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Caciques chinchaycochas, funcionarios incas y sacerdotes amueshas: los caminos antiguos de Chinchaycocha hacia la selva central Ponencia presentada en la Conferencia “La Cultura de Pasco El pueblo Amuesha como bisagra entre los mundos andino y amazénico En la ceja de selva entre San Ramén! en el sur y Pozuzo? en el norte, se extiende una estrecha cadena de valles que forman una transicién entre la antigua provincia andina de Chinchaycocha y el mundo amazénico de la selva central. Sabemos que el pueblo Amuesha’ habitaba estos valles por lo menos desde comienzos del siglo xvi, cuando EI rio Chanchamayo se forma en San Ramén por la confluencia del rio Tulumayo (que baja de Comas, al este de Huancayo), el rio Pala o Tarma (que baja de Tarma), y el rio Ocsabamba (que baja de Ulcumayo). 2 En el pueblo de Pozuzo, el rio Pozuzo que drena las dreas al este de Huariaca, Ambo, y Panao en Hudnuco, se une al rio Huancabamba y, eventualmente, fluyen a los rios Pachitea y Ucayali. * Los Amuesha se llaman a si mismos yaanehsha’ o yaamootsesha’. Hoy los 5000 Amuesha viven en unas 30 comunidades nativas en las provincias de Oxapampa y Pachitea. CULTURA ANDINA Universidad Nacional Daniel Alcides Carrién, Cerro de Pasco, 25-26 de mayo de 1999 Richard Chase Smith, antropélogo Instituto del Bien Comin, Lima-Perii empezaron las crénicas escritas (ver Mapa No. )). Sin embargo, tomando en cuenta datos como por ejemplo que los topénimos de la regién son del idioma Amuesha y que la tradicién oral de los Amuesha los vincula a muchos elementos geogri- ficos de la zona, pensamos que su residencia aqui data desde mucho mis antes. El autor analizé en otro articulo anterior (Smith, 1983) Ia curiosa mezcla en la cultura y sociedad Amuesha de elementos andinos de pen- samiento y estructura social con otros de clara corte amazénica. La misma estructura y fonética del idioma Amuesha, de la familia Arawak, refle- ja tambié® esta influencia andina, incorporando muchos léxicos y sonidos tanto del quechua de la sierra central como el de Cuzco (Wise, 1976). La influencia andina debe Haber sido muy fuerte y prolongado para producir cambios culturales tan profundos. La tradicién oral Amuesha sefiala al- gunas pistas para la investigacién etnohistorica. Los abuelos de la comunidad Tsachopen de Oxapampa cuentan sobre una época cuando el 59 143U89 Balas be A euaIs e| anUe e’Besig OWOD eYsenWY O1GeNd IF UNDA Inca se cas6 con “nuestra madre Palla” y oblig6 a los Amuesha a producir tejidos con pluma de picaflor (Fast, 1953, 1956; Smith, 1983). Esta his- toria esti lena de resentimiento hacia el Inca por el maltrato sufrido por los Amuesha. Se esté acumulando evidencia que sugiere que por lo menos desde el periodo intermedio tardio (1000-1400 a.C) hasta fines del siglo xvu, los Amuesha compartian este territorio con pobla- ciones andinas quienes cultivaron las cuestas de estos valles. Esta presencia andina llegé a su apo- geo durante las primeras décadas del siglo xvi cuan- do esta cadena de valles se incorporé al estado ineaico que gobernaba la regin desde su centro administrative en Pumpu'. La primera entrada espatola a Huan- cabamba Entre 1557 y 1562, un distinguido sacerdote mercedario, Diego de Porres, doctrinero de Chin- chaycocha, caminé durante varios dias al este de a pampa de Junin, y establecié una doctrina en la ceja de selva, en un lugar llamado Guancabamba’. Escribié al Rey de Espafia en 1586: Por chinchacocha entre en dos provincias de guerra que se dicen oxamarcas y pilcozones donde con mi predicacion saque seis caziques senores de duo otiana con mucha gente los quales pobre en el valle de guancabamba “ Aparte de los estudios de Hastings (1981, 1987, 1989) sobre la ocupacién andina de las crestas de las montafias entre cl rio Tarma ¥ Casca (desde Huasahuasi hasta San Ramén), y un breve reconocimiento por Lathrap (1970), no han habido estudios arqueolégicos serios de esta regién. La evidencia que arrojan sus estu- dios, mas la abundancia de zonas arqueolégicas en el corredor entre Pozuzo y Oxapampa que cl autor ha observado, confirman una presencia andina muy fuerte en el rea, Matos (1994) publicé un informe sobre su estudio del centro administrativo incaico en Pumpu. 