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Cuando se habla de la gesta heroica del 15 de septiembre, los únicos dos nombres de
mujeres que se describen son los de Josefa Ortiz de Domínguez, y Leona Vicario. Sin
embargo, miles de mujeres participaron en el movimiento según el medio social en el que
se movían, bajo distintos, pero fundamentales papeles.
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El movimiento de la Independencia de México, contó con el aporte de mujeres de todos los
sectores sociales, quienes participaron como espías, mediadoras, guerreras, enfermeras y
cocineras. Féminas que en el anonimato y en el paralelo que implicó la gesta de los grandes
héroes, dejaron a un lado los prejuicios y el reconocimiento social para unirse a la lucha.
Muchas fueron las mujeres que desafiaron la estructura social con su osadía y salieron a la
batalla no importándoles las consecuencias fatales a las que la mayoría de ellas fueron
sujetas.
Las mujeres de la clase criolla jugaron un papel muy importante, entre ellas destacan
nombres como el de Mariana Rodríguez del Toro esposa del español Manuel Lazarín,
autora intelectual del plan para tomar como rehén al virrey Francisco Javier Venegas, con
el fin de obtener la libertad del Cura Higalgo, por desgracia se descubrió su maquinación,
pero su íntegra intención es valorada. Otra de las mujeres que se reconoce por su
inteligencia y valentía es Leona Vicario esposa de Andrés Quintana Roo, quién de manera
clandestina enviaba mensajes a los familiares de los insurgentes para mantenerlos
informados, sin embargo la labor por la cual se encuentra en la lista de los personajes
ilustres del movimiento, fue su labor de convencimiento hacia los armeros vizcaínos del
virreinato para la fabricación de cañones y fusiles.
Además de estas mujeres dentro del Archivo General y Público de la Nación, se encuentran
algunas semblanzas de otras valerosas mujeres como:
Rita Pérez de Moreno. Casada con el insurgente Pedro Moreno, acompañó a su esposo en
la campaña de la independencia. Roto el sitio del Fuerte del Sombrero, fue hecha prisionera
y conducida a León con sus hijos. Fue hasta lograrse el triunfo de la independencia cuando
Rita Pérez regresó a su lugar natal y murió a la edad de 82 años.
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María Josefa Marmolejo de Aldama. Se destaca por negarse a colaborar con la causa
realista junto a las hermanas del cura Hidalgo y otras damas de sociedad. Se ocultaron en
San Miguel Allende de la tropa del general Félix María Calleja y tras ser descubiertas se
niegan a informar del paradero de los hombres que partieron a la lucha.
Altagracia Mercado. Mujer que formó un pequeño ejército con su propio dinero tras
enterarse de la lucha por la libertad contra los realistas. Por desgracia de su pequeño
ejército solo ella sobrevivió y continuó luchando, acto con el cual se ganó la admiración de
los jefes españoles, quienes fusilaban a los prisioneros, pero gracias a su acto valeroso el
coronel consintió que mujeres como ella no debían morir.
Marcela, “Madre de los desvelados” esta mujer de edad avanzada fungió como correo de
los insurgentes desde León hasta Puerto Espino, donde Mateo Franco dirigía las fuerzas de
Don Ignacio Rayón. Por su importante servicio y a los graves peligros que implicaban sus
empresas, los insurgentes la apreciaron y en gratitud a la ayuda a la causa, la llamaron
“Madre de los Desvalidos”.
Ana María Machuca. Se tienen pocos datos sobre ella, sin embargo se le reconoce como
una activista que luchó por la liberación, fue condenada el 24 de mayo de 1816 a un año y
seis meses de cárcel en la Casa de Recogidas.
María Francisca, La Fina. Esta vil embaucadora, llamada vulgar e irónicamente La Fina,
en realidad era el comandante, daba los empleos militares, protegía a los bribones favoritos
y disponía a su antojo del fondo nacional: ella se apropió la hacienda de la Loma y de
Chupio y algunos ranchos.
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Francisca Marquina de Ocampo. Le acompaño al virrey Félix María Calleja en todas sus
correrías, prestándose en algunos puntos con sus charrateras y sable, llena de tanta vanidad
y orgullo, que amenazó varias veces a algunos sujetos de ese pueblo; evitando que su
difunto esposo se presentase al indulto.
María Manuela Molina. Esta extraordinaria mujer nacida en Taxco, anduvo en las
campañas de Morelos al lado de otras mujeres, se le concedió el cargo de capitana y logró
poner en fuga a los realistas. Se ha hallado en siete batallas y entusiasmada con el gran
concepto que el señor General le han acarreado sus victorias, hizo viaje de más de cien
leguas para conocerlo.
Rosa Jacinta de la Paz. Mujer indígena del Valle del Maíz, se recuerda y reconoce por
avisar a los insurgentes de la próxima llegada al lugar de las fuerzas realistas. Esto
aconteció en 1813, y gracias a Rosa Jacinta, la sorpresa preparada no pudo realizarse.
María Soto la Marina. Salió de la retaguardia en una batalla, tomando dos cantaros y sin
importar las balas enemigas comenzó a acarrear agua para que tomaran los soldados
insurgentes. Una y otra vez atravesó las líneas enemigas sin importar su seguridad, hasta
que todos pudieron calmar su sed.
Carmen Camacho. Utilizo sus encantos para apoyar la acción rebelde. Se cuenta que junto
con otras mujeres bellas, persuadía a los soldados para abandonar el ejército realista y
unirse a los insurgentes.