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CONSPIRATIO It I ewertloye (oes ire Aten SEV TceceroNt sod ee CoE e 1 tedlogo y sacerdote James Alison es una de las figuras centrales de lo que se ha llamado “teologia gay”. En el pre- sente texto Alison analiza “la cuestién gay” como el encuentro con un nuevo continente antropolégico que pone en crisis los mapas catélicos anteriores a ese descubrimien- to y nos llama a internarnos en él con la finalidad de descubrir una nueva y sana manera de vivir lo catélico: una esperanza siempre abierta al encuentro del misterio de Dios en su creacion. Entre los libros de Alison desta- camos Conocer a Jestis y La fe mds alld del resentimiento. Fragmentos catélicos en clave gay. 48 ee uiero compartitles una pers- pectiva de jabilo. Creo que ser catblico es divertidisimo, Un gratpasco en la montafia rusa de la realidad que Dios, quien nos res- guarda, impulsa; un viaje gestado por la amorosa entrega de Nuestro Setior en su crucifixién, sonrientemente ob- servado por su Santa Madre; creo que set catélico es como la interpretacién dela desconocida obra maestra de un virtuoso, traida a la sinfonia del Ser porla intrépida seduccién del Espiritu Santo, Hoy por hoy una de las mejores perspectivas para observarlo divertida que es esta aventura es mirar la inci- dencia de la cuestién gay en la vida de lalglesia Megustarfacompartirles unaaproxi- macién coherente sobre este asunto. Empezaré por enfatizar queestamosen presencia de un descubrimiento, Luego, quiero dirigir la mirada ala maneraen que hoy nos relacionamos con el mapa- ‘mundi que existia antes que el descubri miento se hiciera. Porque los descubri- mientos se convierten en fiero! fuleros quenos permiten entender el wnsito de la formaen quesoliamos mirarlas cosas hacia la forma en que las vemos ahora. Conello quiero identificary ponderarla forma del ewefo que nos revela este des- cubrimiento, el hueco del que nada sa- eee ere bfan quienes confeccionaron el mapa- mundi previo, y lo que esto nos ensefia. Después, quiero empezara sugerir, bre- vemente, algunas dimensiones de la dacatdlicaen a tensién entre este descu- brimiento yese-vacio. Descubrimiento En Ios diltimos més menos 50 afios hemos sido testigos de un genuino descubrimiento humano, uno de los que como humanidad no hacemos a menudo, Se trata de un auténtico des- cubrimiento antropoldgico cuya na- turaleza no pertenece a la moda o al capricho nies el resultado de una de- cadencia dela moral o del colapso de los valores familiares. Ahora sabemos algo objetivamente verdadero sobre los seres humanos, algo que no sabia- mos antes: que existe una variante mi- noritaria dela condicién humanacuya aparicién es constante, no patolégicae independiente de la cultura, el entor- no, la religidn, la educacién o las cos- tumbres, una variante que ahora de- signamos con la expresidn “ser gay”. Esta variante minoritaria se vive, sin embargo, desde as condicionesde una cultura, un entorno, unareligién, una educacién y ciertas coscumbres deter- minadas, ¢s decir: de una manera que esté por completo cargada de culeura. Por ello, en el pasado fue tan facil to- Punto que sirve de apoyoa una palanca para transmitirunafuerzay un desplazamiento.(N. delT} 49 50 CONSPIRATIO II marla, equivocadamente, por uname- ravariable de la cultura, la psicologia, lareligién o la moral y creer quela ho- mosexualidad era algo que debia es- candalizarnos y no algo que simple- menteestaba ahi. Todavia nos queda mucho por aprender sobre esta variante minorita- riadela condicién humana, cuyaexis- tencia es constante. Comoquiera, sa~ bemos de ella lo suficiente como entender que al hablar de la homose- xualidad—o de la heterosexualidad—se utilizan categorias erréneas como si hablaramos de alternativas del deseo. Parece mas acertado hablar de ellasen términos de configuraciones particu- lares del deseo humano—unaconfigu- racién mayoritaria y otra minorita- tia. Sdlo desde alli tiene sentido ha- blar de distintas formas de vivir, de re- lacionarsey de amar que pueden o no set saludables 0 patoldgicas. Sélo des- de allf también la cuestién ética se co- loca en otro plano: no en el dela con- figuracién, sino, por un lado, en el de “cémo” vivirla y, por otro, en el de los desafios que toda minoria, alenfrentar Ja incomprensién, la indiferencia y la hostilidad de la mayorfa, asume para realizar plenamentesu potencial. Nos parece facil concebir el descu- brimiento de continentes desconoci- dos 0 especies animales de las que no sabiamos nada, Més dificil es coneebir un descubrimiento de orden antropo- légico, ya que las cosas que pertenecen aesta esfera se nos manifiestan a través y desde patrones de convivencia