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Las relaciones familiares son un aspecto básico de nuestras vidas, la familia nos viene dada
y no la podemos elegir. Para muchos suponen un problema y son fuente de conflictos, para
otros fuente de gran felicidad. En cualquier caso no podemos negar que a todos nos afectan.
No olvides los cumpleaños y ten un detalle con ellos. Si eres de los que se olvidan
preveelo y procura tenerlo apuntado en la agenda o tener una alarma que te avise.
Intenta asistir a los eventos familiares, aunque al principio te de pereza. Poner
siempre excusas hace que las relaciones empeoren y que al final no nos inviten.
¡Se tu mismo! No tengas miedo a lo que piensen, son tu familia y te conocen y te
querrán tal y como eres.
Se cariñoso y pasa tiempo con tus padres.
¡Mira que de vez en cuando se hable y se hagan cosas divertidas!
Cuando tengas un problema con uno de los miembros de la familia procura no
involucrar al resto ni divulgarlo. Si haces esto los demás se verán forzados a
posicionarse y se contaminará la relación.
Procura realizar comidas en familia, si hay dificultades de horarios, programad un
día en concreto en el que todo el mundo intente estar.
Dedicar un día a la semana para una actividad familia: Visitar a los abuelos, ir
de excursión…
Los logros familiares (asi como los de los individuos que conforman la familia)
deben celebrarse de forma conjunta.
Por ejemplo es muy importante controlar las expectativas. ¿qué queremos decir con esto?
Pues que igual que esperamos que los demás nos acepten tal y como somos, nosotros
debemos hacer por ellos lo mismo, esto es, no esperar que cambien o que se comporten
como nosotros queremos. Esta expectativa no es realista. La aceptación te acercará más a
los miembros de la familia. Es cierto que uno no puede cambiar a los demás pero sí puede
cambiar como interacciona con ellos.
Lo hemos repetido mil veces pero en la familia incluso más que en otros ámbitos,
¡Fomenta la asertividad! Procura comunicarte de una forma adecuada y respetuosa, sin
pisar los derechos de los demás pero sin que nadie pise los tuyos tampoco. La
comunicación asertiva es una comunicación positiva, clara, directa y enriquecedora. Es una
comunicación que no pretende convencer al otro o imponerse sino que empatiza y tiene en
cuenta la situación y sentimientos de los demás también.
Y… como en toda relación humana: ¡Sé flexible! Las personas cambian, las relaciones
cambian, anclarse en el pasado o en un ideal solo nos impide avanzar. Piensa que diferente
no quiere decir peor, las relaciones pasan por diferentes momentos y evolucionan, intenta
disfrutar de los mejor de cada momento.
Lo que queremos decir es que lo que tenemos es un reflejo de lo que hacemos, sentimos
y decimos. En el ejemplo anterior la otra persona, la que gritaba lo que va a conseguir es
que la gente la evite o la trate diferente, en reflejo a como ella se comporta con el mundo.
Si ella modulara como estaba haciendo la otra persona cambiaría como los demás la ven y
se relacionan con ella.
La idea detrás de todo esto es entrenarnos para atraer situaciones (y relaciones) más
positivas, constructivas y satisfactorias.
Cuando una relación con alguien que quieres va mal lo primero es observarse a uno
mismo y cambiar como uno se comporta o reacciona ante esa persona. Se debe creer en
la posibilidad de mejorar la relación y además se debe estar pendiente de desafiar
pensamientos disfuncionales y poco realistas que esten saboteando la relación.
Visualiza y prepara tu forma de comunicarte con esa persona, pues cuando el conflicto
surja te puede resultar más difícil controlar y modular tu respuesta.