, a medida que os consideramos reconocemos en vos a
la Mujer Fuerte de los Libros Santos, el prodigio de vuestro siglo, la antorcha luminosa de la Iglesia, la criatura dotada de incomparables dones y que supo reunir las dulces y modestas virtudes de las vrgenes prudentes a la intrepidez y al valor de los hroes. Volved, os rogamos, desde el cielo, vuestros ojos sobre la barca de Pedro, agitada por la tempestad, y sobre su augusto jefe, que ora, vela, gime, exhorta, combate y espera. Mostrad hasta donde llega vuestro poder cerca de Dios, obtenindonos a todos el celo para adelantar en las virtudes evanglicas, especialmente en la humildad, la prudencia, la paciencia, la bondad y la diligencia en la prctica de los deberes de nuestro estado.
Mantened la concordia de nuestra gran familia y convertid a la Fe a los incrdulos
del mundo entero; obtened para nuestra patria la paz verdadera, es decir cristiana, para nuestra Santa Madre la Iglesia el triunfo completo sobre el mal, por la Verdad, el sacrificio y la caridad. Amn.