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Condicionamiento Clásico
Aprender sobre el ambiente probablemente constituya el mecanismo más básico del que
disponen los organismos para descubrir las regularidades de su medio y anticipar los
acontecimientos relevantes del mismo. Identificar qué estímulos ambientales están
relacionados con la obtención de alimento, o qué señales advierten de la presencia de un
peligro inminente, como un depredador, o de un compañero sexual, son algunas de las
consecuencias más importantes que se derivan de aprender acerca del ambiente.
El estudio experimental del condicionamiento clásico fue iniciado por Ivan P. Pavlov
(1849-1936), quien nos legó un procedimiento experimental que ha permitido estudiar
cómo aprenden los organismos acerca de las relaciones entre los estímulos ambientales. El
procedimiento empleado por Pavlov consistía en presentar a un perro, al que se le había
implantado quirúrgicamente una cánula en la boca para recoger directamentne su saliva,
alimento en polvo precedido de forma regular por un estímulo, como por ejemplo un tono.
El sonido, inicialmente, no hacía salivar al perro pero, después de varios emparejamientos
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con el alimento, y en ausencia de éste, era capaz de producir por sí mismo la respuesta de
salivación. En la terminología de Pavlov, la comida es el estímulo incondicionado (EI) que
provoca de forma refleja la respuesta de salivación o respuesta incondicionada (RI); la
salivación producida ante el tono tras su emparejamiento repetido con la comida se
denomina respuesta condicionada (RC), y el tono, el estímulo condicionado (EC). Un rasgo
definitorio del condicionamiento clásico es que el experimentador presenta los
acontecimientos ambientales (el EC y el EI) con independencia de la respuesta del animal.
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funcionar como señal del mismo. Por tanto, es el valor informativo del EC, su validez
relativa, y no el número de emparejamientos EC-EI lo que determina su capacidad para
provocar la RC.
Los animales no sólo deben aprender acerca del ambiente sino también a controlarlo
mediante su conducta. El condicionamiento instrumental constituye una variedad básica de
aprendizaje asociativo que permite a los animales aprender a realizar respuestas para
conseguir consecuencias reforzantes y evitar acontecimientos aversivos o desagradables.
Al mismo tiempo que Pavlov realizaba en Rusia sus experimentos sobre condicionamiento
clásico, un psicólogo americano, Edward L. Thorndike (1874-1949), descubría los
principios del aprendizaje instrumental. Thorndike demostró que un gato hambriento,
confinado en una caja-problema, podía aprender a descubrir el mecanismo -tirar de una
cuerda, correr un pestillo- que le permitía escapar de la caja y acceder a un plato con
comida. El aprendizaje de esta tarea se ponía de manifiesto por una reducción en el tiempo
invertido en escapar de la caja o en el número de errores cometidos en sucesivos ensayos de
aprendizaje. Según Thorndike, durante el aprendizaje instrumental se formaría una
conexión E-R entre los estímulos presentes durante el condicionamiento y el acto motor o
respuesta instrumental. El establecimiento de esta conexión dependería fundamentalmente
de las consecuencias de la acción, esto es, de la recompensa o reforzamiento recibido por el
animal. Su función sería intensificar la conexión entre el estímulo y la respuesta. Thorndike
denominó a este principio ley del efecto, posteriormente transformado en el principio del
reforzamiento. Unos años más tarde, otro psicólogo americano, B. F. Skinner (1904-1990)
amplió las ideas básicas de Thorndike, convirtiendo dicho principio en el núcleo central de
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las teorías de la conducta que dominaron la psicología del aprendizaje hasta bien entrados
los años 60.
No obstante, los resultados de algunos estudios, como por ejemplo los realizados por Crespi
en los años 40, cuestionan seriamente la validez de la explicación E-R del aprendizaje
instrumental. Crespi enseñó a unas ratas a recorrer un corredor recto para obtener comida.
