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Pontificia Universidad Catolica del Peru

From the SelectedWorks of Jhoel Chipana Catalán

November 1, 2017

REIVINDICANDO LA GARANTÍA
PRENDARIA
Jhoel Chipana Catalán, Pontificia Universidad Catolica del Peru

Available at: https://works.bepress.com/jhoel-

chipanacatalan/17/
PROPIEDAD Y DERECHOS REALES

CIVIL
ANÁLISIS JURÍDICO

Reivindicando
la garantía prendaria

Jhoel CHIPANA CATALÁN*

El autor sostiene que fue un error derogar la garantía real prendaria para dar cabida a
la denominada garantía mobiliaria. En principio, indica que el proceso de modificación
partió de un enfoque errado, pues los legisladores desterraron una norma de naturaleza

RESUMEN
material por cuestiones meramente formales, como son la publicidad registral y el pro-
ceso ejecutivo en sede judicial. Asimismo, afirma que la Ley de la Garantía Mobiliaria,
a pesar de los varios años en vigencia, aún no goza del respaldo social, pues es desco-
nocida por la colectividad como el mecanismo de garantía sobre bienes muebles. Final-
mente, asevera que la prenda, a pesar de su derogatoria, aún existe, pero ya no como un
derecho real de garantía, sino más bien como un contrato “atípico”.

I. ¿Debe modificarse el Código


Civil?

En los últimos meses, aunque de manera


muy tímida, se habla de la labor que está
realizando una Comisión conformada por
MARCO NORMATIVO distinguidos profesores y queridos amigos,
que tiene la difícil tarea de proponer algu-
• Ley de Garantía Mobiliaria, Ley N° 28677 (01/03/2006):
arts. 1 al 56. nas mejoras al segundo cuerpo de leyes más
importante (después de la Constitución) de
PALABRAS CLAVE: Prenda / Garantía mobiliaria / nuestro país: el Código Civil.
Derogación / Derecho real / Contrato
Sin duda, las posiciones son diversas y harto
Recibido: 21/09/2017
Aprobado: 04/10/2017
conocidas sobre el particular, y quienes
nos encontramos desde hace algunos años

* Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú, con estudios concluidos de maestría en la Escuela de Posgrado
de la Universidad Nacional Mayor de Marcos. Es profesor en la Facultad de Derecho de la Universidad de San Martín de
Porres y ejerce la profesión en el Estudio Mario Castillo Freyre.

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En la actualidad el debate sobre la modifica-
Comentario relevante
te ción del Código Civil se encuentra alimen-
del autor tado, principalmente, debido a la emisión
de la Resolución Ministerial N° 0300-2016-
Si tenemos en cuenta los momentos JUS, a través de la cual se constituye un
más importantes del proceso de modi- grupo de trabajo que se está encargando de
ficación que ha sufrido nuestro Código revisar y proponer mejoras al Decreto Legis-
Civil, a la fecha se pueden identificar lativo N° 295, Código Civil, el mismo que
está conformado por reconocidos académi-
tres grandes hitos: la entrada en vigen-
cos y profesores universitarios2.
cia de la Ley General de Arbitraje en
el año de 1992, la entrada en vigen- Nosotros sí creemos que dicho grupo de tra-
cia del Código Procesal Civil en 1993 bajo va a realizar importantes propuestas de
y la entrada en vigencia de la Ley de modificación que tenemos la esperanza de
la Garantía Mobiliaria en el año 2006. que sean concretas y específicas. Es decir,
entendemos que su trabajo no debe (y cree-
mos que no será así) proponer mejoras super-
fluas ni formales, sino más bien vamos a
inmersos en la labor académica vemos cómo estar en presencia de una propuesta verda-
es que el Derecho, en general, y el Derecho deramente sustantiva que obedezca, por lo
Civil, en particular, se desarrolla día a día, menos, a uno de los siguientes criterios:
no solo en las aulas universitarias, sino tam-
bién en la práctica profesional y al interior de - Que la norma que se pretenda modificar
nuestra sociedad. contenga un supuesto que vulnere abier-
tamente derechos fundamentales y/o pre-
Así, queremos ser claros al asumir una posi- ceptos normativos, no solo del mismo
ción sobre todo este tenue debate, la misma Código, sino también de otras leyes
que se sustenta no solo en razones de índole (incluida la Constitución, los Tratados
teórico y dogmático, sino también en lo que Internacionales, entre otros); o,
la realidad, en sus diversas manifestaciones,
nos enseña. En ese sentido, y salvo conta- - Que la norma que se pretenda modificar
dos supuestos, creemos que nuestro Código sirva como elemento para, aplicada junto
Civil no debe ser objeto de una modificación a otras normas, cometer actos fraudu-
que no sea absolutamente necesaria. lentos, razón por la cual sí cabría incluir
algunas precisiones en su contenido.
Lo señalado tiene sentido si se realiza un
detallado análisis (que en una investigación En otro trabajo3 ya habíamos señalado que
anterior hemos hecho1) de todas las normas sumado a lo anterior, un aspecto que debería
que han sufrido algún cambio desde que tener en cuenta dicho grupo de trabajo es el
nuestro Código Civil ha entrado en vigencia, referido a que una vez que se identifique en
y de lo positivo, o no, que ello ha sido. un plano teórico algún artículo del Código

1 Dicho libro, que escribimos junto con el profesor CASTILLO FREYRE, Mario se titula: El Código Civil a través de sus
modificaciones. Gaceta Jurídica, Lima, 2017.
2 Debemos anotar que a la fecha en que este ensayo se terminó, dicho Grupo de Trabajo no había cumplido con presentar su
propuesta, pese a que el plazo que tenían para ello ya ha vencido.
3 CHIPANA CATALÁN, Jhoel. Desempolvando un viejo proyecto que busca modificar nuestro Código Civil. Disponible en:
<http://laley.pe/not/3631/desempolvando-un-viejo-proyecto-que-busca-modificar-nuestro-codigo-civil/>.