5 Bn toda la documentacién del periodo colonial, el nombre aparece como Guancabainba. Hoy, el valle de Huancabamba forma parte del distrito del mismo nom- bre, que a su vez pertenece a la Provincia de Oxaparpa, departamento de Pasco. El rio del mismo nombre empie- za como el Lecma y recibe los aguas del Purumayo, Hualyamayo y Anana entre otros. Cutuna Anowa veinte leguas de chinchacocha y baptize los caziques y los case y les hize yglessia y puse doctrina los quales estan oy en dia subjetos a vuestra majestad (Porres [1586] 1919:3 97). Es Ia entrada espafiola mas temprana que se conoce a la selva central, s6lo 25 afios después que Pizarro lleg6 a Jauja en 1533. El camino que conectaba a Chinchaycocha en el altiplano andino con Guancabamba en la montafia en 1550 debe de haber sido muy conocido y muy utilizado en esa época, para que un sacerdote espaiiol lo haya podido utilizar tan temprano en la época colo- nial. La misma ruta fue usada més tarde, en 1745, por espafioles y la poblacién andina de Guancabamba para huir de los avances de las fuerzas rebeldes de Juan Santos Atahualpa. El li- der rebelde y sus seguidores Ashaninka y Amuesha expulsaron toda presencia espafiola del valle hasta un siglo después, cuando alemanes y peruanos empezaron a re-colonizar la regién, entrando por el mismo. camino. EI estancamiento econémico y la poblacién escasa que caracteriza al valle de Huancabamba hoy en dia ocultan la importancia que una vez tuvo para Ia sierra vecina de Chinchaycocha y el rol fundamental que jugé como puerta principal para las entradas de los pobladores de Chinchay- cocha, los Incas y los espafioles a la selva central del Peri. Necesidad de combinar aproximaciones Una de las lineas de investigacin que lleva a cabo el autor para entender mejor la relacin hist6- rica entre Chinchaycocha y el pueblo Amuesha es el estudio de los caminos de herradura antiguos que articulaban las dos zonas. Para poder visualizar al camino y su papel articulador a través del tiem- po, dicho estudio necesariamente tiene que apli- car diferentes aproximaciones al tema; en este sentido el autor contempla: — la de antropologia para reconocer ilos cami- nos de herradura modernos y comprender su rol en el intercambio entre sierra y selva; — la de la recoleccién y anilisis de la tradicién oral local para conocer los caminos y la manera como fueron utilizados durante el siglo xx; 61 — la de Ia recoleccién y andlisis de la tradi- cién oral de los Amuesha para comprender su memoria sobre sus relaciones histéricas con po- blaciones andinas; — la de la historia documental de archivos y de crdnicas para identificar las rutas de entrada utilizadas por el Estado Incaico, por los repre- sentantes de los gobiernos coloniales y republi- canos, por los doctrineros y misioneros de la Iglesia Catdlica, y por los colonos en general; y — la de la arqueologia para poder determinar de qué época datan y a qué cultura/etnia perte- necen los restos y las obras (empedrado, canales, cortes, obras de contencién, puentes) observa- bles a lo largo de los caminos antiguos que han perdurado. ‘A partic de documentos sobre la encomienda de Chinchaycocha y sus doctrinas, se sabe que al llegar los espafioles, la pampa de Junin y la