hu- ‘mana preexistentes, Esto, sin embar- go, no hace que tal descubrimientosea menos real ni sus consecuencias me- nos sorprendentes. No obstante, zhan observado lo di- ficil que es ser coherente con la verdad cuando se ha descubierto? Permitanme reflexionar un momento sobte esto y llamar suatencién sobre lo sorprenden- Rios av Norte pet F te de esta situacién. Parece, ante todo, quetendemosarelacionamoscon nues- tros descubrimientosen términos utili- tarios, aprovechandonos de ellos en el corto plazo y confiados, en cierta for- ma, en que con el tiempo acabarin im- poniendo su verdad y su significado. Pondré tres ejemplos. En 2009, el “bloguero” Mike Rogers hizo pitblico que el vicegobernador de Carolina del Sur, André Brauer, era homosexual. Al parecer, Brauer es un politico (juno de tantos!) que hace adeptos atacando piiblicamente lo que ama en privado. ‘Al margen del impresionante rango de acierto que Rogers suele tener en este terreno, al margen también de que Brauer no haya rechazado del todo la acusacién, zafandose con una “nega- cién porlano negacién”?lo queasom- braesla rapidez.con laqueladiscusién se deslizé de la pregunta “ses verdad lo que dice Rogers?” a la pregunta “jc6- mo podemos sacatle provecho a esta polémica?”. En efecto, muy pronto el asunto derivé en unaacusacion contra DTURO los seguidores del controvertido go: bernador Stanford —quien también habia renido que enfrentar un escén- dalo a consecuencia de su “escalada a los Apalaches’=2 Se alegaba que quie- nes esperaban la reeleccién del gober- nador se habian rebajado a despresti giarasu potencial contendiente. El ra- zonamiento de todo este embrollo era cl siguiente: ;qué més da si Brauer es homosexual: o que importa es que en ello hay algo que puede usarse en una disputa preexistente! EI siguiente ejemplo tiene conse- cuencias mas graves. Sabemos bastan- te sobre las reuniones que tuvieron lu- garen la Casa Blanca inmediatamente después de los atentados del 11 desep- tiembre de 2001, como para darnos cuenta de la asombrosa velocidad con la quelas prioridades se movieron dela pregunta “qué ha pasado y por que?” ala pregunta “;cémo podemos usarlo que sucedié en favor de nuesttos pla- nes de guerra contra Irak?” Allien un asunto cuyo significado quedaria cla- Laexpresion non-denialdenialse acuné para lescéndalo de Watergate. Se refiereaunane- gacién equivocay se.utiliza para designarladeclaracién oficial de un politico que rechazael reportaje de un periodista de tal forma que deja abierta la posibilidad de que el contenido del reportaje sea verdadero. El gobernador de Carolina del Sur, Mark Sanford, desapareci6 durante cinco diasafinales de junio de 2009. EI caso era singular porque ni siquiera su esposa sabia donde estaba. Su gabinete difundié que la ausencia del gobernador se debiaa que habia idoa practicarsen- derismo en los montes Apalaches.€l propio gobernador,asu regreso, confesé haberhecho algo “mas exético”: habia ido a visitar a su amante argentina en Buenos Aires. La “escalada delos Apalaches” le costé la presidencia dea Asociacidn de Gobernadores Republicanos. 52. CONSPIRATIO I1 roconel tiempo, volviéa surgiresain- mediata habilidad para obtener venta- jas de lo que se sabe. Eltercer ejemplo es mas rico. Pien- senen lo que sucedié cuando los euro- peos desembarcaron en América a fi- rales del siglo xv. Tomé décadas, in- cluso siglos asumir la ilimitada alteri- dad de lo que habian encontrado al buscar una via comercial répida hacia Oriente. Ala luz dela presencia geol6- gica, antropol6gica, borénica, 200l6- gicay cultural dealgo que, porsupues- to, habia estado ahi desde siempre, pe- ro de lo que los europeos no tenian ningtin conocimiento previo, cadaas- pecto del modo en que ellos se conce- bian sufrié un radical cambio de pers- pectiva, Peto si ese cambio toms si- glos, lo que sucedié inmediatamente fue: “:Dénde esté el oro? ¢Cémo pode- ‘mos tsar este descubrimiento para el provecho delos intereses de la Corona Espafola, dela fe catélica, de nuestras familiasy amigos”. No quiero decir que, al margen del habitual “;cémo podemos sacarle par- o?”, no existieran algunos intentos por averiguar “;qué habiaall”. Hubo, en medio del utilitarismo, un matiz autoctitico en la conquista espaficlade ‘América. Bartolomé de las Casas, Ber- nardino de Sahaguin y algunos otros, menos célebres, Ilevaron a cabo lo que para las investigaciones modernas fue tun recuento notablemente atinado, comprensivo y realista de las culturas que estaban desapareciendoa causa de la llegada de los espafioles. Estoshom- bres tomaron el partido de los vulne- rables contra la depredacién de sus compatriotas. Semejantes elementos de autocritica —ejercicios de genuino