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REVISTA DEL OBSERVATORIO DEL CARIBE COLOMBIANO

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¡Ya es hora de s u s c r i b i r s e !

R E V I S T A DEL OBSERVATORIO DEL C A R I B E COLOMBIANO

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DEL CARIBE COLOMBIANO y e n v i a r e l r e c i b o p o r f a x anexando e s t e
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N T E N I
EDITORIAL
5
OPINION
Reflexiones y experiencias de un cronista
Juan G ossaín
7
HISTORIA
El traslado de Nuestra Señora de los Remedios del Cabo de la Vela al Río de la Hacha (1544-1545)
Weildler Guerra C úrvelo
14
ECONOMIAYSOCIEDAD
La regiónCaribe en la d iscusiónsobre el cambio de modelo e conóm ic
o
Alberto Abello Vives
28
CIUDADYREGION
Para leer a Barranquilla
Patricia Iriarte D íazgranados
34
C rónicainconclusa del desastre ambiental de la C ién
agaGrande
Jaime Polanía
39
Imaginarios híbridosen el Caribe Colombiano:
Iconografíasy textualidades populares en Cartagena de Indias
Jorge Nieves Oviedo
47
Versos y fiestas en el Caribe Colombiano
Consuelo Posada
64
Cartagena festiva: el Once de Noviembre y sus signos culturales
Enrrique Muñoz V élez
73
CULTURA
Dicen que dijo que le dijeron:
La Cartagena inéditade E ligióGarcía
Jorge G arcíaUsta
86
Acambio de nada
EligióG arcía
93
Roberto Angulo
Un artista inconforme que inventa acuarelas
Alvaro S u escú nT.
100

Miguel Iriarte
104
El tirano del ojo brillante
Fanny Buitrago
107
Intenso trabajo de in vestigacióny d ifu
sión
en el segundo semestre de 2001
R edacciónAguaita
112
LAALEGRIADE LEER
118
AUTORES
119
T ener los ojos profundos, la piel olivácea, la barba abundante o un apellido con resonan-
cias orientales, han dejado de ser señales normales de un ser. Desde el atentado al
corazónfinanciero de Nueva York, constituyen señales de un sospechoso temible en el
mundo entero. En este sentido, parte de la poblacióndel Caribe colombiano podríahacer parte
de esa masa de sospechosos. Toda mezquita es digna de recelo. En medio de la confusión, se han
gritado improperios contra árabes y musulmanes, en forma indiscriminada, se procede avul-
garizar, de manera tendenciosa, el sentido de lo árabe y hasta se señalan posibles enclaves te-
rroristas en lugares de Latinoam éricadonde la poblaciónde origen árabees abundante o
influyente.

La campaña de estigm atizaciónde lo árabeha conducido a identificar este mundo sólocon esas
zonas inhóspitas por donde deambulan seres desnutridos y fantasmales, que ocultan fusiles deba-
jo de sus vestidos y estándispuestos a matar por su dios. Se ha pretendido identificar lo árabe
con lo atrasado. Lo conseguido durante más de un siglo de migraciónárabeal Caribe colombiano
- como vinculacióny construcciónde una segunda patria, como asim ilacióncultural y enrique-
cimiento del tejido cultural, como am pliacióndel mercado interno y renovaciónde numerosas
costumbres- corre tam biénel riesgo de desaparecer hundido en la caverna del fanatismo y en las
garras del señalamiento xenofóbico.

La historia no es nueva. En la segunda década del siglo veinte, el ascenso económ ico de los
migrantes árabes- que ya habíanconstituido grupos de poder económ ico, diferentes a las clases
señoriales de las principales ciudades de la Costa- agitóuna de las m áspeligrosas oleadas dis-
criminatorias en su contra. Superados aquellos intentos de desgarrar y frenar la m igraciónárabe,
éstaterm inóde desparramarse por toda la región, contribuyendo acofundar ciudades como
Maicao, M ontelíbano, a poblar otras como S ahagún, C ereté, Montería, Lorica, C iénagade Oro,
San Marcos y M agangué, a crear pequeños y medianos círculos de comercio en las localidades
de la Zona Bananera, a constituir a lo largo del río Magdalena una de las redes de comercio m ás
notables del siglo anterior y a promover la paulatina renovaciónde las vidas pueblerinas.

Una de las figuras entrañables de aquel proceso de poblamiento y de extensiónde la frontera


urbana lo constituyóel buhonero árabe, especie de vendedor ambulante de lo m inúsculoy nece-
sario, que se trasladaba desde los principales centros urbanos, auspiciado por un comerciante
mayor, paisano suyo, para dedicarse a recorrer zonas campesinas perdidas en la desmemoria rural
e implantar las semillas del comercio. Comerciar era la únicasalida para aquellos migrantes,
cuya lengua resultaba extraña, tanta como la voracidad de su ánim oen hacerse a otro pedazo de
patria, ya lejana de la suya. Ninguno de ellos pensaba entregar sus díasal oficio de jornalero. Así
que el comercio, ocupaciónde mayor libertad y de mayor ventaja para la iniciativa individual, se
convirtióen el oficio de la m ayoría, y en la fuente de su riqueza y en la razónde su arraigo en
las sociedades de nuestros pueblos.

Los árabes se dispersaron, sin medida ni pausa, por toda la geografíacosteña. Periódicos de los
primeros treinta años del siglo veinte registran lo que era una especie de red de comercio en el
Magdalena, el río de la patria que fue tambiénel de la segunda patria de ellos. En las perdideces,
carecieron de prejuicios para mezclarse, casarse y residenciarse, fundaron hogares m últiples,
abrieron tiendas que d espu és fueron empresas m ásamplias de comercio, incursionaron en la
industria, la construccióny la ganadería, participaron en la creaciónde cám aras de comercio,
entidades de beneficencia y clubes sociales, organizaron homenajes y donaciones a los nuevos
hogares, fundaron dinastías cuyos descendientes incursionaron en las letras, la política, las pro-
fesiones liberales (en especial la medicina), crearon en ocasiones sus propios clubes sociales y
editaron periódicos de sus comunidades, y terminaron convertidos en personajes típicos de los
pueblos colombianos, al lado de otras figuras pintorescas como el cura, el alcalde, el tendero. Un
cuento del escritor tolimense Eutiquio Leal retrata esta condición en algunos pueblos del interior
del país. Las obras de escritores mayores costeños como García Márquez, Rojas Herazo y Zapata
Olivella, retratan igualmente esta dimensión de lo árabe en el Caribe colombiano.

Ya a fines del siglo XIX, aparecieron los primeros árabes en Cartagena, sin embargo, se menciona
la anterior presencia de comerciantes árabes en algunos pueblos del viejo Bolívar. En
Barranquilla, Cartagena, la zona bananera del Magdalena, y en todas las sabanas de Bolívar,
Sucre y en el Valle del Sinú, dieron un impulso impresionante al comercio y se consolidaron
como una fuerza social fundamental, de la que surgirían escritores, artistas, políticos, médicos de
renombre internacional. Castellanizaron, de muchas formas, sus nombres y sus apellidos, para
facilitar las transacciones comerciales, las relaciones sociales lugareñas y la identificación comu-
nitaria. Montaron negocios de renovación comercial en pueblos pequeños y ciudades medianas,
donde introdujeron no sólo las legumbres y el interminable y muy diverso repertorio de la comi-
da árabe sino el crédito y el valor de la palabra empeñada, reforzaron los juegos de azar como
medio de la recreación interfamiliar, echaron a sus hijos a andar, sin prejuicios ni trabas, en las
calles y trataron de congeniar sus creencias con las del catolicismo imperante. La sincera coinci-
dencia ritual los puso a salvo de mayores recelos. La obstinación de su vinculación a las tierras
costeñas, su decidida forma de intervenir en la vida social, su austeridad, sus habilidades y mañas
comerciales, su visión empresarial y su desprejuiciada costeñización los convirtieron pronto en
referencia imprescindible de la historia regional en el siglo XX. En este sentido, lo árabe se ligó
a otros componentes básicos de las sociedades y culturas regionales para crear el mundo plural
en que vivimos.

Este componente, el árabe, está ahora amenazado como totalidad por los sucesos del 11 de sep-
tiembre pasado, que ha provocado el reiterado anuncio de represalias del imperio norteameri-
cano, del que esperamos que en sus afanes por castigar a los culpables de los actos terroristas no
traiga a nuestras tierras los viejos estigmas de la discriminación étnica y cultural y los fantasmas
de la guerra intervencionista.
o p i Ñ r[ |~Ñ

Reflexiones y experiencias de un cronista 1

Por Juan Gossaín

Los rasgos que distinguen a un anacronismos y lugares comunes sobre géneros capri-
cronista chosos que ya han sido superados, prefiero detenerme a
mencionar las características que distinguen a un autén-
Si nos atuviéramos a los mandatos de la lógica
tico cronista. Esa es, a propósito, la primera pregunta
—y ya sabemos que no hay nada más engañoso que la
que siempre le hacen a uno en seminarios como éste, en
lógica, esa ciencia que nos enseña a estar equivocados,
las facultades de periodismo o en las entrevistas con
pero seguros- yo debería iniciar estas reflexiones recor-
estudiantes.
dando cuáles son las diferencias clásicas entre los dis-
tintos géneros periodísticos: la noticia, la entrevista, las Pienso, con firmeza, que ningún otro periodista
columnas de opinión, el reportaje y la crónica. tiene más definidos que el cronista los perfiles que iden-
tifican y que moldean su personalidad profesional. Y m i
Pero me niego a ello, y comparto plenamente la
experiencia de más de treinta años en este oficio me ha
protesta de Gustavo Tatis, ayer mismo, en este semi-
enseñado que algunos de ellos (sólo algunos, pero sin
nario, contra la arbitrariedad y el simplismo que van
duda los más distintivos), son los siguientes:
implícitos en esas categorizaciones.
Me niego a hacerlo, entre otras cosas, porque en Primero: la sensibilidad.
el periodismo moderno, y salvo los terrenos sagrados e
Segundo: la sintonía espiritual con la gente.
intocables de la noticia, esos linderos artificiales han ido
Tercero: la habilidad narrativa.
desapareciendo. Todos los días vemos que la crónica le
Cuarto: el ojo abierto ante las asechanzas que
corre la cerca al reportaje, y viceversa, hasta el punto de
nos tiende la realidad.
que ya no existe una frontera entre lo uno y lo otro, y a
Quinto: la magia viviente que te rodea.
cada momento los reporteros nos meten el gato de sus
propias opiniones cuando debería tratarse de la liebre de Hasta aquí he venido haciendo mis propias
la entrevista ajena. Está bien que así sea, porque, si se reflexiones. Pero como los organizadores de este semi-
tratara solamente de reflejar la realidad, el mejor perio- nario me pidieron que les hable sobre mis experiencias
dista sería el espejo. En un mundo como el nuestro, los como cronista, se me ocurre matar dos pájaros de un
géneros periodísticos también se han globalizado. solo tiro, y les propongo a ustedes un juego: que ilus-
De manera, pues, que en lugar de perder mi tiem- tremos de manera gráfica cada una de las características
po, y el de ustedes, que es más valioso, repitiendo que acabo de mencionar con los ejemplos, los recuerdos

1 Conferencia de clausura del seminario sobre Periodismo y Literatura, realizado en Cartagena los días 9, 10 y 11 de mayo de 2001, organizado por el Observatorio del
Caribe Colombiano, el Banco de la República y la Universidad de Cartagena.

AGUAITA SEIS / D I C I E M B R E 2001


Historia de los brujos de Barranquea
Mardoqueo Qrotoo, pr*cur»©r en 1918
Lo que le quise decir, sin
de lo* Hechicero» localei,> Un coronel
de U Policía ahuyenté * loi primólo» decírselo, es que los cronistas,
magot. " I I Manioc**'* OrMi, mitad i*n como otros insectos de la natu-
Í O y mitad borracho,» V e n í ó n primitiva raleza, estamos dotados de una
del licoanalUU, antena sensorial, llamada sensibili-
Por.: JUAN GOSSAIN dad, que nos distingue de los
W:\»i 1UP.HP* rlP pppitPWlMl» ftpüt*«ttri U
TOltrt >«« «'«tUHp» « tHtv»Iv««^* fcfltt la m n n i n w n
5
demás mortales. Es la misma ante-
iüIiHUn llpl • ">M¡»U> vlnjfl CUfttV&il CrttWt U O * t ! «vi>li<-
<Ap |p i)ta*A y 8* itPItmj J.M»ÍP Wn-pnlpi «ti IUP*«»
3

na que le permitió al cronista


»ii>jfcH¿*H*H} oiMtt.t «¡ leu eáttNfteift I»MHPU«»O e i i e w U ; »
>*n\n\mi* ÚP típvrp v hn{n<ÍMW*t rp-WP,, nup'M ftl García Márquez descubrir que
d«.-=C,HÍÍI**>I-tti ( m u í pi f«M mjto> I Í P Í e m i p i t a M t a - . - - i«
«fftiií»» p*<*«tvh««ta «<p u n n i ñ o rtp ¡ w w * qto w» *»«'••!> había una gran epopeya en el
rita é t l i W ' « » iMiPgUPfl * J P ! « H V I I P S * t»p iu«li$U., qup !*>
mlRftUft i1**dp U « lumtUmi* jtpnlp fctft i.ibUM* mismo episodio que ya los otros
'fc*P füp PUíMiit» Pl IMlPMn pP!\Í«»1 PÍ p.jtillll'vi.'
jto»" ktrhilPrp VPW v «>P tn-MiiiHnrtO rtP vni* tWñtthtó »»t>v p? periodistas, los reporteros, habían
Demfc értííW»**, pl «HMVJutu «1*> «>i« A£i»tt* p>t
4>nmm1fl« y »í? •»»• »l»i«U,U»mo« »{p »tt.»B(i»?a y tí«-**n|H, tratado ramplonamente como la
Jó* H0ra(Ni BiitttetftWtl « olí- tH?«tui M ip« hulnpnm ><p«
t*pi<Jií toa ( m M iwrt un bpffotyuf. v h»t>i»r»>n l«w m u noticia judicial de un marinero
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te* WM»rt« qup iVúltéw hfllnpu d t a H o . v ** tPv«uU*roH v náufrago.
SittWh > ion ttttrwv» Rwmi«nwitjn pi fortto <i* I A * En otra ocasión, también en
mM% y la* vw\\m* mmt^m w p« rw*y»> a«
i vigl.initM'ltit m m waitt ap # 0 » * * y
fclertM retortfttfa p o r I* *pq«i*., y i v « w e í t « r o n h «
o t r a *** Barranquilla, se acercó a mi mesa
i t t o t e s qwp h « b r » i i m u e r t o p h « m v i p . i w i « 9 * «m P ¡ » I « U I JSRRRHHIVMi un vendedor ambulante de energía
eléctrica, de esos que llevan un
dinamo colgado del cuello y en los
y las lecciones que a lo largo de los años he ido extremos un par de electrodos, para que los borrachos
extrayendo de mi propio trabajo. machistas (y masoquistas) apuesten a ver quién de los
Eso es lo que me dispongo a hacer ahora. presentes resiste una descarga mayor. El hombre me
ofreció su mercancía y yo, sin mirarlo siquiera, distraí-
Primero y, por encima de todo, damente, le extendí unas monedas de regalo, para
sensibilidad quitármelo de encima. Las rechazó indignado.
En el contexto profesional en que yo suelo uti- - Se equivoca usted —me dijo- yo no estoy pidiendo
lizarla, la palabra sensibilidad no tiene connotaciones limosna, sino vendiendo un producto.
morales, ni siquiera artísticas, sino humanas. Me refiero Sólo entonces me volví a él, sorprendido por
a la sensibilidad como capacidad de asombro ante el semejante alarde de dignidad en un país de pedigüeños,
mundo. Por eso pienso que el descreído y el escéptico y más nunca he podido olvidar su cara, a pesar de los
no pueden ser grandes cronistas, pero es probable que años que han pasado. Era un hombrecito muy viejo, con
sean grandes científicos. A esa capacidad de maravi- unos ojos pequeños y una piel sonrosada de recién naci-
llarse ante las pequeñas cosas del mundo se debe, pre- do. Llevaba puesta una gorra de beisbolista, la única
cisamente, que en toda buena crónica haya siempre un gorra con barboquejo que he visto en mi vida, y la gorra
hálito de perplejidad infantil o la ternura asombrada de era más vieja que él, arrugada y desteñida por tantas
Pablo Neruda ante una cebolla: porque el poeta, el niño veces que la había lavado. Comprendí en seguida que
y el cronista son los únicos seres humanos que todavía detrás de aquella apariencia frágil y adolorida había una
encuentran razones para la admiración en un mundo historia, la historia de un hombre cargado de pesares.
acorralado por las realidades tangibles, los computa- Resolví pedirle que me la contara. Pero el viejo era
dores y los hornos micro-ondas. sordo. El mesero me regaló una hoja de papel y empecé
Una vez, en Barranquilla, para la época en que a escribirle las preguntas.
yo escribía en El Heraldo mis crónicas sobre los esper- - Perdone -me interrumpió- pero yo no sé leer.
pentos y extravagancias de la vida cotidiana, una seño- Me asaltó entonces la pregunta más aterradora
ra cariñosa me dijo en un supermercado: que me he hecho en, mi vida de periodista: ¿cómo se
- A usted sí le pasan cosas que no le pasan a más nadie. puede entrevistar a una persona que no puede ni oír ni
- Nos pasan a todos -le dije- lo que pasa es que el cro- leer?. Nos entendimos por señas, y al día siguiente
nista soy yo. publiqué su vida en el periódico. Me parece que es la

AGUAITA SEIS / D I C I E M B R E 2001


historia más bella que he escrito. Mis antenas de cro- "Esta es la hora azul", me dijo, mirando el cielo,
nista me habían salvado otra vez. y recordó que es a esa misma hora del atardecer a la que
Desde entonces comprendí que se puede ser un se refería el poeta Guillermo Valencia cuando escribió
buen cronista sin necesidad de ser muy inteligente - y de aquellos versos:
hecho conozco algunos buenos cronistas que no lo son- Hay un instante del día en que las cosas brillan más.
siempre y cuando tu sensibilidad sea capaz de llenar el Siguió hablando, hablando, hablando. Hablando
vacío que deja el talento. Esa es la más valiosa de todas y meciéndose, dándose balance, como decía mi madre.
las enseñanzas que he recibido a lo largo del tiempo: si García Márquez parecía su propia abuela. Habló y se
eres un cronista, o quieres serlo, nada es más importante meció durante cuarenta y cinco minutos. Me describió
que tu sensibilidad. Nada. N i siquiera tu inteligencia. Es los olores que trae la brisa de barlovento y la salida de
exactamente al contrario de lo que ocurre con los los primeros luceros vespertinos. De repente se detuvo.
columnistas de opinión. - ¿En qué era que íbamos? — me dijo.
- En la entrevista —le dije.
Gente de carne y hueso - Entonces —me dijo- pregunta.
Nunca olvides, si eres un cronista, o si pretendes - No tengo nada que preguntarle - l e dije.
serlo, que los protagonistas de tus crónicas no son per- - Tú eres el único periodista que prende la grabadora y
sonajes, son personas. Personas de carne y hueso, con no pregunta -dijo él.
cartílagos y sangre, con pellejo y uñas. Respétalos, pero - Porque no soy tan majadero - l e dije- como para inte-
respeta, sobre todo, su manera de expresarse, su tono y rrumpir el prodigio que estoy oyendo.
su lenguaje. En las buenas crónicas, la gente habla con Apagué la grabadora y me despedí de él, que no
acento natural; en las malas crónicas, en cambio, la quedó muy convencido de mis argumentos. La entre-
gente habla como académicos de la lengua o como los vista, si es que a eso se le puede llamar así, se transmi-
actores de las telenovelas venezolanas. tió pocos días después en RCN. Y cuando fue convoca-
Hace un momento mencioné a las volandas El do el premio nacional de periodismo de ese año, les pedí
relato de un náufrago de García Márquez. Esta es, para a mis compañeros que la enviaran al concurso.
m i gusto, la crónica más portentosa que se ha escrito en - Tenemos muchos trabajos más importantes que ese
el periodismo colombiano, pero nunca he podido supe- —me dijeron ellos.
rar la inquietante sensación de pensar que quien habla a - Ya lo sé -les dije- pero es que quiero demostrarle a un
lo largo de esas páginas no es el marinero Luis amigo que es posible hacer una entrevista que no tenga
Alejandro Velasco, sino el propio cronista. ni una sola pregunta.
A propósito de García Márquez, y de la tentación El jurado tuvo el buen gusto de concederle el
de suplantar la voz de la gente, no me aguanto las ganas premio a la mejor entrevista del año. Desde entonces me
de contarles una gratificante experiencia periodística de ilusiona pensar que lo que premiaron fue la decisión de
la que ambos fuimos protagonistas. Nos encontramos un periodista que le estaba rindiendo tributo al arte
en La Habana, hace casi quince años, y le dije que moribundo de escuchar y de saber cuándo hay que
quería hacerle una entrevista, que es lo primero que se guardar silencio.
nos ocurre a los periodistas colombianos cada vez que
vemos al gran maestro. No desperdicies la magia que te
Nos sentamos un día, los dos solos, cada uno en circunda
una mecedora, en el patio de su casa, frente al mar. Eran Yo afirmo, con la mayor seriedad del mundo, que
casi las seis de una tarde caribe, fresca, de colores ama- si uno nace en un lugar llamado San Bernardo del
rillos. Prendí la grabadora. Y cuando le iba a hacer la Viento, la vida lo ha condenado a ser un cronista. Eso
primera pregunta, él arrancó a hablar solo. En un no tiene remedio. Porque, para empezar, algún día ten-
monólogo modoso y tierno, cargado de poesía y de año- drás que contar la historia de semejante nombre. Y las
ranzas, recordó que en esas mismas mecedoras, frente a ganas de contar esa historia fue lo único que me metió
ese mismo mar y a esa misma hora, sus abuelos se a m í en el periodismo.
sentaban a hablar todas las tardes en los pueblos Pero no quiero seguir adelante, ni puedo, sin
costeños colombianos. detenerme primero en m i propia prehistoria. Yo era un

AGUAITA SEIS / DICIEMBRE 2001


adolescente que estudiaba bachillerato aquí, en Pero m i profesor de literatura, José Manuel
Cartagena de Indias, la trágica tarde de aquel octubre en Guerrero, a quien llamaban " E l Papa", porque él decía
que explotó el mercado público. Fui testigo presencial que era infalible, conoció mi texto y lo mandó a El
de la hecatombe, y casi víctima, porque estaba sentado Pueblo, un modesto diario vespertino de la época. Allí
calle de por medio, en el Camellón de los Mártires, estu- salió publicada, con un error de tipografía en cada línea,
diando para los exámenes finales. (Desde entonces me y hasta me ofrecieron un empleo a destajo para que
persiguen las noticias). escribiera las reseñas de los partidos de béisbol del fin
Sentí la tentación incurable de contar lo que de semana. Acepté por dos razones: porque necesitaba
había ocurrido, y escribí una crónica minuciosa en el sobrevivir con los dos pesos que me pagaban por cada
cuaderno de matemáticas. Allí quedó consignada la colaboración y porque, además, me regalaban las bole-
catástrofe completa: el estallido que rompió en astillas tas para el estadio. De manera, pues, que yo no entré al
la modorra de la bahía, el remolino de pólvora y de periodismo por vocación, sino por necesidad.
Sin embargo, en vez
de registrar los resultados de
mam cp.-Mnaoo*: Cntr» »» wctima»
cada juego, como era m i
— C r ó n i c a del Día — obligación, y los promedios
EN EMBOSCADA de bateo y la efectividad de

da
Pinochet en Sabanalarga los lanzadores, yo publicaba
cada lunes el relato de las
El Hoy preaidente de Chile vivió en esa
pueblo haca 40 añas.- Don Tancredo, mujeres que vendían fritos en
autor de libros y vendedor de puerta en la puerta del estadio, o la vida
puerta.. En aquella apoca, Augusto Pi-
nochet usaba bombachos y medias a del señor que recogía las
cuadros.- Relato de los testigos de esa bolas que caían en la calle.
tiempo.
Firmaba mis crónicas con el
taln farre». ««un di- Por: JUAN GOSSAIN seudónimo de D i m i t ri Ka-
8*í»nai*f<M M»i«o£M».
••••••• I M •mutroi» w >*» ,:»Í!«MÍ R»UOT» cwtrs *> DAV. ramazov, para que m i familia
Resuelta
manta * w io» cama «t ttsmm v«««w«a .(• 3a4o-:««*. *nr-
wn»-'m-. narra «o un* «sauina Ui»» muí* H C « < » »mr«
!a hflwro* tiu* o r a c a M s t j a J cafe*.
no descubriera que yo andaba
O * 0*ilo parsivjua * j o * 9*Ü!04«. So ! o i r « a " j n «mir'ri*
•feoíoto. Sattatt atún»»*, áesucaa » ¡*r>o¡nte •+* K W » en esos embelecos de perio-
situación
UVia n>n». iiM* íWKji«<«ío ?no¡«*f»« riaao*. » 3?!»*. w i
i». N M a» 9<>!'«<i!« D«*a*l *»í .««SUJO.!*
(Srastáa. «n cuyo cr*«*Mo
>• •.'Sa.-ca
u.-»* >*U q u « ;»«*gj» *í p*»ai«»
dista en lugar de ponerme a
i-Bfrenítf. !l*»na ¡Ja iWH*»os. « * Htwa* * a» fm«aa. La ijam»
«a SaawaSwuvt- »a«9u»»- * enarca ssíá encama»» ja» estudiar. Ahora que lo pienso
de Matera
«wftiíícit»* ti* VA Buntik a» («tu* ¿ule»,
• Un mueftaeíw». «uóaíoaa •• MMWMIMR t»»»' *' sel .»»»-
pt&aMa aV5».«ria * * •> sata». p*aaHM «» w iwc:et«*
bien, se necesita mucha ima-
«¡a- airíamo. A ¡a bK»cta»a ?aíía un naoitoo» caueno.
ginación —o mucha desfacha-
TÍ alie ni M W , i««r Aiwa ¿»»<ío. o»
tw» «gera- ydnoa qu0 >'* rawtíw /na»*»- u» tez- para apropiarse del nom-
"' ta. a-e » «sí**
bre de un personaje de
51» //«car, iae«artfa ao w i -
n a "taocftar. "<o ío ta*»©* MHVOV. Dostoievski cuando en la
VI. G L S T O P I N O C H E T
Rusia zarista no sabían si la
pelota de béisbol era redonda
o cuadrada. Creo que todavía no lo saben.
polvo, los fogonazos, la lengua de calor que corrió por
la calle como un perro hambriento, los alaridos, el vuelo Total fue que me echaron del periódico porque,
del caldero de fritanga. según dijo el jefe de la sección deportiva, "aquí necesi-
Fue m i primera crónica, en tinta negra, y la llevé tamos un verdadero periodista, no un hablador de paja".
a la redacción del Diario de la Costa, pero me dijeron Me parece que él tenía razón, porque aquel hombre no
que, si quería publicarla, era menester que yo mismo estaba en la obligación de saber lo que es una verdadera
consiguiera un aviso publicitario para el periódico, a crónica, que, al fin y al cabo, no es más que literatura
manera de compensación por el espacio que iban a hecha a la carrera.
regalarme. Bonita manera de iniciar una carrera perio- De manera que regresé a San Bernardo del
dística: no sólo no me pagaban, sino que yo tenía que Viento y fue entonces cuando sentí, por primera vez,
pagar. que me estaba ahogando la necesidad de escribir la his-

AGUAITA SEIS / D I C I E M B R E 2001


LA SEMANA EN QUE LA
tona de ese nombre. Unatarde vera- TRAGEDIA SE PUSO
niega dediciembre empezaron a llegar
al pueblo unas cajas de madera, gigan-
DE CARA CONTRA EL MUNDO
Texto: Juan Gossaín. Fotos:Remolino, Alvaro Ojeda, Agencias Reutery Associated Press
tescas, como unbarco, queno tenían
El apocalipsis com enzó habíacomenzado temprano.
destinatario ni remitente. De inmediato al amanecer del martes 28
de agosto.
"Hago unllamado de
solidaridad para quetodo el
se puso en movimiento la magia desen- T eníam osderecho a esperar
una semana tranquila. Ocho días
pueblo mejicano auxilie a sus
hermanos en desgracia". La voz
frenada del Caribe: el vecindario mira- antes tuvimos que salir, con
botas decampaña y overoles de
del presidente, licenciado Luis
E cheverría,sonaba temblorosa.
ba las cajas conrecelo y miedo, a la trabajo, a buscar un avión
perdido enloalto deun cerro
Ni él mismo sabíaque más de
setecientas personas se
distancia, y nadie se atrevíaa acer- bogotano. El espectáculoera
macabro: cuerpos destrozados,
encontraban sepultadas bajo los
escombros. Enla regióndevastada
carse. Hasta que una noche tres pedazos de fuselaje, seres
humanos q u em ánd osebajo el
una mujer letom óla mano, y
llorando, le dijo: "Lo perdí
todo, señor, mi trabajo, mi
muchachos temerarios, con el sigilo aguacero.
Pero el martes siguiente era casa, mis hijos; solo me queda
éste". Yseñaló aun niño de
propio de un delito, nos metimos al el día señalado.
Los primeros helicópterosdel nueve años. El presidente no
pudo contener una lágrim a.
patio delaA lcaldía, abrimos las bendi- Ejércitomejicano arrojaron
víveresymedicinas sobre las "No me quedan ataúdes. Los
aldeas indias aisladas enlas que teníam osse agotaron a
tas cajas que nos estaban amargando la montañas de Veracruz. Nadie primera hora", dijo a los
habíaimaginado todavíala periodistas el dueño de una
vida, y terminamos por descubrir que verdadera magnitud de la
catástrofe. La lluvia em peoró
funeraria de Puebla. "Perola
gente pide más, sigue pidiendo.
se trataba de unhospital prefabricado la situación. Caravanas de m
que transportaban ayuda rodaron
uías Nunca pensamos que esta
m ercancíallegara a tener tanta
que nosmandaban deregalo las almas por los acantilados junto con
las piedras que se desprendían
demanda". Era la naturaleza
desatada contra el hombre.
caritativas de Inglaterra. de la cordillera. En la
poblacióndeC órdobalas INUNDACIONES, MUERTOS,
Como un cronista no puede des- autoridades teníanun problema
adicional: no sabíanqué hacer
PUEBLOS ARRASADOS

perdiciar nunca lamagia que lorodea, con más de mil presidiarios


d espu ésde que el terremoto
Eran las once de la mañana.
La noticia del temblor empezaba
derrum bóla cárcel. Sesenta
puse todo el cuento por escrito y lo mil indígenasquedaron
a darle lavuelta al mundo.
Aesa misma hora, en Santiago
encerrados en treinta poblaciones. de Chile, el presidente Salvador
m andéal diario El Espectador de En medio del dolor yla Allende anunciaba quesolodejaría
angustia sucedíancosas lapresidencia cuando el pueblo se
B ogotá, que era el únicoque circulaba insólitas. En el poblado de lo pidiera. En una localidad
llamada McAlister, al norte de
Tuxtla G utiérrezuna mujer fue
en el pueblo. Lo publicaron con el her- mordida por un cocodrilo, seg
inform óla policía, en el
ún Oklahoma, uncampesino descubrí
una víboradedos cabezas. El
moso título de "Carta desde San dram áticomomento enque hasta
los más tenebrosos animales
escritor ruso Alejandro
Solzhenitsyn declaró
Bernardo del Viento", y a vuelta de acuáticosentraron a los
caseríos, empujados por las
patéticam ente: "Si un día
aparezco muerto, debe culparse a
correo recibí un mensaje de Guillermo crecientes y los caudales
desbordados.
la policíade mi país". En
Ibagué, Colombia, se iniciaba
Cano, estim ulándom epara que le man- d
Aesamisma hora —poco
esp u ésde lasnueve dela mañana-
el juicio contra los asesinos
de un grupo indígena.
Nada parecíanormal ese
dara más crónicas. tres disparos retumbaron
claramente frente a nuestra cara. martes: muertes, genocidios, una
Al otro lado dela redacciónde serpiente monstruosa. Ya las
La verdad es quedesde ese día CROMOS, enel corazónde la doce del m
la C
ediodía, mientras en
árcel dela Picota el recluso
capital deColombia, ungrupo de
me hice periodista, para siempre, y Ligeramente percibido en Bogotá, el temblor del viernes 31, sin embargo, causo
estragos considerables en Convención (Norte de Santander). Cincuenta casas
asaltantes asesinóal joyero
Rey G utiérrez. El apocalipsis
Eduardo S ánch
cuchilladas, enT
ezera asesinadoa
eherán—la
abandonémi oficio de vendedor ambu- destruidas, y más de un centenar averiadas.

lante de arroz, pero lo únicoqueyo


quería era contar la historia del nombre de San dismo ninguna im aginaciónes superior alarealidad, ni
Bernardo del Viento. Llevo ya treinta y dos años eneste ha podido reemplazarla, salvo que quieras engañar
oficio yesa es -hasta ahora- laúnicahistoria que nunca mañosamente al lector.
he contado. O, alomejor, loúnicoquehe hecho desde Cuando se trabaja conmateriales periodísticos,
ese momento, sin darme cuenta, es contar todos los días como ocurre en la crónica, la literatura es un arma
la misma historia: la historia de San Bernardo del incomparable para contar el cuento, pero nopara crear-
Viento. lo. Aunque sean hijos del mismo padre, el marinero
Velasco yRemedios, la Bella, no son iguales, porque los
La realidad, esamateria prima... separa la realidad.
Mi primer consejo, cada vez que melopiden los Si tú tienes las antenas bien dispuestas, yla sen-
cronistas jóvenes, es siempre el mismo: no olvides sibilidad a flor de piel, no necesitas inventar una
nunca quela realidad es la materia prima. Yo también suprarealidad. Basta ysobra con el mundo que te rodea.
tropecé, en mis primeros años, con las trampas Eso fueloque me ocurrióamí mismo, hace ya muchos
insidiosas quenos tiende unaim aginacióndesbordada. años, conlahistoria más insólitayextravagante que he
Hasta quedescubrí, en carne propia, queen el perio- escrito enmi vida, lahistoria del Mono de Sagal.
AGUAITA SEIS / DICIEMBRE 2001
Usted no sabia esto

El censo también
Una tarde de tiene que no le daba buena vida,
viernes, en la redacción de se había fugado con los
El Heraldo, m i compañero su historia dos hijos, aprovechando la
Manuel Gaspar Pérez, que ausencia del marido.
se encargaba de la infor- Desesperado y sin
mación de Policía, me Censo viene de! latín
"«mus". Significa lisia.
presentimiento de que su gente
estaba pagando menos impuestos
haber ido siquiera a su
Según paireen indkiirlo las de lo que le correspondía. El
invitó para que al día si- sagradas escrituras, el primer
censo de que se tenga memoria
segundo censo de la historia
universal demostró que David
Algunos investigadores creen
que nuestros indios tenían la
casa, ahí mismo, el Mono
en la historia del género tenía razón, y que los evasores costumbre de contarse ames de
guiente fuéramos de pa- humano lo realizó Moisés, mucho
tiempo antes de que existieran los
de impuestos existen desde
cuando hubo picaros sobre la
que llegaran los españoles a violar
nativas entre sus brazos peludos, a
de Sagal se echó la lotería
computadores electrónicos del recoger oro y a quemar caseríos
rranda a su pueblo, Santo DAÑE, cuando Dios le ordenó
sacar de Egipto af pueblo hebreo,
Los romanos utilizaban un
procedimiento similar, pero no
enloquecidos por la borrachera de al bolsillo, agarró otro bus
cruzar el Mar Rojo y poblar por miedo a que el pueblo o tas Casi trescientos años después de
Tomás, la famosa tierra de la tierra prometida. Moisés, que
no disponía de formularios de
que Cristóbal Colón cayera de
rodillas sobre la arena caliente de
y se fue para Calamar,
registro ni de una docena de militares: con frecuencia los América, ene! año de 1770, el
penitentes y flagelantes, lApite:, como ahora, llegó a la
conclusión de que había
cesares y emperadores querían
saber con cuántos hombres y
coronel don |osc Antonio de Plaza
levantó el primer censo del
donde vivía su suegra.
"cuaren tai cuatro mil almas cuánta riqueza contaban para ir Virreinato de la Nueva Granada. En
en el Atlántico. elegidas en tierras del Faraón".
Más larde hubo un rey y
a la guerra de conquistas v para
enfrentarse a los pueblos que
ese entonces -si hemos de creerle a
los improvisados empadronadores
Llegó de noche y le con-
profeta israelita a quien el deseaban dominar. Fue más o
- Es que mañana hay fies- señor castigó con la sublevación
de sus hijos Adonías y Absalón
menos lo mismo que hicieron los
rusos en Checoslovaquia hace cinco
territorio que hoy ocupa Colombia taron que su mujer estuvo
806.209 seres racionales, lo que
por haberse metido en una cama años, pero ; n necesidad de
ta en el pueblo -me dijo. puede significar que en esa cifra
por esos lados, pero ya se
;

que no era la de su mujer, sino censos porque para eso estaban los no estén incluidos los indios
la cama de la mujer del general cañones. Los romanos fueron, a quienes los europeos consideraban
Urías. Pero antes de que el también, quienes le pusieron el
Fui a parrandear, Todopoderoso le sancionara
severamente su pecado de
nombre de "censo" a un impuesto
que cobraban a ios agricultores,
poco menos que animales porque
no usaban, como ellos, barbera había ido para Magangué.
para afeitarse. Bogotá reportó,
adulterio, el profeta David tuvo equivalente al cinco por ciento
naturalmente, como todo tiempo de ordenar a sus ejércitos
que contaran al pueblo de
del producido de sus cosechas.
en aquel censo, 21.012 habitantes.
Aún no habían empezado a En la madrugada se
venirse para la capital
Israel v estimaran sus riquezas.
periodista que se respete, Parece que aquel adúltero, que
había matado de una pedrada al
antioqueños y costeños para el
barrio "Santa Fe". embarcó en una chalupa.
gigante Goliat, tenía el La explosión demográfica,
y me encontré con un a pesar de los apetitos camales
de marineros que llegaban tras Tampoco encontró a su
largos meses de travesía sin
episodio prodigioso, que mujeres, no había hecho su
aparición. De ahí que el censo mujer en Magangué,
granadino de 1778, realizado
era el motivo de la cele- también por el ejército
peninsular ocho años despeé* porque ya estaba en la casa
del irabafu de coronel Plaza,
bración. Un muchacho del demostró cju? en ese lapso ta
población había aumentado apenas de unos tíos que vivían en
en 22.566 personas, a ra;ón de
vecindario, rubio y apolí- el pueblo de Guaranda.
neo, con el cabello largo y De esa forma, via-
ensortijado, como un dios de la antigüedad, se ganaba la jando de aquí para allá, al Mono de Sagal se le pasaron
vida revendiendo la lotería en el pueblo. Lo llamaban el los días. Hasta que el miércoles, desconsolado, muerto
Mono de Sagal, en alusión al nombre de su padre, y de hambre y sin mujer, volvió a Barranquilla y se bajó
hasta el sol de hoy no he podido saber cómo se llamaba del bus en la vieja Estación de la Nevada. En un ven-
en la vida real. torrillo pidió una empanada y una gaseosa. Eran las
Todas las semanas, el Mono de Sagal iba a ocho de la noche. "La empanada estaba fría y la gaseosa
Barranquilla y compraba, en las oficinas de la Lotería caliente", me dijo después el Mono de Sagal, cuando
del Atlántico, unos billetes para revenderlos en Santo pasó lo que pasó.
Tomás. Es bueno advertir que, por razones de orden y En el radio de la tienda oyó que en ese momento
contabilidad, la Lotería no vendía billetes dispersos ni estaba jugando el sorteo de la Lotería del Atlántico.
números variados, sino la decena completa: del 10 al Sólo entonces recordó que tenía los billetes intactos en
20, por ejemplo, o del 40 hasta el 50, incluyendo en el el bolsillo, y sintió ganas de llorar porque, por andar
mismo método los billetes para el chance de tres cifras buscando a una mujer ingrata, no había tenido tiempo
y el de dos, que existían en esa época. de vender ni una fracción. Estaba en bancarrota.
De modo que la semana en que pasó lo que pasó, La empanada se le atravesó en la garganta cuan-
el Mono de Sagal compró sus billetes por decenas suce- do el locutor anunció el número ganador: 4076.
sivas. Todavía hoy lo recuerdo perfectamente: le dieron, Como tenía en su poder todas las decenas, el
para la lotería propiamente dicha, la decena del número Mono de Sagal se ganó la lotería completa: el premio
4070 al 4079; su decena para el chance de tres cifras con mayor, 4076, el chance de tres cifras, 076, el chance de
los números correspondientes (del 070 al 079) y para el dos cifras, 76, el premio anterior al mayor, 4075, el pre-
chance de dos cifras recibió del 70 al 79. mio posterior al mayor, 4077. Las dos primeras cifras,
Ese viernes, en el bus de las dos de la tarde, el con el número 40, y las dos últimas, con el 76. Como si
Mono de Sagal regresó al pueblo, dispuesto a vender su fuera poco, el Mono de Sagal se ganó también las tres
lotería, como todas las semanas. Pero ni bien había lle- primeras cifras y las tres últimas. No dejó nada para
gado cuando le contaron que su mujer, a la que parece nadie. Se sacó todos los premios.

AGUAITA SEIS / D I C I E M B R E 2001


Aquel sábado, cuando Manuel Gaspar y yo lle- donado", y recuerdo que estuvimos reimprimiendo pe-
gamos a Santo Tomás, el Mono de Sagal tenía el pueblo riódicos hasta las once de la mañana.
por su cuenta. El iba a la cabeza del tumulto callejero, Desde ese día tan lejano vivo pensando que se
seguido por la muchedumbre, un camión cargado con equivocan quienes creen que la imaginación es la loca
cajas de ron, tres conjuntos vallenatos, dos bandas de de la casa. La verdadera loca de la casa es la realidad.
músicos y mujeres que repartían sancocho y pasteles de
gallina. A su lado iba, naturalmente, sonriendo y con la Epílogo para un final necesario
mano en alto, su mujer con los dos hijos. Lo que más me preocupa es que vengo obser-
No conozco ninguna imaginación humana, ni vando que, en las crónicas que la prensa publica en
siquiera una fantasía, a la que se le hubiera podido ocu- estos días, la literatura, que debería ser únicamente un
rrir una historia como esa. Me emborraché con el Mono recurso narrativo, está sustituyendo a la realidad, que es
de Sagal, bailé porro en la mitad de la calle y escribí m i la materia prima. A sus autores se les ha metido en la
crónica para El Heraldo, con el título de " E l lotero se cabeza que la crónica es apenas una estación de paso en
ganó todos los premios porque su mujer lo había aban- el tren en que ellos viajan rumbo a una quimérica con-
sagración literaria. En consecuencia, lo que hacen no es
Censo viene del latín presentimiento de que su gente "A COLOMBIA
periodismo, sino literatura. L o más desgarrador es que
"censos" Significa lista.
Según parecen indicarlo las
estaba pagando menos impuestos
de lo que le correspondía. El
ABRALE SU CENSO..."
se trata, casi siempre, de mala literatura.
sagradas escrituras, el primer segundo censo de la historia Algunos investigadores creen
censo de que se tenga memoria universal demostró que David que nuestros indios tenían la Para que ustedes vean que la realidad no tiene
en la historia del género tenía razón, y que los evasores costumbre de con tarse antes de
humano lo realizó Moisés, mucho
tiempo antes de que existieran los
de impuestos existen desde
cuando hubo picaros sobre la
que llegaran los españoles a violar
nativasentre sus brazos peludos, a
límites, y que es capaz de superarse a sí misma, déjen-
computadores electrónicos del tierra. recoger oro ya quemar caseríos
DAÑE, cuando Dios le ordenó Los romanos utilizaban un enloquecidos por la borrachera de me terminar con este epílogo griego. La historia del
sacar de Egipto al pueblo hebreo, procedimiento similar, pero no chicha.
cruzar el Mar Rojo ypoblar por miedo a que el pueblo o las Casi trescientos años después de Mono de Sagal ocurrió hace más de veinte años. El otro
la tierra prometida. Moisés, que colonias les escamotearan sus que Cristóbal Colón cayera de
no disponía de formularios de
registro ni de una docena de
gravámenes, sino por razones
militares: con frecuencia los
rodillas sobre la arena caliente de
América, en el año de 1770, el
día, de paso por Barranquilla, me tropecé con Manuel
lápices, como ahora, llegó a la
conclusión de que había
cesares y emperadores querían
saber con cuántos hombres y
coronel don José Antonio de Plaza
levantó el primer censo del Gaspar Pérez, el periodista que me había llevado a
" cuarentaicuatro mil almas cuánta riqueza contaban para ir Virreinato de la Nueva Granada. En
elegidas en tierras del Faraón" . a la guerra de conquistas y para ese entonces —si hemos de creerle a Santo Tomás, y le pregunté por la vida del Mono de
Más tarde hubo un reyy enfrentarse a los pueblos que los improvisados empadronadores
profeta israelita a quien el
señor castigó con la sublevación
deseaban dominar. Fue más o
menos lo mismo que hicieron los
del coronel- habitaban sobre el
territorio que hoy ocupa Colombia
Sagal.
de sus hijos Adornas y Absalón rusos en Checoslovaquia hace cinco 806.209 seres racionales, lo que
por haberse metido en una cama años, paro : n necesidad de
! puede significar que en esa cifra - Se arruinó -me dijo-. Botó toda la plata en parrandas.
que no era la de su mujer, sino censos porque para eso estaban los no estén incluidos los indios
la cama de la mujer del general
Urías. Pero antes de que el
cañones. Los romanos fueron,
también, quienes le pusieron el
a quieneslos europeos consideraban
poco menos que animales porque
- ¿Y a qué se dedica? - l e pregunté.
Todopoderoso le sancionara
severamente su pecado de
nombre de " censo" a un impuesto
que cobraban a los agricultores,
no usaban, como ellos, barbera
para afeitarse. Bogotá reportó, Manuel Gaspar me miró a los ojos, profunda-
adulterio, el profeta David tuvo equivalente al cinco por ciento en aquel censo, 21.012 habitantes.
tiempo de ordenar a sus ejércitos del producido de sus cosechas. Aún no habían empezado a mente, y contestó:
que contaran al pueblo de venirse para la capital
Israel y estimaran sus riquezas.
Parece que aquel adúltero, que
antioqueños y costeños para el
barrio " Santa Fe" .
- Se gana la vida vendiendo lotería.
había matado de una pedrada al La explosión demográfica,
gigante Goliat, tenía el a pesar de los apetitos carnales

AGUAITA SEIS / D I C I E M B R E 2001 m


H I S T | |~R I A

El traslado de Nuestra Señora de los Remedios


del Cabo de la Vela al Río de la Hacha (1544-1545)
Por: Weildler Guerra Cúrvelo

Las características espaciales y la funda- su ámbito territorial lograron funcionar como un


mentación jurídica de los asentamientos hispanos liga- enclave político, económico y cultural en los confines
dos a la explotación de bancos perleros en el Caribe territoriales de las gobernaciones de Venezuela y Santa
durante el siglo XVI, requieren especial atención dada Marta, núcleos territoriales primigenios de las actuales
la singularidad de este fenómeno demográfico en el repúblicas de Venezuela y Colombia respectivamente.
proceso de poblamiento americano. Entre sus peculiari-
dades más relevantes pueden mencionarse, en primer La atracción de las perlas
lugar, la movilidad geográfica de este heterogéneo con- La posible existencia de ostrales perleros en las
glomerado humano a diferentes áreas del Caribe, la cual costas guajiras se constituyó en una reiterada atracción
se ve concretada en eventos migratorios iniciados en la económica que estimuló la organización de las diversas
empresas de exploración, conquista y poblamiento del
primera mitad del siglo X V I desde el grupo insular mar-
territorio peninsular las cuales se limitaron inicialmente
gariteño a la península de la Guajira y continuados
al ámbito del litoral. Aparecen tempranamente en los
desde esta al istmo de Panamá; en segundo lugar, se
primeros intentos de ocupación del territorio guajiro,
encuentra el otorgamiento a los asentamientos perleros, que se desarrolla dentro de lo que la etnohistoriadora
por parte de la Corona, de un estatuto político especial venezolana Petra Josefina Moreno (1980) ha denomina-
que garantizaba su autonomía con respecto a la autori- do período de contacto inicial, que transcurre entre 1499
dad de los gobernadores de los territorios en los cuales y 1525.
se asentaron. La apetencia perlera surgió en la primera capi-
El presente ensayo busca examinar, desde esta tulación de Ojeda de junio de 1501, por la cual se creó
la Gobernación de Coquibacoa, al igual que en los
perspectiva, el traslado de la ciudad de Nuestra Señora
asientos celebrados con Diego Caballero en 1525 y con
de los Remedios desde el Cabo de la Vela, en donde fue
Martín Fernández de Enciso en 1526. En esta última
erigida en 1538, al Río de la Hacha, lugar en el que se
capitulación, el marcado interés por las perlas se evi-
establecieron sus autoridades y moradores durante los dencia en el nombre dado al territorio a explorar, con-
primeros meses de 1545. El caso a observar adquiere un quistar y poblar, el cual comprendía desde el llamado
atractivo adicional dado que durante la segunda mitad Golfo del Aljófar , situado en la costa de las perlas,
1

del siglo X V I dicha ciudad y otros poblados situados en hasta el Cabo de la Vela.

Aljófar corresponde a un tipo de perla redonda, altamente valorada por los tratantes de estas. Sobre la capitulación de Enciso ver el ensayo de Zubiri Martín La capitu-
lación del Bachiller Enciso para la costa del Aljófar.

AGUAITA S E I S / D I C I E M B R E 2001
El poblamiento de la Gobernación de Santa
Marta en 1525 señaló el inicio de un segundo momen-
to denominado por Moreno período de reconocimien-
to de las condiciones aprovechables de la península. A
partir de este año se explora el interior del territorio
guajiro y se ensayan formas de reducción de la
población indígena como el levantamiento de nuevos
asentamientos europeos en las costas guajiras, que no
llegan a consolidarse. Ello se intensifica al constituirse
la Gobernación de Venezuela y Cabo de la Vela, en
1528, mediante capitulación otorgada por la Corona a
la casa comercial alemana de los Welser. Tanto las
gentes de Santa Marta, por medio de la malograda
expedición de Antonio Insarte de Meló, como los ger-
manos en el Cabo de la Vela, a través de la efímera
ranchería establecida por Federman en 1536 , inten- 2

taron dar cata a las perlas infructuosamente. Este es un


período caracterizado por desaveniencias territoriales
entre ambas gobernaciones dada su aguda competen-
cia por controlar el territorio guajiro y el Valle de Upar
para acceder a través de estos al interior del conti-
nente.
El período de asentamiento castellano en la Mapa de Fernández de Oviedo, de 1535, correspondiente a la
península de la Guajira se inicia efectivamente en región de Maracaibo en el que se intenta mostrar cómo la región
de Coquibacoa y el Valle de Upar se encontraban dentro de la
1538 con la localización de los largamente buscados Gobernación de Venezuela.
ostrales perleros por los habitantes de Cubagua, una
isleta que hace parte del grupo insular margariteño. en 1626 y alcanza su cénit en 1527 con un recaudo de
Esta había sido tempranamente poblada, pues ya en más de 1200 marcos (Otte, 1977:54). Empero, la pro-
1510 se levantaba allí una activa ranchería de 3
ducción empieza a declinar hasta alcanzar menos de
pescadores de perlas. En 1521 la ranchería se ha con- cien marcos en 1537 con lo cual se inicia el fin de la
vertido en una próspera ciudad llamada Nueva Cádiz prosperidad de Nueva Cádiz.
de Cubagua "con plaza mayor, iglesia, conventos, Ante el derrumbe del rendimiento de los ban-
mercado y servicios" (Morón, 1979:47), la cual goza- cales de Cubagua, los comerciantes de perlas allí
ba de un régimen de autonomía local pues se goberna- establecidos solicitan licencia a la Corona para explorar
ba por Alcaldes y dependía en lo administrativo direc- otras áreas del Caribe en las cuales se presume la exis-
tamente del Consejo de Indias y en lo judicial de la tencia de ricos ostrales. Alegan para ello la inminente
Audiencia de Santo Domingo. El ritmo de producción ruina de la ciudad y solicitan, además, que se les exima
de sus ostrales se evidencia en el quinto real pagado a de sanciones por despoblar aquella isla (Luengo,
la Corona, el cual sube de 200 marcos en 1521 a 700 4
1949:17). Los ostrales son descubiertos en 1538 por

2 L a ciudad de Ulma que Nicolás de Federman, siguiendo instrucciones de sus superiores, debía fundar en el extremo occidental de la Gobernación de Venezuela, es parte
de las utopías alemanas en América. Al respecto ver los documentos anexos contenidos en la obra de Nectario María (1959) Los orígenes de Maracaibo.
s Otte (1977:45) ha considerado la ranchería como la unidad técnica, económica y social de los pescadores de perlas que, a pesar de su inicial rusticidad, puede constituir
el embrión de una prospera ciudad. Son necesariamente móviles dado que su perdurabilidad se halla asociada a la producción de bancos perlíferos.
4 E l marco es una medida de la época equivalente a media libra de perlas. Sobre el tema pueden consultarse los ensayos de Manuel Luengo Muñoz Las perlas en la
economía venezolana, R E A No. 13, 1952, y Sumaria noción de las monedas de Castilla e Indias en el siglo XVI, A E A , 1950.

