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UNIVERSIDAD BÍBLICA LATINOAMERICANA

Escuela de Ciencias Teológicas


TEOLOGÍA DE LA PROSPERIDAD.
UN ESTUDIO DE CASO: LA COMUNIDAD CRISTIANA AGUA VIVA
(LIMA, PERÚ)
por
MARTIN OCAÑA FLORES
TESIS DE MAESTRÍA
En cumplimiento parcial de los requisitos para optar al grado académico de
Magíster en Ciencias Teológicas
Profesor guía: Dr. Heinrich Schäfer
San José de Costa Rica, 26 de Junio de 1998.
2

TEOLOGÍA DE LA PROSPERIDAD.
UN ESTUDIO DE CASO: LA COMUNIDAD CRISTIANA AGUA VIVA
(LIMA, PERÚ)
Tesis de Maestría
Sometida el 26 de junio de 1998 al Cuerpo Docente de la Universidad
Bíblica Latinoamericana en cumplimiento parcial de los requisitos para
optar al grado de Maestría en Ciencias Teológicas por:
Martín Willman Ocaña Flores
Tribunal integrado por:
Dr. Heinrich Schäfer Dr. Roy H. May
Profesor guía Profesor dictaminador
Dra. Elsa Tamez Dr. Arturo Piedra Lectora invitada Lector invitado
Lic. Edwin Mora Decano
3

Hay que renunciar al mal gusto de querer estar de acuerdo con un gran
número de gente.
NIETZSCHE
4
INDICE
Introducción
Capítulo 1 NEOPENTECOSTALISMO Y TEOLOGÍA DE LA PROSPERIDAD EN EL PERÚ
1. Neopentecostalismo: nuevas prácticas religiosas y discursos teológicos
1.1. Nuevas prácticas religiosas 1.2. Nuevos discursos teológicos 1.3. Uso del término
“neopentecostalismo” 1.4. Aproximaciones socio-teológicas al neopentecostalismo
2. Presencia del neopentecostalismo en el Perú
2.1. Una breve historia del neopentecostalismo en el Perú 2.2. El neopentecostalismo como
proyecto ecuménico 2.3. Énfasis teológicos y métodos neopentecostales
- La guerra espiritual - La teología de la prosperidad - La confesión positiva - La restauración de
la alabanza
3. La teología de la prosperidad en el protestantismo peruano
3.1. La perspectiva neopentecostal 3.2. La perspectiva no-neopentecostal 3.3. Diversos
acentos de la teología de la prosperidad
- La prosperidad como fruto de la liberación de demonios - La prosperidad como fruto de la
confesión positiva - La prosperidad como fruto de la victoria en la guerra espiritual y de una
ética “cristiana”
- La prosperidad como fruto del conocimiento y de la fe en Dios
4. Conclusión
Capítulo 2 UN ESTUDIO DE CASO DE TEOLOGÍA DE LA PROSPERIDAD: LA
COMUNIDAD CRISTIANA AGUA VIVA (LIMA, PERÚ)
1. Estudio de caso: Comunidad Cristiana Agua Viva 1.1. Génesis de la CCAV 1.2. Importancia
de Juan Capurro y de la CCAV
2. Fuentes para analizar el discurso de prosperidad
5
2.1. Sermones
- Televisión (Programa “Ríos de Agua Viva”) - Cultos dominicales 2.2. Clases de discipulado
2.3. Libro “Las cinco dimensiones de la prosperidad” 2.4. Entrevistas 2.5. Esquema de los
temas aparecidos en las fuentes
3. Comparación y desarrollo de los diversos temas en las fuentes analizadas
3.1. Vida agradable a Dios (ética cristiana)
- Sermones en televisión y cultos - Libro “Las cinco dimensiones de la prosperidad” -
Entrevistas
* Comparación 3.2. Prosperidad integral
- Sermones en televisión y cultos - Clases de Discipulado - Libro “Las cinco dimensiones de la
prosperidad” * Comparación 3.3. Llamado a la conversión
- Sermones en televisión y cultos - Libro “Las cinco dimensiones de la prosperidad” *
Comparación
4. Conclusiones de las comparaciones
5. Conclusión
Capítulo 3 LAS LÍNEAS BÁSICAS DE LA TEOLOGÍA DE JUAN CAPURRO
1. “Principio teológico”: la hermenéutica simbólica de Juan Capurro
1.1. Concepto de hermenéutica simbólica 1.2. El uso de la Biblia en la hermenéutica simbólica
2. Temas bíblicos presentes en el discurso de prosperidad
2.1. El pacto de Dios 2.2. La ley de la siembra y la cosecha
3. La guerra espiritual y la confesión creativa de Juan Capurro
3.1. Fundamentos bíblico-teológicos 3.2. Implicaciones prácticas de la guerra espiritual y la
confesión creativa
6
4. Doctrinas de menor importancia en la teología de Juan Capurro
4.1. La escatología 4.2. La pneumatología
5. Conclusión
CONCLUSIÓN
APÉNDICES
Apéndice N° 1: Folleto propagandístico de La Luz Apéndice N° 2: “Palabra de un Pastor”
Apéndice N° 3: Entrevista al Pastor Juan Capurro Apéndice N° 4: Entrevista a José Jordan
Apéndice N° 5: Observación del cultos
BIBLIOGRAFÍA
7
INTRODUCCIÓN
La presente investigación tiene como propósito hacer un estudio acerca de la teología de la
prosperidad en la Comunidad Cristiana Agua Viva (Lima, Perú). Para ello haremos una
presentación de la misma a partir del contexto en el cual ha surgido.
Este trabajo tiene su origen en la existencia del discurso teológico de la prosperidad
económica, así como en la ausencia de una sistematización y evaluación de la misma en
América Latina hasta donde tenemos conocimiento.1 Nos parece, por tanto, que urge y justifica
investigar el tema planteado, pero en relación con el movimiento neopentecostal.
Desde un inicio conviene precisar si nuestro objeto de estudio será tratado como “evangelio”,
como “teología” o como ambos. Sabemos que no existe en el Perú, ni en ninguna parte de
América Latina, una reflexión teológica que se auto-designe “evangelio de la prosperidad” o
“teología de la prosperidad”. Igualmente, sus expositores tampoco se identifican en esos
términos. Lo que sí se puede constatar es que son los críticos quienes le han dado a esta
reflexión esos calificativos. En definitiva se trata de un apodo, nada más, pero que no ha sido lo
suficientemente explicado.2
Sin embargo, creemos que es necesario aclarar el uso de ambos términos por tener
importancia para nuestro estudio. Así, mientras “evangelio” se refiere a un mero discurso poco
articulado teológicamente, digamos un anuncio o predicación; “teología” se refiere a un
pensamiento oral o escrito mucho más elaborado teóricamente. Nuestra percepción, además,
es que los propugnadores de dicha reflexión teológica se sentirían más a gusto con el término
“evangelio” que con “teología”, pues mientras el primero tiene la connotación de “Buena Nueva”
el segundo tiene una connotación más “racionalista” o “modernista” que ellos rechazan. Por
otro lado, consideramos que en el campo religioso peruano existen diversos discursos de
prosperidad que pueden ser catalogados tanto como “evangelio” como “teología”.
1 Por ejemplo en el caso del Brasil, que posiblemente es el país donde más se ha estudiado al
neopentecostalismo, existen trabajos críticos de la teología de la prosperidad pero analizados en tanto
teología foránea. Es el caso de Pieratt 1996 y Gondim 1995 b, que dedican casi todo su trabajo a
analizar los discursos de los “maestros de la fe” de los Estados Unidos, y muy poco a cómo se articula
esta teología en una iglesia u organización concreta. Por otro lado, sí existen muchos estudios de casos,
sobre todo acerca de la Iglesia Universal del Reino de Dios, pero desde la perspectiva sociológica
(Varios 1996). Para diversas experiencias en América Latina ver: Gutiérrez 1995. Por otro lado, la tesis
de Galindo (1996) no aporta elementos interpretativos para entender y evaluar la teología de la
prosperidad. Mayores datos nos ofrece Amat y León en su tesis (1996), aunque referido al
neopentecostalismo y no específicamente a la teología de la prosperidad. 2 Es el caso de Gondim 1995
b; y Pieratt 1996, quienes no justifican porqué se refieren a su objeto de estudio ya sea como “evangelio”
o “teología”.
8
A nuestro criterio, el máximo exponente de la teoría de la prosperidad en el Perú es Juan
Capurro (Pastor de la Comunidad Cristiana Agua Viva), quien sí tiene un discurso muy
elaborado que se podría calificar de “teología”. También creemos que existe bastante
“evangelio” de la prosperidad -no por eso despreciable- tanto que aunque no existiera la
“teología” de la prosperidad, igual merecería atención, pues ambas formas de expresar la
prosperidad se han ganado un lugar en la historia de las ideas religiosas en América Latina.
Con la presente investigación esperamos dar un aporte a la comprensión de la teología de la
prosperidad tal como se la expone en la Comunidad Cristiana Agua Viva. Por ello es importante
señalar que existen distintos acercamientos a nuestro mismo tema de estudio. Estos
acercamientos en buena medida nos indican el estado de la cuestión acerca de la teología de
la prosperidad.3
1. Hay quienes desvinculan, consciente o inconscientemente, la teología de la prosperidad de
la guerra espiritual.4 Así, esta explicación no encuentra relación alguna entre ambas, salvo que
son acentos teológicos novedosos y tal vez peligrosos para la fe evangélica. La teología de la
prosperidad no tendría un cuerpo doctrinal estructurado sino que sería, ante todo, una actitud y
no una conceptualización. Hasta tal vez sería una reacción teológica a la crisis generada por el
actual orden económico mundial de globalización y por un incipiente contexto de
postmodernidad en América Latina.5
2. Otro análisis reconoce que la teología de la prosperidad “se encuentra en la Biblia” y, por
tanto, deberíamos prestarle atención. Esta interpretación cree que dicha teología es un llamado
de atención a la teología evangelical que descuidó supuestamente el tema de la prosperidad
material. Nuestra tarea, señalan, sería evitar los excesos a los que nos está llevando la teología
de la prosperidad.6
3. Hay quienes hacen un equivalente entre la teología de la prosperidad y el viejo
fundamentalismo estadounidense de tanta influencia en los círculos evangélicos en América
Latina. Según esta explicación se trataría, entonces, del fundamentalismo ya conocido pero
ahora con nuevo discurso teológico, aunque siempre dualista y evasivo de la responsabilidad
social. Este nuevo
3 En lo que sigue cito diversos escritos que han abordado de manera crítica la teología de la
prosperidad, el pentecostalismo, el neo-pentecostalismo y la religiosidad popular. Claro está que ninguno
de ellos ha estudiado a la Comunidad Cristiana Agua Viva. Además las trece distintas aproximaciones
son una sistematización nuestra que resumen el estado de la cuestión, de tal manera que en cada
aproximación sintetizo el pensamiento de varios autores a la vez. 4 Y. Jiménez 1997; Leng 1980. 5
Góngora 1996 a; y 1996 b. 6 Getz 1994; Lindwall 1989.
9
fundamentalismo “económico”,7 dicen, de alguna manera “respondería” a las diversas crisis de
fin de siglo.
4. Otra explicación es la de ver a la teología de la prosperidad como un esfuerzo teológico afín
o en concordancia a los diversos proyectos políticos y económicos transnacionales vigentes.
Se trataría de una nueva teología orientada desde los centros de poder actual, apologista de la
sociedad estadounidense como canon para medir si una sociedad es cristiana o no,8 y que
conspira contra los intereses de los pueblos latinoamericanos. Esta teología sería, pues, parte
de la globalización actual, y tendrían la intención de concretizarse como la única expresión
teológica “cristiana” válida y acorde al proyecto globalizador.
5. Otros hacen de la teología de la prosperidad la expresión religiosa de la ideología neoliberal
que actualmente no tiene rivales.9 Estaría en continuidad con la vieja ideología liberal que
legitimó el capitalismo, y que hoy es reinterpretada como ideología del ascenso social,10 lo que
explica la creencia que Dios bendice a los ricos, y que motiva a un tipo de vida
extremadamente individualista, propia de la mentalidad urbana, en la que se da gran
importancia a los resultados11 y al dinero.12
6. Otros explican la teología de la prosperidad como una “religiosidad popular evangélica”,13
con pocas raíces bíblicas y lejanas de un protestantismo
7 Para una crítica de este fundamentalismo económico que adquiere expresiones religiosas, ver: Mo
Sung 1995, 101-108. De que el fundamentalismo estadounidense corre paralelo a la economía
neoliberal, no cabe duda alguna. Allí la teología de la prosperidad tiene una función legitimadora a un
nivel ideológico (Schäfer 1994). También: I. Oro 1996. 8 Manifestación 1996; Escobar 1996 a, 4; Núñez
1994, 33-35. 9 Mc Intosh 1990, 451-461. 10 J. Míguez 1995, 32. 11 Bobsin 1995, 25. 12 Galindo 1992,
322. 13 René Padilla cree que el “evangelio” de la prosperidad es una nueva “religiosidad popular
evangélica”, aunque no explica en qué consiste ésta (Padilla 1996, 4-5). Freston, más bien, cree que
esta religiosidad se basa en el principio de “inversión” (dar a Dios para que El devuelva con lucro)
(Freston 1996, 147). Es común que para muchos evangélicos el término “religiosidad” tenga un sentido
peyorativo. Nosotros seguimos la definición de Jorge Ramírez, quien dice: “Para nosotros religiosidad es
un concepto por el que se permite operacionalizar el concepto religión que es general y abstracto.
Religiosidad significa el modo y el grado con que la religión incide en el creyente o grupo de creyentes.
Es medible a partir de sus indicadores subjetivos (en la conciencia del creyente) e indicadores objetivos
(en la práctica religiosa). Comporta un aspecto cuantitativo, la intensidad con que la religión interviene en
los creyentes, y otro cualitativo, el tipo de religiosidad de que se trate (a partir de las tipologizaciones que
sobre una base u otra se pueden establecer). Pueden definirse, por ejemplo, categorías a partir del
contenido religioso (religiosidad mítica, cristiana, espiritista, etc.) o según los sectores poblacionales que
abarque (populares, élites, una determinada clase social, grupo étnico, etc.)”. Ver: “La religiosidad
popular en América
10
teológico ilustrado. Así, esta expresión teológica revelaría en el pueblo evangélico ignorancia
de la Escritura y falta de doctrina bíblica. Se trataría, en el fondo, de “excesos corregibles” y
que no representan mayor peligro para la fe. Es más, hasta algunos estarían dispuestos a
promoverla en tanto no cuestionen los males sociales provocados o inducidos desde los
diversos poderes.
7. También están los que creen que la teología de la prosperidad es un mero disfraz teológico
“piadoso” que utilizan ciertos líderes carismáticos para justificar la riqueza material que han
hecho, generalmente en base a los diezmos, ofrendas y diversas donaciones de los miembros
de sus organizaciones. También serviría para ocultar las diversas inmoralidades en la que se
han visto involucrados y denunciados públicamente. De esta manera, la teología de la
prosperidad sería expresión de un cinismo religioso colectivo sin demandas éticas para quienes
creen en ello.14
8. Otra aproximación es la de ver a la teología de la prosperidad como parte de una práctica
eclesial pentecostal mal entendida.15 Se trataría en consecuencia de una pentecostalización
inofensiva del protestantismo tradicional, y que se podría aceptar16 en vista de que es parte de
la diversidad denominacional así como de la heterogeneidad teológica que caracteriza al
protestantismo latinoamericano.
9. Existe también una interpretación pragmática de la teología de la prosperidad. Es decir, si la
gente se siente bien y le ayuda a mejorar su nivel de vida entonces está bien. Esta
interpretación reconoce que dicha teología es “simple” y carente de un método teológico
riguroso según los criterios de la teología “ilustrada”, pero si sirve para elevar la autoestima de
la gente, para aliviar la pobreza material y para dar algún tipo de esperanza, entonces está
bien. Por lo mismo, habría que reconocer su papel instrumental para la sobrevivencia de los
pobres que participan en las iglesias pentecostales.17
Latina. Definición y características”, en: Formas religiosas populares en América Latina. (La Habana:
Editora Política, 1994), p. 102, citado en: E. Carrillo 1997 b. 14 Getz refiriéndose, a la experiencia
estadounidense, critica que muchos predicadores de la prosperidad se han llenado los bolsillos de dinero
en base a este discurso (Getz 1994, 88). Lo mismo se podría decir, por cierto, de muchos de estos
predicadores en América Latina. 15 Piedra 1990, 94-95. 16 Piedra 1994, 83, 94. En otro artículo Piedra
sostiene que la motivación de la teología de la prosperidad es correcta, pues “La felicidad es central en la
Biblia, y todo ser humano quiere mejorar su situación de vida. Pero la dificultad que vemos es la
sicologización y la evasión de los problemas reales de la vida (...)”. Además, encuentra el problema
teológico que dicha teología mutila del discipulado cristiano la dimensión del sufrimiento (Piedra 1997,
4-7). En la misma línea de que la teología de la prosperidad “anula el compromiso sacrificial de los
creyentes”, ver: Equipo 1993, 55- 56; Cook y Foulkes 1993, 282-283. 17 Mariz 1995 a, 199-220.
11
10. Otra interpretación es aquella que reduce la teología de la prosperidad a diversas
manifestaciones y anhelos religiosos producto de desequilibrios psicológicos colectivos
originados por las agudas crisis sociales. En esta perspectiva, estas crisis han generado un
“retroceso”, pues se ha vuelto al viejo paganismo.18 Se trataría, en fin, de la vieja brujería con
rostro nuevo, y que evidencia la presencia de una sociedad enferma o desquiciada que retorna
a lo religioso-mágico, en su sentido más peyorativo.
11. Otra explicación nos dice que la teología de la prosperidad hay que entenderla al interior de
la crisis de racionalidad de la sociedad occidental. Esta explicación afirma que la cultura
fomentada por la lógica de la postmodernidad exacerba los niveles subjetivos y emocionales de
la experiencia humana, por lo que constituye una excelente tierra fértil para que se desarrollen
los diversos grupos carismáticos y el movimiento de la Nueva Era en tanto religiones de
evasión.19
12. Hay quienes ven a la teología de la prosperidad como una reelaboración teológica que es
parte, a su vez, de una estrategia pastoral neopentecostal encaminada a la clase media-alta.
Por lo mismo, sus énfasis teológicos están orientados al poder, las riquezas y las bendiciones
económicas. Así, el neopentecostalismo intentaría “civilizar” al pentecostalismo clásico,
haciéndolo aceptable, por ejemplo, para hombres de negocios, militares, y otros.20
13. Finalmente, también hay quienes ven en la teología de la prosperidad una reelaboración
filosófica con fuertes tendencias terapéuticas a partir de sus raíces gnósticas.21 Esto le
permitiría constituir redes con el pentecostalismo, con el esoterismo y hasta con el
kardecismo.22 No asombra, por lo mismo sus semejanzas con la Nueva Era, de quien también
tendría diversas influencias.23
Está claro que todas estas aproximaciones ofrecen diversos aportes para entender la teología
de la prosperidad. Sin embargo no podemos utilizarlas a todas en nuestro estudio ya que
limitarían nuestra comprensión de dicha teología tal como se articula en la Comunidad Cristiana
Agua Viva.
Nuestro estudio de la teología de la prosperidad no pretende de ninguna manera añadir un
acercamiento más, sino que toma en cuenta algunas interpretaciones previas (especialmente la
5 y 11) y la relaciona con el movimiento neopentecostal. Efectivamente, en este trabajo
intentamos demostrar que la versión de teología de la prosperidad que estudiamos no se puede
separar de los énfasis teológicos neopentecostales.
18 Capanna 1993, 237-275. 19 Amat y León 1995 b, 1-26; y 1997 b,7-18. También: Johansson 1994,
208-251. 20 Limón 1997. En lo que respecta a la “civilización” del pentecostalismo clásico, Limón
depende de la hipótesis de Duarte 1995, 164. 21 Mc Connell. A Different Gospel. (Massachusetts, USA:
Hendrickson Publishers, 1990). 22 Corten 1996, 136-159. 23 Merino 1996, 14-15.
12
Los datos a partir del cual se hará el análisis de la teología de la prosperidad provienen, en
consecuencia, de las siguientes fuentes y con los siguientes métodos:
1. Participación como observador de cultos y sermones. 2. Lectura de Juan Capurro: Las cinco
dimensiones de la prosperidad y Fundamentos de la fe cristiana. Vol. II. 3. Análisis de tres
videos (seis sermones y una obra teatral). 4. Entrevista a Juan Capurro y a algunos miembros
de Agua Viva.24
El primer capítulo (“Neopentecostalismo y teología de la prosperidad en el Perú”) explica en
qué consiste el neopentecostalismo, particularmente sus énfasis teológicos -guerra espiritual y
teología de la prosperidad- y como se ubican éstos en la comunidad evangélica peruana.
Argumentamos que ambos temas no eran del todo novedosos,25 pero que la forma y contenido
en que se presentan ahora constituyen una ruptura teológica tanto con el protestantismo
histórico como con el pentecostalismo clásico.
El segundo capítulo (“Un estudio de caso de teología de la prosperidad: la Comunidad Cristiana
Agua Viva”) explica la importancia de dicha comunidad y del pensamiento teológico del Pastor
Juan Capurro, quien es el “teólogo” más prominente del neopentecostalismo peruano, y cuya
influencia rebasa a su organización y llega prácticamente a todas las denominaciones
evangélicas. Además, en este capítulo se analiza el discurso de la “prosperidad integral” (según
propone Capurro) a partir de diversas fuentes, y que permiten entender de manera más
completa la teología de la prosperidad tal cual se articula en Agua Viva.
El tercer capítulo (“Las lineas básicas de la teología de Juan Capurro”) estudia y evalúa la
hermenéutica bíblica (“Hermenéutica simbólica”), los temas presentes en el discurso de
prosperidad (el pacto de Dios y la ley de la siembra y la cosecha) así como las doctrinas
ausentes o reelaboradas (la escatología y la pneumatología). Además se propone una
explicación de lo anterior a la luz de las articulaciones teológicas del neopentecostalismo
peruano.
Los cinco apéndices ofrecen información acerca del mercado de la teología de la prosperidad
en el Perú, entrevistas e informes de cultos. Todo esto con la intención de que el panorama de
la teología de la prosperidad sea más completo. Finalmente, la bibliografía sólo contempla lo
que hemos citado o
24 Acerca de las fuentes utilizadas ver el capítulo 2. 25 Desde hace mucho tiempo en círculos
evangélicos se había abordado tanto el tema del conflicto espiritual como de la prosperidad material.
Solamente como ejemplos ver: Penn-Lewis (¿1927?); El Pacto de Lausana No 12: El Conflicto Espiritual
(1974); R. Smith 1957, 258-261; El cristiano 1966, 258-262; y las revistas Vino Nuevo No 5 (1978):
“Salvación económica”; Estandarte de la Verdad No 8 (1988): “Economía y Vida cristiana”; y Continente
Nuevo No 17 (1988): “La prosperidad”.
13
hecho referencia en el trabajo. Aclaramos que todas las traducciones, mayormente del
portugués, otras del inglés y alguna del francés, son nuestras.
Reafirmamos nuevamente que este trabajo apenas investiga un énfasis teológico
neopentecostal, y esperamos que motive a otros a investigar temas teológicos
neopentecostales como parte de su preocupación pastoral e interés académico, propio de
aquellos que están observando o viviendo estas transformaciones religiosas y teológicas
descritas en la tesis.
14
CAPÍTULO 1
NEOPENTECOSTALISMO Y TEOLOGÍA DE LA PROSPERIDAD EN EL PERÚ
Todos percibimos los diversos cambios culturales que se vienen suscitando en todo el mundo y
particularmente en América Latina. Estos cambios se evidencian también en el campo religioso.
Así, un informe de agrupaciones neopentecostales dice que el movimiento pentecostal y
neopentecostal ha crecido en todo el mundo “de 73 millones en 1970 a 352 millones en 1989”
(Alcance, 1989:s/p).
Estos cambios o transformaciones26 religiosas pueden ser graduales o veloces, pero siempre
están en función de numerosos factores internos o externos (De Waal 1975, 399). En América
Latina estos factores podrían identificarse con el actual proceso de globalización y desarrollo de
los medios de comunicación, con factores de carácter económico y demográfico, de orden
político como la nueva fase de transición democrática, y con diversos procesos internos de la
Iglesia Católica Romana (Bastian 1997a, 3-16).
En el caso peruano concretamente estas transformaciones se remontan al contacto cultural
entre españoles e incas, y que inició un proceso en parte aditivo, en parte sustitutivo y en parte
de síntesis entre las creencias, los ritos, las formas de organización y las normas éticas de los
dos sistemas religiosos que se pusieron en contacto (Marzal 1983, 55). Últimamente, además,
en el Perú comprobamos este carácter complejo y cambiante de la realidad socio- religiosa
(Campiche 1990, 7-20), y que pone de manifiesto un “verdadero boom de lo sagrado”
(Vega-Centeno 1995, 56-59).
Efectivamente, proliferan por doquier nuevas expresiones religiosas de los más variados
ropajes culturales, entre los que se encuentran las agrupaciones neopentecostales. Por lo
mismo es correcto observar que “en nuestro país se abre un abanico de opciones religiosas
para todos los gustos” (Liulla 1996, 18).27 Conviene añadir, además, que estas
transformaciones ocurren tanto en las periferias urbanas depauperadas así como en los
espacios rurales marginales (Bastian 1997 b, 72).
26 Algunos sociólogos como Cristian Parker y Jean-Pierre Bastian prefieren llamarlas “mutaciones”
(Parker 1994, 40-54; y 1997, 41; Bastian 1997 b). 27 Refiriéndose a América Latina sostiene Parker que
“el campo religioso se ve así transformado en un ‘supermercado’ de ofertas religiosas donde se
multiplican las soluciones para todos los gustos y situaciones existenciales: religiones de espectáculo, de
trabajo con el cuerpo, con la psiquis, con la necesidad de trascendencia y de contacto con lo Santo,
llegando en varios casos a auténticas mistificaciones y fraudes. En otros casos se trata de verdaderas
propuestas de alternativa espiritual que no están en contradicción con los nuevos paradigmas de la
ciencia contemporánea pero se oponen a la racionalidad cientificista de la modernidad pre-física cuántica
y pre- medicina holística.” (Parker 1993, 272).
15
1. Neopentecostalismo: nuevas prácticas religiosas y discursos teológicos
1.1. Nuevas prácticas religiosas
Que existen nuevas prácticas religiosas al interior de las diversas iglesias históricas y
pentecostales, no cabe duda alguna. Teólogos, científicos sociales, diversos estudiosos y los
fieles de las iglesias dan testimonio de ello. Si estas prácticas están en continuidad o
discontinuidad con la heterogeneidad evangelical en América Latina es otro asunto por discutir.
Pero su existencia no está puesta en tela de juicio. Un teólogo neopentecostal dice:
¿Qué significa todo esto? ¿De qué se tratan estos informes sobre reacciones emocionales
intensas y conductas inusuales, que se observan hoy alrededor del mundo, entre cristianos de
diferentes convicciones teológicas? Coinciden testimonios de intenso llanto o risa, temblores,
terror intenso, visiones, caídas (o lo que a veces se describe como “caer muertos por el
Espíritu”), sentirse “embriagado por el Espíritu” y otras experiencias de avivamiento... (White
1995, 17-18).
Un historiador ecuménico observa que:
Ha surgido una corriente nueva de asociaciones de sanidad divina y una especie de
“supermercados religiosos”, muy diversos, confusos y dispersos. (...) La sanidad divina, el
exorcismo, y la “prosperidad” son los elementos centrales. Se trata de manifestaciones masivas
con líderes carismáticos llenos de energía. (...) A nivel doctrinal, la Biblia es como un amuleto,
de donde se entresacan frases que se repiten para aplicarlas en casos de exorcismos o
sanidad divina. Muy rara vez es materia de estudio, pues el acto central es la curación divina
(Alvarez 1995, 49).
A lo anterior se añade la observación que en los cultos, “renovados” de los neopentecostales
es común ver como se revientan globos, se escuchan risas “santas” y se contemplan vómitos
también “santos”. No es raro tampoco ver imitaciones de gritos de animales, imposiciones de
manos en los genitales para expulsar los demonios del sexo, pisotear “alacranes”, hacer
marchas de banderas, etc. Todo esto como parte del “avivamiento” que exige la práctica de la
guerra espiritual.28 En este punto resulta sorprendente la apología de las visiones, los sueños,
las danzas y los cultos de risa hecha por teólogo pentecostal, quien ve en estas
manifestaciones un “ingrediente sustantivo de la vida” (Campos 1997, 104-109).
28 Un documento de trabajo reciente demuestra que en las iglesias evangélicas de Lima y su liderazgo
los temas y énfasis más frecuentes son: alabanzas, danzas, teología de la prosperidad, la super fe, las
marchas y la guerra espiritual (Chirinos 1995, 10 y 27).
16
Respecto a la procedencia de estas nuevas prácticas religiosas, no cabe duda que su origen
está en los Estados Unidos.29 Por lo anteriormente observado, es correcto afirmar que existen
en América Latina diversas transformaciones religiosas, las que actualmente son objeto de
diversos estudios sociológicos.30
1.2. Nuevos discursos teológicos
Las nuevas prácticas religiosas son explicadas mediante nuevos discursos teológicos. Estos,
por regla general, parecen “simples” o carentes de profundidad, pero tienen el mérito de llegar
a las diversas preocupaciones de los fieles de las iglesias, quienes rápidamente han asumido
ese nuevo lenguaje teológico. Dice Myke Wakely:
Se está creando una amplia gama de terminología en torno al concepto de la “oración de
guerra”. Esto incluye “derribar fortalezas”, “atar al hombre fuerte”, tener un “encuentro” con el
diablo, “expulsar a quien domina la ciudad”, “tener dominio (o autoridad) sobre una región en el
nombre de Jesús”, “atacar las puertas del infierno”, etc. (Wakely 1995, 24-25, 42-46).
A esto se puede añadir: el mapear, ungir ciudades, restaurar las alabanzas, confesar sanidad y
prosperidad, ley de siembra y cosecha, el pacto de bendición y prosperidad, etc. Un
simpatizante crítico del neopentecostalismo, al analizar los nuevos ritos y sus expresiones
teológicas en el Perú, reconoce que:
el discurso que se escucha en la predicación no es ni el de la narrativa al estilo pentecostal ni el
de la articulación teológica dogmática al estilo evangélico. Se trata más bien de un discurso que
exalta la funcionalidad de la fe, que combina la exhortación ética en el nivel de la vida individual
con la seguridad de que la conducta propuesta trae prosperidad y permite funcionar mejor en la
sociedad actual (Escobar 1996 b, 6-7).31
29 Sobre el particular Arturo Piedra opina que “Los mismos cambios que a nivel doctrinal se notan en el
protestantismo de los últimos años vienen de afuera de América Latina; son copias de experiencias
religiosas de iglesias mayormente de los Estados Unidos. Destaca en esto, por ejemplo, la danza en las
liturgias de los cultos, la llamada risa santa, así como la teología de la guerra espiritual y de la
prosperidad, y otras expresiones religiosas. Ninguna de estas corrientes o ideas nuevas tiene su origen
en América Latina.” (Piedra 1996, 184). 30 Ver: Bastian 1997 b; Bobsin 1995, 21-38); Mariz 1995 a,
199-220; y 1995 b, 37- 52; Mendonça 1994, 147-159; Amat y León 1997 b, 7-24; y 1997 a, 7-18; Oro
1993, 301-323; Cabral 1997, 30-33. 31 Para un análisis del discurso de los nuevos grupos religiosos en
la radio en Lima, ver: Gogin 1997.
17
Resulta interesante observar que los dos énfasis teológicos principales del neopentecostalismo
(la guerra espiritual y la teología de la prosperidad) no fueron temas de exposición ni de
discusión en un evento evangélico de carácter continental como lo fue CLADE III.32 Esto
evidenciaría una falta de atención a los temas que son nucleares en las diversas iglesias en
proceso de transformación religiosa y teológica en América Latina, y que de alguna manera
definen la forma de hacer misión.
1.3. Uso del término “neopentecostalismo”
En este espacio no profundizaremos acerca de nuestra opción por el término
“neopentecostalismo”. Nuestro propósito es más modesto, solamente justificarlo y orientar
brevemente que existen otros términos para referirse al movimiento u organización33 que
estudiamos. Sin embargo cabe señalar que la discusión va más allá de una cuestión lingüística
pues lleva consigo connotaciones teológicas.
En un reciente estudio Hilario Wynarczyk resume los diversos términos para referirse al
neopentecostalismo, en tanto movimiento eclesial como organización establecida. Dice que en
los Estados Unidos el término “neopentecostal” se refiere a los “carismáticos” (evangélicos),
mientras que en Brasil los sociólogos de la religión prefieren llamarlos “pentecostales
autónomos de cura divina” (Wynarczyk 1997, 7-16). Pablo Deiros por su parte los ubica como
parte del “pentecostalismo popular” (Deiros 1997 a, 8). Para Cecilia Mariz en el Brasil la
expresión “pentecostalismo autónomo” fue introducido por Bittencourt Filho, “agencia o
empresa de cura divina” por Antonio Mendonça y Duglas Teixeira, “neopentecostales” por
Pedro Oro, o “iglesias electrónicas brasileras” (Mariz 1995 b, 38-39),34 tal vez refiriéndose a
Hugo Assmann (Assmann 1987). El sociólogo peruano Oscar Amat y León prefiere llamarlos
sencillamente “carismáticos” (Amat y León 1997 b, 7-24), mientras que Jean-Pierre Bastian y
Ricardo Gondim los llaman “pentecostales” (Bastian 1994, 252-253; Gondim 1995 a, 77).
Finalmente, José Míguez prefiere utilizar “nuevas corrientes pentecostales” para diferenciarlas
del pentecostalismo clásico (J. Míguez 1995, 58).
32 La excepción sería en todo caso la ponencia del brasileño Ricardo Gondim “El Evangelio de Poder
(Ponencia 2)”, quien tocó el tema muy tangencialmente bajo el subpunto “El movimiento de la
prosperidad” (Gondim 1993, 177-178). 33 Seguiremos en adelante la orientación de François Houtart,
quien sostiene que el término “organización” -religiosa en este caso- se refiere al conjunto estructurado
de actores que ejercen un papel religioso específico, con una base material y organizativa que permite el
funcionamiento de los sistemas religiosos (Houtart 1997, 107). 34 Mariz cita los siguientes textos:
Bittencourt Filho “Remedio Amargo” en: Tempo e Presença 13:259, pp. 31-34; Pedro Oro “Podem passar
a sacolinha: Um estudo sobre as representaçoes do dinheiro no neo-pentecostalismo brasileiro”, en:
Cadernos de Antropologia 9, pp. 7-44; Antonio Mendonça y Prócoro Velasques. O Protestantismo no
Brasil. Sao Paulo: Loyola; Rubem Alves “A empresa de cura divina; um fenómeno religioso?” en: Edenio
Valle (Editor). A Cultura do Povo. Sao Paulo: Cortez, entre otros.
18
En nuestro caso preferimos utilizar “neopentecostalismo” fundamentalmente por razones
teológicas.35 Aunque tiene diversos énfasis en común con el pentecostalismo clásico
(Nogueira 1995, 7-20)36 -las manifestaciones carismáticas por ejemplo-, sin embargo toma una
distancia tan profunda37 que difícilmente se la podría ubicar en continuidad con ella. Esta
distancia tiene mucho que ver con lo que José Míguez llama, siguiendo a Antonio Mendonça, el
“consumo de bienes religiosos”, la aceptación de una nueva cosmovisión, así como de un
rechazo de la Biblia como fuente de autoridad (J. Míguez 1995, 58- 59, 76, 115). Se trata por
eso de un “neo” “pentecostalismo”. Se parece pero no es lo mismo, es algo completamente
distinto.38 Puesto que es fundamentalmente un movimiento, a veces estará dentro de una
denominación histórica, digamos, o dentro de una iglesia pentecostal clásica. La mayoría de las
veces, sin embargo, optan por dividir una iglesia y de esa manera llegarán a formar una nueva
organización, institucionalizándose y creando diversos ministerios (Ocaña 1997, 1-18).39
Lo anterior ha motivado la siguiente pregunta: ¿los neopentecostales son realmente
comunidades eclesiales o más bien “empresas”? Refiriéndose a la experiencia de Brasil Yara
Nogueira hace el siguiente comentario:
¿serían realmente pentecostales todas estas nuevas denominaciones? ¿pueden ser
designadas “iglesias”? (...) “iglesia” implica, por lo menos, una comunidad local, regional o
nacional, con un mínimo de estabilidad, con un cuerpo de fieles fijos, con cierto liderazgo
burocrático y con un cuerpo de doctrinas delineado (Nogueira 1995, 8).
Antonio Mendonça, después de analizar las discontinuidades que tienen los neopentecostales
tanto del protestantismo histórico como del pentecostalismo clásico, concluye que no son
“iglesias” (Mendonça 1994, 159).40 Otro crítico, Tácito Leite, dice que:
35 También existen razones históricas y que han sido trabajadas extensamente por Schäfer (Schäfer
1992, 23-83). 36 Según Franz Damen el neopentecostalismo surgió con mucha fuerza en la década de
los ‘80. (Damen 1990, 69). 37 Profundizaremos este análisis bajo el título “Enfasis teológicos y métodos
neopentecostales”. 38 No compartimos la opinión de Carlos Duarte quien ve al neopentecostalismo como
un “pentecostalismo civilizado” y “apto” para empresarios, hombres de negocio, militares, etc. (Duarte
1995, 163-173). 39 Las dos organizaciones neopentecostales principales en el Perú son fruto de
divisiones. Así, la Iglesia Bíblica Emmanuel (del Pastor Humberto Lay) surgió de una ruptura con la
Alianza Cristiana y Misionera (de Lince); mientras que la Comunidad Cristiana Agua Viva (del Pastor
Juan Capurro) se separó de la Renovación Carismática (la sede de Miraflores). 40 Una opinión parecida
en Silveira 1995 a, 21-35.
19
Existen diferencias entre comunidad y empresa. La comunidad es organizada cuando hay los
mismos ideales en los fieles y solidaridad, lo que genera una continuidad temporal. Mientras
una empresa existe y se organiza en función de la producción de bienes; la clientela busca la
empresa para satisfacer sus necesidades, mediante el pago del precio estipulado. Presentando
la apariencia de ser religiosa, la empresa de cura divina utiliza palabras y prácticas específicas
de la religión: demonios, bendición, pecado, fe, milagros, salvación, perdición, oración,
exorcismo, lectura bíblica (Leite 1994, 91-92).41
Para estos autores citados, los neopentecostales, pues, no constituyen iglesias sino agencias o
empresas con funciones religiosas.
1.4. Aproximaciones socio-teológicas al neopentecostalismo
Los neopentecostales argumentan que hay tres grandes olas del Espíritu Santo en este siglo
(D. Smith 1992, 38; Wagner 1987, 107) El primero tiene que ver con el surgimiento del
Pentecostalismo Clásico a inicios de siglo (Galindo 1992, 156), el segundo tiene que ver con el
Movimiento Carismático en los sesenta (Fernández 1986, 70-82; O Donnell 1983, 76-86; S.
Carrillo 1986), y la tercera ola tiene que ver con esta transformación en los ochenta al interior,
primero, de las iglesias pentecostales, luego su expansión hacia todas las iglesias, y finalmente
el surgimiento de diversas agrupaciones independientes (Lay 1997, 9).
¿Por qué los neopentecostales utilizan la palabra “ola” para referirse a esa forma de actuar del
Espíritu? Paul Freston cree que es utilizado porque el concepto de ondas u olas enfatiza la
versatilidad del pentecostalismo en su teología, liturgia y ética (Freston 1995, 297).
