Hugo J. Verani
partir de Un coup de dés de Mallarmé el espa-
A® en la poesia moderna tiende a ser escritu-
ra, a participar de la significacion y a conver-
tirse en factor dinamico en correspondencia visual
con el movimiento del poema, Casi podria decirse
que el espacio, convertido en lengua, es el que ver-
daderamente habla.!
Desde Salamandra (1962), la espacializacion del
tiempo y de la memoria es una de las constantes
mis significativas dela obra poética de Octavio Paz.
Su poesia se organiza como un palimpsesto de tiem-
Po y espacio cuya principal afirmacién sobre la
naturaleza de la realidad se encuentra en Ia forma
escogida, en la discontinuidad de versos o frases rit-
micas que no postulan un discurso logico ni alean-
zan una sintesis, sino que se proyectan como un
mosaico de fragmentos heterogéneos que han dejado
de cer pensables como totalidad, signos que descu-
bren un tiempo discontinuo y un espacio quese dis-
grega, resultado de la dispersion de la imagen del
mundo (El arco y Ia lira, op. cit., 260-281). Ante el
desconcertante caracter fragmentario y disociado
de Ia realidad, la literatura contemporénea elude
cualquier justificacién racional, cuestiona toda cer-
tidumbre y convierte las relaciones naturales en
multiples instantes inconexos que se reagrupan en
un espacio —el del poema, espacio analogico par
excellence revelador de la conciencia fragmentada
del hombre moderno, de la pérdida de la armonia
Géamlen y dela antigua imagen coherente dela rx-
lidad.
Ladera este (1969) representa en Ia poesfa de
Octavio Paz el momento de maxima eficacia de las
posibilidades aleatorias de la pagina, del espacio del
texto como elemento que participa de Ia significa.
1 Octavio Paz, Bl arco y la
Beonbmics, 1967, 270-272, Veanse también, Gérard Gene:
tte, "La littérature et Vespace”, Figures If, Pavia, Editions
a’ Seuil, 1969, 48-48; y Gérard L. Bruns, “Mallarmé: The
‘Transcendence of Language and the Aesthetics of the Book",
Journal of Typoarophica! Resear, v. 8 (uly 1969), 219"
2
léxico, Fondo de Cultura
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Octavio Paz
y el lenguaje
del espacio
cién, Los poemas més importantes (‘Viento ente-
“Blanco”) son constelaciones de fragmentos
‘yuxtapuestos y de voces en perpetua rotacién, en los
cuales la simultaneidad de tiempos y espacios es el
punto de confluencia de una red inagotable de rela-
ciones que enriquecen Ia lectura analitica. Con los
Discos visuales (1968) y los Topoemas (1971) la
poesia espacial de Paz liega a su etapa culminante;
l diseiio grético y los cédigos pictéricos desplazan
totalmente al discurso poético y los textos se impo-
nen como espacios en movimiento, simultineamen-
te legibles y visibles,
A quien frecuente la obra poética de Octavio Paz
no le seré ajena la preocupacion espacial en las dos
‘iltimes décadas, Para comprobarlo basta con hojear
su libro de poesia més reciente, Vuelta (1976),
donde se reitera la concepcién del poema como un
objeto verbal que tiende a la espacializacién: “Piel/
sonido del mundo” y “Cara al tiempo”, dedicados
respectivamente al pintor Robert Motherwell y al
fotografo Manuel Alvarez. Bravo, “Jorge Guillén en
forma de péjaro”, Petrificada petrificante”, las
“Tres anotaciones/rotaciones”, textos que conti-
mian el carécter ideografico de Discos visuales, y el
“Poema circulatorio”, originalmente pintado en
el muro de una galeria espiral en una exposicion de
arte surrealista, revelan In preocupacion de Octavio
Paz por crear efectos lidicos, visuales y plasticos,
Me he propuesto, no obstante, examinar un ejemplo
cuya intencién es menos evidente, Pienso en “Vuel-
ta”, un pooma sin el alcance experimental de los
textos mencionados, un poema que a primera vista
parece organizarse en un orden cerrado y acentuar
‘una experiencia concreta, la confrontacién del poeta
con In pesadilla de la vida urbana en México, pero
cuya légiea de composicién sigue flel a los princi-
plos artisticos que orientan Ia poosia ultima de
Octavio Pez,
“Vuelta” (titulo de un poema, de un libro y de
la revista que Paz funda en 1976) es una de las pe-
labras predilectas del poeta mexicano, Desde su‘ublicacién en Siempre! en 1971 el poema se con-
‘irlig— junto a Posado en claro (1976), poema de
propésito més vasto y abarcador— en uno de los
textos clave de la década de los setenta.? “Vuelta”
oemas de Paz todo gira en torno de un punto dink
0: la pérdida de un centro.
