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Confianza en el anteojo, no en el ojo;
en la escalera, nunca en el peldaño;
en el ala, no en el ave;
y en ti sólo, en ti sólo, en ti sólo.
J
Si nosotros como sujetos nos presentamos siempre en falta, qué nos devuelve la
televisión para cubrir esa falta. Si el televidente está en falta se comporta entonces como sujeto
del deseo, como amante; y la televisión como su amado, el único en no tener alguna cosa. Ya el
saber es una cosa muy preciada.
Si el sujeto está en falta por culpa de su deseo y todo ello se articula en su demanda
particular. Habría que preguntarse qué de esa demanda se engancha con TV. Entendiendo que el
deseo está inscrito entre la demanda al Otro que tiene (en relación con la necesidad) y la
demanda al Otro que no tiene (de amor).
Las imágenes de la TV no hacen más que emular las imágenes de los sueños. Entonces
podríamos decir que cuando vemos TV estamos en actitud de ensoñación. El nos da las
imágenes y en esa dar a ver todas las
(al decir de Eisentein), dibujos, colores,
figuras, etc. Todo esto es visto en su realidad de mirada. Más adelante trataré de desarrollar la
mirada en su relación con el sujeto-televidente.
Empezando desde el inicio relacionaremos varios conceptos con el hecho de ver TV. La
identificación, la pulsión escópica y la mirada en su función como objeto .
Según Freud la identificación es la manifestación más temprana de un enlace afectivo a
otra persona y desempeña un importante papel en la prehistoria del Complejo de Edipo1. La TV
tiene que ver más con el ver-verse y en ese lugar está incrustada la pulsión escópica que Freud
define de la siguiente manera:
³la pulsión de escopofilia es autoerótico al principio de su actividad;
posee un objeto, pero lo encuentra en el propio cuerpo. Sólo más tarde es llevado
(por el camino de la comparación) a cambiar este objeto por una parte análoga
del cuerpo ajeno (fase a). Esta fase preliminar es interesante por surgir de ella las
dos situaciones del par antitético resultante, según el cambio tenga efecto en un
lugar o en otro.´2
5
Lacan, J. El Seminario 11. Ed. Paidós. 1984. pág. 276.
6
Freud, S. Psicología de masas. Alianza Ed. 2001, págs 54
7
Lacan, J. El Seminario 11. Ed. Paidós. 1984. pág. 276.
8
Lacan, J. El Seminario 11. Ed. Paidós. 1984. pág. 88.
9
Lacan, J. El Seminario 11. Ed. Paidós. 1984. pág. 281.
10
Lacan, J. El Seminario 11. Ed. Paidós. 1984. pág. 90,
4
³ se presenta, en el campo de espejismo de la función narcisista del
deseo, como el objeto intragable ( ) que queda atorado en la garganta del
significante. En ese punto de falta tiene que reconocerse el sujeto.´11
11
Lacan, J. El Seminario 11. Ed. Paidós. 1984. pág. 278.
12
Lacan, J. El Seminario 11. Ed. Paidós. 1984. pág. 280-281.
13
Lacan, J. El Seminario 11. Ed. Paidós. 1984. pág. 282.
14
Sinatra, Ernesto S. ³La Televisión es omnivoyeur y sus hijos tele-gozan´. Buenos Aires.
15
Lacan, J. El Seminario 11. Ed. Paidós. 1984. pág. 82-83.
5
16
Lacan, J. El Seminario 11. Ed. Paidós. 1984. pág. 82-83.
17
Miller, Jacques-Alain. ³La imagen reina´. Rio de Janeiro. Abril de 1995. en Elucidación de Lacan, Paidós,
Buenos Aires, 1998 pág. 578
18
Ibidem.
6
Al decir de Miller son tres las ³imágenes reina´ que son extraídas por el psicoanálisis del
universo de las imágenes: el propio cuerpo (estadio del espejo), el cuerpo del Otro (castración) y
el falo (significante imaginario). Con la TV sin lugar a dudas entra en juego el propio cuerpo, el
del otro y el falo.
³ hay al menos una diferencia entre significante amo e imagen reina:
las imágenes reinas no representan al sujeto, pero se coordinan en su goce.
Propongo poner en discurso el hecho de que esas tres imágenes reinas están
investidas en el fantasma´19 .
¿Es la imagen televisiva la misma que la imagen que reina? Claro que sí, su antecedente
es la palabra latina ., definida como retrato o representación, de la misma familia de
(remedar). Estas imágenes son parte del registro imaginario del sujeto pero sólo son posibles
como tales si hacemos de ellas significantes. Entonces estamos hablando de la misma imagen
³Al final la imagen es una inevitable modalidad del fantasma´ (una frase sin imagen no es
fantasma). ³Una frase-imagen es una imagen cristalizada´20.
