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Ciudad Juárez ha sido durante más de diez años el caso paradigmático en tomo al
desdibujamiento de la justicia en México. Esto se debe al número de asesinatos no resueltos
cometidos contra hombres y mujeres. En este texto abordamos particularmente los
asesinatos de mujeres por ser un tema donde se manifiestan conexiones entre sexualidades,
violencia de género, indiferencia e invisibilidad social.
El texto propone que para entender cómo en Juárez se ha ido erosionando la ecuación entre
justicia y legalidad es indispensable referirse a dos cuestiones centrales: primero, al
desdibujamiento del estado de derecho en el tratamiento de las mujeres asesinadas.
Segundo, es necesario hacer evidente la politización excesiva de los asesinatos de mujeres
que originalmente sucedían en Ciudad Juárez y que gradualmente se han extendido a otros
estados del país. Por politización excesiva se entiende el debate mediático donde el asunto
de Juárez sirve para medir fuerzas entre distintos actores políticos, colocando la cuestión
central de la resolución de los asesinatos como una cuestión secundaria.
A lo largo de este breve texto se ilustra cómo las consecuencias de la politización excesiva
y de la deficiente estructura gubernamental para atender los asesinatos de mujeres, son el
resultado de un manejo desordenado en la integración de los expedientes, una
ideologización de las razones por las cuales las matan, una baja confiabilidad en las cifras
oficiales proporcionadas sobre los asesinatos cometidos, un manejo errático de las distintas
hipótesis no resueltas de los crímenes y una fabricación de culpables, entre otras
irregularidades.
La debilidad del estado de derecho en Ciudad Juárez puede ilustrarse en cifras utilizando la
información disponible de 2001 por cada 100,000 habitantes. Por ejemplo, se consumaron
730 delitos en Ciudad Juárez, en el resto del estado 303 y 113 en el país. Asimismo, se
cometieron 66 asesinatos en Ciudad Juárez, mientras que en el ámbito estatal esta cifra
disminuye a 25 ejecuciones y a 12 casos en el resto del país; por último, en cuanto a los
secuestros, Ciudad Juárez alcanza niveles alarmantes al registrar 133 secuestros en ese
mismo año, en tanto que en el estado Chihuahua se apuntan 51 secuestros y 18 en el resto
del país (Jiménez Ornelas: 2003, p. 17).
1
ue ocurrieron diez asesinatos de
ue aún no se Duede contestar con
La inconsistencia en el manejo de las cifras tanto a escala estatal como federal, ofrece sólo
información fragmentada. Por ello, una investigación seria siempre inicia ofreciendo un
recuento de los asesinatos. En este artículo, se ofrecen las cifras disponibles de fuentes
nacionales e internacionales según el último informe preparado por la Comisionada
Guadalupe Morfín y presentado en el segundo semestre de 2005.
Ciertamente, las cifras aquí proporcionadas se ubican dentro del rango manejado por
periodistas independientes; sin embargo, debe señalarse que las instancias federales y
estatales como Fiscalías y la propia Comisión Nacional de Derechos Humanos son las que
manejan las cifras más bajas. En contraste, la periodista Elena Poniatowska indica que se
habían acumulado los casos encontrados de 300 cadáveres y aproximadamente 500 casos
de mujeres desaparecidas hasta 2002 (Poniatowska: 2002). La periodista Diana Washington
Valdez señala en su libro Cosecha de Mujeres (2005) que entre 1993 y 2004 ocurrieron 391
homicidios y que existían otras 42 víctimas no identificadas.
Una característica constante de las mujeres asesinadas ha sido el pertenecer a estratos bajos,
pero no puede sugerirse un perfil de las asesinadas a partir de la información existente.2
Irónicamente, frente a la incompleta caracterización de los crímenes aparecen desde un
principio discursos que minimizan los crímenes al presentar a las mujeres asesinadas como
prostitutas, drogadictas, mentirosas, fiesteras (Jiménez Ornelas, op, cit.; Segato, 2004);
2
La caracterización de las mujeres asesinadas es contradictoria. Si bien se ha generalizado la
representación de las mujeres asesinadas como trabajadoras de la maquila que incurren en
conductas permisivas, ésta imagen se viene abajo cuando la confrontamos con evidencia
empírica, pues desde 1993 hay mujeres mayores de 40 años asesinadas. Así pues resulta
imposible hablar de perfiles para los homicidios y mucho menos que éstos sean sólo de
mujeres jóvenes (Jiménez Ornelas, op. cit.).3
Otros ejemplos que rompen con el pretendido perfil de las mujeres asesinadas - que las
presenta como mujeres jóvenes trabajadoras de la maquila - se encuentran en el asesinato
de la holandesa Hester Van Nierop de 28 años en 1998, mujer extranjera joven y rubia, y
los crímenes contra niñas ocurridos tanto en 2005 como desde 1993. En mayo de 2005 las
niñas Airis Estrella Enríquez Pando de siete años y Anahí Orozco Lorenzo fueron
asesinadas con extrema crueldad.4En 1993 fue asesinada Rebeca Elizabeth Escobedo Sosa
de tres años de edad (López Urbina: 2004; CNDH: 2005).
