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Cde. Expte.

N° 59/17 caratulado: Salas de Noro, Milagro


Amalia Ángela: de Amenazas (dos hechos en concurso Real).
Ciudad.

INTERPONE RECURSO DE CASACION

Tribunal en lo Criminal Nº II – Vocalía Nº 4:

DARIO E. OSINAGA GALLACHER, Fiscal del Tribunal en lo Criminal


Nº 2 –habilitado-, ante V.S. respetuosamente me presento y
digo:

I - OBJETO

Vengo por este acto en tiempo oportuno a interponer


formalmente RECURSO DE CASACION en contra de la sentencia
emanada de este Tribunal en lo Criminal Nº 2 la cual fuera
leída íntegramente en fecha 18 de Diciembre de 2017, sentencia
en la cual se FALLA: “I.- Absolviendo a la encartada MILAGRO
AMALIA ÁNGELA SALA DE NORO de las demás calidades personales
dadas en autos, del delito de amenazas… por aplicación del
principio `in dubio pro reo´ art. 321 del C.P.P.”, conforme lo
dispuesto por el Art. 457 Inc. 1 siguientes y concordantes del
Código Procesal Penal de la Provincia de Jujuy, arts. 8.2.h de
la Convención Americana sobre Derechos Humanos y 14.5 del
Pacto Internacional de Derechos Políticos incorporadas al
ordenamiento interno, con rango constitucional (art. 75, inc.
22 de la Constitución Nacional)
Se interpone el presente remedio procesal por entender que el
Tribunal en lo Criminal Nº 2 dictó una sentencia que ha
violado las reglas de la sana crítica racional al valorar la
prueba y, como consecuencia de ello, ha emitido un
pronunciamiento arbitrario abiertamente opuesto de las
constancias de la causa.
La sentencia ha omitido considerar cuestiones oportunamente
planteadas por la Fiscalía en los correspondientes alegatos.

II - DE LA ADMISIBILIDAD DEL RECURSO

El presente recurso plantea cuestiones de hecho y de prueba


que han sido interpretados de una determinada manera, el
recurso debe ser admitido puesto que se le debe dar al mismo
el carácter de segunda instancia obligatoria, tal como lo
prevé el art. 457 del C.P.P. en su Inc. 1º, y conforme la
doctrina sentada en el precedente de la Corte Suprema de
Justicia de la Nación, “Casal” (C.S.J.N. FALLOS 328:3399), que
establece, entre otras cosas, la teoría de la máxima capacidad
de rendimiento del recurso de casación en la revisión de la
sentencia, mediante la vía casatoria.

III – IDENTIFICACION DE LOS AGRAVIOS

Esta Fiscalía se agravia por entender que la sentencia


absolutoria dictada en favor de la imputada es arbitraria por
haberse apartado de manera evidente de las reglas de la sana
crítica racional en la interpretación y valoración de la
prueba, dando paso a una erróneo decisorio que, desechando los
hechos y el buen sentido desestimó la postura acusatoria.
Por otra parte causa agravio que la sentencia no haya
considerado una cuestión concretamente planteada por ésta
Fiscalía específicamente no hizo referencia alguna sobre la
identidad entre el léxico utilizado por la imputada en la
audiencia de debate y el vocabulario que se le atribuye a la
acusada en la denuncia, lo que es un indicio específico que no
fue debidamente valorado en el contexto que debió ser
valorado.

IV – DESARROLLO DEL PRIMER AGRAVIO: VIOLACION A LA REGLAS DE


LA SANA CRÍTICA

Este agravio consiste en haber absuelto a Milagro Amalia


Ángela Sala sin haber considerado el contundente valor de
convicción que acarreaba la prueba de cargo y que tuvo como
consecuencia un evidente apartamiento de las reglas de la sana
crítica en la valoración integral de los elementos reunidos en
la causa.

IV - a) DE LA VALORACION DE LA VERSION DE LOS DENUNCIANTES.