Durante la primera fase del estudio, un grupo de animales recibió una recompensa elevada
(256 bolitas de comida) en cada ensayo de aprendizaje, mientras que los sujetos de otro
grupo recibieron una recompensa pequeña (16 bolitas). Durante esta fase, los animales del
primer grupo recorrían con mayor velocidad el corredor. Pero, ¿qué sucedía cuando a todos
los animales se les daba en la segunda fase del estudio la recompensa pequeña? Crespi
observó que la velocidad de carrera de los animales que en un principio habían recibido la
recompensa alta era, si cabe, inferior a la de los animales que siempre recibieron la
recompensa más pequeña. Este resultado, denominado efecto de contraste conductual
negativo, no puede ser explicado por la ley del efecto de Thorndike, ya que la intensidad de
la conexión E-R debería ser mayor en el grupo de recompensa elevada. Más bien, parece
que el valor de la recompensa influye de forma decisiva en la ejecución instrumental,
dependiendo ésta de la discrepancia existente entre los resultados esperados por el animal y
los que realmente obtiene. Un cambio a una recompensa pequeña reduce el valor de la
misma, produciendo una disminución sensible en la ejecución instrumental.
Los resultados del estudio de Crespi sugieren una explicación bien distinta del aprendizaje
instrumental. Del mismo modo que en el condicionamiento clásico se dispone una
contingencia entre dos estímulos, en el caso del aprendizaje instrumental se establece una
relación entre un reforzador que es contingente con la emisión de una respuesta. En este
sentido, podemos decir que lo que aprende el sujeto en el aprendizaje instrumental es la
relación existente entre la respuesta y sus consecuencias. Distintos estudios han demostrado
que, al igual que sucede en el condicionamiento clásico, la ejecución instrumental es
sensible al grado de contingencia entre la respuesta y sus consecuencias. La ejecución
disminuye cuando se presenta el reforzador instrumental independientemente de la
respuesta del sujeto. Según esta explicación, el reforzador no intensifica una conexión E-R
particular sino que forma parte de la propia asociación con la respuesta. Este es el punto de
vista defendido por Edward C. Tolman (1886-1959), que considera que el reforzamiento no
es una condición necesaria para el aprendizaje. Según este enfoque, que es el orígen de las
teorías cognitivas actuales del aprendizaje, la conducta no es una respuesta automática ante
un estímulo ambiental sino que manifiesta dirección y propósito, reflejando el
conocimiento del sujeto de las consecuencias de su acción.
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extinción que aquéllos cuyo reforzador seguía siendo positivo. Esta observación indica
claramente que, durante el aprendizaje instrumental, los animales aprenden acerca de las
consecuencias de su acción y se comportan en base al valor actual del reforzador. La teoría
de la expectativa del condicionamiento (Dickinson, 1989) recoge este punto de vista
diciendo que la respuesta instrumental no está controlada por sus consecuencias sino que
más bien constituye un acto propositivo dirigido a la consecución de un reforzador deseado.
Durante el aprendizaje instrumental los animales desarrollan la creencia de que su conducta
produce un reforzador determinado, siendo esta expectativa la que controla la respuesta del
animal a no ser que el reforzador ya no tenga valor alguno. Así como en el
condicionamiento clásico los animales aprenden acerca de las relaciones causales entre los
estímulos ambientales, mediante el aprendizaje instrumental aprenderían acerca de las
consecuencias de su conducta.
En suma, el punto de vista ampliamente aceptado por los psicólogos actuales del
aprendizaje sugiere que durante el condicionamiento se forman expectativas o
representaciones mentales sobre las contingencias entre los estímulos ambientales
(condicionamiento clásico) o entre una acción instrumental y sus consecuencias
(condicionamiento instrumental). Las expectativas contienen conocimiento declarativo,
adquirido a través de la experiencia, que guía la conducta del animal. Según Dickinson, las
expectativas contienen dos tipos de conocimiento declarativo. En primer lugar, hay
expectativas que contienen representaciones de conexiones asociativas entre dos estímulos
ambientales y que se forman en las experiencias de condicionamiento clásico. Estas
conexiones asociativas permiten que uno de los estímulos excite o inhiba la representación
del otro estímulo. El segundo tipo de expectativas se refiere al conocimiento de las
consecuencias de una acción concreta. Este conocimiento se representa de forma
proposicional como una creencia según la cual una conducta específica produce un
reforzador determinado, de modo que es esta creencia conducta-reforzador la que controla
la ejecución de la respuesta instrumental. La activación de la representación sobre la
creencia instrumental relevante permitiría al animal obtener un reforzador deseado o
escapar de un acontecimiento aversivo o peligroso.
BIBLIOGRAFIA
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