Las hipótesis que se han utilizado para explicar los crímenes han oscilado en el tiempo y
convertido este asunto en un punto central de confrontación entre las autoridades y los
críticos del quehacer del estado.
Sergio González Rodríguez, periodista y autor del libro Huesos en el desierto establece en
el mismo que en 1998 las hipótesis más recurrentes sobre la causalidad y recurrencia de los
crímenes que se manejaban en círculos oficiales y periodísticos eran el tráfico de órganos,
asesinatos seriales, pugnas entre pandillas que incluyen ajustes de cuentas, crímenes de
polleras, violencia intrafamiliar y crímenes pasionales que incluyen abuso sexual.
Cabe destacar que frente a las interpretaciones independientes, las autoridades han
enfatizado que muchos de los crímenes son producto de violencia doméstica.5 Así lo
reafirmó Mireille Roccatti en el breve lapso que ocupó como Fiscal Especial (junio -
septiembre 2005): "luego de revisar los 339 expedientes judiciales (se encuentra que) los
3
asesinatos no forman parte del crimen organizado ni responden a crímenes cometidos por
homicidas seriales, el asesino está en casa, es producto de la violencia intrafamiliar"
(Collado: 2004).
En breve, se puede decir que en tanto los crímenes aún no se resuelven las hipótesis que se
manejan no son conclusivas. De éstas, las propuestas por instancias oficiales apuntan hacia
patrones individuales y las de los periodistas o integrantes de la sociedad civil enfatizan las
prácticas colectivas e incluyen un elemento no sólo organizado, sino estructural, a los
patrones de asesinato. Por ello, han surgido interpretaciones sociológicas de las hipótesis
acumuladas que sugieren que el elemento ritual propio de estos crímenes muestra que
existe una ruptura del pacto social que ha permitido una normalización gradual de estos
asesinatos por lo que se vuelve importante no sólo el que se mate a las mujeres sino el cómo
se les mata.6
La socióloga brasileña Rita Laura Segato señala que el feminicidio es el asesinato de una
mujer genérica, de un tipo de mujer, sólo por ser mujer y por pertenecer a este tipo, de la
misma forma que el genocidio es una agresión genérica y letal a todos aquellos que
pertenecen al mismo grupo étnico, racial, lingüístico, religioso o ideológico. Cabe destacar
que la aportación de Segato al término feminicidio es el destacar el surgimiento de un
estado paralelo cuando señala: "los feminicidios de Ciudad Juárez no son crímenes
comunes de género sino crímenes corporativos y, más específicamente, son crímenes de
segundo Estado, de Estado paralelo" (Segato: 2004, p. 87).
4
Finalmente, Marisela Ortiz Rivera, cofundadora de Nuestras Hijas de Regreso a Casa, AC
(asociación de familiares y amistades de mujeres asesinadas y desaparecidas en Ciudad
Juárez), explica que el feminicidio en Ciudad Juárez coloca a los familiares afectados en
franca vulnerabilidad, ya que éste provoca un fuerte desgaste emocional y una merma
importante en la salud física del núcleo familiar en su conjunto; a esta situación crítica se
debe sumar que frecuentemente los familiares se abocan a la búsqueda del esclarecimiento
del crimen, y que la demanda por la justicia les ha implicado hacer una serie de trámites y
gestiones en los que invierten sus pocos recursos económicos y patrimonios -recordemos
que son familias empobrecidas-, lo que se traduce en serias dificultades para enfrentar la
vida cotidiana (Ortiz Rivera: 2005). De acuerdo con esta descripción, bien podría decirse
que el ciclo de pobreza y vulnerabilidad es también un componente de una posible
definición de feminicidio.