AGUAITA S E I S / D I C I E M B R E 2001
Diego de Almonte, factor de la casa comercial andaluza para la localización de bancos de perlas como la levan-
de Rodrigo de Gibraleón y Juan de la Barrera (Otte, tada por Federman cerca al Cabo de la Vela en 1536.
1977:393). Durante ese mismo año las principales Antes del arribo de las gentes de Cubagua a la penínsu-
haciendas de perlas de Cubagua empiezan a trasladarse la en 1538 la presencia europea se había manifestado
al Cabo de la Vela. Estas se componían de "canoas, tan solo en el paso de expediciones exploratorias hacia
indios e vareos navios e casas movedizas y toda la gente el interior del continente o en cortas campañas punitivas
esclavos naborías e bastimentos" (Luengo, ibidem: 16). para castigar supuestos desmanes de los indígenas con-
Kaplan considera que para ese año ya se encontraban
5 tra navegantes europeos. Estas entradas servían en rea-
en el Cabo de la Vela 900 indígenas esclavos con 38 lidad de pretexto para la torna de esclavos y el saqueo
canoas. Este hecho pone en evidencia que, aunque re- de los asentamientos nativos . Por ello sólo a partir del
6

gulada por la Corona, la empresa perlera tiene un carác- surgimiento de Nuestra Señora de los Remedios puede
ter acentuadamente privado. Sobre el particular, Hermes afirmarse que se inicia en el territorio guajiro un perío-
Tovar (1997:233) ha afirmado: "Las perlas, como pro- do efectivo de asentamiento castellano.
ducto de extracción, exigían capital para operar e indios Luengo Muñoz ha observado (1949:17) cómo la
para que bucearan, por elk) fueron empresarios y no autorización de la Corona a los pescadores de perlas de
pobladores corrientes los que se interesaron por estos Cubagua para fundar un pueblo en el lugar de la penín-
espacios de la geografía y los negocios". sula en donde se localizasen los bancos de perlas cons-
La población no se consolidó en el Cabo de la tituía una excepción a las formalidades necesarias para
Vela hasta 1539 y aun siguió el proceso de traslado de toda empresa de descubrimiento y poblamiento al
autoridades municipales de Cubagua a la península en realizarse sin una previa capitulación. Las capitula-
1540, fecha en la que, según Morón (1971:322), ciones eran asientos celebrados entre la Corona y par-
empieza a aparecer la correspondencia de los oficiales ticulares que, aunque se otorgaban como mercedes
reales en las fuentes documentales. La Corona autorizó reales, tenían un manifiesto carácter contractual. La
su traslado en marzo de 1539 a través de una licencia autorización afectaba, por tanto, derechos previamente
general que incluye la confirmación de los alcaldes reconocidos en las capitulaciones otorgadas a los go-
ordinarios elegidos por ellos, permiso para trasladar la bernadores de Santa Marta y a los representantes de la
caja real y convalidación de todos los cargos públicos Casa Comercial de los Welser en 1524 y 1528, respec-
de las autoridades de Cubagua en el nuevo territorio tivamente.
(Otte,1977:394). En la búsqueda de un régimen de autonomía
local similar al que gozaba Nueva Cádiz de Cubagua,
Nuestra Señora de los Remedios los nuevos pobladores hábilmente esgrimieron como
del Cabo de la Vela como enclave argumento ante el Consejo de Indias la poca claridad
político que existía en la fijación de límites entre ambas enti-
Nuestra Señora de los Remedios del Cabo de la dades administrativas y la importancia de evitar
Vela constituyó el primer asentamiento europeo que enfrentamientos entre las gobernaciones hispanas en
tuvo perdurabilidad en las costas de la península de la mención. En efecto, en tanto que los venezolanos consi-
Guajira. Hasta entonces, tempranos intentos de deraban que su gobernación incluía al Cabo de la Vela
poblamiento habían concluido en ciudades efímeras como provincia y llegaba hasta el río Yaro o Hermo o de
como Santa Cruz, fundada en Bahía Honda por Alonso la Hacha, conocido actualmente como Ranchería, los de
de Ojeda en 1502, o rancherías fugaces establecidas Santa Marta argüían que el límite de su jurisdicción

5 Kaplan, Myriam. Pesca de Perlas en la Guajira durante el Siglo XVI, Conferencia dictada en el Área Cultural del Banco de la República, Riohacha, abril 5 de 1986.
6 En el período comprendido entre octubre de 1535 y marzo de 1536 los elementos hispanos rescataron 3.573 pesos en oro en la provincia del Cabo de la Vela (Tovar,
1997:194).

AGUAITA SEIS / DICIEMBRE 2001


alcanzaba hasta el propio Cabo de la Vela, considerado poblamiento de esa tierra y la pacificación de su con-
simplemente como accidente geográfico. La Real torno indígena no le habían costado esfuerzo económi-
Audiencia de Santo Domingo, prudentemente, se había co ni militar a ningún gobernador dado que la riqueza de
limitado a pedir a las autoridades de ambas provincias la ciudad debía considerarse "fruto y trato de la mar"
no penetrar en los territorios vecinos "Por quitar (Friede, DIHC: 1581).
ocasión de rompimientos. Mientras V. M . provee hemos Adicionalmente, las autoridades locales
mandado que el Cabo de la Vela se quede en el estado resaltaron los beneficios económicos correspondientes
en que se halla al recibir vuestro mandamiento" (Morón al recaudo del quinto real que obtenía la Corona direc-
1971:326). tamente de las pesquerías sin la indeseada intromisión
La presencia de los cubagüeses-en la península de los gobernadores que solicitaban para sí la doceava
de la Guajira llevó al gobernador alemán de Venezuela, parte de la extracción perlera. Este era un argumento
Jorge Espira, a protestar por su presencia en febrero de contundente pues la granjeria de las perlas de Nuestra
1540. " V . M . no consienta en ese daño a mi gober- Señora de los Remedios le reportó en los años venideros
nación" y amenaza con enviar un teniente suyo con a la Corona más de 150.000 ducados libres de costos
gente de a pie y a caballo para expulsar a los invasores por concepto del quinto real tan solo en el período com-
(Morón 1971.322). No menos hostiles fueron las inten- prendido entre 1538 y 1548 (Friede, DIHC 2004 ).
ciones de las autoridades de Santa Marta, en 1542 el Como reacción frente a las injerencias de los
gobernador Alonso Luis de Lugo tomó violentamente gobernadores, los vecinos de Nuestra Señora de los
las perlas que se hallaban en poder de los oficiales Remedios enviaron al procurador . Diego López a 7

reales, dispuso de manera indebida de los bienes de España, quien obtuvo un conjunto de mercedes reales
difuntos y encarceló al escribano del Cabildo, entre entre las cuales se encuentran la confirmación del nom-
otros delitos que fatigaban el derecho de Castilla. Frente bre de ésta y el título de ciudad, la definición de sus tér-
a estos abusos los vecinos de Nuestra Señora de los minos territoriales y la devolución de lo obtenido arbi-
Remedios solicitaron ante el Consejo de Indias que se trariamente por el gobernador de Santa Marta.
pusiese fin a tales actuaciones, pues recordaron cómo el Continuando con estas directrices de la Corona, la Real

7 Según Ramos (1947:129). la figura del procurador corresponde a una institución de representación del municipio indiano. Elegido por el Cabildo, tema la facultad para
asistir a las ciudades, villas y poblados en sus causas ante el Consejo de Indias, Audiencias y Tribunales. Diego López era, a la vez, escribano de Nuestra Señora de los
Remedios y había ejercido el mismo cargo en Nueva Cádiz de Cubagua.

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Audiencia de Santo Domingo ordenó en 1544 "que en beber de unos jagüeyes que estaban tierra adentro
adelante nadie quinte, sino los oficiales reales, ni en otra apartados de las rancherías les había de costar muertes
parte sino en el Cabo de la Vela" (Morón, 1971:329). o sangre".
La colonia perlera no se limita a poblar en un El decaimiento de la producción de los ostrales
solo paraje. La búsqueda y explotación de los bancos cercanos al Cabo de la Vela comenzó a notarse hacia
perlíferos abarcó la costa existente desde el Río de la 1544 y fue entonces cuando se puso en evidencia la
Hacha hasta el Cabo de la Vela. La ciudad de Nuestra magnitud del esfuerzo necesario para abastecer la
Señora de los Remedios, centro político de la colonia, población. Todos los elementos se adquirían a costo
es la sede del Cabildo y lugar de residencia de los veci- muy alto puesto que se acarreaban de otras goberna-
nos principales, se encontraba cerca de dicho Cabo. ciones, especialmente de Santo Domingo, Cuba, Santa
Empero, el centro económico de la colonia es la llama- Marta y Venezuela, y aun la obtención de elementos
da Ranchería de las Perlas o Pueblo de la laguna de San esenciales para la subsistencia de los pobladores como
Juan . Allí se encontraban las haciendas de perlas con
8 agua y leña se convertía en un verdadero reto a la logís-
sus campamentos, cárceles, canoas, mayordomos y tica. En algunas ocasiones se paralizaron las faenas en
canoeros europeos, esclavos africanos, buceadores indí- las pesquerías por carecerse de maíz para el alimento de
genas, indias y pajes de servicio. Los indígenas que se los buceadores. Por otro lado, la escasez de piedra y
encontraban concentrados en ese gigantesco campa- madera no sólo dificultaba la construcción de viviendas
mento provenían de diferentes regiones de Suramérica y y la realización de las obras públicas necesarias para la
las Antillas; en su mayor parte procedían del oriente de ciudad, sino que se constituía -al no poderse edificar
Venezuela, otros eran oriundos de las islas Lucayas, de fortalezas- en un serio problema para su defensa, riesgo
La Margarita, Trinidad, Islas de los Gigantes, Santo muy alto para sus habitantes que vivían bajo el cons-
Domingo, Brasil, Santa Marta y Mompox. Moreno tante hostigamiento indígena y el peligro frecuente de
(1983:81) identifica entre ellos a miembros de los si- los ataques corsarios.
guientes pueblos indígenas: onotos, caracas, caquetíos, Con la caída en el rendimiento de los ostrales, se
piritus, cumanagotos, chuaos, quiriquiries, guaiqueries, empieza a reflejar en el Cabo de la Vela el destino de la
petares, baturas, uñares, guaricos y "maracapanaes. A Nueva Cádiz de Cubagua. "Sobre un área geográfica de
estos habría que añadir indios anates del Cabo de la Vela pocas posibilidades de sustentación -casi ninguna- un
y mujeres denominadas brasilas e itotas del Valle de mar de perlas, como si la riqueza se rodeara de defen-
Upar . 9
sas", afirma Morón (1971:321). Sin embargo, mientras
la población dependa fundamentalmente de la ex-
La perdurabilidad amenazada tracción de perlas y los ostrales se encuentren en plena
Fray Pedro Simón (1627) señala en sus Noticias
10 producción, el medio semidesértico no será obstáculo -
historiales las circunstancias que determinaron la mo- como no lo fue en Cubagua- para la supervivencia y aun
vilización de los comerciantes de perlas desde el Cabo para la bonanza de la ciudad. Las perlas pagarán
hacia el Río de la Hacha: "Lo primero no tener agua sobradamente sus caudalosas importaciones. No
para beber, piedra ni madera para edificar casas, ni aun obstante, si la producción de los bancos perlíferos
leña para el servicio, lo segundo verse tan infestados de decae, las adversidades del entorno se harán manifiestas
los goagiros y cocinas que los perseguían de manera y la colonia deberá entonces reaccionar diversificando
que las más de las veces que salían a traer agua para su base económica y, por tanto, ampliando su propio

8 Las bocas y lagunas litorales de San Juan y San Agustín se encuentran en el territorio de la patria Wayuu de Musichi, en cercanías de la actual población de Manaure.
9 A l respecto ver mi artículo "La Ranchería de las perlas del Cabo de la Vela 1538-1550, Revista Huellas, Nos. 49 y 50, Universidad del Norte, Barranquilla, pp.33-51,
abril-agosto, 1997. También la obra de Petra Josefina Moreno, Guajiro-Cocina Hombres de Historia 1500-1800, tesis inédita de doctorado en Historia de la Universidad
Complutense de Madrid, 1983.
10 Noticias Historiales, Quinta noticia.

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ámbito territorial si no quiere co-
rrer un destino parejo con el de sus
ostrales.
Dentro del tipo predomi-
nante de asentamiento castellano
se requerían dos circunstancias
favorables para su perdurabilidad
como eran el contar con una base
agrícola que asegurase su abaste-
cimiento y disponer de un con-
torno indígena pacificado. Por esa
razón se prefería fundar en comar-
ca poblada por indígenas pacífi- Fotografía de la Isla de Cubagua, de Alfredo Boulton. Tomada de: Enrique Otte, 1977: 250.

cos, susceptibles al sometimiento,


los cuales aportarían los recursos necesarios para el resistencia a sus acostumbradas prácticas esclavistas.
sostenimiento de los pobladores hispanos. Ya fuese La escasez de fuentes de agua dulce a lo largo del semi-
mediante el pago de tributos en oro o en especie, bien desértico litoral guajiro se convirtió en otro factor de
a través de la aportación de guías y cargadores para las conflicto entre los pobladores hispanos y los nativos.
expediciones hacia el interior del continente, así como Los habitantes de Nuestra Señora de los Remedios se
de esclavos e indios de servicio, las comunidades indí- veían obligados a atravesar la delgada franja costera
genas cercanas a pueblos de españoles debían propor- para acceder a los jagüeyes y cacimbas de los cuales se
cionar a estos un inestimable soporte logístico. servían los indígenas. Estos por su parte trataron de
La reducción de la población indígena fue bási- mantener el control de las fuentes de agua apostando
camente entendida por las gentes provenientes de pequeños grupos de flecheros para emboscar a los
Cubagua como la destinación de los varones adultos a europeos, esclavos africanos e indios de servicio que
las pesquerías en calidad de buceadores y la incorpo- cumplían las tareas de abastecimiento de los asen-
ración de las mujeres y niños como naborías y pajes de tamientos hispanos. Juan de Castellanos describe cómo
servicio en las haciendas de perlas. El tipo de economía era necesario disponer de escoltas a caballo para garan-
extractiva y marcadamente especializada de Nuestra tizar el acceso a los reservorios de agua:
Señora de los Remedios pudo influir en alto grado para
que formas de reducción de la población nativa como Pues de jagüeyes de do se traía,
Eso me da en invierno que en verano,
la encomienda -tan extendida en otras regiones de
América- no florecieran allí, pues aun desde los tiem- No con pequeño riesgo se cogía,
Y siempre con las armas en la mano,
pos en que residían en la Nueva Cádiz, los numerosos
indios capturados en el rancheo de las zonas costeras A causa de que bien la defendía,

del continente que no podían ser enviados a las pes- El indio lleno de furor insano

querías de perlas, eran vendidos como esclavos en las Hartas veces volvió gente herida,

Antillas Mayores. En consecuencia, al lado de la Y aun algún español perdió la vida

granjeria de perlas existió allí una auténtica granjeria


En 1541, el tesorero Francisco Castellanos pidió
de indios (Otte, 1977:226).
permiso al Rey para sacar a su mujer e hijos a España
A su arribo a la península, los comerciantes de "... pues no era razón tenerla en una tierra tan brava
perlas encontraron un contorno indígena hostil que no como esta que cada día tenemos rebatos y aún nos
pudo servir de soporte para su empresa de poblamiento matan los cristianos junto al pueblo (Friede,
y presentaría por el contrario una dispersa pero eficaz DIHC:1582)". La situación se había tornado intolerable

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hacia el año de 1542 pues al arribar a Nuestra Señora de de la Vela por que surgieron a seis leguas de ella y no
Los Remedios el adelantado Pedro Luis de Lugo, en su atinaron. Y si este verano tornan, como se teme, ningu-
calidad de Gobernador de Santa Marta, organizó a peti- na defensa habrá si esta ciudad no se mete más adentro
ción de los vecinos de aquella ciudad una campaña de hacia el Río de la Hacha" (Friede, DIHC1722).
castigo contra los naturales que impedían el acceso a los A fines de 1544 cuatro navios de corsarios
jagüeyes. Para ello comisionó a los capitanes Juan de franceses surgieron frente el puerto de Nuestra Señora
Mayorga y Martín López (Fernández de Piedrahita, de los Remedios del Cabo de la Vela (Simón: Quinta
1688, Historia I I I , Libro Octavo, Capítulo I ) . Esto no noticia, capítulo X V ) . Era un lunes, 13 de octubre, y la
significó, sin embargo, el fin del hostigamiento indíge- población se hallaba desprevenida para hacer una
na contra la ciudad. En repetidas ocasiones los comer- defensa eficaz. Muchos de los vecinos se encontraban
ciantes de perlas se quejaron ante la Corona de la difi- en la Ranchería de las Perlas o Pueblo de la laguna de
cultad que tenían para hacer labranzas y sementeras que San Juan en las labores de las pesquerías y otros se ha-
permitieran su autoabastecimiento y de la necesidad que llaban en sus estancias cercanas al Río de la Hacha. La
tenían de importar alimentos de otras provincias por poca artillería perteneciente a la ciudad estaba en el
estar asentados en "tierra de Indios bravos ". En conse- Perú, pues se le había prestado al licenciado La Gasea
cuencia el disponer de un contorno indígena hostil con- para ir a sofocar la rebelión de los Pizarros.
tribuyó en gran medida al marcado carácter importador Correspondió a un ilustre visitante, Gonzalo Suárez
que tuvo la economía de Nuestra Señora de los Rendón, fundador de Tunja, organizar la defensa con
Remedios durante gran parte del siglo X V I . setenta españoles de a pie y veinte de a caballo, más los
Otro factor que contribuyó al traslado de la ciu- esclavos negros e indios de las granjerias que sumados
dad se originó paradójicamente en la propia bonanza de eran cerca de doscientos hombres, todos armados de
las perlas que la caracterizó durante sus primeros años varas que en la distancia parecían largas picas. Con esta
de existencia. La fama de sus granjerias de perlas fue un resistencia, más aparente que efectiva, se pudo disuadir
irresistible atractivo para los corsarios franceses que a los franceses de saquear la ciudad. Luego del acos-
amenazaban las posesiones españolas en las costas del tumbrado intercambio de rehenes y parlamentarios se
Caribe. Nueva Cádiz de Cubagua había soportado cua- accedió a que los corsarios desembarcasen sus mer-
tro incursiones de esta clase entre 1528 y 1543, la últi- cancías y algunos negros que traían para trocarlos por
ma de las cuales significó el golpe de gracia para la perlas. Las naves permanecieron surtas en el puerto
agonizante ciudad (Otte, 1977:394). Durante 1541 los hasta la madrugada del domingo siguiente cuando
corsarios atacaron navios españoles cerca al Cabo de la partieron rumbo a Santa Marta.
Vela y al Pórtete (Fernández Duro, 1885, 11:370). En Este incidente, cuyas consecuencias se limitaron
julio de 1543 el corsario francés Roberto Waal tomó a 11 a la introducción de unos cuantos esclavos negros de
Santa Marta a la que encontró sin defensas y luego si- contrabando, borró cualquier posible duda sobre la con-
guió a Cartagena donde repitió la acción. Estos sucesos veniencia de mudar la ciudad a un lugar más seguro y
alarmaron a los habitantes de Nuestra Señora de los cercano a Santa Marta donde pudiesen prestarse auxilio
Remedios que, bajo el mando del alcalde Bartolomé mutuo en caso de nuevas incursiones hostiles.
Carreño, organizaron aprestos para su defensa, para lo
cual solicitaron ayuda de la Corona. El obispo de Santa La ciudad se mueve hacia el Río de
Marta y a la sazón visitador de la Ranchería de las la Hacha
Perlas, Fray Martín de Calatayud, escribió al Rey a El río que actualmente es conocido como
propósito de ello: "Decían los franceses que estaban Ranchería recibió nombres diversos en las crónicas y
muy apenados por no haber acertado a esta del Cabo documentos del siglo X V I . Fue llamado inicialmente

" Sobre Roberto Waal ver la obra de Manuel Lucena Piratas, bucaneros, filibusteros y corsarios en América, publicada en 1994.

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río Seturma, posteriormente río de la Hacha y los vene- Vela, presentó ante la Audiencia de Santo Domingo una
zolanos le conocieron como río Yaro o Hermoso. Así, la petición acompañada de numerosos testimonios favo-
crónica de Gonzalo Fernández de Oviedo (1549) dice: rables para mover la ciudad hacia el Río de la Hacha.
"desde el Cabo de la Vela se torna la costa al sur ocho o Tal solicitud se fundamentaba en varias razones: en
diez leguas hacia el río Seturma". Los miembros del primer lugar, argüía el Procurador, se hallaba el hecho

Cabildo de Coro (Zubiri 1976:205) afirmaban en 1533 de que la ciudad había sido edificada en las cercanías
del Cabo de la Vela debido al desconocimiento que
que el río Yaro o de Hermo constituía el límite de su
entonces se tenía del territorio por parte de los recién
frontera con la Gobernación de Santa Marta, pese a ello,
llegados habitantes de Cubagua "...si lo tuviesen, como
la denominación que prevaleció durante la Colonia fue
ahora tenemos, es notorio que no asentaríamos en el
la de Río de la Hacha y a la postre bautizó a la ciudad
dicho pueblo porque la vivienda en él es muy trabajosa,
que se estableció en sus orillas en 1545 llegando a
porque la tierra es muy estéril y carece de todas las
desplazar incluso su nombre primigenio de Nuestra cosas que son necesarias para permanecer una
Señora de los Remedios. población" (Friede, DIHC:1716); en segundo lugar, la
Los cronistas aportan tres versiones sobre el ori- granjeria de las perlas se practicaba en esos años hacia
gen de este nombre. López de Velasco (1574) registró la la costa abajo del Cabo de la Vela, en la región de la
más antigua y escueta de estas: "y el río se llama así por laguna de San Juan y se creía que continuaría bajando
un hacha que se hallaron en el los primeros hasta llegar a las costas de La Ramada ; por último se 12

pobladores". Juan de Castellanos (1589), veterano resaltaban las ventajas que brindaba el lugar escogido
explorador de estas tierras y uno de los primeros habi- para efectuar el traslado, en donde corría un río de
"agua dulce" con riberas y montes muy fértiles. Allí,
tantes de la ciudad, aporta otra versión que relaciona el
pensaban los vecinos, se haría muy buena población
nombre dado al río con la segunda expedición de
puesto que ya existían unas pocas estancias y algunos
Alfinger realizada en 1531:
moradores comenzaban a pasarse y quienes se oponían
Llegaron pues al Río de la Hacha, eran tan solo "dos o tres personas" lo que llevaría -de
Que deste nombre tal es heredero persistir en su obstinación- al total despoblamiento de
esas tierras.
Por una que perdió cierto soldado
La negativa de esta petición fue solicitada a la
A tiempo que pasaba por su vado
Real Audiencia por Luis de Espinosa en nombre del
Finalmente, Lucas Fernández de Piedrahita Cabildo, justicias y regidores de Nuestra Señora de
(1688) en su Historia del Nuevo Reino aporta una expli- los Remedios. Espinosa consideraba que quienes
cación más tardía, pero que prevalece hasta hoy en los acaudillaban dicha empresa eran personas afectas al
habitantes de Riohacha con algunas modificaciones: "v gobernador de Santa Marta, cuyo interés fundamental
descontentos del sitio por la falta de agua y leña que no consistía en buscar el bienestar de los pobladores,
padecían resolvieron desampararlo y dando su acuerdo
sino el lograr que aquel tuviera jurisdicción sobre
eligiesen mudarse a otro sobre la misma costa del mar
Nuestra Señora de Los Remedios. La petición tendría
treinta leguas a sotavento, junto a la boca del río de la
como objetivo percibir el doceavo que correspon-
hacha, así llamada por haber dado una de hierro al
dería al gobernador sobre la renta de la granjeria de
guajiro que se lo descubrió a los nuestros en ocasión
perlas, además de obtener facultad para colocar un
que por aquellos arenales caminaban sedientos". Esta
versión tardía es repetida por otros cronistas como lugarteniente en el nuevo sitio lo que le había estado
Alonso de Zamora (1701) y Antonio Julián (1787). expresamente vedado en el Cabo de la Vela en virtud
A comienzos de 1544, Juan de Francia en su ca- del régimen de autonomía política que la Corona
lidad de procurador de algunos vecinos del Cabo de la había concedido a la Ciudad.

12 L a provincia de L a Ramada se encontraba entre los ríos Palomino y Tapia. Es la zona donde se encuentra la actual población de Dibulla.

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Respecto de las condiciones geográficas del laba el traslado de aquellas poblaciones levantadas en
lugar donde se erigió la población, Espinosa señalaba comarcas estériles, insalubres u hostiles, previo con-
que no eran un motivo importante para determinar el senso de sus vecinos y autoridades, hacia lugares en
traslado: "...porque en el dicho pueblo hay agua donde hubiese condiciones geográficas, económicas
dulce y lo que es de menester para el mantenimiento y sociales más favorables.
de el, y se traer con poco trabajo, y las labranzas que Las preguntas realizadas a los testigos reflejan
dicen se harán en el Río de la Hacha no hay quien les este interés . Se les requería sobre la fertilidad de las
13

impida que no se las hagan, porque desde el mismo riberas del Río de la Hacha, se indagaba si allí se daban
pueblo pueden tener granjerias y estancias en el Río el trigo y la cebada y otras semillas de Europa, si era
de la Hacha, como lo hacen los vecinos de esta ciu- lugar propicio para la cría de ganado y aun sobre sus
dad, que tienen muchos de ellos estancias en el condiciones de puerto marítimo. Especial cuidado se
Macorí y en otras partes, puso al tratar de establecer si
que es más lejos que el la mudanza no afectaba de
dicho pueblo del Río de la alguna manera la explotación
hacha" (Friede, D I H C : de los bancos de perlas y, por
1716). consiguiente, las rentas que
La Real Audiencia de ello derivaba la Corona.
de Santo Domingo encargó En su mayor parte las
al licenciado Grajeda de la declaraciones fueron favo-
instrucción del proceso con rables al traslado. Francisco
el f i n de remitirlo luego al Camacho, piloto, de treinta
Consejo de Indias para que años de edad, afirmaba: "que
este pronunciase el fallo le parece que la población
definitivo. El Oidor ordenó estará mejor en el Río de la
tomar y recibir de oficio Hacha, así por la esterilidad
las informaciones perti- de la tierra como por la falta
nentes al traslado para lo de agua que hay en Cabo de
cual rindieron declara- la Vela y porque los navios
ciones personas conocedo- dejan de ir al Cabo de la Vela
ras de la región donde se por la falta de agua que hay
asentaba la colonia perlera; en el Cabo de la Vela y
entre ellas se encontraban porque en el Río de la Hacha,
pilotos de naves y antiguos según le han dicho a este tes-
vecinos de Nuestra Señora tigo, se ha sembrado mucho
de los Remedios que a la Escudo de la ciudad de Nueva Cádiz de Cubagua. En: Otte maíz y se coge mucha canti-
1977: 260.
sazón r e s i d í an en L a dad y en el Cabo de la Vela
Española. La Corona era no se coge sino es en ciertos
en extremo celosa de la conservación de los lugares tiempos en que se cogen algunas hortalizas regadas a
ya fundados, pues, en el afán del descubrimiento y mano; pero que maíz en ningún tiempo del año se coge,
conquista de nuevos territorios, aquellos podrían porque la tierra es muy salitrosa y se coge mucha sal en
verse abandonados en una desordenada ansia aven- ella!' (Friede, DIHC:1716).
turera que c o n t r i b u í a poco con su polític a de Otras preguntas apuntaban a establecer si el
poblamiento en el continente americano. No traslado perjudicaba la relación de los pobladores his-
obstante, se permitía y, en algunos casos, se estimu- panos con los grupos indígenas circundantes provocan-

13 En el levantamiento de las ciudades hispanas en América debían cuidarse las condiciones del emplazamiento general de éstas como las de su emplazamiento particular,
es decir, tanto su ubicación dentro de una región geográfica como las condiciones específicas del lugar escogido en esa misma región. A l respecto ver Ratzel Die geo-
graphishe Lage der grossen Stadte, Kleine Schertfen, Berlín, 1906.

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Reconocimiento y ayuda de la política de atracción pacífica hacia los grupos indíge-
nas que se encontraban alzados.
Corona
La ayuda de la Corona para la construcción de
Las mercedes reales y demás subvenciones eran
obras públicas necesarias para la ciudad se considera-
otorgadas por la Corona para facilitar el proceso de
ba indispensable debido a los ingentes gastos que
poblamiento en tierras indianas. Podían darse en forma
había ocasionado a los vecinos y moradores de
individual o colectiva a sus servidores mediante la con-
Nuestra Señora el traslado al Río de la Hacha. Los cos-
cesión de exenciones o reducciones fiscales, licencias
tos de este se calculaban en $20.000 pesos de oro, unos
para la introducción de esclavos negros, cesión de las
nueve millones de maravedíes, sin incluir en ello otros
rentas reales, préstamos y otros beneficios que condu-
30.000 pesos de oro representados en las cons-
jeran al afianzamiento y prosperidad de los colonos en
trucciones abandonadas en el Cabo de la Vela.
los territorios de ultramar. En su calidad de ciudad
Recordaban que la edificación de la Iglesia en su
recién trasladada, Nuestra Señora de los Remedios, fue
emplazamiento anterior había sido costeada por los
favorecida por la Corona al acceder a numerosas peti-
moradores sin ayuda real, por tanto, solicitaban ahora
ciones de sus vecinos y autoridades.
una contribución para terminar la que habían iniciado
Con el fin de aliviar el esfuerzo colectivo que en el Río de la Hacha y los gastos correspondientes a
había significado el abandono del viejo emplazamien- la dotación de libros, ornamentos, y otras cosas nece-
to, el Cabildo escribió al Rey para informarle lo ocu- sarias para el culto divino.
rrido, solicitar su confirmación y obtener algunas mer- Algunas peticiones se hallaban relacionadas
cedes para la ciudad que serían gestionadas personal- con el levantamiento de los edificios de carácter públi-
mente ante el Consejo de Indias por el procurador de la co, para lo cual requerían que la Corona continuase
ciudad, Diego López. El propio obispo de Santa Marta, cediendo las dos terceras partes de las penas de cámara
Fray Martín de Calatayud, comentaba las ventajas del cuyo importe se destinaría a la construcción de la cár-
nuevo emplazamiento en carta al Rey, expresando su cel y la sede del cabildo local. Adicionalmente, se
voluntad de radicarse allí y no en Santa Marta, ciudad solicitaron medidas dirigidas a prevenir posibles
venida a menos que comenzaba a despoblarse. ataques de corsarios a los navios que llevaban las
Consideraba el prelado que dada la cercanía de la ciu- remesas de perlas del Río de la Hacha hasta Santo
dad con la granjeria de las perlas y el Valle de Upar, así Domingo, dado que era en ese trayecto en donde ocu-
como de la Sierra Nevada de Santa Marta, podría rrían generalmente los asaltos, por esa razón se soli-
ejercer desde allí su oficio de protector de indios mejor citaba que la flota armada que pasaba rumbo al puerto
que en cualquier otro lugar, pues planeaba entonces una de Nombre de Dios se detuviese frente a Nuestra

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Señora para cargar las perlas de la Corona como las de trasladada del Cabo de la Vela al Río de la Hacha pues
los particulares. Consideraron en extremo prioritario sus autoridades y moradores eran los mismos y se con-
la construcciónde una fortaleza para poner abuen sideraban ambas ciudades una misma cosa: "...y por
recaudo la hacienda real y la de los vecinos en caso de ende, por la presente tenemos por bien que el dicho
un ataque corsario al R íode la Hacha: "...Pues es pueblo que ahora nuevamente se ha poblado en el Río
puerto de mar y uno de los principales de las Indias en de la Hacha, se llame e intitule la Ciudad de Nuestra
provechos que a su majestad se dan de renta en cada Señora Santa Maria de los Remedios, como se llama-
año como en número de vecindad, pues en Santoba el pueblo que así estaba poblado en el dicho Cabo
Domingo y San Juan de Puerto Rico y La Habana y de la Vela, y que goce de las preeminencias prerroga-
otras partes de estas indias hay fortalezas y conviene tivas e inmunidades que puede y. debe gozar por ser
que aquí lo haya más que en ninguno de ellos, por ciudad. Yasímismo, mandamos que por el tiempo que
razónque siempre los corsarios franceses, por la co- nuestra merced y voluntad fueron las provisiones y
dicia de las perlas vienen aquí más a la continua que mercedes que por nos estaban hechas a la dicha ciu-
a otras partes" (Friede, DIHC:1767). dad de Nuestra Señora de los Remedios, que estaba
De vital importancia se consideróel obtener la poblada en el Cabo de la Vela, como dicho es, se lo
exenciónde los derechos de almojarifazgo para los ali- entiendo y se lo entiendan y guarden y cumplan con el
mentos que se importaban de otras regiones de las dicho pueblo" (Friede, DIHC:1936).
Indias, merced que ya habíasido concedida a los veci- Un mes d esp uésse le concedióla misma exten-
nos del Cabo de la Vela en 1541 y renovada en 1543. siónde los térm inos territoriales que había sido otor-
Lo anterior se solicitaba ahora con mayor amplitud gada para el Cabo de la Vela: "Sin perjuicio de los
pues se pedíaque cobijase incluso a quienes no estu- indios ni de los demásvecinos de la dicha tierra y por
viesen domiciliados en el Río de la Hacha, favorecien- el tiempo que fuere nuestra voluntad, damos y
do asía los comerciantes y vecinos de las provincias señalamos a la dicha ciudad de Nuestra Señora de los
cercanas que abastecíanla ciudad de cazabe, m aíz, Remedios del Río de la Hacha, ocho leguas de térmi-
aves y otros mantenimientos. Alegaba el procurador no por cada parte asíde la costa como de la otra de la
que al estar asentados en tierra de "indios bravos" se costa, como de la tierra adentro" (Friede,
hacía imposible la realización delabranzas y DIHC:1944). Dentro del ám bito señalado por la
sementeras que les permitiesen autoabastecerse. Corona las autoridades de laciudad podían tener
Igualmente era una vieja aspiraciónde los perleros, "jurisdiccióncivil y criminal" y conocer en primera
desde los tiempos en que se encontraban en Cubagua, instancia de las causas que en ella acaecían,mientras
el disponer de una alhóndigapara el almacenamiento que las apelaciones debíanir ante la Audiencia de
del cazabe y el m aíz necesario en épocas de escasez. Santo Domingo yno aSanta Marta, situación que
La construcciónde esta obra requeríaun préstam ode aumentaba el grado de autonom íapolíticade Nuestra
la Corona de $2.000 pesos de oro. T ambién pedían Señora de los Remedios. Se confirmaba así la condi-
licencia para la introducciónde 400 esclavos negros ciónde ciudad autónom a gobernada por dos alcaldes
que se im portaríande Castilla, Portugal y las islas de ordinarios y que dependíaen lo administrativo directa-
Cabo Verde, libres de todos los derechos, para ser des- mente del Consejo de Indias, en lo Judicial de la
tinados al cuidado de labranzas y sementeras como a Audiencia de Santo Domingo y en lo eclesiásticode
la explotaciónde minas de oro y plata que se intenta- Santa Marta.
ban localizar en la Sierra Nevada de Santa Marta.
En lo que hace referencia a la ayudaeconóm i-
La voluntad real estáexpresada en un conjunto ca, los colonos obtuvieron en 1546 la exencióngene-
de cédulasexpedidas entre 1546 y 1550 que apuntaban ral de los derechos de almojarifazgo para los mante-
a dotar a Nuestra Señora de los Remedios de un estatu- nimientos que fuesen llevados de otras gobernaciones
to jurídicoen su nuevo emplazamiento del Río de la tanto por los vecinos de Nuestra Señora de los
Hacha y a proporcionarle la ayuda económ icanece- Remedios como por otras personas durante un lapso de
saria para su afianzamiento y prosperidad. El 14 de cinco años. Un año d espu és se le concedióa la ciudad
septiembre de 1547, la Corona confirm óel nombre de un préstam ode 1000 pesos de oro, pagaderos en tres
Nuestra Señora de los Remedios para la población años, destinados a la construcciónde una alhóndigade

AGUAITA SEIS / DICIEMBRE 2001


so de expansión territorial de
la pujante ciudad constreñida
en sus escasos términos
municipales. Las islas de los
gigantes Aruba, Bonaire y
Curazao ejercieron una gran
atracción sobre los comer-
ciantes de perlas, mas los
herederos del factor Juan de
Ampies interpusieron sus
derechos para evitar que pu-
diesen obtener jurisdicción
sobre éstas. La principal
expectativa e c o n ó m i c a se
orientó entonces a la explo-
Mapa
siglo XVII?) ración de minas de oro y
de Cubagua
plata en la Sierra Nevada,
específicamente en las áreas
Mapa de la Costa de las Perlas. En: Luengo Muñoz, 1949: 7.
del río Guachaca y el valle
de Buritaca, situados muy
cazabe y maíz con la cual se podría abastecer a los cerca a Santa Marta y claramente por fuera de la juris-
habitantes durante las épocas de escasez. También se dicción otorgada a Nuestra Señora de los Remedios.
otorgó licencia para la introducción de esclavos negros La localización de los potenciales yacimientos bien
libres del pago de todos los derechos, con el fin de podía sustituir, en caso de agotamiento de los ostrales,
emplearlos en la realización de labranzas y el papel de estos en la base económica de la colonia
sementeras, en la cría de ganado y en la explotación cubagüense.
minera. La Corona cedió por tres años la mitad de los Los pescadores de perlas erigieron, sin embar-
ingresos que le correspondían por penas de cámara go, en 1548, el pueblo de Buritaca y nombraron
para contribuir con la terminación de la iglesia que se
alcaldes en éste, los cuales dependían del Cabildo de
construía en el Río de la Hacha. Algunas peticiones
Nuestra Señora. También consta documentalmente que
fueron sometidas a consulta y sufrieron una larga
allí edificaron iglesia y casa de fundición para el oro
dilación, entre ellas puede mencionarse la relacionada
con la construcción de una fortaleza en el puerto, que (Luengo, 1949:36). La Corona confirmó los nom-
todavía era reiterada en 1548, pues la Corona pidió en bramientos mediante cédula real del 4 de agosto de
ese año al visitador de las granjerias de perlas, licen- 1550 (Luengo, 1949:33). A petición de las autoridades
ciado Juan Pérez de Tolosa, que informase sobre la y vecinos del Río de la Hacha y del pueblo de Buritaca
conveniencia de emprender dicha obra. los asentamientos de la colonia perlera quedaron por
fuera de la jurisdicción de la Real Audiencia creada
El constreñimiento territorial para el Nuevo Reino de Granada. En consecuencia, se
Entre los años de 1545 y 1550, Nuestra Señora reafirmó a través de la cédula del 6 de septiembre de
de los Remedios del Río de la Hacha, en su calidad de 1550 su dependencia acostumbrada de la Audiencia de
ciudad autónoma, disfrutó de una pujanza económica
La Española, pues dada la distancia existente entre el
que contrastaba con la pobreza de algunas goberna-
Nuevo Reino y la península de La Guajira para llegar
ciones vecinas. Sus moradores sintieron entonces la
hasta aquel territorio se hacía necesario, según los
necesidad de extender los términos territoriales de la
comerciantes de perlas, recorrer más de "trescientas
ciudad a costa de las entidades territoriales cercanas.
leguas de río a remo y cien caminando" (Luengo,
Debido a ello, algunas de las mercedes solicitadas bus-
caban darle un soporte jurídico al incontenible proce- 1949:34).

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A pesar de contar sus habitantes con la protec- F ernández de Oviedo, Gonzalo. Historia general y
ciónreal, poco podíanhacer ante el vertiginoso ago- natural de las Indias. Madrid, 1959.
F ernándezde Piedrahita, Lucas. Historia general de
tamiento de los bancos de perlas. Para agravar aún más la conquista del Nuevo Reyno de Granada. Bogotá,
la situaciónde la ciudad, las minas de oro de la Sierra 1881.
Nevada no rindieron lo esperado y se descubrieron F ernándezDuro, C esáreo. ApéndiceDocumental de
la Historia de la conquista y poblaciónde la provin-
nuevos ostrales en las islas de la mar del sur, en cia de Venezuela de Oviedo y Baños. Madrid, 1885.
P anam á. Desde allí escribe en 1549 el Gobernador Friede Juan. Documentos inéditos para la historia
de Colombia. Academia Colombiana de Historia,
Sancho de Clavijo: "Algunos de los que trataban en la B ogotá, 1955.
granjeria de perlas en el Cabo de la Vela, diciendo que Guerra C úrvelo, Weildler. "La R ancheríade las
allí se acaba han venido a buscarla en lo de P anam á. Perlas del Cabo de La Vela 1538-1550", Revista
Huellas, Nos. 49-50. Universidad del Norte,
Traen cantidad de esclavos que serán600" (M orón, Barranquilla, abril-agosto de 1997, pp. 33-51.
1971:250). La pesca continua en las islas de Contadora L ópezde Velasco, Juan. Geografía y descripción
yG ibraleón, desde esa costa llegan noticias en 1550 universal de las Indias (1574), publicado por Don
Justo Zaragoza. Madrid, 1894.
que informan cóm oB artolom éCarreño, uno de los Lucena Manuel. Piratas, bucaneros, filibusteros y
primeros alcaldes del Río de la Hacha, mantiene indios corsarios enAmérica. Ed. Grijalbo, Caracas, 1994.
esclavos en la llamada isla de San Telmo "... en el uso Luengo Muñoz, Manuel. "Noticias sobre la fun-
daciónde Nuestra Señora de Los Remedios del Cabo
y granjeria de sacar perlas" (Otte, 1977:395). de La Vela", Anuario de estudios americanos de
Cerrando el ciclo de itinerancia por el Caribe, Sevilla, VI. 1949, pp. 757-797.
parte de los habitantes del Río de la Hacha, cuyo M aría, Nectario Hno. Los orígenes de Maracaibo.
Universidad del Zulia, Maracaibo, 1959.
núm erototal en 1546 era estimado en "dos mil almas Moreno, Petra Josefina. Guajiro—Cocinas. Hombres
de confesión" (M orón, 1971:332), retornan a la isla de de historia. Tesis de Doctorado en Historia de la
La Margarita hacia 1570, donde resurge la bonanza Universidad Complutense de Madrid, 1983.
M orón, Guillermo. Historia de Venezuela. V Tomo.
perlíferaque se prolonga hasta 1590. No obstante, la ItalgráficaEditores, Caracas, 1971.
ciudad que se levantóen el Río de la Hacha con su per- Ojer, Pablo. El Golfo de Venezuela. Biblioteca
Corpozulia, Caracas, 1983.
durabilidad va amarcar una diferencia significativa Otte, Enrique. Las perlas del Caribe. Nueva Cádiz
respecto de sus ilustres pero efím erasantecesoras de de Cubagua. FundaciónJhon Boulton, Caracas,
Cubagua y el Cabo de la Vela. Aunque eran los mis- 1977.
Cedularios de la Monarquíaespañola relativos a la
mos sus habitantes y autoridades y pese a los conti- Provincia de Venezuela (1529-1552). Ed. Enrique
nuos desangres dem ográficos, iniciaráun proceso de Otte, 2 V olúm enes, Caracas, 1949.
diversificaciónde su base económ ica y una continua Cedulario de la Monarquía española relativo a la
Isla de Cubagua (1523-1550). Ed. Enrique Otte, 2
expansión territorial hacia el interior de la península V olúm enes, Caracas, 1961.
que pondrá en evidencia la firme voluntad de arraigo "La Caja real del Cabo de la Vela en el siglo XVI"
de sus pobladores. en Memorias del IV Congreso Venezolano de
Historia, del 27 de octubre al 1 de noviembre de
1980, tomo II. Caracas, 1983, pp. 387-415.
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BIBLIO GR AFÍA América. 1947
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• De la Rosa, N icolásJoseph. Floresta de la Santa
Iglesia Cathedral de la Ciudad de Santa Martha.
Imprenta del Dr. Geronymo de Castilla, Sevilla,
1756.
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E C O N O M I A Y S | [~C ¡ E D A D

La región Caribe en la discusión


sobre el cambio de modelo económico 1

Por Alberto Abello Vives

El Observatorio del Caribe Colombiano es una calizaría en las ciudades portuarias. La ampliación
entidad que apenas cumple cuatro años de existencia. de la actividad industrial significaría: mayores
Durante este corto tiempo de estudio y reflexión sobre exportaciones industriales y empleo industrial, más
la región ha presenciado el deterioro de la actividad empresas industriales y diversificación de produc-
económica regional: varios de sus renglones económi- tos y mayores encadenamientos entre la industria y
cos más vitales han sufrido un proceso notable de el sector agropecuario regional.
desaceleración productiva; el desempleo y el subem- 3. Como resultado de ello, la Costa abandonaría su
pleo han crecido y mantienen niveles inquietantes en condición de ser una región pobre. Los indicadores
las principales ciudades; la pobreza y la marginalidad de bienestar se modificarían sustancialmente y se
afectan a un número mayor de habitantes, y las ciu- elevaría la calidad de vida de sus habitantes.
dades costeñas son receptoras de flujos de desplaza-
mientos forzados cada vez más intensos. La evidencia regional
Después de una década de aplicación del nuevo
Región y apertura modelo, nos hacemos las preguntas correspondientes:
La sustentación del modelo de apertura ¿Se convirtió la Costa en la región exportadora
económica planteó que la Costa Caribe sería la región de Colombia?
más favorecida con éste , ya que: 2 Actualmente, el Caribe colombiano no es la
región exportadora de Colombia: como porcentaje del
1. Sería la región exportadora de Colombia. La Costa, PIB las exportaciones de la región cayeron después de
por fin, desarrollaría su potencial y su vocación. La haber crecido sostenidamente desde los ochenta, lo
localización de la región era privilegiada para el cual implicó, por una parte, la pérdida de avances
nuevo modelo de desarrollo hacia fuera, ya que el exportadores iniciados en esa misma década, y por la
modelo de "protección y sustitución de importa- otra, la generación de desbalances comerciales persis-
ciones" era considerado el causante de la situación tentes.
por la que se encontraba en ese entonces. Nos propusimos, por convicción de su impor-
2. Sería la región para el fortalecimiento y la reloca- tancia para el desarrollo, estudiar el proceso de
lización industrial. La industria colombiana se relo- industrialización regional y lo que encontramos fue su

1 Documento presentado por el Director del Observatorio del Caribe Colombiano en la mesa de discusión convocada por esta entidad, conjuntamente con la Universidad
del Rosario y realizada el pasado 9 de octubre en la ciudad de Bogotá, con el objeto de contribuir desde la región al debate sobre la necesidad de reorientar el modelo
de desarrollo económico.
2 Ver Abello, 1997. pp. 17 y siguientes.

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desactivación3 . En particular, se observa el desdibu- En térm inosde relocalización, se conoce que
jamiento de la base exportadora (el crecimiento de la una sola planta em prendióeste proceso y lo realizó
producciónindustrial orientada al mercado externo fue antes de iniciarse la apertura comercial. Una carac-
el más bajo en el total de la industria, segúnla orien- terísticade la región, por lo dem ás, es la alta concen-
taciónde la demanda), la configuraciónde actividades traciónde la actividad industrial en los departamentos
altamente intensivas en importaciones y la fragilidad de Atlánticoy Bolívar (y especialmente en sus ca-
externa regional (como porcentaje de las exportaciones pitales), donde el sector fabril se constituye en una de
manufactureras nacionales, las exportaciones regio- las principales fuentes de valor agregado, de ge-
nales perdieron partici- neración de empleo y de
pación). asim ilación técnica y tec-
¿Ha ganado partici- nológica6 , con la preocu-
pación la industria regional pante situaciónde que en los
en la industria nacional? años noventa cae la partici-
La industria regional paciónde la manufactura en
ha perdido peso en la indus- ambos productos departa-
tria nacional, tanto en la ge- mentales. En realidad, en el
neraciónde producto como resto de la regiónno se pre-
en las exportaciones4 . Es sencian cambios sustanciales
importante anotar que la dis- en la localizaciónindustrial.
tribución regional de la ¿Ha ganado partici-
actividad industrial en Co- pación la industria en la
lombia ha estado tradicional- econom íaregional?
mente concentrada en la zona No. En los años no-
andina, la cual ha ganado venta disminuye la partici-
importancia relativa en los pación de la industria ma-
últim os años en deterioro de nufacturera en el producto
la participaciónde las otras regional. Si bien esta dismi-
regiones del país, entre ellas nuciónse inicia en los ochen-
la Costa Caribe. Esta si- ta, es en los noventa cuando
tuaciónva en contravíade la se acentúa7. De la misma
propuesta original para un C d
omo resultado de la apertura eco
onaríasu con dició
nóm ica, la Costa aban- manera, el sector agrope-
nde regiónpobre. Los indicadores de bie-
patrón de desarrollo indus- nestar se m odificaríansustancialmente y se elevaríala calidad cuario ha sufrido una dismi-
trial general orientado al de vida de sus habitantes. Larealidadactual hadesmentido las n
ilusiones de tal oferta. uciónrelativa en su partici-
mercado internacional5 . pación en el PIB regional,
¿Se generaron procesos de relocalizaciónindus siendo éstamás intensa que la dism inucióndel sector
trial hacia la región? fabril8 . Mientras esto ocurre, el sector terciario y la

' Otros aspectos respaldan esta visión: la p rodu cciónbruta alcan zóen los años noventa el más bajo crecimiento en los últim os 30 años, interrum p iéndosecon ello un pe-
riodo de crecimiento sostenido de la manufactura emprendido desde mediados de los ochenta; el empleo no pudo expandirse y el desplazamiento de mano de obra no
calificada se hizo en favor del aumento de la ocu paciónen aquellas manufacturas con altacalificación, todo esto como consecuencia de una estrategia de desarrollo indus-
trial basada en la adquisiciónde productos intermedios baratos y no en la gen eraciónde valor agregado.
J Como porcentaje de las exportaciones manufactureras nacionales, las exportaciones regionales perdieron m ás de 20 puntos desde 1980 y la p roducción2 puntos.
5 Garay S., Luis Jorge (Director). Colombia: Estructura industrial e internacionalización 1967-1996, p. 495. Departamento Nacional de P laneación, Colciencias,
C onsejeríaE conóm icay de Competitividad, Ministerio de Comercio Exterior, Ministerio de Hacienda y C réditopúblico, Proexport Colombia. Cargraphics S.A, S an tafé
de B ogotá,1998.
6 Ahora bien, para examinar el caso de las tres ciudades portuarias, revisemos el peso de la industria en los departamentos de A tlánticoy B olívar. Atlánticogenera 52.4%
del valor agregado industrial, consume 35.1%de la energíaempleada por la industria regional y realiza 46.9%del consumo intermedio que este sector efectúa. B olívar,
por su parte, genera 33.3%del valor agregado, consume 33.5%de la energíay realiza 38.6%del consumo intermedio. Magdalena genera só lo2.5%del valor agregado,
consume 1.7%de la energíay 5.0%del consumo intermedio.
7 Mientras en 1980 el sector industrial c ontribuíacon 17.5%del total del PIB regional, en 1996 esta contribuciónsó loes de 14.3%. Esta pérdidade importancia de la
industria en la econom íaen general se observa tam biénen el escenario nacional
8 Entre 1980 y 1996 la p articipacióndel sector agropecuario en el PIB regional descendió6.8 puntos porcentuales: de representar 30.1%del PIB regional en 1980 p asóa
23.3%en 1996.

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minería son las activi- Desde la pers-
dades con mayor par- pectiva de la deman-
ticipación en la econo- da , el crecimiento 10

mía del Caribe colom- industrial de la región


biano . 9 es explicado a partir
Un factor que de tres componentes:
hay que destacar es la demanda domésti-
precisamente el simul- ca, las importaciones
táneo crecimiento de la y las exportaciones.
minería y la pérdida de Los resultados del
participación de los análisis realizado
otros sectores produc- muestran que las i m -
tivos, hecho que con- portaciones son el
figura una especiali- factor de mayor inci-
zación, en la división dencia en el cre-
internacional del traba- cimiento de la indus-
jo, como región pro- tria manufacturera,
ductora de materias superando el desem-
primas. peño de las exporta-
ciones y el de la
¿Qué pasó con
demanda doméstica . 11
la diversificación de
Las exportaciones re-
las exportaciones i n -
dujeron su aporte al
dustriales?
crecimiento del pro-
Las exporta- La Costa no se convirtió en la región exportadora de Colombia, la indus-
tria en vez de ampliar ha disminuido su participación relativa en la ducto, y sobresale el
ciones de bienes inter- economía regional. La industria del país no se relocalizó cerca de los poco peso de la
medios son las m á s puertos como se esperaba y se presencia un proceso de desindustria-
lización coincidente con un deterioro (mucho más fuerte) del sector demanda doméstica
destacadas en el con- agropecuario. E l sector de las ventas ambulantes ha crecido en forma
impresionante. como factor determi-
junto de la industria
nante del crecimiento industrial de la región . 12

regional tras alcanzar una participación de dos terceras


¿Qué pasó con el empleo industrial?
partes en el periodo 1992-1996. De los diez principales
En un período relativamente corto (entre 1991 y
sectores exportadores de la industria regional, cinco
1996), la industria perdió dos puntos de participación en
pertenecen al grupo de los bienes intermedios, tres al
la generación de empleo regional: pasó de generar
grupo de los bienes de consumo durable y los restantes
10.9% a 8.9%. La región presenta una disminución del
a las industrias productoras de bienes de consumo no
empleo industrial permanente, el cual pasó de represen-
durable y de bienes de capital.
tar 74.6% en 1992 a 65.2% del total del empleo indus-
Esta preponderancia de los bienes intermedios trial en 1998, lo cual indica una diferencia de 9.3 puntos
corrobora lo planteado antes sobre la especialización porcentuales. Estos puestos de trabajo fueron reemplaza-
de la región como abastecedora de materias primas. dos por empleos temporales, que pasaron de representar
¿ M u e v e n las exportaciones el crecimiento 25.4% en 1992 a 34.8% del empleo industrial en 1998.
industrial?

9 E n 1996, 51.5 % del PIB regional es aportado por este sector. E l promedio de su participación entre 1980 y 1996 es 49.6%.
10L a metodología empleada para el análisis del crecimiento industrial es una aproximación a la utilizada por Chenery, cuyo principal factor de explicación es la demanda,
descompuesta en tres fuentes: la demanda doméstica, cuya variable proxi utilizada es el consumo aparente (calculado como: Producción + importaciones - exporta-
ciones); las importaciones y las exportaciones. Para este cálculo se utilizaron los registros de la Encuesta Anual Manufacturera del Departamento Administrativo Nacional
de Estadística (DAÑE) y los registros de importaciones y exportaciones de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN). Estos registros son de origen, lo
que significa que son bienes industriales exportados e importados por los departamentos de la región. Para un análisis detallado sobre la descomposición del crecimien-
to industrial en el Caribe colombiano, ver Capítulo 2 del libro Estructura Industrial del Caribe Colombiano 1974-1996.
" Los resultados del ejercicio señalan que en 1996 las importaciones inciden 38.9% en el crecimiento del producto.
12L a contribución de las exportaciones pasó de 24.3% en 1992 a 22.2% en 1996. Por su parte, el aporte de la demanda doméstica fue de sólo 1.2%

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La descentralización Consideraciones finales
A la insatisfacción generada por los escasos pro- En general podríamos concluir que la inserción
gresos de la economía en la década de los noventa se en una economía globalizada de una región estratégica
suma la pobreza de los resultados de la descentra- como el Caribe de Colombia no ha sido enriquecedora.
lización. Recordemos cómo desde el DNP se anotaba La evidencia permite afirmar que no se han presentado
que la apertura y la libertad económica iban de la mano los resultados esperados con el cambio de modelo i n i -
de la descentralización . Con este proceso se esperaba
13 ciado a comienzos de los noventa. La Costa no se con-
que los servicios sociales fueran prestados de manera virtió en la región exportadora de Colombia, la indus-
más eficiente y equitativa, y que se aumentaran sus tria en vez de ampliar ha disminuido su participación
coberturas; y desde el punto de vista pplítico se espe- relativa en la economía regional. La industria del país
raba que se fortaleciera la legitimidad del Estado y se no se relocalizó cerca de los puertos como se esperaba
ampliara la democracia. Hoy, a más de 10 años de y se presencia un proceso de desindustrialización coin-
haberse iniciado el proceso, aunque se han ampliado cidente con un deterioro (mucho más fuerte) del sector
las coberturas, la calidad de los servicios es bastante agropecuario.
precaria y tampoco se han fortalecido las instituciones Igualmente, en la Costa Caribe se percibe un
democráticas tanto representativas como directas . L o 14
incremento de la pobreza y la miseria, y el rezago en el
preocupante es que este regular desempeño se mani- bienestar persiste frente a los promedios nacionales.
fiesta en sectores básicos que afectan directamente la Baste señalar que el PIB per cápita regional como por-
calidad de vida y el bienestar de la población: edu- centaje del PIB per cápita nacional pasó de ser 74% en
cación, salud, agua potable y saneamiento básico. Los 1980 a ser 66% en 1999.
resultados de la Evaluación de la Descentralización en Las cifras son conocidas por todos. Se conoce
treinta municipios de la Costa Caribe realizada por el con suficiencia el comportamiento de la economía
Observatorio del Caribe Colombiano para el DNP lo nacional durante la última década y podemos afirmar
corroboran . 15
que la evolución de la economía regional es un reflejo

13 Montenegro Armando. "Orientaciones políticas de la Revolución Pacífica". E n Planeación y Desarrollo. Revista del DNR Volumen X X I I I . Mayo de 1992, p. 43.
14 Para mayor información, ver: Evaluación de la Descentralización en treinta municipios de la Costa Caribe. Observatorio del Caribe Colombiano. 2001.
15 Con respecto a la calidad del agua y la confiabilidad de su suministro hay problemas: 72% de los municipios de los que se dispone de información se encuentran clasi-
ficados como de alto riesgo, y en el 70% de los municipios el suministro no es continuo. E n educación, en el periodo 1988-1993, 82.2% de los colegios oficiales esta-
ban clasificados dentro de los puntajes bajos, y en el periodo 1994-1998 se presenta una disminución poco significativa de los colegios en esa categoría, con 81.2%. E n
salud no ha habido cambios apreciables en las causas de morbilidad entre 1990 y 1999; tampoco parece haberse reducido la mortalidad general; además no se han re-
gistrado avances en la vacunación.