aprendizajede una experiencia nueva soportan la prucba del tiempo en su cardcter de raros momentos de gloria en la historia del colonialismo euro- peo. Sin embargo, ya pesar dello, en el abordaje de lo novedoso, verdadero y teal que representé el descubrimien- to de América, primaron los intereses ylacapacidad de sacarle provecho a la oportunidad que se presentaba, Lo mismo ocurre con la verdad an- tropoldgica de “la cuestién gay”, Para que asumamos sus verdaderas dimen- sionesy el estupor que provocaen noso- tos, es preciso el paso del tiempo. Y, co- mo siempre sucede con los descubri mientos, nuestras primeras reacciones sedirigenasacarle provecho. Paraalgu- nos, el surgimicnto del fendmeno gay es una maravillosa oportunidad para re- caudar fondos a favor de las cauisas con- servadoras, difundiendomiedoy man- teniendo viva la interminable cultura dela guerra. Para otros, es una oportu- nidad de tener relaciones sexuales mas fécilmente y masa menudo. Para otros mis, de asegurarse votos cauttivos y re- lativamente poco exigentes. Hay quic- nes encuentran en ello un buen pretex- to para atacar ala religi6n organizada Yas{ podrfamosseguirindefinidamen- tecon el elenco de aproximaciones uti- litarias al descubrimiento de lo gay. Rios au Norte pet Fururo Haciendo de lado nuestra habieual tendencia al oportunismo, me gusta- ria detenerme ¢ intentar claborar el boceto de la forma que tiene este des- cubrimiento. Ojald pueda hacetles ver que éste—como cualquier otro relativo ala verdad sobre el ser humano- es una buena noticia para la humanidad. Luego, me gustaria mostrar por qué esa buena noticia es particularmente buena para quienes somos catdlicos. Baste decir que el descubrimiento de que la homosexualidad no es un error 0 una broma cruel, representa una enorme resonancia con las siguientes palabras de la enciclica del Papa Benedicto XVI, Caritas in Veritate: “Cada uno encuentra su propio bien asumiendo el proyecto que Dios tiene sobre él, pa ra realizarlo plenamente: en efecto, en cuentra en dicho proyectosu verdad y, aceptando esta verdad, se hace libre (cf. Jn 8, 32). Por tanto, defender la verdad, proponerla con humildad y conviccién y testimoniarla en la vida diferencia para la cordura de quienes lo son. Nomeextenderédemasiado expo- niendo las evidentes razones por las que este descubrimiento es una buena noticia para quienes son gay y lesbia- nas. Baste decir que el descubrimiento de que la homosexualidad no es un error o una broma cruel, representa una enorme diferencia para lacordura de quienes lo son. Saberlo provoca un gran alivio en aquellos queestin acos- tumbrados a escuchar que sus senti- mientos son erréneos, enfermos, dis- totsionados; en aquellos que, cada vez que han intentado decir la verdad so- bre su vida, se han encontrado con un sinfin de mentiras y desengafios, Ha- llar a verdad sobre ser gay trae un ali- vio que retrata muy bien el famoso cuento de Hans Christian Andersen, Elpatito feo y encontrara una honda son formas exigentes ¢ insustituibles de caridad”. Este descubrimiento también re- presenta una buena noticia paralos pa- des y las familias de quienes son gay 0 lesbianas, pues significa que pueden deshacerse de los falsos fardos de culpa que habian cargado. Su hijo no se vol- vid gay porque no se intervino cuando al pequefio le dio por jugar con una Barbie, No habria dejado de serlo si se Ichubiera obligado ajugar, en cambio, con un muieco que representara a Sandoval Taiguez, No deberia aver gonzarnos que algiin miembro de nuestra familia —hermano, hermana, madreo padre-sea gay. Descubrir que alguien de la familia ~el hermano, la hermana, la madreo el padre~ es gay no esalgo de lo que tenemos que aver CONSPIRATIO It gonzarnos, sino una oportunidad para descubrir en qué consiste la honra, en quéla forma de tu familia, ercétera. He abordado algunas razones, més bien obvias, porlas que esta cuestién es una buena noticia para quienes son gay o lesbianas y sus familias. Pero ahora quiero, masbien, atenderaotra dimen- sién de esta buena noticia. Para ello, volvamosal cjemplo del descubrimien- to de América. El encuentro entre Eu- de ese instante, cada “desde” y cada “dentro” que los recibiera, serfan vistos de manera distinta. Del mismo modo, apenas ahora empezamos a entender algunas de las sorprendentes consecuencias de haber descubierto que lo que llamamos ser “buga”o “heterosexual” no es acon- dicién humana normativa, sino una condicién humana mayoritaria. Esto significa que-si bien es cierto que la re- surgié un continente que pertenece a la esfera de la libertad, de lo intencional y de lo deliberado al margen de lo meca- nico y de lo que ocurre por necesidad y, en este sentido, cam- bié la relacion entre lo que es meramente “biolégico” y lo que es susceptible de ser humanizado. 