Sin embargo, esta “tercera ola” necesita mayor explicación. El nombre fue acuñado por Peter
Wagner, para quien la tercera ola tendría algún enlace con las dos anteriores pero
“distinguiéndose así misma de ellas en que no promueve solamente el “bautismo en el Espíritu”
y no da especial status al don de lenguas. Por esta razón, el grupo de la tercera ola no se
describe así misma como “carismática” o “pentecostal”“ (McAlpine 1991, 5).
Para Wagner a partir de 1970 vemos el mayor movimiento de oración que se recuerda en la
historia. En 1980 empezó una renovación del ministerio profético contemporáneo y ahora en
1990 se adelanta al proscenio la guerra
41 El énfasis es nuestro. Hace años Rubem Alves decía que es posible establecer, por lo menos, tres
tipos ideales en el Protestantismo: el Protestantismo de Recta Doctrina, el Protestantismo del
Sacramento, y el Protestantismo de espíritu, para quienes la marca distintiva es la experiencia subjetiva
de éxtasis intenso. Ciertamente, los neopentecostales no pueden entrar en este último tipo (Alves 1979,
35-36).
20
espiritual (Wagner 1995, 21-22). Siguiendo esa línea, un “profeta” neopentecostal interpreta y
profetiza lo siguiente:
Como en los tiempos antiguos, el Espíritu del Señor estará levantando congregaciones
apostólicas, en su visión, carácter y movimientos. Son las “iglesias-ciudad” de la era postrera.
Estas iglesias se levantarán vigorosas numéricamente, pero sobre todo, espiritualmente. Ellas
traerán una influencia divina sobre sus propias naciones e impactarán a muchos ministerios de
su tierra, permitiendo que venga sobre ellos la vida del Espíritu Santo (Chaves 1993, 53).42
Es interesante observar que la ola del Espíritu Santo, según este autor, se encuentra en la
ciudad y esto porque tiene que ver directamente con el desarrollo del neopentecostalismo que
es un fenómeno fundamentalmente urbano. También es importante subrayar que donde se ha
experimentado la “ola”, muchos son quienes la han interpretado como un “avivamiento
evangélico”, a veces sin tomar en cuenta las consecuencias estructurales (E. Carrillo 1997 a,
19-30).
Que esta “tercera ola” es un avivamiento como nunca antes visto, y que supera la experiencia
del Espíritu que tuvieron los primeros cristianos, es algo de común acuerdo entre los autores
neopentecostales. Veamos:
El movimiento carismático es un avivamiento espiritual de características pentecostales, que
por su extensión y magnitud, quizás supere a cualquier otro movimiento de esta naturaleza en
la historia de la iglesia cristiana, desde el primer siglo de nuestra era hasta esta fecha.(...) Para
quienes forman parte de este movimiento, se trata de un retorno al cristianismo primitivo; de un
despertar del pueblo de creyentes, por medio del cual Dios está preparando a Su Iglesia para la
segunda venida de Cristo (Rodríguez 1988, 13).
Hoy el Señor está dando a la iglesia, en muchas partes del continente latinoamericano, un
crecimiento como ésta no conoció desde el día de Pentecostés. Es más, conforme a la
promesa bíblica, es de esperar que el crecimiento de la iglesia de Cristo hoy sea
proporcionalmente muy superior al experimentado por la apostólica (Deiros y Mraida 1994,
154-155).43
42 El énfasis es nuestro. En otra parte dice así: “Yo le profetizo a usted que en los próximos meses y
años el Espíritu de Dios provocará cosas insólitas e inverosímiles en medio de su Iglesia. El barrerá con
nuestros estilos de culto y ministración.” (pp. 29- 31). 43 De una opinión parecida es Samuel Escobar,
quien dice que “las iglesias populares de tipo pentecostal que están creciendo en América Latina muchas
veces encarnan las principales características del dinamismo misionero de los moravos y pietistas, mejor
que otras iglesias evangélicas que se consideran guardianes de la herencia
21
Pablo Deiros refiriéndose a la experiencia Argentina, pero que se puede extender a toda
América Latina, dice:
(1) que estamos atravesando en todo el mundo cristiano un profundo periodo de transición; (2)
que esta transición es de carácter paradigmático, es decir, tiene que ver con un cambio radical
en nuestra escala de valores y comprensión del mundo y la realidad; (3) que el paradigma de la
cristiandad dominante por casi diecisiete siglos está en plena crisis de disolución y decadencia;
(4) que está surgiendo un nuevo paradigma que, por sus características esenciales merece el
nombre de nuevo paradigma apostólico; (5) que lo más característico de este nuevo paradigma
es el cambio de una actitud de mantenimiento institucional a una de misión encarnacional y de
servicio en el poder del Espíritu Santo (lo cual representa un perfil apostólico); y, (6) que es mi
convicción personal que este paradigma será el último en desarrollarse antes del glorioso
retorno de Cristo (Deiros 1997 a, 36-37).
Sin embargo, las voces críticas desde el sector evangelical también se dejan escuchar. Mervin
Breneman, después de revisar exhaustivamente qué es lo que dice la Biblia acerca de los
avivamientos, concluye que el neopentecostalismo debido a sus pocas raíces bíblicas no puede
ser considerado un avivamiento del Espíritu, y que, además, no se puede esperar un
avivamiento verdadero ni duradero sin un fuerte énfasis en la Palabra de Dios. Y esto conlleva
un fuerte énfasis en la ética y la santificación de la vida de todos los creyentes (Breneman
1997, 65-82). Más radical en su crítica, pero no por eso menos cierta, es la de Wolfgang
Bühne, quien afirma tajantemente:
Aquel que (...) considere la “tercera ola” como el mayor avivamiento de la historia de la iglesia y
hable de “la mayor y la más impresionante cosecha de almas de toda la historia”, ni ha
estudiado detenidamente la Biblia, ni la historia de los avivamientos (Bühne 1994, 81-82).
Interesa mostrar ahora que, desde una perspectiva también crítica, diversos científicos sociales
creen que el neopentecostalismo es fundamentalmente una expresión religiosa que articula un
pensamiento y práctica que se adapta a las demandas de la sociedad postmoderna.44
protestante. (...) Nos parece más adecuado abrir nuestras mentes y nuestros ojos a la posibilidad de que
el mismo Espíritu que hizo surgir la visión misionera entre los pobres refugiados del centro de Europa
que formaban el pueblo pietista y moravo, sea el Espíritu que hoy en día anima las iglesias populares
que crecen en respuesta a las profundas necesidades de las masas latinoamericanas.” (Escobar 1997,
39-40). El énfasis es nuestro. 44 En términos generales se podría decir que en América Latina existe una
postmodernidad periférica en tanto nuestra “modernidad” nunca fue tal, sino que fue más jurídica que
real (Bastian 1997 b).
22
¿Qué es esta sociedad postmoderna?45 ¿qué la caracteriza? Sin ánimos de profundizar
podemos decir que se trata de un nuevo espíritu, propio de esta época de transición y que en
las urbes de América Latina la vivimos como una exacerbación de los niveles emotivos y
sentimentales del ser humano en detrimento de lo racional. Lo anterior explica por qué el
hombre postmoderno es profundamente pragmático, siempre en busca de experiencias que lo
hagan sentir bien o feliz, y con poco interés por los grandes relatos, que en el caso de los
creyentes se traduce en el desinterés por la doctrina articulada teológicamente. Como dice
Antonio Cruz:
El postmoderno ha descubierto que la intransigencia doctrinal no sirve para proporcionarle
felicidad sino, más bien, desdicha, odio y división. Las discrepancias doctrinales de poco calado
separan a los hombres, dividen comunidades y producen amargura (Cruz 1996, 212).46
Ahora, es cierto que el ser humano no es exclusivamente racional, ésta es sólo una dimensión.
También tiene corazón, es sensible. Como ha observado Parker, el ser humano no es
exclusivamente ethos, es decir forma de actuar, modo de vivir, sino también pathos, forma de
sentir. “Y la manera como sentimos es también la manera como vivimos, como percibimos el
mundo” (Parker 1994, 53-54). Esto, que puede ser un aporte, también puede ser una debilidad.
Dice Mardones, la “reivindicación del corazón es la fuerza y la debilidad postmodernas”
(Mardones 1991, 106).
Nuestra preocupación radica en que en la postmodernidad no se reconoce la
complementaridad entre ethos y pathos, sino que ésta subordina a aquella. De esta manera,
nada ni nadie se ve libre del impacto de ese nuevo espíritu de la época, aun la teología (Juan
Martínez 1990, 28-29) y la religión. Como dice Amando Robles:
La religión, en la medida en que se ha erigido como un discurso único, absoluto y universal, (...)
no puede verse libre del impacto crítico de la posmodernidad. (...) Las religiones mismas sobre
todo sus fieles, con sus cambios de sensibilidad, de actitud y de comportamiento, lo están
manifestando. Por ejemplo, en la selección personal y subjetiva que se hace de elementos
religiosos de diferente procedencia para hacer una síntesis personal, o la
45 Sobre este tema se ha escrito tanto que resulta difícil ofrecer una bibliografía básica. Autores como
Lyotard, Baudrillard, Habermas y otros ya resultan clásicos. Un científico español, evangélico, ha
publicado recientemente una excelente introducción al tema aunque refiriéndose básicamente a la
experiencia europea (Cruz 1996). Para una evaluación de la postmodernidad ver: Grenz 1996, Castiñeira
1992 y Mardones 1996. 46 El énfasis es nuestro. Para el tema de la felicidad en la postmodernidad
consultar a Garrido 1995, 263/105-280/122; y 1997, 106-123.
23
utilización creciente de lo religioso a efectos terapéuticos y de bienestar psíquico y personal en
general (Robles 1993, 42-43).47
Así, fruto de esa utilización que nos habla Robles, encontramos que el neopentecostal es, en
palabras de Oscar Amat y León:
altamente espiritual, (...). No tiene ningún temor a los medios de comunicación, a los cuales usa
con alta eficacia. Asimismo, se precia que el disfrute de las cosas buenas de este mundo, que
no sean consideradas pecaminosas (buena comida, buena ropa, viajes y comodidades) son un
signo de la bendición de Dios, y casi un derecho que asiste a aquellos que tienen a Dios por
Padre (Amat y León 1996, s/p).
2. Presencia del neopentecostalismo en el Perú
2.1. Una breve historia del neopentecostalismo en el Perú48
Se puede hablar de tres etapas bien marcadas del neopentecostalismo peruano: el
proto-neopentecostalismo, el establecimiento neopentecostal en el protestantismo peruano, y la
institucionalización y hegemonía del movimiento neopentecostal.
1. El proto-neopentecostalismo tendría que ver con la presencia de ciertos sectores del
pentecostalismo clásico que impulsaron una nueva forma de ser pentecostal (más
“carismático”) y que tuvo enorme influencia en los círculos evangélicos latinoamericanos,
incluyendo el Perú. Entre estos sectores tenemos a las campañas de sanidad de William
Branham y Oral Roberts,49 la Fraternidad Internacional de Hombres de Negocios del Evangelio
Completo,50 la obra del líder pentecostal sudafricano David du Plessis, y los libros de David
Wilkerson y John Sherrill.
2. En el establecimiento del neopentecostalismo en el Perú hay una notable influencia de
predicadores pentecostales “renovados” como Jimmy Swaggart, Pat Robertson51 y Paul
Yonggi Cho. Además, la presencia de ministerios como Club PTL, Club 700 y de los Hombres
de Negocios del Evangelio Completo. Siguiendo la teoría de que el actual movimiento
neopentecostal es expresión de la tercera ola del Espíritu Santo, ésta se ha expresado en: la
influencia del
47 El énfasis es nuestro. 48 Para este punto nos basamos en gran medida en los escritos de Amat y
León 1995; 1996 y 1997 b. 49 Roberts en la década de los ‘50 era conocido en todo los Estados Unidos.
El decía: “Que Dios les bendiga en sus cuerpos, en sus espíritus y en sus finanzas” (Assmann 1987,
29-32). El énfasis es nuestro. Para mayores datos de Roberts ver: Hollenweger 1976, 353-356. 50 Para
mayores datos ver: Schäfer 1992, 59-64; y Zeigler 1990, 321-322. 51 Más datos de Robertson y
Swaggart en: Assmann 1987, 34-37 y 40-43.
24
neopentecostalismo en las diversas denominaciones evangélicas (pentecostales y
no-pentecostales);52 la formación de “iglesias independientes” marcadamente
neopentecostales, fruto de cismas denominacionales o trabajo de misiones;53 y finalmente, la
aparición de organizaciones (fraternidades de pastores y de esposas de pastores) y de
ministerios para-eclesiásticos, ambos de carácter interdenominacional por supuesto.
3. La institucionalización y hegemonía del movimiento neopentecostal, por medio de la
Fraternidad Interdenominacional de Pastores Cristianos (FIPAC)54 y otros ministerios,55 nos
indica el papel de vanguardia en lo que respecta a convocar al liderazgo de las diversas
denominaciones y proponerles una agenda misiológica desde una perspectiva de la guerra
espiritual y de la teología de la prosperidad. Refiriéndose a la hegemonía neopentecostal, dice
Amat y León:
Ha desarrollado y madurado una teología y cosmovisión carismática que inunda el mundo
evangélico, en la que influye a través de la popularización de un lenguaje y una temática que
en la actualidad está presente en las diversas denominaciones (Amat y León 1997 b, 12).
2.2. El neopentecostalismo como proyecto ecuménico
Ya en 1975 el teólogo uruguayo Mortimer Arias se había percatado de dos formas de
ecumenismo en América Latina: el del movimiento neopentecostal y el del movimiento de
liberación. Dos movimientos que atraviesan las confesiones y no tienen nada que ver con el
ecumenismo eclesiástico oficial.
52 Las denominaciones mayores en el Perú (Las Asambleas de Dios y la Iglesia Evangélica Peruana)
han recibido una fuerte influencia neopentecostal y han reaccionado de diversas maneras. 53 Entre las
más conocidas: Fuente de Agua Viva (David Lozano), Comunidad Cristiana Agua Viva (Juan Capurro),
Iglesia Bíblica Emmanuel (Humberto Lay), Centro Cristiano Vida (Manuel Gutiérrez), La Palabra de Fe
(Jim Andrews), Iglesia Pentecostal Dios es Amor (David Miranda). 54 La FIPAC en la práctica asumió por
algún tiempo el rol del Concilio Nacional Evangélico del Perú (CONEP), opacándolo y haciendo un
trabajo paralelo, hasta que lograron capturar la directiva del CONEP. Los dos líderes neopentecostales
más importantes (Juan Capurro y Humberto Lay) llegaron a la directiva de esta institución que agrupa a
las diversas denominaciones, misiones y ministerios de tradición evangélica. 55 Ultimamente hicieron
demostración de fuerza al convocar a las denominaciones y paraeclesiásticos principales. El COSOMIP,
Radio Del Pacífico, y “Perú hay esperanza”, lograron aglutinar a miles en el congreso misionero
internacional (abril 1996), la inauguración del canal 42 y visita de Benny Hinn (mayo de 1997), como en
la campaña evangelística con Franklin Graham (marzo de 1998) respectivamente.
25
Para Arias, el primero es más individual y emocional, mientras que el segundo es más social,
activista y comprometido.56
En la perspectiva neopentecostal Dios está quebrando todas las barreras denominacionales y
confesionales. Esto es parte de la tercera ola del Espíritu Santo. Uno de sus “profetas”, Morris
Cerullo, al hacer un recuento histórico señala que a principios de 1900 hubo una ola del
Espíritu Santo durante el Avivamiento de la Calle Azusa. Luego, a inicios de 1970 vino la
segunda ola, conocida como el avivamiento “carismático” que se extendió en la Iglesia Católica.
Y ahora estaríamos experimentando un derramamiento del Espíritu Santo tan poderoso como
nunca antes visto en la historia.
Las barreras denominacionales fueron derribadas mientras católicos, bautistas, episcopales,
presbiterianos y personas de todas las denominaciones fueron bautizadas en el Espíritu Santo,
con la señal de hablar en lenguas desconocidas (Cerullo 1991, 135-136).57
El neopentecostalismo es, entonces, no sólo una expresión del movimiento del Espíritu, sino
que cree ser un verdadero avivamiento como nunca antes visto. Representa una nueva época
en la historia del cristianismo pues es un ecumenismo del Espíritu. Allí entran todas las iglesias
(incluyendo la católica) y movimientos “bautizados con el Espíritu Santo” (Stoll s/f, 68).
El neopentecostalismo, en tanto movimiento eclesial como organización establecida, también
representa una nueva época en lo que respecta a las denominaciones evangélicas. Inauguran
un post-denominacionalismo. Por lo mismo, no pretenden llamarse “evangélicos”, sino que por
el contrario, se esfuerzan en denominarse con cualquier nombre antes que tener algún
parentezco con el protestantismo o el pentecostalismo.58
Hay que observar, además, que este nuevo ecumenismo del Espíritu crece a expensas de lo
doctrinal. Ellos creen que la doctrina divide mientras que la experiencia los une. Como dice un
crítico, parece que ellos tienen el lema de “Cuantos más carismas, tantos menos cismas”
(Smouter 1992, 13).59 Ahora bien, no se trata solamente de experimentar los carismas, se trata
sobre todo de experimentar “lo mágico” dentro y fuera del culto. Además no hay que
56 Ver: “Jesus Christ frees and unite”, in: One World No 4 (1975), p. 17, citado en: Prien 1985, 839. A
diferencia de Arias, quien cree que ambos ecumenismos son un don de Dios y que tienen raíces en la
experiencia cristiana y en la Biblia, nosotros no estamos de acuerdo con él. Es interesante observar que
incluso para la 7a Asamblea del CMI (Camberra 1991) se propuso que la “pneumatología ecuménica
debería dar cabida a los nuevos carismáticos”, ver: Outler 1990, 21; y Gutiérrez 1995, 20. 57 El énfasis
es nuestro. 58 Por ejemplo, en 1996 en el Perú, los neopentecostales quisieron cambiar el término
“evangélico” del Concilio Nacional Evangélico del Perú (CONEP). (Propuesta s/f, 7). Es interesante
observar, por otro lado, cómo las iglesias neopentecostales se esfuerzan en evitar llamarse o
identificarse con los evangelicales. 59 También ver: El Reavivalismo 1978, 27.
26
pasar por alto que el neopentecostalismo es políticamente derechista.60 Así que ese es otro
punto que los une, la ideología y práctica política-económica predominante hoy en América
Latina: el neoliberalismo.61
2.3. Énfasis teológicos y métodos neopentecostales
Nosotros creemos que son dos los énfasis teológicos del neopentecostalismo: la guerra
espiritual y la teología de la prosperidad.62 La confesión positiva sería un método para
conseguir prosperidad o sanidad, mientras que la restauración de las alabanzas sería una
forma de expresar ambos énfasis. Ampliemos esto.
1. La guerra espiritual
No cabe duda que la guerra espiritual domina el panorama “evangélico” a nivel mundial. En el
Manifiesto de Manila (1989) se dice lo siguiente:
Afirmamos que la guerra espiritual requiere de armas espirituales, y que debemos predicar la
Palabra en el poder del Espíritu Santo, orando constantemente porque tengamos la capacidad
de ser partícipes en la victoria de Cristo sobre los principados y poderes del mal. (Afirmación
No 11) (The Manila 1989, s/p).63
¿Qué es la guerra espiritual?64 Se la puede sistematizar de la siguiente manera:
1. Es una cosmovisión de corte “tradicional” en la que se complementan de modo subordinado
la dimensión social y material a la dimensión “espiritual”. Consecuentemente pretende ser una
ruptura con la cosmovisión “occidental-
60 Esto ya lo había observado correctamente David Stoll (Stoll s/f, 68-69). 61 Esta sería una diferencia
fundamental con el otro ecumenismo. Mientras el de la liberación era más progresista socialmente y
tenía una cercanía a la ideología de izquierda y a los gobiernos “nacionalistas” o “populares”, el
ecumenismo neopentecostal abiertamente proclama su afinidad a la ideología neoliberal y a los
gobiernos que aplican sus recetas económicas. En el caso peruano, la FIPAC más de una vez se ha
pronunciado a favor del gobierno de Fujimori, y más bien ha criticado a aquellos evangélicos que toman
posturas contrarias a la política neoliberal que se aplica en el país. Para un análisis de lo que significa la
aplicación del actual modelo económico tomando en cuenta los costos sociales ver: Forrester 1997. 62 A
diferencia de Amat y León, quien cree que son cuatro los énfasis teológicos del neopentecostalismo:
guerra espiritual, teología de la prosperidad, confesión positiva y restauración de las alabanzas (Amat y
León 1995, 7-11). 63 A este evento mundial asistieron delegaciones de todos los países
latinoamericanos. De Costa Rica asistió como oradora la sicóloga y “demonóloga” Rita Cabezas. La
declaración la hemos tomado de la revista Pastoralia No 22, Año 11, 1989, p. 56. 64 Nos basamos
fundamentalmente en: Stedman 1995; Gondim 1995 c; Fábio 1996; Murphy 1994; y Burt 1996.
27
racionalista”.65 Un conocido neopentecostal sustenta esta afirmación en los siguientes
términos:
Se está produciendo un cambio profundo en la cosmovisión de los cristianos. Durante siglos
hemos sido presas de una aproximación racionalista al evangelio. (...) En estos años se está
produciendo un cambio significativo en la manera en que los cristianos, particularmente en
nuestra cultura hispanoamericana, nos aproximamos a la comprensión de la realidad y del
evangelio. Estamos siendo menos racionalistas y estamos enfatizando más nuestras
emociones y sentimientos (Deiros 1997 b, 97-98).
¿Es cierto que los protestantes latinoamericanos estuvimos presos del racionalismo? Creemos
que no. En opinión de Samuel Escobar ese tipo de protestantismo “racionalista” o “liberal”
nunca arraigó en América Latina, en todo caso llegó sólo a reducidos círculos académicos
(Escobar 1966, 88-96; y 1982, 32). De ser así, las iglesias evangélicas nunca fueron cautivas
del racionalismo, de donde se concluye que la lectura de Deiros es forzada o equivocada. Nos
parece mucho más objetiva la explicación de Pedro Wagner:
Los latinoamericanos no están tan secularizados como la mayoría de los norteamericanos y
europeos. Su visión del mundo incluye la intervención diaria de fuerzas sobrenaturales en las
rutinas normales de la vida (Wagner 1987, 24).
Por lo mismo, estas fuerzas sobrenaturales (ángeles66 y demonios67) tienen una gran
participación y decisión en la vida cotidiana. Los demonios con
65 Hasta donde estamos informados no existe una explicación amplia de lo que llaman “cosmovisión
occidental-racionalista”. Ver: Murphy 1994. 66 En los actuales manuales de teología “conservadora” ya
se han incorporado capítulos sobre “angelología” y “demonología”, curiosamente argumentados hasta
con textos apócrifos -ni siquiera deuterocanónicos- como es el caso de Ryrie. Dice así: “la frase (Daniel
10:13) que se refiere a un grupo de ángeles superiores, enfatiza el hecho de que existen rangos entre los
ángeles. De este grupo de principales príncipes, Miguel es aparentemente el principal porque es el
arcángel. El apócrifo Libro de Enoc nombra a Miguel, Gabriel, Rafael y Uriel como los cuatro ángeles
principales dotados del privilegio de pararse alrededor del trono de Dios (9:1; 40:9). También enumera a
siete ángeles como arcángeles (20:1-7, cf. Tobías 12:15).” (Ryrie 1993, 146). 67 El libro más citado por
los autores neopentecostales es: Unger 1974. Unger sostiene que “Si Satanás y los demonios son meras
creaciones de la superstición y de la imaginación, todo el campo de la demonología pertenece al mundo
de los cuentos y de la leyenda, y no a la esfera de la teología cristiana. Si no hay demonios, el mal no
puede ser atribuido a su actividad y los aspectos depravados del comportamiento humano deben ser
imputados a otras causas.” (p. 8), y “Al igual que los seres humanos, los demonios tienen distintos
rasgos intelectuales, morales y espirituales. Estos rasgos se manifiestan por lo tanto a través de la
persona poseída. Algunos demonios son refinados, educados, y cultos, e incluso aparentan ser ‘buenos’
y benevolentes, y actúan como si fueran el Espíritu Santo mismo. Otros son rudos, faltos
28
frecuencia atan y se posesionan de sus víctimas, lo que exige, en consecuencia, liberación.
2. Es un ministerio de liberación. Pretende sanar el alma y liberar a la gente de las diversas
“ataduras” y “posesiones demoníacas” adquiridas a lo largo de la vida. Para ello existen
diversos métodos efectivos como parte de las sesiones de liberación: ayunos, vigilias,
exorcismos, estudios del árbol genealógico, batallas espirituales que incluyen a los familiares,
ruptura con objetos que tienen espíritus malignos, aislamiento físico, imposiciones de mano,
ungimientos, etc. Ni siquiera los cristianos están excentos de ataduras y posesiones, aunque
sobre este último aspecto no se ponen de acuerdo todos los “guerreros”.68
3. Es una reflexión teológica cuyo núcleo está centrado en el tema del poder o la autoridad. No
asombra, por tanto, la enorme popularidad de la guerra espiritual sobre todo en sectores
sociales carentes de todo tipo de poder. El poder en “la sangre de Jesús” es fundamental para
la guerra espiritual, pues permite dominar a los demonios. Este poder con frecuencia es usado
para exigir a los espíritus demoníacos que revelen cosas desconocidas, para luego usarlas en
su contra. Por ejemplo, es importante saber los nombres de los espíritus que se han
posesionado de personas, sus estrategias de ataque y lugares geográficos de acción, para
luego exigir su salida en “el nombre de Jesús”.69
4. Es una lectura teológica de las culturas. A todas las encuentra habitadas por demonios, y por
tanto objeto de diversas batallas por conquistar territorios nuevos “para el Señor”.70 En esta
perspectiva, dice un neopentecostal, “bajo el disfraz de tradiciones culturales estamos abriendo
puertas de maldición a nuestras ciudades y naciones” (Torres 1996, 131).
Efectivamente, todas las culturas, especialmente las que son muy antiguas (maya, azteca, inca,
por ejemplo) nos han heredado una serie de maldiciones y espíritus territoriales que detienen la
evangelización y oprimen a sus
de educación, toscos, viles y moralmente, inmundos. El atributo que es común a todos los demonios es
su oposición a Jesucristo.” (p. 117). 68 Ver: Dietrich 1993. Este libro es un manual de liberación de
demonios, y ha sido libro de texto por muchos años en el Instituto Bíblico Ministerial de la Iglesia
Evangélica Peruana (Huánuco, Perú) donde ella sirvió como profesora. Una opinión contraria a la
posesión demoníaca de los cristianos se encuentra en el libro coordinado por la teóloga pentecostal
Reddin 1994. El psicólogo Jorge León opina, en base a más de cuarenta años de práctica profesional,
que todos los casos de “posesiones” que ha visto no son tales, y se explican sicológicamente. (León
1997, 49-64). 69 Es correcta la observación de Schäfer cuando dice que: “El fundamentalismo, como
modo operativo del conocimiento, reconquista al nivel de los sistemas simbólico- religiosos la capacidad
(el “poder”) de actuar sobre el mundo, que se encuentra amenazada en los campos personal, social,
económico y político.” (Schäfer 1996, 3). 70 Ver: Jacobs 1993; y Morey 1997. Este último autor encuentra
cómo Satanás en nombre de “la antropología cultural” y de “la defensa de las culturas autóctonas” impide
la evangelización de las “culturas paganas”.
29
habitantes. Esto lleva a agresivos métodos de evangelización que incluye usualmente
“mapear”, ungir ciudades con aceite y otras prácticas más, con el único propósito de derribar
las “fortalezas espirituales” que han estado posesionadas.
5. Finalmente, es también una clave de lectura de la Biblia. No es que “espiritualiza” toda la
Biblia, sino que encuentra en toda la Biblia guerra espiritual. En esta visión desde el Génesis
hasta el Apocalipsis el ser humano ha estado en guerra contra los ejércitos demoníacos.
Efectivamente, esta clave permite releer la misión de Jesús, por ejemplo, y concluir que su
misión consistió fundamentalmente en la expulsión de demonios. De allí se deriva que la misión
de la iglesia, explicada en el Nuevo Testamento, consistió también en guerrear contra los
demonios como parte de las estrategias evangelizadoras.71
En conclusión, pues, la guerra espiritual se refiere al hecho cósmico de que existe un conflicto
entre Dios y Satanás, en el que están involucrados los ejércitos de ambos. Un conocido
“guerrero” dice:
Estamos en una guerra. Esta guerra es por los corazones, las mentes, y las almas de los
hombres. Las condiciones que gobiernan esta guerra son éticas: el bien contra el mal. Los
comandantes rivales son personales: Dios contra Satanás. Los ejércitos se componen de
seguidores leales que hacen pacto (se encadenan a sí mismos) a uno de los dos comandantes.
Cada ejército tiene una vía jerárquica. Cada ejército tiene una serie de reglas. Cada
comandante llama a sus seguidores a vivir y a morir según sus tareas asignadas (North 1987,
39-40).
2. La teología de la prosperidad 72
A este énfasis teológico también se le conoce como “el Evangelio de la Prosperidad”.
Sucintamente se refiere al hecho de que los cristianos, como “hijos del Rey”, tienen derecho a
apropiarse de los diversos beneficios de Dios: salvación espiritual, sanidad física y prosperidad
material (abundantes riquezas). Veamos algunos ejemplos:
71 El libro más completo, hasta hoy, sobre guerra espiritual (Murphy 1994), es el mejor ejemplo de lo que
afirmamos. Esta obra relee cada libro de la Biblia enfatizando la guerra espiritual y “contextualizando”
esa lectura para la situación actual. 72 Por ser el tema a investigar en este trabajo aquí sólo podemos
ofrecer un concepto resumido. Una introducción histórica a los orígenes de la teología de la prosperidad
en los Estados Unidos se encuentra en: Wauzzinski 1987, 22-24; y una crítica desde la perspectiva
bíblica y pastoral en: Getz 1994; y Burkett 1996. Resulta importante mencionar que un feroz crítico de la
teología de la prosperidad en el Perú es el líder neopentecostal Humberto Lay, quien no la acepta por
carecer de fundamento bíblico y por tener una lógica demasiado mecanicista (dar y esperar mucho lucro
a cambio). Ver: Lay 1997; y 1995. Para una visión de la teología de la prosperidad en el Perú ver: Ocaña
1998 a; y 1998 b.
30
¡La bendición de Abraham es nuestra! No nos la pueden quitar nunca más. Esos desconfiados,
incrédulos, matadores del gozo, y vendedores de la duda no serán capaces de quitárnosla. ¡La
bendición de Abraham es mía -la bendición de Abraham es nuestra- a través de Cristo Jesús!
¡Aleluya! La bendición de Abraham era una bendición triple. Lo primero que Dios le prometió a
Abraham fue que El lo iba a hacer rico. “¿Quieres decir que Dios nos va a hacer a todos ricos?”
Sí, eso es lo que quiero decir (Hagin 1989, 4-5).
Usted da un dólar por amor al evangelio, y ya le pertenecen a usted 100; usted da 10 dólares y
a cambio recibe 1000 de regalo; usted da 1000 dólares y a cambio recibe 100,000. Ya sé que
usted mismo sabe multiplicar igual que yo, pero es que sólo quiero que lo vea otra vez por
escrito.(...) Done usted un avión, y recibirá cien veces más el valor de ese avión. Regale usted
un coche, y obtendrá tantos coches que durante toda su vida no necesitará más. Abreviando,
¡Marcos 10:30 es un buen negocio! (Copeland 1984, 46).73
(...) lo que Dios no quiere de ninguna manera es que vivamos en pobreza, en enfermedad, en
sufrimiento (...) es Dios quien nos da la fuerza, la salud, la inteligencia para hacer las riquezas y
esto con el fin de confirmar su pacto para con nosotros. ¿Por qué digo nosotros? Porque Dios
no ha cambiado y El sigue prosperando a sus hijos como señal del pacto. (...) El que ama a
Dios y vive en santidad en una estrecha comunión con el Espíritu Santo, está en las mejores
condiciones para descubrir tesoros, petróleo, minerales valiosos, emprender negocios, crear
industrias, comercio, etc. y prosperar en cualquier actividad (Capurro 1994, Prefacio, 8, 11).
Es nuestra oración que nuestros lectores sean hombres y mujeres prósperos, con corazones
bondadosos, que bendigan y den a los pobres. Siembren en la obra de Dios, bendigan a sus
pastores, les compren sus mejores ropas, los honren como siervos de Dios, sean buenos
diezmadores, lleven las mejores ofrendas a la iglesia, aporten para la iglesia para construir
templos, inviertan en campañas evangelísticas, tomen los medios de comunicación, las radios,
los canales de TV, periódicos y que saturen el Perú con el mensaje de Cristo (Lozano s/f a, 5).
Las citas por sí mismas son elocuentes. Esta teología pone un énfasis desmedido en la
prosperidad, entendida esta como riqueza material; y la presenta no sólo como una perspectiva
desde la cual hay que interpretar toda la Biblia sino que convierte a la prosperidad en un canon
para medir la fe, la espiritualidad, y la práctica de las leyes de prosperidad (siembra y cosecha,
73 Para esta cita utilizo la traducción de: Bühne 1994, 118. Esta cita resume tanto “la ley de la siembra y
la cosecha” como “la ley del ciento por uno”.
31
ciento por uno) tanto a nivel personal como grupal. Así, si alguien no es rico sencillamente se
debe a que carece de fe o tiene algún pecado.
La teología de la prosperidad, nos parece, es un intento de solucionar tanto una necesidad
como una aspiración: la seguridad y la abundancia material. Para ello recurre a la Biblia,
ofreciendo una salida que es tanto un abandono de la vieja ética protestante (trabajo, ahorro e
inversión), como una mezcla con diversos rituales mágicos (la ley de siembra y cosecha). Tal
vez se explique su enorme acogida en un continente donde pareciera que la práctica de la ética
protestante no garantiza un ascenso social y económico.74
3. La confesión positiva
Este énfasis tiene sus orígenes directamente en el Movimiento de Fe de los Estados Unidos.75
En Lima se ha popularizado las enseñanzas de los “maestros de la fe” Kenneth Hagin, Kenneth
y Gloria Copeland en las organizaciones La Palabra de Fe y Fuente de Agua Viva. Además
existe una versión peruana (que se llama “confesión creativa”) en la Comunidad Cristiana Agua
Viva, cuyo exponente es el Pastor Juan Capurro.
La confesión positiva se puede resumir en la frase “confiésalo y tenlo”, lo que supone un poder
en la palabra pronunciada o declarada. Hay quienes sostienen, incluso, que a Dios no hay que
pedirle nada (como Benny Hinn y Morris Cerullo en los Estados Unidos), sino exigirle y
demandarle victoria sobre Satanás, sanidad corporal, o prosperidad material según sea el caso.
En el fondo, se trata de un método para lograr los fines deseados. Un ejemplo de ello es el
siguiente sermón:
Diga: Yo quiero prosperar, ¡fuerte!, diga más fuerte: yo quiero prosperar; aún más fuerte, diga:
ahora me declaro próspero. Dígalo bien fuerte: Mi país es próspero, las iglesias de mi país, las
declaramos prósperas, prósperas para honra y gloria de Dios. ¡Aleluya! ¿Cuántos lo creen,
hermanos? ¿cuántos lo creen, hermanos? Diga: Mi país a pesar de los problemas, es un país
próspero, ¡bien fuerte, bien fuerte! (...) Ahora, ¿cuántos quieren la prosperidad? Levanten las
manos, porque mañana públicamente
74 Como dice Bobsin: “El análisis del neopentecostalismo en la perspectiva weberiana nos lleva a
afirmar que la magia tomó el lugar del la ética del trabajo. En otras palabras, la bendición puede ser
alcanzada manipulando las fuerzas no-empíricas para alcanzar resultados concretos e inmediatos.”
(Bobsin 1995, 34). El sociólogo argentino Daniel Míguez encuentra que las doctrinas neopentecostales
“guardan un carácter ambivalente entre una cosmovisión mágica y una propia del mundo moderno” (D.
Míguez 1995, 7). Paul Freston por su parte también observa que: “En vez de la ética del trabajo diligente
y el consumo frugal, tenemos la ‘teología de la prosperidad’ y su ideal de enriquecimiento rápido por
medio de rituales.” (Freston 1995, 313-314). 75 Para una comprensión de este movimiento y su relación
con la teología de la prosperidad ver: Fee 1979; Hanegraaff 1993; Hümmel 1991; y Varner 1996.
32
vamos a maldecir la pobreza. (...) y voy a declarar prosperidad sobre las iglesias de esta
ciudad. (...) Jesús dijo: “Yo he venido, para darles buena noticia a los pobres” y la buena noticia
para los pobres es prosperidad. ¡Aleluya! Diga: PROSPERIDAD, ¿cuántos creen en este
mensaje?, ¡digan: Amén! (...) Declárese bendecido, ¡Aleluya!, déjelo, déjelo allí, déjelo allí.
Declárese bendecido; declárese bendecido. Usen buena ropa, compren buenos zapatos, no
sea tacaño con Ud. mismo. La Biblia dice que las riquezas del mundo es para los que están
delante de Jehová, yo estoy delante de Jehová para que coman hasta saciarse y vistan
espléndidamente ¡Gloria al nombre del Señor Jesucristo! ¡Aleluya! (...) Habla en positivo, no
hables en negativo. No digas: me duele, cuando sientas el dolor, dí: soy sano por las llagas de
Jesucristo; cuando te veas sin una moneda en el bolsillo, párate en la mañana y dí: billetes de
100, vengan del norte y del sur, del este y del oeste, de abajo, de arriba. (...) Tienes que
aprender a hablar, el lenguaje de la Biblia es positivo, el lenguaje de la Biblia, el lenguaje del
creyente es el lenguaje de Dios. (...) Levante sus manos y diga conmigo: me declaro próspero,
me declaro próspero, acepto este mensaje de Papá lo acepto, lo acepto con todas sus
connotaciones; dígalo ahora, yo voy a ser un creyente que voy a bendecir económicamente al
siervo, al siervo de Dios en el nombre de Jesús. Amén. (C. Jiménez 1997, 1- 8).
Que con ese método se logre prosperidad económica y sanidad física está por verse. Pero que
muchos lo practican en su afán de lograr tales propósitos eso no se duda.
4. La restauración de la alabanza
Este ha sido uno de los medios por los que el neopentecostalismo ha entrado y se ha afianzado
con mucho éxito en las diversas iglesias evangélicas y otras agrupaciones. Se trata, en este
caso, de “perfeccionar” o “renovar” la alabanza y darle el merecido lugar que le corresponde,
aún por encima de la predicación de la Palabra de Dios. Como dice un neopentecostal
peruano, “la alabanza es arma poderosa en la guerra contra las tinieblas” (Lay 1990, 1-5). Así,
las alabanzas guerreristas y de prosperidad ocupan casi todo el tiempo del culto hoy. Veamos
dos ejemplos:
Tu y Yo 76
Dios está llamando a la guerra nos está impulsando hacia afuera acudiremos al llamado del
Señor
76 Canción de 1990, compositor e intérprete: Marcos Witt. Cancionero de Marcos Witt. (Sin lugar, sin
editorial, sin fecha de edición).
33
tomaremos las armas que El nos preparó.
Tú y yo, somos un pueblo tú y yo, preparado para mostrar las grandezas del Señor para tomar
la tierra que El nos entregó.
Espera 77
Viviendo en lo que es la orilla sin tranquilidad corriendo de un lado a otro con agilidad ataduras
que llamamos compromisos ¿cuándo podremos descansar?
El dinero es tan importante no se te vaya a escapar para poder salir adelante te tienes que
afanar no vaya a ser que venga otro y se te precipite ¿cuándo podremos descansar?.