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de lo que le ocurre a Colombia.
Tal vez de manera más acentuada
porque la región llega a la libe-
ralización económica con un
rezago relativo en sus principales
indicadores de bienestar, fenó-
meno que se ha acentuado parti-
cularmente en los noventa. A l
atraso y el subdesarrollo que no
se lograron superar en la segunda
mitad del siglo X X , se le ha
sumado la crisis de la economía
al finalizar el siglo.
Como en Latinoamérica,
como en Colombia, la insatis-
facción con las reformas es cada La inserción en una economía globalizada de una región estratégica como el Caribe de
Colombia no ha sido enriquecedora. No se han presentado los resultados esperados con el
vez mayor en la región Caribe. Si cambio de modelo iniciado a comienzos de los noventa. Se percibe un incremento de la
pobreza y la miseria, y el rezago en el bienestar persiste frente a los promedios nacionales.
bien el comercio y las inver- En la gráfica, palafitos en la Ciénaga Grande de Santa Marta.
siones se incrementaron en el
subcontinente (la mayoría se
concentró en actividades financieras y terciarias), la riencia reciente, introduzca los nuevos adelantos ocu-
posibilidad de un mayor crecimiento se quedó guarda- rridos en las teorías del desarrollo; un modelo que
da en algún cajón del escaparate. En los noventa la podríamos llamar amalgamado: que retome necesaria-
región creció menos que el país y que Latinoamérica 16 mente visiones de largo plazo, que se aparte de
, y mucho menos de lo que venía creciendo en las cualquier prescripción condicionante, que pase obvia-
décadas anteriores. mente por retomar el crecimiento perdido, pero que
Es indispensable, por tanto, participar desde la tenga como objetivo el mejoramiento continuado de la
región en la discusión de retomar la agenda del desa- calidad de vida de los colombianos y la equidad, y que
rrollo, pues la introducción del actual modelo se hizo privilegie los sectores productivos, que potencie la
sin beneficio de inventario y las preguntas que se economía nacional como un todo y las regiones como
hicieron al comenzar los noventa no fueron respondi- la nuestra, que retome la importancia del mercado
das. interno para lo nacional, sin que ello sea antagónico
La región tiene que estar presente en la formu- con el fomento de las exportaciones, especialmente de
lación de lincamientos que contribuyan a reorientar el alto valor agregado, y una mayor participación en la
rumbo de la economía nacional. Reorientación que economía mundial. Que privilegie a la población y que
aprenda de los aciertos y desafueros de la historia y que tenga en cuenta la diversidad cultural y ambiental del
país.
incorpore también el análisis de los efectos mundiales
de la globalización . Valga la pena recalcar que si al
17 Un modelo con sólidas bases regionales con-
Caribe colombiano no le fue bien antes de los noventa, tribuiría a eliminar las históricas disparidades en el
no es conducente ahora añorar viejas estrategias. ingreso, aprovecharía mejor la abundancia de recursos
Cada vez se hace más necesaria la gestación de naturales estratégicos y de factores productivos de las
un modelo de desarrollo que, aprendiendo de la expe- localidades, significaría mayor integración nacional

16 E n los noventa (1990-1996) el promedio de crecimiento de la región fue de 2.6%, menor al 3.2% de Latinoamérica (1990-1999).
17 A l respecto, Rodrick (1999) argumenta a favor de una estrategia nacional de inversiones como factor dinamizador del crecimiento, Amsden destaca la función crucial
de la estrecha colaboración entre el Estado y el sector empresarial, la C E P A L acude a la transformación estructural como medio para corregir y enfrentar el proceso glo-
balizador.

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por la víade la construcciónde un capital físico y •
Cepal, Informe año 2000. www.cepal.org
humano, abriría paso a complementariedades y encade- Corpes Costa A •
tlántica. Plan de Desarrollo Regional
y documentos varios, serie consulta regional. 1990.
namientos entre empresas y sectores productivos. Nos •
Departamento Administrativo Nacional de
pondríaen el siempre anhelado camino de construcción E stadística(DAÑE). Encuesta Anual Manufacturera
de sociedades con mayor identidad y más a gusto consi- (EAM) 1974-1998.
• D irección de Impuestos yAduanas Nacionales
go mismas. (DIAN). Registros de exportaciones e importaciones
Pero, como indicara Jo séAntonio Ocampo en la departamentales de origen, 1977-1996.
Cumbre de ex Presidentes latinoamericanos realizada en • Garay Salamanca, Luis Jorge (Director). Colombia:
Estructura industrial e internacionalización 1967-
marzo pasado en Cartagena, "creer que 'ya sabemos lo 1996. Departamento Nacional de Planeación,
que debe hacerse' es simplemente una expresiónde arro- Colciencias, C onsejería E conóm ica y de
gancia de los economistas, que incluso se ha acentuado Competitividad, Ministerio de Comercio Exterior,
Ministerio de Hacienda y C réditoPúblico, Proexport
con el predominio de las visiones ortodoxas del pen- Colombia. Cargraphics S.A, S antafé de B ogotá,
samiento sobre el desarrollo desde los años ochenta. Las 1998.
reflexiones sobre los resultados frustrantes de las refor- • Garay Salamanca, Luis Jorge (Compilador).
Estrategia industrial e inserción internacional.
mas yeldescontento social deberían convencer a Fescol. TMEditores, S antaféde B ogotá, 1992.
muchos sobre la necesidad de repensar la agenda del '• Giraldo C ésar y otros. Crisis fiscal y financiera en
desarrollo"18. AméricaLatina. TMEditores. 1998.
• Grunwald Joseph. La fábrica mundial. Fondo de
BIB LIO GR A FÍA Cultura E conóm ica. 1991.
• L ópezMontano, Cecilia. Nuevas dimensiones del
• Abello, Alberto y otros. Estructura industrial del desarrollo en América Latina. Banco Mundial.
Caribe colombiano 1974-1996. Observatorio del Febrero de 2000.
Caribe Colombiano. 2000. • Montes Pedro. El desorden neoliberal. Editorial
• Abello, Alberto y L ópez Cecilia. El Caribe colom- Trotta. 1996.
biano, la realidad regional alfinal del siglo XX. • Ocampo, Jo séAntonio. Retomar la senda del desa-
• Banco Mundial. Informe Año 2000. Washington. rrollo. CEPAL. Enero de 2001.
2000. • Rocha, Ricardo y Vivas, Alejandro. "Crecimiento
• Birchenall, Javier y Murcia, Guillermo E. regional en Colombia: persiste ladesigualdad,"
"Convergencia regional: una revisión del caso Revista de Economía del Rosario, Vol. 1, No. 1,
colombiano," Desarrollo y Sociedad, No. 40, sep- enero, 1998.
tiembre, 1997. • Rodrick, Dani. Has Globalization Gone Too Far?,
• Bonet, Jaime y Meisel, Adolfo. "La convergencia Washington, D.C. Institute for International
regional en Colombia: una visiónde largo plazo, Economics (HE). 1997.
1926-1995," Coyuntura económica, Vol. XXIX, No.
1, marzo, 1999.

18 Ocampo Jo
séAntonio. Retomar la agenda del desarrollo. Cartagena de Indias, marzo de 2001.

AGUAITASEIS / DICIEMBRE 2001


C I U D AD Y REGI l l N

Para leer a Barranquilla


Por Patricia Iriarte

El Centro es un gran libro para leer a la ciudad. rranquilleros y visitantes que pasan por su negocio. Por
Allí está su historia; de allí parte, incluso, su mentali- eso ya nada lo sorprende. N i siquiera la noticia de los
dad. Pero es un libro que se deshoja. El tiempo y la cinco millones de dólares que va a prestar el Banco
humedad han hecho estragos sobre él, los pillos le han Interamericano de Desarrollo para la recuperación del
arrancado páginas completas y voraces comejenes espacio público, anunciada en el periódico que venden
avanzan por todos los flancos, mientras un grupo de lec- en el puesto de al lado. "¿Planes para el centro? Uuh,
tores conmovidos hace intentos desesperados por salvar yo estoy oyendo hablar de eso hace como 30 años." Él
los capítulos más importantes, restaurar las portadas y representa una parte del gran libro del centro, aunque
reforzar las costuras; una de ellas, la que antes, mucho siempre haya permanecido borroso y escondido entre
antes, se llamó Calle Ancha y después Camellón Abello, avisos y fachadas y trasteo de estatuas de Colón y de
pero que ya varias generaciones conocen como Paseo Bolívar, calle arriba y calle abajo.
Bolívar. Cuando el libro se abre por allí, comienzan a Pero Rodrigo es sólo uno, el más antiguo, de los
saltar historias y personajes. 15 ó 30 m i l vendedores que ejercen su oficio en el cen-
tro de la ciudad. (Es la gente más contada del país, pero
El vendedor de cocos las cifras nunca coinciden). Y no de manera ilegal,
Gente y ciudad funden sus vidas en esa calle, la porque él, como muchas de las personas que trabajan en
34. En ella se entrecruzan sus edades, formando un solo esta zona, posee un permiso otorgado por la Alcaldía.
y largo cuento que viaja de boca en boca y de recuerdo - ¿Por cuál alcaldía, la de Caiaffa?, preguntamos.
en recuerdo. Ahí está, para atestiguarlo, el vendedor de - No, por todas.
cocos. Don Rodrigo Escorcia tiene 82 años de edad y un
puesto de coco frío con el que no se ha movido del Armando, el notario
Paseo Bolívar en los últimos 49 años, aunque ya había El que conoce en su letra menuda los avatares de
pasado dos en la Plaza de San Nicolás. Son cincuenta y los vendedores del Centro es Armando Arteta, de 73
un años en los que el sol y el agua han sido lo único años, 25 de ellos en la calle como vendedor de mer-
constante. Lo demás no ha cesado de cambiar, y él lo ha cancías. El nació y creció en esa zona que comenzaron
ido viviendo. E l reportero de El Tiempo, Javier Franco, a llamar "Negra" cuando las aguas sucias de los barrios
calculó que en su puesto "Costa Azul", con su machete altos empezaron a drenar hacia el Caño del Mercado.
de punta roma, este hombre ha escanciado unos 560 m i l Ha sido presidente de varias asociaciones y cooperati-
litros de agua de coco sobre la sed de la ciudad. Sus vas de pequeños comerciantes y, por pura vocación de
manos, ya desfiguradas por la artritis, han atendido a notario, se ha dado a la tarea de guardar celosamente la
unos cuantos presidentes y ex-presidentes, a cientos de memoria de esa región urbana comprendida entre la
candidatos, a docenas de alcaldes y a millares de ba- calle 30 (antes Avenida Boyacá) y la 38 (antes Calle

AGUAITA SEIS / DICIEMBRE 2001


La Catedral de Barranquilla, una de las más reveladoras páginas en el libro del centro urbano.

Caldas) y las carreras 38 (también llamada Estudiantes atraer a los compradores. E l resultado fue que muchos
o 13 de junio) y 46 (hoy Olaya Herrera). Una confusión malvendieron su puesto o lo mantienen cerrado y con
de letras y números, de nombres y nomenclaturas que se una deuda por administración con la Empresa de
superponen en la señalización urbana y en la memoria Desarrollo Urbano de Barranquilla (Edubar).
de los habitantes; confusión de espacios, de funciones,
de órdenes y de autoridades. Este es su vientre
Armando, de porte alto, hablar pausado y senci- Ignacio Consuegra Bolívar es el gerente actual
lla elegancia en su atuendo y sus modales, acudió una de Edubar -entidad encargada, entre otras funciones, de
mañana a la cita que habíamos concertado en el Hotel coordinar las acciones de recuperación recomendadas
Victoria, con sus compañeros Eduardo Solano y por Sirchal para el centro de Barranquilla. Sirchal es el
Reinaldo Figueroa. En sus carpetas de manila están las Seminario Internacional para la Rehabilitación de los
copias de las leyes, los fallos de las Cortes sobre el dere- Centros Históricos en América Latina, que sesionó en
cho al trabajo y su armonización con el espacio público; esta ciudad a mediados de este año y ha sido el esce-
los recortes amarillentos de cuando la prensa registró nario de discusión más importante que ha tenido la ciu-
los enfrentamientos con la policía; los comunicados de dad sobre el patrimonio histórico y cultural del centro.
los alcaldes, las respuestas de los sindicatos, los acuer- Consuegra es un arquitecto conocido por su sen-
dos del Concejo. Allí está el archivo de los intentos de sibilidad y buen criterio. Estudioso de la historia y del
solución al problema, y lo que haga falta está en su desarrollo urbano de su ciudad. Angustiado por la suerte
memoria y en la de sus compañeros. Buena parte de del patrimonio, que como él dice, tiene en la ignorancia
esos documentos corresponde a los proyectos de reubi- a su peor enemigo. Su oficina está justo en el edificio de
cación diseñados por las últimas administraciones y Fedecafé, sobre las instalaciones que se les adjudicaron a
algunos de los cuales terminaron en lo que ellos llaman los vendedores del Paseo Bolívar. Mientras firma una
"cementerios comerciales": Miami 2 y las antiguas pila de papeles, el funcionario comparte sus reflexiones
bodegas de Fedecafé. Dos edificios donde reubicaron en torno al papel de la arquitectura en la ciudad, en el
hace tres años a los vendedores del Paseo Bolívar sin país, en el mundo. Comienza hablando de Barranquilla y
que se hiciera un trabajo paralelo de promoción para termina haciéndolo sobre las ciudades del Renacimiento.

AGUAITA SEIS / D I C I E M B R E 2001


El Centro, dice, "es el ámbito donde surgió la El Banco y el puesto de guarapo
esencia, la razón de ser de la ciudad. Eso nadie lo En esa cuadra hay una esquina que lo resume
puede negar. Es el vientre donde se gestó, y esa es una todo: la dirección exacta es calle 32 con carrera 43. Allí
constante en América Latina, de ahí que exista está, con sus imponentes columnas, el edificio neoclási-
Sirchal, porque el abandono de los centros históricos co donde funcionó el Banco Dugand, el primer banco
ha sucedido en todos los países de la región y eso no emisor del país. En el centro de la fachada un escudo
es más que una consecuencia del conflicto que te- recuerda la vieja vocación de puerto marítimo de la ciu-
nemos con nuestros ancestros, cosa que no ha sucedi- dad: un ancla perfecta rodeada de olas encrespadas y un
do en Europa..." sol que ilumina el horizonte. Al bajar un poco la mirada
La conversación aterriza en otra de las costuras hacia la izquierda, sobre la misma fachada, se descubre,
importantes del gran libro: la plaza de San Nicolás. a pocos metros del portón de hierro y bajo unas tejas de
Porque si el centro es el vientre, San Nicolás es el Eternit, el puesto de guarapo más antiguo y famoso de
útero. Consuegra relata que en el antiguo parque ubi- Barranquilla: "El Propio Químico". Durante 35 años
cado frente a la iglesia había grandes árboles a cuya este negocio ha pasado por dos generaciones de una
sombra se enamoraron los bisabuelos, pero un mal misma familia y ha dado para remodelar varias veces el
día el "comején" del desarrollismo derribó los árboles "local" y para acompañar la oferta de guarapo con
y cubrió todo de cemento sin que nadie dijera nada. arepas de huevo y carimañolas recién hechas.
Entonces el parque se volvió parqueadero y luego una "El Propio Químico" empezó con un carrito en la
plaza donde se vendían juguetes e,n la navidad y década de los setenta, unos 30 años después de que el
después, lentamente, un muladar y más tarde, hasta Banco Dugand, el Banco Italiano y el Banco de Londres
hoy, un sitio que concentra 400 "chazas" de ropa, -todos en la misma calle- cerraran sus puertas ante la
calzado, hierbas, libros usados, jugos, chorizos, decadencia de la urbe. El Centro comenzó entonces a
arepas y otras viandas. absorber a los desempleados que dejó la quiebra de las
Consuegra parece tener claro el tema de los empresas portuarias, el ferrocarril y otras industrias de
vendedores: "la ciudad hizo su último mercado en el la época, así como la afluencia de inmigrantes que lle-
año 40, mientras la gente continuaba llegando y ella gaba desde todos los puntos de la región y del país. Por
seguía creciendo. Sólo en los 90 volvió a ocuparse del esa misma época empezó también el auge de los sanan-
tema con la reorganización del mercado de granos y dresitos, que, como cuenta Reinaldo Figueroa, fueron
la adecuación de las instalaciones de las Empresas los responsables de que se popularizaran los bluyines
Públicas. O sea que hubo un vacío de 50 años durante Lee, los radios de pila y los dulces de marca.
el cual la gente hizo mercado en las calles, supliendo - ¿Los dulces, Reinaldo?
un servicio que el Estado había dejado de prestar". - Claro, porque antes sólo se comían bolitas de coco,
"Hay que ponerse al día", dice, pero "crecemos con conservas de leche y dulces caseros.
un divorcio entre la realidad y el ejercicio de la Hoy, el banco y el puesto de guarapo son símbo-
administración pública, que se enreda en mil vericue- los de una historia que evoluciona permanentemente;
tos y trámites". Por eso, cada lunes a las seis de la tan viva como la carrera 43 (es decir, 20 de Julio), con
mañana lleva al alcalde a un recorrido por los 745 mil su infinidad de marchamas y transeúntes que buscan la
metros cuadros del Distrito Central (la misma exten- vitualla para el almuerzo, el pescado fresco, las siete
sión que tenía la ciudad en 1897); por eso se apoya hierbas para el baño de la buena suerte y el queso para
cuanto puede en los Vigías del Patrimonio y trata de acompañar el único y barranquillerísimo bollo de yuca.
lograr que funcione el comité interinstitucional del El edificio Dugand es monumento nacional y patrimo-
espacio público. Y sueña, como todos los barran- nio arquitectónico de la ciudad. Pero, ¿quien dice que el
quilleros, con una ciudad que tenga sitios de encuen- puesto de guarapo con limón, con su enchape de
tro donde la gente pueda conversar y ver pasar el cerámica roja y blanca y su escudo del Júnior, no hace
tiempo. Uno de ellos estaría, por ejemplo, en la Calle parte del patrimonio intangible de esta ciudad, como lo
del Reencuentro, llamada en otros tiempos Calle del es el de coco frío de don Rodrigo o las ventas de libro
Comercio. usado donde se consigue toda la literatura universal? A

AGUAITA S E I S / D I C I E M B R E 2001
Edubar, de agosto de 1998,
revela que 86% de los vende-
dores del centro pertenecen a
los estratos uno, dos y tres;
que 75% vende, en promedio,
300 m i l pesos al mes pero
tiene egresos de 200 m i l ; que
85% se hizo vendedor infor-
mal por desempleo y 10% por
ser independiente en su nego-
cio. De cualquier manera, la
mayoría depende de agiotistas
que le prestan dinero diaria-
mente para surtir el puesto y le
La calle 32 con carrera 43 es una esquina que lo resume todo. Allí está, con sus imponentes cobran intereses del 20%. Así
columnas, el edificio neoclásico donde funcionó el Banco Dugand, el primer banco emisor del viven, según estimó la
país. En el centro de la fachada un escudo recuerda la vieja vocación de puerto marítimo de la
ciudad: un ancla perfecta rodeada de olas encrespadas y un sol que ilumina el horizonte. Personería Distrital hace dos
años, unas 20 m i l familias.
Pocas veces se conoce
Consuegra no le quedan dudas de que así es, pero hay el reverso de esta página. La versión de un sector que
quienes piensan muy distinto. nunca ha sido una minoría amorfa, y que al contrario de
lo que muchos piensan, como habitantes que también
Lecturas prohibidas son de la ciudad, se preocupan por sus problemas. L o
Lo que permanece en la retina de la ciudad son dicen sus dirigentes, Eduardo Solano y Catalino Sosa:
las calles del Centro invadidas por miles de "chazas" o "somos actores fundamentales de la recuperación del
puestos donde se vende cuanta cosa es posible vender. centro histórico de Barranquilla y queremos dejar de ser
Lo que se esgrime cada día es el fastidio que produce el sólo parte del problema para convertirnos además en
no poder caminar tranquilamente por las aceras. Lo que parte de la solución".
se pide a gritos, desde las columnas de la prensa local, El primero es vendedor de fantasías y variedades
es que se les saque de allí como sea. Uno de los colum- en la carrera 44 y el segundo de perecederos, cerca a la
nistas del diario La Libertad escribió hace un año: "Los Plaza de San Nicolás. A estos dos hay que oírlos hablar
vendedores de Barranquilla son una verdadera lacra, se para saber que aquello de la universidad de la vida no es
volvieron dueños de los andenes, los venden o arrien- sólo una metáfora. Sosa fue líder del movimiento estu-
dan... no pagan impuestos y afean y ensucian la ciu- diantil de los setenta y actor del grupo teatral La Calle.
dad... venden contrabando, se burlan de todas las dis- Por algo trabajaron hombro a hombro con los expertos
posiciones... no permiten el tránsito vehicular, se roban de varios países reunidos en mayo en el Hotel del Prado,
la luz..." En otras palabras, el vendedor es un enemigo cambiando por completo la percepción que se tenía del
público que sólo deja de serlo cuando necesitamos sus problema. Milagro Gómez, delegada del Consejo
productos. Por eso han intentado expulsarlos por las Nacional de la Cultura de Venezuela y miembro del
buenas y por las malas, pero ellos siguen allí y su grupo de espacio público de Sirchal, se declaró muy sa-
número aumenta en proporción al desempleo, a la tisfecha con la participación de los dirigentes sindicales.
pobreza, al desplazamiento, a la violencia y a la inve- Actualmente existen dos organizaciones que
terada indiferencia del Estado.
agrupan a la legión de informales: el Comité I n -
Documentos oficiales dicen que el alto índice de tersindical que dirige Catalino Sosa y Cooperativo de
informalidad en la ciudad ha apoyado los niveles de Vendedores Estacionarios, Ambulantes y Reubicados,
desempleo más bajos de las siete áreas metropolitanas, dirigido por Solano. La primera organización tiene dos
sin que esto implique que las condiciones laborales de años de creada y dice agrupar a once asociaciones y
la ciudad hayan sido las mejores. Una encuesta de sindicatos; la segunda funciona desde hace ocho años y

AÚUAITA SEIS / D I C I E M B R E 2001


reubicación porque la idea es integrarlos al nuevo d i -
seño urbano del Centro, respetando los andenes, el co-
mercio formal y el espacio público. Además, la banca
multilateral se interesa en el tema, como lo hizo en
Ecuador y Brasil, financiando programas similares al
que se ahora se abre paso en Barranquilla.

Colofón
Si el alcalde Humberto Caiaffa mantiene su com-
promiso con las propuestas de Sirchal (y si los recursos
fluyen), nadie va a querer salir del Centro. Es más,
muchos querrán irse a vivir allí para disfrutar de la
transformación que los expertos y los dolientes de la
ciudad propusieron adelantar: amplios espacios
arborizados, hermosos mercados de artesanías y legum-
bres, restaurantes, eventos culturales, una espectacular
arquitectura neocolonial, neoclásica, republicana y art
deco, un camellón junto al río, ciclovías y, por supuesto,
tarifas muy bajas de servicios públicos para los resi-
dentes.
Para reafirmar su vocación, el Centro tendría en
San Nicolás un mercado de libros y de sus alrededores
A pocos metros del portón de hierro del Banco Dugand y bajo partiría el circuito que Gabo señaló como su
unas tejas de Eternit, está el puesto de guarapo más antiguo y
famoso de Barranquilla: "El Propio Químico". Durante 35 años
Barranquilla: la del edificio Rascacielos, (pensión de
este negocio ha pasado por dos generaciones de una misma fami- dos pisos donde vivió una temporada), el café Roma
lia. Empezó con un carrito en la década de los setenta, unos 30
años después de que el Banco Dugand, el Banco Italiano y el (cuartel general de la bohemia de aquella época), la
Banco de Londres -todos en la misma calle- ferraran sus puertas librería Mundo (la del viejo Ramón Vinyes), el Café
ante la decadencia de la urbe.
Happy (nombre que lo dice todo) y muchos otros sitios
que él lleva en la memoria. Ya existe, por lo menos, un
reúne a cinco organizaciones sindicales vinculadas a la equipo que trabaja en las guardas del viejo volumen,
plaza de San Nicolás, algunas de las cuales tienen más que restaura las hojas más sufridas y que programa
de tres décadas de fundadas. Pero los comités no exis- nuevas lecturas colectivas. La oficina de Planeación
ten sólo para defender a sus afiliados. También tratan de Distrital afirma que en algún lugar del presupuesto
poner orden en el caos: fijan normas como la de no tener nacional existen recursos del B I D para iniciar las obras.
más de dos puestos de venta y no negociar con el espa- Las empresas de servicios públicos dicen tener volun-
cio. Además trabajan para mantener la seguridad del tad, y los funcionarios muestran ganas, al menos.
sector: ladrón que cojan robando es ladrón que entregan La verdad es que no es mucho lo que se ha avan-
a la policía. zado después del Sirchal, pero si logran concretar tanta
- ¿Y si la Policía no^parece? buena intención, palabras como "respeto" y "esperan-
- A l menos se llevan una buena paliza. za" regresarán poco a poco a las páginas del libro.
Estas organizaciones les han permitido ganar
respeto y dignidad frente a los demás sectores económi-
cos y sociales de la ciudad. A l fin y al cabo, las estadís-
ticas oficiales reconocen que son 12 nnTpersonas, que
trabajan 11 horas al día y que producen más de 150 m i l
millones de pesos al año en ventas. Ahora la
Administración Distrital los escucha y toma en cuenta
sus propuestas. No se volvió a hablar de desalojo ni de

AGUAITA SEIS / D I C I E M B R E 2001


C I U D A D R E G I

Crónica inconclusa del desastre ambiental


de la Ciénaga Grande
Por Jaime Polanía

En la Barranquilla de hace más de un cuarto de más que la vista del cuerpo sin vida de alguna enorme
siglo, antes de que fuera terminado el popularmente culebra aplastada por las ruedas de algún carro que
denominado Puente Pumarejo, atravesar el río en iba o venía en la misma ruta.
ferry era para los niños una aventura que se repetía Pero tampoco se quedaba atrás el espectáculo
con alguna regularidad y que empezaba con el calor y de los caimanes cautivos en las recién construidas
el bullicio propios de toda la costa y la espera del instalaciones de Los Cocos y mucho menos el de las
lento pontón en medio de los vendedores de arepa e numerosas garzas, cormoranes, patos y muchas otras
huevo, raspao, huevo e iguana, butifarra, gaseosa y aves migratorias que anidaban con gran estrépito en
toda clase de delicadezas callejeras. Pero la aventura las copas de los orgullosos árboles, que motivaron la
no paraba allí, los niveles de adrenalina subían con la creación del Parque Nacional Natural Isla de
llegada del pontón, el desembarco de buses, carros y Salamanca en 1972.
camiones, el embarque lento de los automóviles que Hoy en día, ante la triste exhibición de un
esperaban, el movimiento de los demás en paciente paisaje lunar, devastado y lleno de tocones
espera y, por f i n , el cruce del correntoso río, que se supérstites, que parecen salidos de una película de
antojaba interminable y que daba susto por la inmen- horror o sobre un quimérico desastre atómico, pocos
sidad del dudoso color tierra. podrían creer que ostentaban un follaje denso, cuaja-
Pero el climax se alcanzaba casi inmediata- do de vida hace veinte años. Se trata de uno de los
mente después de ganar la otra orilla, cuando empe- desastres ambientales m á s vergonzosos que pueda
zaba el tránsito por la isla de Salamanca, paralela al recordar el país, pero uno que no puede pasar a la his-
casi abandonado canal Clarín. Los buses y carros toria sin, al menos, dejar una valiosa enseñanza.
empezaban a desgajarse como cuentas de un rosario Empecemos entonces por recapitular qué fue lo
roto y pronto quedaban transitando en medio de dos que destruimos. De más de 50.000 hectáreas de
paredes verdes que, a los ojos de los niños, parecían manglar contabilizadas a finales de la década de los
llegar al cielo. Eran los bosques de manglar más exu- cincuenta, quedaban en 1993 poco m á s de 20.000 de
berantes y con más vida que tuvo el litoral caribe. árboles de mangle vivo (Botero y Mancera-Pineda,
Nada entusiasmaba más a los chicos que divisar una 1996). Pero, si hoy en día es común hablar de pérdi-
enorme iguana, sorprendida por el automóvil en mar- das de bosque, de frontera boscosa, de efecto inver-
cha al momento de cruzar la carretera y más aún verla, nadero ¿por qué seguir haciendo alharaca por esta
confundida, emprender veloz huida sobre sus dos pérdida?
patas traseras justo adelante y, para deleite de todos, Para responder a tal pregunta hay que remitirse
en la misma dirección del carro. Nada los sobrecogía a la biología. Los bosques de mangle o manglares

AGUAITA SEIS / D I C I E M B R E 2001


De más de 50.000 hectáreas de manglar contabilizadas a finales de la década de los cincuenta, quedaban en 1993 poco más de 20.000
de árboles de mangle vivo

constituyen un ecosistema único, generalmente aso- Las plantas de mangle poseen en sus raíces
ciado a estuarios y lagunas costeras, un sistema unos tejidos que son extraordinarios, con grandes
anfibio entre el mar y los litorales tropicales y sub- espacios para almacenar y circular gases, de tal suerte
tropicales de todo el mundo, marcando la transición que, aunque los suelos del manglar se inunden en
entre mar y tierra. Esto implica que los manglares, tér- marea alta y, por lo tanto, no tengan o x í g e n o
mino que implica una clasificación ecológica antes disponible, las plantas pueden almacenar aire durante
que un tipo de plantas pertenecientes al mismo grupo la marea baja, que aspiran a través de unos pequeños
taxonómico, reciben la influencia directa tanto de órganos, con apariencia de verrugas, denominados
ambientes marinos como de continentales. Las lenticelas. Cuando la marea sube y tapona las lentice-
especies de plantas superiores que componen la ve- las, las células de la raíz respiran el oxígeno almace-
getación del manglar, aunque no están necesariamente nado y devuelven el dióxido de carbono, el mismo gas
emparentadas entre sí, han desarrollado adaptaciones que todos expelemos al respirar, pero que tiene la par-
comunes y muy particulares, tanto en la forma como ticularidad de difundir sin problema en el agua, así
en la fisiología, que les permiten crecer en condi- que puede salir aunque la raíz esté bajo el agua. A l
ciones de alta salinidad e inundaciones prolongadas. bajar la marea nuevamente, la diferencia de presiones
Entre tales adaptaciones vale la pena mencionar unos entre los tejidos internos y el medio exterior permite
sorprendentes sistemas de raíces y una gran tolerancia que otra vez entre a las raíces aire rico en oxígeno y
a la salinidad que le es propia al medio que los cir- se complete el ciclo. No obstante, la peculiaridad de
cunda. las raíces no termina allí, puesto que, en tanto que sis-

AGUAITA S E I S / D I C I E M B R E 2001
tema, asisten a los árboles para mantenerse erguidos y dependen de las áreas de manglar y sus detritos. De
alcanzar alturas de 20 y m á s metros en sustratos hecho es evidente, y en muchos casos cuantificable, la
lodosos tremendamente inestables, como puede com- interrelación entre capturas pesqueras y extensión
probar cualquiera que se anime a intentar pasear den- cubierta por los bosques de manglar. En el Caribe
tro del bosque. colombiano había hasta 1996 unos 12.000 pescadores
Las plantas de mangle son capaces, además, de artesanales permanentes y unos 8.000 ocasionales,
tolerar la salinidad, a través de diversos mecanismos con una producción de 11.000 tm.año-1, de las cuales
que se llevan a cabo en sus raíces y tallos, por medio 9.000 son de zonas estuarinas.
de los cuales filtran el agua que absorben del sustrato Las raíces aéreas de las especies del género
circundante. Esta habilidad permite que en los tejidos Rhizophora, que en nuestro medio solamente está re-
de las plantas se midan concentraciones de sales entre presentada por el denominado mangle rojo (abun-
el uno y el diez por ciento de las que presenta el dante en ambos litorales), se proyectan desde el tron-
medio adyacente. Las pequeñas cantidades de sal que co y las ramas altas y se sumergen en el agua, consti-
se acumulan en hojas y tallos obligan a ciertas tuyéndose en una guardería para las formas larvales y
especies a eliminar periódicamente las estructuras juveniles de vertebrados e invertebrados, que se pro-
viejas y saturadas de sales. Otras especies han desa- tegen contra la depredación allí y ofrecen soporte en
rrollado glándulas en las hojas, capaces de excretar el muchas costas a infinidad de especies, que capturan
exceso de sal. Ambos tipos de adaptaciones se alimento y posteriormente lo exportan hacia el mar,
encuentran en las que crecen en los litorales colom- cuando son consumidos o cuando, ya adultas, se
bianos. Por otra parte, las características físico-quími- establecen en el arrecife, el mar abierto o en la
cas y metabólicas muy particulares del ecosistema le plataforma continental. Los bosques de manglar se
permiten transformar, removilizar y fijar diversos constituyen t a m b i é n en lugares de refugio, ali-
compuestos químicos de importancia ecológica y bio- m e n t a c i ó n y a n i d a c i ó n de diversas especies de
geoquímica. mamíferos, aves, reptiles y anfibios, entre otras.
Las plantas de mangle también se caracterizan En este sentido su función como fuente impor-
porque pueden generar embriones, es decir que las tante de energía para consumidores primarios de
estructuras en forma de lápiz que cuelgan de las plan- aguas adyacentes los constituye, a la vez, en un
tas del mangle rojo no son frutos, como el paseante depósito global de carbono, parte del cual puede ser
desprevenido imaginaría, sino que los frutos origi- metabolizado por bacterias. La biodiversidad entre las
nales han continuado su desarrollo a planta hija, las bacterias del manglar es un tema por abordar, en con-
cuales son dispersadas por el agua. secuencia, el estudio de la flora microbiana asociada
Como ecosistema, el manglar es reconocido al manglar se constituye en una importante línea de
por su alta productividad biológica, que le permite acción.
fijar importantes cantidades de carbono, convirtiéndo- De regreso a la vegetación, en todo el mundo
lo en biomasa. Además de ser fijadores de CO2, como se han registrado alrededor de sesenta especies de
cualquier comunidad vegetal, los manglares tienen plantas superiores que conforman el ecosistema, el
particular importancia por ser un eslabón de transfe- cual a su vez cubre unas 24 millones de hectáreas en
rencia de energía a otros ecosistemas vecinos, entre el cinturón tropical y subtropical; en América y el
ellos las ciénagas, las lagunas costeras, las bahías y Caribe existen unas 11 especies de árboles y arbustos
las formaciones vegetales continentales. Como son de mangle, pertenecientes a las familias Rhizo-
sistemas abiertos al flujo de energía y materia, donde phoraceae, Avicenniaceae, Combretaceae, Pelli-
la vida costera y de mar afuera se congrega allí donde ceriaceae, además del helécho Acrostichum aureum.
desarrollan distintas etapas de sus ciclos, se dice que A estas especies reconocidas como "nucleares", se
sostiene por lo menos alguna etapa de la vida de más asocian otras que como Euterpe cuatrecasana (de la
del noventa por ciento de las especies marinas que familia Palmae), Hibiscus tiliaceus (Malvaceae) Batis
tienen valor económico e incluso se estima que 2/3 marítima (Batidaceae), Sessuvium portulacastrum
partes de la población de peces tropicales del mundo (Aizoaceae) y Crenea patentinervis (Lythraceae), son

AGUAITA SEIS / D I C I E M B R E 2001


importantes para el establecimiento de las primeras. actividades diversas en o cerca de la costa, las cuales
En Colombia se han registrado seis o siete especies (la representan tensores de primera magnitud sobre el
imprecisión se debe a las dificultades propias del arte manglar y los demás ecosistemas marinos y costeros.
de la taxonomía y al parecido exterior de las especies Por ejemplo, en el país abundan los casos de
de Rhizophora y Avicennia) en unas 379.000 hec- aprovechamiento indiscriminado de los recursos aso-
táreas de bosques entre ambos litorales (Sánchez-Páez ciados a los bosques de manglar. Otras actividades,
y Álvarez-León, 1997). De estas casi 90.000 hec- consideradas "de desarrollo", y conflictos de uso en la
táreas en el litoral caribe, incluyendo los de la zona costera han desplazado extensas áreas manglári-
Ciénaga Grande de Santa Marta, los de los deltas y cas, entre las que cabe mencionar la ampliación de la
estuarios de los ríos Magdalena, Atrajo y Sinú. En el pista del aeropuerto de Cartagena hace años ya, las
Golfo de Urabá, específicamente en el delta del carreteras en Coveñas y las que bordean la Ciénaga
Atrato, existen unas 10.000 hectáreas. En el delta del Grande de Santa Marta, los barrios edificados sobre
Sinú, la bahía de Cispatá cuenta con 8.500 hectáreas. pantanos de manglar rellenados artificialmente en San
También son dignos de mención los bosques de la Andrés, los estanques para el cultivo de camarones
Ciénaga de la Caimanera en el Golfo de Morrosquillo construidos en la vecindad de la desembocadura del
y los de la Bahía de Barbacoas, con 13.000 hectáreas. Canal del Dique, cerca de Cartagena, pero también los
Pero, como veíamos antes, aunque el ecosis- de Tumaco en el Pacífico.
tema de manglar no es tan rico en especies vegetales, El manglar puede ofrecer bienes, tales como
otras que dependen de éstas le dan una condición madera de buena calidad, leña, carbón derivado de la
especial. Por ejemplo, Álvarez-León y Polanía (1996) maciza madera del mangle rojo, taninos de su corteza,
registraban una lista de 241 especies, principalmente miel producida en áreas de mangle negro, etc., pero
de invertebrados y de algas que conforman la comu- también presta servicios, como la protección a los
nidad de organismos asociados a las raíces del mangle habitantes de zonas que reciben fuertes vientos y olea-
rojo en todo el Caribe colombiano. Además, sólo en la je, la mitigación de procesos erosivos por parte de los
Ciénaga Grande hay registros de m á s de 122 especies densos sistemas radiculares de las plantas, etc. Sin
de peces, 195 de aves y un número indeterminado de embargo ni los unos ni los otros han sido valorados
reptiles y mamíferos (Polanía et al. 2000). hasta la fecha en su justa medida, lo que ha tenido
Pese a todo lo que se sabe, el conocimiento consecuencias insospechadas y sorprendentes:
científico del ecosistema es, sin embargo, muy incom- recuérdese un derrame de petróleo ocurrido hace
pleto aún. Sin embargo, cerca de dos terceras partes pocos años al norte del Ecuador, que llegó hasta los
de la población del Caribe colombiano desarrolla manglares cercanos a Tumaco. Funcionarios del

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Cerca de dos terceras partes de la población del Caribe colombiano desarrolla actividades diversas en o cerca de la costa, que represen-
tan tensores de primera magnitud sobre el manglar y los demás ecosistemas marinos y costeros. En el país abundan los casos de
aprovechamiento indiscriminado de los recursos asociados a los bosques de manglar.

Ministerio del Medio Ambiente intentaban tasar el en la Ciénaga Grande de Santa Marta y la otra en el
valor del daño para entablar una demanda a la empre- Canal del Dique, siguiendo ejemplos promisorios de
sa estatal ecuatoriana antes de que fuera liquidada, países asiáticos y de Venezuela. Sin embargo, ambas
pero no se sabe que hayan llegado muy lejos, precisa- concesiones fueron suspendidas poco tiempo después,
mente por falta de información adecuada. porque las condiciones climáticas locales conducían a
Las áreas de manglar han sido empleadas en el la rápida degradación del bosque y su reemplazo por
Caribe colombiano desde tiempos precolombinos, el helécho del manglar Acrostichum aureum.
como dan fe los conchales estudiados por el profesor El manglar ofrece la posibilidad de extraer
Reichel-Dolmatoff hace casi medio siglo, para la sosteniblemente especies marinas de camarón, de
extracción de moluscos y otros recursos marinos. crustáceos de río y de insumos, como la Artemia sali-
Durante la Colonia y hasta hoy se ha venido emplean- na, un pequeño crustáceo propio de lagunas con alta
do la madera de mangle para diferentes usos, su salinidad, del cual se alimentan otras especies, entre
corteza para curtir pieles y la resina del mangle negro ellas las de camarón cultivadas comercialmente. La
y las infusiones de corteza del mangle rojo como me- Artemia salina tendría un buen potencial para la
dicina. En el manglar también se da la pesca y se exportación, pero hacen falta evaluaciones sobre el
siguen extrayendo moluscos y crustáceos, y no es tema.
infrecuente que las piscinas camaroneras sean ubi- La p r o b l e m á t i c a señalada de la C i é n a g a
cadas en áreas aledañas o que los bosques sean Grande de Santa Marta debe pasar por la relevancia
removidos para que dichas piscinas ocupen su lugar. de la laguna costera más grande de Colombia (con
A finales de los años setentas y principios de aproximadamente 450 kilómetros cuadrados de super-
los ochentas, el Inderena otorgó dos concesiones, una ficie), el complejo lagunar de Pajarales y la Isla de

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Marta, de tal manera que
las autoridades ambien-
tales de los niveles
nacional y departamental
coordinaron y ejecutaron
un proyecto de recu-
peración y manejo del
Complejo Deltaico Es-
tuarino del R í o Mag-
dalena, que fue financia-
do principalmente con
recursos del Banco
Interamericano de De-
sarrollo, con una inver-
sión cercana a los 20
millones de dólares.

Los bosques de manglar son lugares de refugio, alimentación y anidación de diversas especies de
El proyecto se
mamíferos, aves, reptiles y anfibios, entre otras. Son reconocidos por su alta productividad biológica, propuso recuperar de
que le permite fijar importantes cantidades de carbono, convirtiéndolo en biomasa. Además de ser
fijadores de CO2, como cualquier comunidad vegetal, los manglares tienen particular importancia por
forma efectiva, ordenar y
manejar
ser un eslabón de transferencia de energía a otros ecosistemas vecinos, entre ellos las ciénagas, las integralmente
lagunas costeras, las bahías y las formaciones vegetales continentales.
las condiciones ecológi-
cas y s o c i o e c o n ó m i c a s
Salamanca. Se trata del sistema estuarino más impor- de la región, para lo cual se adelantaron obras de
tante, más estudiado, pero también del m á s alterado ordenamiento ambiental, pesquero y forestal, activi-
del país. Entre 1956 y 1960 se construyó la carretera dades de promoción, organización comunitaria y edu-
entre Barranquilla y Ciénaga, y en 1970 una recepción cación ambiental, propuestas de alternativas producti-
del camino Palermo-Sitio Nuevo a -lo largo del Río vas rentables y sostenibles, la operación y mante-
Magdalena, las cuales alteraron el flujo normal de las nimiento de las obras. E l fundamento básico del
aguas y ocasionaron un daño extraordinario al ecosis- proyecto fue el restablecimiento de los aportes de
tema, pues la árida región ocasionó la hipersali- agua dulce desde el río Magdalena y un manejo
nización, con valores que superan el doble de la sali- hidráulico para mantener los niveles de salinidad ade-
nidad marina durante siete meses al año. Otras cuados para lavar los suelos del exceso de sal. Las
alteraciones incluyeron la desviación de agua dulce, obras hidráulicas intentan generar condiciones de vida
la expansión de la ganadería y el cultivo de arroz, aceptables para la fauna y la flora y detener la dis-
banano, palma aceitera y el desarrollo urbano. minución progresiva de las pesquerías. En 1995 cul-
Aparte del manglar se han dado varias mortan- minó la reapertura del canal Clarín, que aumentó la
dades de peces, causadas por las bajas concentra- introducción de agua dulce desde el río Magdalena y
ciones de oxígeno y la eutroficación, pero la región redujo la salinidad de aguas y suelos.
también acumula y magnifica la contaminación, tanto Hasta la fecha el proyecto terminó la recu-
por la aplicación masiva de plaguicidas en la cuenca, peración del caño Clarín Nuevo, permitiendo cierta
como por los metales pesados derivados de la activi- r e c u p e r a c i ó n del bosque en la zona norte del
dad aurífera aluvial del Bajo R í o Cauca y del Complejo de Pajaral y en el Complejo Bristol, con
Magdalena. algún incremento en la oferta pesquera, especialmente
E l deterioro ambiental repercute social y de camarón y mojarra. También se culminaron obras
económicamente en la vida de las aproximadamente complementarias en el caño Clarín: una trampa de se-
cinco m i l familias de pescadores artesanales y dimentos, dos puentes carreteables (entre Palermo y
pequeños agricultores de la Ciénaga Grande de Santa Sitio Nuevo y sobre el carreteable paralelo a la mar-

AOUAITA SEIS / DICIEMBRE 2001


gen derecha del caño El Tigre), el ordenamiento 1995 y 1996. La comunidad de peces se ha incremen-
hidráulico de los caños Almendros, Torno y Canal tado en 50% entre 1995 y 1996, así han aparecido tres
Alimentador en el sector noroccidental del Parque especies más, mientras que la contaminación bacte-
Nacional Natural Isla de Salamanca, el dragado, las riana todavía sigue siendo alta.
obras de control, muelles y trampas de sedimentos en Imágenes de satélite indican que se han recu-
los caños Aguas Negras y Renegado. perado 12 kilómetros cuadrados de manglar por año
E l Instituto de Investigaciones Marinas y entre 1995 y 1997 y casi 20 kilómetros cuadrados
Costeras "José Benito Vives de Andreis", Ivemar, entre 1997 y 1999. Villamil (2000) estableció que si
desarrolla el monitoreo del efecto ambiental de la las tendencias en salinidad y comportamiento del
construcción y funcionamiento de canales en el delta hidroperíodo se mantienen, el área de manglar será
exterior del río Magdalena, para determinar los efec- mayor a 340 kilómetros cuadrados en el 2010.
tos de la reapertura del caño Clarín en el ecosistema, Pero no todo es positivo hasta ahora, en el
en cuyo marco se miden rutinariamente la calidad de Parque Nacional Natural Isla de Salamanca hay pro-

El deterioro ambiental repercute en la vida de cerca de cinco mil familias de pescadores artesanales y pequeños agricultores de la Ciénaga
Grande de Santa Marta.

las aguas, las características y regeneración del blemas por uso de la tierra, pues particulares a
bosque de manglar y la biología y ecología de los quienes se asignaron algunas áreas de la ribera talaron
recursos pesqueros. Los resultados preliminares man- manglares y cercaron las áreas intervenidas. Además,
ifiestan reducciones en la salinidad y la transparencia terrenos a lo largo de la carretera son disputados para
del agua, aumento en el contenido de fosfatos y clo- hoteles y otras actividades (Invernar, 2000).
rofila "a" en el agua, en el fitoplancton y modifica- En estas circunstancias urge iniciar procesos
ciones en su estructura y sucesión. En el bosque de de planificación, manejo, c o n s e r v a c i ó n y apro-
manglar se ha determinado él incremento del reclu- vechamiento sostenible de los manglares y sus recur-
tamiento de plántulas de R. mangle y A . germinans en sos, como parte de la administración racional e
1996, con respecto a 1993, y de L . racemosa entre integrada de la zona costera. Tales procesos se basan

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en la investigaciónque, como se ha mostrado antes, se su vez en sus tejidos, con lo cual se hacen poco atrac-
encuentra en curso en varios frentes. Llama la aten- tivas como alimento para las aves. Precisamente son
ciónque, de los casi 450 trabajos sometidos a evalu- esta clase de interrelaciones sutiles, pero de profundo
ación para ser presentados en el Congreso alcance, las que estánsiendo estudiadas en otros eco-
Latinoamericano de Ciencias del Mar (Colacmar, San sistemas y que se espera emular para mejorar su com-
A ndrés, septiembre 16-20 del 2001), alrededor de una prensióny contribuir al mejor manejo de los recursos.
docena, de m ásde tres instituciones nacionales y
extranjeras, muestran resultados de investigaciones
desarrolladas en la C iénaga Grande de Santa Marta, B IB LIO G RA FÍA
en temas que van desde diversos monitoreos y temas
relacionados, com posicióny abundancia de recursos • C A lvarez-León,A.; J. Polanía. 1996. "Los manglares del
aribe colombiano: síntesis de su conocimiento".
pesqueros ybiología de especies de peces comer- Revista de la Academia Colombiana de Ciencias, 20
ciales, pasando por la com posicióndel fitoplancton, (78): 447-464.
el repoblamiento experimental de manglar, los cam- • S.-A Balvanera, R, G.C. Daily, P.R. Ehrlich, T.H. Ricketts,
. Bailey, S. Kark, C. Kremen y H. Pereira. 2001.
bios en la vegetaciónacuática flotante, hasta los efec- "Conserving Biodiversity and Ecosystem Services".
tos del cadmio y cobre sobre el flujo de nitrógeno y Science, 291(5511): 2047.
fósforoen la interfase agua-sedimento. • Botero, L. y J.E. Mancera-Pineda, 1996. "Síntesis de
los cambios de origen antrópicoocurridos en los últi-
Sin embargo, no deben perderse de vista los mos 40años enlaC iénaga deSanta Marta
aspectos que señalan editores invitados de Science (Colombia)". Revista de la Academia Colombiana de
(Balvanera etal. 2001), quienes mencionan que Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, 20 (78): 465-
474.
actualmente se hacen grandes esfuerzos en el mundo • D íazP., G.A. 1998. "Ecosistemas marinos y costeros",
para conservar la diversidad biológicapero pocos o p. 228-309. En: Chaves, M.E. yArango V., N.
ninguno para preservar las funciones del ecosistema, (Editores.) Informe Nacional sobre el Estado de la
Biodiversidad. Colombia 1997. Diversidad biológica.
para lo cual necesariamente hay que conocer los com- Tomo I. Instituto de Investigación deRecursos
ponentes y los roles que juegan dentro del ecosistema Biológicos, "Alexander von Humboldt".
como un todo. Llaman la atenciónsobre el peligro de • Elster, C, L. Perdomo, J. Polanía & M-L. Schnetter.
1999. Control of Avicennia germinans recruitment and
que aunque pequeñas pérdidas de biodiversidad survival by Junonia evarete larvae in a disturbed man-
pueden no afectar un ecosistema, un rápidodeterioro grove forest in Colombia. Journal of Tropical Ecology,
puede sobrevenir cuando muchos elementos de un • P 15: 791-805.
olanía, J., A. Santos-M artínez, J.E. Mancera-Pineda y
grupo funcional (por ejemplo, los herbívoros), resul- L. BoteroArboleda. 2000. The coastal lagoon Ciénaga
tan amenazados. Por ello creen que es necesario cono- Grande de Santa Marta, Colombia, p. 33-45. En: U.
Seeliger yB. Kjerfve (eds). Coastal Marine Ecosystems
cer más a fondo las interrelaciones de los ecosistemas, of Latin America. Ecological Studies 144. Springer
para enfocar las decisiones de protecciónde tal ma- Verlag. 360 p.
nera que permitan el buen funcionamiento del ecosis- • D S án ch ez-P áez, H. & R. A lvarez-León. (eds.). 1997.
iagnósticoyzonificaciónpreliminar de los manglares
tema como un todo. del Caribe deColombia. Ministerio del Medio
Para finalizar cabe mencionar un evento seña- • A mbiente, OIMT. S antaféde B ogotá, 511 p.
Reichel-Dolmatoff, G. 1965. Colombia: Ancientpeople
lado por Elster en el cual las larvas de una polilla alta- and places. Ed. Glyn Daniel. Thames and Hudson,
mente especializada, Junonia evarete, casi liquidaron • Londres.
V illam il,
231 p.
M. 2000. "E valuaciónde los cambios espacio
por completo los árboles sobrevivientes de A. germi- temporales (1990-1999) de los bosques de manglar en
nans en la C iénagaGrande (Elster et al. 1998). Las la C iénagaGrande de Santa Marta utilizando im ágenes
hembras de este insecto son atraídaspor unos com- satélite". Trabajo de grado de Biología Marina.
Universidad Jorge Tadeo Lozano, B ogotá
puestos que las plantas de mangle producen para equi-
librar su fisiologíainterna y crecer en sustratos de alta
salinidad. Las mayores concentraciones de estos com-
puestos estimulan la oviposiciónde las hembras y,
una vez que eclosionan las orugas, consumen ávida-
mente las estructuras a su alcance, concentrándolos a

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C I U D A D Y R E G F| |~Ñ

Imaginarios híbridos en el Caribe colombiano:


Iconografías y textualidades populares
en Cartagena de Indias 1

Por Jorge Nieves Oviedo


El oficio del intelectual en esto consiste, en hacer aparente todo aquello
frente a lo que muchos son ciegos por ser demasiado obvio
Javier Protzel

Hemos indagado la constitución híbrida de los dos en una estratificación socioeconómica hegemónica
imaginarios populares en Cartagena de Indias, intentan- y desigual permiten y posibilitan, pero también repri-
do construir una perspectiva de interpretación fundada men y demarcan el ser "sujetos populares" en el Caribe
en investigaciones y conceptualizaciones de los estu- colombiano con referencia a las producciones sociales
dios socioculturales, integrando a las principales líneas del sentido dominantes.
de trabajo reconocidas hoy en América Latina, reperto- Para este estudio hemos asumido desde bases
rios conceptuales provenientes de la semiótica de la cul- conceptuales tomadas de los estudios sobre comuni-
tura y del análisis del discurso. El objeto específico de cación y cultura, de las indagaciones socioculturales en
estudio lo constituyen voces múltiples y sensibilidades América Latina y de las reflexiones sobre el Caribe, los
expresadas por sujetos populares a través de textos conceptos de mediación, hibridación, cultura-mundo y
anónimos inscritos en los exteriores de vehículos y esta- "fractalidad" del Caribe, (la que se refiere a su natu-
ciones de trabajo, y de complejas iconografías. raleza plural y múltiple, desde su comienzo histórico).
A l desarrollar el análisis de este material, encon- En efecto, desde los orígenes amerindios ya la diversi-
tramos necesario precisar algunos conceptos claves: qué dad era intensa en esta parte del mundo. Además de las
se entiende hoy por "lo popular"; en consecuencia, qué múltiples lenguas y culturas nativas, la mezcla que se
puede ser caracterizado como "cultura popular" y cómo, desarrolla con europeos, africanos y asiáticos muestra
al hacerlo, podemos dar cuenta de las complejas tramas que lo caribe es, por principio, multiétnico, plurilingüís-
en que lo global y lo local se entremezclan, las media- tico y, en consecuencia, culturalmente constituido por
ciones ejercidas por distintos medios e instituciones y, los entrecruzamientos de culturas, razas y lenguas . 2

decisivamente, cuál es la compleja y heterogénea posi- A partir de Benítez Rojo se puede proponer la
ción en que los ordenamientos sociopolíticos sustenta- concepción del Caribe como un "meta-archipiélago" en

1 E l presente artículo es una versión resumida de algunos aspectos del libro Imaginarios híbridos en el Caribe colombiano: el discurso anónimo de las voces populares
en Cartagena de Indias, resultado de la Beca de Investigación "Héctor Rojas Herazo", otorgada al autor por el Observatorio del Caribe Colombiano y el Ministerio de
Cultura, y realizada durante el año 2000. Especiales agradecimientos a la asistente de investigación Isela Caro Hernández por su valioso apoyo, y a Sonia Burgos Cantor
por el generoso tiempo universitario que me concedió.
2 En efecto, al sustrato amerindio diverso y plurilingüe (de la familia Arawak: guajiros; de la familia chibcha: tayronas, arhuacos, cunas; de la familia caribe: calamaríes,
tupes; de la familia malibú: zendaguas, pocabuyes, mompox, mocanás; de la familia cancenú: zenúes, cenufanas, fincenues, yápeles; de la familia chocó: catíos, urabaes,
sólo en Colombia, según el excelente estudio de María Trillos Amaya 1999), se añade como dominante el componente europeo (españoles, que eran el fruto de intensas
hibridaciones, como se sabe; ingleses, franceses, holandeses), y al margen pero con indudable presencia, el asiático (hindúes y malayos, y luego chinos y palestinos) y
el trasplante de múltiples etnias africanas (jolofos, mandingas, fulos y berbesíes, bañóles, branes, balantas, biojoes, nalus, sosos, cocolis y zapes, popóes, mezúes, araráes.
minas, lucumíes, carabalíes e ibos, embuylas, luangos y mondongos).

