siguientes y que expliquen por qué les ha impresionado:
• Una ocupación manual o una profesión
• Música, arte u otro talento
• Un pasatiempo o una destreza aplicable en el hogar
Pida que lean 1 Nefi 17:7–11, 16 y 18:1–2.

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


EL R E C O N O C E R Y C U L T I VA R L O S T A L E N T O S Y L A S A P T I T U D E S 33

Pregunte:
• ¿Qué talentos y aptitudes empleó Nefi para cumplir con el mandato del
Señor? (Sabía trabajar los minerales y pudo hacer sus propias herramientas.)
• ¿Qué hizo el Señor para ayudar a Nefi? (Le mostró dónde hallar el mineral y
cómo construir el barco.)
Ayude a los alumnos a entender que al confiar en el Señor, Nefi pudo utilizar y
desarrollar sus talentos.
Pida a los alumnos que lean 2 Nefi 5:15–17.
Pregunte: ¿Por qué consideran que Nefi pudo enseñar a su pueblo a hacer todas
estas cosas? (Antes había aprendido y desarrollado estas aptitudes.)

El Señor nos ayudará a vencer nuestras dudas y temores a medida que


busquemos Su ayuda para cultivar nuestros talentos y aptitudes.
Invite a los alumnos a leer Moisés 6:31 y en la pizarra dibuje la siguiente escala:
(Temeroso) 1—2—3—4—5—6—7—8—9—10 (Seguro de sí mismo)
Pida que los alumnos seleccionen un número de la escala que refleje cómo
creen que se sentía Enoc respecto a sus aptitudes. (Lo más probable es que
seleccionen un número bajo.) Pídales que compartan experiencias relacionadas
con una tarea que no se sentían seguros de poder completar o hacer bien, y
digan qué hicieron para afrontar el reto.
Pida a un alumno que lea Moisés 7:13 y señale los logros de Enoc.
Pida a los alumnos que seleccionen un número de la escala que refleje cuál
creen que era entonces su nivel de confianza. Pregúnteles qué fue lo que hizo
cambiar la confianza de Enoc.
Pida a un alumno que lea Moisés 6:32–34 y pregunte:
• ¿Cómo ayudó el Señor a Enoc a superar sus dudas y temores?
• ¿Qué principios de estos pasajes podemos aplicar a nuestra vida para desarro-
llar confianza?
Pregunte a los alumnos qué aconsejarían en las situaciones siguientes:
1. Un joven desarrolló confianza sirviendo con éxito una misión, pero desde
que regresó a su casa no ha tenido la confianza necesaria para encontrar un
buen empleo o estudiar.
2. Un joven líder del sacerdocio no está seguro de cómo equilibrar su
llamamiento en la Iglesia con los estudios.
3. Un matrimonio joven está preocupado por su capacidad de sostener
financieramente a una familia.
Escriba en la pizarra No se den por vencidos y No se desanimen.
Comparta la siguiente experiencia:
El élder Jeffrey R. Holland, miembro del Quórum de los Doce Apóstoles, relató
que siendo joven llevó a su joven familia desde St. George, Utah, a Boston,
Massachussets, para asistir a un curso de postgrado en la universidad. No habían
viajado ni 60 kilómetros cuando se les averió el automóvil. El élder Holland
dejó a su esposa, Pat, y a dos hijos pequeños en el vehículo y caminó hasta un

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


34 EL R E C O N O C E R Y C U L T I VA R L O S T A L E N T O S Y L A S A P T I T U D E S

pueblo cercano para pedir ayuda. Después de conseguir ayuda, reparar la avería
y regresar a St. George para efectuar una inspección, partieron de nuevo y el au-
tomóvil volvió a estropearse a unos cinco metros de donde se había detenido la
vez anterior.
Treinta años más tarde, con sus hijos ya crecidos y casados, el élder Holland y su
esposa fueron hasta el lugar exacto donde había tenido que caminar en busca de
ayuda. Al recordar aquel incidente dice que se veía a sí mismo como un joven de-
sanimado. Y añadió: “Los hombros un poco caídos por el peso del evidente temor
de quien no tiene mucha experiencia... En ese momento imaginario no pude con-
tener mi impulso de decirle: ‘No te des por vencido, muchacho. No te desanimes.
Sigue caminando, sigue intentándolo. Encontrarás ayuda y felicidad más adelante,
muchísima en unos treinta años y aún más allá en el futuro. Mantén la cabeza en
alto; al final todo saldrá bien. Confía en Dios y cree en las cosas buenas que están
por venir’ ” (véase “Sumo sacerdote de los bienes venideros”, Liahona, enero de
2000, págs. 44–45).
Pregunte: ¿Cómo puede el valor ayudarnos a sobreponernos a nuestras dudas y
temores?
Pida a un alumno que lea el consejo del presidente Gordon B. Hinckley en la
página 48 de su manual y pregunte: ¿Qué los impresiona más del consejo del
presidente Hinckley?

El desarrollo de nuestros talentos y aptitudes requiere un esfuerzo individual.


Muestre a los alumnos la fotografía de alguien a quien usted admira y explique
por qué la considera una persona talentosa. También puede mostrar la fotografía
de un atleta, un pianista, un líder u otra persona de éxito. Un periódico local po-
dría ser un buen recurso para obtener la foto de alguien a quien poner de ejem-
plo. Entonces pregunte:
• ¿Cómo hacen tales individuos para llegar a ser tan capaces? (Suelen desarro-
llar sus talentos a través de mucha práctica y grandes esfuerzos.)
• ¿Qué papel desempeñan el trabajo y la práctica en el desarrollo de los talen-
tos?
• Si todos practicáramos arduamente, ¿podríamos llegar a ser concertistas de
piano? ¿Por qué?
• ¿Qué le pasa al talento que no se usa ni se desarrolla?
Comparta la siguiente declaración del presidente James E. Faust, consejero de la
Primera Presidencia:

“El presidente [Heber J.] Grant tenía una cita favorita de Ralph Waldo
Emerson por la que se guiaba: ‘Aquello que persistimos en hacer se vuelve
más fácil de realizar, no porque la naturaleza de la tarea en sí haya cambia-
do, sino porque ha aumentado nuestro potencial para realizarla’ (en “El
poder del autodominio”, Liahona, julio de 2000, pág. 55).

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


EL R E C O N O C E R Y C U L T I VA R L O S T A L E N T O S Y L A S A P T I T U D E S 35

Los dos relatos siguientes de la vida del presidente Grant ilustran cómo desarro-
lló aptitudes en áreas en las que en un principio tenía muy poca capacidad:
• De niño, Heber J. Grant era muy inexperto en los deportes. Ingresó a un club
de béisbol pero tuvo que jugar con los más pequeños. Él mismo explicó:
“Una de las razones era la dificultad que tenía para lanzar la pelota de
una base a la otra; otra era que me faltaba fuerza para correr o batear bien.
Cuando recogía la pelota, los niños generalmente me gritaban: ‘Tira eso
acá, debilucho’. Mis compañeros de infancia se divertían tanto a mi costa
que juré solemnemente que jugaría al béisbol con el equipo que ganara el
campeonato del territorio de Utah.
“Mi madre alojaba huéspedes para ganarse el sustento, y yo les lustraba las
botas hasta que pude ahorrar un dólar con el que me compré una pelota de
béisbol. Pasé horas y horas tirando la pelota contra el granero de un vecino...
A menudo el brazo me dolía tanto que de noche no lograba conciliar el
sueño; pero seguí practicando y finalmente logré colocarme en el segundo
equipo de nuestro club. Más adelante, me uní a un club mejor, y por fin jugué
con el equipo que ganó el campeonato del territorio. Habiendo cumplido la
promesa que me había hecho a mí mismo, me retiré del mundo del béisbol”
(“Work, and Keep Your Promises”, Improvement Era, enero de 1900, págs.
196–197).
• Cuando era joven, Heber J. Grant “decidió que algún día llevaría los libros de
contabilidad del Banco Wells Fargo y Compañía. Por aquel entonces, todos
los registros y cuentas del banco se escribían con pluma y uno de los requisi-
tos de un buen tenedor de libros era la capacidad de escribir bien. Aprender a
escribir bien fue el primer paso para lograr este empleo y la consecución de
su meta; así que puso manos a la obra para convertirse en calígrafo.
“Al principio, su caligrafía era tan mala que cuando dos de sus compañeros
observaron cómo escribía, uno le dijo al otro: ‘Esa letra parece las huellas
dejadas por una gallina’. ‘No’, dijo el otro, ‘parece como si el tintero hubiera
sido golpeado por un rayo’. Esto afectó al orgullo de Heber Grant quien, dan-
do un puñetazo en el escritorio, dijo: ‘Algún día llegaré a darles lecciones de
caligrafía’...
“En su adolescencia, mientras trabajaba como secretario de la compañía de
seguros H. R. Mann y Compañía, recibió la oferta para trabajar como calí-
grafo en San Francisco por el triple de lo que ganaba. Más tarde llegó a ser
profesor de caligrafía y contabilidad en la Universidad de Deseret (actual-
mente Universidad de Utah)” (Bryant S. Hinckley, Heber J. Grant: Highlights
in the Life of a Great Leader, 1951, págs. 39–40).
A los 19 años, Heber había logrado su meta y trabajaba en Wells Fargo y
Compañía (Ibíd., pág. 42).
Pregunte: ¿Por qué la mayoría de los éxitos son fruto del esfuerzo?
Anime a los alumnos a desarrollar sus talentos y aptitudes. Comparta la sigu-
iente cita del presidente Gordon B. Hinckley:

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


36 EL R E C O N O C E R Y C U L T I VA R L O S T A L E N T O S Y L A S A P T I T U D E S

“No podría desearles nada mejor que una vida fructífera; que el servicio que
presten sea dedicado y lo den libremente; que contribuyan al conocimiento
y al bienestar del mundo en el que viven, y que lo hagan con humildad y
fidelidad ante su Dios. Él los ama; nosotros los amamos. Deseamos que sean
felices y que tengan éxito, que hagan importantes contribuciones al mundo
en el que vivirán y al progreso de esta grandiosa y majestuosa obra del
Señor” (“El consejo y la oración de un profeta en beneficio de la juventud”,
Liahona, abril de 2001, pág. 40).

SUGERENCIAS DE ASIGNACIONES PARA LOS ALUMNOS


 Pida a los alumnos que en la sección “Notas e impresiones” de sus manuales
anoten o revisen los talentos y aptitudes que creen tener. Pida que cada uno
posteriormente pregunte a alguien a quien respete cuáles son, en opinión de esa
persona, los talentos y las aptitudes del alumno. Pídales que comparen ambas
listas y que seleccionen dos talentos o aptitudes en los cuales trabajar para un
mayor desarrollo.
 Una vez determinados algunos de los talentos y aptitudes, pídales que decidan
cuáles podrían ayudarles a conseguir un buen empleo. Entonces pregunte: Si
ninguno de sus talentos y aptitudes guarda relación directa con las destrezas de
su empleo, ¿podrían al menos valerse de alguno para contribuir a crear un am-
biente positivo en su lugar de trabajo? ¿Cómo?

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


37

8 CADA UNO DE NOSOTROS PUEDE


AYUDAR A EDIFICAR EL REINO DE
DIOS SOBRE LA TIERRA
INTRODUCCIÓN
Cada miembro de la Iglesia puede colaborar
de algún modo en la edificación del reino
de Dios. El mejor lugar para ello es nuestro
propio hogar, en el barrio o en la estaca.
Ayude a sus alumnos a entender que cuan-
do servimos al Señor, no importa dónde lo
hagamos sino cómo lo hagamos. Estar
anhelosamente consagrados a la obra del
reino, a cualquier nivel, bendecirá nuestra
vida y nos permitirá crecer en innumerables circunstancias.

PRINCIPIOS PARA COMPRENDER


• Si vivimos con rectitud, ayudaremos a edificar el reino de Dios.
• Por medio de la actividad en la Iglesia, las personas y las familias se fortalecen.
• Debemos estar dispuestos a servir dondequiera que nos encontremos.
• A medida que prestemos servicio en el reino de Dios, recibiremos bendiciones.

SUGERENCIAS PARA LA ENSEÑANZA


Si vivimos con rectitud, ayudaremos a edificar el reino de Dios.
En la pizarra escriba Reino de Dios y pida que los alumnos expliquen qué pien-
san que es el reino. A continuación invite a un alumno a leer en voz alta la in-
troducción del capítulo 8 del manual del alumno (pág. 52).
Comparta la siguiente invitación del presidente Gordon B. Hinckley:

“Invito a cada uno de ustedes, los miembros de esta Iglesia, doquiera que
estén, a que se levanten con un canto en el corazón y avancen, viviendo el
Evangelio, amando al Señor y edificando Su reino. Juntos, nos mantendre-
mos firmes y guardaremos la fe, pues el Todopoderoso es nuestra fortaleza”
(véase “Mantengámonos firmes; guardemos la fe”, Liahona, enero de 1996,
pág. 82).

Pregunte: ¿Por qué cada miembro desempeña una labor importante en el creci-
miento de la Iglesia?

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


38 CADA U N O D E N O S O T R O S P U E D E AY U D A R A E D I F I C A R E L R E I N O D E DIOS SOBRE LA TIERRA

Invite a los alumnos a sugerir actitudes y acciones de miembros de la Iglesia que


contribuyan al fortalecimiento de la Iglesia y en la pizarra anote las respuestas.
Éstas podrían incluir:
• Ser feliz.
• Ser positivo.
• Orar y leer diariamente las Escrituras (véase Josué 1:8 [Dominio de las
Escrituras]).
• Arrepentirse de los pecados (véase D. y C. 58:42–43 [Dominio de las
Escrituras]).
• Ser digno de una recomendación para el templo.
• Obedecer el consejo del profeta (véase D. y C. 1:38 [Dominio de las
Escrituras, D. y C. 1:37–38]).
• Servir fielmente en los llamamientos de la Iglesia.
• Pagar un diezmo íntegro y honrado (véase Malaquías 3:8–10 [Dominio de las
Escrituras]).
• Asistir a las reuniones de la Iglesia.
• Efectuar la noche de hogar.
Pregunte: ¿Cómo fortalece a la Iglesia cada una de las actitudes y actividades ex-
puestas en la pizarra?
Pregunte a los alumnos: ¿Cómo podemos fortalecernos a nosotros mismos co-
mo miembros del reino de Dios?
Explique que, en un discurso dirigido a los jóvenes y a los adultos solteros, el
presidente Gordon B. Hinckley compartió seis maneras de fortalecernos ante las
dificultades que afrontamos (véase “El consejo y la oración de un profeta en
beneficio de la juventud”, Liahona, abril de 2001, pág. 30). Anote en la pizarra
las seis referencias y pida que los alumnos compartan ejemplos o reflexiones
sobre el consejo del profeta para:
1. Ser agradecidos.
2. Ser inteligentes.
3. Ser limpios.
4. Ser verídicos.
5. Ser humildes.
6. Ser dedicados a la oración.