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En estos tres momentos nuestro Código


Comentario relevante
te sufrió cambios importantes, no solo en tér-
del autor minos cuantitativos, sino también cualitati-
vos. Ciertamente, algunos de esos cambios
Lo que hace la Ley de la Garantía Mobi- han sido positivos, como el hecho de regu-
liaria y todo el cambio normativo que lar en una norma especial la figura del arbi-
ella trajo consigo, se refiere principal- traje, derogándose los artículos que nuestro
mente a una modificación de aspectos Código Civil poseía en torno a la cláusula
procedimentales más que sustantivos compromisoria y al compromiso arbitral.
y ese, de por sí, ya constituye un error. Sin embargo, hay modificaciones que no
han sido del todo adecuadas. Uno de estos
casos lo podemos apreciar de manera clara
Civil que podría ser “mejorado”, se ten- en lo que ha ocurrido con la derogación de la
dría que verificar en la realidad si con dicha figura de la prenda de nuestro Código Civil,
modificación las relaciones jurídicas entre a manos de la Ley de la Garantía Mobiliaria,
los miembros de la sociedad van a sufrir contenida en la Ley N° 28677. Decimos ello,
algún cambio positivo que sea significativo, debido a que no solo desde un plano teórico,
pues si ello no es así no tendría ningún sen- sino también real, vamos a demostrar a tra-
tido modificar la ley, ya que ello importaría vés de este trabajo que los cambios que esta
un mero cambio en el frío texto de la norma figura ha sufrido se habrían podido realizar
que ningún impacto tendría en la sociedad. sin la necesidad de derogar el derecho real de
Recordemos que nuestro Código Civil garantía denominado “prenda”.
regula, principalmente, diversos aspectos de
Así, el objeto de este ensayo es poner de
la vida de los sujetos de derecho, así como
manifiesto que no toda modificación del
la interacción que poseen estos en sociedad,
Código Civil requiere, para su éxito, la dero-
y ningún sentido tendría iniciar un proceso
gación de determinada figura, sino que la
de modificación de un precepto legal si es
idea es que estemos ante un trabajo que hile
que no se tiene la seguridad de que con él las
fino y permita tener un cambio sustantivo,
relaciones sociales van a mejorar.
cuyas bondades se reflejen en la realidad y
Hecha esta breve reflexión, no debemos olvi- quehacer de los ciudadanos, y que respete
dar que existen una serie de supuestos en los la tradición de la que viene nuestro sistema
que la modificación de determinados precep- jurídico, pues de lo contrario estaremos
tos de nuestro Código Civil ha sido negativa (como en el caso de la prenda) realizando
o, siendo medianamente positiva, el meca- trasplantes jurídicos innecesarios e, incluso,
nismo y la forma en que se produjo dicho perjudiciales, y, lo peor de todo, esos cam-
cambio legislativo no ha sido el adecuado. bios no tendrán ningún impacto positivo en
En ese entender, si tenemos en cuenta los nuestra sociedad.
momentos más importantes del proceso de
modificación que ha sufrido nuestro Código II. La prenda: Una institución con
Civil, a la fecha se pueden identificar tres historia, de profunda utilidad,
grandes hitos: la entrada en vigencia de la importancia y raigambre
Ley General de Arbitraje en el año de 1992,
la entrada en vigencia del Código Procesal Vamos a partir de la idea de que una cosa es
Civil en 1993 y la entrada en vigencia de la la regulación sustantiva de una figura y otra
Ley de la Garantía Mobiliaria en el año 2006. es el ámbito en cómo dicha figura puede ser

