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POSTITULO MENCIÓN EN PEDAGOGÍA EN RELIGIÓN


MODULO DIOS DE LA BIBLIA
TIBALDO ZOLEZZI C

LA MISION DEL HIJO


03/01/2018

Lo fundamental está en la Sagrada Escritura

Efesios 3, 17 – 19

La divinidad y la humanidad de Jesucristo en la reflexión del Magisterio

Necesidad de conciliar la divinidad de Jesús con el monoteísmo bíblico, en el seno de la reflexión


trinitaria.

Esfuerzo de pensar simultáneamente la divinidad y la humanidad de Jesucristo, saliendo al paso de la


tendencia a afirmar a Dios negando al hombre y también de la opuesta, que pretende afirmar al hombre de
manera exclusiva y negar a Dios.

INCULTURACIÓN DEL EVANGELIO

La Iglesia, asistida por el Espíritu Santo, va comprendiendo nuevos e importantes aspectos del misterio de
Jesús: recorre un camino de creciente profundización que conduce a la necesaria precisión dogmática.

El encuentro con nuevas formas de pensar le pone ante la necesidad de explicitar el misterio de Cristo en
nuevos idiomas y culturas y responder a nuevas preguntas.

La defensa de la fe contra los inevitables errores le obliga a precisar lo que es necesario creer.

Y todo ello presidido por el interés de explicitar más las verdades de la fe, destacar su contenido salvador
y sus consecuencias prácticas.

POR NUESTRA SALVACIÓN

La negación de la divinidad de Jesús o el oscurecimiento de su plena humanidad entrañan la negación de


nuestra salvación. Así lo entendió la Iglesia desde un comienzo: detrás de la explicitación del misterio de
Cristo se halla la cuestión soteriológica.

Lo afirmaron positivamente los padres de la Iglesia al hablar de la encarnación del Verbo como la
realización de un maravilloso intercambio: Dios se hace hombre para que nosotros nos hagamos como
Dios.

Y lo expresaron también en aquella formidable fórmula con la que salen al paso de la negación de la
verdadera humanidad de Jesucristo: “lo que no ha sido asumido, no ha sido salvado”.
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ERROR DEFENSA SIGLO PROBLEMA

IGNACIO NEGACION DE LA
JUDAIZANTES IRENEO I – II - III DIVINIDAD Y DE LA
GNOSTICISMO SINODO DE HUMANIDAD
ANTIOQUÍA

NEGACIÓN DE LA
ARRIANISMO NICEA (325) IV
DIVINIDAD

APOLINARISMO CONSTANTINOPLA I IV NEGACIÓN DE LA


(381) HUMANIDAD

NESTORIANISMO EFESO (431) V UNIÓN DE AMBAS


NATURALEZAS

MONOFISIMO CALCEDONIA (451) V CÓMO SE UNEN

CONSTANTINOPLA II VI
(553) COMPRENSIÓN DE
LA
UNIÓN DE LAS DOS
MONOTELETISMO CONSTANTINOPLA VII NATURALEZAS EN
Y III (680/1) UNA PERSONA
MONOENERGISMO DIVINA
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I. ERRORES PROVENIENTES DEL MONOTEÍSMO JUDÍO

Ebionismo: Considera a Jesús como Mesías, pero no Dios, por más perfecta que fuese su moralidad o
santidad personal. Negación de la trinidad por vía de distanciar a Dios de Jesús, que quedaría así como un
gran profeta, como Mahoma de Alá o Moisés de Yahvéh.

Adopcionismo. De origen judío, a causa de un monoteísmo radical, aparece alrededor del 180.

 Cristo no es Dios, sino un hombre especialmente elegido y adoptado por Dios.

 Teodoto de Bizancio: Cristo al comienzo era nada más que un hombre: Jesús, que nació de una virgen
por voluntad del Padre. Vivió de una manera llena de piedad y de entrega a Dios. En el bautismo
comenzó a ser Cristo, al recibir el Espíritu de Dios en forma de paloma que viene de lo alto,
obteniendo poderes que no tenía antes (= hacer milagros).

 No afirma que Jesús se haya hecho Dios al recibir el Espíritu Santo. Otros aceptan esto, pero sólo
luego de su resurrección de entre los muertos. Hablan de filiación adoptiva. Para Teodoro en el
bautismo pasa a ser hijo preferido, pero no el Hijo eterno.

 La divinidad de Jesús es vista como conquista del hombre. Dios ha aceptado – adoptado a Jesús por
Hijo.

Condenado por el Papa Víctor, el 190

Modalismo. Praxeas, Noeto y Sabelio

Frente a la dualidad del adopcionismo afirman la divinidad de Cristo y para defender el monoteísmo
afirman la existencia de un único principio divino que se presenta de diversos modos, o aspectos, como
Padre, Hijo y Espíritu que han ido asumiendo papeles distintos en la historia. Dado que Dios, único, se
encarna, nació y vivió, se puede decir que siendo Padre sufrió. Por lo que se denominó patripasianismo a
esta herejía.

Subordinacionismo. Pablo de Samosata (260-268). Obispo de Antioquía.

 El Hijo es de una calidad inferior a la del Padre, es Dios de abajo, por participación. No se puede
hablar de tres personas divinas: el Verbo no es más que un atributo del Padre.

 Jesús es el hombre más santo pero no es Dios como el Padre. Jesús es un hombre normal al que Dios
se comunicó de una manera especial, un hombre en quién el Verbo de Dios vino a habitar como en un
Templo.

II. ERRORES PROVENIENTES DEL DUALISMO GNÓSTICO


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No es tanto un sistema de pensamiento claramente elaborado, cuanto un cierto modo de considerar el
mundo. Se presenta como el esfuerzo del espíritu humano para tratar de reducir el cristianismo a una
simple filosofía religiosa.

A la base de los sistemas gnósticos hay, invariablemente dos grandes constantes: 1. Una idea muy elevada
de Dios; 2. Una idea muy baja de la materia.

¿Cómo pudo Dios crear la materia? ¿Cómo se relaciona Dios con la materia? Imaginan una serie de
intermediarios que manejan “la transición entre el ser perfecto y los seres creados” y que “permiten al
hombre remontarse hasta Dios”.

Posturas de los gnósticos frente a Cristo

MARCIONISMO. Marción no acepta el Antiguo Testamento y establece una ruptura entre el Dios que se
revela en Jesús y el Dios del Antiguo Testamento. Hace una selección de la Escritura descartando todo el
Antiguo Testamento y aceptando del Nuevo Testamento sólo aquello que en la línea de Pablo presenta a
un Dios misericordioso, bondadoso y salvador. El Dios del Antiguo Testamento, el Dios creador, es malo,
justiciero y violento, incompatible con el Dios de Jesús. La creación, por tanto, es revelación de ese Dios,
juez justo, pero no misericordia y salvación que es el que se revela en Jesús. Así, separando a Cristo del
Antiguo Testamento y atribuyéndole en exclusiva la voluntad salvadora de Dios le privan al mismo tiempo
de su vinculación con el Dios creador presente en su obra que es orientada hacia la consumación de su
voluntad.

EL DOCETISMO. Cristo no era un verdadero hombre. Es impensable que Dios se haya encarnado y,
menos aún, que haya sufrido realmente en su carne. La encarnación no pudo ser más que una apariencia.
Cristo no fue realmente un hombre (sólo lo pareció), ni murió realmente por nosotros. Basilíades admite la
encarnación pero afirma que en el calvario José de Arimatea sustituyó a Jesús. Otros afirman que no es
hijo de María, sino que apareció bruscamente en Palestina. Es inadmisible que Cristo hubiese sido un
hombre como nosotros.

UN SIMPLE INTERMEDIARIO. Ni verdadero Dios ni verdadero hombre. Cristo no es más que uno de
esos seres intermedios entre Dios y los hombres (un Demiurgo). Cristo aparece, así, como un Dios
aminorado y un hombre aparente; como una figura indecisa, cuya misión total se reduce a una
manifestación del mundo superior. La salvación no es la participación en la vida divina, a través de Cristo,
sino la comunicación hecha a algunos iniciados del conocimiento relativo a las emanaciones divinas, a la
creación del mundo.

Refutación del Gnosticismo

SAN IGNACIO DE ANTIOQUÍA (Siete cartas escritas en su viaje a Roma hasta donde era llevado para
ser martirizado).

Ignacio afirma claramente la divinidad de Jesús y la realidad de su carne: Jesús ha nacido, ha obrado,
padecido y resucitado realmente en la carne. El mismo es también Dios.

La presencia de Dios en la carne significa una novedad inimaginada que posibilita la salvación. Unidos a
Cristo es como los cristianos alcanzan la salvación, pero si Cristo no se hubiera encarnado realmente, la
salvación de los hombres tampoco sería real.
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“Un médico hay que es carnal y espiritual, engendrado y no engendrado, en la carne Dios, en la muerte
vida verdadera, de María y de Dios, primero pasible y luego impasible, Jesucristo nuestro Señor” (Efesios
VII, 2).

SAN IRENEO. Adversus Haereses. Fines del siglo II – comienzos del siglo III

Contra el dualismo gnóstico, Ireneo defiende la unidad de la obra de Dios, la unidad de Dios en sí
mismo, la unidad de su designio de amor hacia el hombre. Su pensamiento está dominado por la idea de la
unidad de las “economías” de salvación, desde la creación hasta el término de la historia. Esto es lo que
expresa su concepto de “recapitulación”. Momento clave de este designio de salvación que incluye el
mundo y la historia humana ha sido la encarnación del Verbo.

Ireneo defiende el realismo de la encarnación: (A.H. III, 20, 2 - 3). Cristo es Dios y hombre al mismo
tiempo, dudar de esto es poner en tela de juicio el principio mismo de nuestra redención. Para Ireneo la
verdad básica es la realidad de nuestra redención; pero ¿cómo pudo realizarse ésta si Cristo no hubiera
sido a la vez un hombre verdadero y un verdadero Dios, y si no hubiese tenido, a la vez, un parentesco real
con cada una de las dos partes? Nada se salvará de lo que no haya sido asumido.

III. EL ARRIANISMO Y EL CONCILIO DE NICEA

Arrio. Nace el 256. Africano. Estudia con Luciano de Antioquia, que participa de las ideas de Pablo de
Samosata. El año 300 llegó al puerto de Alejandría. Le siguieron 700 mujeres consagradas. En Alejandría
era obispo Alejandro, quien había asumido el año 313. El 318 ó 320 se reúne el clero en un Templo y allí
estaba Arrio, produciéndose una disputa pública entre Arrio y el Obispo. Arrio acusó a Alejandro de tener
ideas erróneas sobre la filiación del Verbo, la divinidad del Hijo.