Además, la restauración de las alabanzas sólo es posible, a nuestro criterio, a partir del uso
masivo de instrumentos musicales poco tradicionales como la batería, el sintetizador y la
guitarra eléctrica. El uso de estos instrumentos ha permitido que se “modernice” la liturgia con
nuevos ritmos y géneros musicales (rock, reggae, salsa y otros); con coros compuestos
generalmente por guapas señoritas y muchas veces vestidas con ropas ligeras;78 así como
diversas expresiones corporales (danzas, paseos de bandera, trencitos, “meneítos”, “bailes del
perrito” y otros). Por cierto, este tipo de alabanza goza de mucha popularidad sobre todo en la
juventud neopentecostal.79
77 Canción de 1992, compositor e intérprete: Marcos Witt. 78 Es conocida la historia del coro de la
Comunidad Cristiana Agua Viva ocurrida en 1995. Después de un incidente de varios jóvenes con las
señoritas del coro, que vestían prendas muy cortas, a éstas se les ordenó que vistan “más
decentemente”. Hoy ciertamente se puede comprobar que las órdenes se acataron. Fuente: Oscar Amat
y León. 79 Es interesante observar que no siempre los adultos simpatizan con la restauración de la
alabanza. Por lo mismo es común que muchos adultos participen del culto a partir de la predicación del
Pastor y que se retiren en la parte final del culto, para evitar participar de esa manera de las danzas,
meneitos y trencitos. (Estas observaciones
34
Una pregunta fundamental que se hacen los críticos del neopentecostalismo es ¿hasta qué
punto estos énfasis teológicos tienen fundamento bíblico?80 De esta pregunta pueden surgir
otras. ¿Hasta qué punto la guerra espiritual y la teología de la prosperidad están en continuidad
con las doctrinas protestantes o pentecostales? ¿o representan, más bien, una nueva forma de
ser cristianos, una “contextualización” del evangelio para el momento actual latinoamericano?
¿o tal vez se trata de una nueva religiosidad que no repara en mezclar la fe cristiana con las
prácticas populares disidentes de las oficialidades religiosas?.
Un intento de respuesta la ofrece José Míguez, quien cree que el neopentecostalismo asume el
imaginario social popular de un mundo regido por espíritus buenos y malos, y propone una
forma de “manejar” el mundo de los espíritus, restringido a quienes detentan el poder “mágico”
(J. Míguez 1995, 156). No se trata entonces solamente de un énfasis en la cura divina como en
el pentecostalismo. Se trata de otra cosa muy diferente.
El teólogo pentecostal Norberto Saracco, evaluando al neopentecostalismo (o “pentecostalismo
contemporáneo” como él lo llama) concluye que éstos representan una “nueva concepción de
la fe y su eficacia”, pues han abandonado -o dejado a un segundo plano- las raíces
fundamentales del pentecostalismo (Saracco 1991, xi). Otros autores (Mendonça 1994, 159),81
incluso encuentran dependencia del neopentecostalismo respecto al catolicismo popular así
como de los cultos afro-brasileros (en el caso de Brasil).
Respecto a la fuente de autoridad, nos parece que es distinta en el neopentecostalismo que en
el protestantismo histórico y el pentecostalismo clásico. Ellos basan sus doctrinas en fuentes
ajenas a la revelación bíblica, por ello no debe sorprendernos sus conclusiones teológicas. Así
que, no nos convence la defensa cerrada que hacen Pablo Deiros y Carlos Mraida de un
pretendido biblio-centrismo en el neopentecostalismo: “En cuanto a la hermenéutica bíblica, lo
primero que uno puede decir es que los movimientos pentecostales-carismáticos tienen un
marcado aprecio por la Palabra de Dios. Hay un fuerte y reiterado énfasis sobre la Biblia en su
literatura” (Deiros y Mraida, 1994, 181).82
Como dicen unos estudiosos del neopentecostalismo estadounidense, cuando nos referimos a
ellos “estamos ante otra cosa” (Priest y otros 1997, 15). Las teologías evangélicas
generalmente han reconocido como fuente de autoridad a las Sagradas Escrituras, cosa que no
ocurre en aquellos. “Tradicionalmente, los evangélicos han sacado su información del mundo
espiritual sólo de la
corresponden a varias organizaciones, incluyendo a Agua Viva). Fuentes: Helmer Ochante, José Jordan
y mi propio trabajo de campo. 80 Ver: Cabral 1997, 30-33; Pilco 1992, 235-246; Chantry 1990, 38-39; J.
Míguez 1995, 76-77; Paxton 1980, 10-13; Núñez 1980, 22-25; y Boletto 1996, 53-58. 81 También:
Marcos R. Inhauser. “A umbandizaçao do contexto carismático”, en: Tempo e Presença No 281, p. 8. 82
El énfasis es nuestro.
35
Biblia. Se creía que otras fuentes (como las religiones no cristianas, el racionalismo humano, el
ocultismo y cualquier otro contacto con demonios) no proporcionaban datos confiables” (Priest
y otros 1997, 25).
¿Cuáles son esas otras fuentes de autoridad en el neopentecostalismo? Priest, Campbell y
Mullen dicen que son: 1) Información recibida de los demonios; 2) información dada por los
practicantes de otras religiones; 3) el uso de relatos (o experiencias); 4)la evidencia de los
resultados; 5) un “contador geiger” interno; y 6) revelaciones que vienen de Dios (Priest y otros
1997, 25-32).83
Por lo mismo que tienen otras fuentes de autoridad y revelación, es que saben, por ejemplo, los
nombres de los “espíritus territoriales” (es decir, demonios que controlan zonas geográficas y
se oponen a la evangelización). ¿Quién les revela esos nombres si no están en la Biblia? Si
creemos a los mismos neopentecostales, entonces tenemos que decir que sus fuentes de
información, revelación y autoridad final son en gran medida los demonios y no Dios. Es decir,
han suplantado la Palabra de Dios por las palabras de Satanás y sus emisarios.84 Sin duda,
esto es totalmente inaudito en la historia de la teología cristiana.
Aquí conviene señalar las diferencias simbólicas entre el pentecostalismo clásico y el
neopentecostalismo en lo que respecta a la Biblia. Nos consta que parte de la simbología
pentecostal radica en el uso de la Biblia, por ejemplo, como medio o instrumento de sanidad
física. Así, no es raro ver a los pentecostales poner la Biblia en zonas del cuerpo que tienen
dolencias, buscando la sanidad de Dios. O abrir la Biblia en los sembríos para buscar la
bendición de Dios en las cosechas. En el neopentecostalismo ya no es más la Biblia, hasta han
perdido este bien simbólico (la Biblia) en sus liturgias y su vida cotidiana al buscar la sanidad o
prosperidad material. Hoy la Biblia ha sido complementada o suplantada por aguas milagrosas
de la prosperidad, aceites sanadores, flores benditas, pañuelos intercesores, etc.
3. La teología de la prosperidad en el protestantismo peruano.
83 En un libro reciente Peter Wagner sostiene que hay cuatro fuentes de autoridad: la Palabra (escrita)
de Dios, la Palabra proclamada (rhema), el análisis cuidadoso de las obras de Dios en el mundo y el
aporte de representantes del mundo de las tinieblas, sean estos humanos o espirituales. Ver: Confronting
the Powers. Ventura, CA: Regal Books, 1996, p. 70, el énfasis es nuestro. Citado por Saracco 1996.
También: Wagner 1995, 21-47. Para una defensa de la autoridad de la Biblia en el quehacer teológico
ver: Mc Afee 1965, 67-80 y Reddin 1994, 229. Opal Reddin concluye su libro de esta manera: “No
aceptamos nunca una doctrina basada en experiencias sin fundamento bíblico. Hacerlo es entrar en
arena teológica movediza”. 84 Basta revisar los diversos testimonios en: Murphy 1994. Para saber los
nombres exactos de los principados, gobernadores y fuerzas de iniquidad que actúan en el mundo, ver:
Rita Cabezas “La organización de Satanás”, citada en: D. Smith 1992, 260.
36
3.1. La perspectiva neopentecostal
En el Perú actualmente existen diversos “ministerios”, además de la FIPAC, por los que la
teología de la prosperidad llega a toda la comunidad evangélica. Hasta el funcionamiento del
Canal 42, el mayor difusor era el periódico La Luz, seguido de Radio Del Pacífico y alguno que
otro ministerio (como Perú hay esperanza). Efectivamente, el neopentecostalismo peruano se
muestra bien organizado: tiene un canal de televisión, una radio, un periódico, y diversos
ministerios. Por supuesto, la teología de la prosperidad también ha calado en algunas
organizaciones independientes. El periodista Tito Pérez, de la Iglesia Evangélica Nazarena,
hace un resumen en los siguientes términos:
En el Perú las iglesias que promueven esta teología (de la prosperidad) y que anhelan
expandirla a la comunidad evangélica en general son, entre otras, la iglesia Agua Viva de Juan
Capurro, el Centro Cristiano Vida de Manuel Gutiérrez, la Iglesia Camino de Vida de Robert
Barriger, y la iglesia Palabra de Fe de Jim Andrews. Además, otras congregaciones más
pequeñas nucleadas en la Fraternidad Internacional de Pastores Cristianos (FIPAC). (...) En
cuanto a medios escritos, aprovechan las páginas del periódico La Luz. Esta teología también
ha calado en algunas congregaciones nativas, como la iglesia El Shaddai del pastor, ex-bíblico
bautista, Jesús Obregón (Teología 1997, 6).
El Canal 42,85 aunque inaugurado en mayo de 1996 recién entró en funcionamiento el año
1997. Funciona las 24 horas del día y está conectado a un satélite que permite sintonizar
diversos programas de distintos países. Así es posible ver a Joel Osteen, Benny Hinn, Morris
Cerullo, Rony Chaves y otros predicadores más tanto de la guerra espiritual como de la
teología de la prosperidad. Por supuesto, los cantantes “renovados” tienen espacios
privilegiados así como los propugnadores de la confesión positiva. Exactamente no sabemos
cuál es el impacto actual de este medio de comunicación en la comunidad evangélica, pero
hasta donde sabemos tiene mucha sintonía.86
Por otro lado, el periódico La Luz87 cumple una función importante en la divulgación de la
teología de la prosperidad, y representa al sector neopentecostal más politizado88 como
popular. No tiene una propuesta propia
85 El directorio del Canal está conformado por los mismos de Radio Del Pacífico, cuyo presidente es
Pedro Ferreira. El directorio, además, en varias ocasiones se ha pronunciado tanto por la radio como por
televisión a favor de la política del presidente del Perú Alberto Fujimori. 86 Este es un tema todavía no
investigado y que tal vez debería ser objeto de algún trabajo de campo y de tesis. 87 El director de este
periódico es el pastor David Lozano de la agrupación “Fuente de Agua Viva” que está asociada a la
iglesia “Fuente de Agua Viva” de Puerto Rico, cuyo pastor y líder principal es Rodolfo Font (Vargas
1998). 88 En las elecciones presidenciales de 1995, hicieron propaganda “gratuita” al partido de gobierno
que resultó reelegido.
37
de teología de la prosperidad, sino que intenta representar a todos los neopentecostales
peruanos, de tal manera que caben, por ejemplo, tanto aquellos que propugnan la confesión
positiva como aquellos que la rechazan. En todos los números infaltablemente aparecen
testimonios de cómo Dios prosperó a humildes hermanos de diversas denominaciones, así
como artículos divulgadores de la teología de la prosperidad.
Por ejemplo el hermano Froilán Mejía (Catedral de Fe) cuenta que escuchó la voz de Dios para
que aperturase un negocio de camisetas con estampados cristianos. Luego, fue prosperando a
tal punto que se ha convertido en un pequeño empresario. Dice así:
He visto cómo Dios me está levantando de la nada, y creo que puede hacer grandes empresas
de la nada. Tenemos un Dios grande que es dueño del oro y la plata y quiere que sus hijos
sean bendecidos y prosperados pero también quiere que sean fieles y obedientes a su palabra.
Para mí el diezmo es sagrado, para mí Dios, lo hago y lo doy con gozo, cuando no damos los
diezmos y las ofrendas, caemos bajo maldición y nos vienen problemas y pobreza, nos roban,
nos estafan, porque también le estamos robando a Dios, pero si somos fieles, “El Señor abrirá
las ventanas de los cielos y nos enviará bendición hasta que sobreabunde”. Según Malaquías
3:8-10. Para mí el secreto para prosperar es pagar fielmente los diezmos y las ofrendas (Dios
puede s/f).89
Otro testimonio es de Juan Cristóbal (Iglesia Evangélica Peruana). El dice:
Por mi experiencia puedo decir que el secreto para que todo nos vaya bien, es que vivamos en
comunión con Dios, que separemos tiempo para orar, ayunar, y estar a solas con Dios, que
primero sea Dios y segundo los negocios, primero orar y después actuar, meditar en la Palabra
de Dios y aferrarse a sus promesas. (Se refiere a Josué 1:8-9) (Todo lo s/f).90
Un predicador argentino, el pastor Antonio San Cristóbal, después de citar 1 Crónicas 29:12; 2
Crónicas 32:29; y Proverbios 22:4, afirma:
La palabra de Dios nos dice que sólo podremos recibir lo que creemos, y en su mayoría el
pueblo del Señor no ha alcanzado la libertad financiera porque no ha creído en ella (San
Cristóbal s/f).91
Por otro lado dos denominaciones (Iglesia Evangélica Peruana y Alianza Cristiana y Misionera)
ya han sido influenciadas por la teología de la prosperidad. Nos ha tocado corroborar, por
ejemplo, que en cuatro
89 El énfasis es nuestro. 90 El énfasis es nuestro. 91 El énfasis es nuestro.
38
congregaciones de la Alianza Cristiana y Misionera (Lince, Pueblo Libre, San Juan de
Lurigancho y San Martín de Porres, todas en Lima) existe un discurso más o menos
“moderado” de prosperidad en sus pastores -al parecer influenciados por la ética protestante-,
mientras que entre sus miembros existe un discurso radical al puro estilo de Dios es Amor, de
Fuente de Agua Viva o de Palabra de Fe, es decir, por lo general expulsan a los demonios de
pobreza y batallan contra el diablo. Esto significa que no existen prácticas religiosas uniformes,
sino que al interior de cada congregación coexisten diversos discursos teológicos.
También nos ha tocado corroborar la experiencia de una Iglesia Evangélica Peruana (Pasaje
Matucana de San Martín de Porres, Lima) en la que el pastor expulsaba a los demonios de
pobreza y ruina, como parte de su método para alcanzar prosperidad en la congregación. Por
cierto, muy pocos miembros de la iglesia creían que con tales prácticas se lograría la ansiada
prosperidad.92
Se podrían poner otros ejemplos más. La verdad es que no existe denominación alguna que se
haya librado de la influencia neopentecostal y de la teología de la prosperidad. En todas las
iglesias que han sido “renovadas” sus miembros sienten que están experimentando un
avivamiento del Espíritu Santo.
3.2. La perspectiva no-neopentecostal
Es importante reconocer que en las iglesias evangélicas ha existido desde sus inicios un
discurso teológico que usaba de alguna manera el lenguaje militar. Así, términos como
campañas, conquista, combate, etc. acompañaban la misión de la iglesia. Los himnos, incluso,
hacían llamados “a combatir” o a “ser soldados de la cruz”. Igualmente, también existió un
discurso teológico vinculado a la dimensión económica, y esto debido en gran parte a su
herencia liberal.93 Un artículo de 1918 dice de la siguiente manera:
¡Esos protestantes!
- ¿El señor es Protestante? - Sí, y tengo a honra serlo. - Pero, ¿no son los protestantes unos
sectarios fanáticos, una gente de la clase más pobre e ignorante? Así pensamos nosotros los
librepensadores. - ¡Sí, sí, y nuestra Santa Madre Iglesia Católica los tienen declarados herejes
y condenados al fuego del infierno!
92 Esta experiencia la conocemos muy de cerca ya que ocurrió en una congregación del Presbiterio
Lima Norte, en la que yo era directivo. Existe una experiencia similar en la IEP de Tingo María
(Huánuco), cuyo pastor es un constante colaborador de diversas agrupaciones neopentecostales que
provienen de Guatemala. 93 Ver: J. Míguez 1983, 15-36; y Alvarez 1983, 37-56.
39
Pues señores, yo soy protestante y les diré por qué. Los protestantes basan su religión en la
Biblia, ley de Dios, la cual han traducido en 500 lenguas, y se esfuerzan por hacerla llegar a las
manos de toda criatura de Dios. De ahí vino la emancipación de la inteligencia y el alma, la
libertad de los esclavos, y la salvación de las naciones de la tiranía del Papa y de los reyes. A
los protestantes se debe hoy la libertad religiosa y la forma republicana de gobierno. Más de 16
mil hombres han salido de Inglaterra, Estados Unidos y Alemania y se hallan desparramados
entre las naciones para enseñar al pueblo la ley de Dios. Los protestantes han hecho general y
sólida la instrucción por tanto tiempo encerrada en los muros de los conventos. Ha aumentado
millares de veces las riquezas materiales del mundo, llenándolo de una prosperidad y felicidad
jamás soñadas. Tienen en sus manos la balanza del destino de las naciones. Hoy el
sentimiento más fuerte en el mundo gravita sobre sus principios. Los primeros estadistas, los
primeros sabios, los primeros predicadores del mundo se encuentran hoy en medio de ellos. La
civilización moderna es debida a ellos, que son el baluarte y centro de donde brotan regueros
de luz alrededor del mundo. ¿Qué nación romanista puede compararse con las naciones
protestantes en cultura intelectual, moral y física? Están éstas a la vanguardia de todo cuanto
es bueno y útil, en todos los ramos de la actividad humana. (...) Los países de más progreso
hoy son los Estados Unidos del Norte, Inglaterra, Alemania, Holanda, Suiza,, Dinamarca,
Suecia, y Noruega y Francia en parte: estas naciones son protestantes. Su potencial colonial es
enorme, y los anglo sajones protestantes están llamados a dominar el mundo. Y todavía se me
pregunta: ¿El señor es Protestante? Sí, señor, y hónreme mucho en ello, pues me hallo en
buena compañía entre los hombre cuyo fin es restaurar este mundo de un estado de esclavitud,
mental y física, a la libertad, a la prosperidad y a la felicidad (Esos 1918, 1).94
Más cercano cronológicamente está a nosotros el evangelista argentino Luis Palau, quien dice:
De acuerdo con las Escrituras, Dios está más dispuesto a dar que lo que nosotros estamos
dispuestos a recibir. Dios tiene preparada prosperidad, éxito y bendición para los creyentes.
Pero se debe poner la confianza en Dios, en su Palabra y en sus promesas. Dios es su Padre y
le ama. El ama su espíritu, alma y cuerpo, y ama también a su familia. Dios quiere y puede
bendecirle, a todo nivel y en todos los aspectos de su vida. Estudie cuidadosamente las
instrucciones
94 El énfasis es nuestro. Aunque el artículo no lleva firma posiblemente corresponde al misionero de la
RBMU Juan Ritchie.
40
divinas para salir del fracaso, de la depresión, de la pobreza y para triunfar en la vida. ¡Gloria a
Dios por ser padre de misericordias!. “Dios es amor” (Palau 1988, 4-8).
Como nos damos cuenta el discurso evangélico no tuvo reparos en relacionarse con temas
económicos, digamos como la mayordomía y la prosperidad, de tal manera que se interiorizó
en las diversas iglesias sin mayores problemas. Mientras ahora sí se hace problemas un sector
del liderazgo evangélico peruano con la teología de la prosperidad. Las razones95 la explican
ellos mismos:
Con respecto a la teología de la prosperidad mi opinión es categórica: no estoy de acuerdo con
dicha teología porque no corresponde al contexto de los pueblos de América Latina. Esta
teología puede ser desarrollada en el marco de los países desarrollados, y desde ese punto de
vista la rechazo. (...) Cómo se puede decir que si un creyente pobre no desarrolla
financieramente es porque está en pecado, como a un creyente de un país pobre como el
nuestro que está en crisis se le va a pedir que prospere cuando las condiciones en que vive no
le son favorables como desempleo, subempleo, recesión económica fuerte. (Héctor Flores,
Pastor de la Iglesia Evangélica Peruana “Templo Maranatha” y ex- director del Instituto Bíblico
de Lima) (Pastores s/f, 4).
Estuve viendo las bases bíblicas y teológicas que proponen, y en realidad no se toma toda la
Biblia y solamente la Biblia. Se toma algunas partes de la Biblia que pareciera que dan apoyo a
su teoría de la prosperidad material y de la salud total, pero olvidan otros pasajes que,
obviamente, no hablan de eso.” (Pedro Arana, Pastor de la Iglesia Presbiteriana y Secretario
General de la Sociedad Bíblica Peruana) (Pastores s/f, 4).
Para nosotros es una gran preocupación porque esta teología carece de un buen fundamento
bíblico. Más bien estamos viendo que es el resultado de la cultura norteamericana, pues
sabemos que el ideal del norteamericano común es la buena vida, el deseo de prosperidad.
(Wernan Pinedo, Pastor de la Alianza Cristiana y Misionera del Rimac, Lima) (Pastores s/f, 4).
Creo que es una forma de ver el concepto del evangelio desde una óptica muy distorsionada.
Nosotros bien sabemos que hay referencias muy concretas del Señor Jesucristo en que dijo
que no podemos servir a dos señores; no se puede servir a las riquezas, no se puede distraer
nuestra atención en las cosas materiales dejando
95 Tomamos como ejemplo a pastores de amplia trayectoria de las principales denominaciones. Por otro
lado, es necesario clarificar que nosotros no necesariamente estamos de acuerdo con cada argumento
del liderazgo en mención.
41
de lado al Señor. (Herbert García, Pastor de la Primera Iglesia Bautista de Lima) (Pastores s/f,
4).
Lo que me preocupa es la interpretación alegórica que se hace del texto bíblico para expresar
que en la Biblia habría una base para hablar del evangelio de la prosperidad a rajatabla; es
decir que podemos tener joyas, las mejores casas o los mejores platos en el restaurant. Creo
que es una interpretación forzada, una exageración. (Daniel Córdova, Pastor de la Iglesia
Evangélica Pentecostal del Perú y ex-directivo del CONEP) (Pastores s/f, 4).
La interpretación de la teología de la prosperidad es un extremo, porque en todo tiempo han
existido personas pobres, por ejemplo, en las civilizaciones y en el pueblo hebreo; es por eso
que en la ley de Moisés se habla de cómo ayudar a los necesitados, a los extranjeros y a los
pobres. (Eliseo de la Cruz, Pastor y Superintendente del distrito Centro de las Asambleas de
Dios, ex- director del Seminario Bíblico Andino) (Pastores s/f, 4).
Considero que las llamadas “teologías” del bautismo del gozo o de la risa, la prosperidad, la
superfe o el ladrido y el rugido, no son teologías correctas; son herejías. (Víctor Pino, Pastor y
Superintendente Nacional de las Asambleas de Dios del Perú) (El bautismo s/f, 4).
Como vemos, entonces existe un rechazo de la teología de la prosperidad por diversas
razones. Es vista como teología foránea y con poco fundamento bíblico, como un radicalismo o
distorsión del evangelio y como una herejía que rechazar. También se puede decir, sin temor a
equivocarnos, que existe actualmente en el Perú un enfrentamiento respecto a la teología de la
prosperidad y a la guerra espiritual. Prueba de ello es el periódico La Verdad96 que en todos
los números, sin excepción, critica fuertemente a ambas expresiones teológicas, así como a
sus portavoces. El sector no- neopentecostal, pues, al carecer de otros medios de
comunicación articula sus críticas y propuestas por medio de este periódico.
3.3. Diversos acentos de la teología de la prosperidad
De que existen diversos acentos de la teología de la prosperidad no se duda. Estos acentos no
tienen que ver con el concepto de prosperidad sino en cómo conseguirla. Y ciertamente cada
agrupación neopentecostal tiene su(s) propio(s) método(s).97 Amat y León, al analizar la
teología de la prosperidad en
96 El director es el periodista colegiado Tito Pérez de la Iglesia Evangélica Nazarena del Perú. Además
este periódico tiene una línea política de oposición al gobierno de Fujimori. 97 No consideramos aquí
como exclusivo método neopentecostal la práctica del diezmo, porque es una idea aceptada aún en las
iglesias evangélicas, que dicha práctica
42
el Perú (Amat y León 1996, 163-164),98 encuentra tres “corrientes”: la del Movimiento de la
Super Fe o confesión positiva que desarrolla el poder mágico de la palabra; la segunda que
enfatiza que el cristiano debe hacer las riquezas siguiendo los principios del Evangelio; y
finalmente aquella que articula el tema de la prosperidad desde un punto de vista político, y que
enfatiza que los cristianos están llamados a gobernar el país. Como constatamos, entonces,
también este autor distingue en los medios o los métodos para conseguir prosperidad. Sin
embargo, creemos que se podría profundizar los acentos y distinguir otros métodos más.
1. La prosperidad como fruto de la liberación de demonios
Esta expresión parte de la presuposición de que existen diversos espíritus o demonios que
controlan el área financiera de las personas, de tal manera que si alguien quiere prosperar
entonces necesariamente tiene que expulsar a los demonios de la improsperidad, ruina,
pobreza y miseria (Cabezas 1986, 109; y 1993, 71-73). Un predicador neopentecostal lo explica
así:
¿Está enfrentando una crisis económica en su vida? ¿Está Satanás atando sus recursos
económicos a tal grado que no tiene dinero para suplir sus necesidades? (...) (Dios) romperá la
opresión de Satanás sobre sus recursos económicos y suplirá sobrenaturalmente sus
necesidades. (...) Cualquiera que sea la necesidad económica que esté enfrentando ahora
mismo en su vida, con fe tome el poder y la autoridad que Cristo le ha dado, ate a Satanás y a
sus principados que están atacando sus recursos económicos y échelos fuera. Tome posesión
de las bendiciones divinas de prosperidad. ¡Ponga su vista en El y reciba provisión
sobrenatural! (Cerullo 1991, 86, 217).99
De esta manera la guerra espiritual llega al campo de las finanzas en su versión de “liberación”
de demonios. El exorcismo, en este caso, yo no sólo incumbe a las personas sino también a la
dimensión económica. En esta perspectiva nada escapa a la acción demoníaca: salud, amor,
finanzas, etc. Tiene razón Leonildo Silveira cuando dice que:
Varios grupos pertenecientes al movimiento neopentecostal han hecho del exorcismo la
principal parte de su trabajo religioso. Para ellos el demonio es el responsable por la quiebra de
orden natural de
garantiza de alguna manera la bendición de Dios según el texto bíblico de Malaquías 3. Todas las
agrupaciones neopentecostales dan por sentado que Dios prospera a lo diezmadores. Resulta
importante, por otro lado, hacer notar que la biblista Elsa Tamez encuentra en el libro de los Proverbios
seis formas distintas de alcanzar “abundancia” integral (y no sólo prosperidad económica), pero ninguna
de ellas es mágica tal como lo proponen los neopentecostales en sus discutidos métodos (Tamez 1998,
1-13). 98 Lamentablemente este autor apenas distingue las corrientes sin explicarlas como se esperaría
de un sociólogo. 99 El énfasis es nuestro.
43
las cosas. Dios ha hecho a los seres humanos para tener salud, buena vida, prosperidad y
mucha felicidad. Si no hay nada de eso es porque el diablo está actuando y,
consecuentemente, precisa ser exorcizado (Silveira 1994, 10).
Entre estos grupos se encuentran Dios es Amor (cuyo fundador es el misionero David
Miranda)100 y la Comunidad Cristiana del Espíritu Santo, curiosamente ambos de origen
brasilero y que han arraigado mayormente en los sectores más pobres de la ciudad. En estos
grupos es notorio el alto porcentaje de indígenas que participan en sus cultos. Este dato de por
sí merecería mayor estudio, pues en ambas agrupaciones la lucha con los espíritus y los
exorcismos es algo cotidiano, razón por la que atraería a indígenas que todavía no se han
despojado de su “mundo sobrenatural”. Habría, pues, aparentemente una fusión o
coincidencias en ambas cosmovisiones.101
2. La prosperidad como fruto de la confesión positiva102
En esta perspectiva, efectivamente, sólo se logra la prosperidad material y la “libertad
económica” como consecuencia de desarrollar el poder de la palabra. Este poder de la palabra
adquiere las formas de un reclamo a Dios como un hablar en positivo. Veamos dos ejemplos:
Dios quiere que tú tengas libertad económica. Pero, tal como sucede con todos los demás
dones especiales de Dios, la libertad económica hay que reclamarla por fe. (...) Haz un
compromiso específico de lograr la libertad económica. Luego, reclámala, aférrate a tu
compromiso, y lograrás la libertad (McGregor 1984, 34).103
Usted recibe en esta vida lo que usted dice con su boca. Las palabras de su boca es su fe
hablando. Las palabras que usted habla son lo que usted cree. Sus palabras pueden estar a su
favor o en contra suya. Ellas le traerán salud o enfermedad. Sus palabras deciden si es que
usted vive en abundancia o en pobreza. Sus palabras le dan a usted la victoria o causan su
derrota (Copeland 1984, 63).104
Entre las varias agrupaciones que practican la confesión positiva en el Perú se encuentran: La
Palabra de Fe, el Centro Cristiano Vida y la Comunidad Cristiana Agua Viva. Las dos primeras
tienen una dependencia directa del
100 Mayores datos sobre Dios es Amor en: Iglesia 1997, 8-9. 101 Este punto es estudiado por el teólogo
y sociólogo peruano Pablo Barrera en su tesis doctoral, todavía por concluir, en el Instituto Ecuménico de
Pos-Graduaçao (Sao Bernardo, SP, Brasil). 102 Este punto lo hemos tratado de manera general en este
capítulo. Allí hemos puesto un ejemplo de confesión positiva en una agrupación neopentecostal de Lima.
103 El énfasis es nuestro. 104 El énfasis es nuestro.
44
Instituto Bíblico Rhema (Tulsa, Oklahoma), dirigido por Kenneth Hagin Jr., mientras que Agua
Viva practica una confesión positiva reelaborada. Llama la atención, por otro lado, que estas
tres agrupaciones se encuentran ubicadas en zonas de la clase media-alta, lo que indicaría no
sólo su orientación ideológica, sino sobre todo, el sentido de autosuficiencia respecto al poder
interno que sienten para, de esa manera, reclamar a Dios o manipular el uso de la palabra en
favor de la libertad financiera y la prosperidad material.
3. La prosperidad como fruto de la victoria en la guerra espiritual y de una ética “cristiana”
Según esta perspectiva los cristianos logran prosperidad material siempre y cuando salgan
victoriosos en la guerra espiritual, además de guardar cierta ética “cristiana” (que no se explica
en qué consiste sino que se presupone que todos la conocen). Así, las finanzas están en esa
dimensión de la vida que usualmente está bajo algún tipo de maldición espiritual, heredada
generalmente de los padres o abuelos. ¿Cómo se logra la victoria espiritual? Dice el pastor
Juan Capurro:105
El peso de la maldición nos impide prosperar honradamente y disfrutar de esa prosperidad.
Para poder ser prosperado, el hombre deberá levantar la condena que recae sobre él (...)
Debemos, pues, luchar contra las causas espirituales de la pobreza... (Capurro 1994, 41).106
Si uno es cristiano será prosperado rápidamente por Dios, porque para comenzar ya uno no
gastará en cosas que antes gastaba tontamente: alcohol, drogas, algunas distracciones,
cigarrillos, mujeres y cosas semejantes a estas. Además, Dios le prosperará sobrenaturalmente
si vive la vida cristiana; si diezma, ofrenda, da a los pobres, etc. (Capurro 1994, 171).107
Para vencer en la guerra espiritual, además, es necesario tener un “círculo de protección
espiritual”. Refiriéndose a los empresarios, dice el pastor Javier Loayza:
¿Qué entendemos por este círculo de protección? Es el cerco o vallado espiritual que Dios
establece a favor de sus hijos y de los bienes que les ha concedido administrar. Es una
protección espiritual
105 Aquí solamente adelantamos algo que en el segundo capítulo ampliaremos. La referencia a Capurro
en este punto es necesario ya que su comunidad forma parte del neopenteostalismo peruano. 106 El
énfasis es nuestro. 107 El énfasis es nuestro.
45
que impide que el Diablo o hombre alguno destruya lo que Dios ha determinado bendecir
(Loayza s/f).108
Aunque este método lo asumen muchas agrupaciones, dos son las que mejor la expresan: la
Comunidad Cristiana Agua Viva y Fuente de Agua Viva, curiosamente distintas en su
composición social, pues mientras la primera apunta fundamentalmente al sector medio-alto
como ideal, el segundo llega al sector medio-bajo. La prosperidad, pues, en ambos casos se
logra combinando la victoria espiritual con la ética “cristiana” entendida, tal vez, como el
abandono de diversos vicios (que ocasionan gastos necesariamente) y la compasión por los
pobres.
4. La prosperidad como fruto del conocimiento y de la fe en Dios
La forma de conseguir prosperidad, en esta expresión, es conocer las promesas de
prosperidad y tener fe en que Dios actuará conforme a lo prometido. Haciendo esto se conoce
a Dios “de manera más profunda”, además que se garantiza la prosperidad (De Oliveira 1993).
Esto no impide, por otro lado, que el cristiano ore pidiendo riquezas (Da Silva 1997, 28-33),
pues es un hijo del Rey (Leng 1980, 72). Dice Ted Lindwall:
Dios puede y quiere prosperar a sus hijos en todo sentido. El es “nuestro Padre que está en los
cielos” y tiene en sus manos todas las riquezas del universo, en lo espiritual y en lo material.
Entonces, ¿por qué viven tantos creyentes en pobreza espiritual y material? La respuesta se
reduce a tres razones: (1) por su ignorancia de las promesas de Dios para ellos; (2) por su falta
de fe en esas promesas, si las saben; o (3) por su falta de cumplimiento a los requisitos divinos
para experimentar plenamente esas promesas (Lindwall 1989, 5).109
Esta expresión es muy difundida, incluso se encuentra en las diversas iglesias evangélicas.
Nuestra percepción es que se halla sobre todo en la Alianza Cristiana y Misionera, tanto de
Lince como de Pueblo Libre, ambas de clase media-alta en Lima.110
4. Conclusión
Como hemos visto en este capítulo, el neopentecostalismo -que comenzó como un movimiento
de “renovación”- está arraigado fuertemente en la comunidad evangélica peruana, de tal
manera que incluso ha creado una serie de
108 El énfasis es nuestro. Respecto al tema de que Dios necesita empresarios como “ministros” para
extender el evangelio, ver: Lozano s/f; y Rush 1991. 109 Citamos a este autor porque es muy utilizado
por los pastores de la Alianza Cristiana y Misionera. 110 Fuentes: Zegarra; Amat y León; T. Pérez, y mi
investigación de campo.
46
organizaciones, es decir se ha institucionalizado en comunidades y ministerios (televisión,
radio, periódico, paraeclesiásticos) desde los que inunda el Perú con la guerra espiritual y la
teología de la prosperidad.
Este neopentecostalismo ha sido interpretado de por lo menos dos maneras. Ellos mismos se
ven como un legítimo avivamiento del Espíritu Santo (la tercera ola), mientras que sus críticos
la interpretan como una expresión religiosa propia de la sociedad postmoderna, en la que se
exacerba los sentimientos y la emoción en detrimento de la razón.
Finalmente, la teología de la prosperidad es un discurso que acompaña diversas prácticas
religiosas que, a nuestro juicio, están en discontinuidad teológica con el protestantismo
histórico como con el pentecostalismo clásico, además que han abandonado la Escritura como
fuente de autoridad. Este discurso conoce varios acentos en lo que respecta al método para
conseguir prosperidad material dependiendo de la agrupación religiosa. Entre estos se
encuentran: la liberación de demonios, la confesión positiva, la victoria en la guerra espiritual y
la práctica de la ética cristiana, y el conocimiento y la fe en Dios.
47
CAPÍTULO 2
UN ESTUDIO DE CASO DE TEOLOGÍA DE LA PROSPERIDAD: LA COMUNIDAD
CRISTIANA AGUA VIVA (LIMA-PERÚ)
En este capítulo estudiamos la teología de la prosperidad a partir de una concreción verificable.
En el primer capítulo vimos que existen diversas expresiones de ella en la comunidad
evangélica peruana, y ahora vamos a enfocar nuestra atención en una: la Comunidad Cristiana
Agua Viva (Lima). Esta investigación nos permitirá explicar, en consecuencia, lo que se
entiende por teología de la prosperidad en esta experiencia particular y a partir de sus propios
productores. Por ello, el estudio de sus publicaciones, la participación- observación de sus
cultos y videos, y las entrevistas han sido muy importantes en la elaboración de este capítulo.
Como resultado esperamos contar con diversos elementos que nos permitan comprender de
manera un poco más completa de la teología de la prosperidad.
Cabe mencionar, también, las diversas dificultades que hemos tenido para entrevistar al Pastor
Juan Capurro así como para conseguir diversos materiales escritos, pues usualmente no están
al alcance de los curiosos e investigadores. En efecto, Capurro solamente atiende a gente de
su entorno íntimo -ni siquiera a sus feligreses-, así como él es el único quien autoriza la venta
de los diversos materiales de estudio que produce Agua Viva.111
Las fuentes que hemos utilizado en este capítulo son varias: el libro Las cinco dimensiones de
la prosperidad, el manual de discipulado Fundamentos de la fe cristiana, los sermones tanto de
los cultos como los de la televisión, y las entrevistas. A nuestro parecer el discurso más
elaborado aparece en el libro. En ese sentido el libro ha sido nuestra fuente principal, aunque
han resultado imprescindibles las entrevistas y el análisis de los sermones para entender la
articulación de dicho discurso al interior de la Comunidad Cristiana Agua Viva.
Nuestro estudio pretende demostrar que existen diversos temas importantes (vida agradable a
Dios, prosperidad integral, conversión) en el pensamiento de Capurro y que transmiten la
teología de la prosperidad. Además, existen estrategias definidas y llevadas a cabo de manera
inteligente con el propósito de divulgar dicha teología en la comunidad evangélica peruana y
fuera de ella también.
1. Estudio de caso: Comunidad Cristiana Agua Viva112
111 Eso explica porque todos los materiales que tenemos son fotocopias conseguidas de diferentes
maneras. 112 En adelante utilizaremos CCAV para referirnos a la agrupación de Capurro.
48
1.1. Génesis de la CCAV
El origen de la CCAV hay que buscarlo en una persona: el Pastor Juan Capurro. Este se
convirtió en una reunión de la Fraternidad Internacional de los Hombres de Negocio del
Evangelio Completo113, y tuvo por algunos años una experiencia dirigencial con el
carismatismo católico en Lima. Para el año 1982 era el Director de la “Escuela de Servidores”
de la zona III (Miraflores, San Isidro, Chorrillos, Barranco) de la Renovación Carismática114. En
1985 fundó la Comunidad Cristiana Agua Viva115 junto con algunos ex-carismáticos católicos,
luego fué ordenado al ministerio por Benny Hinn116 en Florida, Estados Unidos, y hoy (1998)
tan sólo en Lima tienen siete mil miembros117 distribuidos en tres comunidades.
Es importante enfatizar que la CCAV desde sus inicios tuvo un fuerte énfasis en la guerra
espiritual118, tomando distancia teológica tanto del pentecostalismo clásico como del
carismatismo católico119. Mencionamos esto porque nos parece fundamental para entender su
desarrollo así como sus énfasis teológicos.