En México es conocido cómo inicialmente se detuvo al señor Al Sharif Sharif sin que se le
pudiera imputar el asesinato de Elizabeth Castro García. Para 2004, la detención de Sharif
como responsable de los crímenes continuaba siendo avalada por el Subprocurador Mario
Álvarez Ledesma (Grupo Alternativas: 2004).
Mireille Roccatti, durante su mandato, también validaba que los posibles delitos cometidos
por asesinos seriales estaban resueltos al consignar a Sharif Sharif y a las pandillas de los
Toltecas y los Ruteros (Collado, op.cit.). La misma comisionada Guadalupe Mortín cita
como uno de los logros principales la liberación de Víctor Javier García Uribe, alias "El
Cerillo", quien se había declarado culpable -bajo tortura- de algunos homicidios.
Dado que el caso de Sharif pone en evidencia una incapacidad del estado de asumir la
responsabilidad de los crímenes, Roberto Bolaño, en su novela 2666, recrea la absurda
construcción de crímenes en Ciudad Juárez. En su novela, Ciudad Juárez se llama "Santa
Teresa" y crea dos personajes: "el egipcio Hass" y "Sergio González González" que son,
respectivamente, los alter ego literarios de Al Sharif Sharif y del periodista Sergio
González Rodríguez, autor de Huesos en el desierto (Bolaño: 2004).
7. El Estado ha estado una res uesta institucional ue no ofrece una estructura adecuada
para enfrentar los crímenes.
El manejo que el Estado ha hecho del caso de Ciudad Juárez se ha caracterizado por la
debilidad de sus respuestas institucionales. Por ejemplo, fue hasta 1998, o sea cinco años
después de registrados los primeros asesinatos, que el gobierno del estado de Chihuahua
creó la Fiscalía Especial para la Investigación de Homicidios de Mujeres, dependiente de la
Procuraduría de Justicia de Chihuahua.
En el 2004, casi diez años después de iniciados los crímenes, se crearon dos instancias en el
ámbito federal: la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos relacionados con los
Homicidios de Mujeres en el Municipio de Juárez, Chihuahua, dependiente de la
Procuraduría General de la República (Procuraduría General de la República: 2004) a cargo
5
de Maria López Urbina, quien fuera relevada de su cargo en junio de 2005 por Mireille
Rocatti,9 y la Comisión para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las mujeres en Ciudad
Juárez, dependiente de la Secretaría de Gobernación (Secretaría de Gobernación: 2004),
con Guadalupe Morfín Otero como su primera titular.10
Una constante en estas tres instancias ha sido que las funcionarias que las presiden están en
sus cargos por cortos periodos, los que concluyen por su destitución o su renuncia, lo cual
sugiere un compromiso débil del Estado con el esclarecimiento de los crímenes.
6
las víctimas y la eliminación de las
· Mantendrá plena coordinación con la causas de vulnerabilidad que han
CPEVMJ a efecto de facilitar el generado la violencia referida
recíproco cumplimiento de sus
atribuciones
7
sociedad civil y los organismos de
derechos humanos
En principio, las funciones que realizan la Comisión y la Fiscalía Especial son distintas,
pero analizando y comparando sus atribuciones llegamos a la conclusión de que la base de
las dos dependencias no está suficientemente equipada para resolver los crímenes de
homicidios de mujeres en Ciudad Juárez. Esto se debe, por un lado, a que la Fiscalía
Especial no tiene facultades para proteger testigos, otorgar directamente garantías, reparar
daños y, más importante aún, porque no precisa las medidas para atraer la totalidad de los
casos. Por su parte, la Comisión busca recuperar la confianza en las instituciones (la
Fiscalía, por ejemplo) y, por tanto, sus atribuciones están en ser un enlace atento a 10que
realizan otras instituciones. En el mejor de los casos, la Fiscalía investiga los delitos sin
tener todas las atribuciones criminalísticas para resolver el caso, mientras que la Comisión
realiza actividades de concientización, agrupación de información y otras encaminadas a
dimensionar los delitos.
Por ello, a menos que se cree una instancia federal con atribuciones criminalísticas,
presupuesto propio y personal calificado con dedicación exclusiva a la resolución de los
casos, el tema de las "muertas" de Juárez seguirá siendo un río de tinta de los medios de
comunicación y un pretexto para la medición de fuerzas políticas en los tres niveles de
gobierno. 11
1Agradecemos el apoyo de Eréndira Garnica Calderón, quien actuó como nuestra asistente de investigación y
estructuró el cuerpo de este texto.