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susceptible de materializarse e, incluso, opo-
nerse a terceros a través de su inscripción en ¿Qué decían Planioll y
un registro. Esta distinción cobra importan- Ripert?
cia cuando nos referimos a los derechos rea-
les de garantía, pues un aspecto es su trata- Las garantías reales parecen ofrecer
miento dogmático-conceptual y otro es el una garantía más eficaz, ya que no
mecanismo y procedimiento registral que se hacen correr al acreedor el riesgo de
usa para otorgarle publicidad y oponibilidad. la insolvencia de los fiadores cuando
Así las cosas, el lector debe tener clara este viene a sumarse a la del princi-
esa diferencia, pues en este ensayo vamos pal deudor.
a demostrar que lo que hace la Ley de la
Garantía Mobiliaria y todo el cambio nor-
mativo que ella trajo consigo, se refiere prin- y procedimental que es un asunto que,
cipalmente a una modificación de aspectos en su momento, no ha sido cuidado de
procedimentales más que sustantivos y ese, manera adecuada por el legislador.
de por sí, ya constituye un error.
1. Antecedentes históricos
Ahora bien, la figura de la prenda debe ser
entendida (y más que todo reconocida) en El primer punto está relacionado a la impor-
sus principios rectores. Para ello, vamos a tancia histórica de la figura de la prenda, no
referirnos, de manera breve, a tres puntos solo en el ordenamiento jurídico peruano,
importantes que nos permitirán compren- sino también en nuestra tradición jurídica e
der por qué la figura de la prenda debe ser histórica.
reivindicada. Así, desde el momento en que se desarro-
- En primer lugar, nos vamos a referir al lla la vida comunitaria se advierte, por una
aspecto histórico y social en el que se ha parte, el desigual reparto de la riqueza, y de
desarrollado la prenda. la otra, la necesidad de satisfacer elementa-
les exigencias de la vida humana. Esta reali-
- En segundo lugar, realizaremos algu- dad dio origen al fenómeno crediticio, esto
nos cuestionamientos a esa idea de traer es, a la existencia de una situación creada
novedades legislativas de otros sistemas por la entrega de bienes y más tarde de
jurídicos para trasplantarlas a nuestro dinero, por un acreedor, a favor de un deu-
medio sin que medie alguna justificación dor, debiendo este último efectuar la devolu-
razonable. ción en el tiempo convenido y de acuerdo a
las circunstancias. Jurídicamente se creó así
- En tercer lugar, intentaremos demostrar la figura del mutuo4.
que no era necesario derogar la prenda,
sino más bien empoderarla y realizar De esta forma, resultó en un inicio razonable
modificaciones no tanto de su substan- que el acreedor deba confiar en la palabra de
cia, sino más bien del aspecto registral su deudor. Sin embargo, con el tiempo, tal

4 Cfr. ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max. Exégesis del Código Civil peruano de 1984. Tomo III, 2ª edición, Normas Lega-
les, Lima, 2006, p. 577.

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concepción, aun conservando su contenido Mas esta así denominada prenda general no
esencial, ha sufrido en su aplicación evo- bastaba para cubrir al acreedor frente a la
luciones tan grandes que esa creencia en el insolvencia o al intencionado incumplimiento
compromiso asumido por el deudor, se vio del deudor, de modo que imaginativamente se
mermada5. buscaron nuevas figuras que los protegiesen8.

En efecto, la codicia y la avidez debilitaron En Roma9 existía la figura de los ad promi-


la confianza en el compromiso asumido por sores, que estaban sujetos a reglas muy seve-
el deudor frente al acreedor. Pero como la ras, que llegaban incluso hasta la ejecución
urgencia del crédito era cada vez más impe- de la persona, pero con el tiempo esto se fue
riosa a medida que se desarrollaba la vida suavizando, lo que trajo consigo, de manera
económica, el problema de la seguridad se inverosímil, que los acreedores se vean debi-
fue haciendo cada vez más crítico6. litados. Es en ese momento de la historia en
el que nace el concepto de la garantía real,
Desde luego, toda obligación asumida y sus- que sin eliminar a las garantías personales va
ceptible de producir efectos jurídicos tenía cobrando cada vez mayor fuerza10.
como contrapartida la garantía genérica de
actuar sobre los bienes que integraban el Sobre el particular, y en torno a la fianza y el
patrimonio del deudor para hacerse pago con derecho real de prenda, señalaban Planiol y
ellos (esto es lo que se conoce en doctrina Ripert11 que las garantías reales parecen ofre-
como la prenda genérica o general). Esta cer una garantía más eficaz, ya que no hacen
denominación imperfecta pretende instau- correr al acreedor el riesgo de la insolvencia
rar que los bienes del patrimonio del deudor de los fiadores cuando este viene a sumarse
están implícitamente afectados al cumpli- a la del principal deudor. Decían los profe-
miento de sus obligaciones de tipo patrimo- sores franceses que más vale prenda en arca
nial o mixto. Al decir implícitamente se hace que fianza prestada.
referencia a la circunstancia de que no se
precisa la afectación expresa, es decir, no hay Fue en estas circunstancias en las que nace
declaración del deudor de que grava los bie- la garantía prendaria, en virtud de la cual el
nes de su patrimonio en garantía de las obli- constituyente conservaba la propiedad del
gaciones contraídas, ya que ese gravamen bien y lo entregaba al acreedor hasta que se
existe por mandato del derecho7. satisfaga el pago de la obligación principal12.

5 Cfr. CABRINI, Carlos P. Instituciones de crédito prendario. F. y M. Mercatali, Buenos Aires, 1942, p. 10.
6 Cfr. ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max. Ob. cit., Tomo III, p. 577.
7 Ibídem, p. 578.
8 Ídem.
9 Cabe anotar que la prenda no estaba presente solo entre los romanos. De hecho, y mucho antes, en la propia Biblia también
se hacía referencia a esta figura, pues en el Antiguo Testamento, en el libro de Deuteronomio, capítulo 24, versículos 10 al
13, se señala que: “Cuando des a tu prójimo alguna cosa prestada, no entrarás en su casa para tomarle prenda. Te queda-
rás fuera, y el hombre a quien prestaste te sacará fuera la prenda. Y si el hombre es pobre, no te acostarás reteniendo aún
su prenda pues la devolverás cuando el sol se ponga para que duerma con su propia ropa y te bendiga; y ti te será contado
por justicia delante de Jehová tu Dios”.
10 Cfr. ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max. Ob. cit., Tomo III, p. 578.
11 Cfr. PLANIOL, Marcel y RIPERT, George. Tratado Práctico de Derecho Civil francés. Tomo XII, Cultural S.A., La
Habana, 1946, p. 3.
12 Cfr. ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max. Ob. cit., Tomo III, p. 579.

