Sunteți pe pagina 1din 137
are ee ed RC eet rei nee ra CORON Tae ae Car Se eas Poe Cul eae rns a ers los documentos secretos de ia Cancilleria del Reich Pee eu a eer teas ee acre eh ES tees CN ages aim Cray Pc Te TORR eaters OOS Ces wera Centenary oak ee Mca eRe er) area emer Stare “ z Besa eerie eet Ramon Garriga TS een Cue reer rte SE cou Seu cet tie Noe me are secretas entre Hitler y Franco. El autor, como tantos AS ie eee ec urer) iene Re a tcoe Ree) fy CN ee sa ea aT) PRR RM ue ee ‘en 1965, en Buenos Aires. Ramon Garriga explica, en Re Mec ce ee aay ee eeu eM eu a Pe eee eel ee ele Reece iN Ie) Ce ne ee ie uae uct cy) UM ue eee ete CCI Mg e Cur Rai Sue una an MSR rears Cua uN CR eee a Ce Me eur ee ee ur key Cee uaa et ee te forsee ad GOLECCION DOCUMENTO. Direc: Rafael Bore Bera Govsco se Redan: Maa Teresa Arb, ‘Pane, Carlos Pujol y Xavier Vilané © Rama Garren Alemany, 1980 Edis Panta, 5. A, Cpe, Earelons® (Esp) aca Elicina cukdado de Ester Bereaguee Disetiocolectidny cubierta de Hans Romberg (realizatiga de Jordi Royo) Procedenci de as iustaions: Archivo Planta, Europa Press y Autor Primera edicda en Colecin Document: setienbre de 1980, Segunda edicisn en Cole Segunda edict en Colecién Document: Depésito Jenal: B. 31794-1982 ISBN 8432035637 Printed in Spain - Impreso en Espa Tallees Grdficos «Duper S.A, Glad dela Asusign, 26D; Berelona 30 > indice Treinta y cinco afios después... . Pratoeo 1 m1. Vv. Vv, VI vil. vi. 1x x xi. xu, xu xIV. xv. xv. XVII. xvuI. XIX. Ley XXxE. XXII. XXII xxv, XXV. XXVI. XXVIL XXVEL. Stalin, el gran’ provocador El recuerdo de Versalles . EI Reich alemén resurge -- Danzig, causa oficial de la guerra | Inglaterra, obstdculo a la paz hitleriana El fanatismo de los nazis . La oportunidad finlandesas |. Lafeencel Fuhrer. iy Las grandes victorias militares | 1 + Suefios de una Europa unificada. La batalla de Inglaterra. | | ‘Orden en los Balcanes sin Rusia, | La guerra se desplaza hacia el Este - La huida de Hess . : El testamento del general Von’ Seeckt | La batalla de Mosca... ; La «colonlzaciéns de Rusia. Los japoneses, vistos desde Berlin | La marcha hacia el Volga... La terrible realidad... 2.) La catéstrofe de Stalingrad | * La maniobra de Katyn. La capitulacién de Italia... Dos clases de terror. | | La batalla aérea del Gontinente » La invasion de Francia. [La guerra tenfa que terminar en julio EL 20 de julio, . : : 5 4 36 8 50 7 3 6 102 10 us 2 9 135 13 148 155 160 168 174 180 186 193 205 XXIX. La disciplina militar alemana , XXX. La ilusién eterna de Ia paz | XXXL Evocacion del futuro . XXXIL Bismarck y Hitler XXXII La altima ofensiva atemsna : XXXIV. El ruso ataca. ‘XXXV. La derrota del Reich | XXXVI. Alemania resurgiré 24 21 28 235 242 248 255 262 ‘TREINTA Y CINCO ANOS DESPUES Cuando at rérmino de ta segunda guerra mundial, en 1945, publiqué El ocaso de los dioses nazis, estaba convencido ‘que no tardaria dos anos en poder firmar lo que conside: raba la segunda parte de mi obra: Las relaciones secretas de Franco con Hitler. Para ef nuevo libro reservaba ocu- parme de la politica seguida por Madrid durante la segun da guerra mundial; en primer plano tenia que figurar la cenirevista que en Hendaya celebraron el Fiihrer 9 el Cau dillo, ademds de tratar ta cuestién del envio de 1a Division Azul a luchar contra la Union Soviética, Estos fundanen- tales hechos no se podian tratar en 1945 en Espana, desde el dngulo de ta verdad histirica, porque estaba rigurosa: ‘mente prohibido hacer eualguier referencia a la colabora: cién que Madrid mantuvo con Berlin y Roma durante la ‘sepurida guerra mundial. Sin embargo, el poder de censura del franguismo se detenia en tas fronieras, porque en todo el mundo fueron apareciendo documentos 9 trabajos de- uneiando al general Franco por ta politica favorable al Eje practicada durante el conjlicto mundial. Ta realidad fundamental es que habian finaticado las hostilidades y ta humanidad comenzaba Ia enorme labor de uray las heidas y reconstradr tos inmensas dais cause ios; todos aquellos que abrigaban una esperanza en su cors: ‘26n creian que los vencedores cumplirian con las promesas formuladas repetidamente: crear un mundo justo y pacifé 0. El 12 de diciembre de 1943, reunidos en Teherdn, com nnicaron Churchill, Roosevelt y Stalin cudl seria el progr: ma de tos Tres Grandes cuando se restableciera la paz; hay que recordar aguella promesa: «Buscarentos la cooperacion ¥ la participacion activa de todas las naciones, grandes y 1 > _pequefas, cuyos pueblos, en ef corazén y ta inteligencia, ¢s- fn concentrados, como nuestros niisinos pueblos, en la ‘liminacin de la tirania, la esclavitud, la opresion y 1a in- toleranci "Resuliaba evidente, y 10 creian ciegamente ta inmensa mayoria de tos antifranquistas, que al cumplirse el progra: ma de fos vencedores se veria apartado de El Pardo et hombre que debid gran parte de su triunfo en ia guerra ci- vila la ayuda que en los primeros tiempos recibié de Hitter y Mussolini; ademds, durante la guerra mundial con su Politica de no beligerancia se porté como un virtual atiado de Berlin y Roma, y cuando invadis Hitler a Rusia se sumd 4a la agresin enviando una divisién de combatientes esp oles, Aquetios que se permitian ver un panorama menos Clara y se atrevian a insinuar que Franco podria entenderse Con Washington y Londres, inmediatamente se encontra- ban sin argumentos cuando se les replicaba: «¢Se puede ‘creer que Stalin permanerca con Ios brazos cruzados y facepte que continue gobernando desde El Pardo el dictador (que envio a la Division Azul a combatir contra el Ejército Tojo?» 'En ta mente de los jefes de los diversos grupos que formaban la oposicién antifranguista no habia lugar para las dudas y las vacilaciones; todos estaban seguros de la irremediable caida del Caudillo, pues su situacién era com- parable a la del fruto que se desprende del drbot cuando termina s maduracién, Los politicos no buscaron ilegar Gun entendimiento para emprender una accién unificada } cada cual empetd a actuar por su cuenta. Los comtunis- jas fueron os primeros en pasar a la accidn, pues cuando las tropas alemanas se retiraron de 10s Pirineos, luego de {a invasion de Francia por los aliados, infltraron en ta Pe- insula grupos de guerrilleros que con las armas y los mé& todos aplicados ev e! maquis francés, sembraron ta inquie- ud en varias regiones; el plan propuesto por Stalin com sistia en crear un movintiento popular, sacando de ta pasi- vidad a los republicanos y anarquistas, a fin de restable- Cer un régimen republicao que no responderia totalmente a las directrices anglonorieamericanas como ocurriria en ‘el caso de una probable restauracién monérguica. Diego ‘Martinez Barrios, que ostentaba el titulo de presidente de la Repiiblica, aunque se veia privado de las importantes ¢o- laboraciones de Indalecio Prieto y Juan Negrin —quien se consideraba aiin efectivo jefe del Gobierno republicano— 8 ereta igualmente jdci! una reconquista del poder: sus pa- Tabras en Nueva York fueron: «Es mi firme propésito que fieda lograrse ta libertad nacional y la recuperacién de la Repiblica Espaviola, sin reabrir el periodo de turbutencia, tanto porque ello es 1a voluntad de los espavioles, como ‘por un obltgado tributo ata causa de ta paz en general.» Don Juan de Borbén, que desde Lausana ofrecia ta fér muila de ta restauracion mondrquica como salida sin desor- denes del franguismo, opind igualmente que bastaria und Condena verbal del dictador de El Pardo, para que se res ableciera 1a legatidad en el pais. El conde de Barcelona era Guien tenia mayores probabilidades de triunfar, pues con- faba con la adhesion dle varios importantes generales , ‘ademas, con las simpatias de fos hombres que iomaban las decisiones en Londres. Los consejeros del Pretendiente jie aron la carta de lancar un manifiesto de condena, en lu- far de seguir la via de la negociacién, es decir, lograr un Sitendimiento con Franco para que éste abandonara et poder de una manera aparentemente decorosa. Don Juan Gscribio en mayo de 1945: «El régimen implantado por et general Franco, inspirado desde el principio en los siste- Tas totalitarios de las potencias del Eje, tan contrario at ardcter y a la tradicion de nuestro pueblo, es fundamen- ‘almente incompatible con las circunstancias que la guerra presente esta creando en el mundo. La politica exterior se ‘guida por el régimen compromete, también, el porvenir de 1a naciém. Corre Espatia cl riesgo de verse arrastrada a una ‘mueva lucha fratricida y de encontrarse totalmente aistada del mundo.» Los elementos que se iba acumulando contra Franco eran de un calibre tal que se hacta dificiltsimo encontrar tun solo franguista que mirara con cierto opitmismo lo que Posie uardar del fur. La, Conferencia de Potsdam, que round a Stalin, Truman y Churchill, recmplazado éste Inds tarde por Clement Arle, venceor cn es elecclones inglesas, oscurecid todavia mds ei horizonte franquista cuarida se conocid et 2 de agasto de 1945 el texio de la de- Claracigm de fos Tres Grandes; sobre Espafia se expresaba: Los tres Gobiernos se sienten en la obligaciin de especifi-, ear, claramente, que por si parte no favorecerdu wna peti cid para ser miembro por el actual Gobierno espanol, que se cred.con la ayuda de tas potencias det Eje, va que Por st origen, su caracter, su historia y los estrechos lazos con los estados agresores no posee las aptitudes indispensables 9 para convertirse en uno de sus miembros.» Esta condena Ue Potsdam se interpret6, tanto por tos franguistas como tpor la oposicién, que sellaba fatalmente el destino de Fran- 0. Gran impresion me causaron sobre todo la decision que tomaron dos de los hombres que habian colaborado tntima- mente con ef Caudillo. Et primero de ellos fue Ramén ‘Serrano Suter, verdadero artifice de la unificacion bajo Ta égida de Franco de las fuerzas politicas existentes en la Espana nacional en abril de 1937, que jue la base de la con- ‘solidacidn del poder dictatorial'det general Franco; pues bien, en la carta que le escribié el 3 de septiembre de 1945 que se iniciaba con un «Querido Paco», te aconsejaba que ho cerrara ta puerta a la evolucién potitica y te sugeria gue idiera dos pasos: 1) disolucién de la Falange y 2) la cele bracidn de un plebiscito para instaurar ta monarguia, El segundo caso, que atin me impresioné mds, fue cuando tor amigo abogado y alférez juridico que trabajaba en ta Asesoria Juridica del Generalisimo, me comics confi- denciabnente que ef coronet Lorenzo Martinez Fuset, se habia separado de Eranco y se habia marchado a Canarias ‘para ejercer nuevamente su profesion de notario. Me ne- jué a aceptar esta versién: «¢Cémo es posible —dije— que él hombre que estaba al tado de Franco un mes antes det falzamiento militar y que durante nueve afios permanecié junto a él controlando la depuracién potitiea y sometiendo su firma los millares de condenas dictadas por tos tribw hales militares, para su aprobacion o indulto, abandone a ‘sw admirado Generalisimo ahora, en circunstancias tan cri- ticas cuando es menester contar con ta leattad de los prin Cipales coluboradores?» Recuerdo la respuesta de mi ami- fo: «Es todo un misterio, pero la causa det alejamiento fie Martinez Fuset es probablemente un remordimiento ide conciencia combinado en la creencia de que ha Tegaao {a hora final para Franco.» Y para demostrarme que el principal colaborador del Generalisimo, en la larga y cruen- ta depuracién politica, se habla marchado de Madrid, me sq