Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Nutricionista
www.nutriterapia.cl
salud@nutriterapia.cl
Lo anterior nos permite sospechar que una carencia de ciertos nutrientes o sustancias
químicas presentes en los alimentos, puede ocasionar disfunciones del sistema de
neurotransmisores y como consecuencia, tendrá una gran influencia en funciones como el
humor, la memoria, el comportamiento y las emociones.
Entre otros descubrimientos, se ha dado relevancia a dos nutrientes con una capacidad
notable para proteger las células nerviosas, mantenerlas flexibles y activas e incluso potenciar
su funcionamiento. Ellos son la Fosfatidil Serina (F.S. o P.S.) y la Acetil-L-Carnitina
(A.L.C.), que pueden indicarse como complementos alimentarios. La F.S. se considera el
mejor potenciador cerebral conocido, que complementado con A.L.C. , promueve el uso
eficiente de la energía cerebral, mejorando la producción de acetilcolina, fundamental para la
memoria.
A.L.C. mejora el funcionamiento de las mitocondrias cerebrales , impidiendo la acumulación
tóxica de ácidos grasos en las mitocondrias. La F.S. regula la función de la membrana,
facilitando la comunicación entre las células.
Antes del problema de las vacas locas, la F.S. era obtenida del cerebro de bovinos, pero
actualmente se comercializa una versión obtenida de la soya, la que es más segura e igual de
efectiva.
Nelba Villagrán Arias 2
Nutricionista
www.nutriterapia.cl
salud@nutriterapia.cl
Neurociencia nutricional:
Según Psychology Today, “no es ninguna especulación sin fundamento decir que los
alimentos adecuados o las sustancias neuroquímicas naturales que contienen, contribuyen a
fortalecer las capacidades mentales, a concentrarse, a sintonizar mejor las habilidades
sensomotoras, a mantener motivada a la persona, aumentan la memoria, aceleran las
reacciones, desactivan el estrés y quizás, incluso, previenen el envejecimiento cerebral. La
neurociencia nutricional aún se encuentra en pañales, pero ya está aportando
descubrimientos desconcertantes”.
En Chile, de acuerdo a la cifras del Censo del 2002 el grupo de 60 y más años alcanzó al 11,4
% del total del país, cerca de 1,7 millones de habitantes. Al año 2020, se estima que los
adultos mayores serán cerca de 3 millones de personas. La expectativa promedio de vida de
la población chilena se ha desplazado desde los 45 años en 1930 a los 76 años en el 2002,
estimándose que el 2025 alcanzará un promedio de 80 años.
Los Nutricionistas deberán estar preparados para indicar hoy, los nutrientes reforzadores
del funcionamiento cerebral, que impidan el deterioro y degeneración del cerebro de toda una
generación de seres humanos.
La Neurona es un cuerpo o núcleo dotado de ramificaciones, como los pétalos de una flor,
que forman una tupida red de sinuosos ramales denominadas dendritas.
Las Sinapsis son los centros de transmisión de mensajes de las neuronas. Los mensajes
entre las células son transportados en forma de señales eléctricas a través de las sinapsis
del extremo del axón, pasando así de una célula a otra. Mientras más abundantes y mejores
sean las conexiones o sinapsis y más largas las dendritas de una célula nerviosa, mayor será
su capacidad para transmitir mensajes y procesar la información. El cerebro posee cien
billones de conexiones sinápticas. El envejecimiento va de la mano con un deterioro de las
dendritas, que comienzan a desaparecer, comprometiendo importantes funciones cerebrales.
El estrés libera grandes cantidades de cortisol que resulta tóxico para el cerebro y daña las
neurones, perdiéndose capacidad cognitiva.
Los Neurotransmisores son sustancias químicas cerebrales (se conocen cerca de 50), que
hacen posibles los medios bioquímicos por los que se transportan pensamientos y
sentimientos en la intrincada red neuronal del cerebro.
Nuestro cerebro se encuentra incorporado en el encéfalo, que además está conformado por el
Tallo cerebral y el Cerebelo. El tallo cerebral tiene relación con información motora, funciones
como la respiración o el latido cardíaco. El cerebelo permite el movimiento sincronizado y el
equilibrio. La capa externa del encéfalo o cerebro, está cubierto por una capa de 2 mm. De
espesor o neocórtex, donde se localizan los pensamientos y funciones superiores. La
inteligencia es directamente proporcional a la cantidad de surcos del cerebro.
Para permitir las comunicaciones en el cerebro, es necesario que las membranas celulares
sean flexibles. Las células cerebrales están recubiertas por una membrana formada por
fosfolípidos, que las protegen y controlan su funcionamiento, mediante receptores
incorporados en su interior. Si la membrana se pone rígida, las comunicaciones se tornan
más lentas o se detienen. (Dr. Joseph R. Hibbeln, psiquiatra investigador del Instituto Nacional
de la Salud en Bethesda, Maryland)
Según la Dra. Carol E. Greenwood, Universidad de Toronto, la grasa saturada hace que las
membranas se vuelvan rígidas, lo que degradaría la memoria y el aprendizaje, al afectar la
hormona insulina. Según esto, las dietas con mucha grasa saturada predispondrían a la
aparición de Resistencia a la Insulina. La consecuencia es una mala utilización de la glucosa
en el cerebro y posiblemente un deterioro cognitivo y problemas de memoria. Estos daños
son reversibles con dieta, reducción de peso, ejercicios y/o medicamentos. Los efectos
negativos de una dieta rica en grasas saturada prolongada por años, son acumulativos y el
cerebro comienza a adaptarse a este tipo de grasas con un deterioro de la capacidad de
aprendizaje.
