Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
BUELA: EL PECADO
. IEL PECADO
Nuestra vida tiene, por as decirlo, diversos estratos. Hay en nosotros una vida vegetativa, que nos es comn con los
vegetales, y se manifiesta en el crecimiento de las uas y cabellos, en la asimilacin de los alimentos, etc.; tambin
tenemos una vida animal que nos es comn con los animales, y se manifiesta en nuestra capacidad de ver, de or, de
tocar, de oler, de movernos, de comer, de dormir, etc. Adems, gozamos de una vida racional que tenemos en comn
con los ngeles y que se manifiesta en nuestra capacidad de conocer, de querer, de amar, y por ltimo, en un grado muy
superior a todos los niveles anteriores, hemos recibido una Vida Divina que nos es comn con Dios: la gracia
santificante por la que participamos de la misma vida intratrinitaria de Dios.
9
d., 1864.
10
FRAY LUIS DE GRANADA , op. cit., II, VII, p. 255-257.
11
FRAY LUIS DE GRANADA , op. cit., II, VII, pp. 257-258; Cfr. CATECISMO DE LA IGLESIA CATLICA, 1867.
12
Cf. Gn 4, 10.
13
Cf. Gn 18, 20; 19, 13.
14
Cf. Ex 3, 7-10.
15
Cf. Ex 22, 20-22.
16
Cf. Dt 24, 14-15; St 5, 4.
17
Decreto sobre la Justificacin, Dz. 806.
18
Cf. Mt 10, 34.
19
BEATO VICENTE GROSSI ,
20
Cf. 2 Ts 2, 10.
Vistiendo la justicia como coraza. La justicia nos hace dar a Dios todo lo que se le debe y al prjimo todo lo que
le corresponde. Esa justicia se identifica con la santidad, y permite que nuestra caridad sea sincera, aborreciendo el mal
y adhirindonos al bien (Ro 12, 9). Porque no slo hay que hacer el bien sino que tambin hay que luchar contra el
mal: aborreced el mal los que amis a Dios (Sl 97, 10). Slo el malvado no rechaza el mal (Sl 36, 5), y el que no
rechaza el mal se hace cmplice del mismo. Debemos abstenernos hasta de la apariencia de mal (1 Ts 5, 22).
Calzados los pies con el celo para propagar el Evangelio de la paz. Muchas veces la mejor defensa es un buen
ataque. Debemos tener alma de apstoles, celo por la casa de Dios, compasin de tantas almas que estn a oscuras.
Siempre en la mano el escudo de la fe. La fe vence al mundo (1 Jn 5, 4), vence al Diablo: resistidle fuertes
en la fe (1 Pe 5, 9); vence la carne: la fe limpia el corazn.21
Tomad el casco de la salvacin. Cristo es el nico que tiene palabras de vida eterna (Jn 6, 68), es el nico que
nos salva. Esa salvacin llega a nosotros a travs de los Santos Sacramentos.
Y la espada del Espritu... Que es la palabra de Dios, dada por el Espritu Santo. Y es espada tajante (Heb
4,12), de la que hay que aprender a ser un buen esgrimista.
A los hombres corresponde luchar y a Dios dar la victoria (Santa Juana de Arco).22
21
SAN AGUSTN, De Trinitate 7, 8.
22
Citada en: JEAN OUSSET, Para que l reine, Ed. del Cruzamante, Buenos Aires 1980, p. 284.