me- seta de Bombén fueron densamente poblados por pastores indigenas con rebafios cuantiosos de Ila- mas, alpacas, y desde la colonia espafiola de ove- jas y ganado vacuno (Arias Urgarte, [1619] 192 De la Puente, 1992; Vasquez de Espinoza, 1948). Hasta hoy algunos de estos pastores signen cum- pliendo el rol de llamero y/o atriero, bajando y 62 Vista panoramica del lago Chinchaycocha subiendo las sendas en ambas vertientes de los Andes con grandes trenes de lamas y/o mulas intercambiando a lo largo del camind charqui, lana, sal, papa, chuno y ollas de barro por maiz, coca, rocoto/ajies y yerbas medicinales* Los caminos antiguos entre Chinchaycocha y la ceja de selva A manera de hipétesis, el autor propone que Ja antigua provincia incaica de Chinchaycocha fue vineulada a la selva central por cuatro caminos principales (ver Mapas No. 2 y 3). Estos partian de Ia rama del Camino Real Tncaico que bordeaba el lado oriental del lago Chinchaycocha y que desde la colonia pasaba cerca a Los Reyes (Junin), *Entre 1967 y 1974, el autor fue testigo de varios trenes de 30 0 mis llamas, en algunos casos bajando de Paucartambo a Oxapampa y en otros casos de Huachén a Huancabamba. Hoy en dia ya no es muy comin ver este especticulo. Un pastor de Nicaca conté al autor recientemente que ya no bajan a la montafia para conse- guir mafz porque es més facil ir en camién a Huanuco. Otros han confirmado que todavia bajan anualmente a Pozuzo, a Huancabamba o a San Ramén para tracr maiz para chicha y otros productos. Ver también: Contreras, 1984; Bruchard, 1974 y Matos, 1994. UNDAC \upwen uni yep ean ‘aus 49 pew ZESL-GLbL BDU) BUOZLOH WeLNSD ATES ¥1 4 YHOO9 AVHONIHO edueg osnuen| Kaquenesent ¥ 63 eysanuuy U9i2e|40q ANDINA 7 ON nde 3 paieg wig pp eras 49 pee O951-beS1 — sajoyedsy seuupog A sepuamioaug TWAILNSS VATS 1 A VHOCSAVHONIKO, WHOODAVHONIHO 30 VONSINOON: € ON edu Cathuamayo, y Ninacaca’. Guamén Poma inclu- ye como tambos a lo largo de este camino pri cipal en Chinchaycocha a los siguientes: [circulo] Bombom, tanbo real, puente de crisnexas del Ynga Topa Ynga Yupangui, [casa] Nina Caca, pueblo, tanbo rreal, [casa] Chinchay Cocha, pueblo, tanbo real. [easa} Tarma, pueblo, tanbo real, (Guamin Poma 1980:1004)%, Una de las rutas a la selva central conectaba a Chacarmarka (probablemente cl Tambo de Chinchaycocha mencionado por Guaman Poma) y més tarde a Los Reyes (Junin) con Chanchamayo via cl valle del rio Ulcumayo-Ocsabamba, Hastings propone que la ruta del Camino Suarez a In Ha- cienda Ocsabamba (aparentemente de construc- cién colonial) va-desde Los Reyes hasta las cabe- ceras del Rio Huasahuasi y de alli sigue la cresta entre el rio Uleumayo/Ocsabamba y el rio Casca hasta el bajo Ocsabamba (Hastings, 1981 y 1987:149). El autor, aunque no ha podido explo- rar todavia la ruta de bajo de Ulcumayo, piensa que cl camino antiguo debe seguir el rio Ulcumayo, bajando por la margen izquierda has- ta el asentamiento arqueolégico con estructuras de piedra (Intermedio Tardio) ubicado en las al- turas entre-Qcsabamba y La Merced descrito pof Lathrap (1970). Si bien el valle del bajo Ocsabamba probablemente fue colonizado por gente oriunda de Chinchaycocha, el area alrededor del valle de San Ramén fue una zona de colonizacién multi- étnica, compartida por los Taramas, los Huancas y los de Chinchaycocha desde el Intermedio Tar- dio (Arellano, 1988: 159; Espinoza Soriano, 1975: 104; Hastings, 1981, 1989). Los pobladores de 7 Vestigios de la rama oriental de este camino toda- wia existen entre Huayre y Carhuamayo y son reconoci- dos por la poblacién local, Sobre la rama occidental, ver Matos (1992). * 1 simbolo de [easa] quiere decir un tambo junto a ‘en pueblo; un [circulo] se refiere a un tambo sin pucblo, ‘pero que tenia