La doctrina de Arrio. Las ideas de Arrio están bien expresadas en su Carta Talía. El error de Arrio
es doble: ni Cristo es Dios como el Padre ni es hombre como nosotros. Ahora bien, la herejía arriana es
directamente una herejía trinitaria.

Arrio no niega la divinidad de Cristo, sino que niega que Cristo pueda ser llamado Dios con el mismo
título y de la misma manera que el Padre (deutero Theos).

El Logos es la más perfecta de las criaturas de Dios, aquella de la que Dios se ha servido para la creación.
Es un Dios rebajado: Dios con respecto a las demás criaturas, pero criatura con respecto a Dios.

Dios no fue siempre Padre, hubo un tiempo en que no lo fue: pues el Hijo no ha existido desde siempre.
Antes de ser creado Dios estaba solo. El Verbo y la sabiduría no existían. Cuando Dios quiso hizo un ser
que llamó Verbo, a fin de crearnos a nosotros como El.

Todo fue hecho de la nada, también el Verbo de Dios, hubo un tiempo en que no existía.

El Verbo no es verdaderamente Dios. Es extraño a la esencia y a la propiedad del Padre: pertenece al orden
de las criaturas, el primero de ellas. Arrio enseña la diferencia entre el Verbo y el Padre. El Verbo es la
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primera de las criaturas. “Hay dos sabidurías, una propia que se identifica con el Padre, en esta sabiduría
fue hecho el Verbo, participa de esta sabiduría”.

El Verbo no puede conocer exactamente al Padre, le conoce de acuerdo a sus capacidades, igual que
nosotros que le conocemos de acuerdo a nuestras fuerzas.

Razones:

1. Noción de la trascendencia de Dios, absolutamente espiritual. El verbo no puede ser engendrado por el
padre, pues toda generación supone un traspaso de algo del engendrador al engendrado. Esto iría contra la
trascendencia infinita de Dios.

2. El Verbo está sujeto al cambio físico y moral. El Nuevo Testamento está lleno de datos sobre la finitud
de Cristo. Según los Evangelios, Cristo manifiesta dolor y turbación interna, progresa, ignora, teme, se ve
abandonado. Todo eso es claramente incompatible con la idea del absoluto. De esto se sigue que el
hombre no encuentra en Cristo al absoluto mismo en su plenitud.

Col. 1, 15; Heb. 3, 2; Hech. 2, 36

El sínodo de Alejandría. Reunió a 100 Obispos. Arrio asistió. El Sínodo lo excomulga. Alejandro en
Carta dirigida a los Obispos comenta: “a pesar de todo, el error no pudo imponerse, se impuso la verdad”.
La carta fue hecha por el diácono Atanasio. El año 320 Arrio y sus compañeros escriben una carta a
Alejandro quejándose como han sido tratados. Constantino interviene en la pelea. Convoca el Concilio de
Nicea.

El concilio de Nicea (325). El primer concilio ecuménico. Zanjó la cuestión de la divinidad original
de Cristo. Se reúne el 20 de mayo. Se habla de 318 padres participantes. Hay que tener presente que el
número 318 es un número bíblico sagrado (Gn. 14, 14). Habían Obispos, laicos y algunos paganos
dialécticos (= arte de discutir) contratados por algunos obispos. Los obispos presentes eran en su gran
mayoría orientales. De occidente había sólo cinco.

Partidarios de Arrio quieren someter a votación una fórmula de fe que traían escrita. Lo que no prosperó.
Eusebio de Cesarea propone que todos acepten el símbolo que se rezaba en la Iglesia de Cesarea, símbolo
empleado en el rito bautismal. No había en ese tiempo un símbolo único.

El símbolo fue aprobado, pero Alejandro pidió se le hiciesen algunas precisiones, ya que los Arrianos
podían interpretarlo a su manera. Esto duró entre tres semanas y un mes. Participaron en este trabajo Arrio
y Atanasio (secretario de Alejandro). Se le introduce un término filosófico: HOMOOUSIOS (=
consustancial, de la misma naturaleza que el Padre). Engendrado, no hecho, consustancial al Padre.

Diecisiete padres votaron no. Todos los demás votaron a favor del texto retocado. Constantino amenaza
con el exilio a los opositores. Sólo tres de éstos perseveraron en su postura, los que fueron excomulgados.
El Emperador mandó a quemar sus escritos, llamándoles porfirianos (racionalistas).

El Concilio no extirpó la herejía.

El símbolo niceno [versión sobre el texto griego]


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54. Creemos en un solo Dios Padre omnipotente; creador de todas las cosas, de las visibles y de las
invisibles; y en un solo Señor Jesucristo Hijo de Dios, nacido unigénito del Padre, es decir, de 1a
sustancia del Padre, Dios de Dios, luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no
hecho, consustancial al Padre, por quien todas las cosas fueron hechas, las que hay en el cielo y las
que hay en la tierra, que por nosotros los hombres y por nuestra salvaci6n descendió y se
encarnó, se hizo hombre, padeció, y resucitó al tercer' día, subió a los cielos, y ha de venir a juzgar a
los vivos y a los muertos. Y en el Espíritu Santo.

Símbolo trinitario. Fórmula de fe tripartita.

 Un solo Dios. Había aún mucho politeísmo.


 Visibles e invisibles. Totalidad, va contra los gnósticos y maniqueos
 Señor Jesucristo, Hijo de Dios. Homología del Nuevo Testamento
 Un sólo Señor. Contra los gnósticos que hablaban del Jesús y del Cristo de arriba
 Nacido unigénito del Padre, de la sustancia del Padre. Divinidad infinita. Indica la generación natural
del Verbo.
 Por quién todas las cosas fueron hechas. El no fue hecho.
 Engendrado de la sustancia. Indica la generación natural del Verbo, en oposición a una creación libre,
pero contingente. La generación del Verbo no es el resultado de una intervención exterior de Dios. El
Hijo viene de las entrañas de Dios.
 Dios de Dios, luz de luz. La divinidad del Hijo es la del Padre. No posee una divinidad disminuida.
 Dios verdadero de Dios verdadero. Generación sin disminución.
 Consustancial al Padre. Homo ousios (con sustancial) el Hijo tiene la misma sustancia divina que el
Padre

 Viene de los gnósticos. Homousios significa la pertenencia a una naturaleza. Orígenes la


usa como sinónimo de naturaleza.
 En Nicea significa que el Hijo es del mismo ser del Padre, que no es del ámbito de las
criaturas, sino del ámbito de la divinidad.
 Para Atanasio con este término no se pretende ir más allá de la Escritura, sino afirmar que
el Hijo era como Dios, como el Padre, que en el Hijo tenemos la divinidad del Padre.
 Al introducirse el término se hace una clarificación importante. Se pone fin a las
afirmaciones ambiguas de los siglos II y III que subordinaban al Hijo.
 Nicea, al afirmar la consustancialidad, está afirmando que en el Hijo homousios ha
padecido y sufrido, no una criatura, sino el mismo Dios.

Es fundamentalmente un credo soteriológico. Afirma el papel salvador del Hijo de Dios. Detrás del ropaje
filosófico hay un problema de soteriología.

Nota teológica. Es el primer Concilio Ecuménico. Y elaboró la primera definición dogmática. ¿Tuvo
conciencia de esto? Tenían conciencia de estar defendiendo puntos fundamentales y que su decisión era
obligatoria.

Después de Nicea, Julio I (333) enseñaba que todos los que se apartaban de Nicea eran anatema. Se le da a
Nicea un valor de expresión de fe obligatoria para pertenecer a la Iglesia.
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El Papa Silvestre aprobó el Concilio. Liberio. Dámaso (366): “Los Obispos reunidos en Nicea levantaron
un muro contra las almas del diablo. Debe ser conservado firmemente y constantemente, los que no están
de acuerdo se separan de nuestra comunión”. Constantinopla I (381), Efeso (431), Calcedonia (451), hacen
suya la fe de Nicea.

Es claro que el Concilio de Nicea es de fe obligatoria para todos los cristianos. Este Concilio es expresión
inalterable de la fe de la Iglesia. La doctrina de Nicea es doctrina de fe definida por el Magisterio solemne
de la Iglesia en un Concilio Ecuménico.

IV. DOS ESCUELAS TEOLÓGICAS

ESCUELA ALEJANDRINA ESCUELA ANTIOQUENA

Tendencia mística. Tendencia más positiva y realista.

Se parte de lo divino y se demuestra la divinidad de Cristo Subraya con mucha fuerza la realidad humana de
a partir, precisamente de ese elemento divino. Cristo y se tiende a explicar su misterio personal a
partir de nuestra realidad humana.

Se comprende mejor en esta perspectiva la doble


realidad humana y divina de Cristo. Su peligro
consiste en que se experimenta cierta dificultad en
Esta tendencia señala muy bien la unidad profunda de conciliar esa dualidad con la unidad profunda de
Cristo, pero atenúa un poco lo humano. Cristo.

Se tiende a atenerse a la simple afirmación


simultánea de las dos naturalezas y, en el límite, a
hacer de la encarnación una simple yuxtaposición
del hombre Jesús y del Hijo de Dios.

Los alejandrinos tenían una cristología profundamente Los antioquenos gustaban emplear la expresión “el
marcada por aquella enseñanza joánica: “El Verbo se hizo hombre asumido por el Verbo”.
carne”.
Querían salvaguardar el misterio de la salvación
Insistían en la unidad del Verbo encarnado, en la insistiendo sobre la distinción entre las naturalezas,
transfiguración de su humanidad, y en la estrecha relación sobre la consistencia propia de la humanidad
entre nuestra salvación y la encarnación. asumida por el Verbo.

Hubiese sido una cristología irreprochable si


siempre hubiese quedado inmune la unidad del
Salvador.

Representantes: Padres Griegos, esencialmente Atanasio, Representantes: teólogos de Antioquia, de la


Cirilo de Alejandría. teología occidental.
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El extremismo de esta tendencia lo constituyen las herejías Extremismo: las herejías que en nombre de la
que en nombre de lo divino y para manifestar mejor la realidad humana, y para mejor mantener su
unidad de Cristo en la persona divina del Verbo, integridad, llegan finalmente a una yuxtaposición
desconocían la importancia y consistencia de lo humano: de lo humano y de lo divino (Nestorio).
docetismo, apolinarismo, monofisismo, monotelismo.
En el límite extremo se llega incluso a rehusar lo
divino (Arrianismo y Adopcionismo).

V. APOLINAR Y PRIMER CONCILIO DE CONSTANTINOPLA


(Obispo de Laodicea, aparece en acción hacia el año 360)

Su enseñanza

Cristo no puede ser nuestro salvador sino siendo realmente Dios: y esto se da en la medida en que el
hombre Jesús constituye con el hijo de Dios uno solo y mismo ser (reacción contra teólogos antioquenos
que hablaban de una simple unión moral).

