‘Usawono Duran n/Mania Lox Canneo S,
‘Las gentes que murieron en la hoguera pudieron haber sido casos
de demencia precoz, psicosis seniles, pardlisis general y melancolia
nvolutiva. Otros fueron incluso mas liberales en sus criterios e
incluyeron casos de mania, isteria, epilepsia, delirio, alcoholismo..."
(Mora, George). El Papa Inocencio III en 1199 establecié la Santa
Inquisicién Romana con el objeto de exterminar la herejia; al poco
tiempo, la herejia, crimen castigado con la muerte, fue transferida a
la Ley Civil de todo el Imperio Romano. En el aio 1484, el Papa
Inocencio VIII en su bula decia: “Hemos ofdo decir que hay una gran
cantidad de personas de ambos sexos que se niegan a abandonar el
comercio carnal con los demonios y muchas otras que no lo rechazan"
(Ristich). Dos afios después los dominicos Jakob Sprenger y Heinrich
Kramer publicaron un libro al Tespecto que "era tan rico en detalles
sexuales que muchas veces puede considerarse como un manual de
Psicopatologia sexual" (Mora, George)
Lleg6 el Renacimiento (1500-1700) y el concepto de la
enfermedad cambié con el estudio de la anatomia y la fisiologia: la
enfermedad se originaba por alteracién de la materia. Se Ilegé a la
conclusién de que sélo la materia existia y generaba todo lo llamado
espiritu. Cannabis afirmé que, asi como el higado secreta bi lis, el
cerebro secreta pensamientos. Se habia disociado la mente del cuerpo
y la mente era objeto de estudio de la filosofia. Sin embargo, la
enfermedad se equiparé a la insania moral y habia que dar
correcciones morales a las personas que delinguian. Dice Foucault
que Brissot de Warville (Paris 1781) en su Teorfa de las leyes penales
“muestra que el escdndalo constituye el castigo ideal, siempre
Proporcionado a la falta, libre de todo estigma fisico e inmediatamente
adecuado a las exigencias de la conciencia moral. Retoma la antigua
distincién entre el pecado, infraccién al orden divino, cuyo castigo
esta reservado a Dios, el crimen cometido en detrimento del préjimo,
y que debe ser castigado mediante suplicio, y el vicio, ‘desorden que
8610 es relativo a nosotros mismos', y que debe ser sancionado por la
vergienza”. Segin esto el vicio es el crimen mismo originado en el
coraz6n de los hombres. "En efecto, los vicios son a las costumbres lo
ue los erfmenes son a las leyes, y el vicio siempre es el padre del
crimen; es una raza de monstruos que como en esta espantosa
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Principios 0¢ PSIQUiATRIA FORENSE
Wenealogia del pecado descrita por Milton, parecen teproduc se los
‘Hie o los otros. Veo un desventurado dispuesto a morir. ‘¢Por a
ube al patibulo? Seguid la cadena de sus acciones, veréis que el
Jrimer anillo casi siempre ha sido la violacién de la barrera sagrada
Ale la» costumbres" (Brissot). Ahora la psiquiatria moderna cataloga
‘#90 conducta inmoral, como una manifestacién de alguna enfermedad
jwental
Alespecto dice Foucault: "Es extrafio que la psicolog(a del crimen,
4h sus aspectos aun rudimentarios -o al menos el afan de remontar
Hhasta sus origenes en el corazén del hombre- no haya nacido de una
Numanizacién de la justicia, sino de una exigencia suplementaria de
I moral, de una especie de estatizaciGn de las costumbres, y como
ile refinamientos de las formas de indignacién. Esta Psicologia es,
nles que nada, la imagen invertida de la justicia clésica’
‘a psicologia de la pasién comienza a separarse de la moral de la
* snenelsiglo XVIIL "Es en 1792 cuando el abogado Bellart debe
ilefender, en apelacién, a un obrero llamado Gras, de cincuenta y
los afios, que acaba de ser condenado a muerte por haber asesinado
4 su amante, sorprendida en flagrante delito de infidelidad. Por
primera vez se plantea una causa pasional en audiencia publica, y
ante un jurado; por primera vez, el gran debate del crimen y de la
alienacién salia a plena luz del dia, y la conciencia publica trataba
de trazar el limite entre la asignacién psicolégica y la responsabilidad
¢riminal’, (Foucault). Bellart se adelanta al psicoanélisis cuando al
defender a su cliente dice: "Quien quiera que haya conocido, en su
Infancia, una educaci6n sana, y haya tenido la dicha de conservar
sus principios en una edad més avanzada, puede prometer, sin
esluerzo, que ningin crimen semejante a los primeros - los de las
falmas gangrenadas - mancharé nunca su vida. Pero "quién serfa el
hombre bastante temerario para atreverse a asegurar que nunca, en
la situacién de una gran pasi6n, no cometer los segundos? "Quién se
atreveré a asegurar que nunca, en la exaltacién del furor y de la
desesperacién, no se mancharé las manos de sangre, y quizas de la
sangre més preciosa?" (Foucault)
Descartes separé el alma del cuerpo. Freud el padre del
psicoanilisis en el siglo XIX las volvié a unir. En 1930 Freud escribié
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