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CIENCIAS QUÍMICAS
INGENIERÍA QUÍMICA
BIOÉTICA
IMPORTANCIA DE LA BIOÉTICA
La bioética debe popularizarse en el mundo, debido a que los medios masivos de difusión
presentan a diario los nuevos avances de la ciencia. Esto ha hecho que el ciudadano común esté
relativamente bien informado sobre la biotecnología, la ingeniería genética, la viabilidad de los
embriones guardados a bajas temperaturas, el aborto, las nuevas formas de fertilización
humana, la utilidad de las células madres, el uso generalizado de trasplantes de órganos, la
clonación de seres vivos, y los últimos adelantos del genoma humano que es patrimonio de la
humanidad.
En la segunda mitad del siglo XX, con la aparición de varias declaraciones universales y de
códigos de moral médica, donde se tomaron en cuenta los derechos de las personas que iban a
ser sometidas a investigaciones, la humanidad empezó una nueva etapa de reflexión mundial
con el fin de evitar abusos. La bioética inició entonces un diálogo interdisciplinario entre los
diferentes grupos ocupados por desarrollar la ciencia y la tecnología, permitiendo reflexionar a
la vez sobre aspectos que son claves en la vida del hombre, tales como la ética, las buenas
costumbres, la religión y la ciencia.
Debemos tener presente que los que vivimos buena parte del siglo XX, nos dimos cuenta de que
esa centuria fue proclive en asesinatos en masa, y que el desplazamiento de las poblaciones fue
enorme, llevando a miles de personas a refugiarse en países vecinos y en lugares donde la
xenofobia empezó a incrementar el odio entre los diferentes grupos raciales.
DECLARACIONES DE LA UNESCO
Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos, que trata de “las cuestiones éticas
relacionadas con la medicina, las ciencias de la vida y las tecnologías conexas aplicadas a los
seres humanos, teniendo en cuenta sus dimensiones sociales, jurídicas y ambientales”. Esta
Declaración responde a una verdadera necesidad a medida que se multiplican, a menudo sin un
marco regulador, prácticas que traspasan las fronteras nacionales: la realización simultánea en
diferentes países de proyectos de investigación y de experimentos en el campo biomédico, la
importación y exportación de embriones y células madre embrionarias, de órganos, de tejidos y
de células, y la circulación transfronteriza de tejidos, de muestras de ADN y de datos genéticos.
La instauración a nivel internacional de principios éticos es por lo tanto más necesaria que
nunca. La Declaración es el tercer texto normativo elaborado y adoptado por la UNESCO en
materia de bioética. El primero data de 1997, se trata de la Declaración Universal sobre el
Genoma Humano y los Derechos Humanos, que la Asamblea General de las Naciones Unidas
adoptó en 1998. En 2003, se adoptó un segundo texto: la Declaración Internacional sobre los
Datos Genéticos Humanos, que establece los principios éticos que deben regir el acopio,
procesamiento, conservación y uso de datos genéticos obtenidos a partir de muestras biológicas
(sangre, tejidos, saliva, esperma, etc.).
ENSAYO BIOÉTICA
Los principios básicos que hay en bioética son cuatro y fueron propuestos por Beaucham y
Childress (1979):
Autonomía
Beneficencia
No maleficencia
Justicia
Nivel de mínimos: obligaciones que generan deberes universales e implican deberes transitivos
negativos (lo que no se puede hacer a los otros). Aquí encontraríamos el principio de no
maleficencia y justicia.
Nivel de máximos: están relacionados con la elección del proyecto vital que cada persona escoge
en función de su escala de valores. Generan obligaciones imperfectas: qué me puedo
autoimponer, pero qué no puedo exigirle a los otros (ni los otros exigirme a mí). Aquí se
encuentra el principio de autonomía y el de beneficencia.
El futuro de la bioética.
Estos hechos, heredados al siglo XXI, presentan en la actualidad una crisis de la razón y un
aumento de la heterogeneidad cultural y religiosa. De un sistema bastante homogéneo en
épocas anteriores, se pasó a un sistema donde la tolerancia y el respeto a la pluralidad
han tomado el primer plano, y tanto en la vida moral, política y creencial, hemos pasado a
múltiples códigos, que nos sirven para resolver sin problema cualquier tipo de cuestionamiento,
porque siempre habrá una puerta que nos dé la razón. El relativismo es la norma. Sin embargo,
saber si se está en un error o en lo correcto, ya no es tan fácil como en el pasado. Por lo tanto,
se hace necesario establecer diálogos y discusiones entre grupos bien preparados, que logren
orientar el futuro de la raza humana.
Por otra parte, tan complicado como hacer un diagnóstico clínico, comunicar una decisión
trascendental a un paciente, aplicar o no un nuevo tipo de tratamiento o influenciar para que
los padres acepten una medicación para sus hijos, es tomar una decisión ética sobre diversos
aspectos de la vida de los seres humanos. En cualquiera de estos casos, los actores principales
deben prepararse adecuadamente para poder tomar la decisión correcta.
Al hablar del futuro de la bioética, debemos tomar en cuenta que en el mundo moderno cada
día es más evidente la democracia participativa, en la que existen sectores muy contradictorios,
y que muchas veces, algunos de esos sectores son los que crean las leyes de los diferentes países.
Por consiguiente, la forma de ver los problemas no es igual en todas las sociedades.
Ante este panorama, a la bioética le corresponde crear cátedras universitarias, hacer foros de
discusión y velar porque se establezcan permanentemente grupos bien preparados e
interdisciplinarios, donde se discutan los puntos clave del desarrollo humano. Igual de
importante será hablar de los nuevos tipos de fecundación, como de los problemas de la tala de
árboles, de la contaminación del planeta, de la ingeniería genética, de los animales de
experimentación, y de la seguridad del uso de los alimentos transgénicos.
La única forma que el hombre tendrá de llegar a conclusiones valederas que lo hagan avanzar
por un camino seguro (porque con las perspectivas actuales el progreso humano no está
garantizado), serán las discusiones bioéticas y pluralistas que se lleven a cabo entre científicos,
abogados, ecologistas, genetistas y representantes de otras ramas del conocimiento,
respetando en todo momento los credos personales, la cultura y la sicología de los diferentes
grupos raciales, así como la legislación interna de cada país.
Es muy fácil escabullir las preguntas difíciles y no pensar ni siquiera en ellas, pero los bioeticistas
no deberán rehuir los grandes desafíos del momento, y no les quedará otra alternativa que
asumir el reto y discutir los problemas de la humanidad presente y futura. En la mayoría de los
casos, la bioética no tendrá la solución final a los múltiples problemas complejos, pero sí será la
brújula que indicará el camino a seguir dentro de un bosque complicado de argumentos válidos.