Su objetivo principal es explicar la unidad profunda del hombre - Dios.

Su afirmación: La unidad de Cristo sería inconcebible si Cristo poseyera dos naturalezas completas. Es
preciso decir que Cristo no poseía una humanidad completa: le faltaba el alma humana, el lugar de ella lo
ocupaba el Verbo, de ahí surge la unidad profunda de Cristo.

Posteriormente Apolinar acepta hablar de un alma humana en Cristo, pero adoptando la división tripartita
de la filosofía oriental (cuerpo, alma, espíritu) rehusó hablar de un espíritu humano en Jesús.

Cristo no puede ser uno sino a condición de ser un hombre incompleto. El Logos consustancial al Padre
asumió un cuerpo mortal, pero sin el alma racional. El Logos hace el papel del alma humana racional en
Jesús: el que piensa, quiere elige es el Logos.

Argumentos:

1. Filosófico: dos entidades perfectas, completas, cerradas en si mismas, no pueden formar una unidad.
Todo lo completo tiene una unidad propia, no puede unirse a otra y formar una tercera unidad.

2. Religioso: el Espíritu humano es fundamentalmente libre por tanto susceptible de pecar. Si Jesús
hubiera tenido Nous y libertad como hombre, nuestra salvación habría tenido un fundamento muy
endeble.

Consecuencias:

1. El verbo se hizo carne debe ser interpretada en sentido literal: tomó una carne, un cuerpo.

2. Cristo no posee más que una naturaleza concreta, ya que al no poder existir el cuerpo de Cristo fuera del
Verbo, no merece el nombre de naturaleza.
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Sínodo Alejandrino (362) condena a Apolinar. Dámaso condena error de Apolinar en el Concilio Romano
del 382 (Dz. 65)

Respuesta de Atanasio y del papa Dámaso

1. Atanasio

Influencias de Orígenes y de Ireneo. Idea del intercambio: arma fundamental contra arrianos y apolinos:

 Presupone la divinidad: solo aquel que es verdadero Dios nos puede divinizar.
 Presupone la humanidad: si Cristo no tiene alma humana no nos ha salvado realmente:
“únicamente quedó curado aquello que fue asumido por el Verbo: únicamente se salvó lo que se
unió a Dios”.

Cristo nos salvó por su cuerpo y por su alma. Tan inútil sería que la Palabra no fuera verdadero Hijo de
Dios por naturaleza, como que no fuera verdadera carne la que asumió.

2. San Dámaso (Papa 366 - 384)

(De sus cartas a los obispos orientales): “Algunos dicen que el Señor y Salvador nuestro Jesucristo ha
tomado de la Virgen María hombre imperfecto, es decir sin intelecto. ¡Cuanta cercanía hay con el
arrianismo!. Aquellos dicen en el Hijo una divinidad imperfecta, estos hayan en el hijo del hombre una
humanidad imperfecta.

Pero si Dios asumió un hombre imperfecto, el don de Dios es imperfecto, imperfecta nuestra salvación,
porque no nos ha sido salvado todo el hombre... si todo el hombre pereció, fue necesario que todo fuese
salvado. (Ds 146)

“Lo que no ha sido asumido no ha sido salvado”. Es el principio que utiliza Atanasio, Dámaso, Gregorio
de Niza, etc.

Concilio Romano 382 (Se conservan de él algunos cánones)


Dz. 65: “Anatematizamos a aquellos que dicen que el Verbo de Dios estuvo en la carne humana en lugar
del alma racional e inteligente del hombre, como quiere que el mismo Hijo, Verbo de Dios no estuvo en su
cuerpo en lugar del alma racional e inteligente sino que toma y salva nuestra alma, pero sin pecado”

Primer Concilio de Constantinopla (381)


II Concilio Ecuménico. (Dz. 85 - 86)

Plena humanidad de Cristo. Condena a los Apolinaristas. Motivos:

 La economía de la carne no es inanimada, ni irracional, ni incompleta


 El Dios - Palabra eterna, perfecta antes de todos los tiempos, se hizo hombre perfecto en los
últimos días por nuestra salvación.

Condenación de los herejes


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85 Can. 1. No rechazar is fe de los trescientos dieciocho Padres reunidos en Nicea de Bitinia, sino que permanezca firme y
anatematizar toda herejia, y en particular la de los eunomianos o anomeos, la de los arrianos o eudoxianos, y la de los
semiarrianos o pneumatomacos, la de los sabelinos, marcelianos, la de los fotinianos y la de los apolinaristas.

Símbolo Niceno - Constantinopolitano

86 Creemos en un solo Dios, Padre omnipotente, creador del cielo y de la tierra, de todas las cosas
visibles o invisibles. Y en un solo Señor Jesucristo, el Hijo unigénito de Dios, nacido del Padre antes de
todos los siglos, luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero, nacido, no hecho, consustancial con el
Padre, por quien fueron hechas todas las cosas ; que por nosotros los hombres y por nuestra salvación
descendió de los cielos y se encarno por obra del Espíritu Santo y de Maria Virgen, y se hizo hombre, y
fue crucificado por nosotros bajo Poncio Pilato y padeci6 y fue sepultado y resucitó al tercer día según
las Escrituras, y subió a los cielos, y esta sentado a la diestra del Padre, y otra vez ha de venir con gloria
a juzgar a los vivos y a los muertos ; y su reino no tendrá fin. Y en el Espíritu Santo, Señor y
vivificante, que procede del Padre, que juntamente con el Padre y el Hijo es adorado y glorificado, que
hablo por los profetas. En una sola Santa Iglesia Católica y Apostólica. Confesamos un solo bau tismo
para la remisión de los pecados. Esperamos la resurrección de la carne y la vida del siglo futuro. Amen.

VI. EL NESTORANISMO Y EL CONCILIO DE EFESO

La enseñanza de Nestorio

428, Obispo de Constantinopla, por Teodosio II. Encuentra una comunidad dividida a propósito del título
de “Theotokos”. Reacciona frente a este título de “Madre de Dios” dado a María por los doctores de la
Escuela de Alejandría. Para Nestorio María es “Madre de Cristo” (“Christotokos”).

Afirma la dualidad de naturaleza y explica la unidad de la persona de Jesús de manera inadecuada:


distingue en Jesucristo dos sujetos, dos personas: una divina, eterna, inmortal, todopoderosa: El Verbo.
Otra humana, mortal, histórica, humilde: Jesús o Cristo.

En Cristo hay dos naturalezas distintas y completas: Divinidad impasible, inaccesible en el tiempo.
Humanidad mortal, capaz de sufrir y padecer, nacida en el tiempo.

Hay que reservar estrictamente a cada una de las dos naturalezas las propiedades que le corresponden. Y
hay que reservar a la única persona los nombres que traducen la unión de la humanidad y de la divinidad:
Cristo, Salvador, etc.

 No se puede decir que María haya dado nacimiento a Dios, María no es Madre de Dios, sino de un
hombre instrumento de la divinidad. El Espíritu Santo no hizo de la Virgen al Dios Palabra, sino que
le edificó su templo.

 La divinidad habita dentro de la humanidad como en un templo.


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 Lo que es discutible es la naturaleza del lazo que une en Cristo al hombre y a Dios. ¿Es esta unión
tan estrecha que permita considerar a Cristo como un ser concretamente uno y decir, por
consiguiente, que María es la Madre de Dios?

Se le acusa de ver en Jesús un simple hombre.

Sínodo de Roma (430) condena a Nestorio. Cirilo redacta, junto a un Sínodo de Alejandría, una confesión
cristológica con doce anatematismos contra Nestorio.

San Cirilo de Alejandría

 Fiel al principio alejandrino “Dios se hizo hombre a fin de que los hombres se hicieran dioses”, no
ve en Jesús más que a un único sujeto de atribución, que es el Verbo.

 Lo esencial es que el hijo de Dios se haya hecho uno de nosotros y que nos haya rescatado por su
muerte. Para esto es preciso que su muerte haya sido la de un Dios.

 El verbo se ha hecho carne, no que ha “asumido a un hombre”, como piensa Nestorio. No que la
naturaleza divina se haya transformado para volverse carne, sino que el Verbo, uniéndose según la
hipóstasis a una carne animada con alma racional, se ha hecho hombre y se ha llamado hijo del
hombre. No sólo tomando una máscara de hombre sino en verdadera unión, resultando un solo Dios
y Cristo.

 Aunque el Hijo existe desde siempre y ha sido engendrado por el Padre, también se dice que ha sido
engendrado según la carne por una mujer. No que la naturaleza divina haya comenzado a vivir en
María.

 Se llama a María “Madre de Dios” porque ha nacido de ella esta humanidad a la cual el Verbo se ha
unido según la hipóstasis.

 Víctima de la terminología deficiente de Apolinar llega a afirmar: una es la naturaleza del Verbo
encarnado.

La diferencia de fondo. Está en la relación entre el hombre y Dios en Jesucristo.

Nestorio: el hombre Jesús se une al Hijo de Dios por una identificación de amor.

Cirilo: el hombre Jesús se une al Hijo de Dios por una identificación ontológica. .
La unión está dada desde la raíz más profunda del ser humano de Jesús y del ser divino del Hijo de Dios.
Es ontológica: brota del ser mismo humano de Jesús y del ser mismo divino del Hijo de Dios.

Unión permanente, inseparable, que excluye la posibilidad de pecado, que persiste en la muerte y más allá
de la muerte en la resurrección.

Nestorio se fija más en la distinción de naturalezas, Cirilo acentúa la unión del sujeto; mediante la cual
puede afirmarse de Dios lo humano y del hombre lo divino.
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Nestorio ponía el centro de la fe salvadora en la plena divinidad de la Palabra.

Cirilo en el que Dios mismo asume nuestra existencia humana, la comparte y santifica.

El modo como Nestorio separa lo divino de lo humano, refiriendo lo humano exclusivamente a Cristo,
significaba la negación de la redención.

Concilio de Éfeso (431)


Dz. 111 - 124

El concilio no aprueba símbolo propio, aprueba segunda Carta de Cirilo a Nestorio.

Definición Dogmática de la Virgen María como “Madre de Dios” (Theotokos). Condena a Nestorio y
confiesa que Cristo es uno, a causa de esa unidad la Virgen puede ser llamada “Madre de Dios”. El Hijo de
Dios es misteriosamente el sujeto de la vida humana de Jesús.

Lo que está en juego en Efeso es la unidad de Cristo, para la cual no se ha encontrado la expresión
adecuada. Cirilo habla de una naturaleza del Verbo encarnado. Nestorio hablaba de dos hipóstasis o
sustancias. No había acuerdo en la terminología.