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Pero las bases históricas no quedan allí. En Derecho Romano o por la regulación y trata-
la época inca también se conocía a la figura miento que de dicha figura han realizado los
de la prenda (no con las características que distintos cuerpos normativos que han regido
hoy la conocemos, pero se puede apreciar en nuestro país.
ese desplazamiento físico que la caracteriza).
De hecho, el Código Civil que está vigente
En efecto, en el Resumen de las Leyes Incas tenía una técnica legislativa de avanzada al
de Pachacuteq, Juan de Betanzos, cronista regular esta materia, pues, por ejemplo, per-
español que acompañó a Pizarro y Diego de mitió que se pueda constituir prenda sin des-
Almagro en sus viajes, señalaba: “Que para plazamiento para bienes muebles con ins-
que en la ciudad haya sosiego y quietud se cripción registral, con lo que se eliminó la
señalarán doce señores de confianza con mil idea de que la prenda exigía, necesariamente,
doscientos hombres, y por cada mes cada la tradición o entrega física del bien mueble;
uno de aquellos junto a cien hombres, vigi- sin duda, un gran avance a nivel del Derecho
larán y resguardarán la ciudad e informarán Comparado plasmado en una norma.
al inca lo que sucediere. En días de fiesta y
ayunos se debe vigilar a los hombres y si se Pero entonces, ¿qué fue lo que pasó? ¿En qué
acuestan con mujeres, aunque sean las pro- momento se estropeó la prenda en el Perú?
pias, tomarán en prenda una joya o cosa de ¿Por qué se optó por derogarla? ¿La solución
su vestir sin que dicho hombre pueda impe- era esa realmente?
dirlo so pena de la vida. Si alguno de estos
hombres de vigilancia devolviera la prenda, 2. Los trasplantes jurídicos
por amistad o porque fuera el infractor el
Para responder a estas interrogantes vamos
propio hijo del inca, será ahorcado”.
a abordar el punto referido a la nefasta idea
Claramente, es innegable la raigambre de que algunos académicos sostienen, de traer
esta figura en nuestro territorio y en nues- del extranjero “novedosas” figuras jurídicas
tra historia. a nuestro país, es decir, de realizar trasplan-
tes jurídicos de ordenamientos que son, en
Con el transcurrir de los años, y ya en la muchos casos, especie ajena a la nuestra.
época republicana, nuestros Códigos Civiles
de 185213, de 193614 y de 1984 regularon la Partamos de la premisa de que un Código
figura de la prenda. Civil es un conjunto de preceptos legales que
regulan la particularidad y se presenta como
Como se puede apreciar, el aspecto histó- garante de operaciones privadas y de nego-
rico y social en el que se ha desarrollado cios económicos, y la defensa de su estabi-
la prenda hace que sea innegable la afirma- lidad en épocas de incesantes transforma-
ción de que dicha figura ha estado en nuestro ciones sociales y tecnológicas, políticas y
país desde siempre, ya sea por influencia del económicas, solo puede ser protegida con la

13 El Código Civil de 1852, en su Libro Tercero, Sección Sexta “De los pactos y contratos que aseguran el cumplimiento de
otras obligaciones”, trató a la prenda como un contrato en sus artículos 1954 a 2019.
14 En el Código Civil de 1936 la prenda se reguló en el libro de los Derechos Reales, a través de su artículo 981 y siguientes.
En este Código se tuvo un gran avance, pues se respetó la naturaleza jurídica de la figura y se le otorgó una técnica legis-
lativa implacable.

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sobriedad de instituciones generales, las cua-


les no son rechazadas ni contradichas por las Comentario relevante
te
regulaciones especiales, sino que constitu- del autor
yen, por el contrario, presupuestos de estas
últimas15. Se ha trasplantado una figura, la
garantía mobiliaria, que jamás había-
Se ha señalado, en torno a la importación
mos conocido y que muchos siguen
de las normas, que el Derecho no es está-
tico; todo lo contrario, el derecho se trans- sin conocer.
forma ininterrumpidamente. Sus mutaciones
se deben, en gran medida, a imitaciones: es
decir, cierto modelo, nacido en cierto país, se
familiares los principios jurídicos básicos
difunde hacia otro país; desde esta perspec-
tiva, la imitación y la copia son las razones del Derecho trasplantado, podemos espe-
más comunes de las mutaciones jurídicas, ya rar que este sea utilizado y se construya un
sea que se deban a la imposición o al presti- sistema jurídico eficiente. En contraposi-
gio16 y ese es precisamente el detalle, pues o ción, los países que han recibido figuras y
se opta por una o por otra. sistemas jurídicos extranjeros sin predis-
posiciones similares, tendrán grandes difi-
Ahora bien, la recepción de una norma ajena cultades para desarrollar sistemas jurídicos
se puede deber al deseo de apropiarse del eficientes18.
trabajo de los demás. Tal deseo surge por-
que dicho trabajo tiene una calidad que solo En nuestro caso, se ha trasplantado una
puede ser descrita como prestigiosa. Así las figura, la garantía mobiliaria, que jamás
cosas, se ha debido al prestigio la difusión habíamos conocido y que muchos siguen sin
del BGB más allá de las fronteras de Alema- conocer. Para demostrar ello basta salir a la
nia, y no a una imposición, como fue el caso calle y preguntar a un transeúnte si conoce
del Código de Napoleón que se convirtió en lo que significa una garantía mobiliaria y
el Código Civil de Bélgica17. si conoce lo que es una prenda. Es obvio
que la mayoría responderá que conoce a la
De esta forma, las consecuencias de los tras- segunda.
plantes jurídicos mal llevados a cabo son
graves, porque estudios económicos han A nosotros nos queda la esperanza de que
demostrado que para que el Derecho sea efi- todos esos esfuerzos por seguir trayendo
caz, debe ser comprensible en el contexto figuras ajenas a nuestro sistema sigan estando
donde se aplicará, de modo tal que los ciuda- protegidos de paredes hechas de ceniza, pues
danos tengan un incentivo para usar el Dere- el tiempo y la realidad se encargarán de dar-
cho y exigir instituciones que operen para les ese soplo sutil para verlas caer ante nues-
aplicarlo y desarrollarlo. Si el trasplante tros ojos y, con ello, podremos darnos cuenta
se da en una población a la que ya le son de lo innecesario que era cobijar en nuestro