54 ropay América no sdloafecté a quienes hicieron el viajey alos pobladores de la América prebispanica. Alterd también, y para siempre, todas las dimensiones dela vida delos que se quedaron en ca- say de sus descendientes. Cambié la forma en que se concebian en el espa- cio, en el tiempo, en relacién con otros seres humanos, Mésallé delas plantas, losanimalesy los minerales que descu- brieron, la existencia de un “afuera” previamente inimaginable para el mundo europeo significé que, a partir produccién humana implica, inerinse- camente, a los dos sexos y que la vasta mayoria de los humanos tienen una orientacidn heterosexual, también es cierto que los humanos no son intrin- secamente heterosexuals. Esto tiene importantes consecuenciasen lacom- prensién dela relacién que existe entre la vida emocional, sexual y reproduc- tiva de quienes son heterosexuales. Porque laexistencia de una minoria para la que, de forma no patolégica y normal, las esferas sexual y emocional 4 Asisellamaalas personas heterosexuales en elargot gay. ee no estén asociadas con la reproducti- va, implica que la relacién entre estas tres esferas, para quienes stestan ligadas acllas, es muy distinta a la que habia- mos imaginado. Lo que quiero decit esque surgié un continente que perte- nece a la esfera de la libertad, de lo in- tencional y delo deliberado al margen delo mecanico y de lo que ocurre por necesidad y, en este sentido, cambié la relacién entre lo que es meramente “biolégico” y lo que es susceptible de ser humanizado. En otras palabras, ser “buga’ se vol- vid mucho mésinteresante, variado, a~ duoy facil. Masinteresante, porque los clichés y los estereotipos acostumbra- dos pueden ser depuestos de manera mds facil. Ms variado, porque hace posible el florecimiento de todo un elenco de estos personales y de formas de relacionarse con losdemassin temor a que se sospeche que se es “uno de ser gay se volvié algo que simple- mente se eso no se s,y,en cualquier ca- so, cualquier estilo est perfectamente bien—. Més arduo, porque dejé de ha- ber una forma natural de ser, de corte- jar, de casarse, de tener hijos; es decir, dejé de haber una forma que constituye “el modo de set de las cosas”, algo que todos deban simplemente seguir. Las cosas que ctefamos “naturales” -su- puestas por un mundo en el que la he- DEL Futuro terosexualidad seasumié como norma- tiva- ahora tienen que ser aprendidas, nnegociadas, ¥ eso exige el desarrollo de ciertos habitos y habilidades. La huma- nizacién del deseo es una tareaarduade laquenadicesté exento. Por tikimo, ser “buga” se volvié mas ficil porquela va- riedad de formas del amor entre perso- nas del mismo sexo -una parte muy significativa de la vida de todo mun- do- dejé de ser una esfera de miedo y suspicacia. Hay, como suelen manifes- tarlo con mayor facilidad las mujeres, todo un rango de formas saludables y apasionadasdeamor, carfio,amistady trato fisico entre personas del mismo sexo, independientes de la orientacién sexual, Un “buga” que siente una infa- tuacién por otro hombre no esta, por ello, a punto deconvertirseen gay. Sim- plemente es un hombre infatuado por otro hombre, Los afectos hacia perso- nas del mismo sexo son bloques consti- tutivos de la convivencia humana nor- mal. Incluso alguien podria sufrir una infacuacién por una persona que sf es gay. ambas partes pueden estaral tanto, serenamente, de que eso no implica connotaciones eréticas. Estas dimen- siones del amor requieren de cierta vigi- lancia para no derivar en la omertd® oen dindmicas ideolégicas y, por supuesto, enel peligio deloscelosy dela rivalidad que siempre estan al asecho en cual Laley delsilenciooel cédigo dehonor siciliano que prohibe informar sobredelitos conside- rados asuntos que incumben alas personasimplicadas. [N.delT]. 55 56 CONSPIRATIO IT quier relacién amorosa. Se trata deco- sas que no tienen que ver exclusivamen- reconsser gay, tranguiliza mucho que puedan ser expresadas y analizadas sin miedo a malas interpretaciones. Como puede verse, nos encontra- mos en las primeras etapas del descu- brimiento de las impactantes conse- cuencias que nuestro nuevo conoci: miento tendré y no pretendo predecir mucho més. Quiero dirigirmeahoraa otra cuestién verdaderamente intere- sante: cémo este descubrimiento esta afectando y afectard a la Iglesia. Vea- mos qué modificaciones esta produ- ciendo en el mapamnundi. Mapamundi Habja una vezen Roma, en un pasado no muy lejano, fuertes voces que le de- cfan a la gente como nosotros que la Gnica discusi6n aceptable y cualquier trabajo pastoral posible con quienes somos gay debfan permanecer en