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8. RESPONSABILIDAD
INTERNACIONAL
9.1. Responsabilidad Internacional.
El Derecho Internacional ha experimentado una importante
evolución en materia de responsabilidad de sus sujetos. A modo
de introducción a la temática, se distinguirán las características
que tradicionalmente ha revestido la cuestión en el plano
internacional, de las nuevas tendencias que hoy orientan los
desarrollos jurídicos en la materia (Diez de Velasco, 1997).
Premisas tradicionales
El origen de la responsabilidad internacional es el acto ilícito
internacional como acto que contraría el Derecho Internacional.
No hay responsabilidad por acciones no prohibidas.
La comisión de un acto ilícito genera una nueva relación de
Estado a Estado. No se conciben otros sujetos activos o pasivos
distintos a los propios Estados.
Dicha relación es bilateral, directa, entre el Estado titular de un
derecho subjetivo lesionado por el acto ilícito y el Estado al que
se le atribuye el acto. No hay posibilidad de acciones basadas
en intereses no elevados a la categoría de derechos subjetivos.
Las consecuencias del acto ilícito internacional se traducen en
una obligación de reparar a cargo del Estado al que el acto es
atribuible.
Nuevas tendencias
Admisión de una responsabilidad objetiva o por riesgo derivada
de actividades no prohibidas pero generadoras de daños a
terceros.
Irrupción de nuevos sujetos activos y pasivos de
responsabilidad internacional.
Aceptación de la existencia de obligaciones para con la
comunidad internacional en su conjunto (obligaciones erga
omnes), cuyo cumplimiento podría ser exigido por cualquier
Estado.
Constatación de la existencia de ciertos actos ilícitos que por
atacar intereses fundamentales de dicha comunidad, adquieren
especial gravedad.
Reconocimiento de distintos regímenes de responsabilidad que
rebasan los límites de la reparación estricto sensu.
9.1.2. Fundamento.
Varios fundamentos han sido dados por la doctrina a la
responsabilidad internacional del Estado:
Grocio, apoyándose en la teoría romana de la culpa aquiliana,
sostuvo que una comunidad no responde por los hechos de los
individuos que la componen, sino cuando ella ha contribuido a
su ejecución, por hecho propio o por su negligencia. La norma
señalada por Grocio no tardó en ser desvirtuada. En 1649
Puffendorf enunció la presunción de que el Estado, salvo prueba
en contrario, se encuentra en condiciones de impedir que sus
nacionales ejecuten actos lesivos para los extranjeros. La
noción de la culpa, que a juicio de Grocio debía ser empleada
en circunstancias excepcionales, pasaba a ser regla principal,
porque la culpa se presumía. En la teoría contemporánea se
estima que la culpa es un elemento irrelevante, de carácter
psicológico que puede servir para apreciar la conducta del
funcionario del Estado autor del acto, pero no la conducta del
Estado mismo: el Estado es responsable porque viola una
obligación internacional, sin que la culpa de sus funcionarios
sirva para establecer por sí misma la ilicitud del acto.
El profesor Anzilotti introdujo la idea de que la responsabilidad
del Estado es puramente objetiva; es el hecho ilícito hace
responsable internacionalmente al Estado, excluyendo el dolo y
la culpa, como elementos determinantes de dicha
responsabilidad. En esta Teoría de la Responsabilidad Objetiva,
la misma se basa en la relación de causalidad existente entre la
actividad del Estado y el hecho contrario al Derecho
Internacional. Sin embargo, ni la práctica de los Estados, ni la
jurisprudencia internacional, han aceptado esta Teoría Objetiva
que, supondría una expansión considerable del campo de la
responsabilidad de los Estados. Solamente, se ha aceptado esta
responsabilidad en circunstancias definidas en Tratados. Como
ejemplo podemos citar la Convención sobre Responsabilidad
Internacional por los daños causados por objetos espaciales,
9.2.1. Concepto.
Diez de Velasco define al hecho internacionalmente ilícito como
“el acto atribuible a un sujeto jurídico-internacional que,
constituyendo una violación o infracción del Derecho
Internacional, lesiona derechos de otro sujeto o sujetos de dicho
ordenamiento, dando lugar entre otras consecuencias a la
responsabilidad del sujeto autor del acto” (1997, p. 662).
9.2.2. Consecuencias.
La consecuencia más característica del hecho
internacionalmente ilícito es la responsabilidad internacional del
sujeto a quien el acto es atribuible, que generalmente se
concreta en el deber de reparar, y que será analizada en el
apartado 9.3.
Sin embargo, también es posible distinguir en el Derecho
Internacional otras consecuencias, tales como la nulidad del
acto contrario al Derecho; la imposibilidad de hacer valer el
acto frente a terceros (inoponibilidad); o la imposibilidad de
alegar la cláusula rebus sic stantibus como causa para dar por
terminado un tratado, o retirarse de él cuando el cambio
fundamental de las circunstancias resulte de la violación del
tratado por la parte que lo alega.
Amén de ello, es importante señalar que el proyecto de la CDI
sólo contempla las consecuencias del hecho ilícito derivadas de
la responsabilidad internacional, por lo que en última instancia,
la existencia de estas otras consecuencias dependerá de las
circunstancias particulares de cada caso.
9.2.3. Elementos.
El proyecto de la CDI en su artículo 2 refiere a los elementos del
hecho internacionalmente ilícito del Estado. Dicho artículo
señala que “hay hecho internacionalmente ilícito del Estado
cuando un comportamiento consistente en una acción u
omisión: a) Es atribuible al Estado según el derecho
internacional; y b) Constituye una violación de una obligación
internacional del Estado.”
En virtud de ello, es posible distinguir claramente un elemento
subjetivo (acción u omisión atribuible al Estado) y un elemento
objetivo (violación de una obligación internacional) cuyas
características se analizarán a continuación.
9.3. Reparación.
Como se mencionó supra, la consecuencia normal del hecho
ilícito internacional es la responsabilidad del autor del mismo.
Con ello, entra en juego la noción de daño o perjuicio resultante
(para uno o varios sujetos) de la transgresión a una obligación
jurídica a cargo de otro sujeto; hay un derecho subjetivo
lesionado, y se es responsable por ello ante su titular. Ese daño
Bibliografía Lectura 9
BARBOZA, J. (1997). Derecho Internacional Público (1a Ed.).
Buenos
Aires: Zavalía. Capítulos 17,18 y 19.
DIEZ DE VELASCO, M. (1997). Instituciones de Derecho
Internacional Público (11a Ed.). Madrid: Tecnos. Capítulos 23, 24
y 25.
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