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La violencia en la pareja sigue siendo un fenómeno de importancia en el país. Así lo demuestran los resultados
del estudio que el Servicio Nacional de la Mujer dio a conocer el Sernam en el marco de la Campaña de
Prevención de la Violencia Intrafamiliar llamada “No dejes que la violencia golpee a tu pareja”.
El 34 % de las mujeres actual o anteriormente casadas de nuestro país ha vivido violencia física y/o sexual, el
16.3% violencia psicológica, el 14,9% ha sido víctima de violencia sexual por parte de su pareja, y un 50,3%
han experimentado situaciones de violencia en la relación de pareja alguna vez en la vida.
Estas son algunas de las cifras que se desprenden del estudio “Detección y análisis Prevalencia de la Violencia
Intrafamiliar” realizado por el Centro de Análisis de Políticas Públicas de la Universidad de Chile por encargo del
Servicio Nacional de la Mujer, Sernam.
El cuestionario de aplicó sobre 1.358 mujeres de entre 15 y 49 años residentes en las áreas urbanas de la
Región Metropolitana. Cabe destacar que el instrumento utilizado está adherido al protocolo básico para
investigación de la violencia intrafamiliar de la Organización Mundial de la Salud. (OMS), adaptando las
preguntas a la realidad chilena. De esta forma, el Sernam se ha hecho parte de una muestra multinacional de
la OMS, que permitirá incorporar los resultados obtenidos en Chile a un análisis y comparación de estudios que
se están realizando en distintos continentes.
En 1992 se realizó el primer estudio de prevalencia en violencia intrafamiliar, con una muestra de 1.000
mujeres de la Región Metropolitana, que indicaba que en uno de cada cuatro hogares las mujeres casadas o en
convivencia viven violencia de parte de su pareja.
Sin embargo, Marcela Ferrer, Investigadora responsable del actual estudio indica que no son investigaciones
comparables.“El último estudio de prevalencia de 1992 en la Región Metropolitana encontró que un 25% sufre
violencia física. Teniendo en cuenta los datos del estudio realizado este año, se podría decir que la violencia
física ha aumentado, pero lo que en realidad aumentó fue la declaración de situaciones de violencia en el
estrato alto; y desde el punto de vista de la violencia psicológica se podría hablar de un descenso, sin embargo
en el estudio anterior los rangos de edad eran distintos y las características de las mujeres también. El contexto
es otro factor a considerar, pues el 92 no existía una ley de violencia y el país llevaba sólo dos años en
democracia. Son instrumentos distintos y no son comparables”, explica Ferrer.
Es una situación de abuso de poder o maltrato, físico o psíquico, de un miembro de la familia sobre otro. Puede
manifestarse a través de golpes e incidentes graves, como también de insultos, manejo económico, amenazas,
chantajes, control de las actividades, abuso sexual, aislamiento de familiares y amistades, prohibición a
trabajar fuera de la casa, abandono afectivo, humillaciones, o no respetar las opiniones.
Físico: Actos que atentan o agreden el cuerpo de la persona tales como empujones, bofetadas, golpes de
puño, golpes de pies, etc.
Psicológico: Actitudes que tienen por objeto causar temor, intimidar, y controlar las conductas,
sentimientos y pensamientos de la persona a quién se está agrediendo como las descalificaciones, insultos,
control, etc.
Sexual: Imposición de actos de carácter sexual contra la voluntad de la otra persona. Como por ejemplo
exposición a actividades sexuales no deseadas, o la manipulación a través de la sexualidad.
Económico: No cubrir las necesidades básicas de la persona y ejercer control a través de recursos
económicos.
Se puede denunciar una situación de maltrato aunque sólo exista una de estas manifestaciones, amparándose
en la ley 19.325 de violencia intrafamiliar.
A los y las mayores de 18 años de edad que sean respecto del ofensor:
A los y las menores de 18 años o discapacitados que sean respecto del ofensor:
La ley se aplica aunque la persona que ejerce violencia ya no viva con el grupo familiar.
