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EL SISTEMA DE PARTIDO ÚNICO. LA URSS Y SUS “SATÉLITES” DE EUROPA DEL ESTE.

1. FUNDAMENTOS DEL SISTEMA DE PARTIDO ÚNICO SOVIÉTICO.

A diferencia del sistema liberal-capitalista, que presenta una larga trayectoria evolutiva desde
principios del siglo XIX hasta la Segunda Guerra Mundial en el que sufre cambios y variaciones
adaptativas a los contextos cambiantes pero cuyas esencias y pilares (parlamentarismo,
capitalismo…) se mantienen invariables, el modelo soviético tiene una trayectoria cronológica
mucho más corta. Su inicio es la Revolución bolchevique de 1917 lo que hace que sea un
modelo de apenas 25 años de vigencia frente al siglo y medio del modelo liberal. En los años
20 y 30 y, sobre todo, durante la Segunda Guerra Mundial, la URSS pese a que era una gran
potencia mundial, era un país muy inestable internamente (de ahí las numerosas purgas) con
un modelo de organización difuso y muy afectado por las propias contradicciones internas. El
escaso desarrollo temporal del sistema soviético hace que haya contradicciones internas
(existen numerosas facciones: estalinistas, trotkistas…) sobre el modo de aplicar las ideas
marxistas-leninistas en la práctica, a diferencia del modelo liberal que ya estaba perfectamente
consolidado.

La historiografía rusa y polaca posterior a los años 80 y 90 ha insistido en el papel jugado por la
Segunda Guerra Mundial como factor de consolidación del modelo soviético (mucho más que
para el liberal) a partir de 1945. De hecho, el modelo soviético surgido de la guerra se va a
mantener casi invariable desde 1947 hasta 1985. Tras la guerra, las contradicciones internas y
las luchas por el poder que había sufrido la URSS en las décadas anteriores, desaparecen
triunfando una única interpretación, la de Stalin, el estalinismo, que se hace con el poder de
forma incuestionable. La guerra supuso el triunfo del estalinismo y la interpretación de Stalin
sobre el marxismo-leninismo y consiguió aunar dos principios que, a priori, parecían
antitéticos, como eran el del internacionalismo proletario con el nacionalismo ruso en un
intento por canalizar las enormes diferencias territoriales de la URSS. Por tanto, el propio
desarrollo de la guerra sirvió para que la URSS concluyera sus divisiones internas, triunfando la
interpretación estalinista que será la que se exporte a la Europa del Este.
1.1. El modelo político: democracia del proletariado y Partido Comunista.

El modelo político soviético se fundamentó en dos principios fundamentales, el de la


democracia del proletariado y en el partido comunista, unos principios muy diferentes al de las
democracias liberales, ya no sólo desde el punto de vista económico o social (colectivización,
eliminación de la propiedad privada…) sino también desde el político pues trataba de
presentarse como una autentica alternativa al modelo liberal.

1.1.1. La Constitución formal: la democracia del proletariado.

Las democracias liberales asientan su poder en el principio de la soberanía popular y en el de la


división de podres. Los soviéticos, por su parte, proponen la soberanía proletaria y la
eliminación de la división de poderes. Los procesos revolucionarios socialistas según los
soviéticos, pretenden el triunfo de la clase proletaria, por tanto, el modelo que nace a partir de
ese triunfo, no es modelo del pueblo sino de los proletarios que son los que salen victoriosos,
no el pueblo en su conjunto. Si la victoria revolucionaria corresponde a la clase del
proletariado es lógico que todo el poder (la soberanía) recaiga en ellos, esto supone que si esa
clase social ha triunfado, esta clase social proletaria concentra en sí misma todos los poderes,
unos poderes que canaliza a través del partido comunista, la vanguardia del proletariado.

El proletariado delega en el partido el ejercicio de la soberanía, un partido, por tanto, que


actúa como represente de la clase proletaria tomando todas las decisiones sin limitaciones ni
justificaciones ninguna ante nadie y acaparando todos los poderes: el ejecutivo, el legislativo y
el judicial. Es por ello, que en los regímenes soviéticos no existe la división de poderes puesto
que todos los poderes se encuentran unidos en el partido.

1.1.2. La Constitución real: el Partido Comunista.

El partido comunista, elemento clave del poder soviético al actuar como representante del
proletariado, se configura en torno a dos principios: el principio de territorialidad y laboral, y el
principio de centralismo democrático.

El principio de territorialidad y laboral supone el establecimiento de células soviéticas, soviets,


en todos los territorios (territorialidad) y en todos los sectores económicos, productivos,
sociales, culturales… (Fábricas, universidades, granjas…). El principio de centralismo
democrático hace que el partido se organice de abajo hacia arriba, hacia la cúspide (la
secretaria general) a través de elecciones siempre dentro de los militantes del partido que
desde los niveles más bajos, los soviets, eligen a sus representantes y éstos eligen a su vez a los
suyos en el siguiente nivel del partido y así hasta llegar a la cúspide. Este mismo principio
supone que cualquier decisión tomada por un órgano superior no puede ser refutada por uno
inferior pero si por uno superior. Dentro del partido se concentran todos los poderes. No hay
división de poderes pero si división de competencias entre los diferentes niveles del partido.
Cada nivel del partido asume una serie de competencias. Este sistema de elección de los
miembros del partido acabó pervirtiéndose cuando los órganos superiores (Secretaria General,
Politburó…) acaben eligiendo siempre a los mismos y a fieles a sus personas lo que hizo que un
gran número de los dirigentes soviéticos tanto de la URSS como de los satélites, hacia los años
80, fueran personas de más de 75 años.