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el que sobre una dinámica
fractal se desarrollan estruc-
3

turas históricas y dinámicas


repetidas de las "islas", sien-
do simultáneamente únicas
en los modos locales y al
mismo tiempo partícipes de
la iteración (social, económi-
ca, simbólica, precisamos
nosotros).
Por ello, hablar de lo
popular en Cartagena de
Indias y de los modos de hi-
bridación mediante los
cuales se mueven sus imagi-
narios, es al mismo tiempo Foto 1: "El nuevo amanecer un fenómeno llamativo en el registro de las semiosis es la presen-
revisar: a) lo específico, en lo cia del tema religioso.
que aquí se mueve y se expresa como único, y b) la frac- En el marco de reflexiones sobre lo popular
talidad caribe, que permite que procesos y manifesta- como ligado a lo local, en transformaciones que al
ciones similares, puedan ser hallados en todo el Caribe mismo tiempo se entretejen con las dinámicas de la
tanto colombiano como en el Gran Caribe de una vasta globalización (económica pero también tecnocomuni-
territorialidad que engloba tres continentes. Así, se cacional), Néstor García Canclini precisa:
pueden encontrar casos totalmente particulares amalga- ¿Qué puede entenderse, en esta perspectiva por lo
mados con componentes de la cultura-mundo, tradi- popular? No es un concepto científico, con una serie de
rasgos distintivos susceptibles de definirse unívocamente.
cionalidades vertidas a componentes del imaginario
Por lo tanto, no consiente una visión épica de su historia ni
popular internacional, tanto en las discursividades de sus prácticas, en la que «lo popular» se opusiera com-
anónimas mismas como en los modos de representación pacta y enérgicamente a lo que no lo es. Popular designa
visual. Ilustrarlo ha sido la intención del pequeño cor- la posición de ciertos actores en el drama de las luchas y
pus complementario de textos e imágenes que hemos las transacciones. Por eso, algunos hemos sugerido pasar
registrado en Barranquilla, Santa Marta y Sincelejo. de una caracterización épica a otra teatral o melodramáti-
ca de lo popular. (1995: 180) (cursivas nuestras).

De lo popular "Drama de las luchas y las transacciones" que se


Hoy es generalmente aceptado que lo popular se conecta precisamente con las dinámicas de las políticas
refiere a lo subalterno, sin entender que signifique hegemónicas, desde los varios procesos mencionados
pasividad sometida; se prefiere pensar que se trata de de resistencia, complicidad y negociación. Así, lo po-
formas de existencia sociocultural a veces cómplices, a pular no designa una condición única. No designa tam-
veces resistentes, a veces en negociaciones complejas poco una manera uniforme de reacción ante los desafíos
con lo hegemónico, esto es, acciones, representaciones, de la sociocultura hegemónica, en la medida en que, de
iniciativas, pasividades, etc., que reaccionan de maneras muchas maneras, tal hegemonía tampoco es
diversas de acuerdo con las circunstancias y contextos homogénea. Digamos entre paréntesis que coexisten
concretos, por lo que atribuir existencia esencial a lo conflictivamente desde sectores empresariales interesa-
popular constituye, al menos desde una perspectiva dos en una modernización eficiente (que no todos
epistemológicamente crítica, una ingenuidad difícil- entienden de la misma manera), en la hegemonía
mente excusable en el pensamiento contemporáneo hoy económica, hasta sectores corruptos de la hegemonía
vigente. política interesados en la actual inercia de saqueo,

Manera nuestra de "traducir" la propuesta de Benítez Rojo. Las ideas las tomamos principalmente de La isla que se repite.

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pasando por las visiones no siempre coincidentes de la encontrar "vida campesina pura", absolutamente rura-
hegemonía cultural (académicos, críticos de arte, lizada y por fuera de los circuitos de las modernidades
escritores, dirigentes educativos, etc.). inacabadas (¿o inacabables?) que nos constituyen,
Así, ni lo subalterno es pensable como compacto todavía hay grupos de población arraigados en una exis-
y marcado por intereses comunes, ni lo hegemónico es tencia que no puede ser calificada de urbana. Además,
agenciado de la misma manera por todos los sectores. tenemos el caso de las multitudes de migrantes que hoy
Lo popular, confluyendo en ese drama de luchas pueblan grandes y medianas ciudades latinoamericanas,
sociales por la producción social del sentido, se enfrenta en los que se encuentran formas de negociación y mez-
a los grandes discursos productores del "sentido legíti- cla de sus capitales socioculturales tradicionales con las
mo", a las instituciones que los sustentan, a las clases exigencias de la vida en la ciudad (lo que José Jorge de
sociales que se benefician de tal sentido legitimado, Carvalho tipifica como "grupos urbanoides" ). 4

generando sus propios sentidos, hibridando desde las "Lo popular es en esta historia lo excluido: los
matrices culturales tradicionales en mezcla con las que no tienen patrimonio, o no logran que sea reconoci-
matrices mass mediáticas o con los discursos institu- do y conservado", nos dice García Canclini . Pero las 5

cionales del Estado, en procesos que van desde la com- visiones de lo popular en América Latina no siempre
plicidad hasta la resistencia, o la indiferencia o la nego- coinciden, por lo que hemos creído necesario hacer
ciación, expresados mediante textualidades anónimas, estas precisiones. No tienen lo mismo en mente, por lo
de iconografías mixtas y de otras variadas formas de general, un economista que un sociólogo o un filósofo.
existencia en el espacio sociocultural contemporáneo En algunas tradiciones discursivas se tiende a concebir
del Caribe colombiano. lo popular como una esencia, pura, contestataria y
Los sujetos populares intervienen y son inter- homogénea. Por eso es bueno recordar con García
venidos por dinámicas pertenecientes a diversos cam- Canclini:
pos (laborales, de estudios, de los mercados, comunica- El carácter construido de lo popular es aún más claro al
cionales, etc.) de modo que difícilmente puede acep- recorrer las estrategias conceptuales con que se le fue for-
mando y sus relaciones con las diversas etapas en la
tarse concebir lo urbano popular como un campo, como
instauración de la hegemonía. En América Latina, lo pop-
lo propone Jaime Eduardo Jaramillo (1998: 173-218);
ular no es lo mismo si lo ponen en escena los folcloristas
pero puede aprovecharse su idea al especificarse que: y antropólogos para los museos (a partir de los años veinte
"En el plano social, se hallan en los últimos escalones y treinta), los comunicólogos para los medios masivos
de la escala de estatus y roles sociales" (ib.). "En el (desde los cincuenta), los sociólogos políticos para el
plano político, los agentes pertenecientes al campo Estado o para los partidos y movimientos de oposición
urbano-popular poseen acceso subordinado a bienes y (desde los setenta).

servicios del estado" (ib.). "En la esfera simbólico- De manera que al hablar hoy de "lo popular" nos
expresiva, los sectores populares urbanos expresan una estamos refiriendo a modos de existencia de sujetos que
apropiación desigual del capital cultural, redundando en si bien compartenla condición común de excluidos
una escasa valorización de su fuerza de trabajo y en pueden variar y diferir enormemente en las formas par-
unos mecanismos de exclusión para el acceso a los ticulares y los campos específicos en que están exclui-
conocimientos y las destrezas indispensables en el dos (de las esferas de poder). García Canclini lo pun-
desempeño de un ciudadano moderno" (ib., p. 175). tualiza diciendo que "en parte, la crisis teórica actual en
Sujetos en posiciones dominadas frente a capi- la investigación de lo popular deriva de la atribución
tales económicos, sociales y simbólicos, lo popular se indiscriminada de esta noción a sujetos sociales forma-
configura entonces como un modo de existencia de dos en procesos distintos" (Ib., p. 193).
amplios sectores de las poblaciones latinoamericanas. Nos parece que la multiformidad inherente a lo
Queremos añadir que lo popular no se agota en lo popular no se agota en el común registro de la variedad
urbano, ya que aun cuando casi no es posible hoy de respuestas posibles de los sujetos humanos ante dis-

4 Citado por Néstor García Canclini 1990, p. 203.


5 Ibídem, p. 191, y p. 193 para la siguiente cita.

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tintas situaciones, en acuerdo con sus repertorios de re- sociales" pero ellos mismos participan en forma
ferentes. Aquí está en juego algo que hasta ahora no he desigual de tales estratos bajos, generando prácticas de
encontrado clara y explícitamente formulado en las b i - exclusión y diferenciación sociosimbólica; de acuerdo
bliografías sobre el tema: Lo popular también es el en que "poseen acceso subordinado a bienes y servicios
modo de existencia de exclusiones entre los propios del Estado", pero es claro que no da lo mismo el obrero
sujetos; también es el espacio de las insolidaridades, de asalariado con cobertura estatal de salud y pensión (así
los comportamientos movidos por la envidia o el resen- sea modesta) que el vendedor informal, que escasa-
timiento que hacen que haya gente más aceptada que mente consigue el diario y no tiene acceso ni siquiera a
otra, que haya una intensa actividad de "chismografía los regímenes subsidiados de salud. De acuerdo, asimis-
social" sobre los aconteceres sentimentales o sexuales mo, en que los sujetos populares "expresan una
de los otros, donde muchas veces se ejercen las censuras apropiación desigual del capital cultural" pero no da lo
e incomprensiones más despiadadas desde códigos mismo un asalariado o un tendero que pueden educar a
autoritarios y tradicionalistas, o desde interpretaciones sus hijos (así sea en las deficientes condiciones de las
del tipo ver la paja en el ojo ajeno moral o legal. escuelas estatales) que un marginal que se "rebusca"
Lo popular en una ciudad como Cartagena de vendiendo tintos en la calle o confites en los buses y al
Indias, por ejemplo, al mismo tiempo que puede sig- que sus ingresos no alcanzan para la educación de sus (a
nificar una actitud gozona, lúdica y alegre ante las difi- menudo) numerosos hijos.
cultades de la vida (lo que no sólo se expresa en la fres-
6

cura y el desenfado de sus gentes, la frecuencia de las Apuntes sobre las mediaciones en
rumbas tanto familiares como de barrio, tanto en sitios las culturas populares del Caribe
comerciales como en casas particulares, sino también en colombiano
la despreocupación por el tiempo, o la impuntualidad A partir de lo planteado, puede conceptualizarse
practicada con verdadera dedicación), también puede "lo popular" como una designación más o menos usual
significar una estratificación interna que hace que por de los sectores sociales, económicos y simbólicos en
ejemplo los comerciantes populares establecidos de posiciones subalternas, desde donde se viven no sólo en
acuerdo con el mercado legal, hostilicen, segreguen e la conflictividad de sus complejas relaciones con los
intenten poner a las autoridades en contra de los "infor- sectores hegemónicos de cada campo, sino además con
males", estacionarios o ambulantes; o que los habitantes las conflictividades inherentes a sus propias estratifica-
de un barrio popular como El Socorro o Blas de Lezo, ciones diferenciales y desiguales. Néstor García
traten en forma despectiva y discriminen a los habi- Canclini lo expresa con claridad: " N i las élites ni los
tantes de barriadas marginales como Nelson Mándela o sectores populares, como revela la fragmentación de sus
El Milagro. Claro que hay diferencias socioeconómicas. comportamientos, constituyen una masa homogénea"
Claro que lo popular también es el escenario de prácti- (1995: 89).
cas simbólicas que quieren marcar la "distinción" de Por ello es más preciso hablar de culturas popu-
unos sujetos frente a otros: tener el antejardín o la te- lares en plural, o si se prefiere, dinámicas semiósicas,
rraza más bonita, el equipo de sonido que suena más algunas efímeras y cotidianas, otras discursivas y regis-
fuerte, los discos de la ultimísima moda, el televisor trables, practicadas por los sujetos populares de manera
más grande o más fino, acceso privilegiado a bienes de desigual, con repertorios simbólicos producto de múlti-
consumo como "jeans de marca" o ropa importada, etc. ples entrecruzamientos y mezclas.
Entonces, para glosar a Jaramillo, de acuerdo en Para el caso del Caribe colombiano, tal vez no
que los sujetos populares "en el plano social de hallan sea difícil ponerse de acuerdo en la presencia de una
en los últimos escalones de la escala de estatus y roles matriz tradicional, constituida en las complejas nego-

6 E n estadísticas fantasmas, por supuesto, se habla de que esta es la ciudad con el menor índice de estrés o de la baja frecuencia de problemas cardíacos por ansiedad o
preocupaciones, a pesar de tener altas tasas de desempleo, subempleo informal y marginalidad, junto a altos índices de costo de la vida, estos datos sí registrados en
estadísticas oficiales (véase, por ejemplo, las cifras con respecto a vivienda, salud, cubrimiento de servicios públicos, etc., en Abello 1999, para entender el drama de la
pobreza generalizada en el Caribe colombiano).

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ciaciones e imposiciones que amalgamaron los sustratos asiática y africana . Así, las mezclas van desde las hi-
7

amerindios con los imaginarios españoles y los distintos bridaciones constitutivas de lo amerindio sobreviviente,
imaginarios africanos transplantados, como ha sido lo africano trasplantado y lo hispánico institucional y
ampliamente documentado por antropólogos e histo- popular, en amalgamas variables (sociales, políticas,
riadores. En lo que no se ha insistido lo suficiente, nos económicas, simbólicas) según los esfuerzos estatales
parece, es en el hecho muy significativo de que los por la unificación de los mercados, hasta las media-
imaginarios españoles no se refieren únicamente a los ciones conflictivas de las instituciones en su intento de
de la cultura oficial, lo que podríamos llamar compo- imponer nuevas legitimidades, para los siglos X V I I I
nente institucional, sino también y muy fuertemente a (con el estado colonial) y X I X (con el primer siglo de la
imaginarios españoles de origen popular que arraigaron República) . Además, para la historia del siglo X X , es
8

en estas tierras y gentes imaginerías, prácticas, narrati- inevitable ver que lo popular se constituye además en su
vas, gustos culinarios, etc., cercanamente nutridos de interpelación desigual y variable con lo masivo, desde
las herencias medievales con su carga de supersticiones los inicios y desarrollos de los medios impresos, que
y fetichismos, lo que ha marcado de una manera indele- generan alteraciones y reorganizaciones en los reperto-
ble las características y tendencias de las prácticas sim- rios de saberes legítimos de la escuela y la iglesia, en la
bólicas populares en el Caribe colombiano. Y, además, participación activa y fuerte de la radio, en las transfor-
tal herencia española llegó a América marcada por maciones agenciadas por el cine y el impacto decisivo
fuertes hibridaciones con la cultura árabe y, por esta vía, de la televisión y de las múltiples formas de aparición
con influencias de otras matrices culturales de tradición de los imaginarios populares internacionales con los
mercados simbólicos transna-
cionales que instalan "islas de
la cultura-mundo" en países
como Colombia y regiones
como el Caribe colombiano,
en estos comienzos del siglo
XXI.
Existen, entonces, prác-
ticas culturales híbridas
multimediadas, agenciadas por
los sujetos populares, recor-
dando que lo popular aquí, es
concebido y postulado como
conflictivo, estratificado, he-
terogéneo, multiforme y de
muchas maneras, fragmentado
y creativo. Pero también es
necesario precisar que la ofer-
ta de bienes y procesos sim-
bólicos de la industria cultural
no es homogénea; en vez, se
Foto 2: La tentación del Edén, el pintor popular hace una versión libre del texto bíblico.

7 Como prueban, para el caso de la música, las investigaciones de Rafael Salazar, "La música del mestizaje", ponencia presentada en el Encuentro para la Promoción y
Difusión del Patrimonio Folclórico de los Países Andinos". Cartagena de Indias, octubre-2000.
H Lo que se puede inferir leyendo entre líneas en libros como El fracaso de la nación de Alfonso Muñera Cavadía (1998), o artículos como "Empresarios, proyectos de
modernización e imaginarios en la provincia de Cartagena durante la primera mitad del siglo XIX", de Sergio Paolo Solano (1994), "De palenques a feligresías o pa-
rroquias de negros libres en el Caribe colombiano", de Jorge Conde Calderón (1997), " E l caribe colombiano: historia, tierra y mundo", de Adolfo González (1999), "De
vasallos a ciudadanos: mecanismos de transmisión y reproducción de los valores cívicos en el Caribe colombiano en los umbrales de la nación", de Jorge Conde Calderón
(1999).

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puede observar sin dificultad que aunque los formatos competitividad tecnológicaque, en su conjunto, termi-
industriales intentan garantizar la continuidad del con- naránpresionando a tales prácticas tradicionales a aco-
sumo y con ello la viabilidad de la operacióncomercial modarse a los formatos de las nuevas exigencias.
(manteniendo los géneros exitosos yvariando sólo Si bien las matrices culturales se generan y
cuanto pierden eficacia en el mercado), hay muchos mantienen en la trama de las relaciones cotidianas y
tipos de géneros: noticias, opinión, "talks show", tele- dependen de su "actualización" permanente en las for-
novelas, porno, películas de acción, series, etc. Pero en mas de socialidad que activan competencias de recep-
todos ellos hay diferentes ofertas segúnel segmento del ción, en la medida en que se vean obligadas a"me-
mercado en que se inscriben; por ejemplo, canales de diarse", estaránpresionadas a su adaptación. Salta a la
TVespecializados en deportes, en farándula, en m úsica vista que las lógicasde producciónno coinciden (en
(y al interior de éstos, uno de rap y pop, otro "tropical"), ninguno de sus niveles, estructura empresarial, compe-
o aún canales de noticias por segmentos, a la manera de tencias comunicativas ycompetitividad tecnológica)
CNN, deportes, econom ía, ecología, actualidad mun- con las lógicas m ástradicionales de las matrices cultu-
dial, etc. Por ejemplo los medios impresos tam bién rales; en consecuencia, puede uno preguntarse cóm o
experimentan la diversificaciónen la oferta: revistas de elaboran el proceso las sem iosis que ejecutan los suje-
variedades o especializadas: noticias, política, literatu- tos populares cuando se insertan en repertorios sim bóli-
ra, farándula, deportes, porno, etc. En la radio no es cos m ezclados. G a rc
ía Canclini ha intentado responder-
diferente. lo proponiendo el concepto de hibridación:
Lo que queremos precisar es que cuando se estu- Prefiero este últim oporque abarca diversas mezclas inter-
culturales -no só lo las raciales a las que suele limitarse
dian los impactos de la cultura de masas tanto nacional "mestizaje"- y porque permite incluir las formas modernas
como transnacional en los imaginarios populares de una de hibridaciónmejor que "sincretismo", fórm ulareferida
ciudad como Cartagena de Indias es conveniente no casi siempre a fusiones religiosas o de movimientos sim-
perder de vista este desigual panorama que, al igual que b ólicostradicionales (1990: 15, pie de página)
las semiosis (entendida como el proceso de acciónde Las semiosis populares desarrollan hibridaciones
los signos, en la conocida idea de Peirce) de los sujetos en las que los bienes y procesos propios de las matrices
populares, es variado, heterogéneoy plural. tradicionales se transform aránparcialmente, reforzán-
La idea de m ediaciónentendida como el proceso dose odebilitándose, oseránreemplazadas por los
de efectos mutuos que experimenta laconexión de nuevos formatos, en procesos que10 pueden ser tipifica-
diferentes agentes a travésde medios de com unicación dos como predominio de las tecnicidades sobre las
e instituciones, permite ver que laparticipación de socialidades. No se trata únicam ente de los conflictos
dichos medios no es pasiva y neutra. Al contrario, cuan- "fo l
c l
o r-
m o de rniza ción" entendidos en las prácticas
do se atraviesan, terminan imponiendo unas condi- culturales tradicionalmente descritas; es tam biénel pro-
ciones que dependen de sus lógicasespecíficas; por ceso de acom odacióny cambio de los hábitosrecep-
ello, unas prácticas culturales que vengan haciéndose tivos cotidianos pero tam biénen el sentido del tiempo
conforme a las pautas tradicionales de su matriz cultu- libre, la idea de d iversión , los sitios de encuentro, etc.
ral de base, van a sufrir transformaciones inevitables (en Como dice G arcíaCanclini:
las que se gana y se pierde, como en todo) al entretejer- Los repertorios folclóricoslocales, tanto los suministrados
se con medios que tienen unas lógicas de producción por las artes cultas como por las populares, no desapare-
cen. Pero su peso disminuye en un mercado hegemoniza-
que, como ha propuesto con claridad Jesú sM artín- do por las culturas electrónicas transnacionales cuando la
Barbero9 generan una estructura empresarial (con vida social urbana ya no se hace só loen los centros históri-
dinám icas económ icas, ideologías profesionales y ruti- cos o tradicionales de las ciudades sino tam biénen los cen-
nas productivas) yexigen unas competencias comu- tros com erciales modernos de la periferia, cuando los
paseos se desplazan de los parques peculiares de cada ciu-
nicativas (entendidas como capacidad de interpelar- dad a los shopping que se imitan entre sí en todo el plane-
construir políticas, audiencias, consumidores) yuna ta (1995: 86).

1998, "Prefacio a la quinta edición".


En térm in
os de J e súsM artín-B arbero(ib.)
AGUAITA SEIS / DICIEMBRE 2001
Esto nos relaciona con el otro asunto en juego: ción y consumo. Por un tercer lado, los niveles de exis-
los repertorios de procesos y bienes simbólicos pro- tencia concreta de tales mediaciones en las complejas
movidos por las industrias culturales, en medio de par- relaciones de lo local/regional y lo regional/nacional,
ticularidades inevitables, tienden a una homo- pero también y cada vez más decisivo, entre lo local y
geneización que Renato Ortiz ha denominado forma- lo global. Renato Ortiz lo expresa así:
ción de un imaginario internacional popular (1998a). La mundialización de la cultura y, en consecuencia, del
Independientemente de las diferencias de detalles, los espacio, debe ser definida como transversalidad. Puedo así
centros comerciales, por ejemplo, participan de unos matizar algunas ideas cultura-mundo, cultura nacional,
patrones arquitectónicos y funcionales semejantes, de cultura local como si constituyeran una jerarquía de
modo que cuando recorres y consumes en el Centro unidades que interactúan entre sí. Las nociones de trans-
versalidad y de atravesamiento permiten pensarla de otra
Comercial Paseo de la Castellana (nombre curiosa-
forma. De esta manera, sostengo que no existe una oposi-
mente tomado de un famoso lugar de Madrid), en la
ción inmanente entre local/nacional/mundial (1998a: 35).
Avenida Pedro de Heredia, perros calientes, coca colas,
Ser caribe y cartagenero y colombiano se entre-
cines, cibercafés, escaleras eléctricas, almacenes de
cruza hoy, en Cartagena de Indias, se interatraviesa, se
ropa, etc., te hacen fluir por una "isla de cultura-mundo" transversaliza con ser popular-internacional vía internet,
en que no estás en una posición sustancialmente dife- vía tevecable o vía shopping, mientras se recorren a
rente de la que atraviesa a los consumidores en centros diario esos caminos en que murallas, plazas, avenidas,
comerciales de Roma, Buenos Aires o Singapur. De redes informáticas, tevecables y centros comerciales
modo que la revisión de las semiosis populares hoy en trazan mapas híbridos para los cuales la brújula y el
Cartagena de Indias, en sus articulaciones complejas astrolabio dependen, no siempre sin conflicto, de reper-
con las matrices tradicionales y los formatos indus- torios tradicionales y modernos, locales y globales,
triales debe tener en cuenta también las transforma- audiovisuales y comunitarios. Terminemos esta parte
ciones que comporta y los modos diversos como se leyendo de nuevo a García Canclini, cuando precisa:
expresa en sus discursividades anónimas e iconografías Estudiar cómo se están produciendo las relaciones de con-
tinuidad, ruptura e hibridación entre sistemas locales y
híbridas.
globales, tradicionales y ultramodernos, de desarrollo cul-
En resumen, tenemos varios asuntos entretejidos.
tural es hoy uno de los mayores desafíos para repensar la
Por un lado, las problemáticas que plantean las inter-
identidad y la ciudadanía. No sólo hay coproducción, sino
pelaciones e interdeterminaciones entre matrices cultu-
conflictos por la coexistencia de etnias y nacionalidades en
rales tradicionales, institucionalidades y lógicas de pro- los escenarios laborales y de consumo por lo cual siguen
ducción de las tecnicidades industriales. Por otro, los siendo útiles las categorías de hegemonía y resistencia.
efectos transformativos en las competencias de recep- Pero la complejidad y los matices de estas interacciones

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requieren tam biénestudiar las identidades como procesos diando el lema religioso). Algunos ejemplos: "Con
de negociación, en tanto son híbridas, dúctilesy msabor ulticul-a mango. Malagana real" (ba, Ternera, la, po)n;
turales (1995: 116). "Ciudad de Ovexas" (ba, Caracoles, la, po) curiosa
Ahora nos proponemos examinar, dentro de las escritura "mexicana" del nombre Ovejas; "La san
m últiples expresiones iconográficas registradas en cayetanera" (ba, Bosque, la, an/po); "Morroa bella" (ba,
Cartagena de Indias, un grupo de las que se expresan a Caracoles, la po); "Yo amo a Cartagena" (tax, la, po)
través de vehículos de transporte públicoy en algunas que se ha vuelto un lugar com ún, en muchas ciudades y
estaciones de trabajo, registrando tam bién, algunas pueblos de Colombia, con el nombre local.
muestras de textos, para complementar. La intenciónes En otra fotografía, se presenta un motivo marino.
interpretarlas con las claves situadas en los puntos Propone un velero en el centro, flanqueado por un son-
precedentes. riente sol publicitario, palmeras, pájaros marinos, ¡y
nevados! al fondo a la izquierda. A dem ásuna sobrecar-
El paisaje como estéticapopular en ga de textos matizada por el uso de tipos, tamaños y co-
transform ación lores de letras diferentes: "La uva", que en el argot de
Es frecuente encontrar montañas pintadas en los conductores y m ecánicos alude a un vehículo en ópti-
buses de la ruta Turbaco; al parecer las colinas sobre las mas condiciones de motor y carrocería; el velero con
que se asienta la poblaciónson registradas en forma nombre extranjero "Alpert"; luego "El cambio de mi
hiperbólica en el imaginario local. Pero lo que m ostró vida" ycierra la popularizada frase empleada como
una de las fotografíasfue diferente: dos picos nevados, "vacuna" ante los posibles deseos negativos de los otros
pintados copiando un "cliché" que quisiéram os deno- usada en las expresiones populares. Queremos resaltar
minar infantil (propio de ilustraciones de libros esco- un rasgo que aparece mucho en los puestos de venta,
lares de geografía). Al pie, un campo ysu casita carretillas y afines, y es el uso de iconemas propios del
campesina, con cerca de varetas y al lado, el mar con discurso publicitario que circula en la cultura masiva, en
oleaje espumoso. Pero a pesar de la relativarigidezdel este caso el sol sonriente ycon gafas com únen anuncios
dibujo, es un paisaje que connota lo apacible, lo bucóli- de refrescos y otros productos para la sed.
co. Cabe interrogarse si estas im ágenes generan com- En una foto perteneciente a la muestra tomada en
pensaciones sicológicas profundas. La estéticapopular, Santa Marta, tenemos un paisaje con iconemas12 como
haciendo suyos, a su manera, el equilibrio, la arm onía, montañas nevadas, paisaje campesino apacible, casita
la unidad y la belleza del canon renacentista en un juego con buhardilla y tal vez chimenea. Uno podríapensar en
de transferencias desde imaginarios del arte institu- la Sierra Nevada de Santa Marta como referente de
cional que hace mucho tiempo fueron abandonados por m otivaciónpero, ad em ás de ser nevados clichés, ni la
el arte contem poráneo, vertidos en técnicas pictóricas casita ni la vegetaciónni los sembrados que bordean el
que constituyen una tradición popular. ¿Destiempos arroyo pertenecen a referentes locales.
sobrepuestos de nuestra modernidad inacabada y nues- Podemos proponer como hipótesis que en las
tra posmodernidad espontánea(en la cita intericonográ- comunicaciones populares rige unprincipio de
fica) que plantea N éstorG arcíaCanclini? econom íaque hace que se aproveche el medio, inde-
El gusto por las menciones al "terruño" o su re- pendientemente de que los textos e iconos usados ten-
presentación puede observarse asimismo en textos gan coherencia o cohesiónentre sí. A ctúancomo juegos
como que se ocupan de nombrar un pueblo en particu- fragmentarios y m últiples, sin más lím ites que los que
lar, aveces acompañado con epítetosocalificativos marcan las intenciones comunicativas, los medios técni-
como "Mi querido Turbaco como te quiero (dentro de cos disponibles, las competencias específicas de los
las redundancias típicas") o "Cañaveral es amor" (paro- sujetos populares partícipes. No hay un géneropropia-

" Convenciones: An = letrero en la parte anterior; Po = letrero en la parte posterior; Lat = letrero en la parte lateral. La = letra autoadhesiva (calcom anía); Pv = pintura
sobre vidrio; Pl = pintura sobre latón. Bu = bus ordinario ("pringacara"); Int = bus intermedio; Eje = bus ejecutivo; Ba = buseta; Mic = m icrobú s, Tax = taxi;. El nom-
bre propio, corresponde a la ruta principal.
12 (Vamos a llamar "iconemas" a los tipos de iconos que suelen combinarse con otros, pero que mantienen una r epresen taciónmás o menos constante. Digamos que, para
distinguirlos de los iconos, los iconemas nunca aparecen solos, siempre estánen combinaciones variables pero mantienen ciertos rasgos "pertinentes").

AGUAITASEIS / DICIEMBRE 2001


mente dicho, con sus marcas y restricciones; más bien agáchates, nombre popular de las ventas de andénque
el no-géneroes, precisamente, el mosaico mezclado, pululan por las calles yesquinas. Otro elemento de
híbridotanto en el contenido como en la expresión. Se juicio tiene que ver con la pregunta por la funcionalidad
presta m áspara la com unicaciónpopular a travésde de estas iconografías. En las entrevistas informales
vehículosy estaciones de trabajo; por ello es posible ver averiguamos que un paisaje (pintura en vidrio o lata, o
textos varios, calcom aníasypinturas distintas yen hecho con lám inaautoadhesiva) cuesta entre medio y
sitios diversos del medio usado. un salario m ínim omensual (en Colombia, año 2000), lo
Es importante plantear con firmeza que decir que significa un considerable esfuerzo económ icosi te-
híbridono es decir indeterminado. Si bien maneja una nemos en cuenta el ingreso promedio y los costos de
organización dinám ica, fusionante y transformativa, vida en una ciudad turísticacomo Cartagena de Indias.
esto es, una entropíamás alta Las motivaciones noson
que las de las tramas sem iósi- económ icascomo es obvio:
cas convencionales de los ni la tarifa del servicio que
géneros, esto no quiere decir prestan aumenta por tener el
el reino del caos. N éstor paisaje ni éste garantiza
G arcía Canclini lo ha aclara- mayor afluencia de clientes.
doasí: Motivos estéticos, entonces.
Para mí lo híbridocasi nunca La respuesta más frecuente a
es indeterminado, no se pre- nuestra pregunta al respecto
senta, ni siquiera enlas fue "Para que se vea ele-
sociedades contem poráneas gante". Esta búsqueda de
en grado de indetermina-
ciones, si bien los cruces cul- belleza, a la escala en que se
turales se han vuelto mucho m ueven unos códigospopu-
m ásintensos actualmente; y lares que interpelan con li-
encuentro en esta intensifi- bertad a las matrices tradi-
cación una de las explica- cionales y a las modernas, se
ciones de la caídade paradig- ve reforzada por el uso de
mas yde ladificultad de líneasde colores, biseles en
expresar el sentido. Lo híbri- zigzag, estrellas, angula-
do no es casi nunca algo
indeterminado porque exis- ciones ytriangulaciones y
ten formas históricasde hi- otras ornamentaciones que
bridación13. por el frente, por los lados,
Las puestas en escena por encima y por debajo se
de los paisajes y otras icono- Foto 3: La Virgen del Carmen sentada, cargando al niño inscriben en los vehículos.
grafías populares combinan del lado izquierdo. Pero sus ojos son azules Puede encontrarse el uso de
signos procedentes de distintas matrices en las que ellos adornos sim ilares práct
icam ente en la totalidad de las
tienen sus propias cargas sem ánticasque son absorbidas fotos de vehículos que presentamos, prácticaque que-
y, muchas veces, resignificadas. Nevados, pinos, remos denominar "estetizaciónbasada en geom etrías y
palmeras, playas, veleros y soles publicitarios configu- colores".
ran iconos perfectamente tejidos en un juego de semio-
sis híbridasque vinculan el imaginario popular, con sus ¿Un «nuevoam anecer»
repertorios tradicionales de componentes de Cartagena en la religiosidad popular?
de Indias y el Caribe a referentes de una cultura-mundo Un fenóm enollamativo en el registro de las
que llega vehiculizada por almanaques, cine, televisión, semiosis populares es la presencia masiva de textos, cal-
postales opor los afiches callejeros que se venden en los com anías, im ágenesypaisajes de tema religioso. A

13 En una entrevista publicada como apéndicea la ediciónde 1998 de Culturas híbridas, México, Grijalbo, p. 363.
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pesar del desencantado mundo de la modernidad y de la igual que los textos de éste, varios siglos antes) por
declarada obsolescencia de las adhesiones religiosas, la necesidades pedagógicas. Pero al comienzo la imagen
religiosidad popular en América Latina es vigorosa, sin- de Jesús de Nazareth como Cristo tenía muchas ver-
crética y en expansión, como ha sido estudiado. Ma- siones, casi todas ligadas a alegorías de intención didác-
trices tradicionales católicas se amalgaman con imagi- tica. El "Pantócrator" de la catacumba de Calixto repre-
narios ancestrales amerindios para generar "nuevas reli- senta el icono que se ha generalizado, con barba, cabe-
giones" , además de las ya estudiadas formas de las lla-
14 llo largo y suelto (a la usanza judía tradicional, lo que es
madas religiones afroamericanas, amén de las formas verosímil), mientras que el "Cristo como buen pastor"
populares que se renuevan permanentemente . 15 de las catacumbas de Priscila (para la misma época, c.
Precisamente queremos iniciar nuestro examen 235) representa un joven con cabello corto y sin barbas.
de la fuerte presencia del componente religioso en las El primero es el que se ha popularizado en variaciones 18

semiosis populares en Cartagena de Indias, con una incontables que incluyen cristos latinos, caucásicos,
fotografía que registra una combinación de paisaje en el nórdicos, etc., en un juego de iteraciones en donde cier-
sentido comentado en el punto anterior y el tema reli- ta forma del rostro y la mirada, la barba y el bigote y el
gioso. En la foto N° 1, un extasiado pescador, parado en pelo largo y suelto funcionan como los iconemas cons-
el centro de su canoa, contempla un Jesús-Solar que tantes que facilitan el reconocimiento. A ciencia cierta
emerge detrás de un oriente de montañas coronado por no sabemos cuáles fueron los rasgos reales del Maestro
un arco de grandes letras rojas que proclama "E l nuevo y lastimosamente ciertos manierismos llevaron a
amanecer". Encontramos elementos comunes como los muchos pintores a presentar una imagen feminoide y
ya habituales iconemas de montañas, agua y vegetación. excesivamente delicada, muy alejada del que fue con
El pescador mira al Jesús-Solar que a su vez nos mira. toda probabilidad un fuerte carpintero e incansable via-
Reconocemos la identidad del personaje por ciertos ras- jero.
gos estilísticos que se han ido convencionalizando en La imagen de "E l nuevo amanecer" proclama
una larga tradición occidental, durante siglos. A partir algo que se liga con interpretaciones literales de ciertos
de representaciones que se inician hacia el siglo I I I , pasajes de los Evangelios y que sirve de motivo a los
pasan por las iconografías bizantinas, las estatuas y pin- movimientos parusísticos o del segundo advenimiento
turas de la Edad Media y el renacimiento europeos, y del Maestro en poder y gloria. ¿Cuál será la imagen o
empiezan a circular en espacios populares mediante imágenes visibles en este regreso, si es que tales inter-
almanaques y estampitas, primero, y litografías y afi- pretaciones han entendido correctamente? E l pen-
ches después . 16 samiento de base mística prefiere pensar en un
El icono que representa a Jesús de Nazareth ini- "reconocimiento interior" al alcance de quienes cum-
cia su variado viaje, hasta donde sabemos , con el 17 plan ciertos requisitos; las lecturas prosaicas supondrán
"Cristo como pantócrator" (cerca de 235) pintado en que se parecerá a sus iconos, los que creen ligados al
una catacumba de Roma. Lo curioso es que para esta "modelo original". Pero si sus iconos son el fruto de lar-
época ya no vivía nadie que conociera a uno que hubiera gos siglos de convenciones y su presencia será
conocido al Maestro. Resulta muy poco probable que democrática y abierta, ¿qué pasa si no se parece a la
los pintores cristianos en Roma dispusieran de retratos imagen que la historia de sus iconos ha establecido? Por
hablados o mucho menos de dibujos o bocetos. Sabido lo pronto el pescador lo está viendo como un Jesús-
es que la aparición tardía de iconografías cristianas es Solar, cual sol emergiendo tras un horizonte bucólico,
consecuencia del fuerte influjo del judaismo y su icono- proclamado como " E l nuevo amanecer" (del
fobia tradicional. Según los historiadores, las icono- renacimiento espiritual, se supone). Además de los
grafías con temas del Nuevo Testamento surgieron (al iconemas tradicionales (pelo largo y suelto, barba y b i -

14 Pinzón y Garay 1997.


15 Ferro Medina, 1997.
16 Cf. L a explicación de Jesús Martín-Barbero, 1998.
17 Historia del Arte, vol. II, Barcelona, Planeta De Agostini, 1997.
18 Otra tradición dice apoyarse en el supuesto rostro impreso en el "manto de Turín"; pero, además de la conocida discusión sobre su autenticidad, podemos anotar que su
conocimiento e influencia en las iconografías ocurre mucho más tarde.

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mente dicho, con sus marcas y restricciones; más bien agáchates, nombre popular de las ventas de andén que
el no-género es, precisamente, el mosaico mezclado, pululan por las calles y esquinas. Otro elemento de
híbrido tanto en el contenido como en la expresión. Se juicio tiene que ver con la pregunta por la funcionalidad
presta más para la comunicación popular a través de de estas iconografías. En las entrevistas informales
vehículos y estaciones de trabajo; por ello es posible ver averiguamos que un paisaje (pintura en vidrio o lata, o
textos varios, calcomanías y pinturas distintas y en hecho con lámina autoadhesiva) cuesta entre medio y
sitios diversos del medio usado. un salario mínimo mensual (en Colombia, año 2000), lo
Es importante plantear con firmeza que decir que significa un considerable esfuerzo económico si te-
híbrido no es decir indeterminado. Si bien maneja una nemos en cuenta el ingreso promedio y los costos de
organización dinámica, fusionante y transformativa, vida en una ciudad turística como Cartagena de Indias.
esto es, una entropía más alta Las motivaciones no son
que las de las tramas semiósi- económicas como es obvio:
cas convencionales de los ni la tarifa del servicio que
géneros, esto no quiere decir prestan aumenta por tener el
el reino del caos. Néstor paisaje n i éste garantiza
García Canclini lo ha aclara- mayor afluencia de clientes.
do así: Motivos estéticos, entonces.
Para m í lo híbrido casi nunca La respuesta más frecuente a
es indeterminado, no se pre- nuestra pregunta al respecto
senta, ni siquiera en las
fue "Para que se vea ele-
sociedades contemporáneas
gante". Esta búsqueda de
en grado de indetermina-
ciones, si bien los cruces cul- belleza, a la escala en que se
turales se han vuelto mucho mueven unos códigos popu-
más intensos actualmente; y lares que interpelan con l i -
encuentro en esta intensifi- bertad a las matrices tradi-
cación una de las explica- cionales y a las modernas, se
ciones de la caída de paradig- ve reforzada por el uso de
mas y de la dificultad de
líneas de colores, biseles en
expresar el sentido. Lo híbri-
zigzag, estrellas, angula-
do no es casi nunca algo
indeterminado porque exis- ciones y triangulaciones y
ten formas históricas de h i - otras ornamentaciones que
bridación . 13 por el frente, por los lados,
Las puestas en escena por encima y por debajo se
de los paisajes y otras icono- Foto 3: La Virgen del Carmen sentada, cargando al niño
inscriben en los vehículos.
grafías populares combinan del lado izquierdo. Pero sus ojos son azules Puede encontrarse el uso de
signos procedentes de distintas matrices en las que ellos adornos similares prácticamente en la totalidad de las
tienen sus propias cargas semánticas que son absorbidas fotos de vehículos que presentamos, práctica que que-
y, muchas veces, resignificadas. Nevados, pinos, remos denominar "estetización basada en geometrías y
palmeras, playas, veleros y soles publicitarios configu- colores".
ran iconos perfectamente tejidos en un juego de semio-
sis híbridas que vinculan el imaginario popular, con sus ¿Un «nuevo amanecer»
repertorios tradicionales de componentes de Cartagena en la religiosidad popular?
de Indias y el Caribe a referentes de una cultura-mundo Un fenómeno llamativo en el registro de las
que llega vehiculizada por almanaques, cine, televisión, semiosis populares es la presencia masiva de textos, cal-
postales o por los afiches callejeros que se venden en los comanías, imágenes y paisajes de tema religioso. A

13 E n una entrevista publicada como apéndice a la edición de 1998 de Culturas híbridas, México, Grijalbo, p. 363.

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pesar del desencantado mundo de la modernidad y de la igual que los textos de éste, varios siglos antes) por
declarada obsolescencia de las adhesiones religiosas, la necesidades pedagógicas. Pero al comienzo la imagen
religiosidad popular en América Latina es vigorosa, sin- de Jesús de Nazareth como Cristo tenía muchas ver-
crética y en expansión, como ha sido estudiado. Ma- siones, casi todas ligadas a alegorías de intención didác-
trices tradicionales católicas se amalgaman con imagi- tica. El "Pantócrator" de la catacumba de Calixto repre-
narios ancestrales amerindios para generar "nuevas reli- senta el icono que se ha generalizado, con barba, cabe-
giones" , además de las ya estudiadas formas de las lla-
14 llo largo y suelto (a la usanza judía tradicional, lo que es
madas religiones afroamericanas, amén de las formas verosímil), mientras que el "Cristo como buen pastor"
populares que se renuevan permanentemente . 15 de las catacumbas de Priscila (para la misma época, c.
Precisamente queremos iniciar nuestro examen 235) representa un joven con cabello corto y sin barbas.
de la fuerte presencia del componente religioso en las El primero es el que se ha popularizado en variaciones 18

semiosis populares en Cartagena de Indias, con una incontables que incluyen cristos latinos, caucásicos,
fotografía que registra una combinación de paisaje en el nórdicos, etc., en un juego de iteraciones en donde cier-
sentido comentado en el punto anterior y el tema reli- ta forma del rostro y la mirada, la barba y el bigote y el
gioso. En la foto N° 1, un extasiado pescador, parado en pelo largo y suelto funcionan como los iconemas cons-
el centro de su canoa, contempla un Jesús-Solar que tantes que facilitan el reconocimiento. A ciencia cierta
emerge detrás de un oriente de montañas coronado por no sabemos cuáles fueron los rasgos reales del Maestro
un arco de grandes letras rojas que proclama "E l nuevo y lastimosamente ciertos manierismos llevaron a
amanecer". Encontramos elementos comunes como los muchos pintores a presentar una imagen feminoide y
ya habituales iconemas de montañas, agua y vegetación. excesivamente delicada, muy alejada del que fue con
El pescador mira al Jesús-Solar que a su vez nos mira. toda probabilidad un fuerte carpintero e incansable via-
Reconocemos la identidad del personaje por ciertos ras- jero.
gos estilísticos que se han ido convencionalizando en La imagen de "E l nuevo amanecer" proclama
una larga tradición occidental, durante siglos. A partir algo que se liga con interpretaciones literales de ciertos
de representaciones que se inician hacia el siglo I I I , pasajes de los Evangelios y que sirve de motivo a los
pasan por las iconografías bizantinas, las estatuas y pin- movimientos parusísticos o del segundo advenimiento
turas de la Edad Media y el renacimiento europeos, y del Maestro en poder y gloria. ¿Cuál será la imagen o
empiezan a circular en espacios populares mediante imágenes visibles en este regreso, si es que tales inter-
almanaques y estampitas, primero, y litografías y afi- pretaciones han entendido correctamente? El pen-
ches después . 16 samiento de base mística prefiere pensar en un
El icono que representa a Jesús de Nazareth ini- "reconocimiento interior" al alcance de quienes cum-
cia su variado viaje, hasta donde sabemos , con el 17 plan ciertos requisitos; las lecturas prosaicas supondrán
"Cristo como pantócrator" (cerca de 235) pintado en que se parecerá a sus iconos, los que creen ligados al
una catacumba de Roma. L o curioso es que para esta "modelo original". Pero si sus iconos son el fruto de lar-
época ya no vivía nadie que conociera a uno que hubiera gos siglos de convenciones y su presencia será
conocido al Maestro. Resulta muy poco probable que democrática y abierta, ¿qué pasa si no se parece a la
los pintores cristianos en Roma dispusieran de retratos imagen que la historia de sus iconos ha establecido? Por
hablados o mucho menos de dibujos o bocetos. Sabido lo pronto el pescador lo está viendo como un Jesús-
es que la aparición tardía de iconografías cristianas es Solar, cual sol emergiendo tras un horizonte bucólico,
consecuencia del fuerte influjo del judaismo y su icono- proclamado como " E l nuevo amanecer" (del
fobia tradicional. Según los historiadores, las icono- renacimiento espiritual, se supone). Además de los
grafías con temas del Nuevo Testamento surgieron (al iconemas tradicionales (pelo largo y suelto, barba y b i -

14 Pinzón y Garay 1997.


15 Ferro Medina, 1997.
16 Cf. L a explicación de Jesús Martín-Barbero, 1998.
17 Historia del Arte, vol. II, Barcelona, Planeta De Agostini, 1997.
18 Otra tradición dice apoyarse en el supuesto rostro impreso en el "manto de Turín"; pero, además de la conocida discusión sobre su autenticidad, podemos anotar que su
conocimiento e influencia en las iconografías ocurre mucho más tarde.

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gote, y cierta forma del rostro) este Jesús-Solar está lar hace una versión libre del texto bíblico «corrigien-
envuelto en un aura brillante, formada por un fondo do» la tradición de la manzana: «el árbol que está en
amarillo que domina el cielo del paisaje, que despide medio del huerto» (Gen. 3:3 ; por supuesto, la vid no
M

rayos de trazos intermitentes. Imagen fija, este cuadro se clasifica como árbol); «y vio la mujer que el árbol era
está dotado de una suave dinámica cromática debido a bueno» (Gen. 3:6), «y tomó de su fruto, y comió» (Gen.
los efectos representados en el cielo y en el agua. La 3:6). Como se ve, el Y O popular lo que hace es inter-
canoa y el pescador, la vegetación y la montaña, en se- pretar con libertad la falta de definición del texto bíbli-
rena quietud. Pero hay dos ingredientes dinamizadores: co, al poner en escena la parra y las uvas. A l pie, ve-
la luz, que baña las montañas, la vegetación y el agua, y getación en lenguas ascendentes (¿las «llamas de la
la cascada de la izquierda. En las iconografías usuales pasión»?. La mano izquierda de nuestra Eva, extendida
hoy en láminas de libros, afiches y postales de la pro- (¿»ofreciéndolas»?) y la derecha de Adán también
ducción visual de masas con tema religioso, la cascada extendida hacia las uvas (¿»aceptándolas com-
fluyente metaforiza los bíblicos "ríos de agua viva" del placido»?. Ellos se miran de medio lado, casi dirigien-
nuevo Edén. El pescador aunque inmóvil, mantiene do sus miradas a las uvas; Adán lleva puesta una pren-
alzada su vara a media altura ¿en ofrenda de un instru- da llamada en el Caribe colombiano «camiseta esquele-
mento de labor? to» de color blanco, y tiene barba y bigote. Con pelo
Un último comentario: ¿este proclamado nuevo largo y suelto, características que no son típicas de los
amanecer quiere comunicar que el Jesús-Solar ha fenotipos habituales en la región. Ella es una «Eva po-
escogido regresar paulatinamente haciéndose percepti- pular», rubia (a las mujeres de la ciudad les encanta
ble primero ante los más humildes y en sus propios teñirse el cabello de rubio) de pelo largo y lo lleva suel-
códigos de reconocimiento? Creemos que hay un inten- to con un corte de «capul» sobre la frente. Lo más lla-
so contraste entre la puesta en escena de este paisaje, mativo es su vestido de dos piezas; la prenda inferior no
como expresión de la religiosidad popular, y las repre- se define aunque insinúa una falda que se anuda con
sentaciones convencionales de lo que puede ser llama- lazos en las caderas, mientras que la prenda superior es
do el canon de la iconografía religiosa institucional, más un sujetador tipo bikini que recubre unos generosos
ligada a los iconos del culto al "Sagrado Corazón", de pechos. Ambos son de tez clara, más cerca del «moreno
origen elitista-estatal y a reelaboraciones de los cristos claro» que blancos. Las ropas que llevan y el pelo rubio
de los pintores renacentistas ; es posible ver que poste-
19
de Eva brillan intensamente convirtiéndose en nácar y
riormente se integró a los usos populares que lo mues- dorado respectivamente, cuando son iluminados por los
tran hoy abundantemente en cuadros litografieos, pin- faros de los vehículos durante la noche, ya que están
turas, estatuillas, etc. hechos con pintura reflectiva. Si la «tentación», ese
Veamos ahora la reelaboración popular que pre- momento recogido en el cuadro, es anterior a la toma de
senta una versión libre de uno de los mitemas más tra- conciencia de su desnudez y su consecuente sentimien-
bajados en la historia cultural de Occidente: la tentación to de vergüenza, según el relato bíblico, ¿por qué estos
del Edén, como lo muestra la foto N° 2. Por comodidad, edenitas populares están vestidos, y de una manera d i -
vamos a llamar a la mujer del panel izquierdo «Eva», y gamos «popularmente sensual»?
«Adán» al hombre del panel derecho. Realmente el Finalmente, ¿es este acaso un modo muy pecu-
único elemento explícito del mitema bíblico es la ser- liar de registrar en el imaginario popular el profundo
piente que se encuentra «abordando» a la mujer, sobre desencuentro entre hombres y mujeres que se inició con
la esquina superior izquierda. En el centro, en vez de la la falta del Edén, cualquiera ella realmente haya sido, y
acostumbrada manzana, una copiosa parra repleta de cuyas consecuencias apenas parece que empezamos a
uvas y en arco, el texto «La uva» (que, como dijimos, comprender ahora?
en los ambientes del transporte y la mecánica auto- En la foto N° 3, una chaza (puesto estacionario
motriz connota bueno, elegante). Aquí el pintor popu- de venta de dulces, cigarrillos, etc.) en el sector del

" Como ha mostrado Cecilia Henríquez 1993.


20Versión Reyna-Valera, Sociedades Bíblicas de América Latina, 1960, para todas las citas.