1.2. Importancia de Juan Capurro y de la CCAV
No es equivocado afirmar que la CCAV tiene el sello personal de su Pastor Juan Capurro. El es
el líder indiscutible junto con su esposa Alicia, quien se hace
113 Ver: Apéndice No 3; Capurro 1994, 221-222. 114 Pérez 1992, 10. Este dato me lo confirmó también
Capurro en la entrevista que le hice. 115 Ver: Apéndice No 2. 116 Capurro 1994, 300. Mayores datos de
Benny Hinn en: Hanegraaff 1993, 32-33. 117 Cuando se habla de miembros se refiere a personas que
libremente se han asociado a la CCAV (por conversión o traslado de membresía) y figuran en sus
registros. Esos son miembros con derechos y deberes propios de la organización. El número que
frecuenta la CCAV es realmente mayor. En Lima existen tres comunidades (Lince, Comas y San Juan de
Lurigancho), siendo la principal Lince. Esta tiene, según palabras de Capurro, 4,000 miembros (aunque
participan semanalmente del culto aproximadamente 8,000 personas), lo que indicaría que los otros
3,000 miembros pertenecen a Comas y Lurigancho. 118 Entrevista al Pastor Aldo Linares de la CCAV
(Amat y León 1996, 109). 119 No nos parece convincente la explicación de Bernardo Campos, quien
considera que la CCAV es una “formación religiosa”, es decir un producto de la mutua influencia entre el
movimiento carismático católico y el pentecostalismo. No hay una sola evidencia de dichas influencias
(en todo caso ¿en qué se influenciaron?); además la CCAV o Capurro nunca se han ubicado ni juntado
con el pentecostalismo clásico. Las relaciones de la CCAV hay que ubicarlas en todo caso alrededor de
la FIPAC, que es el “CONEP” neopentecostal. Mucho menos convincente, por ser un cuadro incompleto
que no incorpora nuevas expresiones ni acentos neopentecostales, es su presentación del Campo
Religioso Peruano que dejaría afuera a la CCAV (Campos 1994, 53; y 1997, 27- 28).
49
llamar “la Pastora”. Ambos coordinan todo el trabajo existente, y no existen nombres de otros
líderes locales que pudieran reemplazarlos dada alguna circunstancia. Capurro cree -y lo dice
desde el púlpito a sus fieles- que “Dios está obrando grandemente en el Perú por medio de la
CCAV” y “hoy todos nos miran a nosotros”.120 Puede ser que ese sentimiento de protagonista
principal en el “avivamiento” que está ocurriendo en el Perú no sea del todo infundado.
Casi no hay evento neopentecostal donde Capurrro esté ausente. Además, él siempre está
capacitando a líderes de distintas denominaciones sobre diversos temas,121 o coordinando
eventos internacionales o nacionales, como fue la Campaña evangelística de Franklin Graham
(marzo de 1998). Además se da el lujo de tener un programa de televisión en el canal estatal
(Canal 7), “Ríos de Agua Viva”, que conduce con su esposa, sin estar vinculado
necesariamente al Canal 42 (Del Pacífico), que es el medio por el que los neopentecostales de
sectores populares, a quienes detesta Capurro,122 transmiten sus programas.
1.2.1. Iglesia modelo para las diversas denominaciones
- La restauración de la alabanza
Es interesante constatar que la CCAV es un ejemplo a imitar por casi todas las iglesias,
particularmente en lo que se refiere a la restauración de las alabanzas. Y es que Capurro no
sólo ha sabido agrupar a excelentes músicos del medio para adorar en los cultos dominicales,
sino que ha formado una “Academia de Música Cristiana” donde reproduce con estudiantes de
diversas iglesias la restauración de la alabanza, que no sólo tiene que ver con el uso de
instrumentos eléctricos, sino sobre todo con el contenido teológico de prosperidad y guerra
espiritual. Además, la CCAV organiza en el medio limeño diversos “congresos musicales”
(conciertos) en donde participan los cantantes neopentecostales de moda.123
- El crecimiento numérico y las misiones
Una iglesia que comienza con sólo 20 personas en 1985 y que doce años después tiene 7,000
miembros sólo en Lima, además de comunidades en
120 Sermón del 4 de enero de 1998 (4:30 p.m.): “El amor que no se apaga”. 121 Incluso en el Templo
Maranatha de la Iglesia Evangélica Peruana (Lima), en 1997. Fuente: Roberto Quispe. 122 Es conocida
la distancia que guarda Capurro de las diversas iglesias neopentecostales que no están a su “altura”. Por
lo mismo, él nunca va a aparecer junto con ellos en eventos locales o en el periódico La Luz, que
representa a los neopentecostales de los sectores populares con fuertes anhelos de ascenso social y
fama que él sí tiene. Capurro cree, por ejemplo, que se abren las puertas a la actividad demoníaca
cuando alguien participa en Dios es Amor (un grupo neopentecostal grande y con mucho arraigo entre
pobres e indígenas peruanos). Ver: Capurro s/f, 57. 123 El año 1997, por ejemplo, estuvo el conocido
Marcos Witt.
50
provincias (Chiclayo, Trujillo, Puno, Tarma, Huancayo) y en el exterior (Miami y Bruselas), un
programa de televisión, además que el Pastor es el líder indiscutible del neopentecostalismo
peruano, necesariamente llama la atención no sólo de diversos dirigentes evangélicos, sino
también de los misiólogos124 y de la prensa, quienes se preguntan cuál es el “secreto” de ese
crecimiento numérico poco frecuente.
El “secreto”, diría Capurro, se encuentra en que ellos ofrecen una Palabra de Dios vivificada,
llena de “soluciones prácticas” para la vida, además de “una relación personal con Dios por
medio de nuestro Señor Jesucristo”.125 Tal vez tenga razón Capurro en que la gente quiere
escuchar soluciones prácticas para sus problemas cotidianos.126 Habría también que señalar
que en la perspectiva neopentecostal vivimos en tiempos de la “tercera ola” del Espíritu Santo,
es decir, vivimos tiempos de un gran avivamiento espiritual caracterizado por el “hambre de
Dios”. Así, la combinación de ambos factores (Palabra pertinente más clima de apertura a Dios)
darían como fruto visible mayores conversiones, mayor crecimiento del pueblo de Dios.127
1.2.2. Liderazgo modelo para las diversas denominaciones
Hasta donde estamos informados,128 en muchas iglesias hay un gran interés por imitar el tipo
de liderazgo que existe en la CCAV. La característica más marcada es la verticalidad de la
jerarquía, el autoritarismo del pastor principal y la casi nula participación de los fieles en la toma
de decisiones. En los años 1995 y 1996, no por pura casualidad, las dos denominaciones más
grandes (Asambleas de Dios e Iglesia Evangélica Peruana) atravesaron por serios conflictos
internos en los que sectores del liderazgo exigían cambios de
124 Es el caso de Samuel Escobar, quien encuentra en estos grupos de rápido crecimiento numérico
evidencias irrefutables de un gran avivamiento espiritual (Escobar 1997, 39-40). También en la misma
línea Deiros 1997 b, 42. 125 Ver: Apéndice No 2. 126 Esas “soluciones prácticas” justamente son las que
motivan en parte nuestra investigación. 127 En un artículo el Pastor presbiteriano Pedro Merino se
pregunta si crece en el Perú realmente el evangelio o sólo crecen los evangélicos. Dice “¿Por qué esta
pregunta? ¿Hay alguna diferencia entre el crecimiento del evangelio y el crecimiento de los evangélicos?
De acuerdo a las Escrituras sí. Cuando el evangelio crece, transforma no sólo a los individuos, también
transforma o transtorna a la sociedad”. En su opinión, el crecimiento numérico de los evangélicos en el
Perú se debe a la aceptación masiva de un mensaje sin repercusiones sociales a favor de los pobres.
Este mensaje es la teología de la prosperidad (Merino 1995). 128 Fuentes: Tito Pérez (director del
periódico La Verdad), sociólogo Oscar Amat y León, José Jordan (miembro de la CCAV) Héctor Laporta
(Pastor metodista y ex-rector de la Comunidad Bíblica Teológica), Jesús Anyosa (Pastor de las
Asambleas de Dios y sub-director del Seminario Bíblico Andino), Stephen Varner (misionero bautista de
la Iglesia Bíblica y profesor del Seminario Evangélico de Lima) y varios dirigentes de la IEP.
51
estatutos y reglamentos para “episcopalizar” las estructuras eclesiales.129 Coincidentemente
ambas denominaciones tienen problemas actuales con brotes de neopentecostalismo en sus
diversas instancias de gobierno.
¿Cómo es el liderazgo en la CCAV?130 Existe el siguiente orden:
- Pastor: Jefe máximo, toma las decisiones más importantes en lo administrativo y define la
doctrina. Es el predicador y maestro máximo. - Pastora: Sus “funciones públicas” son difíciles
de percibir. Sólo se la ve dirigiendo los cultos y aconsejando a mujeres en su oficina. - Líder: Se
le conoce como el líder de la “comunidad familiar”. Es el encargado de las “células” en los
distintos barrios. Cumple una función de “obispo” que controla quiénes participan o no de la
“comunidad”. - Consejero(a): Es el que realiza el trabajo pastoral, de visitas y consejería. -
Tutor(a): Es el maestro de los cursos de discipulado. Son los que enseñan los “Fundamentos
de la fe cristiana” en tres niveles distintos. - Ujier: Cumple la función de diácono, es decir visita,
orienta a los nuevos en la fe, atiende a la gente en el culto, etc. - Discípulo(a): Son los
miembros que activamente participan de las clases y según su conocimiento y habilidades
pueden ascender a tutores, es decir, a futuros maestros. - Miembro: Son aquellos que
voluntariamente se han adherido a la CCAV. Para ser miembro hay que necesariamente
realizar los estudios de “Fundamentos” I, II y III. Es decir, hay que aceptar concientemente las
doctrinas de Capurro.131
2. Fuentes para analizar el discurso de prosperidad
En este punto vamos a usar distintas fuentes. Los sermones de la televisión y de los cultos, las
clases de discipulado (“Fundamentos de la fe cristiana”, Vol. II), el libro “Las cinco dimensiones
de la prosperidad”, y las entrevistas. Como comprobamos, no todas las fuentes tienen el mismo
nivel de importancia para entender el discurso de la prosperidad. Mientras los sermones son
discursos
129 Ambos proyectos episcopalizadores fracasaron. En la IEP un minúsculo sector quiso hacer de la
denominación una “teocracia” donde reinaría Dios por medio de la dirigencia nacional. Ver: Una nueva
1996. 130 Este orden jerárquico ha sido reconstruido en base al texto Fundamentos II de la CCAV y al
testimonio de uno de sus miembros (José Jordan). Costó mucho conseguir datos sobre el particular con
diferentes miembros, nadie sabía nada de la estructura eclesial. Muchos ni siquiera sabían que la
organización debe tener necesariamente unos estatutos y una confesión de fe. Los estatutos,
obviamente, no los pude conseguir ya que nadie tiene uno. Ari P. Oro afirma que: “De hecho, inserto en
una sociedad capitalista, el pentecostalismo no solamente no pasa al lado de la cuestión financiera sino
que asimila la lógica capitalista. Las iglesias son estructuradas según el modelo empresarial: poseen una
organización administrativa jerárquica, esperan aumentar siempre más su patrimonio, mantienen una
división social del trabajo religioso y administrativo ...” en: Avanço pentecostal e reaçao católica.
Petrópolis: Vozes, 1996, p. 70, citado por Pedde 1997, 249. 131 Fuente: José Jordan.
52
homiléticos e intentan llegar al corazón de los oyentes, las clases de discipulado apelan a la
razón e intentan instruir a los miembros de Agua Viva en sus peculiares doctrinas. Ambas
fuentes, por tanto, tienen algunas limitaciones para explicar sistemáticamente el discurso de
prosperidad. Es por ello que el libro de Juan Capurro se ha tornado en nuestra fuente principal,
pues allí sí se argumenta detalladamente la teología de la prosperidad. Esto no quita, por
cierto, el uso de todas las fuentes que hemos tenido a mano, pues de alguna manera
complementan o ilustran mejor nuestro tema de estudio.
Conviene observar que Juan Capurro tiene diversos espacios y medios para comunicar su
discurso de prosperidad: un programa semanal en la televisión (sábados 7.00 a.m. en el Canal
7), los sermones dominicales (en cinco horarios: 7:30; 9:30; 11:30; 17:00 y 19:00), y los
estudios de discipulado (donde se utilizan sus manuales y su libro). Además, entre estas
fuentes añadimos dos importantes entrevistas. Los discursos de Capurro se dirigen a distintos
auditorios. La televisión llega al “público en general”, es decir a todo el que quiera verlo y no
necesariamente se circunscribe por tanto a su feligresía.132 Los sermones llegan
fundamentalmente a sus fieles (miembros de Agua Viva) y a los curiosos, pertenecientes o no a
otras denominaciones;133 mientras que finalmente las clases de discipulado llegan
estrictamente a los futuros miembros y líderes (estas clases se dan en tres niveles distintos).
2.1. Sermones
Los sermones se analizan tomando en cuenta los programas de televisión y los cultos de la
CCAV. En ambos Capurro aparece predicando semanalmente.
- Televisión (Programa “Ríos de Agua Viva”)
Si nuestro análisis de la prosperidad se limitase a los programas de televisión, seguramente no
encontraremos nada de teología de la prosperidad. Por el contrario, siempre se verá a Capurro
con un discurso muy moderado, muy “evangélico”, y siempre haciendo llamados a que los
televidentes hagan “su decisión por Cristo”. Y es que, nos parece, esto es solamente una
estrategia de
132 En un sondeo que realicé en enero y febrero de 1998 -con ayuda de varios líderes de otras
denominaciones en Lima- en la Alianza Cristiana y Misionera, Iglesia Bautista Independiente, Iglesia
Metodista, Iglesia Evangélica Peruana (5 iglesias), y Asambleas de Dios, comprobamos que el programa
de Capurro es muy popular. Son muchos los miembros que semanalmente son enseñados por el
distinguido líder de la teología de la prosperidad. 133 En el trabajo de campo que realicé, comprobé que
diversos miembros de otras denominaciones (Alianza Cristiana y Misionera, Iglesia Evangélica Peruana,
Asambleas de Dios, etc.) van a escuchar a Capurro para “edificarse espiritualmente”, pues en sus
iglesias “siempre se predica lo mismo y no se escucha nada nuevo”. Sorprendentemente entre esos
visitantes se encontraban ¡hasta líderes locales (ancianos y diáconos)!
53
Capurro para presentarse ante el público en general como un pastor evangélico, sobrio,
“racional” -a diferencia de los neopentecostales de los sectores populares como Dios es Amor-,
convencido de que su mensaje cristiano puede ayudar a salir de sus problemas a la gente que
lo acepta como Señor y Salvador.
Lo estratégico consiste en que el programa de televisión (que dura 30 minutos) está
estructurado de tal manera que el televidente pueda ver sólo lo que el productor quiere que
vea. El programa (“Ríos de Agua Viva”) siempre comienza con una breve presentación (3
minutos) de la CCAV, luego ofrece extractos de un sermón (20 minutos), y finaliza (7 minutos)
con un llamado a la conversión. El sermón siempre será ameno, en un lenguaje moderno y
dialogante, con contenidos que tienen la intención de que el televidente sepa qué tipo de vida le
agrada a Dios. Por cierto, no aparecerán en la televisión los chistes de mal gusto de Capurro
(generalmente racistas y clasistas),134 los énfasis en la prosperidad material, las exhortaciones
a dar “buenas” ofrendas, ni tampoco las danzas ni la glosolalia colectiva.135
- Cultos dominicales136
El culto tiene tres grandes secciones. Dura exactamente dos horas, y Capurro jamás repite un
sermón. Es decir, cada domingo predica cinco sermones distintos. El culto tiene tres partes
bien marcadas: Adoración (30 minutos); sermón (50 minutos) más la sanidad, el bautismo con
el Espíritu Santo -según sea el caso-, el llamado a la conversión (20 minutos); y finalmente la
alabanza para terminar el culto (20 minutos).
Como nos damos cuenta, el sermón ocupa un lugar privilegiado en tiempo y se utiliza para
adoctrinar a los participantes. A diferencia de las otras iglesias neopentecostales de Lima, el
sermón cumple una función tanto “racional” como “emotiva”.137 Capurro siempre apela al
intelecto, a pensar, a meditar bien en
134 Son comunes sus chistes burlándose de la gente que vive en el campo (los provincianos) y de la
gente que huele mal (generalmente los pobres). Ver: Sermón del 11 de enero de 1998 (7:00 p.m.). No
sorprende por lo mismo que en la Obra teatral (1997) “Ídolos de barro”, a cargo del grupo El Shadday de
su agrupación, en una escena se burlen de los que apellidan “Huamán” (apellido indígena quechua),
cosa que el auditorio celebró a carcajadas (Vídeo “Idolos de barro”, 1997). Sobre la discriminación entre
serrano y costeño, indio y criollo, entre lo rural y lo urbano, y sus repercusiones en la conformación de la
sociedad peruana Ver: Matos 1986, 26 b. 135 Esto jamás verá el televidente, por tanto la imagen de
Capurro y de la CCAV será una distorsión o una falsificación. 136 Para mayor información acerca de los
cultos, remitimos al Apéndice No 5. 137 Es interesante observar el programa mensual: Capurro predica
en todos los cultos todos los domingos. Eso da en total por lo menos 20 sermones. Cuando no se
encuentra por alguna razón en Lima, sólo le pueden reemplazar en la prédica los pastores J. Lozano o A.
Linares. Alguna vez lo reemplazó el Pr. Humberto Lay quien es el líder indiscutible de la guerra espiritual
en el Perú. Curiosamente su esposa -que es la “Pastora”- nunca lo ha reemplazado. Pareciera que sólo
le está permitido dirigir los
54
las decisiones que se toman. Todo eso es dicho en un tono apacible, a veces exhortativo,
siempre matizado con chistes y en diálogo con el auditorio. Casi nunca se escuchará gritar a
Capurro. Su amplia sonrisa y sus chistes parece que son lo suficientemente convincentes.
Tampoco se escuchará llamados a batallar espiritualmente contra el diablo o a confesar
prosperidad. Parece que esto no conviene que escuchen las visitas.
2.2. Clases de discipulado138
Estas clases están dirigidas a los nuevos convertidos y a aquellos de otras denominaciones
que quieren hacerse miembros de la CCAV. En estas clases - que funcionan como sociedades
secretas por el nivel de hermetismo y control- 139 sí se encuentran tanto la guerra espiritual, la
teología de la prosperidad, así como la confesión creativa (positiva), entre otras enseñanzas
más. Los materiales de estudio se titulan “Fundamentos de la fe cristiana”, que son tres
cuadernos (cada uno dirigido a un nivel distinto de capacitación) y han sido escritos por “Juan y
Alicia Capurro”.
Por ejemplo, el manual “Fundamentos de la fe cristiana, Vol. II” dice en la Introducción:
(...) serás instruido en cómo vivir en la vida abundante que Jesucristo ya ganó para tí en la
cruz. Esta vida abundante consiste en salud, prosperidad, victoria sobre las acechanzas del
diablo, entre otras. (Capurro s/f, 3).
Es decir, desde un inicio se ponen de manifiesto los énfasis de salud, prosperidad y victoria.
¿Cómo se abordan estos énfasis? A partir de siete temas: Venciendo al Pecado, Pacto de
sangre, Los acontecimientos futuros, Mayordomía cristiana, Sanidad Divina, Batalla espiritual, y
Liberación. Aunque aparentemente no existe una relación lógica entre los temas, sí lo hay
como veremos más adelante.140
cultos y al equipo de adoración, cosa que hace con mucha frecuencia. Fuente: diversos ujieres. 138 En
este punto nos basamos en los testimonios de: José Jordan (miembro de la CCAV) y de la secretaria de
la CCAV, Magaly Uribe. Además utilizamos tanto el manual de discipulado Fundamentos de la fe
cristiana, II (escrito por Juan y Alicia Capurro). No fue posible conseguir los Fundamentos I y III. El Vol. II
lo conseguimos de una forma inusual. Además, en la visión de la CCAV el “piratear” (fotocopiar sin el
permiso del autor) es un grave pecado que lleva al infierno. 139 Decimos esto porque existe un control
realmente impresionante. Por ejemplo, nadie puede participar en dichas clases -ni siquiera como visita- a
menos que esté inscrito, lo cual supone un trámite burocrático. Tampoco nadie puede comprar los
manuales de estudio ni el libro “Las cinco dimensiones de la Prosperidad” a menos que tenga el permiso
correspondiente del Pastor Capurro. Esto explica por qué nosotros utilizamos fotocopias en esta
investigación. 140 Se desarrolla en 3.3. de este mismo capítulo.
55
2.3. Libro “Las cinco dimensiones de la prosperidad”
Este libro escrito por el Pastor Juan Capurro fue publicado originalmente en 1994 por la CCAV,
y actualmente existe una segunda edición (de 1997) por Editorial Vida de Miami. Este libro es
una sistematización bastante articulada de la teología de la prosperidad, y está
fundamentalmente dirigida a los miembros de la CCAV que la utilizan ocasionalmente en sus
clases de discipulado.141 Desde el inicio Capurro manifiesta su propósito: “(...) quiero que
comprendas mi punto de vista acerca de lo que entiendo como prosperidad, de acuerdo a lo
que enseña la Biblia”. (Capurro 1994, Prefacio primera página).
Además del Prefacio y la Reflexión final, el libro consta de cinco partes, y que se refieren a las
cinco dimensiones de la prosperidad, según su percepción. Estas son: La prosperidad
espiritual, la prosperidad del cuerpo, la prosperidad del alma, la prosperidad material o
económica, y la prosperidad creativa. Cada una de ellas es un capítulo del libro, aunque al
interior de cada una existen otros capítulos más.
Aunque el libro trata acerca de la prosperidad, sin embargo es útil mencionar que existen
capítulos dedicados tanto a la guerra espiritual como a la confesión creativa, y que en nuestro
criterio son parte fundamental del pensamiento teológico de Capurro quien ve en éstos formas
de lograr la prosperidad. Es decir, la guerra espiritual y la confesión creativa no tienen
existencia por sí mismas, sino que están subordinadas y al servicio de la prosperidad. También
es importante subrayar que Capurro en su libro relee diversos temas bíblicos o doctrinas, como
la trinidad, el pacto, la ética, etc. Para que Capurro no sea confundido con un grosero
“materialista”, se encarga de explicar que la prosperidad tiene que ser “integral”. Dice:
(...) la prosperidad del hombre debe ser integral; en otras palabras, uno no es próspero si es
que sólo es rico en dinero, pero está muy enfermo. Ni tampoco es próspero si uno está sano y
rico, pero es infeliz. Igualmente, aun cuando seamos ricos, sanos y aparentemente felices, no
seremos prósperos si no somos salvos (Capurro 1994, 15).
Más adelante (en el capítulo 8: “Vendar a los quebrantados de corazón”) reafirmará lo mismo:
“Es natural que pensemos que un Dios que nos ama desee nuestra felicidad; y es lógico
también pensar que la felicidad sólo se encuentra en forma integral” (Capurro 1994, 141). Esta
prosperidad integral, a la que los cristianos están llamados, revela profundamente la voluntad
de Dios para con su pueblo, como una exigencia de verificación del pacto. Así,
141 Esto se debe a que los Fundamentos traducen pedagógicamente las enseñanzas de ese libro.
Fuente: José Jordan.
56
(...) para confirmar la alianza o el pacto eterno que tenemos con Dios por medio de Jesucristo,
el Señor nos prospera. Sería absurdo pensar que esto lo hacía Dios sólo con aquellos bajo el
Antiguo Pacto o Testamento, pero que ahora ya no puede hacerlo. El Nuevo Pacto sellado con
la sangre de Jesús, está basado en mejores promesas aún (Capurro 1994, 210).
Es interesante observar que aunque Capurro habla de prosperidad “integral”, sus ejemplos
personales fundamentalmente son de prosperidad material. Veamos:
Mi esposa y yo hemos visto siempre la mano de Dios prosperándonos y devolviéndonos el
ciento por uno. Habían ocasiones en que parecía que Dios no podría devolver de acuerdo a su
promesa tanto como a nosotros dábamos; pero de pronto pasaba el tiempo y éramos
bendecido en dinero o en especie (Capurro 1994, 239).142
2.4. Entrevistas143
Nuestros principales informantes son José Jordan, miembro de la CCAV durante los últimos
cinco años, y el Pastor Juan Capurro. Según el testimonio de Jordan en la CCAV se enseñan
en las clases de discipulado la guerra espiritual, la teología de la prosperidad, la confesión
creativa, y la ley de la siembra y la cosecha.
Que enseñan guerra espiritual es cierto. Pero, si eso está en la Biblia ¿o no? Los tutores
siempre hablan de confesión, que hay que hablar positivo, que hay que hablar conforme a la
Palabra de Dios para obtener lo que decimos. A mí me parece que esa enseñanza es bíblica.
(...) Los tutores siempre nos dicen que debemos vestirnos bien, tener buenos trabajos, porque
todo eso es un testimonio de que somos hijos de Dios, de que somos hijos del Rey. También
enfatizan bastante que hay que diezmar y ofrendar para alcanzar bendición (Apéndice No 4).
Por su parte, el Pastor Capurro responde a la pregunta “¿Dios es Dios en tanto nos dé lo que le
pedimos?” en los siguientes términos:
142 Inmediatamente Capurro cuenta cómo Dios lo llevó de paseo por Argentina (pp. 240-242), cómo
fundó su propia empresa (pp. 242-246), cómo consiguió una gran casa (pp. 246-247), y cómo viajó por
negocios a Venezuela (pp. 248-254). Luego de contar sus experiencias, hace su acostumbrada “lectura
teológica” de prosperidad divina. 143 Nos basamos en los Apéndices No 3 y 4.
57
Sí, eso quise decir. Ah, pero cuidado, no nos dá todo lo que le pedimos, hay muchos requisitos
que cumplir. Hay que ser fieles al pacto, hay que tener mucha fe, hay que saber pedir en
oración. Dios es por eso comparado con un padre, ¿qué padre no dá lo mejor a sus hijos?
(Apéndice No 3).
2.5. Esquema de los temas aparecidos en las fuentes
El análisis nos lleva a afirmar que son varios los temas que aparecen en las diversas fuentes,
así como también son varios los métodos para lograr lo deseado. Los temas se pueden resumir
en tres: la vida agradable a Dios (o ética cristiana), la prosperidad integral y el llamado a la
conversión. Estos tres temas están entrelazados unos a otros de tal manera que no se los
puede separar. Veamos cómo se presentan los temas y cómo se logran resultados:
En la vida agradable: La victoria (sobre el diablo) -que se manifiesta en el buen testimonio o
ética cristiana “impecable”- se alcanza por medio de la guerra espiritual y la confesión creativa.
En la prosperidad integral: La sanidad física y la prosperidad económica (dinero o especies) se
alcanza en base a la fidelidad al pacto y por practicar la ley de la siembra y la cosecha así
como la confesión creativa.
En el llamado a la conversión: La decisión por Cristo se alcanza por la fe en el Señor. La
conversión trae además como consecuencia la prosperidad.
Dicho de manera sucinta, si se tiene una vida agradable entonces está garantizada la
prosperidad, y todo tiene su origen en la conversión. Sobre este particular ampliaremos en el
siguiente punto.
3. Comparación y desarrollo de los diversos temas en las fuentes analizadas
3.1. Vida agradable a Dios (ética cristiana)
- Sermones en televisión y cultos
Observamos que de seis sermones en televisión144, en cuatro Capurro hace llamados a vivir
una vida agradable a Dios, es decir a tener una ética cristiana. ¿Qué es lo que condena Dios
según Capurro? La lista es concreta: homosexualismo, lesbianismo, consumir marihuana,
consumir pornografía, frecuentar prostitutas, borracheras, mentiras, lisuras, evadir impuestos,
robar
144 Los títulos son los siguientes: No 1: “Vivir en el Espíritu”, No 2: “¿Cómo la fe es algo tan especial
para Dios?”, No 3: “La oración”, No 4: “Iglesia, novia de Cristo”, No 5: “La resurrección”, y No 6: “El alma
carnal”. Todos ellos predicados en 1997 y contenidos en “Mensajes de Juan Capurro”: Videos No 1 y 2.
58
comida en el mercado, y fumar cigarros. Esta “lista de pecados” lo repetirá constantemente en
sus sermones.
La “preocupación” de Capurro por la vida que llevan sus feligreses no conoce límites. Si éstos
viven en pecado, es decir tienen una vida desagradable ante Dios, mejor es que ”no vayan a la
iglesia”. Capurro les dice desde el púlpito: “Si estás en fornicación yo prefiero que no vengas a
la iglesia” o “si me entero que eres lisuriento voy a decir a los ujieres que no te dejen
entrar”.145 En lo que respecta a los cultos que estuvimos presentes hubo poco o casi nada de
ejemplos de la vida que agrada a Dios. En todo caso, Capurro cuando comentó el texto de
Cantares capítulo 8 enfatizó que los cristianos deben sentir amor por su Señor, “así como Dios
ama a su Iglesia”.146
- Libro “Las cinco dimensiones de la prosperidad” 147
¿Qué consecuencias éticas tiene para los cristianos la propuesta de prosperidad de Capurro?
El análisis bíblico que hace le lleva a afirmar que si bien Dios ha hecho un pacto con los
hombres (que incluye prosperidad), éste tiene una serie de responsabilidades. Dice así:
El que ama a Dios y vive en santidad en una estrecha comunión con el Espíritu Santo, está en
las mejores condiciones para descubrir tesoros, petróleo, minerales valiosos, emprender
negocios, crear industrias, comercio, etc. y prosperar en cualquier actividad (Capurro 1994,
11).148
Si uno es cristiano será prosperado rápidamente por Dios, porque para comenzar ya uno no
gastará en cosas que antes gastaba tontamente: alcohol, drogas, algunas distracciones,
cigarrillos, mujeres y cosas semejantes a estas. Además, Dios le prosperará sobrenaturalmente
si vive la vida cristiana; si diezma, ofrenda, da a los pobres, etc. (Capurro 1994, 171).
(...) todo cristiano debe trabajar en dos empresas por lo menos. En su trabajo secular y en los
negocios de su Padre celestial (Capurro 1994, 304).
¿Qué ética se deduce de lo anterior? En Capurro la ética cristiana tiene dos elementos
complementarios: el amor a Dios y el amor al trabajo. El amor a Dios implica “sembrar”, dejar
vicios, diezmar, ofrendar, dar a los pobres, ser generosos, etc. Esto es lo que llamamos “Vida
agradable a Dios”. Por otro lado, el amor al trabajo implica esforzarse, crear negocios, buscar
tesoros, es decir
145 Ver: Tema No 3: “La Oración”. 146 Sermón del 4 de enero. 147 Por carecer de los Fundamentos I y
III no podemos mencionar en este punto las clases de discipulado. 148 El énfasis es nuestro.
59
supone el esfuerzo humano por prosperar materialmente. Esta ética “social” tiene como
ejemplo en el libro a él mismo (Capurro). El es “sembrador”, “confesante”, “diezmador”,
“generoso”, etc., y por tanto es bendecido constantemente por Dios, de tal manera que “el
dinero no lo posee a él sino él al dinero” (Capurro 1994, 254).
Por eso el cristiano debe cuidarse de no pecar, pues,
(...) el pecado abre las puertas a la actividad demoníaca y espíritus de homosexualidad, de
vicio, de alcohol, de drogas, de lujuria, de rechazo, de odio, de envidia, de celos y otros (...)
Muchas veces los cristianos tendremos que lidiar con estos poderes para hacer libres a los
pecadores, o a los nuevos cristianos que traen todas estas cadenas como una carga de su vida
pasada (Capurro 1994, 155).
Finalmente, el no pecar implica que el cristiano se abstenga de participar con otros que sí
aceptan el pecado. Ejemplo de esto nuevamente es Capurro:
También es verdad que tuve que pasar por diversas pruebas. En una oportunidad tuve que
renunciar a la empresa, debido a que los directivos del holding al que pertenecía nuestra
compañía le estaban ocasionando un problema al gerente. Ellos querían que nuestra empresa
les hiciera una falsa facturación con el propósito de reducir las utilidades de la empresa madre.
Cuando mi jefe se aprestaba a hacerlo, le manifesté mi decisión de dejar la empresa. Entonces
él creyó que alguien me había ofrecido un trabajo mejor. Pero no era así, simplemente lo que
sucedía era que yo no podía trabajar con alguien que accediera a hacer cosas deshonestas y
por eso me retiraba (Capurro 1994, 238).149
- Entrevistas
En el testimonio de José Jordan encontramos un intento de ser consecuente con las
enseñanzas de las clases de discipulado como con los mensajes de Capurro. Dice así:
No soy una persona rica, ni siquiera tengo plata. Claro, mi negocio va más o menos y es una
gran ayuda porque en el Hospital no gano mucho que digamos. Yo siempre oro al Señor que
bendiga a mi familia (esposa y dos niños). Como te darás cuenta yo vendo las cosas en su
justo precio y no engaño a nadie, porque eso sería pecado. Atiendo bien a la gente y me
esmero en todo. Yo creo que el Señor en su momento me bendecirá. El sabe cuando
(Apéndice No 4).150
149 El énfasis es nuestro. 150 El énfasis es nuestro.
60
Está visto que en este testimonio Jordan demuestra que quiere agradar a Dios. Por eso
practica la justicia en su negocio. Además, si no es rico es porque Dios tiene su tiempo para
bendecir.
* Comparación
Inmediatamente se nota que el concepto de vida agradable en Capurro adquiere diversos
énfasis. Así, mientras en los sermones fundamentalmente condena una serie de faltas y en
menor grado hace el llamado a amar a Dios; en el libro existe una continuidad de pensamiento,
pues el que ama a Dios y vive en santidad prosperará. Esto tiene implicancias éticas
inmediatas: no gastar en vicios o pecados, diezmar y ofrendar, y dar a los pobres. Esto es vivir
“la vida cristiana” agradable a Dios. Los miembros de la CCAV, en consecuencia intentan ser
justos, no engañan, se esfuerzan en el trabajo, pues en esa lógica Dios los bendecirá “a su
tiempo”, como Jordan explica. En el caso que engañen o roben a sus clientes, eso traería una
seria consecuencia: la actividad demoníaca (espíritus o poderes diabólicos) con los que el
cristiano tendría que lidiar toda la vida.
Interesa resaltar el concepto de santidad en Capurro, ya que parecería condensar lo que es la
vida agradable. Suena muy “bíblico” o “espiritual” decir que quien vive en santidad está en
estrecha comunión con el Espíritu Santo, pero que el que vive en santidad siempre prospera o
se hace rico no necesariamente. Para Capurro, pues, el Espíritu Santo tiene la misión de
ayudar en tres áreas a los cristianos: a descubrir tesoros, a emprender negocios y a crear
industrias.
Llama poderosamente la atención, también, que tanto en los sermones como en el libro
Capurro fustiga a los viciosos y pecadores. Así, los pecados se limitan a “faltas contra la moral”
(promiscuidad, consumo de drogas, desviaciones sexuales y groserías) como a las “faltas
contra el patrimonio o la ley” (robar y evadir impuestos). Aún en este último caso, la crítica va
contra los que roban comida en el mercado (que podrían ser pobres quienes hacen esto) y los
que evaden impuestos -que aunque no es lo suficientemente claro- podría también referirse a
los pobres y no específicamente a los grandes negociantes.151 No existen palabras de
condena a los que roban desde el poder, ni a los grandes evasores de impuestos que son
generalmente los grandes comerciantes, tal vez porque posiblemente algunos de ellos se
congregan en Agua Viva. Esto último explicaría la ambigüedad de Capurro
151 Existía una ley en el Perú desde 1993 hasta 1996 que obligaba a todos los trabajadores (aun
independientes) a pagar un impuesto por el salario que cobraban mensualmente. Este impuesto -el
famoso RUC- era una “contribución” del 10% del total recibido al Estado como parte de una
reorganización de la tributación. Es decir, todo peruano estaba obligado a dar ese tipo de diezmo
“secular”. Quien no tenía RUC en el Perú sencillamente no podía cobrar a fin de mes. Decía un slogan
del gobierno de Fujimori: “sé justo, paga tus impuestos”.
61
cuando habla de los impuestos. Para ejemplificar la relación entre vida agradable y
prosperidad, nos remitimos, finalmente, a otra cita:
Un día vinieron a mi oficina un par de empresarios y me manifestaron su preocupación porque
no entendían el por qué sus ventas se habían casi paralizado. Yo les hice las preguntas de
rigor: - ¿Diezman? - Sí, respondieron - ¿Ofrendan? - Sí, continuamente. Y comprobé que sus
matrimonios también estaban bien y que todo lo que hacían estaba de acuerdo a las leyes de la
prosperidad de Dios. Entonces oramos y Dios me dio la respuesta. - ¡Ya sé! -les dije- Es que
Dios ha preparado una bendición muy grande para ustedes en su negocio y el enemigo trata de
que cierren. Esperen con paciencia, porque sé que el diablo no podrá retener la bendición del
mes entrante. Ellos salieron felices y confiados de mi oficina planeando cómo enfrentarían el
próximo mes con tantos pedidos. Habían quitado sus ojos de sus temores y los habían puesto
en la fidelidad de Dios. Es maravilloso ver lo que la fe puede hacer en el hombre. Ellos
esperaron confiadamente, y cuando llegó el tiempo señalado, me dijeron que nunca habían
vendido tanto y que el negocio estaba prosperando de manera extraordinaria. ¡Dios es fiel!
(Capurro 1994, 179-180).152
3.2. Prosperidad integral
La propuesta de “prosperidad integral” de por sí es interesante, pues permitiría ubicar a
Capurro en una línea distinta que otros predicadores de la teología de la prosperidad. Llama la
atención, sin embargo, que aunque Capurro enfatiza la prosperidad integral generalmente
privilegia en sus ejemplos la prosperidad “material”.
- Sermones en televisión y cultos
En los sermones de la televisión Capurro presenta a un Dios que bendice solamente a aquellos
“a quienes el dinero no les importa”, es decir, solamente si el “sembrador” tiene una disposición
“espiritual” respecto al dinero.153 Además, para él la prosperidad se obtiene si se “ofrenda” (ley
de siembra y cosecha). En el mismo sermón Capurro enseña también que “la imagen de Cristo
en nosotros se evidencia en que Dios nos bendecirá, prosperará, sanará y dará paz”,154 por
eso Dios quiere que “sembremos y cosechemos”.
152 El énfasis es nuestro. 153 Sermón No 2 (“¿Cómo la fe es algo tan especial para Dios?”) del Vídeo
1997. 154 Sermón No 2.
62
En los cultos sus sermones rara vez se titulan “Dios te quiere prosperar” o “La bendición de
Dios”. Observamos, también, que nunca hay una secuencia temática en los sermones. Tal vez
el tema se lo dicta la coyuntura congregacional o su inspiración personal. Sus sermones
tampoco hacen uso de las mínimas reglas exegéticas. Hay mucha alegoría o simbolismos,
aunque a veces intente demostrar que conoce el contexto social de determinada época
bíblica155 y el idioma hebreo.156 Sin embargo, los ejemplos que utiliza casi siempre tienen
que ver con dinero, la prosperidad o el lujo material.