Cuando los actos, por su gravedad, constituyen crímenes o delitos como lesiones graves o menos graves,
intento de homicidio, violación, amenaza, abusos deshonestos, etc. se tramitan en el Juzgado del Crimen del
lugar donde se produjo el hecho.
La Denuncia: Puede ser oral o escrita, y consiste en poner en conocimiento de la justicia o de sus agentes
el hecho de la violencia.
La Demanda:Debe ser escrita y se presenta ante el Juzgado Civil. Demandar significa presentar por escrito
los hechos de violencia, realizando las peticiones legales concretas. La persona que hace la demanda pasa a ser
una de las partes del juicio.
La Constancia: Es distinta a la denuncia y a la demanda. En ella se registran las declaraciones sobre los
hechos de violencia ante Carabineros, pero no da inicio al juicio, sirve únicamente como un antecedente.
Pueden denunciar:
Carabineros de Chile y la Policía de Investigaciones están obligados a recibir toda denuncia de violencia
intrafamiliar, si no lo hacen pueden ser sancionados con pena de cárcel.
Además, no pueden exigir como un requisito para tomar la denuncia, que la víctima lleve un certificado médico
en que consten las lesiones. Si se niegan a recibir la denuncia, se debe anotar el nombre del carabinero o
detective, su número de placa, la hora y la fecha en que fue a hacer la denuncia. Luego, se debe solicitar una
audiencia con el capitán de la comisaría o comisario del cuartel, para dar cuenta de estos hechos.
Pueden demandar:
Estos antecedentes pueden servir de fundamento para solicitar una medida de protección. Luego de la denuncia
o demanda, el Tribunal Civil debe proceder a ponerla en conocimiento del denunciado o demandado, citándolo a
comparendo a través de la Notificación Judicial.
Es una audiencia ante el juez, a la que es citado el denunciante o demandante (presunta víctima) y el
denunciado o demandado (presunto agresor). También, se puede citar a algún integrante del grupo familiar
para que pueda entregar antecedentes acerca del hecho de la violencia intrafamiliar.
Este Comparendo se deberá celebrar dentro de los 8 días hábiles siguientes a la recepción de la denuncia o
demanda por el tribunal.
La o el denunciante puede comparecer y actuar sin necesidad del patrocinio de un abogado/a, pero si el
denunciado cuenta con abogado/a, el juez está obligado a suspender el comparendo y designar a la otra parte
un abogado de la Corporación de Asistencia Judicial que corresponda de acuerdo a su domicilio.
LA CONCILIACIÓN O AVENIMIENTO.
Es un acuerdo voluntario entre las partes (denunciante y denunciado o demandante y demandado según
corresponda), sobre cualquier materia que tenga por objeto asegurar la integridad física y/o psíquica de la
afectada y la convivencia del núcleo familiar sobre las bases que el juez propone.
Las partes no están obligadas a aceptar la conciliación. Si igualmente se desea conciliar pueden hacerlo, pero
es importante que este acuerdo contenga medidas concretas que favorezcan a la afectada y su familia, como
por ejemplo en relación a los bienes, a alimentos, a la tuición de los hijos, etc. Deben ser acuerdos que se
puedan cumplir y no meras declaraciones de buena voluntad.
Si se firma la conciliación, se pone término al juicio, ya que ella tiene el mismo valor que una sentencia, lo que
significa que si vuelve a haber violencia hay que interponer otra demanda en un nuevo juicio.
Si los acuerdos de la conciliación no son cumplidos, se debe solicitar su cumplimiento obligatorio al mismo
tribunal que conoció de la violencia intrafamiliar, señalando en un escrito el incumplimiento y solicitando su
cumplimiento forzado (cumplimiento incidental de la sentencia). Se debe solicitar en el plazo máximo de un año
desde que fue condenado.
Si no se llega a conciliación, el juicio continúa debiéndose probar los hechos señalados en la denuncia. Por ello,
es fundamental que la víctima concurra al comparendo con todos los medios de prueba que posea (testigos,
constancias, certificados médicos, etc.).
Informes: Se puede solicitar que el tribunal ordene la realización de informes sociales, médicos,
psicológicos o que se solicite al Registro Civil que se emitan los antecedentes penales del denunciado si los hay.