15 Cfr. LEÓN HILARIO, Leysser. El sentido de la codificación civil. Palestra, Lima, 2004, p. 265.
16 Ibídem, p. 286.
17 Ibídem, p. 287.
18 Ibídem, p. 291.

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desarticulada regulación de la constitución,
Comentario relevante
te publicidad, prelación y ejecución de esta
del autor figura.

La Ley de la Garantía Mobiliaria mez- Sin embargo, ¿acaso no es ese un problema


cló el contenido de sus normas para propio del Derecho Registral? ¿Qué tiene
que ver esa problemática con el derecho real
que estas tengan naturaleza sustan-
de garantía de la prenda? ¿Acaso cuando un
tiva y procedimental, dejando de lado
cuerpo normativo procedimental tiene pro-
la regulación que sobre el aspecto blemas lo que se hace es modificar el cuerpo
registral existía en nuestro país, y normativo sustantivo?
creando un conjunto de preceptos
ajenos a los que en materia registral Sin duda, el argumento expuesto, por demás
deberían existir. desafortunado e impertinente, no aboga ni
suma ninguna razón que nos permita con-
cluir que la derogación de la prenda ha sido
una buena decisión, sino más bien lo que
sistema legal a estas figuras por naturaleza hace es ser un canto de sirena para quienes
ajenas. no tienen clara la diferencia entre el derecho
real de garantía propiamente dicho y el dere-
3. La prenda y su perfectibilidad cho procedimental que se debe aplicar para
Como sabemos, la Ley de la Garantía Mobi- su inscripción en el registro correspondiente.
liaria está vigente desde el 30 de mayo de
Además, si se hace un recuento de la Ley de
2006. Ella derogó todos los artículos conte-
la Garantía Mobiliaria, se tiene lo siguiente:
nidos en nuestro Código Civil que regulaban
la figura de la prenda. - La Ley está conformada por 56 artículos,
Se han esbozado una serie de argumentos a 6 Disposiciones Finales y 6 Disposicio-
favor de la entrada en vigencia de la Ley de nes Transitorias. Todo ello se encuentra
la Garantía Mobiliaria, los cuales vamos a en 5 Títulos.
comentar a continuación. - Se pueden identificar tres tipos de
Así, en primer lugar, se ha dicho que uno normas:
de los principales objetivos que se querían
• Aquellas que regulan aspectos sustan-
lograr con la entrada en vigencia de la Ley
tivos: 33 artículos19.
de la Garantía Mobiliaria, era acabar con el
problema de la diversidad de registros des- • Aquellas que regulan aspectos proce-
tinados a la inscripción de los bienes mue- dimentales: 16 artículos20.
bles, cada uno con sus normas especiales,
lo cual creaba inseguridad, riesgo y com- • Aquellas que tienen una naturaleza
plejidad. Ello originaba una ineficiente y mixta: 7 artículos21.

19 Artículos 1 a 11, 19, 20, 21, 23, 24, 28, 29, 30, 31, 49, 50 a 56.
20 Artículos 22, y 32 a 46.
21 Artículos 17, 18, 15, 26, 27, 47 y 48.

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Ahora bien, comparando la regulación de Sin embargo, nosotros nos preguntamos,


