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12/07/09
UN CORAZN CONTRITO Y HUMILLADO
Dios nunca est tan interesado en los sacrificios externos, como en el corazn que est correctamente
relacionado con l. Si la relacin del corazn (del espritu) es correcta, ninguno de los otros sacrificios
ser un problema; pero si la relacin no es correcta, todos los dems sacrificios sern solamente
formas, ritos y costumbres. Es en este punto donde nuestra justicia sobrepasa a la de los escribas y
fariseos (Mateo 5:20). Es en esta condicin del corazn que brota la ADORACIN. La verdadera
adoracin solamente puede ascender de un corazn que ha sido quebrantado delante de Dios; slo
puede salir de los labios de uno que realiza su propia indignidad y, al mismo tiempo, mira la
magnificencia de Dios. Dios anhela un pueblo que le adore en espritu y en verdad (Juan 4:24).
Solamente un corazn contrito y humillado puede producir esto.