Cuando las mitocondrias queman oxígeno para generar energía, se producen radicales libres
de oxígeno. Estos atacan las paredes de las mitocondrias y se convierten en toxinas que
penetran al interior de las células, dañando incluso el ADN y membranas celulares. Con los
años, los radicales libres hacen muy lenta la producción de energía, las dendritas se encogen,
las sinapsis se desvanecen, reduciéndose la capacidad de comunicación de las células.
No siempre los radicales libres tienen efectos adversos, ya que en ciertas circunstancias
pueden ser favorables, como en las situaciones en que el óxido nítrico tiene acción citotóxica
sobre células malignas.
Según el grupo de investigadores dirigidos por el Dr. K.N. Prasad del Centro de Ciencias de
la Salud de la U. de Colorado, Denver, la alimentación con un exceso de grasas omega 6 es
nefasta para el cerebro, ya que al metabolizar dichas grasas se desprenden productos
secundarios nocivos, productores de inflamación, similares a los eicosanoides, entre los que
se cuentan algunas prostaglandinas que constituyen neurotoxinas, destructoras de células
cerebrales. Además se producen leucotrienos, citoquinas, radicales libres y ácido
araquidónico que en circunstancias especiales produce la muerte de la célula nerviosa.
El Dr. Artemio P.Simopoulos, Centro de Genética, Nutrición y Salud, autor de libro “El Plan
omega”: señala que el aceite de pescado ayuda a derrotar la resistencia insulínica, volviendo
más fluidas las membranas grasas. Con este aceite, las membranas grasas aumentan el
número de receptores insulínicos, que se vuelven más sensibles.
Una de las consecuencias del consumo excesivo de aceites omega 6, es la inflamación del
tejido cerebral. Esta inflamación puede dañar los vasos sanguíneos cerebrales, iniciar
procesos que matan las células, deformar las membranas de las células nerviosas, interferir
en la transmisión del mensaje neuronal y provocar enfermedades cerebrales degenerativas.
Las especies marinas son relevantes por contenido de ácidos grasos poliinsaturados
esenciales de la serie Omega.
Dos de ellos destacan por su importancai, linoleico, linolénico, ambos no sintetizados por el
organismo humano. El ácido docosahexaenoico, (DHA,) posee 22 átomos de Carbono y seis
dobles enlaces y el ácido eicosapentaenoico. (EPA), tiene 20 átomos de Carbono y cinco
dobles enlaces.
La localización de sus dobles enlaces en relación al extremo neutro (-CH3), le asigna el
nombre, Omega 6 y Omega 3 .
Una comparación entre especies, nos muestra el contenido de poliinsaturados por 100
gramos de producto
Los ácidos grasos Omega seis, son aportados especialmente por los vegetales. Se estima
que la correcta proporción entre ambos debiera ser casi la unidad, con un máximo de una
parte de omega tres por cada cuatro de omega seis.
Micronutrientes y Vitaminas
Las vitaminas A, E, C , zinc y selenio son antioxidantes y junto al aceite omega 3 tienen
acción antiinflamatoria y protegen contra el deterioro mental. Omega 3 puede reemplazar la
necesidad de consumo constante de aspirina, que presenta problemas secundarios sobre la
mucosa gástrica.
Nelba Villagrán Arias 7
Nutricionista
www.nutriterapia.cl
salud@nutriterapia.cl
Según el Dr. William Lands, experto mundial en aceite de pescado, del Instituto Nacional de la
Salud, para un equilibrio perfecto, en una dieta de 2.000 Calorías diarias se debería incluir:
Se pueden crear sinapsis, dendritas y receptores por medio de la dieta, los suplementos
alimentarios y la actividad mental y física. La composición de los neurotransmisores y la
bioquímica funcional de los receptores, sufre cambios continuos y parte de esos cambios
depende de lo que se come.
En resumen
65% de verduras, frutos 55% de alimentos “nuevos”, no consumidos por los seres
secos, leguminosas y miel humanos de la edad de piedra, tales como cereales, granos
(no tenían cultivos), leche, productos lácteos (no tenían
animales domesticados), azúcar, edulcorantes, grasas
Nelba Villagrán Arias 9
Nutricionista
www.nutriterapia.cl
salud@nutriterapia.cl
refinadas, alcohol.
35% de carne magra de caza 28% de carnes grasas, aves de corral, huevos, pescados,
(con 2.5% de ácidos grasos mariscos.
omega 3), aves silvestres,
huevos, pescados, mariscos. 17% de vegetales, tales como frutas, verduras,
leguminosas, frutos secos.
Finalmente:
Cuanto más se aproxime la dieta a los alimentos naturales, más cerca estará de
fortalecer el cerebro.
BIBLIOGRAFÍA
1. Abraham Hoffer & Morton Walter, La Nutrición Ortomolecular. Ed. Obelisco, España,
1998.
2. Dr. Richard Fisrshein. La Revolución de los Farmanutrientes. Ed. EDAF, España, 2000.
3. Jean Harper, Máximo Rendimiento, Ediciones Urano, Barcelona, 2001.
4. Andrew Weil, ¿Sabemos comer?, Ed. Urano, Barcelona, 2001.
5. Darma Singh, La alimentación como medicina, Ediciones Urano, Barcelona, 2004.
6. Jean Seignalet, La alimentación, la tercera medicina, Ed. Integral, Barcelon, 2004.
7. Revista Industria de Alimentos, Vol. 7 N°29, 2004.
Nelba Villagrán Arias 10
Nutricionista
www.nutriterapia.cl
salud@nutriterapia.cl
8. Thomas H. Crook III, Brenda Adderly, La cura de la memoria, Ed. Granica. Argentina.
2005
9. Dr. Boyd Eaton, Dieta paleolítica, Depto.Nutrición Evolutiva de la Universidad Emory,
Atlanta.