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Caso Utopía
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1. Los hechos que son objeto de valoración en el presente análisis y que sirven de
marco fáctico a la presente opinión legal se refieren al incendio acaecido el día 20
de julio de 2002 dentro de las instalaciones de la discoteca “Utopía”, ubicada enel
sótano del Centro Comercial Jockey Plaza en la ciudad de Lima, hechos que son de
conocimiento público al día de hoy.
2. Los hechos probados que sirven de marco al presente informe refieren que en la
discoteca Utopía se realizaron fiestas en la cuales se jugaba con fuego en las barras
de la discoteca. El día 20 de julio del 2002, aproximadamente a las 2:54 de la
madrugada, el señor Percy Edward North Carrión, administrador de la discoteca, se
retiró de la discoteca a su domicilio por un momento para cambiarse de ropa.
Durante la ausencia del señor Percy North, la persona de Ferreyros O`hara,
empleado de la discoteca, realizó unos juegos con la finalidad de divertir al público
asistente. Como parte del show, Ferreyros O`hara roció con bencina un hilo en el
contorno de la cabina del discjockey, prendiendo fuego con un encendedor, hecho
que motivo que las personas allí presentes disfrutaran de mayor diversión. Este acto
se repitió varias veces sin mayores consecuencias, hasta que éste cogió el
aerosol Wizard y presionó la tapa, encendiendo el gas inflamable que salía del
aerosol con un encendedor, lo que provocó una llamarada de fuego que alcanzó el
techo del local, que por estar cubierto con un material inflamable, desató de
inmediato el incendio del techo de la discoteca, lo que provocó los lamentables
resultados de muertes y lesiones.
3. En este marco fáctico, al señor Percy North se le imputan las muertes y lesiones
graves de diversas personas producidas como consecuencia del incendio referido.
Según la imputación penal, en concreto, se le atribuye, en su calidad de gerente y
administrador de la Discoteca, haber remodelado y acondicionado la discoteca, sin
adoptar las medidas de seguridad necesarias frente a la posibilidad de un incendio.
Ahora bien, hasta aquí una breve exposición del panorama respecto al dolo eventual queda
claro, su delimitación en cuanto a la valoración de la conducta misma por un lado y la
producción del resultado típico como consecuencia de ésta, por otro, nos presenta un marco
de análisis más completo y estructurado.
Ahora bien, estando a la exposición fáctica de las circunstancias en que se desarrollaron los
hechos materia del presente informe, está probado que el fuego acaecido en la Discoteca
Utopía, del cual el imputado Percy Edward North Carrión se desempeño como Gerente
General, se produjo como consecuencia del uso de agentes inflamables durante el
desarrollo de una fiesta el día 20 de julio del 2002, aproximadamente a las 2:54 de la
madrugada. Esta conducta peligrosa produjo la muerte de varias personas (pluralidad de
víctimas) y lesiones graves en otras; en mi opinión personal, ésta se subsume dentro de los
tipos penales de Homicidio Simple y Lesiones Graves, debiendo tenerse al imputado como
autor de dichos ilícitos a titulo de Dolo Eventual; y por la naturaleza de su materialización,
estaríamos ante la figura de Omisión Impropia – Comisión por Omisión; además, el imputado
tenía la calidad de Gerente General durante la realización de los hechos; circunstancia que
configura respecto a éste, el deber de observar las mínimas reglas de seguridad – Deber
Jurídico -incorporando los procedimientos regulares de evacuación en los casos de posibles
siniestros, máxime, si la naturaleza de la actividad comercial que desempeñaba – Discoteca
Utopía – así lo requería; por consiguiente, al poseer el imputado un deber objetivo de
cuidado, las imputaciones contra él se fundamentan en las siguientes consideraciones de
tipicidad:
1. El tipo penal de Homicidio Simple tipificado en el Art. 106º del Código Penal establece: “El
que mata a otro será reprimido con pena privativa de libertad no menor de seis ni mayor de
veinte años”; para cuya configuración, es preciso constatar en el agente una especial
intencionalidad dirigida hacia la realización del resultado típico, dicha intencionalidad
importa en el sujeto activo un conocimiento actual de los elementos objetivos del tipo.[10]
2. El tipo penal de Lesiones graves, prescrito en el Art. 121º del Código Penal establece: “El
que causa a otro, daño grave en el cuerpo o en la salud” (…); injusto penal que pone en
peligro inminente la vida de la víctima; siendo que la cualidad o intensidad de la lesión
padecida se establece en base a indicadores cuantitativos relacionados con la incapacidad
generada por la lesión o con el tiempo de asistencia facultativa que demanda.[11] Para el
caso, tanto el delito de Homicidio Simple y Lesiones Graves, son delitos de resultado.
