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Centro Iberoamericano de Editores Paulinos (CIDEP): Barcelona, Bogots, Buenos Aires, Caracas, Lima, Lisboa, Los Angeles, Madr, Mexico, Miami, Params, Quito, Santiago de Chile, San José de Costa Rica, So Paulo, Sevilla, Referencias iconograficas: G., Perego 1.2.7; M, Mandel 3; GellonalPapandrea 4; ‘Archivo Edlzioni San Paolo 5,6; R. Sala 8; G. Ottonello 9,10; Oxtria 11 Material bibliogratico: G. PeREGO, Atos bibco interdiscilinr, San Pablo, Madrid 1999 JM? Lasox-A, Due, Atlas histérco del crisonismo, San Pablo, Madrid 1998. 62 edicion © SAN PABLO 2000 (Protasio Gémez, 11-15. 28027 Madrid) Tel. 917 425 113 ~ Fax 917 425 723 E-mail: secretaria.edit@sanpablo.es - www sanpabio.es © Edition’ San Paolo s., Cinisello Balsamo (Milin) 2000, Titulo original Atlante cidattico deo Bbbia “Traducido y preparado por Adcacion Pérez Distnbuciin: SAN PABLO. Divisén Comercial Resina, 1, 28021 Madrid * Tel 917 987 375 ~ Fax 915 052 050 E-mail ventas@sanpablo.es ISBN: 978-04-285-2311-0 Depésito legal: M. 2.818-2012 Impreso en Artes Grafieas Gari. 28970 Humanes (Madrid) Printed in Spain. Impreso en Expara Recorriendo las paginas de la Escritura, nos percatamos de que la reve- lacién de Dios se encarné en una historia hecha de rostros, nombres, fechas y espacios geogréficos. El escenario principal que hace de fondo al encuentro entre Dios y el hombre es una pequefia franja de tierra —Palestina~ que en Ezequiel 38,12 se define como “el corazén de la tierra”. Con este apoyo nos proponemos ayudar a los lectores de los textos sagrados a retener en la memoria algunas paginas fundamentales de la his- toria de la salvacién, Para facilitar la consulta de los mapas hemos consi- derado oportuno distribuirlos en cuatro secciones, cada una de las cuales va precedida por una breve presentacién: + En la primera se perfilan los instantes que determinaron de forma deci- siva la identidad del pueblo elegido: es la época de los patriarcas, de los juc- ces, de los primeros reyes. + La segunda parte se refiere al perfodo oscuro de Israel, cuando cae bajo el dominio de los grandes imperios; es la época del exilio y del compro- miso, pero también la de la profecta y la reflexién. Gracias a ellas volver a brillar con toda su fuerza la fidelidad de Dios. * La tercera parte se concentra en la figura de Jests y en los espacios geo- gréficos que sirvieron de escenario a su mi es el tiempo del cum- plimiento. * La tiltima parte recorte los caminos del anuncio cristiano, que, sobre- pasando los limites de Palestina, se difiinde por toda la cuenca del Mediterraneo bajo el impulso del Espiritu Santo. En las paginas siguientes, mapas, reconstrucciones y breves reflexiones se integran atrojando luz sobre la Palabra que Dios sigue dirigiendo al mundo, con la que interpela a cada uno de nosotros. Que este sencillo ins- trumento favorezca nuestra respuesta. GIACOMO PEREGO, ssp Territorio del | Creciente fértil Las grandes distancias recorridas por los “padres” de Israel son el signo concreto del largo recorrido interior a que fue sometido el hombre de Dios. Abrahiin, Jacob, José, el pueblo mismo de Israel son grandes cami- nantes, hombres continuamente invitados a levantar las tiendas para atra- vesar desiertos y llanuras, experimentando en si mismos los signos concre- tos de la presencia de Dios. ‘Aun cuando el pueblo elegido, bajo Ia guia de los Jueces, consigue entrar en la tierra prometida y echar raices en un territorio con sus confi- nes detalladamente trazados, el sentido del camino permanece. Quien sigue a Dios ha de tener siempre un “corazén de peregrino” y ponerse bajo su guia, guardando su Ley y siguiendo sus caminos. Tanto el éxito 0 el fracaso como las condiciones de gracia o de desgracia que se viven dependen de esta actitud de fondo, de la que los Jueces y los Reyes, como guias elegidos por Dios, son los principales representantes. A lo largo de esta historia, hecha de “sandalias desgastadas” y “rostros cubiertos de polvo”, el lector es acompafiado a descubrir progresivamente el rostro