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  • Conspiratio 14 El Burlador Burlado, JM Escamilla en Conspiratio 14

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    BIMESTRAL 2011, ANO IIL + $50 * ISSN 2007-090 Da AURU Ne REX? LOUIS. Perera ccs Juan Manuel E: Roberto Ransom Mexico: la persistencia del mal Pormas: ENz1a VERDUCHI CONSPIRATIO 14 EL LUGAR DE LA UTOPIA 6 | ELcaLr6n pe Manta. Tomds Calvillo 8 | Exocio pe La mpureza. Rafael Jiménez Cataiio 12 | ENLA TIERRA COMO EN BL -CiELO, Roberto Ochoa 16 | Catemoscorro. Eduardo Garza Cuéllar R{OS AL NORTE DEL FUTURO 2 Reciprocidad negativa, ausencia del bien 22 | cinstitucionalizacion dl pecado Jean Robert 38 El burlador burlado Juan Manuel Escamilla 50 | us paradojas del mal absoluto Luis Xavier Lépez Farjeat ‘Direceor: javier Sicilia CONSPIRATIO (ers La celebracién livirgica de las primeras Disero original: Alejandro Banuet comunidades cristianas cenfa dos grandes ‘momentos: la conspirati y la comestio. La Consejo editorial: Maria Luisa Aspe Armella, primera toma st sentido de spirtu (aliento), Humberto Beck, Toms Calvillo, Werner Que se expresaba por un beso en la boca, era Colombani, esis A dela Torre Rangel, Bernardo tina co-tespiracion, una conspiracién: la Domingues, Pduardo Garza Cuellar, Felipe creacién de una atmésfera comtin, de un Garrido, Rodrigo G Jiménez Cara, medio divino. Luis X. Léper Farjeat, Pablo Macedo, Angel Méndez, Catlos Mendora-Alvatez, Roberto Ochoa, Las ilusteaciones de Conspinatio son un home- Francisco Prieto, Jean Robert, Santiago Sicilia, Jorge naje a Giovanni Pi E, Traslosheros, Fausto Zerén- Medina. [npice Unde malum? ;De dénde el mal? Carlos Mendoza-Alvarez, OP 64 70 84 EL UMBRAL Apuntes para un ensayo sobre el mal Roberto Ransom Laconnaturalidad del mal Francisco Prieto DEL ESPEJO 90 | Ex pros que pata. Pedro Bonnin 94 | OpinroNes DE UN payaso. Gabriel Garcia Jolly 100 | Meraritmica pe oTEKa. Javier Ortiz Tirado 104 | Lecror perEGRINO. Ibén de Leon. 108 | Ex ojo De viprro. Ricardo Vinés 4 | EDITORIAL 60 OEMAS lf wia Verduchi Gonspinato, ato i, ntimero 14, noviembre diciembre 2011, es una publicacién bimestral edieada por Editorial Jus, S.A. de C.V.. Donceles 66, Colonia Centro, Delegacién Cuauhrémoe, Distrito Federal, CP 06010. Teléfono 91501400, wwwjus.com.mx. Editor Responsable: Javier Sicilia. Reserva de derechos al uso exchusivo No. 04-201 1-082610215700: 107, Licitud de titulo No. 14692, Licitud de contenido No. 12265, ambos ororgadas por la Comisién Califcadora de Publicaciones yy Revistas Ilustradas de la Secretaria de Gobernacién. Impresa por Fuentes Impresores, S.A, Centeno 109, Colonia Granjas Esmeralda, Delegacién etapalapa. C:P, 09810. Ese ejemplar se terminé de imprimir el din 13 de octubre de 2011, con un taj de 5000 ejemplares. Las opiniones expresadas por los aucores no necesariamente refjan la postu del editor de la publicacién. Queda prohibida la reproduecion total o parcial de los Eontenidos e imagenes de la publicacion sin previa autorizacion de Editorial Jus, S.A, de CY. Redaccién: Prolongacién 16 de Septiembre 152, Torres de Acapantzingo, B-101, Col. Jardines Acapantzingo, CP. 62447, ISSN 2007-090X Conspiratio 14 El burlador burlado Juan Manuet Escami.ta al vez una de las teorfas mas moder- nas e inquietantes sobre el misterio del mal sea la de René Girard cuando, al analizar la légica del chivo expiato- rio a la luz de los evangelios, desmon- ta sus realidades mds profundas y en- gafiosas. En el presente texto, Juan Manuel Escamilla, filésofo y poeta, retoma las tesis de Girard para, en las circunstancias de violencia por las que atraviesa el pais, mostrarnos