Por medio de la actividad en la Iglesia, las personas y las familias se


fortalecen.
Pida que un alumno lea en voz alta el relato del presidente Thomas S. Monson
en la página 53 de su manual y pregunte:
• ¿Qué relación guarda “la brasa caliente” con la actividad en la Iglesia?
• ¿Qué podemos hacer para ser activos en la Iglesia y vivir de acuerdo con los
compromisos contraídos con el Señor?

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


CADA U N O D E N O S O T R O S P U E D E AY U D A R A E D I F I C A R E L R E I N O D E DIOS SOBRE LA TIERRA 39

Comparta y analice la siguiente lista dada por el presidente Ezra Taft Benson (tal
vez desee emplear un retroproyector o hacer copias para cada alumno):

“1. Debemos ser para los demás la ‘luz’ del Evangelio de Jesucristo...
“2. Debemos buscar oportunidades para dar a conocer el mensaje del
Evangelio a otras personas...
“3. Debemos hacer todo lo posible para contribuir a la preparación de
nuestros hijos y nietos para ser misioneros...
“4. Es preciso que nuestro hogar sea un lugar de refugio, amor y armonía...
“5. Debemos esforzarnos por recibir las bendiciones y las ordenanzas del
templo...
“6. Tenemos la obligación de realizar la obra del templo por nuestros ante-
pasados...
“7. Nuestras familias deben tratar de ser autosuficientes...
“8. Los poseedores del sacerdocio deben velar por los miembros de su quó-
rum y sus familias valiéndose del programa de orientación familiar...
“9. Tenemos el deber de tomar parte activa en los programas y actividades
de la Iglesia, o sea, de santificar el día de reposo, de asistir a las reuniones,
de aceptar llamamientos y de magnificarlos...
“10. Todo miembro adulto debe pagar un diezmo íntegro y contribuir con
una ofrenda de ayuno generosa” (“Fortalece tus estacas”, Liahona, agosto
de 1991, págs. 5–6).

Sugiera a los alumnos que seleccionen tres de las áreas mencionadas por el pre-
sidente Benson y que trabajen en ellas durante las semanas siguientes. Pídales
que anoten, en la sección “Notas e impresiones” de su manual, lo que tienen
pensado hacer para mejorar en cada una de ellas y anímelos a compartir sus ex-
periencias en una clase futura.

Debemos estar dispuestos a servir donde quiera que nos encontremos.


Invite a un alumno a recitar o leer Mosíah 2:17 (Dominio de las Escrituras). Pida
a los demás que expliquen lo que significa ese pasaje para ellos.
En los primeros años de la restauración de la Iglesia, el Señor pidió a los santos
que se congregaran en los lugares centrales de la Iglesia, como Kirtland, Ohio; el
condado de Jackson, Misuri; Nauvoo, Illinois; y Utah.
Pregunte: ¿Dónde deben congregarse los miembros de la Iglesia en la actualidad?
A fin de ayudar a contestar la pregunta anterior, comparta la siguiente decla-
ración hecha en una carta de la Primera Presidencia fechada el 1 de diciembre
de 1999, en la que se reafirma el antiguo consejo de los líderes del sacerdocio
sobre la importancia de que los miembros edifiquen la Iglesia en sus respecti-
vos países:

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


40 CADA U N O D E N O S O T R O S P U E D E AY U D A R A E D I F I C A R E L R E I N O D E DIOS SOBRE LA TIERRA

“A medida que los miembros de todo el mundo permanezcan en su tierra


natal, obrando para edificar la Iglesia en sus propios países, recibirán gran-
des bendiciones, ellos en forma personal, y la Iglesia en forma colectiva. Se
fortalecerán las estacas y los barrios del mundo, haciendo posible el com-
partir las bendiciones del Evangelio con un número aun mayor de hijos de
nuestro Padre Celestial.
“Confiamos en que los miembros de la Iglesia de todo el mundo serán ben-
decidos al prestar atención a este consejo y trabajar por fortalecer sus unida-
des locales de la Iglesia y sus comunidades” (“Emigración a los Estados
Unidos”, carta de la Primera Presidencia, 1 de diciembre de 1999).

Pregunte: ¿Por qué es importante edificar el reino de Dios en nuestro propio país?
Lea la siguiente declaración del élder Bruce R. McConkie, antiguo miembro del
Quórum de los Doce Apóstoles:

“Las estacas de Sión... se están organizando en muchas partes de la tierra.


Con respecto a esto, meditemos estas verdades: Una estaca de Sión es parte
de Sión. No es posible organizar una estaca que no lo sea. Sión son los pu-
ros de corazón y obtenemos pureza de corazón por medio del bautismo y
la obediencia. Las estacas tienen límites geográficos y crearlas es como fun-
dar una Ciudad de Santidad. Cada estaca en la tierra es el lugar obligado de
reunión para las ovejas perdidas de Israel que vivan en esa zona.
“El lugar de congregación de los peruanos está en las estacas de Sión que
hay en Perú, y en las que se formarán en el futuro. El lugar de congrega-
ción para los chilenos está en Chile; para los bolivianos en Bolivia; para los
coreanos en Corea; y así sucede a lo largo y ancho de la tierra. El pueblo de
Israel, dispersado entre todas las naciones de la tierra, es llamado a congre-
garse con el rebaño de Cristo en las estacas de Sión que estén establecidas
en esas naciones...
“Éste es el consejo de los líderes de la Iglesia: edifiquemos Sión, pero ha-
gámoslo en el lugar donde Dios nos ha hecho nacer, donde nos ha dado
patria, familia y amigos. Sión está en Sudamérica y los santos que la com-
ponen son y deben ser una influencia positiva en todas estas naciones.
“Y esto sé: Dios bendecirá a toda nación que enderece sus vías y haga un
esfuerzo por avanzar Su obra” (“Para que el testimonio salga de Sión”,
Liahona, septiembre de 1977, págs. 14–15).

Pregunte:
• ¿Qué enseñó el élder McConkie sobre Sión?
• ¿Que significa ser “una influencia positiva”?
• ¿Cómo puede la Iglesia ser una influencia positiva para un país?
Invite a los alumnos a compartir experiencias sobre los miembros de la Iglesia
que saben que son una influencia positiva en la rama, el barrio, la estaca o la
comunidad y cómo bendicen a los demás.

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


CADA U N O D E N O S O T R O S P U E D E AY U D A R A E D I F I C A R E L R E I N O D E DIOS SOBRE LA TIERRA 41

A medida que prestemos servicio en el reino de Dios, recibiremos bendiciones.


Pida a los alumnos que lean la cita del élder Derek A. Cuthbert en la página 55
de sus manuales y que señalen las bendiciones del servicio. Invíteles a compartir
ejemplos de sus propias experiencias.

SUGERENCIAS DE ASIGNACIONES PARA LOS ALUMNOS


 Pida que los alumnos seleccionen facetas concretas de sus vidas que cambiarían
a fin de vivir con mayor rectitud.
 Pídales que indiquen tres maneras de edificar el reino del Señor allí donde viven
y que las anoten en la sección “Notas e impresiones” de sus manuales. Pídales
también que fijen metas específicas que les ayuden a tener éxito.

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


42

9 EL SER AUTOSUFICIENTE A LA
MANERA DEL SEÑOR
INTRODUCCIÓN
“Desde los primeros días de la Iglesia, los profetas
han enseñado a los miembros a ser indepen-
dientes y autosuficientes y a evitar la ociosidad.
Ningún miembro verdadero de la Iglesia que esté
capacitado físicamente se quitará voluntariamente
de encima la responsabilidad que tiene de man-
tenerse a sí mismo; mientras pueda, proporcionará
lo necesario para su manutención y la de su fami-
lia” (Principios del Evangelio, 2000, pág. 180).
Ayude a sus alumnos a entender la necesidad de desarrollar la autosuficiencia a la
manera del Señor. A medida que aprendamos la autosuficiencia, desarrollaremos fe
en Él para que nos guíe diariamente en busca de Su ayuda. Cuando equilibramos la
ayuda del Señor con los recursos y los talentos que nos ha dado, aprendemos a cui-
dar de nuestras propias necesidades y a ayudar a otras personas.

PRINCIPIOS PARA COMPRENDER


• La autosuficiencia recta abarca la fe y la dependencia en el Salvador.
• El Evangelio nos enseña a ser autosuficientes en forma temporal, a progresar es-
piritualmente y ayudar a los demás a hacer lo mismo.
• Tenemos la responsabilidad de tratar de progresar.
• La autosuficiencia implica el desarrollo de destrezas y habilidades en varios as-
pectos.

SUGERENCIAS PARA LA ENSEÑANZA


La autosuficiencia recta abarca la fe y la dependencia en el Salvador.
Muestre una lámina de Jesucristo y pida a los alumnos que citen ejemplos de lo
que Él ha hecho por ellos que no podrían haber hecho por sí mismos. Lean al-
gunos de los siguientes pasajes de las Escrituras y pregunte qué enseñan sobre
nuestra dependencia del Señor:
• Proverbios 3:5–10 (Dominio de las Escrituras, Proverbios 3:5–6)
• 2 Nefi 4:34
• 2 Nefi 9:42–43
Comparta con los alumnos el primer párrafo de la introducción anterior y escriba
en la pizarra autosuficiencia. Lea la descripción que el élder Bruce R. McConkie hace
de la autosuficiencia, en la página 59 del manual del alumno, y pida que busquen
las explicaciones que él da sobre el significado de dicha palabra.

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


EL SER AUTOSUFICIENTE A LA MANERA DEL SEÑOR 43

Pida que los alumnos compartan experiencias de cuando tuvieron la iniciativa


de hacer algo y el Señor respaldó sus esfuerzos. (Casos posibles podrían ser: ana-
lizar un problema, tomar una decisión basándose en dicho análisis y luego reci-
bir una confirmación del Señor; recibir la mejor formación profesional posible y
luego obtener la guía del Señor para encontrar un empleo adecuado; o trabajar
honradamente para proveer para nuestra familia y luego recibir la ayuda del
Señor a fin de administrar prudentemente los recursos.)

El Evangelio nos enseña a ser autosuficientes en forma temporal, a progresar


espiritualmente y ayudar a los demás a hacer lo mismo.
En la pizarra escriba 24 de julio de 1847 y pregunte qué significado tiene esa
fecha para la historia de la Iglesia. (El presidente Brigham Young y los últimos
integrantes de su caravana de pioneros entraron en el Gran Valle del Lago
Salado.) Cuando los santos llegaron al valle del Lago Salado, trabajaron ardua-
mente para transformar una zona inhóspita en un lugar próspero. Comparta la
siguiente descripción que el presidente Gordon B. Hinckley, cuando era conse-
jero de la Primera Presidencia, hizo de los pioneros:

“Habían viajado desde el río Misuri, tardando tres meses en recorrer la dis-
tancia que ahora nos lleva dos horas hacer en avión. Se pusieron manos a
la obra con fe en su capacidad para hacer lo que fuera necesario. La autosu-
ficiencia era su filosofía. No había un gobierno que los ayudara. Es verdad
que contaron con recursos naturales, pero tuvieron que excavarlos y trans-
formarlos... Tenían aptitudes, que habían cultivado pacientemente, como
canteros, carpinteros, yeseros y vidrieros” (“The Faith of the Pioneers”,
Ensign, julio de 1984, pág. 3).

Casi 100 años después de la llegada de los primeros pioneros al valle, una grave
depresión económica asoló a todo el mundo y las tasas de desempleo eran muy
altas. Fue entonces cuando la Primera Presidencia organizó el programa de bie-
nestar de la Iglesia.
Comparta la siguiente declaración del presidente Heber J. Grant, en la que da a
conocer los principios básicos del programa de bienestar de la Iglesia:

“Nuestro objetivo principal era establecer, hasta donde fuese posible, un sis-
tema mediante el cual se acabara con la maldición de la ociosidad, se abo-
lieran los daños de la limosna y se establecieran una vez más entre nuestra
gente la independencia, la industria, la frugalidad y el amor propio. El pro-
pósito de la Iglesia es ayudar a la gente a ayudarse a sí misma. El trabajo ha
de ocupar nuevamente su trono como principio gobernante en la vida de
los miembros de la Iglesia” (Conference Report, octubre de 1936, pág. 3).

Pregunte:
• ¿Qué enseña el sistema de bienestar de la Iglesia respecto a la autosuficiencia?
• ¿Qué pueden hacer las personas para sobreponerse ellas mismas a períodos
de pobreza?

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


44 EL SER AUTOSUFICIENTE A LA MANERA DEL SEÑOR

• ¿Por qué es honroso buscar un empleo bien remunerado? (Para poder pro-
veer para nosotros y nuestra familia.)
Lea con los alumnos el ejemplo de la sección “Aplicación y ejemplos”, en la
página 64 de sus manuales y pídales que contesten la pregunta.
Lea con la clase las dos declaraciones del presidente Spencer W. Kimball en las
páginas 60–61 del manual del alumno.
Pregunte:
• ¿Cuáles son las bendiciones del trabajo?
• ¿Qué significa para ustedes la frase “el trabajo debe ser el principio gobernan-
te en la vida de los miembros de la Iglesia”?

Tenemos la responsabilidad de tratar de progresar.