del Dios de Abrahdn, de Isaac, de Jacob, un Padre que levanta las tiendas junto con sus hijos reveldndose como Dios-con-nosotros EL misterio de la encarnacin esté ya latente en todas las paginas del Antiguo ‘Testamento, ponien- do de relieve los valo- res que hallardn en Cristo su més comple- ta expresién. Fig. Hebrén. El sani que cso eumba de os pauaas Fig. 2) Primi y Eng nbobs de lender epi Tl largo itinerario de Abrahén es imagen del camino de fe de todo creyente, Cada uno de nosotros, J} como el patriarca, estd invitado a dejar las seguridades del mundo aque lo rodea para abandonarse a la yoluntad de Dios. Esta se revela paso a paso, por medio de las fati- ‘2s, las incertidumbres y las pruc- bas del camino. Wa! Recorrida de Abrahin = —— Ciudades mencionadas en Gén*12 * ig 4 Ziguae Ree El engafio, la lucha, el miedo, la promesa forman parte de la vida de Jacob como también de nues- tua propia vida, Ea ay nanos de Dios nada se pierde. Mapa 5 José vendido por sus hermanos (Gén 37) ‘Alo largo de toda su vida, José fue et hijo predilecto a la biisqueda de sus hermanos. Una vocacién que el pa- triarca pagard cara, con la esclavitud, la prisién y la tracién, Pero su fidelidad produciré frutos abundantes. El camino del éxodo La cuestién relativa al itine- rario que siguieron fas hues- tes de Moisés” en el éxodo. es de las mas complejas. Muchas de las localidades citadas en la Biblia son des- conocidas, y otras indican itinerarios contradictorios. Todas les tradiciones men- -cionan el “mar”, pero_no permiten identificarlo, Las divergencias se explican mejor si se admiten varios “éxodos”: algunos hebreos ‘expulsados en el tiempo en ‘que fueron arrojados los Hicsos (.XVI aC.) habrian seguido el camino de la ‘costa mis al norte, contro- lada pot los egipcios: otros, hhuyendo de los trabajos forzados, habrian_ seguido mas tarde el camino del desierto bajo la guia de Moisés. En todo caso las diversas etapas de tal cami- no permanecen envueltas ‘en el misterio. Se desconoce también fa localizacién del monte Sinai: la tradici6n que lo identifica ‘con el Yébel Musa, donde se encuentra el monasterio de Santa Catalina, es del s.1V 4. ‘Cu la hipétesis del arqueé- logo E. Anati, que sitia el Sinai jurto al Har Karkom, sdespierta mas dudas que las que resuelve. El camino del éxodo y su ‘etapa central, el Sina, siguen siendo un misterio. Mapa 6 Los caminos del éxodo (Esd 13-19; Num 11-14; 20-25; 33) DELTA DEL NILO GOsEN Mens ¢ + Beni-Hasan ‘A. Supuesta localizacién del Monte $ —> Rta tradicional —> Via de los filisteos (via Maris) = > Otras rutas propuestas {Paso del Mar Roje? 1 @ Chesben| | Monte Nebo EL GRAN MAR < cader-tarne AK HS Sl lo t . | DESIER'ID DE FARAN gh _ (DESTERTO fa DE SINAL Cuando Josué ented en el rerrito- rio de Canaan, Dios le invité a que distibuyera la tierra entre las doce tribus. Los asentamientos de Israel se concentraron_especial- mente en las regiones montariosas yen Transjordania (Jos 13-21) MANASES ORIENTAL Meguide +Dor a MANASES OCCIDENTAL + Seen Mapa 8 Los jueces y sus ciudades (Jue 3-16) ‘ sin Gein eg feguido « PiraseR $i Sanson [issn ‘Oroniel m= Ran set e i Ss / ABR) Los jueces eran lideres politicos, milita ses y espirituales, guiados y sostenidos por el Espiritu de Dios. Elloslibraron al pueblo del peso de la dominacién extranjera provocada por el. pecad ayudando a Israel a reorientar su core. 276n hacia el Sehior. Fg. 5. “Sinai conra lor ise Mini Biblioteca eld Tai Cad ain XIV Baio el habil gobierno de David, el reino de Israel aleanz st: maxima estabilidad ppostica, Fl oraskado del aca de la alianza a Jerusalén hizo de dieha ciudad el cen- tro politico y espiitual de todo el reino, favoreciendo asi su unidad La sabiduria de Salomén no debis favo- recer mucho su politica econémica: des- pués de su muerte, las tribus del Norte, abrumadas por fuertes impuestos, se tebelaron y formaron un reino auténo- mo. Desde ese momento, los reinos de Israel y Juda se convirtieron en dos esta- dos gemelos en tensién continua. F ‘GRANDES IMPERIOS Y GRANDES PROFE ‘Tambien para Israel la