¿Cuál es la imagen reina de la TV? Qué nos dice el rostro de la TV que nos habla y que
nos mira y en este sentido, sí es un voyeur que nos invita a en perfecta reversibilidad a ser visto.
³ la realeza de la imagen, si ella existe, realiza una captura
significante del goce ( ) son imágenes que están bajo un imperio. El
imperio de la mirada´21.
Imagen, imaginario, fantasma, mirada, goce y castración son los conceptos que articulan
al sujeto con su mundo y con el Otro, también son los elementos que articulan el sujeto-
televidente al hecho de ver TV.
Miller: Lacan propuso un nueva teoría de la imagen en la medida en que el campo de la
percepción es interrogado por él a partir del deseo y del goce. La fenomenología, en nuestro
siglo, incluye en el espectáculo del mundo la presencia del cuerpo, pero no liberó la proscripción
del goce en el campo de la percepción. Lacan restableció la pulsión en el campo escópico y se
esforzó en percibir el campo escópico a partir de la pulsión.
Antes que la TV nos mire es necesaria nuestra mirada en goce, mirada en su plus-de
gozar-visual (objeto ). En el éxtasis del goce de los tele-adictos (y yo me incluyo entre ellos) y
de los simples televidentes (si es posible nombrarlos como simples), nos sentimos culpables y
nos enfrentamos ante la mirada de Otro (como Padre o lo que sea que lo represente) que nos
censura e impide el goce. Que mejor goce que el censurado por la mirada del padre en
impotencia, en castración.
³Que la percepción (visual) no convoca ±por lo menos no
directamente- el despertar de la conciencia, sino las ocasiones para que el
sujeto encuentre el objeto en su sueño ( ) es la pulsión que
despierta´22.¶
La TV te remite al ojo, pero más allá del ojo, esta él hecho de ver, y más allá aún está la mirada,
la mirada como objeto y en ese encuentro está justo la fascinación de ver televisión.
³ de todos los objetos en los que el sujeto puede reconocer su
dependencia en el registro del deseo, la mirada se especifica como
inasible ( ) la mirada sea un objeto desconocido y quizá también por eso
19
Miller, Jacques-Alain. ³La imagen reina´. Rio de Janeiro. Abril de 1995. en Elucidación de Lacan, Paidós,
Buenos Aires, 1998 pág. 583.
20
Miller, Jacques-Alain. ³La imagen reina´. Rio de Janeiro. Abril de 1995. en Elucidación de Lacan, Paidós,
Buenos Aires, 1998 pág. 583.
21
Miller, Jacques-Alain. ³La imagen reina´. Rio de Janeiro. Abril de 1995. en Elucidación de Lacan, Paidós,
Buenos Aires, 1998 pág. 583.
22
Miller, Jacques-Alain. ³La imagen reina´. Rio de Janeiro. Abril de 1995. en Elucidación de Lacan, Paidós,
Buenos Aires, 1998 pág. 589.
7
El objeto como tal es un semblante de ser, que no existe, que no es /
01 (realidad.
Y cuando es real, todo lo restante desaparece. Porque Lacan se refiere a la pulsión escópica
tratándose del objeto , que no es no seno, ni el excremento, ni el falo, ni la mirada, ni la voz.
Cuando Lacan inventa el objeto , no es como un doble del objeto oral, sino como un agujero,
un vacío semejante al que obliga al impulso de la pulsión a contornearlo. Entonces la TV se
articula como modo de goce alrededor se ese agujero.
³La mirada es precisamente la encarnación del objeto . Es una
encarnación material, porque le es necesaria la luz.´24
Miller: Planteó la Cosa frente al Gran Otro, como está el objeto frente al sujeto porque
advirtió que la libido no podía ser reducida al deseo. Transferencia centrada en un objeto
libidinal que no vemos, sobre el . invisible. Después (Lacan) de haber situado al objeto
entre el significante de la identificación y el afecto de angustia. Tomó como paradigma la
pulsión escópica.. Al fin de ese recorrido consideró la pulsión escópica como paradigma del
objeto en el límite de la experiencia psicoanalítica.
La función de la mirada al decir de Lacan se presenta ³Somos seres mirados, en el
espectáculo del mundo. ( ) el espectáculo del mundo, en este sentido, aparece como
omnivoyeur. ( ) este lado omnivoyeur asume como la satisfacción de una mujer al saberse
mirada. Con tal de que no se lo muestren´25 ¿pero qué pasa cuando hay intermediación de la
stelevisión? Porque la TV no es el mundo, es una representación electrónica y bidimensional. A
diferencia del mundo (la TV) es exhibicionista y provoca la mirada.
