Las leyes relativas a los dioses:

1) Dios no es causa de todas las cosas, sino de las buenas.

2) Dios es el que menos puede recibir muchas formas.
3) Dios es, en suma, veraz en hechos y palabras.

2) Los dioses no son encantadores que se muden a s mismos.

3) Los dioses no nos inducen a extravos por palabras o acciones.

Efectos

1
2
3 No engaa otros por fantasmas o discursos, ni por signos que enve en la
vigilia o en el sueo.

ss

2:

Cuando algo se aparta de su propia forma es necesario que se transforme o por

s misma o que a causa de alguna otra cosa.

Sin embargo, las cosas ms perfectas son las que menos se alteran y mutan por
obras de otras.
Un cuerpo sano y fuerte.
Una planta sana y fuerte.
Las cosas compuestas bien elaboradas.

Si la divinidad se altera por s misma, entonces sera para ser peor y ms fea, ya
que a la divinidad no le hace falla belleza y virtud.

Sin embargo, ningn dios ni hombre querr alterarse a s mismo para ser peor.
Por lo que un dios, dado que es lo ms perfecto y hermoso posible, siempre
permanecer en la forma que le es propia.

3:
Todos los dioses y los hombres odian la verdadera mentira, es decir, aquella que

consiste en ser y permanecer engaado en el alma sobre aquello que es, y ser un

ignorante teniendo y albergando en el alma la mentira.

La mentira que se expresa con palabras no es til para la divinidad. Aunque

este tipo de mentiras no sea odiada por los dems al ser muy til para los

dems.

Aquellos que consideran til y en absoluto enojosas este tipo de mentiras son los

mismos que creen que la pueden utilizar como una medicina para alejar un mal,

ya sea para hacer un trato con los enemigos o proteger a los amigos, o por

ignorancia tal como los poetas que cuentan mitos por desconocer la verdad de

los hechos antiguos, haciendo pasar sus mentiras por verdades.

Es ridculo que los dioses mientan por desconocer los hechos antiguos,
asemejando sus mentiras a las verdades, tal como los hacen los relatos mticos.
La divinidad no es como un poeta mentiroso.

Tampoco podra mentir por temor a los enemigos, pues ningn insensato y loco
es amigo de los dioses.

Por lo tanto, lo demoniaco y divino est libre de toda mentira.

Todo aquello que est en buena disposicin es lo menos susceptible de admitir

cambios por un agente extrao.
Que los actos de Dios son justos y buenos, y que redundan en provecho de

aquellos a quien castiga; pero que sean miserables los que sufren alguna pena, y

que sea Dios el autor de su miseria, es lo que no dejaremos decir al poeta.