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Salen de Panamá el 20 de enero de 1531, constaba de tres barcos, tres religiosos y una mujer
española llamada Juana Hernández.
Pizarro llega a Tumbes y funda San Miguel de Piura (15-07-1533), la primera ciudad española en el
Perú. Es un nombre mestizo: San Miguel (europeo) y Piura (autóctono). Mientras que en el
Tahuantinsuyo, el inca Atahualpa acababa de vencer a su hermano Huáscar, encontrándose con un
poderoso ejército.
El 24 de setiembre de 1532 parten a Cajamarca con 177 hombres, 60 caballos y armamento, con
Pizarro al mando. Posteriormente se da la entrevista de Cajamarca, donde es capturado Atahualpa
y condenado a muerte, con la pena del garrote al cambiar su nombre con el nombre de Juan Pizarro
y es ejecutado el 26 de julio de 1533.
Con este hecho, el Imperio incaico quedó abandonado a su suerte, la codicia y el poder, provocando
una gran desorganización que permitió el rápido dominio del invasor chapetón.
Atahualpa debió de haber sido quemado en vida, pero el Padre Valverde le cambió
la pena de muerte por la de garrote o estrangulamiento.
En su regreso hacia Panamá, Pizarro se detuvo brevemente en Tumbes, donde dos de sus hombres decidieron
permanecer para aprender el idioma de los nativos y costumbres. Pizarro también recluto nativos, uno de los
cuales más tarde fue bautizado como Felipillo y sirvió como un importante intérprete, el equivalente La Malinche
1. Desembarco en Tumbes
En 1532 Pizarro desembarcó una vez más en las costas cerca de Ecuador, donde ya había adquirido
anteriormente algunos piezas de oro, plata y esmeraldas y, a continuación, envió a Almagro a Panamá para
recopilar a más reclutas. Aunque el objetivo principal de Pizarro fue luego desembarcar en Tumbes como en su
expedición anterior, él se vio obligado a atracar en la isla de la Puna y hacer frente a los nativos en la batalla de
Puná, dejando tres españoles muertos y muchos muertos y heridos Punianos. Poco después, Hernando de Soto,
otro conquistador que había se unió a la expedición, llegó a la ayuda de Pizarro y con él zarpó hacia Tumbes,
sólo para encontrar el lugar destruido. Los jefes les explicaron que el feroz curaca de la isla de la Puna había
Como Tumbes que ya no ofrecía el alojamiento seguro que buscaba Pizarro, decidió llevar una excursión en el
interior del territorio y estableció el primer asentamiento español en Perú (tercero en América del Sur después
de Santa Marta, Colombia en 1526), llamándolo San Miguel de Tangarara en julio de 1532. Después de estos
acontecimientos, Hernando de Soto fue enviado a explorar las nuevas tierras y, después de varios días, regresó
con un enviado del Inca que venía con regalos y una invitación para una reunión con los españoles.
Mientras tanto en el imperio Inca había estallado una guerra civil entre los hijos de Huayna Cápac: Huáscar y
Atahualpa. Pero tras la derrota de su hermano, Huáscar, Atahualpa se había erigido como el próximo inca del
imperio y se encontraba descansando en la Sierra norte de Perú, cerca de Cajamarca, en los baños termales,
conocidas hoy como los Baños del Inca. Después de marchar durante casi dos meses hacia Cajamarca, Pizarro
y su fuerza de sólo 106 soldados de infantería y 62 caballerías llegaron e iniciaron los preparativos para la
Pizarro envió Hernando de Soto, al fraile Vicente de Valverde y al intérprete nativo Felipillo para encontrarse en
la plaza central de Cajamarca con Atahualpa, el sacerdote haciendo uso de los servicios de sus inadecuados
intérpretes (cuya lengua nativa era distinta del quechua y del castellano, por lo que tenía un pésimo manejo de
ambas) el sacerdote intentó presentar al inca el requerimiento de someterse al emperador Carlos V y abrazar la
religión católica sometiendose al papa Clemente VII. Acto seguido le entregó un misario y un anillo como regalo,
Atahualpa al ver que carecían de significado para él los tiró al suelo; esta acción causó indignación en los
españoles, quienes inmediatamente rompieron el silencio al disparar su artillería y fusiles. Los súbditos que
cargaban el anda de Atahualpa fueron también matados sin piedad, cuando algunos caían eran reemplazados
de inmediato. Al ver esta situación uno de los conquistadores intentó matar al inca con un cuchillo, pero Francisco
Pizarro lo impidió atajándolo (inclusive se lastimó la mano al hacerlo) y ordenó que "nadie tocase al inca".[La
matanza fue completa, más de 20.000 soldados incas murieron, y también fue asesinado el señor de Chincha,
una habitación (22 pies (7 m) por 17 pies (5 m) ) con oro y dos de plata,
Pizarro desea encontrar una razón para la ejecución de Atahualpa sin enojar a la gente que estaba tratando de
someter.
5. Llegada a la capital del imperio inca, Cuzco
Un año más tarde, Pizarro invadió Cuzco con tropas indígenas y con ello selló la conquista del Perú. Algunos
historiadores argumentan que la creciente resistencia fue dirigida por el nuevo Inca, Manco Inca Yupanqui, quien
prolonga la conquista. Manco Inca Yupanqui era el hermano del gobernante títere, Túpac Hualpa quien había
sido nombrado inca por los españoles para que asegurara el ingreso de los conquistadores a la capital de imperio
inca.
Durante la exploración de Cuzco, Pizarro quedó impresionado y a través de sus oficiales escribió al rey Carlos I
de España, diciendo: "esta ciudad es el más grande y la más fina vista nunca en este país, o en cualquier lugar
en las Indias... Podemos asegurar su Majestad que es tan hermoso y tiene estos bellos edificios que sería notable
incluso en España.
Después de que los españoles habían sellado la conquista del Perú al invadir y saquear el Cuzco en 1533, Jauja
ubicada en un fértil valle del Mantaro se estableció como capital provisional del Perú en abril de 1534. Pero se
encontraba en demasiada altura y lejos del mar para servir como la capital española del Perú. Por lo tanto,
Pizarro fundó la ciudad de Lima, en la costa central del Perú el 18 de enero de 1535, Esta fundación fue
considerada para Pizarro como una de las cosas más importantes que él había creado en la vida.