La nostalgia por la armonfs den reino perdido
‘en coulraste con Ia enajenacién actusl— ew una de
lag preocupaclones constantes de Octavio Pas, La
falta de un centro, de un orden predeterminado que
‘oriente al hombre moderno, precipita la conciencia
do cafda y de abandono: “Un tamplo maya, una
catedral medieval o un palacio burroco eran algo
‘més que monumentos: puntos sensbles del expacio
1 el tiempo, observatorios privilegiados desde los
‘cuales ol hombre podia contemplar el mundo y al
‘trasmundo como un todo” (ZI arcoy lire, op. eit,
261). En ““Vuelta” Paz retome, como ya habia
‘hecho en “Blanco”, un mito fundacional dela com
‘mogon{a néhuatl, ls unién de los opuestos, a armo-
fa dinimiea entre agua y fuego:
Petras he im
‘se quebearon los tignos: =EI jeroglifico at! tlachinolli (agua quemada) es la
metafora que preside la fundacién de la metropoli
azteca, la alianza de elementos incompatibles en
perfecta armonia.> Pero el materialismo azteca des-
truye la union fundacional y desaparece Ia antigua
coherencia. El poema “Vuelta” testimonia le pér-
dida de una imagen del mundo (“‘no hay centro”,
“no hay eje”), A la desaparicion de las culturas
ancestrales siguié la alienacion social y la ruina mo-
ral (“putas/pilares de la noche vana” p, 600) y la
decadencia de una civilizacion movida por intereses
mercantiles (“Marcaron ala ciudad / en cada puerta /
en cada frente / el signo $” p. 601), Lo mismo su.
cede con el Ienguaje: “Cuando una sociedad se co-
rrompe”, dice Octavio Paz, “lo primero que se gan-
grena es el lenguaje” (Posdata, México, Siglo xx1,
1980, 76) El lenguaje es emblematico de la frag-
mentada y dispersa realidad: “Se quebraron los
signos”, De alli que el lenguaje (““monton de pala-
bras rotas” p. 600) revele la misma desintegracion
que desgasta las relaciones humanas en la sociedad
moderna,
Dadas las limitaciones de espacio examinaremos
brevemente la organizacion artistica del poema, el
proceso de la escritura como un juego discontinuo
y simulténeo, suscitado por las relaciones visuales,
sonoras, analégicas e intertextuales.
La disposicion del lenguaje en el espacio de la
pagina participa de la significacion, Asi comienza el
poema:
Voces al doblar Is esquin
voces
centre fos dedos del sol
sombray luz
casi Liquids
Siiba el carpintero
silva el nevero
sllbsn
tres fresnosen la plazuela
‘Crece
se eleva el invisible
follaje de los sonidos
‘Tiempo
tendido a socar en las azoteas
Estoy en Mixcoac
En los buzones
se pudtren las cartas (591)
El reagrupamiento indicado por la tipografia
establece un didlogo entre la palabra y el blanco de
la pagina, plantea una visualizacion del poema. A
través de repeticiones, paralelismos, anaforas y elip-
3 En la nota que acompata al poema Paz explica el signi
ficado del jeroglifico, Vénse Poemas (1935-1975), op eit,
696-897.
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sis, las palabras se esparcen en el espacio, suenan,
resuenan y hacen eco (“Voces al doblar la esquina/
voces”), Las voces superpuestas y audibles con los
ojos inmovilizan un instante en el tiempo y devuel-
yen siempre al punto de partida, avance que es re-
torno dentro de rotacion continua, de infinita espi
ral que se renueva incesantemente. Yno es casual qui
el poema se vuelva sobre si mismo y palabras simi
lares reaparezcan al final, uniéndose con las del co-
mienzo en un eco perpetuo, porque todo cambio es
siempre ilusorio:
Silba el viento
entre los fresnos
surtidores
luz y sombra casi Iiquidas .
‘voces de agua
brillan fluyen se pierden
‘me dejan en las manos
‘un manojo de reflejos
‘Camino sin avanzar
‘Nunca llegamos
‘Nunca estamos donde estamos
No el pasado
el presente es intocable (pp. 601-602)
La disposicién tipografiea desplaza a la sintaxis
como medio de establecer relaciones entre las pala-
bras, La supresion de nexos lgicos y la reorganiza-
cién formal de las palabras generan la ilusion de
simultaneidad en el espacio, fragmentacién aparen-
temente discontinua pero cuidadosamente contro-
lada por el espacioen blanco. La dispersion espacial
lleva a suspender el proceso referencial y a trasladar
la atencion de la secuencia sintéctica a otro nivel
La palabra, amenazada por la ausencia (el blanco
de la pagina), establece nuevas relaciones que esti-
mulan la imaginacién, La combinacion de elementos
en movimiento obliga a percibir reflexivamente la
relacién entre elementos inconexos. Jean Franco
ha observado agudamente este aspecto de la poesia
de Paz: “La palabra asi expuesta ‘a la intemperie?