¿De qué prosperidad habla Capurro cada domingo a sus oyentes?157 De la prosperidad
material que es producida por un “Dios milagrero”:
Dios es un Dios de milagros (aplausos). Los milagros lo vamos a ver pronto. En este mes
(enero) se va a poner aire acondicionado en este local. Otro milagro que veremos: los
arquitectos van a rediseñar el local que va a parecer otro. Otro milagro: este año (1998) se va a
construir otro local (en el bloque de Prolongación Arenales), y se va a poner micro-ondas a los
anexos en Lima para que todos participen de nuestra predicación.158
Uno se puede preguntar qué tiene que ver este ejemplo del Dios-milagrero con el texto de
Cantares 8 leído a inicios del sermón, o puede cuestionar los ejemplos tan materialistas y
suntuosos de lo que es un milagro, pero eso es irrelevante para Capurro. Los ejemplos ya
cumplieron su función: ahora la gente ya sabe en qué consisten los milagros (naturaleza del
milagro), y en dónde los hace Dios. Como es común, en la parte inicial del culto, justo antes del
sermón, Capurro lo utiliza para dar algunos anuncios y para pedir las ofrendas (que a veces
ocupan hasta cinco minutos):
Dice la Biblia: Dad y se os dará. No lo olvide, Dios es proveedor, él da de acuerdo a la
generosidad.159
Hay que oler bien y oler a santidad. Por eso vamos a dar desodorantes porque hay que ganar
el Perú para Cristo. (...) Se va a cambiar el escenario, el piso, las sillas, las alfombras. Este
local va a ser elegante. Si tu casa no es elegante, no importa, esta casa será elegante. (...) Hay
algunos que no dan ofrenda o dan poco y luego reclaman bendición de Dios. Sé generoso con
Dios. Estoy orando para que sean generosos con Dios en la ofrenda. El que no da ofrenda en
la canasta, aunque sea simule que está dando.160
155 Sermón del 4 de enero 1998 (4.30 p.m.), texto: Cantares cap. 8: “El amor que no se apaga”. 156
Sermón No 1 (“Vivir en el Espíritu”) del Vídeo 1997. 157 Ver: Cultos del 4 y 11 de enero de 1998. 158
Sermón del 4 de enero de 1998 (4.30 p.m.) 159 Anuncios en el culto del 4 de enero. 160 Anuncios del 11
de enero de 1998 (7.00 p.m.). El énfasis es nuestro.
63
De por sí sorprende que Capurro crea que hay que oler a desodorante para evangelizar,
aunque más llama la atención acerca de la relación que encuentra entre el “dar” y el “reclamar
bendición” (el típico lenguaje de la confesión positiva). Sólo los que “dan” tendrán “bendición”
(ley de siembra y cosecha), por eso Capurro se preocupa por aquellos que dan poco. El como
Pastor, por supuesto, quiere que sus ovejas sean muy bendecidas materialmente. Por otro
lado, el llamado a “simular” que se ofrende puede entenderse figuradamente como una
exhortación a dar (pues nadie realmente va a simular), o en todo caso puede ser un llamado
literal para que nadie se contagie en no-dar. ¿Qué ejemplos utiliza Capurro en sus mensajes?
¿Haz visto un cristiano triste, deprimido? Para evangelizar hay que estar alegre, y si no lo
estás, simula entonces, ¿sino cómo vas a evangelizar? Hay que estar alegres como si nos
hubiésemos sacado la tinka,161 pero en realidad es porque tenemos a Cristo en el
corazón.162
- Clases de discipulado
Como dijimos anteriormente, Fundamentos II está dividido en siete unidades o temas. Ahora sí
Capurro explica la prosperidad integral pero partiendo del tema del pecado. Así, en la primera
unidad (“Venciendo al pecado”) se discute acerca de la naturaleza tripartita del ser humano
(cuerpo, alma y espíritu) y cómo el pecado afectó a cada una de ellas. Dios por eso, exige de
sus hijos una vida de santidad. Esta se logra en la medida que se vence en la lucha contra el
diablo, la carne y el mundo. Dice Capurro: “Concluimos que al diablo debemos resistir con la
oración y la Palabra de Dios” (Capurro s/f, 10).
En “Pacto de sangre” Capurro fundamenta cómo “el Dios hacedor de milagros” hizo una alianza
favorable hacia el hombre en la historia. Los pactos de Dios fueron hechos con Noé, con
Abraham, con David, y el último fue un nuevo pacto de sangre (en Jesucristo). Este pacto
perfecto permite un acercamiento directo del cristiano con Dios, a su vez que “compromete” a
Dios a cumplir sus promesas.
En “Los acontecimientos futuros” trata acerca de la segunda venida de Cristo, la resurrección
de los muertos y el juicio.163 En “Mayordomía cristiana” Capurro argumenta que las
posesiones materiales pertenecen a Dios. Además es Dios quien “confirmará su pacto”
haciendo prosperar hoy a sus hijos como lo hizo con Abraham, Isaac, Jacob y José. Dios libera
o redime a sus hijos de la
161 La “tinka” es una lotería nacional. 162 Ejemplo en el sermón del 11 de enero. 163 Esta tercera
lección parecería que no tiene relación lógica con las dos anteriores ni con la siguiente (Mayordomia),
pues si bien la primera explica la realidad de las personas, la segunda nos lleva a los beneficios del
pacto de Dios, y que se concretiza en las posesiones materiales (Mayordomía).
64
maldición del pecado (pobreza, enfermedad y muerte).164 Siguiendo esa lógica, “El Señor
Jesús no era pobre, nació en un pesebre para librarnos de la maldición”165. Finaliza
subrayando que mientras el 10% de nuestros ingresos económicos le pertenecen a Dios
(diezmo), el restante 90% es nuestro, de donde debemos regalarle a Dios (ofrenda). Así, deben
los cristianos usar sabiamente su dinero “sembrando” para luego esperar la “cosecha”.166
En “Sanidad divina” argumenta Capurro que Dios creó al hombre para que viviera sano y
fuerte. Dios no creó la enfermedad. Esta existe, en todo caso, por la naturaleza degenerada por
el pecado, la tendencia al pecado o a la actividad del diablo. La voluntad de Dios es sanar a
todos.167 ¿Qué se debe hacer en caso de enfermedad?. Hay que seguir los siguientes pasos:
1. Defender nuestro pacto con Dios; 2. Pedir sanidad y hablar lo que dice la Biblia (jamás pedir
paciencia a Dios y fortaleza); 3. Pedir que otros oren por nosotros; 4. Declararnos sanos y
luchar contra los síntomas; 5. Una vez sano, glorificar a Dios dando testimonio de su poder
(Capurro s/f, 49). Como notamos, Capurro sigue exactamente el método de la confesión
positiva para lograr sanidad.
En la “Batalla espiritual” Capurro sienta las bases “bíblicas” y “experienciales” de la guerra
espiritual. No intenta demostrar que según la Biblia existe una “batalla espiritual”, sencillamente
la asume para mostrar cómo pelear en ella y con qué armas (basado en Efe. 6:11-18). Cuando
se refiere a la “Palabra de Dios” utiliza la metáfora paulina de la espada con la que, según
Capurro, “puedes defenderte, pero también atacar al diablo” (Capurro s/f, 54)168. Luego dice:
Recuerda que tienes un pacto de sangre con Dios, por tal razón El es tu aliado, o diremos más
apropiadamente, tú eres su aliado, y la verdad es que nunca te dejará solo en la lucha. En el
Nombre de Jesús podrás echar fuera demonios de enfermedad, de muerte, espíritus
devoradores o ladrones, etc. (Capurro s/f, 55). 169
Finaliza esta lección Capurro contando una experiencia de sanidad en su hija, y que fue
sanada por Dios como fruto de la batalla espiritual. El y su esposa,
164 Capurro usa el título de un libro de Kenneth Hagin (Redimido de la pobreza, enfermedad y muerte
espiritual) y usa sus mismos argumentos en lo que respecta a las implicancias materiales de la liberación
de la ley (Gál 3:13) (Hagin 1989). 165 En ese sentido la opción de Jesús (el nacer en un pesebre) fue
“vicaria”. Su sencillez de vida (no pobreza) fue para librarnos de la maldición de la pobreza. Como dice
“El recibió la maldición para que tú y yo seamos libres” (Capurro s/f, 41). 166 Capurro literalmente habla
de “sembrar dinero” y utiliza los textos (fuera de su contexto) siguientes: Gál 6:7-8; Luc 6:38 y Prov 19:17
(p. 43). 167 Nuevamente Capurro argumenta como Hagin, basado en Gál 3:13. 168 No existe en
Capurro sólo la resistencia al diablo. La batalla espiritual no se limita a “defenderse” sino, sobre todo, a
“atacar” y “vencer”. 169 Esta cita (que incluye prácticas de liberación) ubica a Capurro como un típico
guerrero espiritual.
65
sigue narrando, por orden del Señor tuvieron que “echar a un espíritu de muerte”. Al final,
alcanzaron la victoria.
En “Liberación”, la última lección, Capurro explica cómo se puede liberar una persona de las
influencias y ataduras satánicas. Después de explicar cómo se abren las puertas a la actividad
demoníaca170 (errores religiosos, ocultismo, pecado, herencia y experiencias traumáticas),
explica cómo ser libres. La liberación del cristiano está fundada en la obra de Cristo, pues él
vino a dar libertad y vida en abundancia.171 Como vemos, la prosperidad que propone Capurro
integra diversas dimensiones de la vida humana: el cuerpo, el alma y el espíritu.
- Libro “Las cinco dimensiones de la prosperidad”
¿Qué entiende Capurro por “prosperidad”? La respuesta a esta pregunta hay que encontrarla
más en su experiencia que en la Biblia. Nos parece que él usa la Biblia para justificar su estilo
de vida. La prosperidad que conoció Capurro se describe en estos términos:
A los doce años perdí a mi padre (...) Mi padre tenía un yate de recreo con camarotes y durante
el verano salíamos todos los fines de semana a navegar, y anclamos nuestro yate cerca de
Lima, en Ancón o Pucusana. ¡Me divertía tanto de niño con mis padres y mis hermanos en
estos pequeños viajes de fin de semana! (...) Mi padre fue siempre un hombre muy deportista.
Era miembro del equipo de remo del Club Regatas Lima y también integrante del equipo de
baloncesto, fue corredor de autos, y por último nada menos que corredor de aviones; en una
época en que los prototipos se los hacía o modificaba uno mismo para competir. Al ser mi
padre además dueño de un stud de caballos de carrera, esto permitió que de pequeños, mis
hermanos y yo fuéramos a ver a los caballos cuando mi padre debía hablar con los
prepraradores en el Hipódromo de San Felipe. En fin, cosas fascinantes para un niño. No sólo
estaba orgulloso de mi padre, sino que lo recuerdo como un hombre bueno, sensible,
preocupado por los trabajadores a su cargo, Presidente del
170 Estas explicaciones están tomadas en un 90% de diversos “manuales de liberación” que circulan en
varias iglesias neopentecostales (Alianza Cristiana y Misionera, Emmanuel y otros), todas ellas basadas
en el difundido libro de la misionera y profesora Margarita Dietrich (Dietrich 1993) y “Cuestionario para
aquellos que buscan sinceramente su liberación” (Cuestionario 1995). 171 Capurro se basa en Lucas
4:18 y Juan 10:10. ¡Exactamente los mismos textos favoritos de los teólogos de la liberación!. Para una
exégesis de Juan 10:10, y que corrige dos interpretaciones difundidas, aquella que la limita a la “vida
espiritual” y la otra que es excesivamente materialista (el disfrute de la abundancia de los bienes
materiales), ver: Padilla 1994.
66
Club de Leones de Miraflores, en la ciudad de Lima (Capurro 1994, 31-32).
Más adelante contará acerca de su trabajo en desarrollo de programas computarizados
(Capurro 1994, 82-89), su relación con empresarios (Capurro 1994, 179-180), su práctica del
diezmo y cómo Dios lo prosperaba más de lo que él esperaba (Capurro 1994, 216-222), su
práctica de la ley de la siembra y la cosecha y cómo Dios lo llevó a pasear al extranjero, cómo
fundó su empresa, cómo consiguió una gran casa, y cómo viajó sin visa por negocios a
Venezuela (Capurro 1994, 236-254). Las referencias anteriores nos sirven de marco para
interpretar el concepto de “prosperidad” en Capurro. Desde el inicio del libro está anunciado:
“(...) la voluntad de Dios es que seamos prosperados” (Capurro 1994, 1), y consiste, por cierto,
en la prosperidad material cuyo ejemplo son Abraham, Isaac y Jacob (Capurro 1994, 3).
En el primer capítulo (“La prosperidad que viene de Dios”) Capurro articula todo su
pensamiento, aunque luego irá añadiendo otros criterios, pero todos sobre la base de este
capítulo. El orden “lógico” de Capurro se puede resumir en lo siguiente: Dios ha hecho un pacto
con los hombres (Capurro 1994, 3), el que se evidencia en la prosperidad o riqueza material.
Esto no debiera parecer que Dios se distrae de sus propósitos para con la humanidad, pues
Dios no quiere llevar solamente las almas al cielo sino quiere otorgarles riquezas en la tierra
(Capurro 1994, 10). Ahora bien, esto explica por qué los cristianos cuando viven en santidad
tienen la enorme capacidad de descubrir tesoros o emprender negocios que los llevará a la
prosperidad (Capurro 1994, 11). La santidad obliga al cristiano a practicar la ley de la siembra y
la cosecha, que es el principio espiritual para alcanzar prosperidad (Capurro 1994, 14).
En el segundo capítulo (“Bajo la bendición o la maldición”) Capurro explica la trinidad de Dios,
pero para luego sostener en base a ello “la trinidad del hombre”.172 Sin embargo, lo que le
ocurre al hombre corporalmente (en la historia) es consecuencia de “lo espiritual”.
Así que como todo lo que sucede en esta vida material es un efecto secundario de lo que
ocurre en la vida espiritual, debemos prestar mucha atención a lo que acontece en la dimensión
del espíritu y sus leyes (Capurro 1994, 29).
Con esto Capurro subordina la dimensión histórica a las leyes espirituales, que lo explica en
términos de “bendición” o “maldición” material (utilizando Deuteronomio 28).
En el tercer capítulo (“La pobreza y la maldición espiritual”) Capurro sigue subordinando lo
terrenal a lo espiritual:
172 Como dice: “Si Dios es trino, no es extraño que el hombre también sea trino” (p. 26).
67
El peso de la maldición nos impide prosperar honradamente y disfrutar de esa prosperidad.
Para poder ser prosperado, el hombre deberá levantar la condena que recae sobre él; porque
si toda la creación, los seres angelicales, los hombres y aun la naturaleza lucha contra él,
¿cómo podrá prosperar? Debemos, pues, en primer lugar, luchar contra las causas espirituales
de la pobreza y luego podremos enfrentar las demás (Capurro 1994, 41).173
En el cuarto capítulo (“La prosperidad del espíritu”) Capurro explica que existen en el universo
dos fuentes de poder: Dios y Satanás. El cristiano, por supuesto, debe acudir a Dios si desea
prosperar, pero esto sólo es posible a través de Cristo.174 ¿Cuál fue la misión de Cristo?
Liberarnos de todas las maldiciones.
Con su sacrificio, que terminó con su muerte en la cruz del Calvario, El destruyó las raíces de la
muerte espiritual, de la pobreza, de la enfermedad, de la angustia, de la depresión, del temor,
etc.; y algo sin raíces o con la raíz muerta no podrá mantenerse. Jesús vino a librarnos de la
cautividad del pecado, de las prisiones, de la miseria, vino a sanar los corazones heridos, a
darnos gozo en vez de tristeza y para hacernos fuertes como robles, en vez de débiles como
cañas azotadas por el viento. Vemos a Jesús, a través de su martirio, vencer las maldiciones
que nos traen pobreza en sí, la maldición al fruto del trabajo y la maldición a la fuente de
trabajo (Capurro 1994, 67-68).
Como El (Jesús) sabía que la ley nos maldecía y que por causa de la maldición éramos pobres,
El mismo llevó la maldición sobre sí, haciéndose voluntariamente pobre para tomar así nuestra
pobreza. (2 Cor 8:9) (Capurro 1994, 70).
JESUS SE HIZO VOLUNTARIAMENTE POBRE, PARA QUITAR DE NOSOTROS EL DOLOR
Y LAS CONSECUENCIAS DE LA POBREZA Y DARNOS A CAMBIO SUS RIQUEZAS
(Capurro 1994, 70-71).
En el capítulo cinco (“Dios creó al hombre para vivir eternamente”) dice Capurro que existen
tres causas “espirituales” que ocasionan las enfermedades: el pecado personal, el pecado de
los padres y el pecado de la raza. Ahora bien, Dios no quiere que sus hijos sufran, por eso ha
enviado a Cristo quien “tiene el poder para sanarte” (Capurro 1994, 97) cual sea la causa de la
enfermedad.
173 El énfasis es nuestro. 174 Este es el único capítulo “cristológico” de todo el libro de Capurro,
curiosamente ubicado dentro del tema del “espíritu”.
68
Los capítulos seis al diez aunque parece que no tienen nada que ver con la prosperidad, sin
embargo son importantes en el sentido que fundamentan la guerra espiritual y la “integridad” de
las personas (cuerpo, alma y espíritu).
En el capítulo seis (“Probados por el fuego”) cuenta Capurro acerca de la enfermedad de su
hija y cómo con su esposa Alicia vencieron al diablo en guerra espiritual, logrando de esa
manera su sanidad.
En el capítulo siete (“El mejor programa de salud”) explica Capurro cómo un cristiano puede
quedar libre de las enfermedades. Nuevamente resalta el tema de las maldiciones y añade
acerca de los espíritus de enfermedad. Dice así:
No existe mejor programa de salud que el cumplir la ley de Dios; porque como ya hemos visto,
los pecados traen maldiciones que nos enferman y aun les dan a los espíritus de enfermedad la
facultad de que puedan atormentarnos, como en el caso de la mujer encorvada.(Lucas
13:11-13) (Capurro 1994, 119).
El capítulo ocho (“Vendar a los quebrantados de corazón”) habla Capurro específicamente del
“alma”, que es “la parte de nuestro ser que une nuestro físico con nuestro espíritu” (Capurro
1994, 1414).
El alma comprende la razón, el intelecto, el carácter, los recuerdos, las emociones, la voluntad.
Si por ejemplo nuestra alma esá perturbada por recuerdos dolorosos, entonces no podremos
ser felices. Si nuestra alma está oprimida por demonios o por las circunstancias, entonces nos
será muy difícil disfrutar de felicidad (Capurrro 1994, 141-142).
Para Capurro es muy importante explicar esto, pues la felicidad es en su perspectiva el
proyecto de Dios, y un alma oprimida no puede gozar la vida a plenitud. Como dice:
La prosperidad del alma es pasar de un estado de falta de esperanza, producido por el pecado;
a un estado de alegría, gozo, fe, esperanza, producido por la comunión con Dios por medio de
Jesucristo (Capurro 1994, 142).
En el capítulo nueve (“Las armas de la luz”) retorna Capurro al tema de la guerra espiritual
(cap. 6), pero esta vez para desarrollarlo más ampliamente:
(...) no olvidemos que estamos en guerra y que, como soldados de Jesucristo, El nos ha
equipado con las mejores armas, las más poderosas, porque son poderosas en El, y El es
todopoderoso (Capurro 1994, 162).
En toda la Escritura el Señor nos habla como si fuéramos un ejército y nos anima
continuamente a luchar espiritualmente. No pensando
69
que luchamos contra ejércitos de carne y hueso, sino con ejércitos demoníacos; y
recordándonos además que no será ni el ejército, ni la fuerza lo que nos dará la victoria, sino el
Espíritu Santo (Capurro 1994, 163).
¿Cuáles son esas armas de la luz? La verdad, la fe, la confianza en el amor de Dios y la
alabanza. Llama la atención, por otro lado, que no mencione a la Palabra de Dios como una de
las armas contra las tinieblas.
En el capítulo diez (“Jesús sana nuestras almas”) se esperaría que Capurro hable de Jesucristo
-por el título-, pero más bien opta por explicar brevemente que nuestras vidas estaban llenas de
pecado y no merecían el perdón. Pero Jesús vino para salvar y hacer que olvidemos todos los
problemas del alma (rencor, traumas, traiciones, etc.). Las implicancias de la obra de Cristo
-que aborda una sola vez- tiene enormes consecuencias para la salud mental de los cristianos
hoy:
Jesús jamás debió ser traicionado, pero tenemos que entender que aceptó el ser traicionado
propiciatoriamente; es decir, que tuvo que vivir eso para que tú y yo ya no tengamos que vivirlo.
Y si de alguna manera siendo cristianos nos tocase vivirlo, entonces no sentiremos el dolor de
la traición, y podremos perdonar más fácilmente al recordar lo que Jesús tuvo que sufrir por
nosotros (Capurro 1994, 190-191).
En el capítulo once (“Dios quiere prosperarnos materialmente”) Capurro vuelve al tema de las
implicancias del pacto de Dios con los hombres, es decir la prosperidad material, pero esta vez
para insistir en la práctica del diezmo:
Pero Dios no nos prosperará si no diezmamos, sólo extenderá su misericordia hacia nosotros
para perdonarnos. Si deseamos aprender a temer a Dios, vivir en obediencia y que Dios nos
prospere, entonces diezmemos (Capurro 1994, 224).175
En el capítulo doce (“La siembra y la cosecha”) Capurro narra una serie de experiencias
propias: cómo llegó a fundar su empresa, como viajó al exterior, como Dios lo bendecía en
todo, etc. Llama la atención que aunque el título podría indicar que el énfasis será la ley de la
siembra y la cosecha, sin embargo involucra, además, entre sus argumentos la guerra
espiritual, la fe y la confesión creativa.
En el capítulo trece (“El misterio de la fe”) Capurro desarrolla el tema del poder creativo de la
Palabra de Dios. En el fondo trata de decirnos que Dios también practicó la confesión creativa o
positiva, es decir que Dios también tuvo fe. Además Capurro explica cuáles son las condiciones
para que ocurran milagros
175 Luego Capurro explicará las diferencias entre el diezmo y la ofrenda, y cómo presentarla (p. 227).
70
hoy a través de la oración. Estos son: 1. Que todo pedido sea a Dios y en el nombre de Jesús;
2. Orar conforme a su Palabra, ya que ésta expresa su voluntad; y 3. Orar con fe, creyendo que
se recibirá.
Finalmente, en el capítulo catorce (“Confesando la Palabra de Dios”) Capurro exhorta a que
debemos confesar sanidad, prosperidad, santidad, y conversión (por nuestros familiares). En
este capítulo existe un largo “resumen” de lo que es la “prosperidad integral” o “total” (como
también la llama):
Vimos, pues, que hay cinco dimensiones de la prosperidad y también que uno debe comenzar
por la prosperidad espiritual, que es aquella que se obtiene al ponerse, desde el punto de vista
de las leyes espirituales, en una posición de bendición. Esta se consigue al establecer la paz
con Dios mediante la obra redentora de Jesucristo. No existe otro camino, porque no hay otro
nombre en que podamos ser salvos. “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro
nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12) Una vez
que hemos pedido perdón por nuestros pecados y hemos hecho a Jesús el Señor y Salvador
de nuestras vidas, entonces habremos alcanzado esa posición. En ese momento, todas las
maldiciones con que la ley de Dios condena a los pecadores, y que estaba sobre nosotros
enfermándonos, angustiándonos y empobreciéndonos, serán anuladas. Jesús se llevó en el
madero toda maldición y nos trajo definitivamente la paz con Dios. Luego, estando libres de
toda maldición que opere en nuestra contra, podemos aspirar a alcanzar la prosperidad total.
En segundo lugar, vimos que la enfermedad es una forma de empobrecer nuestra vida y que
por la llaga de Jesús fuimos ya curados. Es decir, que Jesús sufrió toda clase de padecimientos
en la cruz del Calvario, para que esa parte de las maldiciones también sea borrada. “anulando
el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en
medio y clavándola en la cruz.” (Colosences 2:14) En la tercera parte del libro se trató lo
referente a la sanidad del alma, haciendo notar que si uno vive en la angustia o tiene
padecimientos mentales, entonces toda prosperidad es una ilusión. Jesucristo padeció toda
clase de angustias para pagar el precio, y así redimir nuestras almas. Luego entramos a la
dimensión de la prosperidad material propiamente dicha, y finalmente se tocó el tema de la
prosperidad creativa, que tiene que ver con la fe y con el ir forjándonos un futuro aquí en la
tierra mediante la confesión de la Palabra de Dios. Si la prosperidad se desarrolla en todos
estos aspectos de la vida, entonces sí diremos que la prosperidad es total y verdadera, y que
sin duda, proviene de Dios (Capurro 1994, 290-292).
71
Si observamos detenidamente este amplio “resumen”, no aparecen para nada la guerra
espiritual, la confesión positiva ni la ley de la siembra y la cosecha. La explicación tal vez es
que cree que no es muy conveniente enfatizar dichas “doctrinas” como parte de la
argumentación de cómo alcanzar la prosperidad.
¿Qué lugar ocupa la “prosperidad”, entonces, en la reflexión teológica de Capurro? Si nos
dejamos guiar por la cantidad de veces que utiliza en su libro dicha palabra, o las referencias a
ella, entonces tenemos que concluir que es un término de primera importancia y que le dá
articulación lógica a su propuesta. Para Capurro, como hemos visto en las citas, la
“prosperidad” tiene un sentido teológico: es Dios quien quiere que sus hijos prosperen
integralmente, pues son “hijos del Rey”. Narrando su visita a Venezuela dice:
(...) también soy un ciudadano del reino de los cielos. El reino de los cielos es la nación más
poderosa del universo, ¿quién se atrevería a pedirnos visa a nosotros? (Capurro 1994, 251).
Le agradecía al Señor, pensando en mi corazón -Sé que lo haces por mí, para hacerme ver
que soy un ciudadano del reino de los cielos, y no cualquier ciudadano, sino hijo del Rey.- Con
paso decidido pasé entre la escolta; detrás de mí venía el Presidente de Colombia. (...) La
prosperidad de Dios y su bendición me seguían por cualquier parte del mundo (Capurro 1994,
253-254).176
Más adelante, refiriéndose a su visita a Europa, dice: “Alicia y yo le agradecimos a Dios por
este regalo, y viajamos a París. En fe, habíamos sacado las visas correspondientes. Ibamos
como hijos del Rey “ (Capurro 1994, 295).177
Interesa observar que las veces que Capurro se refiere a su condición de “hijo del Rey” es para
distinguirlo de los demás que son ciudadanos de cualquier nación, mientras que él pertenece al
“reino de los cielos”. Por otro lado, las implicancias de ser “hijo del Rey” son evidentes: viajes al
exterior, diversas facilidades migratorias, regalos, roces con mandatarios, etc. No relaciona -ni
la más leve insinuación- su condición de ser “hijo del Rey” con las pruebas que él pasó junto a
su esposa en la enfermedad de su hija Gabriela (en el capítulo 6). Parece que en su
perspectiva ser “hijo del Rey” y “pruebas” (enfermedad) se excluyen.
* comparación
Al tener tres fuentes de comparación, es de esperar que el concepto de “prosperidad integral”
tenga algún tipo de matices que se puedan
176 El énfasis es nuestro. 177 El énfasis es nuestro.
72
complementar. Observamos que en los sermones tiene relevancia la ley de la siembra y la
cosecha (y que insistirá en los anuncios), lo que supone “generosidad” en el “dador”, pues si
siembra mucho cosechará también mucho. El hecho de “dar” otorga al “dador” el derecho de
reclamar bendición a Dios, pues éste es un “Dios de milagros”, especialmente de milagros
materialistas o suntuosos. Esto último es novedoso, pues el hecho de “reclamar” a Dios indica
que el “dador” tiene algún tipo de poder o autoridad sobre Dios, quien debe corresponderle con
bendiciones.
En las clases de discipulado la “prosperidad integral” tiene una formulación distinta. Capurro
parte metódicamente a partir del tema del hombre (que tiene cuerpo, alma y espíritu) y cómo
Dios hizo un pacto favorable al hombre en esas tres dimensiones. El pacto perfecto fue hecho
en Jesucristo y compromete a Dios a “cumplir sus promesas”. ¿Cómo “confirma” hoy Dios su
pacto? Prosperando a sus hijos de manera integral. Dios por medio del pacto “redime” a sus
hijos de la maldición del pecado (pobreza, enfermedad y muerte). Esta bendición integral se
logra confesando creativamente y teniendo victoria en la guerra espiritual contra el diablo.
Interesa resaltar, en este caso, que la confesión no lleva a “reclamar” sino a “declarar”
(declararse sano), que no es otra cosa que hacer una “afirmación positiva en fe”. Como vemos,
esta es otra forma de articular la prosperidad integral.
En el libro de Capurro, finalmente, aparecen otros elementos. Ahora esto no debe sorprender
en tanto se trata de un trabajo sistemático de su autor. Entre estos elementos se encuentran
las “maldiciones” que impiden prosperar, la misión liberadora de Jesús (que nos da riquezas y
salud mental), y el ser “hijo del Rey”. Este último, nos parece, viene a identificar el estilo y
calidad de vida que todo cristiano está llamado a vivir. Claro está, no todos pueden vivir como
“hijos del Rey” (cuyo ejemplo concreto es Capurro). Siempre existirá una maldición, un pecado
oculto, falta de fe, la ausencia de la confesión positiva o algo que impedirá el que todos puedan
vivir como apunta el ideal. Por eso, en la comunidad no todos viven de la misma manera, unos
tienen más bendición que otros.
¿Por qué existen esos diversos matices en la enseñanza de Capurro? Nos parece que
definitivamente son estrategias para llegar a diferentes públicos con el mensaje de prosperidad.
Así de sencillo. De lo contrario podría ahuyentar a posibles seguidores (y diezmadores
consecuentemente).
Hacemos también la observación que el amplio resumen que hace Capurro no corresponde a
lo expresado en el libro. En dicho resumen, que más parece una “conclusión”, existen
demasiadas referencias a Jesucristo -que no hizo realmente en el libro- y están ausentes los
temas de guerra espiritual y confesión creativa -que sí aparecen constantemente a lo largo del
libro-.
3.3. Llamado a la conversión
73
Hemos dejado al final este tema no porque sea de menor importancia en la articulación del
discurso de prosperidad, sino porque Capurro siempre hace un llamado a “entregarse al Señor”
al final de sus sermones. Inversamente, en su libro parte de la conversión como la puerta de
entrada para la “prosperidad espiritual” y por tanto para la “prosperidad integral”.
- Sermones en televisión y cultos
En lo que se refiere al programa de televisión, después del sermón de 20 minutos (recortado
para la TV) Capurro hace un llamado al televidente a que “se arrepienta de sus pecados”.
¿Cuáles? Aquellos que condena constantemente: fornicación, evasión de impuestos,
borracheras, mentira, robar comida, etc. Finalmente orará por los pecadores y los invitará a que
visiten “la iglesia evangélica más cercana” y que “lean el Nuevo Testamento todos los días”.178
Respecto a los cultos, antes de finalizar éste, Capurro siempre hace un llamado a “entregarse
al Señor”. A todos los que pasen al frente, generalmente pobres de todas las edades y de
ambos sexos, les dirá que “ahora el Señor les prosperará en todo”. Dice así en su oración por
los recién convertidos: “Dios les dará salud, prosperidad, todo”.179 Dicho de otra manera, el
nuevo creyente sabrá desde su conversión que la voluntad de Dios es su prosperidad material.
- Libro “Las cinco dimensiones de la prosperidad”
En el libro de Capurro el tema de la conversión tiene un lugar privilegiado aunque breve.
Cuando lo menciona es sólo con el propósito de indicar el tipo de prosperidad que se puede
lograr a partir de esa experiencia: la prosperidad “espiritual” (Capurro 1994, 16). Capurro,
efectivamente, apenas toca el tema de forma introductoria en la primera parte del libro (que
tiene a su vez tres capítulos: “Bajo la bendición o la maldición”, “La pobreza o la maldición
espiritual”, y “La prosperidad espiritual”).
Capurro comentando acerca de su conversión, ocurrida en junio de 1980 (Capurro 1994, 217),
dice que Dios le habló que iba a ser pastor de una iglesia (Capurro 1994, 99), además que al
poco tiempo aprendió -junto a su esposa- acerca de la “ley” de los diezmos y la ofrendas
(Capurro 1994, 217). Un tema vinculado a su conversión es el de la maldición:
178 Es interesante que Capurro haga este llamado, pues se identifica como parte de la comunidad
evangélica y fiel al Nuevo Testamento. Sin embargo, al inicio y al fin del programa se pasan imágenes
atractivas de la CCAV y se invita a que participen de ella, lo cual obviamente condiciona y predispone a
que el nuevo convertido visite irremediablemente la CCAV. 179 Ver: Sermón del 4 de enero.
74
Cuando leí este pasaje (Deut. 30:19-20) lamenté mucho el no haber sabido esto antes, porque
al vivir en pecado, y no conocer realmente a Jesucristo como mi Señor y Salvador personal, yo
había vivido treinta años de mi vida bajo la maldición de la ley. Lamentablemente, no me había
dado cuenta de la enorme diferencia entre conocer de Cristo y conocer a Cristo y no tenía ni
idea de que necesitaba convertirme. Porque la conversión no es cambiarse de religión, sino es
entregarse en cuerpo, alma y espíritu a Dios para amarle, servirle y recibir salvación por medio
de la obra redentora de Jesús. Yo había vivido, sin saberlo, bajo la maldición y verdaderamente
cosechaba de las semillas de pecado que sembraba día a día (Capurro 1994, 30).180
De por sí importa resaltar la aparente “ortodoxia” de Capurro al enfocar el tema, sin embargo
observamos que su explicación hace referencia a dos textos del Deuteronomio (30:19-20 y
28:15-19). ¿A qué maldición se refieren esos textos? A maldiciones materiales. Por eso, en lo
que continúa el relato, Capurro cuenta la prosperidad de su casa cuando era niño y luego la
“pobreza” que tuvo que soportar producto de su no-conversión. Más adelante Capurro
completará la idea anterior:
El primer paso de la prosperidad es arreglar nuestras cuentas con Dios, de una vez y para
siempre (Capurro 1994, 53).
La prosperidad espiritual empezará siempre en los lugares celestiales cuando una persona
reconoce su pecado y se vuelve a Dios (Capurro 1994, 55)
La prosperidad espiritual es el primer paso de la prosperidad integral, y su punto de partida es
la conversión. Al final de la primera parte del libro Capurro hace el siguiente llamado:
Si no te habías dado cuenta que necesitabas un salvador, con lo que hemos visto, ya lo sabes.
Ninguna religión salva, sólo Jesús salva y ahora lo vas entendiendo mejor. Las revelaciones
que la Biblia nos ofrece sobre las maldiciones y cómo Jesús nos rescata de ellas son
suficientes para probarlo. También debes recordar que las maldiciones son una herencia de la
raza de Adán y si eres descendiente de Adán, las maldiciones están operando en tu vida.
Tienes que morir y volver a nacer para no ser descendiente de Adán. Jesús nos ofrece
hacernos descendientes suyos a través de un nuevo nacimiento espiritual (Capurro 1994,
74).181
Nuevamente aparece el tema de las maldiciones, de tal manera que da la impresión que la
conversión significa para Capurro salir del mundo de las
180 El énfasis es nuestro. 181 El énfasis es nuestro.
75
maldiciones a una vida de prosperidad. Más adelante contará la conversión de su niña de dos
años y medio en los siguientes términos:
Este es un caso maravilloso, que una niña, siendo tan tierna haya podido entregarse a Jesús.
Claro que de adulta ella tendrá que confirmar esa decisión. Pero qué decir de las personas que
vienen a Jesús después de años de pecar. ¿Qué hubiera sido necesario para corregir a un
adúltero? ¿Qué castigos serían suficientes para un fornicario? ¿Cuántos azotes cambiarían a
un ladrón, o a un violador?; y qué decir de un brujo, de un homosexual o de una prostituta.
Realmente no podemos imaginar qué tipos de castigos podrían traer el perdón a un asesino, a
un terrorista, o a uno que ha hecho un pacto con el diablo. Pero algo tremendo ocurrió en el
sacrificio de Jesús. El, propiciatoriamente, es decir, reemplazándonos a nosotros, recibió todo
el castigo que merecíamos (Capurro 1994, 198).
Por lo visto, Capurro insiste nuevamente en que los pecados que la persona debe abandonar y
convertirse son exclusivamente de carácter individual y “moral”. Ni una sola palabra existe para
los pecados, digamos, “estructurales” y que de alguna manera explican esos otros pecados que
tanto condena Capurro.
* Comparación
En este punto llama la atención la enorme diferencia a nivel de contenido entre ambas fuentes.
Mientras en los sermones la conversión parece muy “ortodoxa” o “evangélica”, es decir, es un
llamado a dejar los “pecados tradicionales” (robar, fornicar, mentir, etc.) y a aceptar al Señor; en
el libro aparece un tema nuevo: las maldiciones, y con tanta insistencia que parece proponer
que la conversión es justamente eso, pasar de las maldiciones a la prosperidad. Así, la obra de
Cristo, en consonancia con las ideas centrales del libro, es liberadora de las maldiciones
(enfermedad, pobreza, muerte), por lo que se explica que la conversión es la liberación de
ellas, y lo que abre las puertas, en definitiva, a la prosperidad espiritual e integral.
4. Conclusiones de las comparaciones
En este punto pretendemos sacar conclusiones generales de los datos más relevantes de las
tres comparaciones realizadas (vida agradable a Dios, prosperidad integral y conversión) en las
fuentes estudiadas.
Respecto al tema de “La vida agradable a Dios”, se puede decir que Capurro lo explica en
relación a dos procesos, uno positivo y otro negativo. Mientras en el primer proceso el cristiano
debe esforzarse a amar a Dios y vivir en santidad,
76
en el segundo debe abandonar el pecado. Sólo aquellos que llevan una vida agradable en
todos los aspectos -incluyendo necesariamente la dimensión matrimonial- serán prosperados
materialmente.
Sobre el tema de “La prosperidad integral” o “total”, existe un discurso insistente en que la
prosperidad es, efectivamente, “integral”, es decir comprende al ser humano en tanto cuerpo,
alma y espíritu. Esto es porque Capurro no quiere ser confundido con un típico “maestro de la
fe” vulgarmente “materialista”. Por el contrario su esfuerzo por distanciarse de ellos es evidente
(Capurro 1994, 98). Sin embargo, no puede evitar parecerse, pues todos sus ejemplos son
excesivamente materialistas. Importa observar, también que la Biblia es utilizada sólo para
justificar la perspectiva neopentecostal sobre ciertos temas bíblicos como el pacto, la trinidad,
el alma, las maldiciones, y añadir otros como la guerra espiritual, la teología de la prosperidad y
la confesión creativa.
Respecto a “la conversión”, éste es un tema importante para Capurro aunque muy poco
desarrollado a diferencia de los dos anteriores. De todas maneras resulta “novedoso”, por decir
lo menos, su argumento que Cristo libera a los nuevos convertidos de las diversas maldiciones
para llevarlos a una vida de prosperidad.
Respecto al uso de las fuentes tenemos que distinguir las marcadas diferencias que existen
entre ellas respecto a cómo se aborda y explica la prosperidad “integral”. Es demasiado
evidente que los sermones no enfatizan como tema de exposición la prosperidad material.
Ahora, eso no significa que el tema esté ausente. Por el contrario, los anuncios, las
exhortaciones, los ejemplos, hasta la oración por los convertidos, están llenas de invocaciones
e imágenes de prosperidad material, lo cual nos parece que es una manera muy sutil de
Capurro de enseñar su teología de la prosperidad.
Este tipo de estrategia no sorprende pues el sermón está destinado a captar nuevos adeptos y,
ciertamente, no conviene presentar desde ese contacto inicial los énfasis teológicos
neopentecostales, sino más bien conviene parecer evangélicos “tradicionales”. El énfasis
reiterativo en la prosperidad -en sus distintas formas- nos parece una parte importante del
sermón que explica lo característico o novedoso, y que de alguna manera interesa a los futuros
conversos. Las razones de éstos para aceptar ese discurso pueden ser diversos, aunque esto
es materia de otro análisis que no entramos en este trabajo.
Respecto a las clases de discipulado, como es de esperar, por tratarse del adoctrinamiento
“bíblico” de los miembros de Agua Viva sí se encuentran los énfasis teológicos
neopentecostales (guerra espiritual y teología de la prosperidad con todas sus implicancias)
como enseñanza bien articulada y con métodos de estudios apropiados a sus fines. En estas
clases no se oculta nada, por el contrario se incentiva las prácticas religiosas “guerreristas”.