la garantía mobiliaria con la regulación de ¿ello no era posible modificando la regula-
la prenda, se tiene que esta estaba normada ción sobre la prenda que existía en nuestro
en 36 artículos, ninguno de los cuales hacía Código Civil? Si se tiene que este argumento
referencia alguna a aspectos procedimenta- a favor de la derogación de la prenda es uno
les, es decir, la regulación que de la prenda de fondo, nosotros creemos que era perfec-
realizaba nuestro Código Civil era eminen- tamente posible modificar los alcances de la
temente sustantiva, y estaba bien que así sea, prenda para incluir a todos los bienes mue-
pues nuestro Código tiene esa naturaleza. bles que hoy son alcanzados por la Ley de
la Garantía Mobiliaria. Para ello bastaba con
En ese sentido, podemos concluir señalando modificar algunos artículos contenidos en el
que la Ley de la Garantía Mobiliaria mezcló Código Civil.
el contenido de sus normas para que estas
tengan naturaleza sustantiva y procedimen- En ese sentido, este segundo argumento no
tal, dejando de lado la regulación que sobre hace sino convencernos de que se hizo mal
el aspecto registral existía en nuestro país, y en derogar a la prenda, pues su naturaleza
creando un conjunto de preceptos ajenos a hace que sea aplicable a cualquier tipo de
los que en materia registral deberían existir. bien mueble (ya sea que este lo sea por su
propia naturaleza o tenga tal a través de una
En ese orden de ideas, el argumento rela- norma jurídica). Se tiene, pues, que la prenda
tivo a que la Ley de la Garantía Mobiliaria podría haber logrado lo que la garantía mobi-
era necesaria para unificar todos los registros liaria hoy logró.
que existían en nuestro país es una falacia
e intentó solucionar un problema que nada En tercer lugar, se argumentó como razón
tenía que ver con la prenda misma, sino con para la derogación de la prenda y la entrada
aspectos (si bien relacionados) distintos refe- en vigencia de la Ley de la Garantía Mobilia-
ridos al ámbito registral. ria, la falta de un registro único de garantías,
pero este argumento tampoco se refiere al
En ese sentido, hubiera sido perfectamente tema de fondo (la necesidad, o no, de derogar
posible modificar todo el título de la prenda la prenda), sino a un aspecto procedimental.
del Código Civil y, a la par, modificar (o Así, ¿no se podía crear un registro único de
crear) la regulación del Derecho Registral garantías sin tener que derogar la figura de la
para lograr que la prenda subsista, pero esta prenda? Es obvio que sí, pero la voluntad del
vez con una adecuada protección y sistema legislador no lo vio así.
registral, acorde a la realidad de nuestros
tiempos. Finalmente, se sostuvo la idea de que se tiene
un sistema de ejecución judicial de garantías
Un segundo argumento que se esbozó fue lento e impredecible, que beneficiaba al mal
el relativo a que se quería dar un alcance pagador. Este argumento tampoco se refiere
mayor, como el que hoy ocurre, a dicha directamente a la valía, o no, de la figura de
garantía. Así, se buscaba constituir garantía la prenda, sino a circunstancias y situaciones
mobiliaria sobre depósitos bancarios, bienes ajenas, que básicamente tienen que ver con
fungibles y no fungibles, participaciones en su ejecución y el medio procedimental para
sociedades o asociaciones, derechos que sur- que ello ocurra.
gen de las patentes y marcas de fábrica, fuer-
zas de la naturaleza susceptibles de apropia- Como se puede apreciar, la figura de la
ción, entre otros. prenda bien podría haberse modificado para

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bien. No decimos que su regulación en el institución denominada garantía mobilia-
Código Civil era perfecta, pero no vemos ria, pues la misma era absolutamente desco-
razón alguna para que no se haya intentado, nocida por los ciudadanos de nuestro país.
siquiera, un proceso de mejora a su conte- Nótese que esa noticia se produjo luego de
nido y, a la par, trabajar los aspectos proce- más de ocho años después de entrada en
dimentales, registrales y judiciales relacio- vigencia la Ley de la Garantía Mobiliaria, y
nados a él. era síntoma de que algo no andaba (ni anda)
bien.
Sin duda, la prenda (como toda creación
humana) era perfectible y lo mismo, y hasta Así las cosas, es preocupante la moda de
algo mejor, se habría logrado si se hubiera legislar por legislar y resulta peligroso adop-
tomado en serio la idea de introducir cam- tar esa tendencia de alimentar la inflación
bios sustantivos en su contenido, en vez de
normativa en la que hoy vivimos y que se
optar por regular una nueva figura como la
puede ver representada, entre otras, por la
garantía mobiliaria.
Ley de la Garantía Mobiliaria.

III. La “supuesta muerte de la Somos testigos de cómo la buena arqui-


prenda” en manos de la garantía tectura de un Código (que, como toda obra
mobiliaria humana, tiene sus defectos), que debería
tener el carácter de inmutable por un lapso
Debemos ser honestos al señalar que desde considerable debido a sus propios méritos,
que iniciamos nuestras investigaciones en empieza a temblar con la rápida expansión
este tema, siempre hemos tenido una pro- de las ideas que quieren descuartizarlo y seg-
funda desazón y cuestionamiento cada vez mentarlo, derogando sus preceptos o modifi-
mayores, sobre la pertinencia de derogar a cándolos sin ninguna razón o sustento digno
este derecho real de garantía.
de ser amparado.
Es más, cuando en el año 2015 publiqué un
El Derecho, dice Ramos Núñez23, ha sufrido
libro que escribí junto a Mario Castillo Fre-
el impacto del tiempo y de las nuevas eras,
yre, titulado Las garantías sobre bienes mue-
bles22, citamos al inicio de dicho texto una y dentro de esta tendencia se han masificado
noticia alarmante de diciembre del año 2014, los instrumentos y utillajes jurídicos. Vivi-
que llevaba por título: “Préstamos prenda- mos envueltos en masas de leyes. Se legisla
rios; jóvenes ahora se endeudan dejando cada vez más y estamos ante una inflación
en garantía sus joyas tecnológicas, laptops, legislativa. Las cifras son alarmantes y el
tabletas y celulares de última generación”. jurista no puede sentir otra sensación que
Esa noticia no hacía sino confirmar la sospe- la de ahogarse en este mar de leyes que van
cha que teníamos en relación a que no había ganando espacio a la tierra firme. La vasta
sido una buena idea derogar la figura real de extensión de las leyes especiales, expre-
la prenda e imponer, en su lugar, una nueva sión típica de la cultura de masas, a pesar de

22 CASTILLO FREYRE, Mario y CHIPANA CATALÁN, Jhoel. Las garantías sobre bienes muebles. Comentarios muy crí-
ticos a la Ley de la Garantía Mobiliaria. Gaceta Jurídica, Lima, 2015.
23 Cfr. RAMOS NÚÑEZ, Carlos. Codificación, tecnología y postmodernidad. Fondo Editorial de la Pontificia Universidad
Católica del Perú, Lima, 2005, p. 44.

