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Mi abuelo Miguel
Mi abuelo, hijo de un noble espaol, naci en Valencia (Espa-
a), donde estudi medicina. Pero mientras estaba terminando
los estudios estall la guerra civil espaola. Su padre, tras casar-
se con una campesina, fue desheredado por su propia familia,
pero todava segua teniendo poder poltico y buenos contac-
tos, y cuando a mi abuelo lo reclutaron para que se uniera al
ejrcito aprovech su influencia para que lo sacaran del pas.
En aquella poca el gobierno mexicano ofreca apoyo a los
refugiados republicanos procedentes de Espaa y mi abuelo
abandon el pas en un buque lleno de nios republicanos. El
buque se llamaba Mexique y a los nios los apodaron los Ni-
os de Morelia. Mi abuelo se convirti en el mdico de a bor-
do.
Despus de cruzar el Atlntico llegaron al puerto de Vera-
cruz. Como en aquel tiempo mi abuela era la representante gu-
bernamental del presidente Lzaro Crdenas, se ocup de ir a
recibirlos al puerto, acompaada de la hermana del presidente.
Mi abuelo se fij en ella mientras el buque atracaba y crey que
era la mujer ms hermosa que haba visto jams. Se enamora-
ron y se casaron.
El sueo proftico de la madrina de mi abuela se acab
cumpliendo, como tantos otros que he ido teniendo a lo largo
de los aos. Y el poder de la profeca no es ms que uno de los
muchos poderes del estado de sueo.
Mi abuela tena en aquel tiempo una gran influencia poltica
y con su ayuda mi abuelo hizo fortuna en Mxico. Pero a l esto
no le bastaba. Siempre haba aorado volver a su ciudad natal
espaola. Se iba de Mxico durante largos periodos, pero siem-
Mi niera Rosita
Rosa Hernndez Monroy naci en la comunidad indgena oto-
m de San Pablo de Autopa, muy cerca de Toluca y de Ciudad
de Mxico. Era hija de Ernesto Hernndez, el curandero de la
comunidad. Su padre le transmiti el legado de sus conoci-
mientos, ya que al parecer era su sucesora ms directa. Sin em-
bargo, Rosa tuvo un destino muy distinto. Un hombre la rapt
cuando tena 14 aos y la oblig a casarse con l al dejarla em-
barazada. Le daba cada da unas palizas tan brutales que perdi
los hijos que esperaba varias veces. Un da Rosa le plant cara y
huy, descalza y sin hablar una sola palabra de espaol, a Ciu-
dad de Mxico.