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El documento habla sobre el regeneracionismo en Argentina y los jóvenes de 1937. Propone que el desierto representa una oportunidad para regenerar y empezar de nuevo, alejándose de los errores del pasado. Aunque los jóvenes no son románticos, comparten la sensibilidad romántica de buscar el origen de la nación. Aceptan la revolución pero rechazan sus consecuencias, proponiendo una reconducción histórica liderada por intelectuales en lugar de militares. Buscan cumplir la revolución a través de
El documento habla sobre el regeneracionismo en Argentina y los jóvenes de 1937. Propone que el desierto representa una oportunidad para regenerar y empezar de nuevo, alejándose de los errores del pasado. Aunque los jóvenes no son románticos, comparten la sensibilidad romántica de buscar el origen de la nación. Aceptan la revolución pero rechazan sus consecuencias, proponiendo una reconducción histórica liderada por intelectuales en lugar de militares. Buscan cumplir la revolución a través de
El documento habla sobre el regeneracionismo en Argentina y los jóvenes de 1937. Propone que el desierto representa una oportunidad para regenerar y empezar de nuevo, alejándose de los errores del pasado. Aunque los jóvenes no son románticos, comparten la sensibilidad romántica de buscar el origen de la nación. Aceptan la revolución pero rechazan sus consecuencias, proponiendo una reconducción histórica liderada por intelectuales en lugar de militares. Buscan cumplir la revolución a través de
El desierto es una metonimia de Utopa, el pas donde no ha ocurrido la historia,
el grado cero del tiempo histrico. En l, resulta posible empezar de nuevo, descargarse de los errores del pasado, regenerar. Para ello hace falta una nueva generacin. El regeneracionismo vincula a los jvenes del 37 con el romanticismo y con la crtica de la revolucin. Si bien ellos no son romnticos de escuela, es decir, no pertenecen al mundo contrarrevolucionario que, a fines del XVIII vuelve sus ojos hacia una remota repblica catlica medieval que repare los horrores de la revolucin burguesa, estn en la rbita de la sensibilidad romntica o, de la retrica romntica de la sensibilidad. Los del 37 intentan datar y fijar en el espacio el momento fundacional de la nacin y aceptan como fundacional el hecho de la revolucin. La busca del origen involucra un elemento regenerador. Es la preocupacin por hallar lo primigenio, lo que no tiene antecedente. La vuelta al origen obliga a una reflexin crtica sobre la historia patria y, en sentido contrario, es una imposicin de la misma historia vivida. Los jvenes del 37 aceptan el programa de la revolucin pero no sus consecuencias histricas. Estos jvenes son antirrevolucionarios, aunque no contrarrevolucionarios. Ser antirrevolucionario implica rechazar la ruptura revolucionaria como mtodo de cambio social, y ello tiene especial importancia en una poca que no conoce, todava, el ocaso de las revoluciones. Nuestros escritores, por el contrario, miran con malos ojos la violencia revolucionaria, porque implica la eclosin de la plebe inculta y el montante del caudillismo. Esta es la peor consecuencia de la revolucin: la destruccin del orden colonial y la disolucin de la antigua burocracia virreinal espaola ha dado espacio para la insurgencia de los comandantes de campaa, los pequeos caciques regionales que han impuesto un orden brbaro, personificacin de las ms retrgradas tradiciones del Antiguo Rgimen. De tal modo, la revolucin ha logrado lo contrario de cuanto se propona. Los jvenes prescinden de los padres y se sitan en el lugar de los abuelos, para reconducir, desde l, el curso de la historia. La propuesta de reconduccin histrica implica, ante todo, un recambio en la dirigencia. Para regenerar no sirven los militares ni los terratenientes ni los comerciantes del puerto ni, mucho menos, el clero catlico. Los jvenes del 37 se proponen como colectivo conductor a partir de su propia condicin de letrados: la revolucin ser cumplida por un gobierno de mandarines. La intelectualidad se propone a la sociedad como un colectivo homogneo que se sita por encima de los dems colectivos, como el estrato pedaggico, magistral, modlico, de los dems componentes del complejo social. El modelo de conducta de este colectivo es la clericatura. Se trata de tomar el paradigma del clero y profanizarlo. En lugar del antiguo sacerdote, el moderno mandarn reclama su tarea de educar al pueblo, es decir, de hacer comprensible a la masa la verdad de la revelacin. Slo que, ahora, lo revelado no proviene de un acto trascendente, un contacto con la divinidad, sino del proceso mismo de la historia. En el exilio, que marca a todos ellos, se fragua un pas del que han sido expulsados, como la mayor parte de los lderes americanos de la independencia, por sociedades que han retrocedido al ms intransigente sectarismo. Estn exiliados de una nacin inexistente, a la que intentan dar una existencia objetiva pero ideal, a travs de un corpus literario. La Argentina empieza a ser, entonces, un tema literario, un asunto a resolver en los libros que remiten a otros libros.