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que desde hace casi una centuria mina los


cimientos de los grandes códigos, no deja de Comentario relevante
te
ser sorprendente. del autor

El ideal jacobino de una legislación clara, La prenda (como toda creación


corta y reducida, frente a la espesa selva de humana) era perfectible y lo mismo,
textos legales que inundan los anaqueles de y hasta algo mejor, se habría logrado
las librerías, ha sido virtualmente deshecho.
si se hubiera tomado en serio la idea
Ahora ni siquiera los juristas más avezados
de introducir cambios sustantivos en
pueden conocer todo el ordenamiento jurí-
dico de un país. Díez-Picazo, el civilista más
su contenido, en vez de optar por regu-
talentoso de habla hispana, sostenía en una lar una nueva figura como la garan-
entrevista que después de treinta años de tía mobiliaria.
estudio solo llegó a conocer el 11 % del sis-
tema legal español. Y si no se puede cono-
cer un ordenamiento, mucho menos se podrá incluso se celebran contratos de prenda entre
afirmar que se tiene un entendimiento meri- particulares.
dianamente claro de él. Sin la ayuda de una
computadora, el sistema legislativo de nues- La realidad, una vez más, ha demostrado que
tros días es absolutamente inabarcable e irre- para modificar una norma o legislar emi-
conocible. Estaríamos pues, perdidos24. tiendo leyes que traen consigo figuras aje-
nas a nuestra realidad, se requiere de un con-
Teniendo ello en cuenta, si se realizara un senso social, de un reconocimiento de la
trabajo de campo en el que se preguntara figura por parte de los ciudadanos, y esos
a las personas de a pie con qué garantía se detalles son los que precisamente no se han
sienten más identificados, y se les daría a presentado con la entrada en vigencia de la
elegir entre la prenda y la garantía mobilia- Ley de la Garantía Mobiliaria.
ria, nos atreveríamos a señalar que la prenda
ganaría la elección y por una amplia ventaja. En suma, la prenda no ha desaparecido y
pese a que existe una ley que la ha derogado,
Es innegable que hasta la actualidad la no creemos que desaparezca de la conciencia
prenda continúa existiendo, si bien ya no y conocimiento social como un mecanismo
como un derecho real de garantía, sí a través para asegurar el pago de una acreencia; nada
de un contrato, si se quiere, atípico. más, ni nada menos.

Resulta claro que la garantía mobiliaria, con


todas las bondades que decía tener, no ha IV. ¡La prenda vive!
podido eliminar de nuestro ordenamiento
jurídico y de la sociedad misma a la prenda. La prenda es una figura que tiene profunda
De hecho, dicho término (la prenda) se cita raigambre en el Perú y, en general, en nues-
de manera coloquial en muchos lugares e tra tradición jurídica (romano-continental).

24 Ibídem, p. 45.

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garantía. Lógicamente, si son inferiores sub-
Comentario relevante
te siste la obligación por la suma diferencial26.
del autor
La evolución de todos esos conceptos ha ori-
Resulta claro que la garantía mobilia- ginado otras figuras como la prenda. Ennec-
ria, con todas las bondades que decía cerus, Wolff y Raiser27 han señalado que el
contenido del derecho de prenda está con-
tener, no ha podido eliminar de nuestro
formado por:
ordenamiento jurídico y de la sociedad
misma a la prenda. De hecho, dicho i. Un derecho de señorío limitado del acree-
término (la prenda) se cita de manera dor pignoraticio sobre la cosa pignorada,
coloquial en muchos lugares e incluso y que le faculta, en todo caso, para la rea-
se celebran contratos de prenda entre lización del valor; por regla general para
particulares. la posesión; y, en ciertas circunstancias,
para el goce de la cosa.

ii. Junto con el derecho de señorío, al acree-


En la fiducia cum creditore , el acreedor se
25 dor pignoraticio se le atribuye una serie
hacía propietario de la cosa dada en garan- de pretensiones (por ejemplo, el rem-
tía y no tenía que restituirla si la obligación bolso de ciertos gastos) y se le imponen
no era pagada, de suerte que ostentaba la deberes (por ejemplo, custodiar la cosa).
propiedad definitiva del bien. En las demás
garantías que la evolución jurídica produjo, Empero, debemos entender que un Código
el acreedor no llega a ser nunca propietario constituye un conglomerado histórico con
de la cosa y lo que adquiere, si la obligación sedimentos y estratos procedentes de edades
no se paga, es lo que suele denominarse el distintas. Representa una síntesis que refleja
derecho o facultad de realización del valor, la tradición jurídica romana, que es la nues-
que significa acudir a una instancia judicial o tra, desde siempre. Intentos de asesinato a
del tipo que fuere, a fin de que se proceda a instituciones de profundo arraigo, como lo
la enajenación de la cosa dada en garantía y que ha ocurrido con la prenda, no pueden eli-
con el precio que se obtenga se haga pago al minar de un plumazo todo el desarrollo teó-
acreedor, y si las cantidades obtenidas supe- rico y jurisprudencial que la ha alimentado.
ran el valor de la obligación se restituya la Nosotros nos rehusamos a creer que ello ha
diferencia al deudor o al constituyente de la sido así.

