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Universidad de Chile

Facultad de Derecho

Departamento de Derecho Privado

Derecho Civil III

Comentario de Jurisprudencia:
Pacto Comisorio Calificado

Profesor: Dr. Carlos Pizarro Wilson

Ayudante: Franco Dellafiori

Estudiante: Camila Abril Venegas Garrido


19.797.913-5

4to Semestre

Miércoles 8 de noviembre 2017


Primera Sala de la Corte Suprema, Ingeniería Eléctrica y Construcción Ltda. Vs
Sociedad Austral de Electricidad S.A. ROL Nº17.061-16. Veintisiete de septiembre de dos
mil dieciséis. Recurso de casación en el fondo.
Los hechos que terminaron en el recurso de casación en el fondo presentado por
Ingeniería Eléctrica y Construcción Ltda., de aquí en adelante llamada INELCO, fueron los
siguientes:
Ambas partes suscribieron cuatro contratos en los que INELCO se comprometía a
participar en cuatro proyectos respectivamente, en las que tendría que efectuar instalaciones
eléctricas; obras que fueron en un principio ejecutadas por un mandante principal, por lo que
el inicio y el avance de la misma dependía de terceros.
Con respecto a estos proyectos, existió un retraso en dos de los mismos, retrasos que
se vieron originados por tres factores que, según INELCO, no son imputables a su parte.
Como respuesta a estos retrasos, Sociedad Austral de Electricidad S.A. decide manifestar su
intención de no continuar con las dos obras, por medio de una carta, en la cual INELCO alega
que no se especificó cuál sería el incumplimiento reclamado; por lo que la parte actora no
acepta los términos en que se dio dicha comunicación entre las partes.
A raíz de lo anterior es que INELCO, interpone una demanda por resolución de
contrato con indemnización de perjuicios en contra de Sociedad Austral de Electricidad S.A.,
en adelante llamada SAESA; esto debido al anuncio de las intenciones de la parte demandada
de terminar con dos de los cuatro contratos que ligaban a ambas partes, sin que mediara una
declaración judicial en ese mismo sentido. Además, de forma subsidiaria INELCO solicita el
cumplimiento forzado de las obras en cuestión.
SAESA solicita el rechazo de la demanda, explicando que en razón del Anexo
“Condiciones Generales”, el cual forma parte de los cuatro contratos que mantuvieron las
partes, se contempla la facultad de la parte demandada, SAESA, de poner término anticipado,
ipso facto y unilateralmente, ante cualquier incumplimiento de las obligaciones que debía
cumplir INELCO. Por lo anterior es que sostiene que, al haberse declarado la resolución de
los contratos por reiterados incumplimientos de la parte actora, no era procedente solicitar la
misma declaración ante un tribunal. Además, interpone una demanda reconvencional de
indemnización de perjuicios por incumplimiento contractual, bajo el argumento de que
INELCO no sólo no cumplió sus obligaciones, sino que además dejó a SAESA en una
situación complicada frente a terceros al verse forzada a asumir la ejecución de los trabajos,
sus costos y deberes laborales, los cuales eran de responsabilidad exclusiva de la parte
demandada reconvencionalmente. Señala también, que al momento de terminar la relación
entre las partes, las obras a cargo de INELCO no estaban completas, lo que ocasionó
perjuicios que a su parecer deben ser indemnizados.
El juez de primer grado, con fecha veinticuatro de enero de dos mil quince, rechazó
la demanda principal de resolución de contrato con indemnización de perjuicios interpuesta
por INELCO, desestimó de igual manera la demanda subsidiaria de cumplimiento de contrato
con indemnización de perjuicios interpuesta por la misma entidad; y acogió la demanda
reconvencional de indemnización de perjuicios interpuesta por SAESA, sin costas.
En consecuencia de lo anterior, INELCO deduce un recurso de apelación contra el
fallo, frente a la Corte de Apelaciones de Valdivia; que confirmó el fallo de primera instancia,
por resolución de trece de enero de dos mil dieciséis. El tribunal indicó que la prueba que
presentó INELCO fue insuficiente para llegar a la conclusión de que SAESA incurrió en
algún tipo de incumplimiento culpable o doloso de sus obligaciones, que era lo que la parte
actora alegaba al momento de explicar el por qué el retraso en el cumplimiento de sus
obligaciones no le era imputable, pasándole la responsabilidad de ello a la parte demandada.
Por otra parte, la Corte de Apelaciones acogió la demanda reconvencional interpuesta,
indicando que fue probado en el proceso que INELCO incumplió sus obligaciones y que no
fue capaz de probar su debida diligencia para con ese objetivo. Por último, indica que las
pruebas permiten concluir que SAESA terminó los contratos conforme a un pacto comisorio
calificado y que esta decisión fue comunicada con anterioridad a INELCO y aceptada por
ésta.
Es en contra de esta resolución, que la parte actora, INELCO deduce un recurso de