La TV como representación del mundo que te pregunta ¿Acaso no ves ? (solicitación
de la mirada). Reconoce en el ojo su rector. Está demás decir la importancia del ojo rector de la
percepción de mundo. Metáfora de algo anterior al ojo ³la preexistencia de una mirada ±sólo veo
desde un punto, pero en mi existencia soy mirado desde todas partes.´26
³En la medida en que mirada, en tanto objeto , puede llegar a
simbolizar la falta central expresada en el fenómeno de la castración, y en
que, por su índole propia, es un objeto reducido a una función
puntiforme, evanescente, deja al sujeto en la ignorancia de lo que está más
allá de la apariencia.´27
La pregunta central de este Ensayo, de Sinatra y de la gente común es: qué es lo que nos
engancha irremediablemente a las imágenes televisivas, qué hay en ellas que nos fascina, qué es
lo que nos hace gozar (y sabemos que no es un goce sólo placentero). La respuesta es el
encuentro incesante también con nuestro objeto, con nuestro vacío, con nuestra angustia de
castración y ahí no hay nada más fascinatorio para el sujeto, porque ahí están las preguntas y
también las respuestas. La pregunta que viene a continuación es si hay entre el televidente y la
televisión una relación perversa. Y si es así ¿la TV asume el rol de objeto, sujeto u otro sujeto?
Pero eso será tema de otro ensayo.
23
Lacan, J. El Seminario 11. Ed. Paidós. 1984. pág. 90-91.
24
Miller, Jacques-Alain. ³La imagen reina´. Rio de Janeiro. Abril de 1995. en Elucidación de Lacan, Paidós,
Buenos Aires, 1998 Pág. 592.
25
Lacan, J. El Seminario 11. Ed. Paidós. 1984. pág. 82-83.
26
Lacan, J. El Seminario 11. Ed. Paidós. 1984. pág. 80.
27
Lacan, J. El Seminario 11. Ed. Paidós. 1984. pág. 84.
8
28
Lacan, J. El Seminario 11. Ed. Paidós. 1984. pág. 85.
29
Miller, Jacques-Alain. ³La imagen reina´. Rio de Janeiro. Abril de 1995. en Elucidaci ón de Lacan, Paidós,
Buenos Aires, 1998 pág. 584.
30
Miller, Jacques-Alain. ³La imagen reina´. Rio de Janeiro. Abril de 1995. en Elucidación de Lacan, Paidós,
Buenos Aires, 1998, pág. 584.
31
Miller, Jacques-Alain. ³La imagen reina´. Rio de Janeiro. Abril de 1995. en Elucidación de Lacan, Paidós,
Buenos Aires, 1998 Pág. 585
32
Miller, Jacques-Alain. ³La imagen reina´. Rio de Janeiro. Abril de 1995. en Elucidación de Lacan, Paidós,
Buenos Aires, 1998 Pág. 590.
33
Miller, Jacques-Alain. ³La imagen reina´. Rio de Janeiro. Abril de 1995. en Elucidación de Lacan, Paidós,
Buenos Aires, 1998. Pág. 590.
34
Miller, Jacques-Alain. ³La imagen reina´. Rio de Janeiro. Abril de 1995. en Elucidación de Lacan, Paidós,
Buenos Aires, 1998. Pág. 592-593.
35
Miller, Jacques-Alain. ³La imagen reina´. Rio de Janeiro. Abril de 1995. en Elucidación de Lacan, Paidós,
Buenos Aires, 1998 pág. 583.
36
Lacan, J. El Seminario 11. Ed. Paidós. 1984. pág. 84.
37
Lacan, J. El Seminario 11. Ed. Paidós. 1984. pág. 80-81.
38
Lacan, J. El Seminario 11. Ed. Paidós. 1984. pág. 81.
9
pero como analistas añadimos: él no sabe lo que le falta (este no saber resulta del inconsciente).
Por otra
parte, el
- , el objeto amado, no sabe lo que tiene, lo que tiene oculto, y que constituye su
atractivo; lo que tiene es llamado a revelarse en la relación de amor. Ahora bien, no hay
coincidencia
entre los términos: lo que le falta al
no es ese "lo que tiene" que está oculto en el
- . Ahí
está todo el problema del amor.
La
,- ++no es la posesión de un objeto, sino la emergencia a la realidad del
deseo como tal.