Confesión del denunciado: Adjuntando una lista de preguntas para que se le hagan en el comparendo.
Si las pruebas no se presentan en el comparendo, se puede solicitar al juez que las ordene como una "medida
para mejor resolver".
A través de la solicitud de las medidas precautorias, tanto al momento de hacer la denuncia o presentar la
demanda, como durante todo el juicio. El momento más importante para que la afectada las solicite es durante
el comparendo. Además, el juez las puede otorgar aunque que nadie se lo solicite (de oficio).
Las medidas precautorias son órdenes que dicta el juez para garantizar o asegurar cualquiera de los siguientes
derechos en caso que se vean amenazados:
MEDIDAS PRECAUTORIAS
La ley señala estas medidas a modo de ejemplo, pero se puede solicitar cualquier otra medida y no sólo una
sino varias, como por ejemplo la incautación del arma cuando hay amenazas de muerte.
La duración de las medidas precautorias es temporal: se pueden decretar por el plazo de 60 días hábiles.
También, pueden ser modificadas y ampliadas hasta un máximo de 180 días hábiles (no se cuentan los
domingos y festivos) en el caso de motivos graves y urgentes. Es importante recordar que la persona afectada
puede solicitar la prórroga (ampliación) de estas medidas al tribunal.
En el caso que el juez determine la salida del agresor de la casa o cualquier otra medida precautoria que lo
requiera, el tribunal debe entregar a la víctima un Oficio que ordene la cooperación de Carabineros para el
cumplimiento de la medida.
Deberá ponerse en conocimiento del juez, quien podrá disponer su cumplimiento forzado, imponiendo
multas o arresto hasta por dos meses al agresor que no cumple con la medida de protección.
Puede ser sancionado con pena de cárcel de 541 días a cinco años.
Agrava (aumenta) la sanción que se le aplicará al final.
Al final del juicio, el tribunal puede aplicar una de las siguientes sanciones al agresor:
La multa y la prisión pueden cambiarse, a petición del condenado, por la realización de trabajos en beneficio de
la comunidad.
Si el condenado no cumple la sentencia, se debe recurrir al mismo tribunal que conoció de la violencia
intrafamiliar, señalando en un escrito el incumplimiento y solicitando su cumplimiento forzado (cumplimiento
incidental de la sentencia). Se debe solicitar en el plazo máximo de un año desde que fue condenado.
No corresponde que el tribunal niegue este cumplimiento aunque haya archivado la causa.
En caso que el hecho o los hechos en que se fundamente la denuncia o la demanda de origen a un delito, como
por ejemplo lesiones graves, violación, abusos deshonestos, etc. el Tribunal Civil deberá enviar de inmediato el
proceso al Juzgado de Letras en lo criminal competente.
El Juez del Crimen tendrá la facultad de decretar las medidas precautorias señaladas anteriormente.
El Servicio de Registro Civil e Identificación deberá llevar un registro especial de las personas que hayan sido
condenadas por sentencia ejecutoriada como autores de actos de violencia intrafamiliar.
"Aspectos prácticos de terapia con mujeres maltratadas". Gascón P., florencia-902116504, 2000.
Al principio de la mayoría de las relaciones es muy difícil que aparezca la violencia. Durante este período se
muestra un comportamiento positivo. Cada miembro de la pareja muestra su mejor faceta. La posibilidad de
que la pareja termine es muy alta si ocurriera algún episodio de violencia.
La dinámica de la violencia Intrafamiliar existe como un ciclo que pasa por tres fases, las que difieren en
duración según los casos. Estas pueden ser de días, semanas, meses o años:
Hay un incremento del comportamiento agresivo, más habitualmente hacia objetos que hacia la pareja.
El comportamiento violento es reforzado por el alivio de la tensión luego de la violencia.
La violencia se mueve desde las cosas hacia la pareja y puede haber un aumento del abuso verbal y del
abuso físico.
La pareja intenta modificar su comportamiento a fin de evitar la violencia.
El abuso físico y verbal continúa.
