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No es posible diagnosticar en forma confiable la infección por VIH o SIDA cuando solamente
se tienen en cuenta los síntomas. La única manera de saber con seguridad si una
persona está infectada con VIH es realizarse una prueba de detección del VIH.
Las personas que viven con VIH pueden sentirse y verse completamente bien. No obstante,
es posible que sus sistemas inmunológicos estén dañados. Es importante recordar que una
vez que alguien está infectado con VIH puede transmitir el virus de forma inmediata, incluso
si tal persona se siente saludable.
El VIH es el virus del SIDA. Si una persona que está infectada con VIH no realiza un
tratamiento antirretrovírico eficaz, el VIH debilitará su sistema inmunológico con el pasar del
tiempo. En consecuencia, se volverá más vulnerable a las infecciones oportunistas.
Estas infecciones son provocadas por gérmenes que nos rodean todo el tiempo, pero que
normalmente pueden ser combatidos por un sistema inmunológico sano. Cuando el sistema
inmunológico está lo suficientemente debilitado, tales infecciones se desarrollarán y
producirán una amplia variedad de síntomas, algunos de los cuales pueden manifestarse
con intensidad. Algunos tipos de cáncer también pueden volverse más comunes cuando el
sistema inmunológico está debilitado.
Algunas personas que están infectadas con VIH no advierten ningún cambio inmediato en su
salud. Sin embargo, algunos padecen gripes cortas a las pocas semanas de infectarse o bien
desarrollan sarpullidos y se les inflaman los ganglios. Estos síntomas no indican el desarrollo
de SIDA y, en general, desaparecen a los pocos días o semanas.
"Tengo los típicos síntomas de gripe/se me han inflamado los ganglios, ¿podría
ser VIH?”
La única manera de saber si está o no infectado con el VIH es a través de una prueba de
detección de este virus.
Los adultos sanos tienen un recuento de CD4 que oscila entre 500 y 1450 células/mm³; un
recuento inferior a 500 significa que el sistema inmunitario está dañado.
Según el recuento de células CD4, se distinguen tres fases de la infección por VIH:
• Fase asíntomática (recuento de células CD4 > 500/mm³): aun cuando la mayoría
de las personas no muestra ningún síntoma del VIH en esta fase, la infección puede
estar activa en el sistema inmunitario.
• Fase sintomática (recuento de células CD4 entre 200 y 499/mm³). En esta fase, el
recuento de células oscila entre 200 y 499. La persona puede experimentar nuevos
síntomas del VIH o infecciones oportunistas, como bronquitis .
• SIDA (recuento de células CD4 < 200/mm³): en esta fase de la enfermedad, la
mayoría de las personas ha desarrollado infecciones oportunistas o un tipo de cáncer
(sarcoma de Kaposi , linfoma , y cáncer cervical ) que indican la progresión del
VIH a SIDA.
Infecciones oportunistas
Los síntomas del SIDA son básicamente el resultado de enfermedades que no suelen
desarrollarse en individuos con sistemas inmunitarios sanos. La mayoría de estas
enfermedades son infecciones causadas por bacterias, virus, hongos y parásitos que
normalmente son controladas por los elementos del sistema inmunitario que daña el VIH.
Las llamadas infecciones oportunistas, que se aprovechan de la debilitada salud de los
pacientes, son habituales en sujetos con SIDA. El VIH afecta prácticamente a cada órgano
del sistema.
Los enfermos de SIDA también tienen un mayor riesgo de desarrollar diversos tipos de
cáncer como el sarcoma de Kaposi, el cáncer cervical y cánceres del sistema inmunitario
conocidos como linfomas.
Además, suelen tener síntomas sistémicos de infección como fiebres, sudores nocturnos,
glándulas hinchadas, escalofríos, debilidad y pérdida de peso.