ostré una haja del nionero 124 del Boetin Ofcial de Avi Gién que con la firma del ministro general Gonzdlet Galarza Y bajo el titulo de Situaciones se feia: «Cesa en situacién de ‘Supernumeratio el coromtel de! Cuerpo Juridica del Aire don Lorenzo Martinez Fuset, volviendo a ta Actividad y qitedan- do Disponible forzaso en fa Zona Aérca de Canarias y Afri Ga Occidental. Madrid, 12 de diciembre de 1945.» ‘Si hombres de ta maxima intimidad del Caudill, a cau 0 a sx de su larga y esirecha convivencia, como eran Serrano Suter y Martinez Fuset, estaban convencidos que no di aria mucho ta permenencia de Franco en Fl Pardo, era Dbligado preguntarse con qué elementos pensaba et Gene- falisimo resistir a la presion internacional. Una sucesion tte hechos probs una vee més la racén que ofrece la vieja Sentencie seguin ta cual el hombre propone, pero es Dios aquien dispone. Bl invierno que siguid et fin de la guerra, es decir, de 1945 1 1946, jue malisimo en Europa, tanto para los vencedores como para los vencidos. Las raciones al imentarias aleanzaron stu mds bajo nivel en Inglaterra, ‘ntentras que en Francia, Alemania, Italia y otras naciones fl hambre jue jan atroz que moria la gente de inanicion. Tas reservas de alimentos, carbén y.materias prima le fgaron a un punto minimo. En un estado tal de cosas se Comprende que los resporisables de la politica allade de- eidieran postergar sus planes para acabar con el régimen franguista hasta estar en condiciones de ofrecer al pue hho expafiol una restauracién mondrguica apoyada por una fenerosa ayuda econdmica que diera satisfaccié a tos es fémagos. Y mientras el hambre azotaba el continente ew ropeo, sin diferenciar a los vencedores y tos vencidos, oct Trib que los norteamericanos empecaron a olvidarse de os nazis pura empezar « ocuparse de los soviticos, Conti- ruta aga de fos nazis que se habian ocultado, a busqueda de los tesoros acumulados durante el régimen hiileriano a base, en buena parte, de les riguezas robadas en la Europa eupada por la Wehrmachs y sin obvidar,naturalmente, las Guenias mameradas due poseian en las entidades, banci- rias suizas: no obstante, en la mente de os anglonoriea Imericanos se iba introduciendo poco a poco la idea de ‘que el mundo tinico que se ereia gue formarian os ali dios occidentales y 10s rusos que haria imposible Ia re peticion de casos como los de Hitler y Mussolini, no se Megaria a traducir en una realidad. Esiaba el caso de Po- lonia, que on defensa de su independencia dectararon Lon- dires'y Paris ta guerra a Berlin cuando a comienzos de ‘Septiembre de 1939 ta Wehrmacht invadié et pais; 10s nor- feamericanos, sobre todo, no podian comprender cémo él Pueblo polaco se veia ocupado por el Ejercito rojo y en lugar de devolvertes fa tibertad nacional pasaba a ser do- Iminado por Mosca a base de un Gobierno satire que controtaba la Umién Sovietia. La desilusion se fue eP0- erando del dnimo de muchos hasta ef extremo que él wy, uw general George S. Patton, una de las figuras descollantes de las fuerzas armadas estadounidenses y jefe de la zona focupada alemana de Baviera, imputsado, por su senti ‘miento antisoviético se permitié proponer organizar y ar- ‘mar aun per de divisiones nazis de la SS para ecombarir 4 los rojoss. Patton fue destituido por Eisenhower, por entender que perturbaba las relaciones entre los Estados Unidos y ta Union Soviética, pero et violento general re- plicé crudamente: «¢Por qué preocuparse de estos conde. ‘nados botcheviques? Tarde o temprano tendremos que tw char contra ellos, ¢Por qué no hacerlo ahora mientras nuestro Ejército estd intacto y podemos hacer retroceder ‘al Ejército rojo hasta Rusia? Podemos hacerlo con mis ‘alemanes... qute odian a estos bastardos rojos.» El concepto de un mundo justo y pacifico se convirtis rdpidamente en wna de aguellas ilusiones que se van ol- vidando. Puede afirmarse que después dei empleo de ta bomba arémica para la cruel destruccién de Hiroshima y Nagasaki, no se conocié casi un periodo de relaciones in- ternacionales cordiales, indispensable para pasar de la economia de guerra a la de paz, necesaria para reparar los datos causados por los beligerantes; se pasd a un en- frentamiento ideoldgico del bloque capitalista occidental com el bloque comunista, Pronto se entré en el clima desa- gradable que se conoceria por ta guerra frla. Los aliados decidentales se dedicaron @ eaptar la colaboracién de los sabios y especialistas alemanes en nuevas armas, sir preo- ‘cuparse de si antes fueron nazis 0 no, para aprovecharse de su experiencia, especialmente, en’ el progreso de la técnica espacial, Washington tampoco tuvo escripulos en hacerse con los servicios del general Reinhard Gehlen, que con su grupo de expertos nazis prosiguid su espionaje de las actividades rusas. La politica internacional dio répi- damente un giro completo, pues tos vencedores de la Alemania neei se olvidaron pronto de sus vencidos a fin de ocuparse en crear las condiciones que estimaban in. dispensables para detener la expansién soviética hacia el foeste europeo. El tema espaol no fue totalmente olvidado por los vencedores. El 14 de diciembre de 1945 el Gobierno de "Paris dirigié una nota a los Gobiernos de Londres y Wash- ington «para examinar la posibilidad de romper ias rela ciones diplomaticas com el régimen franguistas. Se enta- baron consulias en el terreno diplomdtica y ante la lenti 2 tud con que se levaban, Paris dirigié el 27 de febrero de 1946 tna nueva nota a los Gobicrnos de Gran Bretara, Es: tados Unides y Rusia, seRalando lox peligros que para la paz representaba ta existencia del régimen franguista Pidiendo ef apoyo de dichos paises para levar la cuestion espaiiola al Consejo de Seguridad, que pronto iba a reunir- Se en Nueva York, Moseti se apresuré en conceder su ‘acuerdo, pero Londres y Washington significaron su dis- conformidad con la propuesta francesa. Siguieron unas Consultas entre franceses, ingleses y norteamericanos que iuvieron por resultado 1a Declaracin conjunta, en la que, después de condenar terminantemente a Franco, se sub- rayaba que «el pueblo espaiol debe por st mismo decidir Gudl debe ser su destino», para confiar que el pais «no Gonocerd otra ver los horfores de la guerra civils. La so- lucién que proponian fos diplométicos aliados era la ce- Nebracién de un plebiscito para que el pueblo espafiol de- Gidiera su fusura forma de gobierno. Pero, ca cargo de Gquién corria ta celebracion det plebiscito? fn la citada de- Glarecion tripartita no se aludia @ ninguna clase de in- ervencidn de fuerzas extranjeras que garantizara la ce- Tebracion de un plebiscito imparcial; sin embargo, se hax Gia referencia a unos «dirigentes espatoles patriotas y li heraless capaces de wlograr la salida pacifica de Frances Se inierpreté que ta referencia a fos espatwles patriotas iba dirigida a tos militares, pero éstos no respondieron la invitacion de las tres potencias, Varios. generales de ‘Bran prestigio, como Alfredo Kindelén, Antonio Aranda y | luuis Orgaz, habian dado su adhesion a don Juan de Bor- thin y se hallaban enfrentados con el Generalisimo; sin ‘embargo, al frente de las guarniciones se encontraban. ex- Glusivamente militares Teles « Franca, La note trpartia no dio resultado alguno de tos que buscaban sus. preco- rnizadores. a rm a Francia, Inglaterra y Estados Unidos pretendieron con $4 nota evitar que 1a cuestion espuioia fuera planteada ‘ante tas Naciones Unidas a fin de impedir que Rusia y sus ‘saldlites se mezclaran en los aswntos espartoles. Pero al fracasar el paso diplomético que habian dado se encom: traron que Polonia, adelantdndose a todos, Mevd 1a cues tién al Consejo de Seguridad, que se reuunid en abril. Se nombré una subcomisién, que emitid dictamen y formals Fecomendaciones, pero después de. pronunciarse muchos iscursos sobre el régimen franguista, no se Meg @ un B ‘acuerdo y el tema pas a la Asamiblea General. Esta. se reunio en Plushing Meadows; ef 12 de diciembre de 1946 qued aprobada una resolucién de condena del régimen Jranquista que, recogiendo el espiritu de la Nota de tos ‘Tres, recomendé la retirada de os embajadores de Ma drid’'y aconsejé ta celebracién de un plebiscito para que fl pueblo espanol tuviera oportunidad de expresar cudl ‘era su voluntad. La Asamblea General zinicamente podria formutar recomendaciones, pues ta aplicacion de sancio nes se encontraba en las niunos del Consejo de Seguridad. El morador de El Pardo estaba decidido a no hacer caso de recomendaciones que le invitaban @ abandonar el po- der; por otra parte, una propaganda bien armonizada ha- bia despertado en el alma de los espanoles ta fibra det sentimiento de independencia nacional gue leva todo ser nacido en la Peninsula y pocos dias después de la voracién de las Naciones Unidas se congregd ante el palacio Real de Madrid una enorme multitud —gue algunos estima. ron entre las doscientas y trescientas mit personas— para protesiar por la intervencidn extranjera en los asuntos in teriores hispanos y que, naturalmente, fue presentada como una prueba de adhesin popular a Franco. Enire la publicacion de la nota tripartita y ta reunién del Consejo de Seguridad, la opinion norteamericana su frio un gran cambio en st consideracién det caso del ge eral Franco, El motor principal de este cambio en ta opi ‘mid estadounidense fue la labor realizada por Summer Welles, ex subsecretario del Departamento de Estado y gran colaborador durante diez aitos det presidente Roo- sevelt en el campo de la politica exterior. Este experto en diplomacia acostumbraba a dar unas chartas por radio en las noches dominicales, que no sélo gozaban de wn am plio auditorio sino que prolongaban sus efectos al ser recogidas sus palabras por muchos periddicos. Cuando la ‘cuestion espanola se debatia en el Consejo de Seguridad, Sumner Welles, el 23 de junio de 1946, explicé a su publi: co que el régimen franguista no constituia en ta actual dad fa amenaza para la paz del mundo, como pretendian varios delegados ante tas Naciones Unidas. El intimo co * leborador de Roosevelt aclard que en el caso espafiol lo que Se ventilaba era mucho mds profundo de lo que se Imanifestaba, «Lo que se halla en juego en realidad es wna lucha por posiciones estratégicus, primordialmente entre la Union Sovietica y Gran Bretafia, pero, en sentido mds 4 Be enere te Union Soviice plas nactones del nto De lduata Despue de site decleraion, Welles pontaa a era igbeapnmtnegalaer es griernl uae erence occidental a contiatottn er Sects st ol Gobierno te Pron fuera acojedo por te FI eee tendo dete presen tsertor to rey pro ee alee oe mateo on Cancale guerra ot En Baal erotenie quer Gcbietyo canatel fu. pee eter entce splendor pot taster Oe ice stemertasivecdadertinanta aor Daleot Gop ni cnt. realism damostrd Welles qu less tema fongininac rat como tar oa, Betis vor toed: rocinenide: Poctce es indudablemente la forma espanota del fascismo. Durante Ie de paar, prove sada to oye qua se arena @ ea Htety asstint Pus tesco a poder por es pe here. He dado asic a muchos nasisy es indedaste (fae sins nazis no perden oportunidad de Vrabojr, contra eet dematrasccs, Pnimene, es ndseabie que UR fected puctio copotot ro tape yor exis Hattrtinacton de sus propios destino» Su. conclusion Re icts crcblecn con igual carted qu ts Bi tee vette, of ct Coblerea arpa nde BT wretnal ued constlicie una mena tamed reinstates verinos de Espana... En consecucncia, cl Go DBlerno de Franco no es uns amcunza actonl contra la