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Carlos Altamirano Bajo el signo de las masas (1943-1973) Arie ADVERTENCIA, (Cuando el director de la Biblioteca del Pensamiento Argentino, Tulio Hal- perin Donghi, nos propuso a Beatriz Sarlo y a mi a preparaci6n del votumen co- rrespondiente al proceso de las ideas y la vida pablica argentina en os treinta ‘aos que iban de 1943 a 1973, el modelo que tenfamos en mente era el tomo TL dela coleccién, Proyecto y consiruccién de una nacidn (1846-1880), compuesto por el propio Halperin Donghi. Se tratabe de onganizar de acuerdo con el esque- rma general de la Biblioteca, una amplia seleccién de documentos precedida de ‘un estudio preliminar. ‘Sabamos, por supuesto, que 1a Argentina de mediados del siglo XX era socialmente més diferenciada y compleja que la df siglo anterior, que las elites imtelectules ya no se confundian con tas elites polficas y que el movimiento de las ideas no era més el dominio exclusivo de una minorfa de letrados ~tenfa ém- bitos ms aumerosos y canales de resonancia incomparablemente mds potentes-. Huabiera sido imposible pasar por sobre estas diferencias. Pero més que cualquier ‘dea previa, fue la exploraciGn misma de los discursos y la bisqueda de unidades ccomprensivas para ellos lo que nos obligé a hacer elesciones, pues entre 1943 1975 el pensamiento relatvo a la sociedad, ta cultura y Ia politica argentina ta- vo diferentes focas actives, en el poder y en la oposicin, y problematié dife- rentes objetos. Entre las alterativas que offecia este cuadro, optamos, en primer térnino, por ‘enfocar las ideas y las correntesideolbgices allt donde aparecian anudadas con una situacién, como respuestas alas cuestiones que los actores pereibfan y definfan co- tno problemas, anirados por et esfuerzo de dar sentido a la sccién y conectar las “doctrnas" con los “hechos”, De ahf el relieve que nos propusimas dari a los de- bates y a sus modos de expresiGn ~alocuciones, manifests, editoiles de dazios, ‘ensayos y articulos de combste-. En segundo término, y tras un primer rastreo del material documental a considera, nos parecié que en beneficio de Ia clardad el ra~ bajo debia dividirse en dos partes. La primera, que estarfa ami cargo, dacia preemi- rnencia al discurso de los actors politicos; a segunda, centrada en la palabra de las lites cultuales, estaria a cargo de Beatriz Sarlo, De esa divisign proviene el pre- sete volumen, Bajo el signo de las masas (1943-1973), y quisiera dar algunas ra- ‘zones del enfoque que presidiran la elecciéin de los documentos y su organizaciéa. + Bago estano DE LAS MAsas (1943-1973) La historia argentina entre 1943 y 1973 fue la de un pafs polarizado en tor- ‘no a opciones antagénicas y a lo largo de esos afios ningin sistema de gobiemo, ni el que erigié Perén, ni las que se Fundaron sobre la exclusién del peronismo, lograria estabilizarse. Los argentinos no sabrfan der con tna férmula que resulta- 1a legftima a los ojos de todos ~en esto los ensayos civiles fueron tan infructuo- 508 como los militares~, La crisis politica se volvié un dato erénico y Ya violen- cia (ola amenaza de usarla) fue instaléndose como recurso habitual dela pugna. | movimiento de las ideas fue parte de esa experiencia colectiva, y el pensamiento politico no podria describirse en reposo, es decir, sin referencia & ese proceso hecho de encrucijadas y antinomias que, més de una vez, bordea ton la guerra civil. En efecto, si bien la dindmica ideol6gica, como el conjunto del proceso hist6rico en los afios indicados, no se alimenté de un solo foc0 ni transcurrié en un Solo escenario, y el dominio de las significaciones, aun de las Antitéticas, no fue tnicamente el de la politica, ésta obré como un gran reduc- ‘or: atrajo hacia su drbita,o Je transmitis sus antinomias, a gran parte de Ia vi da intelectual, ‘Ahora bica, €30s treinta afios n0 constituyeron un solo tiempo continuo, sin variaciones: en ese lapso hubo tanto reteracién como cambio, modificacio- nes y tepeticiones, a menudo entremezcladas. Lo mismo puede decirse réspecto de las ideas y las familias de pensamiento (nacionalistas, liberales, cat6licos, ‘marxistas). Esta vbservacin Hleva a Ja cuestiOn del recorte mismo del periodo. ‘Como es obvio, no todo lo que sucedi6 el 4 de junio de 1943 se inici6 