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Departamento Administrativo de Tránsito y Transporte 21 Pero al mirar más atentamente empiezan las sor-
de la Avenida Pedro de Heredia, dato importante porque presas. La virgen es una mestiza con marcados rasgos
aquí confluyen transportadores, tramitadores, gente del indígenas y no evoca ni se parece ni es copia de la
servicio de grúas, etc., y dado que esta es la «patrona» famosa virgen de Guadalupe. La forma del rostro y del
del gremio, puede sospecharse un uso de la imagen mentón y el pelo lacio oscuro, son indios, pero sus ojos
como cierta estrategia publicitaria (suscitar «adhesión ¡son azules! Su manto sugiere oro, tiene sandalias con
emocional»). forma de «abarcas trespuntá» propias de las tradiciones
El cuadro, parece reproducir el canon tradicional posiblemente zenúes de la Sabana Caribe; y además, las
de la virgen del Carmen sentada, cargando al niño del uñas de los pies están pintadas y el estilo corresponde a
lado izquierdo (la posición de éste varía, incluso en las las medialunas en color blanco tan acostumbradas por
imágenes canónicas), envuelta en un aura circular de las campesinas y mujeres de estratos populares de los
pueblos y ciudades del
Caribe colombiano.
Tenemos enton-
ces una virgen del
Carmen coronada, con
manto, con velo y
envuelta en nubes,
iconemas asimilables al
canon, pero con rasgos
campesinos populares,
reforzados por las ca-
racterísticas del calzado
y la pintura de las uñas
de los pies y unos ojos
azules que miran un
punto perdido por enci-
ma del punto de vista
del que observa; esboza,
apenas, una sonrisa que
insinúa una fuerte den-
tadura (las vírgenes del
canon, sean del Carmen
o no, jamás dejan ver
Foto 4: Versión de la Estatua de la Libertad en un bus de El Pozón, barrio popular cartagenero.
sus dientes). Pero el
niño es rubio con rizos,
azul oscuro y un velo azul celeste tenue con adornos de muy blanco (rosado) y de ojos azules.
estrellitas; al pie, almas sufrientes envueltas en llamas A los pies, dos hombres entre las llamas, uno, el
mientras la virgen descansa sus pies sobre un escabel de de la izquierda en ademán desesperado; el otro, a la
nubes. Llama la atención la ausencia de los ángeles que derecha, eleva los ojos y mira a la virgen y al niño, pero
socorren a las almas, a los lados de la virgen en la ima- está tranquilo. Ambos con el torso desnudo, la piel algo
gen del canon. Salvo por este detalle, el cuadro en la rojiza (un poco como la de la virgen), «desesperado»
vista general, parece una réplica tipo adaptación de la más mestizo, «tranquilo» más mezclado (barba pobla-
imagen más usual. da). La paleta, popular tradicional: predominio de los

21 Que, como se sabe, maneja lo relativo a transporte terrestre, control de vehículos, etc.

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colores primarios, y algunas pocas matizaciones (el púr- "Aquí todo es sabor sin medidas
pura de la túnica). Un detalle: la nube de la virgen está
ni temor" 22
en medio de las llamas, mientras que en el canon, está
En una de las fotografías encontramos un paisaje
por encima; otro, mientras en el canon hay muchas re-
espacial y nos preguntamos qué significa para los
presentaciones de sufrientes, aquí hay dos; el último: las
emisores anónimos esta iconografía futurista de cómic;
llamas que envuelven a los sufrientes no están rodeadas
astronautas muy atareados en una estación de otro
por líneas azules como las que envuelven a las llamas
mundo, que se mueven en medio de complejas instala-
que flanquean a la virgen, lo que muestra manejo cons-
ciones; sobrepuesto, tal vez como parte de otra historia
ciente de las simbologías cromáticas que asocian ciertas
el bebé-gruñón-señor de la película de «Roger rabbit»;
representaciones a lo infernal y otras a lo celeste, para
y por encima de la estación, un muy prosaico mico ¡ sin
refutar la difundida idea de que los sujetos populares
escafandra, con una botella en la mano! (el mico y la
actúan siempre en una forma espontánea, ingenua y
botella se pueden asociar con una propaganda televisiva
mecánica. En esta composición, hay cálculo como
de Pepsi).
puede verse por todo lo anotado.
En la foto N ° 4, otra iconografía muy especial:
Este cuadro nos parece una especie de monu-
La imagen de la parte superior de la estatua de la liber-
mento estético popular a la hibridación de iconemas del
canon tradicional católico con otros elementos de la tad, uno de los iconos omnipresentes en la «cultura-

tradición popular además del juego multiétnico que mundo» alimentada mayoritariamente por las sim-
pone en escena; pero no hay negros ni mulatos (en una bologías del consumo norteamericano. Esta estatua, en
ciudad como ésta donde estos grupos constituyen más un bus de E l Pozón, una ruta de un barrio popular carta-
del 70% de la población). La imagen revela cosas que genero, acompañada por un mosaico de iconemas que
nos permiten insistir en plantear que las semiosis artís- representan la ciudad de New York (torres, puentes,
ticas de los sujetos populares están lejos de ser pasivas mar, edificios) y un cielo poblado de estrellas como la
reproducciones de modelos proveídos por los imagina- bandera de USA. La norteamericanización de estos
rios hegemónicos, en este caso los del canon religioso sujetos populares se completa con las tres placas
católico; en vez, despliegan creatividad, mezclas, pegadas en la parte inferior del paisaje, dos de salidas
experimentación, en distintos niveles, y con variado del metro de New York (supuestamente) y, debajo de la
éxito, como puede desprenderse de los ejemplos placa de Cartagena, una de Massachusetts. La hiperse-
mostrados, la virgen sicodélica, la rústica y esta mesti- mantización de la «capital del mundo», realizada en un
za sonriente. espacio comunicativo popular en Cartagena de Indias,
nos conecta con la profusión de textos en inglés o
Amalgama pseudoinglés (textos que parecen, o que pertenecen a
Proclama religiosa, referencia regional y perso- formas locales del «ingleñol», los que genéricamente
najes de la industria cultural (vírgenes del Carmen llamaremos «angloides»)
cristos o divinos niños al lado de Piolín o del conejo de En el corpus hemos registrado muchos, algunos
la suerte, etc.), además de ornamentaciones típicamente que reproducen marcas o lemas de transnacionales
populares, todo ello «cohabitando» un mismo espacio como Pionner o Sony, otros que significan frases
simbólico, tejido en las amalgamas en que los sujetos
usuales o nombres, pero escritos en forma angloide,
populares expresan hoy su sensorium, precisamente,
etc., de los cuales podemos ver algunos: "Monchys
apropiándose tan disímiles materiales para componer
sabor" (bu, Ternera, la, po); «New York mafia» (tax, la,
mosaicos de su religiosidad mezclada, o para concluir
po); «Answer» (tax, la, po); «Full aire natural» (sic, bu,
sin rodeos, si la religiosidad popular experimenta un
"nuevo amanecer" en sus expresiones, discursividades e Olaya, la, lat), con la mamadera de gallo caribe incor-
iconografías, este es fusionante, libre y por tanto, porada, al referirse graciosamente a la proliferación de
dinámicamente híbrido. taxis del sector turístico que llevan una calcomanía «full


22 (Ba, Blas de Lezo, la, po)

AGUAITA SEIS / D I C I E M B R E 2001


air»; «Villanueva city»
(bu, Villanueva, pl, an),
gracioso cuando sabe-
mos que es una pequeña
población de la región;
«Patilla sport» (bu, Zara-
gocilla, la, an), en la
misma línea mamadora
de gallo; «Fantasy of
love» (bu, 13 de junio, la,
po), «The world of love»
(bu, 13 de junio, la, po),
«The word of love» (int,
Ternera, la, po), «Wel-
come a board» (bu, So-
corro, la, lat; ba, Ternera,
la, lat), una curiosa mez-
cla de ingleñol con la
preposición «a» incrusta-
Foto 5: " Osito dormilón", personaje del vallenato de consumo, resignificado desde la cultura de
da en el texto en inglés. masas.
Cuando preguntamos a las diferentes personas grupos y canciones primero son populares para poder
entrevistadas por qué ponían estas imágenes en sus acceder a los circuitos comerciales de la grabación)
vehículos o puestos de trabajo, siempre recibimos varia- podemos representarlo de manera clara con dos icono-
ciones de una misma respuesta que corresponde a grafías.
razones estéticas: «para que se vea bonito», «se ve ele- En la primera, un panorámico pianista extiende
gante», «queda chévere, ¿no le parece?», «para que esté sus brazos sobre un teclado digital, en medio de reflec-
alegre», las más frecuentes. El punto de reflexión que tores laterales que indican que está «en escena». Vestido
nos queda es si lo propio de la matriz tradicional Caribe, con camiseta interior y camisa ancha, a la manera de los
en medio de sus mezclas y transformaciones, no será cantantes de rap y de hip hop transnacionales, pero es
esta búsqueda permanente de satisfacción estética, un mulato; un músico que por sus características es al
expresada con los procedimientos y repertorios mismo tiempo local y global, o para decirlo con pa-
disponibles, con independencia de su procedencia labras de García Canclini, «glocal». El piano es com-
(Picasso, coca cola o el cine, los cómics, las telenovelas putarizado, como se indica por los controles en la parte
o todo lo que provenga de los imaginarios interna- inferior del cuadro; pero su teclado no corresponde a la
cionales populares, además de las propias tradiciones) distinción de blancas y negras, sino que se intercalan en
No puede uno explicarse satisfactoriamente este pares, de modo que el pintor no parece tener mucho
fenómeno de los mosaicos híbridos por simple «acul- conocimiento de teclados. Nuestro pianista mulato
turación», esto es, la imposición forzosa del imaginario "glocal", está flanqueado por dos discos compactos en
de consumo de las grandes transnacionales de las indus- los que están escritos "nuevo" y "milenio" que
trias culturales. Esto nos propone que los sujetos popu- pertenecen a una moda planetaria.
lares aplican criterios selectivos al componer sus Es muy abundante el uso de textos tomados de
mosaicos. nombres de canciones, o partes de la canción misma, o,
Dentro de esta selectividad que orienta los reper- incluso, alusión a los espacios de diversión donde la
torios que en las semiosis populares se toman ya sea de música es el centro como discotecas y afines. Ejemplos
las tradiciones o de los imaginarios transnacionales de varios seleccionados dentro de la numerosa muestra
consumo, hay un trabajo especial con el tema de la recogida en el corpus:
música. Este gusto por la música en que se mezcla lo "Sonido bestial" (ba, Caracoles, la, an), canción
popular con lo masivo, sin que sea totalmente distin- de salsa; "La gota fría" (bu, Turbaco, la, po; Bu,
guible qué es lo uno o qué es lo otro (porque muchos Socorro, la an), vallenato internacionalizado por Carlos

AGUAITA SEIS / DICIEMBRE 2001


Vives; "La maxiteca. Música líquida" (bu, Socorro, la, mos en la cuenta que se trata de un cuadro de Picasso:
po); "Discoteca mundial" (int, Ternera, la an), que alu- "Los tres músicos" (!), aquí traspuesto de modo que los
den a la práctica cartagenera de portar un potente lados derechos e izquierdos están invertidos. Un cuadro
equipo de sonido en el vehículo, acompañado con luces del más famoso pintor del siglo X X en una iconografía
típicas de las discotecas, por lo que algunas personas popular, nos permite pensar que los vínculos entre los
hablan de las "busetecas"; "La discoteca del amor" (ba, repertorios simbólicos tradicionales jerarquizados entre
Socorro, la an); "La nueva discoteca del amor" (ba, lo culto y lo popular se están moviendo; no es casual
Socorro, la, po); "Salsa y control" (bu, Nuevo Bosque, que no se trate de Mondrián o Klee sino de Picasso que,
la, po; bu, Nuevo Bosque, pl, po; bu, Nuevo Bosque, pl, como se sabe, es la figura del arte de élite que más ha
an), otra canción de música antillana; " E l grillero" (bu, sido nombrada, mostrada, referenciada y caricaturizada
Turbaco, la, an/po), canción del grupo Proyecto Uno; en la cultura de masas; por lo que aparece como el nexo
"La ciguapa" (ba, Ternera, la, po), otra canción conoci- que permite la conexión de lo popular con lo "culto".
da; "La espinita" (bu, Socorro, la, an; ba, Bosque, la an), Para completar el efecto de mosaico híbrido, al lado
vieja canción que difundió hace algunos años una ver- derecho, a media altura, un texto en escritura netamente
sión vallenata. Otros textos se asocian con nombres de popular: "5 mentario". Imitando al Y O enunciante de
cantantes o de orquestas, o sus apodos: " E l cacique" este cuadro popular, nosotros también decimos "sin
(tax, la, an), apodo del conocido cantante vallenato comentarios".
Diomedes Díaz; o "Barbacoa" (ba, Blas de Lezo, la, Para concluir, un ejemplo de "cultura-mundo" en
po), orquesta cartagenera. un estratégico cruce de avenidas por donde no transitan
En la segunda iconografía, en la foto N° 5, turistas sino habitantes locales. La celebrada, premiada
encontramos a "Osito dormilón", un personaje de una y taquillera película «en reelaboración glocal»: los pin-
popular canción del vallenato de consumo, representado chos o chuzos encima del hielo a la izquierda (que por
aquí durmiendo sobre una hamaca que es una acordeón, lo general se acompañan con "bollo" de maíz, herencia
colgada entre dos palmeras y sobre el agua. Los icone- indígena regional); los "hot-dogs" y las "hamburguer",
mas de palmera y agua se combinan para crear el refe- completando el mítico barco, como es sabido, gran
rente caribe. Pero, es una osa acostada, con formas aporte norteamericano al imaginario globalizado.
voluptuosas y en pose sensual. Entonces, de nuevo
encontramos que se toman elementos de la cultura de Mixturas varias, para concluir
masas para resignificarlos al integrarlos en mosaicos Hemos recorrido los tejidos complejos en que las
donde la elaboración combina con libertad. Los sujetos hibridaciones constituyen los imaginarios populares en
populares "usan" lo que las industrias culturales les Cartagena de Indias. Los hilos de nuestro transcurso han
ofrecen, pero se lo apropian inscribiéndolos en sus pro- estado situados en discursividades anónimas polifónicas
pios códigos, ya sea para expresar amor, religiosidad, y en iconografías que se articulan en la interpelación
emociones, etc. fusionante con los imaginarios transnacionales popu-
Un caso especial lo constituye la fotografía lares, con los imaginarios nacionales (tanto institu-
tomada del parabrisas posterior de un bus de cionales como de consumo) y con los imaginarios
Barranquilla: una composición geométrica inusual en locales (en sus varios niveles).
las iconografías populares. Abstracciones en gamas de Teniendo como eje la caracterización de las esta-
ciertos colores que hacen juego con los de los adornos ciones de trabajo y los vehículos de transporte público
que rodean los paneles de ventilación de la parte infe- de pasajeros como "mediaciones populares de masas",
rior; también aquí, en escritura vertical, dos nombres de hemos tratado de registrar sus semiosis verbosimbólicas
personas. Los juegos geométricos, como dijimos antes, e iconosimbólicas. El intento, necesariamente incom-
se encuentran en prácticamente todas las decoraciones pleto, nos ha llevado a tipificar voces anónimas que en
de los buses, casi siempre haciendo juegos cromáticos la enunciación de la memoria colectiva, instauran una
con la carrocería. Pero ahora los tenemos en el panel discursividad variada que fluye en las intersecciones y
principal, donde siempre hemos hallado paisajes, vír- mezclas de matrices ancestrales, tradicionales, moder-
genes, cohetes y estaciones espaciales. La sorpresa es nas y tardomodernas, como creemos haber mostrado.
considerable cuando examinamos con cuidado y cae- También, líneas de preferencia en las semiosis popu-

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lares y sus abigarradas maneras de experimentar, copiar, preocupado, lacapacidad ynecesidad del baile, la
conceder, transformar y, mostrarse activamente pre- omnipresencia de la m úsica, el gusto por "estar en esce-
sentes en los juegos sim bólicosen los que las hege- na" en lo cotidiano laboral o social, lo que en medio de
m onías oficiales y los discursos institucionales legiti- tantos motivos de desesperanza, en medio de una exis-
man ciertos sentidos que, supuestamente, deberíanbas- tencia popular precaria, conflictiva, estratificada interi-
tar para interpretar la ciudad y ante los que las voces ormente, asediada por la presiónconsumista y su com-
populares trazan oblicuamente una opcióndistinta. pulsiva im posiciónde "distinciones sim bólicas" que
Las voces e iconografíasanónim as populares en obligan a tantos sacrificios económ icos, la que hacen las
Cartagena de Indias proponen otros sentidos, se semiosis populares, no es una contribucióndesprecia-
plantean en sus propias dinám icas legitimadoras y, con ble. Esperamos haber mostrado caminos para compren-
sus propios y específicosmedios de intercom unicación. der mejor lo que significa ser sujetos populares hoy, en
No pasan sus semiosis por los medios masivos al servi- Cartagena de Indias, y en cierto modo tam biénen el
cio de la hegem onía; no producen bienes sim bólicos Caribe colombiano, desde la voz plural de las discur-
que puedan insertarse en los mercados nacionales o sividades anónim as, con sus m últiples temas y modos
transnacionales; sus maneras de vivirse yexpresarse expresivos, y las complejas iconografías, con sus inten-
toman mucho de todo ello, pero lo recrean, lo reelabo- sas interpelaciones a repertorios sem iósicos heterogé-
ran y, desde su especial ubicación, tam biéninterpretan neos, en inagotables juegos de transtejidos, mediaciones
lo que es ser hoy habitante en esta ciudad. Sus icono- e hibridaciones, imposibles de describir en su totalidad.
grafíasno persiguen inútilm entelos grandes circuitos
del mercado sim bólicoglobal del arte, como sueñan los
pintores y grabadores locales; sus textos no participan BIB LIO G RA FÍA
del ansia de reconocimiento del campo literario como • Abello, Alberto. «El Caribe de Colombia en los tiem-
los escritos de poetas y narradores en la ciudad, dada su pos de laG lobalización», en: Memorias del IV
naturaleza tan distinta. Los Yoes comunicantes popu- Seminario Internacional de Estudios del Caribe.
lares no "usan" las semiosis para acrecentar su capital Barranquilla, Instituto Internacional de Estudios del
Caribe-Universidad del A tlántico,1999.
sim bólico, en aras de beneficios económ icos o ascenso • Altamiranda, Edmundo. Análisis crítico del discurso
social. Por todo ello sus producciones discursivas e políticoen Cartagena de Indias 1997. Universidad de
iconográficasson invisibles para los artistas y escritores • C B
artagena, tesis de grado, 2000.
enítezRojo, Antonio. La isla que se repite. El Caribe
locales, pero tam biénpara los profesores de arte o los desde laperspectiva posmodema. Ediciones del Norte
burócratasde la cultura. (sin más datos en el ejemplar fotocopiado usado aquí).
Pero para los sujetos populares esta intensa zam- • Bourdieu, Pierre. Sociología y cultura. M éxico,
Grijalbo, 1990.
bullida en semiosis que copian, interpelan, experimen- • Caro H ernández, Isela. Imaginarios Religiosos
tan o inventan, les permite una existencia con un sentí- P opulares en Cartagena de Indias: Mediaciones y
Constituciones Híbridas. (Tesis de Grado), Cartagena
do estético, ligado orgánicam enteal sentido lúdico, a la de Indias, Universidad de Cartagena, 2000.
propensión al goce, al gusto por vivir con alegría.La • Conde C alderón, Jorge. "De palenques a feligresíaso
m ayoríade estos mosaicos polisém icossobre ruedas, parroquias de negros libres en el Caribe colombiano",
en Revista Historia ycultura, N° 5. Universidad de
tienen potentes equipos de sonido que no descansan; en Cartagena, Facultad de Ciencias Humanas, Cartagena
muchas estaciones de trabajo, hay por lo menos un 1997.
radio, am én de que proliferan los vecindarios sonoros • , "De vasallos aciudadanos:
mecanismos de transm isióny reproducciónde los va-
de las ventas de casetes y discos compactos piratas. lores cívicos en el Caribe colombiano en los umbrales
¿Qué empuja a los sujetos populares a expresar y de lanación" en Memorias delIV Seminario
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AGUAITA SEIS / DICIEMBRE 2001
CI UDAD Y R E G l I l N

Versos y fiestas en el Caribe colombiano1


Por Consuelo Posada

colonias. En Colombia, los esclavos importados, como


Las fiestas populares trabajadores para las haciendas ylas minas de oro, se
mantuvieron en estrecho contacto con las casas señoria-
y la conservaciónde los versos les. Sus dotes musicales les permitieron aprender y
apropiarse del patrimonio de canciones españolas, que
En la vida de los pueblos costeros, las fiestas las mujeres negras siguieron cantando como canciones
populares se han desarrollado como rituales de apoyo a de cuna, aúndespués de la liberaciónde los esclavos
las formas de cohesiónsocial. Para Fals Borda (1986: (Beutler, 1977: 258).
122A), el jolgorio demuchas zonas dela Costa Entre las celebraciones regionales de estos pue-
Atlántica, en las fiestas colectivas, se consolidódesde blos sobresalen las fiestas religiosas, dedicadas a santos
mediados del siglo pasado yal calor de fandangos y patronales como las de Santa Catalina el 25 de noviem-
bandas de viento, impulsadas por los tabacaleros, se bre, las de San Sebastiánel 20 de enero ylas de la
estim ulóel asentamiento en el Sinúde compositores, Virgen de laCandelaria el 2de febrero. Pero entre
cantadoras, decimeros, copleros ybailadoras que ayu- noviembre y marzo, concretamente en los pueblos de la
daron a alternar la m úsicacon el trabajo campesino1. D epresiónMomposina, las diferentes festividades se
Las fiestas populares han estado unidas a repre- enlazan y a las celebraciones religiosas se unen las fies-
sentaciones adobadas con versos, que sirven para tas paganas (Ver Á rquez, 1998:214- 216).
realzar su colorido y se nutren de la tradiciónhispánica, Las fiestas señaladas por Oscar Á rquez, para la
de uso colectivo en la región. En general, las zonas con zona de Mompox, coinciden con las mencionadas por
alguna influencia negra conservaron mejor los textos de Crescencio Salcedo (1976) para M agangué, un puerto
la tradiciónespañola. En contraposicióna la población sobre el ríoMagdalena, situado frente aMompox: la
indígenaque se mantuvo alejada de las formas hispáni- fiesta de navidad, el año nuevo, el primero de enero, el
cas, lapoblación negra ha mantenido vigente y ha seis de reyes, los carnavales y la fiesta de la Virgen del
enriquecido con su uso el conjunto de formas orales Carmen, el 16 de Julio. Salcedo recuenta, con afecto, la
españolas. Los esclavos negros penetraron, aprendieron
y adecuaron las tradiciones hispánicasdifundidas en las

1 Este ensayo se apoya en los materiales de la zona de la D ep resió


nMomposina, recogidos durante la in vestigaciónsobre la "Oralidad en los animales de Mompox",
como parte del trabajoconjunto sobre el "Bestiario Momposino", dirigido por SandraTurbay y cofinanciado por la Universidad de Antioquia y Colciencias. Los análi-
sis se hacen extensivos aotras regiones de la Costa A tlánticay se nutren de los documentos y reflexiones producidos en las investigaciones, que sobre el tema de la
copla enColombia, laautorade este ensayo hadesarrollado enlamisma Universidad de Antioquia.
Este artículoa p arecióinicialmente en larevista Caravelle, unap ub
licacióndel Institut Pluridisciplinaire pour les Etudes Sur L'Amerique Latine, de la Universidad de
Toulouse (No. 73 de 1999) y se publica con su au torización .

AGUAITASEIS/ DICIEMBRE2001
Mompox, como el carnaval
de Barranquilla, le cantó
versos a la fauna local: para
Arquez, los animales de
África fueron reemplazados
por la variedad de la fauna
del trópico Caribe y, en vez
de leopardos, leones, ele-
fantes o b ú f a l o s , apa-
recieron coyongos, garzas,
patos cucharos, peces, bu-
rros, goleros, caimanes, pe-
rros, tigres o ponches
(Árquez, 1998:219).
Foto 1. Lasfiestaspopulares han estado unidas a representaciones adobadas con versos, que sir-
ven para realzar su colorido y se nutren de la tradición hispánica, de uso colectivo en la región. Los versos son una
Las zonas con alguna influencia negra conservaron mejor los textos de la tradición española, a constante en las representa-
diferencia de la población indígena que se mantuvo alejada de las formas hispánicas.
ciones con animales. Además
parte de estas celebraciones referida a la presencia de de la coreografía y de los bailes y disfraces de los par-
los versos: las piquerías, los encuentros en las plazas, ticipantes, los versos agregan un elemento particular
las tamboras, las maracas, que con versos improvisados que identifica cada grupo en las danzas de goleros, co-
iban de un barrio a otro, hasta encontrarse en la plaza. yongos, chande, torito, o pájaros. Aunque los especta-
Su detalle se centra en el disfrute de los versos: dores que asisten a las representaciones del carnaval no
"Yo saborié tanto en m i juventud esos festivales alcancen siempre a sentir los versos, en todos los des-
en tiempo de navidad ¡Eso sí es muy bonito, pero muy files las distintas comparsas incorporan versos que
bonito! ¡Daba gusto! Las contestaciones de las voces, acompañan las danzas.
tanto de una parte como de otra; los encuentros de un En la danza de los pájaros, estos se mueven en
barrio con otro barrio con tambores y tamboras versifi- forma circular en torno a la música y a las banderas
cadas, piqueriando en cuartetos los que cantaban. Sale colocadas en el centro mientras fluyen los versos de los
uno de pelao al pueblo y, entonces, hay procesiones ¡Y personajes: el toche, el turpial, el guacamayo, el
a divertirse usted durante días! Demasiado" (Salcedo, cucarachero, el sangretoro, el colibrí y la rosita:
1976:100).
De los pájaros del monte
Y trae estos ejemplos, de los versos escuchados A mí me llaman el toche
en las fiestas: Y quiero pasar contigo
Estas horas de la noche.
Tres golpes, tres golpes
Tres golpes no más Mientras el toche vuelve a su puesto, el turpial
El baile de la Villanueva avanza para cantar:
Fueron tres golpes no más.
Cuando sopla el vendaval
Aquella que va bailando Me hallo siempre en gran apuro
Lleva el pollerín afuera, Porque el plátano maduro
Y el que la va galantiando Es comida de turpial. (Diario del Caribe, 1997: 8)
Dice que es forastera ( Salcedo, 1976: 100).
En la danza de coyongos, la garza blanca, la
También las fiestas del carnaval, en la Costa garza morena, los coyongos, el rey de los coyongos, el
Caribe, están acompañadas por textos en verso, en gallito de ciénaga, el pato cucharo, el cazador y el pez,
los que se le canta, fundamentalmente, a los ani- entonan cada uno su propia "relación".

AGUAITA SEIS / DICIEMBRE 2001


Yo soy el pato cuchare.. El carnaval de Mompox aparece como centro
Yo soy la garza morena... embrionario de los carnavales de la Costa Caribe, que
Yo soy el gallito de ciénaga...
se desplazaron a través del río Magdalena y su auge
coincide con la época de florecimiento momposino en
Las aves y el cazador entonan coplas rela-
el siglo X I X . Recordemos que mientras el río
cionadas con el tema. Este es un ejemplo del texto del
Magdalena fue la vía obligada para unir la Costa
cazador:
Atlántica con la capital, Mompox era también paso
obligado entre Santafé y Cartagena. La llegada a
Vengo en busca de cucharo
Y de pájaro gorrión
Barranquilla se ubica a principios del siglo pasado:
Que van para el playón Árquez (1998:216) sitúa entre los años 1804 y 1815 en
A buscar su dormidero Barranquilla las celebraciones de carnaval que, en
fiestas separadas, eran organizadas por colonias prove-
Soy el cazador constante nientes de Santa Marta y Mompox.
Que cazo noche y día En el movimiento de estas fiestas tradicionales
Haciéndole cacería
es importante considerar el papel del río. Por el río
A estos patos ambulantes
llegó el carnaval a Barranquilla y también por el río
llegaron los versos y muchos de los cantos populares.
Ahora hablan las aves:
Este bendito cazador Por el río viajaban los alimentos, el ganado, y también
Contra mí lanzó su tiro las canciones que iban llegando a todas las pobla-
Yo caí al suelo tendido ciones ribereñas.
Para calmar mi dolor Crescencio Salcedo le dedica un gran espacio al
papel del río como lugar de encuentro y regocijo para
Me calentó el sol la fiesta. Para señalar el movimiento del puerto de
En una playa de arena
Magangué, cuenta que en las primeras décadas de este
Llegó la garza morena
siglo salían de allí, hasta cien barquetas en un día y
Y me ayudó a levantar
durante los carnavales, allí se embarcaban todos los
Ya aquí no me quedo disfrazados, en barquetas grandes (Salcedo, 1976: 29-
Y llego y remonto mi vuelo 33 y 101). Además, los barqueteros dormían en los
Voy sí directo hacia Mompox pueblos y establecían, así, una relación estrecha con
Que se quede ese bendito golero . 2
los pobladores y esta circunstancia intervino, para
Salcedo, en la difusión de las canciones, que se fueron
También en la danza de los goleros, la historia extendiendo por las poblaciones de la ribera del río.
del burro, el cazador y el golero se interpreta con par- Aunque en la zona de Mompox, las celebra-
lamentos contados en versos. ciones colectivas están casi desaparecidas, los infor-
Los estudiosos han encontrado, en las fiestas mantes relatan con detalles las fiestas del tiempo pasa-
del carnaval de Barranquilla, permanencia de elemen- do. Allí se cuenta el papel de las mujeres cantadoras
tos similares a los del carnaval de Mompox, que per- que llegaban para animar la fiesta con gritos alegres,
mitirían demostrar la ligazón entre estas dos tradi- unidos siempre a versos, que ellas sabían o reelabora-
ciones. Hoy, el carnaval de Barranquilla conserva ban en el momento.
diversos elementos recogidos de la tradición mom- Para el bullerengue, en Evitar, George List
posina: esquemas similares en las danzas e identidad habla de un cantante, un coro que canta los estribillos
en la historia de base, en los personajes y en los mis- y palmotea simultáneamente y los tocadores. Sólo los
mos versos. tamboleros permanecen sentados, mientras el solista y

2 Informante, Tomás Ernesto Palmera. Zona de Mompox.

AGUAITA SEIS / D I C I E M B R E 2001


los coros están de pie, con los músicos y bailarines que tadora que entona los versos al pie del tambolero, el
quedan rodeados por los asistentes ( List, 1994: 136) . 3 público que acompaña llevando el compás con las
Muchas de las fiestas colectivas presentan en la manos o a veces coreando los versos y una pareja que
Costa Caribe este esquema de forma dialogada, con bailaba suelta dentro del círculo de la gente (Fals Borda,
estribillos entonados por un coro. 1986: 124 A ) .
También Tomás Carrasquilla se detiene, en La
Dame la mano prima marquesa de Yolombó, en algunas celebraciones, identi-
Yo no puedo prima, ficadas en la tradición local, como la fiesta del
La mano la tengo enferma
"Fandanguillo con verso cantado", y trae "coplas ento-
Y después me la lastimas . 4

nadas en grupo", al son del musiqueo : 6

List hace extensivas


Venga el fandanguillo,
sus notas sobre el bullerengue
De los chapetones,
a otros cantos que, en toda Que siembran pepinos
esta zona, combinan letanías Y arrancan melones.
y cuartetas y donde el solista
inserta coplas "dentro del
Las descripciones si-
flujo del verso letánico" (List,
guen con un ambiente en el
1994: 252).
que los versos, unidos a la
Esta forma responso- música, son la parte funda-
rial, con un diálogo cantado mental y en que cada pareja
entre un solista y el coro, que entona, por turnos, una estro-
puede alternarse con elemen- fa. Hay una manera de coque-
tos recitados y es acompaña- teo dramatizado en los per-
do por el golpe de tambores y sonajes y una forma dialoga-
la participación de la concu- da, en la que se intercalan
rrencia, con coros y el batir de versos de respuesta. Así a la
las manos de los presentes primera estrofa masculina:
que sigue el ritmo, ha sido Los relatos recogidos hablan de épocas anteriores, de fiestas que ya no
estudiado como uno de los se celebran y, ante todo, de maneras especiales de realizar las ce-
lebraciones, unidas a rituales de otros días, como el de los tambores. Por
Toma niña este clavel
rasgos negros presentes en la la noche, los días de baile, el tamborilero sacaba su tambor y se ponía
en un asiento a llamar al público, a golpes de tambor. Pero los tambo- Ques m i regalo mejor;
música hispana (Aretz, 1977: rileros se fueron entre las muchas familias que se marcharon de los
pueblos y con ellos se fue la tradición del tambor. Celestino, tambo- No nació cosa ma rica
246 y Locatelli, 1980:49) . 5 rilero de Altos del Rosario, reconocido animador de las tradiciones po-
pulares de su pueblo.
En lo jardine de amor
Fals Borda coincide en
la condición negra de estos bailes cantados, como la Le siguen los versos de la dama:
tambora y el bullerengue, y trae diversas menciones de
mujeres cantadoras, que como Juana Conde, Candelaria
No te recibo el clavel
B acunares y Claudina Causado acompañaban el "fan-
Y lo rechazo sin pena,
dango cantao" que se tocaba y bailaba en la calle en Que de un negro tan candongo
época de Pascuas. Estas fiestas giran en torno a una can- Nunca vino cosa buena (Carrasquilla, 1974:315-316).

3 L a obra de List se basa en las observaciones etnográficas realizadas en Evitar, un pueblo pequeño y aislado que pertenece al municipio de Mahates, en el departamen-
to de Bolívar. En las inmediaciones de Evitar se encuentra la ciénaga de Quintanilla al norte (que se comunica con el Canal del Dique) y al sur las poblaciones de Mahates
y San Basilio de Palenque, lugar en el que se formó el Palenque de San Basilio en el siglo X V I I . Esto último sitúa a Evitar dentro de una zona con una fuerte influen-
cia de la cultura negra. Para nuestra investigación, las observaciones de List sobre los cantos relacionados con animales en Evitar pueden extenderse a la zona de
Mompox: los dos sitios están ubicados en el mismo departamento y unidos, por la vía del río Magdalena, a la vida ribereña.
4 Informante, Etilvia Murillo. Zaragoza, Antioquia.
5 Se debe recordar que las manifestaciones de esta influencia negra están hoy mezcladas en la heterogeneidad de las formas finales, que son el producto de la fusión cul-
tural. Además, el contenido de las coplas es fundamentalmente hispánico.
6 Aunque se trate de la zona antioqueña, Carrasquilla recuenta tradiciones esclavas, de la población negra, vinculada al trabajo en las minas.

AGUAITA S E I S / D I C I E M B R E 2001
En las diferentes fiestas cantadas de la Costa Desde lejos se conoce
Atlántica colombiana, las mujeres son las encargadas A mujer que es señorita . 7

de abrir la celebración: ellas dan los gritos iniciales,


escogen los parejos y toman la iniciativa del baile y Aunque las fiestas con textos cantados hacen
también ellas inician el canto de los versos, que declara parte de una tradición olvidada, durante la investigación
abierta la fiesta. En los testimonios recogidos y en los en Mompox fue posible organizar una fiesta, alrededor
documentos encontrados, se reitera la importancia pro- de La Chula, una cantadora de la región. Esa noche
tagónica de las mujeres. Mientras una mujer canta, las pudo comprobarse que todavía hay fiesta y baile, como
demás "tocan palmas" con las manos y responden con ceremonia colectiva, donde están integrados los versos.
el coro. La cantadora comienza con un grito bu- Con la ayuda del ron, para los músicos, hubo
llanguero, el grito pascuero: "Pascueeeeeee" y todo oportunidad de ver bailar y tocar puya, cumbia, fandan-
mundo contesta: "Pascué, pascué". Aquí empezaba el go y otras canciones . La palabra es el enlace entre el
8

calor de la fiesta. Sólo cuando la cantadora alzaba los pasado y el presente y las fiestas, que ya no existen,
brazos, abría la pollerona y empezaba con sus gritos, el vuelven a ser y a través de los relatos y los versos re-
tambolero se animaba porque ya tenía la compañía de aparece la magia y alcanzamos a recomponer la imagen
los cantantes. Entonces, empezaban los versos de la de la gloria pasada.
mujer:
Entre la improvisación y los versos
Por aquí me voy metiendo
Como raíz de cañabrava
tradicionales
En los rituales, unos versos se repiten y otros se
La mujer es la que pierde
Y el hombre no pierde nada improvisan. Según los informantes, los cantadores
conocían previamente los textos, aunque en algunos
Entonces las otras cantaban: Ay, Juanita llora, casos improvisaban nuevas variantes. En general, los
Juanita llora, Juanita llora, pero tocándole las palmas, versos de celebraciones colectivas aparecen, en su ma-
y ella seguía su canto: yoría, tomados del conjunto de la tradición oral popular.
Por encima corre el agua Los diferentes cantos están hechos de coplas
Por debajo piedrecitas populares y construidos en la medida octosílaba, de

7 Relato de Hermes Rodríguez. Esta entrevista fue realizada en San Fernando, Mompox, por el estudiante Jonathan Echeverri, auxiliar de esta investigación, y se encuen-
tra en su Diario de Trabajo de Campo, preparado en el transcurso de este trabajo.
8 Diario de Campo, Sandra Turbay.

AGUAITA SEIS / DICIEMBRE 2001


tradición española. Es com únencontrar que versos Leonor la asesina":
idénticos se utilizan en diversos contextos. Así, una ...Le dio a beber el veneno,
misma estrofa puede escucharse en las fiestas popu- En sus labios de candela,
lares, los velorios, los cantos de trabajo, o acompañar YJuan se fue consumiendo,
tradiciones religiosas o celebraciones de carnaval. Un Cual se consume una vela.
ejemplo importante de este uso m últiple de los versos Yle robóel corazón
tradicionales puede mostrarse en los cantos de vaque- ADon Gil, contoda calma,
ría9. A quí aparecen muchas estrofas que hacen parte de Yal pobre, sin confesarse,
los cancioneros de coplas tradicionales colombianas. Al punto se le fue el alma (Carrasquilla, 1974: 316).
Los siguientes ejemplos, recogidos en Mompox como
cantos de vaquería, repiten versos populares de otras A dem ás de los versos tradicionales, los canta-
regiones de Colombia: dores elaboran nuevas composiciones que tam biénse
interpretan en los diferentes rituales. Pero es necesario
Yono me caso con viuda relativizar la im provisacióny reconocer que la poesía
Ni porque vista de seda popular de tr
a diciónoral es siempre repeticiónreelabo-
Porque m uíaque otro amansa
A lgúnresabio le queda rada. Por esto, los improvisadores hacen versos
aparentemente nuevos, combinando variantes de estro-
Cuando yotengo tabaco fas ya conocidas y se apoyan en la memoria para reela-
Fumo yle doy al diablo borar las coplas anteriores, con nuevos versos que intro-
Yahora que no lo tengo
Ando recogiendo cabos ducen algunas variantes alas formas anteriores yse
acomodan a las nuevas situaciones.
El pato para volar
Las alas las encartucha Se trata de una ley de los materiales folklóricos,
La mujer para bailar que los estudiosos han definido como el grado m ínimo
Se adorna con caracuchas de im provisaciónyque muestra que la creacióndel
Arriba de aquel cerrito compositor se da en la reelaboraciónpermanente de los
Me invitaron a comer materiales, sobre la base de las estructuras, los temas y
Costillas depuerco flaco los motivos existentes, en un rico juego de combina-
Yrabadillas de mujer ciones y variaciones (Aretz, 1980:263).
Eeeeeeeeeeeehh Los versos cantados por el grupo de Chande de
La guayabita madura la Chula y que fueron recogidos en San V alentín(cerca
Le dijo a la verde verde de Mompox) ilustran esta relaciónentre tradición e
El hombre cuando es casado im provisación. La Chula es uno de los personajes
Yrabadillas de mujer
Se acuesta pero no duerme fem eninos de la zona vinculado al canto y durante la
Aaaaaayyyyy ooooo tooo entrevista se m ostrórecelosa frente a la autoríade sus
textos que, segúnella, han sido utilizados por otros can-
Sobre el tema de las fiestas de negros, que se tautores, engrabaciones comerciales. No obstante,
acompañan con versos, en las minas de Antioquia, aunque ella defendió como propias estas composi-
T om ásCarrasquilla (1974) cita algunos fragmentos, ciones, las estrofas que siguen hacen parte de la tradi-
tomados de romances de tradiciónespañola, que califi- ciónoral de la Costa Caribe y pertenecen a los versos de
ca de un "verde bien intenso", en consonancia con la uso colectivo en la región:
"indecencia" del lenguaje de "la negrería, educada
entre tanta palabrota". Entre estas tonadillas escoge una Vola, vola, vola, pajarito
que reacomoda los versos del romance de "Doña Vola, vola, vola pajarito

' Los cantos de vaquería, en Colombia, estuvieron integrados a la labor de transporte del ganado, por grupos de vaqueros, de manera especial en los departamentos de
C órd obay B olívar. Para un detalle sobre el tema puede verse Posada, 1986, p.p. 84- 93. Allí se muestra la adaptacióny m usicalizaciónque estos cantos hicieron de
las coplas populares de la región. Los vaqueros acomodaron y utilizaron formas regionales para cantar sus propios temas, musicalizando los textos y adoptando estruc-
turas, encabezamientos y temas de los cantos tradicionales.

AGUAITASEIS /DICIEMBRE 2001


Mi papa y mi mama el recuerdo de los versos. Estas mismas condiciones son
Mi hermanito y yo necesarias, de manera más estricta para los versos
Comimos de un huevo
improvisados: además de un contexto definido, con un
Y la yema sobró
momento y un lugar determinado, debe garantizarse un
Cuatro garigaris ambiente creado por la música, la danza, el canto, las
Y un garrapatero gesticulaciones y el ron.
Bajaron de un palo
A comer del huevo
Como ingrediente festivo, el alcohol apareció
siempre unido a las celebraciones colectivas y en uno de
Esta fue la garrapata los relatos recogidos se cuenta que en las celebraciones
L a que a Félix le picó populares de la región, aquel que no sabía bailar o tocar
Y una roncha le dejó
el tambor estaba obligado a comprar el ron.
Y este es un rasca que rasca
Y es la garrapata . 10
En las historias recogidas, las mujeres viejas
traían un pañolón grande, similar a una pañoleta.
Este proceso de reelaboración, sobre los mate- Después formaban un ruedo y se iban aproximando los
riales tradicionales, ha sido estudiado para la décima varones hasta que ya se formaba una rueda grandísima.
improvisada. Los campesinos decimeros aprenden de Entonces la bailadora cogía el pañuelón ese y se lo
memoria, recitan y la mayoría de las veces improvisan echaba al hombro y ella se iba así por dentro de la
miles de versos, cuyo metro tienen vivo en la mente. rueda. Se iba, se iba, se iba viendo a ver cuál era el hom-
Son incapaces de abstraer las reglas, pero sin embargo bre que le servía pa ella echarlo al centro y cuando una
reconocen y rechazan las violaciones, aún mínimas, de de ellas quería escoger un parejo para el baile, le tiraba
estas reglas porque poseen el esquema musical vacío, un pañuelo especial, solo medio tocándolo, y así ya él
con reglas melódicas y métricas. List acepta, para la sabía que él estaba amarrado, esto es, que estaba obli-
Costa Caribe colombiana, que los decimeros experi- gado a bailar.
mentados tienen generalmente una reserva de décimas, Cuenta el relato que si el escogido sabía bailar,
con temas comunes, que utilizan con cambios impro- salía con la pareja pero de lo contrario debía someterse
visados en una piquería (List, 1994:395). Esta riqueza a la "multa". La mujer lo llevaba primero donde el tam-
en la oralidad significa, entonces, que los decimeros bolero y le decía: Levántese y démele el tambor a él,
necesitan el conocimiento de muchos versos para com- que él va a tocar ahora. Pero si tampoco el hombre
poner y adobar sus décimas. tocaba el tambor debía encargarse de traer el ron para
Pero, para la interpretación de la tradición oral la fiesta. Así que lo multaban, a eso le llamaban multa.
no basta el conocimiento de los versos tradicionales. Entonces le decían que, como no sabía tocar tambor,
Más allá de la memorización de coplas, cantos de cuna, entonces tenía que mandar una botella de ron.
retahilas, adivinanzas y otras expresiones tradicionales Entonces, bueno, el cliente iba, compraba la botellita y
en verso, dentro de toda comunidad, la presentación se la ponía ahí para la cantante y el tambolero y el
ante un público exige que los intérpretes posean otras cajero. (Hermes Rodríguez. Diario de campo Jonathan
habilidades, unidas al canto, como la capacidad de na- Echeverri) . 11

rración y la seducción de los espectadores. Cuando no se cumplen estas condiciones y, ante


De otro lado, aunque se trate de cantos tradi- todo, cuando falta el ron, la recolección de materiales
cionales, conocidos y manejados colectivamente, el uso orales se convierte en una tarea difícil pues los "ver-
espontáneo de los versos requiere la presencia de cir- siadores" no se sienten estimulados. Aún para los versos
cunstancias especiales, con un lugar adecuado, y con un tradicionales, conocidos en la zona, los hombres ma-
público que estimule el espectáculo. Solo la unión de yores, que aparecen como los mejores depositarios, uti-
estos elementos puede crear la atmósfera requerida para lizan diversas excusas para no dar información y alegan

10Los versos pueden verse en el Diario de Campo de Sandra Turbay, durante la primera visita a campo del equipo de investigación de Mompox.
" Fals Borda reafirma este canje de deudas de baile, que se pagan con ron, con un testimonio de su experiencia personal en un baile con la ex alcaldesa, en una calle de
San Martín de Loba (1986: 125 A).

AGUAITA SEIS / D I C I E M B R E 2001


el olvido de los versos . Pero, en todos los casos, el
12

ron logró animar a los hombres, crear una corriente


estimulante y devolver a los informantes la memoria
de la oralidad aparentemente perdida.

Pasado de versos y tambores


La fiesta tradicional, unida a los rituales, es
hoy, en la Costa Caribe colombiana, una celebración
casi desaparecida. En la indagación realizada en la
zona de Mompox, muchos de los versos integrados a
las danzas y a las fiestas populares fueron considera-
dos en términos de un pasado ya no existente.
Los relatos recogidos hablan de épocas ante-
riores, de fiestas que ya no se celebran y, ante todo, de
maneras especiales de realizar las celebraciones,
unidas a rituales de otros días, como el de los tam-
bores. Cuentan los habitantes que cuando llegaba el 25
de noviembre, que era la noche de Santa Catalina, so-
naban los tambores por todas partes. "Se rompieron
los tambores esta noche", se oía decir a la gente. El
sonido del tambor se oía de una población a otra y,
como su eco resonaba a gran distancia, cada toque era
respondido por otros tambores, de otras poblaciones al Para Fals Borda, el jolgorio de muchas zonas de la Costa Atlántica, en las fies-
tas colectivas, se consolidó desde mediados del siglo pasado y al calor de fan-
otro lado del río: A uno le respondían por allá para las dangos y bandas de viento. L a s corralejas jugaron también un papel muy
Margaritas, los Galvis, la Pacha, se oía, purita apenas, especial en la difusión de formas de las culturas populares de la región.

el tambor, porque el sonido del tambor se oye lejos,


retumba, cuando está en silencio la noche, mucho más versos tradicionales, cantan solamente discos grabados
(Hermes Rodríguez, Diario de Campo de Jonathan comercialmente, como los de Diomedes Díaz o los
Echeverri). Hermanos Zuleta.
Por la noche, los días de baile, el tamborilero Salcedo describe festividades como las de la
sacaba su tambor y se ponía en un asiento a llamar al Virgen del Carmen, en Palomino, con las plazas llenas
público, a golpes de tambor. Pero los tamborileros se de tamboras, de tamborinas, de tambores, de acordeo-
fueron entre las muchas familias que se marcharon de nistas, de gaiteros y de muleros. Durante los tres días de
los pueblos y con ellos se fue la tradición del tambor. fiesta no hay oficios, y "la gente toda se dedica a bailar,
Ellos fabricaban sus tambores, porque no podían estar tomar licor, hacer sancocho, poner varas de premio,
sin tener un tambor porque ese era el espíritu de ellos hacer corralejas y todas estas cosas que ellos tienen para
(Hermes Rodríguez, Diario de campo de Jonathan divertirse" (Salcedo, 1976:100).
Echeverri). George List se detiene en algunas celebraciones
Los testimonios oponen la época de los bailes especiales, adornadas con versos y asociadas a fiestas
con tambores y caja al tiempo presente, con los picos 13 religiosas. Para el día de San Juan, los bailarines calle-
y se lamentan porque ahora los muchachos, en lugar de jeros se ubican frente a una casa, en la cual habite una

12E l compositor Andrés Landero, en una entrevista sobre cantos de vaquería, se resistía a cantar versos conocidos, por fuera de un contexto apropiado porque "van a salir
así sin gracia, porque no me siento inspirado". En Mompox fue necesario, en casi todas las entrevistas, ofrecer licor a los informantes, en el intento por reconstruir unas
condiciones rituales que propiciaran la llegada de los materiales orales.
" George List aclara que la palabra picó es la pronunciación local del inglés "pick up", que se refiere a un fonógrafo portátil con motor de gasolina. E l aparato consta de
tres partes: el motor con el generador, la tornamesa y el parlante. A l dividir el equipo en estos tres componentes separados se facilita el transporte y se hace más flexi-
ble su colocación. Describe un picó de 1970, encontrado en Evitar, con el parlante puesto en el piso fuera de la casa de bahareque, el motor y la tornamesa adentro y un
parlante adicional en forma de cuerno, que colgaba del alero de la casa (List, 1994: 142). A esta nota se debe agregar que el término se usa actualmente en la Costa
Atlántica, aplicado a otros equipos de música que, aunque más modernos, cumplen la misma función de amplificar el sonido en fiestas colectivas.

AGUAITA SEIS / D I C I E M B R E 2001


persona con el nombre del santo que se festeja: para este vivas otras formas de la oralidad que nutren la impro-
caso debe llamarse Juan o Juana. Al llegar, le gritan su visación. Las fiestas, las décim as, los rituales de la pa-
nombre para despertarlo y, entonces, un solista canta labra son parte de la poesíatradicional y se alimentan
con estilo que parezca improvisado, una estrofa que se de los versos regionales, pero su permanencia estáliga-
conoce como el "canto de gallo", que se entona "en un da a las celebraciones populares y las representaciones
falsete alto y hecho para despertar a la persona a quien rituales de la comunidad.
se dirige". Pero List aclara que desde su primer viaje a A ese pasado de ritualidades desaparecidas
Evitar, en 1964, el canto de gallo ya no era realizado pertenecen los carnavales y los cantos que en ellos se
durante la noche de San Juan porque "el únicohombre hacíaa los animales. Los versos que nacieron en el car-
del pueblo que acostumbraba a cantarlo, Israel S ánchez, naval de Mompox estáncasi extinguidos, como están
estaba viejo, enfermo e incapaz de hacerlo. Por tanto, el extinguidas las celebraciones que los nutríany los habi-
canto de gallo habíasido reemplazado por la actuación tantes tienen dificultades para recordar los cantos. En
de un fandango al frente de la casa del individuo que Barranquilla, en cambio, donde se conservóla tradición
recibíala serenata" (List, 1994: 158). del carnaval, permanecen los textos y se conserva la
La entrevista al últimodepositario de esta tradi- fauna completa de los animales que participan en las
ción en Evitar pudo recoger solamente algunos versos representaciones. Allí siguen vivos los versos, los can-
incoherentes y por esto List debióutilizar como ejemplo tos y las letaníasque cada año reelaboran la tradicióny
de la copla del canto de gallo, una canciónrecogida en ayudan a fortalecerla.
el municipio de San Jacinto. Podríam oshablar de un apoyo cruzado de fiestas
y versos: no hay fiestas sin versos y tampoco versos por
Anana nanana nana nana fuera de las festividades. La conservaciónde los rituales
L evántate, Juanita, festivos ayuda a la preservaciónde los textos de la oral-
I nana nana nana nanana idad y, a su vez, los versos son parte importante de la
Que aquíte vengo a traer gallo.
0 nana nana nana nanana fuerza de las fiestas.
Ahora por la mañanita
1na vine con mi tocayo (List, 1994: 158).
BIBLIOGRAFIA
T am biénList reporta el cambio en los rituales de
las bodas formales. En la fiesta que ofrece la familia de • Aretz, Isabel. "M úsicaydanza". En: ÁfricaenAmérica
Latina. M éxico, Siglo XXI, 1977, pp. 238-278.
la novia, con ron, comida y m úsica para bailar, tradi- • ."La m úsicacomo tradición". En: América
cionalmente la m úsicaera tocada, anteriormente, por un Latina en su música. M éxico, Siglo XXI, 1980.
conjunto de cumbia o de gaitas, que en los últim osaños • Arquez, Van-Strahlen Oscar. "El carnaval en la región
momposina". En: Boletín Historial, Ó rganode la
fue sustituida por un picó(List, 1994:146). Academia de Historia de Santa Cruz de Mompox, Año
Esta pérdidaen las fiestas con versos estáligada LVI, No. 29-30. 1998 pp. 211-228.
a la pérdidagradual de rituales tradicionales. Cuando • Beutler, Gisela. ''''Estudiosobre el romancero español
en Colombia en su tradición escrita y oral desde la
List muestra que la décim as se unen a los amigos, al época de la conquista hasta la actualidad\,
trago y a los domingos y díasfestivos (List, 1994: 395), Instituto Caro y Cuervo, 1977.
estáhablando de los rituales que nutren la oralidad. Si • Carrasquilla, T om ás. La marquesa de Yolombó. B ogotá,
Instituto Caro y Cuervo, 1974.
actualmente ya no se realizan piqueríasen Evitar y se ha • Diario del Caribe (Suplemento literario). Barranquilla,
perdido el conjunto de los rituales festivos, es compren- Colombia, Domingo 18 de febrero de 1987.
sible la com probaciónposterior de List (1994: 395), • Fals Borda, Orlando. Retorno a la tierra. B ogotá,
cuando explica que los jóvenesya no se muestran Carlos Valencia Editores, 1986.
• List, George. Música y poesía en un pueblo colom-
interesados en aprender a hacer décim as. biano. S antaféde B ogotá, Patronato Colombiano de
Se pierde la tradiciónde la décim aporque se Artes y Ciencias, 1994.
pierden las ceremonias que las perpetúan en la comu- • Locatelli de P érgam o,Ana M aría. "Raícesmusicales".
En: América Latina en su música. 2a. Ed. M éxico.
nidad, así como se pierden los versos de carnaval M éxico, Siglo XXI, 1980, pp. 35-52.
porque desaparecen las fiestas colectivas, donde ellos se • Posada, consuelo. Canciónvallenata y tradiciónoral.
cantaban. Porque las décim as como los versos tradi- M edellín, Universidad de Antioquia, 1986.
• Villegas, Jorge y Hernando Grisales. "Crescencro
cionales necesitan, para sobrevivir, que se mantengan Salcedo". Mi vida. M edellín, Hombre nuevo, 1976.
AGUAITA SEIS / DICIEMBRE 2001
C Ü L T | | R A

Cartagena festiva:
el Once de Noviembre y sus signos culturales
Por Enrique Muñoz Vélez

Las fiestas ponen en escena el teatro de la vida noviembre de 1811 los mulatos y negros de Getsemaní
con una gran carga de significados sociales, históricos y impondrían por la fuerzas a las élites criollas la declara-
culturales. El 11 de noviembre de 1811, Pedro Romero, toria de la independencia absoluta de Cartagena . 2

al frente de los lanceros de Getsemaní, apoyado por los Además, los artesanos ilustrados de Cartagena
moradores de este barrio, asaltó el Almacén de Armas fueron protagonistas de primer orden en la emanci-
de Cartagena. Con lanzas, fusiles y puñales los hombres pación de la ciudad y comprendieron su importante
de Romero irrumpieron en el salón donde estaba reuni- papel social dentro de la lucha de independencia . Pedro 3

da la junta de gobierno, y exigieron la independencia Romero, el máximo dirigente del sector artesanal, en su
absoluta de Cartagena. Desde entonces, la ciudad y su condición de mulato lideró el movimiento por la lucha
población conmemoran los actos de la contienda bélica de independencia de Cartagena, y lo más probable que
con motivos festivos, distintos a la tradición colonial de desde finales del siglo XVIII iniciaran la campaña
celebrar las fiestas religiosas, regidas por el calendario emancipatoria por lograr unas mejores condiciones de
eclesiástico y que eran controladas por la Iglesia; y de vida e igualdad social. Muñera comenta que Romero
las fiestas repentinas, marcadas por los acontecimientos "en 1778, a la edad de 24 años, vivía en el barrio de
de la corte en la cual se mostraba a la sociedad colonial Santa Catalina y se encontraba ejerciendo el ejercicio de
por su amor y lealtad al soberano, las cuales se consi- herrero. Es posible que haya sido uno de los tantos arte-
deran de carácter político . 1
sanos que el ingeniero Antonio de Arévalo se trajo de
Los contenidos sociales e históricos de la inde- Cuba para los trabajos de fortificación" . 4

pendencia de Cartagena de Indias en contra de la Sin embargo, el 11 de noviembre de 1811 está


Corona Española se tradujeron en fiestas conmemorati- signado por la historia como la fecha conmemorativa de
vas para significar así los valores del pueblo y su gesta una contienda política en la que se inscribe la sim-
en la búsqueda de libertad e igualdad social. El histo- bología de la tradición festiva con toda su parafernalia:
riador Alfonso Muñera ha sostenido que el 11 de música, danza, baile, vestidos, carruajes (hechura de

1 Véase, Polanco, María Ximena. "Fiestas políticas en Cartagena de Indias, 1740 - 1810". En: Fiesta y Región en Colombia. González Pérez, Marcos. Compilador.
Editorial Magisterio, Bogotá, 1998.
2 Muñera Cavadía, Alfonso. El fracaso de la Nación. Región, clase y raza en el Caribe Colombiano (1717 - 1810). Banco de la República / E l Ancora Editores, Bogotá,
1998, p. 187.
3 De acuerdo con el padrón de 1777, los artesanos estaban ubicados en los barrios: Santa Catalina y Getsemaní, pero la historia tradicional y en particular la escrita por la
élite de Cartagena ira desconocido a los actores populares en la gesta del 11 de Noviembre de 1811.
4 Muñera Cavadía, Op. Cit., p. 200.