es- tricto acuerdo con una verdad que ya estaba propiamente dispuesta en la enseiianzas de la Curia Romana, es decir, que “la particularinclinacién de la persona homosexual, aunque no es en sf un pecado, constituye, sin em- bargo, una tendencia, mas 0 menos fuerte, hacia un comportamiento in- trinsecamente malo desde el punto de vista moral, Por este motivo lainclina- cién misma debe considerarse como objetivamente desordenada”’® Si fuéramos relativistas, gente que no cteyera en la existencia de una ver- dad auténtica, sino sélo en cosas que son “verdaderas” para cada persona, podriamos dejar las cosas asi. Podria- mos decir: “Muy bien, la definicién ac- tual dela Curia Romanaesla verdad de Ja Iglesia, Sino te gusta, adhiéretea una Iglesia cuya verdad te siente mejor”. Pe- 10, curiosamente, la misma [gles seiia en esta materia—con mucha fuer- a, por cierto—que el relativism es fal- 50, que existe algo verdadero y que la verdad se nos impone pors{ misma. En otras palabras, las mismas autoridades que nos dijeron que debemos seguir enseftanzas sobre las inclinaciones homosexuales, porqueson verdaderas, son también, gracias Dios, las que in- sten en que la verdad sobre esta cues- tién no depende de ellas y que sus en- sefianzas estén abiertas a descubri- mientos objetivamente verdaderos, surjan de donde surjan. Sifuéramos relativistas, entonces po- driamos tomar la definicién dela Curia Romana como una floritura retorica,es decir, podrfamos decir que cuando de- fine “la inclinacién (homosexual (.. como objetivamente desordenada’, la Curia no pretende postular una verdad capazdeincidir, aunquesea un poco,en en- Carta sobre la atencién pastoral a las personas homosexuales, Homosexualitatis problema, Congregacién parala Doctrina de la Fe, 1 de octubre de 1986, paragrafon. 3 Rios at Norte pet Futuro Jo que ahora sabemos sobre lo gay. Si fuéramos relativistas, dicha definicién no podria ser falseada por ningxin cono- cimiento cientifico sobre la naturaleza no-desordenada de la inclinacién ho- mosexual, Serfa una mera anotacién “fjloséfica’, una forma de subrayar tres ‘veces con un marcador indeleble lo que en verdad desea hacer: denunciar todo comportamiento homosexual como in- trinsecamente malvado. Pero si somos fieles a las ensefianzas delalglesiay rechazamosel elativismo, centonces debemos leer la definicién co- mo si fuera objetivamente verdadera, comossi sus pretensiones de verdad fue- ran tales que suscicaran la defensa de cierto orden subyacente. Después de todo, la pretensidn de que algo es obje- tivamente desordenado sugiere que hay algo objetivamente ordenudo que nos permite detectar un desorden. La pre- tendida verdad que subyace aesta defi- icidn es que todos los seres humanos, por el mero hecho de serlo, son intrin- secamente heterosexuales y que existe una tinica expresién propia del amor sexual: el matrimonio abierto ala posi- bilidad dela procteacién. Sélo desde el supuesto de la heterosexualidad intrin- seca de todos los eres humanosylaco- rrespondiente bondad del amor sexual marital, puede deducirse propiamente que las inclinaciones homosexua- les son objetivamente desordenadas, que son heterosexualidades malogra- dasy que cualquier relacién sexual en- tre personas homosexuales debe juz- garse como una realidad que se queda Corta frente a las que mantienen perso- nas heterosexuales casadas. ‘Lo que, sin embargo, se ha mostra- do, mas 0 menos a lo largo de los titi- mos 20 afios, es que la pretensién que subyace a las ensefianzas de la Curia Romanaen materia sexual, es falsa. No esverdad que todos los seres humanos sean intrinsecamente heterosexuals y ‘que quicnes son homosexuales sean, de hecho, heterosexurales malogrados. No existe evidencia cientifica de ninguna clase —psicolégica, bioldgica, genética, 57 ConsPrratTio ir médica o neurolégica~que respaldecs- ta pretensidn, El descubrimiento del que he hablado antes, respaldado con abundantes evidencias, es queen todas Jascultaras hay una proporcién peque- fa, pero regular, deseres humanos~al- go as como tres 0 cuatro por ciento— cuya condicién estable es ser atraidos, principalmente, por miembros de su propio sexo. Aun més: no existe ningu- na patologfa, psicolégica, fisica u otra cualquiera, invariablemente asociada cartégrafos habrfan acaso oido anti- guos relatos de ciertos europeos del Norte que, ya fuera en barcazas.o bar- cos vikingos, habian navegado hastalo que hoy llamamos Canad, mismos relatos que habrian descartado toman- dolos por fanfarronadasde taberna im- posibles de verificar. Sin embargo, en 1526 —afio en que la Corona Espafiola funds universida- desenlasciudadesle Méxicoy Lima, un mapa donde América no apareciera Eldescubrimiento de