Como punto de partida corresponde efectuar un análisis


específico de la principal prueba de cargo (aunque no la
única) existente en la causa, esto es: la versión de los
hechos plasmadas en las denuncias oportunamente realizadas en
sede policial por la Comisario ANGELA SILVINA CABERO y por el
Oficial RUBEN EDUARDO VAZQUEZ, en las consiguientes
ratificaciones realizadas por éstos en sede de la Fiscalía, y
posteriormente en lo afirmado por los referidos denunciantes
durante el debate.
La valoración de los relatos de los denunciantes es importante
recordar la advertencia de Gorphe (La crítica al testimonio,
pag. 289), en el sentido de que la práctica judicial debe
utilizar todos aquellos datos provenientes de diversas
disciplinas –p. ej., psicología, psiquiatría, antropología-
para intentar someter el testimonio a una crítica científica
metódica y sacar de ello el máximo de verdad con el mínimo de
error.
Hora bien, para valuar la credibilidad de las referidas
denuncias/testimonios debemos sujetarnos a ciertas pautas
forenses y psicológicas que permitan afirmar: “1) que los
sentidos no han engañado al testigo, y 2) que no quiere
engañar.” (Maximiliano Hairabedián, Prueba Testimonial en el
sistema acusatorio y adversarial, Astrea, Buenos Aires 2016
pag. 148).
Con respecto a la fidelidad de la percepción debemos decir que
tanto la Comisario Cabero como el Oficial Vázquez, son
personas que no evidencian perturbación mental alguna, que no
tienen mengua en el funcionamiento de sus sentidos y que lo
escuchado (amenazas) fue percibido a través de un medio idóneo
para transmitir sonido (teléfono).
Asimismo la condición de funcionarios públicos de los
denunciantes hacen que su versión de los hechos goce de mayor
credibilidad (“no es lo mismo que lo diga un delincuente que
un filántropo” Maximiliano Hairabedián, ob. cit., pag. 152).
Por último, con respecto a la fidelidad de la percepción
debemos decir que, el escaso tiempo transcurrido entre la
audición de las amenazas y la evocación de lo escuchado al
formular las respectivas denuncias, descartan cualquier
posibilidad de interferencias (de otros testigos, de noticias
periodísticas, etc.) que deformen el relato.
Con respecto a la sinceridad de los denunciantes debemos
puntualizar que no se advierte en sus declaraciones algún
interés (connivencia, soborno, etc.) o circunstancias que
influyan en sus ánimos (afecto, odio, enemistad, etc.) que
pudieran haberlos hecho apartar, consciente o
inconscientemente, de la verdad.
Sometido el relato de los denunciantes a un control interno
podemos afirmar que sus declaraciones resultan carentes de
contradicciones.
Asimismo no surgen mendacidades parciales en las declaraciones
puesto que todos los pormenores del relato plasmado en la
denuncia, a excepción de la frase amenazante, han sido
admitidos por la propia imputada.
En efecto se ha demostrado la existencia de las llamadas
telefónicas en el día y los horarios en que se afirman
sucedidas las llamadas en la denuncia, se ha corroborado el
motivo de las llamadas (que devuelvan prendas de vestir
secuestradas), se ha acreditado que quién habló con los
policías al otro lado de la línea telefónica fue la ex
diputada Milagro Sala y que la misma profirió insultos, en
fin, todo los detalles descriptos en la denuncia y
posteriormente admitido por la imputada, dan cuenta de
ausencia de mendacidad parcial en el relato.
Es importante recordar aquí que, si bien en la presente causa
existen otras pruebas que apuntalan la versión de los
denunciantes, la existencia de un testigo único no obsta a la
posibilidad de condenar al acusado. Por tanto, lo afirmado en
el voto del Dr. Llermanos acerca de que no existen pruebas
independientes además de la versión de los denunciantes, no es
ajustado a la realidad, y como luego explicaremos, además es
arbitrario y antojadizo.
Como bien se ha dicho: “El adagio testis unus, testis nullus,
en virtud del cual un solo testigo no constituye prueba para
tener por acreditado el hecho, no tiene acogida en el actual
ordenamiento procesal, que adopta el sistema de la sana
crítica racional como método de valoración de la prueba. Ante
la circunstancia de presentarse un único testigo del hecho no
debe prescindirse de sus manifestaciones, sino que las mismas
deben ser valoradas con la mayor severidad y rigor crítico
posibles, tratando de desentrañar el mérito o la
inconsistencia de la declaración mediante su confrontación con
las demás circunstancias de la causa que corroboren o
disminuyan su fuerza, examinando cuidadosamente las calidades
del testigo.” (CNCasPen, Sala I, 14/10/08, “Ortellado”).
Del análisis efectuado hasta aquí podemos afirmar que los
relatos brindados por los denunciantes resultan a todas luces
fiables y creíbles.
Por otra parte no ha hecho referencia el Tribunal a ninguna
circunstancia propia de la impresión de visu, como ser
aquellas relacionadas con el lenguaje corporal de los
denunciantes, con el tono de voz, con silencios, con miradas,
etc., que evidencien una merma en la veracidad de sus relatos,
por lo que no hay razón plausible alguna para descreer de la
versión de los hechos dada por éstos.
No debemos olvidar que por la forma de comisión del delito, en
este caso una amenaza telefónica, y por el carácter
eminentemente privado en que se produce la comunicación, en la
mayoría de los casos (y también en el actual proceso), no se
contará más que con la versión de la víctima como prueba
directa del ilícito, debiendo en estos casos darle una
consideración especial al relato del denunciante.
Tiene dicho la Corte Suprema de Justicia de la Nación en este
sentido que: “La declaración testimonial es un medio de prueba
que se privilegia frente a modos particulares de ejecución en
los que deliberadamente se borran las huellas, o bien se trata
de delitos que no dejen rastros de su perpetración, o se
cometen al amparo de la privacidad. En tales supuestos a los
testigos se los llama necesarios.” (CSJN Fallos 309:319).
A la luz de lo expuesto podemos afirmar que las declaraciones
de los denunciantes aparecen por si mismas (independientemente
de los otros elementos que las confirman) lo suficientemente
sólida para servir de prueba cabal de los hechos que conforman
la acusación