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gran velocidad una cultura
del ocio; y otro, el de la
miseria de la población en
general, que usa la fiesta
como evasión y, a veces,
como ruptura frente a un
universo que oprime. Así
tendríamos una fiesta
común, pero cada cual la
vive, goza, interpreta y
utiliza a su modo. Unos
para exteriorizar sus lujos,
otros para exteriorizar y
olvidar su miseria, e inclu-
so mofarse de todo, de la
riqueza ajena y del hambre
propia . 5

Ahora bien, esa


burla sin límite es el espa-
Niña con antifaz. cio simbólico de la mas-
carada carnavalesca que
artesanos), romería, funebria y burla de lo político que no distingue ni actores ni clases sociales: la sátira, la
asume la mascarada carnavalesca en la construcción de ironía penetrante es el verdadero rasero del mundo
una ciudad imaginada con sus garitos y comensales. La imaginado de las comparsas de carnaval.
organización de la Fiesta del Once de Noviembre esta- Las fiestas religiosas fueron muy importantes en
ba a cargo de los comerciantes de la ciudad, el gremio las colonias americanas, no en vano la Iglesia Católica
de artesanos, instituciones escolares, representantes del había sido catalizadora social para extender la fe por
sector político y las comunidades barriales, trabajaban medio del evangelio y penetrar así en el alma colectiva
los programas festivos con seis meses de anticipación. del pueblo religioso; esa misma iglesia jugó importante
La óptica que nos remite al pasado permite una papel en el desarrollo de la ciudad y en el estable-
mejor lectura del siglo XX y el despertar del X X I en el cimiento de determinada moral, y Cartagena de Indias
análisis festivo a través de los procesos que condicionan no fue la excepción.
el desarrollo histórico. Las fiestas más cercanas Si bien las fiestas estaban divididas entre políti-
provienen de aquella savia epocal con sus respectivas cas y religiosas, una tercera no se hizo esperar y se dio
dinámicas de cambio en la naturaleza interétnica de la fuera del orden establecido de la oficialidad, era la fies-
Cartagena colonial. Es más, la nomenclatura de fiestas ta pagana, que desde sus comienzos acababan sus
repentinas y fiestas de guardar son vivas expresiones de entierros con grandes borracheras y bailes, "fandangos
la sociedad colonial que se filtran por las grietas del de olvido", como los llama Marchena Fernández y
tiempo. Unas eran de carácter político (repentinas o María del Carmen Gómez, considerados por las autori-
súbitas) y las de guardar (religiosas), como referentes dades "gravísimos pecados", imposibles de combatir
históricos de la Cartagena de ayer y de hoy. debido a la hondura de la tradición popular.
De cualquier modo, lo destacable del proceso es Especial importancia tuvieron las fiestas de los
que la vida social urbana oscila entre dos polos: uno, el difuntos para los sectores populares y, más aún, en los
esplendor de la élite social, en el que se desarrolla a lugares donde ocurrió el arrochelamiento. Mientras las

5 Marchena Fernández, Juan y Gómez Pérez, María Del Carmen. La vida de guarnición en las ciudades americanas de la Ilustración. Editorial Ministerio de Defensa,
Madrid, 1992. p.p. 97 -98.

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élites impusieron un llanto artificial al contratar una habitual, sino que depende como es sabido de las fiestas
legión de plañideras con diversidad de llantos: silen- eclesiásticas de Semana Santa y Cuaresma, lo que le da
ciosos, hablados y con quejidos hasta los más escan- un tinte eminentemente religioso. La Fiesta de la
dalosos de las mascaradas, los de las plañideras que Independencia de Cartagena es de carácter político y se
convulsionaban hasta caer privadas, confundiéndose el referencia como celebración republicana. L o lúdico car-
límite de la farsa con la realidad. navalesco se tragó la postura fría de lo ceremonial
No era sólo un asunto de llanto, no, la farsa iba político hasta fundirlo y refundirlo en la década del
más allá, era el descaro enmascarado, la desvergüenza cuarenta del siglo X I X en una sola fiesta de múltiples
del afecto por el muerto, se llegaba a enlutar con trajes ingredientes sociales, históricos y culturales.
a sus lacayos, los poderosos exponían ante la mirada
pública lo mejor de su escaparate, damas con velos y Signos del carnaval
caballos con mantos negros, una especie de dolor fingi- Una muestra musical da la clave para la inter-
do, que el mezclado conocía a flor de piel por llevar en pretación donde se unen estas festividades: la novem-
su cuero la marca implacable del dolor y el latigazo de brina y la carnavalesca. E l compositor Adolfo Mejía
la infamia. concibe una danza bailable basada en un anterior moti-
Porque las festas, como la llamaban los latinos, vo novembrino de Carlos Gómez Padilla, "Piquinini",
era un arsenal de lo divino y lo humano en función inte- titulado: "Componte Pedro Adán", donde se condena la
gradora. Connotan una manera muy singular de mostrar vida de usurero del Arzobispo de Cartagena Pedro Adán
y decir la cultura; pero si las fiestas pluralizan, men- Broschi; la obra de Mejía se conoce como: "Busca
cionaré una singular que a su vez encierra un profundo mujer".
significado de lo plural universal: la mascarada car-
Busca mujer
navalesca que asume la fiesta novembrina como un
Una máscara de gata
hecho local de carácter histórico-político. La fiesta
Que yo saldré
novembrina incluye actividades complejas en las que se
Disfrazado de ratón
conjugan los sujetos singulares y colectivos, a modo de No llores, prenda querida,
puente entre lo familiar, lo barrial, y que cohesiona las Que no haya plata,
relaciones sociales que definen elementos de valores Que no haya plata,
identitarios de la cultura de Cartagena. * Que bailando en la plazuela
Las primeras celebraciones del Once de Aliviaremos la situación
Noviembre llevaron el sello distintivo de lo marcial, Y así...
Y así...
himnos y marchas militares, discursos patrióticos y ale-
Tendremos "paz y progreso"
gorías de los emblemas republicanos, acompañados de
Y arroz con leche a peso y dos pesos
misas solemnes y el célebre Te Deum que conmemora la
Y arroz con leche
hazaña libertaria del pueblo insurrecional, se trastocó A peso y dos pesos . 6

con la irreverencia de la mascarada carnavalesca, posi-


blemente desde 1860 cuando los carnavales de Pues bien, la decadencia del carnaval de
Cartagena comienzan a mostrar sus primeras fisuras, Cartagena fue fracturando dicha fiesta hasta quedar
según las investigaciones de los historiadores José P. refundida prácticamente en el Once de Noviembre. Muy
Urueta y Eduardo G. De Piñeres. a pesar de sus naturalezas diversas, el carnaval y la
El festejo cívico-patriótico, que deviene en cele- Fiesta del Once de Noviembre se encuentran cruzadas
bración popular de la mascarada carnavalesca, define a por motivos musicales del más rancio acervo folclórico
grandes rasgos dos tipos de fiestas con naturaleza dis- costeño, cuyos aires tales como: cumbia, gaita, fandan-
tintiva en sus orígenes: El carnaval, fiesta móvil, esto go, bullerengue, mapalé y las variantes de los fandangos
es, no se produce en fecha fija del calendario solar de lengua, son comunes a ambas festividades.

6 Rapsodia No. 154 Año XIII, junio 30 de 1962, p. 18. Ver Spottswood, Richard K . Ethnic Music on Records. E l tema "Busca mujer" de la autoría de Adolfo Mejía
aparece grabado en Estados Unidos con la Orquesta de Ángel María Camacho y Cano, en ritmo de mapalé como "Arroz con leche", sello Brunswick No. 40924.

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El disfraz
El disfraz no es privativo de la festividad novem-
brina, pero encarna uno de los mayores signos del j o l -
gorio público en la conmemoración de la independencia
de Cartagena. Es el más común y representativo de
todos y el que más identifica al carnaval.
Con el disfraz, el individuo, más que esconder lo
que hace, presenta una transformación de su personali-
dad, con impostación de la voz para no ser reconocido,
con la consabida frase "a que no me conoces". Junto a
estos disfraces individuales y anónimos, aparecen otros
con un marcado protagonismo y característicos de un
barrio, como el Payaso del barrio Espinal, la Caderona
de una firma de licores, la Danza de los Gallinazos, de
Pekín, y desde 1936, de Torices, la Danza del Tigre
Mono, de Nariño, la Danza de los Monos, de
Boquetillo . Los Negritos Cabildantes, de la Quinta, y
7

las antiguas comparsas de los Cabildos Africanos de


San Diego, Pekín, Boquetillo y Pueblo Nuevo, para
citar algunos de ellos. Quizás el más representativo de
los disfraces sea el Capuchón de variados colores o de
un solo color, casi siempre rojo o amarillo, que remeda
el sambenito que portaban los penitentes en la época de
la inquisición; Cartagena fue escenario de aquellas tor-
turas impuestas, a nombre de la fe católica, a las per-
sonas no creyentes.
Otro tipo de disfraz en nuestras fiestas novem-
brinas son los simulados, tanto humanos como de ani-
males, y que son llevados o paseados por una persona
que los maneja y dirige. Entre los animales figuran los
perros, las vaquillas, compuestas por un armazón de
madera y adornados con variedad de prendas.
Representando a personas, la figura de mayor repre-
sentación la encarnan los locos de la ciudad y en veces
los bobos o los homosexuales más afamados por su
escandalosa vida, sus vestidos con la inversión del sexo,
acompañados de ademanes y gestos que desnudan las
bromas y coqueteos en los juegos de disfraces acom-
pañados por música de letras picarescas.

Las fiestas ponen en escena el teatro de la vida con una gran carga
de significados sociales, históricos y culturales. El 11 de noviem-
bre de 1811 está signado por la historia como la fecha conmemo-
rativa de una contienda política en la que se inscribe la simbología
de la tradición festiva con toda su parafernalia: música, danza,
baile, vestidos, carruajes (hechura de artesanos), romería, funebria
y burla de lo político que asume la mascarada carnavalesca en la
construcción de una ciudad imaginada. Las fiestas tenían su cen-
tro de acción en todas las calles y principalmente en las plazas, 7 Entrevistas con antiguos pobladores de los barrios Boquetillo, Pekín y Pueblo
cada plaza de la ciudad era un escenario para la cumbiamba, el jol- Nuevo: Gertrudis Zabaleta, María Barrios, Pacha Del Valle, Carmen María
gorio se callejeaba. Con el crecimiento de la población, los esce- Pereira, Aura y Rosa Berrío, Natalia Molina, José de la Cruz Morales, Antonio
narios tradicionales -Centro, Getsemaní, San Diego- tuvieron que Tinoco, Moisés Jiménez , Victoriano Crisón y Alberto Enrique Sepúlveda.
^2|dar paso a otros espacios -Boquetillo, Pekín y Pueblo Nuevo.
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La máscara Las fiestas tenían su centro de acción en todas las
calles y principalmente en las plazas, cada plaza de la
La Cartagena festiva es la de la mascarada car-
ciudad era un escenario para la cumbiamba, el jolgorio
navalesca donde los imaginarios colectivos se vuelven
se callejeaba. Con el crecimiento de la población, los
visibles, audibles, táctiles, gustativos y olíferos, como si
escenarios tradicionales -Centro, Getsemaní, San Die-
fuera una provocación directa al mundo sensorial y a
go- tuvieron que dar paso a otros espacios -Boquetillo,
sus accidentes sinestésicos en el trastocamiento de los Pekín y Pueblo Nuevo. Luego, las fiestas se convierten
sentidos, en virtud de la música que se escucha y se en expresiones de mayor dimensión urbana en las que
baila, cuando la vida es una sola fiesta . La fiesta es la 8
se articulan las nuevas comunidades barriales: Manga,
mejor forma de celebrar el individuo, cuya naturaleza lo Pie de la Popa, Espinal, L o Amador, El Cabrero, La
comporta a ser ceremonioso, porque él es profesional, Quinta, Torices, para sólo destacar los más representa-
es decir, profesa un rito en que se elige como el ofi- tivos barrios en la primera mitad del siglo X X .
ciante que convoca el goce en el mapa corporal de la Una reflexión de las fiestas ha de conducir nece-
individualidad socializada, sobre el escenario puesto sariamente al estudio de las mentalidades, porque la na-
para la teatralidad de la vida. Allí la máscara adquiere su turaleza de las fiestas así lo exige tanto como los innu-
múltiple significación. merables vínculos sociales y sus representaciones. El
La máscara, por ejemplo, la asume el político historiador francés Michel Volvelle ha estudiado estos
para completar su farsa electorera, el político tradicional vínculos y divide la fiesta en las de "abajo", de las co-
que engaña y ofrece con suprema facilidad paraísos per- munidades aldeanas, y las de "arriba", de las liturgias
didos que desde la época adánica ya no existen. En la religiosas y los ceremoniales principescos, pasando por
mentalidad popular, el político se vale de la mentira que el sueño de Rousseau de fusionar los dos tipos de fies-
oficializa y de tanto utilizar la máscara pierde la identi- tas, el ideal que suprime la frontera entre el individuo,
dad de su propio rostro . 9
la comunidad y el Estado . La teoría de la fiesta pro-
10

puesta por Volvelle nos dice:

8 Cartagena festiva, la mascarada carnavalesca, implica arte y comunicación. L a cultura hace posible esa conexión que propone el arte en su diversidad de lenguajes comu-
nicantes. Casi siempre, las imágenes del arte desbordan la cultura en la cual se construyeron, circulan inclusive con mayor dinámica en épocas distantes a su nacimien-
to. "Una lengua no es solamente la expresión de un modo particular de nombrar las cosas, de establecer relaciones entre sonidos e ideas o entre símbolos escritos e ideas,
una lengua es también expresión de una cultura". Ver Hernández, Carlos Augusto. Arte, Comunicación y Cultura. Nariño: Ediciones Unariño, 2000, p. 27.
' Las fiestas permiten entender las mentalidades y los discursos históricos que las originaron; ideas y filosofías que desde los griegos, pasando por Hegel, hasta nuestros
días pretenden explicar cómo operan las mentalidades desde el mundo de la opinión (ideología) y el conocimiento riguroso (ciencia). L a dinámica de las ideas se revela
como un proceso complejo que desborda el análisis puramente formal, en la cultura y la praxis social, en los repliegues recónditos del inconsciente y en el dinamismo
del poder, señala Eudoro Rodríguez. Véase Ideas y Mentalidades, Modos de hacer la Historia. Editorial E l Buho, Bogotá, 1996, p. 7.
10 Volvelle, Michel. Fiestas y Nación en Colombia. González Pérez, Marcos. Compilador. Ed. Magisterio, Bogotá, 1998, p. 15.

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Pero la fiesta es doble: fusional, puede cristalizar proporcionando bienes materiales y espirituales para el
las aspiraciones colectivas de una toma de conciencia desarrollo integral del individuo y sus obras. Los hechos
común cuando no es instrumentalizada, con todos los históricos van marcando el paso memorial de los pue-
riesgos de desviación que esto implica desde el punto de blos. Los signos de pirotecnia se encuentran en las ce-
vista de la manipulación, pero también sigue siendo lebraciones religiosas y en las manifestaciones políticas
fundamentalmente subversiva, ya que fiesta y revuelta de las fiestas republicanas.
están asociadas en la historia . 11 Los festejos ígneos asocian la práctica social con
En el siglo X V I I I , el poder, la riqueza y el con- el calendario solar, la alusión al fuego purificador como
sumo caracterizan la vida social de las élites en América metáfora del fuego íntimo del hogar es la viva repre-
a diferencia de la España de la época. "Ese consumo, sentación del mundo cristiano. Durante las fiestas
además, se realizaba de cara al pueblo, con ansia de dis- navideñas es visible el culto al fuego, como símbolo del
tinción, y las fiestas, acto social por excelencia, fueron renacer de la vida, en manifestaciones como el encendi-
un amplio escaparate donde la élite pudo mostrar sus do de velas y los fuegos artificiales en reemplazo de las
refinamientos culturales, sus lujos y sus alhajas. Pero a antiguas antorchas, voladores y cohetes; un rasgo esen-
diferencia de lo que sucedía en España, donde la fiesta cial es la fecundidad que asocian al fuego de la pasión
podía ser un aglutinante social en América, y concreta- amorosa . 14

mente en las ciudades -lo más hispánico en esquema El buscapiés, el tirito, la bombita y el triqui-
pero lo más original en su mezcla- la fiesta constituía la traque son piezas de fuegos artificiales simbólicas en la
exteriorización de la vida social con todos sus con- mentalidad republicana: escudo y bandera no escapan a
trastes" . 12 la realidad de los signos ígneos, que en las festividades
Entre tanto, cabe señalar que las Fiestas de novembrinas no son más que el simulacro de la con-
Independencia de alguna manera conectan el pasado tienda bélica entre españoles y criollos que vieron flo-
colonial de Cartagena de Indias con el presente. Para recer a fuego y lanzas la independencia de Cartagena.
una mejor compresión de lo aquí expuesto, sugiero una Pretender acabar con este tipo de prácticas conmemora-
lectura de los diversos disfraces y comparsas que mues- tivas sería estrangular un elemento alegórico de la
tran la fractura social de la Cartagena de hoy, donde se Fiesta del Once de Noviembre.
simula una integración de sus diferentes capas sociales,
por ejemplo, el desfile de carrozas de las aspirantes a Otros signos
reina del Concurso Nacional de Belleza, que contrasta El Carro Charro era el resultado de la inventiva
con el Reinado Popular (lo que supone que la belleza es popular de los habitantes de Pekín, Boquetillo y Pueblo
privativa de los sectores de poder económico y social), Nuevo, carecía de los adornos y disfraces artesanales
casi siempre excluida en la organización del Reinado del Carro Alegórico, era más bien una muestra burda de
Nacional de Belleza. la decoración, y representaba a los sectores pobres de
Cartagena, en especial el gremio de pescadores lidera-
Los signos de la pirotecnia dos por Felipe León, miembro del cabildo de Pekín . 15

Todo pueblo o agrupación comunitaria sustenta El Carro Alegórico representaba los imaginarios
su permanencia histórica en la práctica y vigencia de las cívico-patrióticos, era una construcción artística diseña-
tradiciones, como ha expresado María Teresa Novo en da por los artesanos de Cartagena, que a su vez hacían
La navidad en Sartenejas: Fiestas de pregones y pa- parte de la junta de las festividades del Once de
rrandas . En la tradición se define un pasado cultural
13
Noviembre. Los Carros Alegóricos contaron con el
que, con el paso del tiempo, fortalece el saber social, respaldo de los sectores comerciales de la ciudad. Los

11 Op. Cit.
12 Véase L a Vida de Guarnición en las Ciudades Americanas Ilustradas, p. 99.
13 Novo, María Teresa. La Navidad en Sartenejas: Fiestas de Pregones y Parrandas. Equinoccio Editorial, Caracas, 1998.
14 Ibid. pp. 6-8.
, s Entrevista a Clímaco León, hijo de Felipe León. Escuchar el disco "Cartagena es buena tierra" de la autoría de Adolfo Mejía, cuyos motivos son los personajes popu-
lares de la ciudad.

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más recordados llevaban los emblemas del escudo y la Por sus fiestas novembrinas
bandera de la ciudad. Las bandas de música que los Y su santo San Martín
acompañaban eran las de los maestros Carlos Llevamos alegrías sin fin
Hasta sus playas marinas
"Piquinini" Gómez Padilla, Ramón Puello, Marcelino
Y en sus olas vespertinas
Escauriaza, José Ángel Calderón y Víctor Navas, la
Se mira la mar serena
Banda Once de Noviembre de los Hermanos Velásquez,
Luego la mujer morena
la Banda Once de Noviembre de Arenal, dirigida por Por el camellón pasea
Eusebio Celio Fernández, Juan Pérez, Francisco José Y el negro que la desea
Marciales, que acompañaban en forma intercalada los Así eres tu Cartagena . 17

carros charros y alegóricos. El Carro Alegórico salía de


la Plaza de la Proclamación, y el Carro Charro de las La música indígena, a través de las gaitas
Bóvedas, pero ambos hacían su recorrido en horas de la cabeza e cera, raspadores, cajas de percusión, tam-
madrugada el día 11 de noviembre. bores africanos, cañas de millo ya híbridas y diferentes
instrumentos europeos, sirvió de vehículo para que la
Música música primigenia se manifestara con su rancio sabor
La música es la organización humana del sonido, de siglos. Las diversas culturas sintetizadas en lo blan-
ha dicho el musicólogo John Blacking. La música es un co, indígena y negro le dieron el variopinto mundo del
idioma viviente y está proyectada a las emociones color al sabor musical de la vida festiva de Cartagena
humanas en los cruces de sonidos y silencios, que posi- desde los lejanos días de la Colonia hasta la época
bilitan el conjunto orquestal como vehículo de expre- actual.
sión. La música cruza los diferentes niveles sociales e
históricos de la humanidad. Cabildos de negros
Surgieron en las catedrales de Sevilla y Toledo
cuerpos eclesiásticos capitulares de una iglesia, que
como instrumentos de poder coadyuvaron a la organi-
zación y al control de los cabildos, buscando que los
negros no escaparan, aceptaron sus bailes y danzas, las
que controlarían de acuerdo con su calendario religioso.
Los censos y padrones permitieron su real ubicación y
control. Los cabildos fueron, entonces, cofradías de
ayudas mutuas, que les permitieron a los negros defen-
der sus lenguas y costumbres para no ser arrasados por
la transculturación impuesta por el poder colonial.
"Cada cabildo, repito, lo formaban los compatriotas
africanos de una misma nación. El cabildo era algo así
como el capítulo, consejo o cámara que ostentaba la
representación de todos los negros de un mismo ori-
gen", aclara Fernando Ortiz . El más anciano era el rey
18

del cabildo. En Cartagena, los cabildos salían en las


fiestas del 6 de Reyes, el día de la Virgen de la
Candelaria, en el Carnaval, y sus descendientes en las
La Cartagena festiva es la de la mascarada carnavalesca donde los
imaginarios colectivos se vuelven visibles, audibles, táctiles, gus- festividades del Once de Noviembre, acompañados casi
tativos y olíferos, como si fuera una provocación directa al mundo
sensorial y a sus accidentes sinestésicos en el trastocamiento de siempre por conjuntos de cumbias.
los sentidos.

Obra del compositor momposino Pedro Beltrán.


Ortiz, Fernando. Los Cabildos y la fiesta afrocubanos del Día de Reyes. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1992, p. 1.

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Todo parece indicar que la música del 11 de
Noviembre está íntimamente ligada a los festejos de los
cabildos de negros, en especial a la cumbia y sus va-
riantes rítmicas, el porro, y especialmente a los fandan-
gos de lengua y los fandangos de pascua decembrina.
Los cabildos congos, carabalíes, mandingas y minas son
mencionados por Urueta y Piñeres en el libro
Cartagena y sus cercanías y referenciados en los car-
navales de la ciudad; sin embargo, una lectura del
padrón de 1777, muestra además a los cabildos de luan-
gos, araraes, jojoes y chalaes, que tributaron sus músi-
cas y danzas en los carnavales de Cartagena donde la
La burla sin límite es el espacio simbólico de la mascarada car-
presencia africana bullía con la polirritmia de sus tam- navalesca que no distingue ni actores ni clases sociales: la sátira,
la ironía penetrante es el verdadero rasero del mundo imaginado
bores ancestrales. de las comparsas de carnaval. La muerte, alusión, eje, figura, lúdi-
ca siniestra de la fiesta.
Cumbia
La cumbia es el ritmo base de las formas musi- La cumbiamba, ese baile de tiempo inmemorial,
cales del folclor del Caribe colombiano. La cumbia, que todavía despierta entusiasmo, fue notable. Las notas
como complejo genérico, está influenciada por dife- de prensa muestran que la cumbiamba era parte del
rentes componentes étnicos, quizás el más sobresaliente mundo festivo de la Virgen de la Candelaria. E l círculo
de ellos es el sustrato africano de los congos. En el del baile en aquellas noches fue bastante extenso y
diario El Porvenir en 1879 se describe la música y el había derroche de luces y alegría en los bailadores. La
baile que llaman cumbiamba y se asocia a la fiestas de concurrencia en la cima y en el pie de la Popa durante
la Virgen de la Candelaria . Para algunos músicos naci-
19 el día y la noche era numerosísima, sin que tengamos
dos a finales del siglo X I X , cumbiamba era el lugar que lamentar desgracias de ninguna clase. Así rendía
donde se desarrollaba la música de cumbia y en ningún culto un pueblo creyente a una de sus patronas, así se
momento el ritmo . Ya a finales de 1889, en Cartagena
20 divertía un pueblo civilizado . "Como no había sucedi-
22

se referencia el ritmo con el nombre de cumbia, indicán- do en años anteriores, las fiestas de Carnaval populares
dose que se trata de una música escalera abajo, deno- están siendo precedidas de movimientos que denotan
minación despectiva para señalar al pueblo raso, que no animación excepcional dentro de la más simpática cor-
merece ponderación alguna, simplemente para denomi- rección" . 23

nar escándalo . 21
La Gaceta Municipal de Cartagena, en 1904,
En las cumbiambas, la música y el baile de las trae un aviso en el que señala los impuestos a los bailes
"negradas inferiores", como era llamada por la literatu- públicos: Este impuesto se cobraba de la manera sigu-
ra de principio del siglo X X para referirse a las fiestas iente: A ) Por cada baile de música de viento o de cuer-
de la Virgen de la Popa o de la Candelaria y los car- da, inclusive el piano, $2 pesos; B) Por cada baile de
navales de Cartagena, bullía el espíritu de la cultura bandoneón, arpa, etc., $0.50 centavos; C) Por cada vez
popular y sus imaginarios festivos provenientes de una que se verifique el baile de cumbia, mapalé, gaitas y
amplia zona del Bolívar Grande. otros análogos, se pagarán Sl.50 . 24

" El Porvenir, 2 de marzo de 1879, Cartagena. Gutiérrez S. Edgard J. Fiestas: Once de Noviembre en Cartagena de Indias. Manifestaciones Artísticas. Cultura Popular
1910-1930. p. 166.
20Entrevistas a Rufo Garrido (1986), José Aureliano Tejada (1989), José Arrieta (1989) y al gaitero palenquero Victorio Cassiani (1991).
21Muñoz Vélez, Enrique Luis. De la música popular a la música elaborada en Cartagena de Indias, ensayo parcialmente publicado. Se trata de un recorte escrito que posi-
blemente pertenezca a un Registro de Bolívar, por los fragmentos del papel y su tipo de letra, hallados en el Archivo Histórico de Cartagena.
22Fragmento de El Porvenir, Cartagena, sin fecha.
23El Porvenir, 14 de febrero de 1925, No. 7.875.
24Ver, Gaceta Municipal de Cartagena, Enero 30 de 1.904, p. 2. Cartagena de Indias en el siglo XX. Haroldo Calvo Stevenson. Adolfo Meisel Roca. Editores. "La Música
Popular en Cartagena en el siglo XX: ritmos, trovadores, pregones y músicos". MuñozVélez, Enrique Luis. Impreandes, Bogotá, 2000, p. 302.

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En Memorias histérico-políticas del general En la prensa de Cartagena, en las tres primeras
cartagenero Joaquín Posada Gutiérrez, publicadas en décadas del siglo X X , la cumbia aparece como si fuera
1865, no se dice nada de la cumbia, a pesar de que en la de origen congo. Si esto es así, cabe aquí una disquisi-
obra hay signos claros de su coreografía, se menciona el ción sobre el término cúmbila, que puede dar luces
currulao, que ahora llaman mapalé, el fandango o bunde sobre algunas manifestaciones simbólicas y culturales
y la gaita de los indígenas que fraterniza con los tam- del aire madre de nuestro folclor, dejando sentada la
bores africanos. paradoja de la gaita como instrumento y ritmo que fun-
La hibridación de los ritmos costeños se presen- damenta a la cumbia desde la orilla indígena.
tó con más fuerza allí donde se juntaron los cuerpos de El investigador cubano Fernando Ortiz reconoce
las diferentes etnias y se dieron los intercambios de la palabra cúmbila como conga, pero considera que
instrumentos. Ese espacio de encuentros forzosos donde Ramón Roa la utiliza erróneamente en el ensayo La
confluían los huidizos de todos los colores y que per- asociación atávica de los matiabos, en el que afirma
manecían al margen de las leyes coloniales se conoció que cúmbila es rueda, reunión de iniciados . Algunos 27

con el nombre de rochela, los arrochelamientos eran lla- estudios etnográficos muestran que el término cúmbila
mados lugares de bulla. es congo y significa círculo de fuego, candela,
Cabe señalar que los gaiteros de los Montes de caparazón, enconchamiento, aislarse para fortalecerse
María le dicen a la gaita cabeza e cera chuana, pues con- de las fuerzas perseguidoras. Aquí, aislamiento no
sideran que ese es su nombre indígena . Sin embargo, 25 implica romper con el mundo sino más bien protegerse
los músicos negros de la bahía de Cartagena de princi- y crecer en el interior de su organización, los cabildos
pios de siglo X X , también mencionan a la gaita con el de negros.
nombre de chuana. La relación entre lo negro y lo indí- En el lenguaje anglocaribeño se encuentra el tér-
gena se puede encontrar en el nombre de San Jacinto de mino kumbla, de origen africano, que en la novela de la
Luango, población de los Montes de María, famosa por jamaicana Erna Brodber, Jane and Louisa, will soon
ser tierra de gaiteros como Toño Fernández y Juan Lara, come home, es utilizado para envolver y atrapar al per-
entre otros. Luango fue un cabildo negro en la sonaje central, Nellie Richmond, quien protege los va-
Cartagena colonial . 26 lores culturales del pasado y con su lenguaje se enfrenta

B Entrevista con el gaitero José Antonio Cabrera, 1991, Ovejas, Sucre.


26 Ver De la Torre Miranda, Antonio. Poblamiento en la Costa Atlántica. Un documentado análisis sobre Antonio De L a Torre Miranda se encuentra en Fals Borda, Orlando.
El congregador de pueblo. Retorno a la tierra. Historia Doble de la Costa, 4. Carlos Valencia Editores, Bogotá, 1986,p. 62 A.
27 Los matiabos era una secta conga de Cuba, que el célebre escritor mambí había reseñado en el ensayo de Femando Ortiz. Estudios Etnosociológicos. Editorial Ciencias
Sociales, L a Habana, 1991, p. 109

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a otras culturas sin renunciar a sus tradiciones. Ese Con sus músculos de madera bajo el umbrío de sus som-
fenómeno de pervivencia cultural lo cumplieron los breros de cabuya. Llegan con los belfos sedientos de
cabildos africanos en Cartagena. En Jamaica existe un aguardiente. Dispuestos a apagar su sed en la cumbiamba.
En esa vorágine de candela y música brava.
ritmo denominado kumina, cuyo aire musical y core-
(...) En ese turbión de polvo y amargura y gozo que retiem-
ográfico es muy parecido a la cumbia.
bla entre los tambores. Las mujeres - sin que nadie haya
Utilizando los conceptos de Fernando Ortiz y de hecho esa secreta división - llegan por otros rumbos. Altas
Ramón Roa, y la visión novelada de Erna Brodber, se y hieráticas. Lejanas. Como sacerdotisas de un rito olvida-
puede asegurar la vecindad de los términos cúmbila, do. Son las hembras de caderas poderosas, de hercúleos
kumbla y cumbia, que guardan similitudes al margen de brazos amasados en el ajetreo de los pilones. Las madrazas
los diversos idiomas que se hablan en la región Caribe, del arroz y el maíz, las señoras de la yuca y el ajonjolí. Con
en donde lo negro fundamenta especialmente la identi- su perfil de guerreras watusis y sus blancas camisolas
olorosas a burro y a hierba.
dad caribeña: procedencia, pertenencia y persistencia.
(...) Las flautas elementales se agitan entonces, se empinan
Ahora bien, cúmbila como expresión oral se mueve
sobre sus plantas polifónicas y aullan. Rugen con sus
dentro de la sustracción de la L, característica común en livianas gargantas de aves, muerden la brisa con su alarido
la población negra de Cartagena de "comerse las letras", de sangre. Todo aquello es lineal y puro, esquemático, de
fenómeno conocido lingüísticamente como epéntesis. perfiles en movimiento. L a música vuelve roja y amarilla
También cúmbila se emparenta con el sistema de sím- la noche. L e incendia sus oscuros flancos. L e agita, como
bolos y valores dentro del sustrato africano como can- una cabellera, sus recónditas gavillas. E l tamborero golpea
dela. La cumbia es una música danzable en forma cir- primero la piel que repercute, con trágica tensión, en todas
sus visceras. E l cuerpo despierta de sí mismo. Los apetitos
cular; las velas encendidas van en la mano derecha de la
se confunden, se traban, se disputan unos a otros los bas-
mujer negra o mulata y son la representación de la can-
tiones de los sentidos. Sufriendo y gozando el hondo mar-
dela. Parece remontar sus orígenes a las festividades de tirio del tambor. Hundida su alma en la energía de las
la Virgen de la Candelaria o Virgen de la Candela, en el gaitas .
28

entorno de los carnavales de Cartagena que se remontan


al siglo X V I , para luego precipitarse en el caudal festi- Las festividades de noviembre, desde el punto de
vo del 11 de Noviembre. vista musical, giraron en torno a la cumbia y sus va-
Otros estudiosos del aire de la cumbia conside- riantes rítmicas: mapalé, porro y fandango. Propiciaron
ran que el vocablo proviene de cumbé y fundamentan la alegría de Cartagena con bailes públicos, comparsas
sus argumentos en el libro de Fernando Ortiz, Glosario y desfiles de disfraces a través del bando, que inicia las
de afronegrismos. Esta raíz kumb está muy difundida en fiestas de la independencia de esta ciudad. En 1876, el
el oeste africano. Se observa entre los congos, porque periódico El Porvenir anuncia el contrato de la banda
kumba allá significa hacer ruido, gritar, rugir, maravi- momposina Armonía de la Valerosa, dirigida por el
llarse, sorprenderse, en otras palabras, fiesta. Este punto señor Paz. Tres años más tarde El Porvenir da a cono-
de vista lo comparten, entre otros investigadores, cer la existencia de La Murga, banda musical integrada
Manuel y Delia Zapata Olivella y Jaime Camargo por jóvenes e integrantes de una banda más antigua, la
Franco. Once de Noviembre . 29

En el principio la cumbiamba es un tambor hablando baji- Las canciones novembrinas que quedaron en la
to, desuniendo tímidamente las hojas del aire. Se oyen memoria colectiva como símbolo de la fiesta popular
lejanas las gaitas. Como mujeres llorando, en patios invi-
son los fandangos: Pie Pelúo, de Clímaco Sarmiento y
sibles, por la muerte de un niño. E s apenas el llamado, el
El cebú de la autoría de Rufo Garrido, temas grabados
alerta, la constancia auditiva de que ha llegado la música.
De que está ahí, en un sitio cualquiera del pueblo, y de que
para el sello Fuentes por la Orquesta de Pedro Laza y
va a crecer. A crecer en la atmósfera y en la sangre. sus Pelayeros en la década del cincuenta. En los años
Entonces es cuando empiezan a llegar los hombres de anteriores, los temas de los compositores: Anastasio
color de tierra. Silenciosos y duros. Iguales a los árboles. Leal y su Banda Republicana, integrada por artesanos

Rojas Herazo, Héctor. Fogata de cumbiamba. Revista Vínculo Shell. No. 125, 1964, pp. 43
El Porvenir, Octubre 26 de 1879, Cartagena.

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(el maestro Leal fue un destacado herrero, sus descen- Cartagena, principalmente sus jolgorios. Acada uno de
dientes aún ejercen el oficio en el barrio de Torices)30. ellos le daba el toque que éstos necesitaran de acuerdo
Nick de Zubiría, Daniel Lemaitre Tono, Carlos G óm ez con su naturaleza31.
Padillas, Jo sé Pianeta Pitalúa, Adolfo M ejíay Lucho El biógrafode los sucesos del vigoroso antaño,
B erm údez, impusieron sus ritmos calientes por medio proyecta el jolgorio oncenovembrino animado por el
de porros, fandangos, m apalés, chandes, cumbias y dan- alma jubilosa de Cartagena. Retrotraer el entusiasmo
zones costeños, para diferenciarlos de la atm ósfera popular del "no me conoces" - se refiere el cronista al
cubana de la cual surgían. Mientras tanto, el Club Car- capuchón- en mascaradas juntas y revueltas, es reafir-
tagena anunciaba para noviembre los siguientes ritmos: mar el sentido dem ocrático de la fiesta de noviembre
mazurcas, polkas, valses y pasillos, esto muestra la pro- que siempre fue alegríadel paisanaje en amasijo de dis-
funda diferencia entre lo que bailaban el pueblo y la fraces.
élitecartagenera.
Otros temas (...) Al sonoro son del
representativos de es- tambor, surgen escenas
lejanas que pueblan el
tas festividades son: presente desombras
El Capuchón, cumbia cargadas de piedras
de Antonio Fernán- para la fortaleza colo-
dez ysus gaiteros; nial. Yse oye el
Tranquilino, parran- chasquido del látigo
da de V íctor V elás- tajante, estremeciendo
quez, interpretada hasta la dureza de las
por laOrquesta de cadenas. Las mismas
cadenas por la libertad,
Rufo Garrido, can- que ahorarechinanenel
tando Crescencio Ca- ritmo sostenido del
macho; Merecumbé tambor cantador de
en Cartagena de remotos tormentos. Ese
Pacho G alán, cantado parche que el negro
por Tomasito Rodrí- Mora hizo resonar en la
guez; La gigantona, E l disfraz no es privativo de lafestividad novembrina, peroencarna uno de mañana dela gran
sus mayores signos del jolgorio p ú blicoen la conm em oraciónde la inde-
un gran m erecum bé pendenciade Cartagena. Es el más co m nyrepresentativode todos yel que proclama.
ú
(...) Suena yresuena
de Edrulfo Polo, can- más identifica al carnaval. desde más alláde las
tado por Crescencio vísp eras, la tensa piel
Camacho con la Orquesta AN° 1 de Pianeta Pitalúa; el de chivo que en la noche callejera preludia el bullerengue
porro Once de Noviembre, orquestado por Pedro Laza y del 11 de Noviembre. Ese once del tambor mayor, el tam-
sus Pelayeros; el m apalé Viva Noviembre de Rufo bor chico, las guacharacas y la caña de millo, h aciéndole
Garrido; El negrito Tapetuza, m apaléde Jo sé M aría rueda al barullo novem brino. L a ciudad juiciosa y mode-
Montes, grabado por la Orquesta de Emisora Fuentes; el radase hapuesto lam áscarade todas las locuras. Disfraces
fandango Palo de Agua de Rufo Garrido; y el m apalé a m ont
ó n, desfiguran el rostro apacible del vecindario. Ahí
van las danzas de los diablitos de espejo, saltando y brin-
Carnaval de Lucho B erm údez. cando al reflejo del sol derramado en sus frentes. Y las
El cronista cartagenero A níbal Venicio Esquivia danzas de las guazabaras, agrupadas por indios en paruma
V ásquez, "Ave", supo tomar el pulso ala ciudad y con sus fotutos dolientes. Yla de los monos cascabeleros,
describir su espíritufestivo, teníauna especie de ter- gritando m oní-m oní. Yla de la trenza, entretejiendo cinta
m óm etroque marcaba latemperatura cultural de de colores con la arm on íade sus pasos.

10 El Penitente. Cartagena, octubre 31 de 1909. La inform aciónfue cedida por el historiador Sergio Paolo Solano. Anastasio Leal fue el padre del cantante Cosme Leal,
miembro de la Orquesta del Caribe de Lucho B erm úd ez.
31 Ver a modo de sín tesisun inventario en el Diario de la Costa del sá
bado 11 de Noviembre de 1944, titulado La músicade hoy en la ciudad antigua.

AGUAITASEIS / DICIEMBRE 2001


(...) Noviembre está de juerga y lanza con la policromía de La presentación era modesta, sin duda, pero cumplía su
sus serpentinas, los petardos tronantes. Revientan vol- cometido perfectamente porque uno podía llevarlo en el
canes, cohetes, triquitraques, carpetas... y estalla la batalla bolsillo y consultar el horario con facilidad. Han degene-
de buscapiés y gamberras, terror de pacatos que rehuyen rado las fiestas. No lo creo en cuanto a su profusión de
este regocijo culpante. Los habitantes todos festejan el números bailables, pero sí en la comprensión de ellas. E l
aniversario de la emancipación, porque fueron revolu- homenaje a los proceres tiene la salsa muy seca. A l Te
cionarios de estas orillas del Caribe los impulsores del Deum no van ni cuatro gatos" . 34

Estado libre, soberano e independiente. Fue la ciudad del Comenta Lemaitre que entre las clases populares
mar sin límites a la libertad, la que concibió el 11 de y las élites la diferencia era muy notable. Sin radio, ni
Noviembre" .
cine, ni pick up , las distracciones eran escasas en los
32
35

Sobre el buscapiés, Daniel Lemaitre Tono nos


sectores populares. Todas las esperanzas del jolgorio se
cuenta lo siguiente:
cifraban en las fiestas del Once de Noviembre. Desde el
A quiénes, sino a Bernardo y Luis Miguel se deben los te-
mes de octubre comenzaban por los patios de Gimaní y
rribles buscapiés de nuestras fiestas novembrinas. En sus
San Diego los ensayos de danzas y comparsas.

diabólicas travesuras, estudiando la retropropulsión, lle- Uno de los mayores intentos en la recuperación
garon a fabricarlos de un pie de largo, con boquilla de de la Fiesta del Once de Noviembre es la Fundación
barro para que mantuviese la fuerza todo el tiempo y se Gimaní Cultural, al iniciar un programa para el rescate
fueron a la corraleja. Un buscapiés reventó en el techo de
de los valores tradicionales de la memoria colectiva en
la Agencia Postal, otro pasó por el balcón de la Casa de la
torno del barrio Getsemaní. La propuesta que pone en
Isla y fue a hacer explosión en las tejas del Hotel de la
Marina . 33
marcha la fundación tiene un carácter cívico, funda-
Lemaitre Tono, al referirse a las fiestas del Once mentado en la búsqueda de la cohesión social a través
de Noviembre en su septuagésimo aniversario, dice de las actividades lúdicas. En ese marco surge el
haber quedado perplejo por su 'degeneración': proyecto cultural del Cabildo de Getsemaní que nace

Esquivia Vásquez, Aníbal Venicio. Vamos a la Plazuela, publicación de la revista de programa de las Fiestas del 11 de Noviembre de 1963, p. 31.
Lemaitre Tono, Daniel. Corralitos de Piedra. Maromas y Buscapiés. Tomo II. Editorial Bolívar, Cartagena, p. 50.
Op. Cit.. p. 135. A principio de siglo X X , la población mayor de Cartagena hablaba del buscapiés L a Valle, que fabricaban en el barrio Manga. Lo más probable es que
Bernardo y Luis Miguel, a quién Lemaitre le atribuye la creación del buscapiés, hayan sido de apellido L a Valle. Entrevistas con Nicolasa Villacob López (1890 - 1882)
y Luis Mercado, mayor de 50 años.
Posible alusión a la ortofónica, que para esa misma época Enrique Franco Viola y Lino Bernett Franqui comenzaron a armar, consistía en unos aparatos eléctricos a seme-
janzas de los fonógrafos Víctor, de manera artesanal, que se convirtieron en cajas de sonidos musicales, conocidas como pick up. Quizás la etapa más cercana a nuestros
días la marca Aurelio "Yeyo" Franco con unos modelos de pick up que se conocieron en la década del 60 en el barrio Torices y eran unos aparatos pequeños que cabían
en la cajuela de un carro.

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con la tónica de recuperación festiva, apoyado en la lublemente a elementos musicales básicos (tambores,
investigación social y en la memoria apalabrada de los guacharacas, caña de millo), que, productos del encuen-
mayores. El Cabildo de Getsemaní surge en noviembre tro de las etnias, se prolongan luego en expresiones de
de 1989 como propuesta para crear una contramemoria la tradición con clara influencia en los aportes de la
en oposición a lo que pretende mostrar el Reinado modernidad festiva.
Nacional de Belleza. Esquivia tiene además el acierto de mostrarnos
un rasgo esencial de lafiesta:la inversión del mundo, el
Soy el perro mordelón desjuiciamiento de las estructuras sociales, el desarre-
De los valientes costeños glo ritual del espacio social, la locura colectiva. Sólo
A la orilla de un fogón
que en esta destrucción de la lógica señorial cumplen
Mi vida es un solo sueño
Cuando mi amo me azuza
papel determinante los elementos proporcionados por
Me le meto entre las patas las formas populares del festejo, tales como disfraces,
Cuando la sarna me pica máscaras, danzas, que se desparraman por los vecinda-
Me rasco con ligereza rios urbanos.
Del rabo hasta la cabeza . 36

FOTO: ARCHIVO DEL INSTITUTO DISTRITAL DI C U ¡I R \: CARTAGENA. IDC.

La música, el baile y las fiestas del Once de


La estampa festiva del Once de Noviembre,
Noviembre colorean la ciudad imaginada tras la mas-
descrita por "Ave", muestra el mundo lúdico cartage-
carada carnavalesca de inventar y reinventar el mundo
nero con todos los signos y símbolos del goce popular,
del jolgorio público, a modo de frontera en la que la
señala el tránsito del mundo campesino que se precipita
realidad se pretende explicar con la razón y las expre-
en el espacio de la ciudad, allí donde se inventa un te-
siones lúdicas del goce estético con el cuerpo, que guar-
rritorio humano y donde se cohesiona la sociedad a
da en su memoria las rítmicas que desde siempre lo han
través de la música y los bailes públicos.
alimentado, mostrando de qué fibra sonora estamos
Esquivia hace un registro pormenorizado del
hechos como pueblo y cultura.
espíritu popular cartagenero, que aparece ligado indiso-

36 Versos de la Danza de los Gallinazos.

AGUAITA SEIS / D I C I E M B R E 2001


C Ü L T | |~R A

Dicen que dijo que le dijeron:


La Cartagena inédita de Eligió García
Por Jorge García Usta

Eligió García, el estupendo escritor cartagenero No hay que temerle a las obras extensas.
fallecido hace poco, concedió muy pocas entrevistas en Sí, pero estamos hablando de 1.200 cuartillas en
su vida. Una de ellas la publicó en enero de 1996 el computador. Eso no puede ser. Así no puede ser una
desaparecido El Periódico de Cartagena, que repro- novela hoy. Me he dado cuenta de que hay que recortar
ducimos en esta edición de Aguaita, junto con su reve- mucho, coger una tijera de podar y cortar y cortar y cor-
lador relato "A cambio de nada", para compartir la tar. Así, como está no puede estar bien. N i que yo fuera
idea de que García fue uno de los escritores más desta- Proust. Ese reto me llevó a abandonarla.
cados de su generación. No entiendo, usted abandonó su novela porque
A pesar de ser reportero, Eligió García teme a las se le fue volviendo muy larga.
entrevistas: parece ser el famoso miedo escénico de la No, no es eso. Hay muchos motivos. No fue por
familia. Aclara, un día antes, que viene "a charlar" y no la novela misma. Hay un capítulo que hay que recortar
a una entrevista, y pide que le recuerden, por teléfono, mucho porque acumula descripciones por la descripción
la hora de la cita. misma. Además, lo que te cuento, se me disparó la
Eligió García, reportero en ejercicio y novelista a depresión. Estaba encerrado, había cosas y me quedé
la espera, hermano menor de García Márquez, habla ini- sin tiempo.
cialmente como zambullido por la fuerza -o por su ¿ Y qué piensa de su novela ahora ?
definitiva aceptación al diálogo- en un remolino temáti- El único consuelo que yo veo, es que me con-
co, con grandes prevenciones a liquidar el tema tratado venzo más de que esa novela es importante porque
con palabras desafortunadas o parciales. E l tema de su expresa una cantidad de cosas de Cartagena.
novela sobre Cartagena es un asunto que lo conmueve, ¿ Qué expresa ?
lo despoja de su acostumbrada parquedad, lo obliga a Eso es más complicado. Es una cosa muy inter-
revisarse lenta y problemáticamente como escritor, y a na, es muy difícil hablar de eso. Tal vez no sé cómo
echar mano de recuerdos no siempre benévolos. Esta decir las cosas.
novela ha sido una inmersión en océanos que él creía
conocer. Lleva ya varios años, braceando entre ellos. Ahí está toda mi vida
- La novela ha sido para mí una gran tortura. Es La última cosa que se supo de esa novela de
la tortura de mi vida. Está, prácticamente lista, pero no Eligió García es un capítulo que publicó en el magazine
está lista: ese es el problema. Se me han cruzado del diario El Espectador hace muchos años. Se recuerda
muchas cosas. Desde una depresión terrible hasta no el tema alrededor de una deuda de juego de la alta
saber qué hacer con ese inmenso material que me sociedad local. El tono de la novela distaba mucho del
absorbió y para el cual no he encontrado tiempo. relato contemplativo y de la visión de postal de la ciu-

AGUAITA S E I S / D I C I E M B R E 2001
dad; era una mirada punzante, reveladora. Luego, Eligió rración, que es 1976; y el tiempo de la escritura que se
García regresó al país y comenzó a trabajar en publica- sitúa en los años 80. Todo eso está muy imbricado. Yo
ciones, hasta que encontró una ocasión personal para diría que hay como tres personajes centrales. La histo-
trabajar y se encerró, exponiendo la seguridad de su ria es, básicamente, la reconstrucción de unas situa-
familia, y creando, de paso, una expectativa entre sus ciones que sucedieron a fines de 1970. La reconstruye
hijos que ahora le preguntan por ese libro abandonado y un tipo que habla con otro. Son dos cartageneros, ambos
voluminoso: un monstruo de sorpresas. Ahora, como vienen de Europa, y uno es periodista, el otro le cuenta.
una curiosidad de su vida personal, adonde quiera que Le cuenta todo lo que sucedió, en lo cual un tipo que era
va, Eligió García lleva cinco disquetes donde está exportador de sangre y de mangos, fue hasta alcalde de
grabada la novela. Debe publicarla porque tiene otros Cartagena y compró el Hotel Caribe cuando estaba en
planes: reportajes, libros. Pero si se cae su casa, si se crisis. La historia se centra en un fin de semana, en el
derrumba el edificio, si se incendia la ciudad, la novela cual el exportador organiza una fiesta de tres días y
quedaría a salvo en esos cinco disquetes que van en su después lo encuentran muerto. E l tenía una mansión en
bolsillo a donde quiera que va él. el lugar donde ahora está el Hotel Hilton.
- Si la novela se pierde, para m í sería una derro- De los dos amigos, el que cuenta las historias,
ta completa. Perder esa novela sería una frustración descubre que su propio padre está enredado en la
absoluta. Ahí está, y que se me perdone la palabra, toda muerte del exportador poderoso, que parecía un sui-
mi vida. cidio. L o encontraron suicidado en una bañera, sin
¿En su novela, hay una actitud vengativa o una embargo en Europa ese narrador investigador descubre
actitud amorosa hacia Cartagena? que su padre no tenía nada que ver con eso. Pero en ese
No, no es completamente amorosa. Eso es claro momento su padre muere. Entonces él viene a
en la obra. Ahora, yo veo que Cartagena aumenta su Cartagena y reconstruye los hechos. También la novela
importancia. En Colombia, hay dos ciudades: Bogotá, muestra un historiador de Manga que por supuesto no es
por ser la capital, y Cartagena, cuya belleza y cuya ni Donaldo ni Lemaitre ni Porras Troconis, sino un
importancia histórica comenta todo el mundo. Fíjate revuelto de todo. Así, se habla de las genealogías carta-
que todo mundo quiere vivir en Cartagena. Todo mundo generas, que es otro de los temas de la obra.
quiere hablar de Cartagena. El rinde culto al pasado a la tradición y aparece
Pero Cartagena está en la mira de su hermano otro de los leit motiv del libro: la ciudad cambia de
mayor ahora. signo. En esto influye, por ejemplo, el cambio de fecha
Sí, yo tengo una enorme carga encima, que no de fundación de la ciudad, y por tanto la aparición de
puedo desconocer. Y m i novela dice: "esto soy yo". otro signo astrológico. La ciudad cambia de personali-
Cuando García Márquez ha tomado a Cartagena como dad. Se transforma, se estructura según los astros. Uno
de él, la cosa resulta mucho más complicada. No hay puede leer el destino de las ciudades en los astros, esta
que echarse mentiras, eso es así. A veces creí que había idea de la novela tiene mucho que ver con el determi-
relación con este hecho en ese bloqueo que yo tenía al nismo: las cosas sucedieron sólo así, de esta forma. Pero
escribir la novela, pero no: me di cuenta que era yo. Allí hablar así de una novela es muy vago.
estaba saliendo yo en esa novela. Esa novela soy yo. También aparece una reina, una cartagenera pre-
El esquema inicial de la obra fue cambiando con ciosa que hacen reina de Cartagena pero como tiene
los años. El solo hecho de tener 1200 cuartillas rees- algo de sangre negra no alcanza a ser Miss Colombia.
critas, de haber hecho correcciones minuciosas y de Va a un certamen internacional, y aunque no llega a
mostrar descripciones, pues hay mucha descripción, te reina, es vista por un tipo en Oriente. Ella regresa y se
indica el proceso de escritura. casa, y 21 días después el tipo de Oriente viene por ella
La idea de la novela es una vista desde arriba, y se la lleva.
panorámica, luego viene una vista desde abajo. La no- El narrador investigador anda descubriendo lo
vela está fechada. Tiene tres fechas fundamentales. A ñ o que pasa en la ciudad de entonces, esto es casi una no-
1976 -cuando comienza el texto- pero remite al año vela policíaca. A l exportador lo encuentran muerto, lo
1970. Y la novela es escrita desde los años 80. Tiene tres llevan en una carroza y lo velan en la aduana. Allí llega
tiempos: el de la vivencia, que es 1970; el de la na- esta muchacha, la reina, quien después aparece muerta

AGUAITA SEIS / D I C I E M B R E 2001


en un hotel, en compañía de un fotógrafo. román francesa. ¿Lo ves? Pero eso sólo se sabe al
Fíjate, que hay una transposición de muchos final.
hechos de la ciudad. Esa reina anda, al mismo tiempo, Estaba escrita, primero, en primera persona,
enredada con el historiador, que a su vez escribe una pero la sentía muy limitada. Sin embargo, el cambio
parte de la novela. del punto de vista no afecta la profundidad de la mira-
"Para matar el tiempo", su primera novela, ya da. Dicen que dijo que le dijeron: este es un proce-
mostraba esa predilección por la historia joven de dimiento que se usa y que se deriva tanto de las necesi-
Cartagena, si así pudiéramos llamarla. dades expresivas de la novela como del carácter de
Esta novela de ahora puede entenderse como la conversación que tiene muchas veces.
ampliación de ese primer trabajo. Aquella primera no- Hay metáforas con alcatraces y cangrejos. E l
vela tiene mucho que ver con el Pie de la Popa, pero alcatraz que mira, planea, y cae, ciego. Y también la
ésta también: el muchacho investigador hace un reco- iguana. En un momento la ciudad es descrita a través
rrido por la ciudad en cuanto llega: va a Manga y habla de espejos.
con el historiador, en La Ermita ve un partido de béis- Le doy mucha importancia a la polémica sobre
bol imaginario, como en la última escena de El el cambio de fecha de fundación de la ciudad, que si

Reportero, cuentista, novelista, Eligió García fue una de las cifras La Cartagena de Eligió García era la de los picos y los capu-
más significativas de su generación. chones.

perseguidor, como en Blow up. Se juega con los fue en enero o en junio. Este historiador anda obse-
gestos, en forma imaginaria. Se batea y se fildea una sionado con los linajes y la sangre, y a m í me da risa
bola invisible. El investigador va a E l Cabrero, donde cuando oigo hablando de la champeta, de la música
tiene una amiga. Todo el recorrido que hace por la ciu- champeta. Uno de mis capítulos se titula "Nobles y
dad lo realiza mientras va llamando a su amiga, pero champetas", y se ocupa de eso.
ella mantiene el teléfono ocupado.
Hay disquisiciones en m i novela, por ejemplo,
Es una novela muy precisa. Va cuestionándose
sobre la arepa de huevo. Un montón de miradas. Es
a sí misma en la medida en que se hace. Esto ocurre,
una cámara. No hay explicaciones, la gente habla.
pienso, porque fue escrita después, porque ha habido
Esas disquisiciones se vinculan a una conversación
mucho tiempo de creación en ella. Está escrita en ter-
que ocurre en una mesa de fritos en el Pie de la Popa.
cera persona, pero siempre es la mirada de alguien.
Alguien, que es un personaje de la novela, se describe ¿En qué se parecen su Cartagena y la de
a sí mismo. Es un revuelto de Hitcock con la nouvelle García Márquez?