La diferencia de fondo está en la relación entre el hombre y Dios en Jesucristo. Para Nestorio el hombre
Jesús se une al Hijo de Dios por una identificación de amor. Para Cirilo, el hombre Jesús se une al Hijo de
Dios por una identificación ontológica.

Concilio de unión (433)


(Dz. 142)

 Esfuerzo por realizar la unión entre las dos tendencias.

 Símbolo redactado por Teodoreto (antioqueno) es aceptado por Cirilo.

 Juan de Antioquia, con una confesión cristológica, pretende condenar el apolinarismo de Cirilo.
Busca salvaguardar la inviolabilidad de la divinidad. Confiesa un solo Señor y un solo Hijo: el
mismo Dios y hombre. La unidad Dios – hombre nace en la encarnación.

 Cirilo llega a reconocer que puede hablarse de dos naturalezas y dividirse las frases referentes al
hombre - Dios con arreglo a esas naturalezas.

 La encarnación no significa transformación de lo humano en la naturaleza divina. Tampoco asunción


de la función del alma humana por parte de la Palabra. Carne de Jesús sometida a la caducidad.
Compartió nuestras debilidades, con su santidad las venció mediante la resurrección.

 Reconoce en el hombre Jesús una tensión entre la voluntad humana y divina frente a la muerte.
Supera esta contradicción por su obediencia, merced a la fuerza que le venía de Dios.
14
VII. EL MONOFISISMO Y EL CONCILIO DE CALCEDONIA

La enseñanza de Eutiques

Superior de una comunidad monástica compuesta por 300 monjes. Su influencia crece a través de
Crisapio, eunuco del Emperador.

 Se afirma a la fórmula Ciriliana de que en Cristo hay una sola naturaleza: monofisismo. Hablar de
dos naturalezas es dividir a Cristo.
 La divinidad absorbe a la humanidad, no la aniquila, sino que la cambia.
 Rechaza símbolo de unión y acusa de nestorianismo a sus defensores.
 Jesucristo es el resultado de la unión de dos naturalezas, pero tras la unión hay una sola naturaleza.
El hombre - Dios no es homousios con nosotros.

Consecuencia de estas afirmaciones

 Dos naturalezas antes de la unión. Presupone la existencia de la naturaleza humana de Jesús antes de
la unión (= adopcionismo grosero)

 Una naturaleza después de la unión. Composición y confusión de lo divino y lo humano.

 Si no es homousios con nosotros, no se ha hecho auténticamente hombre, no ha nacido


verdaderamente de María y de Adán.

Es condenado por Flavian, Patriarca de Constantinopla, en un Sínodo celebrado en Constantinopla el 448


donde se le excomulga.

Eutiques pide ayuda a Dióscoro, Patriarca de Alejandría, quien acude al emperador. Éste cita a un concilio
en Efeso el 449 al cual no se invita a los obispos antioquenos.

El “Latrocinio de Efeso”: Presidido por Dióscoro, Patriarca de Alejandría. Se presiona a los obispos a
firmar lo que decía Eutiques. Se trata de nestorianos a los que no quieren firmar. Se prohíbe a los legados
papales a leer una carta del Papa León Magno: el “Tomo a Flavian”. El Papa León Magno repudia el
Latrocinio de Efeso junto con un Concilio en Occidente (Roma).

El “tomo a Flavian”

 El Hijo eterno nacido del Padre, nació de María por nosotros. Dos nacimientos, dos naturalezas, pero
ambas se refieren al mismo sujeto: el Hijo de Dios. En las dos naturalezas es uno y el mismo, una
sola persona.

 Es y sigue siendo Verdadero Dios y se hace enteramente hombre por nosotros. Esta distinción de
naturalezas es indispensable para nuestra salvación: mortal para participar de nuestra muerte,
inmortal para vencerla.
15
 Corresponde a esta distinción de naturaleza la consiguiente distinción de obras y destino y la
diferencia de las frases bíblicas.

 Se da a la vez la unidad, comunidad de efectos e ínter cambiabilidad de predicados. La unidad de


la persona hace que la que corresponde a cada una de las naturalezas puede decirse también de la
persona (Comunicación de idiomas).

Concilio de Calcedonia (451). IV ecuménico (contra los monofisitas). Dz. 148

Convocado por el emperador Marciano. Los legados papales van con la orden de presidir el Concilio y de
aprobar el “Tomo a Flavian”. La aprobación del Concilio le da al “Tomo a Flavian” carácter normativo
para la fe de la Iglesia, de definición dogmática. La gran mayoría de los padres que se reúnen son de
Oriente. Se desarrolla en seis sesiones.

Enseñanza de Calcedonia

Hace suya la fórmula de Nicea y de Constantinopla I. Aprobación conciliar de dos cartas de Cirilo a
Nestorio y su escrito del 433. Aprobación del “Tomo a Flavian”.

Definición de las dos naturalezas de Cristo I


148. Siguiendo, pues, a los Santos Padres, todos a una voz enseñamos que ha de confesarse a uno
solo y el mismo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, el mismo perfecto en la divinidad y el mismo
perfecto en la humanidad, Dios verdaderamente, y el mismo verdaderamente hombre de alma
racional y de cuerpo, consustancial con el Padre en cuanto a la divinidad, y el mismo consustancial
con nosotros en cuanto a la humanidad, semejante en todo a nosotros, memos en el pecado [Hebr. 4,
15]; engendrado del Padre antes de los siglos en cuanto a la divinidad, y el mismo, en los últimos
días, por nosotros y por nuestra salvación, engendrado de Maria Virgen, madre de Dios, en cuanto a
la humanidad; que se ha de reconocer a uno solo y el mismo Cristo Hijo Señor unigénito en dos
naturalezas, sin confusión, sin cambio, sin división, sin separación, en modo alguno borrada la
diferencia de naturalezas por causa de la unión, sino conservando, más bien, cada naturaleza su
propiedad y concurriendo en una sola persona y en una sola hipóstasis, no partido o dividido en dos
personas, sino uno solo y el mismo Hijo unigénito, Dios Verbo Señor Jesucristo, como de antiguo
acerca de El nos enseñaron los profetas, y el mismo Jesucristo, y nos lo ha trasmitido el Símbolo de los
Padres [v. 54 y 86].

Uno y el mismo

En dos naturalezas, sin confusión, sin cambio, sin división, sin separación
 Apoyo en León Magno.
 Sin confusión (ya en Tertuliano): la distinción de las dos naturalezas no queda anulada por la
unión, sino que en ella (en la unión) se conserva el carácter de cada una.
 sin cambio (en Diodoro y Crisóstomo): indica la permanencia de lo divino y lo humano.
 Sin división ni separación: contra adopcionistas (= hacían depender totalmente la divinidad de la
voluntad humana mudable). La humanidad y la divinidad sólo pueden distinguirse en su unidad,
pero no separarse.
16
Las dos naturalezas convergen en un “prosopon” y una “hipóstasis”. Hipóstasis como paralelo a prosopon
y distinto de “Phisis”. La unidad del hombre – Dios no se sitúa a nivel de las naturalezas sino a nivel de la
hipóstasis. Hay una unidad de ser que no radica en la “Phisis” divina, sino en la persona del Hijo, en su
“prosopon – hipóstasis”.

 ¿Qué es el hombre – Dios?: Dios y hombre, con todas las diferencias que ambas naturalezas
implican.
 ¿Quién es él?: el Hijo eterno, que como hipóstasis es distinto del Padre y del Espíritu, y que ahora
vive como hombre.

No dividido o separado en dos “prosopon”. Uno y el mismo, Hijo unigénito, Palabra de Dios, el Señor
Jesucristo.

Afirmaciones principales

 Modelo básico: “uno y el mismo”. El propio Hijo de Dios vino para salvarnos. Es totalmente hombre
de nuestra naturaleza. A la vez Verdadero Dios y Verdadero hombre: no un ser a medias. Una
persona en dos naturalezas.

 La unión hay que buscarla en la línea de la persona. La dualidad hay que buscarla en la línea de las
naturalezas.

 No hay confusión de las dos naturalezas: (clara condenación del Monofisismo), sí unidad de
persona.

Aporte de Calcedonia

 El concepto de “hipóstasis” (persona)

Hacia arriba: descarta que Cristo sea un mero instrumento creado por el Padre. Descarta que Jesús
sea el Padre

Hacia abajo: descarta que la unión sea provisoria, producto de un querer mudable, que sea una
unión puramente moral (sino ontológica y definitiva).

 Al hablar de hipóstasis del Hijo. La consustancialidad se da en un Dios en el cual hay tres diversas
personas (destruye monarquianismo judío y muestra a Dios como Padre)

 Consustancial a nosotros según la humanidad. Expresa que Dios Padre al enviar al Hijo se hace
plenamente hombre y parte de nuestra historia.

 Unión en la hipóstasis del Hijo: señala el lugar en el cual hay que buscar y situar la acción
salvadora de Dios Padre. En el hombre Jesús que está relacionado por su mismo ser sustancial al
Hijo de Dios Padre, que está sustentado por el Hijo de Dios. (Rescata y clarifica la doctrina del
Nuevo Testamento del carácter único del Hijo de Dios).

La unión según la hipostasis


17

Leoncio de Bizancio

Aplicó al problema cristológico algunas categorías aristotélicas.

 Distingue entre “Phisis” (= naturaleza), que implica simplemente la idea de ser, e “hipóstasis”: idea
de subsistencia; si es una subsistencia racional se le dará el nombre de persona.
 Aunque la naturaleza humana de Cristo es absolutamente completa, es evidente que no se puede
hablar aquí de persona, ya que el hombre Jesús no existe independientemente del Verbo
 Para Leoncio la naturaleza humana de Cristo está hipostasiada. Hay que hablar no de una unión
física, sino de una unión hipostática
 No existe naturaleza individual sin hipóstasis, pero no toda naturaleza individual es una hipóstasis.
La humanidad de Cristo, pues, no subsiste en sí misma, sino en la hipóstasis del Verbo, está
enhipostasiada.
 Por varios intermediarios, de los cuales el principal será san Juan Damasceno, este vocabulario y la
teología que expresa, se impondrá primero al Oriente Ortodoxo y después a la teología escolástica.