IV – b) DE LAS PRUEBAS QUE CORROBORAN LO DECLARADO POR LOS


DENUNCIANTES.

Como lo he expresado, las versiones plasmadas en el relato de


las víctimas no se encuentran desprovistas de otros elementos
de prueba que las corroboran y las reafirman.
Al respecto, debemos considerar que existen cuatro testigos en
la causa que han afirmado haber escuchado, de parte de los
denunciantes o de terceras personas, que habían amenazado a la
Jefa Cabero y al Oficial Vazquez, precisando algunos de estos
testigos que le dijeron que la amenaza habría sido de bomba.
Así el policía LEONARDO FABIO OCAMPO dijo en el debate que “le
comentaron que se habían realizado denuncias, la jefa Cabero,
por motivo de una amenaza, se lo dijo otra persona”.
Asimismo el testigo PABLO ALEJANDRO LLAMPA, Cabo de la Policía
de la provincia de Jujuy, dijo en el debate que “Al día
siguiente escuchó que había recibido un llamado telefónico la
Jefa Cabero, que la estaban amenazando. No le dijo en qué
términos ni quién, no supo ni preguntó, solo por dichos,
escuchó”. Por otra parte éste testigo a fs. 28/vta. última
parte, refirió que “a horas de la madrugada, aproximadamente a
las 3:00, le comentaron que vino un Abogado de apellido
Bellido y le pasó el celular donde estaba en línea Milagro
Sala donde lo insultó y amenazó con una bomba, que iba a hacer
volar la Comisaría.”
Fue contundente el policía JORGE ORLANDO VELÁZQUEZ quién dijo
en el debate que: “A la noche, pasado un rato, a eso de las 21
hs. cuando se juntaron, comentó Vázquez que lo amenazaron…
Después dijo que habían amenazado a la Jefa, que había habido
inconvenientes, no supo de qué tipo, no preguntó mucho.
Detalladamente, la amenaza fue de bomba, amenazaron a la Jefa,
por eso le preguntó si había pasado el teléfono, cosa que
negó, porque no trabajaba ahí, no lo tenía, y dio la directiva
de permanecer en apresto, o sea, quedarse en la comisaría, no
salir a ningún lado, por la amenaza, lo que es una actitud
preventiva.”
En este mismo sentido dijo en el debate MARCELO RAMÓN SALAZAR,
también miembro de la fuerza policial, que: “Esa noche nadie
comentó de otra amenaza aparte de la Jefa Cabero; se dispuso
que se queden en la comisaría, salvo problemas graves, porque
había llamado por el tema de ver la guardia mínima pensando
que iban a atentar contra la comisaría. Hubo un estado de
alerta, porque en ese tiempo la señora ostentaba poder”
No caben dudas que estos testigos vienen a reafirmar lo
expresado por los denunciantes en cuanto a la existencia de
los términos amenazantes vertidos por la imputada en la
conversación telefónica.
Se tiene dicho al respecto que “La circunstancia de que los
testigos no hayan visto por sí mismos los hechos que motivaron
la causa penal, sino que se limitan a repetir lo que
escucharon de terceras personas, no invalida per se sus
declaraciones”. (Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal
y Correccional, sala IV • 10/11/2008 • Marcus, Alejandro
Fabián Rubén • Sup. Penal 2010 (febrero), 13 con nota de José
María Orgeira LA LEY 2010-A, 502 con nota de José María
Orgeira • AR/JUR/17536/2008).
En sintonía con lo expresado se dice que: “Si bien se discute
cuál es el valor probatorio que debe asignársele al testimonio
indirecto rendido por una personas que dice haber oído a otra
decir algo, su aporte en principio no puede ser descartado,
pues puede robustecerse al abrigo de otros elementos que se
incorporen al proceso…” (Rubén Chaia, La prueba en el Proceso
Pernal, Hamumurabi, Buenos Aires 2013, pag. 766).
Las personas que dicen haber oído de la existencia de las
amenazas, ya sea que lo hayan escucharon de otras personas o
de las propias víctimas, vienen a robustecer lo expresado por
Cabero y Vázquez a lo largo del proceso.