pet del mundo. Es una amenaza poiencial.» are enjuicar ol problema cipatel en 1946 se habla Petia Stmoer Weles de les cuatro libeeades promett as ar fa Carta del Atintice ue firmaron Rockciel IDFCH, eh cay laboracion (avo parcipacdn directa fama sino de fos principcles defindores deta diplomacta Mortara Lo anpirts expusts por Wells en Feld silo fueron scopeades por una porte te IRcmiticn norteamericana, sino que se fo hicieron suyos Me ey oan caercate nportente, auto Wares estadounidenses que se preocupuban sobre todo de Ma esraleia que se debe oplcar en sso de um enfrone riot Be ent Uni Sin La penn Te dea ofrecia aos hombres del Pentdgouo inmorables po Sibiidades. para establocer unas, grandes, bases, adhees 9 raves, raja‘ mo iar‘ eos esd espunols El presidente Truman manifest re Pildes ocesiones que no queria a France: mo pbs Sus 5 generates y almirantes se convirtieron en los defensores Selimorador de El Pardo, Los jefes del Pentdgono sabian vor experiencia que para negociar y obtener bases aéreas Perales en sun determinado pals se encuentran mayores Jaclidades en wn regimen dictatorial que bajo un siste- Tha democrdtico. Franco, por otra parte, estaba decidido Ttad toda clase de faitidades para entenderse con los Es ‘ados Unidos. indalecio Prieto reconocié que desde agosto de 1947, tos Estados Unidos pusaron a formar parte det grupo dé Euados que se opusieron a tas medidas antifranguisas. Precisamente ws mes mas tarde, en septicmbre de 1947, dio a conocer el mismo Preto que la mayoria de mondr. icos espanoles crela que el mejor camino para derribar Ties ora shacer un pacto con tos socialistase. En julio 42 To4f, tos sovtalistas habtan abandonado ya sus puestos oe ti Gobierno de la Republica para dejar las manos l- Fes a Prieto'y a Gil Robles a fin de negociar el deseado ceeeito. Tuve oportunidad de seguir de cerca, desde Sui- wee erancia, cata operaciin de gran estilo que se habla Znbrendido ‘contra Franco, La patrocinaba Ernest Be- See jesde la jefatura del Foreign Office, y actuaba de Win tcsor Salvador de Madariaga, conocedor a fondo de fodos los matices que se ulilizuban en el mundo diplomé- ‘ee El jefe soctalista y el antiquo lider cedista se tras- ltatiron & Londres con el fin de celebrar entrevistas miru- asses com el citado Bevin; se corond com éxito a primera Slane dela operactén, que era la considerada mds dificit See ce entendia que seria difel lograr wna integer Pe autre dos hombres que tan duramente se hablan cont furide on of pasado, como Prieto y Gil Robles. La sorpre- atte grande cuando la atenciOn que se dedicaba a la Multia del pacio entre mondrquicos 9 sovialistas se vio Jawiuda por el anuncio de ta entrevista que a bordo del oor hablon celebrado el Pretendiente y el Caudilfo. En ‘agosto de 1948 don Tuan y el General Franco se entendie- Ton en relacién a la educacién del principe Juan Carlos: Trmismo Gil Robles confesd que no fue consultado part ‘iada sobre ta entrevista efectuada a bordo det Axor. No TMaalmente, el pacto de ocho puntos, firmado por el Par tido Sociaista Obrero Espaial y la Confederacion de De- {ids go Mondrquicas, nacid muerto cuando se concluy6 é! Si de noviembre de 1948. Fue el tinico intento razonable Tatts a término por los elementos antifascistas; sin em 16 © pargo tropezé con el factor adverso de evarse 2 cabo cuando tas circunstancias irabajaban a favor de Et Pardo Bien es sabido que en politica todo es posible, con la ex- ception de tos intentos que se realizan sin contar com unas Corrientes favorables. Y para Franco wn hecho decisive fue la guerra de Corea, desencadenada en junio de 1950, que signified el enfrentamiento bélico de los comunistas chi- hos con los soldados norteamericanos. A partir de entor: es, ¢guén, en los Estados Unidas, podria inclinarse ha: Gia’ tin bando que pudiera significar wana ventaja para fa Unidn Sovigtica? Para aquellos que olvidaban tal norma se hallaba et senador Joseph McCarthy, un formidable demagogo, que se hizo con Ta opinién norteamericana sub- Yayando gue st los rojos mataban a tos muchachos esta Gounidenses en Corea, no se debia tolerar que los com: histas pasearan Ilbremente por las calles de Norteamérica. ‘Como ocurrié con tos pueblos alemdn e italiano, si blew com gran demora; cosa que perjudicd a Espaia ai no be- heficierse det Plan Marshall, del Pacto del Aléntico y del Mercado Comin, et espaiol, sin solicitar nadie su confor ‘midad 0 reparo, pasd a depender de la politica y de tos intereses de Washington. EI Penidgono, con el apoyo de Influyentes senadores, inicié los contactos con Franco para ‘obtener una serie de bases aéreas y navules cambio de tierta ayuda econsmica, Cuando vi con claridad que la Casa Blanca se bid de i colaborecén gue en Waros ia recibido durante la guerra de lox hombres Aniifranguisias, porque resultaba nts facil y edmodo em fenderse con el hombre de El Purdo, demunciado y conde- ‘nado por su amistad con Hitler y Mussolini, se me planted i dilema de escoger et camino que debia seguir. Me. ha- ‘ria sido facil cervar los ojos 9 no darme cuenta de lo que ‘ocurria, tdctica practicada por tantos conformistas que $¢ cowvertian en servidores' del franquismo. Algin buen Guise, preocupado por mi stuaion, me conse: «Baer itulada Como Franco engaté a Hitler y se te ‘bririn todas fs puertas» Obrar de tai manera sigfcae Seela ma tranguilidad de conciencia para toda Ia 5 deci, adquirs 1a sensacion de haberse prosttuido lemente por unas ventajas del momento. Por otra arte, observé de cerca cémo Franco, en una de sux grate des jugadas astutas, se disponia a levar a 1érmina la ope- das a at no 1a oP» ek de ceder traz0s del territorio patrio a los Estados dos, « cambio de ayuda econémica, contando, para ello, "7 con ta directa colaboracién de sus devotos y fietes francofa fangistas, Las mismas figuras que cantaron 1a voluntad de inperio } que se vieron alejados del poder en julto de 1945 cuando et totalitarismo hitleriano fue vencido, volveridn Seis atios mds tarde a ocupar carteras ministeriales des de las cuates darian su conformidad al acuerdo que cede. vio bases 1 una potencia extranjera, precisamente una de las mds odiadas y combatidas por todos ellos. Uno de los francofalangistas que volveria a un cargo importante era Trecisamenie Gabriel Arias Salgado, a quien se le confi: veer auero Ministerio de Informacion y Turismo. Yo te nia una cuenta pendiente con él: en el verano de 1942 fui Tlumado a Madrid y me encargué de elaborar un proyecto para traspasar el control de la prensa y propaganda a Mauntos Exteriores, es decir, que Arias Salgado perderia Su poder de mdximo censor que ejercia como vicesecreta tio de Educacion Popular. En septiembre de 1942 fue ale ado Serrano Suter del Gobierno 9 una de las primeras sedidas que adopiaron sus vencedores fue prokibirme el Gjereicio del periodismo y denuciarme @ las autoridades fhemanas —me hallaba yo entonces en Berlin— por si que. cic tomar alguna represalia contra mi persona. Para mi ‘iabajo de Madrid habia recibido yo (a garantia de Franco: tieonde de Jordana, nuevo ministro de Asuntos Exterio ss defendié mi caso y se encontrd la solucién de continuar seen mis funciones de agregado de prensa en ta Embaja Ja Espanola en Berlin, pero dejaria de escribir én la prem $e estanola, Tuve ta satisfaccién de ver cémo al final de ia guerra mundial fueron expulsados de sus puestos Arias Salgado y sus amigos, pero ante ta perspectiva de gue re Jorkaan a gozar de los privilegios de un poder totalita- Ho, tomé Ia resolucion de marcharme a Buenos Aires, cosa que hice en julio de 195. ‘creia que mi permanencia en la Argentina seria paso. jera, Como tantos otros que conoctan a fondo los proce Timientos de los responsables de Washington, confiaba que ‘a Casa Blanca, utilizando sus cuatro brazos de accio (militar, diplonidtico, econémico y CTA), obligaria al 1% faimen franguista a emprender el camino de la evolucién giviiuctonal después de firmar los acuerdos de cesién de seve, Conocia bien 1a teorla norteamericana de ganarst ppoto a poco la simpatia popular mediante lo que sus mis pote tearicos espectficaban como social reform under Pre ries. entre tos viejos amigos de los norteamericanos se ¢ ' ‘peraba gute le Casa Blanca haria que Pranco fuera apartin Tose, mediante sa prsion, de sus procedimientos totlu (Gon Pare actuar sobre El Pardo disponian los Estados Uni- los de dos armas: la amenaza de retirar ta ayuda que ve ita prestando et sistema econdmico norteamericano, o bien fe cd ses eh, recone fue en ‘cuando la tenebrosa organizacion yui tlevd We crmino la operacién de liguidar ta revolucion popular de ‘Mossadegh, en Irdn, » devotver al Sha el trono gue habia aldo. Pero et reaccionario John Foster Dulles, dueio en Ebsoluto de ta politica exterior norteamericana durante la ipresidencia del general Eisenhower, se entendia perfecta Pranue com Franco y los agentes dela CIA dejaron de acraar fn la peninsula Tbérica, con la excepcién de mantener cier fos cantcts on I epicon ania afin de con Bei ea povcrane complete de te pellice hie : politica fi eee Buenoc Aires se fon protongenta “guise a emp n pancain Se omunees bre el régimen franquista. Fi editor argentino Jorge Al “tants mi obra Las relaciones sccretas de Franco con Ss cinco mil. ejemplares se agotaron rdpkdamente, Be pace ne reed porte ar tbc ot Argentina a altar det general Oras Fa gue me obligé a buscar otro editor en Mex se oro tomo tttado De ia Divison Aral al acto s Unidos. La edicién en Espana de estos th pudo vealizarse en 1977, en pleno periodo de i i oes 77, en pleno periodo de trans 105 buenos amigos José Manuel Lara Bosch, Car Pujol y Rafael Borras me han convencido para ‘an én de El otaso de los dioses nazis en lu coleccién eno dea Eon Planet. El leston debe toner é que mi libro aparecié antes de efectuarse et Pro- neers. la publicacion de los dommes oe rc le tise ve uo de Ado OM wt conocimienta a fondo de To que fue el sis : foe. En esta reedicién de mi pela y 8 después de ver la luz por primera vez. no be iplicide modilcaciones mi cambios, creo que a econ H osasion de apreciar as! bien el tesitmonto de ouien fonocide a fondo la iragedia alemanay ofrecia sus » mente, sin influencia de la propaganda impresiones directa a de a proegande eee wcrionmente dijundieron tas alc eres te Peer deta htoria no se debe olvidar que lo a seen tanto como to que revelan 108 ce aetign restgos pesa tanto coma lo que revean los Sen ast uimos complementan 3 apo% primeros. Calella de Palafrugell, abril de 1980. PROLOGO, de 1939, Hegué a Berlin, et nacionalso- todo su apogeo. El momento era defini- is con esta orgullosa frase: «Hoy dominamos el mundo sera nuestro.» tarde, al abandonar Bertin definitiva- ‘agontia del nacionalsocialismo, resonaba {a tina consigna de Goebbels: «Luchamos ‘contra la pared, con ta sola esperanca de ‘entre los escombros de Berlin frase y esta consigna se desarrotta una ss tragedias que ha conocido tn gran pueblo, dioses legendarios, creyeron Hitler y sus radores poder transformar el mundo a si acuerdo con sus sueros y ambiciones, La em ‘Ya en miiltiples ocasiones desde que el =» acibd en fracaso, y el pueblo alemdn ha nado a purgar terribles culpas, ya que fos ven- 49 quieven que los alemanes puedan desencadenar nds otra catdstroje universal. icar 1 que ha ocurrido en estos seis atos ‘una labor nada fécil. Se necesitard que pa ahs anies de que se pueda dar wna in- idm razonable. En ese plazo es posible que se co- una serie de docunienios secretos, indispensables