Concilio de Constantinopla II (553)

Emplea varias veces la expresión “unión según la hipóstasis”. Fórmula que anuncia la que se adoptará más
tarde: “unión hipostática”

 Canon 4 (Dz. 216): “… la unión de Dios Verbo con la carne animada de alma racional e inteligente
se hizo según composición o según hipóstasis, como enseñaron los santos padres…”.
 Canon 5 (Dz. 217): “… el Verbo de Dios se unió a la carne según hipóstasis y por eso es una sola
la hipóstasis de El, o sea, una sola persona, y que así también el santo Concilio de Calcedonia
había confesado una sola hipóstasis de nuestro Señor Jesucristo…”.
 Canon 8 (Dz. 220): “… al decir que el Verbo unigénito se unió según hipóstasis, no decimos que
hubiera mutua confusión alguna entre las naturalezas, sino que entendemos más bien que,
permaneciendo cada una lo que es, el Verbo se unió a la carne…”.
Los diez primeros anatemas del Concilio pueden compararse a los de Cirilo. No está establecido que
fuesen aprobados por el Papa Vigilio. En el “Indicatum” de 554, Vigilio solamente repitió los tres últimos
anatemas del Concilio de 553, anatemas referentes a los tres capítulos, es decir, a los escritos de Teodoro
de Mopsuesta, de Teodoreto y de Ibas.

Sínodo Lateranense DH 506

VIII. MONOTELISMO (una sola voluntad) y MONOENERGISMO (una sola acción


divino - humana)

La enseñanza de Sergio. Patriarca de constantinopla (610 - 638)

 En Cristo hay dos naturalezas pero una sola operación divina - humana
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 Ideas monofisista (anticalcedonia) contra el modo y forma como León había dividido en su toma
a Flaviano la actividad del hombre - Dios en dos naturalezas.

Heraclio. Emperador, decreta en el 638

 Prohibido hablar de una o dos operaciones. Uno y el mismo obró tanto lo divino como lo
humano.
 A fin de Evitar que en Cristo hay dos voluntades opuestas confesamos una sola voluntad de
nuestro Señor Jesucristo.
 La carne animada por el Espíritu nunca actúa por propio impulso y en oposición a la palabra de
Dios.

Papa Honorio (625 - 638)

 No adopta postura negativa ante las ideas de Heraclio.

Sofronio de Jerusalén (634 - 638). Máximo el Confesor (580 - 662)

 Con estas ideas se escamotea lo central de Calcedonia.


 Si la libertad humana de Jesús no es más que el instrumento pasivo de la voluntad divina y está
privada de toda autonomía, el hombre - Dios deja de asumir precisamente esa realidad que en el
hombre constituye el lugar de la rebeldía y la obediencia a Dios.

Sínodo de Letrán (645). Dz 266

 Papa Martín condena doctrina de la única voluntad y de la única operación.


 Las dos voluntades de Cristo se han unido armónicamente, el mismo quiere nuestra salvación con
ambas naturalezas.

Papa Agatón celebra el 680 un Sínodo en Roma que redacta una profesión de fe retomando el concilio de
Calcedonia y cita a León.

 Uno solo de dos naturalezas. Cada naturaleza conserva después de la unión sus propiedades, cada
una hace en comunión con la otra lo que le es propio.
 Dos naturalezas, dos voluntades naturales.

Concilio Constantinopla III (680 - 681)

 Renueva condena a herejías anteriores, se reproducen anatemas contra los defensores y favorecedores
del monotelismo. Promulga una definición Cristológica que reproduce la definición Calcedonia.

 Proclama la doctrina de las dos voluntades y operaciones del hombre - Dios.

Dos voluntades naturales y dos operaciones naturales: indivisibles, inmutables, inseparables,


inconfundibles.
19
No se contraponen enteramente: la voluntad humana no queda destruida por la deificación sino a
salvo.

 Recoge palabras de León corrigiendo sus defectos

Corrige esquema simétrico: Una persona en dos naturalezas expresa insuficientemente que esta
única persona se identifica con su naturaleza divina (desde la eternidad) de modo diferente a como
se identifica con su naturaleza humana (que le viene por gracia, por nosotros y por nuestra
salvación)

 Va más allá de una concepción puramente estática de la naturaleza humana de Jesús: A la naturaleza
humana de Jesús corresponde una operación y un querer auténticamente humano. En la vida humana de
Jesús el sujeto activo es el mismo Hijo de Dios que vive como hombre lo que ya es como Hijo de Dios.
Revela al Padre en una existencia auténticamente humana. Como hombre actúa con auténtica libertad
humana.

Partiendo de la naturaleza vuelve a fijarse en la vida histórica del Hijo de Dios.

DIOS DE LA KENOSIS

La encarnación es producto de una decisión libre de Dios… Que sale de si y se ofrece dándose a su
creatura.

La encarnación es la afirmación máxima de la creatura por su creador de forma que aún persistiendo la
profunda diferencia entre ambos, sin embargo se da la más profunda vinculación de uno a otro.

Vista desde Dios, la encarnación es auto donación y vista desde el hombre es la realización plena de la
humanidad: la Kenosis de Dios es así la Theosis del hombre.

La Encarnación de Dios que hemos conocido no es una encarnación “neutral”.

 El abajamiento, no consiste simplemente en que siendo Dios se hizo hombre, sino en que se ha hecho
alguna forma de negatividad humana: esclavo, pobre, maldición.

 La encarnación va unida a la cruz y su consumación resucitada pasa necesariamente por el Calvario, en


una muerte que ni el mundo va a aceptar ni Dios va a evitar con su poder.

 La kenosis es un movimiento solidario de Dios con nosotros que tiene un fuerte carácter salvífico:
“...para librarnos de la maldición de la Ley” (Gal 3, 13), “ para que los vivos no vivan para sí “ (2 Cor
5, 15), “para recibir la adopción de hijos suyos” (Gal 4,4).

 En este proceso, aquello con lo que Jesús nos salva no es su poder. Jesús nos enriquece con su
pobreza; el pecado es vencido por la debilidad, en un proceso cuyo origen es el amor de Dios que
libremente decide darse a sí mismo.
20

LA MUERTE DE JESUS
La muerte de Jesús fue “la factura de su vida”. Relativizó lo sagrado de su tiempo. Radicalizó (Mt 5, 21ss)
lo que en su tiempo no se consideraba importante.

La muerte estuvo presente desde el comienzo en la vida de Jesús en forma de fracaso, de incomprensión.
Mc 3,6 señala la presencia temprana de la muerte en la vida de Jesús. Así, la muerte final no hay que verla
como un capítulo aislado.

M. Kähler afirma que los Evangelios son una historia de la pasión con una amplia introducción, que se
añade posteriormente.

Subida de Jesús a Jerusalén

Supuso un giro decisivo en su vida. No porque Jesús subiera a Jerusalén a buscar su propia muerte. Mc 8,
31; 9, 31; 10, 33 serían relatos “ex eventu” (vaticinios hechos a partir del acontecimiento), quieren
acentuar que Jesús es dueño absoluto de su vida, que la muerte de Jesús no tomó a Dios por sorpresa.

La subida no fue un acto de desesperación. Bultmann dice que fue un acto de desesperación. El cree que
Jesús tenía dudas sobre su identidad, sobre su misión. Y sube en esta época conflictiva para saber con
certeza su identidad, su relación con Dios. Sube a Jerusalén a tentar a Dios para aclarar su identidad. La
muerte de Jesús fue un malentendido, se le creyó Mesías político. La verdad es que de esto no hay datos.

¿A qué subió? Se piensa que subió a lo que subía todo profeta. Ilusión de predicar su mensaje algún día en
Jerusalén, la ciudad santa. Además, como Judío tenía la obligación de subir. Esto no significa que Jesús no
pudiera contar con la posibilidad de su muerte:

 Acusaciones que corrían en su contra: que no guardaba el sábado, que despreciaba la Ley
 Estaba presente la muerte de Juan Bautista: sus mensajes y sus personalidades eran muy parecidas
 Era para Jesús conocido el destino de los profetas y él se había situado en la línea denunciante de los
profetas

Por todo esto Jesús podía contar con su muerte, pero no la busca ni la provoca. Va a Jerusalén a anunciar
su mensaje.

Los relatos de la Pasión

Los Evangelios ven la muerte de Jesús desde su Resurrección. Los Evangelios fueron escritos “sub lucis
resurrectionis” (Rahner), por eso es difícil discernir lo histórico. La muerte de Jesús en los Evangelios está
teologizada. Se insiste más en la teología que en la historia.

Los Evangelios intentan hacer ver que en la muerte de Jesús se cumplieron las escrituras. Se insiste
mucho en ello. Todos los hechos están respaldados por citas o datos del A.T.

 Mi alma está conturbada hasta la muerte (S. 43, 5). Imposible que ésta haya sido la oración
21
 Mi casa es casa de oración para todos los pueblos (Is 56, 7). Es imposible que Jesús digiera estas
palabras, porque lo del Templo era normal, el Templo es imposible de profanar. Este no sería el
motivo de la expulsión.
 Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado (S. 22). Citar el comienzo del salmo era hacer morir
a Jesús en el espíritu del Salmo entero. Se quiere transmitir que Jesús murió e una situación de
confianza puesta a prueba. Mc.: grito fuerte de Jesús

La fuente “Q” no tiene historia de la pasión ni hace alusión a ella. Lo que los Evangelios quieren hacer ver
es que por encima de la intriga humana hay una voluntad de Dios que hace que la muerte de Jesús sea algo
digno y conveniente: Lc 24, 26ss. Muy difícil distinguir lo que es creación de la comunidad y lo que es
histórico.

A la teología actual le parece que estos acontecimientos debieron ser:

Entrada de Jesús en Jerusalén (Mc 11, 1ss).

Desencadena el conflicto final. Tiempo de la pascua, grandes multitudes acceden a Jerusalén. Multitudes
oprimidas que en la Pascua reviven las grandes esperanzas mesiánicas: liberación. Acuden con ansias de
liberación. Época propicia para despertar esperanzas escatológicas.

Probablemente no revistió la solemnidad con que hoy la recordamos. Si hubiera sido así habría sido sobre
un caballo blanco. Los evangelistas para destacar la falta de pretensiones lo ponen en un pollino, símbolo
de la humildad. No sabemos con exactitud cómo fue.

La entrada no debió ser solemne pero había ciertos rasgos que muestran la pretensión de Jesús. La entrada
debió llamar la atención a los dirigentes políticos y religiosos de aquel entonces.

La expulsión de los mercaderes del Templo (Mc 11, 15ss)

Acción misteriosa de Jesús. Aparentemente inmotivada: lo que ocurría en el Templo era algo normal,
legítimo, legal. Lo que ocurría no profanaba el Templo. El recinto sagrado del Templo estaba
perfectamente protegido.

Lo de Jesús fue tomado como provocación. Está contra la ley judía. Lo que allí ocurría era legítimo para el
judío.

Hoy se ve esta acción ante todo como simbólica. El Templo se había convertido en la mediación por
excelencia de la relación hombre – Dios. Jesús viene a arrasar esta mediación. A arrasar lo viejo, los
cánones normales, y viene a decir que ha surgido una forma nueva de relación, para la que no es necesaria
la mediación del Templo.
La acción de Jesús es una crítica al “statu quo” del Templo, y según Belo, de la economía del Templo.

