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El coste que pagamos ante cada cesin, es enorme. Ante cada chantaje
emocional aparece sin duda la vergenza y la culpabilidad. Nos miramos al
espejo y nos preguntamos por qu hemos cedido. Somos conscientes de que
debemos reaccionar, pero sin embargo, una vez ms hemos cado en la
emboscada siendo burlados. Sin saberlo, hemos ofrecido quiz esa libra de
carne tan cercana al corazn que demandaba el personaje de Shylock en
el Mercader de Venecia.
1. Los seductores
Muy sutiles, los castigadores silenciosos ejercen un arte del chantaje emocional de
un modo altamente destructivo. En este caso nos arrastran en una inestabilidad
muy daina donde cuesta reaccionar, ya que habr momentos en que nos
ensalcen y momentos en que nos humillen.