La mujer comienza a sentirse responsable por el abuso.
El agresor se pone obsesivamente celoso y trata de controlar todo lo que puede.
El agresor trata de aislar a la víctima de su familia y amistades.
El agresor no se detiene por si solo. Si la pareja permanece junto a él, el ciclo va a comenzar una y
otra vez, cada vez con más violencia.
Si usted es víctima de violencia intrafamiliar recuerde que la mejor medida de protección es denunciar el hecho
como primer paso para detenerla.
Si el agresor ya no vive en la misma casa, cambie las cerraduras de las puertas y ponga cerradura o rejas a las
ventanas, cambie su número de teléfono y regístrelo como privado.
¿CÓMO AYUDAR?.
Si una amiga, compañera de trabajo, u otra víctima de violencia intrafamiliar se le acerca porque necesita
alguien con quien conversar. La puede ayudar de las siguientes manera:
Las víctimas de la violencia intrafamiliar necesitan que les brindemos apoyo y aliento, algunos consejos pueden
ser dañinos o peligrosos:
Para poner fin a la violencia intrafamiliar necesitamos trabajar juntos. Dé el ejemplo comprometiéndose a
trabajar para la igualdad y para poner fin a la violencia en todas sus formas. Mantenga un comportamiento no
violento y respetuoso con sus acciones diarias.
¿Cuántas veces habremos oído "si le pegan es que algo habrá hecho"?, ¿Cuántas mujeres piensan que los
insultos continuos que les dedican sus maridos no son violencia intrafamiliar?. Éstos son algunos de los mitos
que hay que desterrar.
MITO: Si la mujer es golpeada es porque se deja, si realmente quisiera, podría dejar a su abusador.
REALIDAD: Generalmente cuando una mujer trata de defenderse, es golpeada con mayor fuerza, a nadie le
gusta ser amenazada o golpeada, existen razones sociales, culturales, religiosas, económicas que mantienen a
las mujeres dentro de la relación. El miedo es otra de las razones que las hace permanecer en sus hogares. Los
peores episodios de violencia suceden cuando intentan abandonar a su pareja. Los golpeadores tratan de evitar
que las mujeres se vayan a través de amenazas de lastimarlas o de lastimar a sus hijos o a ellos mismos.
También influyen las actitudes sociales, tales como la creencia de que el éxito del matrimonio es
responsabilidad de la mujer y que las mujeres dañan a sus hijos si los privan de su padre, sin importar cómo
actúe él.
REALIDAD: El alcohol y las drogas son factores de riesgo, ya que reducen los umbrales de inhibición. La
combinación de modos violentos para la resolución de conflictos con adicciones o alcoholismo suele aumentar el
grado de violencia y su frecuencia pero muchos golpeadores no abusan ni de las drogas ni del alcohol y muchos
abusadores de drogas o alcohol no son violentos. Son dos problemas separados que deben ser tratados por
separado.
REALIDAD: Nadie merece ser golpeado no importa qué haya hecho. Los golpeadores comúnmente culpan de
su comportamiento a frustraciones menores, al abuso de alcohol o drogas o a lo que su pareja pudo haber
dicho o hecho. La violencia, sin embargo, es su propia elección. La violencia intrafamiliar no puede ni debe
estar justificada en ningún caso, cualquiera que sean las circunstancias. El maltratador siempre será un agresor
y la persona maltratada su víctima.
REALIDAD: La violencia intrafamiliar se produce en todas las clases sociales, sin distinción de factores
sociales, raciales, económicos, educativos o religiosos. Las mujeres maltratadas de menores recursos
económicos son más visibles debido a que buscan ayuda en las entidades estatales y figuran en las
estadísticas. Suelen tener menores inhibiciones para hablar de este problema, al que muchas veces consideran
"normal". Las mujeres con mayores recursos buscan apoyo en el ámbito privado, cuanto mayor es el nivel
social y educativo de la víctima, sus dificultades para develar el problema son mayores. Sin embargo, debemos
tener en cuenta que la carencia de recursos económicos y educativos son un factor de riesgo, ya que implican
un mayor aislamiento social.