Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Poco despus de nacer, los bebs muestran especial sensibilidad para distinguir
rostros individuales tanto de animales como de humanos. Pero luego, a medida que
se desarrolla su sistema neuronal se especializa en la percepcin facial de rostros
humanos.
Los avances neurocientficos han podido revelar que los lazos que se tejen entre
madre e hijo no dependen de los genes que comparten, sino que asumir el reto de
cuidar y criar a un nio conmueve tanto nuestra estructura afectiva y biolgica, que
el cerebro de madres y tambin de los padres se re-programa, se redisea para
llevar adelante esta tarea.
Cuando el beb ha nacido, su llanto, su olor, su forma de prensin del cuerpo del
otro, desencadenan mltiples sensaciones creando un entorno rico en estmulos que
pone el cerebro de la madre a toda mquina.
Las investigaciones muestran que el vnculo entre padre e hijo supone una
contribucin mutua importante. Se observ por ejemplo que a los padres se les
activan las mismas reas cerebrales que a la madre al escuchar el llanto de su hijo,
mientras que a los probandos hombres sin hijos no les suceda tal activacin.
Tambin algunas experiencias sealaron la creacin de nuevas neuronas en el zona
del bulbo olfatorio en varones que experimentaron la paternidad, por lo que los
cientficos han planteado que no solo cambia aquellos que ya existe, sino que se
desarrolla algo nuevo al servicio de la relacin.