IV – c) DE LA DECLARACION DE LA IMPUTADA.

No debe dejar de considerarse a la declaración defensiva de la


imputada en cuanto corrobora, casi en su totalidad, la versión
de los denunciantes, como un elemento más en la acreditación
de los hechos que conforman la acusación.
En efecto, si bien es cierto que la imputada ha negado de
manera expresa haber expresado términos amenazantes en contra
de los miembros de la fuerza de seguridad, no es menos cierto
que en la declaración defensiva vertida en el debate ante el
Tribunal Criminal, la acusada admitió la existencia de casi la
totalidad de los extremos fácticos descriptos en la denuncia.
En efecto, asumió haber mantenido comunicación telefónica con
las víctimas en el día y en la hora en que éstos afirman haber
recibido la amenaza telefónica.
También reconoció Sala que el motivo del llamado obedeció a
tratar de obtener la entrega de unas prendas de vestir, y que
uno de los llamados se hizo a través del Dr. Bellido,
coincidiendo con la versión dada por los dos denunciantes.
Asimismo afirmó la imputada en el debate que ella “siempre ha
puteado” y que le dijo a los policías “que si querían retener
las ropas, que se las regalaba”. En este sentido ambas
denuncias son contestes en describir insultos y faltas de
respeto por parte de la imputada (puteadas) y el Oficial
Vázquez dijo que Sala le refirió que “las bombachas pueden
quedársela para usted, su jefa, su mujer y todo el personal de
la comisaría”, coincidente con lo declarado por la acusada en
el debate en cuanto afirma que les dijo a los policías que les
regalaba las ropas.
Dice Jauchen al respecto de la declaración del imputado que:
“Constituye el acto procesal mediante el cual se facilita al
imputado la defensa material. Sin embargo hay que diferenciar
el “medio” con su “contenido”; pues si bien como medio es
esencialmente de defensa, ello no significa que de su
contenido surjan elementos probatorios en su contra en el
supuesto de que el sindicado, libre y voluntariamente,
confiese total o parcialmente el delito.” (Eduardo Jauchen,
Tratado de Derecho Procesal Penal, Tomo III, Rubinzal-Culzoni
1º ed, 2012, pag. 364)
Se ha dicho en este sentido que “Aún cuando la sola confesión
no puede constituir el único elemento de cargo como para tener
por acreditada la existencia del hecho y la responsabilidad
del imputado confeso, cuando ello encuentra respaldo en los
demás elementos de prueba, adquiere relevancia respecto al
hecho que alude.” (Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nro. 1
de Córdoba • 10/11/2009 • Guzmán, Darío D. • 70058580).
Aquí la versión de la imputada reafirma, casi en todo, lo
expresado en las denuncias y por consiguiente actúa como un
elemento más en la confirmación de la hipótesis acusatoria.