for, y que se obtenga la necesaria perspec as cosas con mds claridad. intervenir todavia para hacer icos. Estd reservado al perio- EPoner lo que ha visio y deseribir lo que ha sido ® trogedia. El periodista ha tenido que trabajar a especial en Berlin. Las autoridedes wsentantes de la Hace mds te tres siglos, el sentimiento guerrero de t ee a ee Selitadjeron una ote Ata Tos ci "perdieron wna tercera parte de la poblacion, mien- te una manera muy de i adel Reich obligaban a Tos repre de Prensa Oc jora a veflejar exciusivamente et puio de Bre ee umicato: ex tas wiris conference St visa oficial, remenie se ctehrabon ert ta Wilelmstrs Pree i faliaba a las normas impuesias por ef Sect {ras en el campo descendid hasta el setenta por ciento. Fi Fe ae Teiela incormunicado con sit redaeciOn PO” €r a saeirctora: racchictmss ise pera he Goabbels wsurias semanas, segs i ieportanols dt fla Alemania, pobre 9 despoblada, wiviera a ocupar falta, o bien cra expulsado det "Reich si se le acusaba de puesto en el concierto de las naciones euro} aa iaes: falta, o pierdicado 1a politica alemand. ¢ Probable que, sin el paso de Napoleon por a continente, 1 Per extranjero Berlin a visto cme $6 Te BRE erie Giecario ce Alemania wo tabicta actuato dusia ada dia més el campo de su actividad, 2 eae ae sobre las fibras nacionales, despertando tos sentimie ee Ale Fata es Dor eso, cada vez te mend et rend putistioos de todo un gran pueblo. a Guerra de los Trem es oe eee eronintas berlineses, Unas correspansiles IG Atos no pide eat indelindanente tro Greene Mien de Berlin para ocupar puestos yds brillanies WMemanta, de ta misma manera que el Teatada de Ver abandonron rsonal, tos dos ofos ¥ medio simas hav Salles no ha podido cerrar ct paso a ta obra realizada por ee tedique toda mi tabor a atender el Ser ‘Aiolfo Hitler, Se rata de hechos historicos que no se de- Sido de erica de 1a Embajada de Espana en Berlin, En ten gnorar cuando se prtendaenjuciar cua Sia pe visio de To he tenido faciidades que no poselan otros Fe oe esas ot sieroy se puns tai (sd Se et ay de cen Tos Gee sire mart em pt coe rane ee riodieas, 3 Ie Dtee on el Reich naciontsociaii, Sn que este emiprende depende exclsivanonte de la voluntad Ie ocr ie los deseos especiales del Ministe Bede los sentimienios del pue mmioos Ime munca ae Tos deseos especiales del Mi ile les Seniors el puch. pond que antes de io se sorprenda del contraste que Preceded doctor Goebbels | a fe Frente cdlonee nals es ut thro since, aut se Bick tor provoctoe dr (9S dertade ane ee pabicarae después dela deren de Shea Menta en es lines ified ee ods ee ae oe ode ce Adotjo Hirer. En él se tratam algunos 1s te. Sabre estos mismos ‘Profetas y quienes gusian de especular sobre el porvenir. vias por primera vez y abieriame ‘ Ms oe ree podta escribir durante ta guerra dé smance” Mi libro trata det fin de Ios nazis. Para comprend tem Seal Inrentar decir algo desde Berlin sobre 27 Reso, es conveniente recordar su nacimiento. Sin at de: coe es generates, los mttodas de Himmler 0 las dcsece Aasire de 1918, 10 es posible concebir | nacionalscelals: Si Cn leat coe ta recisamente de Versalles. Antiguos oficial fee Pe ee ones Bae ee Pei a citi tae oad ee eee eres 1G, fae ta os nazis, era wa temeri « arrlesgava, TsEt, gue algunos pretendan deducn deta lecture te En ae ne he dejado guar por sentimentos or de este Libre daria para el nacionalsolatismo no la he 1 alemanes, erred demasiado bien ta media docena de ee cag por alfredo. Rosenbere pare descer, it ros publicndos Erdspiosantieristianos. Pero, en cambio. victor te on todas las facetas de 1a cultura alemare comet "de conmoverme, en 10 més, projundo de ara dcr de tia de este gran pueblo, que tanto MI ci Mor el progreso espiritual y material de la Hw ate exclusivamente nacionalisia que no goraba de si seed, aunque se haya dejado dominar a veces Por la Aas om las grandes masas. Asi lo reconoce et ROR ida ie tafucran es la fuente de todos los derechos Mein Kempt at propio Fos franceses incurrie turrieron en el grave error de ocupar 2 B de satisfecos, de harts, sino que hay que reunir a 8 gue sufren, « los inguietos, ox desgraciados y tox des ios ¥ ocho wos mds tarde, yvon el Poor Hier era su pensermientoatirmando que so Se pede seg Pana revalcign profuse mientras unas crctancie rma eel rami a ha Gs fee, Pero of se rate de transormar iteriomante’s ier me puee trnter, manos que o'e hoon in ene tue, despues de los ats expunsoe termina or 18 20 epte un periodo inefinido di ae te ost cess se peritan ova ua Pars rat a nak Muchos wemanes que fabian de del terrain praca on al ssema de Weiner, posted fey cian dl abt, empecro 2 1 sere cepa emma, dye Can 9 a pon a a La ocupacien decimiento del nacionalisino en Alemartia. ena pr sii osreb Fe ecco aa a Bit eee eerie ‘ ori ‘nacionalsocialismo sobre los otros fi cpaclbn de casatnuter pari mncontrarla Cia peor sy qe trebjaban conta Reps ene aura ae 0 Be ‘lca atom siimérito de Hitler es haber reunido ta auc wt movimiento, que 9a ha reconocid el nuevo ie evatdera oor descontentos de To que pase ea Nea hee a pect 3 pnts nt a Exes atime Se cl i aeons re Mapa da habia sid extraordinariamente racionlzada revel ning secret antes que el oro Tr ha men ora ee > — riahanctas 9 a los obreros sin trabajo se sumaria pronto Se impos in us. opere sn conbio.on lama: Ss ei ay age cts Mama a eel re ens ee ten raconalsocialismo incorpora en sui aposiolado Wado de la experiencia politi de as masas ) tae naa ier rt eae Te ree ‘afensedepequeho. compe sete Seep? eerie macionlistes, ee tpancarios, industriales y agrarios. Para I mar, por : apoyo que recibié de le masa cempesina No amet cambre que ataca el sistema de Weis, Po Fate olvidar que a comienzos del siglo XIX era alee, Ser el régimen que ejecutaba el Tratado de Versalles. Tic pais esenicialmente agricola. Sdlo dos de sus ciuda. tras que la masa de descontentos, cada vez mayor, Hentan mds de cien mil habitantes: Berlin » Hambur ¢ eae ere cio oe er a a tn i a po mon mit, Bry ant ere mB, ly ar if de il Pa ‘mania, La evolucion de estas gentes, en especial de los ie Yenes, hacia el nacionalsocialismo como fuerza de oe coe ee tii ic we necesitaba par? ban os alemanes « vnicince mfones,o see aoe menos que los franceses) vita de eg astra fue desarolandove on ef transeuroe del ob hasta que Alemania se comirié eam Esto en el cual sdlo una cuarta eae n made las consecuer- ciples de ia gran indusralzacion de Alona fe los cuatro aos de ta Gran Guerra montero Unidas y tas cotonias de alvramar sus proves Eas europoas ya no suri en 1918 al meso IY como ta industria dlemana sdlo, pod’ loca 2” Fy re na serie de prouctos especies, results qe les grandes 1 i roe vas a gran come de EXPO tac rar por falta de clones tacidn tenion 2 fr doscomociera esta realidad, Siguié pro- tegiendo a ta industria y descuid6 otros intereses, en espe: testa Her» et maconalsocatimo, desde 192, @ st tale Miler ay econdmcn mata ofrciran 0 eR ide Anni Seton ede decimal de Ae aesteer a mereado interior, dela espera orsaucis de especies deb 1 silo em ee ffominto del mercado esterior. Era necesario ipa tor even elmimera de ss haba des cludes veri a bala e la doris, dedi flan a las labores agricolas. Habla que reparty eae a las ators peso gare de tr cierto Bienes”, "Pirate wna revribueon adecnada de, sus produc, ie a diab ta toa, Se Petre encontaba taba tae me acrid de ora pr mre mba ca pi el a eta as erran, muchas de las Me social i a prope Her reonoca desu nos del capil tie cpa ta parte social de 3 ro. de er dues tbéramos pode conus? Fe en sa que ha dao a esta ai sie sn umeross reqtones 10 CMTE el peso de 1 et, favor del resurgent nacional sis te lena oven ice rh en Prope a ilo tema debe, en e fondo renown. ie mak de i, afirmaba gut oes acetal scnaa on sda comprendds He de isan oi ner antes

{ie dlspacsto a luchar con todas sus fuerzas para defeD- dere imponer aus derechos, 5 uidindn esté ststecho al ver como se restablece cl honor nacional Se ha reanudado la lucha entre la Tales ear Eetnd alo aceptar Ia primera que Ta juvent sea Lulcads exchusvamente de-aeuerdo con la doctria del Stonatsoclaismo, contraia en varios puntos a los cler maceamapios de Roma, Sigur ia porsecacion de 108 ix Toa jue en algunos aspectos recueda as de épocas me dvatds Sesenta mil judios emipraron de Alemania en 1933, onvridose en fanatics enmion el nacional sno'y logrando inclinar tna parte de la opinion internaco re oetra los metodos de Hitler El ascsinato, en 1934, BE Ghnellter ustriaco Dolfissy el fracaso del golpe naz! Sohn Austin sevieron para demostrar a Hiller que no coca dejarse arrastrar por el sector extremista del Par Bao capitancade, principalmente por el doctor Goebbels. Eraineterario actuar con prudencia si no se queria reinct liven equivecaciones lamentables. Los alemanes, sin em ‘bargo, pronto se olvidaron de estos reveses para entusias- tine por'el resurgimiento det Reich, tanto‘en el terreno interior como en cl exterior El equipo de personalidades no afiliadas al nazismo ‘quyo servicio recabé Hitler cuando se hizo cargo del Po- der desaparece rapidamente del primer plano de Ia ac “ se ie ere ne se ne oe prudcbe ache Sea ents A la economia nacional B 4 de febrero de 198 se son, co fees ve mis cet ap frisién les acorpaa et baron Von Newrath, Joaquin von Ener caechaneee comics Bs cole ote es iam eis crm la en ae ‘aciomalsocialista, Nadie reaceiona e cere secne creer a eat See Frente Popular, inglotcrra conhcsa tepeidamente fda Bit ee thats se tica se dedica Stalin a «depurars el pais de mili : fticos y sencmigos» de toda clase. ee ees aan es eee . ica gira en toro a los Sutdetes. Ale. svete con ornate ps luna demostracion de su poderio militar Sus avinnee Pasar, los futuros bombareray reals a a aida vuelos de Bertin a Nueva Yor: regreso, Lord hermere, el magnate de la Prensa britinica, despuds de Alemania, declara que ta produccién acrondutica del danza caorce mil apartos, que Goering ispone UBuieyeventulidad. Por todos Tos medhos se presen cr ite ers Para Que esteche la’ mano de Hier. Lo la Gran Bretaia contimia siendo el suer {de los hombres que mandan Sect dora jue mandan en Berlin, Para dec tise want dicen ey mo Preludio dela firma proxima del Pacto de Acero. ingleses, sin embatgo, no acceden a los requeri- ( oe ‘mientos de Berlin, El fantasma de la guerra resurge con toda sa fuerza a finales de verano. En los primeros dias de septiembre se conoce la concentracion de tropas alema: has a lo largo de la frontera checa. La propaganda lems. tna, en manos del doctor Goebbels, realiza prodigios de agi tacion, En el Congreso de Nuremberg declara Hitler que nadie podrd evitar el retorno a} Reich de la regién de los Sudetes, mientras anuncia que trabaja en la construccion Ge la linea fortificada del Oeste para parar cualquier ata {gue francés. El dia 14, el viejo Chamberlain realiza su pri- ner viaje en avién para arrancar al Fhrer, en Berchstes- gaden, tna solucién pacifica del pleito checo. En sus es fuerzos para salvar la paz, repite Chamberlain su viaje en avion el dia 22. Hitler no cede a ningin requerimiento. El dia 27 se sabe que Hitler ha fijado para el dia siguiente, miércoles 28, a las dos de Ia tarde, el plazo acordado al Gobierno checoslovaco para dar una respuesta satisfac. toria. La guerra parece inevitable. Chamberlain realiza un nuevo esfuerzo, pidiendo a Hitler una’prorroga de vein- ticuatro horas de su. demanda a Praga, y solicita a Mus. solini que apoye esta peticion suya cerca