77
Efectivamente, es nuestro criterio que la mejor articulación teológica está en dichas clases,
pues es el único espacio donde los tutores de la CCAV cuentan con diversos recursos
materiales, técnicos y humanos para transmitir las doctrinas neopentecostales. Como estas
clases están dirigidas a los futuros miembros es de esperar que en consecuencia ellos
reproduzcan la teología de la prosperidad y la guerra espiritual en todo lugar donde se
encuentren (trabajo, estudio, casa, otros).
Respecto al libro de Juan Capurro sólo cabe indicar que por ser éste un texto - y no un video o
audiocassette- es posible que sean pocos los miembros que lo han leído detenidamente. Sobre
la entrevista (especialmente a José Jordan) es necesario decir que ha servido
fundamentalmente para corroborar que en la CCAV sí se enseñan los diversos énfasis
teológicos neopentecostales como sus métodos, aunque también ha dado algunos aportes
sobre temas afines a la investigación.
Todo lo anterior significa que en la CCAV existen estrategias de comunicación definidas,
contenidos teológicos sistematizados y producción de materiales diversos orientados hacia la
divulgación de la teología de la prosperidad en el Perú.
5. Conclusión
En el presente capítulo hemos visto como la CCAV y el Pastor Juan Capurro tienen una
enorme influencia en la comunidad evangélica peruana. Estos no solamente admiran sino que
imitan las alabanzas, los énfasis teológicos neopentecostales, los modelos de liderazgo, las
estrategias de comunicación, etc.
También hemos analizado las diversas fuentes que utiliza Capurro para divulgar la teología de
la prosperidad, y cuáles son los temas (vida agradable a Dios, prosperidad integral, conversión)
que comunican dicho énfasis teológico neopentecostal. En esta parte nos parece que existe un
enorme esfuerzo estratégico de Juan Capurro por difundir la teología de la prosperidad tanto
dentro de la CCAV como fuera de ella. Efectivamente, los diversos espacios y los medios de
comunicación son utilizados con mucha inteligencia de tal manera que ha permeado la
comunidad evangélica peruana, y que se evidencia en la aceptación e imitación o divulgación
de su discurso teológico como de las diversas prácticas y métodos neopentecostales.
También Capurro ha desarrollado una teología propia. Por supuesto que su dependencia de los
“maestros de la fe” se evidencia a cada momento, pero parece que no ha querido nunca llegar
a afirmaciones extremistas como que
78
“el padre de Jesús era rico y el mesón era un hotel de cinco estrellas”182, o que “los magos le
dejaron tanto oro a Jesús que le sirvió para financiar luego su viaje a Egipto” (C. Jiménez 1997,
1-8), u otras cosas semejantes. Lo anterior difícilmente convencería a alguien.
Finalmente, Capurro de alguna manera ofrece un “evangelio integral” a sus oyentes. El antiguo
discurso espiritual ya no tiene más cabida en la CCAV. Así, su discurso -por tocar el tema
económico y el disfrute de “lo terrenal”- crea interés o expectativa en sus oyentes que no
vacilan en dejar hasta sus congregaciones de origen por escuchar a este Pastor.
182 Esto es lo que enseña Rodolfo Font, “apóstol” de la agrupación Fuente de Agua Viva, con sede
principal en San Juan (Puerto Rico) y con filiales en Lima y en varios países de América Latina (Vargas
1998).
79
CAPÍTULO 3
LAS LÍNEAS BÁSICAS DE LA TEOLOGÍA DE JUAN CAPURRO
En el presente capítulo estudiamos la teología de Juan Capurro considerando cuatro puntos: la
hermenéutica simbólica, los temas bíblicos presentes en el discurso de prosperidad (el pacto y
la ley de la siembra y la cosecha), la guerra espiritual y la confesión creativa, y la escatología y
la pneumatología en relación con el discurso de prosperidad. Es nuestro criterio -como
resultado del análisis de las fuentes- que estos cuatro puntos nos puede ofrecer elementos
para una evaluación de la teología de la prosperidad. Así, la hermenéutica simbólica tiene el
propósito de explicar en qué consiste ésta y cómo la usa Capurro en su libro. En esa misma
línea, los temas del pacto de Dios y la ley de la siembra y la cosecha permiten entender la
lógica de la prosperidad, pero fundamentado en la teoría hermenéutica de Capurro.
La guerra espiritual y la confesión creativa también tienen un papel importante en la articulación
de prosperidad en Capurro. Pero éstos no son dos temas más. El primero es una especie de
cosmovisión y el otro un método “eficaz” de lograr prosperidad y sanidad. Por ello son
enfocados aparte de los temas y se critica su argumentación.
Finalmente, la escatología y la pneumatología lo estudiamos en tanto temas ausentes o con un
contenido distinto respecto al pentecostalismo clásico. Nos parece que Capurro prescinde de
estos temas pues no le sirven mucho para argumentar su teología de la prosperidad.
Queremos añadir, también, que lo expuesto en este capítulo son apenas elementos que deben
ser considerados en una evaluación de la teología neopentecostal. Nuestra intención no es
hacer una comparación de la teología de Juan Capurro con otros predicadores y comunidades
de prosperidad en el Perú. Tampoco es nuestra intención hacer una discusión bíblica-teológica
a fondo con Capurro. Nuestra intención es más modesta, sólo aportar elementos para una
evaluación. En todo caso, según sea conveniente, orientaremos al lector con bibliografía para
su respectiva profundización.
1. “Principio teológico”: la hermenéutica simbólica de Juan Capurro
Es obvio esperar que una propuesta teológica de alguna manera utilice la Biblia como parte de
su argumentación. En ese sentido habría que preguntarnos cuál es la clave de lectura de la
Biblia y la teoría hermenéutica que utiliza la teología de la prosperidad. La tarea no es muy
sencilla, más aún si constatamos que la hermenéutica neopentecostal es algo tan difuso, pues
existen tantas hermenéuticas según el número de los líderes carismáticos y sus particulares
énfasis.
80
Como dice French Arrington, refiriéndose a la experiencia estadounidense, los
neopentecostales tienen problemas en ofrecer un tratado comprensivo de sus presuposiciones
hermenéuticas y teológicas (Arrington 1990, 377). Lo mismo se podría decir del
neopentecostalismo peruano. Tal vez el único quien ha expuesto su hermenéutica, aunque de
manera breve, es Juan Capurro.
1.1. Concepto de hermenéutica simbólica
Juan Capurro al inicio de su libro explica la teoría hermenéutica que utilizará para interpretar la
Biblia: “En la exégesis bíblica hemos usado el principio teológico de que la historia del pueblo
de Israel es simbólicamente la historia de cada cristiano” (Capurro, 1994, Prefacio cuarta
página). Esta breve explicación es la única que aparecerá en todo el libro. Capurro no amplía
qué es un “principio teológico” o cuáles son las implicaciones del término “simbólicamente”. En
otro lugar, añadirá que el método histórico-gramatical “no es suficiente” para leer la Biblia, y
que “la hermenéutica simbólica es más completa”.183 En vista de que carecemos una
explicación más elaborada intentaremos sacar conclusiones a partir de diversos ejemplos que
utiliza el mismo Capurro.184
1. La hermenéutica simbólica es ante todo un tipo de lectura “intuitiva”185 del texto bíblico. Así,
cada texto “se puede personalizar” de manera literal, aunque en realidad esto no es más que
una buena intención, pues todos los textos no pueden aplicarse a la experiencia personal.
(...) acerca de la inspiración de las Escrituras, podemos decir que es el sentimiento y la
interpretación de todo cristiano sincero, que toda la Biblia es inspirada por Dios y, por lo tanto,
cada pasaje de ella se puede personalizar de acuerdo a las circunstancias, con la maravillosa
guía del Espíritu Santo (Capurro 1994, 3).186
En la perspectiva de Capurro, “cada texto” siempre será un texto bíblico que se refiere a la
prosperidad material, obviamente jamás alguno que lo contradiga. De esta manera este
principio no nos parece coherente en el uso que hace Capurro de la Biblia, pues en ninguna
parte se apropia o personaliza textos bíblicos que hablan de compartir las posesiones con los
necesitados o de tener los bienes en común (Hechos 2 y 4).
183 Ver: Apéndice No 3. 184 El concepto de “hermenéutica simbólica” sólo es posible explicarlo a partir
de su libro, pues tanto los sermones, clases y entrevista no aportan mayores datos. 185 La expresión
está tomada del biblista ecuatoriano René Padilla, quien distingue tres tipos de acercamientos al texto
bíblico: el intuitivo, el científico y el contextual. Ver: Padilla 1975; y 1990. El acercamiento “intuitivo” se
caracteriza por “aplicar” rápidamente el texto bíblico al intérprete, sin tomar en cuenta el “mundo del
intérprete” ni el “mundo del texto”. 186 El énfasis es nuestro.
81
2. La hermenéutica simbólica más parece un tipo de lectura alegórica, y que niega por tanto la
comprensión del texto bíblico a la luz de su situación vital (Sitz im Leben) aunque pretenda
hacerlo. En consecuencia tampoco se puede esperar algún tipo de lectura socio-histórica en
Capurro.
“Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque
no había lugar para ellos en el mesón” (Lucas 2:7). Como vemos en este versículo de la Biblia,
no había lugar en el mesón. Esto no lo dicen para disimular su pobreza, sino para
demostrarnos que no era por no tener dinero, sino que fue la voluntad de Dios que naciera
Jesús en ese lugar. No para aparentar una pobreza que no existía, pues si José buscó primero
lugar en el mesón era porque podía pagar el hospedaje. De no haber tenido dinero,
probablemente hubieran buscado un hogar caritativo que se apiadase de ellos debido al estado
de su joven esposa, quien estaba a punto de dar a luz en un día tan frío. Pero no fue así. José
fue a la hostería y no encontró lugar y tuvo que contentarse por la emergencia con el establo
detrás del mesón. La pregunta es, ¿por qué si Dios es rico y si José no era tan pobre, Jesús
nació en un establo en Belén? Esto sucedió así para decirnos en primer lugar, que no importa
el estado de nuestro corazón, no importa cuán inmundo se encuentre por el pecado, cuán bajo
hayamos caído, Jesús está dispuesto a entrar en él así como estuvo dispuesto a nacer en un
inmundo corral de Belén (Capurro 1994, 69-70).187
De este ejemplo podemos deducir lo siguiente. Primero, existe un esfuerzo en Capurro por
explicar que sucedió en el relato del alumbramiento de María. Segundo, no existe un esfuerzo
por entender que sucedió allí realmente, de lo contrario Capurro hubiera podido ilustrarse con
los comentarios bíblicos.
Por regla general los comentarios, incluyendo los más “conservadores”, indican que José era
pobre y posiblemente tuvo que rogar por un espacio decente para que su mujer dé a luz. Al no
hallar una respuesta favorable tuvo que acomodar a su esposa junto con los animales y acostar
a su hijo en un pesebre. Tercero, Capurro niega la historicidad del texto bíblico a partir de su
esfuerzo por explicar el texto. En la perspectiva de Capurro, José tenía dinero suficiente como
para acomodar a su esposa en un hotel. Sin embargo esto sólo se puede sostener a partir de
una precomprensión que niega el texto bíblico y que está fundada en una experiencia personal
(de Capurro, hombre a quien no le falta el dinero).
Esa manera de contar la historia del nacimiento de Jesús tiene una intención clara en Capurro:
transformar las historias bíblicas en alegorías. Esto tiene dos consecuencias: la anulación de
toda lectura socio-histórica de la Biblia, y la formulación de “recetas mágicas” de prosperidad
(leyes de prosperidad según
187 El énfasis es nuestro.
82
Capurro). Casi no se puede hablar de esta última si primero no se alegoriza el texto bíblico
vaciándolo de su carga histórica.
3. La hermenéutica simbólica parece desconocer la utilización de la crítica bíblica en el análisis
de los textos. Al sostener la doctrina de la trinidad, por ejemplo, Capurro argumenta con un
texto que no aparece en los manuscritos más antiguos del Nuevo Testamento en griego.
Pero los cristianos si creemos que Dios es uno; pero a la vez reconocemos que estamos ante
una tri-unidad, ya que no podemos negar la evidencia de que ese Dios único se manifiesta al
hombre con tres personas distintas. (...) “Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: El
Padre, el Verbo, y el Espíritu Santo; y estos tres son uno” (1 Juan 5:7). (Capurro 1994,
21-22).188
Capurro, en este caso concreto, hasta pasa por alto el comentario que hacen las biblias de
estudio (por ejemplo “Dios Habla Hoy”) en la que se indica que 1 Jn 5:7 es un texto tardíamente
incorporado al Nuevo Testamento. No existen en el libro de Capurro, además, ejemplos de que
haya realizado algún tipo de exégesis que presuponga el uso de la crítica bíblica. Es muy
posible que no tenga la formación necesaria ni las herramientas pertinentes.
4. La hermenéutica simbólica parte de la presuposición que Dios es extremadamente “rico”.
Además, los criterios de “riqueza” parece que están tomados más del actual modelo económico
que de la misma Biblia. Capurro interpreta los textos bíblicos que hablan del señorío de Dios
sobre la creación como que Dios es dueño del oro y la plata que existen en la tierra. La
propiedad de la creación (tierra/cielos) es lo que convierte a Dios en “rico”.
“Tuya es, oh Jehová, la magnificiencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas
las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres
excelso sobre todos” (1 Crónicas 29:11). Dios es muy rico, pues el oro, la plata, las piedras
preciosas y todas las cosas son realmente suyas y si Dios pasara por problemas económicos,
le bastaría con vender una sola estrella de los millones de millones que hay en las millones de
galaxias que conocemos; y aún le quedarían aproximadamente veintinueve trillones,
novecientos noventinueve billones, novecientos noventinueve millones, novecientos
noventinueve mil novecientos noventinueve estrellas, y seguro que aún nos quedaríamos
cortos en las cifras (Capurro 1994, 12).189
188 El énfasis es nuestro. 189 El énfasis es nuestro.
83
Es interesante observar la lógica de Capurro. No le interesa presentar a Dios como creador
sino como “dueño” o “propietario” de la tierra. En consecuencia tiene honor y poder que se
traducen como “riqueza”. Curiosamente este Dios rico se parece mucho a los seres humanos
pues también padece necesidades económicas. Esto puede indicar dos cosas: que Dios está
sometido a las leyes del mercado (que le crea diversas necesidades), y que el mercado está
sobre Dios. Esto último explicaría porqué el Dios de Capurro es un “vendedor” o “negociante”.
Según el mercado todo tiene precio y todo se vende en la tierra. Capurro corrige esa visión
reducida del mercado y lo amplía al cielo: se venden hasta las estrellas. ¿A quién? ¿a qué
precio? No importa mucho realmente eso, lo que importa es saber que Dios es un vendedor y
se rige por el libre mercado. Este Dios que atraviesa necesidades sin duda atenta, entre otras
cosas, contra la tradicional doctrina de la soberanía de Dios.
5. La hermenéutica simbólica aunque a veces pretende conocer el contexto histórico del texto y
la totalidad de la revelación bíblica, sin embargo demuestra que es una lectura parcializada y a
favor de los ricos de todos los tiempos.
“Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el
reino de los cielos. Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja,
que entrar un rico en el reino de Dios” (Mateo 19:23-24). Es cierto que Jesús dijo estas
palabras, pero hay que entender el sentido que tienen y el contexto en que fueron dichas. En
primer lugar, este texto pertenece al pasaje bíblico donde Jesús habla con un joven rico cuya
riqueza le impide seguirlo; porque evidentemente amaba más a las riquezas que a Dios. (...) la
riqueza no es mala en sí misma, sino el amor a la riqueza. (...) Dios sólo puede ocupar el primer
lugar en nuestra vida; y para el joven rico, sus riquezas eran más importantes que seguir a
Jesús. Hay que tener en cuenta el conjunto de la verdad y no hacer una doctrina de un solo
versículo. Lo cierto es que también es muy difícil para un pobre entrar en el reino de Dios.
Quizás no tanto como pasar un camello por el ojo de una aguja, pero sí tan difícil como pasar
una vaca por un tubo de media pulgada de diámetro. Cuando Jesús hizo esta hipérbole, sus
discípulos se asombraron y le pidieron que aclarara lo que decía (...) (Capurro 1994,
213-214).190
Capurro realmente dice algo cierto aunque de manera incompleta: las doctrinas bíblicas no se
pueden fundamentar en un solo texto. Pero no basta que las doctrinas tengan fundamento en
diversos textos bíblicos, éstos tienen primero que ser ubicados en perspectiva teológica e
histórica. Capurro al parecer pretende conocer el contexto del texto que narra la historia del
“joven” rico. No aclara si se trata del contexto histórico, del contexto literario, de
190 El énfasis es nuestro.
84
ambos o de otro tipo de contexto. En todo caso presupone que existe una relación entre el
sentido del texto y su contexto.
Ahora, lo anterior en términos generales es cierto. Pero entonces ¿por qué Capurro lee Mateo
19:21-22 a la luz de 1 Timoteo 6:10?. ¡Son diferentes autores, textos y contextos! La
explicación puede ser que Capurro intenta “salvar” un texto duro de Jesús contra los ricos
desviándolo a un texto sobre la riqueza. Aún así el texto de 1 Timoteo está citado de una forma
equivocada, pero eso no importa en la lectura de Capurro pues, según él, ya hizo entrar a los
ricos al reino de Dios, y ya fundamentó su explicación o doctrina con más de un versículo.
Es evidente la mala intención de Capurro, por tanto, cuando dice que las doctrinas bíblicas
deben ser fundamentadas con más de un versículo. Eso lo dice sólo porque se topó con un
texto que condena a los ricos como él. De ser coherente con su propuesta de lectura tendría
que aplicar el mismo criterio a todas sus doctrinas neopentecostales. También es obvio que su
lectura parcializada defiende no sólo a los ricos sino que condena a los pobres. Éstos
difícilmente entrarán al reino, según la interpretación de Capurro, pues eso sería como “pasar
una vaca por un tubo de media pulgada”.
6. La hermenéutica simbólica pretende conocer los distintos géneros literarios que existen en el
texto bíblico, pero generalmente se queda en una lectura literal del texto y con una
argumentación poco convincente.
Mucha gente piensa que el episodio del Edén no ocurrió. Algunos cristianos llegan a pensar
que todo el relato de la creación es sólo una parábola. En fin, sea como sea, la verdad es que
sí tuvieron que existir nuestros primeros padres; porque de no ser así, si toda la raza humana
no viniera de una sola pareja, entonces no habría posibilidad de compatibilidad genética para la
reproducción. (...) Así que el relato de Génesis tiene que haber sido algo más que una fábula,
en lo que a nuestro primeros padres se refiere, más aún a los acontecimientos que se
desarrollaron (Capurro 1994, 87 y 89).191
Este ejemplo nos permite hacer las siguientes observaciones. Capurro toma distancia de las
lecturas que señalan al episodio del Edén como un mito. No explica en qué consisten éstas
aunque se deduce que de ser así no estaría garantizada la historicidad de los “primeros
padres”. Su rechazo de la lectura como mito se fundamenta no en el tradicional argumento que
la Biblia es “inspirada por Dios”, y por tanto lo que se dice allí es “histórico” y “literal”. Lo
fundamenta con una explicación más racional: la compatibilidad genética para la reproducción.
La historicidad de la Biblia -y su consecuente literalidad- dependen de un argumento científico y
no de una explicación de lo que es el texto bíblico.
191 El énfasis es nuestro.
85
7. La hermenéutica simbólica, finalmente, utiliza la Biblia sólo con el propósito de defender un
estilo de vida de abundancia material. Para ello relee ciertos temas desde una perspectiva que
difícilmente se pueden sostener con algún método exegético. Así, se convierte al acaudalado
viajero (Capurro) en un mensajero de Dios que goza de la creación como hijo del Rey y en
quien se manifiesta la gloria de Dios, a la “iglesia” (de Capurro) parte de una empresa
transnacional y a Jesús en un empresario, entre otras novedades teológicas.
Al cabo de un año, Dios nos había prosperado tanto que pude viajar con mi esposa a Buenos
Aires, y estando allí, la gente de Austral nos regaló a ambos los pasajes para poder ir a
Bariloche y tuve el gozo de llegar allí con Alicia. Yo sabía que Dios nos había llevado. En esa
época todo estaba tan barato en Argentina, que tomamos todas las excursiones y alquilamos
un auto. Un día, paseando llegamos a un lago llamado el Lago Escondido y detuvimos allí el
auto, bajamos y caminamos por un pequeño muelle. No había nadie, sólo nosotros y Dios.
Mirando alrededor veíamos las altas cumbres llenas de pinos y detrás las montañas con nieves
perpetuas. Alrededor nuestro, el lago y el bosque. Un versículo venía a nuestra mente. “Porque
con alegría saldréis, y con paz seréis vueltos; los montes y los collados levantarán canción
delante de vosotros, y todos los árboles del campo darán palmadas de aplauso. En lugar de
zarza crecerá ciprés, y en lugar de ortiga crecerá arrayán; y será a Jehová por nombre, por
señal eterna que nunca será raída” (Isaías 55:12- 13). (Capurro 1994, 241-242).
(...) Estaba furioso con mi secretaria, con la Embajada de Venezuela en Lima y de pronto
recordé que yo venía alabando a Dios en ese vuelo. Así que oré al Señor y le dije: -“Oye,
Señor, ¿cómo permites que me traten así?-” Y de pronto recordé las palabras de Jesús a María
de Betania cuando iba a resucitar a Lázaro. “Jesús le dijo: ¿no te he dicho que si crees, verás
la gloria de Dios?” (Juan 11:40). ¡Tienes razón! Le dije en mi pensamiento. Si yo creo, se que tú
harás un milagro; y yo no soy solamente un ciudadano peruano, al cual le piden visa para
entrar a este país, sino que también soy un ciudadano del reino de los cielos. El reino de los
cielos es la nación más poderosa del universo, ¿quién se atrevería a pedirnos visa a nosotros?
“Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros
de la familia de Dios” (Efesios 2:19). (Capurro 1994, 250-251).192
192 El énfasis es nuestro.
86
Piensa en esto, trabajo en la mejor de las empresas del mundo, en la empresa más grande de
todas. Tiene sucursales en todos los países del orbe. ¿Cuál es? La iglesia. El propietario de la
empresa es mi jefe y mi amigo, es el más generoso de todos y creo que es el único jefe que ha
dado su vida por sus trabajadores, pero ¡Gloria a Dios! Resucitó, su nombre es: Jesús de
Nazaret. (Capurro 1994, 303).193
Nuevamente se nota la ideología de mercado que Capurro impone al texto bíblico. La Biblia es
leída desde esa perspectiva y las consecuencias son evidentes. Se transforma al cristiano, a la
iglesia, al reino de los cielos y hasta a Jesús mismo en agentes del mercado.
Como constatamos con estos ejemplos de hermenéutica simbólica, es difícil creer que esas
interpretaciones sean fruto de una exégesis bíblica. Incluso, si Capurro utilizara el conocido
método histórico-gramatical194, utilizado por diversos sectores evangelicales, tampoco podría
llegar a esas conclusiones de la Biblia. Un análisis detenido de los ejemplos de interpretación
demuestra que Capurro desconoce los diversos métodos exegéticos, y en consecuencia no los
puede aplicar al texto bíblico. Sin embargo, con su forma de hacer “exégesis” él saca
conclusiones teológicas y articula la teología de la prosperidad.
Según hemos visto, pues, la hermenéutica simbólica es algo que carece de significado preciso.
No se sabe bien en qué consiste. Sin embargo se deduce que esta hermenéutica tiene muchas
limitaciones ya que funciona según los intereses de Capurro. Es por eso que a lleva a una
interpretación alegórica195 o literalista. Como fuese el caso, siempre la interpretación está al
servicio de una ideología y estilo de vida que defiende el interés de los ricos. Esta
hermenéutica sirve también para explicar la vida del cristiano a la luz de las experiencias
pasadas del pueblo de Israel y de la iglesia cristiana. A veces la hermenéutica de Capurro le
ayuda a explicar su propio estilo de vida que él, por supuesto, encuentra coherente con la
Biblia.
Nuestro criterio es que “hermenéutica simbólica” es un nombre cómodo para explicar cualquier
cosa, y para dar cualquier sentido a cualquier texto bíblico, en tanto defienda la perspectiva de
la prosperidad material, o de la guerra espiritual, según sea el caso.
1.2. El uso de la Biblia en la hermenéutica simbólica
En este punto nuevamente nuestro análisis se remite al libro de Capurro. No se puede negar
que utiliza la Biblia profusamente. Ese no es el problema de fondo, sino el cómo y con qué
textos pretende explicar la prosperidad
193 El énfasis es nuestro. 194 Los textos más difundidos sobre este método son: José Martínez 1984;
Berkhof 1969; y Fountain 1971. 195 Respecto a la interpretación alegórica, ver: Lipinski 1993, 38.
87
“integral”.196 Capurro en cada capítulo justifica con la Biblia (momento segundo) su lógica de
prosperidad o precomprensión hermenéutica (momento primero), la que explicamos a
continuación.
En el capítulo 1 (“La prosperidad que viene de Dios”),197 que de alguna manera es
introductorio a todo el libro, Capurro parte de la siguiente lógica: Dios - pacto - hombres -
prosperidad (riquezas). Para justificar el énfasis en la prosperidad material Capurro indica que
Dios tiene dos propósitos: uno “espiritual” y otro “material”: llevar las almas al cielo y otorgar
riquezas. Pero bien, estas riquezas no son para todos, sino para aquellos con quienes Dios ha
hecho un pacto y que practican el “principio” o “ley” de siembra y cosecha, lo cual trae como
consecuencia la prosperidad. Este principio o ley nunca falla.
Las evidencias bíblicas, que “la prosperidad viene de Dios”, se muestra en la vida de los
patriarcas. Esto explica su predilección por Génesis, ya que allí existen abundantes “pruebas”
de cómo Dios enriqueció a los fieles patriarcas con muchas posesiones. El uso de textos de
Exodo 24:5-8 y de Deuteronomio 8:18 sirven, en la explicación de Capurro, para enfatizar que
el pacto debe ser obedecido por los hombres y que trae como añadidura la bendición de Dios
bajo la forma de un “poder” que permite hacer riquezas. Llama la atención que el uso de Mateo
(6:31-33) es para enfatizar que Dios quiere que todo cristiano aprenda “la primera ley de la
economía”: buscar primero el Reino de Dios, pues éste garantiza que todas las cosas serán
añadidas. Los patriarcas sabían esa ley de la economía, por eso fueron “bendecidos”
grandemente.
Esta experiencia de prosperidad Capurro la extiende a los cristianos hoy, ya que la Escritura
“se hace extensivo a todo cristiano”, en tanto éstos también son parte del pacto de Dios. Ya en
épocas del Nuevo Testamento Juan había experimentado la prosperidad patriarcal, por eso le
desea a Gayo que también sea prosperado en todo (3 Juan 1-2).
Aunque en este pasaje se está refiriendo a un personaje en especial (Gayo), por el hecho de
estar contenido en la Biblia, y siendo toda
196 Creemos conveniente presentar la lista de los textos bíblicos que utiliza Capurro en cada capítulo de
su libro. Esto se debe a que sus argumentos teológicos se fundamentan generalmente en los textos que
más veces cita. Por otro lado, aclaramos que metódicamente en este punto es necesario retomar -al
analizar cada capítulo del libro- algunas ideas brevemente planteadas en el capítulo 2 de este trabajo.
197 Las citas utilizadas en este capítulo son las siguientes: (Antiguo Testamento) Génesis
3:17-19;13:1-2; 22:15-18; 26:12-13; 26:20; 28:20-22; 30:40-43; 32:9- 12;48:3-4; Exodo 24:5-8;
Deuteronomio 8:11-18; 1 Reyes 3:11-14; 1 Crónicas 29:11; Salmos 16:5; 103:1-5; Proverbios 30:8-9;
(Nuevo Testamento) Mateo 6:31- 33; 26:27-28, Lucas 1:32-33; Romanos 8:28; 1 Timoteo 6:10; 2 Timoteo
3:16; Hebreos 12:24; 2 Pedro 3:15-16; 3 Juan 1-2.
88
ésta inspirada por Dios para su pueblo, se hace extensivo a todo cristiano (Capurro 1994, 2).
(...) queda claro que cada cristiano tiene un pacto con Dios, por medio de Jesucristo; y que una
de las señales de todo pacto con El, es que El irá prosperando a los que tienen el pacto como
una manera de confirmar el mismo (Capurro 1994, 10).
De hecho, nuevamente encontramos lo que anteriormente llamó “personalizar el texto”. No
tendríamos ningún problema en aceptar la idea que todo texto se extiende más allá de sus
productores, es decir que tiene uno o varios sentidos para sus lectores futuros. Sentido(s) cada
vez mayor(es) conforme avanza el tiempo. El problema, creemos, no es que Capurro afirme
que el texto se extiende a todos los cristianos, sino que ese texto “extendido” es recortado de
su historia, con lo que se anula toda lectura socio-histórica, además que hace extensivo sólo un
tipo de experiencia de los patriarcas: su riqueza material. Así, los cristianos hoy deben saber
que la experiencia de riqueza material de los patriarcas se extiende también a ellos. Es esta
“verdad” que tienen que “personalizarla”.
En el capítulo 2 (“Bajo la bendición o la maldición”)198 Capurro se propone argumentar la
prosperidad “integral”. Para ello tiene que demostrar que el hombre no es sólo “materia”. La
constitución de la naturaleza humana se puede conocer si se analiza primero la naturaleza de
Dios. Si Dios es trino es “lógico”, según Capurro, que el hombre también sea trino. La Biblia, no
cabe duda, justificará esa lectura “lógica”.
Sin embargo, este capítulo sólo al inicio “demuestra” que Dios es uno y trino a la vez (utilizando
Deuteronomio 6:4 y 1 Juan 5:7), pues rápidamente Capurro pasa a afirmar que “si Dios es trino,
no es extraño que el hombre también sea trino” (Capurro 1994, 26), utilizando 1
Tesalonicenses 5:23. De ese tipo de lógica se pueden esperar muchos ejemplos más: si Dios
es rico no es extraño que el hombre también esté llamado a ser rico. Si Dios practicó la
confesión creativa, el hombre también. Los ejemplos en esa línea, claro está, pueden
multiplicarse. Curiosamente la lógica de Capurro no puede ver a un Dios misericordioso con los
pobres, o a Dios como juez justo de los opresores. Es obvio que de ese Dios es imposible toda
“lógica”. Finalmente, Capurro pasa al tema de fondo: la muerte (maldición) o vida (bendición)
están al alcance del hombre trino. El Deuteronomio -en tanto libro del pacto- explica esas
“maldiciones” que Dios no quiere para su pueblo.
Pensemos ahora que las sentencias descritas en Deuteronomio 28 no son maldiciones, tal
como nosotros la entendemos; sino que son una
198 Las citas utilizadas en este capítulo son las siguientes: (Antiguo Testamento) Deuteronomio 6:4;
28:15-19; 28:43-44; 30:19-20; Salmos 32:1; Isaías 9:6; Malaquías 3:11; (Nuevo Testamento) Mateo 5:17;
Juan 16:7; Hechos 1:4-5; Romanos 8:9; Colosences 1:16; 1:19-20; Gálatas 4:6; Efesios 2:6; 3:16-17; 1
Tesalonicenses 5:23; 1 Juan 5:7; 5:11-12.
89
revelación de las consecuencias que se producirán en el mundo material al ofender nosotros a
Dios (Capurro 1994, 34).
Capurro tiene razón en que Deuteronomio 28 no contiene “maldiciones” sino consecuencias
negativas en la vida de todos aquellos que quebrantan el pacto. De modo inverso también se
encuentran “bendiciones” para los que son fieles a Dios. Su lectura del Deuteronomio es como
sigue: si el creyente actual -que también está bajo el pacto- es fiel entonces halla la riqueza, y
si no es fiel le alcanza la pobreza. Este tipo de lectura no es del todo desatinado, pues
responde en buena medida a la lógica del redactor deuteronomista.
Sin embargo, surgen las siguientes observaciones: Capurro traduce bendición por “riqueza”
(económica, claro está) y maldición por “pobreza” (también económica). Esto en sí es una
reducción (o deformación) de lo que dice el texto bíblico. El cumplimiento del pacto y la ley,
entonces, producen riquezas. Utilizando la terminología de Capurro se trata de “bendiciones” o
“vida”. La vida para Capurro se expresa en términos de riqueza material. Para él no existe otra
manera de vivir. Por otro lado, en la perspectiva del redactor deuteronomista, se requiere que la
gente cumpla con la ley, y cumplir la ley es hacer justicia, especialmente al extranjero, al
huérfano y a la viuda; es decir a los pobres. Estas implicaciones ciertamente no las ve
Capurro.199
En el Nuevo Testamento resalta Capurro un texto (Mateo 5:17) donde se afirma que Jesús no
vino para abrogar la ley, sino para cumplirla. Esto indica dos cosas “lógicas”. Primero, Jesús
cumplió la ley; segundo, la ley sigue vigente para los cristianos. Capurro interpreta que esta ley
se refiere a la ley de Dios que garantiza la prosperidad.
En el capítulo 3 (“La pobreza y la maldición espiritual”)200 Capurro argumenta que la
prosperidad sólo es posible a partir de una ruptura con el pecado, que trajo como consecuencia
la maldición espiritual y la pobreza material. Al hombre “natural” (inconverso) le es imposible
prosperar por causa del pecado de Adán. De allí que en este capítulo se enfaticen nuevamente
los textos del Génesis. Adán al pecar trajo como consecuencia la maldición sobre el trabajo.
Sin embargo, ¿cuál era el trabajo de Adán?
El trabajo de Adán consistía en ser algo así como biólogo y jardinero oficial de Dios. (...) Lo que
el hombre perdió, como consecuencia del pecado, fue la bendición de un trabajo grandemente
productivo (Capurro 1994, 42).
199 Para una lectura del Deuteronomio recomendamos a: Ravasi 1990, 434-441; y Buis 1993, 427-428.
Sobre el concepto de “justicia” ver: Bonora 1990, 980-994; Lipinski 1993, 882-883; y Payne 1991,
776-779. 200 Las citas utilizadas en este capítulo son las siguientes: (Antiguo Testamento) Génesis 2:15;
3:17-19; 4:9-12; Números 32:23; Deuteronomio 28:47-48; Salmos 42:1-2; Proverbios 13:22; Hageo 1:6-7;
(Nuevo Testamento) Mateo 5:21-22; 11:28- 30; Lucas 16:8; Juan 10:10; Romanos 6:23; Hebreos 9:22; 1
Juan 3:8.
90
Puede ser que Capurro intente ilustrar a sus oyentes con figuras propias de su entorno social y
económico (“biólogo” y “jardinero”). Siguiendo su lógica, Adán era un científico como un experto
en jardinería. Sin embargo existe una desfiguración del Adán bíblico, quien era “labrador” en un
“huerto”, es decir un hombre de campo cuya subsistencia giraba en torno a la tierra.201 El
pecado de Adán, según Capurro, trajo como consecuencia pérdida de productividad, y esto a
su vez pobreza económica. Llama la atención que Capurro haga una lectura estrictamente
económica de “la caída”. Su conclusión es que el pecado lleva a la pobreza, el cual es sinónimo
de maldición. En esa lógica todo pobre es un maldito y todo rico, en consecuencia, es un
bendito.
Finalmente, Capurro utiliza el Nuevo Testamento para enfatizar que “la paga del pecado es
muerte” (Romanos 6:23), por tanto, no existe posibilidad de prosperidad para los que viven en
pecado. Mucho menos existe la posibilidad de tener “vida en abundancia” (Juan 10:10).
En el capítulo 4 (“La prosperidad del espíritu”)202 Capurro argumenta acerca de la prosperidad
“espiritual”. Si queremos ésta entonces tenemos que “andar en el Espíritu” (de Dios). Ahora, los
que viven conforme a la carne (la naturaleza humana) “son enemigos de Dios; porque ni
quieren, ni pueden someterse a su ley (...)” (Capurro 1994, 52).
Para sostener estas enseñanzas Capurro acude a diversos textos de Pablo, y esto porque
pretende demostrar que la prosperidad del espíritu es un reflejo de lo que ocurre en los lugares
celestiales (Efesios 1:3). Si la voluntad de Dios es prosperidad para el cuerpo (salud, riquezas)
no es raro entonces que Dios quiera prosperar el espíritu de los cristianos. De esta manera la
prosperidad deviene en “integral”.
Todo lo que nos sucede en esta vida tiene su origen y es reflejo de lo que ocurre en esos
lugares celestiales; en los cuales de alguna manera vivimos también, aunque no seamos
totalmente conscientes de ello al habitar este mundo material en un tabernáculo de carne y
hueso, como es nuestro cuerpo (Capurro 1994, 49).
Si en los lugares celestiales está la plenitud de las bendiciones, entonces de algún modo tienen
que reflejarse en esta vida terrenal, concretamente en la
201 Milton Schwantes dice que Adán representa al “proyecto del campo” en contra del “proyecto de la
ciudad”. Esto tenía consecuencias en todo orden de cosas: la familia, los animales, la naturaleza, el
trabajo, etc. Se trata en definitiva de un proyecto político (Schwantes 1992). 202 Las citas utilizadas en
este capítulo son las siguientes: (Antiguo Testamento) Génesis 3:17-18; 4:9-12; Salmos 51:3-5; Isaías
53:5; 61:1-3; 64:6; Ezequiel 18:4; (Nuevo Testamento) Mateo 5:3; 5:17; 6:14-15; 8:20; 27:29; Marcos
2:16-17; Lucas 2:7; 19:2-5; Juan 3:1-6; 10:17-18; 14:6; 19:34; Hechos 4:12; Romanos 3:23; 5:6-8; 6:23;
8:3; 8:4-7; 8:32; 8:38-39; 2 Corintios 8:9; Gálatas 3:13; 5:19-21; Filipenses 2:6-8; 4:3; Efesios 1:3; 1:4-5;
2:19; 3:17; Colosences 2:8-9; 2:14; Hebreos 9:11- 12; 10:1; Santiago 1:17; 1 Pedro 2:22; 2:24; 1 Juan
2:1.
91
vida espiritual de los cristianos. Este es el argumento de fondo de Capurro, aunque no puede
evitar un grosero platonismo para explicarlo. En este capítulo el uso de textos del Antiguo
Testamento, como Isaías 61:1-3 tiene la intención de mostrar que Jesús vino a destruir las
raíces de la muerte espiritual, de la pobreza, de la enfermedad, de la angustia, de la depresión,
del temor. Jesús, de esta manera, “colabora” con el Espíritu en la prosperidad “espiritual” del
cristiano.
En el capítulo 5 (“Dios creó al hombre para vivir eternamente”)203 Capurro tiene un propósito
específico: mostrar que Dios da vida eterna al hombre. Por ello va a enfatizar textos del
evangelio de Juan y de Pablo. Capurro parte de la idea que Dios creó al hombre para que viva
eternamente. Así fue desde el principio (Génesis) aunque el hombre procuró su muerte (Adán).
Mientras los textos de Juan son utilizados para sostener la vida que da Jesús, los de Pablo se
utilizan para explicar la resurrección.
El problema de la muerte eterna, y que afecta a todos los hombres, Dios lo solucionó con
Cristo, ya que en él se halla la vida eterna. Para tener la vida eterna, argumenta Capurro, es
necesario entrar al cielo, lo que a su vez exige cuerpos glorificados.
Fácilmente podemos entender que si Dios nos puede dar un cuerpo glorificado como el de
Cristo -capaz de transformarse en un instante, no sólo para atravesar paredes, sino aun para
entrar al cielo, a la presencia misma de Dios así como ha entrado Jesucristo- también
entenderemos que la voluntad de Dios es la vida eterna para el hombre (Capurro 1994, 86).