libertad llegé a ser muy pronto un tesoro dificil de sgestionar, La tentacién de volver a las “cebollas de Egipto” y de confiar més cen las intrigas de la corte y las alianzas politicas que en la fidelidad a Dios hizo que el pueblo clegido cayese bajo el dominio de las grandes potencias. Estas se iban turnando, arrebatando a los hijos de Israel la dignidad que el Seior les habia concedido con tanta premura: asirios, babilonios, persas, ‘griegos y romanos fueron los nuevos “faraones” en cuyas intrigas cayé el pue- blo clegido, Pero aun en estos largos periodos oscuros, Dios no abandona a los suyos. La voz de los profetas se alza para clamar su amor atormentado. ig.6 Epa de Taylor” nara el argue dl ey Seniquet Jeu, De sus oraciones y amenazas emerge el corazén de Dios como el dramitico teatro en que la ira y la compasién luchan sin tregua, Pero gracias precisamente a esas voces, la experiencia oscura del exilio se con- vierte en el espacio luminoso de la memoria, en el tiempo propicio para el redescubrimiento de la Ley. Es ms: el destierro llega a ser el lugar en que Dios, como un joven esposo herido, reencuentra a la esposa infiel. Fn estas paginas, en que la Escri- tura une el lamento de los profetas a la narracién dramatica de las luchas y derrotas del pueblo, emerge cada vez mas viva y fuerte la esperanza en ese Mesias que vendré a restablecer la paz perdida y hondamente anhelada. Los proferas, signo material de la fide~ lidad de Dios. para con un_ pueblo. inquieto y rebelde, sostienen el destino: q] de ambos reinos en los momentos mas delicados de su historia, Su vor acom- ppafa al pueblo en el tiempo de la deso- Tacidn y de la reconstruccidn, Jeremias _]/ ay: Isalas Ezequiel Moréset Gat « Miqueas 7 Cala BEL dated ea airmen ic fc El personaje mais notable del vasto impe- rio asirio es Tiglat-Pileser Ul. Fste comenaé una amplia politica expansio- nista, que en el 721 a.C. condujo a la caida del reino de Israc. Et imperio babilénico alcanza su apogeo con ‘Nabucodonosor. En el 587 Jerusalén es ven~ J cida por los invasores, dando asi lugar a la ‘# Después de la destruccién del ‘Templo el afio 587 a.C., el pueblo de Israel fue exiliado a Babilonia. En el reino de Judd permanecie- ron sélo los més pobres. Es la “gran noche” del pucblo clegido. El imperio persa era el més ‘extenso de todo el Antiguo (Oriente, Sus mayores represen ‘antes fueron Ciro, Cambises y Dario I. El afto 333 a.C. Alejandro Magno derroté al ejrcito persa nla céle- d} bre batalla de Isos. El Macedonio comenz6 alli una conquista que le i petmitié llegar hasta las proximida- des del Indo. Pompeyo comenzé su camparia militar contra 3 Palestina el afo 63 a.C. Se abrié asta largo 74, periodo de la dominacién romana que sievid ees, de fondo a todo el Nuevo Testament, Rey = Provincias del Imperio romano en el s. I a.C. Herodes, considerado como un hombre duro y sin escriputos, fue capaz de resta~ blecer el antiguo reino davidico a base de habilidad politica. Reiné del 37 al 4 a.C. Sa ee| Las natraciones de Mateo, Marcos, Lucas y Juan brotan de una sola fuente: la experiencia del misterio pascual de Jestis, el Cristo muerto y resucitado. La buena nueva que encierra en si la paradéjica provocacién de la cruz y el gozoso anuncio de la resurreccidn se extiende progresiva- mente ilustrando también los acontecimientos de la vida de Jestis. Por medio de ellos los creyentes pueden acercarse a la ensefianza de su Maestro, a sus actitudes, a sus gestos, a las reacciones que acompafiaron su ministerio. Las paginas de los evangelios hunden sus raices en Ja historia de la Palestina del s. I, historia con rostros concretos como el de Herodes el Grande, Pilato y otros procuradores que sucedieron a este tiltimo. Personalidades que dejaron huellas indelebles no sélo en los yacimientos arqueolégicos de Tierra Santa, sino también en los archivos hist6ricos del Imperio romano, Sobre este fondo vemos a Jerusalén como una ciudad “en crisis”, que por tuna parte tiene su centro vital en el ‘Templo, pero que por otra se encuen- tra desgarrada por un pluralismo