Pregunte: ¿Por qué la responsabilidad personal es tan importante en la vida?
Escriba la siguiente frase en la pizarra: Tenemos la responsabilidad personal de me-
jorar.
Divida la clase en cuatro grupos y asigne a cada uno de ellos una de las cuatro
declaraciones de la página 62 del manual del alumno dadas por el profeta José
Smith, el obispo Robert D. Hales, y los élderes Russell M. Nelson y Joseph B.
Wirthlin. Pida a cada grupo que prepare un esquema para un discurso de dos
minutos sobre el tema escrito en la pizarra. Pídales que incluyan en el discurso
la parte asignada y que un representante de cada grupo presente el discurso ante
la clase.

La autosuficiencia implica el desarrollo de destrezas y habilidades en varios


aspectos.
Anote las siguientes categorías en la pizarra:
1. Educación
2. Salud
3. Empleo
4. Administración de recursos
5. Fortaleza social, emocional y espiritual
Pida a los alumnos que mencionen maneras de llegar a ser más autosuficientes
gracias a los estudios y luego invítelos a leer el material que se encuentra bajo
“Educación”, en la página 63 de sus manuales.
Haga lo mismo con cada una de las cinco categorías anotadas en la pizarra.

SUGERENCIAS DE ASIGNACIONES PARA LOS ALUMNOS


 Pida a los alumnos que oren respecto a sus necesidades y que analicen metas
adecuadas con uno de los padres, su cónyuge, con un amigo de confianza o con
un maestro. Pídales que escriban una o varias metas de cada una de las cinco
categorías: educación; salud; empleo; administración de recursos; y fortaleza so-
cial, emocional y espiritual. Pídales también que pongan una copia de las metas
donde puedan repasarlas con regularidad.

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


45

10 BUSCAR EL APRENDIZAJE POR


MEDIO DEL ESTUDIO Y DE LA FE
INTRODUCCIÓN
El Señor enseñó que debemos “buscar conocimiento,
tanto por el estudio como por la fe” D. y C. 88:118). Él
nos bendecirá cuando busquemos conocimiento espiri-
tual y secular. La educación es la clave para las oportuni-
dades y debería convertirse en el empeño de toda una
vida, ya que puede prepararnos para mantener a nuestra
familia y permitirnos contribuir a la Iglesia y a la comu-
nidad. Ayude a sus alumnos a entender la necesidad de
aprovechar las oportunidades de mejorar y completar su
formación. Siempre hay nuevas e interesantes verdades
que aprender y compartir con los demás.

PRINCIPIOS PARA COMPRENDER


• Debemos buscar conocimiento y sabiduría.
• El conocimiento espiritual es más importante que el conocimiento secular.
• La instrucción formal es la clave de las oportunidades.
• El Señor nos guiará en aquellos aspectos del aprendizaje que nos ayudarán a
prestar mejor servicio a los demás.
• El aprendizaje es un empeño de toda la vida.

SUGERENCIAS PARA LA ENSEÑANZA


Debemos buscar conocimiento y sabiduría.
Analicen las siguientes preguntas:
• ¿Qué diferencia existe entre conocimiento y sabiduría? (Las respuestas po-
drían reflejar la idea de que el conocimiento tiene que ver con ser capaz de
enumerar y entender hechos, ideas o principios, mientras que la sabiduría
es el uso adecuado del conocimiento para el beneficio de los demás.)
• ¿Cómo contribuye la educación al conocimiento y a la sabiduría?
Comparta la siguiente declaración del presidente Gordon B. Hinckley:

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


46 BUSCAR APRENDIZAJE POR MEDIO DEL ESTUDIO Y DE LA FE

“Yo creo en la consecución de una educación. ¿Qué es la educación? En su


definición más sencilla es la formación de la mente y del cuerpo... La educa-
ción es un gran proceso de conversión gracias al cual el conocimiento abstrac-
to se transforma en una actividad útil y productiva. Es algo que no debe cesar
jamás; sin importar la edad que tengamos, podemos adquirir conocimiento y
hacer uso de él; podemos recibir sabiduría y sacarle provecho” (Teachings of
Gordon B. Hinckley, 1997, pág. 170).

Pregunte: ¿De qué modo el hecho de recibir una mejor educación nos permite
servir a Dios y a nuestro prójimo?
Repasen la experiencia que compartió el élder Henry B. Eyring en las páginas
67–68 del manual del alumno, sobre el mal uso de las oportunidades educativas.
Pregunte: ¿Cómo resumirían el consejo del élder Eyring?
Invite a los alumnos a leer Doctrina y Convenios 88:77–80 y pregunte: ¿A qué
áreas generales de estudio se alude en el versículo 79? (Respuestas posibles: as-
tronomía, geografía, historia, etcétera.)
Lea la siguiente enseñanza del élder John A. Widtsoe, que en ese entonces era
miembro del Quórum de los Doce Apóstoles:

“La teología no es el único tema en el que los élderes deben interesarse, si-
no que también deben estudiar:
“Cosas tanto en el cielo” (la astronomía);
“como en la tierra” (todo lo relativo al cultivo del suelo);
“y debajo de la tierra” (la mineralogía, la geología, etc.);
“cosas que han sido, que son” (la historia, en todos sus aspectos);
“cosas… que pronto han de acontecer” (las profecías);
“cosas que existen en el país... en el extranjero” (la política nacional e in-
ternacional);
“las guerras... perplejidades... juicios” (las señales de los tiempos por las
cuales el observador puede saber que el día del Señor está a las puertas);
“el conocimiento de los países y de los reinos” (la geografía física y políti-
ca, los idiomas, etc.).
“El Señor considera necesarios estos estudios. [D. y C. 88:80.] Dios no re-
quiere que todos Sus siervos lleguen a ser médicos, profesores, ni siquiera
eruditos en esos temas, pero sí espera que sepan de ellos lo suficiente para
poder magnificar sus llamamientos como embajadores Suyos ante el mun-
do” (Priesthood and Church Government in The Church of Jesus Christ of
Latter-day Saints, 1939, págs. 55–56).

Pregunte: ¿Qué valor tiene estudiar una variedad de temas? (véase D. y C.


88:80).

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


BUSCAR APRENDIZAJE POR MEDIO DEL ESTUDIO Y DE LA FE 47

Lean y analicen 2 Nefi 9:28–29 (Dominio de las Escrituras) y pregunte:


• ¿Cómo puede ayudarnos el aprender?
• ¿Cómo podría perjudicarnos el conocimiento?
Pida a un alumno que comparta una experiencia de cuando tuvo mucha ham-
bre o sed y luego pregunte: ¿Qué aplacó su hambre o su sed?
Comparta la siguiente declaración del presidente Gordon B. Hinckley y pida a
los alumnos que anoten aquello por lo que el presidente Hinckley desea que de-
sarrollemos apetito:

“No basta con vivir o sobrevivir. Sobre cada miembro de esta Iglesia reposa el
mandato del Señor respecto a prepararnos a fin de ser útiles para la sociedad.
El Señor ha dicho claramente en Doctrina y Convenios que debemos recibir
una educación mediante el estudio y la fe de las cosas debajo de la tierra, en
la tierra y sobre la tierra, de las guerras y las perplejidades de las naciones, de
los tiempos y las épocas de todas las cosas de la tierra (véase D. y C. 88:79).
Deseo instar a nuestros jóvenes a tener hambre de educación. Al educar sus
mentes y manos para un trabajo futuro y realizar su aporte al mundo del
que van a formar parte, estarán cumpliendo con la voluntad del Señor.
Sacrifíquense por ello, trabajen por ello, ahorren para ello, planifiquen para
conseguirlo y háganlo” (Teachings of Gordon B. Hinckley, pág. 172).

Pregunte: Según el presidente Hinckley, ¿qué debemos hacer para satisfacer el


hambre de educación?
Comparta la siguiente cita del élder Henry B. Eyring, miembro del Quórum de
los Doce Apóstoles, y destaque el uso que hace del término sed:

“La sed de educación, junto al cambio que provoca el Evangelio, puede ser
una bendición o una maldición, dependiendo de nuestros motivos. Si per-
severamos en nuestra búsqueda de conocimiento para servir mejor a Dios y
a Sus hijos, es una bendición de gran valor. Si el objeto de nuestra búsque-
da de conocimiento es ensalzarnos a nosotros mismos, recogeremos egoís-
mo y orgullo, lo cual nos privará de la vida eterna” (Education for Real Life
[discurso para jóvenes adultos, 6 de mayo de 2001], pág. 2).

Pregunte: ¿Cuál es la clave para satisfacer correctamente nuestra sed de edu-


cación?

El conocimiento espiritual es más importante que el conocimiento secular.


Lea el ejemplo siguiente a sus alumnos:
Juan tenía 18 años y deseaba ser ingeniero. Había reflexionado seriamente en
servir en una misión pero no estaba seguro de cuándo hacerlo. Iba a cumplir 19
antes de comenzar con los estudios generales de ingeniería y se preguntaba si
debía interrumpirlos para servir en una misión o terminar las materias obligatorias
y luego servir como misionero.

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


48 BUSCAR APRENDIZAJE POR MEDIO DEL ESTUDIO Y DE LA FE

Pregunte:
• ¿Qué riesgos potenciales existen cuando se pospone el servicio misional?
• ¿Qué consejo le darían a Juan? ¿Por qué?
Comparta la siguiente cita del élder Spencer W. Kimball, que era miembro del
Quórum de los Doce Apóstoles:

“Jóvenes, amados jóvenes, ¿se dan cuenta de por qué debemos dar priori-
dad al aprendizaje espiritual?, ¿de por qué debemos orar con fe y perfeccio-
nar nuestra propia vida para que sea como la del Salvador? ¿Pueden ver
que el conocimiento espiritual se complementa con el secular en esta vida
y por las eternidades, en tanto que el secular sin el cimiento del espiritual
no es sino como la espuma de la leche: una sombra efímera?
“¡No se dejen engañar! No hace falta escoger uno u otro, sino tan sólo el
orden de sucesión, ya que es posible obtener ambos a la vez; pero, ¿com-
prenden que es preciso dar preferencia a los cursos de seminario sobre las
asignaturas de secundaria, al instituto de religión sobre los cursos universi-
tarios; al estudio de las Escrituras sobre los textos escritos por los hombres;
que la asociación con la Iglesia es más importante que los clubes y las aso-
ciaciones estudiantiles; que el pago del diezmo es más importante que el
de las matrículas y las cuotas de ingreso?
“¿Pueden ver que las ordenanzas del templo son más importantes que los
doctorados y que cualquier otro título académico?” (“Beloved Youth, Study
and Learn”, en Life’s Directions, 1962, pág. 190).

Pregunte:
• ¿Qué enseñó el élder Kimball sobre las prioridades en la adquisición de cono-
cimiento?
• ¿Cómo puede el conocimiento del Salvador servir de complemento al cono-
cimiento secular?
Comparta las siguientes palabras del élder Gordon B. Hinckley, entonces miem-
bro del Quórum de los Doce Apóstoles:

“Jesús dijo: ‘... aprended de mí...’


“ ‘porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga’ (Mateo 11:29—30).
“Deseo sugerirles que obedezcan ese mandamiento que dio el Hijo de Dios.
Junto con el conocimiento que obtengan, aprendan de Él; junto con todo
lo que estudien, busquen conocimiento del Maestro. Ese conocimiento
complementará, de forma maravillosa, la capacitación secular que reciban,
brindará plenitud a su vida y moldeará su carácter de una manera única,
imposible de lograr de alguna otra forma” (en Conference Report, octubre de
1964, pág. 118).

Pida a los alumnos que lean Doctrina y Convenios 88:118.

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


BUSCAR APRENDIZAJE POR MEDIO DEL ESTUDIO Y DE LA FE 49

Pídales que describan a una persona que conozcan que ejemplifique un adecua-
do equilibrio entre el conocimiento espiritual y el secular.

La instrucción formal es la clave de la oportunidad.

Muestre una llave o dibújela en la pizarra.


Pregunte: ¿Qué sucede si una puerta está cerrada con llave y no tenemos esa
llave?
Escriba en la pizarra: La educación es la clave [o llave] de las oportunidades.
Pregunte: ¿De qué modo la educación es una llave? (Abre la puerta a oportuni-
dades que de otro modo serían inaccesibles.)
Lea el siguiente consejo del presidente Gordon B. Hinckley:

“Es muy importante que ustedes, jovencitos y jovencitas, obtengan toda la


instrucción posible. El Señor ha dicho muy claramente que Su pueblo debe
obtener conocimiento de los países y reinos y de las cosas de la tierra me-
diante el proceso de la instrucción, tanto por el estudio como por la fe. La
instrucción académica es la llave que abre la puerta a las oportunidades y
merece la pena sacrificarse en su favor. Merece la pena esforzarse por ello, y
si educan la mente y las manos, serán capaces de realizar una gran contri-
bución a la sociedad de la que forman parte, y su ejemplo honrará a la
Iglesia de la que son miembros. Mis jóvenes hermanos y hermanas, hagan
todo lo posible por aprovechar cada oportunidad que se les presente de re-
cibir instrucción; y ustedes, padres y madres, animen a sus hijos e hijas a
recibir la instrucción académica que beneficiará la vida de ellos” (véase
“Pensamientos inspiradores”, Liahona, junio de 1999, págs. 4–5).

Pregunte:
• ¿Qué creen que significa educar las manos? (Adquirir aptitudes manuales.)
• ¿Qué claves o aptitudes educativas o manuales les gustaría desarrollar?
Conceda tiempo para que los alumnos anoten algunos deseos de desarrollo edu-
cacional y manual en la sección “Notas e impresiones” de sus manuales.

El Señor nos guiará en aquellos aspectos del aprendizaje que nos ayudarán a
prestar mejor servicio a los demás.
Prepare una transparencia o reparta una hoja con la siguiente declaración del
élder Henry B. Eyring y pida a un alumno que la lea en la clase. Pida a otro
alumno que en sus propias palabras resuma lo expresado en la cita.