entonces 0 poco antes, ni todo lo que crstalizé en el peronismo comenz6 cuando Pern se hizo cargo del Departamento Nacional del Trabajo. Pero més allé de tas opinio- nes contrapuestas respecto de los cambios que sobrevinieron en el curso de los acontecimientos que levaron al 17 de octubre de 1945, asf como sobre a natura leza del régimen que surgi6 del triunfo electoral dl peronismo en 1946, fo que ‘peronistas y Ta mayor parte de sus crftcos y opositores compartrin ser al juicio de que con Perén ~salvador o demagogo- habia llegado Ia hora de las masas tra- bajadoras: en adelante ya no se podria gobernar ignordndolas. Esta representa- $ Alpargatas y libros en la historia argentina, ciclo de conferencias que pu biic6 en 1946, fue una de sus contribuciones a esa regeneraciGn del tjido colec- tivo que conceb(a como una empresa pedagdgica. En ellas expuso la tesis de que ‘el movimiento que se habfa engendrado bajo el régimen militar conjugabe el fas- cismo con el renacimiento de la montonera y ¢l rosismo. “Nuestra dictadura es ‘una mezcla de formas y modelos extranjeros y reedicién de vicios y modos de set criolios. Vivimos horas de restauracign rosi-totalitaria’™ La tesis, que resu- mia un punto de vista extendido en el campo de la oposicién liberal y de izquier- da, ctistlizar® como una ée las interpretaciones mis corrientes del peronismo hasta 195527 Lalucha contra el nuevo movimiento se inseribia asi en Ia causa de Ia ci lizacién contra ta barbarie, Los términos de la anttess eran la contraparte exacta de ladefinicién que los idesiogos cercanos al peronismo daban del antagonism: para éstos, era el combate de la NaciGn histrica y su pueblo por Ia recuperacién 3 2 ‘+ ENCRUCLADAS POLITICAS ¥ DICOTOMIAS IDEOLOGICAS nacional y fa justicia social contre Ia oligarquta, el pais cosmopolita y la intelli .genisia antinacional. Cada uno de los oponentes parecta dispuesto a ilustrar, a sabiendas o inconscientemente, el tema nacionalista de las dos Argentinas, una de las cuales era total 0 parcialmente ilegttima a juicio de la otra. La cultura politica comunista no afiadi6 nada 2 esta representaciGn de la anti- nomia, como no sea un lenguaje més estereotipado la exaltacin del papel de La ‘Unin Sovitica en la guerra contra el nazismo. Para sus vocer0s y sus publicacio- 1s los coroneles cel GOU no s6lo eran un grupo nazi-fascista que habia impuesto tuna dictadura de ese tipo en el pais, sino que buscaban establecer uma cabecera de ‘puente en América para abrir el continents a la dominacién del Eje. A partir de 1945, el enemigo ya no seria sefalado con las expresiones hasta enfonces de rigor ~‘camarilla del GOU" o “ufo Farell-Peluffo-Perén sino con tn termino que los ‘comunistas, un aio y medio después, no sabrian cémo borrar de los documentos del partido el de “nazi-peronismo”. Aun después del 17 de octubre Tos peronistas re presentaban, de acuerdo con el principal digente comunista, Victotio Codovilla, ‘una “infima minoria” que podia ocupar posiciones decisivas en el gobierno a causa de In insuficiente unidad de “las fuerzas democrticas y progresistas”. Pese @ 1a demagogia “antiligérquica”, “antcapitalista” y “antimonopolista’, el régimen que Pern se proponia establecer era el mismo que deseaban “las fuerzas reaccionarias de la oligarquia croliaaliada a los monopolies extranjeros”.* En las elecciones del 24 de febrero de 1946, el frente politico que tenfa co- ‘mo nécleo a la alianza, resumida en Perén, entre el Estado, una fraccidn del Ejército y,los trabajadores, se impuso ala coalicién que congregaba al conjunto de Los partidos histéricos de la politica argentina (con la excepein de los con- setvadores) y contaba com el respaldo de las clases medias -su base de masas- y el grueso de las clases propietarias. La Iglesia Catélica haba dado su apoyo a la primera, y el progresismo laico, donde el liberalismo mezclaba sus aguas con Ia ‘aquierda, fue parte de fa segunda. [Lo tinico que tuvieron en comin las fuerzas rivals fu la revindicacién de Hipdlito Yrigoyen, por cuyo legado compitieron durante la campafia electoral ‘Cuando a comienzos de julio las dos e4maras del Congreso, con el apoyo del blo- ‘que oficialista y del radical, decidieron tributar un homenaje a la memoria del

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