de Berlin, El jefe del Gobierno italiano conferencia por teléfono con Hitler, quien acepta la demanda inglesa «por amistad hacia Mussolinis. Nuevo llamamiento del presidente Roosevelt a Hitler. Nuevo mensaje de Chamberlain a Mussolini pro- poniendo un acuerdo de los cuatro. Después de escuchar Ge nuevo a Mussolini, Hitler acepta la propuesta. El dia 29 de septiembre se rednen en Munich Hitler, Mussolini, Chamberlain y Daladier, y se Mega a un acuerdo. Checos- Jovaquia ¢s sacrificada. Hitler ha obtenido su mayor triun- fo politico en el sentido bismarckiano, o sea que «la poli tica no es ninguna ciencia, como muchos profesores lo proclaman, sino que es un arte, como no pueden ser cier- cias la escultura o la pintura». Munich me ha sido evocado docenas de veces por ami- 0s alemanes que vivieron aquellos momentos dramiticos. ¥ estas evocaciones tenian ya el caricter de estar inclut das en una perspectiva histérica. «Ha sido el momento cul- ‘minante de la carrera de Hitlers, me declaré una vex un ‘buen amigo que fue nazi entusiasta hasta el ultimo mo: «6 mento, «Se podia jugar con la paz y la guerra —ahiadia— siempre que terminara triunfando la primera. Pero no se podia prolongar el juego cuando era fatal que ello costaria, luna guerra.» ‘Tolos estos juicios se pueden hacer ahora. Entonces s6lo se podian registrar los hechos. Y ta verdad es que tuna semana después de Munich el viejo y fatigado Neville Chamberlain presentaba a los Comunes y a los Lores el gran plan de rearme inglés. Esto significaba que un nuevo Munich no podria darse en la historia, porque entonces los ingleses no estarian en condiciones de exhibir su edebi idad». También es interesante recoger esta afirmacién de Hitler, sacada del discurso que el dia 26 de septiembre pro- ‘nuneié en el Sportpalust de Berlin: «También he asegurado a mister Chamberlain, y repito aqui esta seguridad, que, ‘una vez resuelta la cuestién checoslovaca, ya no habra nin- ‘gin otro problema ierritorial en Europa» No habia transcurrido todavia medio afio de Ia tan sensacional como historica reunién de Munich, cuando el Ejercito alemén ocupaba una buena parte de Checoslo- vaquia, ante el estupor y la desesperacién de media Euro- pa. En el decreto que crea, el dia 14 de marzo de 1939, el Protectorada de Bohemia ¥ Moravia, y que leva la firma ‘de Adolfo Hitler, se lee: «Durante un milenio los pafses ‘de Bohemia y Moravia han pertenecido al espacio vital del pueblo aleman.» Por primera vez salia en la literatura of del Reich nacionalsocialista la palabra Lebensraum espacio vital—, que de la manera mas elocuente evocaba que Hitler hacia suyos todos los suefios del pangermanis- ‘mo, algunos de los cuales habian sido recogidos en su libro ‘Mein Kamp}, ¥ que el doctor Rosenberg ha expuesto en sus vvarios libros al pretender justificar el derecho que 1a raza nérdica tiene para dominar y gobernar a los otros pueblos considerados de raza inferior. Después de la creacién del Protectorado de Moravia y ‘Bohemia, se supo de una manera clara que el Reich nacio- nalsocialista no sélo queria encuadrar en una misma orga nizacién politica y administrativa —el Gran Reich— a to- dos los alemanes, sino que pretendia:someter y controlar ‘a todo un sector de Europa. El golpe de Praga no provocd Ja guerra europea, como pidié Stalin a Londres y Paris. 9 se sabia que la guerra terminarla por estallar si Hit- continuaba por el.camino de confundir la conocida de- in de Bismarck con tuna nueva: la politica ex el arte To imposible. ‘Desde cl mes de marzo de 1939 inicia Londres una po- fe cerco del Reich nacionaliocialista. Las garantias en juego, y se concluyen unas alianzas militares. En ei los delegados ingleses y franceses maniobran para 3c Ia colaboracién absoluta de Stalin en la politica de co que capitanca el viejo Chamberlain, el mismo que ang en varias ocasiones en un avion para inelinarse ante fer y pedirle que evitara una nueva guerra europea. ‘mientras las fuerzas se aperciben para la nueva lucha Hitler prepara en torno a la cuestion del pasillo de ig, Stalin se decide a estrechar la mano de Ribbentrop, Yal producirse, en el término de uns sola jornada, un eam: completo en el balance de las fucrzas continentales, 1a se hace inevitable. ir Moscii hace olvidar a Hitler estas lineas ‘eseribio en Mein Kamp]: «Si se quiere tierra en Bie 32, S610 puede lograrse a expenses de Rusia. Para tal po- ea sélo existe un aliado posible en Europa: Inglaterra ‘con Inglaterra es posible cubrir las espaldas y poner Iarcha el nuewo tren germano.s Si bien no pace con precisamente el Pacto Berlir-Moseit como el co- azo de la serie de equivocaciones que han costado la mayor de las catastrofes que registra la His: ria, puede afirmarse que la firma de esta alianza entre Tnacionalsocialismo y el comunismo lanzé a Hitler por la fendiente a la qu- se asomé cuando la palabra Lebensraum cid en el decreto anunciando la creacion del Protec- do de Bohemia y Moravia. La guerra que se iniciaria el dia 1.» de septiembre no tenia por objetivo terminar el to del pasillo de Danzig, sino que con su espada se que- io vital» a que creia tener derecho Reich nacionalsocialista de Adolfo Hitler. Vv DANZIG, CAUSA OFICIAL DE LA GUERRA, Yo sf s6lo wna cosa con absoluia seguridad: et picblo sleman no quiso la guerra. El Kélser tampo. fo la guise, EI Gobierno tampoco la queria, ¥ cl fran Estado Mayor se optiso sella desde un proc: poraue sabia mejor que nadie la situacion dif ‘et que. se enconicaria Alemenia en tna guerra ontra Ta Entente (Dectaraetin ante la Comision arlamentana para lar responsabitdades ‘de la guerra, 18 de noviembre de 1519) En la tiltima semana de agosto de 1939 todo indicaba que se marchaba rapidamente a In guerra, Las pruebas que obligaban a creer que la guerra era inevitable se multipl aban. La ereacién de un Consejo de Defensa del Reich, por el mariscal Goering, y 1a movilizacién de ‘ropas y su concentracién a lo largo de las distintas fronte- tas de Polonia promettan la guerra, a menos de aceptar los ingleses una nueva humillacion, Bi lenguaje de la Prensa berlinesa era bien claro: se dentinciaban continuas agre ssiones cometidas contra los alemanes en Polonia y se sub- rayaba que la actitud agresiva de Polonia se debis a la ins- piracién de Inglaterra, Curioso era observar en aquellos momentos de fiebre olectiva Ia seguridad de que daba muestras el ciudadano alemén. No creia cn la guerra. «Confio en que el Fihrer volver a triunfar de una manera pacificas, se me contes taba, como si fuera consigna, cuando preguntaba a cual quier aleman sobre las probabilidades de que estallara la guerra, Y al inguirir el motivo de tal seguridad, afiadian: «Si vamos a la guerra, el nuevo conflicto costar a los ir sleses su Imperio.» ‘Después hemos visto al pueblo alemén conmoverse euan- do se han logrado triunfos militares indiscutibles y al su: frir amargas derrotas. Puede decirse que su actitud siem- pre ha estado de acuerdo con la que mantuvo en visperas de iniciarse Ia segunda guerra mundial: el aleman no ha creido nunca en la victoria total del Reich nacionalsocialis- ta, ni tampoco en su derrota; ha confiado siempre en que 60 ‘se encontraria una formula para negociar una paz glaterra, ‘Margen 0, mejor dicho, conjuntamente con la conduc- -a guerra, se ha Inchado sin cesar en Berlin para tar la paz. Centenares de hojas de mi caret reco. ones sobre este punto. interesaba, pues, a los alemanes la guerra contra Porque estaban seguros de que la misma arrastra | un conilicto europeo general. El recuerdo de Ia pasa: erra dominaba el horizonte presente. Después de ‘eentenares de obras aparecieron en Alemania que n las causas de la derrota sufrida. Todo el mun gaba a la misma conclusién que en su tiempo pro- Federico el Grande y Bismarck, el canciller de fo: Prusia solo puede triunfar si la guerra dura poco 6, Para vencer en un corto espacio de tiempo es pre- os enemigos del Reich no sean numerosos. EL m éxito militar de la campana de Polonia no sorpren- ‘Tas personas bien enteradas, porque se daba por des- Esta campafia demostré que las ensefianzas del ‘Von Seeckt, el fundador de Ia Reichswehr como 0 motorizado, se habian aplicado con toda exactitud. Mando alemén sabia con toda garantia que al cabo semanas seria vencida Ja resistencia militar de nia. El alemén puede decirse que se interesé mas por S esfuerzos que después de la campafia militar de Polo- lizé Hitler para restablecer la paz con Inglaterra que ‘el curso de las operaciones militares que se desarro- en el histérico mes de septiembre. El dia 31 de agosto la radio alemana dio a conocer, JJas diez de la noche, la propuesta que Berlin hacia a por mediacién de Londres. Esta propuesta cons- un verdadero ultimatum. La gente estaba bien ente- de lo que iba a ocurrir. La radio alemana se cuidaba mantener la agitacién, porque cada diez minutos se sia publica una noticia relacionada con el conflicto ger Aquella noche muchos alemanes no se acosta- m. A las seis de la mafiana me telefonearon del Ministe- de Propaganda convocdindome para las ocho y antin- Ie que tenia reservado tn puesto para la sesién que, st ssc iba a celebrar en el Reichstag. Una hora més tarde de ‘mi conversacion con el funcionario del “doctor Goebbels, Ja Radio dio lectura a la proclama que el Furer dirigia « sus soldados, anuncigndoles que iban a luchar por el ho. nor aleman y por el derecho indiscutible que tenia Alema. nia 2 vivir en este mundo, Mientras tanto, aminciaba ya Varsovia a todo el mundo que las primeras bombas arro- Jadas por la Luftwaffe habjan caido sobre la capital pola ‘ca. Toda esperanza de evitar Ia lucha entre alemanes ¥ po- lacos se habia desvanecido. Comenzaba una guerra que nadie podia saber cudnto tiempo duraria y el aleance que tendria. Recordaré toda mi vida la mafana historica del dia Iz de septiembre. En el teatro de la Opera Kroll ocw aba el puesto que en el ultimo piso me habia sido reser vado por el Ministerio de Propaganda. Despues del incendio del edificio del Reichstag, las reuniones del Parlamento aleman se celebraban en el teatro que se levantaba en el ‘eentro de los jardines del Tiergarten. La platea del teatro estaba ocupada por los diputados, que lician toda clase de uniformes, desde el pardo del Partido hasta el verde gris del Ejercito. Un secretario del doctor Goebbels me fue explicando que los sillones vacantes correspendian Giputados que, como oficiales o simples soldades, luchaban ya en el frente polaco. En el primer piso, a la derecha, se fencontraban Ios altos funcionarios del régimen, desde los jgenerales hasta los jefes de administracion. En el centro ‘se encontraba la tribuna diplomatica, en la que faltaban Jos embajadores de Polonia, Inglaterra y Francia, A Ia inquierda tomaron asiento los invitados de honor del Par. ido. El escenario habia sido reservado para los protage nistas del gran drama que se iniciaba. Arriba de todo, ais: lado, ocupaba su tribuna el mariscal Goering, que en cl Reichstag actuaha de presidente. Debajo de él se encontrs- ‘ba Ia tribuna reseryada a los oradores, en este caso Adolfo Hitler, que, como siempre, iba a actuar como tinico orador Alla derecha de Goering se hallaba el banco del Gobierno: 44 su izquierda tomaron asiento los otros jefes del régimen. Faltaban unos diez minutos cuando todos los asisientes ‘la histérica sesion nos pusimos de pie, y del pecho ¢e quienes ocupaban el patio de butacas empezo a salir cl grito impresionante de e Después de una pequefia pausa, prosiguié