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tando observaciones y comentarios que Me est Inron a seguir adclance. El mismo agradecimicn' vale pata Enrique Cassagne (Fundacion Banco de Posten Argentina) y muy especialmente para csposs sabe, qe fue Ta primera lector, de casi 0- dos ioe Mi amiga Maqui Dusto se encar- 6 dela revision final del rexto.con habitual pro- Be esaalismo. Por sltimo, Fernando Esteves Kosando Rama (Ediciones Sancllana) ys wna 4 rermemanco Ariceca y Luciano Alvares (Eunda- iret Banco de Boston-Uruguay) se ocuparon &oh ienalidad y competencia de los aspectos comes corte dela edicién, Gracias de vera a todos ellos. Plate ha Glverra. stra, oe Fr boot? 7 Hepa Ca Bs fb ) A997 POR QUE MATARON ‘A SOCRATES? Tal vez pot haber hablado det mil quinientos afios, hemos sminado pot acos- ma ramos ala idea de que hayan shatado a Sera: PT hecho, sin embargo, ¢ sencillamente inst Tio y nuestro asombro vuelve @ despersarse cada vee que sepasaros aquellos aconsecimients fe que Socrates era un mal candidate pare la cata. No solamente eran ciudadano Leal F6sP> ce sos deberes tanco en la paz como tle guerra, sino que era un hombre relativamente Beeiry ado, algo chapado a la antigua, completa” sonnte alejado de la imagen tradicional del revolu- satgio 0 del agicador. Sa aura de cruzado de la idad sacrificado por una mayoria ignorance 6 vers invencién del siglo XVIII. A ojos de sus cof ara anos Socrates era un buch vecine que; 410 Sumo, podia volverse algo molesto con sus PFE 1 régimen que lo condend gguntas, Por otra parte, a muerte no fue una 2 angus despética, sino esa tolerance deniocts: tia griega de la que solemos hablar on admnira- Slonvy respero. Qué extraia combinacion de cir- 13 one cansrancias twvo que producisse para dar lugar a tun desenlace tan penoso? Tos dos procagonistas de esta historia ~Séctatss y la democracia griega- desaparecieron hhace miles 1 a toe Bs por eso quc, si queremos entender 10 que pasé, tenemos que bucear en él pasado hasta Urseguie dar respuesta a dos preguntas decisivas Tan primera es: por qué Séerates fue llevado 3 jul cio y condenado a muerte? La segunda es: spor qué scopes pasivamence la condena, en ugar de hut de ieee como le proponian sus amigos? Estas dos rogantes tienen respuestas que s© opOnen ENE ALY si conseguimos entender en qué se oponcth Hibremos aprendido algo acerca de ese mundo le jamo donde por primera vez hablaron los filésofos. ‘SOCRATES ¥ ATENAS Tmaginemos que estamos a fines de tes de Cristo y que caminamos por las calles de ‘Keenus- Es una gran ciudad para la época (proba- ‘lemente unos cien mil habitantes) y es0 se nora @ ala paso: el mercado desborda de gente, numere> cae chadadanos entran y salen de los edificios pi fl puerto hormiguea de co- blicos, el camino hacia acetates, de carretas cargadas de mercancia y de levantamos los tselavos que transportan fardos. tjos hacia la acrdpolis vernos el Partens Jotde construir pocos afios antes y (contra lo que de ‘hos ercen) pintado de colores esridentes. Es el 14 imponente tetimonio de un pasado glosioso Pore iepeivamence clausurado, y que Atenas acaba die perder su puesto de primera potencia mundial. (S Pindad viene de ser derrorada en una guerra, ha side golpeada por dos epidemias de peste y ha ffido-ana tiranfa breve pero cerrible que mat © &%- eee esilio a miles de ciudadanos. Todos esos gol- pos fueron. duros y dejaron su marca, Pero los Pe ienses han sabido sobreponesse ala desgracia y poco a poco parcoca reornat 2 los viejos ‘buenos eenpos: la democracia es s6lida, los negocios recu- peran su sitmo, la paz social parece asegurada. De pronto, en una esquina, un pequefio grupo de hombres forma un semicirculo en rorno 2 wn » estrafalatio. El que habla es bajo de estar sun vientre movedizo y una natiz. chata Ie entre dos ojos demasiado separados. Via gee erro tiene os pies sucios y la tinica en mal eecdo. En una palabra, ¢s todo lo contrario de esos griegos apolineos que nos muestran cescattias Be pembre gesticula, mueve los brazos, sefiala impertinente: pasan de la visa a la confusiéa, di Fra, pero en ningdin momento dejan de cescuchaclo. se eipotia