IV – d) DEL AMEDRENTAMIENTO.

Todo lo expuesto hasta aquí permite afirmar sin reparos que el


hecho denunciado (amenaza de bombas) existió, pero también
podemos asegurar que dicha promesa de mal futuro fue idónea
para amedrentar, elemento típico del delito de amenazas, tal
como lo paso a exponer:
Con respecto al bien jurídico protegido se ha dicho que “No
hay duda de que la amenaza es un delito contra la libertad, en
el sentido de que todo ser humano debe estar a resguardo de
cualquier promesa de daño a futuro. La vida en sociedad exige
que cada miembro de ella sepa que el otro la va a respetar y
que sólo debe temer a la ley y no a los caprichos de las
personas, que se colocan en lugar de la ley o intentan hacer
de su voluntad la ley. De manera que el Estado de Derecho
obliga a que se respete este estado de cosas, de tranquilidad,
no sólo para decidir sino para poder formar una decisión, que
es, sin duda, parte de los derechos básicos del hombre.”
(Edgardo Alberto Donna, Derecho Penal Parte Especial T. II-A,
Rubinzal Culzoni, Bueno Aires pag. 244).
Señala Muñoz Conde que "la gravedad del mal y su adecuación
para intimidar tiene que relacionarse con la persona del
amenazado y con las circunstancias que lo rodean, pero no es
preciso que la amenaza llegue a intimidar al amenazado, sino
que basta con que objetivamente sea adecuada para ello” (MUÑOZ
CONDE, Derecho Penal Parte Especial, pag., 142)
Como bien se ha dicho “Para que se configure el delito de
amenaza no se requiere que el autor logre amedrentar al sujeto
pasivo, siendo suficiente con que la advertencia cursada
resulte objetivamente idónea para intimidar.” (Tribunal de
Casación Penal de Buenos Aires, sala II • 10/06/2010 • M., H.
P. • 70062795).
En el presente caso, quién formuló la promesa de mal futuro
(tirar una bomba) fue nada menos que la persona que dirigió
durante años la organización Tupac Amaru y quien encabezando
dicha organización realizó innumerables atropellos a la
sociedad Jujeña que han ido desde el corte total de todos los
puentes que permiten el acceso a la Ciudad de Jujuy hasta la
toma e incendio de la Casa de Gobierno.
Es fundamental considerar que el poder que detentaba Sala al
momento de la amenaza, la innegable autoridad vertical que
ejercía sobre la gran masa de personas que integraban las
organizaciones sociales vinculada a la Tupac Amaru y su
intervención en sucesivos hechos violentos (contexto histórico
señalado por la Fiscalía en los alegatos), le daban el marco
de seriedad y dominio del mal futuro anunciado que lo
configuran en objetivamente idóneo para amedrentar, y por
consiguiente típico, en los términos del Art. 149 bis del
Código Penal.
La existencia de este verdadero “aparato organizado de poder”,
fue incluso acreditado en el reciente fallo de la Corte
Suprema de Justicia de la Nación de fecha 05/12/17, en Expte.
Nº CSJ l20/20l7/CS1 “Sala, Milagro Amalia Ángela y otros
p.s.a. asociación ilícita, fraude a la administración pública
y extorsión”, cuando expresa como fundamento para confirmar la
prisión preventiva dictada contra la imputada Sala y que ya
fuera confirmada por el Superior Tribunal de Justicia de la
Provincia que: “……ya que analizó fundadamente el riesgo que
generaría al proceso la medida solicitada por la defensa, en
tanto incrementaría objetivamente las posibilidades de su
frustración por vía del entorpecimiento de la investigación.
En efecto, la prisión preventiva fue justificada en la
existencia de un entramado organizacional a disposición de la
imputada, presuntamente utilizado para infundir temor por las
consecuencias adversas de enfrentar sus intereses….”
Recordemos que “una amenaza que sea grave, injusta,
determinada y posible, puede o no concretarse en la práctica y
en ambos casos ser igualmente típica, por resultar indiferente
que se cumpla esta última condición, según el criterio
señalado acerca de la formalidad de este delito” (Se. 4/11
Superior Tribunal de Justicia de Rio Negro –Sala Penal-)
Es lo que se denomina el requisito de dominabilidad del mal
anunciado por parte del autor, como posibilidad objetiva de
concretar el mal anunciado mediante el dominio de las
condiciones de ejecución del mal.
El bien jurídico protegido está constituido por la libertad de
ánimo y/o acción del destinatario de la amenaza. Esto es, para
que la amenaza sea idónea, debe poder ser objetivamente
cumplida desde la apreciación de la víctima, lo que
ciertamente perturba su libertad de decisión y por tal motivo
convierte el típico el anuncio ilícito del autor.