sus mecanismos més intrincados y oscuros, y la manera en que a la luz de la revelacién evangélica podemos combatirlo y alcanzar la paz que tanto necesi- tay desea nuestro pais. ee ee a Alemania nazi no inventé los campos de concentracién, tam- poco los genocidios. No fue la primera en poner la inteligencia al sez- vicio de la muerte: desde que Cain to- mié la quijada de un burro y con ella derramé la sangre de su hermano, la técnica haservido ala muerte, Podra- mos decir que Cain, el primer hijo de los hombres, fue el inventor de la te: nologia militar. Desde siempre, los renglones dels historia los haescrito la peste dela guerra. Y sin embargo es evidente que un departamento inédito de la perversi- dad humana se inauguré en las barra- cas de Auschwitz. Con puntualidad sttiza aquellos trenes de la muerte abandonaban los campos de extermi- nio paraalimentar la voracidad belico- sade las cdmaras de gas con hombres, mujeresy nifios cuyo tinico crimen era la pertenencia a una raza que otra ha- bia decidido eliminar de la faz de la tierra. Cul fue el elemento novedoso que los hombres leycron en aquel espanto- so genocidio? La Escuela de Frankfurt atiné a concebir la monstruosidad del genocidio nazi como un exceso de la rarén. Ya lo habia advertido profética- mente Goya: “El suefo de la razén pro- duce monstruos”. En efecto, como nunca antes en la historia, la razén fue puestaal servicio de la muerte. Notan- toenlamedidaen queel hombre es ca- paz de ingeniar armas, cuanto en que se inauguré una diabélica forma de hacerlo industrialmente. La revolucién, industrial permitié la desproporcién que se da entre crear herramientas de muerte y crear fabricas de muerte. Sin embargo, me atrevo a sefialar otro elemento novedoso en la mirada con que verosese horror que fueel ge- nocidio de los judios bajo el régimen nazi, a saber: nosotros sabemos que los judios eran inocentes. Que la persecu- cién de que fueron objeto era entera- ‘mente arbitraria ¢ injustificable. Esto es tan obvio para nosotros que mi dis- curso podria parecerle ocioso al lector. Pero no lo es. René Girard nos ha ensefiado a des- cifrar lo que los mitos ocultan: la vio- lencia—real ¢ histérica—en contradeun inocente nos ha hecho sensibles al ele- mento violento presente en la funda- cién de todas las culcuras. Ha desentra~ fiado el mecanismo de esa violencia: una mdquina que crea dioses, institu- Giones sociales victimasinocentes que siempre se hacen pasar por culpables para legitimar la persecucién de la que son objeto por parte de una mayoria. Girard nosha enseftado a distinguirlos mitos de los salmos, la diferencia radi- cal que hay entre la sentencia con que, por ejemplo, se justificé la persecucién y el asesinato de un judio hace dos mil afios: “Conviene que muera un hom- bre para que no perezca una nacién’s y la sentencia con que ese mismo judio rezaba pidiéndole a Dios el perdén de sus perseguidores: “Padre, perdénalos porque no saben lo que hacen”. 39 40 Conspiratio 14 Unay otra vezlos hombres se engar- zan en guerras. La violencia ¢s el pan cotidiano de la humanidad desde que existe. Lo mas evidente para nosotros ¢s que no somos iguales, quienes son mis fuertes se aprovechan de los débi- les, gana el mas asturo, el “victimario”, esa sla “ley de la selva’, la dela evolu- i6n, el principio de toda sociedad. Y sin embargo hoy, tiros y troyanos nos sublevamos por igual ante cualquier forma de persecucion de los debiles. Ninguna generacién humana habiaes tado tan atenta al cuidado de los des- protegidos, Jas minoriasyy las victimas. 