no forma parte de una continuidad sino que os un
elemento en un vasto sistema de combinaciones, La
funcién del espacio es la de ofrecer una zona libre
que motiva al lector a poner en juego los signos de
la pagina.” La abolicion de vinculos explicitos
entre las secuencias verbales puestas una tras la otra,
como si fueran contiguas y se comunicaran entre
exige la aproximacion analogica de sintagmas dis-
cordantes,
El crecimiento interior de “Vuelta” so realiza
mediante el entrecruce de voces que suscitan la re-
‘Aprozimaciones « Octavio
| Joaquin Mortiz, 1974, 81,
“Jean Franco, “El espa:
Paz, ed. de Angel Flores, Méscs Maem el)
flexi6n critica. La irrupeién de uma segunda voz en
cl texto en uno de los rangosdistintivos de la poesia
de Paz. Todo texto ex una suerte de palimpsesto
‘que commerra buellas de una escetuve anterior, que
bsorbe —vonsciente o inroluntariamente— discur-
08 que perduran en la nueva ereacién, La literatura
28 al expacio de encuentzo con cédigos anteriores:
“Be crea, asi, en torno del signieado postico”, ob-
serva Julia Kristeva, “un espacio textual miltiple
‘cuyos elementos son saseptibles de ser aplicados
‘nel texto poético conersto."*
Cuatro poemas coexisten en “Vuelta”: Paz reto-
sma versos de “El rotorno maléfieo” de Ramon Lé-
pea Velarde, fragmentos de un poema suyo, “Cre-
iasculos dela ciudad” (saneto 1, y de dos poemas
‘orientales, un baile japonés de Massoka Shi y un
‘poema chino de Wang Wei, tradueidos por el propio
Paz.* La abolicion del discurmo sintagmitico y el
eae Oe, aS, 3 Naa, Fontana
1076, 66-67, Voanse, Jonathan Giler,"Prsppeation
Invert, MEN, 9 No.8 (1870) 7os90;
‘urent denny, La seiegi oi oman", Podigue,
(one), 287-2 od
trl Pa, Verona y deamon, Mein, Jounin
ogy ard by ee Pecan (ing 1876) onc Soe.
oor. eden, *fuelin'y :
Snfosi en la fragmentacion y en le discontinuidad
facilita ol montaje intertextual, La lectura lineal es
reemplazada por la correlacién paradigmitica de
vyooes que invaden el texto, entreteido que amplia
Ja pluralidad significativa ¢ invita a una leetura mél-
‘Los fragmentos de “El retorno maléfico” (1919)
yy de “Crepiisculos de Is ciudad” (1942) cumplen
in tunelén de acentuar una temitien propia a
tradicion mexicans a la cual Paz vuelve una y otra
vee. Pasan las décadas, cambian las cizcunstancias,
‘pero se reitera la misma indigencia y fragmentacion
social, Lopez. Velarde retorna 1 au provincia natal
‘y encuentra un “nautilado toretorio”, destruido por
Is violencia revolucionara; el pueblo, refugio pro-
tector, es, on 1919, un “edén subrectido” al que
“mejor seri no regresar.”” La inclasiOn de versos
de su propio soneto, “Crepigculos de la ciudad!
11942 (“Ante la vitrina do los ataides / Poropas Fé-
nobres / putas / pilares de la noche vana’ p. 600),
‘amplitica et sentido del poeme como metatora de
‘un mundo en descomposicion. La exhibicion de los
‘muertos por las agencin funeraiasy las protitutas,
petrifcados pilares de la noche indiferente ante su
sufrimlento, testimonian of dedhumanizante envile-
‘eimiento de La civiizacién modsena. El didlogo con
problema persstenta, reescribiéndolo: el despojo,
In sordiden y ln desintegracién cultural del pueblo
‘mexicano,
El entrocruce, sin transiclin alguna, de los poo-
‘mas orlentales de Masaoka Shili y de Wang Wei ge-
‘era nuevas asociseiones que impugnan las nociones
io tiempo y espacio, En el primer fragmento ~ol
Inaieu, levemente modificado, de Masaoka Shiki
(1867-1902)— Paz procede ‘por identiicacion:
“Miro hacia atrés/ese pasante /yano ea sino bruma”
(. 588). Como un palimpresto un recuerdo se as0-
‘ia con otro, encuentra complemento en otro; la
analogia com el haiku de Massoln Shiki renueva
In continua confluencia de lugares y tiempos remo-
toa de pon tm Quon 3 eon ce
presente, La respuesta que Wang Wei (701
poeta y pintor budista—le divge al Preecto Chang
40 introdues en “Vuelta”, entre paréntesis, a conti-
‘nuscién de una reflexi6n sobre el luero del capita
lismo mervantil:
Rama Lper Velarde, “El ior mallfico™ y “La
a Ober, ad. Ge Joo Lela Martins, Mico,
"de Oulinn Becnomiee, 1OT1, 164-166 y 208.He vuelto a donde empecs
AGané o perdi?