algo nuevo trajo nuevas exigencias yse convirtié en un fulcro que puso en evidencia la insuficiencia de una serie de conocimientos. con esa determinacién. No es un vicio niuna enfermedad. Es, simplemente, una variante regular, minoritaria, dela especie humana. Para hacerle justicia a la Curia Ro- mana es preciso decit que, al elaborar Jadefinicién queles referi, no hacian si- no sancionar un estado de cosas con el quelavasta mayoria delas fuentes dela sabidurfa humana a lo largo de los si- glos estaba de acuerdo. Su definici no eramés sorprendente que un mapa- ‘mundi euxopeo claboradoen 1491 que mostrara el globo terraqueo sin nada més que algunas ballenas y monstruos marinos entre los confines més orien- tales de Europay hs orillas més extre- mas de Asia; un mapamundiqueigno- raba la existencia de América y cuyos habria sido extravagante: un signo de que alguien no se habia enterado de lo ocurrido en los 35 afios anteriores ode que alguien era lo bastante obstinado como para negar la realidad y privile- iar una privada. Las gencraciones ve- niderasestardn mejor situadas que no- sotros para discernir sila definicién de a Curia Romana que citéantes, escrita en 1986, se parece més la concienma- daedicién tardia de un mapa de 1941 oal intento mendaz de pretender que América no estaba ahi en 1526. Co- moquiera, hoy, en 2011, tenemos bas- tante claridad: la vicja definicién esta- baequivocada. Intentar mantener vivo tun error, mucho tiempo después de que se demostré su falsedad, ¢5 un sig- no deengatio o de mendacidad. Rios at Norte Sidespués de 1526 se hubiese creido seriamente que valia la pena navegar con un mapa de 1491, se habrian per- dido muchas transformaciones en lo relativo a barcos, elas, corrientes, vien- tos, estrellas, distanciasy demas,al g do de que hubiese sido mejor noalejar- sedemasiado de laorilla. Sientonces se hubiesen seguido mapas de 1491, los avances tecnol6gicos habrian hecho la navegacién més peligrosa, ya que los barcos podian ir mas lejos los nav gantes se hubiesen expuesto a las con- secuencias de su ignorancia deliberada. No quiero decir con ello quea laluzde ‘un mapa de 1526 haya que acusar alos cartégrafos de 1491 de set mentirosos, estafadores 0 estuipidos. Digo simple- mente que gracias al nuevo descubri- miento, el marco de referencias de lo queen ese momento existiay leera po- sible hacer ala gente, cambié por com- pleto. Fl descubtimiento dealgo nuevo trajo nuevas exigencias y se convirtié en un fielero que puso en evidencia la insuficiencia de una serie de conoci- mientos. Se volvié posible elaprendiza- je autocritico de la navegacion y de la cartografia, para fortalecimiento de ambas disciplinas. Elfulcroy el vacio El nuevo descubrimiento de orden an- tropoldgico se ha convertido para no- sotros en un fulero que posibilita un aprendizaje enriquecedor en el dmbito delafe. Nos permite profundizaren el conocimiento de cudles son los ele- DEL Futuro mentos constitutivos de la identidad catélica, porque nos permite describii un vacio en el mapannundi anterior Permitanme explicar este vacio. Ya que todas las definiciones dela Iglesia catdlica en esta esfera se dedu- cen de sus ensefianzas relativas al ma- trimonio —ensefianzas quese fundan, su vez, en el supuesto de la hetero- sexualidad intrinseca de todos los seres humanos-, es bastante preciso el si- guienteaserto: la Iglesia no tiencabso- Tucamente nada que decir sobre una realidad que sus maestros ignoraban por completo, Estrictamente hablan- do, y en contra de lo que parece, la Iglesia catdlica no tiene ninguna ense~ fianza relativaa la homosexualidad. Si esto parece improbable, permi- tanme ofrecerles una analogia que me ayudard a explicarme mejor: suponga- mos que los zodlogos del Norte saben, desde hace mucho, de la existencia de los caballos; saben también de su im- portancia y del valor de protegerlos. Supongamios que a sus ofdos llegan ciertos relatos africanos sobre unosani- males escurtidizos muy semejantes a los caballos, pero con un cuerno en la frente. Su existencia, que parece miti- ca, los hace pronunciarse en contra de ellosy proclamar que los unicornios no cexisten y que cualquieranimal queesté tentado a creerse unicornio deberd so- breponerse.a semejante engafioy com- portarse como un caballo. Suponga- mos que més tarde ciertos intrépidos exploradores descubren un gran ma- 60 CONSPIRATIO It mifero de cuatro patas con un cuerno enlafrente, es decis, descubren al rino- ceronte. Losz0élogos que vivieron an- tes de que se hiciera este descubrimien- tonotenfan ningunaensefanza relati- va. los tinocerontes. Intentar meter a tun rinoceronteen la categorfadelos ballos a causa del unicornio, es poco menos impreciso que