El modelo soviético no hace desaparecer el Estado ni las instituciones típicas del estado liberal
aunque si las vacía de contenido y las pone en dependencia del partido. El partido es el
encargado de organizar el estado, por eso el modelo soviético se suele decir que es un modelo
de partido-estado en el cual la estructura del partido se equipara a la del estado. El estado se
nutre de militantes del partido (aunque no era obligatorio para ser funcionario ser militante
del partido), sobre todo, los altos cargos (ministros, secretarios de estado…) que si solían ser
generalmente miembros del partido. Las decisiones se tomaban desde el partido (que
concentra todos los poderes) y se ejecutaban desde el estado. En algunos países se permitió la
existencia de otros partidos además del comunista como en la República Democrática de
Alemania donde pervivieron el SPD o la CDU porque entendían que su legitimidad además de
la del partido único dependencia de las relaciones que tuvieron los partidos comunistas con
ellos en tiempos anteriores. Son partidos cercanos al partido único y que tienen un carácter
testimonial en la vida política.

Los partidos comunistas controlan todo el aparato del estado existiendo una correspondencia
entre las instancias del partido y las del estado. La Administración estatal funciona siempre a
golpe de las directrices emanadas de las distintas instancias del partido. En la práctica funcionó
así:

- El poder ejecutivo del estado, en el modelo soviético, corresponde a un grupo muy


reducido dentro del Comité Central, el llamado Politburó que sería el gobierno que
ostenta el poder ejecutivo y que se encarga de ejecutar las decisiones del partido. El
Politburó decide y el gobierno del estado ejecuta. Aquí vemos esa correspondencia
entre las instancias del partido y las del estado.
- Con el poder legislativo ocurre lo mismo: todos los países soviéticos tienen cámaras
parlamentarias pero no al uso del modelo liberal sino que son simples cámaras
deliberativas. En estas cámaras se discuten y aprueban las medidas legislativas
emanadas del partido que es a quien corresponde llevar a cabo el inicio del
procedimiento legislativo. Una vez aprobada la ley por la cámara parlamentaria, vuelve
al partido para su visto bueno definitivo. Este regreso al partido no se debe a una
desconfianza en los parlamentarios (pues en su inmensa mayoría era militantes del
partido, 95%) sino para un cercioramiento de que la ley se ajusta a los principios del
partido. Vemos por tanto como el partido también controla el poder legislativo y como
los parlamentos son simples correas de transmisión de éste.
- En cuanto al poder judicial, es especialmente importante pues es el que garantiza la
defensa del orden socialista. Es por este motivo por el cual, en este caso sí, todos los
jueces deben de ser miembros del partido. Los sistemas judiciales soviéticos no
imparten una justicia universal sino una justicia proletaria.

Esta misma unidad de poder que vemos en los poderes clásicos, también se observa en el
ejército y las fuerzas de seguridad que dependen, también, del partido. No se trata de ejércitos
nacionales sino ejércitos del partido. La oficialidad del ejército soviético es en su inmensa
mayoría militantes del partido y de etnia rusa. Los tártaros, chechenos etc. que llenan las filas
inferiores del ejército ruso apenas llegan nunca a la oficialidad.

1.2. El modelo social y económico.

El modelo soviético no sólo pretendía ser una alternativa al modelo liberal desde el punto de
vista político, también desde el social y económico. Y al igual que en el campo político, en el
social y económico, el Partido también va a ser el instrumento que lo controle todo. Al Partido
también le corresponde la hegemonía en la sociedad, una hegemonía que es planteada como
un deber y una obligación que aparece consagrado en todas las constituciones soviéticas. El
Partido es el encargado de transmitir los principios comunistas a la sociedad y para ello se va a
valer de lo que Lenin denominó “las correas de transmisión del Partido”, instituciones de
carácter social y cultural como academias, universidades, teatros, instituciones científicas,
sindicatos… que deben de ser controladas por el Partido. En este sentido, los medios de
comunicación resultan de especial relevancia y por ello son sometidos a un férreo control del
Partido. Los principales medios de comunicación van a estar dirigidos por altos militantes del
Partido como el Diario Pravda (uno de los más importantes del país), presidido por un
miembro del Comité Central. Tambien las asociaciones juveniles están sometidas al Partido
sobre todo mediante la Comsomol, las juventudes soviéticas, cuya finalidad es aculturalizar a
los jóvenes y hacerles desaparecer de sus mentes cualquier atisbo liberal y capitalista. Los
sindicatos son el tercer gran pilar de las correas de transmisión del Partido desde el punto de
vista social. Unos sindicatos que no se entienden como una organización propia, aunque
formalmente lo parezcan, sino como un brazo más del Partido. Son sindicatos que carecen de
una función específica de reivindicación y a través de ella de enfrentarse al patrono, pues éste
no existe, ya que, en última instancia, la propiedad de los medios de comunicación es de los
propios proletarios y eso hace que no haya derecho de huelga o protesta pues no van a
protestar contra ellos mismos.

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