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


50 BUSCAR APRENDIZAJE POR MEDIO DEL ESTUDIO Y DE LA FE

“Su vida, al igual que lo fue la mía, es examinada con detenimiento. El


Señor sabe tanto lo que Él precisa que ustedes hagan como lo que tienen
que saber. Él es amable y omnisciente y pueden esperar con confianza que
Él les haya preparado oportunidades de aprender a fin de prepararse para el
servicio que les conceda. No reconocerán esas oportunidades a la perfec-
ción, como tampoco lo hice yo. Pero cuando en su vida den prioridad a lo
espiritual, recibirán la bendición de sentirse inclinados por determinado
conocimiento y tendrán la motivación para trabajar más arduamente. Más
adelante se darán cuenta de que su poder para servir aumentó y se sentirán
agradecidos” (Education for Real Life, págs. 3–4).

Pregunte:
• ¿Qué pueden hacer para asegurarse de estar preparados para las oportunida-
des que Dios les conceda?
• ¿Cómo puede prepararnos la lectura diaria de las Escrituras para recibir inspi-
ración en todas nuestras decisiones? (véase 2 Nefi 32:3–5 [Dominio de las
Escrituras, 2 Nefi 32:3]).
• ¿Cuándo fue la última vez que una enseñanza del Salvador les ayudó a tomar
una decisión concreta?
Pida a un alumno que lea a la clase las palabras del presidente Howard W.
Hunter en la página 70 de su manual.

El aprendizaje es un empeño de toda la vida.


Pregunte: ¿Por qué el aprender es una labor de toda la vida?
Comparta el siguiente consejo del élder Gordon B. Hinckley, entonces miembro
del Quórum de los Doce Apóstoles:

“Sigan progresando, hermanos y hermanas, tanto si tienen treinta años co-


mo si tienen setenta. Puede que sus esfuerzos al respecto hagan que los
años pasen más rápido de lo que desearían, pero éstos estarán repletos de
un brío dulce y maravilloso que dotará de sentido a su vida y de poder a
sus enseñanzas. A todo ello pueden agregar la promesa de que ‘cualquier
principio de inteligencia que logremos en esta vida se levantará con nosotros en
la resurrección’ (D. y C. 130:18)” (Four Imperatives for Religious Educators, dis-
curso para maestros de religión, 15 de septiembre de 1978, pág. 2).

Dediquen tiempo, como grupo, para analizar las bibliotecas, las escuelas y las
oportunidades educativas de las que dispondrán aún mucho después de con-
cluida su educación formal. El análisis puede incluir referencias a escuelas o
centros locales de formación.
Pregunte: ¿Qué personas de la comunidad pueden ayudarlos a decidir cómo
proseguir con la adquisición continua de conocimiento?
Pida a los alumnos que compartan ejemplos de personas que hayan seguido
aprendiendo durante toda la vida.

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


BUSCAR APRENDIZAJE POR MEDIO DEL ESTUDIO Y DE LA FE 51

SUGERENCIAS DE ASIGNACIONES PARA LOS ALUMNOS


 Pida que, de las notas tomadas en esta clase, los alumnos escojan una meta de
aptitud o educación que les gustaría alcanzar. Pídales que analicen su meta con
alguien ajeno a la clase y que pueda ayudarlos a tomar decisiones importantes
sobre cómo alcanzar dicha meta.

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


52

11 ELEGIR Y SER UNA COMPAÑERA


O UN COMPAÑERO ETERNO
INTRODUCCIÓN
Entrar en el nuevo y sempiterno convenio del matrimo-
nio es esencial para recibir el grado de gloria más alto
del reino celestial (véase D. y C. 131:1–4). Una de las
decisiones más importantes que jamás tomaremos es
la de elegir a un compañero eterno, y tan importante
como encontrar al compañero adecuado, es serlo uno
© 1999 by Steve Bunderson

mismo. Ayude a sus alumnos a entender que la forma de


vivir atrae a otras personas con valores, intereses, deseos
y metas similares. Dado que el compromiso entre los
cónyuges tiene una naturaleza eterna, es esencial buscar
y recibir la guía divina al respecto. “La Familia: Una
proclamación para el mundo” ofrece orientación sobre cómo elegir y ser un com-
pañero eterno.
Al abordar el tema del matrimonio eterno, tenga en cuenta que hay muchas perso-
nas justas, especialmente hermanas, que aún no han tenido la oportunidad de dis-
frutar de las bendiciones del matrimonio. Puede que algunos de sus alumnos
padezcan los efectos del fracaso matrimonial o que estén pasando por problemas
en su matrimonio actual. Si bien el matrimonio es un requisito para alcanzar el
grado más alto del reino celestial, sea considerado con lo sentimientos de sus
alumnos.
Principios para comprender
• Un matrimonio logra florecer cuando esposo y esposa comparten valores e inte-
reses similares.
• Debemos prepararnos para ser los mejores compañeros posibles.
• Debemos buscar la confirmación del Señor al elegir la persona con quien vamos
a casarnos.
• La proclamación sobre la familia es una guía para aquilatar nuestra actitud y la
de nuestro futuro cónyuge.
• El esposo y la esposa tienen la solemne responsabilidad de amarse y cuidarse el
uno al otro, y también a sus hijos.

SUGERENCIAS PARA LA ENSEÑANZA


Un matrimonio logra florecer cuando esposo y esposa comparten valores e
intereses similares.
Invite a los alumnos a pensar en una pareja felizmente casada, a la que conoz-
can, y pregunte:

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


ELEGIR Y S E R U N A C O M PA Ñ E R A O U N C O M PA Ñ E R O E T E R N O 53

• ¿Qué intereses y valores comparten ambos cónyuges?


• ¿Cómo los ayudan dichos valores a fortalecer su matrimonio?
Pida a los alumnos que lean las citas de los presidentes Spencer W. Kimball y
N. Eldon Tanner en las páginas 75–76 de sus manuales y pídales que señalen
las características que contribuyen a edificar un matrimonio feliz. Escriba las
respuestas en la pizarra. La lista podría incluir:
• Antecedentes económicos, educativos, religiosos y sociales similares
• Intereses parecidos
• Valores similares sobre el dinero, la religión, el trabajo, los hijos, el uso del
tiempo libre y la educación
• Habilidad para comunicarse
• Dignidad para casarse en el templo
Pregunte:
• ¿Por qué las semejanzas tienden a fortalecer el matrimonio?
• ¿Cómo pueden las diferencias en los valores debilitar el matrimonio?
Pida a los alumnos que consulten la lista de características que contribuyan a
un matrimonio feliz y que comenten aquellas que consideren más importantes.
Pida que varios alumnos compartan sus sentimientos sobre las características
elegidas.
Comparta la siguiente declaración del presidente Spencer W. Kimball:

“Las diferencias religiosas se cuentan entre las más duras e insalvables de


todas” (“Unidad en el matrimonio”, Liahona, octubre de 2002, pág. 41).

Pregunte:
• ¿Por qué creen que esta declaración es verdadera?
• ¿Cómo se relaciona esto con el consejo de los líderes de la Iglesia de salir en
citas sólo con miembros que tengan normas elevadas?
• ¿De qué modo el Evangelio sirve como un vínculo de unión en el matrimonio?

Debemos prepararnos para ser los mejores compañeros posibles.


Invite a los alumnos a mencionar cinco o seis cualidades que consideren impor-
tantes en su futuro cónyuge. Pregunte:
• ¿Cómo van a encontrar a una persona con todas esas cualidades?
• ¿Hasta qué punto han desarrollado ustedes esas cualidades en su propia vida?
Escriba en la pizarra la siguiente declaración del presidente Ezra Taft Benson y
analicen su aplicación al matrimonio: “Al seleccionar a un compañero, no espe-
ren la perfección” (véase “Para las hermanas adultas solteras de la Iglesia”,
Liahona, enero de 1989, pág. 104).
Pregunte: ¿Por qué esta cita es un buen consejo?

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


54 ELEGIR Y S E R U N A C O M PA Ñ E R A O U N C O M PA Ñ E R O E T E R N O

Ayude a los alumnos a entender que tener unas expectativas sumamente eleva-
das e irreales por el futuro cónyuge puede impedirles encontrar a alguien con el
que crean que pueden estar felizmente casados. Comparta la siguiente declara-
ción del presidente Spencer W. Kimball:

“Aunque la mayoría de nuestros jóvenes tratan con toda diligencia y devo-


ción de encontrar una persona con la cual la vida pueda ser más compati-
ble y hermosa, también es cierto que casi todo buen hombre y toda buena
mujer podrían tener felicidad y éxito en el matrimonio si ambos estuvieran
dispuestos a pagar el precio” (“Unidad en el matrimonio”, Liahona, octubre
de 2002, pág. 38).

Pregunte: ¿Qué significa “pagar el precio” para ser felices y tener éxito en el ma-
trimonio?
Pida que los alumnos lean la cita del élder Richard G. Scott en las páginas 76–77
de sus manuales y que comienza así: “El carácter digno...” y señale la prepara-
ción que él sugiere para el matrimonio.

Debemos buscar la confirmación del Señor al elegir la persona con quien


vamos a casarnos.
Pregunte:
• ¿Cómo se elige al cónyuge?
• ¿Por qué no deben limitarse a orar y pedirle al Señor que les muestre con
quién casarse?
• A la hora de elegir un cónyuge, ¿por qué es importante entender que la deci-
sión de con quién casarnos debemos tomarla nosotros?
Pida que los alumnos lean las citas bajo el epígrafe “Debemos buscar la confir-
mación del Señor al elegir la persona con quien vamos a casarnos” en la página
77 de sus manuales.
Ayúdelos a entender que son responsables de encontrar a una persona junto a la
cual edificar un matrimonio feliz. Además, deben hacer todo lo posible para ele-
gir correctamente a su compañero eterno y buscar la confirmación del Señor
mediante el ayuno y la oración.

La proclamación sobre la familia es una guía para aquilatar nuestra actitud


y la de nuestro futuro cónyuge.
Pida a los alumnos que consulten “La Familia: Una proclamación para el mun-
do” en la página 113 de sus manuales. Explique que este documento inspirado
puede ser una guía para evaluar nuestra actitud y la de nuestro futuro cónyuge.
Lea las siguientes citas de la proclamación con los alumnos y analicen las
preguntas tras cada una de ellas. Tal vez desee seleccionar otros pasajes de la
proclamación especialmente adecuados a las necesidades de sus alumnos.
Recuérdeles que sus futuros cónyuges deberían tener opiniones similares sobre
estos temas tan relevantes.

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


ELEGIR Y S E R U N A C O M PA Ñ E R A O U N C O M PA Ñ E R O E T E R N O 55

“Nosotros, la Primera Presidencia y el Consejo de los Doce Apóstoles de La


Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, solemnemente pro-
clamamos que el matrimonio entre el hombre y la mujer es ordenado por
Dios y que la familia es la parte central del plan del Creador para el destino
eterno de Sus hijos”.

• ¿Por qué creen que el matrimonio es ordenado por Dios?


• ¿De qué manera la familia es importante en el plan de nuestro Padre
Celestial para el destino eterno de Sus hijos?

“Todos los seres humanos, hombres y mujeres, son creados a la imagen de


Dios. Cada uno es un amado hijo o hija espiritual de padres celestiales... El ser
hombre o mujer es una característica esencial de la identidad y el propósito
eternos de los seres humanos en la vida premortal, mortal y eterna”.

• ¿Cómo nos faculta el conocimiento de nuestro primer estado para entender


el papel vital del ser hombre o mujer en el plan de Dios?

“Las ordenanzas y los convenios sagrados disponibles en los santos tem-


plos permiten que las personas regresen a la presencia de Dios y que las fa-
milias sean unidas eternamente”.

• ¿Qué cualidades podemos desarrollar ahora en nosotros mismos y en nuestra


familia que serán de valor eterno?
• ¿Cómo puede ayudarnos el servicio frecuente en el templo a conservar fres-
cas en nuestra mente las ordenanzas y su importancia?

“Declaramos que el mandamiento que Dios dio a Sus hijos de multiplicarse


y henchir la tierra permanece inalterable. También declaramos que Dios ha
mandado que los sagrados poderes de la procreación se deben utilizar sólo
entre el hombre y la mujer legítimamente casados, como esposo y esposa”.

• ¿Por qué creen que el Señor nos mandó multiplicarnos y henchir la tierra?

“Afirmamos la santidad de la vida y su importancia en el plan eterno


de Dios”.

• ¿Cómo aborda la cuestión del aborto esta declaración sobre la santidad de


la vida?

“Hay más posibilidades de lograr la felicidad en la vida familiar cuando se


basa en las enseñanzas del Señor Jesucristo”.

• ¿Cómo podría emplearse esta declaración a modo de guía para elegir a la per-
sona con la cual casarse?

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


56 ELEGIR Y S E R U N A C O M PA Ñ E R A O U N C O M PA Ñ E R O E T E R N O

• En calidad de esposos o esposas, ¿qué harán ustedes para edificar y mantener


su vida familiar “en las enseñanzas del Señor Jesucristo”?
Comparta el siguiente remedio que recetó el presidente Gordon B. Hinckley
para combatir las influencias destructivas sobre la familia:

“Al mirar hacia el futuro, veo poco de qué entusiasmarme con respecto a la
familia tanto en los Estados Unidos como en el mundo. Las drogas y el al-
cohol están causando grandes estragos que no parecen disminuir. El len-
guaje áspero del uno para con el otro, la indiferencia ante las necesidades
ajenas, todo parece ir en aumento. Hay tanto abuso infantil; hay tanto
abuso del cónyuge; el creciente abuso de los ancianos, todo esto seguirá su-
cediendo y empeorará a menos que exista un reconocimiento serio, una
convicción fuerte y ferviente con respecto al hecho de que la familia es un
instrumento del Todopoderoso. Es Su creación; es también la unidad básica
de la sociedad.
“Levanto una voz de amonestación a nuestro pueblo. Nos hemos acercado
demasiado a la forma de ser de nuestra sociedad en este asunto. Por su-
puesto que hay buenas familias; las hay en todas partes, pero también exis-
ten muchas con problemas. Esta es una enfermedad que tiene remedio. La
receta es simple y maravillosamente eficaz: Es amor; es amor y respeto dia-
rio claro y simple. Es una planta tierna que necesita abono, pero que vale
todo el esfuerzo que podamos ponerle.
“Ahora, para terminar, veo un maravilloso futuro en un mundo muy in-
cierto. Si nos aferramos a nuestros valores, si edificamos sobre nuestro le-
gado, si caminamos en obediencia ante el Señor, si tan sólo vivimos el
Evangelio, seremos bendecidos en forma magnífica y maravillosa. Se nos
contemplará como un pueblo peculiar que ha encontrado la clave para
una felicidad peculiar” (“Miren hacia el futuro”, Liahona, enero de 1998,
págs. 81–82).