IV – e) DEL APRESTO.

Como una cuestión que confirma de manera simultánea la


existencia del hecho de amenazas y su idoneidad para
amedrentar, debemos mencionar la orden de apresto dada por el
Oficial Rubén Eduardo Vázquez el día del hecho.
La orden de apresto, según lo relatado por el Sargento Jorge
Orlando Velázquez en el debate, es una actitud preventiva que
consiste en no salir a ningún lado y quedarse en la comisaría,
salvo urgencia.
El oficial Vázquez afirmó en el debate que el día del hecho
como consecuencia de las amenazas “la guardia quedó en las
dependencias, no salió a ningún lado excepto emergencias”, y
tanto el testigo Jorge Orlando Velázquez como el testigo
Marcelo Ramón Zalazar son contestes en afirmar que esa noche
se dio la directiva de que se queden en la comisaría en
situación de apresto, y si bien se podrá discutir, a partir de
la lectura de las constancias del libro de guardias, la
rigurosidad con que dicha orden fue llevada a cabo, no puede
discutirse que los tres testimonios mencionados (Vázquez,
Velázquez y Salazar) coinciden en que se dispuso esa noche una
medida preventiva en virtud de las amenazas proferidas por la
acusada, una circunstancia más que confirma la verosimilitud
de lo denunciado y su idoneidad para amedrentar.

V – DESARROLLO DEL SEGUNDO AGRAVIO: FALTA DE CONSIDERACION DE


CUESTION OPORTUNAMENTE PLANTEADA.

En este sentido se ha dicho que la omisión de la consideración


de planteos o no hacerse cargo de ciertos argumentos aducidos
por las partes constituye sentencia arbitraria (CSJN Fallos
(303:874; 319:1416 y 692; 324:1429; 303:1148 y 1766; 320:1339;
324:1423; entre otros).
La Fiscalía ha planteado en sus respectivos alegatos que la
imputada utilizó términos ante el Tribunal en lo Criminal
idénticos a los términos que se le atribuyen en la denuncia,
constituyendo ésta circunstancia un indicio insoslayable a la
hora de valorar su intervención en el hecho típico y que nos
informa objetivamente que los hechos acontecieron tal como lo
relataron los denunciantes.
La acusada Sala expresó en la segunda audiencia de debate,
antes de que empezaran a deponer los testigos y en presencia
del Tribunal que: “ESTOS DÍAS VAN A TENER NOTICIAS MÍAS y
después no vayan a llorar a un cajón”, frase que fue
reproducida en gran cantidad de medio gráficos de la Provincia
y del País y que, inexplicable y llamativamente, no ha sido
reflejada en el acta de debate.
Ahora bien, en la denuncia realizada por el Sr. Rubén Eduardo
Vázquez el mismo refiere a fs. 3 vta. que la acusada le
expreso que: “VAN A TENER NOTICIAS porque voy a poner un bomba
y voy a hacer volar a todos”.
Es imposible no concluir que la imputada tiene incorporado
como vocabulario habitual ante el anuncio de algún mal (tirar
una bomba o quitarse la vida,) preceder dicho anuncio con la
frase “VAN A TENER NOTICIAS”.
Esta decisiva circunstancia, marcada expresamente por la
Fiscalía en los alegatos, fue omitida del análisis del
Tribunal a la hora de fundamentar la sentencia absolutoria,
trayendo como consecuencia inexorable un fallo arbitrario.