AGUAITA SEIS / DICIEMBR E 2001


El Eligió periodista en su habitat natural, la sala de redacción de periódicos y revistas.

En nada. La mía es otra. M i Cartagena es total- La novela ha sido un proceso torturante, como
mente distinta a la de García Márquez. La de él es una te dije antes. En un momento me echo al agua. Durante
Cartagena disfrazada y vuelta al pasado, muy bien, si- tres años, hacía trabajitos, pero estaba tirado en las
tuada en el siglo pasado, a veces más "atrás. La mía es aguas de esa novela, escribiendo con todo lo que tenía
una Cartagena muy prosaica. M u y detallada. M u y de adentro. Me quebré, no sólo emocionalmente, sino
ahora. Es la Cartagena, yo diría, de los picos. económicamente. Pero no paraba. Creo que con tanto
tiempo metido en el fondo de esa cosa, no es que perdí
La ciudad cambia de signo el control, sino que me salió una novela muy grande.
En los años 70 hay una ruptura. Fíjate que en Yo la esperaba más precisa, más contenida, más ence
los años anteriores se ha perdido el capuchón. rrada. A veces hasta pienso en publicarla en dos partes,
El capuchón se pierde un poco después. porque... ¡es que son tres libros;. Yo quiero que me
El capuchón desapareció, en todo caso, de las quede en 500 páginas. Porque... es muy grande. La
fiestas de noviembre. Arbitrariamente, yo creo que ese gente no lee tanto. Quiero que la novela coja al lector
hecho marca la muerte de una ciudad y el nacimiento y lo lleve hasta el final. Yo no escribo para el lector
de otra. Hay dos elementos. Fíjate que el Hotel Caribe que no tiene tiempo de leer, pero también pienso en
marcó un desarrollo de la ciudad, ahora otros hoteles ese lector.
marcan la aparición de otra ciudad. Es, completa- Y además quiero saber qué es lo que la gente
mente, otra ciudad. Esa novela busca captar la
quiere saber de Cartagena.
Cartagena en transición, la de los años 70.
Yo me puse un plan: escribir la novela y luego
Fíjate que para este exportador que se quiebra
hacer dos reportajes. Había dos capítulos, uno "Bajo la
en m i novela, la única salida que le queda para sal-
insignia del cangrejo", y otro, "Bajo el reino de la
varse de la quiebra es la droga. Pero la droga es la
belleza", todo lo del reinado. Pero este capítulo salió,
heroína. Se insinúa esa Colombia de ahora, que tiene
y no era la historia del reinado.
mucho que ver con Cartagena.

AGUAITA SEIS / D I C I E M B R E 2001


crisis porque estáen crisis en el mundo.
Mi apellido es GarcíaMárquez Hacer reportaje en profundidad cuesta mucha
¿Cómo lo cambió 'Cien años de soledad' a plata, hay que ser buen investigador y buen escritor.
usted? El verdadero reportaje es literatura.
Yo podríaser quien soy, sin duda, pero tam- Parece que no hubiera tiempo para hacer
biénsoy en relacióncon Cien años. Si le cam bió la reportajes, ni espacios. Eso que publicóEl Tiempo
vida a él... El libro cam bióla vida de una generación. sobre el taller que Gabito hizo es algo muy intere-
Fue una barbaridad. Creo que hasta los futbolistas y sante, pero se ve que no remata como debíaser. Creo
comerciantes comenzaron atener conciencia de lo que el hecho de publicar una páginaentera es una
que eran atravésde ese libro. Ese libro perm itió c on ce si
ó n a G arcía M árquez ¿pensarían que fue
afianzar la idea de que sípodíam os ser universales. mucho espacio y habíaque terminar así?
Sí se podía, se pudo. Quiero una revista que pueda competir pero no
Eso, en lo intelectual. Anivel cotidiano no hay con ese criterio predominante del análisis: que sea
nada que hacer. Acaba de sucederme. Pido cambio de m ás reportaje, m ás en el sitio. Una revista que
fecha de vuelo de regreso aB ogotáydespuésno cuente, adem ás de interpretar.
encontraban mi nombre. Cuando di el apellido com-
pleto, lo encontraron, porque la que hizo la reserva en Escribo en tiempo de béisbol
B ogotá había unido los apellidos. Hasta en estas Am í me cuesta mucho trabajo escribir.
cosas elementales. Es como una cosa de presidentes Trabajo, de verdad. Me angustio mucho y sufro
de la R epública, tal vez de un ám bitomayor. mucho. Necesito tiempo. Me gusta demorarme escri-
No hay duda de que esa novela cam bió la biendo. Esas otras cosas tienen otro tiempo. En la
visiónde un continente. A m íme cam bió. Yo soy novela hay una descripciónde un partido de béisbol,
EligióG arcía, pero soy EligióG arcíaM árquez. Con y me di cuenta de que el tiempo de esa novela es el
eso no hay nada que hacer. No es un complejo, es una tiempo del béisbol: no sucede nada y de pronto suce-
realidad. den muchas cosas. Ese es mi tiempo.
Y como este hombre ha seguido trabajando, si Creo que uno deberíaescribir los libros que le
se hubiera quedado allí... pero ha seguido trabajando. sean personales. En los que uno se lance la verdad
Cada vez llena un espacio nuevo. Otros dejan el sobre el agua. El últim olibro de Roberto Burgos,
camino y se retiran, pero él ha seguido. Ha seguido Pavana del ángel, es el libro más Roberto.
llenando unespacio y otro. Ahora sevino a Es un libro de él: no le hace concesióna nada.
Cartagena. Esta ciudad de sus libros es la ciudad de Es un volcarse sobre su lenguaje, no sobre el lengua-
su literatura. Es su Cartagena. je, sino sobre su lenguaje. Por ahí leí una nota nega-
Pero hay muchas Cartagenas. tiva en un periódico, que puede tener razónen algo.
Sí, es cierto. Ahora leo un libro de Calvino, Pero eso no cuenta para quien lo escribió. Creo que
Las ciudades invisibles. Te muestra todo loque es un buen libro. Roberto hizo su libro.
puede haber en una ciudad. Todas sus variaciones. Es un libro muy personal, sin duda, pero es
Esas visiones totalizantes de una ciudad son bueno.
muy revisables. Es una cosa al margen de todo. Lo hace así y
Gabito sabe de mi novela, pero de eso no le exige al lector una inmensa complicidad. Una
hablamos. Hablamos de cosas literarias pocas veces. complicidad que cada vez es m ásescasa. T
endráun
lector muy restringido. Pero él tiene su lector. Yo
La crisis del reportaje es mundial creo que mi lector es más amplio. Puede deberse a la
La crisis de reportaje es una situaciónmundial. influencia del periodismo, que hace que uno piense
En los años en que estuve encerrado, yo fui haciendo en un lector m ásamplio. Yo no quiero aceptar que
una especie de postgrado, un seminario silencioso necesito seis meses para corregir, podar, cortar y ter-
sobre el reportaje, ydentro de él, el reportaje lite- minar mi novela, porque no los tengo. Tengo una
rario. Estudiémucho de ese género. Esto estáaquí en horas en la mañana. Cada día.

AGUAITASEIS /DICIEMBRE 2001


Los García Márquez, rodeando a Luisa Santiaga, la madre.

El historiador de m i libro escribe dos libros y Pero viéndolo bien, yo lo que quiero es estar
de pronto se para, y hace unas cosas que me descubrí en Cartagena. Cada vez m á s , la ciudad resulta una
haciendo yo ahora. Como cambiar el escritorio, amalgama rara, y uno no sabe qué es, y la pueden
mover libros y sillas y cosas así. O b l i g á n d o m e ¿a maquillar, o tugurizarla por dentro como están
qué? Ese libro tiene que salir. A h , carajo, se me pasa- haciendo en muchos lados, pero es... eterna. Es como
ba que el título de m i novela es 'Virreyes y reinas'. Roma o Dublín o Londres. Eterna. Cartagena es eter-
na. No lo dudes.
Es eterna, no lo dudes
Bueno, ahora estoy de asesor de una revista al
lado de m i comadre Patricia Lara. La verdad es que
para lo único que yo sirvo es para asesor. Yo no sé
mandar. Yo digo: 'Hagan tal cosa' y si no la hacen...
bueno... no la hacen. Es claro, no sé mandar, no me
interesa.

AGUAITA SEIS / DICIEMBRE 2001


C ¡J L T | | R A

A cambio de nada 1

Por Eligió García

-Lo siento -dijo- recogiendo las cartas. el salón sin mirar a nadie, altanera, ocultando en su
Ella, sin mirarlo, apagó el cigarrillo. Vertió arrogancia habitual esa derrota. Salió, dobló a la
luego en el vaso el resto de la bebida gaseosa: la bebió izquierda por el corredor en penumbras. Allí sintió
lentamente, con gusto. Después, se puso de pie, en frío, un frío húmedo de aire acondicionado que la
silencio. Guardó en la cartera el encendedor que había obligó a abrigarse los hombros desnudos con una man-
prendido y apagado toda la noche mientras jugaba. La tilla de encajes, cruzó luego el hall, tan desierto a esa
estaba cerrando cuando oyó nuevamente la voz del hora como el salón de juego, hasta llegar al ascensor.
croupie: Entró y sólo después que el ascensor cerró sus puertas
-Es en el último piso, al final del corredor. en su rostro se vio reflejada (reflejada en el espejo) la
La frase tuvo un tono amable, como si fuera una terrible desesperación que la roía sin tregua. Una
simple sugerencia, más que una orden. Pero al oiría, palidez intensa le hacía menos joven y atractiva de lo
ella sintió que el vacío comenzaba a invadirla. Y que realmente era. Como si hubiera envejecido de
después del vacío venía el pánico. Llena de furia repente. La verificación llegó brusca, devastadora. Sin
pensó: negro tenías que ser. Lo pensó intensamente, embargo, ya no había pánico: era desprecio (por el
con desprecio. Sin embargo, su voz fue la misma de mundo entero) lo que sentía.
cuando jugaba (distante, como si hablara desde cierta Marcó el quinto piso. El ascensor inició
altura) al responder: entonces una marcha lenta, pesada, como de alguien
-Gracias, Alfredo, sé exactamente dónde es. fatigado (como si fuera ella sola y no el ascensor) que
Fue corriendo, con desdén, hacia el croupie, el subiera por una cuesta demasiado empinada. El tiem-
paquete de cigarrillos a medio empezar que había deja- po pareció más lento, casi eterno. Alcanzó a recordar.
do sobre la mesa. Recordó a su hija, la Prince, sus quince años, la fiesta
-Ya he ido otras veces -mintió- y no precisa- del próximo sábado; recordó a su marido, se había
mente a pagar. intempestivamente para Bogotá "porque el Senado
Sin despedirse, caminó hacia la salida. En el debe aprobar esta semana diversos proyectos de
centro del salón una pareja solitaria jugaba a la ruleta, interés nacional (le había dicho) dejándola sola, como
y más allá, junto a la otra entrada, el muchacho de siempre, con su mala suerte y su desgracia. Recordó a
cabellos largos hacía sonar las maquinitas. Ella cruzó sus amigas. Algunas habían tenido que hacer este

1 Este relato de Eligió García fue publicado en el Dominical del diario El Espectador, de Bogotá, el 13 de agosto de 1978. Aguaita lo reproduce por primera vez.

AGUAITA S E I S / D I C I E M B R E 2001
mismo recorrido. L o recordó fría, deliberadamente, Caminó hasta la baranda, bordeándola, procu-
pero ese infortunio compartido no logró consolarla. rando cautelosa, que los altos tacones de sus zapatos
También fría, también deliberadamente pensó hicieran el menor ruido posible. Había pasado ya la
en la humillación que le esperaba. ¿Cuándo había sido tercera columna cuando sintió el rencor ciego. Se detu-
la última vez que lo había visto? ¿En ese hotel pre- vo. Con la intención de tomar aire inclinó la cabeza un
cisamente, la tempestuosa noche en que se abrió la poco hacia delante, las manos firmemente apoyadas
nueva sede del Casino, o en la otra inauguración, en la sobre la baranda. Sintió la noche: había, como flotan-
Alcaldía? ¿ O había sido en la coronación de Aura do, un vago olor a heléchos y geranios, y un silencio
Marina? E l recuerdo la raro y profundo la
confundía y no quiso, invadía. También, sobre
después de todo, precisar- todo, olía a mar.
lo. Emiliano Torralvo y Se quedó extasia-
De Ambulodi seguía sien- da, contemplativa. V i o ,
do un don nadie para ella, inmediatamente después
a pesar de su creciente del jardín, las embarca-
poder. O precisamente por ciones de vela, bam-
eso. boleándose silenciosas en
El ascensor se el muelle del hotel. En E l
detuvo: sus puertas se Laguito. Vio, al otro lado,
abrieron con estrépito. la franja de arena y cara-
Ella apagó en el cenicero coles, parcialmente habi-
que había extraído de la tada y donde los nuevos
cartera, del paquete vir- urbanistas de la ciudad
gen que había encendido planeaban construir gran-
sin darse cuenta y sin des aparta-hoteles. En la
fumar, ensimismada como punta de la angosta franja,
estaba en el espejo. Salió. don Emiliano Torralvo De
Afuera, la noche Ambulodi, apodado E l
era clara y fresca. U n Virrey, tenía su famosa
largo corredor de gruesas quinta. Con una mezcla
columnas de piedras, de soberbia y malévola
arcos y barandas de complacencia, pero tam-
madera se extendía a bién de autocompasión,
ambos lados del ascensor. quiso verla. Sorteó la si-
Parecía otro de los tantos guiente columna. Enton-
conventos coloniales de la ces la vio, nítida, b r i -
ciudad antigua. En uno, llante, como un galeón de
Dama en mecedora, anónimo Memoria visual y vida social
ella había estudiado, en Cartagena, 1880-1930. vidrio iluminado, anclado
interna allí donde las en El Laguito. No es más
monjas le enseñaron a tranquilizarse rezando. Pero lo que horrible esperpento, pensó con desprecio, un
olvidó al casarse. Desde entonces sólo lo lograba extravagante capricho de nuevo rico.
jugando. Más allá, estaba al mar, oscuro e impenetrable.
Miró primero hacia la izquierda, y luego a la Volvió a sentir el rencor ciego que la ahogaba.
derecha. Vio debajo de los faroles, a lado y lado de las Volvió a apoyarse en la baranda, inclinando mucho
habitaciones, las bancas de madera que evidentemente más el cuerpo hacia delante. Sintió vértigo pero detrás
servían para que los clientes del hotel se sentaran a del vértigo ya no sintió el rencor sino un placer nuevo,
contemplar el mar. A l fondo, antes de las enredaderas desconocido. Cerró los ojos, echándose hacia atrás y
de trinitarias y del último farol intuyó la Gerencia. después, otra vez, hacia delante. Allí estaba, agazapa-

AOUAITA SEIS / D I C I E M B R E 2001


do, como esperándola, el vértigoy, después, el placer. sus quintas del Pie de la Popa y Manga, los bonos emi-
Repitióel gesto varias veces, cada vez sintiendo m ás tidos a su favor por el Banco de la R epúblicaque tan
intensamente el vértigo yel placer, alternados, suce- elevados intereses le producíane incluso parte del pa-
sivos, hasta que ambos desaparecieron y sóloquedóla trimonio reconocido de su marido.
vertiginosa sensación (laconvicción) de que Pero no era la ruina lo que m ástem ía.Era el
sobrepasando la baranda evitaríala hum illaciónque le escándalo. Orgullosa, hasta en eso era igual a la ciu-
esperaba y tam biénel escándalo que era lo que m ás dad: vivíaen la apariencia.
tem ía. Tam biénera voluble: un segundo d esp uésde
Pero, bruscamente un recuerdo la detuvo. Este: esas crisis, ya estaba serena. Se secó, tranquila, el
días antes, una muchachita de trece años ("que había sudor de las manos con la misma delicadeza refinada
salido de laGerencia, se dijo, porque cada vez le con que acariciaba las cartas cuando jugaba. D espués
gustaban m áslas muchachitas y, entre m ás jóvenes, se puso depie. Inundada deuna rara energía,
mejor", se decía) hizo lo que ella hacía ahora, yendo presurosa, cam inóhacia la Gerencia. Antes de llamar,
m áslejos aún: saltóatravésdel aire perfumado del se alisóla falda, y con idénticocuidado pasólas manos
jardín, para estrellarse contra el techo de vidrio del por los cabellos rubios, cortos, como los de un mucha-
acuario, tres pisos m ás abajo. cho. Luego, tocósuavemente en la puerta.
Fue esa fugaz y atroz imagen descrita, vista por Nadie respondió. Sin sorpresa alguna, esperó
toda laciudad en los periódicos (el cuerpo de la unos segundos para volver ahacerlo, ahora con m ás
muchacha flotando entre cristales y algas y peces del energía. Casi inmediatamente oyóuna voz reposada
acuario ensangrentado) la que la detuvo, la que la hizo que exclam ósin premura: "Adelante".
retroceder, como horrorizada.¿Qué disparate había Ella abrióla puerta, sin prisa, conteniendo la
estado a punto de cometer? se dijo en un confuso mur- ansiedad de ver por primera vez la oficina del Virrey.
mullo sin respuesta...C ontinuó retrocediendo, irrefre- Era una habitación angosta, con una especie de
nable, llena de pánico, hasta tropezar con una de las recibidor alfombrado a la entrada y luego una silla de
bancas de madera. Se sintiócon un infinito alivio en el mimbres de espaldas alapuerta. Le pareció m ás
m ecánicogesto de derrumbarse ciegamente. pequeña, menos rom ántica quizás, decóm ose la
Solo hasta entonces se sintióinerme, por fin habíandescrito sus amigas. Esto le produjo un vago
rendida a la evidencia, a su desgracia. sentimiento de decepción. Frente ala silla estaba el
Todo había comenzado siete semanas atrás, escritorio ylalám para encendida, ydetrás, don
cuando en una noche perdióuna enorme apuesta, o Emiliano Torralvo yDe Ambulodi. Desde el umbral,
quizás antes, al iniciarse en el juego. Al principio, ella aun con la mano en el picaporte, alcanzó averle su
jugaba por curiosidad; tam biénpor la em ociónefím era calva prematura y tam biénsus ojos, relucientes, escru-
que el juego le ofrecía(a veces, no siempre) d esp
u és tadores.
que el Casino cerraba sus puertas. Pero luego des- -Pero aquése debe tanto honor -exclam ó él-
cubrióque era la únicaforma de no aburrirse. El juego poniéndosede pie.
la salvaba del hastíode Cartagena, una ciudad donde Ella sabía (le habíanhecho saber) que jam ás se
lo habíatenido todo, ydonde nada hacíadesde que levantaba de su escritorio al recibir a alguien. Sólolo
nació, excepto eso: aburrirse. hacíaal final: en señal de satisfacción. Ode despedida.
Sin embargo, la primera gran pérdidano la pre- -Buenas noches- dijo ella.
ocupó: fue, por el contrario, otro ingrediente de -Buenas- contestóél, extendiendo hacia ella la
novedad. A dem ás, aúnteníamucho dinero. Pero si- mano derecha, yluego haciéndolagirar en abanico,
guióperdiendo, y ni ella ni su marido, quientam bién hasta indicar la silla de mimbre. Fue un gesto preme-
jugaba, sospechaban cuánto. Cada vez jugaba m ás, a ditado, mil veces repetido, igual a todos los anteriores,
medida que perdía, hasta que finalmente esa noche de y ella lo sabía. Aun así, cam inó hacia la silla, dócil,
marzo lo term inóde perder todo. Todo: la herencia de como quien cumple una orden.
su abuelo, un francés voluntarioso que habíallegado a -Ysiéntatemujer- le insistió- que esta es tu casa.
finales del siglo pasado para implantar en la ciudad Lo primero que a ella le enseñaron siendo niña
una fábricade perfumes, los títulosde propiedad de fue cóm o sentarse. Ahora al hacerlo, acentuó su ele-
AGUAITA SEIS / DICIEMBRE 2001
pero segura, como de
alguien a quien le gusta-
ba que le obedecieran sin
ordenar. Son las dos y
media del martes.
Ella, con un gesto
de premeditada petulan-
cia, exhaló una bocanada
de humo.
-Tú, como siem-
pre, Emiliano- dijo-
siempre pendiente de los
mínimos detalles.
El hizo un gesto f i -
losófico con el encende-
dor.
-La vida no es m á s
que eso: la suma de m í -
nimos detalles.
Mientras hablaba
depositó sobre el escrito-
Llegada del cardenal Benlloch y Vivo, 1922, Jaspe.
rio el encendedor (una
Torre del Reloj tallada en
gancia. Con igual distinción, cruzó las piernas.
coral), lo levantó, lo volvió a depositar, lo levantó nue-
El llevaba puesto el impecable vestido entero de
vamente.
lino blanco, su rojo clavel adornándole el ojal. Le ofre-
-Infinidad de detalles, uno detrás de otro. Uno
ció algo de beber. Ella, agradeciéndole su gentileza, lo
detrás de otro.
rechazó. E l , sin preguntarle si quería, la acercó una
Finalmente colocó al lado del bastón de carey
cajetilla de Marlboro por encima del escritorio. Ella
repujado en oro: herencia de su bisabuelo, el Conde de
vio entonces el anillo de plata con el escudo de nobi-
Ambulodi, como él decía.
liario de la antiquísima familia De Ambulodi adornán-
-Tenía entendido -comentó- que quienes viaja-
dole el dedo meñique. Era evidente que don Emiliano
ban los lunes eran los honorables Representantes a la
Torralvo y De Ambulodi no había sido capaz de espe-
Cámara.
rar a que Germán del Castillo Corrales, "el tan respeta-
Ella fumaba tranquila: como si ya no le impor-
do historiador de Cartagena" (pensó), rindiera público
tara a lo que había ido. Como si lo hubiera olvidado.
sus títulos de nobleza para lucir su singular anillo. E l
-Eso era antes, Emiliano- dijo-. Con tantos
detalle le dio confianza: había encontrado una fisura
problemas que hay ahora en el país, Roberto tiene que
en el temple de acero del Virrey.
irse los lunes.
-¿Cómo anda Roberto?- preguntó él.
Iba a agregar: "Ahora incluso está regresando
Ella se sentía feliz, emocionada con su des-
los sábados", pero se contuvo. Recordó a su marido a
cubrimiento.
punto de tomar el avión, prometiéndole que la llamaría
-Bien, muy bien- contestó-. Se fue hoy.
inmediatamente llegara a Bogotá. O en la noche: "No,
El le acercó el encendedor: despedía un vago
en la noche", le había respondido ella. Tuvo que repe-
olor a lavanda. ¿O eran sus manos, todo el Virrey
tirle la frase, su marido no la había ido a causa del ruido
quien transpiraba ese perfume? Ella, por herencia y
atroz de los desafinados altoparlantes del aeropuerto.
por educación, sintió desagrado. Era lavanda barata.
"Esta noche no me llames porque voy a estar en
-Querrás decir que se fue ayer, Carolina -co-
el Casino". El había sonreído complacido. Ella, al
rrigió el Virrey, sentándose. Su voz era suave, pausada
decirlo, no sospechó que esa noche sería definitiva.

AGUAITA S E I S / D I C I E M B R E 2001
Ahora el recuerdo le agrandó el odio: abarcó también mente en su posición habitual, acarició la empuñadura
a su marido. de oro del bastón
-Qué gran trabajador es -oyó que dijo el Virrey- Agregó:
pero lo más admirable es su profunda sensibilidad -Pero todo sea por el bien de la ciudad.
social. Ella no pudo evitar la oportunidad que él le
-Sí- aprobó ella con voz ausente sabiendo que él ofrecía para elogiarlo:
sabía que ambos mentían-. Roberto siempre está pen- -Sí -aprobó- ¿Cuántas obras no realizaste mien-
diente de los demás. tras fuiste alcalde?
-En eso consiste la política- comentó el Virrey- Don Emiliano Torralvo y De Ambulodi se
Yo, en cambio, un humilde químico farmaceuta. quedó viéndola, fijamente, y por un instante ella temió
-¡Emiliano! -lo interrumpió- ¡que tu modestia que se hubiera excedido en el elogio (ella, la única que

Lindamar, una casa en Crespo, 1930. i - o ro i - o i o n - c x I I I S I O K I , \i ( \\<\i \

no tiene límites! no asistió a la fastuosa inauguración de su famosa


-Yo en este cargo- continuó el Virrey, como si casa). Se calló también, tensa ante ese silencio,
no la hubiera escuchado- alejado de mi profesión. repentino, observándolo.
Se echó un poco atrás, suspirando profunda- Los gestos más visibles del Virrey, su rostro,
mente, casi triste. Ella vio su elegante camisa de seda hacían pensar en un hombre muy tranquilo, siempre
bordada, la angosta corbata de lazo. Luego, nueva- sereno, con todo el tiempo de la ciudad a su disposi-

AGUAITA SEIS / D I C I E M B R E 2001


ción, como se decía de él en Cartagena, un hombre que mente. Sin embargo, parecía no hablarle a ella. Le
sabía esperar y ella acababa de comprobarlo. El había hablaba al bastón de carey.
esperado pacientemente a que se derrumbara, dándole - N i tú tampoco Carolina- continuó-. Será la
carta blanca en la cuenta del casino, y también espe- fiesta del año, y la Prince se lo merece: quince años no
raría, después que saliera, a que toda la ciudad se se cumplen dos veces.
rindiera a sus pies. Pero detrás de esa calma y ese ros- Nuevamente ese silencio raro y profundo que
tro apacible se presentía, sin embargo, una terrible invadía siempre a esa hora a Cartagena, entró a la
ansiedad. Eran sus ojos ansiosos debajo de unas cejas pieza. Y ni siquiera la apacible, suave y dura voz del
pobladas, los que lo traicionaban. Virrey, alcanzó a opacarlo: tampoco el zumbido
-¿Todo listo para la fiesta de la Prince?- pre- monótono del aire acondicionado. Ella, quien había
guntó, desalojando de la oficina el* profundo y raro vivido en esa atmósfera artificial, sintió que algo le
silencio que la invadió al ellos callarse. dolía muy adentro. Se sintió incómoda, repentina-
-Casi-respondió ella-, esperemos que todo salga mente a punto de gritar. Decidió que lo mejor era
bien. acabar pronto. Dijo lo primero que debía decir.
-Saldrá- dijo él, con voz segura. -¿Qué tal la noche?
Volvió a acariciar la empuñadura del bastón. -Como todos los lunes- respondió él-. Regular.
-Pero si se les presenta algún inconveniente -Sí, así es siempre los lunes.
agregó- no duden en hacérmelo saber. Lo dijo con voz fatigada, recordando que para
Ella se puso tensa. ella había sido diferente.
-Gracias, Emiliano- murmuró, trémula-, tú -Cuando no hay turistas- agregó él. Después
siempre tan amable. con el tono de alguien interesado en la salud de un
-¿Por favor, Carolina? -exclamó el Virrey, sin amigo, preguntó:
alterar la voz, impasible- ¿Para qué es sino para servir- -¿Y a ti, Carolina, qué tal te fue hoy?
les a ustedes que soy el Presidente del Club? Secretamente, ella le agradeció su gentileza.
A ella le molestó esa frase. Sintió que estaba Parecía sincero en su interés, en querer evitarle un
siendo arrastrada sin piedad por las reglas del juego rodeo desagradable. Quizás no es tan inhumano como
que el Virrey le había impuesto. Intentó defenderse. se dice, pensó, quizás me he excedido demasiado. Se
-Es Roberto quien lo desea-dijo en tono displi- arrepintió de haber cumplido la invitación para cono-
cente-. La Prince es su hija preferida. cer su casa.
-El senador Roberto Cavelier Insignares no -No tan bien como al casino- contestó-. Creo
tiene por qué preocuparse- respondió el Virrey fría- que llegó la hora de hacer cuentas.

AGUAITA SEIS / D I C I E M B RE 2001


-¿A hacer cuentas -comentó él con fastidio- -¿Y a cambio de qué el Casino de Cartagena de
¿Sólo a eso has venido, Carolina? Indias me hace este favor, Emiliano?
Ella se ruborizó. Impasible, el Virrey se la quedó viendo larga-
-Toda Cartagena parece obsesionada ahora por mente, haciendo que la oficina volviera a llenarse de
el dinero- siguió comentando, como si la preocupación ese profundo y raro silencio que caía sobre toda la ciu-
de ella fuera una verificación más. Una verificación dad, aunque ahora su gesto lo hizo parecer más pre-
para él triste y dolorosa. meditado y más solemne. Antes de responder acarició
-¿Tú no, Emiliano? el bastón de carey.
Su compasión había cesado. Pero inmediata- -De nada, Carolina.
mente se arrepintió de haberlo dicho. Sin embargo, el Mientras hablaba, por fin, se puso de pie, en
Virrey no se inmutó. señal de despedida.
-Jamás, Carolina -respondió- a mí sólo me -A cambio de la Prince, Carolina.
interesa el bien de Cartagena.
El tono tan convincente del Virrey la confundió
más. La exasperó.
-Quisiera saber cuánto es- dijo.
-¿Qué tanto puede ser para una Lecompte
Román?
-Es bastante- exclamó, y por primera vez su voz
fue dura: expresaba la humillación y el desprecio que
la corrían sin piedad.
-Vamos a ver- dijo él.
Como alguien rendido ante una evidencia que
no comparte, don Emiliano Torralvo y De Ambulodi
abrió suavemente la gaveta de su escritorio. Extrajo de
ella una carpeta amarilla y de la carpeta una hoja blan-
ca, casi transparente, con el membrete del casino. La
leyó con fingida atención. Ella le fue siguiendo sus
movimientos, comparándolos uno a uno, simultánea-
mente con lo que le habían descrito sus amigas.
Comprobó, fascinada pero también con horror, que
don Emiliano Torralvo y De Ambulodi no se había
equivocado en el mínimo gesto. N i ella tampoco.
-Tienes razón- dijo él, dando a entender que
había terminado aún con la mirada sobre la cuenta-. Es
bastante.
Ella no respondió. No debía. El continuó:
-Aunque me parece que no hay prisa (levantó
los ojos hacia ella). Creo que con personas tan de con-
fianza como eres tú, el Casino puede esperar.
Desde el instante en que decidió ir, Carolina
Lecompte Román esperaba ansiosa esa respuesta. Era
la única forma de evitar el escándalo. Pero no alcanzó
a tranquilizarse: él no
Se puso de pie. Sorprendida, esperó unos
segundos. Luego, viendo cómo la miraba con una
mirada fría, y como a la espera de algo, se atrevió a
preguntar lo inevitable.

AGUAITA S E I S / D I C I E M B R E 2001
C Ü L T | |~R A

Roberto Angulo
Un artista inconforme que inventa acuarelas
Por Alvaro Suescún T.

Cuando Roberto Angulo tenía tres años murió su José Luis Garcés González. Roberto tomó un ruple de
madre y los abuelos se lo llevaron a su vieja casa en hojas blancas y, sobre ellas, sentado en la acera del
Cereté, donde, amortiguada la pérdida, completó su frente, empezó a hacer anotaciones, calculó espacios,
infancia feliz. Luego vinieron sus épocas de estudiante trazó diagonales para efectos de la perspectiva y echán-
de bachillerato en Cartagena, cuando empezó a bal- dole de esa agua fresca a los recuerdos retrató el último
bucear sus primeros dibujos y, más tarde, en la vestigio de esa realidad que ahora enfrentaba para hacer
Universidad del Atlántico, para un fructífero aprendiza- una serie de acuarelas con ese tema, antes de dedicarse
je al lado de Giovanni Macci, su profesor de acuarela, a lo que estaba seguro sería una nueva y muy importante
como medio de expresión para la arquitectura. etapa en su vida artística.
A partir de entonces su vida adquirió sentido y Esa casa era apenas el pretexto para amortiguar
los días en la casa de los abuelos parecían haber con- una obsesión en su trabajo bajo la influencia de los
cluido. Tras su partida, desolada, la casa había cerrado hiperrealistas norteamericanos. Atrás habían quedado
sus puertas y durante muchos años estuvo deshabitada. sus años en París, el segundo premio en el Grand Prix
Los tiempos de la prosperidad se habían ido del pueblo de Deauville, sus estudios en el taller de William
junto con los vientos viajeros y, poco a poco, en ella Hayter, sus exposiciones en la Galería Aberbach de
empezaron a arremolinarse los jirones de nostalgia que Londres y en Bruselas, sus premios repetidos en los
son la semilla de los buenos recuerdos. Salones Nacionales de Acuarela. Antes había incursio-
Buscando las señales más próximas que lo con- nado en los paisajes urbanos de la ciudad amurallada. E l
dujeran a su piel, un día de 1988 Roberto regresó a Portal de los Dulces, la Bahía de las Ánimas, las calle-
Cereté. Estaban reparando la vieja casa, la vio desde jas coloniales, la cúpula de la Catedral, el Club de
lejos. Aún conservaba parte de su erguido historial, allí Pesca, la fachada de Santo Domingo, le valían para
había habitado su familia materna desde tres genera- investigar el comportamiento de los efectos de la luz,
ciones atrás, su bisabuelo la había construido y su algo que ya era atinente a su trabajo y sobre lo que
abuela la habitó toda su vida. Había sobre la fachada un deseaba insistir. De ahí le viene esa manera de resolver
nuevo aspecto que la hacía aparecer reluciente, en las los detalles a partir de sombras y de iluminar por efec-
paredes una capa de pintura nueva vestía el paisaje, sus tos de filtración de rayos solares.
ventanales estaban recuperados, los pisos habían sido Desde entonces es más creativo, más artista si se
adecuados, las celosías mostraban nuevos vidrios y las quiere. La composición en su obra está elaborada de tal
arcadas rutilaban. La razón que explicaba este rescate manera que el color contrasta con más intensidad, la
del olvido tenía una aparencial simpleza: allí se filmaría pincelada es más suelta, en busca de un encuentro con
una serie para televisión basada en una obra del escritor la realidad a través de las manchas, viéndolas alcanzar

AGUAITA SEIS / DICIEMBRE 2001


Rebosado. 56 x 76 centímetros. Acuarela de Roberto Angulo.

vida propia en una exultación visual que le imprime mas que no había intuido antes y que le son de grande
animosidad. Detalles menores determinan las particu- utilidad para su obra. Emplea recursos inusuales que le
laridades del paisaje. Observador inquisitivo, el entorno permiten un mayor aprovechamiento, gusta de la expe-
que rodea el ambiente lo muestra más novedoso, más rimentación y es en la búsqueda para el logro de nuevas
creativo, evolucionando a la par de sus conceptos con cosas en donde radica el placer estético que logra con su
un estilo diferente en su tratamiento, menos realista, trabajo. A l recoger elementos de apariencia intrascen-
renovando un medio de difícil factura, tradicionalmente dente, detalles en el conjunto arquitectural, espacios que
subvalorada como la acuarela. pasarían desapercibidos en el observador tradicional,
Desde hacía muchos meses daban vueltas esos imprime animosidad a la vez que da un aprovechamien-
temas en el tintero. Roberto no quería desvincularse del to de los recursos, valiéndose de los efectos. Su inten-
realismo sin apaciguar el noble legado del espíritu de ción primordial es el encuentro del arte, aunque para
sus ancestros, que era como pacificarse a si mismo. A l lograrlo deba recurrir a esquemas que no son propios de
abrirle paso al tratamiento de los reflejos estableció una la técnica misma: un pincel seco, o diluido en sus
diferenciación con la obra de los acuarelistas contem- primeros trazos, sustituyéndolo por una extensión
poráneos. Su atención ahora está en el efecto que pro- monocromática y amplia que repite hasta obtener la
duce el reflejo sobre el agua, una visión de paisaje de intensidad del color deseado, un trazo brusco, un papel
rara pureza se advierte en la serenidad de esas plantas humedecido e, incluso, líquidos o elementos y com-
tras los efectos de luz espejeándose en las aguas. La puestos inorgánicos con los que da un tono especial a su
sonoridad cristalina de la atmósfera le confiere a estas obra.
acuarelas una dimensión encantada, en las que hay una Es su característica, empujado por su incon-
placidez propia de las filosofías orientales. formismo, Roberto Angulo investiga de manera cons-
La utilización de otros elementos no conven- tante. Su realismo, aunque meticuloso, no le impide l i -
cionales le han permitido el hallazgo de texturas y for- bertad expresiva, acompañado del gusto por la mancha

AGUAITA SEIS / DICIEMBRE 2001


que le venga en gana y seguirá siendo bueno sin
saturar. Contra ello existen recursos, la norma de
Roberto Angulo es el efecto contrario: trabaja la
acuarela desde los colores claros yendo hacia los
oscuros, que obtiene por veladuras, por intensifi-
cación de tonos, buscando el manchado a través
de las palideces, alternando texturas de menor
absorción o de mayor conformación de mancha-
do. Cada vez menos preocupado por la seguridad
que le produce su hábil manejo de la técnica, ha
pasado del paisaje lacustre y marino a los ele-
mentos intrascendentes, acercándose en sus sen-
saciones —sin que esa fuera su intención- a los
clásicos orientales de la acuarela, sus iniciales
precursores, y a los pintores europeos del impre-
sionismo, el consecutivo posterior de mayor
prestigio. Como en ellos, su expresión es la
resultante de una actitud inconforme asimilada
en el audaz recurso del cromatismo en gradación
desde los registros fríos hasta las encendidas
tonalidades de la puesta del sol.
En Roberto Angulo, que es un magnífico
dibujante, la imagen hiperrealista no es impor-
tante. Sabe que la copia nunca produce origina-
lidad en los resultados, asfixia la vida de lo que
existe, lo carga de intrascendencia. Es el artista
quien confiere dignidad a la obra y para ello
requiere tanto de su habilidosa manualidad como
de la concentración de su espíritu, para contem-
Mensajeras de paz. 76 x 56 centímetros. Acuarela de Roberto Angulo. .-
plar la realidad que lo absorbe y para extasiarse
con su significado que, en esencia, es su corres-
que, al alcanzar vida propia, lo divierte incrementando pondencia con el hecho artístico, el halo misterioso que
la fuerza visual que incorpora sin desmesura al conjun- le confiere categoría a la obra de arte. Por ello cree más
to estético de su obra. Es menos preocupado por las sen- en las sensaciones, es consciente de que el perfeccionis-
saciones, acercándose sobremanera a los impresionistas mo es labor de artesanos y que por ello hay que evitar-
y, como ellos, se encuentra en una etapa de total incon- le cualquier tipo de limitaciones a la imaginación. En su
formismo. Es esta, tal vez, su época más crítica, su tra- particular manera de expresar su realismo pretende ser
bajo se desarrolla sobre la carencia de incentivos diferente, insiste con denuedo en su intención primor-
inmediatos y, en el desarrollo lento y persistente de sus dial: la solución de los problemas plásticos mediante un
ensayos, logra un lenguaje balanceado. Sabe que ese es hecho pictórico en la constante búsqueda de la obra de
el camino, de ahí los virajes temáticos. arte. Ese es el camino. Los temas, la forma y el color, en
A l principio, para imponer una ruptura a la ruti- el desarrollo de su constante tarea experimental, son
na, inició un sondeo en el que logró acercarse a un esta- para imponer un estado de independencia y de acer-
do de independencia y de acercamiento a sus miras per- camiento a sus metas personales, que son como regresar
sonales. De ello son testimonio sus trabajos sobre latas a la vieja casa de Cereté, donde están sus más íntimos
y óxidos, zapatos abandonados, primeros planos y recuerdos, los de la infancia feliz que intenta recuperar
detalles de charcos. Aunque es consciente de que el con el retorno a la nostalgia, ahora que ya es abuelo.
tema no es lo definitivo. Un buen pintor puede pintar lo

AGUAITA SEIS / DICIEMBR E 2001


Batatilla. 56 x 76 cen
tímetros. Acuarela de Roberto Angulo.

Trayectoria
Exposiciones individuales
D istinciones
1977 Tercer Premio en el SalónRegional de Artes Visuales,
1971 Biblioteca de la Facultad de Arquitectura dela
Universidad del A tlánticoen Barranquilla Icetex
1975 G aleríaBarrios, Barranquilla 1978 Segundo Premio en el XXIX SalónInternacional de
1977 G aleríaQuintero, Barranquilla Pintura de Deauville
1978 G aleríaBelarca, B ogotá 1981 Primer Premio en el Primer Salónde la Acuarela,
1979 G aleríael M arqués, Cartagena M edellín
1979 G aleríaFinale, M edellín 1982 Fuera de Concurso en el Segundo Salónde la
1979 G aleríaSkandia, Cartagena Acuarela, M edellín
1980 G aleríaBelarca, B ogotá 1982 Fuera de Concurso en el Salónde Pintores Costeños,
1982 G aleríaAtenea, Barranquilla G aleríaSkandia, Cartagena
1982 G aleríaBelarca, B ogotá 1982 Primer Premio de Pintores Costeños, G aleríaSkandia,
1982 G aleríaBanco Ganadero, Cartagena Cartagena.
1983 Sala Cultural Suramericana, M edellín 1983 Primer Premio en elPrimer Salón Nacional de
1983 G aleríaElida Lara, Barranquilla Arquitectos Pintores, Centro Skandia, B ogotá.
1984 G aleríaBelarca, B ogotá 1983 Ganador del Primer Premio en el Primer salón
1984 Museo de Petare, Caracas, Venezuela Regional de Arquitectos Artistas, SCA, Barranquilla.
1985 Museo de Arte Moderno, Cartagena 1983 Primer Premio en el Tercer Salónde la Acuarela,
1985 G aleríaBelarca, B ogotá M edellín
1986 G aleríaQuintero, Barranquilla 1984 Tercer premio en el Tercer Salón Regional de Artes
1986 G aleríaAcosta Valencia, B ogotá Visuales, Museo de Arte Moderno, Cartagena
1987 G aleríaSkandia, Cartagena 1986 Escogido para ilustrar el calendario de Intercor 1987,
1988 G aleríaArte Autopista, M edellín Barranquilla.
1988 Gwydion Gallery, La Jolla, California 1988 Escogido para ilustrar el calendario de Propal 1989,
1988 Museo La Tertulia, Cali B ogotá.
1990 Museo El Castillo, M edellín 1989 Invitado al XXXIII SalónNacional de Artistas '50
1990 Transco Energy Company, Houston, Texas Aniversario', B ogotá.
1991 G aleríaChica Morales 1991 Primer Premio en el Primer Salónde Arquitectos
1993 Museo de la Acuarela Mexicana, Ciudad de M éxico, Artistas, Casa del M arqués de Valdehoyos, Cartagena.
M éxicoD.F. 1993 M enciónde honor en el Pincel de Oro, G alería
1996 G aleríaBelarca, B ogotá Skandia, B ogotá.
1998 G alería la Escuela, (Grabados) Escuela de Bellas 1996 Invitado a la II Bienal Internacional de la Acuarela,
Artes, Barranquilla Museo de la Acuarela Mexicana, M éxicoDF.
1999 Club El Nogal, B ogotá 2000 Premio a la Excelencia en la IV Bienal Internacional
1999 Museo de Arte Moderno, Barranquilla de la Acuarela, M éxicoDF.
1999 G aleríade la Aduana, Barranquilla
1999 Teatro Heredia, Cartagena
2001 The Williams Tower Gallery, Houston, Texas ••••Mi
AGUAITA SEIS / D I C I E M B R E 2001
C Ü L T | | R A

Poesía

Miguel Iriarte

Oración de la sal
A mis hijos

He venido a decirlo Pero ante todo,


Con lo que puede haber de mar en mis palabras. No dejen que sus sueños la corrompan
Y así estarán salvados de la nada.
Este plato de sal, queridos hijos
Estos granos de sal que he traído desde el mar Este deseo de sal amada mía
Esta mañana Tiene que ser navegado en tus rincones
Han sido cultivados en su extensa verdad Para que se alimente el hambre de m i lengua
Desde hace siglos Para salvar m i corazón con ese aliño
Y se los he ganado a las tormentas de mi alma Para llevarme un recuerdo de sabores
Y a los monstruos del miedo que persiguen mis Y no mirar atrás, estatua calcinada del olvido.
delfines
Y a los misterios del fondo que me llaman. Señor
Aparta la sal de mis pupilas
Están aquí, muchachos, para calmar la pobreza Déjame ver el mar desde tu orilla
De esta casa. Guarda la sal de aquellos que tienen mala suerte
Y para iluminar la bruma de este muelle Ten para mí la cruda sal de cada día
En el que sólo atracan recuerdos y fantasmas La de m i pan, la de m i amor y la poesía.
Orín de tiempo y ahogados de otras aguas.

No la rieguen en la tabla de la mesa.


No dejen que su diamante más perfecto
Se confunda en el desorden de la tierra
No permitan que arda en la candela
No se alimenten con ella en demasía
N i derramen su salmuera en la herida equivocada
Abierta
Por la hoja de metal o por la pena

AGUAITA SEIS / D I C I E M B R E 2001


Magdalena en el río
En el verano, Le gustaba llevarme en su canoa de Ceiba por las
D esp u
ésde largos díasde camino tardes
Buscando aguas y hierbas nuevas Río abajo
Para calmar la inquietud de los ganados, Entre remolinos de agua turbia,
L legábam os hasta la corriente serena del San Jorge G riteríade loros y alcaravanes
(un poco más arriba de Santiago A póstol) Ynubes inmensas
Donde era seguro encontrar muchachas encendidas De pájaros espantados con su risa.
Por el fósforopasional de la subienda
Ycasi desnudas por el ardor y la pobreza. Por allálejos, en el enredo antiguo del manglar
Entonces corríanen tropel a los corrales Anclaba la canoa en las raíces
Para cambiar un poco de vitualla y me ofrecíasus piernas desatadas
Por pescado, o por amor, para que acomodara la orfandad de mis huesos
Muertas de risa y sin sostenes contra unos muslos suaves
Mientras com poníanel rancho abandonado en el sabios ya en el oficio de exprimir jornaleros.
invierno Entonces yo cantaba
Ysacaban culebras y alacranes del techo y los rin- Mientras ella m ovíauna mano en el agua
cones Para hacerle un murmullo a la canción.
Con la tranquilidad del que arregla los santos de un
altar. En los díasSantos de ese abril me daba dulces
De ciruela y mangos y otras mieles
Una de ellas, Magdalena, Yyo la dejaba escuchar canciones y novelas
Para que yo le cantara dos rancheras nuevas que En la radio.
aprendí

AGUAITASEIS / DICIEMBRE 2001


Semana Santa de mi boca
Sólo queda tu ausencia repetida. Desde el ojo de un pez que nos ve allí
Es eso todo lo que tengo. Puestos los dos para un hambre anterior a toda sed.
Tú que desapareces, que te esfumas Y sin embargo ausentes
En la ráfaga alisia que estremece mis ramas. En la extraña ceremonia del olvido.
Aire que nada dice.
Pintura viva de este mar
Brisa del río que viene siempre ahogada. Para el consumo de mis ojos del alma
Con los mismos que te miro
Cada vez que te pierdes de m í Siempre que quiero verte y no te veo.
Más cercana del centro de mis sueños yo te encuentro Espejo desierto de una sal que arde
Más hundida en el pozo rojo de m i sangre Paisaje en el que navegan mis adentros
Más lejana de mis manos
Podrás, ahora que ya sabes de m i andar
Que quisieran tocarte.
En el feliz dolor de la poesía
Por eso sueño.
Que voy en vuelo fácil de la nada del sueño
Para ordenar la defectuosa realidad
a mis silencios, y viceversa,
De no tenerte
Podrás, repito,
Para recomponerle a Dios
Entender por fin que un amor por más callado
Los terribles descuidos de su oficio.
No tiene que ser menor amor.
Para llegar a t i primero que la muerte
Película de tiempo Déjate hallar,
Sobre la piel lustrosa de la noche. Perdida medicina de m i ahogo
Déjame ponerte las manos encima
Parejas intocables somos Virgen gemela
frente a un telón abierto Idéntica deidad a la que van mis rezos dirigidos
Desde donde nos miran los duendes del deseo Dulce moreno de trópico de almíbar
Asomados distantes al mar antiguo de Taganga Miel de ciruelas
Desde el claro mirador de las alturas Para la semana santa de m i boca.
C Ü L T | |~R A

El tirano del ojo brillante


Por Fanny Buitrago

Mis relaciones con el Mar Caribe se iniciaron su brazo aquel hombre que tuteaba a papá, y tenía el
durante una etapa feliz de la niñez, cuando aún no rostro negro como la tinta y una panza enorme bajo su
intuía la palabra nostalgia, y las verdaderas dimen- camiseta listada?
siones del amor y de la muerte resultaban incompren- El hombre del muñón y la sonrisa de oro sería
sibles. No recuerdo el año, ni el día, pero sí un vestido el primer personaje que el Mar Caribe depositó en m i
de etamina blanca con alfajores rojos; a m í misma, con bagaje de narradora. Visto, real, no imaginado.
mis hermanos Luis y Letty, mientras caminábamos por Después vendrían muchos más. Por supuesto, ya me
una playa que parecía infinita y recogíamos piedras sabía la historia de la niña que se enamoró de un pez,
abrillantadas por el oleaje, caracolas, almejas, dólares y otros cuentos de sirenas y delfines y titanes y fantas-
de mar y vidrios de colores que imitaban gemas fabu- mas de ahogados. Mis ojos, asombrados se enfrenta-
losas. Las primeras golondrinas de mi" vida revolotea- ban a la noche junto al mar, sus peces voladores, luces
ban sobre la arena desde el aire diáfano y dibujaban extrañas, los buques y sus reflejos, garzas solitarias,
para el espíritu un primer símbolo de la libertad, pues olor a salmuera, ese obsesionante rumor de las olas.
jamás he visto una golondrina enjaulada, ni siquiera Sin embargo, en la memoria inicial de m i
atada. relación con el Caribe no existe la idea de conocer el
Recuerdo, también, una casa de madera, blanca mar. N i la turbulenta emoción de enfrentarse por
y de barandas anaranjadas, con mecedoras y sillas de primera vez a él, a su inmensidad, olor, sus voces tran-
lona en la terraza; el lugar ideal para contemplar las quilas o coléricas, hecho que constituye un momento
noches estrelladas y escuchar el canto de los grillos y crucial en la vida de otras personas. E l mar era como
a los pájaros nocturnos. Además, he grabado en la un antiguo conocido que intentaba ligarme a él. Y de
memoria un día especial, en el que me rocé con la hecho, lo había logrado y desde siempre.
aventura, cuando almorzamos en una fonda construida A las primeras impresiones infantiles, diáfanas
sobre pilotes, mar adentro. El dueño, un negro enorme y sencillas, el tiempo ha ido agregando una urdimbre
y forzudo, que tenía un muñón cortado a la altura del de espacios, narraciones y leyendas, afectos, perso-
codo, llamó "amigo" a papá, a quien no había visto najes que año tras año otorgan nuevas dimensiones a
antes. A l hacerlo enseñaba un rutilante diente de oro. mi mapa real y emocional del Caribe, así como
¡Dios, qué susto! engarza nuevos colores, aromas, tornados, nombres
Ignoro si ya había leído las aventuras de corrientes, vientos y huracanes, religiones, melodías,
Sandokán, el tigre de la Malasia, y si había visto la frutas, manjares, dupys tutelares.
película de aventura El Cisne Negro, pero apenas si Tras todo ello está la fuerza de una potencia sin
logré pasar bocado, preguntándome, ¿en dónde perdió igual. Jamás he podido escapar a su influjo. El Caribe

AGUAITA SEIS / D I C I E M B R E 2001


siempre está a m i lado, en infinidad de crepúsculos A la isla llegué por casualidad, sin proyectos l i -
admirados desde una terraza en el cielo abierto; el sol terarios o segunda intención. Sólo quería dormir y des-
sobre la cresta del oleaje, como un ojo amarillo fuego pertar al lado del mar. Quizá era octubre, porque las
y sin pestañas que aquel titán caprichoso retira de su golondrinas jugueteaban en la playa y las gaviotas
frente cada tarde y enciende al amanecer. Entre tanto chillaban tras los barcos pesqueros. Absorta en el olea-
susurra, vocifera, grita, silba, y en cada marea trae je, mientras una línea de alcatraces se mecía hasta el
consigo la gestación del mundo y una eclosión de horizonte, recordé a Pepe E l tranquilo, un hombre de
vivencias interminables. mar, cuyas hazañas deslumbraron m i niñez a través de
No importa la lejanía de la playa, la pequenez los cuentos de una vecina fantasiosa y probablemente
de la isla, la belleza del puerto, la modestia de la ciu- un tanto chiflada, puesto que todos sus vestidos tenían
dad costanera o lo peligroso de los arrecifes. Basta que cola de ceremonia y ella alardeaba de haber vivido en
se encuentren al paso en la atmósfera caribeña, para grandes mansiones, asistido a fiestas rumbosas,
que la lejanía, la pequenez, recibido los homenajes de
la belleza, la modestia o el almirantes y gobernadores.
peligro sean caldo de culti- Era una mujer morena y
vo para un inagotable cau- canosa, y yo una niña, y el
dal de historias. F a n t á s - tiempo ha transcurrido,
ticas, traídas de los cabe- pero el Caribe en donde ella
llos, locas, a veces crueles ubicaba a Pepe era el
y a menudo inverosímiles, mismo. Entonces supe que
pero siempre posibles en el escribiría una historia para
área del Mar-Caribe-lite- él en el marco de la isla.
ratura. Tan extensa y signa- Esa misma tarde,
da por los mitos que pueden mientras paseaba por la
nutrir la i m a g i n a c i ón de Calle Larga, v i a una isleña
innumerables creadores, renegrida, con los ojos ras-
como lo ha hecho en el gados. Sentada en un bal-
pasado y lo hará en el cón, peinaba su larguísima
futuro. N i una vida, ni tres cabellera rizada con un
vidas alcanzarían para peine dorado. Estaba des-
escribir sobre su entorno. mm calza y usaba un traje
Así, pues, apenas si desteñido, pero era como
he tenido la oportunidad de una reina destronada que
atrapar unas cuantas pince- miraba con desdén a los
ladas del fabuloso Caribe "A las primeras impresiones infantiles, diáfanas y sencillas, el tiempo transeúntes. En los días si-
ha ido agregando una urdimbre de espacios, narraciones y leyendas, guientes tropecé con el típi-
para fundirlas en narra-
afectos, personajes, sobre el Caribe".
ciones, y espero que músi- co gigoló de playa, con
ca, jarana, voces, tambores, ritmo y color. melena de falso rubio platino, collares, aretes, sonrisa
El mar que describo en muchas historias rodea constante, y admiré su habilidad para atraer a las turis-
una isla colombiana, cercana a Nicaragua, y pertenece tas ansiosas de romance y aventura. Y, una noche en el
a un territorio que yo he rebautizado Archipiélago de casino, v i a un tallador de apostura exótica, que se
San Gregorio y Fortuna, para integrarlo al mundo per- movía como un felino, y me daría el físico de Goyo
sonal que hace unos años comencé a crear a partir de Saldaña, personaje que a c o m p a ñ a r í a a Pepe E l
la intensa emoción que produce el trabajo con la ima- Tranquilo en una novela inspirada en el término
ginación y las palabras, y la sensación de pisar el despectivo que utilizan los isleños para llamar a los
mismo umbral de la magia cuando transformo perso- extraños, que surge de las palabras "Spanish-man",
najes reales en caminantes de novela y espacios ver- pues un español fue uno de los primeros villanos de la
daderos en lugares recién descubiertos. isla: ¡Pañaman!