comida almacenads, El simbolo del [glo- bo] se refiere a tambos ubicados en centros urbanos S=xportantes, Aparentemente, para principios del siglo xvi ceando escribla Guamin Poma, Pumpu ya no merecia ‘el simbolo. Quruns Anona Uleumayo informaron al autor que el camino que baja a San Ramon atin es transitado. La segunda ruta antigua conectaba al Camino Real principal cerca a Carhuarmayo con Chonta- bamba (Oxapampa) via Paucartambo, Auquimarca y Culebramarca. Secciones de este camino anti- guo, con obras viales del estilo incaico, estén to- davia visibles y transitables enue Carhuamayo y Auquimarca’. La seccién que une Acopalea con Cutuchaca, por estar en la margen opuesta a la de Ia carretera moderna se conserva ain en muy buen estado. De Auquimarca, el camino antiguo pasa- ba por las alturas de Culebramarca. Durante los afios 1920, fue abandonado y reemplazado por un nuevo camino de herradura (la Via Sotil) que pasaba por Milagro y La Suiza. El autor atin no hha constatado la condicién de la seccién antigua que pasa por las alturas de Culebramarca. Este camino probablemente tenia como destino otro asentamiento del Intermedio Tardio ubicado en Ja margen derecha del rio Chontabamba, conoci- do histéricamente como Carapina. Pobladores de Ja zona informan que segiin sus abuclos, este ca- mino es de los Incas y que existia antiguamente un tambo donde hoy en dia esta la plaza central del pueblo de Paucartambo. La tercera ruta, que describiremos en mas deta- lle, es la ruta histérica que caminé el Fray Diego de Porres en 1558 (ver Mapa No. 4). Este camino salié del Camino Real al norte del tambo de Ninacaca” con destino al valle de Huancabamba, pasando por la quebrada del rio Huachén y luego subiendo por Ia parte sur de la cordillera de ° Auquimarca esta ubieado en la margen izquierda del tio Paucartambo, arriba de su encuentro con el rio Huachén. El camino antiguo pasa por un sitio arqueo- Jogico con unas 35-45 estructuras circulares del Interme- dio Tardio situado muy cerca al pueblo moderno. °° BI barrio situado sobre el camino que entra a Ninacaca desde la Carretera Central se lama Chasqui- tambo. A la mano’ izquierda de este camino se encuen- tran los cimientos de, cuatro estructuras situados en for- ma de L, formando asi una pequeiia plauela, La pobla- ‘cin local conoce este sitio como el tambo incaico. Una inspeccién breve m0 produjo tiestos de cerimica ni nin- ‘gin otro clemento diagnéstico. Dista unos 300 metros de Ia seccién visible del camino incaico. 65 UEWeD Uae 1p CANN SUE vv sees aes i Ee : ws, BQWeQeoUeNnH - EOBOBUIN OUIWIeD Ont uy : y ON vdeyy Huagurunchu. Al parecer, este camino y el de la cuarta ruta que tiene como destino el valle de Pozuzo, compartfan la misma entrada desde Ninacaca hasta la confluencia de la Quebrada Chipa con el rio Huachén. Adin falta realizar el estudio de reconocimien- to sobre el tramo del camino incaico entre Ninacaca y Carhuac. Una pequefia seccién de este camino esté todavia visible, cruzando la loma cerca a la carretera central al norte de Chasquitambo; con- tiene obras de nivelacién y demarcacién de apa- riencia incaica. Mas alli de Ninacaca existe un camino antiguo atin transitado que pasa por al lado del doble sitio arqueolégico del Intermedio Tardio formado por Algumarca y Marca Marca. Las obras antiguas de nivelacién y muros de con- tencién a lo largo de esta seccién del camino y su ubicacién sugieren que esto podria ser Ia conti- nuacién del camino incaico. Este camino va en direccién a Carhuac, pasando cerca al sitio ar- queolégico denominado Pueblo Viejo: Desde Carhuac, el camino antiguo, todavia muy transitado, baja por el fondo de la quebrada Chipa hasta un lugar cerca al pueblo del mismo nombre donde la carretera moderna lo tapa. En