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En las ltimas dcadas del siglo xix un nuevo factor fue determi-
nante en la construccin historiogrfica sobre los hechos fundacionales
y en la total aceptacin del trmino reconquista: el positivismo. Bajo esta
ptica, seala Ros, los discursos estuvieron marcados por un criterio
de cientificidad que pretenda, por una parte, alcanzar el mayor grado
de objetividad posible y, por otra, establecer siempre la verdad de los
hechos. Con este criterio slo fueron aceptados aquellos suficientemen-
te probados con documentacin fidedigna, aunque no se menospreciaban
las leyendas que formaban parte de la tradicin popular. A pesar de la
pretendida objetividad de esta visin, el nacionalismo segua determinan-
do los discursos de liberales y conservadores que exaltaban el carcter
indomable del pueblo espaol, su resistencia ante la invasin extranjera
y la supuesta continuidad de una idea reconquistadora iniciada con Pe-
layo y concluida por los Reyes Catlicos.
Aunque durante este ltimo periodo el nacionalismo fue patrimonio
comn de liberales y conservadores, existan profundas diferencias entre
ambas posturas. Adems de que el papel asignado en la reconquista a la
Iglesia y a la religin en unos y otros era muy diferente, su actitud ante
el mundo islmico era radicalmente opuesta; mientras que algunos his-
toriadores liberales reconocan la importancia fundamental que tena la
cultura andalus para la formacin de Espaa, por sus logros en las cien-
cias y las artes, para los conservadores sta no mereca reconocimiento
alguno. En cuanto a la importancia atribuida a la reconquista pirenaica,
hay posturas castellanistas y catalanistas en ambos bandos. Existen, por
otro lado, autores liberales que consideran que todos los movimientos
que pugnaban por independizarse del islam en la pennsula fueron con-
temporneos y que todos ellos pueden ser considerados forjadores de la
nacionalidad espaola.
El libro de Martn Ros est construido de una manera lgica y con
una argumentacin impecable, concluyendo en cada captulo con las l-
neas generales que se discuten en cada poca. Siguiendo esta lgica, el
texto termina con unas conclusiones generales entre las que se propone
regresar al uso del trmino restauracin, que contempla el ideario de los