colocar en un ‘mapamundide 1491 monstruos mati- nos donde ahora esta América. ‘Vean ahora lo divertido de todo es- nos encontramos en los inicios del siglo x1, y bien puede ser que, como lo apunté el Papa Benedicto XVI al comienzo de su pontificado, nos en- contremos todaviaen las primeras eta- pas de la historia de la Iglesia y que el cristianismo sea todavia una religin joven. Sin embargo, en los mares dela antropologfa se descubrié un conti- nente entero, inexplorado y descono- cido parala Iglesia. Las enseftanzas so- bre los unicornios que se derivan dela tradicién de los caballos, por sdlidas que puedan ser, nada nos dicen sobre los rinocerontes. Pero graciasal descu- brimiento antropolégico se nos ofrece una oportunidad espléndida y mara- villosa de conocerlos. Podemos, en- conces decir: “Yj, ja tiempo!”. Justo en el momento en quela visién oficial dela Iglesia sobreel ser humano haen- trado en crisis aparece un fiulero obje- tivo (y por objetivo quiero decir algo que simplemente esté ahi, que es real, ¥ que, una vez descubierto y difundi- do, no puede desecharse) que nos per- mite darnos a la tarea de averiguar en qué consista ser catdlico. Para ello, no podemos echar mano del método des- cendentede la teologia que, para volver a nuestro ejemplo de la navegacién, significarfa, por ejemplo, el desarrollo paulatino deun equipo de navegacién cada vez mejor, que permitiera a los matineros portugueses del sigloxv na- vegar con mayor seguridad masall de las costas del Noreste africano, mien- tras permanecfan en un universo sin América. No, en lugar de eso, debemos en- frentarnos con el descubrimiento de algo objetivamente verdadero sobre el ser humano, algo que nos exige reese bir nuestros mapas de la misma forma en que el descubrimiento de América exigié nuevas explicaciones para las co- rrientes ylos patrones climaticos delas costas atlnticas de Africa y Europa. Lo divertido de todo esto resideen el reto que representa el descubrimiento quehahecho la catolicidad alo largo de este proceso de aprendizaje desde den- tro, Mas que imaginar a Dios como el creador de algo pequefio sobre cuyo.ca- parazén, cada vez més frégil, debemos sostenernos si queremos beneficiarnos de El, hay que confiarnos al descubri miento de que en realidad Dios hizo y contintia haciendo algo enorme sobre cuyas olas, que contintian fluyendo de su creatividad, surfea. Lomejordetodo esto es quea pesar dequeintentemos transformar ese des- cubrimiento en una zona de disputas, eee tees ees ee ee eee esazonayen tiltima instancia,estlibre de rivalidad. Ninguna oposicién haré lamas minima diferencia. No importa cutintas rifias ideolégicas, movimien- tos estratégicos y enmiendas constitu- cionales orquesten los politicos mitra- dos que navegan en los mares politicos; no importa cudntos mapas de 1491 utilicen para salvar el matrimonio equino delaamenaza de los unicornios desobedientes, las cosas son como son yno conseguirén cambiarlas. Quiero enfatizar.con mucha firme- zalo siguiente: las posturas ideolgicas ques final de cuentas tratan delaau- toridad y del prestigio de quien habla en favor deellas—exigen que te involu- cres en debates rivalidades para con- seguir que prevalezca una u otra pos- uta, Sin embargo, independiente- mente del prestigio 0 de la autoridad de quienes las esgrimen, laverdad, que no depende de nosotros y es maravi llosamente liberadora, pone en evi- dencia que no vale la pena que entre- mos en rivalidades por ell. Sino hubiéramos descubierto el ca- rdcter normal y no patol6gico de a ho- mosexualidad, la oposicién ala doctri- na delas autoridades religiosas en rela- cién con los matrimonios gay se redu- cirfaa una dispura contra la autoridad de quienes la pronuncian, Pero ya que hemos descubierto que la homosexua- lidad solo es una condicién minoritaria y no inmoral, y que la verdad de este descubrimiento no depende de quién o.cusindo la diga, podemos relacionar- nos con la pretendida autoridad de ciertos pilpitos intimidantes de modo muy distinto, Esa verdad, en la clari- dad libertad que nos ororga, nos libe- ra de enzarzamos en ciertas disputas. Quien se vale de su autoridad para en- sefar algo falso 0 algo que esté funda- docnunafalsedad, més que vulnerara los otrossedestruyeas/ mismoy destru- ye su propia autoridad. Cada vez es ‘mésevidente para todos quela Curiase estd comportando como si poseyeralos derechos del Atlas Mundial de 1491: fa ver.que intenta persuadirnos deses- peradamente de algo que slo promue- ‘ve su propio prestigio, siente cémo ese prestigio decae desde que la gente des- cubri6 que esos mapas ya no son ade- cuados, Si se atrevieran a afrontar la verdad, la tinica pregunta importante que deberian formularse seria: “Si va- mos a ser ficles a nuestro mandato de hablarcon autoridad y desdela verdad, zc6mo vamos a ajustar nuestra posi- Gidn con lo que se nos esté manifestan- do como verdadero?”