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transpersonal?
Moiss Garrido
En mi yo no vivo ya,
y sin Dios vivir no puedo;
pues sin l y sin m quedo,
este vivir qu ser?
Mil muertes se me har,
pues mi misma vida espero,
muriendo porque no muero
As comienza una de las coplas del alma escrita por el clebre mstico
espaol del siglo XVI San Juan de la Cruz, considerado el poeta ms
sublime de la literatura espaola. Al igual que Santa Teresa de
Jess (nuestra otra gran mstica espaola), el autor de Subida del
Monte Carmelo dej escrito en forma de bellsimos poemas sus
encuentros con Dios, eso que se ha dado en llamar unin mstica. Las
visiones que tienen lugar durante la va unitiva producen un gozo
indescriptible en quien las vive. El efecto que hacen en el alma estas
visiones -dice el propio San Juan de la Cruz- es quietud, iluminacin y
alegra a manera de gloria, suavidad, limpieza y amor, humildad e
inclinacin o elevacin del espritu en Dios.
Cuando se corre el velo que permite al mstico ver con toda claridad ese
otro mundo metafsico, ciertamente lo que percibe y siente no es fcil
describirlo una vez que regresa al estado normal de conciencia. El
lenguaje es limitado a la hora de expresar una experiencia tan
sublime. Angela de Foligno, mstica del siglo XIII, contara a su
confesor: A menudo, veo a Dios de una manera y con una perfeccin
que no puede explicarse ni imaginarse () Veo que es el bien absoluto
() Cuanto ms profundas son las tinieblas, en mayor medida excede
del pensamiento este bien y se muestra inexpresable () Cuando me
sumerjo en este bien y lo contemplo, ni recuerdo ya la humanidad de
Jesucristo, ni la Encarnacin, ni nada que tenga forma. Lo veo todo,
no obstante, y no veo nada.
ENFERMEDAD MENTAL?
NUEVO PARADIGMA
FENMENOS PSI
Anexo 1
Anexo 2