¿Cuándo realizó Jesús esta acción? Juan = al comienzo de su vida pública. Sinópticos = al comienzo de su
pasión. Juan tiene interés en mostrar ya desde el comienzo que los judíos son los auténticos enemigos de
Jesús, por eso coloca este conflicto al comienzo. Los sinópticos: para ver que la muerte fue el resultado del
enfrentamiento con los judíos.
22
La exégesis piensa que no podemos inclinarnos por ninguna de las dos: Trocmé, Schillebeeckx, dicen que
ni al comienzo ni al fin, sino que en algún momento entre las dos cosas. Piensan que desde el punto de
vista histórico debió convertir s Jesús en una especie de héroe popular, al enfrentarse con los romanos y
saduceos, pero su última semana no fue la más popular de Jesús.

Estos acontecimientos debieron impulsar a las autoridades a intervenir, por eso se decidieron a actuar antes
de la fiesta de Pascua, para evitar así el tumulto (Mc 14, 2).

Dos cronologías:

Sinópticos = celebra el jueves la cena pascual con los discípulos. Se retira al huerto y esa misma noche es
prendido, juzgado por el sanedrín. Anas (no es sumo sacerdote), juzgado por Pilatos y el 15 de Nizan (día
de fiesta) es crucificado.

Juan = (18, 28) Jesús muere el 14 de Nizam, el día anterior a la fiesta.


La exégesis se inclina por esta fecha porque parece bastante improbable que el sanedrín se reuniera en el
día de fiesta. Los discípulos y los que lo prendieron llevan armas, y Simón de Cirene viene del trabajo:
ambas cosas son impensables en tiempo de fiesta.

Traición de Judas

No sabemos si en realidad se llamaba Judas. No sabemos por qué lo traicionó. Mateo indica que por
dinero, pero lo toma del A.T. Se trataría más bien de una decepción política de Judas frente a Jesús, no
para que lo maten, sino que quería ponerlo en una situación límite para que Jesús se decidiera por los
zelotes. Iscariote = el hombre de Cairot. No se ha encontrado ningún lugar llamado así. Iscariot sería una
degeneración de Sicarious = zelota. Judas sería un zelota y quiso ganar a Jesús para su movimiento.

Prendimiento

Conzelman dice que no se puede saber si hubo una traición.

Tiene lugar fuera de la ciudad. Moltmann dice que esto significaría que Jesús rompe la distinción entre lo
profano y lo sagrado, por esto no ocurre en la ciudad Santa.

La oración en el huerto. Las palabras serían creación de la comunidad. Sí podemos saber que Jesús oró en
el huerto y es bastante probable que haya ido por esta línea. Destacable es que se hable de lucha interior de
Jesús en el huerto, de que tiene pavor y angustia. La muerte de Jesús está descrita desde el miedo, de la
soledad. La soledad de Jesús es teología de Marcos. En Marcos los discípulos tienen que abandonar a
Jesús (contrario del seguimiento es el abandono en Marcos). La huida de los discípulos es ruptura del
seguimiento, de “el estar con él” de que habla el mismo Marcos. Los discípulos no están a la altura del
momento, y según él no hay conato.

El único que quiere ennoblecer la escena del prendimiento es Juan. Ante Jesús los que quieren apresarlo
caen al suelo. Acentúa el carácter voluntario de Jesús en la pasión.

Negación de Pedro. Gran hondura humana. No es únicamente Judas el que lo abandona y entrega. Pedro lo
niega. Ninguno de los dos está a la altura del momento. Esto acentúa la soledad de Jesús. La exégesis se
inclina por la historicidad de esta negación. Esto sólo podría ser inventado por enemigos de Pedro, y no
23
hay datos de la existencia de enemigos de Pedro. Pedro mismo habría contado más tarde el hecho. El
núcleo es al menos histórico. Lo de las tres veces significa que la negación fue radical: el número tres es
plenitud.

Interrogatorios (Mc. 14, 53 – 65 y //s)

Ante el sanedrín. Van orientados a la confesión de que Jesús es el Mesías, el Cristo. No sabemos que
asistieran discípulos como testigos. Y hay contradicciones muy fuertes con lo que era un proceso normal
Judío: 1) Tratándose de delitos capitales sólo se podía juzgar de día; 2) No se podía juzgar en día de fiesta;
3) No se podía terminar el juicio en un sólo día; 4) Por pretensión mesiánica nadie era condenado. Le
aplican el castigo máximo que se aplica a los rebeldes políticos y a esclavos.

Ante Pilatos. Mucho más difícil saber lo que hay de histórico. En los evangelios la actuación de Pilatos
tiende a convertirse en el instrumento pagano que proclama la inocencia de Jesús. Relato muy teñido de
teología posterior. Hay clara intención apologética. Pilatos quiere soltarlo, pero ya es tarde. Tendencia
apostólica de liberar a Pilatos de su culpabilidad. Hay diferencias de la imagen de Pilatos entre la tradición
cristiana y la de los documentos: Pilatos aparece aquí como violento y sanguinario. Esta desemejanza se
produce por el intento de la tradición cristiana de que la responsabilidad última de la muerte de Jesús
recaiga sobre los judíos.

La crucifixión

Histórico el que una persona ayude a llevar la cruz. Se dan los nombres: Simón de Cirene y el de sus hijos.
Algunos piensan que Simón continuó con la cruz y el crucificado fue Simón el Cireneo (¿?) (Lehmann).
Era costumbre una esponja en vinagre y aliviar al moribundo. Echar a suerte lo que poseía el crucificado.
El poner la causa de la condenación sobre la cruz. Histórico es que Jesús llevara parte de la cruz, la parte
vertical estaba puesta y la parte horizontal era llevada por el condenado.

Significativo es que los evangelistas no describan la crucifixión (Rahner), T.VII).

La muerte de Jesús es descrita de forma bien diferente por los evangelistas

Hay muchas y distintas teologías en ellos:

 Marcos y Mateo ven la muerte de Jesús es forma muy trágica. Murió dando un grito fuerte. Confianza
puesta a prueba. El judío que se dirige a Dios desde la lejanía. Bonheffer dice que Marcos ve la muerte
de Jesús como silencio de Dios: “Jesús muere ante Dios y sin Dios”
 Juan elimina los aspectos negativos. Todo es serenidad y gloria. La cruz es ya la exaltación de Jesús.
Juan ve la muerte desde arriba. Acentúa aspectos que en los otros evangelios no aparecen. La Virgen,
tengo sed, todo ha sido cumplido. Hay muerte de héroe.
 Lucas. 1) se ocupa del perdón de Jesús; 2) la cruz ya es un acontecimiento salvífico: en ella Dios salva
al buen ladrón, aspecto soteriológico; 3) confianza: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”.

Los milagros que siguen a la muerte de Jesús

Resurrecciones, velo del templo rasgado, tinieblas. Todos eran signos propios de la apocalíptica: 1)
resurrección universal al final de los tiempos; 2) juicio; 3) la historia como un todo universal. Estas tres
ideas tuvieron que ser bien fundamentadas en la concepción de Jesús. Pocas probabilidades de ser
24
históricas. Son rasgos que indican que con la muerte de Jesús empieza algo nuevo. Se rasga el velo de lo
antiguo, nueva relación de Dios con el hombre.

Igual cosa lo del centurión: teologización. Es la revelación en sus contrarios (Moltmann).

El entierro de Jesús

Algunos lo consideran histórico. Sencillez del relato, no tendencioso. Otros piensan que nada se puede
saber sobre el entierro de Jesús, sino que tal como está narrado en el Nuevo Testamento viene a resaltar la
dignidad del que ha muerto (sepulcro nuevo). H. Braum piensa que Jesús fue enterrado en una tumba
común. No hay datos para afirmar lo de la tumba común. Sólo documentos paganos en lo que se informa
acerca de como se era enterrado. Ahora bien, esto no presentaría inconvenientes, significaría que Jesús fue
hasta el último un hombre.

Jesús muere en la ignominia, no es el destino de los otros fundadores de religiones. La misma muerte de
Moisés, quién muere después de ver su obra en marcha. La muerte de Jesús no puede ser una casualidad,
debe ser una necesidad histórica. La muerte es el destino de los que actúan como Jesús.

Sentido de la muerte de Cristo

Tres formas de ver el significado de la muerte

1. Teológico: primera explicación de la muerte, algo querido por Dios, obedecido por Jesús.

2. Escatológico: la muerte como el juicio definitivo de Dios sobre el mundo y la historia (Barth)

3. Soteriológico: la muerte por nuestros pecados. Como expiación vicaria de nuestros pecados. No
aparece en los Hechos de los Apóstoles. Sí aparece en Mc 10, 45 y en la institución de la Eucaristía.
¿Dio Jesús a su muerte significado redentor? Empate de fuerzas entre los que asienten y los que
disienten (éstos últimos consideran que Mc 10, 45 y los relatos de la institución de la Eucaristía no son
del Jesús histórico, sino creación de la comunidad.

San Anselmo

Intentó probar racionalmente la encarnación y la redención. Lo prueba partiendo del pecado. Infinito, por
la dignidad de la persona ofendida: Dios. A Dios no le queda más remedio que mandar a su Hijo para que
restituya el orden. Concepto de justicia romano.

Abelardo dice que la teoría de San Anselmo es injusta, absurda e innecesaria. Injusta: Dios exige la vida
de un inocente, su Hijo. Absurda: porque no nos puede reconciliar con Dios un crimen que es mayor que
los anteriores. Innecesaria: porque Dios puede perdonar sin la muerte de su Hijo, Dios no necesita la
sangre para la reconciliación.

Dios queda en San Anselmo fuera de la redención, queda como un asesino, como un cobrador. Scot niega
que Cristo pueda satisfacer infinitamente, porque el principio de satisfacción era la humanidad de Jesús.
25
La encarnación pierde valor en San Anselmo. Conforma un sujeto apto para sufrir. Gracias a ella
constituye un sujeto que será luego capaz de sufrir. La salvación queda como un concepto pobre: librarnos
del pecado. La resurrección en San Anselmo no tiene valor: no es meritoria, lo meritorio es la muerte.

A la luz de las enseñanzas de Jesús

 Jesús ve su muerte como conforme al plan del Padre. No vio su muerte como una casualidad o
como puro resultado de una maquinación humana (Mc. 8, 31; 14, 21; 14, 42). Jn. 10, 18: “Nadie me
quita la vida. Yo la entrego por mi voluntad”. Y su voluntad es hacer la voluntad del Padre.

