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Todas estas acciones si bien buscan demarcar los espacios territoriales, generar miedo,
zozobra, pnico, son realizadas en un contexto y en un lugar de gran valor estratgico para
la implementacin de la paz y para la construccin de una mejor regin y pas.
En el pasado fue imposible la expansin de las AUC, en este presente es lgico pensar lo
mismo, ante cualquier inteligencia es difcil pensarse el control de las zonas dejadas por las
Farc-Ep sin las aquiescencia de las autoridades.
Los grupos herederos del paramilitarismo mantuvieron el control poltico y territorial de las
zonas donde antes hacan presencia las AUC. Luego de la salida de las Farc-Ep el
reacomodo, el avance y la consolidacin de las AGC busc llegar tambin a esos espacios
de total abandono estatal. Lo ms preocupante en este panorama, es la facilidad de
maniobra generada por un permisividad latente por parte de las autoridades de Urab.
Desde hace varios aos hemos venido advirtiendo de la presencia y del copamiento de los
grupos post-paramilitares en las regiones de Colombia, en especial en San Jos de
Apartad, sabemos de la creacin de aparatos para perseguir a estos grupos, pero la
expansin ilegal contina abrindose paso ante la ausencia de la institucionalidad.