2 Un ejemplo de las caracterizaciones de mujeres asesinadas es el sugerido por Poniatowska. De acuerdo con
esta autora, la mayoría de las mujeres son pobres, vivían en casas de cartón, lámina o madera, se tenían que
desplazar a pie, eran estudiantes o trabajaban en la maquila o en zapaterías y farmacias, eran secretarias,
edecanes, recepcionistas, entre otras profesiones. Lourdes Portilla en el documental Señorita extraviada
enfatiza en su caracterización de las asesinadas el ser mujeres jóvenes, morenas, delgadas, de cabello largo y
negro, empleadas en la industria maquiladora.
3 En Ciudad Juárez operan unas 500 maquiladoras que emplean alrededor de 300 mil trabajadores y el 70%
son mujeres que trabajan en horarios nocturnos, vespertinos y matutinos en parques industriales ubicados en
zonas apartadas del centro de Ciudad Juárez.
4 Las irregularidades de este caso incluyeron el pedir declaración a niños de siete años (e incluso a un menor
de dos años) para buscar culpables, que finalmente fue desechada. Entrevista con Guadalupe Salas, integrante
de la Comisión para Atender el feminicidio de la Cámara de Diputados, agosto 2005.
5 Informe de la Sub-procuraduría de Derechos Humanos, Atención a Víctimas y Servicios a la Comunidad de
la Procuraduría General de la República, a cargo de Mario 1. Álvarez Ledesma, citado en el Segundo Informe
de la Comisión para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en Ciudad Juárez presentado por
Guadalupe Morfín Otero. En éste, Morfin Otero llama la atención a los crímenes ocurridos por violencia
doméstica "que no son menos preocupantes o menos graves y destaca la urgencia de que se lleven a cabo
políticas preventivas".
Por ejemplo, de acuerdo con Rita Laura Segato (2004), los asesinatos de mujeres ejemplifican un pacto
silencioso que sella una lealtad inviolable. Paradójicamente, estos pactos entre cofradías mafiosas suceden en
la frontera donde Norte y Sur se tocan.
7 Definición expuesta en el discurso "Por la vida y la libertad de las mujeres", el 14 de febrero de 2004 en
Ciudad Juárez en el marco del "Día V. Hasta que la violencia termine".
8Este artículo forma parte del libro de Marta Torres Falcón (comp.) Violencia contra las mujeres en contextos
urbanos y rurales, que compila los esfuerzos de varias/os becarias/os del Programa de financiamiento y
8
apoyo académico a tesis de maestría, doctorado y proyectos de investigación sobre mujeres y relaciones de
fénero.
El 30 de enero de 2004 se crea la Fiscalía Especial para la atención de Delitos relacionados con los
Homicidios de Mujeres en el Municipio de Juárez, Chihuahua.
10El 18 de febrero de 2004 se crea la Comisión para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en
Ciudad Juárez.
11Claudia M. Salazar Villava, quien denuncia que las instancias gubernamentales de los tres niveles de
gobierno sólo reconocen el derecho a participar públicamente en la exigencia de justicia a los familiares
consanguíneos directos de las mujeres asesinadas, favoreciendo así la indiferencia social hacia estos atroces
crímenes, señala: "Los asesinatos de nuestras hijas son destrucción del mundo y futuro arrebatado. No son
casos numerados en el expediente criminalístico. No son muertes anónimas de personas, que no conciernen a
nadie sino a sus consanguíneos dolientes. Son disolución del mundo que es nuestra casa" (Salazar Villava:
2005).
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
9
MORFÍNOTERO,María Guadalupe (2005), Segundo Infonne de Gestión de la Comisión
para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres en Ciudad Juárez de la
Secretaría de Gobernación, mayo 2004-abril2005, México, Secretaría de Gobernación.
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Russel y Roberta A. Harmes, Femicide in Global Perspectiva, Nueva Cork, Theachers
College, Columbia University.
SALAZAR VILLAVA, Claudia M. (2005), "El Regreso a casa. Reflexión sobre los
feminicidios en Ciudad Juárez", Revista Tramas, número 24 (ene-jun.), México, UAM
Xochimilco.
VERICAT,Isabel (comp.) (2004), Ciudad Juárez: de este lado del puente, México, Instituto
Nacional de las Mujeres/Epikeia.
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