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Antecedentes [editar]

Inestabilidad y grandes cambios marcaron la tercera década del siglo XX en México. En


muchos sentidos, los años veinte representaron para México la disolución definitiva de las
prácticas vigentes durante el porfiriato y un paso definitivo hacia la consolidación de un
sistema político cuya vigencia culminaría 70 años después.

Para entender el periodo conocido como Maximato es necesario situarse en el convulso


contexto marcado, en un sentido por el final de la Revolución mexicana (1910 a 1921), las
consecuencias desastrosas para la economía mundial de la crisis de 1929, y los efectos de la
así llamada Guerra Cristera (también conocida como guerra de los cristeros o cristiada)
(1926-1929).

Este periodo está inscrito pues, en un momento de gran agitación social y política. El
período mismo habría de comenzar con un magnicidio. Aunque formalmente, la
Constitución mexicana prohibía la reelección del presidente de la república, la Carta Magna
se reformó para que Álvaro Obregón fuera elegido para ocupar dicho cargo, luego de
haberlo ocupado de 1920 a 1924. Este acontecimiento significó mucho más que el asesinato
de un presidente electo, pues la muerte de Obregón (quien era sin duda la figura política
más prominente del país), obligó al reposicionamiento de los actores políticos que buscaban
llenar el vacío que se había creado.

Así, el poder recayó de forma natural en el presidente saliente, Plutarco Elías Calles. Éste,
al ver los efectos de la estrategia reeleccionista de Obregón (asesinado por José de León
Toral), decidió ejercer el poder de forma indirecta, detrás de gobernantes débiles.

El maximato fue un periodo histórico y político dentro del desarrollo de México que va de
1928 a 1934. Este período debe su nombre a Plutarco Elías Calles, quien era conocido
como El jefe máximo de la Revolución. Elías Calles sólo fue presidente en el periodo 1924-
1928, pero en los seis años siguientes, se sucedieron tres presidentes, todos ellos
subordinados en menor o mayor medida a los intereses y políticas del ex presidente. Los
presidentes, y sus respectivos mandatos, son:

• Emilio Portes Gil (1928-1930), designado por el Congreso para sustituir al


presidente electo Álvaro Obregón, asesinado antes de asumir el cargo.
• Pascual Ortiz Rubio (1930-1932), electo para completar el periodo.
• Abelardo L. Rodríguez (1932-1934), sustituto de Ortiz Rubio quien renunció al
cargo.

La influencia del ex presidente llegó a su fin cuando Lázaro Cárdenas del Río lo expulsó
del país en 1936, luego de haber sido electo presidente en 1934.
El Maximato

EL MAXIMATO
El período comprendido entre los años 1928 y 1934 y conocido con el nombre
de Maximato, por ser Plutarco Elías Calles la máxima figura, se caracteriza por
una inestabilidad de la vida oficial. Tres presidentes se suceden en este
tiempo: el primero es Emilio Portes Gil, de carácter provisional y llamado a
convocar elecciones para el período constitucional que dejara vacío el
asesinato de Álvaro Obregón, presidente electo; el segundo, Pascual Ortiz
Rubio, presidente constitucional elegido por el Partido Nacional Revolucionario
para el período de 1930 a 1934 y que solamente permanecerá en la
presidencia dos años y meses; a su renuncia le sucede Abelardo Rodríguez,
que gobernará hasta finalizar el período que correspondía a Ortiz Rubio.
Durante el llamado Maximato, y sobre todo bajo la presidencia de Ortiz Rubio,
la crisis política se hace permanente. En estos seis años se refleja con claridad
la intención de Plutarco Elías Calles por manejar la situación política del país,
cosa que logrará en la medida en que cada uno de los presidentes lo permita.
El expresidente Álvaro Obregón quiso regresar al poder y logró que se
reformaran las leyes que prohibían la reelección. Ganó las elecciones
presidenciales de 1928. Pero antes de tomar posesión, durante una comida en
que se celebraba su victoria, fue asesinado.
Como consecuencia del asesinato del presidente electo, el Congreso designó
como presidente provisional a Emilio Portes Gil. Para fortalecer el gobierno,
Calles les propuso a los jefes políticos y militares la creación de un partido
político que serviría para resolver sus diferencias y fomentar la unidad. Así
nació, en 1929, el Partido Nacional revolucionario (PNR).
En las nuevas elecciones ganó el candidato del PNR, Pascual Ortiz Rubio; fue
una votación muy discutida contra José Vasconcelos, que era candidato
independiente. Sin embargo, el verdadero poder lo tuvo Plutarco Elías Calles,
llamado Jefe Máximo de la revolución.

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