. Nadie ensefta Quien se vale de su autoridad para ensenar algo falso 0 algo que estd fundado en una falsedad, mds que vulnerar a los otros se destruye a st mismo y destruye su propia autoridad. 6 62 eee con autoridad sino ha sido capaz, él mismo, de dar testimonio de haber attavesado un proceso semejante. Por ello, no debemos rivalizar con las autoridades eclesidsticas, s rarlas como personas que, frentea una verdad emergente, tienen un duro tra- bajo que realizar y ser comprensivos con ellas, sin seguir en sus falsedades, Después de todo, su vacto es muy real. Carecen de wn mecanismo prefabrica- do para lidiar con un descubrimiento deesta clase, uno que altera su mundo yeel nuestro, No poseen —y esto es bas- tante genuino ninguna tradicién fir me de discusién o de ensefianza cat6- lica en torno al amor humano y ala pareja que no derive del supuesto de que la heterosexualidad y la bondad del matrimonio son universales. Ha bria, porlo tanto, que prestar atencién a cualquier autoridad eclesidstica que decidiera abordar la cuestion gay reco- nociendo la bondad que puede ema- nar de lla, porque lo haria sin ningin soporte de las fuentes usuales —textos patristicos, decretos conciliares, res- paldo de obispos, pronunciamicntos papales-. No hay precedente obvio. El filero de lo nuevo realmente revela el vacio de lo viejo. ino mi- Latension Nos enfrentamos, en consecuencia, a una situacién para la que nuestras au- 7 Caritasin veritate, Benedicto XVI,§ 2-4. toridades eclesidsticas no tienen prece- dentes ni categorias preconcebidas. Si podemes evitar la tentacién de rival zar con ellas y, més bien, las ayuda- mos, podremos entonces atender a lo divertido deser catdlico. Esdecit,aten- der a la advertencia de que serlo no consiste tanto —como nuestros repre- senrantes mis asustados proclaman— cn adherirse, contra viento y marea, a una serie de definiciones, cuanto en aprender una manera especificamente catélica de navegar creativamente y explorar un mundo muy cambiante. El catolicismo es mucho mas el “cé- mo” que el “qué”, una afirmacién que la enseftanza del Papa Benedicto ha enfatizado recientemente en formas mds 0 menos sutiles. Cuando, por cjemplo, en suenciclica Caritas in Ve- ritate afiema la relaci6n entre verdad y caridad,’ comprendemos quealgo que pretendeser verdadero pero noes cari- tativo, no es realmente verdadero. Al mismo tiempo, algo que prerende ser amante, pero se funda en la falsedad, nno.es realmente amor. Asi, el catolicis- mo se encuentra en la tensién entie la verdad y el amor, una tensién que nos conduce al descubrimiento simuled- neo de lo que realmente es verdad y de lo que realmente es amar, una tensién quenos arrastraaconvertitnos en algo mds grande y mas humano que noso: tros mismos. Rios at Norre Otro aspecto deesesingulary espe- cificamente catélico “cémo” que Bene- dicto enfatiza con insistencia al hablar dela manera en que fe y razén se puti fican una a otra implica que la fe, lejos de imponernos una lista de cosas que deben sostenerse como verdaderas, al margen de la realidad, nos permite evi tar el miedo de haber sido traidos aun mundo més grande del que habjamos imaginado. La fe nos desafiaa gjercitar nuestra raz6n porque nos permite con- fiaren que, con el tiempo, ya través del su uso, Dios nos mostraré la bondad que hay en laverdad. De hecho, Bene- dicto més alld delo quesus defensores y detractores permiten ver parece es- tar silenciosamente persuadido de que su trabajo consiste en recordara la gen- te queel catolicismo estriba en el estilo caracteristico con que sobrellevamos juntos los cambio: Este, creo, es el reto que tenemos ahora, un reto que, como a menudo digo, me parece divertido: znosatreve- remos a ser catélicos, sin rivalizar con nuestras autoridades, agradecidos de que estén ahi, pendientes de sus limi- taciones y a la vez encantados de que comiencen a hacerse cargo del nuevo descubrimiento que acompatia al tér- mino “gay”? :Nos daremos permiso de poneros en condiciones de descu- brit formas en las que Dios es mucho ms para nosotros de lo que habfamos imaginado, de reconocer que Dios quiere que seamos realmente libres y felices, y que nos regocijemos en ka ver- ie eee es ea dad, mientras nos situamos entte los mis débiles y los més vulnerables de nuestros hermanos y hermanas don- dequiera que los encontremos? ;Nos permitiremos descubrir, para el catoli- cismo, el potencial de riqueza que te- luce en la pequefia palabra “gay”? ¢ 63

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