casación en el fondo frente a la Primera sala de la Corte Suprema.
En definitiva, el problema que hay que analizar hace relación con los efectos del Pacto
Comisorio Calificado en contratos distintos a la compraventa. Para ello, en primer lugar, es
necesario presentar los argumentos de Ingeniería Eléctrica y Construcción Ltda. para
sustentar su recurso de casación en el fondo:
Sostiene que la sentencia objetada infringe los artículos 1545, 1879, 1873, 1489, 1697
y siguientes del Código Civil; además de los artículos 384, 428, 429 del Código de
Procedimiento Civil.
Indica que habría un error cometido por los jueces del fondo cuando:
a) Establecen que el pacto comisorio calificado de los contratos operó sin
necesidad de una declaración judicial previa: Con respecto a este punto, la parte
actora alega que los contratos no pueden ser dejados sin efecto de manera
unilateral, dado que para que opere el pacto comisorio calificado es necesaria
una declaración judicial que acoja la solicitud de término del contrato por
alguna causa legal. En ese mismo sentido, reclama además, que el tribunal
contradice a la jurisprudencia y la doctrina mayoritaria al decir que la demanda
no debía ejercer ninguna acción de resolución ya que los contratos que
contienen pacto comisorio calificado se terminan al momento de la verificación
de un incumplimiento; indica que inclusive si es que se aceptara la opinión
minoritaria, que plantea que el pacto comisorio calificado termina con el
contrato sin que se necesite una gestión judicial previa, debe existir en esto un
estándar mínimo que lo autorice, dado que de no ser así este pacto se convertiría
en una condición meramente potestativa del deudor.
b) Concluyen que la prueba rendida en autos acreditaba el incumplimiento de su
parte respecto de las obligaciones del contrato: Es en relación con el punto
anterior que a la parte actora le hace ruido el hecho de que en la carta enviada
por la parte demandada no se especifique cuál sería el incumplimiento en que
habría incurrido INELCO, recurriéndose en ésta a un Anexo del contrato en la
que tampoco se distinguen situaciones específicas
c) Afirman que su parte aceptó el término del contrato: Con respecto a este punto
la parte actora considera que sus acciones no pueden ser tomadas como mera
aceptación del término del contrato ya que su parte consideró que la carta
enviada fue una mera negociación.
En resumen, por las anteriores razones es que la parte recurrente considera que el
Pacto Comisorio Calificado que integran los contratos que suscribió con SAESA no puede
operar de pleno derecho, sino que debió previamente darse una resolución judicial que
indicara la resolución del contrato; y que, inclusive si es que el tribunal quisiera seguir la
opinión doctrinaria minoritaria y aplicar el pacto comisorio calificado, éste no podría
aplicarse ya que consideran que hubo errores de derecho con respecto a las leyes reguladoras
de la prueba lo que desencadenó en que el tribunal no atendiera sus alegatos con respecto a
que no había un incumplimiento especificado con anterioridad ni una aceptación del término
del contrato propiamente tal.
Por otra parte, es menester exponer las reflexiones de la Corte Suprema frente a los
argumentos más importantes expuestos por la recurrente:
Con respecto a la denuncia de infracciones a las leyes reguladoras de la prueba, la
Corte considera necesario aclarar que hay casos específicos en los cuales estas leyes se
entienden vulneradas, los cuales no se han dado en las instancias anteriores; y que luego de
esas normas básicas que no han sido vulneradas, los jueces del fondo son soberanos para
apreciar las pruebas, dentro del marco establecido por la normativa pertinente. Por lo anterior,
de donde se entiende la inexistencia de infracción a las leyes reguladoras de la prueba, es que
la Corte estima que la parte actora busca desvirtuar los supuestos fácticos fundamentales
establecidos por los jueces de fondo, mediante el establecimiento de nuevos hechos; sin
embargo, estos hechos resultan inamovibles para la Corte, conforme al artículo 785 del
Código de Procedimiento Civil.
En segundo lugar, referente a las infracciones que la parte actora alega que fueron
hechas a los preceptos del Código Civil anteriormente mencionados, refutando la recurrente
la procedencia del Pacto Comisorio Calificado dado que no tenía una declaración judicial
previa; la Corte señala que el hecho constitutivo de la Condición resolutoria tácita es la
infracción de una obligación por una de las partes y dado que ya se estableció que no hubo
errores de derecho con respecto al proceso probatorio en el que se estableció que INELCO
había incurrido en incumplimiento de sus obligaciones, ésta se cumpliría.
Sin perjuicio de lo anterior, en los artículos 1877 al 1880 del Código Civil se
reglamenta el pacto comisorio como una convención accesoria al contrato de compraventa.