Para lo que es del deseo, es esencial que nos remitamos a sus condiciones: el sujeto conserva
una cadena articulada fuera de la conciencia, inaccesible a la conciencia; se trata de una
demanda, que constituye una reivindicación eternizada en el sujeto.
El genio de Freud es haber designado el soporte de esta demanda, de esta memoria, en la cadena
significante,
cuando se refirió al automatismo de repetición y su carácter mortífero, tendencia a la muerte que
articula
un deseo que introduce el desorden en el orden de un viviente supuestamente sumiso a la
adaptación.
Cuanto más desea el sujeto, según esta dialéctica, más deseable se vuelve,
puesto que apunta a su propia perfección. Lo bello como camino a la inmortalidad.
Lacan comenta que hacer del otro un sujeto es peor: un sujeto no lo que
otro, otro, al que podemos imputar ser como nosotros mismos, alguien sujeto a una
combinatoria significante, y como tal calculable. Pero el objeto del que hablamos los analistas,
en tanto objeto parcial, no es el objeto de la equivalencia ni del transitivismo de los bienes. Se
trata del 2++, y éste no tiene equivalencia con los demás. Además, el aspecto
profundamente parcial del objeto en tanto pivote, centro y clave del deseo humano, no debemos
integrarlo en ninguna dialéctica de totalización. EL otro, en tanto objeto del deseo, puede ser la
adición de un montón de objetos parciales, pero no una totalidad. La ideología del "amor
genital", dirigido a la "totalidad" del otro, oblativo al tomarlo como sujeto, parte del supuesto de
una armonía preestablecida que la experiencia del análisis desmiente.
³la elección de objeto deviene una nueva identificación, absorbiendo el 3 las cualidades
del objeto´39. (Como objeto a una persona amada o no amada o sólo un rasgo).
³La identificación por medio del síntoma señala así el punto de contacto de los dos 3,
punto de encuentro que debía mantenerse reprimido´40. (ejemplos de las alumnas del
pensionado). ³Puede surgir siempre que el sujeto descubre en sí un rasgo común con otra
persona que no es objeto de sus instintos sexuales. Cuando más importante sea tal comunidad,
más completa y perfecta llegará a ser la identificación parcial y constituir así el principio de un
nuevo enlace´41
La pulsión escópica, par antitético, ver-ser visto, cuyo fin es la contemplación y la
exhibición (escopofilia y exhibicionismo en el lenguaje de la perversiones)
³ la fase preliminar de la pulsión de escopofilia, en la cual el placer visual tiene como
objeto el propio cuerpo, pertenece al narcisismo y es una formación narcisista. De ella se
desarrolla la pulsión de escopofilia activo, abandonando el narcisismo; en cambio, la pulsión de
escopofilia pasiva conservaría el objeto narcisista. ( ) Aunque el objeto de la pulsión de
39
Freud, S. Psicología de masas. Alianza Ed. 2001, pág 44
40
Freud, S. Psicología de masas. Alianza Ed. 2001, pág 45
41
Freud, S. Psicología de masas. Alianza Ed. 2001, págs 45-46
10
escopofilia es también al principio una parte del propio cuerpo, no es, sin embargo, el ojo
mismo.´42
³Como espejismo especular, el amor tiene esencia de engaño. Se sitúa en el campo
instituido por la referencia del placer, por ese significante único requerido para introducir una
perspectiva centrada en el punto ideal, I mayúscula, que está en el Otro, desde donde el Otro me
ve tal como me gusta que me vean.´43
³La mirada se ve ( ) es, no una mirada vista, sino una mirada imaginada por mí en el
campo del Otro´.44
³ el objeto puede ser idéntico a la mirada.´45
³Ir más allá del plano de la identificación es posible´46
µ la transferencia se ejerce en el sentido de llevar la demanda a la identificación´47. Es
aquello que de la pulsión aparta la demanda, el deseo del analista es aquello que la vuelve a
llevar a la pulsión, aislando al objeto , lejos del I. Que el analista es llamado por el sujeto a
encarnar. El analista abandona esa idealización para servir de soporte al objeto separador, una
hipnosis a la inversa, encarnar al hipnotizado.
42
Freud, S. LXXXIX- Las pulsiones y sus destinos. 1915. pág. 1393
43
Lacan, J. El Seminario 11. Ed. Paidós. 1984. pág. 276.
44
Lacan, J. El Seminario 11. Ed. Paidós. 1984. pág. 91.
45
Lacan, J. El Seminario 11. Ed. Paidós. 1984. pág. 280.
46
Lacan, J. El Seminario 11. Ed. Paidós. 1984. pág. 281.
47
Lacan, J. El Seminario 11. Ed. Paidós. 1984. pág. 281.