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fundamento, la base de toda la Ley. (Mt.22,40).

Todo el Evangelio solo se puede entender desde estas palabras de


Jess: Amar a Dios y amar al hermano es una misma cosa. No
puede concebirse el amor a Dios sin el amor al hermano. Amar a
Dios y amar al hermano siempre van de la mano, estn
estrechamente unidos. Son un matrimonio sin posible divorcio.

El sacerdote y el levita de la parbola del buen samaritano


pretendan amar a Dios prescindiendo del amor al prjimo que
estaba herido en la vera del camino (Lc.10,31-32). Pero ese amor a
Dios que prescinde del hermano, es un falso amor. Solo el
samaritano que se acerc al herido y se preocup por l, fue quien
verdaderamente amaba a Dios; pues saba muy bien que el amor al
hermano es el smbolo ms perfecto de que amamos a Dios.

Este es el gran reto que tenemos los cristianos. Esta es la seal de


nuestra fe y esta es la base de todo nuestro compromiso como
cristianos. No hay otro camino. Quien cree en el Dios de Jess,
est comprometido a amar a Dios a travs del hermano. No hay
otro camino. Al decir creo, estamos diciendo que hemos optado
por el amor, por poner todo nuestro corazn en Dios y en los hijos
de Dios, nuestros hermanos.

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