 El se identifica con la voluntad del Padre. Mc. 14, 36: aparente oposición entre la voluntad de Jesús
y la del Padre. No hay antagonismo entre Jesús y el Padre. Jesús es el Hijo enviado a la viña (Jn. 12,
27). No se puede poner una oposición entre el Padre y el Hijo; pensar que Jesús vaya forzado a la cruz.
Se debe insistir en la perfecta obediencia (Fil. 2).

 Jesús ve su pasión y muerte como el culmen de su misión. Mc. 10, 1; Lc. 9, 51: “el puso su rostro
tenso” en su voluntad de ir a Jerusalén = camino a la culminación de su misión. Lc. 12, 50; Mc. 10, 45.
Jesús no se contenta con su vida y pasión como un mero ejemplo, sino que es para El la tarea de su
vida. Insuficiente teología de la pasión puramente moral. Su vida debe desembocar en su pasión.

 Jesús ve una íntima conexión entre su pasión y muerte y la implantación del Reino. Ya su propia
presencia en Palestina es el inicio del Reino. Los signos del Reino ya estaban presentes antes de su
pasión. Pero su pasión y muerte es la implantación definitiva del Reino. Mc. 14, 25; Lc. 22, 18; 22, 29.
En la Eucaristía Jesús anticipa en signos sacramentales su pasión, muerte y resurrección y también
anticipa el banquete del Reino definitivo. Su lucha con los demonios son ya signos del Reino, su
pasión constituye la lucha final de Jesús con el demonio (Lc. 22, 52; Jn. 12, 31; Ef. 4, 10ss).

 Jesús va expresando que el factor último de hacer operante el sacrificio es remover el pecado. El
pecado como raíz última del anti – reino. Jesús se siente en lucha contra el pecado cada vez más en la
medida en que se acerca su pasión (Rom. 5 – 7).

 Jesús está convencido de que su muerte es por los hombres, a fin de sanarlos, de liberarlos del
demonio. Que su muerte es sacrificio: ofrecer la vida para comunicar la vida de la que carece el
hombre. Representación corporativa: “por vosotros”, “por muchos” = por todos. Representatividad
profunda que lo lleva a hacerse cordero de Dios = el que carga sobre sí el pecado. Sacrificio =
reestablecer la comunicación entre Yahvé y su pueblo.

 Jesús identificado existencialmente con los pecadores. Amor, preocupación vital, personal, que lo
hace sufrir por los demás. Lc. 22, 37; Mc. 14, 34; Mc. 15, 34. Aspectos de la Kénosis que deben estar
presentes en toda teología de la cruz. Cristo va sufriente a la cruz.

 Jesús exige que los hombres se asocien a su pasión. Exige que sus apóstoles le acompañen (Mc. 14,
34). Necesita que otros lo acompañen, quiere que otros compartan con él el cáliz (Mc. 10, 39). No
quiere sufrir solo. Jesús necesita la asociación a su pasión. Aparece en la Cena: comer el pan, beber el
vino es participar en la pasión. La pasión de Cristo no es automáticamente salvadora. Su muerte es
fuerza de salvación, pero es necesario unirse a ella. Exige que la pasión sea completada en nosotros, en
su cuerpo, en la Iglesia. Asociación individual y colectiva a la cruz. Sobre todo en la Eucaristía. (V.
Taylor, Jesús and his sacrifice).
26

Carácter vicario. ¿Cómo puede Jesús, sin pecado, tomar nuestros pecados?

 Jesús interpreta su Pasión en la figura del "siervo de Yahvé": dio su vida representando al pueblo para
reconciliarlo con Dios.
 Concepto de la personalidad corporativa: sin perder la identidad una persona representa a la propia
colectividad.
 En la raíz de esta experiencia está el amor, El hombre en su ser más profundo es comunicación. Una persona siente
vergüenza ante la incorrección de otra persona cercana a ella: la siente como propia. Este capacidad
crece en la medida en que crece el amor, porque se nos parecen personales podemos decir que cargamos con
ellas, sentimos necesidad de arrepentirnos por ellas.
 Jesús no conoce el pecado, pero es el ser que vive totalmente movido por el amor a su Padre
(obediencia) y a sus hermanos (solidaridad).

Carácter penal

 La muerte de Jesús tiene un carácter de dureza, Su muerte no es una venganza, pero si hay en ella un elemento de
castigo, porque hay amor. Dios castiga porque ama en serio, quiere sanar las raíces.
 Cristo al cargar con nuestros pecados experimenta la soledad del pecador (Rom 1, 18 - 3, 25), la ira de Dios.
 Cristo no asume como ajena nuestra libertad herida, sino que por amor entra en nuestra propia experiencia del
abandono de Dios.
 Porque el Padre y Jesús aman se da este elemento de castigo.

Carácter sacrificial

 Sacrificio: hacer pasar la realidad sacrificada a un modo de existencia superior. En la cruz se cumple este modo de
sacrificio: paso de la existencia Kenótica a la existencia Kyriótica
 La muerte de Jesús es el único sacrificio valido y verdadero, ya preanunciado en los sacrificios figurativos del A.T.:
Heb 10, 1 – 18.

LA RESURRECCION DE JESUS
El hecho de la resurrección

No hubo testigos del resucitar de Jesús.

Los evangelios y Pablo afirman la resurrección como un hecho real, acaecido a Jesús: 1Cor. 15, 3 - 6; Fil.
2, 6 - 11; Rom. 10, 9; 1Tes. 8, 37; Hech. 2, 24 - 28; 3, 15; 4, 10; 5, 31; 10, 40; Sinópticos y Juan.

Esfuerzo de la comunidad cristiana para hacer creer la resurrección como hecho objetivo.

Motivos para creer en la Resurrección como un hecho histórico

 La FE
27
Por la Resurrección Jesús entró al Padre. El fondo de la Resurrección es llegar a su Padre, a un
encuentro pleno con su Padre, transformado por el Espíritu de Vida. El Nuevo Testamento describe la
resurrección como “entronización a la diestra del Padre”, vuelta “a la casa del Padre” (Juan).

Jesús pasa del estado de Kénosis al estado de Kyrios, del “vaciamiento” al poder de quien está lleno
del Espíritu. Todas las fuerzas de vida del universo vienen del Jesús Resucitado.

Creer en la Resurrección de Jesús con este nivel de profundidad sólo se puede por la fe.

 LA FE SE ENGANCHA EN LA HISTORIA. Signos desde los cuales es posible creer:

a) La profunda fe de los apóstoles. ¿En qué se apoya esta convicción?

b) Las apariciones. Encuentros con el resucitado. Término técnico “ofthe”: reservado a las apariciones
de Yahvé; indica una profunda interacción entre el que aparece y el que “ve”.

c) La tumba vacía: 1Cor. 15, 3; Mc. 15, 47; Jn. 19, 41; 20, 1 - 8; Mc. 16, 1 - 5.

Realidad de la resurrección y motivos para creer en el resucitado tanto para los testigos como para
nosotros

 Para poder llegar par vía natural al conocimiento de la resurrección no es suficiente el hecho del
sepulcro vacío. Para explic arlo son muchas, y sobre todo más obvias que la hipótesis de la
resurrección, las posibilidades que teóricamente se ofrecen. Só1o el mensaje autoritativo
(Kerigma) proporciona la explicación definitiva, y el contenido de ese mensaje debe ser creído.

 Tampoco bastan las apariciones pare hacer evidente el hecho de la resurrección. Es verdad
que, debido a su extraordinaria singularidad hace fidedigno el mensaje pascual; pero las
apariciones en sí mismas consisten precisamente en romper, por un milagro, esa barrera esencial
de lo oculto que es prop ia de la glorificación, dejándose ver el resucitado bajo formas
temporales (figura, color, rapidez, duración, etc., cf. Lc. 24, 37s. 41). En Jn. 20, 29 tenemos un
notable ejemplo de cómo las apariciones no dispensan de la fe frente al mensaje pascual.

A pesar de todo, tanto el sepulcro vacío como las apariciones son de una importancia definitiva para
la fe pascual.

La cuestión de la importancia del sepulcro vacío y otros detalles relativos a los relatos
pascuales deben ser objeto de un estudio más detenido. No obstante, el testimonio del sepulcro
vacío no aparece en l os di scursos de P edro en Act as, ni en l as l i st as de t es t i gos de
l C or.15, 5, ni en el mismo Pablo. Si bien los primeros indicios a fa v o r d e t a l u t i l i zación se
perciben ya en al razonamiento de Act. 2, 27 - 32 y en el énfasis con que se afirma la sepultura de
Jesús (Rom. 6, 4; 1Cor. 15, 4).

Sin embargo, un hecho históricamente constatable es la fe pascual unánime de los discípulos que
comienza inmediatamente después de la crucifixión (cf. la insistencia en la formula "al tercer día
como punto de partida de los relatos pascuales), y su relación, ya en los primerísimos tiempos
del cristianismo, a l as apari ci o nes del resucitado.
28
Los relatos de las apariciones

Es cierto que los relatos de las apariciones en los sinóp ticos y en Juan pertenecen a la materia
particular de cada evangelista, pero tenemos la aparición a Pedro, indiscutiblemente
atestiguada (1Cor. 15, 5; Lc. 24,34; Jn. 21,15ss), y la predicación kerigmática de Pablo sobre
la resurrección de Jesús, predicación que depende de la propia experiencia del apóstol (Gal. 1,
11-16; 1Cor. 9,1; 1Cor. 15, 8. 9).

La fe de los discípulos se basa forzosamente en unas apariciones empíricas de origen meta-


empírico.