Pregunte: ¿Cómo contribuirá la obediencia a los principios impartidos en la


proclamación de la familia a que nuestro hogar sea un lugar seguro para nuestra
familia y una fortaleza contra las tentaciones y los pecados del mundo?

El esposo y la esposa tienen la solemne responsabilidad de amarse y cuidarse


el uno al otro, y también a sus hijos.
Pregunte: ¿De qué modo amar y cuidar el uno del otro ayuda a los cónyuges a
prepararse para la paternidad y la maternidad?
Pida a un alumno que lea la siguiente declaración hecha por el élder Boyd K.
Packer, del Quórum de los Doce Apóstoles:

“Soy un firme creyente en el matrimonio y considero que es el modelo ideal


de vida entre los seres humanos; sé que fue ordenado por Dios y que toda
restricción dentro de este vínculo ha sido impuesta para proteger nuestra
propia felicidad.

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


ELEGIR Y S E R U N A C O M PA Ñ E R A O U N C O M PA Ñ E R O E T E R N O 57

“No creo que haya ningún momento mejor en toda la historia del mundo
para que una joven pareja enamorada, y con la debida edad y preparación,
piense en el matrimonio; no puede haber mejor momento, porque ése es
su momento.
“Reconozco que vivimos una época sumamente difícil. Los problemas que
afrontamos repercuten severamente en el matrimonio.
“No pierdan la fe en el vínculo matrimonial, aunque hayan experimentado
la angustia de un divorcio y todavía estén rodeados por los escombros de
un matrimonio destrozado” (véase “El valor del matrimonio”, Liahona,
agosto de 1981, pág. 19).

Sigan leyendo las citas de “La Familia: Una proclamación para el mundo”
(pág. 00 [113] del manual del alumno) y analizando las respectivas preguntas
de cada una:

“Los padres tienen la responsabilidad sagrada de educar a sus hijos dentro


del amor y la rectitud, de proveer para sus necesidades físicas y espiritua-
les, de enseñarles a amar y a servirse el uno al otro, de guardar los manda-
mientos de Dios y de ser ciudadanos respetuosos de la ley dondequiera
que vivan”.

• ¿Cómo podemos proveer para las necesidades físicas y espirituales de nues-


tros hijos?
• ¿Qué están haciendo ahora para prepararse para las responsabilidades de ser
padres?

“Los matrimonios y las familias que logran tener éxito se establecen y


mantienen sobre los principios de la fe, la oración, el arrepentimiento, el
perdón, el respeto, el amor, la compasión, el trabajo y las actividades re-
creativas edificantes”.

• ¿Qué pueden hacer para asegurarse de que esos principios formen parte de
sus relaciones matrimoniales y familiares?
• ¿Qué están dispuestos a hacer para edificar un matrimonio de éxito?

“Advertimos a las personas que violan los convenios de castidad, que


abusan de su cónyuge o de sus hijos, o que no cumplen con sus respon-
sabilidades familiares, que un día deberán responder ante Dios. Aún más,
advertimos que la desintegración de la familia traerá sobre el individuo,
las comunidades y las naciones las calamidades predichas por los profetas
antiguos y modernos”.

• ¿Cuáles son, para ustedes, algunas de las amenazas más serias que padece la
familia?

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


58 ELEGIR Y S E R U N A C O M PA Ñ E R A O U N C O M PA Ñ E R O E T E R N O

• ¿Cómo contribuye el fortalecimiento de la familia a tener una comunidad o


una nación más fuerte?
Pida a sus alumnos que, con la ayuda de la oración, mediten sobre las cuali-
dades que desean en un cónyuge e ínsteles a fijarse metas significativas para lle-
gar a ser el tipo de cónyuge que viva siempre a la altura de las normas fijadas en
“La Familia: Una proclamación para el mundo”.

SUGERENCIAS DE ASIGNACIONES PARA LOS ALUMNOS


 Pida a los alumnos que nombren dos familias a las que admiran y pregunte:
• ¿Qué cualidades poseen esas familias que contribuyen a su éxito y felicidad?
• ¿En qué se diferencian y en qué se parecen estas familias?
• Cómo reaccionan ante las situaciones difíciles?
Pida a los alumnos que entrevisten a una de las parejas para descubrir:
• Qué rasgos de su carácter les gustan el uno del otro.
• Una práctica habitual que haya desarrollado cada uno y que le permite ser
mejor cónyuge.
• Como pareja, ¿de qué modo fortalecen su fe?
Invítelos a anotar en la sección “Notas e impresiones” lo que aprendieron y que
luego redacten un párrafo describiendo lo que tienen pensado hacer para prepa-
rarse para el matrimonio o para ser un mejor cónyuge.

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


59

12 EL OBSERVAR LAS LEYES DE SALUD


FÍSICA
INTRODUCCIÓN
El apóstol Pablo enseñó que nuestro cuerpo es un templo
de Dios (véase 1 Corintios 3:16–17), pero mucha gente
piensa y actúa de otro modo. Vivir la ley de salud del
Señor nos reporta innumerables bendiciones. Ayude a sus
alumnos a entender cómo pueden conservar y mejorar la
salud de muchas maneras. El estudio de prácticas salu-
dables, así como el de los efectos de las sustancias dañi-
nas, nos permite fortalecer nuestra determinación de
tratar el cuerpo con reverencia y respeto.

PRINCIPIOS PARA COMPRENDER


• Los buenos hábitos de salud son importantes para vivir el Evangelio.
• La Palabra de Sabiduría es una parte importante de la ley del Señor sobre la
salud.
• Una dieta adecuada, el descanso y el ejercicio proporcionan beneficios significa-
tivos en la salud.
• Debemos evitar las sustancias y las prácticas que dañan el cuerpo y la mente.

SUGERENCIAS PARA LA ENSEÑANZA


Los buenos hábitos de salud son importantes para vivir el Evangelio.
Muestre algunas láminas de templos y analice algunas de las hermosas carac-
terísticas de los edificios y sus terrenos. Tal vez desee pedir a los alumnos que
contesten las siguientes preguntas y las anoten en la sección “Notas e impre-
siones” de sus manuales:
• ¿Qué y a quién representan estos edificios?
• ¿Por qué están tan bien cuidados?
• ¿Cómo contribuye ese cuidado a que las personas sientan el Espíritu?
Pida a un alumno que lea 1 Corintios 3:16.
Pregunte: ¿En qué se parece nuestro cuerpo a un templo?
Lean las palabras del presidente Thomas S. Monson en la página 83 del manual
del alumno.
Pregunte: ¿Por qué es importante equilibrar las necesidades físicas y espirituales?

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


60 EL O B S E R VA R L A S L E Y E S D E S A L U D F Í S I C A

Invite a los alumnos a compartir ejemplos de problemas de salud sobre los que
no tenemos control. Comparta el siguiente consejo del élder Russell M. Nelson,
miembro del Quórum de los Doce Apóstoles y cardiocirujano jubilado:

“Por razones en general desconocidas, algunas personas nacen con limita-


ciones físicas: podría haber partes del cuerpo que sean anormales; podría
haber un desequilibrio en los sistemas reguladores. Además, todos nuestros
cuerpos están sujetos a la enfermedad y a la muerte; no obstante, el don de
un cuerpo físico es invalorable porque sin él no se puede recibir una pleni-
tud de gozo [véase D. y C. 138:17].
“No se requiere un cuerpo perfecto para alcanzar un destino divino; de he-
cho, algunos de los espíritus más dulces se alojan en cuerpos frágiles. Con
frecuencia, aquellos que tienen problemas físicos desarrollan una gran for-
taleza espiritual debido precisamente a esos desafíos; tales personas tienen
derecho a todas las bendiciones que Dios tiene reservadas para Sus hijos
fieles y obedientes [véase Abraham 3:25–26].
“Finalmente, vendrá el tiempo en que cada ‘espíritu y... cuerpo serán reu-
nidos... en su perfecta forma; los miembros así como las coyunturas serán
restaurados a su propia forma’ [Alma 11:43; véanse también Alma 40:23;
Eclesiastés 12:7; D. y C. 138:17]. Entonces, gracias a la expiación de
Jesucristo, llegaremos a perfeccionarnos en Él.
“¿De qué manera estas verdades ejercen influencia en nuestra conducta
personal?...
“Consideraremos nuestro cuerpo como un templo que nos pertenece [véa-
se 1 Corintios 3:16], no lo profanaremos ni lo destruiremos en ninguna
manera y controlaremos nuestra dieta, además de hacer ejercicio para tener
un buen estado físico” (véase “Somos hijos de Dios”, Liahona, enero de
1999, pág. 103).

Pregunte:
• ¿Cómo nos ayudan los problemas físicos a desarrollar fortaleza espiritual?
• ¿Cómo afecta a nuestro potencial el desinterés por nuestra salud física?
• ¿Cómo les han ayudado los buenos hábitos de salud a cumplir con sus res-
ponsabilidades cotidianas?

La Palabra de Sabiduría es una parte importante de la ley del Señor sobre la


salud.
En la pizarra escriba Palabra de Sabiduría y pida a los alumnos que expliquen el
significado que esta frase tiene para ellos.
Pregunte: ¿Por qué creen que el Señor nos dio la Palabra de Sabiduría? (Véase
D. y C. 89:4).
Trace tres columnas y escriba las siguientes palabras en la parte superior de
cada una: advertencias, recomendaciones y promesas. Invite a los alumnos a leer
Doctrina y Convenios 89:4–9 y pídales que anoten en la pizarra las adverten-
cias que nos ha hecho el Señor, lo que nos ha recomendado y las promesas que
nos ofrece la Palabra de Sabiduría.

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


EL O B S E R VA R L A S L E Y E S D E S A L U D F Í S I C A 61

A fin de recalcar las bendiciones físicas que se reciben al obedecer la Palabra de


Sabiduría, comparta la primera parte de esta historia relatada por el presidente
James E. Faust, consejero de la Primera Presidencia:

“Cuando yo era presidente de la Estaca Cottonwood, el Dr. Creed Haymond


era uno de los patriarcas... De joven había sido capitán del equipo de atletis-
mo de la Universidad de Pensilvania. En 1919, el hermano Haymond y su
equipo fueron invitados a participar en la competencia anual de atletismo
de la Asociación Intercolegial. La noche antes de la competencia, el entrena-
dor... dijo a los miembros del equipo que tomaran un poco de vino. En
aquella época, los entrenadores erróneamente creían que el vino daba vigor
a los músculos endurecidos por un riguroso entrenamiento. Los demás
miembros del equipo tomaron el vino, pero el hermano Haymond rehusó
porque sus padres le habían enseñado la Palabra de Sabiduría. El hermano
Haymond se puso muy nervioso porque no le gustaba desobedecer al entre-
nador. Tenía que competir contra los hombres más veloces del mundo.
¿Qué pasaría si no corría bien al día siguiente? ¿Cómo podría enfrentarse a
su entrenador?”

Pregunte: Si ustedes hubieran sido amigos del hermano Haymond, ¿qué le ha-
brían aconsejado que hiciese?
El presidente Faust prosiguió:

“Al día siguiente, en la competencia, el resto de los miembros de su equipo


estaban muy enfermos y no corrieron bien. Algunos estaban tan enfermos
que ni siquiera compitieron. Sin embargo, el hermano Haymond se sentía
bien y corrió en las carreras de los 100 y 200 metros planos. Su entrenador le
dijo: ‘Acabas de correr los 200 metros planos en menos tiempo que cualquier
otro ser humano’. Esa noche y el resto de su vida, Creed Haymond estuvo
agradecido por la fe sencilla que le ayudó a guardar la Palabra de Sabiduría”
(véase “El enemigo interior”, Liahona, enero de 2001, págs. 54–55]).

Pregunte:
• ¿Considerarían de otra forma su decisión de no tomar vino si su actuación
deportiva hubiera sido mala y la de los miembros del equipo buena? ¿Por
qué o por qué no?
• ¿Vemos siempre los resultados positivos de nuestras buenas decisiones al po-
co tiempo de tomarlas?
• ¿Qué papel desempeña la fe en la obediencia a mandamientos como la
Palabra de Sabiduría?
Pida a los alumnos que lean Doctrina y Convenios 89:18–21 y anoten las bendi-
ciones posibles por vivir la Palabra de Sabiduría y obedecer los mandamientos.
Analicen cada bendición, según sea pertinente.

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


62 EL O B S E R VA R L A S L E Y E S D E S A L U D F Í S I C A

Una dieta adecuada, el descanso y el ejercicio nos proporcionan beneficios


significativos en la salud.
Comparta la siguiente declaración hecha por el presidente Ezra Taft Benson, por
aquel entonces Presidente del Quórum de los Doce Apóstoles, y pida a los alum-
nos que indiquen qué dijo para mantenernos sanos:

“La condición del cuerpo físico puede afectar al espíritu. Es por esto que el
Señor nos dio la Palabra de Sabiduría. También dijo que fuéramos a la cama
temprano y nos levantáramos también temprano (véase D. y C. 88:124),
que no debemos correr más aprisa de lo que nos permitan nuestras fuerzas
(véase D. y C. 10:4.) y que debemos emplear con moderación todas las co-
sas buenas. En general, cuantos más alimentos tomemos en su estado natu-
ral y sin que estén refinados ni tengan aditivos, más saludable será para
nosotros. El alimento puede afectar a la mente, porque las deficiencias de
ciertos elementos en el cuerpo pueden provocar depresión mental. Un buen
examen físico y periódico es una salvaguarda que podría detectar problemas
que pueden remediarse a tiempo. El descanso y el ejercicio físico son esen-
ciales, y un paseo al aire fresco puede refrescar el espíritu. La sana recrea-
ción es parte de nuestra religión; un cambio de ritmo es necesario y aun su
anticipación puede elevar el espíritu” (véase “No os desesperéis”, Liahona,
febrero de 1975, pág. 44).