esta secciéa existen atin muchas obras viales de piedra al estilo incaico, incluyendo un muro de piedra a cada lado que lo acompafia durante gran parte de su recorrido. Muy cerca al encuentro de la quebrada Chipa con el rio Huachén se observa los restos de las bases de un puente antiguo de piedra sobre la quebrada Chipa con vestigios de un camino an- cho yendo por la margen derecha del rio Huachén hacia arriba, A medio kilémetro rio arriba del pueblo de Huachén, contintia de nuevo el cami- ‘20 antiguo subiendo por el piso del valle cerca al io. A pesar que esta seccién es continuamente ‘mantenida y mejorada por la poblacién de Huachén, ‘win se nota obras viales antiguas de estilo incaica, tales como cortes por pefias, escalones y muros de contencién hechos con piedra. El autor sugie- = que este camino es la cuarta entrada principal desde Chinchaycocha que cruza a la cordillera de ‘Huagurunchu y baja por el valle de Sunic y Santa Ceuz hasta Pozuzo. TURA ANDINA EI reciente hallazgo sobre este camino de los restos de un tambo incaico en un lugar conocido por el nombre de Huacash a 3 kilémetros del pueblo de Huachén confirma no sélo la presencia del estado Inca en este valle, sino también la importancia que tuvo para los cuzquefios este camino y el acceso a la selva central de Pozuzo. El tambo consiste en por lo menos ocho estruc- turas grandes de construccién de piedra (el mas intacto mide 9 por 5 metros al interior), con muchos elementos que caracteriza el estilo arqui- tectonico incaico, como por ejemplo la presencia de nichos trapezoides al interior de las estructu- ras. Tanto el tambo como el camino merecen un estudio mayor para determinar la funcién del tambo, la ruta exacta que tomé el camino y el punto final en el valle de Pozuzo. La antigua ruta Ninacaca-Huancabamba: un camino con obras incaicas Desde la quebrada Chipa, otro ramal del ca- mino iba hacia el sur, y luego subfa por la quebra- da Puco hacia el asentamiento pastoril de Tingocancha. Una carretera relativamente nueva ha borrado al camino antiguo en muchas partes; s6lo queda visible la seccién que pasa por las es- tancias dispersas de Tingo Cancha. En julio de 1998, el autor, con un grupo de colegas"’, em- prendié viaje por esta ruta antigua desde el pue- blo de Huachén, hasta el valle de Huancabamba, la misma que Diego de Porres caminé hace 450 afios (ver Mapa No. 4). Las observaciones que se hicieron confirma lo que se ha aprendido de ar- chivos histéricos: que esta ruta, que vincula la pampa de Junin con Huancabamba el este, fue utilizada por la gente de Chinchaycocha, los Incas y los espafioles desde tiempos tempranos para co- onizar la ceja de selva y probablemente, como hasta hoy, intercambiar productos de los diferen- tes pisos ecolégicos. Tingo Cancha es un pequeiio poblado de pas- tores de lamas y alpacas que viven al pie de los EI grupo incluia a la Dra. Anne Marie Hocquen- ghem, antropdloga/arquedloga quien proveyd su expe- riencia para interpretar la evidencia de ocupacién Inca en Ja regién por Ia cual caminamos. 67 nevados de Tarata y Afilcocha. Estos pastores vi- ven en pequefias casas circulates de piedra con te- chados de ichu en medio de corrales de piedra de muy fina construccién. Sus casas no se diferencian mucho de las casas que se encuentran con frecuen- cia en sitios arqueolégicos del Intermedio Tardio. La subida inicial desde Tingo Cancha es facil por un camino de piedras sueltas de un metro y medio de ancho. Mis arriba, cuando la subida se pone més dificil, el camino est finamente empe- drado en muchos lugares con escalerag de piedra en los lugares mais empinados. Cuanto mas alto uno sube mis escaleras de piedra se encuentran. La cresta esti cubierta con monticulos de piedra © apacheta (pequefios ofrecimientos a los Dioses de las montafias). El otto lado de la cresta es igual de cmpinado, pero aqui esti intacta casi todo el trabajo de em- pedrado. Debajo de la cresta, escondido al pie del glaciar de Afileocha hay un lago del mismo nom- bre que mide unos cien metros de largo y ochen- ta de ancho. El lago es muy profundo y casi com- pletamente rodeado de paredes verticales que caen de las alturas rocosas del pico. Desde all, el camino continiia bajando por una pared empinada, zigzagueando hasta el fondo del valle, una caida de por lo menos 200 m. De aqui, el camino baja por el lado derecho del valle en una linea larga y recta. Es una caminata dificil ya que, por falta de mantenimiento, esti muy erosionado y cubierto de piedras sueltas. A la derecha otro camino se dirige al valle lamado Chilac. El mapa muestra un camino que parte de aqui pero que se da una vuelta por Muapampa y se retine con nuestro camino més abajo. En efecto, Tamayo, que sabia del lado contrario en 1902, menciona que el camino principal pasaba por Mufiapampa: De Arroyo sigue el camino siempre por la otilla derecha del Huancabamba que solo es ya un fiachuelo, corta el afluente Arroyo y llega a Mufiapampa (3139 mts), pasando a corta distancia de este punto delante de las . histéricas cuevas de la Sra. Huachanga, don- de en la época del coloniaje tuvo momentos muy amargos la familia del capitin Sandoval, uno de los primeros pobladores de 68 Huancabamba, arrojado del valle por uno de los levantamientos naturales (Tamayo 1904, p. 23). Més abajo, a la izquierda, en un lugar llamado Tingo Esquina, otro valle de nombre Lecma entra a la izquierda; aqui bajan dos caminos que vienen del valle paralelo de Sunic-Santa Cruz, El camino de la derecha conduce a Carampayo y desde alli, a Cafiachacea y Pozuzo. El guia dijo que el camino que sube por la izquierda a la cordillera por el valle de Lecma es empedrado, asimismo, el cami- no que desde alli baja a Sunic. “La gente dice que sel camino del Inca”, comenté el guia. Tres horas mas abajo, el valle se vuelve mis angosto, perdiendo Ia forma de ‘u’ y su caricter alpino. En un pastizal llamado Chapalogla, cerca a una casa de adobe abandonada, se puede distin- guir una media docena de asientos de casas rectan- gulares antiguas con paredes de piedra. Se nota también una media docena de muros de piedra que servian de contencidn; probablemente eran andenes. El lugar puede haber sido un tambo posiblemente de origen incaico. En la parte alta, al costado del camino, estan las ruinas de una capilla antigua de adobe. Durante las dos horas siguientes antes de egar a Arroyo, existen muchos tramos empedrados con escalones, canales y refuerzos de puentes. Desde Chapalogia, el camino esté enmarcada por una pared de piedra a cada lado, que varia de entre 0.5 hasta 1.5 m de alto en los lugares donde el camino esté erosionado, En una bajada, el camino forma una curva hacia la derecha, y luego hacia la iz- quierda, donde cruza un riachuelo bastante gran- de, Existen bases de piedra para un puente en los dos lados y una tampa de piedra que se ditige hacia ellos. Como habia desaparecido Ia platafor- ma del puente mismo, el camino ahora pasa a un lado sobre un vado, por lo cual se habian preser- vado las bases. En la primera curva hay unas asien- tos de piedra rectangulares, que pueden haber sido las casas de los encargados de mantenimiento del puente y camino en este tramo. Desde Arroyo (3250 m.s.n.m.), el valle y el camino empiezan a volverse més angostos y cu- biertos de vegetacién; el camino se aferra a la UNDAC empinada pared del caién. Esti enteramente em- pedrado con muchas secciones en curva de ‘s’, escalones, canales de drenaje en uso. Las paredes de piedra continéan marcando ambos