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Vuelo de Represalia

Fredric Brown

Llegaron de las negruras del espacio, de una distancia incalculable. Convergieron


sobre Venus... y lo aniquilaron. Los dos millones y medio de seres humanos que
habitaban en aquel planeta murieron en cuestión de minutos, y toda la flora y la
fauna de Venus murió con ellos.

La potencia de sus armas era tal, que incluso la atmósfera del desdichado planeta
ardió y se disipó. Venus había sido cogido por sorpresa. El ataque resultó tan
repentino e inesperado, y sus resultados tan devastadores, que ni un solo disparo
se efectuó contra ellos.

A continuación se dirigieron hacia el planeta más próximo partiendo del Sol: La


Tierra.
Pero aquello fue distinto. La Tierra estaba preparada. No porque se preparara
durante los escasos minutos que transcurrieron a partir de la llegada de los
invasores al sistema solar, sino porque la Tierra se encontraba en guerra -en
pleno año 2820- con su colonia marciana, la cual había crecido hasta alcanzar la
mitad de la población de la propia Tierra y estaba luchando por su independencia.
En el momento en que se producía el ataque a Venus, las flotas de la Tierra y
Marte estaban maniobrando en orden de combate cerca de la Luna.

Pero la batalla terminó con más rapidez que cualquier otra batalla de la historia.
Una flota conjunta de naves terrestres y marcianas, súbitamente en paz unas con
otras, salió al encuentro de los invasores y se enfrentó con ellos entre la Tierra y
Venus. Nuestros efectivos eran muy superiores, y las naves invasoras fueron
barridas del espacio, aniquiladas.

Al cabo de veinticuatro horas se había firmado en la capital terrestre de


Alburquerque un tratado de paz basado en el reconocimiento de la independencia
de Marte y una perpetua alianza entre los dos mundos -ahora los dos únicos
planetas habitables del sistema solar- contra la invasión extranjera. Y empezaban
a elaborarse planes para un vuelo de represalia, para localizar la base de los
extranjeros y destruirla antes de que pudieran enviar otra flota contra nosotros.

Los instrumentos que funcionaban en la Tierra y en las naves patrulla que


orbitaban a su alrededor habían detectado la llegada de los extranjeros -aunque
no a tiempo de salvar a Venus-, y los datos facilitados por aquellos instrumentos
indicaban la dirección de la cual procedían los extranjeros y demostraban, sin
señalar específicamente la distancia, que habían llegado de un lugar remotísimo.
Un lugar que hubiera resultado demasiado remoto para nuestros medios de
transporte, de no haber podido disponer del motor a propulsión C-plus, que
acababa de ser inventado y que permitía a una nave alcanzar velocidades varia
veces superiores a la velocidad de la luz. No había sido utilizado porque la guerra

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entre la Tierra y Marte absorbía todos los recursos de los dos planetas, y el motor
de propulsión C-plus no ofrecía ninguna ventaja dentro del sistema solar, puesto
que sus distancias no exigían velocidades superiores a la de la luz.

Ahora, en cambio, el motor de propulsión C-plus tenía un objetivo concreto. La


Tierra y Marte combinaron sus esfuerzos y sus posibilidades técnicas para
construir una flota equipada con aquellos motores que sería enviada contra el
planeta habitado por los extranjeros a fin de destruirlo. La construcción de la flota
requirió diez años, y se calculó que el viaje duraría otros diez.

El vuelo de represalia -pocas naves, pero con una potencia destructora increíble-
se inició en el año 2830. La flota salió del espaciopuerto de Marte. Nunca más se
supo de ella.

Transcurrió casi un siglo antes de que se conociera la suerte que había corrido,
gracias a los razonamientos deductivos de Jon Spencer 4, el famoso historiador y
matemático.

"Ahora sabemos -escribió Spencer- que un objeto que se mueve a una velocidad
superior a la de la luz viaja hacia atrás en el tiempo. Por lo tanto, la flota
vengadora debió llegar a su punto de destino, de acuerdo con nuestro tiempo,
antes de su partida".

"Hasta ahora no henos conocido las dimensiones del universo en el cual vivimos.
Pero, basándonos en la experiencia de la flota vengadora, podemos deducirlas.
En una dirección, al menos, el universo tiene Cc millas de diámetro... o de
longitud: las dos dimensiones tienen el mismo significado, en este caso. En diez
años, viajando hace adelante en el espacio y hacia atrás en el tiempo, la flota
hubiera recorrido aquella distancia exacta: 186, 334, 186, 334. La flota, viajando
en línea recta, dio la vuelta al universo regresando a su punto de partida diez años
antes de salir. Destruyó el primer planeta que encontró, y luego, mientras se
dirigía al más próximo, su almirante debió comprender súbitamente la verdad -y
debió reconocer, también, a la flota que salía a su encuentro-, y dio la orden de
alto el fuego en el preciso instante en que la flota conjunta de la Tierra y Marte
iniciaba su ataque".

"Resulta sorprendente -y aparentemente paradójico- comprobar que la flota


vengadora estaba al mando del almirante Barlo, el cual había sido también
almirante de la flota terrestre durante el conflicto entre la Tierra y Marte, en la
época en que la flota conjunta de los dos planetas destruyó a las naves
supuestamente invasoras, y que muchos de los tripulantes de la flota conjunta
formaban parte también de la tripulación de la flota vengadora".

"Resulta interesantísimo especular acerca de lo que hubiera ocurrido si el


almirante Barlo, al final de su viaje, hubiera reconocido a Venus con el Tiempo
suficiente para evitar su destrucción. Pero tal especulación es inútil; posiblemente
no podía no haberlo reconocido, porque lo había destruido ya: de no ser así no

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hubiera estado allí como almirante de la flota enviada para vengar aquella
destrucción. El pasado no puede modificarse."

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