Discute qué elementos sustentan la intersubjetividad como característica humana de acuerdo a
los descubrimientos de Iacoboni y del artículo de revisión de los conceptos sobre teoría de la mente. ¿Qué importancia tienen estos hallazgos?
Con respecto al descubrimiento de Marco Lacoboni, es sorprendente conocer que
en el cerebro humano existen células espejo, las cuales permiten la empatía y la violencia, por ejemplo. Este tipo de células se relacionan con los gestos que hace un ser humano y que tuvieron una importancia fundamental en los gestos que hicieron los primeros seres humanos y que posteriormente permitieron el desarrollo del lenguaje. Las células espejo permiten que se desarrolle la empatía ya que sólo con registrar sonido o imagen se activan los centros que hacen que podamos “sentir” lo que el otro esta sintiendo. Esto permite en el ámbito social, interactuar en grupos, lo que se lo logra siendo empáticos y también permite que en grupos se efectúe actos violentos cuando se pone en riesgo al grupo mismo, como sucede en los linchamientos donde una turba se enardece a partir de un acto violento a miembros del grupo. Estos gestos permiten que se construya la intersubjetividad con el lenguaje no hablado, el cual también dice mucho con respecto a lo que sucede en un determinado grupo social o en la familia como mencionas. La importancia que podemos mencionar, va relacionada a tener en cuenta esa lectura del otro en el ámbito de nuestras investigaciones, tener presente que ese otro que esta interactuando con nosotros siente, piensa y vive de manera diferente a la nuestra y que podemos ser empáticos para direccionar la interacción de acuerdo a lo que tratamos de descifrar en nuestro proyecto de investigación, también es tenerlo presente para no causar efectos negativos a través de nuestras acciones con esta interacción.
Como seres sociales, la intersubjetividad representa un elemento importante en
nuestra relación con el otro. La investigación sobre la teoría de la mente presenta cinco elementos que van de menor a mayor complejidad: reconocimiento facial de emociones, creencias de primer y segundo orden, utilización social del lenguaje, comportamiento social y empatía. Estos elementos permiten que nuestro cerebro prediga la conducta de otras personas, sus conocimientos, creencias e intenciones. Sin embargo, no es solamente la acción de predecir, como una bola de cristal donde se vea el futuro, sino como una manera de entrar en el mundo del otro para comprender sus motivaciones y establecer una relación. El estudio inicia con el reconocimiento facial de emociones, como un elemento básico pero que puede ser una limitante para los sujetos que padecen autismo. En muchas ocasiones se dan por sentadas las capacidades que el cerebro tiene, sin hacer una reflexión de aquellos sujetos que están limitados por esta falta de, lo cual les impide relacionarse con el otro. Pienso que en las condiciones actuales de vida, hemos dejado un poco de lado la oportunidad de ver a las personas al rostro. Estamos detrás de dispositivos electrónicos, inmersos en demasiadas actividades que no nos detenemos por un segundo a observar lo que el otro nos está diciendo con su expresión facial, más que con sus palabras. En las creencias de primer y segundo orden, es interesante conocer cómo nos apropiamos de las creencias de los demás desde que somos niños, y aprendemos a vivir de acuerdo con lo que vemos y oímos en otros. En muchas ocasiones, esas creencias son falsas porque no corresponden a las necesidades que el sujeto tiene y las cuestionan o las desechan. Por ejemplo, las creencias religiosas son transmitidas como una tradición y pocas veces hay un cuestionamiento hacia lo que se cree. Sin embargo, una vez que el sujeto encuentra aspectos que no se conectan con sus emociones o necesidades, cuestiona la enseñanza y se abre paso a un nuevo conocimiento, y adquiere otras creencias. En la utilización social del lenguaje, se desarrolla la capacidad de intercambio de ideas, pensamientos, emociones, conductas con el otro. Es esa característica que nos hace tan sociales, tan seres de la comunidad. Sin embargo, lograr este tipo de lenguaje es complicado porque implica entender que no soy solo yo quien tiene una manera de pensar de sentir, de actuar. Es también ese otro, que piensa, siente y actúa de manera distinta y que en algunos casos, difiera con la manera en que yo soy. Por eso la empatía tiene un lugar importante en este sentido, porque tengo la capacidad de entender y relacionarme con el otro, poniéndome en su lugar sin dejar de ser quien soy. Estos elementos permiten construir la vida social de una manera integral, si se quiere ver de esa manera. Cada elemento actúa en relación con los demás. No es que a veces usamos unos y en otras ocasiones otros, sino que se van interrelacionando de tal manera que cuando me encuentro en contacto con el otro, el cerebro es capaz de activar toda su teoría de la mente, y el otro hace lo mismo, lo cual cada vez suena más complicado de entender si pensamos en un grupo de personas, como una familia. Es impresionante la cantidad de relaciones que se forman en un ambiente familiar y cómo se entretejen las distintas teorías de la mente de cada uno de sus miembros. Así, en algunas ocasiones ríen, conversan, se enojan, discuten, lloran, se distancian, tienen acuerdos y desacuerdos, y están construyendo un ambiente social. En este sentido, considero que un terapeuta familiar puede hacer uso de la teoría de la mente para acompañar a una familia en conflicto a entender lo que les sucede y a mejorar su relación social familiar. La teoría de la mente nos permite relacionarnos con el mundo del otro, porque nos anticipamos a la acción de una manera que nos acerca a su interpretación del mundo. Así, no solamente soy yo, en mi pequeño mundo, es la interrelación de cada pequeño mundo de las personas que son parte de nosotros en cada circunstancia que se presenta.