VI – DE LAS FALACIAS DEL FALLO

El voto del Dr. Llermanos, ostenta una llamativa endeblez que


convierte al fallo en un acto jurisdiccional inválido. Efectúa
apreciaciones dogmáticas relativas al principio de inocencia
pero en manera alguna, pondera los alegatos plasmados por esta
fiscalía relativos a las razones por las cuales ese estado de
inocencia al que alude, fue desvirtuado con elementos sólidos
y coherentes. Vale decir, no descartó en modo alguno, lo que
dijo esta fiscalía en los alegatos, lo que hubiese resultado
central para sostener la inocencia de la imputada como
argumenta el juez.
Otro tanto podemos decir del voto del Dr. Kamada, quien
efectúa un denodado esfuerzo en restar credibilidad a los
denunciantes, incurriendo en citas autorreferenciales, con
respecto al valor probatorio de las deposiciones de menores de
edad (¿?) que nada tienen que ver con las contundentes
expresiones de los denunciantes. Agrega por su parte, como
elemento para reafirmar su tesis desincriminatoria, al hecho
de la falta de consignación del evento objeto debate (amenazas
proferidas por la imputada Sala) en los libros de registración
de la comisaría, otorgándole una relevancia de la que carece
como un aspecto decisivo para mentar la ausencia del hecho de
amenaza.
Desconociendo y apartándose claramente de la sana crítica
racional en la valoración de la prueba, del hecho puntual de
que esa falta de registración no obsta a la existencia del
hecho clara y circunstanciadamente denunciado pues se trata de
una registración meramente administrativa. Para finalmente
descartar arbitrariamente el desarrollo de la fundamentación
de la prueba en el contexto histórico.
En este sentido, el Dr. Kamada, invierte el razonamiento pues
pretende descartar la existencia de la seriedad del hecho por
la prueba del contexto histórico, por la circunstancia de que
debe existir hecho, lo que considera no se configura.
Entiendo que el razonamiento fue erróneamente invertido, pues
el hecho existe en base a las expresiones de los denunciantes
y de testigos que dan cuenta de actitudes de los protagonistas
en las circunstancias de modo, tiempo, lugar, que no tendrían
sentido si no existieran los hechos puestos en conocimiento
por los denunciantes.
Por tanto, es precisamente la prueba del contexto histórico lo
que termina de acreditar el elemento típico, reprochabilidad y
dominabilidad del evento disvalioso que se le enrrostra a
Sala.
Por lo expuesto el razonamiento del Vocal Kamada es
completamente erróneo.

VII -ACREDITA CUESTION FEDERAL

Para el improbable e hipotético caso de que sea rechazado el


presente remedio procesal y se confirme una sentencia
arbitraria, planteo la cuestión federal por violación al Art.
18 de la Constitución Nacional, en los términos del Art. 14 de
la ley 48, que consiste en absoluta arbitrariedad de la
sentencia que viola flagrantemente el debido proceso
garantizado por el artículo 18 de la Constitución Nacional.
Constituyendo el agravio que eventualmente introduciría la
cuestión federal en la etapa procesal oportuna.

VIII - PETITORIO

Es por todo lo expuesto que solicito:

1 – Se tenga por deducido en tiempo y forma el presente


Recurso de Casación en contra de la sentencia leída
íntegramente en fecha 18 de Diciembre de 2017 y, se disponga
su concesión elevándose las actuaciones.

2 – Oportunamente se revoque la sentencia recurrida por ser la


misma arbitraria por violar el debido proceso y se condene a
Milagro Amalia Ángela Sala de Noro, a la pena de cuatro años
de prisión por resultar penalmente responsable de los delitos
por los que es acusada, o bien que se reenvíe para el dictado
de una nueva sentencia conforme a estas razones y a derecho.

PROVEER DE CONFORMIDAD. SERÁ JUSTICIA

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