1. Para asumir los hechos a partir de la teoría de la imputación objetiva, debemos cumplir
los siguientes pasos, los cuales se condensan en la siguiente fórmula: a) Relación de
Causalidad; b) Creación o incremento de un riesgo Jurídicamente desaprobado; c) Que, este
riesgo se realice en el resultado[12]:
a) Bien, como primer paso tenemos la tarea de establecer la relación de causalidad existente
entre la conducta del imputado Percy Edward North Carrión, consistente en la infracción de
un deber objetivo de cuidado – aplicar y ejecutar las medidas de seguridad establecidas por
la autoridad competente en el local Utopía – cuya infracción se materializó mediante una
omisión – no implemento ningún procedimiento de seguridad -; y por otro lado el resultado
dañoso, la muerte y lesiones graves de los asistentes a dicho local nocturno. A efectos de
confirmar este nexo causal, es necesario utilizar la teoría de la equivalencia de las
condiciones. Según esta teoría, un comportamiento se puede considerar causa de un
resultado si, suprimiéndose mentalmente hace desaparecer el resultado. Entonces, si
suprimimos la omisión realizada por el imputado Percy Edward North Carrión respecto a la
falta de previsión de medidas de seguridad y procedimientos de evacuación necesarios para
casos de siniestros, además de restringir toda actividad recreacional riesgosa dentro del
local – infracción de un deber de cuidado – el resultado muerte y lesiones graves padecidos
por los asistentes no se habría producido. Ello se desprende sustancialmente de las
declaraciones de Roberto Jesús Ferreyros O`hara, quien manifiesta haber realizado actos
de fuego dentro de la discoteca, en incluso dentro de la cabina del disc jockey mediante un
aerosol, lo cual fue autorizado por el mismo imputado, aunado a la carencia de señalización
y a las obstrucciones física que presentaba el local siniestrado, devino en el resultado típico
señalado.
Dolo Eventual
a) De acuerdo a las consideraciones fácticas sub exánime – el resultado lesivo para las
víctimas, las condiciones de seguridad del local siniestrado y la conducta riesgosa o fuente
de peligro creada -; se tiene que el imputado Percy Edward North Carrión manifiesta no
haber actuado con dolo eventual, que por el contrario actuó con culpa consciente ya que en
autos no se ha acreditado que su conducta sea la detonante del incendio; que no se ha
comprobado que autorizó a Ferreyros O`hara para la realización del espectáculo de fuego,
y que no pudo evitar la propagación del incendio debido a que no se encontraba presente
en dicho lugar en el momento de los sucesos. Los argumentos de defensa esgrimidos por
el imputado en contraste con los fundamentos fácticos corroborados en sede de
investigación preliminar me lleva a la conclusión de que éste, si actuó bajo dolo eventual.
d) De esta manera, nos encontramos en un punto del análisis donde se debe dejar sentada
la posición asumida, que no es otra que la concurrencia del dolo eventual por parte del
imputado; así, comprobado el resultado lesivo producto de la conducta omisiva peligrosa;
según las reglas de atribución del conocimiento aplicadas a Percy Edward North Carrión
acerca de la peligrosidad de su conducta, quien la ha definido dentro de sus argumentos de
defensa como un actuar imprudente – culpa consciente; sobre todo al encontrarnos ante
delitos de resultado, la doctrina y la jurisprudencia mayoritarias entienden que, para poder
hablarse de una realización dolosa, es necesario que el imputado se haya representado el
riesgo concreto de producción del resultado típico que creaba con su conducta.[14] Esto,
podemos realizarlo en el presente caso haciendo uso de la prueba de indicios, que consiste
en la aplicación de máximas de experiencia a hechos de naturaleza objetiva previamente
probadas. Por consiguiente, los elementos indiciarios con que contamos descritos en el
punto C) de éste informe, nos llevan a asumir, luego de una valoración normativa de su
conducta, que efectivamente, existe dolo eventual; a) la creación de un riesgo jurídicamente
desaprobado, como es el uso de objetos inflamables dentro de un recinto cerrado abarrotado
de personas, que carece de los mecanismos de seguridad propios para salvaguardar la
integridad física de quienes se encuentran expuestos a dicho peligro, es una manifestación
de la aceptación del imputado de conformarse con el resultado que habría de producir una
actividad altamente peligrosa como la descrita; esta fuente de peligro, per se, constituye el
primer indicio de presunción de que el imputado conocía perfectamente de la peligrosidad