lados del camino. En esta seccién, cruzan el camino mu- chos riachuelos, donde estin rotos los canales de piedra que sirven de drenaje, el agua (y barro) se derrama sobre el camino durante largos trechos erosionando la pavimentacién de piedras. En ua punto hay un puente hermoso con bases y plataforma de piedra sin lugar a dudas de cons- truccién Inca, Mas abajo, existen dos puentes de picdra y madera que permiten el pase frente a pe- fias"®. En ambos casos bases de piedra se extien- den por los dos lados desde el fondo pegados a la pefia; luego, troncos de Arboles sirven como pla- taforma entre estos refuerzos para que se pueda pasar por delante de la pefia. En la puerta del valle de Huancabamba, el poblado moderno de Liicuma fue construido den- tro y alrededor de un complejo extenso de pare- des de piedra muy bellas que se incorporan de un modo u otro a la vida cotidiana de los habitantes. Empezando un kilémetro antes de legar al cen- tro del pueblo, y continuando otro kilémetro después, una carretera de dos metros y medio de ancha (que parece haber sido construida encima del camino antiguo) se ve cercada en los dos lados por un canal de drenaje de 30 cm de profundidad ¢, inmediatamente detris una pared de piedra (80 cm de altura) muy bien hecha Durante la mayor parte de estos dos kiléme- tros, hay una segunda pared paralela en ambos lados de la carretera. Esta pared queda a una dis- tancia de 15-18 m de la primera. La pared interior frecuentemente sitve de andén de retencién al cero, Cada 50 6 70 m hay otra pared perpendi- cular de piedra entre las dos paredes paralelas, formando, de esta forma, dos cadenas de canchones (70 m de largo por 15-18 m de ancho) a lo largo del camino. Hoy todos los canchones estin culti- "Aunque de escala mis pequefia, estos puentes son similares al puente Inca sobre el camino que va detris de Machu Picchu hacia la central hidroeléctrica. Cutuna ANDINA vados con café y granadina, adernis de arboles de pacay pata la sombra. Estos canchones no parecen haber sido cons- truidos recientemente 0, por lo menos, es dificil imaginarse por qué los agricultores de granadina, café y yuca hatian todo el trabajo de cercar sus chacras con finas paredes de piedra. Es probable que estos canchones de piedra fueron usados para guardar los rebafios de llamas que bajaban de la sierra con los llameros de Chinchaycocha quienes venian a intercambiar con los agricultores de es- tos valles. Los llameros de Cathuac recientemen- te informaron que cuando van al valle de Sunic- Pozuzo para intercambiar, no van de casa en casa con sus llamas cargadas de productos; sino que van al ‘terminal’, un punto especifico donde los Ilameros se encuentran con los ptoductores de la zona para intercambiar productos. Liicuma puede haber sido un ‘terminal’ similar que servia para el intercambio de coca y maiz desde la época del Intermedio Tardio hasta la colonia, y para aguar- diente en Ia era republicana. Huancabamba: punto final del camino antiguo Una hora debajo de Licuma, y pasando el cuello formado por el cerro Mezapata, el valle de Huancabamba (1700 m) se abre revelando una amplia pampa aluvial. Esta rodeado por los cerros de Punchau y Ancahuachanan en el sur; por la montafia masiva y completamente deforestada de Shayapefia (un nombre Amuesha) al sureste, con la cordillera de Yanachaga (ahora el Parque Na- cional de Yanachaga-Chemillen) al noreste, al fondo del valle, y con las montafias de Santa Barbara al norte. Segin pobladores locales, Huancabamba toma su nombre de un adoratorio antiguo ubicado en medio de la extensa pampa. Consiste de dos monticulos semi-destruidos que fueron en un momento base de por lo menos unas quince guanca, o piedras sagradas, paradas en sus cimas, Segiin las