(Preguntas
eles rien ero” y rca"?
ton lon cnton de os pecoaor
‘ante la orla inméolt
Wang Wel al Profecto Chang
esde su eabafa en el Iago
Pero yo no quiero
‘una ermita intelectual
fn San Angel o en Coyoacén) (p. 601)
2Qué rige el éxito o el fracaso, Ia ganancia o la
pérdida? Como debe uno relacionarse con las vici-
situdes del mundo? Para Wang Wei la respuesta es
sumirse en el abandono quietista, comulgar con la
naturaleza, desprenderse del mundo.' Octavio Paz
Techaza el escapismo social, la seclusion en “a ori-
la inmévil”, tan ansinda en otro momento de su
trayectoria poética, Su respuesta no es el ascetismo
oriental ni tampoco la especulacion intelectual en
los suburbios lujosos de San Angel 0 Coyoacén,
sino la responsabilidad social como principio de
accién, In critica de la precariedad moral en un
mundo deshumanizado y degradado.
Se produce, entonees, una suerte de mosaico ver-
bal, como ha sefialado Guillermo Sucre en otto
contexto, en el que diversos planos de la realidad se
entrecruzan y revierten entre “El poema, por
tanto, no es un objeto cerrado, colmado de su pro-
pia perfeccion, sino un continuo hacerse: signos
dispersos, fragmentos que buscan reunirse y recon-
ciliarse,”* “Vuelta” postula, en iiltima instancia, la
nocién de escritura como reescritura, como espacio
textual miltiple, como tejido de relaciones. El poe-
‘ma esté compuesto de fragmentos yuxtapuestos que
establecen nuevas normas de composicion, La frag-
mentaci6n, la discontinuidad, el espacio en blanco,
la ausencia de nexos logicos, la tendencia a la visua-
lizacibn, el mosaico de citas y la reflexion critica
confluyen para negar la idea de sucesién lineal, para
trastornar el pensamiento discursive, El lenguaje
espacializa la temporalidad de la conciencia y lo
sucesivo se vuelve simulténeo.
“Pauline Yu, The Poetry of Wang Wei, Bloomington, In-
diana University Press, 1980, 163-164; Marsha L. Wagner,
‘Weng Wel, Boston, Twayne, 1981, 110-112,
* Guillermo Suexe, La méscara y la tranaparencia, Caracas,
Monte Avila, 1975, 302,
El retorno del poeta a México funciona como
niicleo generador y estimula el proceso de la eseri-
tura, volviéndose un pretexto circunstancial para
recorrer un espacio mental y mitico, donde el len-
guaje no se ha hecho aficos. En un poema anterior,
“Cuento de dos jardines”, Paz recuerda dos espa-
ciog, el jardin de su infancia en Mixcoac y otro en
Ja India, para coneluir: “No hay més jardines que
Jos que evamos dentro” (p. 477). La realidad es
siempre una dimensin mental. Ei reencuentro de
Paz con el origen, el retorno “hacia lo que dejé / 0
me dej6” esuna vuelta a un “baledn / sobre el vacio”
(p. 598). El verdadero espacio se lleva consigo, es
el mundo interior siempre inasible y vertiginoso:
Camino hacia mi mismo
Dhacla la plazuela
Elespacio esté adentro
nno es un edén subvertido
‘es un Intido de tiempo
‘Los lugares son confluenclas,
aleteo de presencias
gauunerpactonetantiseo
‘Nunea legamos
‘Nunca estamos en donde estamos
(Camino sin avanzar
No el pasado
<1 presente es intocable (p. 602)
El final de “Vuelta” sintetiza una de las constan-
tes de Is obra poétiea de Octavio Paz: la convergen-
cia de todos los puntos, la nocién del tiempo como
suma de tiempos. Cada espacio es el mismo espacio;
no hay pasado ni futuro, ni antes ni después, s6lo
Jas momenténeas configuraciones del mundo: “Cada
tiempo es diferente; cada lugar es distinto y todos
son el mismo, son lo mismo. Todo es ahora”, refle-
xiona Paz en BI mono gramético (p. 578). Las de-
terminaciones. espacio-temporales desaparecen y
todas las edades convergen en un instante privile-
giado, en ese evanescente y fugaz presente atempo-
ral y arquetipico: “Todo es presencia, todos los
siglos son este Presente” (“Fuente”, p. 239). Paz
libera al lenguaje de Ia ilusin de representar una
realidad empirica: espacios, tiempos y culturas dis-
tantes se entrelazan sin transicion explicita y dan
al poema un sentido plural.