25 La existencia de garantías y de garantías a las que podemos llamar ya derechos, de carácter real, es bastante antigua y apa-
rece desde el Derecho romano, sobre todo a través de la fiducia cum creditore, en la cual el deudor o un tercero transmite
al acreedor una determinada cosa que pasa a ser de propiedad del referido acreedor con la obligación de restituirla si la
deuda para cuya seguridad se ha transmitido resulta pagada. La utilización de este tipo de negocios fiduciarios hace, en
términos generales, difícil la constitución de la garantía, pues quien puede verse privado sin especial necesidad para ello
de la propiedad de una cosa, tiene después dificultades para obtener la restitución. Tal vez por eso la dureza de las formas
fiduciarias se fue suavizando a través, en primer lugar, de la figura de la prenda, en la cual la garantía se realiza poniendo
en manos del acreedor y depositando en él determinada cosa, generalmente de carácter mueble (Cfr. DÍEZ-PICAZO, Luis.
Fundamentos del Derecho Civil patrimonial. Tomo VI, Civitas y Thomon Reuters, Navarra, 2012, p. 357).
26 Cfr. DÍEZ-PICAZO, Luis. Ob. cit., Tomo VI, p. 358.
27 Cfr. ENNECCERUS, Ludwig; WOLFF, Martin y RAISER, Ludwig. Tratado de Derecho Civil (Derecho de Cosas). Tomo
III, Vol. 2, Bosch, Barcelona, 1971, pp. 410 y 411.

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En ese sentido, y teniendo en cuenta la rea-  Referencias bibliográficas


lidad, el jurista de estos tiempos, de exégeta
tendrá que pasar a convertirse en intérprete. • ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max. Exégesis
En palabras de Tomás y Valiente, el jurista del Código Civil peruano de 1984. Tomo III,
ha de ser, en primer término, guía en el labe- 2ª edición, Normas Legales, Lima, 2006.
rinto, orientador en el desconcierto, brújula
entre mil nortes. • CABRINI, Carlos P. Instituciones de crédito
prendario. F. y M. Mercatali, Buenos Aires,
A su turno, cabe anotar que las leyes se escri- 1942.
ben en la evolución histórica y cambian su
contenido, incluso sin modificar su texto, • CASTILLO FREYRE, Mario y CHIPANA
con el cambio de las concepciones jurídicas, CATALÁN, Jhoel. El Código Civil a través
morales y sociales. El medio a través del cual de sus modificaciones. Gaceta Jurídica, Lima,
2017.
se realiza dicho cambio, a menudo imper-
ceptible, es pues la jurisprudencia. Si no se • CASTILLO FREYRE, Mario y CHIPANA
reconocen la jurisprudencia y las tendencias CATALÁN, Jhoel. Las garantías sobre bie-
evolutivas que van emergiendo en esta, la nes muebles. Comentarios muy críticos a la
comprensión de las disposiciones legislati- Ley de la Garantía Mobiliaria. Gaceta Jurí-
vas seguirá siendo, necesariamente, lagu- dica, Lima, 2015.
nosa. Para la aplicación concreta de la ley no
es tan determinante el texto en sí mismo, sino • CHIPANA CATALÁN, Jhoel. Desempol-
vando un viejo proyecto que busca modifi-
lo que la jurisprudencia ha hecho de tal texto
car nuestro Código Civil. Disponible en:
hasta la actualidad28.
<http://laley.pe/not/3631/desempolvando-un-
La muerte del derecho real de garantía deno- viejo-proyecto-que-busca-modificar-nuestro-
minado prenda, por más que una ley así lo codigo-civil/>.
haya anunciado, aún no ha llegado. Existe • DÍEZ-PICAZO, Luis. Fundamentos del Dere-
en esa hoguera que hoy se ve casi apagada, cho Civil patrimonial. Tomo VI, Civitas y
pequeñas cenizas que solo necesitan atizo Thomon Reuters, Navarra, 2012.
para volver a encenderse.
• ENNECCERUS, Ludwig; WOLFF, Martin y
Nos atrevemos a decir que, si bien la Ley de RAISER, Ludwig. Tratado de Derecho Civil
la Garantía Mobiliaria le ha quitado el ropaje (Derecho de Cosas). Tomo III, Vol. 2, Bosch,
normativo de derecho real a la prenda, lo Barcelona, 1971.
cierto es que esta ha encontrado rápidamente
• LEÓN HILARIO, Leysser. El sentido de la
nuevo atuendo y hoy la podemos ver allá
codificación civil. Palestra, Lima, 2004.
afuera vestida ya no como un derecho real,
sino más bien como un contrato. La reali- • RAMOS NÚÑEZ, Carlos. Codificación, tec-
dad lo demuestra y esperamos que pronto se nología y postmodernidad. Fondo Editorial
haga justicia y se devuelva a esta institución de la Pontificia Universidad Católica del Perú,
lo que por derecho le corresponde. Lima, 2005.

28 Cfr. LEÓN HILARIO, Leysser. Ob. cit., p. 277.

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