descripciones de los extirpadores de idolatrfas del siglo xvu, cada guanca representa un ancestro poderoso petrificado (Duviols, 1973). Bl monticulo més grande tiene un diémetro de 12 m y una altura de 3 m; el mas pequedio tiene un 69 didmetro de 5 m y 1 m de altura, Los que cono- cian el local antes que se dafiara hace 30 afios describieron al monticulo grande con dos piedras altas paradas en Ia cima y un semicirculo de pie- dras mas pequefias que se extendian de cada una. Estas fueron despojadas del monticulo y destrui- das cuando alguien del rea us6 un tractor cater- pillar para buscar oro. El ménticulo pequefio.también tenia dos pie- dras en su cima y un circulo de piedras alrededor de su base, algunas de las cuales todavia estin paradas alli. A lo mejor una docena de otras guanca estén paradas o tiradas en el piso. por doquier. La guanca més grande encontrada en el sitio es un monolito rectangular midiendo 2,5 x 0,80 x 0,35 m. Otras encontradas miden de 0,80 a 1,50 m de altura. Alejandose del monticulo pe- quefio, en un elegante arco, hay un camino an- gosto de piedra, 2 lo mejor, un metro de ancho, elevado unos 30 cm del suelo, Este camino con- tina por lo menos 100 m hacia el este, ditigién- dose en la direccién de Mezapata y al camino principal que baja de Chinchaycocha. La tradicién oral Amuesha confirma que ellos sabjan de este templo y adoraban por lo menos uno de las guanca ubicadas alli, Informan los Amuesha que en Huancabamba el actual dios Sol peleé con su hermano, transformindolo en pie- dra; luego, esta guanca se convirtié en objeto de adoracién de los mismos Amuesha, Esta guanca es conocida por ellos como “nuestro padre Ichetat” (Smith, 1982; 1983: 51), Aunque hoy ya no cono- cen la localizacién del adoratorio, los Amuesha de Oxapampa contindan refiriéndose a este guanca por nombre. Este valle de Huancabamba era el destino del camino empedrado, y por lo tanto de los de Chinchaycocha, los del estado Inca, los espafioles, republicanos y colonos alemanes quienes venian caminando sobre él desde Ninacaca. La combina- cién de un camino antiguo con obras incaicas, zonas arqueolégicas en las cimas de los cerros en la parte baja, el adoratorio de los guanca, y la doctrina espafiola fundada en 1558 sefialan la impottancia de este valle desde tiempos tempranos. Diego de Porres entré a la ceja de selva de Huancabamba sobre este camino desde Ninacaca. 70 Luego, segrin su testimonio, convencié a seis ca ciques de alto rango quienes vivian mis adentro en la tictra de guerra a que se reubiquen cerca de su iglesia nueva en Huancabamba. ¢Estos caciques habrin sido Amuesha? Es dudoso, aunque dado Ja figura y el rol tradicional del cornesha’, un sacerdote Amuesha de alto rango, es posible que hayan sido Amuesha (Santos, 1994; Smith, 1983). Pero es més probable que eran caciques de los Chinchaycocha 0 funcionarios del difanto estado ineaico asentados en uno de los asentamientos de tipo andino que datan del Intermedio Tardio que se encuentran con cierta frecuencia entre Oxapampa y Huancabamba. Caciques de Chinchaycocha, funcionarios del estado incaico y sacerdotes Amueshas probable- mente compartian el poder y el mando en este espacio fronterizo. La tradicién oral Amuesha pinta un escenario de relaciones dificiles donde reinaba una paz incierta, pero donde, a la vez, se intercambiaban bienes materiales que, a fin de cuentas, beneficiaban a cada parte. Los caminos antiguos eran piezas claves en esta relacién de poder e intercambio, pues eran como los hilos del urdimbre de un gran tejido intercultural que co- nectaban las tramas que fueron los diferentes pi- sos ecolégicos y pueblos que los habitaban entre Chinchaycocha y la ceja de selva. 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