el doctor Bs sro tn ocarsido com Polonia; cuando el corone onfiando en las garantiasingesay francesa, presen {6 batalla Hitler, nadie sablamos cOmo Danzig seria re Incorporado al Reich: pero cuando todo se puso en movi lento, bastaron deciocho dias para veneer militarmente Bp eines poker: Aters rie acite es ace “Mol mui bien siemana se pongs en munimento por forden del Fuhrer, todo marchard'a la perfecehiny de ma “mera fulminante. Como testigo ocular, puedo asegurarles Bigs es verdad, tal como ct declard en su dscurso del pe Bai. 30 a cocros gc el Fuhrer hase cinco movies Gas po descanse® Al atardecer regresamos a Berlin. EL automévil se des- “Tizaba velozmente entre la nieve y el hielo que cubrian los ss y lagos que separaban de los barrios extremos de ‘capital alemana la casa del ministro. Un norteamericano " ¥imm holandés eran mis compaferos de viaje. El norteame- | tleano estaba muy satisfecho, porque pensaba en el éxito © que tendria su story a base de un Goebbels como gran ¢s- {trella de Hollywood, que es tal como lo habia visto en la JIntimidad de Schwanenwerder, moviéndose en una casa de ‘stil modernisimo, con puertas y ventanas que se abrian erraban automiiticamente. Nos preguntaba, para con: Hrmaro, st habiamos contado cl numero de botons dor ‘dos que tucian los criados del ministro y el niimero de m= “aitos que Gocbbels habia dicho que necesitaba para dictar Su famoso articulo semanal que se publicaba en Das Reich. “Con mi colega holandés tenia yo otra clase de conver 4acién. A los dos nos habia irapresionado el tono humilde 4Gue Goebbels habla empleado cuantas veces hablo de la apaciciad y del sistema de trabajo de Hitler. Recordbamos, | | qi las dos leyendas que circulaban en torno a la existencia del Fuhrer en Berchtesgaden. De aquellas cenas que se prolon- gaban hasta las cuatro y cinco de la madrugada, en el curso de las cuales Hitler, en continuo mondlogo, contaba las im. presiones de su vida anterior a 1933 y sus grandes proyec- fos para el porvenir. Nos preguntibamos también qué pre. pararia en su refugio bavaro, al que se retiré despues de la campatia de Polonia, y que sélo habia abandonado en muy Taras ocasiones. En’ Berchtesgaden convivian con el Fuh. rer Ribbentrop, Himmler y Keitel. Allé recibia a los que 1 amaba y daba las Ordenes oportunas, preparando las pri- ximas campatias militares, Era verdad, como habia dicho cl doctor Goebbels, que el Fuhrer trabajaba sin descanso y ‘que habia que esperar para pronto grandes y sensacionales acontecimientos. El holandés, que levaba muchos aiios en Alemania y que conocia perfectamente lo que era y repre- ‘sentaba el nacionalsocialismo, terminé la conversacién re. cordando que a quien quiere castigar Dios por su orgullo y soberbia, permite antes conseguir Ios mayores éxitos per: sonales. 1x LAS GRANDES VICTORIAS MILITARES Ls lucha que empicaa hoy decide el des Je’ macion alemana para los proximos mila Francia ha perdido wna batalla, pero no ha. perdi ‘doa guerra, De Guus Y, al fin, empezé la guerra. Todos los rumores que venian circulando desde los primeros dias de abril quedaron con. firmados el dia 9. A las ocho de la mafiana fuimos convocé- dos por teléfono a una reunién extraordinaria que se iba a ccelebrar en el Ministerio de Asuntos Exteriores del Reich. Cuando entrabamos en la gran sala de conferencias de la ‘Wilhelmstrasse, un colega nos anuncié que faltaban los pe- ‘riodistas de nacionalidad noruega y danesa, lo que equiva- fa a confesar por anticipado que eran Noruega y Dinamar- las naciones que conocian ya el peso de la fuerza militar Reich. a © Alas diez y cuarto en punto entré en el salén Ribben- Era el encargado de comunicar las razones que habian pulsado al Reich a ocupar Dinamarca y Noruega. «Berlin ijo— ha querido evitar que la Peninsula escandinava se jirtiera en campo de batalla, de acuerdo con los planes jones de Londres, y se ha anticipado a los aconteci- 5 ocupando Dinamarca y empezando una répida fia militar en Noruega, donde se tiene que vencer la tencia que presenta el Ejército noruego. La ocupacién, rd hasta que termine Ia guerra. El mundo se sorprendis por la auidacia con que el Alto do alemin llevaba a cabo la campafa de Noruega, Se de unas operaciones cuyo éxito dependia principal- te de Ia intervencién de las fuerzas navales. En este se reconocia por doquier la superioridad absoluta {ngleses. No obstante, con Ia rapidez del relimpago, desembarcando en Noruega los contingentes alema gs, y cuando los ingleses y franceses quisieron intervenir, efa ya tarde, porque los alemanes habian instalado sus ba- j aéreas y los terribles Siukas terminaban con toda re- cia organizada. La superioridad del Ejército alemén bre las fuerzas briténicas que desembarcaron y comba- eron en Noruega pude apreciarla yo mismo con mis pro- os ojos al visitar fo que era todavia campo ce batalla, Por ‘que durante mi viaje me enteré, por una indiscrecion 1un oficial de alto grado, que la accién de Noruega fue eidida y acordada por el propio Fuhrer con Ia conform de Goering y la oposicidn del almirante Raeder y del Brauchitsch, que consideraban muy peligroso y des. aratado enfrentarse abiertamente con el poderto naval bri: Pero la campafia de Noruega constituyd un nuevo ito rotundo de las armas del Reich nacionalsocialista y plenamente el optimismo del Fuhrer y de sus 60: \dores sobre Ia superioridad de In Wehrmacht. «Con ‘méquina tan perfecta —se decia entonces en Berlin— se puede intentar, porque se sabe que la victoria, al al de todo, se inclinard a nuestro Indo.» a Un mes mas tarde, a las seis de la mafana, el teléfono me despertaba nuevamente para anunciarme que se iba a celebrar inmediatamente una reunién en el Ministerio de Asuntos Exteriores, en la que se daria a conocer una decla. Facion importantisima del Gobierno aleman. La crisis de nervios de los tiltimos dfas iba a terminar; la Prensa ale. ‘mana de la noche anterior denunciaba los preparativos francoingleses para ocupar Bélgica y Holanda, En la sala de Wilhelmstrasse eché de menos 2 los colegas belgas:y holandeses. Sabia ya lo que se iba a anunciar al mundo, A las ocho menos veinte empezé Ribbentrop la lectura de! ‘memorindum del Gobierno alemén. El rostro del jefe de la Giplomacia alemana daba sefiales de cansancio y fatiga. Pé, lido, febril, demacrado, con la barba crecida y con el evi dente aspecto de haber pasado unas noches en vela, Rib. entrop nos leia con voz metilica el texto de los sensacio- nales documentos oficiales que se daban a conocer. SEI texto de estos documentos no necesita comenta- ios», dijo seguidamente. ¥ en el acto se retiré de la sala. Al abandonar la Wilhelmstrasse, los altavoces de las ra- dios me perseguian por doquier. Goebbels en persona lein €l texto que Hitler, como jefe supremo de sus soldadon Jes dirigta, subrayando la importancia de la lucha que habia Comenzado, de la cual dependia el porvenir del Reich para los mil afios venideros, Luego, desde el Ministerio de Pro Paganda, me dieron la noticia de que el Fiihrer habia mar, hado a la primera linea del frente para presenciar ta mar ‘tha de las operaciones. Al mediodia el parte oficial de gue. tra hablaba ya del frente del Noroeste, que se acababs de abrir, y donde se libraba Ia verdadera guerra, declarads hhace ocho meses. Se empezaba a combatir realmente. Lo ‘que para los franceses habia sido hasta entonces una dvble de guerre, se iba a convertir para Francia en-una gran tra. edia nacional. La superioridad alemana en el aire y en tierra era ab- soluta. A los millares de aviones de la Luftwaffe y varias docenas de divisiones acorazadas de la Wehrmacht. solo Podian oponer los franceses algunos centenares de apsrs, tos ingleses y franceses y unas pocas divisiones de tan. ques. Hitler habia preparado cuidadosamente la campana de Francia. Todas las observaciones y preceptos que habia 8 ‘Sheet abies tessa any bt is Nada habia sido olviado. El Pancer y el Stuka Toan 8 cic en unas poeas semanas la guerra'y a terminar por ompeto cn a feel francesa Soccer et ris roe mets caine el puesto de Premier, que abandonaba el agotado Ne- ile Chamberlain. Lord Heaverbrock era nombrado mini @ pera la construceion de avions, nuevo organismo que reaba como confesion clara de que la hicha en else tuno de Tos factores mas decisivos de las guetras mo- dol bi oo oe ee eee meee Bio erates co ore joes, Mes ae ;, Romilly, Dijon y Lyon quedaban casi inservibles. eee ean Te pe eee ie See outeeeeg ae aes ection ers ae | Be Ss cece een eee eerie ee ae Teer }; €l 25 caia Boulogne; el 26 ocupaban los alemanes el (acco ce dnigics bo aesacate gi tee ee aba cuenta de que hablamos ees ee la guerra. Unos opinaban que Hitler no se en- Becca es bien informadas me aseguraban que no existian pre- par altarel Coal eves a ger el terior El la 4 de junio ocupaban low slemanes Dunguer 16s Comunes declaraba aquel mismo dia Churchill: «Lu Be ca aoesiens core oo puntca pou ‘ @ 'y una ola de piinico se extendia por Ia isla briténica. ~ 0, en campo abierto, en los caminos y en los moates, y jamés nos rendiremos.» Aguel mismo dia 4 de junio, para los buenos observa dores, en Berlin Ja situacién era ya bien clara: seguiria la campaia contra Francia y se aplazaria la invasion de la Gran Bretafa, Quienes opinaban as{ basaban su afirmacion en el bombardeo del dia 3 de los campos de aviacién de los alrededores de Paris, seguido por el de otras ciudades del centro y sur de Francia hasta Marsella. Esta interven cin en masa de la Luftwaffe probaba de modo clare y evi dente que Hitler se habia decidido por Paris y abandonaba la aventura de Londres. EI Reich seguia acumulando grandes triunfos milita res. El dia 7 de junio la llamada linea Weygand quedab: rota y las divisiones acorazadas alemanas emprendian marcha hacia Paris, Dos dias mas tarde el propio Weyganc declara: «Nos encontramos en nuestro ultimo cuarto de hora.