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Como jvenes sabemos que tenemos un rol que cumplir en la historia. Tenemos la conviccin de
que somos mucho ms los que queremos avanzar individual y colectivamente que aquellos que
buscan su lucro personal en detrimento del resto. Estamos conscientes que la generacin de
posguerra en Nicaragua ha sido ms relajada, principalmente por ser nosotros, los millenials,
quienes gozamos consumiendo de los productos electrnicos y dems servicios propios de la Era
Digital. Pero tambin somos una generacin que debe asumir con seriedad poltica los desafos del
mundo contemporneo. Rubn Daro no dijo si la patria es pequea uno grande la suea para que
eternamente soramos una patria estrecha. Su mensaje fue otro: optimismo y esperanza para que
ambicionsemos y alcanzsemos la grandeza.
Nicaragua ha tenido potencial de desarrollo pero las luchas intestinas por el poder han
provocado retrocesos a pasos agigantados y avances a pasos cortos. Por ejemplo, en los aos 60s
Nicaragua era llamada el Granero de Centroamrica con una capital moderna, personal profesional
capacitado, una moneda estable y con buenas expectativas de crecimiento en el mediano plazo. El
proceso insurreccional y la guerra civil provocaron una destruccin de los factores productivos que
hicieron retroceder econmicamente al pas dcadas atrs. Los niveles de produccin se cayeron
drsticamente y el proceso de recuperacin econmica a partir de entonces ha sido lento.
Recientemente, Nicaragua ha tenido un crecimiento econmico sostenido con tasas entre el 4% y
5%, lo cual es buena noticia en el sentido que estamos haciendo lo que debimos haber empezado a
hacer tiempo atrs. Estas tasas han estado algunas veces por encima de la media latinoamericana.
Pero el problema del crecimiento (y mucho ms, el del desarrollo) para salir de una situacin de
atraso exige una combinacin de factores productivos que den como resultados tasas cercanas al 7%
o al 8% para emprender un milagro econmico nicaragense.