El cuerpo legal en cuestión no contempla esta convención en otros contratos, por lo que ha
sido tarea de la doctrina y la jurisprudencia preguntarse si es legalmente posible estipular un
pacto comisorio en otros contratos; frente a esta interrogante, parte de la doctrina reconoce
que el pacto comisorio calificado puede establecerse en otros contratos y que en ausencia de
una norma legal que especifique los efectos de éste, debe atenderse a la intención de las partes
dentro de la estipulación del mismo. En ese sentido, las partes podrían desear que: a) Se
produzcan los efectos de una condición resolutoria tácita, lo que requiere una sentencia
judicial que declare el contrato resuelto como una consecuencia de ejercer la acción
resolutoria; o b) Que los efectos se produzcan de pleno derecho.
En atención a lo anterior es que la Corte estima que es el Anexo “Condiciones
Generales” lo central para definir la intencionalidad de las partes y caracterizar en a) o b) la
convención anexa al contrato en cuestión. En esa línea, del análisis del Anexo, la Corte
aprecia que las partes contemplaron de manera expresa la facultad de SAESA de poner
término anticipado, ipso facto y unilateralmente al contrato ante cualquier incumplimiento
de las obligaciones a cargo de INELCO; por lo que es conclusión de la Corte que las partes
expresamente establecieron la procedencia del pacto comisorio calificado de pleno derecho,
y es esta manifestación de voluntad la que no puede en ningún caso ser desconocida por las
partes que la suscribieron. Finalmente, se concluye que judicializar el pacto comisorio
calificado en este caso es contrario a la esencia del mismo, llegando incluso a afectar con ello
el principio de la libertad contractual.
Por todo lo anterior es que la Primera Sala de la Corte Suprema concluye que los
magistrados de la anterior instancia realizaron una correcta aplicación de la normativa
atingente al caso, razón por la que la sentencia en cuestión no ha incurrido en los errores de
derecho a los que les atribuye la parte actora. En consecuencia, el recurso de casación en el
fondo es desestimado.
Una vez explicadas las razones tanto para esgrimir un recurso de casación en el fondo
como para desestimarlo, podemos pasar a hacer un análisis sobre los hechos y los argumentos
referentes a esta sentencia. Con respecto a ello, lo que nos parece más relevante de este caso,
tiene que ver con el Pacto Comisorio y la versión del mismo que tienen ambas partes, la parte
actora viéndolo como una convención que necesita una resolución judicial para proceder,
mientras que la parte demandada y las sentencias de primera, segunda y última instancia
plantean que el Pacto Comisorio Calificado del contrato operaría de pleno derecho. A este
respecto es que es interesante hacer una distinción entre dos clases del pacto comisorio: “el
pacto comisorio simple, que para la doctrina nacional corresponde a la estipulación expresa
que las partes hacen en un contrato de la condición resolutoria tácita, es decir, acuerdan la
resolución del contrato por incumplimiento de alguna o algunas de las obligaciones
derivadas del contrato. Y, por otra parte, el pacto comisorio calificado, el cual se diferencia
del anterior porque a la estipulación referida previamente las partes incorporan una
cláusula de resolución ipso facto, en virtud de la cual el contrato, en el evento de la
condición estipulada, se entiende resuelto de pleno derecho y por la sola verificación del
evento en que consiste la condición”1.
A primera vista pareciera que el problema establecido en los dos últimos párrafos
pudiera reducirse a la lectura y análisis explícito del Anexo “Condiciones Generales”, y en
términos prácticos de la resolución del caso, en cierto sentido, lo es; sin embargo, es
importante tener en cuenta la discusión y análisis doctrinales que se dan al respecto, los que
son bastante útiles para entender el problema de fondo que presenta el tratamiento del Pacto
Comisorio en el derecho de los contratos.
Lo que parece más relevante para resolver el problema de visiones sobre los efectos
del pacto comisorio en este caso, es la distinción que hace el profesor Pizarro que, a pesar de
que la señala en un contexto distinto, resulta fructífera en este caso también; el profesor
señala que “Lo que debe hacerse es distinguir entre el pacto comisorio calificado, cuyo efecto
per se consiste en la resolución de pleno derecho, y aquellas cláusulas que debemos calificar
como “resolutorias” en que se contempla un mecanismo necesario para hacer valer el efecto
resolutorio a favor del acreedor. En este tipo de cláusulas lo que existe es una facultad
resolutoria”2. A nuestro parecer, y respaldando la decisión de la primera, segunda y última
instancia, en este caso es la primera distinción la que ocurre, en la relación contractual entre
las partes, lo que se contempla es un pacto comisorio calificado, por todas las razones que ya