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El color del agua, entreverada de rosa, azul añil, almacenes, porque la isla es Puerto Libre. Y los
granate, verde esmeralda, lavándula y azul celeste, me afiebrados del poker, capaces de apostar casas, bode-
fascinaba. La infinita variedad de vida marina ejercía gas, edificios y hasta esposas. Los árabes, que envia-
una atracción aún mayor. Me prometí regresar y vivir ban sus hijos al Líbano apenas cumplían ocho años y
allí. Así lo hice. M u y pronto, la tiranía del Caribe sería cuyas consortes nunca iban a la playa; todos miembros
real sobre m i pensamiento. De pronto me v i inmersa de supuestos movimientos de liberación palestina. Los
en un mundo mágico, duro y vital, donde los temas italianos y los antioqueños, los pobres y los millona-
narrativos me asediaban. No sabía por donde comen- rios, con sus c o m p a ñ e r a s celosas y enjoyadas.
zar, ni qué hacer con el personaje de Pepe E l tranqui- También los miembros de la colonia hebrea, que aún
lo. Entonces, una mañana, muy temprano, tocaron a m i se cuentan entre mis amistades, y me proporcionan
puerta, eran los Testigos de Jehová que deseaban con- una historia de sentimientos contrarios: la chica que se
vertirme. Hubiesen podido ser, lo mismo, los santos de enamoró hasta más allá del dolor, porque el muchacho
Jesucristo del último día, los hijos de Jonás o los evan- que amaba terminó casándose con otra, de su misma
gelistas. No resistía la tentación de escucharlos. Y religión y elegida por sus padres. Hecho que la amargó
ellos me visitarían con moderada frecuencia, hasta lle- por largo rato, puesto que no logró entender que no
varme a una historia, que, en m i parecer, refleja lo siempre el amor hace milagros.
insólito del entorno caribeño. Pues, aquel gigoló de Pero, son las historias de amor las que se
playa, rubio oxigenado, terminó por sumarse a mis vis- escriben al final. En ese momento yo intentaba
itantes. Se enamoró de una chica improbable, muy vir- abrirme paso entre una maraña de cuentos y perso-
tuosa, que lo llevó al altar y lo convirtió en misionero. najes. Narraciones que comenzaban a perfilarse y
Tras los Testigos de Jehová vino el descubri- tomaban un camino concreto gracias a un soñador. L o
miento de las innumerables sectas que se disputan el encontré al atardecer, en un muelle, donde se descar-
alma global del Caribe. Me enteraba por m i secretaria gaba combustible. Era un muchacho alto, moreno, de
chinegra, que el culto vudú era más popular que el ojos verdosos, que buscaba tesoros, pues el fantasma
baile del limbo o la salsa. Ella consideraba normal del pirata Morgan rondaba en sus sueños. Era sobrino
encender cirios benditos en la tumba de su padre, des- del Padre Archbold, de la iglesia católica; un sacerdote
tinados a evitar que vecinos desalmadps lo levantasen que en un principio me detestó por haber escrito su
del cementerio para efectuar con su ánima rituales de apellido en el relato y que, luego, se reconcilió conmi-
magia negra. Después, me asomé a un santoral ignora- go y aceptó ser personaje, con una existencia diferente
do por el resto del mundo, que tiene su santuario que ya no me pertenecía a mí, pero tampoco a él.
mayor en Venezuela. Los caribeños rinden culto a El amanecer del Caribe no tiene igual, jamás he
María Lionza, la diosa del amor; al bondadoso Felipe visto, ni siquiera en Grecia, la luminosidad que lo
Atehortúa, un santo negro y sin licencia papal, más acompaña. Su frescura es fugaz. Pronto, el calor
invocado que Fray Martín de Porres; al doctor José comienza a surgir de la tierra; en la isla doblemente
Gregorio Hernández, un médico beatificado por la viva, porque está formada de coral, el sol rebrilla. Los
santa Madre iglesia, y ¡lo inconcebible! a una indíge- lagartos comienzan a silbar entre los jardines y las
na y guerrera, Guaicapuro, quien con la Diosa y Felipe iguanas huyen a esconderse en la penumbra de bode-
conforma la trinidad pagana de una mesa de los santos gas y muelles. Es posible que llueva a torrentes, pero
que tienen otros nombres y el Mar Caribe por cielo de a las once de la mañana el bochorno puede ser inso-
fondo. portable.
En las noches, me sentaba con nuevos amigos a Pero fue en un m e d i o d í a radiante cuando
contemplar la luna sobre el mar, las estrellas o el refle- tropecé en al calle al viejo Rengy, dueño de una fortu-
j o de las luces de hoteles y buques sobre las olas. Era na inmensa, a quien sus hijos llevaban a morir en la
en la avenida de la playa, en donde se reunían, en isla. Envuelto en una manta, flaco, consumido, con
cafeterías y terrazas, los jugadores de dominó, que hielo metido entre los huesos. Estaba tan débil que ni
tomaban cerveza en el día y whisky desde el atardecer, siquiera podía conducir su silla de ruedas. Tenía un
mientras sus mujeres trabajaban de sol a sol en los último deseo, vivir sus últimos días junto al mar,

AGUAITA S E I S / D I C I E M B R E 2001
la calle, poco antes de
morir. A l entierro asistiría
muchísima gente, para que
el difunto no pensase que
también en el más allá se
había quedado sin suerte.
Era tal vez mi
segundo año en la isla. Y
las exigencias de la vida
me llevaron a trabajar en
una oficina de promoción
turística. Tenía una secre-
taria chinegra, llamada
Anicia, que bien hubiese
podido ser modelo de
Saint Laurent, pero que
"Un mundo mágico, duro y vital". tenía dos dientes de oro,
dos hijas y un marido
"¡Qué tristeza!", exclamaba la gente a su paso, "¡ya mujeriego, y quien comenzó a minar el hechizo en el
vive de prestado!". cual me encontraba sumergida. "Nunca, nunca —me
Los hijos partirían de prisa, dejándolo al cuida- dijo- comas nada que te haya regalado un isleño" y,
do de una negra grande y exuberante, quien lo sacaría llevando su consejo al extremo, comenzó a tirar a la
de su pesadumbre, le quitaría el frío, y viviría con él basura los mangos perfumados, los cangrejos rellenos,
desde entonces, para escándalo de la comunidad y fas- las patillas que a veces me obsequiaban. En los mis-
tidio de los herederos que veían alejarse el tiempo de mos días, nuestro jefe sufría de espantosos dolores y
prosperar. calambres en el estómago. Era un hombre importante
Entre otros personajes que el Caribe ha deposi- y recibía numerosos presentes. Así, motivada por su
tado en m i memoria recuerdo con especial afecto a ejemplo, comencé a suprimir las sopas de rondón, los
Yacamán, un árabe nacido en Belén, como Cristo, caracoles fritos, las tajadas de árbol del pan, hasta los
quien al igual que Pepe E l tranquilo — y su hermano de cocos que le llevaban amigos y solicitantes. Tal vez lo
leche, Gregorio Saldaña- no se conformaría con un estaban envenenando lentamente - c o m o insistía
relato y exigiría una novela, que sigue en proceso cre- Anicia- o quizá estaba minado por las amibas. L o
ativo. Su mujer moriría en un extraño accidente, en curioso es que los dolores cesaron, y el hombre, que en
otro mar, el desierto del Sahara, y él, después de haber su posición tenía muchos enemigos y algunas deudas,
sido uno de los hombres más ricos y extravagantes del no volvió a comer nada que no le hubiese cocinado en
archipiélago, terminaría consumido por una lenta su casa. En aquella misma oficina había una empleada
enfermedad, no sin antes crear una leyenda. llamada María, de veinticuatro años entonces, isleña,
Yo, que había ido a vivir a la isla por una corta que tenía seis hijos de padres diferentes y como siem-
temporada, de semana en semana e historia en historia, pre había vivido frente a la Policía y adoraba los uni-
permanecí allí casi tres años. E l ambiente, los habi- formes, todos eran hijos de policía. Era rica en tierras
tantes, la atmósfera de comercio, juego y religión, y chiquillos, y también me ayudó a describir la madre
constituían un alimento diario. Me bastaba acudir a la de uno de los protagonistas de m i novela Los
modista, para salir embelesada, como una niña con la Pañamanes. Siempre que me la encontraba en un pasi-
mano cerrada sobre una moneda o sortija. ¡Qué ma- llo que lindaba con la playa y me creía demasiado
ravillas contaba Doña Tulia!, mientras medía y corta- ensimismada, giraba su mano derecha sobre las sienes
ba telas, manipulaba su máquina de coser. De ella y decía "La pobre, el mar se le ha comido todo el
escuché la historia del hombre que había perdido su seso...¡y escribe cuentos!, ja...ja y quién sabe qué".
talismán, a quien me mostraron cabizbajo y contrito en

AGUAITA SEIS / D I C I E M B R E 2001


María tenía un poco de razón. El mar, la isla, Había llegado el momento de hacer maletas,
estaban alejándome de la gente que más amaba. ¡Mi tomar distancia. Permitir que las innumerables histo-
familia comenzaba a darme por caso perdido! Además, rias que había visto y escuchado, sobre vagos y hipies
en el centro se había inaugurado una librería, y el sitio y aventureros y suicidas y artistas locos y mujeres de
era polo de reunión. De pronto tuve amigos con los dudosa procedencia y políticos veniales y visionarios,
cuales podía hablar de literatura, intercambiar libros y y mensajeros y camaradas, talladores y santones y
comentarios. Había dejado de ser la extraña, se me viejos isleños que nunca descendieron a pisar el centro
invitaba a cócteles y primeras comuniones. A l parecer, turístico, por considerarlo como un atentado para sus
no existía ya nada que pudiese moverme de allí. Pues, principios morales, tomasen rumbo propio.
no importaba lo difícil que fuese la vida diaria; era Me marché hacia el continente llena de tristeza
suficiente, al atardecer, salir a la avenida de la Playa o y nostalgia. Sí; volvería a la orilla del mar, por breves
caminar por bahía Sonora, contemplar el sol hundién- temporadas. Sin embargo, siempre, siempre, el mar
dose en el horizonte azul, la oscilación del oleaje, para está presente en mi vida. Es como un hombre intensa-
que la rutina del trabajo, el clima, los mosquitos, una mente amado y supuestamente olvidado, quien sin
que otra batalla contra las hormigas, la falta de dinero, embargo retorna en mis sueños. Todavía, me siento a
literalmente se borrasen. Si lo inesperado no formase escribir frente a él, así lo tenga lejos. Y es el Caribe,
parte de la vida, mis historias sobre Santa Fe de misterioso y profundo, y su fabuloso entorno, el
Bogotá no serían ciertas. Estaría sometida únicamente sendero que me ha permitido llegar hasta aquí, a narrar
a la tiranía de un ente masculino con un ojo brillante. la génesis de una vivencia literaria, a contar mis rela-
Quizá nunca hubiera atravesado otros mares, otros cie- ciones con un tirano y con todas las personas que com-
los, ni escrito sobre el Caribe como fuente de historias. ponen su corte, en donde yo formo parte de los
Pero, lo inesperado nunca pide licencia. Y sucedió que trovadores y cuentistas, de quienes escriben una míni-
Don Kurt, un viejo amable y sosegado que frecuenta- ma parte de su leyenda inconmensurable.
ba la librería Véneto, fue acusado por un espantoso A lo lejos escucho la música del oleaje, una
rumor de ser, realmente, un criminal nazi. Después trompeta melancólica o la voz de un cantante negro en
murió don Lupo, comerciante de la colonia hebrea, y noche de luna llena.
enseguida, Giani Belli, un italiano que se. pintaba la
barba de colores brillantes y tenía el restaurante más
agradable de la isla.
De pronto, un alto jefe de la Policía, enamorado
de una amiga, pues los jefes también se enamoran, me
dijo una palabras extrañas: "Usted puede caminar con
la cabeza muy alta, pues aquí, en esta zona del Caribe,
hay personas con nombres cambiados, nuevos papeles,
gentes que deben más de un muerto, contrabandistas
de armas y drogas, falsos predicadores, jugadores con
ventajas. Usted me cae bien..." No dijo ¡cuidado! ni
¡ alerta! Pero su tono de voz y su mirada eran como una
advertencia. De pronto tuve miedo. En esos días,
alguien, entre los políticos, comenzó a comprar mi
correspondencia. Las cartas eran abiertas y cerradas de
cualquier manera o, lo que era peor, llegaban arru-
gadas hasta la exageración y sucias. Mis conversa-
ciones telefónicas eran como propiedad pública, y a
ciertas señoras comenzó a parecerles que la profesión
literaria ni tenía diplomas ni categoría. De pronto, el
blanco de los rumores era yo.

AGUAITA S E I S / D I C I E M B R E 2 0 0 1
Ñ~J pr i c ¡ A s

Intenso trabajo de investigación y difusión


en el segundo semestre de 2001
Por Redacción Aguaita

Dos becas de investigación, la continuación de junio, en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán de Bogotá, se
la línea de investigación sobre la estructura industrial presentó la conferencia Porro pelayero e identidad del
del Caribe colombiano, 21 cátedras del Caribe colom- Sinú, del investigador cordobés William Fortich.
biano, la publicación de dos libros, y una intensa par- En este segundo semestre, la Cátedra del Caribe
ticipación en seminarios, talleres, conferencias y con- se inició en Cartagena el 4 de julio con la conferencia
versatorios en toda la región, caracterizan la labor Poblamiento del Caribe Colombiano, dictada por el
desarrollada en el segundo semestre del año 2001, por historiador Fabio Zambrano Pantoja, quien es autor de
el Observatorio del Caribe Colombiano en el cumpli- la investigación Historia del poblamiento del territorio
miento de su objetivo de difundir, desde las más diver- de la región Caribe de Colombia aparecida en el libro
sas disciplinas, los resultados de las investigaciones que Poblamiento y ciudades del Caribe colombiano, pu-
permitan un conocimiento integral *del Caribe colom- blicado por el Observatorio del Caribe; esta conferencia
biano y propicien su transformación. fue presentada también en Barranquilla, Sincelejo y
Montería. Los días 8, 9 y 10 de agosto se realizaron los
La Cátedra del Caribe seminarios Las artes plásticas del Caribe colombiano,
A l cumplir su tercer año, la Cátedra del Caribe por el crítico Alvaro Medina, y Literatura del Caribe
se ha consolidado como el principal espacio de con- Colombiano, por el ensayista y docente universitario
fluencia para quienes investigan y reflexionan sobre el Ariel Castillo, en San Andrés, y el 28 de agosto el
quehacer académico y cultural de la región. De esta investigador cultural Jorge Nieves dictó en Cartagena la
forma, el Observatorio ha concretado uno de sus conferencia Transformaciones de los imaginarios po-
propósitos: aportar a "la consolidación del proyecto de pulares en Cartagena de Indias.
nación a partir del reconocimiento de las diferencias, la Septiembre fue uno de los meses de mayor tra-
heterogeneidad y el pluralismo, tal como lo consagra la bajo en la cátedra. Los días 11, 1 2 y l 3 s e presentó la
Constitución de 1991". Ariel Castillo y Lucy Porras han conferencia Bases geohistóricas de la conformación
sido los coordinadores de esta intensa tarea intelectual del Caribe colombiano, de Francisco Avella, en
en la región. Barranquilla, Sincelejo y Montería, respectivamente. El
El 7 de junio se presentaron trabajos que se 19, en Valledupar, con motivo de los 25 años de fun-
inscriben en la indagación de nuestros orígenes: una dación de la Universidad Popular del César, Weildler
muestra fotográfica El último hallazgo arqueológico en Guerra dictó la conferencia La disputa y la palabra: la
La Guajira, de Alexis Carabalí, y las conferencias ley en la sociedad wayúu. En Bogotá, el 27, se adelan-
Nuestra arqueología caribeña, por Alicia Dussán, y tó un reconocimiento a la obra narrativa del novelista
Cambios en la cerámica del formativo en la costa Ramón Illán Bacca, con la presencia de este escritor.
Caribe Colombiana por Cari Langerback. Y el 19 de Los ensayistas Cristo Figueroa y Sara González

AGUAITA SEIS / DICIEMBRE 2001


En total, de julio a noviembre se
dictaron 21 cátedras, en escenarios tan
diversos como la Universidad del
Atlántico, la Casa Bolívar y el Museo
del Oro de Cartagena, el Teatro Jorge
Eliécer Gaitán de Bogotá, la Cámara
de Comercio de Sincelejo, la Uni-
versidad de Córdoba, la Universidad
Popular del Cesar, la Universidad
Javeriana en Bogotá, el Centro Cul-
tural de Comfamiliar en Barranquilla,
el Salón Múltiple del Banco de la
República en Riohacha, el Centro
Cultural Raúl Gómez Jattin de Cereté,
la Universidad del Magdalena, el

J Auditorio de la Cámara de Comercio


en Magangué, la Cámara de Comercio
de Montería, la Universidad Nacional
en San Andrés.

El 27 de septiembre en Santa Marta, el economista Adolfo Meisel Roca presenta su investi-


gación ¿Por qué perdió la costa Caribe el siglo XX? Indagando en la afro-
descendencia
realizaron un conversatorio llamado Entre lo barroco y El Simposio Internacional "150 años de la abo-
lo chévere: la escritura artística de Ramón Ulan Bacca. lición de la esclavitud en Colombia: Pasado, Presente y
En Santa Marta, ese mismo día, el economista Adolfo Futuro de los Afrodescendientes" se realizó los días 18,
Meisel Roca presentó su investigación ¿Por qué perdió 19 y 20 de octubre en Cartagena y fue organizado por
la costa Caribe el siglo XX? la Universidad Nacional de Colombia, el Instituto de
El 9 de Octubre, en Barranquilla, el periodista Antropología e Historia, el Instituto Latinoamericano
Jorge García Usta habló sobre Héctor Rojas Herazo: el de Servicios Legales Alternativos, la Universidad de
poeta como cronista de prensa. Y en Riohacha, el 24 de Cartagena, la University York The Nigerian Hinterland
ese mes, el historiador José Polo participó en el con- Project, la Universidad del Cauca y el Área Cultural del
versatorio sobre Poblamiento y conflicto social en la Banco de la República.
frontera Guajira, 1700-1800. Y para finalizar la activi- Este Simposio se llevó a cabo en el marco de la
dad de ese mes, el 26, en Cereté, Cristo Figueroa expu- conmemoración de los 10 años de la Constitución
so su trabajo La obra literaria de Germán Espinosa: Nacional que declaró la protección estatal a la diversi-
referente indiscutible de la cultura colombiana contem- dad étnica y cultural, de la realización de la
poránea. Conferencia Mundial Contra el Racismo, la Xenofobia
El 1 de noviembre, en Santa Marta, en el marco y demás Formas de Discriminación Racial celebrada en
del taller departamental de historia, el historiador José Sudáfrica y de la conmemoración de los 150 años de la
Polo habló sobre Las nuevas tendencias en la enseñan- abolición de la esclavización en Colombia. El simposio
za y la investigación histórica en la región Caribe tuvo los siguientes ejes temáticos: escenarios históricos
colombiana. El músico Egberto Bermúdez habló sobre en torno a la abolición de la esclavitud, identidades y
Historia de la música del Caribe, el 19 de noviembre en etnicidad, la reparación, dinámicas de los movimientos
Valledupar y el 20 en Barranquilla. En Magangué, el afrodescendientes y conflictos y territorios.
27, la urbanista Stella Salazar presentó Magangué y el La Cátedra del Caribe se vinculó a este trascen-
agua: oportunidades y conflictos, y en Barranquilla, dental evento con tres conferencias: Del mestizaje al
ese mismo día, el investigador musical Guillermo multiculturalismo: formas y transformaciones del
Carbó disertó sobre Tambora y chande, bailes cantados racismo en Cartagena, de Elizabeth Cunin; Incluir la
en el Caribe Colombiano.

AGUAITASEIS / D I C I E M B RE 2001
afrodescendencia en la construcción multicultural de la Zuluaga, Leonardo Reales Jiménez, Beatriz González,
nación colombiana, de Claudia Mosquera; y Balance Adriana Maya, Jaime Arocha, Claudia Mosquera
del movimiento social afrocolombiano en el Caribe R o s e r o - L a b b é , Mará Viveros Vigoya, José Félix
continental, de Alfonso Cassiani. Ríaseos, María Elvira Benítez, Dilia Robinson Davis,
Los días 28, 29 y 30 de noviembre, en el marco Inírida Morales, Mauricio Pardo, Juan de Dios
de la V I Cátedra Anual de Historia "Ernesto Restrepo Mosquera Mosquera, Egberto B e r m ú d e z , Ramiro
Tirado", el Museo Nacional y el Observatorio del Delgado, Esperanza Biojó.
Caribe Colombiano organizaron uno de los más com-
pletos análisis del aporte de las comunidades negras a Red de investigadores
la construcción de la nación. También participó el En reunión del Sistema Universitario Estatal
Ministerio de Cultura y se contó con el auspicio del (SUE) Caribe y el Icfes, celebrada en Barranquilla el 9
Programa de las Naciones de noviembre de 2001, los
Unidas para el Desarrollo- rectores de las principales
PNUD, Instituto Distrital de universidades públicas de la
Cultura de Cartagena de I n - costa aprobaron la creación
dias, Agencia de los Estados de una Red de investigadores
Unidos para el Desarrollo de las universidades estatales
Internacional-USAID, Agen- alrededor del saber sobre el
cia de Cooperación Colom- Caribe colombiano, propues-
biana Internacional - A C C I , ta por el Observatorio, un
Organización Internacional proyecto concebido en el
para las Migraciones-OIM, marco de las Nuevas Estra-
Plan Caribe, Vicepresidencia tegias para la Integración de
de la República, Ministerio las Universidades Estatales
del Interior. La sede fue el de la Región Caribe de
Auditorio Teresa Cuervo Colombia que se proponen
Borda del Museo Nacional de contribuir a implantar proce-
Colombia. sos de colaboración, comple-
Se trataron, entre mentación y cooperación en-
otros, temas como: el proceso tre las universidades públicas
histórico de la esclavización regionales.
desde sus orígenes hasta la Desde su nacimiento,
liberación en la Nueva Gra- el Observatorio se propuso
nada, las estrategias de resis- ser una institución que en la
tencia a la esclavización, los generación y divulgación del
aportes de las poblaciones conocimiento de la región
negras a la sociedad, la cul- objeto de estudio se relacio-
tura y la economía colom- nara con su entorno como un
bianas, las reflexiones con- E l 28 de agosto el investigador cultural Jorge Nieves presenta en núcleo dinamizador de articu-
temporáneas de esta pobla- Cartagena la cátedra Transformaciones de los imaginarios po-
laciones entre universidades y
pulares en Cartagena de Indias.
ción frente al racismo y la centros de estudio, y estable-
construcción de un país multicultural. Participaron, ció entre sus competencias "tejer redes de instituciones,
entre otros los docentes universitarios, investigadores y profesionales, especialistas y organizaciones para la
escritores: Madeleine Alingue, Martín Kalulambi construcción colectiva de saberes sobre la región". E l
Pongo, Dorina Hernández, Jaime Jaramillo Uribe, 15 de mayo de 2001, el Observatorio presentó y some-
Óscar Almario, Alfonso Cassiani Herrera, Dolcey tió a consideración ante la comunidad académica la
Romero, Mario Diego Romero, Rafael Antonio Díaz propuesta preliminar del Proyecto de Integración
Díaz, Orián Jiménez, Adolfo Meisel, Alfonso Muñera, alrededor del Saber sobre el Caribe Colombiano. De
Luis Alarcón, Jaime Borja, Bernardo Leal, Francisco esta forma, el documento circuló por correo electrónico

AGUAITA SEIS / D I C I E M B R E 2001


entre los investigadores y se realizaron, durante el Distrital de Cultura de Cartagena. El jurado estuvo inte-
segundo semestre del año, reuniones sobre la propuesta grado por el crítico Ariel Castillo, el escritor Javier
en la gran mayoría de las universidades públicas. Igual- Hernández García y la investigadora Gloria Triana,
mente, fue presentada ante Colciencias y el Icfes. E l quienes destacaron la calidad de cada uno de los
objetivo de esta red es permitir la integración de la proyectos presentados. Para la convocatoria de 2001 el
comunidad científica alrededor del saber sobre el número de propuestas aumentó a 67, adquiriendo las
Caribe colombiano como aporte al desarrollo regional. becas importancia nacional en torno a la investigación
El proyecto busca construir colectivamente un del Caribe colombiano.
gran sistema de pensamiento sobre el Caribe colom- El proyecto Puerto, sociedad y conflicto en el
biano mediante el establecimiento de relaciones entre Caribe colombiano (1850-1930), del historiador
quienes desde la ciencia y la cultura aportan al barranquillero Sergio Paolo de las Aguas propone lan-
conocimiento sobre la región. La visión futura de lo que zar una mirada desde lo social sobre distintos aspectos
se propone es una red integrada por investigadores, i n - de los trabajadores portuarios en sus contextos históri-
telectuales y artistas que se articulan alrededor de pro- cos y de la forma cómo se crearon los centros portua-
gramas de estudio, investigación, reflexión y divul- rios de Cartagena y Barranquilla. La investigación
gación y que contribuye no solo a elevar la calidad de tratará diversas relaciones de las que surgieron actores
la misma educación superior sino también, de manera sociales, individuales y colectivos los que, con sus con-
efectiva, al análisis y transformación de la realidad, así flictos e iniciativas marcaron la vida social de la región
como a la popularización del conocimiento. y analizará temas centrales que van desde el disfrute del
ocio, pasando por el trabajo, las identidades genera-
Becas Rojas Herazo cionales, las clases sociales, cofradías, mutuarias, sindi-
Los proyectos Puerto, Sociedad y conflictos en catos y partidos políticos. Solano es licenciado en
el Caribe colombiano (1850-1930) del historiador Ciencias Sociales de la Universidad del Atlántico, y se
Sergio Paolo Solano de las Aguas y Tambucos, seretas desempeña como profesor asociado del programa de
y cafongos; recipientes, soportes y empaques del historia de la facultad de Ciencias Humanas de la
antiguo departamento de Bolívar del investigador y Universidad de Cartagena y como director del
pintor Cristo Hoyos Mercado fueron los ganadores de Departamento de Investigaciones de la misma.
la tercera convocatoria de Becas de Investigación "Tambucos, seretas y cafongos; recipientes, so-
Héctor Rojas Herazo que otorga el Observatorio del portes y empaques del antiguo departamento de Bolí-
Caribe Colombiano y el Ministerio de Cultura y que var" del investigador Cristo Hoyos es una propuesta de
consiste en 15 millones de pesos para la realización de descubrir toda una utilería, "la gran vajilla del campo
cada investigación. Este año tuvo el apoyo del Instituto agrícola y ganadero: pilones, bateas, pailas, platones,

El 9 de Octubre, en Barranquilla, el periodista Jorge García Usta habla La música del Caribe colombiano fue el tema que trató el investigador
sobre Héctor Rojas Herazo: el poeta como cronista de prensa, en el Egberto Bermúdez, en la cátedra que se realizó en Barranquilla el 20 de
marco de la Cátedra del Caribe Colombiano. noviembre. Lo acompañan los coordinadores del programa, Lucy Porras
y Ariel Castillo.

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tinajeras, jolones y específicamente los tambucos y
Haciendo historia
seretas (ampletas)". Todos estos recipientes de sencillas
Dos eventos de historia fueron apoyados por el
y bellas formas son fabricados con diversidad de mate-
Observatorio del Caribe: el Seminario de Historia
riales que adquieren pátinas y texturas proporcionadas
Regional, organizado por la Facultad de Ciencias Hu-
por el tiempo. El objeto de la investigación es sistema-
manas de la Universidad de Cartagena, y el Encuentro
tizar y agrupar esta utilería de acuerdo con sus materia-
Departamental de Historia del Programa de Ciencias
les y sus usos con el objeto de evidenciar las ventajas
Sociales de la Facultad de Educación de la Universidad
socioculturales, ecológicas y económicas que represen-
del Magdalena. El primer seminario mencionado reunió
ta mantener la continuidad tanto de la utilización de los
los trabajos más destacados de los egresados y docentes
insumos producidos en el medio, como de la actitud
de esa institución, entre ellos los trabajos reunidos en el
creadora y realizadora de estos tradicionales artefactos.
libro Desorden en la plaza, publicado por el Instituto
Hoyos, nacido en Sahagún, es licenciado en Ciencias
Distrital de Cultura de Cartagena de Indias.
Humanas con especialidad en Historia de la
En el Encuentro Departamental de Historia se
Universidad Nacional de Colombia, y su obra artística
presentaron las conferencias: La educación histórica y
ha sido expuesta nacional e internacionalmente.
la enseñanza de la historia en el Caribe por José Polo
y Territorios plurales, cambios sociopolíticos y gober-
Pensando las ciudades nabilidad cultural por Carlos Vladimir Zambrano.
Se realizó en Barran-
También se realizó el panel
quilla el conversatorio so-
"Investigación interdiscipli-
bre el estado de las ciuda- naria y ciencias humanas:
des del Caribe colombiano su relación con la enseñanza
a finales del siglo X X , en el de la historia" con la pre-
que participó el director del sencia de los especialistas:
Observatorio del Caribe, José Antonio Camargo, Ro-
Alberto Abello Vives. E l lando Bastidas, Fabio Silva,
acto hizo parte de la progra- Marcos Hernández; como
mación del "Conversatorio invitado especial a este
de Ciudad", organizada evento estuvo el historiador
conjuntamente con la Uni- Mauricio Archila que pre-
versidad del Atlántico. E l sentó la ponencia La inves-
Tambora y chande, los bailes cantados del Caribe colombiano, fue el
Conversatorio se ha con- tema que analizó el músico Guillermo Carbó en la cátedra celebrada tigación histórica: una
vertido en uno de los más en Barranquilla el 27 de noviembre. Lo acompaña Ariel Castillo mirada nacional.
amplios y efectivos espa-
cios para el intercambio de ideas y conocimientos La investigación sobre industria
sobre la ciudad, en el que se reflexiona desde distintas El estudio Estructura industrial del Caribe
disciplinas sobre el pasado, presente y futuro de las colombiano-fase III, del Observatorio del Caribe
ciudades del Caribe colombiano y en él se presentaron Colombiano, busca realizar un análisis más detallado
las conclusiones contenidas en la publicació n de los subsectores identificados en la segunda fase
Poblamiento y Ciudades del Caribe Colombiano, que como los más dinámicos: los de mayor participación en
compila las relatorías de los talleres realizados en las la producción industrial, mayor valor agregado, mayor
ciudades capitales de la región y Magangué. generación de empleo, mayor productividad, es decir,
En ese mismo sentido, se organizó junto a la sectores jalonan el desarrollo industrial de la región y
Cámara de Comercio de Sincelejo, la Secretaría de tienen una gran importancia económica y social. Los
subsectores identificados como los más dinámicos y
Gobierno Municipal, la Corporación Universitaria del
que serán objeto de estudio en esta tercera fase, son: la
Caribe y la Secretaría de Planeación Departamental el
fabricación de sustancias químicas industriales, la fa-
conversatorio Pensar Sincelejo, que se realiza los
bricación de productos plásticos, y la fabricación de
primeros jueves de cada mes en dicha ciudad.
productos alimenticios excepto bebidas.

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Como complemento de esta tercera fase de la tales como el Instituto Ser de Investigación —PREAL-,
línea de industria, el Observatorio desarrollará el la Fundación Corona y un organismo internacional
proyecto de investigación El Estancamiento del desa- como el Banco Mundial unieron esfuerzos para estudiar
rrollo industrial de la región Caribe colombiana 1990- los casos de las entidades departamentales y munici-
2000, que busca identificar los factores de mayor inci- pales mencionadas y analizar los resultados del sector y
dencia en el rezago industrial de la región, con lo cual los factores críticos en la gestión municipal y seccional.
se esclarecerán las potencialidades del sector manufac- Este libro nos entrega elementos de análisis para
turero regional en aras de diseñar estrategias viables de entender el proceso de descentralización del sector
desarrollo industrial. educativo y los factores críticos de la gestión de las se-
cretarías de educación distritales, municipales y depar-
Consecuencias de la descentra- tamentales, en cuanto al liderazgo del gobernante, la
lización planificación del sector, las relaciones de las secretarías
Se llevó a cabo en Cartagena el seminario con su entorno, el fomento de la participación de la
Repensar la descentralización en el Caribe comunidad educativa y el manejo financiero de los
Colombiano: Presentación del estudio Evaluación de recursos disponibles para el sector. Estos elementos
la Descentralización en Treinta Municipios de la Costa referidos a la capacidad de las entidades territoriales
Caribe. Las intervenciones de este seminario fueron: para la prestación del servicio educativo, se conjugan
Evaluación de la descentralización en 30 municipios de con los aciertos y desaciertos de la política diseñada por
la Costa Caribe por Marta Madrid Malo, investigadora el nivel nacional en cuanto a la distribución de las com-
del Observatorio del Caribe Colombiano; La transfe- petencias y la distribución de los recursos y las políti-
rencia de la crisis fiscal por el senador Amilkar Acosta; cas salariales de los maestros, así como las legisla-
La descentralización: las reformas recientes por ciones que regulan la actividad del sector, los cuales
Norman Julio M u ñ o z , asesor de la Unidad de generan resultados en cuanto a cobertura y calidad de la
Desarrollo Territorial del Departamento Nacional de educación preescolar, primaria y secundaria.
Planeación; Transferencias y descentralización munici- El Observatorio fue la entidad llamada para
pal por Manuel Fernández, de Fundesarrollo; Finanzas realizar los estudios de caso del departamento de
municipales: el caso de Cartagena y Bolívar por Luis Bolívar y del distrito de Cartagena, constituyéndose en
Lora, ex secretario de Hacienda "de Cartagena; una experiencia valiosa para el seguimiento de la
Descentralización fiscal en los departamentos de la
temática en la región costeña.
Costa Caribe por Joaquín Viloria, investigador del
Banco de la República; La descentralización en los
departamentos por Angel Villadiego, ex gobernador de
Nuevos libros al finalizar el año
Ayer y hoy del Caribe colombiano en sus
Córdoba; y, Participación Comunitaria y descentra-
lenguas es el libro de la lingüista María Trillos Amaya
lización por Raúl Paniagua, ex director de la Fundación
que aparecerá en el mes de diciembre. Se trata de la
Social, seccional Cartagena. Las conclusiones y
investigación premiada en la I Convocatoria de las
recomendaciones estuvieron a cargo de Alberto
becas de Investigación Cultural "Héctor Rojas Herazo".
Maldonado, coordinador del estudio nacional
La publicación cuenta con el apoyo del Icfes, del
Evaluación de la descentralización municipal en
Sistema Universitario Estatal del Caribe, del Centro de
Colombia.
Estudios de Lenguas Aborígenes de la Universidad de
Igualmente apareció el libro La gestión educati- los Andes y del Banco Santander.
va de las entidades territoriales colombianas: lec- El segundo libro que circulará en diciembre es
ciones de una década, resultado de una alianza entre Resultados de la descentralización municipal en el
varias entidades nacionales e internacionales preocu- Caribe colombiano, editado por Marta Madrid Malo de
padas por las implicaciones de la descentralización Andreis y Luz Elena Díaz, del Observatorio del Caribe
educativa en Colombia. Las entidades territoriales Colombiano. Se trata de un estudio financiado por el
como los distritos de Barranquilla y Cartagena, los Departamento Nacional de Planeación, el Fondo
municipios de Pasto, Pensilvania y los departamentos Financiero de Proyectos de Desarrollo, Fonade, la
de Antioquia, Bolívar y Cundinamarca, el Ministerio Agencia de Corporación Alemana y el Programa de las
de Educación Nacional, instituciones no gubernamen- Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD.

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L A A L E R I A D E L E E R

20 años dejando huellas revisa nuestra


propia diversidad
La revista Huellas de la Universidad del Norte
y nuestras refle-
cumplió 20 años, y este hecho de por sí se constituye en
xiones más uni-
una proeza editorial en nuestra región, caracterizada por la
versales.
poca cantidad de publicaciones universitarias y por la
En este
escasa continuidad de las mismas. En el editorial de la
número encon-
revista número 60-61, su director, Jesús Ferro Bayona,
tramos dos home-
destaca este singular hecho: "Dicen que lo difícil, después
najes a través de
de publicar el primer número, es mantener la salida per-
dos ensayos: Car-
iódica de una revista. La sentencia se refiere, sobre todo, a
los Angulo Valdés
las revistas culturales y universitarias. La excepción a la
y su contribución
regla se aplica a Huellas, la revista cultural de la
a la arqueología
Universidad del Norte, que llega a 20 años de ininte-
del Caribe, del
rrumpida publicación".
investigador
Huellas nació en el año 1980 y desde el principio
Jorge Villalón co-
mostró su vocación y sus preocupaciones por el mundo mo un reconoci-
costeño. La región debatía seriamente acerca de su identi- miento al trabajo científico del extraordinario arqueólogo
dad caribeña y Huellas abrió sus páginas para que, desde
atlanticense, y la publicación de dos textos postumos del
una perspectiva académica, esta discusión tuviese con- inolvidable Campo Elias Romero Fuenmayor: Muerte en
tinuidad. En el mismo editorial, se cuenta cómo a partir de
Venecia versus La virgen de los sicarios y La morte de
un foro programado por la Cámara de Comercio, se inicia sardanaple, proeza asiática de un romántico.
para Huellas el que ha sido su principal derrotero: abrir
También encontramos una reflexión sobre la cons-
espacios de discusión desde la región acerca de su propia
titución de la nacionalidad colombiana a partir de sus pro-
identidad y de sus aportes a la construcción de la nación
cesos migratorios en el ensayo Reflexión sobre la
cultural colombiana. Dice el editorial: "En otros momen-
migración en Colombia: los indostaníes en territorio va-
tos, se ha resaltado el debate académico que se inició en
llecaucano de la profesora María Cristina Navarrete. Y
octubre de 1980 en torno al "modo de ser costeño"... Se
dos textos de reflexión filosófica: Cultura y erotismo en
encuentra ahí la génesis, poco estudiada, del debate sobre
Freud, del filósofo Rubén Maldonado Ortega y La justi-
identidad costeña, que ha ido teniendo eco en las páginas
cia: debate filosófico y perspectivas prácticas, de Delfín
de la revista... Esa línea de reflexión sería, a mi modo de
Ignacio Grueso.
ver, la consonante académica de la preocupación política
costeña de encontrar la fórmula de su autonomía regio- En cuanto a lo cultural y lo literario, la revista pu-
nal". blica Cronista ideal con deleite y picardía de Juan Gus-
tavo Cobo Borda, acerca del libro de Ramón Illán Bacca
Pero lo anterior no quiere decir que Huellas sea
Escribir en Barranquilla; José Asunción Silva y su ero-
una revista regionalista, pues en sus páginas dialogan las
tismo melancólico de James Dunson; Intercambio lengua-
más diversas disciplinas y saberes, los temas más univer-
jero wayúu y continente biográfico garciamarquiano de
sales y aun las discusiones identitarias que se generan
Juan Moreno Blanco; Remembranzas del maestro Roberto
desde otras regiones. Y esta preocupación es también una
Páramo de Piedad Sánchez Molinares; y la poesía de la
preocupación de la misma Universidad del Norte, como lo
barranquillera Mercedes Mejía Meléndez, Alethia.
señala José Joaquín Andrade en un discurso pronunciado
Así, Huellas celebra sus 20 años, creciendo a la par
en la ceremonia de grado del año anterior y publicado por
de la institución que le dio vida, la Universidad del Norte,
la revista: "...el triunfo de la diversidad, de la localidad, no
aportando además a la construcción de una tradición edi-
ha impedido que los tiempos que corren se caractericen, al
torial en la vida académica de la región y sirviendo de
mismo tiempo, por el fenómeno de la globalización".
ejemplo de constancia y dedicación para las publicaciones
El carácter de la revista se refleja, con claridad culturales y universitarias, no sólo en la región costeña
contundente, en este volumen doble en el que se rinde sino en todo el país.
homenaje a intelectuales que han hecho sus aportes a la
reflexión de ese "modo de ser caribe", al tiempo que se
Redacción Aguaita
AGUAITA SEIS / DICIEMBRE 2001
A Ü T^j |~R E S

J U A N GOSSAÍN periodística en Bogotá, donde residió entre 1982 y el año


San Bernardo del Viento, Córdoba, 1947. Realizó los 2000. Allí estuvo vinculada a diversos medios escritos y
estudios de primaria en el Instituto Libre de San a entidades como el Ministerio del Medio Ambiente, el
Bernardo del Viento, y la secundaria en el Colegio La Departamento Nacional de Planeación y la Universidad
Esperanza de Cartagena. Contador de Escuelas de Alto Javeriana, entre otros. Sus temas de interés han sido el
Comercio y Finanzas, Escolombias, Cartagena. Estudios medio ambiente, la ciencia, la cultura y el desarrollo. Es
de Periodismo Contemporáneo en Brighton College autora del libro Manual para cubrir la guerra y la paz
(Bringhton - Inglaterra). Periodista de planta y editoria- (1999) y de tres poemarios: Mal de amores (1992),
lista de El Espectador (1969-1971), jefe de redacción de Territorio de Delirio (1998) y Libro de viaje, aún inédi-
la revista Cromos (1972-1974), jefe de redacción y to. Actualmente vive en Barranquilla.
encargado de la dirección de El Heraldo (1974-1981).
Director para la Costa Caribe de Caracol Radio. Director J A I M E POLANÍA
Nacional de Noticias RCN desde 1984 hasta la fecha. Ha Bachiller del Colegio Alemán de Barranquilla. Se graduó
ganado en 15 ocasiones el Premio de Periodismo Simón de biólogo marino en la Universidad Jorge Tadeo Lozano
Bolívar. Ha ganado en 3 ocasiones el Premio CPB. Es (1984) y culminó sus estudios de doctorado en ciencias
autor de la novela La mala hierba y de la antología de naturales (Doctor rerum naturalium) en la Universidad de
crónicas La nostalgia del alcatraz. Viena (1990) becado por el gobierno austríaco. Ha traba-
jado para Ecopetrol, Departamento Nacional de
WEILDLER GUERRA CURVELO Planeación, Ministerio del Medio Ambiente, para el sec-
Antropólogo de la Universidad de Los Andes y ex tor privado y ha sido consultor de FAO. Fue jefe del
Secretario de Asuntos Indígenas de La Guajira. Ha rea- Programa Nacional de Ciencia y Tecnología del Mar en
lizado diversas investigaciones y publicaciones en las Colciencias y lideró el Proyecto Danida-Manglares en el
áreas de la etnohistoria y la etnografía especialmente Centro Agronómico Tropical de Investigación y
sobre los procesos de poblamiento perlero en el Caribe Enseñanza en Costa Rica y Nicaragua entre 1992-1993 y
durante el siglo X V I como en diversos aspectos de la cul- labora desde 1997 como Profesor Asistente en la sede
tura de las comunidades de pescadores Wayúu. El autor San Andrés de la Universidad Nacional de Colombia.
es indígena urbanizado, perteneciente al clan Uliana, aso-
ciado política y territorialmente a la patria Wayúu de JORGE NIEVES OVIEDO
Manuyalu'u, en la zona costera de Carrizal, Uribia. Barranquilla, 1952. Licenciado en Literatura y Lengua
Actualmente se desempeña como consultor de institu- Española, Universidad del Cauca, Popayán, y Maestro en
ciones públicas y privadas en el diseño y ejecución de Etnoliteratura, Universidad de Nariño, Pasto. Es director
programas de beneficio social dirigidos a la población del Programa de Lingüística y Literatura y profesor de
Wayúu. Semiótica de la Cultura, Facultad de Ciencias Humanas
de la Universidad de Cartagena. Es coordinador de
ALBERTO A B E L L O VIVES Urdimbre, Grupo de Estudios Socioculturales.
Santa Marta, 1957. Economista de la Universidad Investigador cultural, ganador de la beca de investi-
Externado de Colombia con postgrados en Evaluación gación Héctor Rojas Herazo del Observatorio del Caribe
Económica de Proyectos, Métodos de Investigación y el Ministerio de Cultura. Entre sus publicaciones están:
Aplicados a las Ciencias Sociales y en Economía Acerca de la competencia sociocultural, y Literatura
Internacional. Profesor en varias universidades del país, indígena o textualidad amerindia, en la revista Historia
asesor del Departamento Nacional de Planeación y con- y Cultura; Folclor: entre la tradición y el consumo, en
sultor de organismos internacionales y regionales. Ha Revista Unicarta, ambas de la Universidad de Cartagena.
publicado La región y la economía mundial (1997), El Ha sido ponente en diversos eventos nacionales e inter-
Caribe colombiano, la realidad regional al final del siglo nacionales.
XX (coautor, 1998). Es el director del Observatorio del
Caribe Colombiano y de la revista Aguaita. C O N S U E L O POSADA
Profesora adscrita a la maestría en literatura colombiana
P A T R I C I A I R I A R T E DÍAZ G R A N A D O S de la Universidad de Antioquia. Dirige el Centro de
Nació en Sincé, Sucre. Comunicadora Social de la Investigaciones de la Facultad de Comunicaciones de
Universidad Jorge Tadeo Lozano. Desarrolló su carrera dicha universidad. Ha centrado su trabajo investigadvo

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en el campo de la literatura oral versificada en Colombia MIGUEL IRIARTE
y la Universidad de Antioquia ha publicado algunos de Sincé, Sucre, 1957. Poeta, ensayista, gestor cultural y
sus ensayos en esa área. periodista cultural. Actualmente es el Director de la
Biblioteca Piloto del Caribe de Barranquilla, entidad para
E N R I Q U E MUÑOZ V E L E Z la cual publica la revista de investigación, arte y cultura,
Cartagena. Filósofo e investigador musical. Es autor del víacuarenta, y coordina la Galería de la Aduana y el
libro Adolfo Mejía, la musicalia de Cartagena. Ha desa- Centro de Documentación e Investigación Musical
rrollado numerosas investigaciones sobre las músicas del "Hans Federico Neuman" (CEDIM). También se desem-
Caribe colombiano y sus tradiciones folclóricas y festi- peña como catedrático de semiología y literatura en la
vas. Ha participado en eventos internacionales sobre cul- Universidad del Norte de Barranquilla. Ha publicado los
tura y música. Entre sus estudios más notables están la poemarios Doy mi palabra y Segundas intenciones, y
historia de las jazz bands en el Caribe colombiano, las tiene inéditos los trabajos Cámara de jazz y Semana
obras musicales de Lucho Bermúdez, Guillermo Santa de mi boca, libro éste último al que pertenecen los
Espinosa, Pianeta Pitalúa, Benny Moré y otros músicos poemas publicados en esta muestra. Prepara un volumen
caribeños, y una reflexión sobre el ser caribe. de ensayos, notas críticas, artículos y entrevistas sobre
temas culturales diversos.
ELIGIO GARCIA
1947, Sucre, Sucre - 2001, Bogotá. Periodista, cuentista RÓMULO B U S T O S
y novelista costeño. Desde los 3 años vivió en Cartagena Santa Catalina, Bolívar. Pintor, ensayista, poeta y profe-
y terminó el bachillerato en el Liceo Bolívar. A la hora de sor universitario. Premio Nacional de Poesía. Es autor de
escoger una carrera se decidió por la física, pero su los libros de poesía El oscuro sello de Dios, Lunación del
vocación de escritor lo llevó a incursionar en el periodis- amor, En el traspatio del cielo, y de la selección de poe-
mo y la literatura. Estudioso del periodismo literario. Ha mas Palabra que golpea un color imaginario.
sido uno de los más importantes reporteros colombianos.
Como periodista trabajó en El Espectador, la desapareci- ALVARO SUESCUN
da revista Flash, en Cromos y Cambio. Algunas de sus Barranquilla. Escritor, poeta, ensayista y crítico plástico,
obras publicadas son: Para matar el tiempo, una novela ha desarrollado una excepcional labor de análisis y
sobre los jóvenes cartageneros; Son así, libro de reporta- difusión de las obras de los artistas plásticos de la región
jes sobre escritores latinoamericanos, y La tercera costeña. Colaborador habitual del diario El Heraldo, de
muerte de Santiago Nasar, sobre la filmación de la Barranquilla, y de revistas especializadas.
película Crónica de una muerte anunciada. También fue
productor de televisión. Recibió la Medalla al Mérito FANNY B U I T R A G O
Cultural. Su último libro Tras las claves de Melquíades Barranquilla, 1945. Una de las más sobresalientes
es una impresionante indagación de la historia humana y escritoras del siglo X X en Colombia. Sus primeras pub-
cultural de la escritura de la novela Cien años de soledad. licaciones las hizo en Zona Franca, El Nacional,
Papeles, Cuaderno del Viento y El cuerno emplumado.
J O R G E G A R C I A USTA Es autora de las novelas El hostigante verano de los
Ciénaga de Oro, Córdoba, 1960. Periodista, poeta, ensay- dioses (1963), Cola de zorro - finalista en el concurso
ista, es autor de los libros de poesía Noticias desde otra Seix-Barral - (1970), Los pañamanes (1979), La casa del
orilla, Libro de las crónicas, Monteadentro, El reino arco iris (1986) y Señora de la miel (1993). También ha
errante (poemas de la migración y el mundo árabes) y publicado los libros de relatos La otra gente (1973),
La tribu interior. Está por salir la colección de poemas Bahía sonora (1975), Los amores de Afrodita (1983),
Noticias de un animal antiguo, que recoge gran parte de Líbranos de todo mal (1989) y varias obras de teatro.
su obra poética, publicada por la Secretaría de Cultura de Algunas de sus obras han sido traducidas parcialmente al
Córdoba. Es coautor, con Alberto Salcedo, del libro de francés, inglés, portugués y alemán.
reportajes Diez juglares en su patio, y es autor del
ensayo-reportaje Cómo aprendió a escribir García
Márquez. Prepara una compilación de la obra periodísti-
ca de Héctor Rojas Herazo. Es editor de Aguaita.

AGUAITA SEIS / D I C I E M B R E 2001

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