Es interesante notar que el tema de la vida eterna en Capurro, aunque cite alguna vez textos
de 1 Corintios 15, evita relacionarlo con la resurrección de los muertos y, en consecuencia, con
la escatología. Este último no tiene lugar en su pensamiento.
En el capítulo 6 (“Probados por el fuego”)204 Capurro intenta mostrar que la guerra espiritual
es una realidad en la vida de los cristianos, y que se evidencia en los momentos de “prueba”.
Por eso en este capítulo narra la historia de la enfermedad física de su hija y cómo fue sanada
al vencer él y su esposa al diablo en la guerra espiritual.
203 Las citas utilizadas en este capítulo son las siguientes: (Antiguo Testamento) Génesis 1:26-27; 1:31;
2:7; 5:4-5; 6:3; Números 14:18; Salmos 38:1-3; 90:10; 119:96; Eclesiastés 3:10-11; Isaías 24:4-6; (Nuevo
Testamento) Mateo 27:62-66; Lucas 24:13-16; 24:30-31; 24:36-43; Juan 5:2-5; 5:14; 9:2-3; 9:6-7; 20:3-8;
20:20; Hechos 16:31; Romanos 5:12; 1 Corintios 15:42; 15:50-57; Filipenses 3:21. 204 Las citas
utilizadas en este capítulo son las siguientes: (Antiguo Testamento) Éxodo 20:5; 1 Reyes 8:37-39; 1
Crónicas 22:8-9; Salmos 34:19; 51:9-10; Daniel 3:16-18; 10:12-13; (Nuevo Testamento) Juan 16:33.
92
Privilegia, como observamos, textos del Antiguo Testamento sobre los del Nuevo, y los pocos
textos bíblicos que utiliza pareciera que no tienen mucha importancia en este capítulo, pues
son citados sólo para leer su experiencia. Capurro, sin embargo, es cautivo de una idea muy
popular entre los neopentecostales: los pecados se transmiten de padres a hijos.
Al compartir esta experiencia personal, creemos haber demostrado que el pecado de los
padres afecta a los hijos, y que no se trata tan sólo de pecados graves, sino a los que mucho
se les da, más se les demandará; porque el diablo se ensaña con aquellos que aman a Dios
(Capurro 1994, 117).
En el capítulo 7 (“El mejor programa de salud”)205 Capurro argumenta que la mejor manera de
vivir libres de enfermedad (física, se entiende) es cumpliendo la ley. Las citas bíblicas
apuntarán siempre en esa dirección.
No existe mejor programa de salud que el cumplir la ley de Dios; porque como ya hemos visto,
los pecados traen maldiciones que nos enferman y aun les dan a los espíritus de enfermedad la
facultad de que puedan atormentarnos, como en el caso de la mujer encorvada (Lucas
13:11-13). No olvidemos que en el libro del Deuteronomio están reveladas las maldiciones que
nos vendrán en el caso de no cumplir con los mandamientos y los decretos de Dios
(Deuteronomio 28:15). (...) Así que no hay duda acerca de que lo mejor que podríamos hacer
para vivir libres de enfermedad, es vivir de acuerdo a la Palabra de Dios. (...) La Palabra de
Dios está llena de promesas como ésa (Deuteronomio 7:15), ofreciéndonos que si cumplimos
la ley de Dios, El nos sanará (Capurro 1994, 120).
Capurro citará varios textos de Deuteronomio más, pero sólo al inicio del capítulo, luego
abundará en textos paulinos, aunque siempre subordinados a las bendiciones de Deuteronomio
28. Según este último texto Dios desea que su pueblo alcance bendición material, incluyendo
salud física. Que la voluntad de Dios sea sanidad física para los seres humanos nadie duda.
Pero deducir una “ley” de sanidad de Deuteronomio, y luego argumentar que Cristo nos redimió
de la maldición de la ley (Gál.3:13), y por tanto ya no sufriremos enfermedad es otra cosa.
Como dice Capurro: “Si El ya pagó el precio, si ya llevó tus enfermedades, no tienes porque
seguir sufriendo tú” (Capurro 1994, 129). Esta enseñanza nos parece que difícilmente se puede
sostener con los textos que cita Capurro.206
205 Las citas utilizadas en este capítulo son las siguientes: (Antiguo Testamento) Exodo 20:1-6;
Deuteronomio 7:11; 7:15; 28:12; 28:21-22; Salmos 119:11; Isaías 53:4-5; Zacarías 13:1; (Nuevo
Testamento) Mateo 8:2-3; Marcos 5:25-28; 5:29; 11:23; 16:16-18; Lucas 13:11-13; Juan 6:37; Romanos
6:14; 7:8-9; 7:10-11; 7:14-17; 7:22-23; 10:17; 2 Corintios 5:21; Gálatas 3:10-11; 3:13; 3:19; 3:24. 206 El
tema de la “ley” es recurrente en Capurro. Parece que a la ley -explicada en Deuteronomio- le da un
sentido de “ley natural” que implica, a su vez, una “ley de causalidad” y lo que trae como consecuencia
un “determinismo”. Ver: “Causalidad”,
93
En el capítulo 8 (“Vendar a los quebrantados de corazón”)207 Capurro quiere demostrar que
“Dios quiere que los cristianos seamos hombres y mujeres felices” (Capurro 1994, 141). La
felicidad se torna, de esa manera, en algo central en la experiencia cristiana: “Es natural que
pensemos que un Dios que nos ama desee nuestra felicidad; y es lógico también pensar que la
felicidad sólo se encuentra en forma integral” (Capurro 1994, 141).208 La integralidad de la que
nos habla Capurro necesariamente incorpora el “alma”. La felicidad implica estar sano en el
alma, y Cristo vino a sanar las heridas del alma. Interpretando Lucas 4:18 dice Capurro:
Vendar a los quebrantados de corazón en realidad se refiere a las heridas del alma. Este
ministerio es muy importante en la obra de Jesús, porque el ser humano a causa de su pecado
no sólo ha traído maldición a la creación, sino también a su propia vida interior (Capurro 1994,
143).
Luego las cartas paulinas tienen un lugar privilegiado en la argumentación, aunque
nuevamente subordinado a otro texto: 3 Juan 2, ya que en este último se menciona “la
prosperidad del alma”. ¿En qué consiste esto? “(...) es pasar de un estado de falta de
esperanza, producido por el pecado; a un estado de alegría, gozo, fe, esperanza, producido por
la comunión con Dios por medio de Jesucristo” (Capurro 1994, 142).
Como vimos, para Capurro la prosperidad del alma involucra la “sanidad del corazón”. Esta
enseñanza que puede ser legítima, sin embargo depende de una definición previa de “alma”.
Mientras que para Capurro significa una parte componente del ser humano, en la Biblia
generalmente significa “vida”. Ahora, esto podría pasar como algo totalmente secundario, pero
no es así pues el argumento de prosperidad “integral” necesita previamente la prosperidad del
“alma” (como lo fue antes con la prosperidad del “espíritu”).
En el capítulo 9 (“Las armas de la luz”)209 Capurro vuelve al tema de la guerra espiritual, pero
ahora para argumentar cuáles son las armas con las que se
“Determinismo” y “Ley” en: Müller y Halder 1981, 67-68, 109 y 209. Para una rectificación de la lectura de
Capurro, ver: Moraldi 1990, 1024-1039; y Gisper 1991, 809-815. 207 Las citas utilizadas en este capítulo
son las siguientes: (Antiguo Testamento) Proverbios 5:22; Isaías 61:1-2; 61:3; Ezequiel 18:20; (Nuevo
Testamento) Marcos 16:17-18; Lucas 4:18; 10:19; Romanos 1:20; 6:14; 8:21; 12:2; 2 Corintios 5:17;
Efesios 4:22-24; Colosences 1:13; 2:14; 2 Tesalonicense 5:23; Hebreos 12:15; Santiago 1:15; 1 Pedro
2:9-10; 3 Juan 2. 208 El énfasis es nuestro. 209 Las citas utilizadas en este capítulo son las siguientes:
(Antiguo Testamento) Génesis 3:1; 3:4-5; Salmos 16:11; 30:11-12; 69:1-3; Proverbios 6:2; 18:20-21;
Isaías 55:11; 65:24; Zacarías 4:6; (Nuevo Testamento) Mateo 10:28; 11:28; 14:28- 30; 14:31; Marcos
9:23; Juan 8:44; 14:6; 14:30; 15:13; Romanos 4:17; 8:32; 8:38- 39; 13:12; 1 Corintios 1:30; 2 Corintios
10:4; Gálatas 3:13; Filipenses 2:6-8; Efesios
94
puede vencer al diablo. Para ello enfatiza en este capítulo a tres autores: Mateo, Juan y Pablo.
Los demás textos que aparecen tienen muy poca importancia en el argumento central. Está
claro que las “armas de la luz” son las que permitirán la victoria. ¿Cuáles son? la verdad, la fe,
la confianza en el amor de Dios y la alabanza. Curiosamente la Palabra de Dios no es un arma
en la lucha contra el diablo. Capurro comentando Efesios 6:12-13 dice:
(...) no olvidemos que estamos en guerra y que, como soldados de Jesucristo, El nos ha
equipado con las mejores armas, las más poderosas, porque son poderosas en El, y El es
Todopoderoso (Capurro 1994, 162).
En el capítulo 10 (“Jesús sana nuestras almas”)210 Capurro vuelve al tema de las heridas del
alma, pero visto desde diversas experiencias dolorosas en la Biblia y que sólo Jesús puede
sanar.
En este capítulo adquieren relevancia Génesis y Mateo que fundamentan -con los ejemplos de
José y Jesús- cómo las personas pueden ser heridas (vendidas y traicionadas), y cómo pueden
alcanzar bendición. Estas heridas tienen que ser sanadas de lo contrario pueden traer
consecuencias negativas sobre la persona. La experiencia dolorosa de José -ser vendido por
sus hermanos- tiene muchos paralelos con la vida de los cristianos de hoy según Capurro.
Comentando Génesis 37:5-8 dice:
Así también como José, nosotros tuvimos grandes sueños en nuestra infancia. Queríamos
hacer tantas cosas. Todos soñábamos con llegar a ser alguien importante. Los más osados,
astronautas, para así visitar otros planetas; los más valientes, héroes, luchando contra el mal o
contra monstruos; los más idealistas, héroes de la patria, para que por nuestro valor muchos se
salven; en fin, soñamos con ser grandes hombres y mujeres. Escritores, músicos, actores o
eminentes científicos coronados al fin con un Oscar, o con el Premio Nóbel. Las niñas querían
ser estrellas de cine, etéreas bailarinas de ballet, famosísimas cantantes o mujeres cuyas vidas
y romances pasasen de alguna manera a la historia. De una u otra forma, alguna vez, todos
usamos la túnica de muchos colores. Pero un día alguien nos la quitó. Quizás la falta de cariño
de nuestro padres, o de nuestros hermanos, o algún fracaso. Así también a José le tocó
2:19; 6:11; 6:12-13; Colosences 2:15; 3:12; 2 Timoteo 1:7; Hebreos 11:3; Santiago 1:17; 3:6; 4:1; 1 Pedro
1:25; 2:9; 5:8; 1 Juan 3:8; 4:4; 4:16-19. 210 Las citas utilizadas en este capítulo son las siguientes:
(Antiguo Testamento) Génesis 3:15; 30:22-24; 37:3-4; 37:5-8; 37:19-20; 37:22-24; 37:27-28; Salmos
22:1; 22:15-18; 103:10; Isaías 43:18-19; 53:5; Zacarías 13:6; (Nuevo Testamento) Mateo 26:14-15;
26:48-50; 27:9; 27:21-23; 27:39-40; 27:45; 27:46; Juan 1:10-11; 8:32; 10:17-18; 13:26-27; Romanos 5:9;
6:6; 11:13-15; 2 Corintios 5:17; Filipenses 1:6.
95
despertar de sus sueños un día y enfrentar una verdad desgarradora (Capurro 1994,
187-188).211
Al igual que José, Jesús también fue traicionado, no por sus hermanos sino por su “amigo”.
Comentando Mateo 27:9 dice Capurro:
Jesús jamás debió ser traicionado, pero tenemos que entender que aceptó el ser traicionado
propiciatoriamente; es decir, que tuvo que vivir eso para que tú y yo ya no tengamos que vivirlo.
Y si de alguna manera siendo cristianos nos tocase vivirlo, entonces no sentiremos el dolor de
la traición, y podremos perdonar más fácilmente al recordar lo que Jesús tuvo que sufrir por
nosotros (Capurro 1994, 190-191).
De la traición de Jesús deduce Capurro que los cristianos no tienen porque ser traicionados
hoy. Y si lo vivimos entonces será fácil perdonar. Nuevamente Capurro quita historicidad al
relato de la traición de Jesús por Judas, y deduce una implicancia individual o una enseñanza
moral, nada más. La enseñanza es: perdonar al que nos hiere. Este es un paso previo -y
profundamente necesario a la vez- a la sanidad de nuestra alma.
En el capítulo 11 (“Dios quiere prosperarnos materialmente”)212 Capurro argumenta que la
prosperidad que tienen que evidenciar los cristianos es eminentemente material. Para ello
acude a diversos textos, como Mateo aunque subordinado al Deuteronomio. Se podría decir
que este capítulo es uno de los más importantes del libro.
Realmente Dios desea que todos sus hijos seamos prosperados económicamente. Ya lo
hemos dicho, pero tenemos que repetirlo ahora que entramos a tratar la prosperidad desde el
punto de vista material (Capurro 1994, 209).
El argumento de Capurro es sencillo: sólo los diezmadores alcanzan bendición material
(Malaquías 3:8-10; Deuteronomio 14:22-23 y Mateo 23:23). Este diezmo tiene que ser
entregado a la iglesia local donde “se es alimentado espiritualmente” (Capurro 1994, 227).
¿Cómo está subordinado Mateo a Deuteronomio? Capurro cree que la práctica actual del
diezmo es una confirmación del pacto que aparece en Deuteronomio. Además, en este capítulo
se insistirá que el cristiano debe cumplir indefectiblemente con el
211 El énfasis es nuestro. 212 Las citas utilizadas en este capítulo son las siguientes: (Antiguo
Testamento) Génesis 14:18-20; 28:20-22; Exodo 20:4-5; 35:21; Levítico 27:30; Deuteronomio 8:17-18;
14:22-23; 16:16-17; 26:2-3; 26:4-10; Proverbios 19:17; 26:2-3; 28:27; Malaquías 3:8-10; (Nuevo
Testamento) Mateo 5:17; 19:21-22; 19:23-24; 19:25-26; 23:23; 28:19-20; Marcos 10:29-30; Lucas 6:38;
Romanos 4:10; 4:11-12; 4:13; 2 Corintios 5:14; 8:9; Gálatas 3:29; Colosences 3:5; 1 Timoteo 6:10; Tito
1:7; Hebreos 6:19-20; 7:5-6; 7:17; 7:21; 8:6; 3 Juan 2.
96
diezmo. Uno se llega a preguntar si la práctica del diezmo acaso no se convierte en una nueva
ley.
(...) la consecuencia de no diezmar es lo que se traduce en una maldición, de la cual Jesús ya
nos redimió. Pero Dios no nos prosperará si no diezmamos, sólo extenderá su misericordia
hacia nosotros para perdonarnos. Si deseamos aprender a temer a Dios, vivir en obediencia y
que Dios nos prospere, entonces diezmemos (Capurro 1994, 224).
Al parecer Capurro hace del diezmo una nueva ley (como parte de las leyes de prosperidad),
por eso él en otros pasajes del libro se presentará como modelo de diezmador y de hombre
bendecido por Dios consecuentemente. De una observación anterior se puede extender una
pregunta ¿es la teología de la prosperidad una nueva ley que pretende garantizar a los
cristianos la abundancia material?.213
En el capítulo 12 (“La siembra y la cosecha”)214 Capurro argumenta que existe una “ley” que
garantiza la prosperidad. Quien cumple esta ley siempre cosechará abundancias materiales.
Para demostrar su argumento Capurro cuenta varias experiencias suyas, y las pretende
“justificar” con algunos versículos bíblicos.
En este capítulo la utilización de la Biblia es bastante moderada en el sentido que no se
privilegia ningún libro, aunque Efesios se cita una vez más. También observamos que hay un
uso mayor del Antiguo Testamento que del Nuevo, aunque la diferencia es mínima. Por otro
lado, del texto de Efesios 2:19, que habla de los cristianos como miembros de la familia de
Dios, Capurro lo aprovecha para deducir y sostener su “calidad” de “hijo del Rey”, que significa
“ser parte de la nación más poderosa del universo: el reino de los cielos” (Capurro 1994, 251) y
gozar de enormes privilegios materiales. Además, el objetivo de Capurro es demostrar que el
diezmo es parte de la lógica de otra ley de prosperidad: la siembra y la cosecha.
Así que el cristiano no sólo debe diezmar para ser próspero, sino que además tiene que
trabajar y esforzarse en hacer las cosas bien, y tener mucha fe (Capurro 1994, 235).
213 Aunque Capurro cite profusamente a Pablo es evidente que desconoce lo que enseña sobre la ley y
el evangelio. Capurro convierte a Pablo en legalista, en portador de una nueva religión de ley, es decir,
exactamente lo contrario lo que enseña Gálatas y Romanos. Ver: Siegwalt y Congar 1972, 41-63; y
Congar y Lienhard 1972, 195-212. 214 Las citas utilizadas en este capítulo son las siguientes: (Antiguo
Testamento) Exodo 24:8; Deuteronomio 32:10; Josué 1:6; 1 Samuel 18:3-4; Salmos 34:19; Proverbios
13:4; Eclesiastés 3:1-2; Isaías 55:12-13; Zacarías 4:6; (Nuevo Testamento) Mateo 6:31-33; Juan 11:40;
Romanos 8:28; 8:31; Gálatas 6:7; 2 Corintios 10:4-5; Efesios 2:19; 3:20-21; 6:5-8.
97
Así que hemos podido ver que en cada paso de la vida, es Dios el que nos sustenta. Ponemos
en El nuestra confianza, invocamos su nombre, confesamos su Palabra y El no nos falla. Dios
se deleita en intervenir en tu camino, y ser aquel que te proporciona todo lo que necesitas.
Hacemos lo que El dice: diezmamos, ofrendamos, damos limosnas y de esta manera, Dios nos
ha enseñado a tener dinero, y no que el dinero nos tenga a nosotros (Capurro 1994, 254).
La ley de la siembra y la cosecha no falla nunca. Hasta Dios está sometido a ella. Se siembra
diezmo y se cosecha prosperidad. Se siembra ofrenda y limosna y se cosecha dinero.
Prosperidad es dinero, dinero es prosperidad. Esto se consigue practicando la ley (de la
prosperidad).
En el capítulo 13 (“El misterio de la fe”)215 Capurro argumenta la “prosperidad creativa”. Dice
así:
Esta quinta dimensión donde podemos ser prosperados, la he titulado Prosperidad Creativa, a
fin de no confundir al lector con la prosperidad espiritual. Pero lo que en realidad deseo tratar
en esta parte del libro, es como apropiarnos de las bendiciones que ya son nuestras en los
lugares celestiales, pero que permanecen fuera del alcance de nuestros sentidos. Cómo ir
sembrando nuestro futuro con el poder creativo de la Palabra de Dios. Somos imagen y
semejanza de un Dios que creó el universo con su Palabra dicha con fe e igualmente
transformamos nuestro entorno con ella. Ser prosperados en esta dimensión significa ejercer el
dominio o la autoridad que como Hijos de Dios y como su iglesia nos corresponde. El Señor ya
nos ha provisto de todo (Capurro 1994, 259).
Para sostener esta doctrina Capurro acude, entre otros libros, a Hebreos. Mientras los otros
textos bíblicos se utilizan para subrayar el poder de la palabra (Génesis 1:3; Isaías 55:11 por
ejemplo), Hebreos es mayormente utilizado para fundamentar la fe de Dios, y para luego
fundamentar la fe de los hombres. Esta fe, en la perspectiva de Capurro, requiere desarrollar el
poder de la Palabra. En su análisis de Hebreos 11:3 Capurro concluye que:
La palabra griega NOIEO, que aparece en el manuscrito original y que es traducida en la
versión Reina Valera como “comprendemos”, también se traduce “entendemos” y “percibimos”;
y nosotros de acuerdo a lo que la Biblia llama fe, sabemos que ésta no está relacionada con
entender, comprender, o percibir, sino que por la fe
215 Las citas utilizadas en este capítulo son las siguientes: (Antiguo Testamento) Génesis 1:3; 1:26;
Eclesiastés 3:14; Isaías 55:11; (Nuevo Testamento) Mateo 1:1; 12:36-37; Marcos 7:27-29; 11:22; 11:23;
11:24; Lucas 1:38; Juan 1:1-4; 14:13-14; 15:7; Romanos 10:8-10; 10:17; 2 Corintios 1:20; Efesios 1:3;
5:19-20; 6:12; 1 Tesalonicenses 5:23; Hebreos 11:1; 11:3; 11:4; 11:7; 11:17-19; Santiago 3:6; 1 Juan
5:12.
98
creemos, aun cuando no entendamos. El sujeto de este versículo 3, es Dios. El fue el que creó
el universo y no nosotros. Y si cada uno de los personajes -de Hebreos 11- utilizó su fe para
realizar su hazaña, ¿no será acaso que fue Dios quien usó fe para crear el universo? Pues la
realidad de esto se hace evidente. Una traducción más clara del versículo 3 sería: “Nosotros
entendemos que Dios creó el universo haciendo uso de su propia fe y de su Palabra.” (Hebreos
11:3) (Capurro 1994, 264-265). 216
De esta manera Capurro no solamente interpreta de manera novedosa Hebreos, sino que
también inaugura una nueva traducción bíblica. En todo esto notamos la servidumbre del texto
-falseado en este caso- a una doctrina también novedosa: la confesión creativa.
En el capítulo 14 (“Confesando la Palabra de Dios”)217 Capurro aplica la “confesión divina” a la
“confesión humana”. Si Dios confesó creativamente es “lógico” que el hombre también haga lo
mismo. Para sostener este punto de vista Capurro resalta nuevamente diversos textos
paulinos.
Hemos hablado en el capítulo anterior que debemos confesar la Palabra de Dios. Cuando
decimos confesar no nos estamos refiriendo a confesar un secreto o algo así. Nos referimos a
citar la Escritura con fe. En otras palabras, usamos confesar como sinónimo de decir (Capurro
1994, 279).
Para Capurro confesar la Palabra de Dios significa confesar sanidad, prosperidad, santidad y
conversión (por los familiares). Esto es lo que se conoce como “prosperidad total”. Y como toda
“ley”, la confesión creativa tampoco falla.218
216 Aunque este tema lo desarrollamos más ampliamente en este mismo capítulo bajo el título “La
guerra espiritual y la confesión creativa de Juan Capurro”, conviene aclarar que la afirmación de Capurro
es muy osada. Su traducción de Hebreos 11:3 es una abierta falsificación para sostener un concepto
también falso de “fe”. Para un análisis de Hebreos 11:3 ver: Ellingworth 1993, 568-571. Para profundizar
el concepto de “fe”, ver: Michel 1985; Morris 1991; Marconcini 1990; y Wackenheim y Siegwalt 1972. 217
Las citas utilizadas en este capítulo son las siguientes: (Antiguo Testamento) Exodo 15:26;
Deuteronomio 8:18; 1 Samuel 17:26; Salmos 37:25; 103:2-5; Proverbios 18:22; Isaías 53:4-5; Jeremías
8:22; Malaquías 3:8; 3:10-11; (Nuevo Testamento) Marcos 10:29-30; Hechos 4:12; 16:31; Romanos 1:17;
4:17; 8:31; Gálatas 3:28; 5:17; Filipenses 4:12; Colosences 1:1-2; 2:14; Efesios 3:20-21; 6:2-3; Hebreos
3:1; Santiago 5:14-15; 1 Pedro 2:9; 4:11. 218 Este punto lo desarrollamos más en el presente capítulo
bajo el título “La guerra espiritual y la confesión creativa de Juan Capurro”. Una experiencia vista en una
comunidad neopentecostal fue la de un hermano que tiene un hijo con una enfermedad terminal. Yo le
pregunté qué enfermedad tenía (antes de saberlo, por supuesto) y él me respondió que su hijo estaba
sano (y añadió un “gloria a Dios”). Yo lo miré nuevamente a su hijo -que estaba muy mal- y le dije a él
que seguía viendo a su hijo
99
Como conclusión de este punto, podemos afirmar que Capurro utiliza diversos textos tanto del
Antiguo Testamento como del Nuevo para sostener sus doctrinas. Parece que intenta cubrir
casi todos los libros bíblicos, tal vez con la esperanza de demostrar que su teología de la
prosperidad tiene amplio fundamento bíblico.
Respecto a la utilización de algunos libros bíblicos, llama la atención algunas ausencias muy
notorias. Por ejemplo está ausente el Apocalipsis (¡ni una sola referencia!) para la guerra
espiritual, y el libro de Daniel aparece apenas dos veces en el capítulo 6 pero no para sostener
a los “espíritus territoriales” sino para poner a Daniel como modelo de oración.
Llama también la atención del uso de diversos textos de Pablo, sobre todo Romanos, para
defender las doctrinas de la guerra espiritual y la confesión creativa. También es interesante
observar que los Proverbios apenas aparecen (muy pocas veces) y no para argumentar el
trabajo, el esfuerzo y el ahorro, sino para exhortar al temor a Dios.
Finalmente, nos parece que existe un libro muy privilegiado: Deuteronomio, y que sirve para
argumentar el tema de las bendiciones de Dios. Además este libro subordina a otros, como
Romanos y Mateo. Curiosa inversión viniendo de alguien que se considera cristiano. Esta
observación, sin embargo, nos permite reafirmar que la utilización profusa de Deuteronomio
hace que los cristianos hoy cambien la ley mosaica por una nueva ley: la ley de la prosperidad
(que incluye ley de la siembra y la cosecha, ley del diezmo, ley del ciento por uno). Esta última
ley todos deben cumplirla, hasta Dios.
2. Temas bíblicos presentes en el discurso de prosperidad
Existe en el pensamiento de Capurro una relación estrecha entre la prosperidad material y el
pacto de Dios, así como con la ley de la siembra y la cosecha. Estos, a nuestro criterio, han
sido instrumentalizados al servicio de la prosperidad.
2.1. El pacto de Dios
La teología de la prosperidad tiene su fundamento en el pacto o alianza que Dios hizo con
algunos hombres de la antiguedad, que se “perfeccionó” en Jesucristo y que continúa hasta el
día de hoy. Este pacto, aunque no es definido por Capurro, parece ser una especie de relación
especial por la cual Dios se compromete a bendecir a sus hijos en tanto se esfuercen para
alcanzar prosperidad.
enfermo. Ante mi insistencia me contestó: “El está sano por la fe. Yo creo por fe que está sano”. Luego
añadió: “tienes que aprender a hablar en positivo”.
100
Podemos leer también hermosos testimonios del Antiguo Testamento y ver como Dios prosperó
a los hombres con los cuales El hizo alianzas o pactos. Abraham, Isaac y Jacob son claro
ejemplo de esto. (Capurro 1994, 3).
¿Qué tenían en común estos hombres? Habían hecho un pacto con Dios. Abraham había
hecho un pacto de tener a Jehová como Dios, y el Señor había prometido hacerle padre de una
gran nación. (Génesis 22:15-18) (Capurro 1994, 4-5).
En la perspectiva de Capurro el pacto no tiene exigencias éticas de ningún tipo, sólo que la
persona se esfuerce a hacer riquezas. El cristiano siempre sabrá que Dios le da algún tipo de
poder para hacer riquezas.
“Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque El te da poder para hacer las riquezas, a fin de
confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día”. (Deuteronomio 8:18) Según este
versículo, es Dios quien nos da la fuerza, la salud, la inteligencia para hacer las riquezas y esto
con el fin de confirmar su pacto para con nosotros. ¿Por qué digo nosotros? Porque Dios no ha
cambiado y El sigue prosperando a sus hijos como señal del pacto (Capurro 1994, 8).
Claro está que ese “acordarse de Jehová” tiene implicancias “religiosas”. Dicho de otra manera,
no existe la posibilidad de hacer riquezas según la voluntad de Dios si, por ejemplo, no se es
convertido, se va a la iglesia y se practica las leyes de la prosperidad, por decir lo menos. La
prosperidad económica entonces, en la visión de Capurro, está mediatizada por una serie de
rituales religiosos y una fe (mágica) en que Dios prosperará.
El Dios del pacto, según Capurro, es el que posibilita que el ser humano tenga lo necesario
(fuerza, salud, inteligencia) para hacer riqueza. Si el Dios del pacto da poder para hacer
riquezas es que, entonces, conoce y maneja los mecanismos que permiten generar riquezas
materiales. Ahora, si la persona no hace riquezas entonces no “confirma el pacto”, y esto ya no
es responsabilidad de Dios pues él ya cumplió con su parte.
En el Nuevo Testamento encontramos, según Capurro, el Nuevo Pacto en Jesucristo, que es
“superior” a los anteriores. En la última cena Jesús hizo participar, por medio de su sangre, a
los discípulos del pacto de prosperidad:
“Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; porque
esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los
pecados.” (Mateo 26:27-28) Con lo que hemos expuesto de la Palabra, queda claro que cada
cristiano tiene un pacto con Dios, por medio de Jesucristo; y que una
101
de las señales de todo pacto con El, es que El irá prosperando a los que tienen el pacto como
una manera de confirmar el mismo (Capurro 1994, 9-10).
Así que para confirmar la alianza o el pacto eterno que tenemos con Dios por medio de
Jesucristo, el Señor nos prospera. Sería absurdo pensar que esto lo hacía Dios sólo con
aquellos bajo el Antiguo Pacto o Testamento, pero que ahora ya no puede hacerlo. El Nuevo
Pacto sellado con la sangre de Jesús, está basado en mejores promesas aún (Capurro 1994,
210).
Como vemos el pacto en Jesucristo es mucho mejor que los anteriores, por lo que se espera
mejores bendiciones materiales para el cristiano hoy. ¿En qué consiste esta superioridad? En
que tiene mejores promesas. ¿Cuáles son? No las explica en ninguna parte, pero realmente
eso poco importa, el cristiano debe saber que “en Cristo” puede hacer más riquezas que los
patriarcas. De esta manera, el pacto rige como un principio teológico al que todos deben
acogerse, es una nueva ley.219
2.2. La ley de la siembra y la cosecha
Capurro define brevemente qué es una “ley” (de Dios). Dice que las “leyes” son “los mandatos
de Dios en que hay una orden directa que todos debemos cumplir” (Capurro 1994, 281). De
esta definición se deduce que “ley” (de Dios) implica un “mandato” que se debe cumplir. El
cumplimiento de la ley es lo que permite que funcione como tal. El cristiano, así, no tiene
alternativa pues tiene que cumplir con la ley de Dios. En este caso se trata de una ley de
prosperidad: la ley de la siembra y la cosecha. Esta deriva su nombre de un texto paulino: “todo
lo que el hombre siembre eso también segará” (Gálatas 6:7).
En la teología de Capurro la ley (o “principio” como también la llama) de la siembra y la
cosecha es tanto un tema explícito como la lógica desde la que se explica la prosperidad: “la
prosperidad de un cristiano está basada en el principio de la siembra y la cosecha, (...) y esta
prosperidad crea verdaderamente riqueza” (Capurro 1994, 14). La lógica de Capurro es muy
sencilla: cosechamos lo que sembramos.
Se trata en el fondo de una especie de automatismo económico basado en “principios divinos”,
es decir de “causa-efecto”. Y aunque esto parece muy “lógico” sin embargo en Gálatas 6:7
Pablo no se refiere al asunto económico
219 Acerca del pacto como “principio teológico (universalista)” y no como “afirmación de fe”, le debo esa
observación a Enrique Schäfer (en las clases del Seminario Integrado, mayo de 1998, UBL). Acerca del
concepto de ley, sigo las reflexiones de Franz Hinkelammert (1989, 1991 y 1998), sobretodo de su último
libro.
102
específicamente. Para Capurro la ley de la siembra y la cosecha comienza con la conversión:
El primer paso de la prosperidad es arreglar nuestras cuentas con Dios, de una vez y para
siempre. Luego, por supuesto, mantener esa nueva relación de amistad y de intimidad con el
Creador (Capurro 1994, 53).
Más adelante Capurro cuenta en el libro una experiencia dolorosa -la enfermedad de su hija-, y
lo explica con la lógica de la siembra y la cosecha. Dice: “Yo conocía la Escritura y sabía que el
pecado de los padres podían pagarlo los hijos” (Capurro 1994, 106). En otra parte comenta
acerca de cómo inició a practicar el diezmo con su esposa. Esta es una parte del diálogo entre
ambos:
Me parece que debemos comenzar a hacer todo lo que la Biblia dice. Si ahora mismo no nos
alcanza el dinero, ¿qué podemos perder?- preguntó sonriéndome. -Estoy de acuerdo- le
respondía -Además ahora nosotros tenemos un problema, pero si le entregamos nuestros
diezmos al Señor, entonces ahora El tendrá un problema, porque ha prometido en su Palabra
que nada nos faltará. Oramos y a partir de entonces comenzamos a diezmar en fe, porque el
dinero no nos alcanzaba, pero confiábamos que nos alcanzaría sobrenaturalmente después de
hacerlo. Y efectivamente aunque no podíamos entender cómo, el dinero nos alcanzó. Fue algo
maravilloso el empezar a experimentar lo sobrenatural también en el aspecto económico
(Capurro 1994, 218).220
La cita anterior añade un elemento nuevo: en la lógica de la siembra y la cosecha es Dios quien
tiene un problema con aquellos que siembran el diezmo, pues ahora tiene que retribuir
“conforme a su Palabra”. Nuevamente aparece la imagen del Dios sometido. Al inicio de este
capítulo aparece como sometido al mercado y ahora a una ley infalible, que supuestamente
Dios mismo la dio. Como toda lógica, además, nunca falla y siempre se cumple. Y Dios tiene
que cumplir pues él también está sometido a la ley de la siembra y cosecha. Todo lo que haga
el cristiano cuenta en dicha lógica. El trabajo, el sudor, el esfuerzo y la fe son parte de “la
siembra” que al final de cuentas traerá una “cosecha” abundante.
Cada vez que alguien cuenta como Dios lo bendijo en su trabajo, por el entusiasmo,
generalmente omite precisar el tiempo que trabajó, el tiempo que sudó y se esforzó, el tiempo
en que fracasó y el tiempo en que se frustró; y cómo fue que la fe unida a la paciencia lo
sostuvieron, para que al final por la perseverancia él pudiera cosechar de la abundancia de
Dios (Capurro 1994, 237).
220 El énfasis es nuestro.
103
El Dios que actúa según la ley de la siembra y la cosecha es muy generoso según Capurro. Por
lo menos lo fue con él. Y esto porque Dios es un Dios de abundancia.
Para ese entonces, el dueño de la casita donde vivíamos nos la estaba pidiendo pues la
necesitaba para ir a vivir allí; así que Alicia y yo nos pusimos a buscar casa. Finalmente, por
increíble que parezca, la más barata que encontramos era una muy grande y en un barrio
residencial. Fue una gran bendición de Dios. (...) después Dios nos llevó a otra casa y
finalmente alquilamos el local ubicado en la calle Mariano Odicio,221 en el distrito de
Miraflores, (...). ¿Qué hicimos para ser bendecidos con estas casas? ¡Sembramos! (Capurro
1994, 246-247).
Que Dios bendice materialmente, en la explicación de Capurro, con casas en zonas destinadas
para la clase alta, y con otros lujos más, es algo reiterativo en la ley de la siembra y la cosecha.
Finalmente, la ley de la siembra y la cosecha nos remite a una figura que implica paciencia. Los
frutos a cosechar no se recogen al día siguiente de la siembra. Esto permite a Capurro explicar
por qué no todos en su agrupación -o fuera de ella- cosechan como él (casas lujosas, viajes,
dinero, etc.): todavía no les ha llegado el momento. Para cosechar hay que tener una gran
dosis de paciencia, hay que saber esperar en Dios.
3. La guerra espiritual y la confesión creativa de Juan Capurro
En el capítulo 1 explicamos en qué consiste la guerra espiritual y la confesión creativa. Mientras
la primera es un énfasis teológico la segunda es un método para conseguir prosperidad. Es en
este sentido que nos importa estudiarlo acá. En el capítulo 2 vimos que Capurro los asume
como un componente imprescindible de su teología. Aquí queremos analizar tanto su
fundamentación como sus implicaciones prácticas para la prosperidad integral.
3.1. Fundamentos bíblico-teológicos
En las diversas fuentes analizadas Capurro asume la guerra espiritual y la confesión creativa.
Nunca se pregunta si ellas tienen fundamento bíblico o no. Se dá por sentado que es un hecho
indiscutible. Sin embargo, interesa saber cómo están articulados ambos en Capurro.
El concepto de guerra espiritual en Capurro hay que entenderlo como una cosmovisión que
orienta sus prácticas y discursos. Los capítulos 6 y 9 de su
221 La calle Odicio, en el distrito de Miraflores, está ubicada en la urbanización San Antonio, que es una
zona exclusiva para gente de clase media-alta.
104
libro explican la guerra espiritual. El capítulo 6 (“Probados por el fuego”) está escrito
fundamentalmente a partir de datos tomados de su propia experiencia. Curiosamente más
adelante, en el capítulo 9 (“Las armas de la luz”), recién va a sentar las “bases bíblicas”. Este
es el típico caso en que primero se sacan conclusiones de la experiencia para luego justificarlo
con la Biblia.222
¿Cuál es el argumento de fondo? Que los cristianos tienen diversas “pruebas” como parte de la
guerra espiritual contra el diablo, y el Señor quiere que sus hijos salgan victoriosos. En el
capítulo 9 desde un inicio argumenta la guerra espiritual utilizando Romanos 13:12
(“Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz”). Dice así:
Estamos, pues, en una guerra y el botín de ella son las almas de los seres humanos. El diablo
gana tiempo si logra que la humanidad se aparte de Dios, (...) El diablo no descansa buscando
el momento de hacerte caer, pues él anda suelto como un león en busca de su presa (Capurro
1994, 161).
(...) todos los días debemos estar preparados para la lucha, para la guerra espiritual. Pero
alguno me dirá: -Pastor, si el diablo ya fue vencido.- Cierto, el diablo ya fue vencido por Jesús.
(...) pero el diablo es un mentiroso y padre de toda mentira y él quiere hacernos creer que no
ha sido derrotado, y hace durar su caída y ofrece resistencia a los santos (Capurro 1994, 162).
Las deducciones de estos textos son evidentes. Efectivamente los cristianos viven en una
constante guerra espiritual. Capurro para la penúltima referencia utiliza 1 Pedro 5:8 (“el diablo,
como león rugiente, anda buscando a quien devorar”) y el texto ya clásico de Efesios 6:12-13,
que trata sobre la lucha contra los “principados, potestades y gobernadores de las tinieblas”. Si
los cristianos no salen victoriosos frente al diablo, entonces están en problemas, pues en
alguna esfera de sus vidas existirá algo (un resentimiento, la codicia, la ira, etc.) que detiene o
impide la prosperidad integral. Por eso es muy importante ser victorioso en la guerra espiritual.
Por cierto, Cristo tiene un papel importante en esta argumentación: él ganó la batalla al diablo
en la cruz, por tanto está garantizada la victoria en Cristo. Si los cristianos son derrotados es
por pura culpa propia, pues viven bajo el engaño de Satanás que no fue derrotado.