de ellos son jovenes bien vetidos y de ffions cuidados. Cualquier ateniense los reconoce- reepmo hijos de ciudadanos icos. ¥ eualquie vcplense diefa ante exe cuadto: “Abi esté Sécrates invistiendo con sus molestas preguntas”. ‘Socrates era uno de los personajes més popula: res de Arenas, la ciudad que lo vio naces, en Ia que que estal crecié y enseid, la que lo juzgé y termind por obli- garlo a envenenarse. All habia nacido en cl 469 an- ae de Cristo, hijo de Sofronisco, un tallador de pie~ tira y de una conocida partera llamada Fenaretes ‘Ambos eran genre sencilla, trabajadora, sin grandes propiedades ni rentas Pero los dos eran atenienses He pura cepa, de modo que ls varones de es far Tia pertenectan la minoria de ciudadanos con ple- nos derechos politicos: pods en [a asam- bles, votar y ocupar rotativamente alguno de los umerosos cargos puiblicos. Sdcrates se habla casa do con Jantipa, una mujer también a atenienses pobres. ‘én entre Sdcrates y Atenas se extendié durante largas décadas, de manera que ambos t= ‘on tiempo para formarse una opinion acerca Jel otro, Sécrates haba nacido en esa ciudad y saunea se habia alejado de ella. No era amigo de hax ter grandes viajes ni parecia tenet necesidad de 1s- cnter ef mundo. Después de todo, lo que a él le ‘neeresaba no eran los paisajes sino los hombres ¥ todos los personajes interesantes de aquella época terminaban por coafluir en Atenas, Su vida no era fa de un pensador solitario y zislado, como habfan sido Tales o Heréclito, ni la de wn aristécrata aj do del pucblo, como seria més tarde su diseipul Platén. A Socrates se lo podia encontrar en Ia eal 9 en el mercado, conversando con los pol con los comerciantes 0 con los artesanos. Su vida, como Ia de todo buen ateniense, hal ‘constancemente ligada a la historia de habia visto erecer y fortalecerse, habia asistido re- gularmente a I asamblea ¢ incluso habia cumpli- So un par de veces con el mas serio de les deberes Jal eiudadano: habia luchado como soldado de in- fanceria para defender a Arenas de ataques exterio- rea No se desracé, que sepamos, como un combar tiente particalarmente bsillante, pero el hecho es Gu alll habla estado, hombro con hombro en ese Géacito formado pot ciudadanos en armas. ‘Cémo es posible que un hombre semejante, que ico paisaje ateniense, haya gente en sus conciudadanos como para cerminar siendo condenado « muerte 2 Ios serenta afios de edad? Contestar esta pregunta no ceive fic, pero al menos podemos descartar una posible respuesta: cualquiers sea el erimen comet fo por Sécrats, lo certo es que no fae un agitador «ten subversivo en el sentido habitual de estos tér~ ‘rinos. Jamds desafié a las autoridades legitioas, munca partcipé en tna campafa politica, nl sigue: ta foe um orador que se destacara en la asamblea, Su ‘a rfeulum de ciudadano se reduce 2 un par de anéedotas que no permiten explicar su muerte sino {que mis bien Jo pintan como un hombre qu hue thera merecido el elogio de sus conciudadanos. Por la primera historia sabemos que al menos cana vez en su vida Sdcrates ocupé una magistrart= va, es decir, uno de esos cargos roratives que diura- ben un afio y que se distribuian por sorteo entre oy los ciudadanos. Esto no diene nada de ex¢e porque asi funcionaban las costs £9, ‘Atenas: la ad- nde justi ocién de las pesas que se wslizaban en el mercado» el control de las ‘cumplimiento de l jas en los eemplos, eran fanciones que se ponfan en comunes segiin lo determinara la suet cerecion de responsabilidades consists para los, gpiegos ls democraca direc, Ast que 5° nada sare que pa vez le cara a Séerates, NO POFIUS faa Socrates sino porque era ciudadano Tio er menos cierto, sin embargo, que su. de empefio en el cargo dio que hablar los arene" Sern P acho fortuio lo obligé tomar una deck ¥ exo lo colocé en el centro de wna sien a. politica. Scrares, en efecto, fe ashe: de ese conflicto contra Esparta es llaman la Guerra del Pelopo- fentras estaba en funciones se produjo una batalla naval que tuo resultados Seeocos para los atenienses. Al conocerst la 20° ticia, [a opinién publica reacciond indignada con- ee corategos, es decit, contra los