« La situacion dificil en que se hallaban los franceses todavia empeoré cuando el dia 10 entr6 Italia en la guerra al lado de Alemania. Nada podia evitar ya el derrumba miento vertical de Francia. El dia 1¢ entraban los alema nes en Paris, y tres dias mas tarde presentaba Reynaud Ia dimision de su Gobierno. Tedos los esfuerzos de Londres y Washington para que Francia no se declarara moralmen: te vencida fracasaron: el presidente Roosevelt habia pro metido toda clase de ayuda material por parte de los Es tados Unidos a Francia si ésta proseguia luchando, yl Gran Bretafa habia presentado, por mediacion de Chur chill, que en un viaje audaz se habia presentado en Bur ddeos, un plan para una union britanofrancesa, Todas estos y otros esfuerzos no lograron impedir el desplome de Fran tia. El presidente Lebrun encargé al mariscal Pétain la formacion de un Gobierno que tenia que pedie el armist cio. El dia 18 In vor grave y solerane de Churchill se hacia ‘oir por todos los franceses al declarar ante el micréfono: thora somos los ingleses los tinicos que seguimos luchan. do para defender la causa mundial.» El dia 21 de junio, a Jas quince treinta, en el bosque de Compitgne, y en el glo rioso vagén del mariscal Foch, se firmaba un nievo armis- ticio, en el que los franceses, veintitin afios y medio des- pués del 11 de noviembre de’1918, se declaraban vencidos por los alemanes, u ‘Testigo ocular de la caida de Paris y"de la firma det armisticio en Compiégne, tuve entonces que registrar el desplome moral y material de los franceses. Doce horas después de la entrada de las primeras tropas alemanas en Paris Ilegaba yo, formando parte de un grupo de diez pe. riodistas extranjeros, acompafiado por unos oficiales ale- ‘manes, ante la tumba del Soldado Desconocido. En lo alto del Arco del Triunfo ondeaba Ja victoriosa bandera de la cruz gamada, y abajo, junto a la llama del Soldado Desco. ‘ocido francés, los soldados y oficiales alemanes se movian ‘entre numerosas mujeres parisienses que, en los momentos de tragedia en que vivian, como consuelo, habian efectuado ‘una visita a la tumba que simboliza los millones de hom. ‘bres que muricron en la pasada guerra mundial, para rezar uuna plegaria al Todopoderoso y pedirle que no abandonase al pueblo francés en el trance dificilisimo que atravesaba ‘Una semana mas tarde asistia al acto de Compitgne. No podré olvidar la legada de Hitler, a las tres y cuarto en unto de la tarde, en el recinto donde se elevaba el mont ‘mento que conmemoraba la victoria francesa de 1918. A pi muy despacio, el Fuhrer, rodeado de Goering, de Brat cchitsck, del almirante Raedet, de Ribbentrop y de Rudolf Hess, pass revista a la formacion de la SS que hacia hono- res. Las bandas de miisica pararon, y se hizo el silencio. Durante unos minutos examiné Hitler el escenario, Se fj6 detenidamente en la inscripeién, que decia: «Aqui, el 11 de noviembre de 1918, se dobl6 el criminal orgullo del Imperio aleman, vencido por los pueblos libres que él pretendia dominar.» Hitler seguia movigndose con gran lentitud, y st ostro denunciaba la emocién del momento, emocién que ‘aumento cuando, al final, subié al mismo vagén en que ‘hacia veintiin afios se vio el rostro triste de unos alems- hes vencidos que sélo se podian comparar con los repre- sentantes franceses que en aquel momento atestiguaban on su firma la derrota que acababa de sufrir su patria. Aquellas mujeres que encontré junto a la tumba del Soldado Desconocide fue todo lo que descubri de la Fran- ca tradicional, Los franceses estaban materialmente can- sados de la guerra. Para la mayorla, la drdle de guerre s¢ habia terminado. Estaba ya bien decidido quién saldria % dor de Ia nueva contienda europea, El nombre glo- o de Péiain justificaba la nueva politica que se queria = Hablaban algunos de la necesidad de unir Francia politica dictada por Berlin y Roma y pasar a ocupar westo que, sextin Hitler, tenia reservaclo Francia en el @ orden europeo que se iba a crear. Muy pocos fram se habian fijado en Ia consigna que desde Londres, le habia formado su Gobierno, habla formulado el ge ral De Gaulle: «Francia ha perdido una batalla, pero no pperdido la guerra.» En cambio, para muchos franceses, 4 guerra se habia perdido por completo, y no se pot nada de los ingleses. El panorama mundial no era exactamente como 10 ‘mucha genie en Paris en los tltimos dias de junio. De 0 a Berlin, nuevamente me dediqué a tomar el pulso ‘acontecimientos, vistos desde la capital alemana. De t de notas copio la siguiente conversacion, inédita ‘ahora: “sHabremos ganado efectivamente Ia guetra el dia en *oeupemos Londres», me declard un antiguo diploms- ‘aleman que habia colaborado con Ribbentrop cuando actuaba de embajador en Londres, y quie, expulsado ‘a carrera por antinazi, pagé con la muerte’ su manera nsar, después del 20 de julio de 1944. «¥ falta todavia che —prosiguid diciendo— para alcanzar esta meta chill significa la resistencia a ultranza. En su primer feuriso como jefe de Gobierno ha prometido la victoria, de momento s6lo podia ofrecer sangre, sudor y lt. I optimismo de Churchill se apoya en tres hechos : 1 La confianza en el temple del pueblo inglés en los recursos del Imperio briténico. 2° La actitud cada nés antialemana de los Estados Unidos. 3° La politica tosa que viene practicando Stalin. te mis muestras de escepticismo, mi amigo insistié: . #e0 a los ingleses como a los alemanes. Acuer bien de lo que le digo ahora: si antes del proximo mes eptiembre no hemos invadido la isla © la ganaré Hitler ni el nacionals Esias manifestaciones det antiguo diplomatico aleman Bs ecordé muchas veces en los dias siguientes cuando 486 Ia prensa suiza acumulada durante mi viaje por # campos de batalla de Francia. Mientras 1a Wehrmacht a7 se cubria de gloria venciendo en seis semanas al Ejército francés, considerado como la fuerza militar mas poderosa ‘del mundo, se produjeron varios acontecimientos de gran importancia. Es interesante revordarlos: en Washington se acordaron créditos inagotables para dotar a los Estados Unidos de toda clase de armamentos; las divisiones rusas ‘ocuparon Lituania, Letonia, Estonia, Besarabia y el norte ‘de la Bucovina: llegé six Cripps a Mosca como émbajador extraordinario ge la Gran Bretafa, un centenar de divisio- hes sovigti¢as se concentraban en la frontera briental del Reich. Unas’noches més tarde, la radio francesa desde Lon. ddres me facilité una expli de lo que el general De Gaulle entendia que habia sido la campana de Francia, Me gusté este andlisis. 2Por qué la campafia contra Franc se ha liquidado en el curso de seis batallas? La respuesta dada desde Londres era muy sencilla: Porque los generales franceses no han podido oponer ninguna arma defensiva potente al empleo en masa de los Stukas y de las divisio hes blindadas y acorazadas, La artilleria antiaérea y Jos caftones antitanques no han sido todo lo eficaces que en Francia se crefa, y no se disponia, ademas, en cantidad su ficiente. Los antiaéreos no han logrado grandes resultados contra la actuacion’ de los Stukas, que pican sobre los ob- Jetivos desde tres y cuatro mil metros de altura, a una ve- locidad de ochocientos kilémetros por hora. Una bateri de antitanques podr4, a lo sumo, poner fuera de combate @ media docena 0 a una docena de tanques pesados, pero ‘no podrd cortar definitivamente el paso a toda una division de estas imponentes méquinas de la guerra moderna. En Ja campaha de Francia,triunfo Alemania porque posela ar ‘mas ofensivas de mucho més poder ‘gue lag armas defen- sivas que en manos francésas tenian que barrer el paso 2 las divisiones alemanas. Esto, junto con la. superioridad ‘manifiesta de la Luftwaffe, fue-la clave de la victoria de Hitler. A continuacién Ia voz francesa explicaba de qué manera vencerian los ingleses a los alemanes. Era la formula de Churchill, puesta en prictica después de las ensefianzas de Polonia y' de Francia. El locutor decia: «Hitler ha vencido porque disponia de diez veces mas tanques y aviones que Jos franceses. El dia que los ingleses hayan construido y in-en Ios campos de batalla diez veces mas aviones y nguies que los alemanes, aquel dia Hitler sera derrotado.» “Goebbels debié de recibir instrucciones especiales pata Ia victoria lograda sobre los franceses se celebrara sin dar que todavia quedaba por vencer Ia Gran Bretafa, |enemigo principal del Reich nacionalsocialista. Las ban- gras ondearon durante diez dias en todas las ciudades Reich; pero nadie abandon6 su trabajo, porque se se- precisando el esfuerzo de todos para continuar la lu- hhasta la victoria total, _ El dia 6 de julio Berlin recibié al triunfador del Oeste. ‘via Triumphalis, 1a Puerta de Brandemburgo y Unter Linden quedaron silenciosos, porque Hitler’ recorrié solo las calles que conducian directamente de la estacién a Cancilleria. Las grandes avenidas de Berlin se reserva- ban para el desfile apotedsico que tenla que celebrarse gando Hitler lograra vencer al ultimo enemigo del Reich onalsocialista. La figura de Hitler era glorificada hasta ems alarmantes. Fl lo habia hecho todo. Los genera- que habian preparado los planes y los que los habian ssio en préctica no eran mas que instrumentos en manos, ‘Hitler. El propio Goering declaraba que el Fihrer no fa slo un estadista genial, sino también un gran conduc: ‘de Ja guerra, siguiendo en ella los pasos de Federico nde. Se afladia que, ademas de su influencia decisiva armas modernas y en los secretos bélicos alema- ,el plan total de las campafias de Polonia, Noruega y cia era obra de Hitler, quien, ademas, daba Ia orden Yy sefialaba el lugar y la hora para cada operacién, itler se reencarnaba el Feldherr alemén, cuyo modelo fa todos los tiempos el gran Federico de Prusia, vel poder, tanto militar como civil, en manos de un Fe, que carga sobre sus hombros la responsabi- as operaciones militares y de las grandes decisio. liticas sin tener que malgastar el tiempo en las inter- es discusiones que imponen los Consejos, significaba ‘os alemanes, segtin explicaba la propaganda alemana, tia y la seguridad de que la guerra seguiria por los, que conducirfan a la victoria total al gran Reich Ocialista que habia creado Adolfo Hitler. oe ‘SUENOS DE UNA EUROPA UNIFICADA. El peligro mayor se presenta en el momento de la Navotsos: Mientras se ultimaba la campafa contra la isla inglesa, Ber lin se dedie6 a la politica con el propésito de organizar la gran victoria que acababa de alcanzar sobre Francia. La Gran Bretafia habia sido definitivamente expulsada del con. tinente, se afirmaba rotundamente por los personajes de! régimen. Partiendo de este principio, habia llegado el mo: mento de pasar a la organizacién del nuevo orden europeo Después de la campafia del Oeste, se habia reunido el Reichstag para escuchar un nuevo discurso de Hitler. El Fiihrer habia ofrecido de nuevo la paz a la Gran Bretaiia; ppero ante la respuesta negativa de aquélla, que se obstina ba en no reconocer la hegemonia alemana sobre Europa, ‘no quedaba otro camino que continuar la lucha con todas ‘Antes de la campafla de Francia era un t6pico de la pro- paganda alemana afirmar que el Eje Roms-Berlin era el Fundamento del nuevo orden europeo. La victoria conse- guida sobre Francia tenfa que ser, partiendo de dicha base, tun triunfo de Alemania y de Ttalia. Pues bien, el armisticio conclude en Compigne fue un acto de generosidad extre- ‘mada de Alemania hacia la Francia vencida. ¥ a esta gene- rosidad alemana contribuyeron los italianos de una manera especial. Mussolini entré en la guerra contra Francia al triple grito de «(Niza, Corcega y Tiiner!», La isla medite- rrdnea y la gran colonia africana, después de ser vencida Francia, siguieron en manos francesas, sin control alguno ni de alemanes ni de italianos, A qué se debia la sorprendente generosidad alemana ha- cia Francia? Para dominar Europa necesitaba Hitler, y ast lo decia Ribbentrop, contar con la colaboracién de los fran: ceses. Con una Francia abiertamente en la oposicién no era posible pensar en legar a consolidar el nuevo orden 0 peo propugnado por Berlin. Italia era,-en verdad, el aliado del Reich; pero los alemanes no han creido ca en las grandes dotes politicas y militares del fascis- ‘Napoleén —deeia Ribbentrop a Sus intimos— fracasé ‘su obra de dominar por completo a toda Europa por- RO Supo © no quiso ganarse la colaboracién de los ines. Nosotros —afladia el jefe de la diplomacia ale- ‘no tenemos que cometer el mismo error de Napo- ‘no debemos ahorrar esfuerzo alguno para ganarnos franceses para nuestra causa.» Para obtener la colaboracién francesa sacrificaron los zis las aspiraciones de los italianos. Recuerdo el rostro amigos italianos de Berlin cuando vieron que Tunez rcega segufan en poder de los franceses, con la pro- de que la cuesti6n de las reivindicaciones italianas se ucionaria cuando se estableciera la paz definitiva. «Por hhemos atacado por la espalda a los franceses, si ahora ulta que no podemos figurar y disponer como vencedo- 32s, preguntaban los italianos para explicarme su des- iento. Entonces fue cuando empez6 el odio de Roma