de cotrientes religiosas que desorientan el corazén de los ficles. A la crisis reli- giosa se afiaden las provocaciones y las injerencias del poder romano. En este terreno, tan poco propicio desde el punto de vista humano para la inauguracién del reino de Dios, cayé la semilla de la buena nueva, que ech rafces en el corazén de los pobres y de los tltimos. Fig. # Vina de enualén desde el haere de lor Ole. ‘Mapa 20 EI Templo de Jerusalén en la época de Jestis Varios son los pasajes que hablan del iministerio de Jessen el Templo: Me 2112-175 21,23-23,39 Me 11,11 127-124 Le 2,22-38.41-50; 19,45-21,385 24,53 Jn 213-22; 7,14-525 8,2-595 10,23-39 ain © Becsaida Juli da pee Lago 6a (Ge) de Tiberiades er Se pats ey | Principal escenario de la predica- cidn de Jess, el lago de Tiberia des es llamado por la tradicién hebrea “el ojo de Dios’. Mapa 23 Lugares de la pasién === Posible itinerario del Via erucis Piscina de Betesda Getsemani Gélgora BLA u4pa9 PP PIA Murallas herodianas Palacio WH de Caifas I Ceniculo Fig. 10 Env aac del Sanco Sep LA EXPANSION DE LA IGLESIA Bajo el impulso del Espiritu Santo, la semilla del Reino rompié los estrechos limites del judaismo para alcanzar los confines de la tierra. La obra de la Gracia se sirvié sorprendentemente de Saulo, un fariseo a quien Cristo zsié por el camino de Damasco y destiné para dar un impulso a la experiencia pascual de los discipulos de Jestis. Con él la buena nueva se dirige a los paganos, y se ensancha desde Palestina hasta la actual Turquia, Grecia, Italia y tal vez hasta Espafia. Su estrategia misionera consiste en hacer de los grandes centros urbanos los piilpitos para la buena noticia, valorando al maximo todos los medios que la estructura del Imperio roma: no ponia a su disposicién: la red de carreteras, las comunicaciones mart mas, las plazas puiblicas, los tribunales, las prisiones... Pero el crecimiento de la comunidad cristiana no se realizé sin dificul- tades: a las tensiones exteriores, procedentes del judaismo oficial, se afia- den pronto las discrepancias interiores que debilitan el ideal del segui miento, dividen a la joven comunidad y amenazan con falsear el nticleo del mensaje cristiano: la pasién, muerte y resurreccién de Jestis. Los diversos escritos del Nuevo Testamento acusan de numerosas maneras estas dificultades. Se escr ben precisamente con el fin de ofrecer respuestas claras a interro- gantes cada vez més urgentes que surgen en el corazén de los fieles. No olvidemos que la primera pigi na del Nuevo Testamento brota en particular del temor de un apéstol =Pablo- por la suerte que pueda correr su joven comunidad de Tesalénica. Esto ocurre hacia el afio 51 d.C. Fig. 11 Coro. Vie del cana Mapa 25 MacRETA, Soe: Pace Las siete iglesias | Two del Apocalipsis MAR MEDITERRANEO Teer fi (Ap 2,1-3,22) Cured hi Senet Mapa 26 Primer viaje misionero de Pablo (He13,1214,28) Mapa 27 Segundo viaje misionero de Pablo (He 15,36-18,22) eRe, we cougggn Pate MAR MEDITERRANEO MAR MEDITERRANEO, = Actsares i Ace oe 7 os 5 " 4 py seid a HISTORIA DE PALESTINA Breve cronologia Cronologia |Acontecimientos histéricos Escritos | PATRIARCAS, JUECES Y REYES ue x Pee enccus, de la Escritura Moi Bein joe i= ee fia. a ae a ees BE Los profetas y sus escritos acompatian el tiempo que precede y sigue al exilio Durante este se hace la prime- 1a redaccién del Pentateuco y se recogen las tradiciones que servirin de guia para la redac cidn de los libros histéricos. La literatura sapiencial os la tlkima que se acoge junto al Pentateuco y a los Escritos Proféticos Nuevo Testament fet oe SEE mannan mig smeaay ame ok eg Bs aise ES, ESdgeer Sen 2 Ta Sen rans SEN ae INDICE DE NOMBRES om hens. 2.2827 Sr 6 7,24 25,26 27,2829 Ee ian a6 a a8 27 ere Beer I Eman’ foie eeu ea sec Seven a EE ae Bias Beceem Eee micras igre ELS PORN veh wiveanase nin ain ure eS ae Caco = Hpac owe 9 ara 8 19 egaie 3 7.8,9.10 fee oak 7 910 1,18 19 sme AS ATA. Ea eee re z rai Re he na. anan Se tom 119 Efvnasane eon ‘Telrad 18.19.2228, 28 ay ike

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