Pregunte:
• ¿Por qué la gente tendría mayor capacidad para servir al Señor si descansaran
lo suficiente?
• ¿Qué beneficios espirituales nos reportan las actividades recreativas edificantes?
Prepare la siguiente encuesta para cada alumno:
Usando una escala del 1 al 5, siendo 5 la puntuación más alta, evalúese en cada
una de las siguientes aseveraciones:
____ 1. Mi dieta incluye fruta, verdura y cereales.
____ 2. Hago ejercicio con frecuencia.
____ 3. Duermo lo suficiente casi todas las noches.
____ 4. Me informo de las enfermedades más habituales y de los tratamientos
cuando resultan necesarios.
____ 5. Evito las prácticas y las sustancias perjudiciales para el cuerpo y la
mente.
____ 6. Me esfuerzo por mantener limpios y en orden a mi mismo, a mi familia
y a mi hogar.
Después de que los alumnos realicen la encuesta, pídales que analicen cómo
afectaría a su salud un mejor rendimiento en cada uno de los mencionados te-
mas. Ínsteles a fijarse metas razonables para mejorar su salud y a que las anoten
en la sección “Notas e impresiones” de sus manuales.
Pregunte: ¿Cómo nos ayuda el ejercicio a controlar el peso y a conservar la bue-
na salud?

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


EL O B S E R VA R L A S L E Y E S D E S A L U D F Í S I C A 63

Brevemente haga recordar a los alumnos que el ejercicio quema calorías; nos
ayuda a controlar el peso y reducir la presión sanguínea; fortalece los músculos;
reduce el estrés, la tensión y la fatiga; aumenta nuestra energía; y contribuye a
nuestro bienestar mental y emocional.
Lea la siguiente declaración del presidente Ezra Taft Benson:

“El cuerpo necesita el rejuvenecimiento resultante del ejercicio. Caminar al


aire libre puede resultar vigorizador y refrescante. En las condiciones ade-
cuadas, correr tiene ciertos efectos beneficiosos. Unos ejercicios abdomina-
les sencillos, u otra actividad deportiva, también resultan útiles” (The
Teachings of Ezra Taft Benson, 1988, pág. 479).

Anime a los alumnos que no se ejercitan con regularidad a seleccionar un ejerci-


cio que puedan hacer en los próximos meses. Explíqueles que deben fijarse me-
tas razonables. Si lo desean pueden compartir sus metas unos con otros o
trabajar juntos en ellas. También es útil hacer una gráfica donde registrar su
progreso. Otra idea para motivarlos es tener un compañero con el que hacer
ejercicio.

Debemos evitar las sustancias y las prácticas que dañan el cuerpo y la mente.
Pregunte a los alumnos: ¿Cómo reaccionarían si ustedes tuvieran un hijo que les
dijera: “Es mi cuerpo y con él hago lo que quiero”?
Escriba la siguiente ecuación en la pizarra: Drogas = Adicción = Miseria. Pregunte:
• ¿Por qué la adicción a las drogas no conduce a la felicidad?
• ¿Cómo afecta el mal uso de las drogas a lo que la gente puede hacer con
su vida?
Comparta el siguiente consejo del élder Marvin J. Ashton, antiguo miembro del
Quórum de los Doce Apóstoles:

“Me viene a la memoria un joven, casado y con hijos, que abusa de las
drogas; poniendo en peligro a su familia, su empleo, su dignidad y su pro-
pia vida. Sus lamentos proclamándose adicto penetran el alma. El uso de la
cocaína y otras drogas encadena al vicio a los que las consumen. Los trafi-
cantes de drogas no sólo proveen las cadenas para otros sino que también
ellos se ponen los grilletes de la iniquidad. A los que no han caído les digo:
rechacen las drogas con todas sus fuerzas; a los que tienen el vicio: bus-
quen la ayuda necesaria para sacudirse las cadenas que les arrastrarán y
ahogarán. Las drogas no son una ‘solución rápida’, sino una salida rápida
por una puerta que a menudo se abre sólo para dar paso al sufrimiento y la
autodestrucción.
“Créanme si les digo que ver a un drogadicto es uno de los espectáculos
mas lamentables que he presenciado en mi vida; son prisioneros en su pro-
pio cuerpo; muchos se sienten totalmente indefensos, dependientes y deses-
perados; pero ninguno debería sentirse desahuciado. Levanten esas cadenas
y luchen por su dignidad, su paz y su propósito en la vida. Cualquiera que
les diga que las drogas son ‘divertidas’ es un mentiroso” (“Sacudíos de las
cadenas con las cuales estáis sujetos”, Liahona, enero de 1987, pág. 14).

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


64 EL O B S E R VA R L A S L E Y E S D E S A L U D F Í S I C A

Pregunte:
• ¿Qué le dirían a la persona que dice que su adicción a las drogas sólo lo per-
judica a él?
• ¿Cómo puede la drogadicción destruir la familia de una persona?
• ¿Qué pasos puede dar una persona para librarse de una adicción?
Pida a la mitad de la clase que lea las palabras del presidente Gordon B. Hinckley
en las páginas 86–87 del manual del alumno y que la otra mitad lea las del élder
Boyd K. Packer en la página 87 del mismo manual. Cada grupo enseñará al otro
lo que haya aprendido de esas declaraciones.

SUGERENCIAS DE ASIGNACIONES PARA LOS ALUMNOS


 Pida a los alumnos que estudien sus hábitos alimenticios durante una semana y
que decidan si sus comidas son equilibradas.
 Invite a los alumnos a comenzar un programa de ejercicios si es que no
tienen uno.

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


65

13 “ESTAS COSAS TE SERVIRÁN DE


EXPERIENCIA”
INTRODUCCIÓN
Las dificultades y las pruebas forman parte de la probación
terrenal. Sobrellevar con fe las dificultades de la vida
puede transformarse en oportunidades de crecimiento
espiritual. Ayude a sus alumnos a entender que con la
ayuda del Salvador podemos tener paz durante las prue-
bas (véase Juan 16:33). El élder Neal A. Maxwell, miem-
bro del Quórum de los Doce Apóstoles, enseñó que
recibimos adversidad para sobrellevarla y aprender de
ella: “Los frentes tormentosos arrasan nuestra vida, pero
no duran eternamente. Podemos aprender la importante
diferencia que hay entre un pequeño nubarrón y las
tinieblas” (Lord Increase Our Faith, 1994, pág. 43).

PRINCIPIOS PARA COMPRENDER


• La adversidad es parte de nuestra experiencia terrenal.
• Los desafíos de la vida terrenal nos ayudan a progresar.
• El guardar fe en Jesucristo nos ayuda a resolver los problemas y a vencer la ad-
versidad.
• Debemos perseverar hasta el fin.

SUGERENCIAS PARA LA ENSEÑANZA


La adversidad es parte de nuestra experiencia terrenal.
Pregunte a los alumnos cómo terminarían la frase siguiente: “Mi vida será más
fácil cuando finalmente ______________________________”.
Recuérdeles que es habitual desear que la vida sea más sencilla y agradable, si
bien para muchos resulta difícil. Lea la siguiente declaración del presidente
Boyd K. Packer, Presidente en Funciones del Quórum de los Doce Apóstoles:

“Ni como pueblo, ni como familias, ni como personas estaremos exentos


de las pruebas que vendrán. Nadie estará libre de las pruebas que son co-
munes en el hogar y la familia: el trabajo, la desilusión, la congoja, la sa-
lud, el envejecimiento y, por último, la muerte” (“Lenguas de fuego”,
Liahona, julio de 2000, pág. 9).

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


66 “ E S TA S COSAS TE SERVIRÁN DE EXPERIENCIA”

Explique que las pruebas pueden clasificarse en tres categorías:


1. Las acaecidas a causa de nuestros propios errores.
2. Las que se nos imponen por causa de otros.
3. Las que forman parte de la vida terrenal.
Invite a los alumnos a compartir ejemplos de cualquiera de estas categorías.
Lea el siguiente consejo compartido por el presidente Gordon B. Hinckley y
pida a los alumnos que indiquen cómo debemos reaccionar ante nuestras
pruebas:

“He disfrutado de estas palabras de Jenkins Lloyd Jones, las cuales recorté
del periódico hace unos años. Él decía:...
“ ‘Cualquiera que crea que esa dicha... es normal, va a perder muchísimo
tiempo dando vueltas y gritando que le han robado.
“ ‘[El hecho es]... que la carne de ternera suele ser dura. La mayoría de los
niños crecen para ser personas normales y corrientes. La mayoría de los
matrimonios con éxito requieren un elevado índice de tolerancia mutua.
La mayoría de los trabajos son, a menudo, más pesados que otra cosa...
“ ‘La vida es como viajar en un tren antiguo: hay retrasos, desvíos, humo,
polvo, ceniza, sacudidas, interrumpido todo ello de vez en cuando por her-
mosos paisajes y emocionantes explosiones de velocidad.
“ ‘El truco está en darle las gracias al Señor por dejarte dar un paseo en ese
tren’ ” (“Una conversación con los mayores solteros”, Liahona, noviembre
de 1997, pág. 20).

Lean Doctrina y Convenios 122:7 y 136:31, e invite a los alumnos a marcar la


frase de cada versículo que indique por qué el Señor permite las pruebas en la vi-
da de Sus hijos. Pídales que anoten en la sección “Notas e impresiones” algunas
de las pruebas que ellos hayan tenido.
Pregunte: ¿Son ustedes mejores personas como resultado de sus pruebas?
Muestre papel de lijar y un trozo de madera y, mientras lija la madera, pregunte:
• ¿Qué valor puede tener este papel tan áspero?
• ¿Hay algo en nuestra vida parecido al papel de lijar?
Lea las siguientes palabras del élder Neal A. Maxwell, del Quórum de los Doce
Apóstoles:

“En la vida, a menudo el papel de lija de las circunstancias suaviza nuestras


rugosidades y pule con paciencia nuestras asperezas. Sin embargo, no es un
proceso agradable. El Señor trabajará con denuedo a fin de enseñarnos una
lección concreta y así ayudarnos a vencer determinada debilidad, especial-
mente si no hay otra manera” (Notwithstanding My Weakness, 1981, págs.
67–68).

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


“ E S TA S COSAS TE SERVIRÁN DE EXPERIENCIA” 67

Pregunte:
• ¿Cómo nos suavizan las pruebas y nos preparan para la vida eterna?
• ¿Qué papel desempeña nuestra actitud en las pruebas que afrontamos en
la vida?

Los desafíos de la vida terrenal nos ayudan a progresar.


Pida a un alumno que esté en buena forma física, que pase al frente de la clase y
haga diez flexiones (lagartijas). Luego pida a otro alumno que se ponga de pie y
que en el aire imite con los brazos el movimiento de las mismas flexiones.
Pregunte:
• ¿Qué papel importante desempeña la resistencia en el desarrollo del músculo?
• ¿Cómo se asemeja esto al crecimiento espiritual?
Ayúdelos a entender que las pruebas de la vida suelen aportar la resistencia que
contribuye a aumentar nuestra fortaleza como Santos de los Últimos Días.
Escriba lo siguiente en la pizarra:
• ¿Ayudas o tropiezos?
• Las pruebas nos pulen.
• Las aflicciones pueden ser un castigo divino.
Invite a los alumnos a leer las palabras de los élderes John B. Dickson, Richard G.
Scott y Neal A. Maxwell en la página 91 de sus manuales y pídales que expliquen
cómo se relacionan las frases de la pizarra con cada declaración.
Pregunte:
• ¿Cuáles son los retos más habituales que afrontan los jóvenes?
• ¿Cuáles son para ustedes las respuestas más útiles para esos tipos de retos?
• ¿Cómo les han ayudado las dificultades a ser mejores personas?

El guardar la fe en Jesucristo nos ayuda a resolver los problemas y a vencer la


adversidad.
Pida a los alumnos que piensen en cuando se enfrentaron a obstáculos abru-
madores y no estaban seguros de qué hacer. Luego pídales que indiquen cuáles
de las siguientes preguntas son más propicias para el crecimiento durante las
pruebas serias y que expliquen por qué:
• ¿Por qué me tiene que suceder a mí?
• ¿Qué puedo aprender de esta experiencia?
• ¿Hay algo en mí que deba cambiar?
• ¿Por qué tengo que sufrir esto ahora?
• ¿He hecho algo para causar esto?
• ¿Cómo me ha bendecido y ayudado el Señor en pruebas anteriores?

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


68 “ E S TA S COSAS TE SERVIRÁN DE EXPERIENCIA”

Pida a los alumnos que lean 2 Reyes 6:14–15 y que indiquen la pregunta del
siervo de Eliseo. Pídales que lean los versículos 16–17 y luego pregunte:
• ¿Qué gran lección enseñó Eliseo a su siervo al enfrentarse a la adversidad y
las pruebas? (véase el versículo 16).
• ¿Qué sabía Eliseo que desconocía su siervo? (véase el versículo 17).
• ¿Cómo creen que se sintió el joven siervo cuando pudo ver los caballos y los
carros de fuego?
• ¿Cómo podemos aplicar este relato a nuestra vida?
Comparta lo siguiente dicho por el élder Jeffrey R. Holland, posteriormente
miembro del Quórum de los Doce Apóstoles:

“En el Evangelio de Jesucristo contamos con ayuda de ambos lados del ve-
lo, y esto no debemos olvidarlo jamás. Cuando la decepción y el desaliento
nos agobien (y alguna vez de cierto lo harán), debemos recordar y nunca
olvidar que si nuestros ojos fueran abiertos, veríamos, hasta donde llegara
el alcance de nuestra vista, gente de a caballo y carros de fuego que vienen
con velocidad vertiginosa a brindarnos su protección. Sí, las huestes celes-
tiales siempre están a nuestro alrededor, en defensa de la simiente de
Abraham” (“Cuando estéis angustiados”, Liahona, enero de 1982, pág. 13).

Pregunte: ¿Por qué es importante recordar que, cuando se obedecen los princi-
pios del Evangelio, las “huestes celestiales” nos sostienen?