mtra Ribbentrop, porque habia éste despreciado a su alia- fiel, el italiano en este caso, por el vencido de ayer, el ncés, ‘Los alemanes cometen un error psicolégico enorme decia con toda su vehemencia un periodista italiano iy inteligente— al creer que encontrarn en el francés -colaborador que necesitan. Verés cémo el armisticio de ypitgne tendra grandes consccuencias no solo para , sino también para nosotros, los italianos, que si entrado en esta guerra ha sido venciendo la desga- ‘Popular y con la seguridad de que fhamos a cobrar un ‘considerable a cambio de unos pocos muertos.» Hitler renuncié a ta Flota francesa y al Atrica francesa, de dejar al Gobierno de Vichy una notable libertad i6n, porque en junio de 1940 ereia que In Gran Bre- faceptaria la paz que él le ofreceria de nuevo, 0 bien vencida después. Eran aquellos tiempos en’ que se ‘que la Luftwaffe de Ggering era eapaz de todo, «¢No "$8 debfa a clia el triunfo de Noruega?s, se preguntaba a | @uien ponia algiin reparo a la campasa en perspectiva ‘Contra Inglaterra, Este gran error no se podria remediar — Para vencer a la Gran Bretafia, se vio mas tarde bi ot que Ia Flota francesa hubiera tenido una eficacia conside ble. ¥ luego también se dieron cuenta de que no era po sible dominar el Mediterranea sin contar con las posic nes que Francia ocupaba en ¢l. De un vencido moral y ma terial se quiso hacer un aliado para cimentar unvestado de cosas contrario precisamente a los intereses tradicionale del vencido. Una Francia sin Alsacia y Lorena, sometid para siempre a los dictados de Berlin, no era posible lograr Ja, al menos, de no veneer definitivamente a la Gran Bi taf, Después de Montoire circulaba por Berlin Ia si definicion de los franceses de Pétain: hay dos clases de franceses, los partidarios de los ingleses y sus Los primeros declaran: {Cuando nos liberaran muestros ‘amigos los ingleses?» Los segundos dicen: «gCuando ver erin ces cochons de ingleses a los alemanes?» Quien 1uvo el ingenio de hacer este chiste politico conocia franceses que Ribbentrop y todos sus colaboradores espe clalizados en temas de Franc Pero ta fantasia nazi no ha tenido nunca limites, Mien tras se preparaba la campafia contra Ingl aba y se obraba como si realmente se hubiera vencido ya a | Ingleses. Rosenberg publics un articulo en el Voeikischer | Beobachter definiendo el papel futuro de las islas inglesas, alas que se guardarian ciortas consideraciones como avan. zadilla-del antiguo Imperio briténico, cuyo centro de gr edad quedaré fuera de Europa. Y ¢l propio doctrinario del Partido se dirigia luego al resto de Europa para afir ‘mar que una nacién pequesa no pierde nada de su honor nacional y geografico amparandose y apoydndose en una nacién grande y fuerte como el Reich nacionalsocialista uyo reconocimiento era el resultado de la ley del espaci Vital, necesidad impuesta a la existencia de Europa por la comunidad de suerte y convivencia. Otro periédico berlings definia con mayor claridad 1 Europa que saldria de las victorias de Hitler. «Con el triun: fo de las potencias del Eje, el poder politico se traslada hhacia el centro del continente europeo. Las diversas unida des nacionales de este continente formarin un grupo soli dario, con nuevas perspectivas,de florecimiento econdmic y cultural, Los pequeiios Estados se liberarén de las car gas artificiosas impuestas por su individualismo politicy militar 0 por sus excesos nacionalistas, Y la formacién de este grupo solidario facilitara el desarrollo de la tecnica, laterra, se 92 anos ma qe Gowing rencontre Bains. Siereraveras erence por Eimer a mena ‘Setunich conte [Ena tieer nave ‘latamosa cerca ‘SeMunich poco aice Geesialareratonbs Baeroviembre de 830) de I economia, de la ongantzacion military de tréfico que sstdn necesitando urgentemente la nueva unidad y el nuevo ttden de Eiropa ‘uisling en Norucga, Mussert en Holanda, Degrlle en Belgica, Laval en Francia y tantos otros que tenia que surgi eran para Berlin la seguridad de que fos seos de Hitler y de sus colaboradores acerea de una Euro due obedecierm clegnmente Tas Ordenes del nacionalsocia amo, se idan a convertir en una realidad, Fue entonces cuando Funk, Goebbels, Rosenberg, Franky tantos otros Organizaban cocteles y festas para expicar alos repre Scntantes de Ia Prensa extranjera to que seria el micro arden europeo yas ventajas que todos sacarian de esta ie genes Grobe Dejaade oun nde oe hacia referencia la futura vida cultural, merece 1a pena eeoger algo de Io que se ajo sobre economia, poliion dsfensa nacional EI doctor Funk, ministro de Economia del Reich, que habia recibido del mariscal Goering el encargo de trazar ‘un plan para la reconstruccién econémica de Alemania y de Europa, nos hablo un dia de sus proyectos. El régimen ‘econémico que hubiera reinado en Europa después de la ‘paz tenia que copiarse del que se inauguré en la Alemania nacionalsocialista antes de dar comienzo esta guerra. El intercambio comercial tenia que ser el intercambio de to- ‘das las operaciones que se realizaran en Europa, 0 sea que cada pais ofreceria a Berlin lo que tuviera para exportar ¥ pediria lo que necesitara. Con el tiempo, Berlin recababa para sf fijar a cada pais lo que tenia que producir, com cl fin de organizar la distribucidn perfecta de todas las rique- zas de Europa; es decir, que Alemania hubiera fijado los, fitros de vino que tenia que producir Francia, cantidades que hubiera entregade a cambio del papel, pongamos por ejemplo, que hubiera manufacturado Noruega por orden también de Berlin. Este proyecto del doctor Funk lo veia convertido ya en realidad. Me acuerdo del calor con que hablaba de 1a ine vitable Icha econémica entre a Nueva Europa y los Es- tados Unidos en la América del Sur: «EI café, el trigo, 1a ‘carne, ete., que hoy no pueden Brasil y Argentina colocar, Jos recibiremos nosotros al final de la guerra a cambio de Jos productos manufacturados que mandaremos desde Eu- 4 . Estas maquinas, aparatos de radio, libros, ete.. que otros venderemos a estos Estados americans, podrian dquirirlos también en Norteamérica; pero nosotros con- uistaremos los mereados, porque mientras estas compras ndrian que abonarse en oro a los Estados Unidos, ya que ésios no nocesitan café, trigo 0 carne, las serviremos noso 05 a cambio de todos estos productos agricolas, que hoy se pueden valorar por falta de mercado. ‘Lo que nos contaba el doctor Funk en una tarde de ve- @ no era una fantasia calenturienta. Hemos visto des funcionar en Berlin la central del clearing para No- ga, Holanda, Bélgica y otros Estados europeos, 0 sea a exportacién y la importacién de estos paises se hs- ‘con Ia intervencion directa de Berlin, donde se habian lizado todas estas operaciones. Los varios periodistas gamericanos que asistian a la reunién en la cual el de Economia expuso sus ideas, no se cansaban nun- ide formular preguntas. Sabian perfectamente que con jeza se ganaban Funk y el Reich nacionalsocialista ‘cantidad inagotable de enemigos en los Estados Unidos. elticamente, toda Europa tenla que estar también a. De las tcorias que exponian Tos personajes nazis sprendia que nadie en Europa podria el dia de mahe- formar un Gobierno que no recibiera el beneplacito de lin, puesto que para poder funcionar de una manera re- ar el nuevo orden europeo, habia que partir de In base que nadic, en absoluto, estaria en condiciones de_per- uF la armonia que reinaria entre tod los paises. Todo ario al nacionalsocialismo veria cerrarse ante st to ‘Tas puertas que conducen a un puesto de gobierno. En el terreno militar, el Reich se encargaba de la de- ide toda Europa, Con la excepcién de Alemania, 00 eesitaban los otros paises europeos culdarse de la defen e sus fronteras. Era ésta una cuestion exclusiva de los alemanes, que ven{an demostrando una ver ms sus pran- es dotes militares, tanto en cl uso de las armas como en su |, ,Naturalmente, la unién de todo el continents europeo "A base de centralizar en Berlin los resortes militares, eoo- | Rémicos y culturales de todos los paises reportaria a los ciertas ventajas; pero, en cambio, se garantizaba “todos los pueblos europeos una tranquilidad eterna. Ber- 95 lin se cuidaria de que nadie intentara perturbar el nuevo ‘orden europeo que naceria. después de esta guerra, a cuya victoria contribuia la Alemania nacionalsocialisia con la sangre de sus mejores hijos. La plutocracia, el judaismo y ¢ bolehevismo se verian para siempre expulsados det con tinente. Cuando los jefes nazis nos hablaban de sus planes fute: +s, para nada se referian a la vieja cuestion de Danzig, por ‘cuyo motivo se lanz6 toda la Humanidad a la guerra. Se ofa citar el nombre de Polonia, en relacién a todos estos planes, para explicarnos el castigo que aguardaba a todo pueblo que se oponia a Ia marcha de la hegemonia del nacionalsocialismo sobre Europa. El Herrenvolk, que hacia més de un siglo habfa sofiado Fichte, parecia destinado 2 triunfar ahora por obra de los Panzer y de los Stukas, que Hitler habia hecho construir en cantidades incalculables. ‘Quienes teniamos en nuestros dedos el pulso de Berlin ‘en aquel histérico verano de 1940 no nos reiamos del Reich milenario que habia profetizado Adolfo Hitler. $i los pro- yectos de Rosenberg, Ribbentrop, Funk, Goebbels, Himm- ler, etc., se hubieran convertido en realidad, y sia todo ello se hublera afiadide la derrota militar de la Gran Bre tafia, no hay duda de que el Reich hitleriano hubiera pasa- do @ la Historia como una organizacién mundial de la eate- xgoria del Imperio romano, Pero también Napoledn habia Querido organizar una nueva Europa a base de los treinta ‘millones de franceses, quince millones de espaiioles, quin- ‘ce millones de italianos y los treinta millones de alemanes de sus tiempos. Y él, que conocié la embriaguez de tantas victorias resonantes, tenfa que reconocer con amargura en Santa Elena que «ei peligro mayor se presenta en el mo- mento de la victorian, xI LA BATALLA DE INGLATERRA Hitler perio la guerra en junio de 1940, cuando no Se decilié a realizar un stage frontal contra Ingla Terra, aprovechandose det derrumbasniento de Fran Ga Entoocss Alemania hubiera obtenido el triunfo, ono Halts En junio de 1940, después de Dunquerque, no pudo Hitler dar la orden de asaltar Ia isla inglesa porque carecia de ‘medios necesarios para ello. La Luftwaffe operaba desde bases alemanas, y cra necesario montar toda una serie de aerédromos en Holanda, Bélgica y el norte de Francia para disputar con posibilidades de éxito la supremacia en el aire a la RAF. Durante dos meses se trabajé febrilmente fen la construccién de estos aerédromos, y a principios de ‘agosto una gran parte de la empresa estaba ya terminada, El dia 8 de agosto, la Luftwaffe secunds a los submarinos. fen su accién contra Ia isla britinica. Aquel dia la aviacién. falemana afacé a un convoy briténico que navegaba a la al- tura de la isla Wight. Fueron los famosos Stukas los que, con sus ataques en picado, Hevaron el peso de Ia lucha, ‘en la que intervinicron, defendiendo los barcos mercantes, Tos cazas de la RAF. Tres dias més tarde, los bombarderos ‘alemanes atacaron el puerto militar de Portland, y al dia Siguiente realizaron un ataque todavia mayor contra Ports- mouth. La propaganda alemana destacé los efectos terri- bles que estos ataques causaban en la-organizacion bélica {e los ingleses. No se ocultaba la intervencién de los cazas ide la RAF, pero subrayando la maestria y la superioridad

S-ar putea să vă placă și