3Por qué existe, pues, una diferen- cia fundamental entre nuestra forma deconcebirel mundo y laexperiencia que tenemos de él? La respuesta es que eljudeocristianismo lleva siglos traba- jando nuestro capital simbdlico! E toy persuadido de que, pongamos por caso, cualquiera que encuentre inad- misible el genocidio nazi esta mas fa- miliarizado con el micleo del Evange- ligsuscriba el Credo 0 no-de lo que loesta, digamos, un cristiano comin y corriente que durante la gran peste haya acusado a los judios de envene- nar los rios. Pero para aclarar esto se hacen necesarias todavia un par de precisiones. Nietesche se dio cuenta que el hu- manitarismo que hoy hace de la preo- cupacién por las victimas ~incluso hasta llegar al extremo-un elemento imprescindible dela cultura universal, se remontaba al cristianismo. En efec- to, Nietzsche acusa al cristianismo de haber introducido en nuestra culeura el veneno dela asociacién delamory la culpa. ¥ tiene razén. Basta, para mos- trarlo, leer el Evangelio en donde Ma co? referee juicio final en que el Dios llamaré a su derecha a aquellos que han tenido misericordia de “los mas pequefios”, La identificacion del amor y la misericordia con aquellos que son ‘mas débiles (los hambrientes, los ex- tranjeros, los miscrables, los enfer- mos...), introduce automaticamente, por oposicidn, la condena de quienes no tuvieron misericordia con quie- nes ocupan el sitio de las victimas, Vivimos en la cultura més culpable de la historia gracias al cristianismo y ala secularizacién del amor en la mo- dernidad; y en Ja mds solidaria tam- bién, capaz de reunirfuerzas para ayu- dara quienes estan en una situaci6n de necesidad, ase encuentren al otro la- do del globo, en Japon, por ejemplos pero en la misma que mas miserables produce. Asi, todos fos ias asistimos 1 Cuando me refiero al cristianismo, el lector ne debe entender que hablo dela Iglesia, nide loscristianos, quienesa menudo han estado yestan cautivos del mecanismo victimario que eljudaismoy el cristianismo han revelado, sino precisamente dei niicleo de esta doctrina. 2. Mt,25,34-40 Rfos at Norte pet Futuro ala farsa en la que unos y otros se le- vantan apuntando con flamigero tino asus enemigos, acusindolos de no te- ner compasién para quienes convier- cen en victimas. Los ccologistas pro- testan por la ambicién del capital que emponzofia y destruye los bienes na: turales. Los capitalistas acusan a Fidel Castro de no respetar los derechos hu- manos, Nuestra sensibilidad para re: conocer y defender a las victimas al- canza extremos cémicos, como en el caso de quien gand una demandacon- tra su vecino, culpable de atropellarle la mano mientras él intentaba robarle los tapones del coche sin advertir que elautomévil estaba tripulado. No es extrafio que la universaliza- cién de la caridad vaya aparejada con la universalizacién de la culpa. Pero ahora que somos sensibles a la defensa de las victimas, siempre encontramos ms facil reconocerlas en aquellas que son consecuencia de las acciones del vecino, Aunque, démonos crédito, no faltard quien reconozca y denuncie a fas que nosotros mismos causamos. Si, nuestra sociedad es la mas cul- pable y la més caritativa, alavez. Dice Girard: “Cualquier anilisis, por poco cuidadoso que sea, pone de manifiesto que todo lo que pueda decirse contra nuestra sociedad es cierto: es, con mu- cho, la peor de todas. Ninguna otra, se dice una y otra vez, y no es falso, ha causado més victimas que ésta. Pero también los postulados contrariosson ciertos: la nuestra es, sin duda, la me- jor, la que mas victimas ha salvado”> {Cémo puede ser la nuestra la me- jor y la peor de las sociedades que el mundo ha albergado?

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