Debemos perseverar hasta el fin.


Asigne a varios alumnos la lectura de los siguientes tres pasajes de las Escrituras
y que compartan lo que enseñan respecto a perseverar hasta el fin: 2 Nefi 31:20;
Doctrina y Convenios 24:8; 121:7–8.
Explique que no debemos rendirnos cuando se multipliquen los problemas y
las penalidades asociadas a ellos. Podemos sacar fuerzas del Señor, sabiendo
que la incertidumbre respecto a los problemas forma parte de la prueba de esta
vida. Demostramos nuestra fidelidad y amor al Señor al vivir los principios del
Evangelio mientras nos enfrentamos a desafíos inesperados. Perseverar hasta el
fin no consiste en quedarse sentados en los momentos más difíciles.
Comparta la siguiente declaración del élder Neal A. Maxwell:

“Dado que Cristo no se libró de sufrir, ¿por qué habríamos de librarnos no-
sotros? ¿Realmente queremos ser inmunes a la adversidad, especialmente
cuando ciertos tipos de dolor nos permiten crecer en esta vida? Privarnos
de esas experiencias, por mucho que nos gustara de momento, equivale a
privarnos de la dicha que con júbilo celebramos cuando, tiempo atrás, en
el mundo anterior a éste, se nos explicaron las experiencias de esta vida.
“La vida es una escuela en la que no sólo nos matriculamos de manera vo-
luntaria, sino dichosa; y si el Director de la escuela escoge un curso de es-
tudio que en otros planetas ha demostrado ser fuente de felicidad para sus
habitantes, y si acordamos que una vez aquí, no cancelaríamos la matrícu-
la y nos presentaríamos a los exámenes que evaluarían nuestra capacidad

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


“ E S TA S COSAS TE SERVIRÁN DE EXPERIENCIA” 69

y agudeza, ¿qué haría un Director experimentado si, más adelante, se reci-


bieran quejas? Concretamente si, durante Su aparente ausencia, muchos
alumnos rompieran sus libros y exigieran que cesaran los exámenes porque
les producen dolor... ¡Sólo se aprende cuando se termina el curso comple-
to!” (All These Things Shall Give Thee Experience, 1979, págs. 26–27).

Lea o cante con los alumnos, la quinta estrofa del himno “Qué firmes cimien-
tos” (Himnos, Nº 40) y pídales que presten atención a lo que enseña sobre la ad-
versidad:
La llama no puede dañaros jamás
si en medio del fuego os ordeno pasar.
El oro del alma más puro será,
pues sólo la escoria se habrá de quemar.

SUGERENCIAS DE ASIGNACIONES PARA LOS ALUMNOS


 Pida a los alumnos que seleccionen a dos personas que hayan soportado
muchas pruebas en el transcurso de su vida y, de ser posible, que les pregunten
cómo crecieron gracias a sus experiencias. Inste a los alumnos a manifestar gra-
titud a dichas personas y a manifestar sus sentimientos y admiración por lo que
hayan compartido. Dígales que se preparen para compartir en la clase siguiente
cualquier reflexión que ellos hayan tenido respecto a cómo perseverar ante las
dificultades que se nos presenten a menudo.

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


70

14 HONREMOS LOS CONVENIOS


INTRODUCCIÓN
Hacer y observar convenios es una parte esencial
del plan de salvación. En nuestro esfuerzo por
alcanzar nuestro potencial divino, debemos recibir
las ordenanzas y los convenios del Evangelio medi-
ante quienes tienen la adecuada autoridad del
sacerdocio. Ayude a sus alumnos a entender que
aunque vivimos en un mundo que no valora el
hecho de guardar promesas, el Señor espera de
nosotros que las cumplamos y bendice a los que
están dispuestos a concertar convenios con Él y
sujetarse a ellos. Cuando concertamos convenios
con el Señor, cuando los observamos y persever-
amos hasta el fin, recibimos la promesa de la vida eterna.

PRINCIPIOS PARA COMPRENDER


• Un convenio es una promesa sagrada entre Dios y Sus hijos.
• Al honrar nuestros convenios nos es posible alcanzar nuestro potencial divino.
• La autoridad del sacerdocio es necesaria para recibir los convenios y las orde-
nanzas de salvación.
• El honrar nuestros convenios nos prepara para recibir la vida eterna.

SUGERENCIAS PARA LA ENSEÑANZA


Un convenio es una promesa sagrada entre Dios y Sus hijos.
Muestre una partida de matrimonio, una alianza o la foto de una boda.
Pregunte qué representa el objeto. Entonces pregunte:
• ¿Qué se prometen dos personas cuando se casan?
• ¿Qué bendiciones se reciben cuando se observan esas promesas?
• ¿Qué se perderá si no observan sus convenios?
Escriba convenio en la pizarra y pregunte a los alumnos el significado de esta pa-
labra. Pida a un alumno que lea la cita de la Guía para el Estudio de las Escrituras
en la página 98 del manual del alumno e invite a los demás a contestar las
siguientes preguntas en la sección “Notas e impresiones” de sus manuales:
• ¿Cuáles son algunos de los convenios que ustedes han hecho?
• ¿Qué relación tienen las palabras tales como promesas, contratos y compromi-
sos con los convenios?
• ¿Quién se ve afectado cuando no se observan los convenios?

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


HONREMOS LOS CONVENIOS 71

• ¿En qué se diferencian los convenios que hacemos con Dios con los acuerdos
concertados con otras personas?
• ¿Qué preparación debe preceder a los convenios del Evangelio?
Explique que los convenios tienen dos lados. Pida a los alumnos que lean la ex-
plicación del élder Jack H. Goaslind Jr. en la página 98 de sus manuales.
Escriba las siguientes referencias de las Escrituras en la pizarra y pida a los alum-
nos que las lean y analicen lo que cada una enseña sobre los convenios.
• Mosíah 18:13
• Doctrina y Convenios 42:78
• Doctrina y Convenios 101:39
Comparta la siguiente declaración del presidente James E. Faust, consejero de la
Primera Presidencia:

“Los convenios no son simplemente rituales externos, sino medios reales y


eficaces para cambiar: ‘El nuevo nacimiento viene por el Espíritu de Dios
mediante las ordenanzas’ [Enseñanzas del Profeta José Smith, Joseph Fielding
Smith, pág. 188]. Debemos siempre honrar y guardar sagrados los conve-
nios de salvación que hemos hecho con el Señor” (“Examíname, oh Dios,
y conoce mi corazón”, Liahona, julio de 1998, pág. 17).

Pregunte: ¿Cómo nos ayuda la observancia de los convenios a resistir la ten-


tación?

Al honrar nuestros convenios nos es posible alcanzar nuestro potencial divino.


Pida a los alumnos que canten una estrofa de “Soy un hijo de Dios” (Himnos, Nº
196) y pregunte: ¿Qué lecciones importantes aprendemos de este himno?
Lean y analicen Abraham 3:22–26 (Dominio de las Escrituras, Abraham
3:22–23). Pregunte:
• ¿Qué aprendió Abraham respecto a su potencial?
• ¿Qué nos ayuda esto a entender acerca de nosotros mismos?
Comparta las siguientes declaraciones del presidente Spencer W. Kimball:

“Recordad que en la preexistencia, a las mujeres fieles se les dieron ciertas


asignaciones, y a los hombres fieles se les preordenó para determinados de-
beres en el sacerdocio... ¡Son responsables de aquello que desde tiempo in-
memorial se esperaba de ustedes, del mismo modo que lo son aquellos a
quienes sostenemos como profetas y apóstoles!” (véase “Vuestro papel co-
mo mujeres justas”, Liahona, enero de 1980, pág. 168).
“Hicimos votos, votos solemnes, en los cielos antes de venir a la vida
terrenal...
“Hemos hecho convenios. Los hicimos antes de aceptar nuestro lugar en la
tierra.

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


72 HONREMOS LOS CONVENIOS

“Aceptamos este compromiso:... ‘todas las cosas que el señor nos mandare’.
Nos comprometimos con nuestro Padre Celestial a que si nos enviaba a la
tierra y nos daba un cuerpo, así como las invalorables oportunidades que
la vida en la tierra deparaba, nos conservaríamos limpios, nos casaríamos
en el santo templo, tendríamos una familia y la criaríamos en rectitud. Fue
un juramento solemne, una promesa solemne” (“Be Ye Therefore Perfect”,
discurso pronunciado en el instituto de Religión de Salt Lake el 10 de ene-
ro de 1975, pág. 2).

Pregunte:
• ¿Cómo influye en las decisiones de esta vida el saber que hicimos convenios
en nuestra preexistencia?
• ¿Cómo nos ayuda el hacer convenios a alcanzar nuestro potencial?

La autoridad del sacerdocio es necesaria para recibir los convenios y las


ordenanzas de salvación.
Comparta la siguiente declaración respecto al sacerdocio, hecha por el presidente
Gordon B. Hinckley, por entonces consejero de la Primera Presidencia, y pida a
los alumnos que atiendan a lo que llama él “el requisito para ser digno”:

“El Señor... ha otorgado [el sacerdocio] a hombres que se han probado dig-
nos de recibirlo, sin importar su posición social, el color de su piel o la na-
ción en la que vivan. Es el poder y la autoridad para gobernar los asuntos
del reino de Dios. Se confiere solamente por ordenación, por la imposición
de manos por aquellos que tienen la autoridad para hacerlo. El requisito
para ser digno de él es la obediencia a los mandamientos de Dios.
“No hay poder en la tierra semejante a él. Su autoridad se extiende más
allá de esta vida, atraviesa el velo de la muerte y perdura en las eternida-
des. Sus consecuencias son sempiternas” (“Cuatro piedras angulares de fe”,
Liahona, febrero de 2004, pág. 7).

Pregunte: ¿Qué son las llaves del sacerdocio?


Comparta la siguiente explicación de la Guía para el Estudio de las Escrituras so-
bre las llaves del sacerdocio:

“Las llaves constituyen el derecho de presidencia, o sea, el poder que Dios


da al hombre para dirigir, controlar y gobernar el sacerdocio de Dios sobre
la tierra. Los poseedores del sacerdocio a quienes se les llama a ocupar car-
gos de presidencia reciben las llaves de manos de los que tienen autoridad
sobre ellos. Los poseedores del sacerdocio solamente ejercen su sacerdocio
dentro de los límites designados por los que poseen las llaves. El Presidente
de la Iglesia posee todas las llaves del sacerdocio” (“Llaves del sacerdocio”,
pág. 127).

Pida a los alumnos que lean Doctrina y Convenios 132:7–14 y pregunte: ¿Qué
promesas y advertencias encierran estos versículos?

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


HONREMOS LOS CONVENIOS 73

Pídales que lean Doctrina y Convenios 138:58 y luego pregunte: ¿Cómo afectan
las ordenanzas vicarias a los que han fallecido?

El honrar nuestros convenios nos prepara para recibir la vida eterna.


Pregunte:
• ¿Cómo se sentirían si compraran un caballo y terminaran recibiendo toda la
manada?
• ¿En qué se parece esto a las bendiciones que Dios concede a Sus hijos?
Dibuje dos columnas en la pizarra. A una denomínela Ordenanzas y a la otra
Promesas. Anote las siguientes ordenanzas en la columna correspondiente: bau-
tismo, Santa Cena, sacerdocio, investidura, matrimonio en el templo
Pida a los alumnos que lean los siguientes pasajes de las Escrituras que aparecen
con las ordenanzas y que busquen las promesas que hacemos. Anote las prome-
sas en la columna correspondiente. Ayúdeles a entender por qué recibir orde-
nanzas y hacer convenios es una parte importante de nuestra vida. Tal vez desee
que completen este ejercicio en la sección “Notas e impresiones” de sus respecti-
vos manuales para que puedan consultarlo en el futuro.
• Bautismo. Lean Mosíah 18:8–10 y Doctrina y Convenios 20:37. (Prometemos
“llevar las cargas los unos de los otros”, “ser testigos de Dios en todo tiempo,
y en todas las cosas y en todo lugar”, “servir [a Dios] y guardar sus manda-
mientos”, arrepentirse, “tomar sobre [nosotros] el nombre de Cristo” y “ser-
virle hasta el fin”.)
• Santa Cena. Lean Doctrina y Convenios 20:77, 79. (Participamos de la Santa
Cena en memoria de la expiación de Jesucristo y renovamos las promesas
que hicimos en el bautismo, como por ejemplo: tomar sobre nosotros el
nombre de Jesucristo, recordarle siempre, guardar Sus mandamientos y ser
testigos Suyos para demostrar que nos acordamos de Él.)
• Sacerdocio. Lean Doctrina y Convenios 84:33–42 (Dominio de las Escrituras,
D. y C. 84:33–39) y 121:34–36 (Dominio de las Escrituras). (Los que reciben el
sacerdocio prometen magnificar sus llamamientos en el sacerdocio, obedecer
los mandamientos y vivir de acuerdo con toda palabra de Dios [véase el discur-
so del élder Carlos E. Asay en la revista Liahona de enero de 1986, pág. 35].)
• Investidura y matrimonio en el templo. Comparta la siguiente enseñanza del él-
der James E. Talmage, antiguo miembro del Quórum de los Doce Apóstoles:
(Sea cauto y no analice las promesas realizadas en la investidura del templo
con más detalle del que aporta la cita del élder Talmage.)

“Las ordenanzas de la investidura comprenden ciertas obligaciones por par-


te del individuo, tales como el convenio y la promesa de observar la ley de
absoluta virtud y castidad, ser caritativo, benevolente, tolerante y puro;
consagrar su talento y medios a la propagación de la verdad y el ennobleci-
miento de la raza humana; mantener su devoción a la causa de la verdad, y
procurar en toda forma contribuir a la gran preparación, a fin de que la tie-
rra quede lista para recibir a su rey, el Señor Jesucristo. Con la aceptación
de cada convenio y la asunción de cada obligación, se pronuncia una ben-
dición prometida, basada en la fiel observancia de las condiciones expues-
tas” (La casa del Señor, 1977, pág. 90).

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


74 HONREMOS LOS CONVENIOS

Comparta su testimonio de la gran oportunidad y bendición que es el recibir las


ordenanzas y hacer convenios con el Señor.