Para la confesión creativa Capurro también dedica dos capítulos, el 13 (“El misterio de la fe”) y
el 14 (“Confesando la Palabra de Dios”). Su argumento es el siguiente: el cristiano está llamado
a desarrollar el poder de la fe y de la palabra a imitación de Dios (quien tiene fe y confiesa
creativamente), para lograr lo deseado.
222 Así, mientras el capítulo 6 sólo tiene 7 versículos (6 del A.T. y 1 del N.T.), el capítulo 9 tiene 43 (10
del A.T. y 33 del N.T.).
105
En el capítulo 13223 Capurro intenta fundamentar bíblicamente su concepto de fe a partir de
Hebreos 11:1.
Si la fe es la certeza de algo que no se ve, entonces la fe no tiene lógica y no es un atributo de
la razón, sino un atributo espiritual. Pero la fe es más que un atributo, es realmente una
potencia del espíritu. La fe tiene el poder de hacer realidad lo que no existe (Capurro 1994,
263).
Para sostener que Dios tiene fe -pues en la lógica de Capurro sólo así pudo haber creado todo
cuanto existe- sostiene que Hebreos 11:3 está mal traducido y que debiera leerse de otra
manera. Es decir, la confesión creativa de Capurro necesita en primer lugar una nueva
traducción que la justifique. Dice así:
Una traducción más clara del versículo 3 sería: “Nosotros entendemos que Dios creó el
universo haciendo uso de su propia fe y de su Palabra”. (Hebreos 11:3) O dicho de un modo
más parecido a los demás versículos del capítulo: “Entendemos que usando la fe, Dios, creó el
universo con tan sólo su Palabra, de modo que lo que se ve, fue hecho de lo que no se veía”.
(Hebreos 11:3) Así que la fe es una potencia del espíritu, y el espíritu de Dios tiene esa
potencia desarrollada hasta el infinito (Capurro 1994, 264- 265).224
En lo que continúa Capurro sostiene que Dios creó el universo con su fe (herramienta) y con su
Palabra (materia prima). Ambos dieron como resultado el universo. Pero éste sólo se tornó en
realidad cuando Dios “confesó”, pues ésta es la llave para mover la rueda de la creación
(Capurro 1994, 268).
¿Qué es la confesión? No es la confesión de pecados. Es afirmar, aseverar o testificar nuestra
confianza que la Palabra de Dios se cumplirá. No hay fe sin confesión, así como no hay amor
sin palabra o hecho. (...) Dios dijo ¡sea la luz!, y se alumbró el universo (Capurro 1994, 268).
Capurro parte de un principio: la palabra tiene poder.225 Las cosas se logran en consecuencia
“hablando” o “confesando”. “Confesar” es hacer una afirmación
223 Este capítulo apenas tiene 4 versículos del A.T. y 24 del N.T. 224 La “traducción” de Capurro
realmente es una falsificación del texto bíblico. Una traducción literal del texto griego nos llevaría a
afirmar lo que dice la versión Reyna- Valera 1960. Para una traducción de Hebreos 11:3, ver: Ellingworth
1993, 568-571. 225 La enseñanza que la palabra tiene poder se remonta a Kenyon y a Vincent-Peale en
los Estados Unidos. Se ha popularizado actualmente en diversos libros de “control
106
positiva (por eso la mayoría de los neopentecostales prefieren llamarla “confesión positiva”). En
el caso de Dios se trata de una confesión “creativa”, pues su Palabra fue creadora gracias a la
fe que ejerció. De esto, deduce Capurro, los cristianos están llamados a confesar, ¿qué cosa?.
La respuesta la explica en el capítulo 14.
El capítulo 14 comienza con la pregunta “¿qué debemos confesar?”. Capurro responde que la
Palabra de Dios, y esta confesión se debe hacer en el nombre de Jesús. Esto puede parecer
muy paulino (en la línea de Romanos 10:9-10), pero aquí se trata de otro tipo de “confesión”.
Recordemos que Jesús es el Sumo Sacerdote de nuestra profesión o confesión. Cuando
citamos la Escritura con fe, El la presenta al Padre en su nombre y el Padre honra su Palabra.
Es interesante saber que Dios ha provisto ayuda para todas nuestras necesidades y cuando le
recordamos su Palabra en oración, El se agrada (Capurro 1994, 280).
Confesión y fe en el nombre de Jesús garantiza -como una ley- que se obtendrá lo que se pida.
Esta petición, sin embargo, debe tener relación con las “necesidades”. ¿Cuáles son estas?
sanidad, prosperidad, santidad y conversión (por nuestros familiares) (Capurro 1994, 282-290).
Esto debe ser así pues la prosperidad que Dios quiere dar a sus hijos es “integral”. Como
conclusión de este punto podemos decir que Capurro sabe que la confesión creativa carece de
sustento bíblico, más aún si lo aplica al mismo Dios. Por eso no le queda otra alternativa que
ofrecer su propia versión que supuestamente “demostraría” tal método neopentecostal.
3.2. Implicaciones prácticas de la guerra espiritual y la confesión creativa
Capurro asume todas las implicaciones de la guerra espiritual y de la confesión creativa.
Pruebas de ello son las clases de discipulado como su libro. Sin embargo es justo decir que
aunque Capurro habla de diversos demonios o “espíritus” de rechazo, de homosexualidad, de
vicio, de alcohol, de drogas, de lujuria, de odio, de envidia, de celos y otros (Capurro 1994,
155), no ha llegado a enseñar todavía que existen demonios de ruina, improsperidad, miseria y
pobreza como otros neopentecostales (Cabezas 1986, 109; y 1993, 71-73). Igualmente,
también Capurro se cuida mucho de enseñar la confesión positiva como otros que predican “lo
que dices recibes” (casas, autos, salud, etc.).226
mental” o “control de la palabra”. Los autores de estos libros son una verdadera “legión” y tienen amplia
difusión por los propugnadores de la Nueva Era. 226 Nos referimos sobretodo a las agrupaciones La
Palabra de Fe y Fuente de Agua Viva en Lima.
107
En el capítulo 6 (sobre guerra espiritual) Capurro narra varios diálogos entre Dios y él con
ocasión de la prueba de enfermedad que le sobrevino a su hija. Capurro aparece como el
personaje Job del Antiguo Testamento.
Por tercera vez me habló el Señor y me dijo: -Juan, el diablo dice que tú no amas a nadie
realmente, y que si tu hija muriera no te importaría, y que en un par de días te olvidarías de
ella. Yo le pregunté: -Señor, ¿qué debo hacer? Y El me respondió: -Ayuna hasta que sane. Así
que empecé un ayuno con un propósito bien definido; demostrar que amaba lo suficiente a mi
hija como para privarme del sustento hasta que ella sanara o viniera el fatal desenlace
(Capurro 1994, 108).
En medio de esa prueba Capurro añade:
(...) percibimos que se estaba llevando a cabo una lucha entre las fuerzas espirituales por la
vida de mi hija, y el Señor me mostró el paralelo que había entre esa lucha y la lucha del
Arcángel Gabriel contra el Príncipe de Persia, cuando Daniel oraba (Capurro 1994, 109).
En esta experiencia narrada hay una identificación entre Capurro y dos personajes de la Biblia:
Job y Daniel. Lo que le sucedió a estos personajes también sucede hoy en las experiencias
cotidianas. Así, Capurro es como el justo Job y como el fiel Daniel.
Esta implicación conviene resaltarla, pues de alguna manera resume lo que enseña Capurro en
el libro. Los creyentes cuando son fieles a Dios son “puestos en prueba”, y esto no debe
sorprender pues los grandes hombres de Dios -según la Biblia- también fueron probados. De
por sí pareciera que existe una ingenuidad en cuanto al método de análisis de la Biblia. Pero en
realidad no la hay, pues más bien astutamente quiere dar el sentido de guerra espiritual -o
teología de la prosperidad cuando convenga- a los diversos textos bíblicos y sus personajes
conocidos.
Capurro no quiere ser enseñado y corregido por la Biblia, él quiere corregir y añadir su
interpretación a la Biblia a partir de su experiencia o sus ideas. De lo anteriormente señalado
no cabe duda que sus oyentes/lectores verán en adelante el texto bíblico a partir de esos
énfasis teológicos propios de la CCAV.
El capítulo 13 (confesión creativa) tiene su fundamento, según Capurro, en el mismo Dios.
Ningún cristiano puede hacer nada sin previa confesión. Las palabras y la fe tienen un poder
enorme, y muchas veces son mal usadas.
Lo que uno diga le será hecho. No será hecho lo que uno piense, o lo que uno crea, sino lo que
diga. Yo puedo creer algo, puedo estar
108
seguro de ellos al punto de tener fe, pero si me quedo callado, nada sucederá (Capurro 1994,
272).
Ahora podemos comprender mejor el poder de las palabras y como, aún cuando éstas no estén
de acuerdo con las de Dios, contienen cierto poder (Capurro 1994, 276).
Uno se puede preguntar válidamente si la confesión es tan automática como enseña Capurro.
Es decir, si alguien tiene una enfermedad ¿podrá quedar sano sólo confesando? ¿siempre es
poderosa la Palabra confesada? ¿o es un asunto de fe?. Sin embargo, ésta es la implicación:
sea cual fuere la situación en que se encuentra el cristiano, tiene que confesar pues siempre
existe algo que confesar (sanidad, prosperidad, santidad o conversión).
La vida cristiana, en consecuencia, se caracterizará por las continuas confesiones creativas. Si
no sucede lo que el cristiano dice, existe una explicación según Capurro: algo anda mal en la
vida de dicha persona. Esa es la lógica que permite explicar las diversas contradicciones del
discurso de prosperidad.
Del punto anterior se puede sacar una conclusión: la confesión creativa, que supuestamente
garantizaría la prosperidad, muchas veces se torna en una ley que mata, pues no todos
evidencian riqueza material (ni siquiera en la Comunidad Cristiana Agua Viva). La confesión
creativa al prometer riqueza condena a los pobres. Es una “ley”, en definitiva, que excluye a los
pobres.
En el capítulo 14 Capurro cuenta sus experiencias gratas y de prosperidad integral como fruto
de su “confesión”: viajes de trabajo y de placer, su ministerio de consuelo y conversión, su
ordenación al ministerio, y el crecimiento de su agrupación (Capurro 1994, 292-302). No faltaba
más, Capurro sí es fiel a Dios, sí sabe luchar espiritualmente y sí sabe confesar. La “cosecha”
es evidente.
¿Qué habíamos hecho Alicia y yo para ser tratados así? Sólo amar a Dios con todo nuestro
corazón y vivir confesando una y otra vez que somos hijos de Dios, ciudadanos del reino de los
cielos (Capurro 1994, 296).
Esta es la otra implicación: no todos los cristianos confiesan como Capurro, en consecuencia
no todas vivirán como él.
4. Doctrinas de menor importancia en la teología de Juan Capurro
En este punto nos referimos a dos doctrinas características del pentecostalismo clásico
(escatología y pneumatología) y que sin embargo tienen muy poca importancia en la
articulación del discurso de prosperidad de Juan Capurro. Mientras la primera está ausente, la
segunda aparece reinterpretada de tal
109
manera que difícilmente un pentecostal aceptaría por haber diferencias muy importantes.
Los estudiosos del pentecostalismo, como Donald Dayton y Douglas Petersen llegan a la
conclusión que la escatología y la pneumatología tienen una gran importancia entre los
pentecostales (Dayton 1991, 99; y Petersen 1996, 81). Igualmente, el historiador peruano
Wilfredo Kapsoli después de hacer un trabajo de campo de dos años en una iglesia pentecostal
en Lima, concluye que éstos son pneumatológicos, y tienen una escatología apocalíptica.227
4.1. La escatología
La escatología es entendida comúnmente como “la doctrina de lo último” y hace referencia
directa a las cosas que sucederán en “los últimos tiempos” en esta historia (la tribulación, el
rapto, la parusía) como aún más allá (el juicio, la resurrección, la plenitud del Reino, etc.). Esta
doctrina entre los pentecostales, dice Petersen, no justificó una evasión de la realidad o la
ausencia de compromiso social, como sostienen algunos,228 sino que permitió que se asuma
la realidad social de otra manera, como se ha demostrado vívidamente (Petersen 1996, 106).
Lo anterior no contradice el hecho que en muchas iglesias pentecostales la comprensión de lo
escatológico estuvo relacionado con una catástrofe o “gran tribulación” al final de los tiempos
(Hollenweger 1976, 413-424). De hecho, los pentecostales -como gran parte de los
evangelicales- eran, o son, pre- milenialistas.
Resulta interesante observar que en los neopentecostales se supera esa visión catastrófica de
la historia y se sustituye, más bien, por la idea de que Dios promete un casi paraíso en la tierra
a aquellos que le son fieles. Capurro diría que el paraíso terrenal está destinado para aquellos
que guardan el pacto y se rigen por las leyes de prosperidad. Refiriéndose a esa nueva visión
de la escatología dice Norberto Saracco:
Hoy el argumento pasa por lo que Dios hace aquí y ahora por el ser humano. No se apela al
paraíso futuro como alternativa de la realidad adversa, sino a un presente paradisíaco (Saracco
1991, xii).229
227 La iglesia en la que participó es el Templo de la Iglesia Evangélica Pentecostal del Perú “La
Hermosa”, en Surquillo (Kapsoli 1994, 13 y 17). 228 Petersen discrepa en este punto con autores como
Juan Sepúlveda, Andrés Opazo Bernales, Emilio Núñez, William Taylor y con el periódico NACLA
quienes sostienen que a los pentecostales poco les importa “lo social” (Petersen 1996, 81). 229 La
observación de Leonildo Silveira es correcta cuando afirma: “El ‘neopentecostalismo’ de los años 80
coloca en primer lugar la salud del cuerpo, la prosperidad y la solución de los problemas psíquicos como
las cosas más importantes
110
La escatología es una doctrina ausente en la CCAV. Jamás se escuchará un sermón
“escatológico” de parte de Capurro. Es en las clases de discipulado donde sí tiene un pequeño
espacio. En la tercera lección de los Fundamentos II (“Los acontecimientos futuros”) se tocan
tres temas muy brevemente: la segunda venida de Cristo, la resurrección de los muertos y el
juicio.
Por otro lado es interesante -y asombroso- notar que en el libro de Capurro, de 304 páginas, no
existe una sola referencia -ni siquiera indirecta- a algún tema escatológico. Si el libro
representa el pensamiento más elaborado de su autor ¿por qué esa ausencia?. Se podría
deducir que la escatología no le interesa para nada a Capurro, no tiene ningún rol importante
en su pensamiento de prosperidad, salvo para llenar un programa de capacitación
(discipulado).
Si la escatología hacía de los pentecostales una “comunidad expectante” (Samandú 1988, 4)
que anhelaba la salvación plena a partir de la Parusía, para los neopentecostales, en la
expresión de Agua Viva, no tiene ningún significado pues éstos enfatizan la “salvación
presente” o terrenal (Schäfer 1992, 185; y 1997, 9), que prescinde de lo escatológico.
4.2. La pneumatología
Nadie pondrá en tela de juicio que la pneumatología es la doctrina más característica de los
pentecostales respecto a otras tradiciones teológicas (Hollenweger 1976, 311-341). La
“pneumatología” es entendida como “la doctrina del Espíritu Santo”, y entre los pentecostales
ha cumplido, entre otras cosas, una función de empoderamiento a partir de “la experiencia del
bautismo en el Espíritu Santo” (Petersen 1996, 109).
¿Tiene importancia el bautismo del Espíritu Santo en la práctica de la CCAV? ¿Cómo se
explica la doctrina del Espíritu Santo en la teología de Capurro?. Si nos basamos en los
cultos,230 tenemos que afirmar que el bautismo del Espíritu Santo es algo que se acepta
comúnmente en la CCAV aunque tiene un lugar secundario. Capurro al final de algunos cultos
dedicará un tiempo breve para “bautizar con el Espíritu” a quienes lo deseen, y luego exigirá a
éstos que “hablen en lenguas” como evidencia de dicho bautismo. Hasta allí parecería ubicarse
como un pentecostal clásico, aunque realmente su énfasis es mucho menor.
Sin embargo, un análisis de su libro nos lleva a afirmar que para Capurro, el Espíritu Santo
tiene diversas funciones: - guía en la interpretación de las Escrituras (Capurro 1994, 3).
para ser buscadas en lo sagrado. Quedaron atrás las preocupaciones escatológicas y hasta la propia
glosolalia” (Silveira 1995 b, 119-121). 230 Ver: Apéndice No 5.
111
- prospera en cualquier actividad (Capurro 1994, 11). - es una de las tres personas de la
trinidad (Capurro 1994, 22). - transforma el espíritu humano en la regeneración (Capurro 1994,
169).
Hasta ahora lo novedoso de Capurro respecto al pentecostalismo clásico estaba en que el
Espíritu Santo tiene una función en la prosperidad económica.231 Más adelante pondrá un
ejemplo personal de esto:
Recuerdo que el día que renunció el Gerente Administrativo de la compañía, estaba yo orando
al Señor y El me dijo que subiera y entrara en la oficina que había quedado libre. Así que sin
ninguna invitación, siguiendo sólo las instrucciones del Espíritu Santo, me acomodé en esa
oficina (Capurro 1994, 237).
En el único ejemplo que utiliza Capurro en el libro de cómo el Espíritu Santo le instruyó,
encontramos que lo llevó a ocupar la oficina vacía del Gerente de la empresa en que él
trabajaba. Por cierto el testimonio es amplio y la historia finaliza cuando el dueño de la empresa
nombra a Capurro Gerente de una nueva sección con un salario mayor. Se puede deducir de
este ejemplo que el Espíritu instruye para prosperidad. Y pensar que todo comenzó con la
sumisión de Capurro a la voz del Espíritu.
Finalmente, Capurro cree que el Espíritu Santo es motivador para trabajar con esfuerzo, y que
al final tendrá su fruto: “El Espíritu de Dios no nos dejará estar ociosos, sino que nos alentará a
esforzarnos. Y creo que en esta forma, todo lo que el cristiano se proponga y Dios lo apruebe,
podrá lograrlo” (Capurro 1994, 292).
En conclusión podemos decir que si “lo pentecostal” se define por ser una comunidad
escatológica y pneumatológica, entonces la CCAV no es pentecostal, sino que representa un
ejemplo de agrupación neopentecostal en la que ambas doctrinas han sufrido transformaciones
profundas y tienen un lugar secundario o nulo en la articulación de sus énfasis teológicos o vida
cultual.
5. Conclusión
En este capítulo hemos visto como la hermenéutica simbólica de Capurro -que no explica
detalladamente- tiene una serie de limitaciones desde la perspectiva de las ciencias bíblicas.
Eso no quita que Capurro la utilice para sostener la teología de la prosperidad, la guerra
espiritual y la confesión creativa.
El uso que Capurro hace de la Biblia es muy selectivo y débil en sus argumentaciones. Sin
embargo, encontramos algunas novedades en su uso,
231 Capurro había dicho anteriormente que el Espíritu Santo ayuda a los cristianos a encontrar petróleo
y a hacer riquezas (p. 11).
112
por ejemplo la ausencia de textos de Apocalipsis y la casi inexistencia de Daniel, asi como la
presencia de muchos textos paulinos y la centralidad de Deuteronomio.
También vimos que los temas del pacto de Dios y de la ley de la siembra y la cosecha no son
explicados ampliamente. Es posible que Capurro tenga esa intención pues de lo contrario
difícilmente podría argumentar “prosperidad” (riquezas) a partir de esos temas. Ambos son
débilmente tratados, sin suficientes argumentos bíblicos y más bien con muchas experiencias
personales. Sin embargo, convierte al pacto de Dios y a la ley de la siembra y la cosecha en
principios teológicos que se transforman en leyes (de prosperidad) que cumplir. De esa
manera, el argumento bíblico de la teología de la prosperidad se torna en ley de la prosperidad.
La guerra espiritual y la confesión creativa también carecen de una argumentación sólida y
convincente. En este último, Capurro demuestra su “destreza” al hacer su propia traducción del
texto de Hebreos 11:3, traducción que no tiene antecedentes, pero que le sirve para sustentar
la confesión creativa.
Finalmente, respecto a la escatología y la pneumatología, tenemos que decir que ambas
doctrinas fundamentales del pentecostalismo clásico son de muy poca importancia en la
articulación del discurso de prosperidad de Capurro. Ahora bien, esto distancia teológicamente
a la CCAV del pentecostalismo clásico, pero la afirma como una agrupación neopentecostal.
113
CONCLUSION GENERAL
Con el presente trabajo esperamos haber aportado nuevos elementos para comprender la
teología de la prosperidad. Estamos convencidos que ésta no puede ser entendida de manera
general sino a partir de experiencias concretas. En nuestro caso el estudio se hizo tomando
como referencia al máximo exponente de la teología de la prosperidad en el Perú, Juan
Capurro y su agrupación la Comunidad Cristiana Agua Viva.
Los nuevos discursos teológicos -como la teología de la prosperidad- se encuentran presentes
en todo lugar de América Latina, de tal manera que es posible ubicarlos ya sea en los
movimientos al interior de algunas iglesias (pentecostales, históricas u otras) o como
agrupaciones institucionalizadas (ministerios o comunidades). Por ello, nuestro análisis de la
teología de Juan Capurro podría facilitar que se detecten lógicas similares en otras
experiencias neopentecostales.
El capítulo 1 (Neopentecostalismo y teología de la prosperidad en el Perú) es un amplio marco
que nos permite ubicar a Juan Capurro y su agrupación neopentecostal. Para ello constatamos,
en primer lugar, que existen nuevas prácticas religiosas y discursos teológicos en el campo
religioso peruano.
El neopentecostalismo -término por lo demás discutido pero que nos lleva a una opción
necesaria en su uso- actualmente en el Perú está en una etapa de expansión respecto a la
comunidad evangélica peruana. Muchos creen que esta expansión numérica es un verdadero
avivamiento del Espíritu Santo (la “tercera ola”) mientras que otros creen que se trata de una
expresión religiosa propia de la época.
Especialmente por medio de sus énfasis teológicos y métodos el neopentecostalismo ha
influenciado, sin hacer excepciones, a todas las denominaciones. Estos énfasis y métodos se
canalizan por medio de la prensa, radio, televisión y otros, de tal manera que se podría decir
que existe una verdadera “avalancha neopentecostal” difícil de contener.
Justamente esta “avalancha” es objeto de diversas discusiones en el Perú. Mientras un sector
importante de las diversas iglesias evangélicas rechaza tajantemente los énfasis teológicos del
neopentecostalismo, no deja de ser también importante mencionar que los neopentecostales
siguen creciendo en número. De esta discusión dan testimonio, por ejemplo, los dos periódicos
más influyentes en la comunidad evangélica: La Verdad y La Luz.
¿Cuáles son los énfasis y métodos neopentecostales? La guerra espiritual, la teología de la
prosperidad, la confesión positiva (o creativa) y la restauración de las alabanzas. Estas cuatro
expresiones teológicas/religiosas son parte de un mismo “paquete teológico” y difícilmente se
las puede separar, por lo menos en la experiencia de la Comunidad Cristiana Agua Viva. Ahora
bien, no
114
existe un solo discurso de teología de la prosperidad o una sola práctica de guerra espiritual.
Existen diversos matices, y que a nuestro criterio dependen en gran medida del nivel social en
que se desarrollan.
Así por ejemplo, en el Perú encontramos agrupaciones neopentecostales en las que para
alcanzar prosperidad es necesario expulsar a los demonios de ruina y pobreza, mientras que
en otros hay que confesar positivamente o ganar la batalla espiritual; por poner algunos
ejemplos.
Es nuestra percepción que en la Comunidad Cristiana Agua Viva coexisten discursos y
prácticas de prosperidad, guerra espiritual y confesión creativa, combinado con cierta “ética
protestante” (trabajo y ahorro). Además, se exige la práctica del diezmo y se enfatiza las “leyes”
de la prosperidad. A nosotros nos parece que esta pluralidad de elementos es lo que hace
atractiva a dicha agrupación ante mucha gente.
Efectivamente, los participantes de Agua Viva pueden encontrar todos los énfasis teológicos
neopentecostales en sus cultos y clases de discipulado. No hay que despreciar, tampoco, el
mensaje atractivo que motiva a algún tipo de ascenso social de manera rápida mediante
fórmulas y rituales mágicos de prosperidad.
En el capítulo 2 (Un estudio de caso de teología de la prosperidad: la Comunidad Cristiana
Agua Viva) estudiamos en primer lugar la importancia de dicha agrupación y de su Pastor Juan
Capurro en la comunidad evangélica peruana. Existen pruebas que éstos han estado imitando
los modelos de misión, de liturgia y de liderazgo de dicha agrupación neopentecostal.
El Pastor Juan Capurro quien se inició en la Fraternidad Internacional de los Hombres de
Negocio del Evangelio Completo y luego tuvo una experiencia de liderazgo en la Renovación
Carismática Católica, hoy es el líder indiscutible del neopentecostalismo peruano, habiendo
llegado a ser incluso directivo del Concilio Nacional Evangélico del Perú. Su agrupación en los
últimos años tiene el crecimiento numérico más alto en el Perú y se va consolidando como una
mega-iglesia. Además cuenta Capurro con su programa de televisión (en el canal estatal, el
más poderoso del país) por lo que llega prácticamente a todo el Perú.
La teología de la prosperidad en la Comunidad Cristiana Agua Viva fue analizada a partir de las
siguientes fuentes: sermones, clases de discipulado, análisis del libro de Capurro, entrevistas y
participación de cultos y observación de videos. La tarea no fue sencilla, considerando sobre
todo el tiempo limitado de investigación, sin embargo nos permitió llegar a conclusiones que
pasamos a detallar.
En primer lugar constatamos que el discurso de prosperidad no es uniforme, ya que Capurro
distingue auditorios y medios para enseñar la teología de la prosperidad. Efectivamente, en los
programas de televisión jamás Capurro
115
habla acerca de prosperidad, mientras que en los cultos sí existe un marcado énfasis, no sólo
en el sermón sino en los anuncios, las oraciones y otros. Descubrimos, además, que sólo en
las clases de discipulado aparecen los otros componentes teológicos neopentecostales: la
guerra espiritual y la confesión creativa. Esto significa que el discurso de Capurro hace uso de
estrategias bien definidas para captar mayores adeptos para su agrupación.
En segundo lugar constatamos que el discurso de prosperidad de Capurro pretende ser
“integral”. En nuestra apreciación la “integralidad” de la prosperidad -que llega al cuerpo, alma,
y espíritu- es un término cómodo para esconder el énfasis en la prosperidad material. En tercer
lugar constatamos la perspectiva de la prosperidad a partir de tres temas (la vida agradable a
Dios, la prosperidad integral y la conversión) y en las fuentes mencionadas. Efectivamente, en
esos tres temas -que son muy importantes en la perspectiva de Capurro- se nota una
progresión o complementación sistemática en la exposición de la prosperidad.
Capurro desarrolla en su libro sistemáticamente su teología de la prosperidad. La prosperidad
según Capurro es la voluntad de Dios, y todo cristiano está llamado a vivirla. Para llegar a vivir
en esa prosperidad “integral” (salud física, mental, espiritual, prosperidad económica) se
requiere cumplir con las “leyes de prosperidad”.
Finalmente en el capítulo 3 (Las líneas básicas de la teología de Juan Capurro) estudiamos la
teoría hermenéutica que desarrolla Capurro en su libro. Nuestra percepción es que la
“hermenéutica simbólica” es también un nombre cómodo para dar cualquier sentido a cualquier
texto bíblico siempre y cuando afirme la perspectiva de la prosperidad. A veces funciona como
una alegoría, otras veces es literalista, pero siempre -todas las veces sin excepción- lee los
textos bíblicos fuera de su contexto literario y social.
Capurro utiliza la Biblia frecuentemente en sus argumentaciones teológicas. En este uso de la
Biblia existen algunas ausencias (textos del Apocalipsis y la casi inexistente presencia de
Daniel, ambos libros fundamentales para sostener la guerra espiritual). También es novedoso
su uso de Pablo para sostener la confesión creativa. Finalmente, Capurro privilegia en su uso el
libro de Deuteronomio, para explicar una nueva ley aplicable a los cristianos: la ley de la
prosperidad.
Analizamos, también, dos temas recurrentes y que funcionan como la “lógica” de Capurro: el
pacto de Dios y la ley de la siembra y la cosecha. Sin éstos no se podría comprender la “lógica”
de la prosperidad. Dios, dice Capurro, ha hecho un pacto perfecto con los hombres por medio
de Jesucristo en el que se promete prosperidad (riquezas). Esto es posible porque en Cristo
fuimos liberados de las maldiciones de la ley: enfermedad, pobreza y muerte. Por otro lado, la
ley de la siembra y la cosecha garantiza la prosperidad si es que se “siembra” dinero
generosamente. Es una ley de causa-efecto de la que Dios mismo es prisionero, por eso nunca
falla.
116
Para concluir, hallamos que en la articulación teológica de la prosperidad no tienen importancia
tanto la escatología como la pneumatología. En sí esto aleja a Capurro y su agrupación del
pentecostalismo clásico aunque la reafirma como una agrupación neopentecostal.
Todo lo dicho hasta este punto ha tenido la intención de mostrar qué es la teología de la
prosperidad en la Comunidad Cristiana Agua Viva tal como la articula su Pastor (Juan
Capurro). Que existen novedades en el uso de la Biblia, en la argumentación de nuevas
doctrinas, etc., por cierto que es evidente. Lo que no ha sido tan evidente, aunque enfatizado
sólo en el capítulo 3, es la transformación de la propuesta de prosperidad en una nueva ley. No
dudamos en afirmar que la teología de la prosperidad lleva a los cristianos a un nuevo tipo de
ley, que finalmente termina por someterlos.
En la perspectiva de Capurro, la Biblia enseña la ley de la prosperidad (diezmo, siembra y
cosecha, ciento por uno). Dios mismo está sujeto a esa ley que siempre funciona y que obliga a
Dios a prosperar a quienes se someten a ella. Los cristianos, finalmente, se apropian de esa
ley para prosperar, es decir para hacerse ricos. De esta manera la teología de la prosperidad
lleva al cumplimiento de una nueva ley. Ley que debe ser confirmada como señal del pacto de
Dios y que llega a los cristianos hoy.
Finalizamos con la esperanza que este estudio de alguna manera nos haya ayudado a
conocer, además, las profundas transformaciones religiosas y teológicas que vienen ocurriendo
en las comunidades evangelicales de las que somos parte.
117
APÉNDICES
APENDICE No 2
“PALABRA DE UN PASTOR”232
Es interesante observar el fenómeno que viene ocurriendo en América Latina, el crecimiento de
la llamada Iglesia Evangélica, y la deserción cada vez más notoria de los antiguos católicos.
Desde nuestro punto de vista, esta situación es totalmente natural, debido a lo que
consideramos una de las principales diferencias entre católicos y evangélicos; y es el lugar que
le dan a la Palabra de Dios: la Biblia. Para nosotros, la máxima autoridad en cuanto a doctrina.
Doctrina que sólo será válida si es puesta por obra y aplicada a nuestro diario vivir. Ello
conlleva, con la ayuda del Espíritu Santo, a una más completa interpretación teológica de las
Escrituras, de la historia y del futuro de la Iglesia. De esta manera, la Iglesia no deja de ser el
cuerpo vivo, actual, siempre transformado y transformador.
Por este motivo resulta triste que las autoridades católicas, en lugar de volcarse a las Escrituras
para ofrecer la Palabra de Dios vivificada a un mundo hambriento de interrogantes y de
soluciones prácticas, traten de interpretar los hechos en base a premisas falsas que los llevan
en su afán por impedir el éxodo de sus miembros, a tomar medidas que no dan resultado
alguno.
Las iglesias evangélicas se sostienen de lo que voluntariamente aportan sus miembros
comprometidos con el Evangelio y con la visión233. Los hechos son los que hablan. Nuestra
Iglesia Agua Viva, fundada en el Perú en 1985, en sólo doce años ha crecido de veinte a siete
mil miembros, tan sólo en Lima. Las iglesias cristianas, además, somos muy diferentes a lo que
cree la mayoría de católicos. Siempre tienen la impresión de que se trata de muchísimas
iglesitas independientes una de la otra. Pero la realidad es que todas las iglesias cristianas
creemos básicamente en lo mismo, unidas a través del Concilio Nacional234 o a través del
amor, la fe y el pedido de Jesucristo en el Evangelio de Juan 17:21: “Para que todos sean uno;
como tú, oh Padre, en mí y yo en tí, que también ellos sean uno en nosotros; para que el
mundo crea que tú me enviaste”.
232 Tomado del diario Expreso (Lima, domingo 18 de enero de 1998). Los énfasis son nuestros. 233 o
¿“misión”?. Es posible que se trate de un error de impresión. 234 Se refiere al Concilio Nacional
Evangélico del Perú (CONEP), institución que representa a todas las denominaciones, misiones y
ministerios evangélicos que trabajan en el Perú.
118
Ofrecemos, por eso, una relación personal con Dios por medio de Nuestro Señor Jesucristo.
Esto lleva primero al individuo a aceptarse tal como es y a verse a la luz de la Palabra de Dios.
Y luego, buscar cambiar con la ayuda invalorable del Espíritu Santo. Esto conduce a una
experiencia que es conocida en la Biblia como Nuevo Nacimiento. Aceptando el mensaje de
Jesús cuando dijo: “En verdad te digo: si no naces de nuevo, no verás el Reino de Dios” (Sn.
Juan 3:3). Que Jesús nos ilumine a todos. (Rvdo. Juan Capurro, pastor de la Comunidad
Cristiana Agua Viva).
APENDICE No 3
ENTREVISTA AL PASTOR JUAN CAPURRO
(Lima, martes 27 de enero de 1998. Oficina principal de la Comunidad Cristiana Agua Viva,
Prolongación Arenales 751, Miraflores, Lima)
Costó mucho tener una cita con el Pastor de la CC Agua Viva. Realmente es inaccesible. Sólo
después de explicar a la secretaria que “era pastor, que estaba de pasada por Perú, que venía
de Costa Rica”, y cuál era mi intención me concedieron la entrevista anhelada, que tuvo que
postergarse por un imprevisto sucedido a Capurro. La siguiente fecha indicada no falló.
La oficina ubicada en Prolongación Arenales 751, Miraflores, funciona en una amplia casa
donde están todas las oficinas (secretariado, misiones, publicaciones, etc.). El personal (un
recepcionista y dos secretarias) aparentan ser de un nivel social medio-alto (ropa cara, blancos,
accesorios caros). En la sala de espera están, junto conmigo, dos señoras, una señorita y tres
señores, todos blancos o rubios(as) conversando sobre sus negocios y sobre la próxima
campaña evangelística de Franklin Graham en Lima. Todos esperaban hablar con la Pastora
Alicia o con su esposo Juan Capurro.
Después de esperar por casi una hora, entré a la oficina de Juan Capurro. Oficina pequeña
pero lujosa. El vestía sport elegante, no aparentaba ser el mismo que aparece en televisión o
en el estrado de la iglesia. Es mucho más joven, parece que se hubiera hecho cirugía -como su
esposa- para rejuvenecer unos años. Además del teléfono intercomunicador usa dos celulares
que inmediatamente apaga. Es muy amable y de gestos corteses. Me dice que sólo puede
atenderme 30 a 40 minutos pues espera a otra gente para ver un problema que ha surgido con
el aire acondicionado de su iglesia. Al final, el diálogo fue más breve porque me interrogó por
más de 10 minutos acerca de mis “intenciones reales”. Aclarado eso, dialogamos. No permitió
grabaciones. Aquí se presenta la entrevista en base a mis notas escritas.
119
1. ¿Cómo llegó a conocer al Señor? ¿Cómo se convirtió?
Yo vivía una vida desenfrenada, en el pecado. Me declaraba ateo. Sucedió que un amigo me
invitó a una reunión de Los Hombres de Negocio del Evangelio Completo, allí escuché la
Palabra de Dios y me entregué al Señor.
2. ¿Usted, entonces, no tiene un origen católico-carismático?
No, nunca, lo que pasa es que me convertí con Los Hombres de Negocio, y como en ese
tiempo no había iglesias evangélicas carismáticas, entonces me junté con los carismáticos
(católicos). Allí recibí entrenamiento bíblico y siempre fuí el mejor. Durante cinco años fuí el
estudiante número uno, por lo que me promovieron como “maestro encargado” para un sector
(Miraflores). Pero yo predicaba el evangelio dentro de la iglesia católica, pues los carismáticos
creen en el Papa y la Virgen. Ese hecho, que yo predicara el evangelio verdadero, le costó el
puesto al cura responsable (que era un alemán). Sus superiores le dijeron “te salieron muchos
Luteros”, pues muchos estaban conociendo realmente al Señor dentro del carismatismo. El
cura fue regresado a Alemania, y el movimiento carismático de ese sector se desarticuló.
Realmente a mí me correspondía hacerme cargo de todo el trabajo, pero eso no fue permitido.
Entonces, yo alquilé por venganza la misma casa donde funcionaba antes el centro
carismático. Eso es en San Antonio, Miraflores. Eso lo hice para demostrar que éramos fuertes.
Fíjate que teníamos (en el carismatismo católico) 44 grupos de estudio y que se extendía a
varios distritos. Muchos de ellos fueron a diversas iglesias, entre ellas la Alianza Cristiana y
Misionera y otros están conmigo (Agua Viva). Mi promotor fue el misionero Alan Shannon del
Instituto Lingüístico de Verano.
3. ¿Ha crecido bastante la iglesia?
Bastante, aunque sólo en la calle Risso (el local principal) son cuatro mil miembros, los
asistentes son más del doble. Además tenemos grupos en las principales ciudades del país, y
ahora en Bruselas (Bélgica) tenemos una iglesia grande, además de la de Miami (Estados
Unidos).
4. En su libro usted habla de la “hermenéutica simbólica”, ¿cómo funciona esa hermenéutica?
Mira, Israel siempre es un símbolo de la vida del creyente, es un modelo. Lo que le sucedió a
Israel también nos sucede a nosotros. El creyente está en el Antiguo Testamento, su vida se ve
retratada en la historia de Israel. A mí me
120
parece que la hermenéutica histórico-gramatical es muy limitante, no explica todo el texto. Es
más completa la hermenéutica simbólica.
Por ejemplo, yo estaba en el jardín del Edén. Yo así me veo. Cuando era niño andaba desnudo
como Adán y no me avergonzaba. Además, mi papá era mi Dios, ya que él me daba todo lo
que le pedía, de la misma manera como Dios le daba todo a Adán. Así funciona la
hermenéutica simbólica.
5. ¿Por qué usa la metáfora de que “Jesús es el Jefe de la empresa, que es la iglesia”?
Las metáforas tienen un propósito, y es que la gente entienda mejor la Biblia. La gente capta
más rápido y mejor la figura de que Jesús es como el jefe de una empresa, que, digamos,
como rey. Cuando uno trabaja en una fábrica o una empresa, sabe que el Jefe es el Jefe, y lo
que él dice se hace sin discusión. En cambio si uso la figura del rey, puede ser que lo
entiendan como lo que pasa en algunos países que el rey reina pero no gobierna.
6. Volviendo a Dios, si le entendí bien ¿Dios es Dios en tanto nos da lo que le pedimos?
Sí, eso quise decir. Ah, pero cuidado, no nos da todo lo que le pedimos, hay muchos requisitos
que cumplir. Hay que ser fieles al pacto, hay que tener mucha fe, hay que saber pedir en
oración. Dios es por eso comparado con un padre, ¿qué padre no da lo mejor a sus hijos?.
7. ¿Existe otra edición de su libro?
Sí, Editorial Vida compró los derechos y lo publicó el año pasado (1997). Pero mejor era la
edición nuestra, pues era más útil para el estudio. En la edición de Vida le han quitado todos
los textos bíblicos y ahora sólo aparece la referencia bíblica. Y de seguro, son muy pocos que
cuando ven la referencia en el libro, luego abren su Biblia a buscar el texto.
121
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