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1 MUJER OH!

DIANA SURIEL NÚÑEZ

diana.suriel@listindiario.com

Lo esencial es invisible a los ojos


En estos días me dio con volver a leer importancia de mantener la inocencia sin principio básico que nos movía de niños.
El Principito. El famoso libro escrito importar qué tan mayores lleguemos a ser. Llámale magia, llámale imaginación o crea-
por Antoine de Saint-Exupéry está Él, un aviador de profesión cuenta cómo sus tividad talvez, lo cierto es que entre tantas
lleno de sabiduría y tiene un significado deseos de pintar se vieron frustrados con ape- complicaciones, de adultos hemos olvidado
muy especial. De niña lo leí y sus metáfo- nas un segundo intento, por aquellos adultos esa capacidad increíble de sentir que volamos
ras no me dejaban el camino muy claro, que no saben ver más allá de su imaginación. con solo amarrar una toalla grande a nuestro
sin embargo esta vez, al pasar una vez más Quedarse varado en el desierto, lejos de cuello, sin despegar los pies del suelo. De una
esas páginas hacia la izquierda, he com- convertirse en pérdida se transformó en la u otra forma nos hemos vistos convertidos
prendido el mensaje del pequeño príncipe gran oportunidad de su vida para recuperar en el rey que solo sabe prohibir y ordenar,
cuando dijo: “Las personas grandes son muy la inocencia perdida. o en el vanidoso que solo oye alabanzas, o
extrañas”. Creo mucho en eso de que Dios en el borracho que bebe para olvidar que
cada día va poniendo personas y cosas en tu EL PEQUEÑO PRÍNCIPE SE ENCARGÓ siente vergüenza de beber. Quizás nos hemos
camino para que aprendas nuevas lecciones de esto. Al abandonar su planeta, visitó otros convertido en el hombre de negocios que solo
y recuerdes con especial atención aquellas seis antes de llegar a la Tierra. En su reco- vive para contar sus ganancias, o en farolero
de las que hiciste caso omiso. Si no has leído rrido se encuentra con un rey, un vanidoso, que no descansa. Nos hemos convertido en
esta novela, sería bueno que lo hicieras, tiene un borracho, un hombre de negocios, un muchas cosas y la magia ha desaparecido.
un importante regalo que darte. Si ya lo has farolero y un geógrafo. Con cada uno de ellos Al llegar a este punto en mi vida puedo con-
hecho, repite la lectura, de paso podrás in- aprende una lección distinta, pero todos, sin firmar que las personas grandes somos muy
cluso hasta memorizarlo, lo que no sería una distinción alguna, le dejan la conclusión más extrañas y, sobre todo, complicadas.
mala idea. Fue una idea fantástica la que lógica… Definitivamente “las personas gran-
iluminó a Antoine de Saint-Exupéry cuando des son muy extrañas”. Cuando crecemos nos HEMOS OLVIDADO QUE TAL y como le
decidió escribir y reflejar un postulado único convertimos en muchas cosas, pocas veces en dijo el zorro al pequeño príncipe, “solo con
sobre la sabiduría, el sentido de la vida y la lo que imaginamos ser de niños. Peor aún, el corazón se puede ver bien. Lo esencial es
muy pocos conservamos esa magia que hacía invisible a los ojos”. Esa frase debe repetirse
Cuando recibas en tu vida de cada día algo especial. El ir y venir de las como un eco constante en nuestras mentes,
la visita de El Principito, estaciones nos ha sorprendido con miles de recordarla es básico entre tanta modernidad,
proyectos: frustrados, encaminados, imagi- responsabilidades y cosas raras que suceden
aprovéchala, no la dejes pasar. nados, olvidados, proyectos logrados…Entre en este mundo. Perdemos de vista lo más im-
uno y otro vamos adquiriendo características portante y lo hacemos con mucha facilidad.
que nos hacen alejarnos cada vez más del De repente no logramos entender el porqué
de nuestra existencia y es cuando nos damos
cuenta: “Lo esencial es invisible a los ojos”.
Debemos comenzar desde cero –imaginaria-
mente- buscar en el fondo eso que realmente
nos mueve y nos motiva. Eso que nos hace
sonreír y recordar aquellos días en que, con
tan poco, éramos tan felices. Aunque se me
ha hecho difícil, he comenzado a mirar las
estrellas otra vez, la ciudad absorbe todo el
esplendor, pero me las estoy arreglando para
mirar al cielo cada noche y verlas parpadear.
Y lo mejor es que me he dado cuenta de que,
tal como dice El Principito en su capítulo 26,
“Las estrellas me hacen reír siempre”.

Oh! magazine 25 de abril de 2009

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