ciudadanos cepecalizados en cuesciones militares qu hablan Grigido el combate. Y, en ua clima mis bien vio- Tento, alguien propuso juagarios a todos Y conde- uarlos en bloque por st incompecencta Le propuesta iba conra las leyes de [a ciudad, que prokibian los jucios colectvs pars darle ace Je read una adecuada oportunidad de defen: ders Pero los atenienses no escaban de humor p2- a jarse en deralles y querian pasar rapidaments 2 Ia ejecucin. Sécrates, sin embargo, hizo valer 6 das sus potestades de may fi grandes presiones, consighl ‘No sabemos exactamente cémo terminé el recorda- caay historias edificances que les gustaba cont fos gtiegos cuando se erataba de resaltar las des de un ciudadano muerto. ‘facta de este episodio, hay sélo ot oportunidad nla que Séerates twvo una actacion politica dest Sea. Lo que hizo aquella vez foe un verdadero 219 podian de te peligro, como casi siempre OAT ewando ac- ears exispados, en general fo hicieron mal. 'A principios de la guerra con Esparta fue incor- porado a legislacion antes a delito de iepie~ pe, que podia aplicarse a todos quienes pusieran tae aia a existencia de los dioses, Pes lo que si Femos, la norma fue propussta por HP ral Diopites hacia e! afi 432 antes de Cristo, co9 el objeto de perseguit a quienes buscaban ‘explicaciones natura fos para los fendmenos que basta centonces habian te eonsiderados divinos. Pero cl Thecho es que la si vey fue sada csi excusivamente POT atacat mie eulo de intelectuaes y de arias rodeaba a peices, que eran los represencantes mis visibles Ge la nueva mentalidad- Fl primes acusado fue Anaxigor®y un filésofo que ensefaba que cl sol los cometas eran piedtas regndescentes, que la Luna era und piedra frla de ingeve moncarioso ¥ que el Crucno CF el resultado Mie una colsin entre aubes. EL ousado fue conde eto a muerte yterminé buyendo dela ciudad. FL Siguiente araque s drigié cons eles i a aquien los atenienses debian Jos frisos del Parte- Wn algunas de las estacuas mds famosas de Gre- gies fue acasado de wcizar su are POM divi- agi anismo: aparentement® bis escullpido ni ta propio serrata en algin NE del Partenén. Y ese a todo suralento 2 do au prestigio: 90 PU Bee apar a una conaena que [e ao seminar sus teen prisin, “La historia posee £0 rotalidad oe eu histsiador Moses Finley apariencia de “in ataque dirigide conera los fneelectuales, en UN tiempo en gue una parte de los estaba cuestio- eps y con frecuencia desafiando creencias pro Fandgmence enraizadas en los ¢HmPos de la rele gj, la Ea y la pobiicn” I por qué ne incluit ¢ Socrates entte est0s hotbee que empulaban la ciudad hacia [a desin- 3h “ay parte por lo que dijeron e hicieron los hombres que Porodeaban. Esta complejidad tal vez explique pot qué fue jugado y condenado en un tempo © $46 poca gente costa ese peligro, como lo prueba el he- ape de que no se conozean procesos semejantes al Sapo en las décadas posteriores. Sécrates fe llevado Porcio como nuevo intelectual y por dels de pinién. Pero es seguro que si él mismo no hhubie~ Pi gborade activamente con sus censores, dif mente hubiera conocido el sabor de la cicara “UN ACUSADO QUE SE CONDENA & ST MISMO “La presente acusncin y declaracion son juradas por Meleto, hijo de Meleto, del deme de Picthos, Por ata Séerates, hijo de Sofroniseo, del demo xe ‘Rlopece. Sdcrates es culpable de no creer en los dio- er los que cree la ciudad y de introduce divin “Fees nuevas. También es culpable de corromper fos jdvenes. El castigo propuesto ¢s la muerte. = ft hombre que leyé esta acusacién era un per sonaje poco importante en la ciudad. Presentaba soe eaggos contra Sécrates como ciudadano pra. “Jos tl como se hacia normalmente en Tos juicios de la época. Lo acompatiaban en Ia iniclativa ovo “tos cindadanos: Licéa, del que tampoco tenemos rayores noticias, y Anivo, que era el ss desraca” wae los eres ys quizds, a ral instigador del proce” so Anivo era un politico de nueva generaciém ¢ specie un nuevo rico ajeno a laaristoctacia tradicio- 34 nal que habfa ingresado ala politica después de ha- i Fprtuna, Toda $3 riqueza provenia de una cr

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