SUGERENCIAS DE ASIGNACIONES PARA LOS ALUMNOS


 Invite a los alumnos a meditar en los convenios que han hecho hasta el mo-
mento. Recomiéndeles que, durante sus oraciones y en la próxima reunión
sacramental, pidan al Señor entendimiento sobre lo que Él desea que hagan
para honrar y magnificar los convenios que han realizado.

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


75

15 PRESTÉMONOS SERVICIO LOS UNOS


A LOS OTROS
INTRODUCCIÓN
El servicio es una parte importante de nuestro progreso
eterno. Crecemos al servir a los demás y al permitir
que otros nos sirvan. Inste a sus alumnos a planificar
una vida dedicada a servir significativamente y ayúde-
los a entender que no deben sentirse culpables ni aver-
gonzados respecto a recibir ayuda. Los que reciben
servicio sirven a su prójimo de diversas maneras.

PRINCIPIOS PARA COMPRENDER


• Los siervos del Señor y las Escrituras nos enseñan a prestarnos servicio los
unos a los otros.
• En algún momento, todos necesitamos ayuda.
• Podemos prestarnos servicio de diferentes modos.
• El prestarnos servicio mutuo debe ser un objetivo que dure toda la vida.

SUGERENCIAS PARA LA ENSEÑANZA


Los siervos del Señor y las Escrituras nos enseñan a prestarnos servicio los
unos a los otros.
Cuente a sus alumnos el siguiente relato: Andrés era un deportista muy conoci-
do en su escuela y estaba un poco orgulloso de sus logros. Cierto día, su obispo
le pidió que dedicara dos horas a la semana a ayudar en un orfanato cercano, al-
go que a él le molestó.
Pida a los alumnos que empleen las ayudas de estudio de sus Escrituras para
buscar pasajes que podrían compartir con Andrés respecto a la solicitud de ser-
vicio de su obispo. Invite a varios alumnos a compartir los pasajes que encuen-
tren y que digan por qué creen que se aplican a Andrés.
Pida a los alumnos que lean las palabras de las Autoridades Generales que apare-
cen bajo el encabezado “Los siervos del Señor y las Escrituras nos enseñan a
prestarnos servicio los unos a los otros”, en las páginas 105–106 de sus manuales,
y que busquen principios e ideas que puedan compartir por considerarlos con-
gruentes con la petición del obispo.
Pregunte:
• ¿Cómo podría madurar Andrés con esta experiencia?
• ¿Qué valor tendría su servicio para las personas del orfanato?

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


76 PRESTÉMONOS SERVICIO LOS UNOS A LOS OTROS

• ¿Por qué creen que el tema del servicio aparece en forma frecuente en las
Escrituras y en boca de los siervos del Señor?
• ¿Cómo puede el servicio acercarles más al Salvador?

En algún momento, todos necesitamos ayuda.


Comparta el siguiente relato: Cinthia siempre estaba dispuesta a ayudar a los
demás. Casi todos los miembros de su barrio habían recibido ayuda suya en al-
guna ocasión. Ella parecía saber cuándo la gente necesitaba algo antes, incluso,
de que se lo dijeran a nadie. Un día se cayó de una escalera mientras ayudaba a
una familia a limpiar la casa. Se rompió la pierna y la tuvo enyesada durante
varios meses. Las muchas personas a las que había ayudado se ofrecieron para
prestarle servicio, pero para sorpresa de todos ella se negó a que lo hicieran.
Pida a los alumnos que analicen esta situación y el consejo que le darían a
Cinthia y a los miembros de su barrio.
Pregunte: ¿Qué tipos de personas podrían necesitar el servicio o la fortaleza que
podemos ofrecer? Anote las respuestas de los alumnos en la pizarra. La lista po-
dría incluir:
• Los enfermos
• Los que están solos
• Los que están tristes
• Los que han enviudado
• Los que pasan hambre
• Los pobres
• Los misioneros recién llamados
• Los padres con niños pequeños
• Los padres solteros
• Los niños huérfanos de padre o madre
• Los que padecen los efectos del pecado
Explique que a veces buscamos oportunidades de servir a los demás mientras
que los más necesitados están en nuestro propio hogar.
Pregunte: ¿Por qué a veces pasamos por alto las necesidades de nuestra propia
familia?
Lean el fragmento de “La Familia: Una proclamación para el mundo” en la pági-
na 106 del manual del alumno y pregunte:
• ¿Qué nos enseña la proclamación de la familia sobre el servicio?
• ¿Qué motivos damos a veces para no servir a nuestra familia?
Invite a los alumnos a compartir ejemplos de ocasiones en las que sirvieron a
sus familiares y cómo se sintieron al respecto.
Comparta el siguiente consejo del presidente Gordon B. Hinckley:

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


PRESTÉMONOS SERVICIO LOS UNOS A LOS OTROS 77

“Tenemos la tendencia a hablar de cifras mayores tales como el número de


miembros de la Iglesia, pero nunca debemos olvidar que todos somos per-
sonas que tenemos nuestras propias necesidades y problemas, nuestras pro-
pias esperanzas y sueños, nuestra propia fe y convicciones. Algunos son
fuertes mientras que otros son débiles; pero todos nos esforzamos. Todos
enfrentamos problemas; éstos son graves y difíciles. Nos necesitamos el
uno al otro para edificarnos y fortalecernos mutuamente. Nunca debemos
olvidar el hecho de que debemos “[socorrer] a los débiles, [levantar] las
manos caídas y [fortalecer] las rodillas debilitadas” (D. y C. 81:5)” (véase
“La obra sigue adelante”, Liahona, julio de 1999, pág. 5).

Pregunte:
• ¿Cómo se sienten cuando reciben la ayuda que les resulta necesaria?
• ¿Por qué es importante ser lo bastante humilde no sólo para servir, sino para
recibir ese servicio cuando se necesita?

Podemos prestar servicio de diferentes modos.


Los milagros de Jesús representan actos de servicio. Escriba las siguientes refer-
encias de las Escrituras en la pizarra, sin las frases entre paréntesis. Reparta las
referencias entre los miembros de la clase y pídales que en silencio lean su
pasaje y que en la pizarra, al lado de la referencia, escriban una breve descrip-
ción del servicio brindado. (Dependiendo del número de alumnos, tal vez desee
agregar más referencias o utilizar menos de las que hay.)
• Mateo 8:1–3 (Sanó a un leproso)
• Mateo 9:27–31 (Devolvió la vista a un ciego)
• Mateo 14:16–21 (Alimentó a una multitud)
• Marcos 1:23–26 (Expulsó a un espíritu maligno)
• Marcos 2:5 (Perdonó pecados)
• Lucas 7:11–17 (Restauró la vida al hijo de una viuda)
• Juan 2:1–10 (Convirtió el agua en vino para los invitados de una boda)
• Juan 4:46–54 (Sanó al hijo de un oficial del rey)
Pregunte:
• ¿Cuáles son algunos actos de servicio que podemos realizar nosotros por
otras personas?
• ¿Cuáles son algunos actos de servicio que podemos brindarle a Dios? (Tras las
respuestas, pida a un alumno que lea Mosíah 2:17 [Dominio de las Escrituras]
en caso de que no se hubiera mencionado.
• ¿Qué importancia tiene la actitud a la hora de brindar servicio? ¿Por qué?

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


78 PRESTÉMONOS SERVICIO LOS UNOS A LOS OTROS

La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días recibe el reconocimien-


to internacional por sus labores humanitarias. Lea la siguiente declaración del
élder Gordon B. Hinckley, que entonces era miembro del Quórum de los Doce
Apóstoles:

“En [la Iglesia] se encuentran cientos de miles de hombres, de todas las


honradas sendas de la vida, investidos con la autoridad para actuar en el
nombre de Dios, y obligados, bajo la misma naturaleza del don sagrado
que cada uno ha recibido, a fortalecerse y a ayudarse mutuamente...
“Éste es uno de los grandes objetivos de la organización de quórumes en el
sacerdocio de la Iglesia: despertar el conocimiento de las necesidades de
otros y una oportunidad y un vehículo para fortalecerse mutuamente”
(“Hombres, ¿qué hará la Iglesia por vosotros?”, Liahona, febrero de 1973,
pág. 46).

Comparta las palabras siguientes de la hermana Mary Ellen Smoot, que era
Presidenta general de la Sociedad de Socorro, dirigidas a las mujeres de la
Iglesia:

“Me siento constantemente inspirada por su fe, su virtud y su deseo de ha-


cer lo que el Señor desea que hagan. Gracias por su servicio... Dondequiera
que voy, veo los frutos de la Sociedad de Socorro que se ponen de mani-
fiesto en la vida de las hermanas de la Iglesia. Cada una de nosotras es un
instrumento en las manos de Dios...
“... Si unidas nos servimos las unas a las otras y a todos los hijos de nuestro
Padre, podremos ser instrumentos en las manos de Dios, no sólo para ali-
viar el sufrimiento físico, sino lo que es más importante, para socorrer a los
que necesiten ayuda espiritualmente” (“Somos instrumentos en las manos
de Dios”, Liahona, enero de 2001, pág. 104).

Pregunte: ¿Cómo pueden ustedes y su familia hacer más para ayudar a los nece-
sitados?
Lean y analicen Mosíah 4:16–27. Las siguientes preguntas pueden serle útiles:
• ¿Qué actitud debemos tener respecto a “[impartirnos] el uno al otro” de
vuestros bienes (versículo 21)?
• ¿Debemos dar dinero a todo el que lo pida? ¿Hay momentos en los que sería
útil otro tipo de servicio?
• ¿Cuál debe ser nuestra actitud si “no [tenemos], y sin embargo, [tenemos] su-
ficiente” (versículo 24)?
• ¿Qué significa “[mirar] que se hagan todas estas cosas con prudencia y or-
den” (versículo 27)?

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


PRESTÉMONOS SERVICIO LOS UNOS A LOS OTROS 79

Comparta el siguiente consejo del obispo H. Burke Peterson, por aquel entonces
consejero del Obispado Presidente:

“[Las Escrituras] nos enseñan que, a pesar de lo grandes o importantes que


sean nuestros logros terrenales, no obstante lo mucho que logremos, ya
sea como obispos, secretarios, presidentes, maestros o padres, a menos
que aprendamos a mostrar caridad, no somos nada. (Véase 1 Corintios
13:1–3.) Todas nuestras buenas obras carecerán de valor si nos falta el
amor cristiano.
“La caridad se mide de varias maneras. Quizás el grado máximo de este
amor lo manifieste aquel que se abstiene de juzgar la conducta o los actos
de otro, recordando que sólo hay Uno que pueda ver en el corazón de los
hombres y saber la verdadera intención, o sea, el verdadero motivo que de-
sencadenó la acción. Solamente hay Uno con derecho a juzgar el éxito en
la vida de una persona. El juzgar y tener prejuicios impide a muchas perso-
nas expresar una verdadera actitud caritativa o la disposición para ayudar a
los necesitados, aun a aquéllos dentro de nuestro propio círculo familiar”
(“El cuidado de los nuestros”, Conference Report, abril de 1981, pág. 81).

Ayude a los alumnos a entender que debemos hallar maneras de ayudar que re-
almente fortalezcan a las personas necesitadas. Si lo desea, puede repasar con los
alumnos los principios de “Ser autosuficiente a la manera del Señor” (véase la
página 42).

El prestarnos servicio mutuo debe ser un objetivo que dure toda la vida.
Invite a los alumnos a pensar en una persona a la que conozcan y cuya vida
haya estado dedicada a brindar servicio. Escriba en la pizarra Cómo sirvieron. Sin
pedirles que den el nombre de la persona en la que estén pensando, pídales que
compartan el tipo de servicio brindado. Anote las respuestas en la pizarra.
Pregunte:
• ¿En qué se asemeja el servicio de esa persona con el principio impartido en
Mateo 6:3–4?
• Según Doctrina y Convenios 64:33, ¿qué enseña el Señor sobre los pequeños
actos de servicio?
• ¿Qué están haciendo algunas personas de edad avanzada para ayudar a su
prójimo?
• ¿Qué les enseña su ejemplo sobre la importancia de servir por el resto de
la vida?
Diga a los alumnos que cuando a algunas personas se las releva de un lla-
mamiento que ha implicado un gran servicio, como servir en una misión, erró-
neamente creen que por haber hecho tanto tienen derecho a dejar de servir.
Pregunte: ¿Por qué esta actitud puede ser espiritualmente peligrosa?

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


80 PRESTÉMONOS SERVICIO LOS UNOS A LOS OTROS

Comparta el siguiente consejo del élder M. Russell Ballard, del Quórum de los
Doce Apóstoles:

“Todos ustedes, los que ya han prestado servicio [en una misión de tiempo
completo], recuerden que se les relevó de la misión, mas no de la Iglesia.
Han pasado dos años siendo representantes del Señor Jesucristo. Esperamos
que siempre se vean y actúen como uno de Sus discípulos. Vistan como ta-
les. Actúen como tales. No sigan las tendencias y las modas mundanas...
Las reglas para la felicidad y el éxito después de la misión son básicamente
las mismas que las que tenían durante la misión: orar con fervor, trabajar
arduamente y ser obedientes” (“La generación más grandiosa de misione-
ros”, Liahona, noviembre de 2002, pág. 49).

Pregunte:
• ¿Cómo se aplica el consejo del élder Ballard a todos los Santos de los Últi-
mos Días?
• ¿Por qué debemos seguir sirviendo al Señor y a Sus hijos durante toda la vida?

SUGERENCIAS DE ASIGNACIONES PARA LOS ALUMNOS


 Pida a los alumnos que piensen en cómo ayudar a un familiar, a su congre-
gación local de la Iglesia, o a su comunidad, durante la semana próxima. Pídales
que, de ser posible, piensen en una persona de cada categoría. Sugiérales que
anoten sus experiencias en la sección “Notas e impresiones” de sus manuales.

E L E VA N G E L I O Y L A V I D A P R O D U C T I VA MANUAL DEL MAESTRO


SPANISH

4 02365 97002 6
36597 002

S-ar putea să vă placă și