1
BOTTESELLE (2011) p. 82.
2
PIZARRO (2013) p. 341.
se han mencionado por la Corte, y por lo tanto operaba en razón de un incumplimiento, la
resolución de pleno derecho de los contratos.
Como fundamento de lo anterior, nos parece relevante la distinción que hace la Corte
– y la doctrina – con respecto al llamado Pacto Comisorio típico, y el atípico; en cuánto el
típico sería el reglamentado en el Código Civil, es decir, el referente a los contratos de
compraventa, y el segundo sería el integrado en el resto de los contratos. Es con respecto a
esto, y al hecho de que el caso trata justamente de un contrato que no es de compraventa, que
la Corte cita en la sentencia – y parece necesario también hacerlo en este comentario – al
profesor Vial del Río, quien expresa en su libro “Manual de las Obligaciones en el Código
Civil Chileno” que : “si bien es cierto que el legislador solamente reglamenta el pacto
comisorio típico e ignora la existencia de convenciones similares que no coincidan con la
descrita en los artículos antes citados, no prohíbe su estipulación. En consecuencia, y
aplicando el principio de la libertad contractual, la doctrina acepta la estipulación de pactos
comisorios atípicos; ello, porque los contratantes pueden crear figuras jurídicas que no
coincidan con las previstas por el legislador, a menos que atenten contra la ley, la moral,
las buenas costumbres o el orden público”3. En la misma línea de la anterior cita, es que la
Corte, y este comentario, entienden que el Pacto Comisorio considerado atípico, al no estar
regulado en ninguna parte del ordenamiento jurídico chileno, es procedente; y atendiendo
también a que de la misma manera en que no se regula, tampoco se establece su prohibición,
es que podemos afirmar que sus efectos deben ser establecido por las partes en razón de,
como ya se ha dicho anteriormente, la libertad contractual.
En la misma línea, el profesor Pizarro indica que “si se trata de un pacto comisorio
calificado no podrá sustraerse a la resolución automática una vez verificado el
incumplimiento (…) La revisión de dichos elementos característicos de las cláusulas
resolutorias significa respecto a la libertad contractual, entender que la voluntad manifiesta
en el contrato no puede soslayarse, debiendo aplicarse lo querido por los contratantes. Lo
mismo debe ocurrir si las partes estipularon un pacto comisorio calificado en contratos
diversos a la compraventa y a la obligación de pagar el precio”4
Es por las reflexiones anteriores que podemos estar de acuerdo con lo fallado por la
Corte Suprema en este caso, y al mismo tiempo pareciera relevante indicar que la
argumentación de la parte actora es simplemente descabellada, da a entender una
comprensión insuficiente de lo que se estaba discutiendo en las instancias e inclusive una
argumentación errónea de su propia postura al, por ejemplo, expresar que con la sentencia de
segunda instancia habría una transgresión al artículo 1545 del Código Civil, el cual indica
que el contrato es una ley para los contratantes, cuando es justamente ese artículo el que
podría ser utilizado en contra de tal argumentación; en otras palabras, ninguna sentencia de
este caso es contrario al artículo en cuestión, dado que del tenor literal del Anexo
“Condiciones Generales” de los contratos, se entiende claramente que ante un
incumplimiento el contrato podría ser terminado de manera anticipada, ipso facto y unilateral;
por lo que del mismo contrato, que según el artículo es una ley para las partes, se entiende
que INELCO debió aceptar la resolución del contrato de pleno derecho y por ningún motivo,
relacionado a su aceptación o no, iniciar un proceso judicial por ello.

3
VIAL DEL RÍO (2007) p. 77.
4
PIZARRO (2013) pp. 366-367.
BIBLIOGRAFÍA CITADA
 BOTTESELLE, Andrea (2011) “El Pacto Comisorio como manifestación de la
facultad resolutoria”. Revista Chilena de Derecho Privado. Nº17. Santiago.
 PIZARRO, Carlos (2013) “Pacto Comisorio Calificado. Necesidad de un acto
recepticio por el acreedor”. Revista Chilena de Derecho Privado, Nº21, pp 339-342.
Disponible en http://www.scielo.cl/pdf/rchdp/n21/art10.pdf . [Fecha de consulta: 4
de noviembre de 2017]
 PIZARRO, Carlos (2013). “Cláusula resolutoria y pacto comisorio calificado. Tan
lejos, Tan cerca”, en Marcelo Barrientos, Carmen Domínguez, Joel González y Juan
Luis Goldenberg (coords), Estudios de Derecho Civil VIII. Santiago: Thomson
Reuters.
 VIAL DEL RÍO, Víctor (2007) Manual de las Obligaciones en el Código Civil
Chileno. Santiago: Editorial Biblioteca Americana.

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