de su conducta; b) La falta de habilitación de mecanismos de seguridad que presentaba la
discoteca Utopía, representa el segundo indicio para inferir que la conducta del imputado,
desde una perspectiva de previsibilidad objetiva de los posibles consecuencias, produciría
los resultados lesivos con los que nos encontramos. Si bien es cierto, como se ha sostenido
anteriormente, la fuente de peligro creada a partir del uso de instrumentos de fuego; per se,
constituye el origen del curso peligroso de los hechos, los resultados dañosos podrían haber
sido evitados relativamente si el local donde operaba la discoteca y donde se expandía el
fuego, hubiera contado con todos aquellos medios de precaución y seguridad del que
precisamente carecía. Bajo este supuesto, la omisión por parte del imputado y en su calidad
de gerente general de dicho Discoteca – Posición de Garante – de no haber implementado
dichos sistemas dentro del local siniestrado a efectos de proteger bienes jurídicos protegidos
por el derecho penal, rebasan la lógica de previsibilidad que posee un individuo
medianamente diligente a la hora de mantener la regularidad de sus actos dentro de lo que
manda el ordenamiento jurídico. Allí donde la norma extrapenal establece un deber jurídico
de fiel observancia por parte del ciudadano, el derecho penal no debe dejar de advertir su
plena concreción; sobre todo cuando su no cumplimiento u omisión, incide directamente
sobre valores jurídicos protegidos. Por consiguiente, como lo ha señalado ROXIN, la
valoración de la conducta desplegada por el imputado, no puede prescindir de parámetros
normativos de valoración. El sustrato de esta valoración no puede limitarse a determinada
representación de peligros. Más bien, el juicio sobre si el autor – así sea bajo una
emergencia y de manera eventual – se ha decidido en contra del bien jurídico protegido,
tiene que ser emitido considerando todos los elementos objetivos y subjetivos de los hechos,
relevantes para la actitud de dicho autor. Bajo este presupuesto, a merced del presente
caso, nos es posible afirmar que la representación hecha por el imputado acerca de la
peligrosidad de su conducta, le debió necesariamente a concluir que el resultado no sería
otro que un perjuicio para los asistentes del lugar. Si tomamos en cuenta el uso de objetos
con fuego dentro del local abarrotado de personas, que ya es otra infracción del deber de
cuidado; la falta de implementación de medidas de seguridad en casos de siniestros, la
presencia de material obstructivo en los pasadizos de salida del local, la falta de
señalización, entre otras circunstancias, nos debe llevar a la conclusión, dentro del ámbito
de representación del peligro, que todas estas condiciones agravan la materialización de la
infracción del deber de cuidado que poseía el imputado en su posición de garante frente a
los agraviados por las muertes y lesiones graves producidas; a pesar de la presencia de
estas circunstancias, él prosiguió con su conducta peligrosa decidiéndose contra los bienes
jurídicos protegidos penalmente; así, la diligencia que establece la norma lo orientaba a
evitar el resultado lesivo, entonces, expuesto así el curso de los hechos y la valoración
normativa que de ellos se realiza, es imposible asumir que a pesar de conocer las
circunstancias y la peligrosidad de la conducta desplegada, no era previsible asumir que el
resultado no sería otro que la lesión de los derechos de los concurrentes. Se materializa
entonces el presupuesto del peligro de Dolo que defiende Ingeborg Puppe: “Un peligro de
Dolo es aquel que solamente colocaría un autor razonable cuando se conforme con la
producción del resultado, lo haga suyo(…)”. Es decir, estamos ante la concurrencia del dolo
eventual.
VI. Conclusiones
[1] Roxin, Claus. “La Teoría del Delito en la Situación Actual”, Editora Jurídica Grijley, Lima,
2007. Pàg.190.
[2] “Der Vorstellunsinhalt des dolus eventualis”, ZStW 103 (1991), P. 1 Y SS.; “Vorsatz und
Zurechnung”. 1992, p.
[3] Sentencia del Tribunal Supremo Español, del 23.04.92 – Caso Colza, Exp. N° 306-2004,
Primera Sala Penal
[6] Caro John, José. Diccionario de Jurisprudencia Penal, Grijley, Lima, 2007, p. 168.
Para leer el derecho positivo a través de la jurisprudencia, Gaceta Jurídica, Lima 1999, p.
26.
[8] Hurtado Pozo, José; Prado Saldarriaga, José. Manual de Derecho Penal, Parte General,
Tomo I, Idemsa,
[9] Raguès i Valles, Ramón. Consideraciones sobre la Prueba del Dolo. REJ – Revista de
Estudios de la
[12] Cancio Melia Manuel. Aproximación a la Teoría de la Imputación Objetiva. Ed. Rubinzal-
Culzoni,