MATEO JUAN
28, 1 – 8: anuncio de la resurrección 20, 1 – 10: sepulcro vacío
y sepulcro vacío 20, 11 – 18: aparición a Magdalena
28, 9 – 10: aparición a las mujeres 20, 19 – 23: aparición a los
28, 16 – 20: aparición a los discípulos
discípulos en Galilea 20, 26 – 29: nueva aparición a los
once y diálogo con Tomás
MARCOS 21, 1 – 23: aparición junto al Lago y
16, 1 – 8: anuncio de la resurrección diálogo con Pedro
y sepulcro vacío
16, 9 – 13: aparición a la Magdalena ACTAS
y a dos discípulos. Los once no 1, 3 – 8: aparición a los once
creen mientras comían
16, 14 – 18: aparición a los once
reunidos PRIMERA CORINTIOS
15, 5 – 8: enumeración de varias
LUCAS apariciones
24, 1 – 8: anuncio de la resurrección
y sepulcro vacío
24, 9 – 11: los discípulos no creen
24, 12: Pedro encuentra el sepulcro
vacío
24, 13 – 32: aparición a los
discípulos de Emaús
24, 33 – 35: aparición a Pedro
24, 36 – 43. 44 – 49: aparición a los
once

Carácter de estas apariciones. Poseen su propio colorido. No tienen lugar durante el sueño, ni durante la noche. No se
equiparan a las visiones, cuya característica fundamental consiste en que no ocurren en una realidad que puede ser
comprobada por los sentidos naturales. (Pablo no cuenta la aparición del resucitado camino a Damasco entre las visiones
y revelaciones de que sólo él fue objeto; 2Cor. 12, 1).
29
La más antigua tradición define esta experiencia de la realidad como un “dejarse ver” o como un “ver”
(1Cor. 9, 1). No se trata de ningún arrobamiento o éxtasis. El lenguaje no utiliza un término indiferente,
como si se tratara de la percepción de unos hechos en el mundo de las apariciones empíricas que fueran
ajenos al servicio de una certeza religiosa, sino que invariablemente nos encontramos con las palabras
“opan” (l Cor. 15,5 - 8) y " o f t h e n a i " , ya usadas en el griego de 1os LXX con un valor religioso.
La voz pasiva es usada ya por los LXX en el sentido de "dejarse ver", “m ostrase",
"aparecer", "hallarse", "estar", sin que por eso sea necesario pensar en una percepción a
través de los ojos. Así pues cuando se alude a la visión o aparición de la gloria de Dios, únicamente
habrá que fi j arse en el hecho de, la presencia como tal, s i n p r e t e n d e r deducir la formula el
modo de esa presencia, Pero 1a pasiva significa sobre todo que Dios "se declara a alguien como su
Dios” (Ex. 3, 2.4.). La breve fórmula “se apareció (Ofteé) Yahvé y dijo..." servía habitualmente
para introducir una revelación verbal. Por lo demás, la expectación judía de los tiempos de
salvación era descrita siempre en términos de visión.

El verbo "ver" resulta, por tanto, el más apto pare hacer i nt el i gi bl e aquel l a, ex peri enci a real
con que los discípulos expresaban su encuentro con el resucitado: indica la convicción de
hallarse frente a la realidad, la realidad de Dios, puesto que forma parte de los términos bíblicos que
designan al hecho de la revelación. Ahora bien, este ver, por razón de su objeto, solo puede
llamarse ver en un sentido análogo. Como consecuencia del carácter estrictamente misterioso
de la resurrección, el mundo divino que penetra en el campo de lo perceptible no es real
"exactamente en 1a misma forma" que el mundo empírico, sino pues es “real de una manera
absolutamente más sublime y amplia”.

Debido a su carácter de misterio, las "apariciones", aun bien acreditadas, presentan


dificultades, de interpretación. Según Sto. Tomás (Sth. III, 5 4 , 1 a d 2 ) , l a v i s i b i l i d a d d e l
c u e r p o glorioso en este mundo, su visibilidad temporal, no está ligada necesariamente a su
existencia obj et i va, si no que depende de la libre decisión del glorificado. Ta l e s e l
sentido de la "espiritualización" del cuerpo: está, sometido al espíritu. No entendemos, pues,
rectamente la realidad de las apariciones del resuci tado cuando, para sal vaguardarl a, nos la
imaginamos, o creemos nuestro deber imaginárnosla de una manera groseramente material.

Las apariciones entendidas como un personal dejarse ver, s e presentan unidas a una
revelación por la palabra. Es cierto que la tradición (y la Biblia, misma), con el fin de subrayar
enérgicamente la realidad, recalca con singular fuerza que la "visón" del resucitado es idéntica a la
visión del mundo corriente, como recalca también el hecho de "tocar" y "comer" (Lc. 24,30; Jn. 2 1,
l3), siendo Lucas 24, 43 el que en esto llega más lejos. Siguiendo este mismo modo de hablar y con la
misma tendencia a acentuar la realidad de l a r e s u rrección y de las apariciones, se redactan
los Símbol os de fe.

Las apariciones son un hecho "personal''. El resucitado no es una realidad inanimada,


m at eri al , que es “ mostrada", sino que es él mismo quien se muestra. "Habla" con Saulo. La
importancia de este acto de hablar, lo mismo que el de “ver”, no reside en su materialidad, en cuanto
conjunto de fonemas, sino en el contenido que trasmite y que ha obrado en Pablo una total conversión
(Fil. 3, 4b – 11).

En resumen. Es posible conocer históricamente que el resucitado se apareció y reveló en presencia de


ciertos discípulos y testigos. Por este medio llega incluso a someter a los enemigos (Pablo). El contenido
de la revelación de estas apariciones es que Jesús, el crucificado del Gólgota, es el Kyrios y que sus
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discípulos han recibido de él el encargo de congregar a todos los hombres en torno al crucificado y
resucitado, siendo así constituidos en apóstoles. Las apariciones son la base empírica sobre la que se apoya
la congregación del definitivo y futuro pueblo del Reino de Dios, es decir, la Iglesia. Pero no es en el seno
de la Iglesia donde se formó la noticia y el mensaje de las apariciones del resucitado. La Iglesia acredita en
su existencia y actividad su propio origen sobrenatural.

Identidad del Jesús histórico y el Resucitado

Sentido obvio de los textos de las apariciones. Importancia de la continuidad: “lo que no ha sido asumido,
no ha sido salvado”.

Significado antropológico

El resucitar va en la línea más profunda de la aspiración del hombre. El hombre es el ser que va en la
búsqueda de eternidad, de infinitud. El resucitar es la aspiración del hombre (antropología bíblico –
cristiana)

Lo que significa para Jesucristo

 El encuentro de Jesús con su Padre

 Se cumple que “el amar a alguien es decirle tú no morirás” (Marcel). El Padre ama al Hijo. El amor del
Padre es resucitador (todo amor tiene una fuerza resucitadora). Todo amor lleva a una búsqueda de
presencia lo más total, lo más completa. Dios nos quiere todo completo y esto vale en primer lugar
para su Hijo. Dios quiere que Jesús, pasando por la muerte, esté todo y completo junto a El. Esto se
expresa en los mismos títulos cristológicos: “Cristos”, el que está lleno del Espíritu Santo. Sentado
junto al Padre, lo hace Espíritu vivificante.
Poder de resurrección que se extiende a los que somos hijos en el Hijo. En Jesús todos ya tenemos el
poder de resurrección. También nuestro mundo: como prolongación y tarea nuestra está también
llamado a la resurrección.

 El término del tiempo de la “kénosis”, del estar privado de su gloria, del estar sujeto a la limitación.
Del estado kenótico pasa al estado de Kyrios.

 Porque al resucitar El está lleno del Espíritu de la vida, ya no muere más. Está dentro del campo de
irradiación del amor del Padre; campo que no admite la muerte. Jesús vence la muerte, el dolor, la
enfermedad (anticipación, escaramuzas de la muerte).

 Jesús vence definitivamente la tentación y al tentador. Lo vence no sólo para sí, sino también para la
humanidad.

 Nuevas propiedades en su resurrección corporal 1Cor. 15, 42 – 43. Incorrupción, gloria (resplandor
que viene de la presencia de Yahvé), fortaleza, cuerpo espiritual (lleno del Espíritu). Apariciones: don
de la ubicuidad, de la sutileza (atraviesa por cosas densas). Modo de hablar “quo ad nos” (en cuanto a
nosotros) y no “in se”. Expresan algo inexpresable en categorías kenóticas que posee el Jesús
resucitado. Hay una continuidad discontinua entre lo que afirman del Jesús resucitado y su realidad.
31
 Sello divino de toda la obra de Jesús y especialmente del sacrificio de la cruz. Fil. 2, 8 – 11.
Aprobación del Padre. La resurrección fija para toda la eternidad el amor obediente y la obediencia
amante de Jesús a su Padre, del Padre al Hijo y de Jesús a nosotros, que en la cruz logra su máxima
intensidad. Es el sacrificio del cielo.

Significado para nosotros. El resucitado como fuente de salvación universal

 Inaugura la resurrección de toda carne. Sólo en la humanidad resucitada de Jesús tenemos la victoria
sobre la muerte, el dolor, el pecado, la enfermedad, el demonio. Tenemos acceso al Padre, en El
recibimos el Espíritu del Padre: el amor, la vida que no muere, la unidad entre nosotros y Dios. Los
dones del Espíritu: paz, alegría, el gozo de Dios.

 Cristo resucitado es el centro de todo y de todos. De El brotan hacia nosotros, viniendo del Padre,
todas las fuerzas transformadoras que nos van preparando para el encuentro definitivo al final de los
tiempos.

 “Gratia collata” (ofrecida) y “gratia acepta” (recibida). La iniciativa de Dios es el Cristo resucitado
lleno de su Espíritu. Las gracias sacramentales y personales son diversos modos de acercamiento al
Jesús resucitado.

El sentido de la resurrección podría resumirse en la gran oración de Cristo en la tarde del Jueves santo:
“Padre, llegó la hora; glorifica a tu Hijo para que tu Hijo te glorifique, según el poder que le diste sobre
toda carne, para que a todos los que tú le diste les de El la vida eterna” (Jn. 17, 1 – 2).

La resurrección es, a la vez, glorificación del Hijo, y a través de esa glorificación del primogénito, el
principio y el comienzo de la glorificación de todo hombre y el cosmos.

Sentido soteriológico. La resurrección constituye ante todo un misterio de salvación, mediante el cual se
cumple el designio redentor del Padre, no acabando la obra de Jesús en el sufrimiento. La glorificación del
siervo presenta un carácter netamente salvífico por ir precedida por la muerte expiatoria, a la que se liga
por una conexión causal.

Lugar de la resurrección dentro de la historia de la salvación. Los sinópticos consideran la glorificación de


Jesús como su punto central, ligado íntimamente a la doble misión del Hijo: implantar el Reino y morir
por los hombres. Encarnación y pascua no son excluyentes, constituyen un evento salvífico de carácter
universal.

San Pablo atribuye nuestra justificación tanto a la muerte de Cristo como a su resurrección (Rom. 5, 9). Si
la muerte expió el pecado, la justificación que entraña la remisión de los pecados y la vida nueva, se nos
confiere en Cristo resucitado.

La resurrección establece el Reino de Dios en el mundo, llevando a su fin el movimiento iniciado en la


encarnación, que pide como complemento de su propósito y finalidad, la resurrección en cuanto es la
consumación de la auto comunicación de Dios al hombre en su peregrinación hacia Dios.

La resurrección constituye el vértice en la trama de la historia de la salvación, recuperando y creando el


valor universal a la doctrina de la muerte y de toda la vida histórica de Jesús.
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La salvación se confiere en la acción resucitadora de Dios, ejecutada en la resurrección de Cristo. Todo
esto nos permite situar la resurrección en el corazón mismo de la redención.

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